BAJO ESTAS LINEAS: Grabado del siglo XIX, en el que podemos ver la vestimenta de los sacerdotes judios (sumo sacerdote y levita) del Templo de Salomón. Tal como ayer explicábamos, si han conseguido descifrar y traducir el idioma fenicio (perdido) desde el arameo conservado escrito por los hebreos. De un mismo modo y con esa "técnica arqueológica", pudiéramos "interpretar y descifrar" las sociedades de Oriente Medio de los II y I milenios, a.C. (la fenicia, arameas, caananeas etc). Pues a través del análisis del mundo judio, pueden descubrirse de forma comparativa muchos de los significados y usos de los objetos que aparecen en los yacimientos. Ello, porque aunque las costumbres y religión fueran muy diferentes; sus modas, enseres, "tecnología", cultura y civilización eran entre todos aquellos muy cercanos. Debido a esto, muchos de sus rasgos y formas de vida pudieran testimoniarse con exactitud, si analizáramos desde el punto de vista arqueológico textos de Israel, como el Antiguo Testamento. En el que -por ejemplo- nos describe con gran precisión y simbolismo, la importancia y el significado que tenían las vestiduras y los adornos, en el mundo religioso del II y I milenio A.C.. Refiriéndonos al caso de los pectorales y su decoración, observemos en la imagen de abajo como el vestido de los sacerdotes y levitas del Templo, luce dos "tirantes" cruzados en el pecho. Mientras, el Sumo Sacerdote del Tabernáculo de Samolón, llevaba en el Racional del Juicio (pectoral de oro con las doce gemas, sujeto por cuerdas trenzadas en oro), un "chaleco mandil". Ephod, del que ya hemos hablado y que le salvaba de la pieza de oro del pecho, mientras sujetaba unas hombreras con dos grandes piedras que tenían tallado los nombres de las doce Tribus de Israel. (para ver la descripción de estas vestimentas que se hace en El Éxodo XVIII, consultar cita N. 5 de entrada anterior).


SOBRE ESTAS LINEAS: Vaso ibérico que anteriormente habíamos estudiado, fechado en el siglo III a.C. y procedente de San Miguel de Liria (pertenece al Museo de Valencia, al que agradecemos nos permita difundir su imágen). Observemos en este dos figuras masculinas, ceremoniando o danzando y que llevan "tirantes cruzados" a modo de trinchas. Mientras, a su lado izquierdo, una mujer parece que tiene el pecho semidescubierto con un gran torques en forma de lúnula (muy semejante a como lucían las egipcias el Menat o Usej -gran collar ancho y semicircular, que llevaban cubriendo los senos-). Además esta dama de la izquierda, porta un pectoral con forma de hacha doble, que en mucho nos puede recordar a los de El Carambolo y quizás nos descubra cómo estos se lucían, en la forma horizontal y sobre la piel. Por lo demás, los otros dos ceremoniantes (o danzantes) con tirantes cruzados, tienen mucho en común con la imagen que antes veíamos de los sacerdotes judios. Y aunque su comparación como ritual o vestimentas nada tienen que ver; parece que si pudiera existir relación entre estas modas que lucen los iberos y las que llevaban los israelitas. Costumbres que pudieron ser importadas por los fenicios, o por los mismos hebreos, que desde el siglo VI a.C. se vieron obligados a huir de sus tierras buscando zonas no conquistadas por Babilonia -en especial, las del occidente mediterraneo, tal como narran los textos bíblicos-.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Estela del siglo XI a.C., que representa al rey asirio Asurbanipal (pertenece al British Museum, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En ella podemos ver claramente como el monarca luce en su pecho los símbolos de los planetas y del Sol, algo normal en toda la moda asiria, aramea y de mesopotamia (tanto como en la egipcia y otras). Estos collares, como el que porta Asurbanipal, contienen los símbolos del Sol, la Luna y varios planetas, entre los que se distingue claramente uno, con forma de dos cuernecitos. Representación que consideramos se trata de la de Venus, ya que se encuentra entre las del Sol y de la Luna (correspondiendo con el ciclo del Planeta Vespertino, que nace al "morir" el Sol y reaparece al "morir" la Luna). Ello nos lleva a deducir que si aquel "amuleto" de cuernos es el de Venus Mesopotámica (llamada Ishtar; "la estrella" por antonomasia). Muy posiblemente los pectorales tartéssicos con diseño lingotes y forma de piel de toro, pudieran relacionase también con esta deidad. Ello porque si consideramos a Ishtar como Athor, la "reina de la belleza y el sexo", tanto como diosa con largos cuernos; sus animales de sacrificio y "sus hijos" (en la mitología) se corresponden con bueyes y toros. Un culto a Venus cornúpeta, que quizás también pudiera relacionarse con el las sacerdotisas del Laberinto de Cnossos. Mujeres de una gran belleza, que toreaban y saltaban sobre el bóvido salvaje, en ceremonias de adoración de la fuerza de la masculinidad (del dios de la guerra, comunmente representado como un toro bravo -o un león, en el caso del desierto-). Por cuanto expresamos, en los pectorales de los sacerdotes y de los monarcas del I milenio a.C., parece que se contenía simbólicamente parte de la mitología y conocimientos astronómicos de su civilización.
En la entrada anterior, habíamos analizado la importancia del Efod y el Pectoral del Juicio, del sumo sacerdote salomónico. Mostrando a su vez otros adornos de pecho en esculturas del mundo Escita, Asirio (e icluso ibérico). Por cuanto vimos, todo ello mostraba que aquellos pectorales eran quizás los atributos sagrados más importantes a fines del II y comienzos del I milenio a.C.. En nuestros comentarios sobre ello, afirmábamos que la joya pectoral llamada en Israel, Real del Juicio y que portaba el Sumo Pontífice del Templo de Salomón; tenía una numerologia semita, a la vez que se relacionaba con los tempramentos musicales y el calendario. Tras escribir esto, hubo quienes nos han preguntado los "por qués" de estas nuestras afirmaciones, solicitando más informaciónm sobre el tema. Pese a ello, no nos podemos extender mucho en este punto y para quien desee consultar cual y como era el medio de crear escalas musicales en el II y I milenio a.C., le recomendamos un estudio nuestro llamado CREACIÓN, TEMPERACIÓN E IMPRIVISACIÓN que pueden hallar en el siguiente portal:
http://www.funjdiaz.net/pubfich.cfm?ID_Publicaciones=1216
Por lo demás y en lo que se refiere a por qué en el pectoral judío, hemos visto numerología relacionada con los temperamentos y afinaciones, diremos: El arte de "temperar" se basaba en calcular las distancias o intervalos de las notas, en una sola cuerda (monocordo). Ello se hacía, dividiendo primero en dos partes iguales esta cuerda y así obtenían las dos primeras notas en su octava. Puesto que una cuerda tensada, pulsada en su mitad exacta, dará la misma nota, una octava más alta que si la hacemos sonar al aire. Es decir, que si tomamos un instrumento de cuerda y tocamos libremente una de ellas; observaremos que la nota que ha dado al aire es igual -pero una octava más grave-, a la que produce si apretamos la misma cuerda justo en su centro. Desde este principio entendido, para localizar la notas (en la Antigüedad) siempre se siguió un sistema de multiplicar o dividir las respectivas distancias (intervalos) entre 3/4 y 4/3. Curiosamete, el común de los temperamentos dieron como resultado 12 notas divididas en 7 naturales y 5 semitonos.
Por cuanto hemos dicho antes -y sin extendernos más- será muy sencillo comprender que en una distribición de 12 elementos colocados en 3 lineas y en 4 filas verticales. El resultado de todo ello se relaciona con 3/4; 4/3; tanto como con el 12 y con el 7, o el 5 (ya que 7, es 3+4; al igual que 3+4+5 =12). De ello que las sumas y divisiones que dan los paneles, se corresponda con las distancias de los intervalos en las notas musicales antiguas. Por su parte, el aspecto planetario -que también relacionaba gran parte de los pectorales a su simbolismo- queda de manifiesto al tratarse de 12 (número de los meses), divididos en 3 partes de 4 (que son las 4 estaciones comunes en Israel, aunque en Egipto se "invertía el orden, pues había 3 Estaciones de 4 meses cada una). Finalmente, se incluye en la numerología del pectoral salomónico el 7 (al ser 3 lineas de gemas y 4 filas); número que es el de la semana judía y que parte de una división del tiempo basada en la Luna (no en ciclos lunisolares, sinó en principio más bien en la duración de mareas, que giran sobre el día en periodos de 28 jornadas, muy similar el ciclo de ovulación y que puede dividirse en 4 semanas de 7 dias).
Muy diferente era la semana egipcia, de 10 dias; tanto como el sistema egipcio de numeración basado en su totalidad en el 10 y en "base decimal". Siendo la fórmula "doudecimal" una constante de Mesopotamia, que trabajaba la circunferencia y resoluciones de trigonometría. Para lo que dividir en 360 grados y en 60 o en 12, era en medio más sencillo de no encontrarse con difíciles fracciones. Ello, nacía fundamentalmente porque el mundo egicio partía de la lógica piramidal, triagular y cuadrangular, llegando a solucionar la circunferecia por medio del ello, por lo que trabajaba en decenas; mientras los semitas preferían la docena al anteponer el círculo (natural), al triángulo (artificial). Por lo demás, la relación entre los planetas, la astronomía y la música es más que conocida y se sabe que era teoría ya extendida en el siglo VI a.C. en Mesopotamia y Egipto. Así, la relación entre los intervalos de las notas y el de los planetas fue una filosofía aprendida por Pitágoras e importada a Grecia (conocida bajo el nombre de "música de las esferas"). Por cuanto decimos, cada nota musical se identificaba con un planeta, tal como hoy cada dia de la semana aún lleva el nombre ellos (Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno y Sun-day).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Ephod de Sumo Pontífice de Israel, sobre el que cuelga el Real del Juicio. Se dice que este pectoral se relaciona con las piedras de la adivinación, que parece ser llevaron en el pecho los sacerdotes en la más remota antigüedad. Ellas se usaban principalmente como fórmula última para tomar decisiones, metiendo en un saquito (llevado junto al corazón) una gema negra y otra blanca; sacando luego de la mencionada bolsita la que la suerte diera y decidiendo conforme a ello el "Si" o el "No". De estas voces nace el nombre que dieron al Pectoral que quizás por ello se llama del "Juicio", tanto como en hebreo le dicen: Thummim y Urim ("sí y no"). Pues tal como narra el Éxodo (XXVIII, 30), ordena Yahveh a Moisés:
"pondrás en el racional del juicio Urim y Thummim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entrare delante de Jehová: y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante de Jehová".
Entendido de algún modo lo que eran y simbolizaban estos pectorales de Sumo Sacerdoto (y rey, en algunos casos) desde finales del II milenio y comienzos del I a.C., pasaremos a analizar los de El Carambolo. Comenzamos por el femenino (o el del príncipe) que va a "juego" con los eslabones de la corona con decoración igual.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral de la reina (o del príncipe). Consideramos que se trata de una pieza femenina y con igual decoración que una de las coronas (la que a continuación recogemos). Estos ornamentos, seguramente tuvieran un simbolismo Lunar o Venusino (frente a los adornos solares, de la corona y brazaletes del rey). En todo su diseño, se observa claramente "la figura" de la "piel de toro" (o lingote) y tan solo se ven nueve bolas vacias en su centro. Número que no es casual, pues hubieran cabido más esferas en este lugar. A continuación analizamos su posible significado.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Eslabón de la corona, a juego con el pectoral anterior (pertenecería a la corona de la reina -o en su caso del príncipe-). Tiene curiosamente la cifra de once esferas vaciadas, en linea. No sabiendo si ese número pudiera tener una significación astronómica y numérica, tras esta imagen, analizamos y exponemos como eran los calendarios más básicos en la Antigüedad.
Como hemos visto, curiosamente en el pectoral aparecen 9 bolas semiesféricas. El número desde el punto de vista astronómico nos llevaría a Venus, cuyo ciclo es de casi 225 dias ( pues el "año verdadero" de Venus es de 224,7 dias). De tal manera, la "semana" del calendario venusino es de 9 dias y el mes de 5 semanas (5 x 9 = 45 dias). Finalmente, 5 meses completarían el ciclo anual de Venus (45 x 5 = 225), al que le sobrarían casi exactamente 140 días frente al año solar (de 365,2422 dias). Pese a ello, cada 8 años solares exactos, prácticamente se ajusta el Astro Rey con Venus y corresponde ello a 13 años venusinos. Ya que ocho años del Sol: 365,2422 x 8 = 2921,93 dias; mientras trece años de Venus son: 13 x 244,7 = 2921,1 dias. Es una fecha que concuerda igualmente en fases de la Luna por luz y por mareas. Así, siendo el ciclo lunisolar de 29,54 dias, 99 meses lunares, se corresponden a 2924, 46 dias (sobrándole dos días y medio al ciclo anterior). Finalmente y en otro ciclo, llamado el calendario de mareas; este que es de 28 dias (con semana de 7 dias), tiene un año de 13 meses; 28 x 13 = 364 dias (año de "lunimarea"). Cada 8 años de 364 dias, es 2912, al que sumándole 10 dias se llega a la cifra en que Venus y el Sol se unen: 2921.
Cuanto hemos expuesto son los calendarios antiguos más primitivos: El lunisolar de meses de 29,5 dias (alternando un mes de 29 y uno de 30) que con 12 meses, tiene un año de 354 dias. Unido al calendario de mareas de 28 dias (con la semana que nos ha llegado, de 7 dias) y con 13 meses, que forman un año de 364 dias. El Solar primitivo, de 365 (dividido en meses de 30 dias), compuesto por 360 jornadas a las que sumaban 5 dias al final de año. Tanto como el de Venus, con semanas de 9 dias, que completaban meses de 5 semanas (45 dias) y un año de 5 meses (formando un total de 225 dias). Todo ello hacia, como hemos dicho, que cada 8 años del Sol (365 x 8 = 2920 dias), se celebrasen fiestas en La Edad del Bronce, en las que se añadían o quitaban dias (de ajuste). En el caso de Venus, al tener un año de 225 dias (algo mayor al verdadero que es de 224,7), habrían de restarle 3 dias cada 8 años solares (ya que 13 venusinos 225 x 13 = 2925 y dos años del sol = 2922). En el de la Luna y su periodo lunisolar de 29,5 dias, con un año de 12 meses y un total de 354 dias (algo menor al natural). Coinciden casi 99 lunaciones con 8 años solares: 99 x 29,5 = 2920,5; mientras 365 x 8 = 2920. Por lo que para el ajuste entre Luna y Sol, bastaría con añadir un dia y medio (es decir, 3 cada dos ciclos). Finalmente en el año de mareas de 13 meses de 28 días = 364; 8 x 364 = 2912 a los que habría que añadir 10 dias para completar el ciclo total. Ciclo de dos años solares que en realidad son 2922 dias.
El resultado de cuanto hemos expuesto brevemente antes nos da las cifras que componen los años, semanas y meses de los planetas y que nos van a interesar siempre para la numerologñia antigua. Ya que corresponden a los ciclos de las deidades del Padre (Sol), la Madre (Luna) o del hijo (o la amante: Venus). Siendo las cifras más comunes de unos y otros planetas y sus revoluciones, las siguientes:
Al Sol le corresponden: El 12 (por sus meses) el 10 (por su semana egipcia) el 30 (por la duración del dia en su mensualidad) y 360 o el 365 (por sus año). A la Luna como luz lunisolar: El 29 y 30 (pues su ciclo es de 29,5); el 12, por el número de meses y el 354, por los dias de su año. A la Luna como mareas, el 7 (de la semana), el 28 (de su ciclo), el 13 (de su número de meses anuales) y el 364 (de su año). Por fin a Venus, le corresponden: El 9 (de su semana), el 5 y el 45 (de sus 5 semanas al mes de 45 dias), de nuevo el 5 (de sus 5 meses anuales) y el 225 (de dias que tiene su año). Conociendo esto, podemos conformar y analizar los adornos, por si tuvieran un significado calendárico.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral del rey. Observemos que la decoración es muy diferente a la del anterior (pectoral y eslabon), y esta consiste en bolas semi-esféricas juanto a la roseta del Sol (rosa de ocho puntas encapsulada). Si contamos las lienas que tiene en su centro con asombro observamos que lleva 12 rosetas a cada lado y 10 bolas en el centro. Ello nos habla claramente de un calendario solar.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Eslabón de la corona del rey (con igual ornamentación a la anterior). Contiene dos lineas de 13 rosetas en cada eslabón junto a dos lineas de 20 bolas a su lado. Ello son igualmente cifras relativas al calendario.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Los brazaletes del rey. Con igual decoración al anterior pectoral (rosetas y bolas), tiene 5 lineas de semiesferas en cada torques y 4 de rosetas. Algo que igualmente puede aludir a duración de ciclos solares.
Conclusiones al análisis de los pectorales y otras joyas de El Carambolo, tras presentar los datos y los ciclos calendáricos:
JOYAS DE LA REINA: Su decoración de una bola agujereada es femenina (representando posiblemente el útero, o el huevo abierto) y puede aludir claramente a la Luna y a un planeta "espejo" del Sol (como Venus). Contiene en su pectoral 9 semiesferas oradadas, que seguramente tienen un significado unido a la Luna o a Venus, dado que la semana de este último astro es de 9 días (para un ciclo total de 225). No hay más adornos en el pectoral que puedan tener sentido astronómico o simbólico. Por su parte el 9 es también el número de la Luna, en sus periodos lunisolares; debido a que 99 lunaciones es igual a 8 años del sol. En lo que se refiere al eslabón de corona, tiene 4 filas de 11 bolas. Ello ya deja claro que el significado de este ajuar es lunar, puesto que nos habla de 9 x 11 x 4. De tal manera, como hemos dicho que 9 x 11 ciclos lunisolares (99 lunaciones) corresponden a 8 años del Sol. Estas 99 x 4 lunaciones (396 meses lunares), serían casi lo mismo que 32 años de Sol (384 meses solares). Observándose que la diferencia entre unos y otros meses en este ciclo es de 12 (396 - 384 = 12).
JOYAS DEL REY: El pectoral lleva en su centro dos decoraciones que pueden tener de nuevo carácter sagrado y cósmico. Se trata de dos lineas de Rosetas encapsuladas solares, cada una de 12. Ello alude claramente a los meses del Sol y se relaciona con las 12 gemas que llevaba el Sacerdote Supremo del Templo de Salomón. En su centro, el pectoral tiene 10 bolas, que claramente también alude a un número solar, ya que la base 10 es la que se utilizó en el calendario egipcio para marcar las fechas. Siendo la semana de 10 dias, el mes de 30 y el año de 360 (al que se añadían 5 dias). Por su parte, las bolas en forma de dos medias lunas invertidas ("C" contrapuestas) de los lados, tienen un total de 13 bolas. Ello puede llevarnos hasta los 13 meses lunares del año de mareas 13 x 28 =364. Las otras dos medias lunas de arriba y abajo que rodean el pectoral tienen 17 semiesferas cada una, lo que obliga a pensar que quizás habla de los meses y semanas. Dado que si sumamos las 13 esferas anteriores a estas 17 el total es de 30 (13 + 17 = 30 dias, los meses del año egipcio). Por su parte, el calendario judio (semita o fenicio) era de semanas de 7 dias y el egipcio de semanas de 10 dias. Uno nacía de meses Lunares de mareas compuesto de 4 semanas de 7 (28 dias) y el otro de meses solares, hechos de tres demanas de 10 dias (30). La suma de ambas semanas sería 10 + 7 (17 igual que las bolas que lleva arriba y abajo el pectoral. La suma de la media luna de un lado y la que le continua es 13 + 17 (30, el total de dias del mes egipcio). La totalidad de semiesferas que rodea al pectoral es de 60 (los dias de dos meses egipcios). El resto de adornos que lleva el pectoral los consideramos pura ornamentación añadida.
Por su parte, ya hemos dicho que los eslabones de la corona llevan 13 rosetas en dos lineas, acompañadas por filas de 20 bolas y una fial de 8. Del mismo modo el numero 13 vimos que se relacionaba del calendario de mareas de la Luna. Pero por si alguno creyera que la ornamentación que analizamos es ajena a estos ciclos de 28 dias que componen un año de 354 en 13 meses, le invitamos a contar las bolas que rodean a estas rosetas. Que son lineas de 20 más una fila de 8. Total 28 bolitas y 13 rosetas = 13 meses de 28 dias (calendario de mareas). Por último, en los brazaletas hay igualmente 5 filas de semiesferas en cada uno que luede aludir claramente a los dias de la semana solar (10 jornadas) o a los que habían de añadir en el calendario solar (5 dias). Junto a 4 y 4 de rosetas encapsuladas, que pueden hacer mención a los ciclos solares, en los que cada 8 años parece el sistema minoico añadía 2 dias (los bisiestos).
Final: La suposición de que los fenicios y neohititas que llegaron a la Península Ibérica usaran el calendario semita -muy similar al judio con semanas de 7 dias (basado en la antigüedad en mareas) y ciclos lunisolares-, es absolutamente factible. Por su parte, que también utilizaran los púnicos que nos colonizaron el calendario egipcio -impuesto hacia el 2700 a.C. en el Nilo y que perfectamente conocían- es igualmente pensable. Por lo demás, siendo Fenicia y Anatolia de algún modo "hijas" de Creta y Micenias con Chipre (unidas al mundo arameo y mesopotámico), también pudieron heredar ciclos de tipo minoicos, con ocho años solares. Aunque ciertamente, los calendarios que pudieron manejar los íberos, neohititas y fenicios que habitaron o vinieron a nuestras tierras en el siglo VII a.C. (cuando se fecha este tesoro) eran: El egipcio (con 3 semanas de 10 dias por mes y 12 meses al año), tanto como el cananeo-arameo y mesopotámico (hoy judio), con semanas de 7 dias, meses de cuatro semanas y ciclos de 29,5 dias (meses alternados de 30 y 29 dias). Dichos ciclos anuales (el egipcio y el semita) eran perfectamente conocidos por cualquier habitante de aquellas civilizaciones, hasta el punto de regular toda su vida laboral, religiosa y social. Por lo que de seguro fueron exportados allende los neohititas o fenicios (y judios) llegaron. De ello creemos que nuestra interpretación calendárica de estos pectorales tartessios sería admisible y una hipótesis a estudiar quizás más a fondo.