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GENERAL: Pulsando
el siguiente enlace, se llega a un índice general, que contiene los
más de ciento cincuenta artículos que hasta ahora hemos editado en
"Tartessos y lo invisible en el arte". PARA LLEGAR HACER
CLIK sobre:
.
La
presente entrada se desarrolla en un texto escrito en negro y se
acompaña de imágenes con un amplio comentario explicativo (en
rojo y cuya finalidad es razonar las ideas).
Ambos podrán leerse completos; pero si desea hacerlo entre líneas,
bastará con seguir
la negrilla o
las letras rojas destacadas.
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SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Asidero
o pieza de un objeto
en bronce que representa un hombre cargando un lingote "piel de
buey".
Se trata de un fragmento
hallado en Chipre, publicado
por los profesores Karageorghis y Papasavvas en (2001). Se
puede fechar entorno al 1200 a.C. y se relaciona con otras figuras
del mismo metal encontradas en Enkomi,
que representan dioses del lingote u oferentes -que también portan a
hombros esos "Keftius" (talentos con forma del cuero)-. En
el artículo que damos ahora comienzo volveremos a tratar acerca de
estas piezas
de cobre, usadas en Creta (y luego en Chipre) para comercializar
aquel metal; pesándolo o tasándolo por su diseño conforme una
equivalencia en cabezas de ganado o en pieles
-bienes en los que principalmente valuaban las riquezas por entonces-
.
BAJO
ESTÓS PÁRRAFOS:
Dos
fotos superpuestas con vitrinas del Museo Arqueológico de Badajoz.
En la primera -a la derecha- vemos
hachas "de talón" del Bronce extremeño, halladas en Las
Minitas (Almendraejo).
Como podemos observar, el
estado de una es absolutamente perfecto, sin contener un solo golpe o
marca después de unos cuatro mil quinientos años
(encontrándose la otra también sin apenas golpe o muescas). Todo lo
que indicaría que fueron depositadas o guardadas en algún santuario
o en un almacén de fundición (a
modo especulativo -tal como realizan los bancos con el oro-). Algo
que ratifica el hecho aparecer junto a un molde de fragua, explicando
ello por qué apenas tienen muescas. No siendo extraño encontrar
este tipo de objetos en buen estado, pues han sido hallados infinidad
de depósitos plenos de hachas semejantes, en los que se hace
evidente que fueron ofrendadas o escondidas -sin dales uso alguno-.
Ello
indicaría cómo guardaban esas armas; algunas lanzadas a las aguas y
ocultadas el lugares sagrados, con un fin religioso. Pero muchas
otras atesoradas por motivos especulativos (no tanto bélicos),
sirviendo finalmente para realizar transacciones. Para ser usadas
como piezas de trueque,
lo que llevaría a concluir que su valor pudo estar perfectamente
admitido, medido y regulado durante la Edad de Bronce (bastando con
ponerlas en una balanza para acordar su cambio). Un hecho que de
seguro
dio comienzo a un tipo de comercio en el que utilizarían estas como
patrón económico.
.
Al
lado izquierdo (en la foto compuesta), algunas puntas y raspadores
eneolíticos que comúnmente aparecen también sin marcas ni
rasguños. Lo que obliga a pensar que su uso pudo ser similar:
Votivo, decorativo o bien para intercambio (y que se demuestra en el
hecho de estar algunas horadadas, para servir como colgadores).
.
.
A)
TIPOLOGÍA DE LINGOTES DE METAL, SU HALLAZGO EN YACIMIENTOS DEL
BRONCE:
.
Comenzamos
el artículo de hoy resumiendo y recogiendo algunas de las ideas más
importantes que hemos expuesto acerca del lingote "piel de buey"
en nuestra serie "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El
Carambolo". Para el repaso y la exposición de algunas teorías
nuevas, vamos
a servirnos de un magnífico trabajo de Pablo Gómez Ramos,
intitulado: "TIPOLOGÍA DE LINGOTES DE METAL Y SU HALLAZGO EN
LOS DEPÓSITOS DEL BRONCE FINAL DE LA PENÍNSULA IBÉRICA" (1)
.
Autor
que ha destacado con brillantez por sus aportaciones en la
investigación del significado, simbolismo y el uso de estas piezas
metálicas -durante
la Edad del Bronce y Primer Hierro-.
Pesos fundidos comúnmente en cobre, imitando el cuero de un bovino;
a los que algunos denominan "Minas", otros "Talentos"
y que generalmente se llaman "Keftius" -en recuerdo al
nombre bíblico de Creta, debido a que proceden y fueron distribuidos
principalmente en el área minóico chipriota-.
.
Empieza
Gómez Ramos la
monografía citada, refiriendo
que el antecedente a esos lingotes son sin duda alguna unas pequeñas
hachas de época mucho más antigua, fabricadas todavía en un cobre
muy precario y cuyo diseño recuerda perfectamente a una bipenna en
miniatura. El tamaño de
estas piezas suele ser tan reducido, que obliga
a pensar tan solo servían como colgantes, amuletos o adornos.
El investigador añade que su uso decorativo lo demuestra el hecho de
que muchas estén horadadas, para servir de dijes o abalorios;
pendiéndolos de cueros o cuerdas (para asirlas al cuerpo u
ofrecerlas como voto sagrado) (2)
. Siendo
evidente para Gómez Ramos que esas pequeñas bifaces no pudieron
tratarse de objetos de uso,
ni menos de armas o herramientas; en su opinión, tan solo hemos de
contemplar la hipótesis de que fueran
utilizadas como ofrendas o adornos
(de prestigio o en ceremonias).
Aunque apunta el referido investigador que sobre todo debieron ser
usadas para cambiarlas por otros útiles o mercancías.
.
Ante
tan acertadas palabras, tan solo querríamos
añadir que estos "adornos votivos", que sin duda alguna
debieron servir en el calcolítico y en el Bronce más antiguo, como
"piezas de trueque". A mi juicio, descenderían
directamente de las hachas y piezas eneolíticas pulidas,
también con forma de bippena y fabricadas
con esmero -casi a modo de joyas en piedra-,
durante los milenios IV y III a.C..
Siendo
esas bifaces pulimentadas,
coincidentes y coetáneas
a la dispersión del Vaso Campaniforme
(desde la Península Ibérica) y
con la difusión del Megalitismo más activo (cuyas
raíces primeras también se asientan en las costas atlánticas
peninsulares). Principalmente durante
los milenios IV y III a.C., momento en que aculturarían nuestras
tierras los buscadores de metales preciosos y ámbar (llegados
probablemente de Oriente Medio y Egipto).
Gentes procedentes de Sumer y del Nilo, que se refugiarían en
litorales como el de Almería o el Atlántico y que
seguramente cada verano realizaban expediciones marinas hacia tierras
del Norte (ricas en oro, plata y ámbar).
Difundiendo así por las costas de la Europa Atlántica unas
construcciones ciclópeas, un tipo de piedras pulimentadas y un vaso
en forma de campana invertida. Colonización
y búsqueda de metales o gemas, que se potenciaría enormemente desde
los siglos en que hallaron la aleación de cobre con estaño
y que marcó una nueva etapa en la Historia (la de El Bronce). Metal
cuyo descubrimiento a juicio de Schulten pudo realizarse hacia el
2700 a.C., por expedicionarios mediterráneos llegados a la zona de
Cornualles -debido a que existen allí minas en las que el mineral
cúpreo nace ya mezclado naturalmente con la casiterita- (3)
.
.
ARRIBA:
Algunas
de estas piezas calcolíticas con forma de bifaz;
siguiendo los modelos que recoge Gomez Peña (4)
.
El diseño de estas pequeñas placas (semejantes a hachas o a pieles)
es
igual al de los grandes lingotes que posteriormente se usaron en
Creta; enormes
bloques de cobre fundido, de igual forma y que pesaban
aproximadamente unos 16 kilos ; en los que se comercializaba y
distribuía este metal. Su
uso fue muy común principalmente en el periodo Minóico Palacial (a
mediados del segundo milenio a.C.); aunque
en Chipre se comenzaron a utilizar fundamentalmente desde el siglo
XII a.C.. Momento en que Creta es invadida por los dorios y
los primeros "hombres del Hierro"; debido a lo que gran
parte de los minóicos se refugian en la contigua isla de Chipre.
Bajo la protección de los fenicios y
de las gentes del litoral de Oriente Medio; a quienes mucho pudo
interesar la presencia de los huidos, para conocer y compartir sus
rutas de los metales (junto a sus fórmulas de navegación).
.
.
ABAJO:
Precioso
cinturón
ritual o de prestigio, quizás procedente de Etiopía y que exhibe el
Museo Sorolla.
Esta pieza, que elegantemente permanece tal como la dejó el maestro
(junto a unos libros y en su obrador). Nos
puede mostrar el modo en que durante la Edad de Bronce se lucirían
los bloques de ámbar, las gemas, los metales y las pequeñas piezas
líticas (pulidas como joyas).
Engarzadas en coronas y broches de cuero, que se rematarían con
elegantes piedras y metales preciosos; aunque
el paso del tiempo tan solo nos ha dejado ver las piezas de metal y
las gemas que aquellas prendas de prestigio o liturgia contenían.
Oro,
plata y ámbar que los buscadores mediterráneos comenzarían a
encontrar abundantemente en nuestra Península (sobre todo el la
costa atlántica); lo que les llevaría durante el III milenio a.C. a
avanzar en sus expediciones por el litoral Cantábrico, pasando a las
Islas Británicas (después de haber llegado hasta la desembocadura
del Rin o las costas de Jutlandia, tan ricas en ámbar).
.
Por
lo demás, no hemos de olvidar que durante
estos siglos (en los que en nuestras tierras se desarrollaba el
Megalitismo y el Vaso Campaniforme) en Egipto estaba naciendo la Era
de las Pirámides o en Mesopotamia el Periodo de Elam y Ur.
Civilizaciones de una enorme grandeza, que precisaban de lujos y
joyas, debiendo abastecerse de metales y gemas; para lo que hubo de
existir una verdadera profesión de expedicionario, quienes lograrían
alcanzar los lugares más remotos. Rutas
y procedencia de riquezas que
-evidentemente- se mantendrían
en el más absoluto secreto (al
menos en Estados como el Faraónico o el summerio, fuertemente
jerarquizados). Pese a ello, no
nos debe caber la menor duda de que ya que en el IV y III milenio
a.C. podrían alcanzar nuestras costas por mar, gentes procedentes
del Eúfrates (vía Oriente Medio) o navegantes al mando del faraón
y del rey de Creta. Cuyas
culturas fueron capaces de crear infraestructuras semi-estatales y
construcciones de una enorme complejidad; bajo una
Sociedad gobernada por castas sacerdotales doctas en el estudio de
los astros. Todo lo que les permitiría orientarse perfectamente y
explicaría la multitud de menhires alzados en estos tiempos por las
zonas próximas al litoral, en la atlántica Europa.
Debido a que a
través
del estudio de sombras en
esos monolitos, lograrían guiarse y conocer el camino de retorno en
sus rutas del ámbar y de los metales preciosos.
Pero
regresando al trabajo que analizábamos, aquellas
pequeñas piezas con forma de hacha doble y halladas principalmente
en Francia
(mencionadas por Gómez Ramos); serían
en mi opinión la
réplica de lo que antes fueron las miniaturas de bipenna en piedra
pulimentada. Pequeñas
hachitas que
pueblan los enterramientos, o los lugares santos megalíticos y
que en ocasiones parecen joyas, gracias a la depurada técnica que
desarrollaron (para limarlas limpiamente).
Piezas perfectamente pulimentadas (5)
,
imitando a una bifaz; cuyo aspecto en ocasiones es el de una
escultura y cuyo tamaño no suele superar los diez centímetros. Algo
que nos lleva a pensar que debieron ser no solo votivas, sino elementos de prestigio y hasta enseres que simbolizaron poder y
realeza; todo o que se explica porque carecen de un solo golpe, marca
o muesca.
.
De
tal modo y aunque algunas fueran usadas a modo de joyas (engarzadas
en coronas, corazas, cinturones o correajes); las
menos perfectas también parecen haberse utilizado como "piezas
de trueque". Siendo precisamente su aspecto precioso lo que
concedería el estatus de "moneda" (objetos para cambio)
a estas bipennas minúsculas -pétreas y perfectamente pulimentadas-.
Algo
que las relacionaría con los adornos y abalorios que distribuyeron
los fenicios por todo el Mediterráneo, en momentos previos al uso de
la moneda. Una etapa en la que sabemos cómo los púnicos
comerciaban;
cambiando no solo mercancías, sino principalmente
trocando con dijes y cuentas de collar fabricados por ellos
(de hueso y pasta vítrea) (6)
.
.
Por
su parte, Gómez
Ramos señala que algunas hachas de la edad del Bronce hemos de
considerarlas lingotes, a la vez que los torques de barra con los que
fabricaban las joyas, pudieron también usarse con un valor ponderal
(de
peso o de cambio). Aunque no está muy claro si aquellas ramas de
metal trenzadas, lo fueran. Siendo indudable que eran
lingotes ciertas piezas aparecidas en Sain Denis y Sur de Francia,
con forma romboidal, intentando imitar las hachas.
Pese
a ello, para el autor los más claros ponderales serían las llamadas
"tortas de fundición", que
consisten en un "plasta" fundida sacada del crisol (con
forma aplastada -a modo de galleta-). Añadiendo para terminar su
exposición, que tales
"tortas" de fundición no son exclusivos del Bronce, sino
eran comunes a todas las épocas y casi todas las culturas
(desde el Hierro a la Edad Media y Moderna y desde El Rin hasta
Italia o de la Península Ibérica a Mesopotamia) (7)
.
Ante lo que me veo en la obligación de expresar que
tales "tortas" -a mi juicio- quizás no son verdaderos
lingotes, sino simplemente metal preparado para laborarse.
Aunque comúnmente, en los mismos lugares y épocas, aquellas
conservan pesos correlativos y semejantes. Lo que tan solo indica que
para hacer esas galletas, su
amalgama metálica se medía en un crisol "patrón", con el
fin de ir así valuando su peso y tasación.
Quizás para venderse; pero por el aspecto que estas "tortas"
guardan, más
bien parecen metal reciclado y guardado para fundirlo en nuevas
piezas.
Es decir: Que si fueron lingotes, lo serían tan solo para
intercambio de metal entre orfebres y profesionales (no para el
comercio común).
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Depósito
de fundición hallado en Driebes (Guadalajara) perteneciente a la
Iberia Carpetana y fechado entre los siglos IV al III a.C.. Sus
tortas mayores tienen un peso que oscila entre los 448 y los 455
gramos.
Ello indicaría que equivaldrían al ponderal antiguamente llamada
Mina (similar a nuestro Medio-Kilo, o a la Libra inglesa). En
nuestros estudios sobre metrología ya hemos visto como -a mi juicio-
el Siklo más estandarizado desde el Bronce Bajo en la Península
Ibérica, era el que procedía del Shaty egipcio y que derivaba hacia
varios pesos de Siklo: El israelita, el palestino y el fenicio. Por
la Biblia sabemos que tres Siklos Filisteos (palestinos) valían 2
Shekel judíos y en mis diferentes trabajos sobre metrología en la
Antigüedad, pude deducir que el referido Shekel de Israel se
correspondía con 11,34
gramos. Por lo tanto el Siklo Filisteo era algo más de 7,56 gramos.
Derivando ambos de unas Minas utilizadas en Egipto y Oriente Medio
(llamadas Libras) y que oscilaban comúnmente entre los 435 gramos
(la fenicia) y el Medio kilo (que pesaba a babilónica).
.
Aunque
las verdaderas medidas y pesos hemos de calcularla siempre cubicando
sus patrones metrológicos. Debido a ello, las de Israel -procedentes
desde su Codo- debieron ser casi exactas a las de Egipto en tiempos
de Akhenatón (que hemos de suponer el de Moisés). Momento en el que
el Codo Real y Vulgar faraónicos eran iguales a los que se
conservaron entre los judíos, como Codo Sagrado y Común (de unos
52,5 y 45 ctms respectivamente). Por cuanto el Shekel de Israel
hemos de valuarlo en un "Shaty" egipcio multiplicado por
1,5; admitiendo en este caso que aquella medida milenaria faraónica
fuera muy cercana al posterior Siklo Filisteo. Por lo demás, los
púnicos utilizaban un Siklo Fenicio cuyo cambio con el israelita y
el filisteo es inmediato y que a mi juicio pesaría aprox. 7,35
gramos. Por lo que 70 Shekel judíos (793,8 gramos) equivalían a 105
Siklos Filisteos y 108 Siklos Fenicios. Siendo el Coeficiente de paso
entre el Siklo de Fenicia y el de Palestina: 36/45 (8)
.
.
Por
cuanto hemos expresado, si
estas "tortas" que vemos en imagen varían entre los 448 y
los 455 gramos, hemos de pensar que se ajustan a los valores de los
Siklos que hemos manejado.
Pues 60 Siklos Fenicios (de 7,35 g.) serían 441 gramos. A su vez, 60
Siklos Palestinos (de 7,56 g.) y 40 Shekel judíos (de 11,34 g.)
equivaldrían a 453,6 gramos.
Al igual que 60
Shatys egipcios (de
casi 7,5 g.) eran
prácticamente 450 gramos, lo que se correspondía con la Libra
egipcia del
Imperio Medio y aproximadamente con
lo que pesan estas "tortas" carpetanas del siglo VI al III
a.C..
.
BAJO
ESTÓS PÁRRAFOS:
Portada
del libro
"SYMBOLS OF POWER AT THE TIME OF STONEHENGE"
(de Clark-Gowi-Foxon; editado por primera vez en Edimburgo, en 1985)
y que recomendamos consultar, para apreciar cómo
las hachas en muchos casos se convierten de joyas y en verdaderas
obras de arte que sin lugar a dudas fueron símbolo de poder y de
religión durante el eneolítico europeo.
IMAGEN,
ABAJO:
Vitrina
del Museo Arqueológico Nacional donde se recogen diversos
vasos y recipientes campaniformes procedentes de Palencia
(agradecemos al MAN nos permita divulgar nuestra imagen). Esta
linea cerámica en forma de campana invertida, se expande desde la
Península Ibérica hacia toda la Ruta del Ámbar, especialmente
durante el III milenio a.C.. Es contemporánea del megalitismo más
ciclópeo y de monumentos tales como Stonhenge o los distinos túmulos
centroeuropeos.
Obligando a pensar que en ese tercer milenio a.C. se asentaron y
vinieron hasta nuestra tierras, gentes llegadas desde las
civilizaciones más avanzadas (Egipto, Babilonia, Anatolia o Creta),
quienes siguieron expedicionando hacia el Norte con el fin de hallar
gemas y ámbar.
.
Buscadores
de metales preciosos y de cabuchones, capaces
de aventurarse durante los veranos en balsas; llegado hasta Las Islas
Británicas y el Norte de Europa. Cruzando por mar desde Oriente
Medio o Anatolia, a su paso dejarían enormes construcciones (como
las de Malta o Cerdeña); accediendo del Mediterráneo a Portugal a
través de nuestras tierras, lugares que tomarían como base de sus
expediciones hacia el Atlántico Norte. Debido
a su localización y a la enorme cantidad de oro que tenía por
entonces la zona alentejana (cuatro o cinco mil años atrás); fue
esta parte de Lusitania el nudo entre dos mares, para aquellas
antiquísimas civilizaciones. Por
ello, en el Sur de Portugal o en la Extremadura española, es donde
más proliferan los dólmenes, menhires y cromlechs. Siedo el área
de Almería a Cáceres, el lugar en que antes nacen las tumbas de
corredor (como
la de Almendralejo y las de Antequera, que pueden ya fecharse con la
primera aparición del metal -el Calcolítico-).
.
.
.
IMAGEN,
ABAJO: Foto
compuesta tomada en dos vitrinas del Museo
Arqueológico de Oviedo
(al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En ellas
vemos varias
hachas neolíticas, algunas talladas con precisión y en muy buen
estado. Hemos
querido conservar el cartel que acompaña a estas bipennas, en el el
Museo y que nos dice: "La
presencia de diversos objetos en contextos ajenos a la de su función
instrumental, solo encuentra respuesta en la dimensión simbólica de
la que fueron portadores".
Refiriéndose a que
estas bifaces neolíticas
(que podemos fechar anteriores al tercer milenio a.C.) se
han hallado en los castros celtas asturianos, que datan de los siglos
V al II a.C.. Todo
lo que implica
que se tenían por objetos venerados y sagrados; seguramente
siguiendo una tradición antiquísima.
Tradiciones que aún se conservan, pues tales hachas todavía se ven
en la cultura popular como apotropáicas. Usándose hasta hoy como
amuletos para combatir el mal de ojo. Aunque principalmente se
utilizaron para protegerse de las inclemencias del tiempo y en
especial de las tormentas. Tanto que se denominaron hasta no hace
tanto "piedras del rayo", creyéndose que nacían de la
tierra al caer sobre ella el relámpago; siendo ese el motivo por el
que las recogían para guarecerse de la tempestad y de los rayos (9)
.
.
.
.
Siguiendo
con el trabajo que analizamos de Gómez
Ramos,
este investigador escribe
textualmente acerca de los "keftius": "Sin
embargo, el
modelo de lingote más difundido, debido a un mayor número de
estudios, es el lingote de piel de buey, "ox-hide" en la
terminología inglesa. Generalmente de cobre y ampliamente presente
en el Egeo, Egipto y zona sirio-palestina". Añadiendo
que
"no ha sido hallado hasta el momento en Europa Occidental, con
la única excepción de Cerdeña y algunos otros restos encontrados
en Sicilia, Lipari y sur de Italia"
(10)
.
.
Algo
que deja bien claro, como lo
más probable es que en nuestras tierras jamás fundieran este tipo
de lingotes, en forma de cuero bovino;
lo que quizás se deba a que las fechas de dispersión y uso de
estos Talentos es muy distinta a la colonización de Iberia. Pues la
datación de esas piezas de cobre imitando cueros, está entre los
siglos XVI y el XI a.C.. Comenzando cuando
los
minóicos en
su Periodo Palacial empiezan
a utilizarlos como lingote
(para comerciar y marcar su cobre). Y pese a que seis
siglos después cayó la civilización cretense, su relevo fue tomado
por los chipriotas. Quienes
suceden a los minóicos y les apoyan durante el tiempo en que los
"hombres del Hierro" (dorios) invaden y acaban con aquella
cultura (entre
el XII y el IX a.C.). Como herederos de Minos, estos chipriotas hacen
suyo el modelo del Talento en forma de cuero; comercializándolo de
nuevo por todo el Egeo y Oriente Medio. Posteriormente lo difunden
hacia el Oeste, llevando el Talento de piel taurina hasta Cerdeña o
el Sur de Italia;
debido a que los cretochipriotas adquirían metales de esas zonas
-durante los siglos XII al X a.C.-. Pero
al emerger el mundo preheleno y el fenicio (hacia el siglo X),
aquella isla de Chipre -hasta
entonces refugio de los huidos de Creta- también
quedó aislada; debiendo emigrar gran parte sus habitantes
hacia las costas de Ugarit y Palestina.
Perdiéndose desde entonces el rastro y la marca del lingote
cretochipriota (el llamado "Keftiu"), precisamente al
iniciarse plenamente la Edad de Hierro.
.
Cuanto
decimos, puede explicar por qué no se han hallado ese tipo de piezas
en Iberia; debido a que los primeros asentamientos de colonos
llegados desde Oriente Medio, comienzan a surgir en la etapa antes
referida (entre el siglo X y el VIII a.C.).
Momento
en el que realmente hay constancia arqueológica de la llegada de los
Hombres del Hierro al litoral nuestro
(de las primeras urbes fundadas por fenicios o griegos). Puertos y
atalayas, elevadas por los nuevos visitantes en puestos claves, para
el paso hacia el Atlántico o al Levante y para comerciar con el
cobre o los metales preciosos de la Península (tan rica en
yacimientos). Serán los días del Rodheton y la Ampurias helena en
el cabo de los “rodios”; o de la Malaka y Sexi fenicias, junto al
Estrecho de Gibraltar. Debido a ello, y no
siendo propiamente cretenses (ni cretochipriotas) los primeros
colonizadores de nuestras tierras, parece lógico que no aparezcan
aquí fundiciones o piezas como las de Cerdeña o el Egeo.
Además, su llegada en plena Edad Hierro, hace pensar que aquellos
visitantes (fenicios o los helenos) difícilmente pondrían ya esa
marca sobre el cobre extraído de Iberia. Pues, aunque eran los
herederos de los cretochipriotas (en la ruta de los metales y del
comercio hacia Occidente), vinieron cientos de años más tarde.
.
Acerca
del por qué no se han hallado en nuestro país lingotes piel de
buey; diremos
para terminar que la colonización ibérica no fue solo tardía, sino
que además en el caso de la fenicia, debió ser muy violenta. Pues
se ha observado que comúnmente el choque entre los visitantes y las
gentes autóctonas terminó con la destrucción de los poblados y las
ciudades indígenas (pasando los colonizadores a fundar, sobre sus
restos). Habida cuenta que los
habitantes peninsulares, todavía en el final del Bronce, apenas
habrían recibido invasiones, por lo que no debían admitir
fácilmente ser dominados por extraños.
Pues la enorme distancia que existía hasta Oriente Medio, a Anatolia
o a Egipto; les habría permitido a los indígenas peninsulares vivir
lejos de su influencia militar. Aunque
al descubrirse el Hierro, que facilitaba la construcción de enormes
naves de manera fácil, ya no aparecerían en la Península esos
pequeños barcos con visitantes
de Creta o Chipre (que buscaban metales, para regresar luego a sus
tierras). Llegando
tras el nuevo metal, enormes
trirremes,
cargadas de fenicios y griegos que intentarían establecerse en las
costas peninsulares. Por lo que el choque durante estos siglos VIII y
VII a.C., debió ser drámatico; porque
en la mayoría de los casos, los puertos o urbes peninsulares fueron
devastados (especialmente
por los nuevos habitantes llegados de tierras púnicas).
Todo lo que hemos apuntado explica que más allá de Cerdeña o
Italia no se vean ejemplares de esos lingotes piel de buey (fundidos
por cretochipriotas en su lugar de origen o en sus colonias). Ya que
Iberia no fue colonizada por Cretenses; sino que fueron fenicios o
helenos sus primeros conquistadores y llegaron siglos después a la
desaparición de estas piezas de cobre.
IMAGEN,
ARRIBA:
Torques
del Viso de Córdoba, propiedad
del Museo Arqueológico Nacional al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen. Esta fechado
en los milenios III al II a.C. (durante la etapa campaniforme),
habiéndose hallado junto a vasos de este tipo. Como podemos
observar, el "collar" va
rematado con dos hachitas dobles -claramente-. Unos "Labrys"
o bipennas exactas a las que veneraban en Creta en época muy
cercana. Algo que nos llevaría a deducir que la datación de este
collar puede ser próxima al apogeo de Cnossos (entre los siglos
XVIII al XIV a.C.).
.
.
.
.
IMAGENES,
ARRIBA Y ABAJO: Sobre
estas lineas, varias
hachas minóicas votivas, de oro, fechadas en Periodo Palacial y
pertenecientes al Museo de Heraklion (al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen). Abajo uno e los muchos lingotes fechados entre
el siglo XII y X a.C., tipo piel de buey y hallado en las minas de
Sierra Ixili (Cerdeña) -propiedad
del museo de Cagliari (al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen)-.
.
.
.
Acerca
de estas piezas de cobre en forma de “labrys” y de otros
lingotes, Gómez
Ramos añade que: "Además
de su constatación física, en
el Mediterráneo Oriental aparecen numerosos ejemplos de lingotes de
piel de buey, tortas y barras de metal, figurados en frescos y
citados en textos de época egipcia. También
figuran en algunas esculturas procedentes, principalmente, de la isla
de Chipre. En la Península Ibérica, según M. Bendala (1977), es
probable que un lingote de piel de buey esté representado en la
estela de Setefilla (Lora del Río, Sevilla). Aunque no es este lugar
para precisar el significado de la representación de esta estela
debemos
señalar sin embargo, que la inexistencia de lingotes de piel de buey
en Occidente
(con la salvedad anteriormente citada) así como la diferencia de
varios siglos entre las producciones finales de estas piezas y la
cronología de la estela, son dos importantes hándicaps para aceptar
esta interpretación. No
obstante, la morfología de los pectorales de El Carambolo e incluso
las referencias a los suelos de guijarros que adoptan esta forma y
que se documentan en la base de los monumentos turriformes del área
ibérica, parecen apuntar hacia una pervivencia de ideas que puede ir
más allá de la propia fabricación de estos lingotes".
.
Evidentemente
no
se han descubierto lingotes (propiamente dichos) en la Península
Ibérica, aunque hemos de añadir que si aparece profusamente
representada el "labrys" (bipenna equematizada) en toda la
joyería de la Edad del Bronce occidental. Igualmente, durante la
primera Edad del Hierro tenemos repetidos testimonios de esta figura
con forma de cuero o de doble hacha, como un símbolo de enorme
importancia (religiosa, social y apotropáica).
Tanto, que los altares turdetanos (de El Carambolo o Malaka)
conservaban ese diseño semejante a la piel del buey, a la vez que
aparece representado en distintos suelos de la misma época.
Conteniendo esa línea “labryforme” la planta del monumento de
Pozo Moro (en Albacete) o ciertas habitaciones de Cancho Roano (en
Badajoz), al igual que diferentes tumbas del sur hispano.
Aunque tal como escribe Gómez Rámos, donde más claramente se
observan esos "lingotes" es en los pectorales del tesoro de
El Carambolo y en la marca de alguna frente de toros ibéricos
hallados en zonas cercanas al mundo griego (Villajoyosa
o Monforte del Cid) (11)
.
Algo que significa cómo aquel
símbolo semejante a la bifaz o al cuero, era una seña de enorme
importancia en la Iberia prerromana. Algo debido no solo a influencia
de Oriente Medio o del Egeo; pues como sabemos, ya desde la Edad del
Bronce la bifaz constituyó una marca de identidad en nuestras
tierras
(religiosa, social o de poder). Tan arraigada a la civilización
occidental, que esta
bipenna esquematizada se mantuvo con un semejante carácter e
importancia, al menos hasta la Alta Edad Media.
.
Pero
frente a temprana y continua la aparición de la bifaz sagrada en
Occidente; nos enfrentamos a la inexistencia de lingotes Keftius
(propiamente) en nuestra zona (España, Portugal o el Atlántico). Un
hecho que creemos quizás significaría que los cretenses ni los
chipriotas llegaron a tener aquí sus propias bases
(yacimientos fundaciones y fundiciones; como colonos, propiamente
dicho).
De
cuanto se deduciría que los
visitantes orientales que alcanzaban nuestras tierras durante el
Bronce , no se establecieron en ella como conquistadores; sino como
comerciantes, misioneros o tras huir desde su zona de origen.
Hechos que la lógica justifica, pues en el Tercer y segundo milenio
a.C. lo común sería enviar diferentes barcos desde Oriente Medio
-islas o costas de Anatolia- hasta los puntos lejanos. Naves que
irían y vendrían durante el verano con expedicionarios, logrando
algunos llegar hasta tierras del Atlántico. Aunque en
aquel remoto tiempo se haría imposible mandar una flota y menos
trasportar hasta la Península ejércitos invasores (colonizadores),
tal
como hicieron los fenicios o los helenos. Pues hemos de suponer que
las embarcaciones, antes de El Hierro, serían pequeñas e inseguras
-no superarían los veinte metros de eslora, careciendo de gran
calado con quilla, sin navegar bien en el Océano (siquiera cruzar el
Estrecho)-.
.
Este
planteamiento es el que hemos de entender en las primeras
“colonizaciones” de nuestras tierras, que no serían más que
“aculturaciones” de gentes venidas con fines de intercambio, o
para escapar de su lugar de origen. Pero nunca unas verdaderas
invasiones, tal como sucedió durante la Edad del Hierro;
cuando gracias a este nuevo metal era relativamente fácil fabricar
barcos de gran tamaño, a la vez que se podían reclutar y armar
enormes ejércitos -debido al bajo coste de las herramientas
férreas-. Todo
ello explicaría las primeras civilizaciones que nacen en la
Península, con el megalitismo y el campaniforme a la cabeza;
surgidas de migraciones llegadas por mar desde Oriente Medio y
expandiéndose por toda Europa
(del área atlántica hispano-lusitana a Jutlandia). Y
a su vez nos lleva a comprender la eclosión de las primeras culturas
nuestras, como Los Millares; nacida hacia el 3500 a.C.
-en Almería- seguramente por el contacto con esas gentes venidas
desde tierras muy lejanas (Sumer, Egipto, Creta o Anatolia). Tanto
como el posterior periodo de El Argar, surgido en pleno Minóico y en
paralelo con la civilización cretense. Haciendo
decaer El Argar a la anterior cultura (de Los Millares) que debió
ser fruto de migraciones sumerias o akadias y que serían expulsadas
o subyugadas por los nuevos visitantes (llegados del Egeo).
.
De
tal manera, los cretenses habrían sustituido en sus expediciones a
los anteriores viajeros (venidos de Anatolia o del Tigris y el
Eúfrates, al menos desde el 3500 a.C.) promoviendo así El Argar;
que
comienza en el siglo XXI a.C. y que contiene etapas y rasgos
paralelos con las fases de Creta. Tantos, que tras
la caída de este imperio minóico, también desaparecería aquella
rica cultura del litoral andaluz. Todo lo que se produce desde el
siglo X a.C.; con la dispersión de Micenas
y
la posterior conquista del Egeo por los dorios
-la llegada de los hombres de Hierro a Creta-. Momento en el que sin
otra explicación posible, va paulatinamente también arruinándose
El Argar.
.
.
.
.
SOBRE
ESTÓS PÁRRAFOS:
Lúnula
fechada en el III milenio a.C., hallada en Gran Bretaña (en
las cercanías de Cornualles) fabricada en oro remachado, en frío. A
los lados podemos observar repetido un adorno en forma de bipenna,
muy parecido al que tenía el torques del Viso de Córdoba
(recogido en imágenes anteriores, donde comprobaremos su paralelo en
estética y fechas). Por su parte este
tipo de decoraciones con “hachas esquematizadas” es normal en los
torques atlánticos del Bronce
(hallados en las Islas Británicas, en Galicia, Portugal, Extremadura
y etcétera).
.
.
.
SOBRE ESTAS LÍNEAS:
Un
ejemplo de las influencias entre el mundo mesopotámico y lo que
veremos en las Islas Británicas -o en la Península Ibérica-
durante los milenios IV al II a.C..
En imagen, dos de los tres
bloques tallados en piedra hallados
en Tonfolk (Yorkshire, Gran Bretaña), con
ojos en su diseño.
Son llamados los Tambores de Tonfolk y están
hechos en piedra caliza. Se fechan entre el 3000 y el 2000 a.C. y
aparecieron en la tumba de un niño, puestos bajo su cabeza y sus
caderas. Se desconoce su uso, pero su hallazgo bajo la calavera y las
nalgas del niño me hace deducir que no serían tambores sino
asientos (simulando cojines de piel). Ello llevaría a pensar que
semejarían sillas y quizás simbolizarían
tronos,
aludiendo a los de un monarca o reyezuelo. Por lo que quizá refieren
la silla de la madre, el padre (en la espalda) y la del heredero (la
última, que el niño tenía bajo la cabeza). Por lo demás, sabemos
que sus dibujos se improvisaron, borrando otros anteriores. Algo que
se entendería considerando estos “tambores” como signos
de poder de los progenitores y que al morir su niño depositaron en
la tumba, tallando antes de enterrarlo, unos nuevos dibujos. Unas
figuras añadidas que representan ojos; algo que concordaría con la
protección a los menores.
Pues -como se supone- esos
ídolos que aparecen por toda Europa neolítica, con ojos dibujados
eran amuletos apotropaicos. Considerando muchos que procedían de los
cultos summerios, en los que era tan común el dios-ojo, que protegía
del aojo (especialmente a los menores). Para
los interesados en estos “tambores de Tonfolk”, ver detenidamente
nuestra cita (12)
.
ARRIBA:
Uno
de los miles de idolillos con ojos, que profusamente han aparecidos
en las zonas de influencia sumería
(propiedad del Metropolitan Museum, al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen). Al
parecer servían ya desde el V y IV milenio a.C. para proteger contra
el mal de ojo y eran especialmente utilizados como amuletos para
evitar esa maldición entre los niños.
El que vemos arriba fue hallado en el santuario de Tell Brak (en el
norte de Siria) y se
fecha hacia el 3000 a.C. (un tiempo muy cercano al de los “tambores
de Folkton” arriba explicados). Este
tipo de esculturas talladas sobre barro o piedra, normalmente servían
para colgarse, aunque también fue común representarlas en rollos y
piedras circulares. En
España y Portugal aparecen también figuras con ojos desde tiempo de
Los Millares (del 3500 a.C. en adelante)
tallados principalmente en pizarras y con formas muy semejantes a
los de Sumer; siendo común verlos moldeados en cuencos de barro de
esta cultura almeriense. Igualmente es frecuente encontrar estos
ídolos oculados hechos en forma de conos y esculpidos sobre mármol
o alabastro (quizás para ser usados como cetros o talismanes, unidos
al poder).
.
Como
hemos visto, la aparición de estas figuras de ojos es seguramente
una influencia mesopotámica, llegada desde Siria ya en el 3500 a.C..
Extendiéndose por el litoral atlántico de toda Europa, desde el
3000 al 2000 a.C. y probablemente llevados por expedicionarios que en
esos siglos seguían la ruta de ámbar.
Así los veremos ya en Almería en el 3500 a.C., en Portugal y el Sur
de España desde el 3000, al igual que aparecen en las Islas
Británicas o en Dinamarca en las mismas fechas (del siglo XXX al XX
a.C.) -les recordamos que es importante la lectura de la cita
anterior (12)
-.
.
.
.
IMÁGENES,
ARRIBA Y ABAJO: Dos
fotografías tomadas en el Museo Arqueológico de Sevilla -al que
agradecemos nos permita divulgarlas- . En ambas aparecen
idolillos oculados procedentes de yacimientos andaluces.
La primera (sobre estas lineas) tres
conos con los ojos del dios,
hechos sobre mármol o caliza y encontrados en Valencina de la
Concepción, Utrera o Morón (del III milenio a.C.). Abajo,
uno de esos “dioses ojo” tallado sobre una pizarra, hallado
en Valencina de la Concepción también fechado en el III milenio
a.C..
.
.
.
.
.
B)
EL LABRYS COMO SÍMBOLO APOTROPAICO DE PROTECCIÓN:
.
En
varios de nuestros artículos -pertenecientes
a esta serie denominada "Los bueyes de Gerión en el tesoro de
El Carambolo"-,
hemos referido cuánto pudo simbolizar este diseño similar a una
bippena y a una piel de ganado.
Aunque resumiremos algunas de las ideas más importantes expuestas,
para aquellos que no han podido leer nuestros trabajos sobre el tema.
Comenzaremos por decir que entre
los cretenses y las culturas de El Bronce, aquel signo del hacha
doble fue
comparable con lo que la cruz del Ank era para los egipcios, o las
alas del cielo en Mesopotamia: Su
símbolo más sagrado. Conteniendo
un significado mágico, religioso, social y económico que procedía
fundamentalmente de motivos como los siguientes: Primero,
por ser el diseño del lingote y del hacha, unido al metal que
proporcionaba el armamento y las herramientas
(necesarios para la guerra, el trabajo y la prosperidad). En
segundo lugar, su forma semejante a la piel bovina simbolizaría la
riqueza medida en cabezas de ganado, la pecunia, el
"pecus", el animal como objeto de comercio y
los cueros como mercancía
(valores en los que se tasaban los bienes, patrones del comercio).
Pero sobre todo su marca contendrá un especial valor como protector;
ya que las corazas se hacían de esos dos materiales: Cuero y bronce.
Habida cuenta que hasta la etapa romana los guerreros, se guarecían
con cascos, muñequeras y espinilleras fabricadas en bronce;
defendiendo el torso con corpiños a la medida, bien trabajados en
cuero y sobre los que fijaban placas metálicas (para que las puntas
enemigas no lo atravesaran).
.
De
tal manera, historicamente los protectores del soldado fueron
fabricados con pieles y cobre, materiales que representaba ese signo
del Labrys o del lingote cretense. Aunque
hacia el siglo II a.C. se logran crear láminas de acero muy finas y
flexibles, con las que se podían fabricar verdaderas armaduras de
hierro, montadas con chapas entrelazadas. Por lo demás, la
perfección en las fraguas hizo aparecer otras defensas para el
cuerpo del guerrero, como las cotas y las mallas tejidas en trenzados
férreos. Debido
a ello, durante la etapa romana el bronce terminó por convertirse en
un metal precioso, usado
ya para acuñar monedas o para vaciar esculturas; pero olvidando
su utilización bélica (que
hasta la aparición del acero laminado fue muy frecuente).
.
Siendo
así, es compresible que ya en
el siglo V a.C., hubiera quedado en el olvido ese signo del cobre o
de la piel del ganado, tan famoso en Creta y en Chipre. Pues un nuevo
metal había logrado cambiar la Historia. Pese
a todo, incluso durante esta última fase de la Edad del Hierro, las
corazas seguían haciéndose del mismo modo: Con cuero y bronce.
Principalmente usando una piel de cabra cocida y
logrando que aquella se apelmazara como la madera; para más tarde
darle la forma de un torso humano. Tras ello, los muy ricos o nobles
podían permitirse recubrir esas corazas de piel con la verdadera
“armadura”, cosiéndole
pequeñas placas de cobre o bronce, que se entretejían unas sobre
otras a modo de escamas.
Algo que a mi juicio no debía hacerse con láminas de hierro, por lo
pesado del metal y por evitar el peligroso óxido; pero sobre todo
por la falta de maleabilidad de los materiales férreos. Por
ello, la piel (de cabra) y la placa (de cobre o bronce) fueron los
signos de la protección e incluso de la buena suerte; pues de la
fortuna y de la buena armadura dependía que el guerrero sobreviviera
a las flechas y a la espada del enemigo.
SOBRE
Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Arriba,
armadura romana propiedad del Museo Real de Ontario
-Canadá (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
Observemos cómo está recubierta
con placas de bronce que actuarían como un infalible protector del
que la vestía
(de
ello seguramente el carácter apotropáico que otorgarían a ese
metal con
el que comúnmente cubrían las corazas).
Abajo una armadura filipina del siglo XVIII d.C., realizada con una
técnica semejante a la que pudieron usar en la Edad del Bronce:
Cosiendo placas de dura madera, o bien de conchas; para evitar que
los venablos la atravesaran. Seguramente
los triángulos que hemos visto representados en el idolillo de ojos
en imagen anterior (figura
oculada tallada en una pizarra procedente de Valencina); semejen o
simulen
este tipo de corazas. Armaduras montadas con piezas de cobre o
cosiendo láminas de conchas y maderas; lo que a mi juicio se
representaba con aquellas formas geométricas grabadas en “las
vestimentas” de los ídolos calcolíticos o del Bronce
-agradecemos al Museo del Ejército nos permita divulgar nuestra
imagen de la armadura joloana de Filipinas-.
.
.
.
.
.
.
.
.
SOBRE
BAJO ESTE PÁRRAFO:
Arriba,
vemos de nuevo el símbolo del labrys, en los altares de Coria del
Rio
(tartéssicos y que guardaban la forma de lingote o de cuero); tanto
como en los pectorales de El Carambolo. En
la imagen bajo estas lineas; un dibujo mío en el que represento el
altar tartessio con forma de piel de buey y a sus lados, dos
sacerdotes (rey
y reina),
oficiando mientras lucen las joyas del tesoro de El Carambolo. Ella
figura como una Ishtar, con corona, collar y pectoral; junto a un
monarca vestido como Baal (dios de la tormenta), que porta los
brazaletes, la corona y el pectoral con la forma del lingote -del
cuero o de la bifaz-.
.
.
.
Por
cuanto hemos dicho, aquel
signo apotropaico llamado comunmente “Labrys”, debió ser tan
reverenciado en la Edad del Bronce ibérica
(en el Egeo y en Creta), como
nuestra cruz en la Europa Cristiana. Siendo este el motivo por el que
llegaría al mundo romano peninsular con un valor semejante al que
originariamente tuvo;
tras haber sido una marca sagrada en Tartessos y un signo que
conservaron los iberos y celtíberos con un sentido parecido al
inicial.
Todo lo que apuntamos se demuestra en los diferentes modelos de esos
"labrys" que se han hallado en la Península. Donde
-como hemos dicho- no han aparecido piezas de lingotes en cobre,
aunque sí vemos por doquier multitud de estas bipennas o diseños
"piel de buey", desde
la Edad del Bronce hasta época prerromana y romana (e incluso
medieval). Figurado
como pectorales, en las tumbas iberas, en las armas, en capiteles, en
los altares tartessios, en los suelos de los edificios ibéricos,
entre las astas de esculturas que representaban toros... . Y un largo
etcétera de casos en los que siempre
encontramos esa señal semejante al hacha, unida a un sentido
apotropáico (simbolizando el metal, la protección y las riquezas).
Quizás debido a ello, veremos esos "labrys" en las
conteras y en los mangos de armas celtiberas, tanto como en algunos
pectorales de reyezuelo, hallados en el norte peninsular.
Todo lo que indica que durante
la etapa celtibérica, existió una enorme relación entre ese
símbolo y el mundo del metal o de la guerra. Tal como muestran
múltiples falcatas
-del Sur o del Norte-
y los puñales
vettones, arevacos, turmógidos, carpeanos cántabros y etc (como
los de Monte Bernorio). Armas
que lucen aquella bifaz
en
sus empuñaduras o en sus conteras de vaina -seguramente
como símbolo protector para la guerra-.
.
Regresando
a otros casos en los que
aparece esa "bipenna" o el lingote "piel de buey"
en la planta de edificios sagrados ibéricos.
La encontraremos en
el pavimento de santuarios como el de Cancho Roano, o en el diseño
de altares y sepulturas de la importancia de Pozo Moro y El
Carambolo. Ello, a mi juicio puede deberse a una influencia
neohitita;
relacionándose con el hecho de que en Anatolia y
en idioma hitita-luwita el ideograma representando el cuero (o
la bifaz),
significaba "casa" y "terreno".
Algo que se comprendería en el mundo anatólico del segundo milenio
a.C. en base a dos conceptos: Primero,
porque el patrón de cambio (moneda) en aquella época ya dijimos que
fueron estas pieles, las cabezas de ganado y las hachas de bronce.
Por lo que el valor de los terrenos o las viviendas, se tasaría en
esa medida; que escrita se representaba como un labrys o un lingote.
Pero en segundo lugar, porque las casas entre las cultura caucásicas
se mantenían siempre alfombradas con curtidos
(comúnmente de vaca); midiéndose
el interior de cada una de ellas en esa cantidad de pieles
y que finalmente servirían para conocer su tamaño. Debido a ello
“la piel” terminaría convirtiéndose también en un patrón
metrológico, equivaliendo de algún modo a nuestro metro cuadrado
(13)
.
.
Finalmente
añadiremos que durante la etapa prerromana peninsular la unión
entre este símbolo y el metal debió ser absoluta. Pues
como hemos dicho, en
la mitad Norte del territorio la vemos reflejada en las espadas y
vainas de puñal celtibéricas; al igual que en la zona Sur, la
encontraremos en los altares tartessios, que tienen un aspecto muy
semejante al de los crisoles de fundición.
Cuanto expreso lo podremos observar en las imágenes anteriores,
viendo como aquellas mesas rituales turdetanas (o del Bajo
Guadalquivir) son muy semejantes a un molde de fundición y en
especial a los que se utilizaban durante la Edad del Bronce para
fabricar bipennas (ver fotografías sobre bajo estos párrafos).
Unión
entre
el crisol de fragua (el metal) y los dioses de la guerra que
también se expresa cuando observamos la representación de esas
"bifaces" en las frentes de los toros levantinos. Morlacos
que
serían venerados por su fuerza, su valentía o su fiereza y que
pueblan todo el territorio ibérico; aunque en el caso de los
aparecidos en tierras levantinas, contienen un labrys en su frente.
Esculturas de bovinos cercanas al siglo V a.C., en su mayoría en
piedra caliza y localizadas en el área de influencia grecoibérica
-Eche, Villajoyosa etc-. Donde se han encontrado varias piezas que
lucen en el centro de la testa aquella marca del labrys; teniendo un
surco que semeja el hacha doble, perfectamente tallado sobre la
frente.
.
Los
hallazgos de varios de esos bóvidos con la marca de una bipenna
entre los ojos hicieron deducir de los profesores Escacena y Amores
que probablemente los "galápagos" o joyas centrales de El
Carambolo, fueran para un uso similar. Llegando a afirmar Escacena y
Amores que los colgantes de este tesoro tartessio se hicieron para
colocarlos sobre la testuz de los toros sagrados, antes de su
sacrificio (14)
.
Una teoría que es la imperante actualmente acerca de esas joyas
-tenidas anteriormente como pectorales-; tanto que en el Museo
Arqueológico Nacional podemos observar la vitrina de exposición del
tesoro, explicando cómo se colocarían de esa manera (en la frente
de los bóvidos).
Pese a ello y no siendo esta la hipótesis "mas sencilla",
personalmente no podríamos aceptarla;
pues en lo que refiere a esos "galápagos" de El Carambolo,
no concede una explicación del todo comprensible ni verosímil. Ello
porque ambas joyas contienen tal pureza de oro (son tan blandas), que
con el más leve golpe se destrozarían. Un hecho que bien quedó
demostrado en el momento de su hallazgo, cuando uno de los albañiles
que sacó de la tierra el tesoro y dobló uno de estos galápagos
(simplemente haciendo fuerza, al tomarlo entre ambas manos).
Comprendiendo entonces que no era de bronce -tal como discutían
quienes lo encontraron-. Por lo demás, el valor del oro en aquel
tiempo era infinitamente más alto que actualmente; ello unido a la
labor de orfebrería que contienen, nos obliga a deducir que no
podían ser piezas para enjaezar un animal (capaz de destrozarla tan
solo con su cabeceo).
.
Por
lo anteriormente expuesto, consideramos que esos “galápagos”
serían "ephods" sacerdotales, o “cardiofilax” reales;
en una “moda” importada
de Anatolia, del Egeo o de Oriente Medio. Debido
a que el pectoral era común en toda la vestimenta del clero y de
monarcas en la época
(especialmente entre los semitas de Asia Menor). Aunque
no cabe la menor duda de que tal como afirman los profesores Escacena
y Amores; seguramente colocaban piezas como estas (en forma de
bipennas) sobre la frente de los toros al llevarlos a sacrificio.
Pese a lo que creemos que aquellos
objetos que colgasen en la testuz del buey, serían fundidos en un
metal no tan valioso y hechos con una técnica y forma que soportase
perfectamente los movimientos de su cabeza.
IMAGEN
SUPERIOR: Reproducción
de una fragua, similar
a las de la más remota antigüedad. Observemos
el parecido entre su crisol ardiendo y los altares de Coria del Rio,
con forma de "labrys"
(en imágenes anteriores).
.
IMAGEN
INFERIOR :
Dibujo
mío de la "ashera" ritual aparecida en el palacio micénico
de Lerna; un receptáculo central para oficios, en forma de piel de
toro o bipenna. Observemos nuevamente el parecido de ella con un
crisol; siendo
verdaderamente llamativo que estos altares y mesas de sacrificio que
los reyes micénicos tenían en su "megarón", se
asemejaran tanto a los de Coria del Rio, El Carambolo o Malaka. Como
hemos narrado en artículos anteriores (15)
, el caso de
la "ashera" de Lerna (que vemos) es especialmente curioso;
pues se trataba de un lugar iniciático y maldito -también
relacionado con Hércules y con monstruos que el héroe derrota-.
Este
altar conservaba perfectamente la forma de "labrys";
pareciendo un molde para fabricar estas hachas o bien para fundir
lingotes piel de buey (dado el enorme tamaño que tendría).
.
.
.
.
IMÁGENES,
ARRIBA: Dibujo
mío un toro
hallado en Monforte del Cid (junto
a Elche). Fechado en siglo VI a.C.; serviría para sostener una
estela o una columna de un santuario, situado junto a río. Por su
parte, en
la frente contiene el vano referido, para introducir seguramente una
pieza con la forma del lingote o de labrys
-allí donde me he permitido colocar el colgante de El Carambolo,
para que se observe su efecto-. Hace algunos años, fue hallado otro
torito en las inmediaciones de este lugar, que también contenía la
misma marca en su frente.
.
ABAJO:
Una
foto
compuesta, en cuya parte izquierda hay otro dibujo mío, aunque en
este caso con el toro de Alonis (Villajoyosa). Cabeza
de bóvido en piedra caliza al que le falta la lengua, las orejas y
las astas; mientras también
presenta un vano en su testud, con la señal de la bipenna o del
lingote. Por
ello he dibujado este becerro tal como estaría en su momento,
luciendo los cuernos, la lengua y frente con piezas fundidas para
este fin en metal precioso (de oro, plata o bronce). A
su lado tenemos la efigie de los múltiples toros votivos minóicos
en los que el hacha doble aparece comúnmente entre los pitones.
Siendo normal durante todo el periodo palacial y postpalacial, la
representación del astado que luce esa bipenna entre sus cuernos.
Quizás no es la misma figura que vemos en nuestras tierras (donde el
torito lleva el labrys justo en la testud); pero sin
lugar a dudas su sentido y simbología han tenido que ser muy
cercanas.
IMAGEN
SUPERIOR:
De
nuevo un dibujo
mío en el que se expone la teoría imperante sobre el uso de los
colgantes o galápagos de El Carambolo (para que los lucieran bueyes,
antes de ir a sacrificio).
Bastará observar imágenes de los auténticos -no de las copias
existentes en museos-; para comprender que se destrozarían al primer
golpe (pues son piezas de orfebrería delicadísima, en oro de enorme
pureza). Por cuanto hemos de pensar que si
colocaban piezas como aquellas sobre la frente de los toros, habrían
de fabricarlas con materiales más sencillos y duraderos
(serían bipennas fundidas en bronce o plata, con colgadores fuertes
para asirlos perfectamente; pero nunca obras tan frágiles como los
pectorales de El Carambolo).
.
IMAGEN
INFERIOR :
Detalle
del torito de Alonis, al que vemos cómo le faltan las astas, con un
punto para colocar una lengua y donde observamos claramente la marca
en su frente (con forma de bifaz). No deberíamos desechar la teoría
de que aquellas
esculturas de piedra caliza y en cuya testuz hay un vano con forma de
labrys; pudieron
ser utilizadas como expositores de pectorales. Es decir, que
mientras el reyezuelo o el sacerdote no portaba aquella joya en su
pecho; el
cardiofilax fuera depositado en el templo sobre la escultura del
toro. Guardándose
el mencionado "efod" sobre la cabeza del buey sagrado
(colgado entre las astas y en la frente de la escultura). Por cuanto
es perfectamente admisible considerar que el toro de Alonis pudo
servir para contener el pectoral del reyezuelo de esa ciudad. Quizás
a modo de “relicario” donde pudieron también estar los cuernos
sagrados y la lengua junto a las orejas (seguramente de metal
preciado).
Atributos que quizás el monarca o el sumo clérigo de Alonis, lucían
frente al pueblo -o cuando hablaban o impartía justicia en público-.
No
siendo absurdo pensar que mientras el sacerdote o el rey oficiaban,
se valieran de aquellos atributos que tomaba del toro sagrado y que
pasaban a investir su cuerpo: El
labrys (de la frente), las astas (que luciría como mitra o corona) y
una lengua y orejas áurea (como símbolo de tener solo él la
palabra y el oído).
.
Por
último, añadiremos una idea
que ya expuse, acerca de este punto frontal de los toros (la testuz).
Mencionando cómo aquella
zona de la frente es la parte "débil" del animal, por dos
motivos: Primeramente, porque si
nos embiste un morlaco y no podemos quebrarle; el
único refugio será "encunarse" o tirarse hacia este punto
de la cabeza (de
ese modo, el bóvido nos daría un "topetazo", pero nunca
una cornada). Tanto
es así, que aquella parte central de la frente es el lugar en el que
los forçados portugueses se lanzan, para luego asirse a las astas y
terminar por vencer a la fiera.
Del mismo modo, cuando los toreros entran a matar sin muleta, se han
de dejar caer en esta parte (entre las astas), recibiendo tan solo un
gran golpe frontal, pero evitando ser empitonados. El
segundo motivo que demuestra cómo esta zona de la testuz es el punto
débil del astado, lo explicó Belmonte; demostrando que realmente
los toros no ven al que se sitúa justo en este ángulo. Debido
a que tienen los ojos muy separados y su visión cubre los laterales,
pero no el frontal intermedio. Apercibiéndose de este hecho
Belmonte, y gracias a su poca estatura, era capaz situarse en el
punto exacto en el que el toro le perdía de visión (entre ambos
ojos); denominando el diestro a este ardid "cruzarse" -pues
le permitía pasar de un lado al otro, sin que el morlaco percibiera
que el torero cambiaba de mano o de postura-. Todo
ello puede hacernos comprender como la marca que lucían estos toros
íberos en la frente quizás nos hable de un símbolo apotropaico
(una señal salvadora o un punto de protección).
Por
cuanto vamos viendo, nos es fácil comprender que ese signo del hacha
doble (o del lingote) fuera una marca de salvación; al menos entre
los pueblos que se dedicaron a la metalurgia y a la ganadería.
Especialmente para aquellos que veneraban al toro bravo.
Adoración al bos salvaje -que como muchas veces he comentado-, nada
tiene que ver con la veneración al bovino manso. Debido a que el
ganadero de explotación rinde culto a sus reses porque le faclitan
carne y leche. Pero aquellos
que elevaban a categoría de dios el toro bravo, conservando la
especie sin castrarla
(pese a lo peligrosa e indómita que resulta); tan
solo pudieron hacerlo porque lo utilizaban en la guerra y para
defender sus tierras.
Algo
que en Creta pudieron realizar con enorme facilidad durante la Edad
del Bronce, criando ganado salvaje
(en corrales, cerca del litoral), para
soltarlos en caso de que algún enemigo desembarcase. De un modo
semejante sabemos que hubo de hacerse en tierras de Iberia, donde
existen documentos que señalan cómo los reyezuelos guerreaban
utilizando este ardid (soltando toros contra el enemigo,
principalmente con teas ardiendo atadas en las astas) (16)
.
.
Este
tipo de defensa
-utilizando fieras- parece
que fue altamente efectiva hasta la aparición del Hierro. Pero el
nuevo metal
(fácil de obtener y de trabajar) posibilitó
armar grandes masas y fabricar un enorme
número
de barcos; armadas y ejércitos ante el que unos toros nada podían
hacer.
Así, valiéndose de duras y baratas herramientas férreas (que nada
tenían en común con las delicadas y complejas fundiciones de
bronce); nace este el momento histórico del Hierro. En el que
surgieron los “imperios del Mediterráneo”; comenzando con el
fenicio, al que seguiría el heleno, más tarde el cartaginés y que
terminó culminando en Roma.
.
Una
vez comprendidos los conceptos antes explicados, nos será fácil
entender por qué el toro, su piel y el hacha doble eran signos de la
protección en el Egeo y en la Iberia del Bronce. Tanto
como las razones que unían este signo (semejante al lingote o a la
bipena), con el mundo mágico y apotropaico. Puesto que el
astado y su cuero, eran imprescindibles para la defensa o la guerra;
tal como fue la bipenna en la Edad del Bronce (significando todo
ello, además la prosperidad y la riqueza;
que se lograba gracias al ganado, las herramientas y armas de ese
metal). Entendiendo
claramente estos principios
que sacralizaban la figura del labrys, podemos
ya presentar esquemáticamente los motivos que conferían al signo su
valor social y religioso:
.
1º)
COMO ARMA Y ANIMAL DE DEFENSA:
La bifaz hegemonizó la Edad del Bronce, por ser las hachas "planas"
o "de talón" las armas principales durante más de dos
milenios. El toro y sus astas, representaban al dios de la guerra y
fue el totem que servía para alejar al enemigo o para cuidar los
ganados del ataque de leones y otras fieras (en el caso de Asia
Menor).
2º)
COMO PRINCIPIO DE PROSPERIDAD Y PROGRESO: El
hacha como herramienta fundamental; para talar árboles, construir
casas, barcos o tomar madera en el invierno. Por su parte la res como
principio de la economía, como animal de tiro o ganado que
proporcionaba su carne, su leche, el bienestar y progreso.
3º)
COMO SÍMBOLO DE RIQUEZA: El
hacha significó la nueva era de El Bronce, donde los metales
cambiaron la Historia junto a todo el sistema de valores y de vida.
Por su parte, del toro como patrón medida de la riqueza nacerá el
conocido valor "cabeza de ganado" (que se representaba como
un cuero o como una “A” volteada, letra que si invertimos se
convertirá en una cabecita de toro = V).
4º)
COMO FIGURA APOTROPÁICA:
La veneración al hacha doble con toda seguridad conllevaba el
sentimiento de atemorizar a quienes conocían que determinados
pueblos rendían culto a un arma (haciendo así huir al enemigo). Por
su parte, el cuero -de la cabra o del toro- tal como hemos dicho, era
el material en el que se hacían las corazas (de allí su nombre).
Armaduras que luego se revestían de placas, pero cuyo principio
activo de protección residía en los cueros que la formaban.
ARRIBA:
Estatua
ibérica de Cerrillo Blanco
(Porcuna; Jaén), fechada
hacia el siglo VI a.C.
y propiedad del Museo de Obulco (al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen). En su imagen hemos
marcado el complejo "uniforme" que luce el guerrero, en el
que destaca primero una coraza con su cardiofilax en el pecho.
Pectoral que comúnmente sería de cuero, aunque lógicamente podría
llevar para recubrirlo una lámina de metal
(una “faleria” de bronce, con el fin de que los venablos
resbalasen y que las puntas de lanza o espada no lo atravesaran). A
ello, le acompaña un complejo entramado de trinchas y refuerzos
(especialmente en los hombros) cubriendo el torso de tal manera que
lo hacía casi inexpugnable. En
los brazos, porta unos brazales, probablemente de cuero
(para aligerar peso) y
que vemos servirían para ajustar unas mangas
-seguramente también de piel-.
.
En
la parte baja, luce un jubón perfectamente ajustado y flexible,
también fabricado en pieles anchas y quizás con refuerzos de metal
en las zonas más "vitales".
Dicho calzón le cubre la pretina y debía ser altamente seguro (a
más de cómodo); está diseñado como una falda (con posibilidad de
abrirse, pues hemos de recordar que la monta a caballo era más
peligrosa -sin estribos ni silla segura-, por lo que este tipo de
jubón podía hacer las funciones de asiento ecuestre-).
A la altura de la rodilla, apreciamos como se observa el inicio de
una "espinillera" que en este caso posiblemente sería de
cuero
(recubierta), aunque entre los grandes generales y los reyes solían
ser de bronce, con una prótesis de cuero para ajustarlas.
Finalmente,
sobre la mano podemos apreciar el escudo oval (tipicamente
ibérico, aunque semejante al de otros como el hoplita); comúnmente
hechos en maderas ligeras (como la del tilo), recubiertos de cuero y
en cuyo centro tendría el "umbo". Una pieza discoidea
metálica (de bronce) para asegurar que el escudo no se rompiera con
un golpe, a la vez que evitaba que allí quedaran ensartados los
venablos, o que el filo del enemigo lo traspasara.
.
Por
lo demás, podemos
ver que el "uniforme" de este guerrero turdetano del siglo
VI a.C. coincide con las piezas de El Carambolo. Pues los brazaletes
y el cardiofilax que observamos en la escultura son dos de las joyas
que aparecen en el tesoro (idealizadas
en un pectoral y dos brazales). Asimismo, los
eslabones que formarían la corona de El Carambolo serían una
sublimación del casco del guerrero.
Lo antes expresado nos confirmaría una vez más acerca de este ajuar
sevillano, que las placas mayores, junto al colgante más grande y
los brazaletes; serían piezas de un monarca. Mientras los eslabones
menores, el pectoral más pequeño y el collar pertenecerían a una
reina o un príncipe. Por lo demás, las diferentes decoraciones en
los colgantes y placas, confirman que hay dos "juegos" de
joyas en El Carambolo; a mi juicio, uno de hombre y otro para mujer
(habida cuenta que guardan la proporción de peso y tamaño existente
entre lo femenil y lo masculino).
.
.
ABAJO:
Fotografía
tomada en el Museo
Arqueológico de Alcoy (al
que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En esta podemos ver
los restos
de un cardiofilax de cuero, cuya
fuerza y perfección debió ser tanta,
que ha resistido unos dos mil quinientos años
bajo tierra. Siendo así, difícil será imaginar con qué técnica y
materiales trabajarían las corazas del guerrero iberico, para que
piezas de cuero con madera hayan sobrevivido más de veinticinco
siglos. Algo que nos enseña como el cuero (bien hervido, batido y
curtido) quizás es mucho más eficaz para proteger el torso de los
soldados que el pesado metal -que les impediría moverse con ligereza
y rapidez-.
C)
EL LABRYS Y EL NACIMIENTO DE LOS METALES:
(17)
.
Al
leer cuanto antes hemos recogido y frente a las imágenes comentadas,
no nos puede caber la menor duda de que el cuero fue uno de los
mayores tesoros para el soldado en la antigüedad. Casi tan útil
como el metal; pues
aunque las armas se hicieran de hierro o bronce, todos los herrajes
del caballo, los protectores del cuerpo y hasta el calzado para la
guerra, debía ir bien construido con pieles y pellejos de animales.
A
ello se le sumaban otros elementos de ayuda, como la cuerda y el
cáñamo;
sin las que el arquero no disparaba o el militar era incapaz de poder
ser vestido y revestido debidamente. Pues el
último factor de protección debió darlo el esparto y los tejidos
trenzados (de cáñamo); absolutamente
necesarios para fabricar suelas ligeras o parapetos capaces de
repeler las flechas del enemigo (en caso de verse bajo la lluvia de
venablos).
.
Por
todo ello, siempre consideramos que el Eneolítico dió comienzo con
la expansión de este último material citado: El cáñamo tejido y
especialmente del esparto (aunque
sea este un concepto muy personal...). Cuyas plantaciones
principalmente se dan en el Mediterráneo y que serían
imprescindibles
para crear el arco de precisión y toda “maquinaria o construcción”
eneolítica.
Pues sin unas fuertes cuerdas (como las maromas espartinas) hubiera
sido imposible levantar los
dólmenes, menhires y los Cromlechs; tanto como pulimentar las hachas
de esta época. Acabado de las bifaces pétreas que a mi juicio se
trabajaban con un sistema de ruedas giratorias, unidas por cuerdas.
Puliendo las hachas y objetos líticos en un simple “torno” que
se haría rodar con maromas tensadas, de un modo parecido al que
fabricarían el fuego (por medio de un arco y una pieza en su centro,
que giraba con la propulsión de la cuerda).
.
Por
lo que expreso, hemos de considerar que el megalitismo
-a más de ser difundido por gentes interesadas en buscar ámbar,
gemas y metales preciosos- fue
obra de quienes dominaron el "arte" de cultivar, hilar y
trenzar el esparto. Pueblos que
evidentemente
fabricarían arcos o lanzaderas de gran alcance y precisión,
capaces de levantar rápidas empalizadas
con madera; pero
también de hacer sacos, ropas y cestas, de enorme utilidad para el
comercio y la agricultura.
Aunque, solo aquellos que dominaron el arte de tejer grandes maromas,
pudieron
iniciar la navegación. Ya que los primeros barcos se realizaron con
cuadernas atadas y embreadas.
Un proceso para construir naves, que -aunque nos parezca inviable-
hemos podido ver y estudiar, pues aún se sigue utilizando en zonas
de África. Donde se cortan las
cuadernas y tras secarlas y darles forma abombada, se unen; cosiendo
unas a otras con cuerdas.
Una
vez atadas esas maderas, se embrean bien con "calafate"
(restos de humo tomado de las chimeneas) y posteriormente se deja
secar el embreado exterior e interior. Finalmente se bota el barco
aunque varándolo a poca profundidad; pues al mojarse la nave, sus
maderas ensanchan mientras las cuerdas (que atan las cuadernas) se
estrechan; quedando
perfectamente cerrado e impermeabilizado el casco.
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Fotografía
y maqueta de una de las falúas típicas del Duero,
con las que antes de la llegada del tren, trasportaban las barricas
hasta el Puerto que da nombre a la capital portuguesa. Barcos de poco
calado y muy semejantes a los que hay en otros ríos (como en el
Nilo), que cualquier taller de carpintería podía fabricar. Pese
a su corta eslora y sin ser “marineras”, embarcaciones semejantes
permitirían llegar desde Oriente Medio, de Creta o de las
proximidades de Egipto, hasta la Península Ibérica (en verano y
costeando).
Habida cuenta que el Mediterráneo durante los meses de junio a
septiembre es un mar que no presenta apenas problemas y que de puede
atravesarse de Este a Oeste en una chalupa (siguiendo rutas de
cabojate) -la imagen fue tomada en las bodegas Ferreira de Oporto (a
quienes agradecemos nos permitan divulgarla)-.
.
BAJO
ESTAS LÍNEAS:
Otra
fotografía de las bodegas Ferreira, Oporto (a quienes agradecemos
nos permitan divulgarla). En este caso vemos bueyes
cargando los toneles de vino. Observemos cómo entre sus astas llevan
los “frontiles”, que consisten en piezas acolchadas que actúan
como cojines, con el fin de que el bóvido no sufra con el peso de la
carga sobre su cabeza.
Esta idea y el uso verdadero del frontil (como un colchón, para que
el buey no tenga daños en la testuz) expresa de nuevo que la
idea de los profesores Escacena y Amores acerca de los pectorales de
El Carambolo, no encaja en verdad con el significado y uso de
aquellas joyas.
Pues a mi juicio, la
aparición de el labrys en la testuz de toros
(como el de Alonis o en de Monforte), no
es propiamente un “frontil”. Ya que los frontiles son un arreo
(no un enjaezamiento) y como decimos, sirven para evitar los daños
de la res que carga -por ello se coloca ente las astas, no en la
frente-. Por
su parte, cuando vemos algún toro con adornos (como
sucede con el buey Apis en Egipto), ello
sí se corresponde con un enjaezamiento, en el que se cuelgan joyas y
prendas del dios bóvido.
Tal
como sucedería en el caso de los ibéricos; que hemos de suponer
rendirían culto a toros bravos
y su marca en forma de labrys señalaría el punto débil y principal
del morlaco (no tratándose aquella bipenna esculpida en la frente de
la res de un frontil; que se usan tan solo para los mansos bueyes,
mientras tiran de los carros).
Con
naves construidas por medio de cuerdas (cosidas con maromas, tal como
hemos descrito antes de las imágenes) viajaban las gentes de Somalia
y de los países vecinos al Mar Rojo; siendo capaces de cruzar miles
de millas a vela, sin percance alguno. Cuanto
hemos narrado explicaría que en el milenio IV a.C., aún antes de
conocerse el bronce, gentes de Oriente Medio pudieron cruzar el
Mediterráneo y llegar hasta nuestras tierras. Algo que justifica por
qué comienzan a aparecer en tierras de Almería, ídolos de ojos
hacia el 3500 a.C.. Figuras y esculturas de Los Millares almerienses,
casi iguales a las sumerias (halladas
a miles en Siria y de misma datación). Todo lo que dejaría en
evidencia que desde Asia Menor llegaban ya visitantes a nuestras
tierras al
menos desde el V y IV milenio a.C.. Misioneros o expedicionarios,
junto a pueblos y gentes huidas, que darían comienzo al megalitismo
y al eneolítico.
.
Mucho
se ha hablado acerca de si esta
civilización que construía con piedras ciclópeas fue iniciada por
habitantes de Europa, quienes progresivamente avanzaron y la
divulgaron, hasta llevarla al Egeo o a Oriente Medio. Algo que se
justifica en base a que los megalitos no comenzaron a verse en el
Mediterráneo central (Italia o Argelia), hasta mediados del segundo
milenio a.C..
Aunque precisamente fue durante esta etapa (III y II milenios a.C.),
cuando aquellas construcciones hechas con grandes bloques naturales
pasaron a levantarse con piedras de menor tamaño, hasta que se
hicieron casi con sillares del peso de un ladrillo (dando a su
planta, forma oval o circular). Todo lo que se debió a la
proliferación del bronce, que permitía cortar las rocas con iguales
formas. Por
ello, tanto los tholos egeos de ese segundo milenio a.C., como los
enterramientos similares y de misma época (dispersos por el
Mediterráneo oriental); tienen sus antecedentes directos en estas
construcciones: En cuevas artificiales muy anteriores y del
Atlántico.
En especial, en las que proliferan en Península Ibérica y en las
tumbas de corredor de la cornisa atlántica; siendo los antecesores
de aquellos tholos de Micenas, estos cenotafios semejantes, que
existen por doquier en Andalucía, Irlanda o en Gran Bretaña. Algo
que indicaría como ya en el segundo milenio a.C. la "moda"
se creaba en el Occidente lejano, para ser desde allí importada al
Egeo micénico o a la Italia pre-etrusca.
.
De
todo ello y de
los motivos que hicieron prevalecer en el Egeo o en Oriente Medio,
estilos aparecidos en el Occidente remoto, hay una explicación
lógica e histórica. Pues la vía de comunicación entre ambos
puntos parece estar claramente descrita en una ruta de los metales
que iría desde las islas de Chipre-Creta y Malta a nuestra Iberia.
Una
ruta marítima que ya se iniciaría en el VI y V milenio
para buscar oro, plata o ámbar, pero que
tras el descubrimiento de el bronce sería imprescindible para el
desarrollo del Mediterráneo. Pues
cuando se inventa la aleación que proporcionaba la elasticidad justa
al cobre (añadiéndole un 8% de estaño) no solo cambia la Historia,
sino todos los estilos y formas de vida. Algunos -como Schulten-
creyeron que el bronce se encontró directamente y en estado natural,
al hallarlo así compuesto en una mina de Cornualles (que al parecer
contiene ya el mineral cúprico aleado con la casiterita). Sea
como fuere, su fecha de inicio o hallazgo podemos suponerla hacia el
2700 a.C... Momento que coincide con la explotación de minas
atlánticas,
como las de Rio Tinto (en Huelva) a
manos de lo que se supone emigrantes llegados de Oriente Medio. Pese
a ello, unos dos mil años antes ya se había desarrollado una
civilización occidental (la megalítica), seguramente originada por
expedicionarios que buscaban oro, plata, gemas y ámbar.
Una cultura que algunos suponen autóctona, aunque no podemos admitir
esa hipótesis por las evidencias que tras las imágenes exponemos.
IMAGEN,
ARRIBA:
Sandalias
de esparto aparecidas en la Cueva de los Murciélagos
(Albuñol, Almería) y que
se fechan entre el 5200 y el 4600 a.C.
(propiedad del Museo Arqueologico Nacional, al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen). Podemos
considerar esa zona (Almería) y estas fechas, como punto de partida
para el inicio de lo que posteriormente sería el megalitismo. Una
civilización seguramente importada -o inculcada- por misioneros y
expedicionarios llegados desde Oriente Medio
(buscando nuevas tierras, metales preciosos, gemas y ámbar). A mi
juicio, esta cueva de los Murciélagos sería uno de los primeros
santuarios donde enterraron a varios de los que
comenzaron aquella cultura de las piedras ciclópeas. Monumentos de
gran tamaño, levantados principalmente para orientarse y poder
regresar anualmente al punto de partida
(sirviéndose de las sombras de los menhires o de las coordenadas que
les prestaban los cromlechs).
.
IMAGEN,
ABAJO: Otro
objeto
aparecido en la Cueva de los Murciélagos,
donde fueron halladas diversas zapatillas, junto a cestas votivas de
esparto -como dijimos, se fechan entre el 5200 y el 4600 a.C. y son
propiedad del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen)-. Contenían
algunos de estos capacetes, flores de adormidera; lo que nos indica
el sentido ritual e iniciático de este enterramiento de Los
Murciélagos, en el que aparecieron doce cadáveres de hombre
rodeando al de una mujer. Fue
tristemente expoliado a principios del siglo XIX, pero un sabio
coetáneo sería capaz de recuperar cuanto allí dejaron sus
ladrones, e incluso describir en qué forma encontraron todo,
aquellos que primero entraron (antes de llevarse una diadema de oro y
algunas cosas de valor). Esta persona de enorme calidad humana y
humanística fue Manuel de Góngora y Martínez, que en 1868 publicó
un libro en el que dedica un extenso capítulo a la mencionada cueva.
Obra titulada "Antiguedades prehistóricas de Andalucía
(monumentos, inscripciones, armas, utensilios y otros importantes
objetos pertenecientes a los tiempos más remotos de su población)".
Donde Manuel de Góngora explica el modo en que los mineros tomaron
una diadema de oro y algunos utensilios de aquella cueva; la forma en
que se encontraron los cadáveres; detallando cuantos pormenores pudo
recoger y destacando el hecho de que todos los allí enterrados
aparecieran vestidos con trajes de esparto.
Como
hemos dicho, las fechas de inicio de esta civilización de los
megalitos podemos obtenerlas en la Cueva de los Murciélagos,
considerando que aquellas gentes vestidas de esparto pertenecieran ya
a una nueva Era: El eneolítico. Una época donde la cuerda y el
cáñamo sería fundamental; tanto para armarse, como para vestirse y
fabricar utensilios. Pudiendo
gracias al trenzado de fibras construir y crear con cierta facilidad
una gran serie objetos o edificaciones (de esparto y barro).
Llegándose así a las primeras fabricaciones en serie gracias a los
recursos que las cuerdas y esos tejidos proporcionaban; logrando
venderlos o intercambiarlos y generando una verdadera industria y una
Sociedad. Todo lo que supondría el avance del eneolítico, a lo que
se sumaba que el esparto permitiría levantar casas y empalizadas a
toda prisa, construir armas de mayor precisión (como los arcos o
lanzaderas) y hasta armar barcos y hacer velas. Ello, unido a la
capacidad de vestirse sin necesitar abastecerse de pieles de animales
y a la posibilidad que de construir objetos y cestas de forma rápida,
capaces de trasportar mercancías. Concedió a esta etapa un sentido
semejante al momento en que se inventó el plástico
(hace apenas unas décadas). No habiendo otra época anterior en la
Historia semejante, desde que se descubrió y dispersó la cerámica
(entre el 9000 y el 7000 a.C. -conforme áreas-). Por
cuanto la difusión y cultura del esparto (o del cáñamo) debió ser
de una enorme prosperidad; tanta como para generar el megalitismo en
Europa.
.
Por
lo que anteriormente decimos, este trenzado de fibra sería realmente
el material que inició el eneolítico (la piedra pulimentada) y su
hallazgo o dispersión generaría a mi juicio la gran civilización
de los dólmenes, menhires y cromlechs (desde el V milenio a.C.).
Ello
explicaría por qué esta cultura de las piedras ciclópeas nace en
el Sur de España, donde el esparto es tan común como fácil de
cultivar. Aunque en verdad los megalitos se expandieron por la
cornisa atlántica; a mi juicio debido a la necesidad de crear "una
red de localizadores"
(o de puntos para guiarse durante aquella milenaria búsqueda de los
metales preciosos y del ámbar). De tal manera, se comprende la
profusión de menhires y cromlechs que se extienden desde el Sur de
Portugal, Extremadura, Galicia y el Cantábrico; hasta llegar a
Francia. Siendo innumerables los que posteriormente encontraremos en
las Islas Británicas o en el camino hacia el Rin. Todo lo que a mi
entender se debe al intento permanente por extender puntos de
referencia: Gnomons
y observatorios astronómicos a través de los que podían mirar cada
verano las sombras y estudiar las estrellas, para conocer así la
ruta a seguir
(de ida o de regreso, en aquella vía de los metales y el ámbar).
.
Consecuentemente
y conforme a esta teoría, parece cierto que el
megalitismo nacería y se mantendría gracias a estos exploradores.
Gentes que iban y venían desde el Oriente Mediterráneo a Iberia;
para llegar luego de nuestras tierras al litoral atlántico,
alcanzando Jutlandia o a las Islas Británicas. Pues la evidencia que
expresa como esta cultura fue importada y mantenida por
expedicionarios
(buscadores de oro, plata y ámbar) se
encontraría en el motivo de sus monumentos.
Siendo
la razón de los megalitos actuar como guías o puntos de referencia
del viajero, que iba y venía cambiando mercancías. Así,
tal como hemos dicho, los menhires actuarían como relojes o gonomons
solares para conocer la fecha y orientarse a través de su sombra.
Los cromlechs, como observatorios astronómicos donde estudiarían el
Cosmos (para orientarse) y formarían a sus guías o sacerdotes
-quienes pilotarían o llevarían las naves costeando por el
Atlántico-. Finalmente, los dólmenes serían usados como cuevas o
sepulcros (quizás con el fin de momificar en su interior los
cadáveres, para lo que tan solo haría falta rociar al muerto con
sal y ocre; pasando a hacer periodicamente fogatas en la entrada de
la tumba de corredor).
SOBRE
ESTAS LÍNEAS:
Vitrina
del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen), junto a la que
hemos recogido una frase del sabio profesor Almagro Basch
(18)
.
En ella este genio de la arqueología ya
nos dice que la zapatilla votiva en hueso (que vemos), contiene las
mismas características que las lúnulas irlandesas y de los
idolillos megalíticos.
Fue
hallada en un enterramiento megalítico de Almirazaque (Almería),
localidad de Cuevas de Almazor, cercana a Los Millares. Sus dibujos
son iguales a los del campaniforme y su significado votivo sobre el
esparto deja bien claro la sacralización de este material. Un tejido
que
no solo les
permitía vestir
y crear instrumentos de manera sencilla; sino también
armarse y protegerse, pues los escudos y corazas recubiertas de
esparto serían francamente seguros en una época en que no existían
los metales.
Ello explicaría por qué en la Cueva de los Murciélagos (antes
mencionada), algunos de los difuntos allí inhumados tenían un
"casco" de este tejido. Por
lo demás, otros tipos de cáñamo también concedían una aplicación
médica y bélica. Proporcionando la adormidera una droga que
permitía parir y "operar" sin dolor, aunque también
batallar sin sufrir miedos ni angustias.
Siendo mi teoría que los ejércitos antiguos proporcionaban este
tipo de drogas a sus soldados antes de entrar en confrontación, todo
lo que actuaba como "una poción mágica" normalmente
realizada con adormideras (19)
.
.
BAJO
ESTÓS PÁRRAFOS:
Diversos
ídolos, expuestos en la
misma vitrina del Museo Arqueológico Nacional, que la sandalia
votiva anterior (agradecemos
nuevamente al M.A.N. nos permita divulgar la imagen). Observemos que
estas
figuras de pizarra semejan personajes con ojos, que van vestidos con
tejidos triángulares (probablemente con corazas de esparto).
Asimismo,
es de destacar que lucen
placas que recubren su vestimenta, lo que pudieran ser láminas de
armadura (en madera o concha).
Algo que quizás nos hable de las corazas de esta época en la que no
existían los metales. "Armaduras"
que pudieron fabricarse tan solo con un taje de esparto, puesto sobre
una funda de piel y recubierto con placas de madera o conchas.
De ello la importancia de este tejido, que no solo vemos como votivo
en el caso de la sandalia de Almirazaque (arriba), sino también en
la Cueva de Albuñol. Enterramiento donde recordaremos que todos sus
miembros iban vestidos de esparto y lucían hasta pulseras y cascos
de este material (junto a collares con conchas atados en ese cáñamo).
.
Para
terminar añadiremos, que en la vitrina en imagen, junto a estos
ídolos de pizarra vemos otros de misma época, pero de tipo
cruciforme. Estas figuras son muy semejantes al “labrys” y se
repiten en todo el campaniforme, proliferando en zonas como
Huelva y el Sur hispano, donde es común encontrar ese diseño que
claramente recuerda a "un humano simplificado". Por
ello, creo personalmente que estos idolillos simbolizarían el
guerrero; soldado que en muchas otras civilizaciones se esquematiza
con esta forma de doble triángulo. Probablemente por recordar su
diseño al del hacha, o quizás por semejar la persona con un escudo
en sus manos. Sea como fuere es común en el arte geométrico
griego, en el cicládico heleno y en otros muchos periodos
anteriores a la Edad del Hierro, la figura del guerrero
representada como dos triángulos unidos (semejante al Labrys).
Tal
como hemos resumido, de algún modo comprendemos mejor por qué se
produce el megalitismo en Europa y de qué modo, tras el
descubrimiento del bronce (uno dos mil años después), los estilos
comunes al Occidente remoto, avanzaron hacia Oriente Medio al Egeo.
Pues tras el hallazgo del cobre aleado con estaño, lo más
importante para las culturas asentadas en el Mediterráneo sería
buscar minas de aquellos metales. Debido a que sin bronce era
imposible ya prosperar o defenderse; siquiera dominar a otros, o
mantener la seguridad en un territorio. Siendo así, el hallazgo
del mineral cúpreo y de la casiterita se haría primordial desde el
2700 a.C.; momento en que podemos fechar la expansión y conocimiento
del nuevo metal (para cuya obtención se hizo imprescindible llegar
al Atlántico). Un periodo que precisamente coincide con la
eclosión del primer dinástico en el Nilo y con su capital en
Saqqara (durante el reino de Djoser y bajo el gran arquitecto
Imnhotep). Etapa que a su vez fue el inicio que del primer Minóico
(en Creta) y de Elam, o Ur, en Mesopotamia.
.
En
lo que se refiere a la búsqueda del bronce en la zona Este
mediterránea; esta debió ser muy pobre y accidentada, pues
apenas existieron allí minas de cobre y menos de casiterita.
Habiendo sido el gran yacimiento del tercer milenio a.C. el
piélago que tomó nombre de aquel metal cúpreo (Chipre=Cupre);
aunque en el segundo milenio ya estarían agotadas sus vetas.
Algo semejante sucedería con las minas aparecidas en Kalkis, isla
cercana al Ática y que también fue denominada "cobre" (en
griego kalco); pero que pronto vio
terminadas sus reservas naturales. Todo ello, unido a la
prácticamente inexistencia de casiterita en el Mediterráneo, obligó
que los egeos y anatolios se aventurasen a buscar esos metales en la
Cólquide (el Cáucaso). Mientras otros preferirían ir hacia la
antigua ruta del ámbar; gentes acostumbradas a viajar hacia
Occidente. Tal como harían los cretenses y chipriotas, junto a
las civilizaciones de Oriente Medio; hallando en nuestras tierras y
en el Atlántico, el cobre o estaño -imprescindible por entonces
para sobrevivir-. Por su parte, los egipcios parece que encontraron
algunos de sus yacimientos en el centro de África; aunque se supone
que en su mayor parte se abastecieron de cuanto importaban desde el
remoto Occidente, las gentes creto-chipriotas y los marineros
asentados en el litoral de Asia Menor.
.
Siendo
así, no es de extrañar que desde el segundo milenio a.C. ciertas
modas del extremo Occidente (los dólmenes y grandes sepulcros)
fueran llegando al Egeo o a Asia Menor. Tanto que mil años
después y en tierras de Micenas o de Magna Grecia, se levantarían
megalitos y tumbas de corredor semejantes a los de nuestra Península
o a los de Irlanda. Construcciones nacidas en etapas muy
posteriores a las originales, ya que los modelos semejantes -del
Atlántico o en el Sur de Iberia- se habían hecho decenas de siglos
antes. Pues los verdaderos dólmenes proliferaron en la cornisa
atlántica, desde el V al III milenio a.C.; siendo precisamente en
esta etapa final cuando comienzan a aparecer en el centro del
Mediterráneo y en el de Europa. Tal como podremos comprobar el
mapa que a continuación recojo, donde observamos cómo el inicio
del megalitismo se sitúa en el Algarve, pasando luego a Bretaña y a
Irlanda. Apareciendo durante el siguiente milenio (IV a.C.) a Malta,
Norte de África, Sur Peninsular (Almería) y extendiéndose por todo
el Atlántico (hasta Jutlandia). Tan solo llegando a lugares como
Córcega, Cerdeña, Sicilia o Tarento ya a mediados del segundo
milenio; en plena Edad del Bronce. Todo lo que indica que entre
el V y el IV milenio a.C., la ruta desde Oriente Medio a Iberia e
Irlanda, sería la que se observa en el mapa: Malta, Túnez-Argelia,
Magreb, Almería-Granada-Cádiz y cornisa atlántica (hasta Irlanda o
Dinamarca). Mientras en el III milenio, los buscadores de bronce
habrían abierto una nueva vía para llegar hasta los metales de
Occidente, siguiendo el Mediterráneo Norte: Desde Grecia a
Tarento y de Córcega a Cerdeña (muy rica en metales), continuando
finalmente hacia Ibería y el Atlántico. Siendo estos quienes
importarán los nuevos estilos dolménicos, hacia sus lugares de
origen.
IMAGEN,
ARRIBA:
Mapa
trazado por mí, en el que recojo la distribución de los megalitos
conforme a sus fechas.
Observemos que
en el quinto milenio aparecen en El Algarve, Bretaña y en el Sur de
Irlanda. Posteriormente se extienden por todo el litoral atlántico
en la búsqueda del ámbar y metales;
llegando hasta Dinamarca en una ruta que describe
cómo viajaban los exploradores desde Oriente Medio hasta sus minas
en Europa:
Malta, Túnez, Argelia, Magreb; Sur Peninsular y el Atlántico.
Mientras
en el III milenio (ya en la Edad del Bronce) algunos expedicionarios
se aventuran a llegar hasta Escandinavia,
al Norte de Iranda y Gran Bretaña; avanzando hacia el centro de
Europa. Gentes
que probablemente ya siguen otra vía, por el Norte del Mediterráneo
y de allí la aparición de Megalitos en Córcega, Cerdeña, Sicilia
y Tarento. Todo lo que describiría nuevos caminos abiertos con
seguridad por los buscadores de bronce -cobre y estaño-
(no ya de gemas, oro y plata).
.
IMAGEN,
ABAJO: Molde
"univalvo" para fundir hachas planas en la Edad de Bronce
(perteneciente al Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos
nos permita divulgar la imagen). Como podemos ver, guarda
una enorme semejanza con los crisoles y las asheras (o altares
sagrados) de Micenas y de Tartessos.
Pues el centro de aquellas mesas rituales -como las de El Carambolo,
Coria del Río, Malaka o Lerna-, simulaban una piel de toro o bien el
hacha doble; todo lo que indica claramente su filiación a religiones
de la Edad del Bronce y su origen tan unido a Creta y Chipre.
En
la anterior exposición, hemos pretendido resumir miles de años en
apenas unas lineas. Algo que creemos pueda servirnos para llegar a
comprender qué fue el megalitismo, por qué se produjo y por qué
aparece "imitado" en el Mediterráneo (durante su etapa
final). Pues sin la explicación anteriormente expuesta, puede
hacerse incomprensible los motivos que llevaron a copiar estilos
del extremo Occidente, a gentes de civilizaciones tan avanzadas como
la de Micenas, la minóica, la hitita y neohitita, o la de Ugarit y
Biblos. Pese a todo, parece que aquellos exploradores,
pertenecientes a esas grandes culturas; cuando viajan hasta el
Occidente remoto buscando metales (en especial cobre y estaño),
quedarían impresionados de estas construcciones atlánticas.
Dólmenes, Cromlechs, Menhires y tumbas de corredor, que sin lugar
a dudas eran la prueba de que había existido una gran cultura, en
tierras de lo que era para ellos fue el Fin del Mundo (un lugar frío
y despoblado). Civilización que los expedicionarios denominarían
"atlántica" y que rememorizarían al retornar a sus
lugares de origen (imitando en el Sur de Italia, el Egeo o en
Anatolia, sus cuevas artificiales o sus ciclópeos cenotafios).
Naciendo así los megalitos de Córcega y Cerdeña, los Tolhois
micénicos o las tumbas de corredor en túmulos neohititas, junto a
los sepulcros de Biblos... . Construcciones levantadas con iguales
formas que habían realizado miles de años antes los habitantes del
remoto Occidente y que veremos profusamente "copiadas" por
todo el litoral de Oriente Medio (veinte o treinta siglos después).
.
Pero
regresando a la época de los megalitos, para completar y centrarnos
de nuevo en el estudio y significado del Labrys. Hemos de explicar
qué sentido y qué avances pudo ofrecer el Eneolitico, para que
surgiera tan pronto la posterior civilización del Bronce. Todo lo
que se explica a mi juicio desde ese nuevo material difundido: El
esparto. Un tejido y cuerdas con las que podían hacer casas y
barcos, tanto como elevar y mover los bloques ciclópeos -con los que
construían sus monumentos-. Asimismo, con el esparto era posible
fabricar capazos (flexibles y resistentes), que no solo permitían
transportar mercancías hasta lugares lejanos, sino que además eran
verdaderos moldes para la cerámica. Bastando rellenar los
laterales de una de esas cestas con arcilla mojada y dejarla secar,
para obtener ya un recipiente (incluso de gran capacidad). Método
de hacer objetos cerámicos con enorme capacidad interior; puesto que
a mano, no eran fáciles de moldear y menos cocerlos en hornos de
baja temperatura. Ya que -como es sabido- los recipientes de
arcilla, cuanto mayores son, más difícil resulta hornearlos;
además, cuando se trata de vasijas de gran tamaño suelen rajarse al
secar o al contacto con el fuego.
.
Debido
a este uso dado a los cestillos de esparto (como moldes para el
barro) creemos que nace la cerámica de tipo campaniforme, cuyos
dibujos y diseños recuerdan claramente a un capazo o a cuerdas, que
recubren el cacharro. Pues tal como podremos observar, esa
cerámica con forma de campana invertida, realmente lo que más
parece es una cesta flexible. Algo que explicaría por qué el
campaniforme nace en el Sur hispano (en tierras cercanas a Almería,
tan ricas en esparto) y se expande por toda Europa. Habida cuenta que
ese tejido sería una de las mercancías mas preciadas que llevarían
los expedicionarios que cada verano arribaban a las costas del Norte.
Para intercambiar ámbar, gemas y metales; trocándolas
principalmente por cestas, trajes, cuerdas y hasta corazas,
fabricadas de este material, cuyo cultivo tan solo es posible en
zonas como las del Sur peninsular.
.
Además,
tras el hallazgo del bronce debieron ser mas periódicas las
visitas a las costas del Atlántico de aventureros y buscadores de
metal -llegados de Iberia o del Mediterráneo-. Pudiendo
haberse establecido en este momento (desde el II milenio a.C.)
colonias o colonizadores, con el fin de organizar las minas cúpricas
y del estaño atlántico. Misioneros o expedicionarios que
aculturasen las zonas occidentales tan ricas en esos metales, apenas
existentes en el Mediterráneo. Siendo esta la cultura del hacha
doble, la del "labrys" o la de los Hombres del Bronce
llegados a Occidente (de la que seguiremos hablando en nuestros
siguientes capítulos). Aquellos visitantes de la ruta del ámbar
que para comerciar y defenderse ya portaban la bipenna de metal.
ARRIBA:
Foto
compuesta.
Detalle
de uno
de los capiteles del Cortijo del ahorcado
(Jaén, periodo turdetano, siglo
IV a.C.)
-propiedad del Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen-. A
su lado (nuestra derecha) dibujo de una tumba cerámica procedente de
Retymnos, del Minoico Palacial (1400 a.C.) y
expuesta en el Museo de Eritrea -Creta- (al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen). Observemos primero el
sepulcro cretense, perteneciente a la Edad del Bronce, que está
adornado con un "labrys" entre dos cuernos de la
consagración. Por su parte, abajo tiene una cenefa con dobles hachas
y "ojos" o círculos concéntricos.
En la parte de nuestra izquierda hemos descrito y dibujado esa
cenefa, para que comprendamos como la tumba minóica se decora con
una banda compuesta por "ojos y hachas dobles". Unos
motivos casi iguales a los que contiene el capitel del Cortijo del
Ahorcado (mil años posterior); que
como podemos ver se adorna con círculos y bipennas -bifaces
oculadas-.
Signos que han permanecido en la Península desde la Edad del Bronce
hasta la romanización.
.
ABAJO:
Falcata
del siglo IV a.C.
expuesta en el M.A.N. (al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen). Observemos
la señal del labrys en su empuñadura; marca que lucen muchas de las
armas celtibéricas.
SOBRE
Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS:
Arriba,
dibujo publicado en la revista Vaccea 2007;
con
un puñal tipo Monte Bernorio, hallado
en Necrópolis Las Ruedas (Tumba 28, de Pintia). Vemos
como su contera tiene claramente forma de lingote (piel de animal) o
de labrys. Abajo, podemos ver uno de los múltiples puñales
celtibéricos que contienen este mismo tipo de marca.
En este caso se trata de dos vainas halladas en de La Osera y
Chamartín de la Sierra (fechados en el siglo IV a.C.). Las
punta de la funda de aquellas armas suele ir decorada con esta figura
semejante al "labrys", todo lo que indica que se trataba de
un símbolo apotropaico, pues la "contera" significaba la
protección.
De
tal manera, la palabra "Mikene" en griego significaba
"contera" y a su vez "seta" -ver
(19)-
.
Esta voz dio nombre a Micenas, a mi juicio debido a que los guerreros
confiaban en la protección que les daban las "setas" (que
ingerían antes de batallar). Hongos alucinógenos y enteógenos, que
les proporcionaban un vigor sobrehumano, permitiéndoles entrar en
guerra sin temor y quitando todo dolor en caso de caer heridos. De
ello que también "Mikene" signifique "contera o punta
de vaina", pues es esta parte la que protege del corte. Lo que
explicaría cómo una gran mayoría de los puñales tipo Miraveche y
Monte Bernorio, contienen esta decoración, que sin duda es un signo
apotropáico (para evitar caer herido o perder en la batalla).
Finamente añadiremos, que la similitud del signo con el cuero o la
piel, también explica este uso como talismán; pues las protecciones
del guerrero ya vimos que se hacían con cuero. Por lo demás, estos
puñales también conservan los adornos con formas de esparto,
comunes al campaniforme ibérico; tal como podremos ver en los
dibujos del artículo de Beatriz Grinó cuyo enlace incluyo en la
cita (20)
.
.
.
.
.
.
-----------------------------------------------------
CITAS:
---------------------------------------------------------------
(1):
"TIPOLOGÍA
DE LINGOTES DE METAL Y SU HALLAZGO EN LOS DEPÓSITOS DEL BRONCE FINAL
DE LA PENÍNSULA IBÉRICA"
PABLO
GÓMEZ RAMOS // UAM
// Editado
por: CuPAUAM. 20. 1993. pp. 73-105
(2):
"Según
los datos que sobre ellos aportan investigadores extranjeros los
primeros lingotes de la Edad del Bronce (Bronce Antiguo) documentados
en Francia, Alemania y Suiza son los lingotes hipenneo con forma de
hachas dobles (Briard, 1976, 238). Son piezas de cobre, con impurezas
frecuentes de arsénico, antimonio, plata o níquel, las cuales
confirman su antigüedad. Todos ellos aparecen perforados en el
centro con un pequeño orificio, suficiente para el paso de una
cuerda, pero demasiado reducido para ser utilizado en el enmangue, lo
que los descarta como útiles o instrumentos de trabajo (Dechelette,
1928, tomo II, 404-405)".
Pag. 74 Op. Cita (1)
Pag. 74 Op. Cita (1)
(3):
TARTESSOS,
Adolf Schulten (1921) Ed. Austral; MADRID 1971; pag 23 (mencionado en
una cita de esa página y explicado a o largo del primer capítulo).
(4):
Interpretación
nuestra sobre la Figura
2 del monográfio de Álvaro Gómez Peña: (SPAL
19 ; 21
-Así en Oriente como en Occidente: El Origen Oriental de los Altares
taurodérmicos de la Península ibérica;
pags. 129-148)
varios tipos de lingotes de cobre de procedencia oriental
paralelizables con los altares de el Carambolo, Caura y Malaka.
Acerca
del tema que tratamos, recomendamos consultar el trabajo del mismo
autor publicada en Salamanca;
2012 Colección Temas y Perspectivas de la Historia, núm. 2: UNA
MIRADA HISTORIOGRÁFICA A LA IDENTIDAD DE LOS ALTARES TAURODÉRMICOS
DE LA PROTOHISTORIA PENINSULAR IBÉRICA
(5):
A los interesados en ver el grado de perfección y belleza que logran
tener algunas de estas piezas eneolíticas, les recomendamos
consultar el libro "SYMBOLS OF POWER AT THE TIME O STONEHENGE"
de Clark-Gowi-Foxon // Edimburgo 1985. Del que recogemos la portada.
(6):
ACERCA
DEL VALOR APOTROPÁICO DE LOS DIJES, JOYAS Y CUENTAS; ASÍ COMO DEL
EXTENDIDO NEGOCIO QUE IMPUSIERON LOS FENICIOS CAMBIÁNDOLAS POR TODO
TIPO DE MERCANCÍAS, RECOMENDAMOS VER NUESTROS ARTÍCULOS:
45ª-
Misticismo y curación a través las joyas en La Antigüedad.
Escapularios, medallas sagradas y pectorales. -SIGNIFICADO
APOTROPAICO DE LA JOYERÍA SAGRADA Y PERVIVENCIA DE ELLO HASTA
NUESTROS DÍAS-
VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-7.html
46ª- El collar-pectoral como protector del alma.-DESDE EGIPTO HASTA HOY, LAS JOYAS TOMARON UNAS FORMAS MÁGICAS; MUCHAS SE CONSERVARON Y SIRVEN PARA PROTEGER A QUIENES LAS LLEVAN (TALISMANES, ABALORIOS, DIJES O MEDALLAS)- VER:
46ª- El collar-pectoral como protector del alma.-DESDE EGIPTO HASTA HOY, LAS JOYAS TOMARON UNAS FORMAS MÁGICAS; MUCHAS SE CONSERVARON Y SIRVEN PARA PROTEGER A QUIENES LAS LLEVAN (TALISMANES, ABALORIOS, DIJES O MEDALLAS)- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-9-8.html
47ª- Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas. -MÁS SOBRE EL SENTIDO APOTROPAICO DE LOS COLLARES, VEMOS EL VALOR RELIGIOSO Y MÍSTICO QUE TENÍA UN TESORO; ALGO QUE HOY CALIFICAMOS COMO UN OBJETO DE PODER O DECORATIVO- VER:
47ª- Joyas y guardianes del espíritu. Del collar y el pectoral, a las Lúnulas. -MÁS SOBRE EL SENTIDO APOTROPAICO DE LOS COLLARES, VEMOS EL VALOR RELIGIOSO Y MÍSTICO QUE TENÍA UN TESORO; ALGO QUE HOY CALIFICAMOS COMO UN OBJETO DE PODER O DECORATIVO- VER:
(7):
PAG.
75:
"También
pertenecientes al Bronce Antiguo, se han señalado como posibles
lingotes algunas hachas de cobre y asimismo algunos lingotes-torques,
con enrollamientos finales. Hallados sobre todo en Alemania, se
denominan lingotes-barra o "rippenbarreri' (Briard, 1976, 238;
Mohen, 1992, 117-118). En el Bronce Final y derivados de los lingotes
bipenne, aparecen los lingotes saumon, localizados en depósitos
tanto del Bronce Final I como del Bronce Final 111. Presentan forma
romboidal con perforación central y tienen un peso aproximado entre
2 y 4 Kg. (Mohen, 1992, 118). Del Bronce Final 11 y correspondientes
al grupo de Saint-Denis-de-Pile dest3C3n los lingotes en forma de
barras de sección plano-convexa con un alto contenido en estaño
(Briard, 1976, 240). No obstante, el tipo de lingote más frecuente
durante el Bronce Final, en concreto Bronce Final III, son las tortas
de fundición, mencionadas comúnmente en la bibliografía como
lingotes plano-convexos, en relación a su forma obtenida en el fondo
del horno de fundición. Suelen ser de cobre casi puro y con un peso
por término medio para las mayores piezas, en torno a los 4 Kg.
(Tylecote, 1987,18). Aunque existen algunos hallazgos del Bronce
Medio, su gran desarrollo se producirá durante el período último
de la Edad del Bronce. No obstante, estos lingotes no son exclusivos
ni de Europa Occidental, ni tampoco del Bronce Final. Así, lingotes
circulares plano-convexos eran fabricados en los hornos de Timna,
Palestina (siglo XI1 a.C.)y en todo el Mediterráneo oriental
(Tylecote, 1962; Mohen, 1992). Los pecios anatolios de Gelidonya y
Ulu Burun, así como algunos hallazgos en la costa norte de Israel
son también representativos a este respecto. A su vez, los lingotes
plano-convexos son el tipo de productos de fundición de mayor
desarrollo temporal. Hay tortas de metal en contextos de la Edad del
Hierro, pero también en época romana, medieval e incluso moderna
(Craddock y Hook, 1987)".
(8):
Para
cuanto explicamos, recomendamos leer nuestros artículos:
-
METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de
longitud; hipótesis peninsulares prerromanas. CONTINUACIÓN (parte
tercera). TRATA SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA MEDIDA EN LA ANTIGÜEDAD,
TANTO COMO DE SUS VALORES. CONSTA DE TRES ARTÍCULOS:
1.-
METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de
logitud; hipótesis peninsulares prerromanas (parte primera).
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_3354.html
2.-METROLOGÍA
EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de longitud;
hipótesis peninsulares prerromanas. CONTINUACIÓN (parte segunda).
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_4016.html
3.-
METROLOGÍA EN EL MUNDO ANTIGUO: Sobre ponderales y modelos de
logitud; hipótesis peninsulares prerromanas. CONTINUACIÓN (parte
tercera).
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/metrologia-en-el-mundo-antiguo-sobre_5.html
4-
CONCLUSIÓN FINAL A LA METROLOGÍA Y PONDERALES; DE LA EDAD DEL
BRONCE A LA DEL HIERRO -su pervivencia en época grecorromana y su
perduración hasta nuestros días-. Es la conclusión a los tres
artículos anteriores. CONTIENE UNAS TABLAS DE CONCORDANCIA que bajo
este marcamos.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/conclusion-final-la-metrologia-y.html
a)
Tablas de concordancia del artículo: CONCLUSIÓN FINAL A LA
METROLOGÍA Y PONDERALES; DE LA EDAD DEL BRONCE A LA DEL HIERRO -su
pervivencia en época grecorromana y su perduración hasta nuestros
días-.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/05/tablas-de-concordancia-del-articulo.html
5-
METROLOGÍA Y PONDERALES EN LA IBERIA PRERROMANA (Sobre los estudios
de Mora Serrano y de Ma.Paz García-Bellido)
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2014/06/metrologia-y-ponderales-en-la-iberia.html
.
Pese
a ello, para el que deseé conocer rápidamente los valores finales
que pudimos obtener de los diferentes Siklos, Shatys, Minas, talentos
y etc. Facilito los siguentes datos:
DEBEN
= 90 gramos.
SHATY
= Siklo Oro
= 7,5 g.
Shekel
Judio = 11,34 = (Shaty
· 3/2) · 126/125
Siklo
Oro · 49/50 = Siklo
Púnico.....................
7,5 · 49/50 =
7,35 g.
-Multiplicado
por 10 y dividido por 12 da exactamente 7 g., que
es una medida de concordancia general.
-2
Lingotes
(16,8 g)
= 5 SIKLOS BABILONIOS de
6,72 gramos.
-Multiplicado
por 15/14 = 18 gramos = 1/5 Deben egipcio, de 90 gramos.
-De
lo que 25 Lingotes (16,8
g) =
56
Shatys de Oro
(Siklos Oro de 7,5 g.).
-Además
9 Lingotes = 20 Siklos Filisteos o Pym de
7,56 gramos.
-Y
27 Lingotes (de
16,8) =
40 Shekel Judios de
11,34 g..
-Finalmente:
21
Lingotes = 48 Siklos Púnicos (de
7,35 gramos).
-Lingote
16,8
g. multiplicado
por 28 = Mina de Ugarit de
470,4 gramos.
-A
su vez, añadimos
que
64 siklos Púnicos de 7,35 = Mina de Ugarit; tanto
como
70 Siklos de Babilonia de 6,72 = Mina de Ugarit.
-De
lo que 70 Siklos de Babilonia eran 64 Púnicos y se unificaban en el
referido peso de Ugarit de
470,4 gramos. .
-Siendo
el resto de pesos de equivalencia entre los ponderales de Oriente
Medio los ya conocidos
-3
Pym = 2 Shekel judíos
-35
Pym (23+1/3
Shekel j.)
= 36 Siklos Púnicos
-125
Pym
(83+1/3 Shekel j.)
= 126 Siklos Oro
-49
Siklos Oro = 50 Siklos Púnicos
-Y
en lo que se refiere a las Minas
de 50 Siklos habrían de ser:
-
2 Minas Púnicas (735
= 7,35 g. · 100) =
97+1/5 de Pym
-
2 Minas Púnicas (735
g) =
98 Siklos Oro
-1
Mina de Ugarit (470,4
gramos) =
70 Siklos Babilonios
-1
Mina de Ugarit (470,4
gramos) =
64 Siklos Púnicos
-1
Mina de Ugarit (470,4
gramos) =
62+18/25 Siklos Oro
-1
Mina de Ugarit (470,4
gramos) =
1+2/5 Minas de Babilonia
-5
Minas de Ugarit (2352
gramos) =
7 Minas de Babilonia (7
· 336 g)
-7
Minas de Babilonia (2352
gramos) =
6+2/5 Minas Púnicas (6,4
· 367,5 g)
1ª
- CON UN DEBEN DEL ANTIGUO IMPERIO EQUIVALENTE A 1/5 DE MINA
MESOPOTÁMICA:
Durante
el Reino Antiguo
y cuando el Codo
Real egipcio valia
unos 52,36
centímetros:
-Shaty
equivalía
a 7,4764
gramos.
-Deben
equivalía
a 89,7168
gramos
-
5 Deben = 60 Shaty =
MINA MESOPOTÁMICA= 448,584 gramos
-
Mina Babilónica 1/3
menor =
336,438 gramos
-
Siklo Babilónico Monetal 1/30
de Mina
= 11,2146 g.
-
Siklo Babilónico Vulgar 1/50
de Mina =
6,72876 g.
-
Siklo Sagrado el
doble 1/69 de Mina =
13,45752 g.
(posible
origen del Shekel Judío, el Siklo Sagrado de Babilonia)
-
Mina de Ugarit (70
Siklos Vulgares Babilonios)
= 471,0132 gramos
-Siklo
Minorasiático (1/40
Mina Ugarit)
=
11,77533
gramos
-Siklo
Pym (filisteo y micénico) (1/62
Mina Ugarit) =
7,596... gramos.
Siklo
Oro-fenicio y derivado del Pym; no se corresponde con Shaty.
-
Shekel Judío
correspondiendo con Ugarit (471,0132 g) = 11,3954
... g.
-
Siklo Oro fenicio-palestino (125/126
Pym) = 7,5366...
gramos.
-
Siklo
Púnico (menor) (35/36
Pym) = 7,385...
g.
(9):
SOBRE
LA PIEDRA DEL RAYO. Su origen quizás estuviera en algunas fulgitas;
producidas por arenas silíceas donde al caer sobre ellas la el
relámpago, esto provocaba la fundición; dejando un rastro de
cristales en forma de hachas, debidos a la temperatura de la descarga
eléctrica.
RECOMENDAMOS
LEER NUESTRO ARTÍCULO:
"SMITHING
GODS: HERREROS, ALQUIMISTAS Y DIOSES ENJOYADOS (Capítulo 104 de:
"Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo")"
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/smithing-gods-herrreros-alquimistas-y.html
(10):
OP.
Cit. (1)
pag
75
(11):
En
nuestros siguientes artículos exponíamos con detenimiento los
objetos hallados y los monumentos ibéricos que conservan esta forma
de piel de buey (como símbolo apotropaico).
131º-
LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO (Capítulo 99 de: "Los
bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"): En la que da
comienzo la segunda parte del estudio Los bueyes de Gerión en el
tesoro de El Carambolo. Manteniendo la tesis de que los pectorales de
este ajuar simblizarían los mencionados bueyes; como culto a
deidades de los metales de origen micénico-canaaneo. Dioses del oro
y del bronce que se veneraban en altares similares a los encontrados
en las zonas de Tartessos.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/los-bueyes-de-gerion-y-el-altar-piel-de.html
132º.-
EL ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del
estudio de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres- (Capítulo 100
de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo").
ANALIZAMOS
UN ESTUDIO DE LOS PROFESORES ANTES CITADOS, REFERIDO AL ALTAR CON
FORMA "PIEL DE BUEY"; EN EL QUE ESTOS DEDUCEN ES DE ORIGEN
NEOHITITA Y QUE -EN GRAN PARTE- TIENE ESTA FORMA DE CUERO EN RAZÓN
DEL TOTEM ALLÍ SACRIFICADO.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-posible-origen.html
(12):
TRADUCCIÓN
MÍA DEL ARTÍCULO SOBRE LOS TAMBORES DE FOLKTON:
14
Octubre, 2015 - Mark Miller:
"Los
llamados tambores Folkton son tres cilindros sólidos enigmáticos,
decorados y hechos en caliza que datan de miles de años. Fueron
hallados varos años atrás en la tumba de un niño en este pueblo de
Yorkshire (Inglaterra). Los resultados mostraron que algunos de los
adornos y motivos de los tambores fueron borrados posteriormente, por
lo que se han descubierto hace poco neuvas y desconocidas
decoraciones que en principio tuvieron. Siguiendo un artículo
publicado en la última edición de la revista Antiquity, los
tambores (si eso es lo que realmente son), probablemente se remontan
por lo menos 4.000 años. El Museo Británico, que los tiene en su
colección, dijo que la práctica de enterrar a las personas con un
gran ajuar se inició en las Islas Británicas alrededor del año
3000 antes de Cristo. Siendo probable que esta tumba del niño de
Folkton Down se date entre el 2600 y el 2000 AC.
Andrew
Meirion Jones, de la Universidad de Departamento de Arqueología de
Southampton, escribe que: "Constituyen tres de los más
notables de objetos decorados del Neolítico Británico. Un nuevo
análisis utilizando imágenes de Transformación de reflectancia y
fotogrametría ha revelado evidencia de motivos anteriormente no
conocidos, que se tacharon y reelaboraron, haciéndose luego nuevos
dibujos. De ahí que estos tambores en piedra caliza no estaban
diseñados de acuerdo con un esquema único, pre-ordenado, pero
fueron sucesivamente tallados y con el tiempo llegaron ser como los
vemos. Tales prácticas pueden haber sido generalizada en la
fabricación de artefactos en el Neolítico britano. El estudio de
estos tambores también demuestra la capacidad de estas nuevas
técnicas no sólo para grabar motivos visibles sino de
reelaborarlos".
Mientras
que los estudiosos los llaman tambores, su propósito y uso no se
conoce con exactitud. Se dice que un investigador anterior especuló
que esos tambores se hicieron a toda prisa. Así esta investigación
sobre esas piedras que fueron encontradas en una carretilla en
Folkton Wold en 1899, llega a esta conclusión:
1-Estarían
reelaborados y hechos de manera bastante improvisada; argumentado que
los tambores fueron fabricados y enterrados rápidamente.
2-Los
tambores se colocaron detrás de la cabeza y las caderas del niño en
una tumba ovalada que se encuentra dentro de los dos fosos
concéntricos. El monumento tenía varios otros corredores.
Tradución
mía desde las palabras de Mark Miller
.
OTRO
MAGNÍFICO
BLOG (el de Carlos M. Lorenzo) PUEDE ENSEÑARNOS ALGO MAS SOBRE ESTAS
FIGURAS Y COINCIDENCIAS ENTRE
EL ATLÁNTICO Y LA PENÍNSULA IBÉRICA.
Megalitismo
Atlántico El Mundo Atlántico desde el Neolítico inicial hasta el
Campaniforme.
Carlos
Manuel Lorenzo
“La
Cerámica tipo BUNDSO"
En
las tumbas megalíticas de Dinamarca, se han encontrado en ocasiones
estas vasijas cerámicas características, con dos ojos con cejas
miran fijamente desde los lados de la misma. Según la información
proporcionada por el Museo Nacional de Copenhague en su página WEB,
esta enigmática decoración podría representar una muestra de la
adoración de la gran Diosa de Madre del Neolítico. Otros creen que
son simplemente un elemento decorativo. Sorprende su parecido con la
cerámica contemporánea de Los Millares.
El
adorno de ojos también aparece en otras partes de Europa que
comparten horizonte cultural Megalítico. En Dinamarca apareció
alrededor 3000 a.C.
Folkton
Drums. Estos objetos fueron encontrados por el canónigo Greenwell
William en 1889 cuando abrió un túmulo redondo en Folkton Wold.
Habían sido colocados detrás de la cabeza y las caderas del cuerpo
de un niño, en una estrecha fosa oval rodeada por dos zanjas
concéntricas. Varios otros cuerpos compartía el lugar de
enterramiento. La costumbre de enterrar a las personas con ajuar
"especial" había comenzado alrededor de 3000 aC. Esta
tumba es excepcional (los tambores son únicos) y da idea del estatus
del niño”.
(13):
Para
mostrar cuanto decimos y su sentido cultural, expondré que en Japón
la medida del terreno y de las casas es lo que denominan "heve".
Dicen, se corresponde con el trozo de tierra necesario para plantar
el arroz que un hombre come durante año (según algunos); o bien con
el espacio que un indiviuo ocupa tumbado sobre aquel -el sitio
necesario para dormir-. Siendo esta la medida que contienen siempre
los paneles de tatami, que no se fabrican en metros cuadrados, sino
en "heve".
(14):
REVESTIDOS
COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN
// JOSÉ
LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES
CARREDANO
// revista SPAL
20 -2007- //
(15):
VER
mis artículos:
ALTARES
TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y CRISOLES (Capítulo 103 de: "Los
bueyes de Geri en el Tesoro de El Carambolo"): ESTUDIAMOS EL
SIGNIFICADO DEL TORO Y SUS ASTAS, SIMBOLIZADO ENTRE LOS MARINEROS DE
LA EDAD DEL BRONCE COMO PUNTAS DE TIERRA O CABOS QUE SERVÍAN PARA
NAVEGAR. ESTUDIAMOS EL TORO COMO TOTEM CTONICO Y PROPONEMOS LA
IDEA
DE QUE EL PUIG CAMPANA Y EL CABEZO
DEL ORO PUEDAN SER OBSERVARORIOS ASTRONOMICOS.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/altares-tartessios-cultos-ctonicos-y.html
-
SMITHING GODS: HERRREROS, ALQUIMISTAS Y DIOSES ENJOYADOS (Capitulo
104 de: "Los bueyes de Geri en el Tesoro de El Carambolo"):
ESTUDIAMOS ESTAS FIGURAS LLAMADAS DIOSES DE LA FRAGUA O DEL METAL Y
LLEGAMOS A LA CONCLUSIÓN DE QUE LAS ESCULTURAS DE ENKOMI SON ESTE
TIPO DE DEIDADES. EN EL ARTÍCULO SE HABLA AMPLIAMENTE SOBRE EL
SIGNIFICADO DE LOS RITOS CTÓNICOS RELACIONADOS CON EL LIBRO DE
MIRCEA ELIADE "Herreros y Alquimistas"
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/smithing-gods-herrreros-alquimistas-y.html
(16):
PARA
COMPRENDER EL SIGNFICADO DEL TORO BRAVO EN EL MUNDO ANTIGUO,
RECOMENDAMOS LEER NUESTROS ARTÍCULOS:
"EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" Parte quinta: El toro bravo
en la Antigüedad; guardián y arma de guerra (De
"Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIV).
NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA
GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE HECHO.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
EL
GUARDIÁN SAGRADO DEL GANADO Y SU TOTEM SALVAJE -capïtulo
sexto de "EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" (Parte
LXXV de "Lo invisible en la mitologïa": "Los bueyes
de Geriön en el tesoro de El Carambolo")-. Sobre
la permanencia del toro bravo al haberse usado pare la guerra y para
evitar los asaltos o robos en el campo y ciudades. EXPONIENDO LA IDEA
DE QUE ESTE ES EL ORIGEN DE LAS CORRIDAS, ENCIERROS Y FIESTAS
POPULARES
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html
-EL
HOMBRE-TORO, BOYERO O MAYORAL, GUARDIAN DEL REBAÑO -de "EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA", capitulo
7 (Parte LXXVI de "Lo invisible en la mitología": "Los
bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. CONTINÚA CON
LA IDEA ANTERIOR, EXPLICANDO EL ORIGEN DE LA VENERACIÓN DEL MAYORAL
Y LA FUNCIÓN DE AQUELLOS PARA DEFENDER REBAÑOS, CIUDADES Y CAMPOS
EN LA ANTIGÜEDAD.
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/blog-post.html
(17):
Para
cuanto exponemos en este capítulo, recomendamos leer la obra de
MARIO MAS FELLONAR: "Sumerios en Andalucía" (una revisión
a la prehistoria del Mediterrámneo), Col. Autor 183 // Madrid 2013.
(18):
ARS
HISPANIAE, TOMO I; Prehistoria // Martín Almagro Basch // figura 84
// Editorial Plus Ultra, Madrid 1941
(19):
Para
el uso de las adormideras y otras drogas en la antigüedad, ver mi
artículo:
-DEL
FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte primera- : Sobre los fármacos
"sagrados" . DONDE
TRATAMOS SOBRE LOS FÁRMACOS USADOS EN CEREMONIAS RELIGIOSAS DURANTE
LA ANTIGÜEDAD Y SUS POSIBLES UTILIZACIONES EN TARTESSOS:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html
(20):
Sobre
la tipología de los puñales tipo Miraveche y Monte Bernorio,
recomendamos ver en la red el siguiente artículo de Beatriz
de Griñó Frontera.
LOS
PUÑALES DEL TIPO MONTE BERNORIO-MIRAVECHE
................................................................................
TAL COMO VENIMOS HACIENDO, INCLUYO MI MÚSICA
PARA LOS SEGUIDORES QUE QUIERAN ESCUCHARLA,
con motivo de celebrar que hemos superado
los trescientos mil lectores:
-TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE más de 220.000 lecturas
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/
-AÑORANZAS, RECUERDOS Y SEMBLANZAS más de 61.000 lecturas
http://recuerdosyanoranzas.blogspot.com.es/
-LEYENDAS DE LA MOTA DEL MARQUÉS más de 21.000 lecturas
http://leyendas-de-la-mota-del-marques.blogspot.com.es/
-SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS (dos blogs) más de 35.000 lecturas
http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/
http://sobrelostextosibericos.blogspot.com.es/
-DE CNOSSOS A TARTESSOS más de 6200 lecturas.
http://decnossosatartessos.blogspot.com.es/
.
De tal manera, incluimos mi música para todos los interesados.
En primer lugar podremos oir PLÉYADES, sexto movimiento de los doce que tiene mi ballet TARTESSOS, compuesto y terminado cuanto estaba en La Mili en Sevilla, en 1982 (grabación en semidirecto en Japón 1991). PULSAR SOBRE:
https://www.youtube.com/watch?v=Nw1g-OKTqyQ
.
Tras lo que invito a mis lectores a oir, la primera parte de MAEBASHI (LUZ); una de mis últimas obras. Suite de guitarra que también consta de doce movimientos, compuesta entre 2010 y 2011, dedicada a la ciudad en la que vivo (en Japón). En grabación semidirecta en Japón, pueden escuchar las tres piezas de la primera parte: LUZ (Atardecer, Amanecer y Luz de Maebashi).
PULSAR SOBRE SUS ENLACES:
https://www.youtube.com/watch?v=NV8uqxKW434
https://www.youtube.com/watch?v=oM_vIP7Ryyk
https://www.youtube.com/watch?v=oM_vIP7Ryyk