ÍNDICE
GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general,
que contiene los más de ciento sesenta artículos que hasta ahora
hemos editado en "Tartessos y lo invisible en el arte".
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Los
capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan
de imágenes con un amplio comentario explicativo (redactado
en rojo y cuya finalidad es razonar ideas).
Si desea leer el artículo entre líneas, bastará con seguir
la negrilla y las
letras rojas destacadas.
.
.
SOBRE
ESTAS LINEAS:
Arriba, altar de oficios de Cueva de Almanzora (en un dibujo mío).
El profesor Jose C. Martín de la Cruz cita este ara fechada a fines
II milenio como ejemplo claro de influencias llegadas a nuestra
Península desde el Mediterráneo Oriental antes de la Edad del
Hierro. En el presente estudio continuamos con el análisis de la
pre-colonización, comenzando por el caso de estas mesas rituales
como la de Cueva de Almanzora
-rematadas con pitones de bóvido y muy parecidas a las que existían
en el mundo minóico durante las mismas fechas-.
.
ABAJO:
Dibujo mío con un plano del
templo de altar con cuernos, hallado en La Encantada, Granátula de
Calatrava (Ciudad Real) -según imagen y esquema del prof. García y
Bellido-. Se trata de un recinto sagrado fechado entre los siglos
XVII al XV a.C.. A mi juicio la tipología de su mesa ritual con
astas, se corresponde con las que durante la misma época existían
en el Egeo (más concretamente en Creta y Chipre).
.
.
BAJO
ESTAS LINEAS:
"Terraza"
próxima a la "sala del hacha doble" en Cnossos
(agradecemos
a su patronato nos permita divulgar nuestras fotografías del
palacio). Esta
zona del "edificio real" minoico se encuentra muy próxima
a la estancia que Evans bautizó como la del "Labrys" o
bipenna,
de donde tomó su nombre el Laberyntos (punto aproximado desde el que
está tomada la imagen que vemos). En
aquella habitación
de la bifaz, Evans
encontró infinidad de estatuas votivas de diosas y sacerdotisas con
las manos en posición semejante a las astas, presididas por unos
grandes cuernos en alabastro o mármol. Diseño semejante a la
cornamenta del toro que igualmente podemos apreciar decorando esta
azotea
-al final del palacio y en el extremo; actuando a modo de altar, o
decoración con almenas hechas de astas-.
.
La
representación de esos
altares rematados con dos astas es común en casi todas las épocas
de Creta antigua. Tanto, que prácticamente no hay sarcófago
-cerámico- o fresco, en los que no se representen estos dos pitones
del bovino.
Tan repetidos en las pinturas minóicas, donde veremos oficiantes y
oferentes que realizan sus ritos sobre aras con forma de grandes
cornamentas. Por su parte, igualmente aparecen
infinidad de decoraciones de azoteas y terrazas con este símbolo
-como
los de Cnossos-; sobresaliendo
del templo o del palacio los enormes cuernos, quizás con el fin de
identificar el edificio con la figura sagrada del bóvido. Todo
lo que ciertamente podríamos relacionar con los
altares en forma de cuero peninsulares; como residuo o recuerdo de
una cultura milenaria heredada y unos ritos en parte semejantes
(llevados a cabo en el esas aras del en forma de cuero, que
estudiamos). Sin
lugar a dudas, a mi juicio son esos altares minóicos -cuyo uso se
extiende desde el siglo XVII a.C.- los que podemos considerar como
antecedente más directo del otros ejemplos hallados en nuestras
tierras. Como el de Granátula de Calatrava (cercano al siglo XVI
a.C.) o el de Cuevas de Almanzora, fechado hacia el 1100 a.C..
.
.
Continuamos
comentando y resumiendo y la obra que hemos analizado en los dos
últimos artículos:
“Contacto
cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico
(siglos
XII-VIII ane)
La precolonización a debate"-
(1)
. Libro
publicado por el CSIC, que participaron los mejores especialistas en
colonización y precolonización de la Península Ibérica; donde
cada autor aportó una separata sobre el tema.
En nuestras dos entradas anteriores habíamos estudiado los trabajos
aquí publicados por los profesores: Escacena Carrasco, Torres Ortiz
y López Castro. En
el artículo de hoy analizaremos el capítulo escrito por José
Clemente Martín de la Cruz
(intitulado El Valle Medio del Guadalquivir).
Asimismo, para su comentario incluiremos algunas ideas de profesores
como Germán Delibes; añadiendo demás, otras opiniones (fundamentalmente
personales).
.
A)
EL VALLE MEDIO DEL GUADALQUIVIR
(José
Clemente Martín de la Cruz):
(2)
.
Inicia
este autor su artículo escribiendo (SIC):
“Hace
ya veinte años que publicábamos Cerámicas
inéditas del Bronce Final (...)
y ¿Cerámicas
micénicas en Andalucía? (...),
donde se recogían hallazgos de fragmentos de cerámicas a torno, de
dos variedades muy diferentes, en el valle medio del Guadalquivir
(…)Todos
ellos procedían de la excavación del Llanete de los Moros (Montoro,
Córdoba), y de niveles con cerámicas a mano, locales, y con
asociaciones de Cogotas I (…) reconocieron la procedencia micénica
de los fragmentos pintados y, con la ayuda de análisis de activación
neutrónica, el taller en el que se fabricaron, el de Micenas-Berbati
(…) el
problema a partir de ese momento era, explicar qué hacían
esas cerámicas en la cuenca media del Guadalquivir, mediante qué
proceso de intercambio, o contacto habían llegado
y sobre todo abrir un profundo debate sobre la caracterización
socieconómica de los grupos locales (…) estábamos
tratando de buscar las razones por las que era posible el contacto de
gentes mediterráneas con culturas del mediodía andaluz, sobre todo
porque no existían problemas irresolubles en la navegación
(…) La
búsqueda bibliográfica, y la comunicación personal con otros
investigadores, nos llevó a la identificación de un conjunto e
restos, procedentes en su mayoría de Andalucía, con una cronología
muy dispar, pero que gran parte de ellos pueden fecharse en el último
tercio del II milenio a.C.. Incluiremos también dos hallazgos que no
están en territorio de Andalucía pero que siguen demostrando la
existencia de las comunicaciones
utilizando el valle de los ríos (3)
.
.
De
esta manera comienza el prof. Martín de la
Cruz enumerando diversos
hallazgos que demuestran la llegada a nuestras tierras de gentes del
Mediterráneo oriental, en épocas anteriores a la colonización
(previas al siglo VIII a.C.). Consecuentemente con cuanto plantea el
autor, vamos a aunar en cuatro grupos diferentes estas distintas
muestras de precolonización. Objetos que conforme a su tipología
podemos clasificar en: Mesas altares con cuernos; puntas de flecha y
armas; cerámicas a torno; joyas o abalorios.
.
.
SOBRE ESTAS LINEAS: Diferentes sellos minoicos dibujados por Evans en los que se recogen altares de cuernos. Los dibujos de Sir Arthur pertenecen a su obra “The myceanean tree and pillar cult” (1901) y han sido retocados por mí. Arriba, oficiantes representadas junto al ara de astas en un engaste de anillo de oro.
.
1º-
MESAS RITUALES CON ASTAS (del totem “buey”):
Tal
como vimos en imágenes,
J.C. Martín de la Cruz recoge la “mesa altar” con cuernos de
Cuevas de Almanzora (en Almería). Sobre la que escribe
textualmente:
“Excavado
por L. Siret, (...)
se propone una cronología de Argar A, que con las actualizaciones de
fechas (...) radiocarbónicas calibradas, nos acerca a comienzos del
II milenio ane” (4)
.
Más
tarde, habla del altar con
cuernos de La Encantada (Granátula de Calatrava), acerca del que nos
dice que “sus
excavadores interpretan como «templo funerario» y que vinculan con
unas
relaciones
constantes entre la cuenca oriental del Mediterráneo,
en
particular
anatólicas,
y la Península
Ibérica
(...).
La
cronología
obtenida
por C14
para
el nivel
III
(...) permite
fecharlo en el siglo XIV ane.
(...)
o entre los siglos XVII-XVI a.C.
por medio de la calibración directa de estas fechas
(5)
.
.
A
mi juicio tales mesas rituales aparecidas en la Península y fechadas
hacia el 1700 a.C. descenderían directamente de las aras y símbolos
cretenses; cuyas astas con sentido sagrado proliferan en todo
monumento y en los objetos de aquella cultura -especialmente desde el
Minoico Proto-Palacial (1900 a.C.) al Postpacial; llegando al
Subminoico (circa 1100 a.C.)-. Actualmente no tenemos medios para
demostrar esa llegada de gentes de Creta (o de Chipre) hasta
nuestras tierras, en
las épocas que marcamos. Ello
principalmente por dos motivos: Primero
por la distancia en el tiempo; ya que hablamos de hace casi cuatro
mil años -el doble desde la creación del Imperio Romano y mil años
antes a la venida de fenicios o griegos hasta nuestras costas-.
En segundo lugar, es
muy importante tener también en cuenta que las culturas marineras
apenas dejar restos materiales. Especialmente cuando viajan a tierras
lejanas en busca de metales y riquezas
(tal como harían los egeos al venir hacia el remoto Occidente). Pues
hemos de suponer que los
cretochipriotas, cuando al comienzo del segundo milenio a.C.
necesitaron estaño y cobre en abundancia
-a más de oro y plata-; hubieron de buscar estas minas navegando por
mar y procurando que otras gentes no descubrieran sus rutas. Llegado
primero hasta los yacimientos de Anatolia (que cerraron muy pronto
los hititas); debiendo por ello luego viajar hasta Cerdeña -donde
abundaba un cobre arsenicado y un plomo impuro-. Aunque finalmente
hallarían los yacimientos ibéricos. Unos filones de enorme riqueza,
pureza e importancia en oro, plata, estaño y cobre
(principalmente los del litoral Atlántico).
.
De
tal manera, parece evidente que las
culturas del mar Heládicas y Minóicas, llegaron hasta Iberia en
busca de mineral cúpreo y de casiterita
-por entonces imprescindible y cuyas minas ya se habían agotado
prácticamente en el oriente mediterráneo-. Pues
durante el segundo milenio a.C. -en plena Edad el Bronce-, lo más
preciado era tener en abundancia estaño y cobre (para
crear armas y herramientas, o para comerciar estos metales). Materias
primas con las que se fabricaba por entonces todo utensilio de
importancia y que tenía el enorme problema de ser semiprecioso -al
escasear sus minas-. Siendo por todo ello evidente que muchos
precolonizadores llegarían desde Creta o de Chipre a nuestras costas
(riquísimas en metales preciosos); viniendo
durante los veranos, en un viaje que no necesitaría más de tres
semanas de singladura costeado. Todo lo que un marinero experimentado
podría hacer con un barco de vela y remo;
pudiendo regresar cada vez al Egeo, cargado de cobre, casiterita,
plata y oro. Tras un viaje que no entrañaba riesgo alguno; al menos
si lo comparamos con los peligros a los que se enfrentaba el hombre
antiguo (al que acechaban a diario las enfermedades, los ataques de
extraños, la inseguridad del entorno y sobre todo, las guerras).
Necesitando
tan solo una nave de unos quince metros de eslora, para lograr
transportar más de quince toneladas de metal en sus bodegas. Un
comercio y un mercado que capitalizarían los reyes y los ejércitos
del Egeo; ávidos por hacerse con las rutas hacia el cobre, el
estaño, la plata y el oro (que luego ellos mismos consumirían; o
bien que venderían a los egipcios, canaaneos e hititas).
.
.
SOBRE
ESTAS LINEAS:
Figura con un altar minóico y un “oficiante” recogida por Arthur
Evans en su libro “The myceanean tree and pillar cult”
-Pag 103-
(6) .
Como podemos ver, el personaje que Evans vio representado, se sitúa
frente a una mesa ritual con astas, ante la que adora o bien
sacrifica, un exvoto. El
aspecto de ese ara con cuernos cretense del periodo palacial, tiene
mucha relación con las aparecidas en nuestra península.
.
AL
LADO: Chipre (Pigadhes). Ara del Bronce
Tardío -altar de Cuernos tipo minóico fechada hacia el 1200 a.C.-.
El aspecto y diseño de este lugar ritual chipriota es muy semejante
al que guardaban las estelas y mesas sagradas de Creta desde el siglo
XVII a.C..
.
Acerca
de los altares con formas de bóvidos (imitando sus cuernos o su
piel), hemos publicado varios artículos, en los que explicábamos el
origen de estas mesas rituales que copiaban al totem buey.
Unas aras con “pitones” en sus esquinas o con el diseño del
cuero curtido, que se extienden desde el Mediterráneo Oriental,
especialmente durante la Baja Edad del Bronce. Habiendo sido usados
desde comienzos del segundo milenio a.C., sobre todo en las islas de
Creta y Chipre; aunque más tarde y a partir del 1100 a.C. se
difundirá su utilización por tierras de Canaan y de Anatolia.
Apareciendo concretamente en áreas de influencia micénica, como
Megiddo o Israel (donde
sabemos que huyeron los expulsados del Egeo y del mundo
cretochipriota; escapando de las hordas del hierro que desde el siglo
XI a.C. arrasaron el oriente mediterráneo). De tal manera, para
comprender mejor cuanto expongo; vamos a resumir algunas de las ideas
contenidas en mis artículos, donde trataba acerca de esos altares de
la Edad de Bronce con forma de bovino.
Capítulos entre los que desearía destacar los siguientes (7)
:
-LOS
BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO:
-EL
ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-posible-origen.html
-LA
MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte primera-:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de_29.html
-LA
MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte segunda-:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
-LA
TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS, SEMEJANTES A
LOS CANAANEOS:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/04/la-tarshish-biblica-y-los-altares.html
-ALTARES
TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y CRISOLES:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/altares-tartessios-cultos-ctonicos-y.html
.
En
el primer capítulo de los arriba mencionados (LOS BUEYES DE GERIÓN
Y EL ALTAR PIEL DE TORO), comenzábamos una serie que se
iniciaba explicando el significado que tenían aquellos “bueyes de
Gerión” robados por Herakles. Toros o cueros que a mi juicio
tan solo sublimaban en un mito el modo en que los griegos llegaron
a La Península Ibérica, para llevarse los metales. Lingotes que
por entonces se fundían o valoraban como cabezas de ganado; y que
Hércules (el símbolo de las gestas helenas) logró “robar” de
las tierras de Gerión, para llevarlos hasta su patria. De tal
manera, aquellas piezas de bronce y estaño con forma de cuero; no
solo eran “talentos” valorados en reses (en pecunia), sino que
además significaban la “moneda” más antigua. Señalando una
forma de trueque primera, que sabemos se hizo con las hachas de metal
cúpreas; bifaces de bronce cuyo diseño se asemeja bastante al del
cuero curtido. Existiendo evidencias arqueológicas a mi juicio
de que aquellas bipennas planas -del tercer y segundo milenio a.C.-;
primero se usaron como moneda y más tarde se identificaron con las
pieles bovinas y ovinas. Aunque solo fuera para establecer entre
ambos objetos un precio comparativo y así poder comerciar; cambiando
hachas por curtidos, o bifaces por cabezas de ganado.
.
Consecuentemente
escribíamos en este primer artículo nuestro el
modo en que hemos
explicado en infinidad de ocasiones, que
los lingotes más antiguos con los que se comerció el bronce
(principalmente
en
Creta, Cerdeña o Chipre, ya desde el siglo XVII y hasta al menos el
X a.C.);
terminaron tomando esta forma de piel bovina, como recuerdo del
mercado más antiguo y el de sus valores más precarios
-las cabezas y pieles del ganado-. Pero no solo por ello debieron de
dar esta imagen al lingote que hoy llamamos "Keftiu" o
"Piel de buey"; pues a su vez, creemos que el diseño de
fundido en cobre con bloques semejantes a un curtido,
también nacería por semejanza o plesiformía de su diseño con las
hachas dobles -bipennas-. Pues
a mi juicio, aquellas dobles hachas de bronce, como objeto artificial
hubieron de ser las más antiguas monedas de cambio. Pudiendo
usarse fácilmente como dinero o medio de valorar mercancías -muy
anterior a la llegada del Hierro y a las acuñaciones de metal
noble-. Todo
expuesto añade a su vez gran sentido a la sacralización de estas
hachas dobles, denominadas en Creta "labrys" y que daban
nombre a templos como el del "Laberynto" (en Cnossos).
Una sala donde se oficiaba en honor de aquel arma cuyo significado
religioso fue semejante al posterior martillo de Thor, a la lanza de
Atenea o al rayo de Zeus -como símbolo de la protección divina, del
metal guerrero y del progreso-.
Por lo que en época micénica y minoica se adoraba a estas hachas
dobles, cuya linea es semejante a una piel de toro simplificada.
Tanto,
que creemos que esa fue la razón por la cual el lingote cúpreo (con
el que fabricaban las armas -en general-), terminaría finalmente
fundiéndose con un diseño similar al del pellejo del bovino y al de
una Labrys -o bipenna-.
Como símbolo del metal
protector y a su vez como el del totem de la guerra: El toro, tan
reverenciado por aquellas culturas mediterráneas más antiguas.
.
Repetiremos
así que los pectorales del referido tesoro de El Carambolo , a mi
juicio fueron el símbolo de aquellos bueyes del monarca de
Tartessos. Porque los "toros" de color cúpreo del rey
Geriones, realmente significaban las riquezas en cobre -estaño, oro
y plata- que abundaban en la Península. Unos bienes o pecunias que
venían a llevarse (o a hurtar) los intrépidos colonizadores
llegados desde las más lejanas tierras del Mediterráneo.
Griegos y fenicios, helenos, cretochirpiotas o canaaneos; a los que
les unía la ambición de alcanzar El Dorado de la Antigüedad, que
se situaba una vez más en el remoto Occidente. En el lejano Oeste;
llamado Hispania o Iberia porque a mi juicio la palabra Iberia, al
igual que Hesperia (Spal e Hispania), significaban el lugar del
Atardecer, el del Ocaso. Allí donde hace tres mil años terminaba
"el Mundo" y estaban las minas más ricas conocidas por
entonces. Unos yacimientos que controlaba principalmente el monarca,
o los nobles asentados en el Bajo Guadalquivir; quienes cerraban el
camino hacia Rio Tinto, hacia Almadén, el Duero, Orense y largo
etcétera de tierras plenas de oro. Siendo por ello comprensible que
el rey de Tartessos luciera en su pecho aquel lingote áureo, como
símbolo de las vacadas de Gerión; siendo aquel rey turdetano
conocido en el Mediterráneo Antiguo como el monarca de los metales
(8)
.
.
BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado, dibujo esquemático de un sacerdote junto a
este ara con pitones, procedente de un diseño de comienzos del
segundo milenio.
.
.
.
ABAJO: Altares
de cuernos hallados por el mismo arqueólogo (según dibujos del
referido libro de Arthur Evans, que hemos retocado).
.
.
En
mi siguiente artículo acerca de las aras con cuernos
(EL
ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del estudio
de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres-); hablábamos
sobre "El
mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro"
(9)
.
Siguiendo
un trabajo de los autores antes citados
en cuyo comienzo leemos que los investigadores consideran a esos
altares domésticos (llamados "Eschára" o bien "Ashera")
con un origen en el hogar -o el megarón- situados en la habitación
principal del palacio. Posteriormente,
aquel ara pasaría
a relacionarse con el culto dinástico de los reyes y nobles; aunque
al desacralizarse la monarquía en la Hélade, estas aras salieron de
palacio y se incluyeron en los templos; asociándolos al banquete
sagrado
(unidos a la cocina ritual y al sacrificio sobre el fuego). Todo lo
que
a su vez se relaciona con un descubrimiento del profesor Martín
Almagro Gorbea, llevado a cabo en la tumba de Pozo Moro; donde
encontraron igualmente en su planta este diseño taurodérmico.
Hallazgo que se produce al comienzo de la excavación y cuando el
investigador observa cómo el suelo guarda este diseño del curtido.
Lo que sucede
a mediados de los años setenta, poco después de que Kukahn y Blanco
Freijeiro igualmente se habían percatado de la aparición de aquel
modelo -piel de toro- en objetos de tipo tartessio. Observando que
en
la bandejita de La Joya (yacimiento
onubense) se representaban multitud de cueros o de lingotes llamados
"keftius" (cretenses).
.
Seguíamos
diciendo como así comprendemos
perfectamente que el profesor Almagro Gorbea considere una influencia
plenamente hitita (o anatólica), el altar de fuego en forma de piel
taurina; muy extendido por
tierras "turdo-ibéricas". Aunque
a nosotros -personalmente a
mí-, me parezca este diseño
"vacuno" más bien el de un ara de tipo mediterránea,
común a todo el Bronce del Egeo y de Oriente Medio (muy
frecuente en Creta y Anatolia). Una
mesa que imitaba al totem, que más tarde sería exportada por los
minoico-micénios al resto del Mediterráneo. Pese
a que previamente fueron
utilizadas mesas rituales semejantes en Egipto (milenios
antes), tal como se usaron
en Canaan -donde aparecen
ese tipo de aras de sacrificio desde tiempos tan antiguos como en
Anatolia-.
.
Consecuentemente,
consideraríamos más bien el altar taurodérmico como una mesa que
recordaba al crisol o la fragua del metalurgio, en la que se hacían
las armas. Hoguera
comúnmente alimentada por un gran fuelle fabricado con la piel del
del bóvido, que relacionaba
la escena de la fundición, con el toro; al ser este el totem de la
guerra. Un animal que también era la víctima principal que se
ofrecía sobre el fuego en los recintos sagrados
-o en los banquetes principales-. Pues tal como podremos leer en los
escritos que narran un holocausto en Grecia, en Egipto, en Canaan o
en la misma Biblia; las grasas y los
restos principales de aquel cornúpeto, solían ser expuestos sobre
en estos altares; con el fin de que el fuego las consumiera y las
elevara hacia el dios al que era inmolado el astado. Por todo ello
y siendo el buey la ofrenda más propiciatoria y la mayor de las
expuestas en estos casos; en principio no
es extraño que las aras tuvieran una forma semejante a la del totem
que allí se sacrificaba (o se quemaba).
Aunque a decir verdad, en zonas como Canaan o Egipto y hasta en Creta
y Chipre (en el mundo
minóico, el egipcio-micénico y el canaaneo); cuanto
solían imitar esos altares, era los cuernos del toro y no tanto la
forma de su piel. Consistiendo una verdadera novedad este diseño
aparecido en Tartessos, donde las aras semejaban un cuero.
Una costumbre que a
juicio de los investigadores que citamos, puede
provenir desde el recuerdo hitita de Telepinu,
tal como nos explican en el texto que estamos estudiando; o bien de
su influencia a través de los mencionados altares Heládicos.
.
De
tal modo escribíamos que
Almagro
Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres en el estudio sobre
"El
mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro"
continúan con
uno de los temas más interesantes acerca del significado de estas
aras en forma de "res". Como
lo es su sentido
relacionado con el inframundo, los infiernos, los metales, las
riquezas y el misterio de la germinación y la agricultura. Conceptos
que "ritual y
religiosamente" se denomina sentido "ctónico"
y que en definitiva se puede resumir como el sentimiento de la muerte
y del enterramiento, unido al de la plantación y germinación. Lo
que culminará con la resurección del inhumado, del vegetal
(o de los bienes), como
regalo de los dioses. Algo
que a su vez se identificaba
con el misterio de las riquezas y sobre todo con el de las minas o de
cuantos beneficios y animales nacían del interior de la tierra. Por
todo ello, aquellas
libaciones (de sangre, vino
o perfumes) que se hacían
llegar al interior y al subsuelo a través de altares grietas, cuevas
u orificios -artificiales y
naturales-. Se consideraban
un "riego sagrado" propiciatorio y en favor de los dioses
ctónicos. Comúnmente
relacionados con Plutón-Hades o con Perséfone-Proserpina y su hija
Kora- Creres. Habiendo sido un
ritual de este tipo el que al parecer realizaron en la cámara donde
se halló la Dama de Baza
(tal como pudieron comprobar los arqueólogos).
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS:
Diferentes sellos minoicos dibujados por Evans en los que se recogen
altares de cuernos;
pertenecen a su obra “The myceanean tree and pillar cult” (1901)
y han sido retocados por mí. Arriba,
de nuevo el sacerdote que oficia sobre el ara con cuernos; en dos
láminas distintas. Al lado, fresco de Cnossos donde podemos ver
estos cuernos de la consagración.
.
ABAJO:
Detalle de un sepulcro minóico
expuesto en Xania; el sarcófago en cerámica es de periodo
Neopalacial (hacia el siglo XV a.C.). En este pueden verse claramente
representados los cuernos sagrados y -en su centro- el hacha doble
(Labrys).
.
.
Otro
de nuestros artículos
en los que hablábamos de las aras con cuernos durante la Edad del
Bronce se
titula “LA
MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO”. Capítulo que
comenzábamos con las siguientes palabras de los profesores Almagro
Gorbea, Lorrio, Torres Ortiz y Mederos, cuando escriben:
“Este
mitema de la piel de toro y el sacrificio primordial también pudiera
explicar el significado de los llamados ´morillos rituales` (...)
tradición que se ha relacionado con los ´Cuernos del Altar` que de
forma reiterada cita la Biblia"
(10)
.
A
todo ello añadíamos
cómo los
razonamientos
que aquí nos presentan Almagro, Mederos, Lorrio y Torres, no
dejan lugar a dudas
ni podemos discutirlos. Pues el
mito del rey fundador que mata al toro es una leyenda primigenia,
que aparece desde Gilgamesh a Heracles y de Teseo al sacrificio de
Apis. Por
su parte, la plesimorfía del altar parecido al curtido (tan
reclamada por los profesores Escacena y Amores), hubo
de originarse en gran parte, debido la forma del totem allí
sacrificado. Ideas que no permiten rebartirse, aunque sí necesitan
de "una gran ampliación de
conceptos", pues
deja enormes
lagunas
acerca de varias preguntas. Entre las que quedaría por responder:
¿Por qué tan solo se da esta forma de piel, en los altares
peninsulares y no aparece en Oriente Medio?. Ya
que el mito del rey fundador es de origen Oriental, al igual que lo
es la costumbre de sacrificar reses sobre una mesa.
.
Acerca
de las mesas rituales con forma de piel de toro de Tartessos,
escribíamos tambien cómo
personalmente
creo que estos altares tartessios en forma de cuero, descienden de un
diseño minóico. Símbolo sacrosanto para Creta, desarrollado
durante la época de los palacios (entre
los siglos XVII al XV a.C.) y
que fue extendido durante el periodo postpalacial hacia Anatolia y
Chipre (desde
el XIV al XII a.C.). Una
forma nacida primero del "hacha plana" de la Edad del
Bronce y que terminaría transformada en la bipenna,
como objeto de adoración (el Labrys). Diseño
que pasó finalmente a identificarse con el lingote; dando una forma
parecida a las piezas de cobre
fundidas, que
comerciaban los chipriotas, creto-egeos y anatolios, durante los
siglos XIII al X a.C..
Talentos de unos veinte a treinta kilos de metal, en
los que imitaban de la piel del toro (aunque
su forma inicial debió ser la bifaz); por
ser la cabeza de ganado y el cuero curtido, los objetos en los que se
medía la economía de entonces.
Pudiéndose valorar de ese modo, a cuantas reses o pieles,
correspondía cada pieza o talento; sustituyendo estos lingotes a las
hachas -con las que se debió comerciar hasta entonces, usándolas
prácticamente como moneda de cambio-”.
.
Es
en este momento es cuando vemos en nuestras tierras una proliferación
de mesas sagradas semejantes a las de holocausto hebreas y
que reconozco como una
imitación de esas aras con astas, pero interpretadas en la forma del
cueros -o de Labrys-. Un
tiempo que comienza precisamente cuando
Asiria está sembrando la destrucción por todo Oriente Medio.
Realizando invasiones, asedios e incursiones que terminan por hacer
caer a Tiro y Sidón; tanto como por derrotar a Israel, llevando al
cautiverio en Babilonia a la mayoría de sus habitantes.
Momento histórico en el cual hemos
de pensar que cuantos fenicios y hebreos pudieran, huirían por mar
de esta devastación asiria. Pues
por entonces, las guerras
contra Israel comenzadas en el 722 a.C. fueron terribles; culminando
con la invasión de Nabucodonosor (quien
llega a destruir el Templo en el 586 a.C., esclavizando a su
población). De tal modo es
obligado considerar que en estos siglos (del VIII al VI a.C.) muchos
fenicios y judíos pudieron embarcarse en "Naves de Tarshish",
huyendo del horror, para llegar hasta nuestras tierras. Un
lugar muy lejano, donde lograrían vivir sin ser subyugados o
eliminados, y donde
posiblemente impusieron algunas de sus costumbres. Debiendo
considerarse como perfectamente posible el establecimiento de
comunidades israelitas (junto a las fenicias) en la Península
durante este tiempo que decimos; al menos hasta que en el 536 a.C.
pudieron regresar a su tierra. Debido
a que trás el 537 a.C.
Israel y sus habitantes
fueron liberados por Ciro,
quien después de vencer a los asirios, devuelve
su patria a los hebreos. Un momento en el que también hemos de
considerar que muchos de los fenicios pudieron restablecerse en sus
zonas de origen, aunque siempre bajo el dominio aqueménide.
.
.
SOBRE ESTAS LINEAS: El
altar de Tell Beer Sheva, fechado antes del siglo VIII a.C. y
dibujado por mí, tal como fue hallado en los años setenta por
el profesor Aharoni.
En
nuestro anterior artículo vimos una fotografía de esta pieza
-actualmente en el Museo de Jerusalén-; comentando que se trataba de
una mesa pétrea de holocausto, con "cuernos" en las
esquinas (que a juicio de Aharoni mediría 5 x 5 Codos S.H. de ancho;
por 2 codos de alto; 262,5 x 262,5 centímetros aprox., de mesa y 105
ctms. Aprox. de altura). Tan solo tiene como hecho extraño que en
una de sus puntas se haya
grabado
una cobra, lo que a mi juicio sería fruto de los expoliadores o bien
una profanación.
Pese a ello, el
profesor Hitchcock -uno
de los mayores especialistas en aras de este tipo canaaneas-
considera
que pudiera ser una figura de época, simbolizando aquella sierpe la
fertilidad.
.
BAJO
ESTOS PÁRRAFOS:
Dibujo
mío
de diferentes altares
con cuernos hallados en Tell Miqne
(fechados entre el siglo XI y el IX a.C.). Semejantes a otros muchos
encontrados en ciudades de Canaán (principalmente en Megiddo y Tell
Beersheva), estas mesitas-pebeteros con astas se
consideran de procedencia sirio-chipriota y más concretamente,
heredados desde el mundo minóico. Descendiendo
de
los altares con cuernos existentes ya en el tercer milenio a.C. en
Creta y
que también proliferaron en Chipre desde el 1600 al 600 a.C..
Comúnmente
se hallan unidos al culto del aceite de
oliva, lo que como dijimos, podemos interpretar desde dos puntos de
vista:
El
primero -a juicio mío-, porque quizás
estas aras semejantes a la que vemos, fueron utilizadas como
lámparas; poniendo en su centro oleo y quemándolo con unas mechas
que emergieran desde sus cuernos.
Usándolos de una forma parecida a la Menorah o candelabro judío
(que en España vemos en forma de candiles o candeleros, con modelos
protohistóricos que permanecieron hasta la llegada de la
electricidad). En
segundo lugar -ya
expresado por el prof. Hitchock y otros-, desde
la veneración a una deidad de la prosperidad económica, pues no hay
que olvidar que el aceite -a
más de ser alimento, medicina y sistema de encender lámparas- era
uno de los mayores negocios en Creta y Chipre
(durante el segundo milenio a.C.). Industria
heredada siglos después en Siria y en algunas ciudades de Palestina,
como Ekron; que desde el siglo X al VII gozaron con el privilegio de
poseer centenares de almazaras que abastecían incluso a Asiria
(fabricas
de aceite donde habitualmente se encuentran estos altarcillos).
.
Por
cuanto decimos, considero que la unión entre esas aras de cuernos y
el aceite, está en el concepto de "luz" simbolizado en las
astas; al quemar en ellos óleo (usándolos
como lámparas votivas). Pero
también en el proceso de industria y comercio de los derivados del
olivo; que obligaban a una
exportación organizada, e incluso a depender
de una marina mercante que lo distribuyera. Porque
las astas y las puntas se identificaban con los promontorios y con
los cabos; y los cabos con los faros (encendidos a modo de cuernos
por las noches). Faros que eran imprescindibles para la navegación;
navegación que se realizaba con miras semejantes a cuernos o bien de
cabotaje, siendo necesaria una distribución por mar, para hacer
llegar desde Creta ese aceite regalado por la diosa madre (Atana o
Atenea). Oleo
principal, que era alimento, medicina y luz.
.
.
Finalmente,
en la segunda parte de este capítulo intitulado “LA MESA DE ASTAS
Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO”, escribíamos que en
la antigüedad, los promontorios y cabos útiles se veían como los
"pitones" del dios de la tierra. Deidad que se concebía
cual una gran vaca, que alimentaba con sus cosechas (su leche
materna) a la Humanidad. Por cuanto aquellos enormes cabos, que
servían como refugio -vigía o puertos-, eran tenidos como
los sagrados cuernos del toro padre; motivos muy cercanos por los
que aun se sigue llamando a este punto tartessio de Andalucía "Asta"
(Mesa de Asta, al ser un altillo o meseta). Pero siguiendo con el
tema que nos concierne, a mi juicio esos altares y edificios
sagrados de la Iberia antigua a modo "piel de toro";
personalmente creo que tomaron ese diseño en recuerdo de las
aras de cuernos que tanto se prodigaron en Oriente Medio. Como una
interpretación ibérica de esta forma en las sagradas "mesas
de astas". Aunque en el caso peninsular, sustituía los
pitones de las esquinas por este modelo "coriforme"
-imitando el cuero, los lados del lingote o el hacha doble-. Al
haber sido símbolos como la bipenna y el pellejo de buey, los más
sagrados para algunas de las civilizaciones que nos transmitieron sus
culturas.
.
Continuando
con las referencias arqueológicas que se han conservado acerca de
este altar de cuernos; algunas de las más importantes a analizar son
quizás las citas que nos da La Biblia.
En las que en ocasiones no
se distingue muy bien entre el "Altar del Incienso" y e
"Altar del Holocausto";
aun siendo ambas mesas rituales muy diferentes. Ya que el
primero (del que hemos
hablado) era un pebetero
(thymiaterion o incensario)
grande, hecho de acacia y
recubierto de metal precioso; que
Yahvé encarga expresamente tenga forma
cuadrada y con cuernos a las esquinas. Mientras el segundo -Altar del
Holocausto- es una mesa ritual y de gran tamaño, sobre la que habían
de ofrecer y cremar los restos de ofrendas animales y vegetales
(novillos, corderos y otros
alimentos). Acerca de este
segundo ara, El Antiguo
Testamento no menciona claramente medidas ni forma, aunque sí
dictamina que ha de ser de
arena o tierra y en su caso de piedra simple, pero nunca adornados ni
labrados; no pudiendo subirse a él por gradas ni
estar precedido de escaleras (11)
. Pese a ello,
sabemos por descubrimientos
como el de Beer-Sheva (en
última imagen de este artículo), que
estos altares de holocausto ya a comienzos del siglo VIII a.C.,
comúnmente se construyeron como grandes mesas pétreas, guardando
una forma igual al del incienso:
Cuadrados y con astas en sus esquinas; estando construidos por
piedras sin labrar (tal como Yahvéh les indicó). De
tal modo y para conocer cómo era el ara que inspiró aquellos
grandes altares de holocausto (tan
parecidos a los de Tartessos), habremos
de estudiar lo que nos dice La Biblia sobre el pebetero del incienso.
.
Acerca
del significado de estos cuernos que coronaban el altar -y
continuando la lectura de La Biblia-, Amós
nos dirá que el símbolo de la fuerza de su pueblo reside en ellos,
proclamando Yahveh que "el
día que Yo castigue las transgresiones de Israel, castigaré también
los altares de Betel (Casa de Dios); los cuernos del altar serán
cortados y caerán a tierra"
(12)
.
Siendo esta una
cita de enorme importancia arqueológica, por cuanto explica las
razones de que gran parte de estos altares
(como el de "Beer Sheva"), aparezcan
en los yacimientos destrozados
-especialmente con
sus picos o astas, rotas-. Todo
lo que obliga a suponer que pertenecieron a un templo o ciudad
vencida, habiendo caído sobre el terreno tras la derrota, una vez
expoliados y profanados -de ese modo en que la tierra los ha
"transportado" con los pitones partidos, hasta nuestros
tiempos-. Resultando
de suma importancia que estos cuernos arrancados o rotos, no
aparezcan normalmente en los yacimientos y junto al ara dañada. Todo
lo que indica que aquellos que destruían el altar, seguramente se
llevaban las
"astas", para mostrarlas en señal de victoria y como forma
de humillar a los vencidos.
.
Ideas
que se ratifican si seguimos leyendo La Biblia y nos encontramos con
otra cita -de Zacarías- en la que se nos dice: "Aquéllos
son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su
cabeza; mas éstos han venido para aterrorizarlos, para derribar los
cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá
para dispersarla"
(13)
.
Unos
versículos
igualmente de enorme interés histórico, pues se
escriben precisamente en el retorno del cautiverio babilónico (hacia
el 520 a.C.). Cuando Zacarías
describe como el imperio Aqueménide cae sobre los que invadieron y
destruyeron la tierra de Judá (los
Asirios). Hablando primero de los "cuernos" que aniquilaron
a los hebreos (referiéndose a Nabocodonosor), y más tarde a los
"cuernos" del poder de Ciro y Darío, que venció a
Babilonia. Habiéndose
de entender como "cuerno" no solo el símbolo del altar,
sino asimismo el instrumento musical (la bucina) con que antecedían
las marchas y las entradas victoriosas de los ejércitos.
.
Para
terminar
estas citas y menciones
diremos que en mi opinión el origen de esos altares de cuernos,
sería minoico chipriota
(quizás por influencia egipcia, donde se daban aras semejantes).
Pero
-como sabemos- los cretenses se vieron obligados a huir de su isla
desde el siglo XII al XI a.C.;
tras la aparición de las hordas armadas con hierro y la posterior
invasión de los dorios. Siendo así, una
gran parte de ellos se establecieron en Chipre y otros muchos en
Canaan, en momentos cercanos al nacimiento de los reinos de Judea e
Israel. Asentándose aquellos minóicos y micenios exiliados, en
tierras fronterizas con los fenicios e israelitas, donde les llamaron
Philisteos. Aunque otros muchos fueron admitidos en las zonas de
Golán; llegando estos segundos a incorporarse a las tribus judías,
conformando dos de ellas que se supone eran de origen minoico.
Por
todo cuanto he expresado, hemos de suponer que fueron de influencia
cretochipriota aquellos altares con forma de toro que usaban en
Israel
(mencionados por El Antiguo Testamento, tanto como hallados por la
arqueología). Del
mismo modo que hemos de considerar de influencia judía y minóica
las aras tartessias de El Carambolo o del Cerro de San Juan;
con forma de toro, construidos tal como Yahvé ordena en La Biblia
cuando leemos:
“Altar de tierra harás para mi, y sacrificaras sobre el tus
holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas (…) Y si
me haces altar de piedras, no las labres de cantería, porque si
alzas herramienta sobre ese, lo profanaras. Y no subirás por unas
gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta junto a
él”
(Éxodo 20, 23-26) . Una descripción que concuerda con el diseño,
forma y uso de los altares de Tartessos; pero
también con otros aparecidos en la Península pertenecientes a
tiempos muy anteriores y de los que hablábamos al comienzo de
nuestro epígrafe: El de Granátula de Calatrava y el de Cuevas de
Almanzora. Que el profesor Martín de la Cruz menciona como muestra
de una precolonización de nuestras tierras
(significando claramente la llegada de coolonos anteriores a los
fenicios; previamente al siglo IX a.C.).
.
.
SOBRE
ESTAS LINEAS: Ara
de época Heládico Inicial, tal
como la recogen los profesores Almagro, Lorrio, Medero y Torres, en
la
obra que estudiamos: "El
mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro".
La
imagen se corresponde con el "receptáculo
central, en forma de piel de toro existente en Lerna" (publicado
en foto por Caskey, 1990). Aunque
a mi juicio, si lo observamos con más detenimiento, nos daremos
cuenta de que su verdadera forma es más bien la de un "hacha"
y no tanto la de un cuero bovino. Pues personalmente creo que se
corresponde con la linea del vaciado para fundir armas;
todo lo
que me hace identificar este altar que recoge Almagro Gorbea, con un
molde de bipenna o bien con el hacha doble y su crisol (tal
como ya hemos explicado; viendo que aquellas aras simbolizan además
del cuero, el mundo de la metalurgia -tan unido al de la ganadería
en conceptos ctónicos y económicos-).
.
JUNTO ESTOS PÁRRAFOS:
Un dibujo mío y dos fotografías donde se pueden observar los
altares tartessios con forma de piel de toro. A nuestro
lado derecho, fotos de las mesas rituales encontradas al excavar
recientemente Coria del Rio (Cerro de San Juan). A nuestra izquierda
el dibujo del ashera hallada por el prof. Escacena en El Carambolo
(que encontraría un ara más en otra estancia del mismo templo -con
igual forma cuero-). Estas
mesas sagradas hechas en
arena o “adobes” sobre el suelo, tienen
grandes dimensiones (como se
advierte al compararlo con las barras métricas); especialmente el de
El Carambolo, cuyo centro está quemado por lo que parecen restos de
enormes hogueras. Su magnitud
permitiría inmolar allí los
restos de becerros y de animales
de gran tamaño, del mismo modo que se hacía en el altar del
holocausto judío.
.
Tal
como decimos, no es aventurarse, identificar estas asheras de
Tartessos con los cultos más antiguos de Canaán (de
donde procedían los fenicios). Entre
los cuales estaba la adoración al oro, tal como demuestra el relato
del Becerro (antes recogido)
y las referencias histórico religiosas, que narran cómo los púnicos
adoraban al fuego y al metal más noble. Unos
ritos que claramente podemos relacionarlos con la pareja de colgantes
de oro puro y en forma de piel curtida, hallados en El Carambolo.
Pectorales que sin duda pudieron tratarse del símbolo de dos
"becerros de oro", para ser venerados por los tartessios al
lucirlos sus sacerdotes o sus reyes (aunque
los profesores Escacena y Amores creen que se trata de piezas para
ser puestas directamente en la frente de las reses, al llevarlas a
sacrificio). Siendo así, esa
religión tartessia que veneraría el metal ante el fuego (como
significado claro del crisol en forma de altar), y
que sublimó al toro como imagen de lo más preciado (por
ser este animal el que mayores riquezas producía). Pudo
crear como símbolo supremo unos "becerros de oro", para
ser lucidos por sus oficiantes, con la forma de aquellos dos
colgantes encontrados en El Carambolo -que recordaban incluso al
ancestral lingote cretochipriota-.
Pues
como decimos, la adoración al "becerro de oro" y el culto
fenicio al oro, se relacionaría con religiones mucho más antiguas y
procedentes del Bronce Sirio y Egeo (principalmente
de Creta o de Chipre). Donde quizés ese lingote
que se fundía con la forma de la piel curtida,
era en sí mismo una imagen del becerro
adorado, al deberse agradecer al cobre y a sus metalurgios; la
prosperidad social, la abundancia y hasta las armas que les
protegían. De lo que en
verdad, ante el descubrimiento
de altares con formas del toro en Tartessos, hemos de pensar que
venerarían los metales y las riquezas en nombre del dios bóvido.
Siendo su culto algo tan común como la deificación del progreso y
de los bienes. Todo lo que
hace comprender como ese talento metálico llamado "Keftiu"
(por su origen cretochipriota), fue el exponente máximo de aquellas
culturas metalúrgicas. Unas religiones que tenían como dogma y
principio el oro, la plata y el bronce; representadas en ese dios de
las riquezas: El becerro o bien el toro (de Creta, de Chipre, de
Melkarte o de Heracles). Algo que muy bien pudo ser exportado a
tierras como las ibéricas, donde la riqueza en metales era la fuente
principal de vida.
.
.
SOBRE
ESTAS LINEAS:
Arriba,
dos dibujos míos de los ídolos chipriotas del metal. A la
izquierda, estatua de una mujer como diva ctónica de la metalurgia,
que se alza sobre un lingote en forma piel de buey. A su derecha,
otra figurita de bronce representa al dios de la fragua
(en este caso la estatua fue hallada en Enkomi y está fechada hacia
el siglo XV a.C.). Ambos se alzan sobre la piel de toro o el talento
fundido con la forma tan semejante al Labrys.
.
AL
LADO Y ABAJO: Junto
a estas lineas, altar en miniatura casi igual a los aparecidos en
Megiddo, pero en este caso hallado en Campello (Alicante).
Se fecha en etapa greco-fenicia de colonización y se relaciona con
Akra Leuke o la colonia griega junto a la que se encontró
(Lucentum).
.
Abajo,
un dibujo mío en el que se figuran dos sacerdotes o reyes tartessios
-hombre y mujer- luciendo las piezas del tesoro de El Carambolo
(ella con collar, placas de corona y pectoral; él con pectoral,
brazaletes y placas de corona). Asimismo,
ambos se encuentran oficiando junto a un altar con forma de buey, tal
como eran las asheras o aras de Tartessos.
.
.
2º-
PUNTAS DE FLECHA Y ARMAS ORIENTALES:
.
El
segundo tipo de objetos “precoloniales” en nuestra Península,
que observará el profesor J.C. Martín de la Cruz; lo conforman las
“famosas” puntas de jabalina del dolmen de La Pastora (en
Valencina de la Concepción, lugar de Sevilla próximo a El
Carambolo).
Sobre estas armas escribe textualmente: “Fueron
estudiadas por Almagro (...) que las considera fabricadas en la
Península
Ibérica,
siguiendo prototipos orientales, concretamente de
Tell-el-Dweir
y Ugarit. Las fecha entre el 1800-1600 ane.
(...) Del análisis de sus componentes se destaca la utilización de
cobres y cobres arsenicales sin aleación con estaño (...) . Por
ello las puntas de jabalina se
interpretan como imitación de un modelo foráneo o como aparición
de una nueva idea (local) cuya adopción fracasó”.
(14)
.
.
A las anteriores
palabras de Martín de la Cruz, siguiendo al insigne profesor Martín
Almagro; querríamos añadir alguna idea de suma importancia. Pues
mucho antes de que los análisis metalográficos se
perfeccionaran -con decenios de anticipación al desarrollo
de técnicas de estudio por laboratorio-; el
profesor Martín Almagro Basch pudo catalogar esas piezas simplemente
utilizando sus conocimientos. Ya que
tal como veremos tras las imágenes de esas puntas de lanza (bajo
estos párrafos); los
últimos estudios metalográficos han determinado, exactamente lo que
el profesor Almagro dijo en 1962
(15)
.
Dictaminando
que estos venablos son piezas fundidas en la Península, partiendo
desde otros modelos semejantes, diseñados y fabricados en el oriente
mediterráneo. Por su parte, quienes últimamente las han analizado
(en laboratorio) no llegan a conformar su cronología,
habida cuenta que el metal no aporta fechas y el único modo de
conocerla es aplicando C-14 sobre otros objetos hallados en el mismo
estrato y lugar que las lanzas. Debido a ello, estos
estudios más recientes abren un arco de datación que va desde fines
del tercer milenio a comienzos del segundo.
Todo
lo que me lleva -personalmente- a creer más las fechas y el origen
que determinó Almagro Basch; quien las define como prototipos
peninsulares copiados en nuestras tierras entre el 1800 al 1600 a.C.
Pues si aquel sabio arqueólogo, a través de la intuición, pudo
dictaminar lo que eran (metalograficamente hablando); más aún
conocería de dónde procedían y su datación más cercana.
.
De tal manera y al
considerar esas "flechas" de Valenina de la Concepción,
una réplica peninsular de otros modelos procedentes de Ugarit y
fechados entre el 1800 y el 1600 a.C.. De nuevo nos vemos
probablemente ante un influjo cretochipriota durante el tercer y
segundo milenio. Pues aquella cultura ugarítica se situaba
precisamente frente a la isla de Chipre, en la costa de Anatolia
-actualmente en territorio sirio-. Un punto de Oriente Medio desde
el cual las influencias no dejaron de llegarnos desde la más remota
antigüedad; primero durante la Edad del Bronce y después en la
Primera fase del Hierro. Tanto que la tumba de Pozo Moro, fechada
hacia el siglo V a.C. y de tipo neohitita -excavada por el prf.
Almagro Gorbea, hijo de Almagro Basch-; es semejante a los
enterramientos turriformes ugaríticos. Asimismo, muchos de los
rasgos de los alfasilábicos ibéricos usados por los tartessios y
celtíberos para escribir; proceden también de esta zona. Todo
ello unido a la infinidad de objetos "precoloniales"
encontrados en la Península, con procedencia cretochipriota o egeo;
hace evidente que esas islas y las costas cercanas a Ugarit, han sido
el punto de partida de nuestra más remota aculturación.
.
JUNTO
ESTAS LINEAS:
Imagen
de algunas de las puntas de jabalina halladas en el dolmen de la
Pastora (en Valencina de la Concepción, Sevilla) -tal
como las exhibe el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra fotografía-.
.
.
.
2º
(a)- El Tera-Santorino y la llegada de Cogotas I a nuestra Península:
.
Por
cuanto expreso, el hecho de que aparezcan objetos de influencia o
procedencia ugarítica y fechados entre el 1800 y el 1600 a.C.,
quizás nos hable de nuevo de la repercusión sobre nuestras tierras
de lo sucedido en el Tera Santorino. Volcán que sabemos erupciona
severamente hacia el 1680 a.C., arrasando centenares de kilómetros a
su alrededor. Cuyo estallido de caldera arrasó prácticamente la
isla de Creta y muchas de las colindantes en el Egeo; causando
igualmente graves estragos en la de Chipre y en las áreas cercanas
de costa (especialmente en la anatólica). Incluso sabemos que las
consecuencias de este Tera Santorino llegaron hasta Egipto, donde se
han encontrado trozos de lava y piedra pómez procedentes del
estallido -ocurrido en el siglo XVII a.C. y a centenares de
kilómetros al Norte del Nilo-. Asimismo, existen evidencias de la
llegada hasta las costas del actual Israel de un maremoto a
consecuencia de la voladura de la caldera del Tera; un suceso que
debió sumir al Mediterráneo en una nube de polvo y gases, que
impedirían incluso ver el Sol durante varios meses.
.
Este
hecho de enorme trascendencia para todo el Egeo, Oriente Medio o
Egipto. A mi juicio destruyó las principales civilizaciones cercanas
al volcán; entre ellas la Propalacial Minóica (MM-III)
la de Ebla y hasta provocaría la caída del Reino Medio en el Nilo;
con la llegada de los Hicsos (que a mi juicio serían los pueblos
huídos a consecuencia de esta erupción, quienes vagaron durante
este siglo XVII a.C. por Oriente Medio, hasta alcanzar el Nilo). Todo
ello pudo ser también lo que originó la aparición de diversos
objetos orientales en nuestras tierras; llegados por mano los huidos
de aquella hecatombe: Eblitas, ugaríticos, cretenses o chipriotas;
que se verían obligados a marchar muy lejos de sus tierras, ante el
terror de que aquel volcán del Tera siguiera rugiendo.
Un temor fundado debido a las características de la voladura del
Tera de la que sabemos como sucede entorno al 1680 a.C. y conocemos
que hubo dos erupciones. Una primera menor, que no hizo a todos a
escapar de la zona; debido a lo que en pocos días regresarían
muchos habitantes a la isla de nuevo (unos para intentar continuar
con su vida y otros para realizar rapiña sobre las zonas
abandonadas). Tras lo que se produjo un tremendo estallido, que abrió
la sima en su mitad; destruyendo totalmente Tera y afectando a
cuantas culturas se desarrollaban a centenares de kilómetros a la
redonda.
.
.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Imágenes
de las puntas de jabalina del dolmen de la Pastora (en Valencina de
la Concepción, Sevilla). Arriba, fotografía tomada en el Museo
Arqueológico de Sevilla
-al que agradecemos nos permita divulgarla-.
Abajo, otras de las lanzas, tal como se exhiben en el Museo
Arqueológico Nacional de Madrid
- al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. Los
ejemplares de Sevilla suman quince, que unidas a las trece mostradas
en Madrid, hacen un total de veintiocho. Faltarían aún cuatro más,
para completar la treinta y dos que al parecer se hallaron en 1868
-en el interior del tholos-; de las cuales creen se quedó cuatro
ejemplares el entonces dueño de la finca donde está situado el
dolmen (el marqués de Castilleja). Por su parte, en
el museo de la capital andaluza fechan las puntas de lanzas a fines
del III milenio y comienzos del II -entre el 2200 y el 1800 a.C.
(aprox)-. Una datación que posiblemente procede del estudio que a
continuación analizamos
(de Mark
A. Hunt Ortiz;
M.
Isabel Martínez Navarrete;
Víctor
Hurtado Pérez;
Ignacio
Montero-Ruiz ).
Aunque
a mi juicio, nos parece un poco alta esa cronología, que quizás
deben considerarse más coetánea a otros hallazgos similares, como
el de Fuente Olmedo
(Valladolid); donde también aparecieron puntas de flecha en un
enterramiento de la etapa campaniforme.
.
.
Los
hechos antes referidos del Tera-Santorino, sabemos cómo
destruyen el mundo Minoico Medio (III Protopalacial). Pero a
mi juicio también afectarían a otros puntos de gran
civilización, tales como Ebla o el mismo Egipto. Súbditos del
faraón que al parecer huyen entonces al Sur (al Alto Nilo,
estableciéndose en la actual Luxor), dejando la desembocadura a
merced de posibles invasiones; entrando de este modo los Hicsos al
delta -bajo mi forma de entender la llegada de estos extranjeros-.
Adueñándose entonces del Bajo Nilo los hicsos, que procederían de
una masa multiétnica huida del volcán. Población errante tras la
explosión del Tera, necesitados de nuevas tierras e impulsados hacia
el Sur, ayudados por hordas más o menos organizadas, procedentes de
Anatolia y Siria, de las islas de Creta o de Chipre y de Canaan
-todos afectados por la terrible erupción-. Aunque asimismo, este
suceso debió tener consecuencias en el desarrollo peninsular y en la
primera llegada de “colonizadores” a nuestras tierras. Pues
muchos de aquellos egeos o anatolios, que anteriormente viajaban
hasta la Península en busca de metales; vendrían en masa, huyendo
hacia el remoto occidente. Buscando un lugar seguro y lejano;
escapando de aquella hecatombe que sumió al imperio minóico en
brumas, acabando con Ebla y que hasta había cambiado la Historia a
Egipto (modificando las etapas del mundo faraónico; cuyo delta se
vio durante siglos dominado por los extranjeros Hicsos).
.
Siendo
así, no nos debe extrañar que desde el siglo XVII a.C. proliferen
en nuestras tierras modelos y costumbres procedentes del oriente
mediterráneo; importadas a mi entender por aquellos que escaparían
del Tera y de las consecuencias históricas que aquella erupción
provocó. Serían estos hechos los que -en mi teoría-
terminarían paulatinamente con la Cultura de El Argar; surgida
hacia el 2500/2200 a.C. y que sobre el 1800/1600 a.C. entra en
crisis (finalizando antes del 1200 a.C.). Tanto como con la del Vaso
Campaniforme, que acaba en época del Tera-Santorino, lo que nos hace
pensar que su difusión y origen tendría lazos cretochipriotas. Un
vaso Campaniforme, que a mi juicio nace desde influencias egeas y
cuya cronología se desarrolla entre el 2900/2700 y el 1800/1600 a.C.
; conviviendo con El Argar más de medio siglo (desde el
2500/2200 al 1800/1600 a.C.). Surgiendo continuación una nueva
fase en la arqueología peninsular, denominada Cogotas I; habida
cuenta que su nacimiento y difusión se observa por primera vez en
este castro avulense (situado en Cardeñosa). Un nuevo periodo que
se expande desde el 1700/1600 a.C. y que a mi juicio termina también
a consecuencia de hechos sucedidos en el área oriental mediterránea
entorno al 1100 a.C.. En este caso debido a la caída de las
civilizaciones del Bronce en Oriente Medio y a la repercusión en
nuestras tierras de esta crisis provocada con la aparición del
Hierro. Finalizando así Cogotas I tras la destrucción del mundo
minóico y de las culturas del bronce, llevada a cabo por
indoeuropeos armados con Hierro. Quienes invaden paulatinamente el
Egeo y las costas de Anatolia durante los siglos XII y XI a.C.,
arrasando todo vestigio del Bronce. Lo que a mi juicio también
repercutiría en nuestras tierras, concluyendo por ello Cogotas I, y
comenzando por entonces el último periodo del “Bronce Final
ibérico”, desde el 1000 a.C. (aprox) (16)
.
.
Pero
regresando al final del Campaniforme y cuando entra en crisis El
Argar (hacia el siglo XVIII a.C.); hemos dicho que daría comienzo
Cogotas I (en momentos coetáneos al Tera-Santorino -1680 a.C.-). Un
periodo en el que suponemos que llegaron esos huidos en masa, hasta
nuestras costas -navegantes y población que escapaba del
desastre en que se sumía el Oriente Mediterráneo-. Pero a su vez,
un momento en que se produciría una enorme regresión económica
en nuestra Península, como reflejo de la que vivieron las
civilizaciones del Egeo o de Anatolia, por efecto del volcán.
Periodo de crisis y exilio, en el que debieron llegar modelos
importados del lejano Este; como son las famosas puntas de jabalina
del Dolmen de la Pastora. Unos prototipos quizás eblitas o
posiblemente ugaríticos; de los que en los últimos años se han
encontrado más ejemplares y paralelos, en otros yacimientos -tal
como podemos leer en el siguiente estudio-.
.
Sobre
estos venablos tipo “La Pastora”, hace unos cinco años los
profesores Mark A. Hunt Ortiz;
M. Isabel Martínez Navarrete;
Víctor Hurtado Pérez; Ignacio
Montero-Ruiz, presentaron un trabajo titulado:
“Procedencia de las puntas de jabalina
del Dolmen de la
Pastora (Valencina de la Concepción, Sevilla)”
(17) . Donde los
autores presentan un profundo análisis metalográfico de las
jabalinas, aportando cuantos datos obtuvieron los más avanzados
laboratorios. Añadiendo cómo en 1984, el arqueólogo V. M.
Hurtado Pérez, en su tesis doctoral (18)
dio a conocer la existencia de puntas muy
semejantes a estas de Valencina, aparecidas en La Pijotilla
(Badajoz). Piezas casi iguales a las del Dolmen sevillano y cuyo
análisis de cobre lleva a unos mismas conclusiones; observándose en
los dos casos que se trata de metal muy pobre, con un 98% de mineral
cúpreo, sin plata o estaño añadido y con bastante arsénico -lo
cual define estas flechas como una fundición muy básica, sin
limpieza mineral y sin aleaciones que las acerquen a piezas
sofisticadas de la Edad del Bronce-.
.
.
SOBRE
ESTAS LINEAS: Arriba,
puntas de flecha de etapa campaniforme halladas en diferentes puntos
del Bajo Guadalquivir
-propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra foto-. A la izquierda, piezas procedentes de
El Coronil, Villamanrique y Estepa; a la derecha las encontradas en
el yacimiento El Acebuchal, en Carmona. Observando
estos objetos, creemos que pudieran tener relación cronológica con
las puntas de lanza del Dolmen de la Pastora y otras semejantes.
Debiendo considerarse que
aunque estos modelos no tengan tanta influencia oriental, quizás sí
son producto de una etapa del bronce y cobre muy avanzada. Pues para
realizar este tipo de armas en metal, ya hay que tener una gran
técnica y riqueza metalúrgica, debido a que son piezas arrojadizas
comúnmente irrecuperables. Pues
una espada o un hacha, es un objeto que se conserva durante años (a
menos que el soldado caiga o muera luchando); mientras
las puntas de flecha, en su mayoría se pierden.
De tal modo, la fabricación
de armamento arrojadizo en cobre (que
amortiza en batalla o durante la caza);
supone una gran riqueza metalúrgica y un desarrollo amplio de la
industria.
.
JUNTO
ESTAS LINEAS: Palmelas
“votivas” enlazadas con una cinta de oro; procedentes de un
enterramiento en Villaverde del Rio (Sevilla), se fechan en el tercer
milenio a.C. -propiedad del
Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra foto-. Como hemos observado en nuestro comentario de
imágenes anteriores; a mi
juicio (de comerciante y no de arqueólogo) la existencia de este
tipo de armas arrojadizas en cobre supone ya una gran industria
armamentística. Ello porque
su uso no es igual al de una
espada o un hacha; que no se pierde (a menos que caiga el soldado) y
cuyo metal podemos reciclar
en el caso de que sufra daños. Pero
las puntas de flecha se utilizan tan solo una vez y en raras
ocasiones se recuperan tras lanzarlas;
unas veces por caer fuera del objetivo y las más al introducirse en
el cuerpo del enemigo o del animal. Además,
la utilización de este tipo de palmelas señalan ya un tipo de
corazas y protecciones muy eficaces; fabricadas seguramente con
pieles curtidas y ajustadas sobre el torso
(tras haberlas cocido). Armaduras a las que luego añadirían otros
refuerzos, como trozos de maderas cosidas, o bien piezas de hueso y
asta de toro en láminas, que ataban sobre ellas. Así,
protegidos con corazas y cascos de pieles bien trabajadas, debían
ser muy poco vulnerables; lo que obligaría a crear puntas de flecha
y de lanza, en cobre. Aunque no se precisaría hacerlas en bronce; un
metal mucho más caro y difícil de obtener,
que tan solo se usaría en otro tipo de armamento más personal (para
armas que no se perdían y que necesitaban de una mayor elasticidad y
dureza -como las hachas o bien las espadas-).
.
En
este trabajo sobre las “flechas” halladas en el Dolmen de la
Pastora, los profesores
Hunt Ortiz,
Martínez Navarrete,
Hurtado Pérez y Montero-Ruiz;
mencionan cómo hay algunos investigadores que han querido equiparar
estas “jabalinas” a otras puntas también coetáneas y aparecidas
en diversas áreas peninsulares.
Así lo hizo “La
reciente investigación publicada por M. E.
Costa
Caramé (2011) incluye este tipo de pieza metálica en su revisión
bibliográfica. Se consignan
como
del tipo La Pastora las puntas de proyectil
de
la Cueva del Bramadero (Hornachuelos, Córdoba) y las portuguesas
de
Outeiro de São Bernardo (Moura), Caldeirõa (São
Sebastião,
Lagos) ( y Casal do Pardo, necrópolis de Palmella
(Quinta
do Anjo). Además,
se ha mencionado una posible punta de
jabalina
(o punta de lanza) procedente de El Carambolo
(Sevilla)y
otra
punta
hallada
en el poblado amurallado del Cerro dos
Castelos
de São Brás (Serpa).
Determinando
finalmente los autores del estudio que una
vez:
“Revisados
los datos textuales y gráficos
de todas
esas referencias, solo parece corresponder
al tipo
La Pastora la punta de proyectil excavada
en
Outeiro de São Bernardo (Moura, Portugal).
Las restantes o son variantes del tipo
Palmela o
las descripciones no permiten una adscripción
clara
o,
caso
de
El
Carambolo,
pueden
ser
desechadas
como
puntas de jabalina”
(19)
.
.
Aunque
el mencionado estudio sobre “Procedencia
de las puntas de jabalina del Dolmen
de
la Pastora”
(Hunt, Mtnz.
Navarrete,
Hurtado y Montero-Ruiz)
tan solo contempla como piezas verdaderamente semejantes y paralelas
a las halladas en este tholos de Valencina dos: Las de La Pijotilla
(Badajoz) y las de Outeiro de San Bernardo (al sur de Portugal). En
los dos casos procedentes
de yacimientos sitos junto al Guadiana;
el primero en las proximidades de Medellín y el segundo, en las de
Jerez de los Caballeros (en tierras de Portugal). Y aunque
Valencina de la Concepción se encuentre junto al Guadalquivir
(en lugar cercano a El Carambolo); estas
piezas serían a juicio de los autores, obra de influjos orientales
llegados por mar e introducidos tierra adentro a través del tráfico
fluvial.
Asimismo, y siguiendo
al arqueólogo portugués Cardoso que fecha las puntas de jabalina de
Outeiro de San Bernardo a fines del III milenio a.C.. Los
investigadores que mencionamos
(Hunt
Ortiz;
Mtnz.
Navarrete;
Hurtado
y Montero-Ruiz),
creen
que las de La Pijotilla, tanto como las del Dolmen de La Pastora,
debieran fecharse en épocas similares a las de Oruteiro
(20)
. Considerando
finalmente como una datación más probable para todas esas puntas de
lanza: Finales del tercer milenio y comienzos del segundo (circa 2200
al 1800 a.C.). Es
decir, en el Campaniforme final y El Argar pleno.
.
Terminará
por decirnos el estudio que analizamos, cómo estos ejemplares son de
fabricación plenamente autóctona (al igual que ya dijo Almagro
Basch en 1962), escribiendo sus autores: “El
estudio comparado de los resultados de
isótopos
de plomo y análisis elemental no permite
considerar
las
puntas
de
jabalina
de
La
Pastora
como
piezas
importadas desde el Mediterráneo
oriental.
Las
mineralizaciones
orientales que isotópicamente
podrían
ser compatibles presentan
unas
características de impurezas (arsénico o níquel)
incompatibles
con la composición de las
piezas
de la Península Ibérica. (...) Este estudio, con la incorporación
de nuevos
datos
y la revisión de los conocidos, debería retraer
la
consideración inmediata de las puntas de
jabalina
tipo La Pastora como prueba clave de las
relaciones
externas de las primeras sociedades
metalúrgicas
de la Península Ibérica . Como se ha
expuesto,
este tipo metálico adolece todavía de
imprecisiones
sobre la identidad de las mismas y
sobre
su período de uso. En cambio, su producción
local
parece bien constatada por datos morfométricos
y
de composición de las puntas
de
proyectil
y de los minerales fuente. Los
datos
disponibles
hasta la fecha sobre la distribución de
las
piezas, sus características y las de las mineralizaciones
indican
que fueron producidas en el
suroeste
peninsular.”
(21)
.
.
SOBRE ESTAS LINEAS: Fragmentos de marfil hallados en Valencina de la Concepción y fechados a fines III milenio -propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. Entre las piezas que vemos se observan abalorios, collares y adornos; pero también encontramos una suela de sandalia, a nuestra derecha. Sandalia en marfil quizás votiva, aunque igualmente podría tratarse de vestimenta ritual de un sacerdote o rey (todo lo que indicaría la enorme complejidad de una Sociedad como la de Valencina, que ya comerciaba con marfiles de tierras asiáticas). Es de destacar que asimismo existe otra sandalia votiva en hueso, hallada en el dolmen de Almirzazaque (Almería); igualmente fechada en el tercer milenio a.C.. Piezas que señalarían rituales relacionados con el calzado; aunque quizás más bien hemos de pensar que eran sandalias exvotas para personajes o bien mortuorias, pertenecientes a dignatarios de sus tiempo (similares a las que calzaban en las tumbas, los faraones coetáneos).
SOBRE ESTAS LINEAS: Fragmentos de marfil hallados en Valencina de la Concepción y fechados a fines III milenio -propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. Entre las piezas que vemos se observan abalorios, collares y adornos; pero también encontramos una suela de sandalia, a nuestra derecha. Sandalia en marfil quizás votiva, aunque igualmente podría tratarse de vestimenta ritual de un sacerdote o rey (todo lo que indicaría la enorme complejidad de una Sociedad como la de Valencina, que ya comerciaba con marfiles de tierras asiáticas). Es de destacar que asimismo existe otra sandalia votiva en hueso, hallada en el dolmen de Almirzazaque (Almería); igualmente fechada en el tercer milenio a.C.. Piezas que señalarían rituales relacionados con el calzado; aunque quizás más bien hemos de pensar que eran sandalias exvotas para personajes o bien mortuorias, pertenecientes a dignatarios de sus tiempo (similares a las que calzaban en las tumbas, los faraones coetáneos).
.
Acerca
de los contactos entre el Bajo Guadalquivir y Oriente, desde los
tiempos más remotos; decíamos
en un artículo nuestro, que tal
como manifiestan los hallazgos en Valencina o Los Millares, siempre
hubo un intercambio con gentes venidas desde el Este del
Mediterráneo.
Todo lo que demuestran las siguientes palabras de Schuhmacher y Arun
Banerjee, refiriéndose a los marfiles del sur peninsular:
“hemos
analizado un total de 22 objetos de marfil pertenecientes al
Calcolítico antiguo (primera mitad del 3er milenio AC). En cuatro
casos de los cinco objetos procedentes de la necrópolis de Los
Millares (tumbas 5, 7, 12 y 40), se trata de marfil de Elephas
maximus o elefante asiático. Otro objeto de la tumba 7 de Los
Millares consistía en marfil de Elephas (Palaeoloxodon) antiquus.
Otros cinco fragmentos de desecho de producción del taller del
poblado de Valencina de la Concepción (Sevilla) también dieron
marfil asiático (…) Para la segunda mitad del 3er milenio AC, o
época campaniforme, y comienzos del Bronce Antiguo perteneciente al
poblado de Valencina de la Concepción, la mitad de los analizados
-es decir seis-, eran de marfil asiático”
(22) .
.
2º
(b)- El Vaso Campaniforme, El Argar; sus gentes y los contactos con
el oriente mediterráneo:
.
Unos
hechos como los referidos en el comentario de la imagen anterior,
deben hacernos pensar que el intercambio y contacto cultural entre la
Península y el oriente mediterráneo, hubo de existir desde tiempos
de la Edad del Bronce (sobre todo desde la mitad del tercer milenio).
Creciendo aquellas visitas de gentes llegadas desde el Este, después
del 2700-2500 (dando inicio primeramente al Campaniforme y más tarde
al El Argar). Tanto como para que de doce piezas de marfil halladas
en Valencina de la Concepción, pertenecientes a la etapa que
referimos -entre el 2400 y el 1700 a.C.-; seis sean de elefantes
asiáticos (una especie no conocida en el Norte de África, lo
que indica que estas piezas o sus colmillos, hubieron de ser
importados desde Oriente Medio o de costas cercanas a Asia Menor). De
tal modo, aquella expansión del Vaso Campaniforme, que se difunde
desde el 2900/2700 por la Península Ibérica (llegando luego al área
atlántica y luego por aEuropa del Oeste). Sin lugar a dudas nace por
obra y mano de quienes importaron a nuestras tierras la aleación del
cobre y el estaño -al menos en mi opinión-. Gentes venidas
desde Creta, del Egeo o de Anatolia y Chipre, buscando nuestros
yacimientos de casiterita, habida cuenta que en el Mediterráneo
apenas hay minas de ese metal. Un mineral imprescindible para
fabricar el bronce y del que tan solo existía un pequeño filón en
Cerdeña y de muy poca pureza (con casiterita muy plúmbea). Aunque
en las tierras almerienses -donde se produce la Cultura de El Argar-
por entonces proliferaban los filones de buen estaño; siendo por
aquel tiempo esas tierras muy ricas en plata y -evidentemente- en
plomos argentíferos. Unos metales que sobre todo abundaban por
doquier en la cuenca atlántica peninsular; donde las minas de cobre,
plata y oro eran también las más importantes del mundo antiguo.
.
Todo
ello explica y justifica la aparición de protocolonizadores hacia el
2500 a.C; llegando a Almería y dando fin a la civilización de Los
Millares (eneolítica y calcolítica), mientras promoverían una
nueva cultura: La del Bronce -difundida con el Vaso Campaniforme y
luego por El Argar-. Buscadores de estaño y cobre, que en las costas
del Atlántico hallarían El Dorado de la Antigüedad; principalmente
cuando comenzaron a explotar masivamente las minas de Rio Tinto, que
ya desde el 2700 a.C. estaban en funcionamiento. Todo
lo que se debió a quienes difundieron desde comienzos del tercer
milenio aquellos cuencos en forma de campana. Aunque creemos que
posteriormente
-hacia el 2400 a.C.-, vendrían otros visitantes orientales más
sofisticados, que expanderían El Argar (conviviendo con la
civilización Campaniforme); iniciando de pleno la Edad del Bronce
peninsular. Todo ello, a mi juicio, tras hallar el estaño de las
cuencas del Guadalquivir (en su nacimiento) o en las del Guadiana (en
zonas cercanas a Medellín), para alcanzar finalmente las fuentes de
la casiterita en las costas de Galicia. Llegándose así a un
Campaniforme pleno y en convivencia con El Argar, todo lo que sucede
hacia el 2000 a.C.; momento en que se fecharían hallazgos como el
del Dolmen de la Pastora, La Pijotilla y Outeiro de San Bernardo,
donde aparecen esas puntas de lanza hechas en cobre.
Un material que para nada mostraría que nos encontramos en el
calcolítico, sino que a mi juicio lo único que indica es que esas
armas arrojadizas (que se perdían en batalla o en la caza)
lógicamente habrían de hacerse con metales baratos y simples.
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS:
Arriba,
mapas trazados por mí, con los yacimientos más importantes de oro,
plata-estaño, cobre, cinabrio y ámbar. A la derecha, rutas del
ámbar y de los metales en distintas épocas: V y IV milenio
(megalitismo, inicios); III milenio (megalitismo y eneolítico;
comienzos del Bronce; II milenio Edad del Bronce pleno.
.
A
nuestro lado: Sobre
un mapa mío con la difusión de los megalitos (marcando los
milenios); en color amarillo podemos ver la expansión del Vaso
Campaniforme, desde el 2900/2700 a.C. y hasta su final hacia el
1800/1600 a.C.. A mi juicio este tipo de cerámica se difunde por los
buscadores de metal durante el Bronce; quienes hacia el 2800 a.C.
comienzan a explotar ya minas como las de Rio Tinto. Finalmente y
desde el 2400 a.C. (con el Argar) pasarían a localizar el estaño
del Atlántico, llegando hasta Galicia y comerciando más tarde el
metal precioso de las islas británicas o de Bretaña. Hacia el 1700
existe un corte histórico, que provoca la paulatina desaparición
del Campaniforme y una gran crisis en El Argar; todo lo que se
produce a mi juicio a causa del Tera Santorino, con la destrucción
que genera en Oriente Medio la explosión de aquel volcán.
.
.
De
tal manera, como hemos explicado, es a mi juicio imposible
determinar si aquellas “palmelas” y puntas de flecha fabricadas
con cobre de mala calidad; fueron hechas en este metal tan impuro por
haber pertenecido a técnicas atrasadas (propias del
calcolítico), o bien por tratarse de armas arrojadizas que no se
iban a recuperar. Puesto que una punta de lanza o de saeta, ni es
“reciclable”, ni menos un objeto de gran importancia; por lo
que no habrían de fabricarse como las hachas o en espadas. Así
pues, enterramientos como el vallisoletano de Fuente Olmedo (uno de
los más importantes del Campaniforme); nos aportaría ciertas
referencias, pero no todas, acerca de la metalurgia de su momento. Ya
que aunque nos encontremos con palmelas y un pequeño cuchillo de
cobre (ciertamente pobres de metal y muy arsenicados); ello
nunca obliga determinar que este era el nivel tecnológico con el que
trabajaban por entonces los metalurgios. Ya que -como decimos-
las saetas y venablos no serían fabricados con la mejor calidad;
sino muy por el contrario, utilizando un medio eficaz, pero barato
(al perderse normalmente durante la caza y sobre todo en batalla).
.
A
algún lector podrá extrañarle mi forma de afirmar que hubo
contactos desde la aparición de los metales; tanto como el modo
de ver la aculturación de la Península y la afirmación de
existencia de comercio e influjos llegados de Oriente (sin apenas
base material de que los muestre). Pero para que comprendamos algunas
de estas apreciaciones personales y mías (que propongo en
la arqueología como comerciante y no como persona del mundo
técnico). Añadiré que, después de exportar a Japón
durante más de veintitrés años mercancías españolas -realizando
un trabajo tan ajeno como distinto, al mundo de los arqueólogos-. He
podido observar ciertas pautas sociales y de mercado que se
repiten siempre, a lo largo de toda la Historia; en cualquier lugar,
época y circunstancia:
a)
-La primera es que una vez abierto el mercado, aquel que logra esa
vía de comercio esconde el método de llegar hasta él y los
sistemas para el intercambio; con el fin de evitar competencias e
injerencias de otros.
Todo
lo que explicaría la falta de menciones en Creta, Chipre o Anatolia;
sobre la ruta de los metales o de documentos que refieran al
Occidente rico en yacimientos.
b)
-La segunda es, la necesidad de establecer siempre lazos muy
cercanos, tanto como para lograr una confianza plena de pago y de
envío -sin engaños-. Una absoluta lealtad entre el que compra y
el que vende; lo que resulta más complejo y sofisticado cuanto más
lejano están el emisor y el receptor de la mercancía.
Lo
que implicaría establecer lazos familiares y mandar gentes o
navegantes que se casaran con habitantes autóctonos, en la Iberia
del Bronce.
c)
-La tercera sería la obligatoriedad de dominar el idioma de los
lugares que intercambian materias o dinero; debiendo haber casi
un bilingüismo para un perfecto mercado.
Lo
que implicaría esos lazos familiares o bien llevar a jóvenes
nacidos en la Península hasta Oriente (Creta, Chipre o
Anatolia), con el fin de que en unos años aprendieran la lengua;
para así tener intérpretes.
d)
-Finalmente, habrá causas que obligarán a seguir fabricando y
vendiendo objetos hechos con procedimientos y técnicas ancestrales.
Por muy antiguas que estas sean y aunque ello parezca comerciar con
piezas obsoletas. En parte por la calidad artesanal obtenida con
algunas manufacturaciones, lo que hace insuperable perfeccionar más
el objeto de mercado (algo que sucede con mercancía como la
cerámica, orfebrería y en especial toda la artesanía). En
segundo término porque esos modos de fabricación antiguos,
simplifican y abaratan aquello que no precisa de modificación ni de
más refinamiento. Un caso que de este “estancamiento
tecnológico” lo podremos observar -por ejemplo- en el embotellado
y venta de bebidas alcohólicas, en cristal y con tapón de corcho;
de igual modo que realizaban trescientos años atrás (dándose la
circunstancia que no podemos sustituir el cristal ni el corcho por
otros materiales más modernos, ni mejores). Debido a
circunstancias como estas, no se modifican ni las formas de fabricar,
ni los objetos; al ser obtenidos por los procedimientos más baratos,
mejores y más sencillos. Siendo ello lo que pudo provocar que
durante el Bronce Medio y hasta el Bajo Bronce, continuaran
realizando puntas de venablos en cobre impuro, tal como se hacían
mil quinientos años antes. Porque no había sistema de menos
coste, ni otro mejor para forjar aquella parte final de las saetas o
de las jabalinas (tal como actualmente sucede en las bodegas
vitivinícolas, que utilizan procedimientos de fabricación heredados
de los romanos o formas de envase ya usadas desde hace quinientos
años).
.
2º
(c)- El enterramiento campaniforme de Fuente Olmedo; sus armas
calcolíticas, en época del Bronce Pleno y su proximidad a las minas
de sal castellanas:
.
Entendido
cuanto exponemos, me centraré por un momento en el enterramiento
campaniforme de Fuente Olmedo, con el fin de que comprendamos mejor
mi teoría (acerca
de que unas puntas de cobre pobre, no significa necesariamente que
esta fuera la tecnología del bronce en su momento).
Para llegar a entender lo que fue aquella importante inhumación,
excavada por los profesores Germán Delibes y Ricardo Martín Valls
(hace unos cuarenta años); recogeremos
lo que sobre ella nos dice la profesora E. Guerra Doce. Quien
recientemente ha publicado un artículo acerca de aquel enterramiento
vallisoletano; resumiendo los trabajos de sus primeros descubridores
y aportando algunos datos más, que la arqueología facilitó
posteriormente. De tal manera, Elisa
Guerra en
“La
tumba de un príncipe en Fuente Olmedo: un referente para el estudio
del
campaniforme en tierras
vallisoletanas”
(23)
incluye
resumidamente cuanto Delibes de Castro y Martín Valls expusieron
acerca de la inhumación
-principalmente en sus trabajos: “La
cultura del Vaso Campaniforme en las campiñas meridionales del
Duero: el enterramiento de Fuente Olmedo (Valladolid)”. Y
“El
Vaso Campaniforme en la Meseta Norte española” (24)
-.
Comenzando el artículo de la profesora Guerra con las siguientes
palabras:
“Hace
algo más de 4000 años falleció un joven de linaje
aristocrático en
la localidad
vallisoletana
de Fuente Olmedo,
al sur de la provincia
(...) descubierto su tumba de manera totalmente fortuita un día de
junio del año 1973 (...) el
ajuar funerario que
fue depositado junto a él para acompañarle en su viaje a la otra
vida. Lo
integraban una vajilla cerámica bellamente decorada, un rico
conjunto de armas de cobre, un brazal de arquero, una punta de flecha
de pedernal y una cinta de oro. La tipología de estas piezas,
distintivas de un complejo arqueológico al que los prehistoriadores
denominan fenómeno campaniforme,
permitió adscribir sin problema la tumba a un momento avanzado del
Calcolítico o Edad del Cobre
y llevó a identificar al difunto como un destacado miembro de la
élite campaniforme, una minoría social privilegiada allá por el
final del III milenio a.C.” -[SIC] idem cita (23)
-.
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS:
Arriba,
Cinta de oro, el puñal, el brazal de arquero y una punta de flecha
lítica; halladas por Delibes de Castro y Martín Valls en la
inhumación de Fuente Olmedo
-agradecemos al Museo Provincial de Valladolid (arqueológico Fabio
Nelli) nos permita divulgar nuestra imagen de estas piezas que exhibe
en sus vitrinas-. La
calidad de cobre del puñal que portaba el príncipe y la de las
“palmelas” para venablos, es muy baja. Siendo
metal muy pobre y arsenicado, todo lo que hace pensar en técnicas
del calcolítico. Pese a ello, hemos de observar que también se
encontró una punta de flecha hecha en silex, tal como se fabricaban
en el Neolítico -en imagen, junto a un brazal también de piedra-.
Todo lo que obliga a pensar que las formas de fabricación de armas
sobrevivieron durante milenios. Seguramente
debido a que esos objetos (como las saetas) no eran recuperables, ni
serían piezas de importancia. Lo
mismo pudo suceder con el cuchillo aparecido junto al inhumado en
Fuente Olmedo; una “arma” que por su tamaño y características
parece un utensilio “menor”. Todo lo que explicaría su baja
calidad cúprea; cuya tipología y composición de la hoja (a
nuestra izquierda, en imagen) es parecida a muchas otras armas de
filo de misma época, encontradas en la meseta. Siendo cobre muy
arsenicado, superando en muchos casos hasta el 2,5% de AS. Este
mineral cúpreo tan impuro parece que hacía más duro el metal y por
ello más sencillo para afilar; lo que proporcionaría una mejor
facultad de uso en el caso de estos pequeños cuchillos, tanto como
en las puntas de flecha (Palmelas)
-ver cita (25)
y menciones al puñal de lengüeta tras las imágenes-.
.
AL
LADO: Las
once puntas de flecha que acompañaban al cadáver de Fuente Olmedo,
tal como las exhibe el Museo Provincial de Valladolid -al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Estas piezas
llamadas comúnmente “palmelas” (por haber sido estudiadas por
primera vez en esta población lusa cercana a Lisboa) son
de baja calidad metalúrgica. Con una composición cercana a la del
puñal antes mencionado (cobre
muy arsenicado)
y también muy parecida a otras “palmelas” halladas en la Meseta.
Por este motivo, los profesores Delibes y Martín Valls mencionan que
sus fabricantes -probablemente- aprovecharon aquella enorme cantidad
de arsénico en el mineral cúpreo, para configurar un filo fácil de
trabajar, con unas características muy especiales de dureza
(diferente
a uno de metal más puro; que no tendría tanta facilidad de corte y
afilado). Llama la
atención el
número de flechas que acompañaban a este “principe”
campaniforme; que suman un total de once. Una cifra extraña y ajena
a otras culturas del momento. Como la mesopotámica o la egipcia;
cuyas bases de contabilidad eran duodecimal (en el caso de
Mesopotamia) y decimal, en la del Nilo. De ello, el
número de venablos quizás nos indicaría que el ajuar no contiene
un valor predeterminado, ni un carácter tan mágico; siendo quizás
un enterramiento ocasional sucedido tras una batalla. Después
de un enfrentamiento bélico en el que moriría aquel guerrero, que
por ello hubo de ser inhumado en este lugar. Todo
lo que se corroboraría por la ausencia de otras tumbas en los
alrededores y por la inexistencia de hallazgos o de asentamientos
campaniformes cercanos (sin
otros poblados o restos de la época en esos pagos de Fuente Olmedo).
.
ABAJO:
Reconstrucción
de la tumba de Fuente Olmedo, tal como la exhibe actualmente el Museo
Arqueológico Nacional -al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En
la fotografía podemos ver cómo estaba situado este “reyezuelo”
del
Bronce Pleno: Depositado
en la tumba de lado, luciendo una cinta de oro en su frente, junto a
puntas de flecha, portando un pequeño puñal de lengüeta y
acompañado de algunas cerámicas campaniformes
(en las que pudo saberse había restos de “cerveza” -bebida de
cerales fermentados-).
.
.
Continuando
con este enterramiento -hallado
en un pago llamado Perro Alto-, la
profesora Elisa Guerra recoge cómo los
“pormenores del descubrimiento de la tumba campaniforme de Fuente
Olmedo aparecen descritos con detalle en la monografía que los
profesores Ricardo Martín Valls y Germán Delibes de Castro” .
Relatando
que en la
“fosa
ovalada de 2,90 por 2,40 metros en sus ejes principales y 0,80 de
profundidad” encontraron
“la
docena de armas de cobre (en concreto un puñal de lengüeta y once
puntas de jabalina), más el brazal de arquero de arenisca, junto a
los brazos y en contacto con las manos; y tres vasijas de barro
bellamente decoradas con incisiones”
(25)
.
Seguirá escribiendo que:
.
“Martín
Valls y Delibes de Castro, en colaboración con diversos
especialistas, pusieron en marcha un exhaustivo programa
arqueométrico para analizar por procedimientos multidisciplinares
los propios restos esqueléticos del joven y sus piezas de ajuar. Con
posterioridad se han ido llevando a cabo nuevas analíticas gracias
al avance que las técnicas físico-químicas han experimentado en
los últimos años, lo que ha permitido ampliar las posibilidades de
lectura de los restos arqueológicos. Los datos obtenidos hasta la
fecha en relación con la tumba campaniforme de Fuente Olmedo
podrían resumirse en los siguientes puntos:
-Estudio
antropológico: los restos esqueléticos del individuo inhumado
corresponden a un varón de más de 18 años.
-Cronología
absoluta: si la tipología de las piezas de ajuar llevó a adscribir
la tumba a un momento avanzado del III milenio a.C., los resultados
de las dataciones por Carbono 14 de dos muestras óseas del esqueleto
afinaron aún más el marco cronológico, situando el momento de
la muerte del joven en torno al 2000 a.C.
-Composición
metálica de las armas de cobre: en el caso de las Palmela, se
trata de cobres simples. Por su parte, el puñal de lengüeta
muestra una elevada proporción de arsénico, pero antes de
interpretar este dato como resultado de una adición intencional
de este elemento en las coladas buscando endurecer los cobres,
parece que la lectura se ajusta mejor a un aprovechamiento de un
mineral cuprífero especialmente rico en As. De este modo, nos
encontramos ante un cobre arsenical aunque no un cobre arsenicado.
-Análisis
de incrustaciones de pasta blanca: las concreciones que rellenaban
los trazos ornamentales del cuenco resultaron ser casuales, fruto de
la precipitación del carbonato cálcico del sedimento con el que se
rellenó la fosa.
-Análisis
de residuos: las trazas microscópicas documentadas en las paredes
internas del fondo de la cazuela representan los posos de una bebida
fermentada a base de cereales, una especie de cerveza elaborada
con trigo, no distinta de la identificada en otros yacimientos
campaniformes del interior peninsular” -idem cita (25)
[sic]-.
.
De
las anteriores palabras, podemos obtener como primera conclusión que
se trataría de un jefe joven (de unos veinte años); cuya fecha de
enterramiento se calcula con bastante exactitud hacia el 2000 a.C..
Inhumado junto a armas de metal que no son de una alta calidad
cúprea, sino muy por el
contrario fruto de un mineral muy arsenicado. Aunque advierten que el
trabajo de estas hojas tan ricas en arsénico -principalmente en el
caso de cuchillo-, demuestra
probablemente
que sabrían
aprovechar aquella composición para crear un cobre más duro y
afilado. Por último,
describen Delibes y Martín Valls que las marcas blancas de los
cuencos campaniformes no eran más que manchas motivadas por
sedimentación de carbonato cálcico. Aunque tras
haber analizado las cerámicas, encontraron en su fondo restos de lo
que podía ser una “cerveza”
o bebida de cereales fermentados -común
a otros hallazgos campaniformes-.
.
Todo
cuanto hemos leído y la “casualidad” del hallazgo en pleno
páramo de la llanura vallisoletana,
sin más restos campanifomes que estos en la zona. Me
hacen pensar
-personalmente-
que se trata de una inhumación ocasional y debida a la muerte de
este “joven noble” durante una batalla, o durante un viaje. Pues
de lo contrario existirían restos cercanos de poblamiento
campaniforme; o en su caso, otros enterramientos de misma época. Por
lo demás, el lugar en el
que fue hallada esa tumba (Fuente Olmedo); es un paso y una
encrucijada de caminos, además de un emplazamiento junto al que se
sucedieron innumerables batallas históricas.
Un llano de tal magnitud, que desde sus pocos altozanos se llega a
dominar cientos de kilómetros. Existiendo muy cerca de Fuente Olmedo
una población llamada Orbita; cuyo nombre dicen se debe, a que en
sus campos se aprecia la órbita terrestre -gracias a su enorme
planicie-. Sea como fuere,
la población donde encontraron este “príncipe campaniforme” se
sitúa al comienzo del enorme llano vallisoletano; que comprende las
tierras que van desde Zamora a Peñafiel y de allí a los altos de
Portillo o de Peñafiel, desde los que se divisa prácticamente toda
la zona media del Duero castellana.
.
.
SOBRE
Y BAJO A ESTAS LINEAS:
Arriba,
fotomontaje mío con tres imágenes
seguidas tomadas
desde Portillo de Valladolid. En ellas he señalado
el punto donde se situan (más o menos) las poblaciones de: Fuente
Olmedo, Zamora (capital), Valladolid y otras.
Como podemos ver se
trata de una enorme llanura que a mi entender dio nombre a la
provincia y a la ciudad. Cuya
etimología a mi juicio es, “Vallis” “Tolid”; procediendo de
una misma voz de la que nacería Toledo: Desde el latín “tollere”
cuyo significado es “altozano” o bien “meseta”. De tal
manera, “Vallis-tollere”, sería el “Valle de la Meseta” (26)
;
todo cuanto no deja dudas si observamos las siguientes fotografías.
Abajo:
Fotografía
tomada desde el dólmen de los Zumacales (en Simancas) donde podemos
ver las enormes llanuras vallisoletanas. Cuyos
altos nos permiten observar distancias kilométricas y con ello
realizar desde los oteros movimientos militares -llevar a cabo
enfrentamientos de ejércitos-. De
ello las sucesivas guerras que se libraron en esta parte del Duero;
con batallas como la de Toro o la de Simancas, que cambiaron la
Historia de España. Esta situación estratégica
que “invita” a enfrentarse en esas llanuras, fue lo que quizás
motivó el enterramiento de Fuente Olmedo -probablemente ante la
necesidad de inhumar allí a un príncipe caído durante la lucha-.
.
.
Siguiendo
con la tumba de Fuente Olmedo, corroboraría
la posibilidad de una tumba ocasional (tras
una batalla); algunos
hechos que describe Elisa Guerra, mencionando cómo “en
su día Martín Valls y Delibes, a partir de la información
arqueológica del entorno
próximo a Fuente Olmedo, barajaron la posibilidad de que el
yacimiento de Fuente La Mora, situado en el término de Fuente de
Santa Cruz, en la provincia de Segovia;
pudiera corresponder al poblado en el que transcurrió la vida de
nuestro príncipe campaniforme.
La confirmación de este supuesto, empero, requeriría de
excavaciones arqueológicas, por lo que por el momento no podemos
afirmar nada con rotundidad (...)
A escala peninsular existen evidencias que ilustran el monopolio por
parte de las gentes campaniformes sobre la actividad metalúrgica
y la circulación de minerales de cobre y valiosas materias primas
(oro, marfil, cinabrio). En
la Meseta ha sido nuevamente Germán Delibes quien ha planteado si la
aparición y consolidación de las élites Ciempozuelos no guardaría
relación con la explotación y el intercambio de la sal” (27)
.
.
Acerca del
posible origen de este “noble campaniforme” enterrado en
Valladolid; todo hace parecer que su aparición en las cercanías
de Olmedo es “casual”; aunque no hay que olvidar que junto a esta
población vallisoletana hay otra aldea llamada Agua Sal. Ello unido
al nombre de Fuente de Olmedo, hace ver que el lugar estaba pleno de
manantiales. Consecuentemente y sobre la etimología de aquel
segundo pueblo hay una leyenda que narra cómo procede de algunos
pozos que se hacían simplemente diciendo “agua sal”; tras lo que
allí manaba el preciado líquido. Pese a todo, en el lugar así
llamado (Agua Sal) existe una laguna donde no extrañaría que antaño
hubiera una gran poza de sal; puesto que tanto las termas como
los filones salinos pueden agotarse y cambiar los cursos telúricos
(cuando los niveles freáticos interiores se modifican). Algo que
sucede al variar los ríos bajo la tierra, todo lo que ocasiona que
en puntos donde antaño había termas, estas desaparezcan; del mismo
modo que hace a las pozas de sal dejar de emerger (por lo que de
quedar en el olvido; no se conocerá nunca más su existencia ni
ubicación). Esto es lo que pudo suceder con aquel lugar llamado
Agua Sal, sito a muy pocos kilómetros de Fuente Olmedo y que
quizás fuera antaño un importante yacimiento salino; todo lo que
explicaría la aparición de gentes del campaniforme en el lugar
donde fue enterrado aquel noble.
.
Acerca de ese
uso de la sal en la Meseta, hemos de destacar la necesidad del
referido cloruro sódico para secar las cecinas y los jamones, o para
manufacturar cualquier carne en conserva. Siendo actualmente la
fabricación de embutidos una de las actividades más comunes entre
quienes distribuyen alimentos en Castilla-León. Cuyas cecinas
(de León) o jamones (de Salamanca) son algunos de los mejores de
España -y por lo tanto del mundo-. Si querer aventurarnos a
hipótesis cuya prueba se hace difícil; nos parece obvio que en
un lugar con el clima y la ganadería mesetarios, durante la
antigüedad sus habitantes tendrían que llevar a cabo actividades
similares a las de hoy. Habiendo sido seguramente la manufacturación
de estas carnes secadas (tras bañarse en sal), una de las más
importantes industrias desde tiempos muy remotos. Pues las “mojamas”
de porcinos, ovinos y bovinos;
no solo alimentan a la población, guardando todos los
componentes vitamínicos y sin pudrirse durante años. Sino, además
permiten ser transportadas (a caballo o en carros) en viajes tan
largos como complejos; pudiendo haberse comerciado con aquellas
cecinas y jamones ya en la Edad del Bronce -del mismo modo que se
hacía con el cuero o con otras materias primas obtenidas de los
animales (lana, pieles etc)-.
,
Todo cuanto
expreso hace ver que la cultura campaniforme, tan apegada a las minas
de sal en la Meseta, quizás procedía de gentes especializadas en
secar pescados y carnes a la salazón -en las costas-. Partiendo
desde este hecho, ello nos haría pensar que quienes difunden el
vaso campaniforme -entre el 2700 al 1700 a.C. (aprox)-; probablemente
proceden directamente de una “colonización” venida del
Mediterráneo. Aculturación llevada a cabo por gentes que viajarían
a la Península buscando sus minas de metal, pero que fueron
expandiendo sus costumbres; entre ellas, la industria de la salazón.
Un uso que se divulgaría mientras estos buscaban los yacimientos de
oro, plata, cobre y estaño; difundiendo a la vez aquel vaso en forma
de campana. Cuencos llamados de tipo Ciempozuelos, pero que
primeramente veremos en el Sur peninsular (Almería), para más tarde
encontrarlos en gran parte de nuestro territorio. Cerámica
campaniforme que posteriormente llega a todo el área atlántica
europea; especialmente a zonas muy ricas en metales preciosos (como
las Islas Británicas, Bretaña o Suecia).
.
De tal manera,
no sería aventurado pensar que aquellos buscadores de metales
llegados desde el oriente mediteráneo -hacia el 2700 a.C.-, fueron
asimismo estableciendo una industria de salazón que les permitiría
cambiar mineral precioso, por embutidos y mojamas. Una mercancía
que podría ser apreciadísima en tierras del Norte de Europa, donde
la escasez de alimentos durante el invierno, sería la causa de gran
parte de su mortandad. Debido a cuanto expreso, el intercambio de
esas salazones, por piezas de oro, plata, estaño y cobre; no es una
hipótesis tan aventurada. Ya que resulta difícil creer que tan
solo con cuentas y avalorios o con algunos objetos metálicos,
pudieron abrir un mercado esos visitantes llegados del sur y aquellas
gentes del Cantábrico o de la Europa Atlántica. Quienes -al
parecer- recibieron a los “colonos” del campaniforme con tanto
interés como confianza; de allí la rápida expansión del “Vaso
Ciempozuelos” desde nuestras tierras hasta las costas de Francia,
las Islas Británicas, Escandinavia o Alemania.
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS:
Arriba
varios verracos y toritos vettones en piedra, expuestos en el Museo
provincial de Ávila (museo arqueológico al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen). En numerosas ocasiones hemos
hablado de estas esculturas pétreas,
que aparecen profusamente en tierras de la etnia celtibérica vettona
(sitas en las actuales provincias de Cáceres, Toledo, Ávila, Zamora
y parte de Segovia). Acerca de su uso, ya hemos dicho que -al
parecer- eran mojones de demarcación con un carácter apotropaíco.
Habida cuenta que con su forma de animales salvajes advertirían a
los extranjeros que entrasen en sus tierras, señalando así que el
área tenía dueños y que además existía posiblemente ganado
salvaje en los alrededores. Todo lo que verían claramente quienes se
aventurasen a cruzar los caminos por esas posesiones vettonas.
Sabiendo
gracias a estos verracos pétreos, que salir de las rutas marcadas
podría llevarles a enfrentarse con toros y verracos silvestres -o
con los propietarios de la zona-
(28)
. Dejando a un lado su utilización como demarcadores; la
sacralización de estos bóvidos y porcinos se debió de seguro a su
enorme utilidad en la cabaña ganadera. Habiendo sido el cerdo y el
toro (salvaje o doméstico); uno de los principales componentes en la
dieta de las tribus mesetarias, desde los tiempos más remotos
-en los milenios del megalitismo, durante El Bronce y en la Edad del
Hierro; cuando finalmente fueron esculpidos los verracos pétreos, en
imagen-. Debiendo
conservarlos en salazón, si querían consumir durante todo el año
su carne.
.
AL
LADO:
Mapa
de la trashumancia en España según Braudel -detalle
de la figura 108, del libro “Europa atlántica en Edad del Bronce”
(Barcelona 1998); obra de la prof. Marisa Ruiz-Galvez a la que
agradecemos nos permita divulgar de nuevo este gráfico-. Como
podemos observar, los
caminos de trashumancia -que datan desde el Neolítico- son el origen
de las posteriores calzadas romanas, que dieron paso a los caminos de
la España Moderna y que finalmente se convirtieron en carreteras
durante los siglos XIX y XX. Destacan en especial aquellos que
cruzan de Sur a Norte, llegando desde Huelva y Sevilla, a Astorga y
el Cantábrico; que sin
lugar a dudas son el antecedente más directo de la Ruta de la Plata
(por la que transitó ganado desde el Neolítico; pero por la que ya
debieron transportar los metales, desde la Edad del Bronce).
.
ABAJO:
Secadero de jamones en Guijuelo, Salamanca. Esta población situada
precisamente en plena Ruta de la Plata, es uno de los lugares más
famosos por la calidad de sus embutidos.
Jamones, lomos, salchichones, chorizos y cecinas que
debieron de ser preparados por los hombres de la Edad del Bronce tan
solo usando sal
(distribuyéndolos a otras zonas de la Península). Debido a que por
entonces faltaban la pimienta y hasta el pimentón (especies traídas
por Roma y el segundo procedente de América); pudiendo por entonces
fabricar embutidos tan solo con sal y ahumado, con los que
mercadearían perfectamente -ya que no se estropean al
transportarlos-. A
mi juicio, esta industria se implantaría especialmente en la
Península desde el 2700 a.C; tras la llegada de buscadores de estaño
y cobre, procedentes del Egeo y de las costas de Oriente Medio o
Anatolia. Importando aquellos también, la industria de la salazón;
muy avanzada en Creta, Chipre y Oriente Medio, usando
técnicas salineras y de mojama, desarrolladas por marineros como los
que llegarían a nuestras costas.
Quienes al verse en la necesidad de trocar metales preciosos,
probablemente instituyeron una industria de salazón; con el fin de
cambiar con los pobladores del litoral atlántico mojama y embutidos,
por aquellos minerales valiosos.
.
.
Consecuentemente
con lo que vamos explicando, la sal debió ser un bien primordial
para los habitantes de la Meseta, durante todos los tiempos. En
especial para gentes asentadas en comarcas cuyos fríos impedían
pastorear o salir en busca de caza durante el invierno.
Refiriéndonos a los antiguos pobladores de áreas como León,
Zamora, Palencia, Ávila, Segovia, Soria y Burgos; quienes en gran
parte migrarían hacia el sur, desde noviembre hasta mayo (siguiendo
los antiguos caminos de la Trashumancia). Pero entre quienes habría
muchos obligados a pasar el invierno en sus comarcas de origen -en
especial mujeres, ancianos y niños-; para los cuales disponer de
jamones y embutidos sería un modo de subsistencia sin parangón ni
sustitución posible. De ello, quizás, la mayor importancia de la
sal en un lugar donde este elemento es apenas inexistente. Pues
tal como el profesor Delibes nos dijo, hay zonas castellanas donde no
aparecen minas salinas en cientos de kilómetros a la redonda. En
especial en el llano que va desde Villafáfila (Zamora) hasta Olmedo
y Medina del Campo (Valladolid); un área de enorme distancia en la
que al parecer no hay ni una poza con este salitre -para conocer más
acerca de los pormenores de esa circunstancia y de las consecuencias
que la sal pudo tener en la difusión y establecimiento de la cultura
campaniforme en la Meseta; recomendamos leer los estudios de Germán
Delibes, mencionados en cita (29a) y
(29b) -. Asimismo y a
título personal, añado que quizás este hecho nos explique mejor la
importancia posterior en la meseta, de pueblos como los astures o los
cántabros. Quienes tenían urbes en lugares de León y Palencia
(como Lacia -Mansilla de las Mulas-) y hasta la misma capital Astur
sita junto a Astorga (en La Bañeza). Cuya fuerza como etnia
quizás residió en la capacidad de suministrar sal a las gentes que
habitaban en tierras de la actual Castilla-León.
.
Cuanto
expreso, lo escribimos tras hablar con el
profesor German Delibes,
quien me
confirmó de palabra su absoluta convicción de que aquellas gentes
del Vaso Campaniforme acapararían en la zona coprendida de León a
Segovia y desde Zamora a Aragón; las minas de sal -además
de controlar comerciar con yacimientos de metal peninsulares-.
Debido a que (tal como dijimos) en algunas zonas de Castilla no
existe este “oro blanco” en centenares de kilómetros a la
redonda. Tal
como sucede entre Soria, Zamora, Burgos, Valladolid y Segovia. Donde
existen solo salinas en la Poza de Sal y en la laguna de Villafáfila;
junto a otros pequeños lavaderos salineros, como los situados en las
cercanías de Olmedo y en algunos puntos segovianos (Fuentidueña y
etc). Sobre
este interesante tema, el profesor Delibes de Castro y
Jesús María del Val Recio,
publicaron un estudio hace unos diez años
(29b)
cuya
intitulación es: “LA
EXPLOTACIÓN DE LA SAL
AL
TÉRMINO DE LA EDAD DEL COBRE
EN
LA MESETA CENTRAL ESPAÑOLA:
¿FUENTE
DE RIQUEZA E INSTRUMENTO
DE
PODER DE LOS JEFES CIEMPOZUELOS?”. Para comprender brevemennte
cuanto en él exponen, añadiremos los
epígrafes
principales de este estudio, que
son: “Reconocimiento
de explotaciones de sal por ignición de época campaniforme: Los
documentos de Molino Sanchón (Villafáfila en Zamora) y de
Espartinas (Ciempozuelos, Madrid”. “Reivindicación
de las cerámicas de tipo Ciempozuelos en los espacios de producción
de sal”. “La mina como espacio sagrado ¿Ceremonias de los jefes
Ciempozuelos en Molino Sanchón?”. “Consideraciones sobre la
actividad salinera villafafileña en la transición Calcolítico -
Edad de Bronce...”.
.
El
mencionado trabajo de Delibes y del Val, termina con las siguientes
palabras: “Hace
tres décadas, en el trabajo que Martín Valls y uno de nosotros
dedicamos al
hallazgo
de la
sepultura
campaniforme de Fuente-Olmedo, nos hacíamos eco de la frecuencia con
que este tipo
de
yacimientos (Pajares
de Adaja, Samboal, Portillo,
Villaverde
de Íscar) comparecía
en las proximidades
de
dichos
bodones
o
lavajos
y
lo
atribuíamos
a
dos
factores:
al
atractivo
que
debieron
ejercer
tales
espacios
por
encontrarse
virtualmente
despejados
de
vegetación
y,
sobre
todo,
a
la
importancia
del
recurso
hídrico
durante
los
veranos
para
el
mantenimiento
de
la
cabaña
ganadera
estante,
tal
y
como
seguía
ocurriendo,
a
juzgar
por
las
ordenanzas
de
los
pueblos
de
la
zona,
en
época
medieval
(...) No
se trata, por supuesto, de restar importancia a estos dos factores,
pero, una vez que sabemos a
través de los documentos de Molino Sanchón II y de Espartinas que
las élites Ciempozuelos están detrás de la producción de sal,
¿cómo silenciar que la tumba del príncipe de Fuente-Olmedo se
sitúa a escasa distancia de tres de los bodones salados -laguna del
Caballo Alba, Bodón Blanco y Aguasal- (...)
los más importantes de la región olmedana?”
(30)
.
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS:
Arriba,
el dolmen de los Zumacales de Simancas; durante una jornada en que
fue explicado por el profesor Delibes (en el cetro de la imagen). Un
centenar se asistentes le rodean atendiendo durante horas la
interesante exposición, tras haber escuchado la conferencia que
pronunció poco antes sobre este túmulo simanquino (31)
.
Se trata de una pequeña tumba de corredor y circular; del que por
tristeza se ha perdido la mayor parte de su estructura, debido a la
destrucción por mano del hombre. Pese a ello, hace algunos años
pudieron excavarlo, logrando “rescatar” los esqueletos de unos
veintidós cadáveres; tras lo que rehicieron el pequeño dolmen. La
conología por C-14 de aquellos inhumados (depositados) en el
interior de la cámara, se fecha entre el 4145 y el 3700 +/- a.C.
(32)
; lo que obliga a pensar que el dolmen estuvo “activo”
como recinto mortuorio desde el siglo cuarenta al treinta y cinco
a.C. (aproximadamente).
.
Entre
sus explicaciones, Germán Delibes anotó que uno de los significados
de los dólmenes era testimonial y que servirían para demarcar el
territorio.
Explicando que el hecho de construir una gran tumba, donde guardar
los cuerpos de los ancestros de sus reyes o nobles; supondría
un estatus de dominio sobre una zona (cercana al enterramiento).
Acerca de esta interesante idea hablaré más adelante,
desarrollándola
con nuestra opinión; un parecer que -como digo- es ajeno al mundo
técnico, pero expresada desde un prisma comercial y de persona que
vive en una cultura muy distinta -como lo es Japón, la tierra que me
acogió de segunda patria-. Siendo así, al final del artículo
comentaremos que a
mi juicio ese uso del dólmen como demarcador de una zona en
propiedad, quizás se debe completar en ideas. Ya que el túmulo
serviría para testimoniar que había una clase guerrera y dirigente,
desde hacía siglos; apoyada por un grupo que les servía de un modo
organizado -tan
fielmente como para elevarles esos gigantes enterramientos-. Tumbas
que por sus dimensiones asustarían.; aunque la demarcación de
territorio (propiamente dicho) se haría a través de menhires; con
los cuales se podrían señalar lindes, además de estudiar con ellos
las sombras y el calendario. Menhires que asustarían por su tamaño,
aunque los que más impresionaría al
ajeno y al extraño que se internase en esas tierras, serían
los cromlechs
(grupos de creados con grandes bloques, como observatorios o templos
astronómicos). Todos
hechos con piedras gigantes, lo que demostraría que allí vivía un
grupo perfectamente organizado y con capacidad de realizar acciones
de gran fuerza.
Gentes que tenían su dolmen, lo que asimismo acreditaba la
existencia de una clase guerrera ancestral, cuyos nobles eran
venerados por su bravura y enterrados en esos túmulos. De
este modo -como digo-, los menhires podrían actuar como
demarcaciones de los territorios megalíticos, en los que
difícilmente se aventurarían a entrar extraños; al observar la
fuerza y la organización de quienes los habitaban.
.
Al
lado:
Algunos asistentes se fotografían en el túmulo simanquino. La
imagen está tomada justo antes de que el profesor Delibes llegase
para explicar in situ el dolmen de los Zumacales a un centenar de
personas que hasta allí se acercaron, en una tórrida tarde de
verano
-de las más de trescientas que poco antes habían asistido a su
conferencia en el centro cultural de Simancas-. Desearíamos destacar
que la conferencia y la explicación del megalito se llevó a cabo un
viernes de agosto; notándose una enorme asistencia, pese las altas
temperaturas y a tratarse de un periodo estival (en plenas fiestas de
Simancas). Todo lo que muestra el interés que despiertan actividades
culturales como esta; en la que desde las 19 horas y hasta las 21,30
cientos de personas escucharon atentamente al profesor Delibes
-preguntándole dudas y diversas aclaraciones arqueológicas-. Algo
que anotamos para demostrar que cuando se promueve la cultura de peso
y de calidad, hay gran interés por parte de todos.
.
ABAJO:
Otra
fotografía del dolmen, cuyo tamaño podemos observar al compararlo
con personas en el interior de su recinto. En esta imagen puede
apreciarse la proximidad del megalito a la ciudad de Valladolid, de
la que apenas dista cinco o seis kilómetros. Estando situado en un
altozano junto a Simancas, desde el que se divisa perfectamente la
capital castellano-leonesa. Sin lugar a dudas; desde
allí podemos aseverar y asegurar que Valladolid lleva más de seis
mil años habitado. La importancia de este
punto, con respecto al tema que tratamos; se ciñe al dominio
que desde estos altozanos se tiene sobre los valles y llanos del
Duero medio. Todo lo que obliga a pensar que quizás esa orografía
motivó el levantamiento del dolmen
de Simancas, en un lugar donde no existen otras construcciones
megalíticas. Al
igual que esa situación privilegiada sobre el valle medio del Duero;
haría que un milenio más tarde por allí tuvieran que pasar o que
luchar las gentes del Campaniforme; provocando ello la inhumación de
Fuente-Olmedo.
.
.
2º
(d)- Conclusiones:
.
Concluimos
tras esta exposición sobre las armas del Bronce Antiguo y Pleno,
pudiendo comprobar cómo el hallazgo de objetos de cobre con
metalurgia muy precaria y con composición muy pobre, no indica una
tecnología igualmente deficiente. Sino por el contrario, la
aparición de piezas como las “palmelas” y las puntas de lanza
cúpreas de baja calidad; mostraría una gran riqueza en la época
-tanto como el pleno dominio del arte de trabajar el cobre-.
Primero, porque fabricar armas arrojadizas en metal por entonces
(a fines del tercer milenio y mediados del segundo) supone un signo
de enormes medios metalúrgicos. Siendo lógico pensar que las
flechas y venablos nunca se hicieran ni trabajasen con la misma
perfección que las espadas o las hachas -de igual manera que en
nuestra época resultaría extraño fabricar las balas o los
cartuchos, con metales de gran calidad-. Por todo ello, al
encontrarnos con aquellas palmelas tan pobres en su composición
como toscas en su manufacturación; hemos de comprender que son estos
los primeros objetos metálicos de la Historia, para utilización
efímera -de “usar y tirar”; sin posibilidad apenas de
recuperarse-. Debido a ello, hemos de pensar que una flecha fundida
en bronce de primera calidad, hubiera sido por entonces tan solo un
objeto votivo (tan extraña como hoy en día puede ser una bala de
plata).
.
Por
cuanto expresamos es importante destacar algunas apreciaciones que
realiza el profesor Delibes, junto al prof. Fernandez Manzano
(tristemente fallecido en estos días). Cuando nos dicen que
algunas de estas “palmelas” estarían fabricadas a golpe de
fragua; ya que al no haberse encontrado moldes donde fundir las
puntas, todo hace suponer que se harían a golpe de martillo
(33) . Ante lo que hemos de añadir que lo más
probable, y debido al aspecto que presentan muchas de ellas; es que
estas flechas se hicieran del modo más sencillo posible. Una fórmula
de forja que a mi juicio sería tan simple como la de crear en la
fragua tiras de cobre; luego recortar esas láminas a golpe de cincel
-dándole forma de hoja- y finalmente remacharlas a martillazos.
Siendo esa manufacturación la que en primer lugar se observa al
verlas detenidamente y aumentando las fotografías. Aunque hay otros
ejemplos de “palmelas” en las que parece que se observa un
proceso de fundición (tal como ocurre en algunas de las expuestas en
el Museo de Córdoba y en el de Sevilla, que mas abajo incluyo en
imágenes). Siendo francamente difícil determinar si todas ellas se
hicieron por el procedimiento antes explicado: Fundiendo láminas de
cobre; recortando piezas a cincel en forma de hoja y luego remachando
a martillo (para finalmente afilarlas a la piedra).
.
Por
su parte, añadiremos nuevamente que el
hallazgo de cuchillos cupreos y muy ricos en arsénico (también del
Bronce Pleno); en mi opinión no nos hablaría de un atraso técnico,
sino posiblemente también de algún “abaratamiento” en la forma
de trabajar los metales. Pues
al parecer, si el cobre es muy rico en arsénico, contiene
una mayor dureza; siendo más elástico cuanto más puro.
De tal manera, quizás,
la fabricación de aquellos cuchillos de lengüeta en metal muy
arsenicado, nos indicaría el conocimiento pleno de la fundición del
cobre y de sus propiedades según características del mineral. Sobre
todo ello trata un interesante estudio de los profesores Delibes de
Castro, Fernández Manzano y Rovira Llorens; escrito junto a una
entrañable persona y un maravilloso coleccionista, como lo fue
D.Eugenio
Fontaneda.
Trabajo que hemos mencionado en cita anterior, intitulado:
“Metalurgia
de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)”.
Un
libro en el que sus
autores explican cómo las
piezas que analizan contienen cobre muy arsenicado, en el caso de las
palmelas y de los puñales; pero no en el de las hachas planas, donde
el cobre es siempre de mayor pureza.
Siendo muchas de estas hachas planas, de este metal prácticamente
puro y solo llegando a un 3% de arsenicado en algunos casos. Unos
datos que concuerdan con las hachas de las Islas Británicas, de
igual época; que no suelen sobrepasar tampoco el 1% (de AS en su
proporción CU). Señalando
asimismo este estudio, que en el Valle del Duero y Meseta, los
objetos que más arsénico contienen son los puñales -aunque
la mitad de los hallados sean de cobre puro y el resto tampoco supere
el 3% de AS-
(35a)
.
.
.
ARRIBA:
Tres
puntas de “palmela” en cobre, de diferentes procedencias;
tal como las muestra el Museo Arqueológico de Córdoba -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Las datan en el
calcolítico, aunque por su perfección y calidad pueden fecharse
perfectamente en el Bronce Pleno. Si las observamos detenidamente,
veremos que las
dos de los lados parecen estar remachadas a martillo y
fabricadas desde una lámina (tal como hemos explicado). Aunque la
central es de tal perfección que quizás haya sido moldeada
fundiéndola.
.
AL
LADO:
Cuadro
de la página 135 del libro antes
citado: “Metalurgia
de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)” -agradecemos
a sus autores nos permitan divulgar el gráfico-.
En este podemos observar las cantidades de arsénico que contienen
diferentes armas de cobre, pertenecientes al Bronce Antiguo y
halladas en la Meseta. Vemos que las hachas
planas son las que menos arsénico tienen
(entre el 0,5 y el 1%);
luego le siguen las leznas y punzones
(entre el 0,5 y el 3,5% de AS); tras
ello aparecen las “palmelas” (con
1,2 y 3,5% de AS) y
finalmente los puñales; que son un caso aparte, pues su composición
lleva entre el 3 y el 19% de arsénico. Al
estudiar estos hechos, creemos
personalmente que la pureza del cobre se controlaba perfectamente por
los metalurgios de la Primera Edad del Bronce; quienes entre el 2700
y el 1800 a.C. ya sabían perfectamente fundir o forjar unos objetos
particulares, usando un determinado cobre arsenicado. Utilizando
un metal de más contenido en AS para las hojas de cuchillo y las
palmelas; seguramente debido
a la dureza de este.
.
ABAJO:
Otras
tres
puntas de “palmela” en este caso procedentes de un ajuar
campaniforme hallado en Valdeprados (Aldea
del Rey Niño provincia de Ávila) y propiedad del Museo Arqueológico
de Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
A
su derecha observamos el resto de una tira de oro puro; que se supone
pertenecía a la diadema del inhumado junto a las puntas
(del mismo modo que sucedía en Fuente Olmedo). En
este caso, las flechas parecen claramente haberse fabricado
remachadas a martillo. Por su parte, la conservación y enterramiento
del cadáver con esa tira sobre la frente (como banda o corona)
indica una aproximación al mundo funerario oriental y especialmente
ligado al argárico. Pues
aunque esta inhumación de Valdeprados se dató por C-14 en épocas
muy antiguas; finalmente dedujeron que su análisis de C-14 contenía
errores (de contaminación) y lo fecharon por identificación con
otros yacimientos similares, deduciendo así el prof. Jorge Gómez y
Ma. Pilar Sanz, que debía situarse entre el 1900 y el 1700 a.C (34)
.
De tal manera, debemos considerar que la costumbre -tipicamente
argárica- de enterrar el cadáver con aquellas diademas de oro, que
seguramente usaba el muerto en vida; debió
ser un uso muy común durante el campaniforme (tanto como para llegar
hasta nuestros días muchas de ellas).
.
.
Sigue
el referido estudio de Delibes, Fernández Manzano, Rovira y
Fontaneda; mencionando cómo los
modelos de hachas planas fabricadas en bronce durante el mismo
periodo, tienen una composición de estaño
que oscila entre el 3,98 y el 17,72% y cuyo
valor medio es de 10%
(35b)
. Ante este dato, nos gustaría incluir la información de que el
bronce más elástico y de mejor calidad es aquel que contiene un 92%
de cobre y un 8% de estaño
(puros); aunque
a partir de proporciones
como la de un
90% y 10%, el metal puede considerarse de gran calidad. Por
su parte, el trabajo que resumimos también señala cómo la media en
las
hachas planas más antiguas halladas en la Meseta, se acercan a una
composición de 12,5% en estaño; algo que coincide también con la
del mismo tipo de armas, aparecidas las Islas Británicas.
Cuanto nos dicen aquí los profesores Delibes, Fdez. Manzano y
Rovira, son igualmente datos
de una importancia enorme. En primer lugar porque ya vemos cómo
durante la Primera Edad del Bronce existían bipennas de metal
broncíneo, con una aleación de gran calidad. En segundo término,
al observar que aquella fundición de estaño y cobre
(muy costosa por entonces), tan
solo era usada para armas de gran importancia, como las hachas
-que no se solían perder en batalla, a menos que el soldado cayera-.
.
Consecuentemente,
cobra
aquí una razón suficiente nuestra teoría de que las palmelas y los
cuchillos se fabricaban con cobre de baja calidad; al ser objetos de
poca importancia y no por motivos técnicos, o por falta de
conocimientos.
Pero además, la
circunstancia de que en las Islas Británicas de nuevo encontremos
hachas con igual aleación a las de la Península; nos habla
claramente de que los metales fueron introducidos en ese archipiélago
por gentes venidas desde las costas de Iberia.
Como no podía ser de otra forma, ya que el medio más rápido de
llegar hasta el Atlántico, partiendo desde el Mar Negro o de Oriente
Medio (donde se descubre el bronce); es surcando los mares. Un viaje
que necesariamente hubieron de realizar quienes “inventaban” por
entonces las aleaciones de metales; buscando las minas de estaño y
cobre, que faltaban en el Mediterráneo.
.
Por
su parte, el mencionado estudio también muestra como en
el caso de los brazaletes broncíneos, la composición de estaño es
mucho más alta; llegando comúnmente hasta un 16%
(35c)
. Entre estos adornos tan ricos en casiterita destaca el Colgante de
Cea, que contiene un 18,85% de estaño. Asimismo,
añaden los autores, que para fabricar los torques -o brazales- de
bronce, debieron de hacerlo fundiendo piezas en barra, con moldes de
forma cóncava por su parte inferior. Tras obtener aquellas barritas
y ya enfriadas, a golpe de martillo las torcerían, hasta
darles aquella forma de pulsera.
Una técnica que obliga
naturalmente a alearlas con una mayor cantidad de casiterita; metal
que concede al bronce elasticidad y “ablandamiento”.
Por cuanto se comprende que en el caso de los brazaletes y adornos,
utilizasen una composición mucho más rica en estaño (todo lo que
da cuenta del perfecto conocimiento en el arte de la fundición del
bronce desde los tiempos más remotos). Finalmente,
los profesores Delibes, Rovira y Fdez. Manzano, nos hablarán de las
“hachas de talón” y las de “anillas”; pertenecientes al
Bronce Bajo; que también presentan entre un 10 y un 14% de promedio
de estaño. Un
dato que a mi juicio vuelve a confirmar cómo los conocimientos sobre
metalurgia eran casi iguales antes del 2000 a.C. -en el Bronce
Antiguo y Pleno-, que en mil años después (durante el final de la
Edad del Bronce y en una etapa desde el 1200 al 800 a.C. -aprox-).
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Diferentes
gráficos del libro que hemos resumido
-“Metalurgia
de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)”-. Agradecemos a sus autores
nos permitan divulgarlos: Arriba,
cuadro con el contenido en estaño de los objetos hallados en la
Meseta.
.
Al
lado, contenido en estaño
de los objetos del Bronce Medio y del Bronce Final.
.
.
ABAJO:
Diferentes
objetos pertenecientes al calcolítico y al campaniforme conforme los
mostraba una vitrina del Museo Arqueológico de Sevilla
-al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
A la derecha y en la parte superior tenemos un ídolo oculado
procedente de Valencina de la Concepción y fechado a comienzos o
mediados del IV milenio a.C.. Bajo este, un hacha lítica
(pulimentada) y un collar de cuentas, todos del cuarto y tercer
milenio a.C.. A nuestra derecha, en la parte superior, un vaso
campaniforme datado unos “mil - mil quinientos años” después
que el ídolo oculado (hacia el 2500-2000 a.C.). Bajo este, armas de
la Edad del Bronce Antiguo, coetáneas al vaso campaniforme. El
proceso de sustitución y cambio de las hachas en piedra pulimentada
(neolíticas) por las de metal (de cobre y luego bronce); a mi juicio
hubo de ser importado, por barco y desde Oriente Medio o del Mar
Negro.
.
.
ABAJO:
Mapa
trazado por mí, donde figura la expansión y difusión de los
metales. Vemos
como
llegan hacia el 3200 al Sur de España (a
las proximidades de Almería, donde comienza por entonces Los
Millares, luego El Campaniforme y más tarde El Argar).
Tan solo cinco siglos más tarde estaban ya extendidos por gran parte
de Europa, principalmente en el área atlántica. Lo
que indica que la
difusión de aquella Edad del Cobre (y la posterior del Bronce) vino
hasta la Península por mar y
que
más tarde se expandió desde nuestras tierras hacia Europa
(también por vía marítima; debido al contacto y navegación de
cabotaje en las costas atlánticas).
.
.
Tras
lo que hemos ido explicando en estas conclusiones, podemos determinar
que el uso de estaño, de cobre puro y de cobre muy arsenicado, se
alternan durante el Broce Antiguo y el Bronce Pleno. Sin indicar en
muchos casos, que la aparición de objetos fabricados en un mineral
cúpreo cargado de arsénico; suponga determinar que nos estamos
enfrentando a periodos o a gentes cuyas técnicas sean precarias y
cercanas al calcolítico -especialmente cuando hablamos sobre los
cuchillos, comúnmente muy arsenicados-. De tal manera si queremos
trasportar estas ideas a nuestra época; diríamos que actualmente
ante la aparición de vainas en bronce, o de balas y perdigones de
plomo. Nunca podemos suponer que nos hallamos en una etapa en que no
se conoce el hierro; sino debemos entender que ciertas piezas han de
fabricarse con metales más maleables o más baratos (función que el
bronce y el plomo realizan). Así pues, el hallazgo de palmelas y
hojas de cuchillo hechas con cobre arsenicado, no pueden llevarnos
pensar que pertenecen a una época en la que no se conocía el modo
de alear bronce o de purificarlo suficientemente. Considerando que de
aparecer estos en yacimientos muy posteriores al calcolítico, hemos
de suponer que eran armas para las que aquella composición de un
mineral cúpreo impuro, resultaba suficiente y adecuada (por su
dureza y seguramente por su abaratamiento).
.
Siendo
así, hemos de reflexiinar también en hechos como los anteriormente
destacados, cuando hablábamos de las teorías del prof. Delibes,
acerca del dominio de la sal. Situaciones que atañen no solo
al evidente control sobre las minas de metales, y que claramente
ejercerían quienes expandieron el vaso campaniforme (entre el
2700 y el 1700 a.C. aprox). Pues la situación de estas
poblaciones campaniformes frente a la sal, cambiaría totalmente si
estaban asentados junto al mar, o si vivían en ciertas zonas donde
no existía el preciado bien. Así debemos pensar en la necesidad,
por entonces para dominar los yacimientos de sal solo en la meseta y
en otras áreas donde este cloruro de sodio apenas se encontraba.
A mi juicio, por ser imprescindible para crear y distribuir
conservas de alimentos; en especial salazones de pescado y de carnes.
Un hecho y situación que en la costas no tendría que controlarse;
pues la sal sería propiedad de cuantos se acercasen al mar
(simplemente cociendo o secando las aguas). Aunque tierra adentro y
muy lejos del litoral, tan solo se podía hallar este rico producto
en ciertas zonas; existiendo lugares en los que apenas se
encuentra. Tal como sucede en el área de Zamora a Valladolid y
Burgos; donde solo hay minas en Poza de la Sal, Villafáfila, en las
cercanías de Olmedo y algunas otras (siendo un extraño hecho
que en Medina del Campo -donde existieron salinas- no se hallan
descubierto restos campaniformes).
.
Las
circunstancias antes referidas, me llevan a pensar que seguramente
aquellos que inician y promueven durante casi un milenio la cultura
campaniforme; procederían del Mediterráneo. Siendo mi teoría, que
esta civilización del “vaso-campana”, nacería por influjo de
marineros llegados del oriente. Navegantes venidos hasta nuestras
tierras en busca de metales. Quienes cada vez que llegaban al nuestro
litoral Sur, irían importando sus usos. Entre ellos, el de las
salinas y los salazones; que primero cambiarían por minerales, para
fabricar preciados metales. Enseñando paulatinamente a fabricar
mojamas y jamones a los lugareños, que poblaban nuestras playas y
con quienes iniciarían un tipo de comercio. Contactando luego con
las gentes del interior y del atlántico peninsular. Llegando a abrir
un mercado con las minas de Galicia, las de Bretaña y las islas
Británicas. Cambiando allí también los salazones de pescado y los
embutidos, por mineral de cobre, estaño, plata y oro -debido
a que en zonas del Norte ya no pueden hacerse jamones ni mojamas;
habida cuenta la humedad, el frío y las inclemencias
climatológicas-.
.
Todo
cuanto explicamos, hace pensar que las famosas puntas de jabalina del
Dolmen de la Pastora (mencionadas desde el comienzo de este
epígrafe). Son venablos que contienen aquella composición tan
arsenicada, debido al tipo de armas y no tanto a la pobreza de medios
del momento. Habiéndose fechado estas lanzas (y algunas otras
similares), a fines del tercer milenio o comienzos del segundo;
principalmente por la impureza de su mineral cupreo -al no ser
de bronce-. Aunque a mi juicio, sería más certera la datación
que daba Almagro Basch hace ya más de medio siglo; cuando al
observarlas y sin precisar de análisis metalográficos, también
consideró que eran modelos procedentes de Ugarit o de Oriente Medio
fundidos en la Península. Tal como los posteriores estudios de
laboratorios determinaron; testificando que ciertamente se trataba de
metal peninsular y de una fabricación autóctona. Aunque -como
decimos- por la pobreza de su cobre usado, se datan actualmente
entre el 2200 y el 1800 a.C.. Pese a todo, el prof. Almagro Basch
presentaba una cronología más tardía, creyéndolas piezas ya
pertenecientes al periodo final del Calcolítico y comienzos de
Cogotas I; situándolas por lo tanto entre el 1800 y el 1600 a.C..
Una datación con la que personalmente estoy más de acuerdo;
pudiendo así considerar que aquellas puntas de jabalina (del
Dolmen de la Pastora, de La Pijotilla o de Outeiro de San Bernardo)
son ciertamente el producto de luchas y contactos entre habitantes
autóctonos y gentes venidas tras el Tera Santorino -hacia el
1650 a.C.-. Unos “precolonizadores” llegados desde Creta, Chipre
(y tierras cercanas), que sin duda alguna contribuyeron en la etapa
peninsular conocida como Cogotas I. Siendo así; al datar las
puntas de lanza del Dolmen de la Pastora hacia el 1800 a.C.; estas
armas pertenecerían a los últimos reyezuelos enterrados en el
túmulo de Valencina de la Concepción. Cuyas fechas finales son
1880/1550 (tal como podemos ver en un cuadro cronológico al
término del presente artículo).
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba,
depósito de hachas votivas fechado en el Bronce Antiguo y hallado
Asiego, Cabrales -tal como lo
muestra el Museo Arqueólogico de Oviedo, al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen-. Observemos que estas hachas planas
de bronce, pertenecen a una etapa anterior al 2000 a.C.; lo que
indica que la aparición de
armas de cobre no supone realmente que estemos ante una época previa
(ni menos calcolítica). Debido a que se alternaron diferentes
aleaciones en unos mismos tiempos (tanto
en el Bronce Antiguo como durante el Pleno).
.
Al
lado: Diferentes hachas planas
fundidas en bronce, tal como
las expone el Museo Arqueológico de Oviedo, al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen.
A la derecha podemos ver una hallada en Cangas de Onís, y
perteneciente al Bronce Pleno. A su lado, tres ejemplares procedentes
de diferentes yacimientos del Bronce Antiguo. La diferencia
cronológica entre la pieza de Cangas de Onís y las otras -en
imagen- pueden ser hasta de mil años; pese a ello, la composición
metalográfica en todas es muy parecida.
.
ABAJO:
Una
vitrina de la Edad del Bronce en el el Museo Arqueológico de
Oviedo, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen. A nuestra izquierda, tres
ejemplares fundidos en bronce y hallados en Fuentes Frieras; fechados
hacia el 1600 a.C. (al comienzo de Cogotas I). Bajo estas, un hacha
de cobre y un brazal de arquero datados en Bronce Antiguo, procedente
del Túmulo de los Fitos (Lena). A la derecha, puñales espadas de
bronce, hallados en Gumiales y en a Cueva de Aranga, fechados en el
Bronce Antiguo. Como podemos
observar, los diferentes tipos de aleaciones y el uso del bronce o de
cobre, se alternan durante todas las etapas en esta Edad del Bronce
(al menos durante su etapa antigua y media -aunque no tanto al
final-).
.
.
3º.-
CERÁMICAS DE TORNO ANTERIORES A LA COLONIZACIÓN PENINSULAR:
.
Las
cerámicas de torno aparecidas en nuestras tierras y previas al siglo
IX a.C.; son la siguiente prueba de presencia oriental -precolonial-
que recoge J.C.
Martín de la Cruz.
De tal manera lo expone en el capítulo del libro que hoy comentamos
-“Contacto
cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XII-VIII ane)
La precolonización a debate"-.
Mencionando
entre las diferentes cerámicas que muestran la llegada de gentes
venidas antes que los fenicios, primeramente
las piezas halladas en el Llanete de los Moros
(Montoro, Córdoba). Considerándolas una demostración
evidente de contacto con Micenas, al menos desde el siglo XII a.C..
Escribiendo
Martín de la Cruz textualmente: “dos
fragmentos micénicos asociados a contextos culturales estratificados
de finales del II milenio a.C. La cronología relativa de estas
piezas puede corresponder tanto a un Micénico Reciente IIIA-IIIB,
como a un IIIC, dada la pequeñez de los fragmentos. Proceden del
taller Micenas-Berbati (Argolida), como se ha podido comprobar (...)
Otro conjunto de piezas está formado por más de sesenta fragmentos
(..) dendrocronológica la eleva hasta 1114 a.C., con unos
intervalos comprendidos entre 1212-1015 a.C. (....) un fondo de un
vaso contenedor, procede de estratos en los que se inicia el Bronce
Final (...) Su calibración directa las lleva al 1134 y 1247 a.C.”
(36)
.
.
Por
cuanto podemos leer en las anteriores frases, parece que no hay duda
sobre la llegada de gentes egeas a nuestras tierras, hacia el siglo
XII a.C.. Un momento del que hemos añadir, es el de la Guerra de
Troya; enfrentamiento que teóricamente se produjo entre los
aqueos y los troyanos, aunque en verdad narraría el comienzo de
la Edad del Hierro (de allí la importancia de aquella epopeya).
Pues como sabemos, esta guerra sucede entorno al 1212 a.C.;
precisamente el momento de la expansión de los Hombres del
Hierro, quienes paulatinamente expulsan del Egeo y de Anatolia a las
culturas del bronce. Haciendo caer civilizaciones como la hitita, la
micénica y la minóica; que habían dominado la actual Turquía,
el Egeo o Creta y Chipre, al menos desde el siglo XVII a.C.. Gobierno
ejercido después de reconstruirse esta zona, tras el estallido del
el Tera Santorino; cuando se restablece el Minóico Pospalacial,
naciendo el Primer Micénico (Heládico Final I) y se sucede el
imperio hitita. Civilizaciones que existieron y prosperaron hasta
la aparición del hierro. Un metal que dejaría obsoleto al bronce y
que haría caer a todas las naciones asociadas con aquellas culturas
buscadoras del cobre y el estaño. Siendo así, quedaría sin
importancia aquel paso que cerraba Troya en el Bósforo; ciudad
situada sobre ese estrecho, en la ruta hacia las minas del Mar Negro.
Por cuanto quienes ya no necesitaban transitar junto a Troya, ni
pasar aquel “puente” entre el Mediterráneo y el Cáucaso (para
buscar casiterita y mineral cúpreo); la atacarían para dominarla y
vengar los años de sumisión a los que les mantuvo.
.
Esta
es la historia de Troya narraba por Homero y que cuatro siglos
después de que sucediera su guerra, fue escrita en griego. Aunque
tras sus épicos poemas, en verdad se escondería la llegada de
los Hombres del Hierro al Egeo y la caída del mundo del Bronce. El
fin del mundo minóico y hasta del hitita, que hasta entonces era una
de las naciones más fuertes de la antigüedad; tanto que los
faraones estaban obligados a casarse con princesas de hatti (a pactar
con ellos, o hacerles la guerra). Sea como fuere, parece
indiscutible que en estos siglos XII y XI a.C., de los que se han
descubierto vestigios orientales en las mencionadas cerámicas
cordobesas. La aparición de los dorios y el exterminio de Micenas y
del mundo minóico, debió obligar a exiliarse a casi todos los
antiguos habitantes de la zona. Egeos y cretenses que en su mayoría
fueron hacia Chipre y a Canaan; donde algunos se integraron entre
los judíos (formando dos de sus tribus -en Golán-) mientras otros
se convertirían en Philisteos (quienes dieron origen a la voz
Palestina).
.
Por
su parte, sabemos que los cretochipriotas recibieron el apoyo de
Fenicia, como resulta lógico pensar; pues serían por entonces los
mejores aliados de los púnicos. Ya que al huir del ataque de las
hordas indoeuropeas del hierro, se establecerían en esa isla
frente a Tiro y Sidón, como exiliados y actuando de “barrera
protectora” para que los dorios no llegasen hasta las costas
fenicias. Todo ello habla de las alianzas entre los cretochipriotas y
los púnicos; quienes
aprenderían finalmente las rutas de los metales que el imperio
minóico y Chipre habían seguido durante el segundo milenio a.C..
Consecuentemente y por lo narrado, hemos de considerar que
primero aparecerían en nuestro litoral los egeos huidos de las
convulsiones provocadas por el Hierro en sus tierras (durante los
siglos XII y XI a.C.). Llegando posteriormente a nuestras costas los
chipriotas, con el fin comerciar los metales de Iberia; atrayendo
pronto a los fenicios. Venida de los púnicos que se produciría unos
doscientos años después de las invasiones dorias y cuando los
eteochipriotas entrasen en una fase de mayor decadencia, o de
sumisión frente a Tiro y Sidón.
.
.
SOBRE
Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba,
estatuilla de barro con una
“Señora de los animales” (Potnia Theron) entre dos cigüeñas o
ánades. Fechada hacia el 800 a.C. -propiedad
del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la
fotografia-. Su simbología
nos recuerda sobremanera al del bronce tartéssico llamado Carriazo;
la Astarté entre patos, del Museo de Sevilla
(que incluimos en imágenes posteriores). Esta
diosa de los animales que arriba vemos, presenta como rasgos
particulares el dibujo de un “laberinto” en sus vestimentas; la
prominencia de sus pechos y el adorno con las ramas de la vida.
Diseños y símbolos típicamente minóicos,
donde es común ver representadas a las sacerdotisas mostrando las
mamas, luciendo ramas de la vida y ante figuras como el laberinto (de
Cnossos). La deidad va asimismo adornada con un torques -collar- y en
el torso, lleva sobre cada pecho dos “ruedas solares”. Desacando
entre ellas, un colgante amuleto en forma de Labrys o de lingote
cretense. Símbolo de la
riqueza por cuanto sabemos sobradamente se fundían con este diseño
“piel de buey” las grandes piezas de cobre y estaño que
distribuyeron las culturas cretochipriotas durante el segundo milenio
a.C. (otorgándoles así un significado pecuniario, de
“pecunia”=“pecus”). Es
común encontrar deidades como esta estauilla de barro; de periodo
arcaico griego (circa 800 a.C.), procedentes de zonas de antigua
influencia minóica, con este adorno cretochipriota en el pecho. Un
signo y colgante que sin lugar a dudas mucho nos recuerda a los
“pectorales” de El Carambolo.
.
AL
LADO: Nuevamente
un lingote cretense, fechado
hacia el 1600 a.C. y hallado en las cercanías de Hagia Triada
-agradecemos al Museo de
Herakion nos permita divulgar nuestra imagen-.
Reiteramos la idea de que el diseño de estos “talentos” cúpreos
es el de un cuero o una piel curtida, con el fin de asimilarlos a un
valor equiparable a cabezas de ganado.
Pese a ello, su forma más
original y antigua -a mi juicio- debió proceder desde las hachas
planas de la Edad del Bronce; unas armas que sabemos fueron
utilizadas como “moneda” (primeros
objetos metálicos usados para el trueque). Piezas de cobre y bronce,
que inicialmente solo eran hachas; pero de ser almacenadas en
“arsenales” promoverían un comercio organizado -creando así el
concepto económico de ahorro y de capital-. De tal manera la
forma de estas armas, semejante al cuero, seguramente provocó que se
pudieran trocar identificadas con un valor regulado en “reses”;
llegando al cambio de tantas vacas, ovejas o cabras, por un número
determinado hachas planas. Desde este mercado de prosperidad, que
dominaban los navegantes cretenses (logrando el control las rutas del
metal durante el segundo milenio a.C.); procedería el culto al
Labrys. La bipenna minóica
que presidía el salón así llamado por mantener en su centro el
altar de adoración a ese arma de doble filo. El famoso Laberynto de
Cnossos, donde se rendía culto a los dioses de la guerra, de la
protección y de la riqueza. Deidades personificadas en la bipenna y
el minotauro. El arma de bronce del cual procedía gran parte de la
prosperidad minóica; junto al toro-totem protector, usado para la
defensa en la antigüedad (animal que además aportaba su carne, como
dieta insustituible).
.
ABAJO:
Los dos galápagos,
pectorales o colgantes del tesoro de El Carambolo
-tal como los muestra reproducidos el Museo Arqueológico Nacional,
al que agradecemos nos permita divulgar nuesra imagen-. Últimamente,
en el deseo por identificar estas piezas de oro con el toro y su
cuero, han propuesto por los profesores Escacena Carrasco y Fernándo
Amores, que se tratase de frontiles para adornar la cabeza de los
bueyes al llevarlos a sacrificio. La teoría procede, al haber
observado que ciertas esculturas ibéricas de bóvidos, contienen un
vano en su frente, con esa forma semejante a un hacha plana o a un
lingote “piel de buey”. Hueco esculpido en la testud de bóvido,
en el cual se supone habrían de introducir una pieza de metal, con
este diseño tan parecido al Labrys cretense o al lingote
cretochipriota.
.
Pese
a ello, personalmente no creo que estas dos piezas de El Carambolo,
fueran usadas de este modo, colocadas sobre bueyes. Debido a que son
de oro puro y pesan aproximadamente medio kilo cada una es muy poco
probable que fueran hechas para la testud de toros -pues a su valor
en metal, hemos de sumar el trabajo de filigrana y orfebrería-
Considerándolos personalmente dos pectorales (tal como creen
varios arqueólogos). Para corroborar la teoría de que se usaban
sujetados sobre el torso (quizás como broches de capa); hemos
encontrado en el mundo minóico varias esculturas donde vemos
colgantes con la misma forma (de lingote “oxhide” o de
Labrys). Un diseño que entre los cretenses tendría un
significado sagrado y apotropáico, tal como muestra la anterior
Potnia Theron (en imagen sobre estos párrafos). Para
terminar el comentario a las fotografías, diremos que este signo
similar a la piel de buey; debió ser traído a nuestras tierras por
gentes del Egeo o de Cerdeña. Una importación realizada durante la
etapa de precolinización que tratamos (entre el 1200 y el 800 a.C.).
Dejando entre nosotros este símbolo parecido al cuero o al hacha
doble, que se mantuvo sacralizado por las culturas prerromanas de la
Península; quienes lo usaron en sus altares, en el trazado del
suelo de templos, en tumbas o en colgantes y adornos (como estos que
vemos de El Carambolo).
,
.
Continuando
con el capítulo de J.C.
Martín de la Cruz
que comentamos; sigue
el autor exponiendo otras cerámicas a torno, halladas en el Sur
peninsular y anteriores al siglo IX a.C.
-que probarían la presencia de navegantes llegados desde oriente,
mucho antes de la colonización fenicia-.
Mencionando el caso de una pieza procedente de Carmona
(37a) cuya
fecha se estima entorno al 1100 a.C.; junto a otra halladas en Gatas,
Almería (37b)
.
Destacando entre ellas un trozo cerámico fabricado
del mismo modo, encontrado
en la Cuesta del Negro
(Purullena, Granada); con
una cronología muy superior y fechada entre el 1444 y el 1398 a.C.
(37c)
.
Añadiremos personalmente, que este
último dato nos hablaría claramente de la llegada a nuestras
tierras de micenios y más probablemente de cretenses; en plena fase
Palacial (en
periodo Neopalacial TMIB).
Etapa contemporánea a Conssos, Faistos, Hagia Triada, Malia etc.. Un
momento en que se fecha la leyenda y “existencia” del rey Minos,
con su laberinto y el Minotauro; aquel hombre taurocéfalo cuya
explicación hemos dado en varios de nuestros artículos. Exponiendo
que se relacionaba con los orígenes de la tauromaquia, basados en la
defensa y guerra, utilizando toros como guardianes o como arma
arrojadiza (38)
. Una
costumbre que sabemos era practicada entre los reyes ibéricos;
quienes llegaron a derrotar y dar muerte a Amilkar Barca, lanzándole
astados embolados. Ardid probablemente heredado y aprendido por los
iberos de las culturas chipro-minóicas; cuando los visitantes del
Egeo llegaron en busca de metales, hace más de tres mil años.
Convertido en una técnica bélica, que sabemos fue conservada en
nuestra cultura durante la Edad Media y hasta la moderna.
Conociéndose incluso batallas de la Reconquista, donde los reyes
cristianos usaban morlacos para echarlos sobre las tropas andalusíes;
del mismo modo que los ejércitos de Felipe II debieron de
enfrentarse a toros salvajes en las costas de las Islas Terceras
(soltados en todo el litoral por los isleños, evitando así que
desembarcaran en ellas las tropas del rey español, tras ser coronado
monarca de Portugal). -A los interesados en los orígenes de la
tauromaquia y su relación con el mundo minóico, les recomendamos
ver cita anterior (38)
-.
.
4º.-
ABALORIOS Y ADORNOS, PREVIOS A LA APARICIÓN DE LOS FENICIOS:
.
Los
últimos objetos que menciona J.C.
Martín de la Cruz como prueba de contactos con el oriente
mediterráneo,
durante
el segundo milenio a.C; son
algunas piezas de collar y “joyas”.
Señalando
primeramente las cuentas segmentadas de pasta vítrea, halladas en
Fuente Álamo (Cuevas de Almanzora, Almería). Sobre las que escribe
textualmente: “Formaban
parte del ajuar de un enterramiento individual
en
cista, la sepultura nº 9 de Fuente
Alamo.
La
cronología
estimada
es de Argar B
(...)
por la aparición de las cuentas de pasta vítrea que deberían
fecharse a partir del 1400 ane (...). De nuevo las cronologías
radiocarbónicas calibradas elevarían la cronología de esta tumba,
por encima del 1500 ane” (39a)
. Más
tarde, pasará a citar un sello-cilindro hallado en Vélez Málaga,
del que nos dice:
“Tras
un estudio realizado por Blanco Freijeiro (en 1962) se le considera
fabricado
por
un taller sirio, con una cronología comprendida entre el 1450 y 1350
a.C.”
(39b)
. Posteriormente
menciona un collar aparecido en Almuñecar (Granada) explicando
sobre este que: “La
presencia de cuentas de ámbar y el cilíndro de cornalina en este
collar al igual que el lapislázuli en el de
Vélez-Málaga
nos
inclina a vincular estos hallazgos con la
actividad
de intercambio micénica mejor que con la de
los
fenicios”
(39c)
.
Hablando por último sobre varios colgantes y cuentas de cornalina,
procedentes de distintos yacimientos -ver
cita (39d)-;
escribiendo:
“Recientemente hemos publicado un conjunto de piezas fabricadas
en cornalina, colgantes y cuentas, que han aparecido tanto en
prospecciones superficiales como en excavaciones. Su distribución
queda reducida a la zona occidental de Andalucía y refuerza la vía
del valle del Guadalquivir como ruta de penetración al interior,
pero también ayuda a valorar los otros caminos fluviales de la costa
sur mediterránea
(…) La
cronología
general estimada, sin calibrar, estaría en torno
al
1100/1000 a.C.
(...) la cornalina, el lapislázuli y el ámbar serían productos
relacionados con los intercambios de finales del II milenio a. C. y
no con la colonización fenicia” (39d)
.
Tras estas palabras, pasa a publicar numerosas fotos de estas
cuentas en cornalina, cuya estratigrafía y procedencia estudia en
profundidad. Llegando
a la conclusión de que realmente no son fruto del intercambio entre
fenicios y peninsulares, sino colgantes importados por gentes
llegadas mucho antes de los púnicos
(al menos durante el segundo milenio a.C.).
.
Terminará
el profesor Martín de la Cruz el capítulo que venimos analizando,
con unas “Consideraciónes finales”, que resumo en las siguientes
lineas, tomadas desde sus palabras:
“La
cada vez mayor documentación de procedencia mediterránea, tiene
hacernos pensar que estamos ante la punta del iceberg, que
debe haber más información en los fondos de los museos, que tiene
que aparecer mucha más, y que esto
tendría que matizar, en términos económicos, la eclosión del
Bronce Final (…)
Seguramente, los pactos
con las jefaturas que controlaban los territorios, y probablemente la
propia labor de intercambio, en la búsqueda de metal y el
aprovisionamiento de productos alimentarios, debieron ser los
responsables de
la presencia de los restos muebles (...) Otra cosa será identificar
a los
que practicaron esta actividad, porque
seguramente
fueron intermediarios, gentes
de la zona, conocedores del territorio y sus posibilidades, que
canalizaron las demandas y los pagos (...) En la discusión sobre
el medio de acercamiento, y si fue posible el cruce del Estrecho de
Gibraltar, mi posición es que no debió cruzarse, al menos con fines
comerciales.
Considero que las rutas naturales que ofrecen las desembocaduras de
los ríos Almanzora, Antas, Aguas, Andarax, así como los cauces más
cortos de los ríos de las costas de Granada y Málaga, jalonadas de
hallazgos, debieron ser los puntos de recepción y distribución de
las mercancías,
aprovechando unas condiciones de navegación al interior de sus
desembocaduras muy distintas de las actuales, como se ha comprobado
hace algunos años (...) Valor
estratégico, de ordenación política y económica del territorio,
debió representar el yacimiento de El Argar, a la luz de la
documentación arqueológica que poseemos y de los nuevos datos
paleoecológicos (...) todo
parece demostrar que los contactos con las costas sureñas de la
Península Ibérica fueron más frecuentes y sistemáticas de lo que
hemos creído a lo largo de esta segunda mitad del segundo milenio”
(39e)
.
.
.
SOBRE
ESTE PÁRRAFO:
Un
dibujo mío del famoso Bronce
Carriazo
(Astarté tartessia que porta dos ánades en sus manos). Se
trata sin lugar a dudas de una Potnia Theron -no solo de una
Astarté-; cuyos símbolos y atributos eran signos de fecundidad (el
triángulo) y prosperidad (los animales domina). Así las podremos
ver representadas en Creta;
portando serpientes, con dos leones (como antecesora de Cibeles),
abrazando perros o cogiendo aves por el cuello -de igual forma a esta
de imagen- . Del mismo modo se presentaban en Anatolia estas divas
sucesoras de Inara, la esposa de Teshub; procediendo desde aquella
dama de los animales con dos “bestias”, la posterior Artemisa
griega (cuyo principal culto estuvo en Éfeso). Unas
diosas heredadas sin lugar a dudas desde el mundo minóico e hitita,
como figura de las criadoras de animales. Mujeres deificadas a mi
juicio desde aquellas otras que en la Edad del Bronce domesticarían
especies;
logrando hitos como la doma y cría del caballo o las del gato
(llevadas a cabo en el tercer milenio a.C.). Todo
lo que las sacralizaría e idealizaría en la forma de esas señoras
y reproductoras de animales, por lo que aparecen entre dos de ellos.
Iconografía
que a mi juicio hablaría del macho y la hembra, necesarios para la
reproducción y como símbolo del criador (o de la domesticación de
fieras -desde el perro y el gato; o hasta de la cobra y de sierpes
para proteger palacios o graneros-).
.
AL
LADO:
Otro
dibujo
mío;
en este caso
figurando el modo de usar las joyas de El Carambolo que considero
masculinas (corona,
brazales y pectoral decorados con los mismos motivos de orfebrería
-bolas y rosetas encapsuladas-). Como podemos ver, el
sacerdote va vestido en mi dibujo a modo canaaneo y luce en su pecho
un “efod” o cardiofilax sagrado; común entre los sumos
pontífices de pueblos como el israelita.
Siendo ese pectoral de El Carambolo semejante al de Aarón (40)
,
aunque en este caso contendría la forma sagrada de los minoicos (el
Labrys o lingote piel de buey) y no la del Urim Thummim (40b)
.
Todo
lo que nos deja vilumbrar que quizás los tartessios tuvieran grandes
conexiones con el Canaan del siglo IX y VIII a.C.. Incluso,
que posiblemente hasta el Bajo Guadaquivir llegaron micenios y
minóicos huidos a Israel, que luego se dirigirían al Occidente
lejano; para continuar con sus rutas del metal en tiempos de Salomón
y Hiram de Tiro (tal como cita la Biblia). Observemos
por lo demás, que el colgante en forma de “oxhide” es igual al
que lucía la Potnia Theron greco-acaíca en cerámica
-que hemos visto unas imágenes más arriba-.
.
ABAJO:
De
nuevo, un gráfico mío en el que recojo todos los alfasilabarios
ibéricos y los comparo con otras formas de escritura. En él vemos
claramente cómo el origen de los signos con los que escribían
turdetanos, iberos y celtíberos; era cretochipriota. Además hemos
de destacar que los habitantes prerromanos peninsulares nunca
escribieron con caracteres fenicios, ni se comunicaron en lengua
púnica. Lo que obliga a pensar que la verdadera aculturación de
nuestras tierras comenzó y llegó desde el Egeo, Creta y Chipre; en
fechas anteriores al siglo IX a.C..
Tanto como para haberles dado a todos los iberos una escritura cuasi
unificada. Importando aquellos minoico-micénios (o anatolios) estos
alfasilabarios que en imagen vemos: y probablemente hasta un idioma
común ibérico, en el que se entenderían y redactarían sus
epigramas las diferentes etnias prerromanas de nuestras tierras.
.
.
Las
palabras finales del profesor Martín de la Cruz (recogidas antes de
las imágenes), no dejan lugar a dudas; expresando la evidencia de
contactos frecuentes entre el oriente mediterráneo y nuestras
costas, al menos desde el 1500 a.C.. Un momento, que -como hemos
dicho- se corresponde con “era de Minos” y el tiempo del
minóico pleno. Los años del Neopalacial y Pospalacial, donde esos
reyes cretochipriotas navegantes y comerciantes, controlarían la
thalasocracia plena mediterránea. Pues por entonces muy pocas
armadas existían y tan solo tendrían verdadera hegemonía sobre
el mar los monarcas de Creta, Micenas o de Chipre (con sus islas, tan
unidas por barco como aliadas). Siendo el resto de navegantes de la
zona, simples pescadores; mientras el mundo minóico manejaba una
verdadera armada. Una flota de gran tamaño que
dedicarían a la vigilancia de sus costas; pero sobre todo al pirateo
y al control de las rutas del metal. La gran fuente de riqueza que
tuvo la isla y el imperio de Minos; quienes hubieron de venir de
manera continuada hasta el lejano occidente. Pudiendo aventurarse
a hacerlo durante los veranos, en un viaje que apenas duraría tres
semanas costeando -incluso menos, si se hacía con fases de travesía
en “altura”-. Todo lo que en un velero de quince metros se
realizaría perfectamente durante los meses de junio a septiembre; en
una singladura desde Creta, cuyo peligro y riesgo era muy inferior a
un solo día de batalla (de las muchísimas guerras que libraban
continuamente los hombres durante aquel tiempo). Siendo así, resulta
impensable que durante la Edad del Bronce -una etapa durante la que
era imprescindible el estaño y el cobre-, no vinieran desde el
oriente hasta nuestras tierras buscando metales. Debido a que en
el Atlántico y en la Península Ibérica se hallaban los mayores
yacimientos de casiterita y de mineral cúpreo; que tanto escaseaban
ya en todo el Mediterráneo.
.
Por
cuanto decimos, las pruebas que presenta el profesor J.C. Martín de
la Cruz -y que hemos estudiado- parecen más que evidencias sobre la
llegada de minóicos y micenios a nuestras costas (mucho antes que
los fenicios). Asimismo, termina su
capítulo el investigador, escribiendo que conforme se vayan
analizando nuevos indicios y materiales depositados en los museos;
cada vez aumentará más la certeza de esa presencia de gentes
procedentes del oriente mediterráneo. Llegados durante el Pleno y
Bajo Bronce. A todo ello, añadiremos que, además
de las pruebas aportadas por Martín de la Cruz; hay
algunas otras evidencias de la venida de aquellos precolonizadores.
Pruebas tales como la representación de barcos egeos del segundo
milenio, en las cuevas de Laja Alta. Pinturas de embarcaciones
que hemos estudiado cuando analizábamos un trabajo de la
profesora Ruiz-Gálvez, donde llegábamos a ver claramente
los contactos entre el Egeo y el Atlántico en plena Edad del Bronce
-a los interesados en este punto, les recomendamos leer cita (41)
-.
.
Para
terminar añadiremos (como siempre digo), que otra muestra de una
precolonización cretochipriota y anatólica en nuestra Península,
es la forma de escritura ibérica.
Un alfasilábico que tan solo pudo llegar a través de navegantes
venidos mucho antes que los fenicios. Pues
los pueblos iberos “alfabetizados” nunca escribieron con
caracteres púnicos, sino con un alfasilabario de origen
cretochipriota, que alternaba “letras” con signos silábicos
(de manera igual a los de Creta y Chipre). Existiendo tan solo una
excepción, nacida en el Levante hispano; donde Grecia tenía grandes
colonias portuarias (como Alonis o Hemeroskoion). Apareciendo allí
un alfabeto distinto, llamado grecoibérico y de origen jonio; con el
que redactarían sus textos los iberos levantinos.
Pero a excepción de este, todos los demás alfasilabarios usados por
los turdetanos o los celtíberos; son de claro origen cretochipriota
o anatólico. Procediendo desde sistemas de escritura anteriores al
siglo X a.C. y que se mantuvieron en Chipre, tras la caída del mundo
minóico. Para quienes no hayan
leído esta idea mía, expuesta y desarrollada en varios artículos;
le recomendamos consultar detenidamente el gráfico -en imágenes
anteriores-, donde podrá comprobar cómo los signos ibéricos son de
esa procedencia egea; muy anteriores al alfabeto heleno e incluso al
fenicio.
.
.
ARRIBA:
Las imágenes que a
continuación recogemos pertenecen ya al siguiente epígrafe, en el
que intentaremos explicar la Edad del Cobre y Bronce desde nuestro
punto de vista (particular y desde un aspecto “comercial”).
Consecuentemente, en primer lugar expondré la difusión de la cuerda
-más concretamente del esparto-; como un recurso que haría
desarrollar enormemente el Neolítico.
Facilitando aquel esparto la creación de objetos, calzado,
protecciones, enseres y hasta de ingenios movidos por cuerdas.
Material que tendría una
función parecida a la del plástico en la actualidad y cuya planta
nacía por doquier en tierras como las de Andalucía, La Mancha, en
Madrid, Extremadura y en el Levante.
Sin la que sería casi imposible obtener y trenzar fácilmente
maromas necesarias para mover bloques, como los usados al construir
los megalitos. De tal manera,
en el quinto y cuarto milenio a.C. (en pleno dolmenismo) tuvo que
desarrollarse una enorme industria del esparto en nuestras tierras;
fabricándose todo tipo de enseres y hasta protectores o máquinas
bélicas. Llegando a hacerse así infinidad de creaciones (hoy no
imaginadas) para solucionar el arrastre de rocas o el pulido de
piedras; para crear embarcaciones -cosiendo sus cuadernas- y para la
supervivencia de entonces. En
imagen, diversas cestas y cuerdas procedentes de distintos
yacimientos del Nilo (con
cronologías muy distintas). En la fotografía vemos las vitrinas del
Museo Arqueológico de Florencia (al que agradecemos nos permita
divulgar nuestras imágenes). El la fotografía se puede observar
cómo una gran parte de los
enseres se fabricaban en esparto; una planta que en Oriente Medio, en
Egipto o en España, crece sin problemas. Muy por el contrario, en
tierras del Atlántico y en zonas de Europa situadas al Norte de
Madrid, ya es difícil encontrarlo (máxime
antaño, cuando el clima era más frio).
.
JUNTO
ESTAS LINEAS:
Esparto
y algunos enseres recuperados en la Cueva de los Muerciélagos
(Albuñol; Granada). Sobre
este hallazgo ya hemos tratado en varias ocasiones, explicando su
antigüedad y enorme importancia (42)
.
El depósito de cadáveres en el interior de la caverna fue
encontrado por personas que lo expoliaron hace siglo y medio. Tras
ello, pudieron recuperarse algunos restos que conserva el Museo
Arquológico Nacional -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen de la vitrina de Albuñol-. El depósito fue fechado
entorno al 5000 a.C.. Los cadáveres se hallaron vestidos con
diversas prendas fabricadas de este material, tal como vemos en
imagen.
Una mujer presidía el “cenotafio” (quizás una reina) e iba
cubierta con un casco de esparto. Estaba rodeada por una decena de
hombres, de los que algunos portaban un gorro similar. Dentro de los
capazos se pudo comprobar que había semillas de adormidera, lo que
indica el sentido ritual del depósito. Asimismo
aparecieron sandalias y vestimentas de esta misma fibra vegetal
-algunas las hemos publicado en anteriores artículos; pudiendo
observarse como tras más de 7000 años, las alpargatas neolíticas
permanecen en perfecto estado-.
.
A
mi juicio, la
importancia del esparto y de su sacralización durante aquellos
milenios, se observa en los ídolos llamados de placa y hasta en
sandalias exvotas halladas en varios yacimientos (que
a continuación recogemos y explicaremos, en diferentes imágenes).
Podemos
considerar esa zona (Almería-Granada) y esta fecha del 5000 a.C.,
como punto de partida para el inicio de lo que sería el megalitismo
pleno. Una civilización quizás importada -o inculcada- por
misioneros y expedicionarios llegados desde Oriente Medio
(buscando nuevas tierras, metales preciosos, gemas y ámbar). A mi
juicio, esta cueva de los Murciélagos sería uno de los primeros
santuarios donde enterraron a varios de los que
comenzaron aquella cultura de las piedras ciclópeas. Monumentos de
gran tamaño, levantados principalmente para orientarse y poder
regresar anualmente al punto de partida
(sirviéndose de las sombras de los menhires o de las coordenadas que
les prestaban los cromlechs).
.
ABAJO:
Vitrina con algunos de los
primeros restos metalúrgicos de la Península, tal como los expone
el Museo Arqueológico Nacional
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. A nuestra
izquierda, arriba -con el número 2- un hacha rota procedente de
Almiralzaque, Almería (circa 3000 a.C.). Al lado, también en la
parte superior y con el (3). Hachas planas en cobre de Torreorgaz,
Cáceres. Con el (4) más abajo; restos de malaquita también de
Almiralzaque, Almería. Con el (5) más abajo, sierra y escoplo de
cobres de procedencia desconocida. Finalmente, con el (6) punzón y
lezna de Almiralzaque (Almería); y de Ibros (Jaén). A
continuación intentaremos exponer algunos aspectos arqueológicos de
la Edad del Cobre-Bronce, desde un punto de vista distinto. Con una
opinión de hombre dedicado al comercio y a la exportación a países
muy lejanos, como llevo siendo desde hace casi un cuarto de siglo
(trabajando como exportador para Japón, de productos españoles y
portugueses).
.
.
B)
CONSIDERACIONES PERSONALES ACERCA DE LA PRECOLONIZACIÓN Y SOBRE LA
EDAD DE BRONCE PENINSULAR (ANÁLISIS DE LA ÉPOCA BAJO EL PRISMA DE
UN COMERCIANTE):
Para
terminar este artículo, intentaremos
explicar la Edad del Cobre y Bronce desde nuestro punto de vista.
Analizándolo desde aspectos ajenos al mundo propiamente de la
arqueología y sometiéndolos a de la lógica de la vida cotidiana.
Aplicando así un criterio personal y
desarrollado durante los más de veinte años que llevo enviando
mercancías a Japón. Pues mi llegada a este país, desde un
principio me obligó a adaptarme y a cambiar mi vida enteramente;
obligándome pronto a modificar mi proyecto de trabajar allí como
músico (compositor e intérprete de guitarra española) y teniendo
que dedicarme al comercio. Algo que primeramente pudo resultar duro
-y hasta frustrante; por qué no decirlo-; pero con el paso de los
años me concedió una flexibilidad de pensamiento, que me permite
cambiar de profesión e ideas en minutos. Todo, debido
a mi traslado hasta una cultura y civilización absolutamente
diferente a la mía; donde hasta el
aire o la luz, es algo muy distinto a lo que de niño me enseñaron
comprender. Consecuentemente, creo
que la vida me ha entregado cierto don de la empatía, pudiendo
interpretar civilizaciones, situaciones y soluciones ajenas; algo que
intentaré aprovechar para comprender mejor cómo pudo ser la vida en
el Neolítico y durante la Edad del Bronce peninsular.
Siendo
así, por unos momentos vamos a
ponernos en el lugar de aquellos occidentales europeos asentados en
nuestras tierras, siete mil años atrás. Un tiempo en el que las
ballenas y focas poblarían las costas (especialmente las
atlánticas), cuando los mares estarían unos dos metros más bajos.
Lo que permitiría navegar zonas hoy muy separadas (como el Canal de
la Mancha), incluso a veces hacerlo sobre carámbanos por las zonas
del Norte (43)
. En nuestra explicación repetiremos
algunas ideas y conceptos ya expuestos en artículos anteriores,
tales como el del tesoro ballenero que hubo por entonces en costa
atlántica europea. Pues
transportándonos a este tiempo, nos será fácil comprender que
la primera fuente de energía y la mejor dieta debió consistir en la
grasa o carne de ballena y de los fócidos. Con los que evitarían el
frío y les proporcionarían aceites capaces de alimentar lámparas
en el interior de cuevas y en hogares (sin
producir humos). Todo ello provocaría
que las comunidades asentadas junto a las costas oceánicas fueran
mucho más fuertes y sanas, que quienes habitaban lejos del mar.
Además, como todos practicarían el nomadismo; los pobladores del
litoral viajarían durante los veranos en canoas hacia el Norte
(llegando hasta zonas tan lejanas como las Islas Británicas o
Jutlandia). Mientras las gentes del interior realizarían ganadería
trashumante; marchando hacia lugares
más húmedos con el ganado -y sin existir todavía grandes
comunidades agricultoras-.
Por
cuanto hemos expuesto, entre las gentes de las costas, la
sacralización de la ballena hubo de ser un hecho cierto; al igual
que sucedió en la Historia con otros muchos grupos que se
alimentaron de cetáceos (como los fueguinos o los japoneses,
quienes las veneran igualmente). Asimismo, la necesidad de varar y
arrastrar a tierra esos mamíferos marinos con miles de kilos (de
veinte y hasta ochenta toneladas); les obligaría a organizarse
bien y a conocer el medio de transporte de enormes cargas usando
maromas. Todo lo que a mi juicio iniciaría una estética y un mundo
semejante al de la ballena, pero imitado o realizado con piedras.
Refiriéndome al megalitismo, que desde el 5000 a.C. sabemos ya
existe en la costa atlántica peninsular. Una civilización que
es la que más ha perdurado en la Historia y quizás también la que
más se extendió por el globo terráqueo; pues en occidente perduró
unos cuatro mil años, comenzando hacia el 5500 y terminando sobre el
1500 a.C.. De tal manera, es mi teoría que aquellos quienes
elevarían sus tumbas en forma de dólmenes; lo hicieron posiblemente
imitando la estética o el esfuerzo necesario para capturar ballenas.
Pobladores asentados junto al mar, quienes también necesitarían
estudiar los astros, para poder trashumar con sus canoas de Norte a
Sur (por el Atlántico). Levantando por ello más tarde los
menhires y los cromlechs; cuyos enormes bloques pétreos e inmóviles
les servirían para analizar la cúpula celeste y guiarse en sus
viajes. Naciendo de todo ello -a mi juicio- el primer
observatorio astronómico de Europa, que es el cromlech de Los
Almendros (en Evora, Portugal); datado en aquella mitad del sexto
milenio a.C..
Por
su parte, parece innegable que los habitantes del litoral Oeste
europeo (a los que muchos llamaron Oestrymnios); desde
aquellas remotísimas épocas viajaban en canoas o en pequeños
barcos, por toda la costa Atlántica -desde el Sur de Portugal a
Suecia-. Algo que se muestra por la existencia de una cultura
común a todos (megalitista) y se demuestra en la de difusión por el
Mediterraneo de objetos como el ámbar (procedente de zonas como
Bretaña o Escandinavia). Por su parte, aquella trashumancia marina
quizás era obligada durante los veranos; al precisar huir de gentes
que llegarían también en canoas desde África y del Mediterráneo.
Aunque los habitantes del litoral atlántico europeo posiblemente
viajarían de Sur a Norte (y vuelta) buscando mejor refugio, más
alimentos y un clima más templado en cada época. Poco a poco irían
llevando artículos de uno a otro lado en las canoas, importando
hasta las cercanías del Mediterráneo ámbar, pepitas de oro o
plata; generando así durante el quinto milenio a.C. un
intercambio y unas rutas que llamarían la atención de
expedicionarios llegados desde tierras muy lejanas. Navegantes
que vendrían en canoas y costeando desde Oriente Medio, para
contactar con el remoto occidente; consiguiendo en sus viajes pepitas
de oro y plata atlánticas, tanto como el ámbar del Báltico.
Todo lo que sucedería de forma continua hasta un tiempo en el que
comenzó la Edad del Cobre en áreas cercanas al Danubio y a
Anatolia; haciéndose pronto necesario hallar los filones de ese
metal; lo que ocurriría entorno al 3800 a.C.. Atrayendo hacia el
Atlántico a gentes procedentes de los más lejanos lugares.
Buscando no solo ya ámbar, oro o plata; sino minas de mineral cúpreo
que era lo más útil e imprescindible por entonces. Iniciándose
así el calcolítico en nuestras tierras (la Cultura de los Millares,
hacia el 3500 a.C.).
SOBRE
ESTAS LINEAS:
Foto
compuesta; a la izquierda, ídolo en piedra oculado, de procedencia
desconocida; hallado en Andalucía y fechado en el III milenio a.C.
-propiedad del Museo Arqueológico de Córdoba, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen-. A
la derecha otro ídolo con ojos (oculado) pero en este caso
procedente del santuario de Tell Brak (Siria) y datado a principios
del IV milenio a.C.
-propiedad del Metropolitan Museum, al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen-.
Es este segundo, uno de los miles de idolillos con ojos que
profusamente han aparecido en las zonas de influencia sumería.
Al
parecer, servían ya desde el V y IV milenio a.C. para proteger
contra el mal de ojo y eran especialmente utilizados como amuletos
para evitar esa maldición entre los niños.
El que vemos arriba (a nuestra derecha) fue hallado en un santuario
al norte de Siria y se
fecha hacia el 3000 a.C. (un tiempo muy cercano al comienzo del
campaniforme y los metales en la Península).
.
Este
tipo de esculturas talladas sobre barro o piedra, normalmente servían
para colgarse, aunque también fue común representarlas en rollos y
piedras circulares (tal como las vemos y quizás como símbolos de
poder). En
España y Portugal aparecen también figuras con ojos desde tiempo de
Los Millares (del 3500 a.C. en adelante)
esculpidos principalmente en pizarras y con formas muy semejantes a
los de Sumer; siendo común verlos moldeados en cuencos de barro
durante la cultura de Los Millares. La
aparición de estas figuras de ojos es seguramente una influencia
mesopotámica, llegada desde Siria ya en el 3500 a.C.. Extendiéndose
por el litoral atlántico de toda Europa, desde el 3000 al 2000 a.C..
A mi juicio probablemente fueron difundidos por expedicionarios que
en esos siglos seguían la ruta de ámbar.
Así los veremos en Almería en el 3500 a.C., en Portugal y el Sur de
España desde el 3000; apareciendo hacia el 2800 a.C. en las Islas
Británicas o en Dinamarca en las mismas fechas.
AL
LADO:
Idolillos oculados procedentes de yacimientos andaluces.
A la izquierda, tres
conos con los ojos del dios,
hechos sobre mármol o caliza y encontrados en Valencina de la
Concepción, Utrera o Morón (del III milenio a.C.). Al
lado derecho, otros tres “dioses ojo” también hallados en
Valencina de la Concepción y fechados en el III milenio a.C..
En mitad de la imagen, hemos señalado una placa de oro trabajada en
(batido) frío con los mismos ojos -semejantes al sol-.
.
.
ABAJO:
Foto
compuesta: A nuestra izquierda ídolos de placa del Museo de Évora;
a la derecha, otros ídolos similares procedentes de dólmenes de
Alcántara (agradecemos al museo de Évora y al Arqueológico de
Cáceres, nos permitan divulgar nuestras imágenes).
Observemos que estas
figuras de pizarra semejan personajes con ojos, vestidos con tejidos
triangulares (probablemente con protectores de esparto). Asimismo,
es de destacar que lucen
placas que recubren su vestimenta, lo que pudieran ser láminas de
armadura (en madera, hueso o concha).
Algo que quizás nos hable de las corazas de esta época; en la que
no existían los metales. "Armaduras"
que pudieron fabricarse cociendo cuero y moldeándolo sobre el
cuerpo; recubriéndolo luego de esparto, conchas y huesos. De ello la
importancia de este tejido con formas trenzadas y parecido al
esparto. Un
diseño que no solo vemos como motivo exvoto en el caso de la
sandalia sagrada hallada en Almirazaque o en Valencina (que más
tarde comentaremos). Sino también en el enterramiento de Albuñol,
donde recordaremos que todos sus miembros iban cubiertos enteramente
de esparto y lucían hasta pulseras y cascos de este material (junto
a collares con conchas atados en ese cáñamo).
Como
hemos dicho, las fechas de inicio de esta civilización de los
megalitos podemos obtenerlas desde la Cueva de los Murciélagos
(fechada hacia el 5000 a.C.). Considerando que aquellas gentes
vestidas de esparto pertenecieran ya a una nueva Era: El eneolítico.
Una época donde la cuerda y el cáñamo sería fundamental; para
armarse, para vestirse y para fabricar utensilios. Pudiendo
gracias al trenzado de fibras construir y crear con cierta facilidad
una gran serie de objetos y hasta barcos o edificaciones. Llegándose
así a las primeras fabricaciones en serie gracias a los recursos que
las cuerdas y esos tejidos proporcionaban; logrando venderlos o
intercambiarlos y generando una verdadera industria. Todo lo que
supondría el avance del eneolítico, en el que influiría
sobremanera el esparto, como material de utilidad. Un elemento que
realizaría una función semejante a la que hoy tiene el plástico;
permitiendo construir cuanto hasta entonces era mucho más costoso
hacer:
Levantar casas y empalizadas a toda prisa, fabricar armas de mayor
precisión (como arcos o lanzaderas más perfectas), armar barcos con
cuadernas trenzadas y hacer velas de navegación. Ello, unido a la
capacidad de vestirse o calzarse sin necesitar abastecerse de pieles
de animales y a la posibilidad de construir objetos de forma rápida
(como cestas donde se podían trasportar mercancías). Concedió a
esta etapa un sentido semejante al momento en que se inventó el
plástico
(hace apenas unas décadas). No habiendo otra época anterior en la
Historia semejante -en lo que supone una revolución industrial y
social- desde que se descubrió y difundió la cerámica o la
agricultura (entre el 9000 y el 7000 a.C.). Por
cuanto la expansión y cultura del esparto (o del cáñamo) debió
ser de una enorme prosperidad; tanta como para generar el megalitismo
en Europa.
.
.
Por
lo que anteriormente decimos, este trenzado de fibra vegetal sería
realmente el material que inició el eneolítico (la piedra
pulimentada); de lo que su hallazgo o dispersión generaría a mi
juicio la gran civilización de los dólmenes, menhires y cromlechs
(desde el V milenio a.C.). Ello
explicaría en parte por qué esta cultura de las piedras ciclópeas
nace en el Sur de España y Portugal, donde el esparto es tan común
como fácil de cultivar. Aunque a mi entender, los megalitos se
expandieron por la cornisa atlántica, también debido a la necesidad
de crear "una red de localizadores"
(o de puntos para guiarse durante aquellas navegaciones milenarias;
en las que usando canoas viajaban por todo el litoral Atlántico,
buscando metales preciosos y del ámbar). De tal manera, se comprende
la profusión de menhires y cromlechs que se extienden desde el Sur
de Portugal, Extremadura, Galicia y el Cantábrico; hasta llegar a
Francia. Siendo innumerables los que posteriormente encontraremos en
las Islas Británicas o en el camino hacia el Rin. Todo lo que a mi
entender se debe al intento permanente por extender puntos de
referencia: Gnomons
y observatorios astronómicos a través de los que podían mirar cada
verano las sombras y estudiar las estrellas, para conocer así la
ruta a seguir
(en aquellas vías de los metales y el ámbar).
.
Consecuentemente
y conforme a esta teoría, parece cierto que el
megalitismo nacería y se mantendría gracias a estos exploradores
del litoral atlántico. Ayudados seguramente por gentes que iban y
venían desde el Oriente Mediterráneo a Iberia; para llegar luego
desde nuestras costas al Atlántico, al comercio de Jutlandia o a las
Islas Británicas. Pues la evidencia expresa cómo esta cultura fue
importada y mantenida por expedicionarios
(buscadores de oro, plata y ámbar),
que en sus viajes y necesidades encontrarían en el motivo de sus
monumentos. Siendo la razón primera de los megalitos la de actuar
como guías o puntos de referencia del viajero, mientras transitaban
por las costas, cambiando mercancías. Así,
tal como hemos dicho, los menhires actuarían como relojes o gonomons
solares para conocer la fecha y orientarse a través de su sombra.
Los cromlechs, sabemos eran observatorios astronómicos donde
estudiarían el Cosmos (para orientarse) y donde formarían a sus
guías o sacerdotes -quienes pilotarían o llevarían a las gentes,
costeando por el Atlántico-. Finalmente, los dólmenes serían
usados como cuevas o sepulcros (quizás con el fin de momificar en su
interior los cadáveres, para lo que tan solo haría falta rociar al
muerto con sal y ocre; pasando a hacer periódicamente fogatas en la
entrada de la tumba de corredor -es decir, manteniendo el cadáver en
salazón y ahumado-).
.
A
todo cuanto hemos dicho, habría que añadir una idea más, tomada
desde las aportaciones del profesor Delibes. Investigador que
mantiene cómo uno de los usos del dólmen, fue el de demarcación
territorial. Señalando aquel monumento el lugar de enterramiento de
ancestros, lo cual equivaldría
de algún modo a
una “escritura” o un documento fehaciente de propiedad sobre las
tierras colindantes. Una función de demarcación que creemos se
realizaría más bien por medio de menhires, que de dólmenes. Izando
piedras gigantes, con las que sí se podría marcar claramente las
lindes de un territorio; en una propiedad que posteriormente se
coronaría (o completaría) con la existencia del enterramiento
megalítico, como tumba de su aristocracia guerrera. Cenotafio y
menhires que señalarían ya a un grupo muy organizado; todo lo que
en verdad haría respetar al extranjero la zona.
Pues
tal como podemos pensar, hace miles de años, quien se encontrarse
frente a esos enormes menhires, sabiendo que cerca estarían los
dólmenes -donde yacían los ancestros de los soldados que protegían
al grupo-; pronto pensarían que el territorio era propiedad de una
comunidad fuerte, grande y bien organizada.
Con capacidad de levantar y mover aquellas enormes moles. Megalitos
que amedrentarían o servirían de advertencia a quienes quisieran
adentrarse en el territorio demarcado por los ellos (actuando de
alguna forma del mismo modo que las catedrales góticas; asustando o
abrumando a la población común).
Todo lo que asimismo explicaría los alineamientos y los cromlechs;
que no solo servirían como observatorios astronómicos, sino también
para asustar o admirar al visitante. Quien
a ver aquellas moles pensaría que las tierras pertenecían a un
grupo tan fuerte, como numeroso y bien estructurado (capaz de mover y
construir esos monumentos ciclópeos, en los que enterraban a sus
soldados).
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Vitrina
del Museo Arqueológico Nacional con ídolos de pizarra y una
alpargata exvota de hueso (agradecemos al MAN nos permita divulgar la
imagen). Al lado derecho
hemos ampliado una fotografía de la sandalia votiva, procedente de
Almiranzaque. Sobre la que del sabio profesor Almagro Basch
nos
dice que ya contiene las mismas características que las lúnulas
irlandesas y los idolillos megalíticos.
Fue
hallada en ese enterramiento dolménico de Almería, en la localidad
de Cuevas de Almazor, cercana a Los Millares. Sus dibujos son iguales
a los del campaniforme y su significado votivo sobre el esparto a mi
juicio deja bien clara la sacralización de este material. Un tejido
que
no solo les
permitía vestir
y crear instrumentos de manera sencilla; sino también
armarse y protegerse (pues los escudos y corazas recubiertos de
esparto, serían francamente seguros en una época en que no existían
los metales).
Ello explicaría por qué en la Cueva de los Murciélagos (fechada
hacia el 5000 a.C. tal como antes mencionamos), algunos de los
difuntos allí inhumados tenían un "casco" de este tejido.
Por
lo demás, otros tipos de cáñamo también concedían una aplicación
médica y bélica. Proporcionando la adormidera una droga que
permitía parir y "operar" sin dolor, aunque también
batallar sin sufrir miedos ni angustias.
Siendo mi teoría que los ejércitos antiguos proporcionaban este
tipo de drogas a sus soldados antes de entrar en confrontación, todo
lo que actuaba como "una poción mágica" normalmente
realizada con adormideras.
.
A
nuestra izquierda y en la misma foto, vemos el resto de la vitrina
del MAN; donde expone otros ídolos de pizarra de igual época (unos
en placa y otros de tipo cruciforme). Estas segundas figuras son muy
semejantes al “labrys” y se repiten en todo el campaniforme,
proliferando en zonas como Huelva y el Sur hispano, donde es común
encontrar ese diseño
que claramente recuerda a "un humano simplificado".
Por ello, creo
personalmente que estos idolillos simbolizarían el guerrero; soldado
que en muchas otras civilizaciones se esquematiza con esta forma de
doble triángulo.
Probablemente por recordar su diseño al del hacha, o quizás por
semejar la persona con un escudo en sus manos. Sea como fuere es
común en el arte geométrico griego, en el cicládico heleno
y en otros muchos periodos anteriores a la Edad del Hierro, la
figura del guerrero representada como dos triángulos unidos
(semejante al Labrys o bipenna).
.
ABAJO:
Casa
de tipo “Ciempozuelos” reproducida en el Museo Arqueológico
Provincial de Madrid
(Museo de Alcalá de Henares, al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen). En la fotografía vemos una “choza” similar a
aquellas que habitaban los pobladores de la
cultura llamada de Ciempozuelos, que coincide con la denominada más
comúnmente Campaniforme. Caracterizada por la expansión de ese vaso
de tipo campana, que primeramente se da en el Sur hispano y que
finalmente de extendería por toda Europa Atlántica.
Civilización que comienza hacia el 2700 a.C. y finaliza sobre el
1700 a.C. (+/- 100 años). Inciándose precisamente cuando el
calcolítico da sus primeros pasos, desarrollándose durante El
Bronce y acabando a la vez que decae El Argar (tras los sucesos del
Tera Santorino en el Egeo, en el siglo XVII a.C.).
Cuanto
hemos narrado explicaría por qué en el milenio IV a.C., aún antes
de conocerse el bronce, las gentes de Oriente Medio desearon cruzar
el Mediterráneo y llegar hasta nuestras tierras. Algo que justifica
el modo en que comienzan a aparecer en tierras de Almería, ídolos
de ojos hacia el 3500 a.C.. Figuras y esculturas de Los Millares
almerienses, casi iguales a las sumerias (hallándose
a miles de kilómetros -en Siria- idolillos casi iguales y de misma
datación). Unos hechos que dejan en evidencia que desde Asia Menor
venían ya visitantes a nuestras tierras al
menos en el IV milenio a.C.. Misioneros o expedicionarios, junto a
pueblos y gentes huidas, que darían comienzo al eneolítico.
.
Pues
la vía de comunicación entre ambos puntos parece estar claramente
descrita en una ruta de los metales que iría desde las islas de
Chipre-Creta y Malta, a nuestra Iberia.
Una
vía marítima que ya se iniciaría en el V milenio
para buscar oro, plata o ámbar viajando en canoas; pero que
tras el descubrimiento de el bronce, sería imprescindible para el
desarrollo del Mediterráneo. Pues
cuando se inventa la aleación que proporcionaba una elasticidad y
dureza perfecta al cobre (añadiéndole estaño) no solo cambia la
Historia, sino todos los estilos y formas de vida. Tal debió ser la
profusión de gentes venidas al occidente buscando metales, que
algunos investigadores -como Schulten- creyeron que el bronce se
encontró directamente y en estado natural, al hallarlo así
compuesto en una mina de Cornualles (donde al parecer hay vetas que
contienen ya el mineral cúprico aleado con la casiterita). Sea
como fuere, su fecha de inicio o hallazgo podemos suponerla hacia el
2700 a.C. en nuestras tierras. Momento que coincide con el inicio del
Campaniforme y la explotación de minas atlánticas,
como las de Rio Tinto (en Huelva); a
manos de lo que se supone emigrantes llegados de Oriente Medio. Pese
a ello, unos dos mil años antes ya se había desarrollado una
civilización occidental (la megalítica), originada por canoeros
balleneros y expedicionarios que buscaban oro, plata, gemas y ámbar.
Una cultura que algunos suponen autóctona, aunque no podemos
aseverar esta hipótesis.
.
Pero
por cuanto vamos exponiendo y al ser evidente que las grandes
civilizaciones estan todas comunicadas (tanto como, que se heredan
unas a otras).
Parece hasta cierto punto pensable que "la madre espiritual"
del Egipto dinástico, pudiera haber sido la civilización de los
dólmenes. Una cultura ciclópea que elevó monumentos muy semejantes
a los faraónicos, aunque de un modo primitivo y tosco;
realizando construcciones como los menhires (casi iguales a los
obeliscos), o los cromlechs y dólmenes (que cumplirían funciones
semejantes a las pirámides y a los templos del Nilo, con
observatorios astronómicos). Aún sin considerar esas grandes moles
pétreas (como las de Malta, Portugal o Inglaterra) el antecedente
directo de las construcciones faraónicas.
Son indiscutibles las razones por las cuales las culturas megalíticas
y los del Nilo, tuvieron necesidad imperiosa de levantar cipos o
círculos pétreos (desde donde observar el cielo y los astros).
Puesto que
sin aquellos estudios de los ciclos solares y estelares, ni
conocerían con exactitud la duración de las estaciones del año (lo
que resulta imprescindible para organizar una Sociedad agraria);
y además los guías se perderían en el desierto o en el mar.
Impidiendo ello, que se desarrollasen una civilizaciones cuya muralla
y defensa mayor era la de aislarse -en las arenas o entre las aguas-.
.
Todo
cuanto hemos planteado, nos lleva a entender las primeras
civilizaciones que nacen en la Península, como el megalitismo y el
campaniforme; surgidas de modo autóctono o debido a migraciones
llegadas por mar desde Oriente Medio; para expanderse por toda Europa
(desde el área atlántica hispano lusitana, a Jutlandia). Y a su
vez nos lleva a comprender la eclosión de las primeras culturas
nuestras, como Los Millares; nacida hacia el 3500 a.C. -en
Almería- seguramente por el contacto con esas gentes venidas desde
tierras muy lejanas (Sumer, Egipto, Creta o Anatolia). Tanto como
el posterior periodo de El Argar, surgido en pleno Minóico y en
paralelo con la civilización cretense. Haciendo decaer hacia el 2300
a.C. El Argar, a la anterior cultura de Los Millares. Una
civilización calcólítica que debió ser fruto de migraciones
sumerias o akadias y que sería expulsada o subyugada por los nuevos
visitantes (llegados del Egeo). Del mismo modo, unos quinientos
años después; el Campaniforme terminó y el Argar decayó, desde
que Creta sufrió la gran hecatombe del Tera Santorino.
ARRIBA:
Dos vasos campaniformes expuestos en el Museo Arqueológico de
Córdoba
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. A la
derecha, una cerámica calcolítica cercana al 2500 a.C. procedente
de la Rambla. A la izquierda una pieza del Bronce Pleno, hallada en
Iznájar y fechada hacia el 2000 a.C.. En
ambos casos vemos los rasgos decorativos tan cercanos al esparto y a
la fibra vegetal. Un tejido y cuerdas que debieron ser por entonces
tan imprescindibles como hoy lo es el plástico. Maromas
y esteras con las que podían hacer casas y barcos, tanto como cortar
piedras a través de ingenios giratorios; a la vez que levantar y
mover los bloques ciclópeos con los que construían sus monumentos
(por medio de máquinas elevadoras o de arrastre, movidas por poleas
y usando arena o agua como contrapesos)-.
AL
LADO: Trozo
cerámico hallado, en Villalgamar (Burgos) en el que se observan
restos de la impronta de la cesta usada como molde para fabricarlo.
La pieza de etapa Bronce Antiguo, se expone en el Museo Arqueológico
de Burgos, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen.
Con
el esparto era posible fabricar capazos (flexibles y resistentes),
que además se servir como cestas, podían usarse como moldes para la
cerámica.
Bastando rellenar los laterales con arcilla mojada y dejarla secar,
para obtener ya un recipiente (incluso de gran capacidad). Método
con el que era posible hacer objetos cerámicos de enorme capacidad
interior; puesto que a mano, no eran fáciles de moldear y aún menos
cocerlos en hornos de baja temperatura.
Ya que -como es sabido- los objetos de arcilla, cuanto mayores son,
más difícil resulta hornearlos; además, cuando se trata de vasijas
de gran tamaño suelen rajarse al secar o al contacto con el fuego.
.
Por
cuanto expresamos y debido
a este uso dado a los cestillos de esparto (como moldes para el
barro) creemos que nace la cerámica de tipo campaniforme, cuyos
dibujos y diseños recuerdan claramente a un capazo o la cuerdas que
recubren el cacharro.
Pues tal como podremos observar, esos vasos con forma de campana
invertida, realmente lo que más parecen es una cesta flexible.
Algo que explicaría por qué el campaniforme nace en el Sur hispano
(en tierras cercanas a Almería, tan ricas en esparto) y se expande
por toda Europa. Habida cuenta que ese tejido sería una de las
mercancías mas preciadas que llevarían los expedicionarios que cada
verano arribaban a las costas del Norte. Para intercambiar ámbar,
gemas y metales;
trocándolas principalmente por cestas, trajes, cuerdas y hasta
corazas, fabricadas de este material; cuyo cultivo tan solo es
posible en zonas como las del Sur peninsular.
.
ABAJO:
Piezas
argáricas procedentes de Almadén de la Plata y
propiedad del Museo de Sevilla (al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). En la fotografía -un tanto borrosa- vemos
a la izquierda el típico vaso argárico y a su lado algunos puñales
de bronce hallados en el mismo ajuar de Almadén. Un lugar riquísimo
en cinabrio y en minas de plata, que buscarían ya las gentes durante
este periodo de El Argar -entre el 2250 y el 1700 a.C.; (+/-100
años)-. Como
podemos observar, esta nueva civilización argárica tiene un estilo
y rasgos muy distintos a los del campaniforme; aunque convivieron
durante largo tiempo; pues la del “vaso Ciempozuelos” nació unos
quinientos años antes que el Argar y terminó cuando empieza a
decaer la argárica.
Con
los párrafos antes resumidos (algunos ya expresados en anteriores
artículos), comprendemos
mejor por qué se produce el megalitismo en Europa y de qué modo los
estilos comunes al Occidente remoto, avanzaron hacia Oriente Medio al
Egeo con el descubrimiento del bronce (uno dos mil años después).
Pues tras el hallazgo del cobre aleado con estaño, lo más
importante para las culturas asentadas en el Mediterráneo sería
buscar minas de aquellos metales. Debido a que sin bronce era
imposible ya prosperar o defenderse; siquiera dominar a otros, o
mantener la seguridad en un territorio. Siendo así, el
invento del mineral cúpreo unido a la casiterita se haría
primordial desde el 2700 a.C.; momento en que podemos fechar la
expansión y conocimiento del bronce (para cuya obtención se hizo
imprescindible llegar al Atlántico). Un
periodo que precisamente coincide con la eclosión del primer
dinástico en el Nilo y con su capital en Saqqara (durante el reino
de Djoser y bajo el gran arquitecto Imnhotep). Etapa que a su vez fue
el inicio que del primer Minóico (en Creta) y de Elam, o Ur, en
Mesopotamia.
.
En
lo que se refiere a la
búsqueda del cobre y estaño en la zona Este mediterránea;
debió
ser muy pobre y accidentada, pues apenas existieron allí minas
de cúpreas y menos de casiterita.
Habiendo sido el gran yacimiento del tercer milenio a.C.
el piélago que tomó nombre de aquel metal: Chipre
= Cobre
(del radical indoariano “urre” = “rojizo”).
Aunque en el segundo milenio ya estarían prácticamente agotadas las
vetas chipriotas.
Algo semejante sucedería con las minas aparecidas en Kalkis, isla
cercana al Ática y que también fue denominada "cobre" (en
griego kalco);
pero que pronto vio terminadas sus reservas naturales. Todo ello,
unido a la
prácticamente inexistencia de casiterita en el Mediterráneo, obligó
-a mi entender- que los egeos y anatolios se aventurasen a buscar
esos metales en la Cólquide (el Cáucaso). Mientras otros
preferirían ir hacia la antigua ruta del ámbar; por la dificultad
de cruzar el Bósforo y al ser gentes acostumbradas a viajar hacia
Occidente. Tal
como harían los cretenses y chipriotas, junto a las civilizaciones
de Oriente Medio;
hallando en nuestras tierras y en el Atlántico, riquísimos filones
de cobre y estaño
-imprescindible por entonces para sobrevivir-. Por su parte, los
egipcios parece que encontraron algunos de sus yacimientos en el
centro de África; aunque la Historia supone que en su mayor parte se
abastecieron de cuantos metales compraron a Creta y a Chipre (junto a
otros pueblos costeros, próximos a Biblos). Navegantes
cretochipriotas y de Oriente Medio, que importarían el cobre y el
estaño principalmente desde el remoto Occidente (Cerdeña, atlántico
peninsular, Bretaña e Islas Británicas).
.
Siendo
así, no es de extrañar que desde el segundo milenio a.C. ciertas
modas del extremo Occidente (los dólmenes y grandes sepulcros)
fueran llegando al Egeo o a Asia Menor. Tanto que mil años después
del dolmenismo atlántico, en tierras de Micenas o de Magna Grecia,
se levantarían megalitos y tumbas de corredor semejantes a los de
nuestra Península o a los de Irlanda.
Construcciones nacidas en etapas muy posteriores a las originales.
Pues modelos muy semejantes a esas cámaras circulares egeas,
itálicas o anatólicas; se habían hecho decenas de siglos antes en
el Sur Peninsular, en las Islas Británicas, en Bretaña y hasta en
Escandinavia.
Ya que los “verdaderos” dólmenes proliferaron en la cornisa
atlántica, desde el V al III milenio a.C.; siendo precisamente en
esta etapa final cuando comienzan a aparecer en el centro del
Mediterráneo y en el de Europa.
Tal como podremos comprobar el mapa que recogimos anteriormente (ver
imágenes más arriba); donde observamos cómo el
inicio del megalitismo se sitúa en el Algarve, pasando luego a
Bretaña y a Irlanda. Apareciendo durante el siguiente milenio (IV
a.C.) a Malta, Norte de África, Sur Peninsular (Almería) y
extendiéndose por todo el Atlántico (hasta Jutlandia). Tan solo
llegando a lugares como Córcega, Cerdeña, Sicilia o Tarento, a
mediados del segundo milenio; en plena Edad del Bronce.
Todo lo que indica que entre el V y el IV milenio a.C., la ruta
desde Oriente Medio a Iberia e Irlanda, sería la que se observa en
el mapa: Malta, Túnez-Argelia, Magreb, Almería-Granada-Cádiz y
cornisa atlántica (hasta Irlanda o Dinamarca). Mientras
en el III milenio, los buscadores de bronce habrían abierto una
nueva vía para llegar hasta los metales de Occidente, siguiendo el
Mediterráneo Norte:
Desde Grecia a Tarento y de Córcega a Cerdeña (muy rica en
metales), continuando finalmente hacia Ibería y el Atlántico.
Siendo estos quienes importarán los nuevos estilos dolménicos,
hacia sus lugares de origen.
SOBRE
ESTAS LINEAS:
Puntas,
hoces, puñales y palmelas de cobre y bronce campaniformes
(abajo brazales de arquero, en piedra o cerámica). La imagen tomada
por nosotros pertenece a una vitrina del Museo Arqueológico de
Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgarla. Se trata de
piezas halladas en distintos yacimientos (Acebuchal, El Coronil,
Carmona, etc.); aunque podemos
ver la calidad y el parecido de muchas de ellas -pese a haberse
encontrado en zonas tan alejadas como Asturias y Cantabria, La Meseta
o el Sur de Andalucía-.
.
.
AL
LADO:
Depósito
de cobre hallado en Gamoneo (Asturias);
tal como lo expone el Museo Arqueológico de Oviedo -al que
agradecemos nos permita divulgar neustra imagen-. En este podemos
observar algunas hachas planas y varias “tortas” de fundición,
preparadas para reconvertirlas en herramientas o en armas.
El depósito (quizás escondido por un artesano del metal) se
fecha hacia el 2000 a.C..
.
BAJO
ESTE PÁRRAFO:
Tabla
cronológica de Valencina de la Concepción, tomada del trabajo “The
Copper Age Settlement of Valencina de la Concepción
(Seville,
Spain): Demography, Metallurgy and Spatial
Organization".
Obra de los profesores: Costa Caramé, Díaz-Zorita,
Ga.
Sanjuán y W. Wheatley; a los que agradecemos nos permitan divulgar
este gráfico- (46)
.
En
este gráfico
observamos la datación por C-14 de los dólmenes de Valencina;
cuadro que he recortado y destacado, marcándolas en negro y rojo en
una posterior tabla (abajo). Viéndose claramente que
las fechas oscilan entre el 2872-2632 a.C. (la mas antigua) y
1880-1520 (la más reciente).
Todo lo que indica claramente que
estos yacimientos de Valencina de la Concepción pertenecen al
Campaniforme;
cultura cuya cronología ya hemos dicho que comprende aproximadamente
del 2700 al 1700 a.C. (+/-150 años). Como
decíamos unos párrafos más arriba; si consideramos las puntas de
jabalina del Dolmen de la Pastora datados entre el 1800 al 1600 a.C.;
estas armas habrían pertenecido a alguno de los últimos
enterramientos de Valencina.
C)
FINAL; IDEAS SOBRE CRONOLOGÍAS EN LA PENÍNSULA (desde el
Megalitismo al Hierro -de los dólmenes a la colonización plena-):
.
.
Con
la anterior exposición, hemos pretendido resumir miles de años en
apenas unas lineas. Algo
que creemos puede servirnos para
llegar a comprender qué fue el megalitismo, por qué se produjo y
por qué aparece "imitado" en el Mediterráneo (durante su
etapa final).
Pues sin una explicación como la antes expuesta, se nos hace
incomprensible
los motivos que llevaron a copiar esos estilos del extremo Occidente,
a gentes de civilizaciones tan avanzadas como la de Micenas, la
minóica, la hitita y neohitita, o la de Ugarit y Biblos.
Pese a todo, parece
que aquellos exploradores procedentes de esas grandes culturas;
quedarían impresionados de estas construcciones atlánticas, cuando
viajan hasta el Occidente remoto buscando metales (en especial cobre
y estaño).
Dólmenes, Cromlechs, Menhires y tumbas de corredor, que sin
lugar a dudas eran la prueba de que había existido una gran
civilización, en tierras de lo que era para ellos fue el Fin del
Mundo (un lugar frío y despoblado, donde el Sol y el Mediterráneo
“morían”). Cultura que los expedicionarios denominarían
"atlántica" y que rememorizarían al retornar a sus
lugares de origen; imitando en el Sur de Italia, en el Egeo o en
Anatolia, esas cuevas artificiales o estos ciclópeos cenotafios del
Occidente. Naciendo así los megalitos de Córcega y Cerdeña, los
Tolhois micénicos o las tumbas de corredor en túmulos neohititas,
junto a los sepulcros de Biblos... .
Construcciones levantadas con iguales formas que habían realizado
miles de años antes nuestros habitantes del remoto Occidente y que
veremos profusamente "copiadas" por todo el litoral de
Oriente Medio (veinte o treinta siglos después).
.
Todo
cuanto expresamos, junto al hecho de que los metales se difunden
gradualmente desde un punto y fecha inicial.
Sabiendo asimismo que este lugar y data desde los que la
metalurgia se expande, se
calcula
entorno al 3800 a.C.; en una zona comprendida entre Anatolia y la
desembocadura del Danubio
(tal como mostramos en un gráfico de imágenes anteriores).
Extendiéndose aquellos más tarde por Oriente Medio, toda Anatolia y
la desembocadura plena del Danubio (hacia el 3500 a.C.). Llegado poco
después a Egipto, Italia y el Sur peninsular. Para finalmente
aparecer el cobre en gran parte de Europa atlántica e Islas
Británicas desde el 2700 a.C.. Conociendo
asimismo otras muchas etapas arqueológicas; podremos aventurarnos a
proponer una cronología personal de las fases peninsulares. Desde el
primer megalitismo, hasta la colonización o llegada de los fenicios
(pasando por la fase de precolonización y llegando al nacimiento de
culturas autóctonas, como la tartessia o la ibera o celtibérica).
De
tal manera concluiríamos los siguientes periodos:
.
-
5500 al 4500 a.C.: INICIO DEL MEGALITISMO
Civilización
ballenera y canoera:
Creación de dólmenes,
menhires y cromlechs; principalmente en áreas del Sur de Portugal,
costas de Galicia, Bretaña y Sur de Irlanda. El ejemplo más
destacado de esta fase sería el cromlech de Los Almendros, en Evora
(Portugal).
.
-
4500 al 3500 a.C.: MEGALITISMO PLENO
Rutas
del ámbar y pepitas de oro o plata, viajes de canoa por el Atlántico
europeo:
Extensión del fenómeno
dolménico por las zonas antes señaladas, cubriendo la totalidad de
costas de la Península (especialmente las atlánticas y
cantábricas); llegando a todo el litoral francés y subiendo por
Este de Francia, hacia parte del Sur de Irlanda y Gran Bretaña.
Extendiéndose también por las zonas cercanas al mar en Holanda,
Alemania y Jutlandia.
.
-
3500 al 2700/2500 a.C.: LOS MILLARES (megalitismo bajo; eneolítico y
cobre)
Contactos
entre Oriente medio y la Península (cultura de los ojos):
Se iniciara la cultura de
Los Millares entorno al 3500 a.C.. A mi juicio de clara influencia
oriental y con adoración a un “dios ojo” muy semejante a los
venerados en igual época en Oriente Medio y Mesopotamia. El
Megalitismo cambia de formas y se inician las grandes tumbas de
corredor (tipo Antequera y muy semejantes a las más antiguas de
Irlanda). Comienza el eneolítico y el cobre (sobre todo a fines del
cuarto milenio a.C.).
*
EGIPTO: En
el Nilo se da la cultura Naggadiense (en fase II y con centro en el
Alto Nilo -Naqqada-) . Entre el 3100 y el 2800 a.C. se produce el
Periodo Tinita del que surgirá ya el Egipto Dinástico .
*
CRETA:
el
Antiguo
Minoico
I
Pre-palaciego (anterior a la construcion de los palacios)
.
-
2700/2500 al 1800/1600 a.C.: VASO CAMPANIFORME Y ARGAR (Bronce
Antiguo y Pleno)
Aculturación
llegada de Oriente:
Entorno al 2700/2500 se
inicia la cultura del Campaniforme, comenzando en el Sur (cerca de
Los Millares) y extendiéndose pronto por gran parte de Europa
Atlántica. Nace ya de un calcolítico superado y en los albores del
primer Bronce. Hacia el 2250 a.C. aparecería otra cultura del Bronce
como es la del Argar (desapareciendo Los Millares); que permanecerá
conviviendo con la Campaniforme -De forma generalizada, podemos
considerar Bronce Antiguo desde el 2700/2500 al 2250 a.C. y Bonce
Pleno desde esta fecha hasta el final del Campaniforme (del 2250 al
1800/1600 a.C.)-.
*
EGIPTO:
Comienza el periodo dinástico, con la Era de las Pirámides hacia el
2700 a.C. (en Saqqara) y las posteriores de Giza un siglo más tarde
(aprox). Reino
Medio (2050 a 1750 a.C.): Reunificación de fortalecimiento. El
faraón vuelve a ser el centro del poder, trasladando la capital en
Tebas.
*
CRETA:
Desde el 2900 al 2300 a.C. se vive el periodo Minóico prepalacial
(fase I y II; anteriores a la construcción de palacios). Hasta el
1900-1800
a.e.v Minoico
Medio
IB
Proto-palaciego (periodo de palacios más antiguos)
.
-
1800/1600 al 1200/1100 a.C.: COGOTAS I, ARGAR EN DECADENCIA (Bronce
Bajo)
Protocolonizadores:
Sobre el 1800/1600 a.C.
finalizaría el Campaniforme, quedando El Argar de modo residual y en
plena decadencia. Es en este momento cuando emerge la cultura
peninsular llamada Cogotas I que es de recesión, mientras El Argar
irá desapareciendo paulatinamente.
*
EGIPTO: Segundo
Periodo Intermedio (1750 a 1580 a.C.): El Alto Egipto (zona Sur) se
mantenía en manos de faraones egipcios, mientras el Bajo
(concretamente el Delta) es invadido por extranjeros llamados Hicsos
; llegados hasta allí tras el desastre del Tera a través de Canaan.
Imperio
Nuevo (1580 a 1085 a.C):
Los Hicsos son expulsados por los príncipes egipcios de Tebas, que
reunificaron nuevamente al territorio, promoviendo una época de gran
expansión territorial. Los faraones conquistaron perte de Oriente
Medio, llegando hasta las inmediaciones de tierras hititas, para
evitar nuevas invasiones. A su vez, incorporan a su territorio zonas
como Nubia (Sudán). En época de Ramsés III. (hacia 1200 a.C.)
Egipto rechazó sucesivos intentos de invasión, de los "pueblos
del Norte y del mar"; poblaciones de navegantes empujadas fuera
de sus tierras en las costas de Anatolia y Oriente Medio por el
empuje de los "Hombres del Hierro". Hemos de destacar la
Crisis de Amarna, en época de Akhenatón en que Egipto entra en
guerra y la solución final de la crisis hacia el 1300 a.C.
*
CRETA: 1800-1700
a.e.v Minoico
Medio
II
/// 1700-1650
a.e.v Minoico
Medio
IIIA
/// 1680 DESTRUCCIÓN DE CRETA POR EL TERA SANTORINO /// 1650-1600
a.e.v Minoico
Medio
IIIB
Neo-palaciego (periodo del palacio nuevo).
RECONSTRUCCIÓN
DEL MINÓICO, ERA DEL REY MINOS:
1600-1480
a.e.v Tardo
Minoico
IA
// 1480-1450
a.e.v TardoMinoico
IB
// 1450-1390
a.e.v Tardominoico
MII
Tercer palaciego
// 1390-1370
a.e.v Tardo
Minoico
IIIA1
// 1370-1300
a.e.v Tardo
Minóico
IIIA2
//
1300-1190
a.e.v Tardo
Minoico
IIIB
Post-palaciego (en Cnosos, periodo del palacio final)
// 1190-1170
a.e.v Tardo
Minoico
IIIC
// DIFUSIÓN DEL HIERRO, INVASIÓN DE LOS DORIOS DE LA ISLA.
HUNDIMIENTO PAULATINO DEL IMPERIO MINOICO
//
1100-1000
a.e.v Postminoico Subminoico
.
-
1200/1100 al 850 a.C. PRECOLONIZACIÓN EN EL BRONCE FINAL (decacencia
de Cogotas I; final del Bronce hasta inicio del Hierro y
colonización).
Precolonizadores:
Desde
el 1200 a.C. (aproximadamente) desaparece todo vestigio de culturas
del bronce como El Argar, y se pasa al Bronce Bajo. Aproximadamente
hacia el 1100 a.C. en Cataluña comienza la cultura de los Campos de
Urnas y en las Baleares la talayótica. Entorno al 900 a.C. se inicia
Tartessos (Ria de Huelva, armas del Bronce Final fechadas hacia el
850 a.C.). Se supone que algunos Pueblos del Mar se dirigen hacia
tierras de Iberia; entre otros: Los Mashawa (que serían Mastienos o
Bastetanos), los Tursha o Teresh (que podrían ser tartessios y
etruscos). Otros, como los Shekeles van hacia Sicilia; a Palestina
los Peleset ; a Cerdeña los Sardana, junto a los Danaos (que también
se establecen en islas de Oriente Medio). El paréntesis y vacío
arqueológico peninsular, desde el 1200 hasta el 950 a.C.; puede
entenderse debido a las enormes convulsiones sucedidas en todo el
Oriente mediterráneo, debidas a la expansión del Hierro y a la
caída de las civilizaciones de El Bronce.
.
BAJO ESTAS LINEAS:
Diferentes
hachas de talón de anillas y puñales del Bronce Final (estaño
y cobre al 13% aprox); tal como las muestra el Museo Arqueológico de
Oviedo, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen.
Podemos
observar como ya en esta etapa cercana al 1200 a.C. la forma y
técnicas metalúrgicas habían cambiado y perfeccionado.
.
.
Finalmente
y al margen de la anterior cronología añadiremos que -a mi juicio-
“Los precolonizadores” llegarán a la Península debido a los
siguientes sucesos acaecidos en el Oriente (tras la aparición del
Hierro):
-
Egipto:
En
época de Ramsés III (hacia 1200 a.C.), se rechazaron sucesivos
intentos de invasión, de los Pueblos del Mar; poblaciones de
navegantes empujadas fuera de sus tierras en las costas de Anatolia.
Finalmente, aquellas hordas se establecen en el Nilo como mercenarios
y llegan a tener un faraón de su linaje (Shesonq I). En el 1085
a.C. comienza en el llamado Tercer Período intermedio o Época Baja
(1085 a 712 a.C.); Sheshonq I sube al trono hacia el 945 a.C. (el
imperio estaba ya muy dividido y los dos reinos del Alto y Bajo Nilo
en crisis permanente).
-
Creta:
Desde el 1200 a.C. se ve “visitada” por aqueos, que importan el
Hierro. Poco después será la isla atacada por los Pueblos del Mar,
que la destruyen en gran parte (hasta el 1050 a.C.). Posteriormente
la invaden los dorios que arrasan todo vestigio de la civilización
Minóica. Se sabe que sus habitantes huyeron hacia Chipre, Palestina
y otros lugares desde el 1100 a.C.. Esta etapa se denomina Posminoico
y tras el año 1000 a.C. pasará a ser ya Subminóico.
-
Chipre:
(y costas frente a Anatolia): Desde el 1200 comienza el Hierro con la
llegada de aqueos a la isla. Desde el 1190 y hasta el 1150 a.C. se
inician las razzias y ataques de los Pueblos del Mar. Desde el 1150
a.C. varios terremotos asolan la isla. Así termina todo vestigio de
la Edad del bronce y el Chipriota Tardío (III) que había comenzado
en Enkomi hacia el 1425 a.C.; por lo que desde el 1050 a.C. da
comienzo un nuevo periodo llamado Geométrico.
-
Anatolia:
Cae Hattusa, la capital de los hititas por efecto de las invasiones
del Hierro poco después de 1200 a.C. (algunos la suponen destruida
por los Pueblos del Mar; otros, debido a crisis internas). El mundo
hitita entra en involución y desaparición plena, hasta la creación
de los reinos neohititas, hacia el 950 a.C. (promovida por la llegada
de asirios y de invasores procedentes del Cáucaso).
-
Palestina:
Se producen tremendas crisis con la aparición del Hierro en el 1200
a.C. Hacia el 966 a.C. se funda Israel (que en el 928 a.C. se segrega
en dos reinos, Judá e Israel).
-
Siria:
Comienza el Hierro hacia el 1200 a.C. y en el 1100 a.C. surge Fenicia
apoyada por Biblos, desde las ciudades-Estado puertos, de Tiro y
Sidón.
-
Egeo y Grecia:
Hacia el 1200 a.C. se inicia el Hierro y sobre el 1100 comienza el
Submicénico. Hacia el 1000 a.C. desaparece Micenas, dando paso al
periodo Griego arcáico.
-
Sicilia e Italia:
1200 a.C. comienza el Bronce Final.
AL
LADO:
Puntas
de flecha y espada
(procedente de Palma del Rio) del
Bronce Bajo,
tal como las expone el Museo Arqueológico de Córdoba -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Aquí
ya ha variado el diseño de las hojas hacia formas de “lengua de
carpa” y las puntas de flecha son de bronce.
.
.
ABAJO:
Diferentes
hallazgos del Bronce expuestos en el Arqueológico de Burgos
-Museo Provincial al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen-. En primer lugar vemos brazaletes, hachas y otros objetos
hallados en Huerta de Arriba; a su lado espadas de Villalmanzo y a la
derecha otra hallada en Santa Olalla. La
cronología es inversa, siendo la más antigua la última (Santa
Olalla), siguiendo las dos de Villalmanzo y finalmente pertenecen al
Bronce Bajo las piezas que vemos en primer plano.
.
.
-----------------------------------------------------
CITAS:
-----------------------------------------------------
(1):
Contacto cultural
entre el Mediterráneo y el Atlántico
(siglos XII-VIII ane) La precolonización a debate /// S. Celestino,
N. Rafel y X.-L. Armada
CONSEJO
SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS // Escuela Española de
Historia y Arqueología en Roma // Madrid 2008 (dedicado a Xavier
Dupré i Raventós -Barcelona 1956, Roma 2006-)
.
(2):
Idem
cita (1)
pag 289 y ss.
.
(3):
Idem
cita (1)
pag 289
.
(4):
Idem
cita (1)
pag 289 y 290
.
(5):
“sus
excavadores interpretan como «templo funerario» y que vinculan con
unas
relaciones
constantes entre la cuenca oriental del Mediterráneo,
en
particular
anatólicas,
y la Península
Ibérica
(Sánchez
Meseguer
et
al.
1985).
La cronología
obtenida
por C14
para
el nivel
III
(Nieto
Gallo
y
Sánchez Meseguer
1980)
permite fecharlo en el siglo XIV ane.
(...)
o entre los siglos XVIIXVI A.C. por medio de la calibración directa
de estas fechas, que proporciona las siguientes, 1625 y 1527 ANE
respectivamente.
VER
(figura
6)
(PAG 291)
.
(6):
The Journal of Hellenic Studies Volume 21 1901 pags. 99 a 204; figura
transformada desde una pintada por Evans para su publicación de
1901.
.
(7):
LOS
ARTÍCULOS A LOS QUE NOS REFERIMOS SON LOS SIGUIENTES:
-LOS
BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO: Manteniendo
la tesis de que los pectorales de este ajuar simbolizarían los
mencionados bueyes; como culto a deidades de los metales de origen
micénico-canaaneo. Dioses del oro y del bronce que se veneraban en
altares similares a los encontrados en las zonas de Tartessos. PARA
LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
-EL
ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA
-análisis del estudio de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres-,
En este artículo analizamos un estudio de los profesores Almagro,
Mederos y Torres, en donde tratan sobre el altar en forma de piel de
toro. Deduciendo que es de origen hitita y que en gran parte su forma
se debe al totem allí sacrificado. PARA
LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-posible-origen.html
-LA
MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte primera-
ES
EL INICIO DE UN LARGO CAPÍTULO DIVIDIDO EN DOS PARTES, DONDE
ANALIZAMOS LAS ANALOGÍAS ENTRE LOS ALTARES CANAANEOS DE CUERNOS, LAS
MESAS SAGRADAS JUDÍAS Y ESTAS DE TARTESSOS. DESCUBRIENDO GRAN
SIMILITUD ENTRE TODAS ELLAS. ADEMÁS PROPONEMOS UNA NUEVA VISIÓN DE
LA POSIBLE DESTRUCCIÓN DE TARTESSOS TRAS EL AÑO 536 a.C. CUANDO LOS
JUDÍOS Y PARTE DE LOS FENICIOS PUEDEN REGRESAR A SU REINO QUE LOS
ASIRIOS LES HABÍAN ASEDIADO Y ARREBATADO DURANTE DÉCADAS. PARA
LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de_29.html
-LA
MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte segunda-
ES
LA CONTINUACIÓN DEL ARTÍCULO ANTERIOR Y EN ESTE TRATAMOS SOBRE LOS
ALTARES TARTESSIOS CON FORMA DE CUERO, CONSIDERANDO SON UNA
REINTERPRETACIÓN DE LAS ARAS CANAANEAS (posiblemente importadas por
judíos en su huida de las invasiones asirias). POR LO DEMÁS Y SOBRE
LOS CONTACTOS ENTRE ISRAEL Y TARTESSOS; HABLAMOS DE JONÁS E INCLUSO
DE UNA NUEVA HIPÓTESIS PARA COMPRENDER LA CAIDA DE TARTESSOS, TRÁS
EL RETORNO DE JUDIOS Y FENICIOS A ORIENTE MEDIO CON LA LIBERACIÓN DE
CIRO (en el año 537 a.C., rey aqueménide que devuelve su reino a
los hebreos). PARA LLEGAR
HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
-LA
TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS, SEMEJANTES A
LOS CANAANEOS.
BASÁNDONOS EN LAS CONCLUISONES ANTERIORES Y SIENDO EVIDENTE QUE
APARECIERON GENTES DE CANAÁN EN TARTESSOS (fenicios; israelitas;
judïos o filisteos). ESTUDIAMOS LAS CITAS BÍBLICAS, LLEGANDO A LA
CONCLUSIÓN DE QUE LA TARSHISH MENCIONADA POR LA BIBILIA, HA DE SER
TARTESSOS. AL MENOS CUANDO SE REFIERE A QUE EMBARCAN DESDE JOPPE
(HAIFA), PUES TARSO DISTABA APENAS UNOS TRES DÍAS DE ESTE PUERTO DE
ISRAEL Y OFFIR ESTABA EN ETIOPÍA. POR LO DEMÁS, HAY COINCIDENCIAS
ENTRE LAS FECHAS Y CRONOÑOGÍAS DE ISRAEL-JUDÁ Y TARTESSOS:
PARA
LLEGAR
HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
-ALTARES
TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y CRISOLES: ESTUDIAMOS
EL SIGNIFICADO DEL TORO Y SUS ASTAS, SIMBOLIZADO ENTRE LOS MARINEROS
DE LA EDAD DEL BRONCE COMO PUNTAS DE TIERRA O CABOS QUE SERVÍAN PARA
NAVEGAR. ESTUDIAMOS EL TORO COMO TOTEM CTÓNICO Y PROPONEMOS LA IDEA
DE QUE EL PUIG CAMPANA Y EL CABEZÓ DEL ORO PUEDAN SER OBSERVARORIOS
ASTRONÓMICOS.
PARA LLEGAR
HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
.
(8):
Para
el estudio del mito de Gerión y sus citas, recomendamos la siguiente
obra del profesor Blázquez, en la que se resumen perfectamente
cuantas menciones existen en el Mundo Antiguo acerca de este monarca:
Gerión y otros mitos griegos de Occidente // José María Blázquez
Martínez // [Publicado previamente en: Gerión 1, 1983, 21-38
(también en J.Mª Blázquez, Fenicios, Griegos y Cartagineses en
Occidente, Madrid 1992, 323-348).
Entre cuyas citas, me gustaría desatacar para que comprendiéramos el significado de LOS BUEYES DE GERIÓN, las siguientes:Estesícoro de Himera, es su poema a Gerión llamado Geryoneís dice: "Más o menos enfrente de la famosa Eriteia, junto a los manantiales inagotables, de raíces de platas, del río Tartesos, en la gruta de una peña".
En Teogonía, Hesíodo (287 ss.) escribe: "Crisaor engendró al tricéfalo Gerión unido con Calirroe, hija del ilustre Océano; a éste le mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eriteia rodeada de corrientes. Fue aquel día en que arrastró los bueyes de ancha frente hasta la sagrada Tirinto, atravesando la corriente del Océano (después de matar a Orto y al boyero Euritión en su sombrío establo, al otro lado del ilustre Océano). (Traducción A. Pérez, A. Martínez.) En otros versos (983 ss.) del mismo poema se encuentra otra mención: "Gerión, al que mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eritea rodeada de corrientes". Biblioteca (2.5.10) de Apolodoro, dice: Heracles embarcó el rebaño en la copa, atravesó el mar hacia Tartessos y devolvió la copa al Sol".
El historiador de Heródoto de Halicarnaso, (IV, 8) recoge las siguientes palabras: "Cuando Heracles arreaba las vacas de Geriones llegó a esa tierra que en la actualidad ocupan los escitas y que a la sazón se encontraba desierta. Geriones, empero, residía lejos del Ponto, tenía su morada en una isla que los griegos denominan Eriteia, que se encuentra cerca de Gadeira, ciudad ésta situada más allá de las Columnas de Heracles, a orillas del Océano".
Diodoro Sículo (IV, 17,1-2; 18,2) relata el mito del siguiente modo:
(IV, 17,1): "habiendo ordenado Euristeo traer de nuevo los bueyes de Gerión, los cuales sucedía que permanecían en las partes de Iberia que estaban inclinadas hacia el Océano. Heracles... reunió una notable flota... pues, se decía de boca en boca en todo el mundo habitado que Chrysaor, el cual recibía tal denominación a causa de su riqueza, reinaba sobre toda Iberia y tenía tres hijos que luchaban con él".
(18,3): "atravesando la región de los iberos y recibiendo honores de uno de los reyes del lugar, varón de religiosidad y justicia sobresalientes, dejó parte de los bueyes como regalo al rey. Y éste, tomando todos los bueyes, los consagró a Heracles y cada año sacrificaba a él el más hermoso de los toros. Y sucede que hasta el día de hoy en iberia se mantienen a los bueyes como sagrados".
Entre cuyas citas, me gustaría desatacar para que comprendiéramos el significado de LOS BUEYES DE GERIÓN, las siguientes:Estesícoro de Himera, es su poema a Gerión llamado Geryoneís dice: "Más o menos enfrente de la famosa Eriteia, junto a los manantiales inagotables, de raíces de platas, del río Tartesos, en la gruta de una peña".
En Teogonía, Hesíodo (287 ss.) escribe: "Crisaor engendró al tricéfalo Gerión unido con Calirroe, hija del ilustre Océano; a éste le mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eriteia rodeada de corrientes. Fue aquel día en que arrastró los bueyes de ancha frente hasta la sagrada Tirinto, atravesando la corriente del Océano (después de matar a Orto y al boyero Euritión en su sombrío establo, al otro lado del ilustre Océano). (Traducción A. Pérez, A. Martínez.) En otros versos (983 ss.) del mismo poema se encuentra otra mención: "Gerión, al que mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eritea rodeada de corrientes". Biblioteca (2.5.10) de Apolodoro, dice: Heracles embarcó el rebaño en la copa, atravesó el mar hacia Tartessos y devolvió la copa al Sol".
El historiador de Heródoto de Halicarnaso, (IV, 8) recoge las siguientes palabras: "Cuando Heracles arreaba las vacas de Geriones llegó a esa tierra que en la actualidad ocupan los escitas y que a la sazón se encontraba desierta. Geriones, empero, residía lejos del Ponto, tenía su morada en una isla que los griegos denominan Eriteia, que se encuentra cerca de Gadeira, ciudad ésta situada más allá de las Columnas de Heracles, a orillas del Océano".
Diodoro Sículo (IV, 17,1-2; 18,2) relata el mito del siguiente modo:
(IV, 17,1): "habiendo ordenado Euristeo traer de nuevo los bueyes de Gerión, los cuales sucedía que permanecían en las partes de Iberia que estaban inclinadas hacia el Océano. Heracles... reunió una notable flota... pues, se decía de boca en boca en todo el mundo habitado que Chrysaor, el cual recibía tal denominación a causa de su riqueza, reinaba sobre toda Iberia y tenía tres hijos que luchaban con él".
(18,3): "atravesando la región de los iberos y recibiendo honores de uno de los reyes del lugar, varón de religiosidad y justicia sobresalientes, dejó parte de los bueyes como regalo al rey. Y éste, tomando todos los bueyes, los consagró a Heracles y cada año sacrificaba a él el más hermoso de los toros. Y sucede que hasta el día de hoy en iberia se mantienen a los bueyes como sagrados".
.
(9):
El
mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro.
CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262 – Martín ALMAGRO-GORBEA //
Alberto J. LORRIO // Alfredo MEDEROS // Mariano TORRES ORTIZ
.
(10):
Textualmente
los referidos autores escriben:
"Este mitema de la piel de toro y el sacrificio primordial
también pudiera explicar el significado de los llamados ‘morillos
rituales’, Mondidolen o Mondhörner del Bronce Final, que ofrecen
forma de ´cuernos` más que de ´crecientes lunares`, aunque se
discute su significado concreto, tradición que se ha relacionado con
los ´Cuernos del Altar` que de forma reiterada cita la Biblia (Loré,
2004: 51) y que, indirectamente, pudiera estar relacionada con el
mito de Telepinu y el ‘Toro Celeste’ del mito de Gilgamesh"
PAG 257 de
"El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de
toro". CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262
.
(11):
EXODO
20, 23-26: (23) “No
hagáis junto a mi dioses de plata, ni dioses de oro, os haréis.
(24) Altar de tierra harás para mi, y sacrificaras sobre el tus
holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en
cualquier lugar donde yo haga que este la memoria de mi nombre,
vendré a ti y te bendeciré. (25) Y si me haces altar de piedras, no
las labres de cantería, porque si alzas herramienta sobre ese, lo
profanaras. (26) Y no subirás por unas gradas a mi altar, para que
tu desnudez no sea descubierta junto a él”.
.
(12):
AMOS
3, 14 :
"Porque el día que Yo castigue las transgresiones de Israel,
castigaré también los altares de Betel (Casa de Dios); los cuernos
del altar serán cortados y caerán a tierra".
.
(13):
ZACARIAS
1, 21:
"Y yo dije: ¿Qué vienen a hacer éstos? Y me respondió,
diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto
que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para
aterrorizarlos, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron
el cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla
.
(14):
Idem
cita (1)
SIC:
"Fueron
estudiadas por Almagro (Almagro
Basch
1962b) que las considera fabricadas en la Península
Ibérica,
siguiendo prototipos orientales, concretamente de
Tell-el-Dweir
y Ugarit. Las fecha entre el 1800-1600 ane.
(...) Del análisis de sus componentes se destaca la utilización de
cobres y cobres arsenicales sin aleación con estaño (...) . Por
ello las puntas de jabalina se interpretan como imitación de un
modelo foráneo o como aparición de una nueva idea (local) cuya
adopción fracasó”.
(PAG
290)
.
(15):
Almagro
Basch, M.
1962: “El
ajuar del ‘Dolmen de la
Pastora’
de Valentina del Alcor (Sevilla). Sus
paralelos
y su cronología”. Trabajos de Prehistoria
5:
1-35
.
(16):
Decíamos
en otro de nuestros artículos:
-Se
habían sucedido los grandes periodos del Bronce.
Con el dolmenismo del Bajo Neolítico e inicio del eneolítico
(hacia el 3500) dando por entonces comienzo a Los Millares Temprano.
-Tras
ello, se desarrolla la
Cultura de Los Millares (con centro en Almería) durante el
Calcolítico y hasta la difusión del Bronce (hasta el 2250 a.C.).
-Aparece
en estos momentos el vaso Campaniforme (hacia el 2300 a.C.),
que se expande gradualmente por toda Europa del Este, con centro en
el Sur de Andalucía (cercano a Almería) y
cuyo periodo comprende todo el Bronce Antiguo -desde el 2700 al 1800
a.C.-. Asimismo se da la Cultura de El Argar (que
hereda en Almería a Los Millares) y
que va desde el 2500 hasta el 1600 a.C.
-siendo paralelas sus etapas a las del Minoico (anterior a Tera
Santorino)-.
-Finalmente
y tras suceder el desastre del volcán Tera
en Creta, que arrasa todo Oriente Medio hacia
el 1680 a.C.; comienza una etapa tardía del Bronce, de recesión y
denominada Cogotas I, que se fecha entre el 1700 y el 1000 a.C..
.
Desde
el 1200 a.C. (aproximadamente) desparece todo vestigio de culturas
del bronce como El Argar, y se pasa al Bronce Bajo.
Aproximadamente hacia
el 1100 a.C. en Cataluña comienza la cultura de los Campos de Urnas
y en las Baleares la talayótica. Entorno al 900 a.C. se inicia
Tartessos
(Ria de Huelva, armas del Bronce Final fechadas hacia el 850 a.C.).
Se supone que algunos Pueblos del Mar se dirigen hacia tierras de
Iberia; entre otros: Los Mashawa (que serían Mastienos o
Bastetanos), los Tursha o Teresh (que podrían ser tartessios y
etruscos). Otros, como los Shekeles van hacia Sicilia; a Palestina
los Peleset ; a Cerdeña los Sardana, junto a los Danaos (que también
se establecen en islas de Oriente Medio). El
paréntesis y vacío arqueológico peninsular, desde el 1200 hasta el
950 a.C.; puede entenderse debido a las enormes convulsiones
sucedidas en todo el Oriente mediterráneo, debidas a la expansión
del Hierro y a la caída de las civilizaciones de El Bronce.
.
(17):
Procedencia
de las puntas de jabalina del “Dolmen de la Pastora” (Valencina
de la Concepción, Sevilla) Mark
A. Hunt Ortiz;
M.
Isabel Martínez Navarrete;
Víctor
Hurtado Pérez;
Ignacio
Montero-Ruiz
TRABAJOS
DE PREHISTORIA
69,
N.º 2, julio-diciembre 2012, pp. 357-374
.
(18):
Hurtado
Pérez dio a conocer en su tesis doctoral
la
aparición de puntas de jabalina en el
yacimiento
de La Pijotilla:
Hurtado
Pérez, V. M. 1984: El Yacimiento de La Pijotilla
(Badajoz).
Estudio de Relaciones
Culturales.
Tesis
Doctoral.
.
(19):
OP
CIT (17)
(sic):
La
reciente investigación publicada por M. E.
Costa
Caramé (2011) incluye este tipo de pieza metálica en su revisión
bibliográfica. Se consignan
como
del tipo La Pastora las puntas de proyectil
de
la Cueva del Bramadero (Hornachuelos, Córdoba)
(Martínez
Boloix 1983, 2002) y las portuguesas
de
Outeiro de São Bernardo (Moura) (Ferreira
1970;
Cardoso etal.
2002),
Caldeirõa (São
Sebastião,
Lagos) (Viana et al. 1953; Schubart
1971)
y Casal do Pardo, necrópolis de Palmella
(Quinta
do Anjo) (Berdichewsky Scher 1964).
Además,
se ha mencionado una posible punta de
jabalina (o punta de lanza) procedente de El
Carambolo (Sevilla)
(Carriazo1973:307)
y otra
punta hallada
en el poblado amurallado del Cerro dos
Castelos de São Brás (Serpa) (Cardoso et
al. 2002: 78, 93).
Revisados
los datos textuales y gráficos de
todas esas referencias, solo parece corresponder
al tipo La Pastora la punta de proyectil
excavada en Outeiro
de São Bernardo (Moura, Portugal) (Fig.
4: 3). Las restantes o son variantes del tipo
Palmela o las descripciones no permiten una
adscripción clara
o, caso
de El
Carambolo, pueden
ser desechadas
como puntas de jabalina.
.
(20):
OP
CIT (17)
(sic):
La
tipología de las piezas de Outeiro de São
Bernardo
y su composición otorgan al conjunto un
carácter
homogéneo desde el punto de vista cronológico-cultural.
Ello
unido al hallazgo en el poblado de cerámicas campaniformes del grupo
inciso, generalmente asociadas a algunos de los tipos
allí
identificados, llevó a Cardoso y sus colaboradores
(2002:
101) a situar o conjunto metálico "no
final
do Calcolítico/início da Idade do Bronze,
correspondente
aos últimos séculos do III Milénio
a.C".
Lo valoran como el conjunto metálico doméstico
más
importante del occidente de la Península
Ibérica
correspondiente a una única ocupación
campaniforme
(Cardoso et al. 2002: 77).
.
(21):
OP
CIT (17)
(sic):
Las
puntas de jabalina son compatibles con las producciones
locales
(regionales) y con las mineralizaciones del
suroeste
de la Península Ibérica.
Nocete
y
sus
colaboradores
(2010)
son
de
la
misma
opinión
en
su
valoración
de
las
dos
puntas
de
jabalina
que
estudian y comparan con los datos
inéditos
de que disponen de materiales de Valencina
de
la Concepción y otros yacimientos del
suroeste
(...) El estudio comparado de los resultados de
isótopos
de plomo y análisis elemental no permite
considerar
las
puntas
de
jabalina
de
La
Pastora
como
piezas
importadas desde el Mediterráneo
oriental.
Las
mineralizaciones
orientales que isotópicamente
podrían
ser compatibles presentan
unas
características de impurezas (arsénico o níquel)
incompatibles
con la composición de las
piezas
de la Península Ibérica. (...)
.
(22):
PROCEDENCIA
E INTERCAMBIO DE MARFIL EN EL CALCOLÍTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
/// Thomas
X. Schuhmacher y Arun Banerjee (PAG 292)
Congrés
Internacional Xarxes al Neolític – Neolithic
Networks
Rubricatum.
Revista del Museu de Gavà, 5 (2012) - ISSN: 1135-3791
.
(23):
ELISA
GUERRA DOCE: La tumba de un príncipe en Fuente Olmedo: un referente
para el estudio
del
campaniforme en tierras
vallisoletanas
Pags 13
a 22
Conocer
Valladolid 2013 // Real Academia de Bellas Artes de la Purísima
Concepción Primera edición: noviembre de 2014 -contribuciones
científicas presentadas en el VII Curso Conocer Valladolid,
celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima
Concepción de Valladolid, entre los días 4 y 27 de noviembre del
año 2013-
.
(24):
MARTÍN
VALLS, R. y DELIBES DE CASTRO, G.: La cultura del Vaso Campaniforme
en las campiñas meridionales del Duero: el enterramiento de Fuente
Olmedo (Valladolid). Valladolid: Junta de Castilla y León,
Monografías del Museo Arqueológico de Valladolid (2ª edición
aumentada). 1989.
DELIBES
DE CASTRO, G.: El Vaso Campaniforme en la Meseta Norte española.
Valladolid: Universidad de Valladolid. 1977.
.
(25):
“La
inhumación en fosa del pago de Perro Alto (Fuente Olmedo,
Valladolid):
circunstancias
del hallazgo”: “Los pormenores del descubrimiento de la tumba
campaniforme de Fuente Olmedo aparecen descritos con detalle en la
monografía que los profesores Ricardo Martín Valls y Germán
Delibes de Castro (1974) (...) Sobre el terreno, y con la ayuda de su
descubridor, localizaron una fosa ovalada de 2,90 por 2,40 metros en
sus ejes principales y 0,80 de profundidad (...) la docena de armas
de cobre (en concreto un puñal de lengüeta y once puntas de
jabalina), más el brazal de arquero de arenisca, junto a los brazos
y en contacto con las manos; y tres vasijas de barro bellamente
decoradas con incisiones”. IDEM cita (23) (sic)
.
(26):
Hace
varios años comuniqué por carta a Joaquín Díaz mi teoría sobre
el nombre de Valladolid, considerándolo como un topónimo nacido del
bajo latín VALLIS TOLETUM y cuyo significado sería “Valle de la
Meseta”. En su contestación, Joaquín Díaz reconocía esta
hipótesis etimológica, como una posibilidad plausible.
Por su parte, Angel Montenegro Duque en su separata EL
ORIGEN CÉLTICO DEL TOPÓNIMO VALLADOLID.
UNIVERSIDAD DE VALLADOLID 1946-47
(pags 36 a 46)
; menciona que comúnmente esta palabra se considera nacida desde
diversos radicales, entre los que se destacan los árabes. Creyendo
que pudo significar “Valle del Olivo” (Vall de Olid; ó Vallis
Olivetum) o “Valle del califa Olid”. La teoría de Montenegro
Duque es que el sufijo “Tolitum” no sería latino sino celta y se
ha de traducir como lugar de aguas, siendo el significado de Vallis
Tolitum, “Valle de los manantiales” (Vallis- tol-itum).
.
(27):
IDEM
cita (23)
(sic)
.
(28):
A
los interesados en el tema de la escultura celtibérica de verracos y
toros, recomendamos leer mi artículo:
PUNTOS
GEODÉSICOS Y PIEDRAS MEGALÍTICAS: OMPHALOS Y MARCAS DE ORIENTACIÓN
PULSANDO:
Asimismo
consultar el de Alicia Cantó:
LA
«PIEDRA ESCRITA» DE DIANA, EN CENICIENTOS (MADRID), Y LA FRONTERA
ORIENTAL
DE LUSITANIA ALICIA M. CANTO Universidad Autónoma de Madrid//
CuPAUAM21,
1994.
pp. 271-296
-ADEMÁS,
A LOS INTERESADOS EN EL ORIGEN DE LA TAUROMAQUIA Y EL SIGNIFICADO DE
LOS TOROS EN LA ANTIGÜEDAD RECOMENDAMOS MIS ARTÍCULOS:
-EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte cuarta: Sentido del encaste
y significado del toro bravo en el Mundo Antiguo (De
"Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIII).
REFLEXIONA SOBRE EL SIGNIFICADO DEL TORO EN LA CULTURA IBÉRICA.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post_20.html
-EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte quinta: El toro bravo en la
Antigüedad; guardián y arma de guerra
(De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión
en el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIV).
NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA
GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE HECHO.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
-EL
GUARDIÁN SAGRADO DEL GANADO Y SU TOTEM SALVAJE -capítulo sexto de
"EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" (Parte
LXXV de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes
de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. Sobre
la permanencia del toro bravo al haberse usado pare la guerra y para
evitar los asaltos o robos en el campo y ciudades. EXPONIENDO LA IDEA
DE QUE ESTE ES EL ORIGEN DE LAS CORRIDAS, ENCIERROS Y FIESTAS
POPULARES
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html
-EL
HOMBRE-TORO, BOYERO O MAYORAL, GUARDIÁN DEL REBAÑO -de "EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA", capítulo 7º
(Parte LXXVI de "Lo invisible en la mitología": "Los
bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. CONTINÚA CON
LA IDEA ANTERIOR, EXPLICANDO EL ORIGEN DE LA VENERACIÓN DEL MAYORAL
Y LA FUNCIÓN DE AQUELLOS PARA DEFENDER REBAÑOS, CIUDADES Y CAMPOS
EN LA ANTIGÜEDAD.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/blog-post.html
.
(29a):
SAL
Y JEFATURAS, UNA REFLEXIÓN SOBRE EL YACIMIENTO DEL BRONCE ANTIGUO DE
SANTIOSTE, EN VILLAFÁFILA (Zamora).
Germán
Delibes de Castro //
Valladolid 1993 (pags 33 a 46)
(29b):
Germán
Delibes de Castro
“LA
EXPLOTACIÓN DE LA SAL
AL
TÉRMINO DE LA EDAD DEL COBRE
EN
LA MESETA CENTRAL ESPAÑOLA:
¿FUENTE
DE RIQUEZA E INSTRUMENTO DE PODER DE LOS JEFES CIEMPOZUELOS?"
VELEIA,
24-25 // pags.
791-811, Año
2007-2008
.
(30):
IDEM
cita (28)
citando a:
(Martín
Valls y Delibes, 1974)
(García
Amilibia y Comelles i Folch, 1987: 285-286; Pozo Villalba, 2005)
.
(31):
Conocer
Valladolid 2014
Real
Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción // Valladolid
2015
El
sepulcro megalítico de Los Zumacales, en Simancas (Valladolid)
pags. 13
y ss.
MONTSERRAT
ALONSO DÍEZ ; GERMÁN
DELIBES DE CASTRO y JORGE
SANTIAGO PARDO
.
(32):
IDEM
cita (30)
ver
pag. 28 de esta publicación.
.
(33):
pag
127 de: “Metalurgia
de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)” Germán
Delibes de Castro; J. Fernández Manzano; E. Fontaneda Pérez; S.
Rovira LLorens.
JUNTA
DE CASTILLA Y LEON; Zamora 1999
COMO
ANTES HEMOS MENCIONADO, EL PROFESOR FERNÁNDEZ MANZANO FALLECIÓ
TRISTEMENTE EL PASADO DÍA 3 DE AGOSTO, DE 2017.
.
(34):
Ver:
Informe
sobre la excavación de urgencia de Valdeprados (Aldea del Rey Niño,
Ávila)
Servicio
territorial de cultura y turismo de Ávila; 1991
Jorge
Gómez y Ma Pilar Sanz
Valdeprados
(Aldea del Rey Niño, Avila) un nuevo enterramiento en la submeseta
norte // Cuadernos
abulenses, ISSN 0213-0475, Nº. 21, 1994, págs. 81-132
Jorge
Gómez y Ma Pilar Sanz
-pag
144:
La datación del enterramiento por C14, resultó dar una aproximación
de 5690 +/- 145; es decir, fechable entre el 3635 a.C. y el 3345
a.C.. Tal es la antigüedad, que supusieron era un error debido a
contaminación de los objetos sometidos a C-14. De tal manera y de
forma estimada -por comparación con otros objetos y enterramientos
semejantes-, finalmente lo fecharon estos autores (Gómez y Sanz)
entre el 1900 y el 1700 a.C..
.
(35a):
IDEM
cita (33)
pag.
134
Cap.
5 - La evolución de las aleaciones y la metalurgia de taller: (pags
125 y ss)
(35b):
IDEM
cita (33)
pag.
138
(35c):
IDEM cita (33) pag. 144
.
(36):
IDEM
cita (1)
pag.
291
.
(37a):
IDEM
cita (1)
pag.
292
(37b):
IDEM
cita (1)
pag.
294
(37c):
IDEM
cita (1)
pag.
295
.
(38):
Para
todos aquellos interesados en el significado del toro entre los
iberos y en el uso de estos en la guerra, recomendamos leer algunos
de nuestros artículos dedicados al tema.
PARA
LLEGAR HASTA ELLOS, PULSAR EL ENLACE QUE LES ACOMPAÑA (en letra
azul):
-EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte cuarta: Sentido del encaste
y significado del toro bravo en el Mundo Antiguo (De
"Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIII).
REFLEXIONA SOBRE EL SIGNIFICADO DEL TORO EN LA CULTURA IBÉRICA.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post_20.html
-EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte quinta: El toro bravo en la
Antigüedad; guardián y arma de guerra
(De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión
en el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIV).
NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA
GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE HECHO.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
-EL
GUARDIÁN SAGRADO DEL GANADO Y SU TOTEM SALVAJE -capítulo sexto de
"EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" (Parte
LXXV de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes
de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. Sobre
la permanencia del toro bravo al haberse usado pare la guerra y para
evitar los asaltos o robos en el campo y ciudades. EXPONIENDO LA IDEA
DE QUE ESTE ES EL ORIGEN DE LAS CORRIDAS, ENCIERROS Y FIESTAS
POPULARES
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html
-EL
HOMBRE-TORO, BOYERO O MAYORAL, GUARDIÁN DEL REBAÑO -de "EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA", capítulo 7º
(Parte LXXVI de "Lo invisible en la mitología": "Los
bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. CONTINÚA CON
LA IDEA ANTERIOR, EXPLICANDO EL ORIGEN DE LA VENERACIÓN DEL MAYORAL
Y LA FUNCIÓN DE AQUELLOS PARA DEFENDER REBAÑOS, CIUDADES Y CAMPOS
EN LA ANTIGÜEDAD.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/blog-post.html
.
(39a):
IDEM
cita (1)
pag.
290
(39b):
IDEM
cita (1)
pag.
291
(39c):
IDEM
cita (1)
pag.
291
(39d):
IDEM
cita (1)
pag.
295
SIC:
"Los
lugares de aparición son : Cerro de Córdoba (Castro del
Río) y Los Castillejos (La Granjuela) en la provincia de Córdoba, y
Sierra de San Cristóbal y Pocito Chico (Puerto de Santa María), en
la provincia de Cádiz” (...)
“La cronología general estimada, sin calibrar, estaría en torno
al 1100/1000 a.C. (Martín de la Cruz 2004). Los hallazgos gaditanos
revalorizan los antiguos restos de Almuñecar y Vélez Málaga
(Rodríguez de Berlanga 1891), en los que la cornalina, el
lapislázuli y el ámbar serían productos relacionados con los
intercambios de finales del II milenio a. C. y no con la colonización
fenicia”.
(39e):
IDEM
cita (1)
pag.
299
.
(40):
PARA
LOS INTERSADOS EN EL TEMA DEL SINIFICADO DEL PECTORAL, RECOMENDAMOS
VER:
-
LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de
El Carambolo (Parte XIII: El "collar pectoral" y su
significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y
escitas). -SIGNIFICADO RELIGIOSO DEL PECTORAL, EN LAS CULTURAS
CONTEMPORÁNEAS AL TESORO DE EL CARAMBOLO- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-9.html
- INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero). -SIGNIFICADO DEL PECTORAL DEL TESORO EN FORMA DE TALENTO LLAMADO KEFTIU-. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XV: El patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad). -SIGNIFICADO DEL LINGOTE COMO PATRÓN Y MODELO DE VIDA ECONÓMICA, SU RELACIÓN CON EL TESORO Y EL PECTORAL- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html
.
- INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero). -SIGNIFICADO DEL PECTORAL DEL TESORO EN FORMA DE TALENTO LLAMADO KEFTIU-. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XV: El patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad). -SIGNIFICADO DEL LINGOTE COMO PATRÓN Y MODELO DE VIDA ECONÓMICA, SU RELACIÓN CON EL TESORO Y EL PECTORAL- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html
.
(40b):
SOBRE
EL EFOD O PECTORAL DE AARÓN:
Narra
el Éxodo (XXVII 30) que ordenó Yahvé a Moisés:
"pondrás
en el racional del juicio Urim y Thummim, para que estén sobre el
corazón de Aarón cuando entrare delante de Jehová: y llevará
siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón
delante de Jehová".
.
ACERCA
DE TODO ELLO DECÍAMOS EN UNO DE NUESTROS CAPÍTULOS:
El
broche pectoral de sumo sacerdote judío llamado "placa de las
doce gemas" o también "Urim - Tummim" y pectoral del
Juicio. En el libro de Éxodo (XVIII, 15 y ss. ) ordena Yahvé los
ornamentos y vestimentas del sacerdote, diciendo a Moisés:
"Harás
el pectoral del juicio, trabajado artísticamente; como la obra del
efod lo harás: De oro, púrpura y violeta (...). Será cuadrado,
doble de un palmo de longitud y otro de anchura. Lo rellenarás con
una guarnición de pedrería y con cuatro filas de piedras. En la
primera fila: Una cornalina un topacio y una esmeralda. En la
segunda: Un rubí un zafiro y un jaspe. En la tercera: Un ópalo, un
ágata y un amatista. En la última: Un crisólito un "soham"
(berilo) y un ónice. Al colocarlas irán engastadas en oro; las
piedras corresponderán a los nombres de los hijos de Israel, estarán
grabadas como sellos y con su nombre y arreglo a las doce tribus.
Fabricarás también sobre el pectoral, cadenetas de oro puro,
trenzadas a manera de cordón. También harás sobre el pectoral dos
anillos-sellos de oro, poniédolos en los extremos de este. Meterás
los dos cordones de oro por los dos anillos, ponìendolos a los
extremos del pectoral; ligarás los cabos de los dos cordones a los
dos broches y fíjalos así a las hombreras de efod, por su parte
delantera. Harás después dos anillos de oro que pondrás en los
extremos inferiores del pectoral, sobre el borde interior que mira
hacia efod (...). El pectoral se unirá por sus anillos del efod
mediante un cordón de púrpura violeta, de suerte que este quede por
encima del cíngulo y no pueda desprenderse de él. Así Aarón
llevará el nombre del los hijos de Israel grabados en el Pectoral
del juicio, sobre su corazón, cuando entre en el santuario y para
que sirva en perpetuo recuerdo de Yahve. En el pectoral del Juicio,
pondrás el URIM y el TUMMIM, para que estén sobre el corazón de
Aarón, al presentarse esta ante Yahvé”
En
el texto anterior podemos ver el significado e importancia del
pectoral entre los pueblos egipcios y de Oriente Medio a principios
del I milenio a.C.. Una relevancia que nace del mismo arte
adivinatorio y de la potestad del Sumo Sacerdote de vaticinio, siendo
este augurio realizado gracias a la inspiración que esta joya daba.
De tal manera narra El Éxodo que dice Yahvé que debe ponerse en
este broche del pecho el URIM y el TUMMIM, que en realidad
siginifican la dualidad del "si y el no". Ello, porque al
parecer en la más remota antigüedad los sacerdotes semitas (y
egipcios) llevaban en su pecho unas bolsitas con dos bolitas de
piedra, en diferentes colores (comunmente blanca y negra). Al ser
preguntados por los fieles sobre algunos temas de los que dudaban,
introducían su mano en aquel bolso que colgaba del cuello y sacaban
una gema; contestando positiva o negativamente, conforme el color de
la bolita que hubiera salido. De ello, el "Tummim-Urim", el
"sí y el no", del que ordena Yahvé que solo figure en ese
pectoral con el nombre de los hijos de Juda, para ver los designios
de Israel a través de las piedras preciosas que repersentaban las
doce tribus de su pueblo.
.
(41):
ACERCA
DE TODO ELLO DECÍAMOS EN UNO DE NUESTROS CAPÍTULOS:
En
nuestro anterior artículo habíamos analizado los diferentes tipos
de embarcaciones mediterráneas, utilizadas durante el II milenio
a.C.; centrándonos en un estudio de Marisa Ruiz-Gálvez.
Trabajo de enorme interés, donde
esta profesora explica minuciosamente los
pormenores de las
embarcaciones usadas hace unos tres o cuatro mil años. Exponiendo la
tipología de las naves del Egeo y de Oriente Medio
durante aquel tiempo; pasando posteriormente a comprarlas con las que
se
han hallado representadas en territorio ibérico. Figuras
con naves de las que en nuestras tierras tan
solo se conocen algunos petroglifos y bajorrelieves;
entre los que destaca el
de Auga dos Cebros y
los representados en un punto de vigía sobre el Estrecho de
Gibraltar, situado en Laja
Alta. Grabados
sobre paredes o rocas, que hacen concluir a la profesora Ruiz-Gálvez
la aparición de gentes venidas desde el Egeo y de zonas de Oriente
Medio,
en pleno Bronce Final. Unos “visitantes” de las costas atlánticas
andaluzas y gallegas, llegados entre los siglos XIII y el XI a.C..
Suponiendo
asimismo esta investigadora que en las singladuras desde su tierra de
origen, los marineros egeos, levantinos o cretochipriotas;
dirigirían aquellas embarcaciones orientándose ya por las
estrellas.
Con unas técnicas de navegación que les permitiría realizar viajes
en alta mar, perdiendo de vista durante días la costa.
Ante
la anterior afirmación, donde Ruiz-Gálvez
considera que a fines del segundo milenio podían navegar de
"altura", guiados a través de los astros; hemos de añadir
que para viajar de ese modo tan solo era necesario conocer la altura
de las sombras, o bien medir la Estrella Polar.
Todo lo que implicaba viajar durante los veranos e ir trazando rutas
de Este a Oeste y viceversa; pudiendo
llegarse siempre a un destino, si conocíamos a qué altura estaba su
sombra máxima o a qué grados se veía desde allí la Polaris.
Bastando
para encontrarlo poner rumbo hasta ese puerto en el cual la luz solar
-o la visión estelar- se situaba en el punto de referencia que nos
dijeran (tal como hemos explicado varias veces y repetido en la
imagen superior). Siendo así, pondremos el ejemplo de cómo para
llegar a Denia, desde Oriente Medio; bastaría saber que la sombra o
grados de la Polar en este puerto de Alicante, es de 38,5º en
Equinoccios. Consecuentemente, si -por ejemplo- teníamos que arribar
a Denia un 10 de junio, calcularíamos las jornadas habidas desde el
Equinocccio de primavera, hasta la fecha en que llegábamos a destino
(que son 82 días). Posteriormente, multiplicaríamos 82 por 1/4
sumándole un resto de casi del diez por ciento (1/40 diarios
-aprox-). El resultado es que la sombra habría avanzado el 10 de
junio ya unos 20,5º + 2º (22 grados aproximadamente); por lo que
para llegar a Denia habríamos de poner proa a un punto en el que a
el Sol en su cenit (o la Estrella Polar, durante la noche) se vieran
a unos 50,5º : Los 38,5º iniciales en que se sitúa ese puerto (al
comienzo de la primavera o del otoño), más los avanzados durante
esos 82 días. Como podemos comprobar,
para esta operación no se precisa conocer ni la esfericidad de la
Tierra, ni sus grados, ni la medida del arco terrestre. Bastando
saber sumar y no necesitándose más que un compás, o bien una
cuerda que se extienda desde un mástil, para medir los grados de
inclinación en nuestra visión.
Pero,
además de este, existía otro modo de viajar con iguales resultados;
tanto o más seguro que el de guiarse midiendo la Polar, o el Sol. Es
el que en su día denominé "ornitonáutia"; un método de
orientarse por medio de la suelta de aves.
Diferenciándose
-a mi juicio- dos sistemas principales en esa “ornitonáutia”:
Primero el realizado con pájaros adiestrados (palomas mensajeras);
que una vez lanzadas señalan el punto hacia el que retornan,
pudiendo además transportar una pequeña "carta". En
segundo término, los pilotos de las naves podrían soltar pichones y
otros pájaros que llevasen a bordo, como comida; ya que estos pronto
se elevan marcando dónde se halla el horizonte más cercano (o
en su lugar, de estar muy lejos la tierra, volverán al barco en
espera de huir de este cuando divisen de nuevo un lugar claro hacia
el que poder dirigirse).
Cuanto expresamos, unido a la facilidad de guiarse siguiendo las
sombras, o la Polar; hace evidente que desde los tiempos más remotos
pudieron llegar navegando de altura desde Oriente Medio hasta
nuestras tierras
(con un mínimo conocimiento de los astros o bien sirviéndose de
aves y otros animales -como los delfines-). Unos
hechos que se demuestran en que desde los tiempos más remotos,
egipcios y mesopotamios eran capaces de atravesar el desierto
(viajando entre las dunas durante días, cruzando miles de kilómetros
con sus caravanas y careciendo por entonces de camellos).
PARA
LOS INTERESSADOS EN ESTOS DOS ARTÍCULOS NUESTROS Y EN LA NAVEGACIÓN
DURANTE LA ANTIGÜEDAD, VER:
-MARINEROS
Y METALURGIOS ENEOLÍTICOS: DE LA RUTA DEL ÁMBAR, A LAS FUENTES DEL
ESTAÑO
(Capítulo 112 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El
Carambolo"):
Comenzamos
hablando sobre la metalurgia en la antigüedad y el pecio del
Uluburun (barco del 1330 a.C., hallado en las costas a Turquía con
toneladas de bronce en lingotes con forma piel de toro). Vemos que
había unas rutas comerciales del bronce (durante la Edad de este
metal) que fundamentalmente lo distribuían por Egipto, el Egeo,
Creta,Chipre y Oriente Medio. Realizamos un estudio sobre las minas
de cobre y estaño anteriores a la Edad de Hierro, descubriendo que
apenas las hay en el Mediterráneo, ni en Oriente Medio o Egipto.
Estando situados en el Occidente de Eupropa (en la cornisa Atlántica)
casi todos los yacimientos de casiterita (esencial para fabricar
bronce). Asimismo, estas zonas eran también muy ricas en plata y
oro, que apenas existía en los lugares donde se desarrollan
civilizaciones como la del Nilo, la Eblita o las canaanitas. Pues
-aparte aquellas del Atlántico y de Europa central- tan solo había
minas importantes en las cercanías de Grecia y en el Danubio; junto
a algunas de bronce en el Cáucaso. Siendo así, durante el tercer y
segundo milenios a.C. se hacía imprecindible navegar hasta los
yacimientos de metal, para tener materias primas del bronce (además
de oro y plata). Analizando los barcos de Egipto o de Creta,
observamos que pudieron llegar perfectamente hasta el lejano
occidente e incluso navegar el Atlántico, pues los faraónicos
llegaban a superar los treinta metros de eslora en el 2500 a.C..
Finalmente analizamos las representaciones de naves en la Península
Ibérica en la Edad del Bronce; grabados rupestres que contienen
naves de tipo egeo. Todo lo que deja manifiesto el antiquísimo
contacto entre el oriente y el occidente mediterráneo.
PARA
LLEGAR AL ARTÍCULO, PULSAR ENLACE ABAJO:
MARINEROS
Y MINEROS: LA PROTOCOLONIZACIÓN (Capítulo 113 de "Los bueyes
de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"):
Analizamos
las formas de navegar en el tercer y segundo milenio a.C., las
embarcaciones y las expediciones que ya en el 2500 a.C. Realizaban
los egipcios. Los tipos de barcos del Nilo, entre los que destacaba
la flota demontables: Naves por piezas que se llevaban hasta el
lugar, para ensamblarse y cruzar así ríos o mares, con fines
bélicos y comerciales. Finalmente tratamos aceca de los
precolonizadores de la Península Ibérica; observando que en el
cuarto y quinto milenio a.C. ya se había desarrollado el
megalitismo, lo que demuestra que tenían contacto con parte del
Mediterráneo (hasta Malta, al menos) y con todo el atlántico
europeo, que comparte la civilización de los dólmenes. Una
civilización que a mi juicio procedía del mundo ballenero y de las
rutas del ámbar, que posteriormente fueron las del oro.
PARA
LLEGAR AL ARTÍCULO, PULSAR ENLACE ABAJO:
.
(42):
PARA
LOS INTERESADOS EN EL TEMA DEL ESPARTO Y EL MEGALITISMO, RELACIONADO
CON ALBUÑOL, RECOMENDAMOS NUESTROS ARTÍCULOS:
TESORO
BALLENERO Y RUTAS DEL ÁMBAR: HIPÓTESIS SOBRE LOS ORÍGENES DEL
MEGALITISMO Y SU SECUENCIA EN TARTESSOS (una interpretación de
Jonás) -Capítulo 114 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro
de El Carambolo"-:
Continuamos
explicando la relación existente entre las rutas del ámbar, las
minas más antiguas del oro y plata, con la difusión del
megalitismo. Civilización que se expande por el occidente atlántico,
partiendo desde el Algarve, Galicia e Irlanda y del quinto al segundo
milenioo a.C.. Planteamos que la solución a este enigma de los
creadores del dolmenismo y su pervivencia durante casi tresmil
quinientos añños, puede estar en ser un peblo ballenero que vivía
entre los carámbanos del final de los frios glaciares. Debido a que
en el V milenio aún había temperaturas gélidas y el Atlántico
estaba pleno de hielos, lo que permitiría navegar o pasar con
facilidad el Canal de la Mancha, tanto como cazar sus focas y
ballenas, que poblarían por doquier el mar del Occidente europeo.
Esta tradición ballenera se mantuvo en el Cantábrico hasta fines
del siglo XIX, cuando extinguieron con cazas masivas y sin control,
los mamíferos que habitaban en gran número, las aguas del Norte de
España, las francesas o las británicas. Tomamos a los fueguinos,
como ejemplo del modo de vida que pudieron tener los habitantes del
litoral atlántico hace cinco mil años. Debido a que entre los
moradores de Tierra de Fuego y el Estrecho de Magallanes, había
tribus balleneras nomádas, que vivían en canoas y se dedicaban a la
pesca (varando cetáceos, para alimentarse de ellos). Casi no
necesitaban cubrirse y lo hacían con pieles (para que la ropa no se
helase); no sufrían fríos habida cuenta su dieta a base de grasas
de ballena y de foca. Pudiendo llegar a pensar que así vivieron los
habitantes de las costas gallegas, las de Portugal, el Cantábrico,
Francia, islas británicas y etc. De forma nómada, marchando en
invierno al sur y viajando al norte en verano, llevando oro y ámbar
en sus cambios de lugar. Mientras los sedentarios del interior
pudieron desarrollar los edificios megalíticos por dos motivos:
Primero, para guiarse (en mar y tierra) con las sombras de cromlechs
y menhires. El segundo con fines de civilización y enterramiento -en
dolmenes- en una técnica constructiva lograda gracias a las
necesidades de arrastre y captura de las ballenas (que pesan más que
aquellas grandes losas de piedra con las que levantaron sus
megalitos). Finalmente hablamos de nuevo acerca de Jonás y su marcha
a Tartessos (Tarshis bíblica) que se pudo relacionar con la visita a
lugares balleneros, donde los peces eran de enorme tamaño (capaces
de tragar un hombre).
PARA
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-
LOS PRIMITIVOS MORADORES DEL "FIN DEL MUNDO" -en Chile-
COMO HIPÓTESIS ARQUEOLÓGICA PARA LA COMPRENSIÓN DEL MEGALITISMO EN
EUROPA (Capítulo 115 de: "Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo". Este artículo es la continuación del
anterior. Seguimos sobre la la hipótesis del significado de los
megalitos y de la vida durante esta etapa europea, comparándola con
las culturas antiguas de Chile (los fueguinos y los rapa-nui).
Finalmente comprendemos el modo en que nació la cultura dolménica
que precedió a la de El Bronce, germen de la tartessia.
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.
(43):
RECOMENDAMOS
VER:
MARINEROS
Y MINEROS: LA PROTOCOLONIZACIÓN (Capítulo 113 de "Los
bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"):
Analizamos
las formas de navegar en el tercer y segundo milenio a.C., las
embarcaciones y las expediciones que ya en el 2500 a.C. Realizaban
los egipcios. Los tipos de barcos del Nilo, entre los que destacaba
la flota demontables: Naves por piezas que se llevaban hasta el
lugar, para ensamblarse y cruzar así ríos o mares, con fines
bélicos y comerciales. Finalmente tratamos aceca de los
precolonizadores de la Península Ibérica; observando que en el
cuarto y quinto milenio a.C. ya se había desarrollado el
megalitismo, lo que demuestra que tenían contacto con parte del
Mediterráneo (hasta Malta, al menos) y con todo el atlántico
europeo, que comparte la civilización de los dólmenes. Una
civilización que a mi juicio procedía del mundo ballenero y de las
rutas del ámbar, que posteriormente fueron las del oro.
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.
-
TESORO BALLENERO Y RUTAS DEL ÁMBAR: HIPÓTESIS SOBRE LOS ORÍGENES
DEL MEGALITISMO Y SU SECUENCIA EN TARTESSOS (una interpretación de
Jonás) -Capítulo 114 de: "Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo"-:
Continuamos
explicando la relación existente entre las rutas del ámbar, las
minas más antiguas del oro y plata, con la difusión del
megalitismo. Civilización que se expande por el occidente atlántico,
partiendo desde el Algarve, Galicia e Irlanda y del quinto al segundo
milenioo a.C.. Planteamos que la solución a este enigma de los
creadores del dolmenismo y su pervivencia durante casi tresmil
quinientos añños, puede estar en ser un peblo ballenero que vivía
entre los carámbanos del final de los frios glaciares. Debido a que
en el V milenio aún había temperaturas gélidas y el Atlántico
estaba pleno de hielos, lo que permitiría navegar o pasar con
facilidad el Canal de la Mancha, tanto como cazar sus focas y
ballenas, que poblarían por doquier el mar del Occidente europeo.
Esta tradición ballenera se mantuvo en el Cantábrico hasta fines
del siglo XIX, cuando extinguieron con cazas masivas y sin control,
los mamíferos que habitaban en gran número, las aguas del Norte de
España, las francesas o las británicas. Tomamos a los fueguinos,
como ejemplo del modo de vida que pudieron tener los habitantes del
litoral atlántico hace cinco mil años. Debido a que entre los
moradores de Tierra de Fuego y el Estrecho de Magallanes, había
tribus balleneras nomádas, que vivían en canoas y se dedicaban a la
pesca (varando cetáceos, para alimentarse de ellos). Casi no
necesitaban cubrirse y lo hacían con pieles (para que la ropa no se
helase); no sufrían fríos habida cuenta su dieta a base de grasas
de ballena y de foca. Pudiendo llegar a pensar que así vivieron los
habitantes de las costas gallegas, las de Portugal, el Cantábrico,
Francia, islas británicas y etc. De forma nómada, marchando en
invierno al sur y viajando al norte en verano, llevando oro y ámbar
en sus cambios de lugar. Mientras los sedentarios del interior
pudieron desarrollar los edificios megalíticos por dos motivos:
Primero, para guiarse (en mar y tierra) con las sombras de cromlechs
y menhires. El segundo con fines de civilización y enterramiento -en
dolmenes- en una técnica constructiva lograda gracias a las
necesidades de arrastre y captura de las ballenas (que pesan más que
aquellas grandes losas de piedra con las que levantaron sus
megalitos). Finalmente hablamos de nuevo acerca de Jonás y su marcha
a Tartessos (Tarshis bíblica) que se pudo relacionar con la visita a
lugares balleneros, donde los peces eran de enorme tamaño (capaces
de tragar un hombre).
PARA
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LOS PRIMITIVOS MORADORES DEL "FIN DEL MUNDO" -en Chile-
COMO HIPÓTESIS ARQUEOLÓGICA PARA LA COMPRENSIÓN DEL MEGALITISMO EN
EUROPA (Capítulo 115 de: "Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo". Este artículo es la continuación del
anterior. Seguimos sobre la la hipótesis del significado de los
megalitos y de la vida durante esta etapa europea, comparándola con
las culturas antiguas de Chile (los fueguinos y los rapa-nui).
Finalmente comprendemos el modo en que nació la cultura dolménica
que precedió a la de El Bronca, germen de la tartessia.
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.
(44):
The
Copper Age Settlement of Valencina de la Concepción
(Seville,
Spain): Demography, Metallurgy and Spatial
Organization
// Manuel
Eleazar Costa Caramé; Marta Díaz-ZoritaBonilla;
Leonardo
García Sanjuán;
David
W. Wheatley
TRABAJOS
DE PREHISTORIA
67,
N.º 1, enero-junio 2010, pp. 85-117.
Gráfico
pag.87