AL LADO: Típica aldaba o llamador de puerta y cancela español, con un modelo muy popularizado desde los siglos XVIII y XIX; cuyo origen si duda está en la lamada "Mano de Fátima" entre los árabes, denominada Mano de Miriam por los judíos. Colgador que principalmente se sitúa en las entradas de las casas, para protegerlas contra el mal de la envidia (el Aojo). Su origen es milenario y como veremos en el artículo de hoy, se remonta al menos a cincuenta siglos de antigüedad. Habiendo conservado casi un sentido igual hasta nuestros días y en todas las culturas mediterraneas donde se mantiene, siendo común su uso entre los musulmanes, hebreos y cristianos.
ABAJO: La citada mano del Nazar del islam, es denominada Jamsa y de Fátima entre los musulmanes, tanto como Mano de Miriam o de Hamses, por los israelitas; a las que igualmente decían "manilla o manecillas" apotropáicas en los siglos XVII y XVIII entre los cristianos. Su uso estaba tan divugado como el de los escapularios más católicos hasta bien entrado el XIX y era utilizado ese talismán por casi todas las civilizaciones del Mediterraneo. Sirviendo para combatir el mal fario, tiene una honda simbologia enraizada con el más profundo sentimiento religioso y mágico; como lo es el poder de las manos. Apéndices fundamentales para la creatividad y el trabajo del hombre; siendo aquellas usadas -por ejemplo- para "imponerse" sobre el iniciado o ante el enfermo (entre los religiosos y curanderos). Tanto como para transmitir "las fuerzas sobrenaturales", que se considera no pueden transferirse de otro modo material o humano, más que a través de tocar, cubrir y comunicarse por medio de la "energía y la fuerza" que muchos afirman las palmas y los dedos "contienen".
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Diosa que en la gran mayoría de los casos lo fue la del trabajo y la artesanía, tanto como la de la agricultura y la siembra, de los partos y de la bondad, por ser obras manuales. Pero también aquella era fundamentalmente la deidad de las artes y de la creación -en especial de la danza y de la música, por tenerse estas disciplinas en la Antigüedad entre las más sagradas-. Ello porque como decimos, para la siembra y la recolección son fundamentales los dedos, que se sabe usaron las madres a imagen y semenajanza en la tierra y en sus vientres. Imitando en el terreno la forma en la que las simientes entraron y germinaron en sus úteros; dando a luz al retoño que aquellas interpretaron como la planta que de la tierra nacia (tras ser semillada, fecundada, cuidada y parida). De igual manera, las artes y artesanías eran protegidas por la diosa que cuidaba nuestras las manos; aquella que en muchos casos se identificaba con una Afrodita o Venus, por ser la portadora de la belleza (en esta caso artística), tanto como por una "magna mater", símbolo de la creación y de la creatividad. De ello que uno de los cultos más antiguos que conozcamos, cuando aún el hombre habitaba las cuevas, sean aquellas pinturas rupestres que representan manos; cuyo significado seguramente se une con el que tuvieron las Venus Paleolíticas. Algo que consideramos se auna plenamente al sentido de las porteriores Afroditas y en especial a una de las más antiguas como lo fué la diosa egipcia Hathor.
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Esta última es la "magna mater" egipcia más primitiva, en mucho asemejada con la propia Isis y se representa como la "madre nutricia" o vaca que con su leche cría a la humanidad. De tal manera, es plena su identificación con las aguas y con los limos del rio Nilo, que regaban las cosechas y proporcionaban el alimento a Egipto. De igual manera que se constituye esa diosa agraria, de la fecundidad y de la prosperidad (e incluso de la felicidad y la alegria) como símbolo de la creación. De esta última relación nace que aquella sea igualmente la patrona de las artes y en especial de la danza y de la música, por cuanto el erotismo que el baile contiene se entendía como un modo de iniciación o de ceremonia hacia la reproducción y el renacer del ser humano. Siendo los atributos de Hathor por todo ello y en primer lugar, la Luna (o el espejo), imágen de la feminidad capaz de repetir y transformar la realidad humana y masculina "en aguas"; escenas verdaderas que como el reflejo de un sueño visto sobre el estanque -o un lago-, son capaces de generar y hacernos vivir las mujeres (transformando la realidad). Generando una imágen mágica y soñada en la humanidad; provocando así la atracción del hombre hacia el más allá, que aquellas (como madres y divididas en varios seres) son capaces de multiplicar -y hasta "reproducir vivamente"-, generando un mundo de mundos; una hiperrealidad superior al ser humano, que "embruja" al macho (carente de este sexto sentido, por cuanto no puede multiplicarse ni siente vidas en su interior).
AL LADO: Representación de Hathor como Isis, entregando su "menat" al rey Seti I (bajorrelieve de la dinastía XIX, reinado de Seti 1291-1278 a. C. propiedad del Museo del Louvre, París; al que agradecemos nos permita divulgar su imágen. Pieza procedente de laTumba de Seti I en el Valle de los Reyes). Más adelante hablaremos de nuevo sobre el significado del ritual de la "menat" (o Menhat) -del que ya hemos tratado en algunas entradas de este blog-. Celebración consistente en la entrega del collar sonoro que portaban algunas bailarinas, concubinas o reinas, y del que se despojaban como última prenda que les "vestía". Lo que realizaban en una danza cargada de erotismo al ritmo y música que aquellas cuentas y la placas del collar producían, al moverlas frotando a modo de maracas. Observemos en la imagen que además esta Isis-Hathor presenta otros atributos comunes a ambas deidades como son: El espejo y Luna sobre su cabeza, que se remata con los cuernos de aquella (en creciente o menguante). Siendo de suma importancia que esta diosa de la imagen tenga sus orejas y cabeza cubierta por cobras reales, como símbolo de las aguas y de la protección agraria (recordemos que antes de la domesticación del gato, los silos hubieron de guardarse con sierpes). Se completa la escena con un detalle de importancia como es el hecho de que este destacado rey (Seti), se une intimamente a la diosa tomándola de la mano; en una imagen que nos recuerda sumamente a la del matrimonio, pero que también tiene un sentido sexual de gran importancia. Concediendo a la mano la facultad de ser el modo en el que queda la unión entre la diosa y el faraón completada (haciendo ver que aquella representada como Isis no es otra más que la esposa de Seti I).
ABAJO: El faraón Horemheb (dinastía XVIII) en su tumba de Tebas, representado junto a Isis; ofreciendo a la diosa libaciones de fertilidad. Elegimos esta imagen en la que nos será muy difícil determinar si la representada es Isis o Hathor. Ello debido a que además de lucir los comunes atributos (el disco lunisolar y los cuernos), la deidad que aquí figura también tiene un pecho al descubierto y sus orejas apuntan a ser un tanto puntiagudas (en forma de las vacunas, como lleva Hathor). Simbología que claramente se identifica con aquella diosa de la leche y la fecundidad, al igual que con Isis. Algo que aún más se apunta al ver al faraón Horemheb sosteniendo libaciones, cuyo significado suele relacionarse con la plantación o la fecundidad y el riego de cosechas (ritos tipicamente "Hathórides"). Por cuanto decimos, nos será muy dificil en Egipto diferenciar la Gran Madre (Isis) de la Afrodita Venus (mater, Hathor esposa de Horus); algo fácilmente comprensible en la civilización nilota debido a que los súbditos del faraón entendieron la belleza o el desnudo como un cauce o manantial del amor y el medio para llegar a copular (fecundación que precede necesariamente a la maternidad).
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Como diosa de la belleza y de la fertilidad era Hathor la patrona de la danza, portando como atributos preferenciales un sistro (sonajero), y el Menat collar -que antes vimos-. Pero a su vez, como deidad de la agricultura y de la fecundidad de las tierras (que se lograba con el trabajo de las manos), se le rendía culto a través de la música; arte que esta diosa presidía (cual Musa entre las Musas). Siendo sus epítetos más conocidos los de: "Señora de la alegría y reina de la danza. Maestra de la música y de las tañedoras del arpa; dama del baile y del canto coral, musa la tejedora de ramos florales; mayor patrona de la borrachera sin fin". Todo lo que nos muestra que esta Hathor presidía las festividades y celebraciones, tanto como las procesiones y festivales más "alegres" y hasta "degenerados" . Siendo una mezcla de Dionisos y Apolo, tanto como una Musa, Venus y Magna Mater. Por cuanto no es de extrañar que fuera una diosa de la felicidad, la alegría, la fecundidad, la diversión y hasta de la cultura (todo ello unido a la maternidad y la bondad). Siendo uno de sus símbolos protectores el talismán de la mano, como apéndice humano imprescindible para ejecutar las artes y realizar las labores agrarias, y que por ello representaba a esta Isis (madre vaca, musa de la belleza y Luna).
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Como dijimos, presidía aquella diosa toda fiesta o banquete, tanto como la infinidad de conciertos y bailes que de continuo los egipcios hacían (de carácter profano o sagrado). Danzas que se acompañaban principalmente con percusión, tanto como con los instrumentos más sofisticados que ya en el III milenio a.C. existían en el Nilo (laudes, panduras, flautas, trompas y arpas -entre otros-). Pero sobre todo la imagen de aquella Hathor se recordaba con las percusiones más escandalosas y en las palmadas (palmas); de lo que su símbolo por antonomasia fue la mano -y en un segundo término, el sistro (sonajero) o el menat (collar que se usaba como maracas)-. Ello porque aquellas percusiones y palmas que acompañaban las fiestas eran los ruidos más alegres y que precedían los cortejos de Hathor; cuyos sonidos de las "castañuelas" (egipcias) anuciaban los bailes y la llegada de las danzarinas de esta diosa de la belleza. Quienes tocaban ruidosamente los llamados "palillos" (o "castañetas"), usados por todo el Nilo para saltar y danzar. Originariamente este instrumento hecho con palos (hoy castañuelas) se tocó con dos trozos de hueso (o maderas) que representaban manos y que se hacían repicar, vibrándolos sostenidos entre los dedos. De ello consideramos que procede el amuleto y talismán egipcio, llamado Mano de Hathor; que fue tenido por uno de los más eficaces para combatir males (entre los más antiguos de los que se usaron en el Nilo).
ABAJO: Amuletos egipcios propiedad del British Museum, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen. Se fechan entre los años 2181 al 2130 a.C., habiendo sido ese tipo de talismanes muy usados entre la V a la XII dinastia (2492-1786 a.C.). Observemos que entre estos ya se encuentra la llamada Mano de Hathor, que se consideraba en el III milenio como apotropaico. Siendo aquel talismán, con toda seguridad, el origen de los diversos colgantes con forma de mano que se usaron posteriormente y aún se utilizan en zonas del Mediterraneo -y cercanas a este-, para combatir el Mal de Ojo. Habiendo nacido en nuestra opinión la Mano Jamsa o Hemusa (tanto como las hechas por los fenicios entre los siglos X al III a.C.), de esa palma Hathorida. Incluso creemos que gran parte de la fuerza y el poder que se le concede a la higa aún hoy, procede de este talismán en forma de mano, que en Egipto fué uno de los más reverenciados.
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Enfermedad que en su mayor parte se debía al contagio de la Clamidiosis y que como dijimos era mal endémico en el Nilo, tanto que hemos visto, se conocía hasta no hace mucho con el nombre de "oftalmia de Egipto". De ello creemos que esta unión de la diosa de la música y la del sexo jugara un papel fundamental como patrona de los ciegos; debido a que los hijos de contagiados con esta bacteria venérea (la Clamydia Trachomatis), nacían invidentes. Debiéndose dedicar en su mayor parte al oficio de músicos aquellos bebés ciegos, para los que a pesar de su terrible estado, hubo abundante y prestigioso trabajo en el Nilo. Por su parte, el contagio de aquel tracoma era inevitable en un lugar con una densidad tan alta de población y una salubridad y clima tan duros como el de las tierras del faraón. Donde decenas de millones de personas apiladas a la orilla del rio, habían de compartir aguas que se mezclaban con todo tipo de residuios y llegaban hasta la desembocadura del Delta, tras haber pasado por miles de usos y habitantes. Pues como es sabido, en Egipto no hay más agua que la de este Nilo sacro, que por mucho que se pretenda filtrar en pozos (o con carbonos), no podía entonces ser liberarda de bacterias desconocidas y fatales, tales como las Clamydias.
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De todo ello consideramos que la ceguera y la música estuvieron tan íntimamente unidas, como el tracoma y la sexualidad; puesto que bien era sabido desde la más remota Antigüedad que todo nacido de contagiado con blenorragia (enfermedad a la que llamaban "estrangulación del sexo"), venía al mundo irremediablemente invidente. Por aquel motivo que la invocación con sonidos a la diosa de la fertilidad fuera fundamental en los partos, tanto que su mano se debió tomar como símbolo y talismán principal para la proteción del recién nacido. Ello porque esta diosa Hathor era tanbién la patrona de la medicina y en especial de la salud del recién nacido; como protectora de las parturientas, de lo que se la instaba como abogada del neonato para que aquel pudiera llegar bien (y sobre todo nacer con vista). Algo que en una gran parte de los casos no sucedía así, por la enorme cantidad de contagiados por tracoma y blenorragias que allí se daban. De lo que estos infelices que nacían en el Egipto Antiguo ciegos, rápidamente se tomaban bajo la advocación y protección de los templos de Hathor, donde se les enseñaba la música.
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Entendiendo nosotros ahora con gran facilidad -y después de años de estudio-, por qué aquel símbolo en forma de mano y señal de Hathor (de su percusión) era el talismán contra el "mal de ojo". Aojo o maldición que en los tiempos más remotos no era otra que la de la invidencia (tal como su propio nombre manifiesta). Enfermedad que se sabía transmitida por vía venérea, de lo que aquella ceguera se identificaba con los abusos sexuales o los contagios por falta de higiene de los padres (y de quien contraían la "llamada estrangulación del sexo" que hoy sabemos es la clamidiosis). Siendo así que a la diosa de la fertilidad y la maternidad (Hathor), se le rogara para que aquello no sucediera. Concluyendo que el origen de este amuleto en forma de mano, en nuestra opinión, seguramente naciera de las castañuelas (o palillos) de percusión "Hathóridas"; que se hacían con un trozo de madera en la que se tallaba "la palma y los dedos" de la diosa -y a veces también el rostro de aquella deidad de la música-.
AL LADO: Estela votiva procede de Cartago, de los siglos III al II a.C. (perteneciente al Museo de Cartago, al que agradecemos nos permita divulgar su imégen). Observemos en esta, junto al símbolo de la diosa Tanit (que es el caduceo) las dos manos, que consideramos se identifican con las de Hathor. Ello porque recordaremos que la diosa Tanit es asímismo Astarté y ambas son iguales en sus atributos y funciones a la Hathor egipcia. De lo que esa estela fenicia en la que observamos dos pamas abiertas, nos sugiere un pleno carácter egipciante. Significando aquellas no solo el símbolo de una salutación o la alabanza, sinó principalmente la mano Hathorida de la protección. Que como hemos visto, de ir unida y junto a otra palma, significaba además "la concordia" (al menos entre los pueblos semitas de influencia egipcia, como el hebreo o el púnico). Muy interesante es la observación de estas manos que contiene la estatuaria y amuletos fenicios, de las que se sabe nacen la Jamsa o Hemesha (Mano de Miram entre los judíos, o Mano de Fátima para los musulmanes). Concluyendo que estas son el origen de aquellas otras que han llegado hasta nuestros dían en talismanes protectores de los males del ojo y en forma de dedos (entre los que incluso se incluye "la higa" -ver entradas anteriores-).
ABAJO: Magnífico ejemplar de baqueta en marfil de hipopótamo que representa la Mano de Hathor (pertenece a la colección Drovetti, a la que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Fechada en el periodo del Reino Nuevo, se tata de un "palillo" de percusión, para tocar panderetas o hacerse sonar por vibración golpeada contra otro, repicando. Su imagen es la que mencionábamos de la mano de aquella diosa de la belleza y de la música; con la que se esculpían en Egipto desde tiempos inmemoriales estas baquetas para los tambores, los instrumentos de percusión y las castañuelas (los palillos).
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Siendo considerada esta deidad llena de deformidades, también la representación misma del falo y de los testículos, que posteriormente pasó a ser el más eficaz talismán contra el Aojo. Mal de Ojo cuyo origen dijimos que estaba en las enfermedades sexuales (y que transmitían la ceguera); del que posiblemente se pudo intentar huir ascultando el pene. Tanto como cerciorándose antes de unirse a alguien de que los órganos sexuales de aquel con el que se iba a mantener una relación, no estaban infectados de blenorragia. Hecho este que quizás derivó a que Bes (tan feo como un órgano sexual masculino) fuera la garantía de no paceder el fatídico Mal de Ojo. Deidad que como se sabe, simbolizaba el falo y cuyo significado inicial pudo estar en el reconocimiento de los penes y sexos contagiados de venéreas (algo ciertamente fácil de detectar en determinada fase de la enfermedad que estudiamos). Por todo cuanto exponemos, este idolillo no se separaba de Hathor; tanto que siempre la acompañaba (figuradamente) en la danza. Quizás representando el baile de ella, la belleza de la sexualidad femenina; mientras Bes pudo simbolizar lo burdo del hombre en este campo (la fealdad del cuerpo y del sexo masculino). Considerando en nuestra opinión y teoría que de este Bes también nació el "dios del Ojo" fenicio, del cual viene directamente el amuleto del Nazar (el de la pupila azul).