viernes, 6 de mayo de 2011

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFIA: "La Lujuria", en la catedral de Huesca (II)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Catedral de Huesca en su parte frontal; fachada que da a la plaza. Podemos observar en ella el tímpano de la entrada principal, donde se encuentra la escultura que estamos analizando. Como observamos, bajo ese icono tiene que pasar todo aquel que desee acceder a la catedral, desde su puerta primera. Pues aquella, se encuentra "presidiendo" el acceso al templo, estando situada justo debajo de la Virgen con Niño (como zapata o ménsula de esta, a los pies de María).
Terminábamos la parte primera de este estudio con las imágenes de un capitel de la iglesia de Lastra deTeza en Burgos, donde veíamos una mujer sobre la que se enroscaban dos grandes serpientes (esta imagen, del final de la ultima entrada, la repetimos a continuación). Encima de los mencionados ofidios, observábamos  -a la izquierda- un pájaro; que claramente era un Ibis (o una grulla); junto a lo que parecía una quimera: Un ave con cabeza de caballo, situada a la derecha. Evidentemente, pudiéramos pensar que se trata simplemente de una representación de "la mujer malvada" o de "la adúltera"  -tal como nos dicen-, rodeada por dos seres fantásticos . Pero antes de simplificar así la solución de la imagen, en el capitel de Teza, hemos de considerar y tener muy en cuenta que en esta época del románico, los monjes y los sacerdotes eran personas de una gran cultura. Máxime si nos referimos a la cultura iconográfica y mitológica, dado que en los claustros y "scriptoriums", realizaban a diario los clerigos las copias de libros y textos; en su gran mayoría religiosos - cristianos, o grecorromanos- donde se recogían toda la mitología y leyendas antiguas.








JUNTO A ESTAS LINEAS: REPRESENTACION CONSIDERADA "LA LUJURIA", EN LA IGLESIA BURGALESA DE TEZA


De ello, si reflexionamos sobre lo que figura en aquella escena de Lastra de Teza, donde una mujer es rodeada por serpientes que le maman los pechos; atendiendo a los autores clásicos, podemos llegar a conclusiones muy interesantes. Evidentemente, la fémina de la que hablamos, va tocada a modo medieval -con la cabeza cubierta-; pero el resto de la imagen del capitel concuerda con otras iconografías que se refieren a deidades y monstruos descritos en la Grecia antigua: Iliada (V, 714; VIII, 349; XI, 36) y en la  Odisea (XI, 623), en la Teogonía de Hesiodo (274 y ss), en Pindaro (Pit. XII y XIII) o en Apolonio de Rodas (Arg.1515) o por Diodoro Sículo (III, 54 y 55). De tal modo,, si pensamos que aquellos ofidios que rodean a la mujer son parte de ella misma y de su historia, podemos llegar a la conclusión cierta de que se trata de una representación "metamorfoseada" de La Gorgona (Medusa). Que curiosamente cubre la cabeza con moda del Medioevo, por lo que las serpientes salen de sus pechos (y no de los cabellos, como comunmente se dice).



La confirmación de que este capitel contiene una representación de la Gorgona se halla en el hecho de que sobre aquella se encuentra un caballo alado, que sin duda es Pegaso -al menos a nuestro juicio-. Y así, sabiendo que Pegaso nace cuando Perseo corta la cabeza de Medusa 
(Hesiodo Teog. 276; Estrabón VIII, 6, 21; Pausanias II, 2,5; Ovidio Met. IV, 784) ; podemos entender a qué se refiere la iconografía de esta piedra de Teza, que estudiamos. Máxime si sabemos que la Gorgona, tal como dice Diodoro Sículo (III, 54-55) era una reina del extremo Occidente que vivía en las inmediaciones del Océano. Tal identificación entre Medusa y las reinas de las zonas occidentales, cercanas al "fin del Mundo", fué admitida por la mitología clásica y de ello se consideró que aquella monstruosa deidad simbolizaba las zonas de nuestras tierras atlánticas; gobernadas entonces por mujeres y donde el acceso se hacía casi imposible en embarcaciones griegas (que naufragaban en el Océano, debido a la diferenia de oleaje con el Mediterraneo).



Esas, nuestras tierras occidentales, donde el Sol se ponía; se suponía a su vez, que era el lugar donde el Mundo acababa y donde comenzaba el infierno. Pues en un Mundo plano, que terminaba cerca de nuestras costas, las aguas del mar allí caían del "plato terrestre" (en el Oeste final), hacia el Averno; donde se juntaban con las aguas del cielo -con la lluvia-. De tal manera, al llegar los primeros griegos a nuestras tierras -sobre todo a las atlánticas-, vieron que en ellas reinaban mujeres (vivían en ginecocracia los iberos, tal como recogen los textos). Con lo que consideraron que allende "conmenzaba el infierno", existían unos monstruos, que gobernaban aquellas tierras del Occidente extremo; que vigilaban con sus terribles sortilegios femeninos. Lugres a los que dieron una fama de tener unos peligros terribles y ser dominados por mujeres sierpes. Mitos e historias que extendieron los helenos, con el fin principal de que no visitasen nuestras ricas costas otros comerciantes.



Aquellas reinas iberas, fueron identificadas con las Grayas y las Gorgonas (muy relacionadas entre ellas); que se consideraban las vigilantes y dominadoras del Atlántico.  Por lo que además, a ello se une le circunstancia, de que posiblemente en Iberia hubo adoradoras de la serpiente (como sucedía entre las civilizaciones de agricultores). Por lo que se consideró y se dijo, que esas reinas eran demonios con formas de culebras. El hecho que hace suponer que en nuestra tierra se adoró a la sierpe está en que uno de los nombres que se daba al Norte de la Península fué el de Ophiussa -lugar de culebras-. Por lo que de todo aquello (de las reinas y de los ofidios), se crearía esta leyenda-mito de las Gorgonas y de las Grayas, entre las que destacaba Medusa: La monarca occidental, con pelambrera de sierpes y mirada mortal.



Como decimoe, no debemos de olvidar nunca cuando mencionamos este mito de las Grayas y las Gorgonas, a las reinas ibéricas que conocieron y mencionan los griegos. Pero si vamos a hablar del Románico es obligado también recorcionar a Lupa Luparia, la que gobernaba la zona del Corcubión y Compostela, en la epoca en que llegó por mar el cuerpo del apóstol (para ser allí enterrado). De tal manera, el mismo relato de Santiago nos enseña que cuando arriba la barca que había traido el cadaver decapitado del Santo (desde las costas de Israel hasta las de La Coruña, por efecto de la corriente). En aquellas tierras aún paganas de la Galicia romana, gobernaba la reina Lupa Luparia; lo que muestra y demuestra (a nuestro entender) que en este lugar existía un culto o templo de Venus-Astarté. Diosa reina fenicia, extendida por toda la Península, en cuyos "sacros recintos" se practicaba la prostitución sagrada; de lo que aquella diosa llamada por los romanos "del Lupanar" (de la prostitución), simbolizaria esta reina Lupa que gobernaba el Corcubion a la llegada del cadaver del Santo. Deidad nacida de Astarté-Venus-Loba y que en mucho se asimilaba también con la misma que había amamantado a los fundadores de Roma (Rómulo y Remo). Quienes habían sido arrojados al Tiber y criados por la loba Capitolina.



Pero no nos adelantemos tanto a las conclusiones que podemos obtener de estas figuras de "las adúlteras" o de las representaciones que denominan: "La Lujuria". Pues para comprenderlas habremos de explicar paso a paso sus orígenes e interpretaciones. De tal manera, la que veíamos en el capitel de Burgos, en Teza, afirmamos y creemos que al margen de representar "el pecado carnal"; se puede denominar claramente como La Gorgona (Medusa). Tanto que dijimos como a su lado tiene a Pegaso, el caballo alado que nace igualmente en las tierras occidentales y atlánticas. Un mito que de seguro procede por saberse en la Antigüedad, que los equinos más veloces del Mediterraneo eran los del sur de Portugal
(para su comprensión, consultar mi obra "Higo, higa, higado y aojo" en El Cuerpo en La Tradición. Fundación Joaquín Diaz, 2007; donde explico que el mito de las yeguas fecundadas por el viento en El Algarve, que recogen varios autores clásicos, se relaciona con Pegaso, el caballo alado nacido de Medusa, la reina de Occidente) .Por lo demás, sobre la otra serpiente que rodea a esta mujer (monstruo del capitel de Teza), vemos una grulla. Algo que plenamente concuerda con la iconografía de la Muerte de Medusa. Ya que Las Grayas -las grullas, en griego- igualmente vivían en el extremo occidente y eran otras "reinas" terribles, que vigilaban el paso de los estrechos (posiblemente su mito, se refiere al de Gibraltar y sus dificultades para cruzarlo). Estas Grayas, estaban emparentadas con las Gorgonas y gracias a ellas, Perseo consigue conocer el camino para llegar hasta Medusa, a quien mata el héroe heleno, siguiendo los consejos de aquellas viejas monstruosas denominadas grullas ( otras monarcas del Oeste).



Así es sabido que para dar muerte a La Gorgona, cuyos ojos convertían en piedra a todo aquel que la mirase. Ideó Perseo poner frente a aquella un escudo, para que actuara de espejo y que con aquel reflejo, Medusa se petrificase a sí misma. Tras aquello, cortó la cabeza a la reina horrible, cuyos cabellos eran serpientes; momento en que el mito dice que nace Pegaso. Pero para comprender que la escena a la que nos referimos es exactamente esta que describe el capitel, observemos no solo a Pegaso con la Graya (grulla) y la diosa llena de sierpes. Sino, que además, con detenimiento, también veremos como Medusa a quien rodean las sierpes, lleva en el centro del cuerpo  un espejo-escudo, que sujeta y que de seguro es aquel con con cuyo reflejo quedó convertida en piedra... ¿En capitel?... 


Podemos hasta incluso preguntarnos si es ese el simbolismo de esta piedra tallada de Teza. Pues la riqueza iconográfica que contiene esta imagen que hemos descrito, es solo comparable con su significado histórico y mitológico. Todo ello, de seguro, porque la cultura de los monjes y sacerdotes en el románico era enorme; fundamentalmente en lo que se refería a mitos, mitología, religión e iconología (grecolatina y cristiana). Por otro lado; lo que parece claramente un espejo y que sujeta la dama en su vientre. Se relaciona con un "omphallos" (ombligo) y con la imagen del embarazo y el parto. Con la de las Pitias que guardaban el "pomphallos" y con el comienzo de Pegaso, nacido de la muerte de la madre, rodeada de sierpes.



Por cuanto decimos, aquella mujer que en principio nos pudo parecer una simple representación de la lujuria (la amamantadora de bestias), al menos en el capitel de la iglesia de Teza -en Burgos-, tiene una simbología y significado profundísimo y mucho más amplio que una simple "dama adúltera". Simbolismo sobre el que incluso, nos podríamos plantear de dónde procedería el recuerdo que aqui guardan. Al igual que sus ritos, o los de estas reinas y deidades tan monstruosas que a los griegos tanto amedrentaban y que situaban en zonas cercanas a nuestras tierras (Las Grayas, Las Gorgonas, Caribdis y Escyla etc). Unos ritos y unas serpientes que se conservaron en los principales mitos griegos y que al referirse a Occidente, por lo que es normal que los clérigos las representasen en las iglesias hispanas.



Aunque muy interesante sería también, intentar saber si en verdad hubo algún tiempo en el que reinas o sacerdotisas, fueron veneradas como diosas de las serpientes (sobre todo en nuestras tierras). Pues ello puede explicar el origen del mito y el temor de los helenos por aquellas religiones antiguas (u occidentales) que veneraban a las culebras y que pudieron encontrar al llegar a la Peninsula, como restos ancestrales de cultos antiquísimos. Para comprenderlo mejor brevemente estudiaremos lo que se llamaron en Creta Minóica, las señoras de las sierpes o las diosas de la culebra (por algunos confundidas con Britomartis). Pues en ellas puede haber una imagen relacionada sobre los cultos y ritos que permanecieron en Iberia y que luego encontrasen los griegos al llegar a nuestras tierras.



JUNTO A ESTAS LINEAS: Estatuilla minoica anterior al 1600 a.C., que es efigie de la famosa diosa o sacerdotisa de las serpientes, cretense. Veamos como el parecido con la representación de la lujuria de la que hablamos es mucho; tanto como el significado puede tener similitudes en su sentido sexual, relativo al ofidio. Estas estatuillas pertenecen a una época en la que las deidades aún eran daimones, o dioses que luego se llamaron demonios (nacidos en cuevas y con forma de culebra). Se trata de la Edad del Bronce, época en la que la serpiente era aún de gran utilidad para guardar los silos y el grano. Pese a ello, vemos como el gorro de esta sacerdotisa-diosa ya contiene en su parte alta un gato. Ello hace alusión clara a la aparición del gato doméstico que sustituiría en sus funciones como guardían de los roedores, a la culebra (tan adorada y cuidada, hasta que se domestica el felino).




BAJO A ESTAS LINEAS: Otra deidad de las llamadas diosa de las sierpes. Igualmente y como la de arriba, del Museo de Herakleion, fechable en época anterior al 1600 a.C.. Observemos que de manera exacta a las mujeres mordidas o amamantando ofidios, que representa el románico, van estas de Creta con el pecho descubierto. Ello porque existe una conocida unión entre lactancia y  la culebra de la que más tarde hablamos; debido a que a las sierpes les atrae sobremanera la leche (tanto que antiguamente, el medio más fácil para atraparlas era poniendo un cacillo  -para envenenarlas o para amaestrarlas con esa leche que se les daba-). Los orígenes de Iberia se relacionan culturalmente muchísimo con Creta, por lo que no es de extrañar que al igual que el toro fué totem de la isla del Egeo y de nuestras tierras, la culebra lo hubiese sido también aquí, durante la Edad del Bronce y a los comienzos del Hierro.

Una vez vistas estas figuritas que tanto se nos parecen a las que hemos presentado en los capiteles, parece que podemos entender de donde procede este icono que llaman "La Lujuria". Por lo que deseamos exponer -a grandes rasgos-, como era esta religión que aquellas mujeres cretenses profesaban y que tanto horror (seguramente) les producía a muchos de los griegos, ya en época clásica.  Pues es casi seguro que en Iberia existieran cultos muy parecidos, que quizás se mantuvieron hasta bien entrada La Edad Media (y de ello, posiblemente, que se recojan con tal profusión en los capiteles románicos y góticos escenas como estas). Para comprender lo que significaba esta religión de la culebra, quizás baste con leer lo que recoge R.W. Hutchinson sobre ese tema, en La Creta Prehistórica (Fondo de Cultura Económica. Mexico 1978. Cap. VIII; La religión minoica)  al escribir: "La serpiente doméstica que se alimentaba y reverenciaba como el genio doméstico o el angel guardian del hogar ", aunque es un rito que no se ha acabado en Grecia. Pues los campesinos aún liban leche, o ponen un cacito en las esquinas de la casa para aquella a la que llaman "nicocires"(señora) o "zópacas" (genio del hogar). El motivo de este cuidado hacia tan aberrante "mascota" nace del miedo a los ratones que en verdad transmiten malas enfermedades (no una simple picadura). Tanto como al terrible poder destructivo para el cereal, las semillas y las cosechas, que tienen los roedores. De tal manera, una civilización basada en el trigo (como fueron muchas de la antigüedad), parece lógico que se sirviera de sierpes relativamente venenosas para defender sus casas y cosechas (como la culebra bastarda -común- ibérica, cuya mordedura apenas produce más que malestar y fiebres).


De todo ello, parece lógico que se desarrollara una religión en la Edad del Bronce que adorase a los ofidios -sobre todo cuando el gato no estaba aún domesticado-. De hecho y consecuentemente con ello, en Egipto la sierpe era sagrada hasta que aparece el felino de casa, época en las que la diosa Mehent (la gran serpiente protectora) se sustituye por Mafdet, deidad con cabeza de gato que mata a los ratones -y a las culebras-. Pese a ello, la cobra siguió siendo adorada en Egipto siempre, pues parece que esta especie ofidia es bastante fácil de domesticar, conoce al amo y era usada para proteger templos o tesoros (a mas tumbas y de recintos sagrados). Consecuentemente, hubo una religión en la que aquellos dioses sierpes eran los dueños y señores del templo; ritos que llegaron en parte a la Grecia clásica en la forma del culto a la serpiente Pitón. Estando entre sus oficiantes las pitias (o pitonisas) y a la adivina Delfine (la culebra delfín, del templo de Apolo de Delfos). Aunque en época tardía y clásica, aquella Delfine se sustituyó por la forma de una mujer con medio cuerpo de delfín pez y no por la originaria, que era mitad culebra y mitad persona.


Consecuentemente, vemos como estos ritos de los que procede el Oráculo de Delfos, vienen directamente de aquellos anteriores cultos de Creta; nacidos en las épocas en las que estas diosas-sacerdotisas (que vemos arriba, con culebras), reinaban en el mundo religioso. Sobre ello, Joseph Campbell en Las Máscaras de Dios (Mit. Occidental; Cap. I "La desposada de la serpiente"; parte 2 "Zeus Meilichios") habla del templo de Apolo en Epiro con las siguientes palabras, recogiendo una cita de Elio (autor del siglo III d.C.):


Es un "bosquecillo dedicado al dios, con un cercado redondo en cuyo interior hay serpientes, seguramente que se interpretan como jugetes de la deidad (Apolo). Solo se les puede acercar la sacerdotisa virgen, quien desnuda lleva la comida hasta las sierpes. Las gentes de Epiro dicen que estas culebras  descienden directamente de la Pitón de Delfos. Y de ello, si cuando la sacerdotisa se acerca, las serpientes se muestran apacibles y comen venebolamente lo que les lleva, se dice que ello significa que habrá un año de abundancia y sin enfermedades. Pero si se asusta y no comen los dulces de miel que les regalan, ello augura lo contrario".


En las frases anteriores, comprendemos claramente lo que era el oráculo serpentario, tan comun en Grecia y tan arraigado y tan normal, que en casi todas las ciudades importantes había una pitia y templos de este tipo. Aunque eran recintos dedicados a los más antiguos dioses, llamados daimones y situados en los bosques, donde se realizaba el rito de regalar dulces de leche con miel a la culebra, exvotos llevados hasta la sierpa, para que se los entragase una sacerdotisa virgen (como las que vemos en las estatuillas). En el análisis de Joseph Campbell, aquellas deidades correspondían a dioses de la Noche de los Tiempos (la Prehistoria) y algunos de sus terribles ritos se conservaban. Esos horribles ritos consistían en inmolar seres vivos, que normalmente eran cerditos; anque se sabe que en otras ocasiones lo fueron, humanos....


Sobre estos rituales y lo que en esos templos sucediera, no nos puede caber la menor duda de que la adoración al ofidio podía tener consecuencias nefastas para las sacerdotisas que lo llevaban a cabo. De aquí, seguramente, el prestigio y el reinado de estas damas de las culebras en Creta y Grecia (donde eran las "amas de los oráculos" -las pitias, con nombre de serpientes-). Algo que quizás ocurría de manera parecida con el toro, del que vemos en los frescos minoicos como era igualmente reverenciado y toreado por sacedotisas (a "la landesa", con recortes y saltos). No dejando lugar a dudas de que aquellos ritos tendrían terribles consecuencias comunmente para las mujeres que los hacían, muriendo muchas de las oficiantes ante el dios toro, o ante las diosas sierpes.


Aunque aquello nos pueda parecer imposible que haya sucedido, máxime con un carácter sagrado y menos que se haya representado en los templos (como la dama con serpientes o los hombres con toros). Aún en nuestras tierras se ofician ceremonias muy relacionadas con una sacralización similar de uno de estos totems minoicos (y griegos). Ritos procedentes de reiligiones ancestrales y que increiblemente han pervivido hasta nuestros dias. Los referidos a la religión de las sierpes, han desaparecido y ello, seguramente por la sustitución del gato por culebra en la guardia de las cosechas y los silos. Pese a elló, en la época de Pausanias aún proliferaban los cultos al ofidio y este autor recoge en su "Descripción de Grecia" (20, 1-3) un santuario de las culebras, de origen cretense, situado en la Hélade. Narrando como visitó en la ciudad de Ilitia este templo-cueva, que estaba dedicado al "salvador de la urbe", donde las sierpes eran alimentadas por sacerdotisas vírgenes con agua cebada y miel. El mito que daba origen al santuario, narraba como una anciana, al ver que la ciudad estaba siendo atacada por enemigos, mientras llevaba a su nieto en brazos, lo dejó en el suelo por un momento. El niño se convirtió en ese momento en una gran culebra, defendiendo la ciudad y salvándola del asedio. Desde ese día se habia venerado allí a una gran serpiente, que se guardaba junto a la estatua de Perséfone y a la de Lucina (las diosas de la Tierra = Perséfone de los infiernos;  y la de los partos, que ayudaba a dar a luz = Lucina). Siendo ambas, Lucina y Perséfone las compañeras comunes de estos "daimones" o dioses culebras.


Sobre estos hechos nos podríamos extender muchísimo, partiendo ya de mitos como el de Erecteo y la fundación de Atenas. Debido a que este primer rey de la ciudad (Erecteo), que se conoce como el hombre que trajo el cereal hasta Grecia. Era hijo de Cecrops (en otros mitos padre) rey de Atica quien nació mitad hombre y mitad serpiente. De ellos (Cecrops y Erecteo) que se narran multiples historias relacionadas con su calidad de seres semi-serpentinos, habiendo sido conservados en cestas como culebras, al parirlos así sus madres (con cuerpo de víboras). De igual manera, el primer Zeus, el más antiguo, nacido en Creta era igualmente de la misma índole (mitad hombre mitad serpiente); tanto como el más antiguo mito de Dionisos,  le hace también originario de la isla de Minos, e igualmente venido al mundo con forma de culebra. Ello procede de la época en la que los dioses eran Daimones (tal como Campbell expresa) y curiosamente estas sierpes se alimentaban principalmente de leche y miel (lo que explica que las nodrizas de Zeus fueran Melisa y Amaltea -la cabra y la abeja-).

Una vez expuesta la importancia de esas diosas o sacerdotisas de las sierpes, regresamos de nuevo al Románico y sus representaciones. Pues tal como dice Maria Angeles Curros
("El Lenguaje de las Imágenes", Madrid 1991; pag. 83-87 y ss) , "El arte románico y su relación con religiones universales telúricas: Si queremos comprender las formas religiosas del románico no cabe la menor duda que tendremos que verlas en relación con otras religiones ancestrales". Para seguir exponiendo sobre las imágenes del románico en su capítulo "Religiones telúrico mistéricas: La Madre Tierra aparece con diversas adoraciones: Demeter, Isis, Cibeles etc. Su encarnación originaria fue la serpiente y más tarde la del dios que muere y renace". Expresando que estas Madres de la Naturaleza se contienen en casi todas las representaciones femeninas de la Antigüedad y en especial se expresan como matronas que amamantan. Siendo entre todas, la mas conocida, la del Ara Pacis; que está presidida por un ama que amamanta a dos niños.   

Continúa esta autora (Ma. Angeles Curros) exponiendo que "la matrona" en la estatuaria románica a veces amamanta sierpes, escena que ella interpreta como claro símbolo peyorativo, que deriva hacia el significado de "la lujuria" (como pecado terrible de la carne). Pese a que, cuando la misma matrona lleva niños, significa "la caridad" y cuando porta otros animales o personas chupando de sus senos, tiene muy distinto significado. Terminando la exposición con una aclaración en la que esta autora opina que la Virgen nada tiene en común con esta Madre Tierra, diciendo: "En Maria, no hay nada que ver con la diosa Tierra, ni con sus personificaciones evolucionadas". Así afirma que muy por el contrario, es esta la que lleva la sierpe a sus pies, que pisa, tal como El Antiguo Testamento enseña, dictando que entre ella y la culebra, habrá siempre odio: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo. Te pisará la cabeza, mientras tú acecharás su talón" (Génesis 3,13-16).

 
Pero regresemos a la figura que estábamos analizando, rifiréndonos a la que preside la entrada de la Catedral de Huesca. Así veremos de nuevo, la mencionada "dama mosntruosa" que llaman La Lujuria y que precisamente se sitúa bajo los pies de la Virgen y el Niño en la portada.

AL LADO: de este párrafo, observamos la portada de entrada al templo, en cuyo centro está precisamente aquella imagen tan extraña.




BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo otra foto de la escultura que preside la entrada de la Catedral de Huesca. Esta vez, tenemos una imagen aumentada, en la que observamos que no parecen ciertamente serpientes aquello que chupa los senos de la mujer. Dama decrépita, que figura con los pechos muy secos, medio andrajosa y con el rostro deformado (sin cara). Todo ello nos servirá para analizar con detenimiento el significado y simbología de esta curiosísima entrada a un templo tan importante como el de Huesca.

 



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