Este estudio que consta de dos partes y en el que creo poder demostrar la existencia caracteres y signos de la diosa hitita Kubaba en el Tesoro de El Carambolo. Desearía dedicarlo a las personas que lucharon por cambiar ciertas creencias y costumbres, que en la Antigüedad eran verdaderamente terribles. Logrando con su esfuerzo (comunmente costándoles la vida) modificar unos ritos cruentos, realizados a través de sacrificios humanos y que fueron sustituidos por otros basados en la solidaridad, el cariño y en celebraciones sanas. En la presente entrada tendremos que leer como eran los rituales de la "Madre Cibeles" (Kubaba hitita), practicados en el Capitolio de Roma y que entre otras cosas obligaban a sus sacerdotes a autocastrarse publicamente, para ofrecer sus testículos a aquella diosa -o a los fieles a mutilarse, para regar el templo con su sangre-.
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Como digo, gracias al esfuerzo de muchos y en plena decadencia del Imperio, estas horribles celebraciones fueron abolidas para ser sustituidas por ritos incruentos. En otros lugares ajenos al Mediterráneo y en plena Edad Media igualmente lograron acabar con esos rituales que mutilaban o sacrificaban humanos, implantando creencias nuevas y solidarias. A todos los que consigueron que el Mundo fuera mejor; gracias de veras... .
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-Esta entrada es continuación de la anterior; siendo imprescincible la lectura de la que le antecede para comprenderla. El link de la anterior es el siguiente. Pulsar sobre linea azul para leer: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_26.html
AL LADO: Pequeña caricatura hecha por mi mano, del profesor Jaime Alvar Ezquerra, una de las mentes preclaras de la arqueología moderna. Basaremos la segunda parte del estudio sobre Kuybaba y Cibeles, en uno de los libros de este investigador cuyas publicaciones (en verdad) son un lujo para el lector -por cuanta documentación y aportaciónes contienen-. Jaime Alvar, junto a otros investigadores -como Sebastián Celestino Pérez, Javier Jiménez Ávila o Bendala- animan y enorgullecen a cuantos somos apasionados de la arqueología tatessíca. Al ver que el final de siglo XX y el comienzo del XXI contiene una generación de especialistas tan capaces como los hubo a mediados del pasado (con investigadores que en parte sigueron a Schulten y con figuras tales como García Bellido, Almagro Basch, Maluquer de Motes o Juan de Mata Carriazo).
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ABAJO: Portada del libro LOS MISTERIOS Religiones "orientales" en el Imperio Romano; de Jaime Alvar (Crítica; Bacelona 2001). Tal como decíamos en el pié de foto anterior, en la segunda parte este estudio nuestro de hoy seguiremos lo que expone el profesor Alvar acerca de los Misterios. Cocretamente sobre los cultos frigios; religiones que fueron importadas desde esta zona de Anatolia hasta la Antigua Roma. Ritos y ceremonias que consideramos de gran importancia para poder conocer en qué consistieron las antiguas religiones de la Península Ibérica (que hubieron de ser muy similares a las del resto del Mediterráneo).
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Tal como expusimos en la anterior entrada, en mi opinión hemos encontrado en el collar del tesoro de El Carambolo escrito el nombre de la diosa "Ku-y-ba-ba", (comunmente conocida por "KUBABA" o "KYBEBE"). Deidad que es la antecesora y de la romana Cibeles y cuyo orígen está en los cultos ctónicos de la fertilidad y del metal. De ello que fuera adorada en la forma de un betilo (aerolítico) tanto en Mitani, en Frigia, como entre los romanos. Piedra cuadrangular que considero simbolizaba a la diosa de los minerales; de lo que habíamos deducido también que la voz "civilización" tenía aquel origen etimológico, naciendo de la voz "Cibeles" y esta a su vez de "Kuibaba". Cuyo significado era el betilo (cúbico) que se veneraba como recuerdo del principio de la metalurgia -del hierro-. Una arte o sabiduría nacida del mineral que proporcionaba las armas, imprescindibles para mantener la paz y la Sociedad en aquellas nuevas civilizaciónes férreas -metal que por primera vez se halló en el interior de los aerolitos-.
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1)- EL MITO DE CIBELES Y ATTIS; Orígenes y fuentes diversas :
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Su carácter de "ama" la hace una deidad unida a la medicina, ya que la leche materna se entendía como alimento y como remedio contra las enfermedades. A su vez el secreto de su protección y del dominio sobre los animales parece residir en tres factores: En su desnudez, en su capacidad de amar -amamantar- y en sus torques. Collares y brazaletes de metal que indican claramente como aquella figura tan primitiva de diosa nocturna, es una madre reina, pero a su vez es una diva de los minerales. Figurando así como dominadora de las bestias, ya que el cobre o el bronce era por entonces, el medio por el que se lograba abatir, protegerse o capturar a las fieras.
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Evidentemente, el mineral cúpreo o de estaño con el que en el siglo XVIII a.C. se hacían las armas, procedía directamente del bloque de piedra; puesto que aún no se había logrado generar un proceso metalúrgico-minero por el cual la materia prima casi se desconociera por aquellos que la usaban. Consecuentemente, las piedras que todos veían y tocaban podían contener cobre en su interior; secreto del que al parecer participaban las mujeres quienes separaban unas de otras (para luego calentarlas y obtener el metal). Una forma de trabajo que aún se continúa haciendo en todo lugar rico en mineral cúpreo y donde aquel no se extrae por excavación -al igual que en zonas argénteas-. Donde curiosamente son las mujeres quienes se dedican a separar las piedras que contienen metal, al saber aquellas intuitivamente mejor cuales son ricas en cobre u otros. Tras ello, los restos obtenidos cúpreos o de casiterita (que se conseguían separar de la rama o de la plata), se usaban para mezclar o fabricar el bronce; todo lo que en los milenios III y II a.C eran las fuentes de la riqueza y de la protección en las Sociedades más avanzadas.
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De todo lo que es comprensible que aquella madre tierra que regalaba los minerales (como si se tratase de su cosecha), se represente como cuidadora y alimentadora del hijo -los hombres-, a los que ayuda a combatir todo mal o fuerza terrible de la Naturaleza (figurados en el feroz león). Comprendido ello, podremos entender el incio del culto de la que luego fue Cibeles, cuya antecesora más directa vimos era esta Hebet hurrita. Del mismo modo, razonaremos por qué en una piedra (betilo) pudo simbolizarse el poder sobrenatural de la maternidad o la partenidad de los dioses. Siendo esta una constante en todas las religiones que adoraron de un modo u otro a lo pétreo (un culto comunmente relacionado con los instrumentos de trabajo, las armas o la civilización).
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Por lo demás, el hecho de que las más primitivas hachas se hicieran en piedra pulimentada -objetos que hallarían los antiguos en las tumbas, dólmenes y viejos santuarios-, acrecentaría este interés acerca del valor sagrado de lo pétreo. Unas armas líticas que guardaban y veneraban hasta no hace tanto; tras encontrarlas bajo tierra y como si se tratara de preciados tesoros, ya que se suponía eran enviadas por el rayo (o por los dioses al caer del cielo). De tal manera, en Roma era sabido que uno de los cultos más antiguos fué el de ese Júpiter Lápidus, adorado en un hacha pulimentada y sobre el que juraban sus cargos los más distinguidos mandatarios del Imperio. Deidad pétrea que sin lugar a dudas mucha relación tuvo con el doble faz Cretense (Labrys) cuya forma era igualmente la del lingote metálico para crear armas. Aunque esas bifaces de piedra fueron más bien tenidas como un talismán protector de la tormenta y de las que incluso se afirmaba, eran de origen aerolítico.
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Una costumbre y creencais que llegaron casi hasta nuestros tiempos, en los que aún escuché hablar de varias supersticiones -de gran belleza- acerca de las llamadas "piedras del rayo". Hachas neolíticas, que al hallarlas las gentes en el campo, decían era un trozo del relámpago que al caer sobre el terreno se hundía siete varas (unos cinco metros); para ir emergiendo del suelo una vara por año y conseguir salir del todo al séptimo. Por lo que el afortunado que las encontraba, gozaba de la protección contra el rayo, las tormentas (e incluso las enfermedades) (3) -en nuestra imagen bajo estos párrafos recojo una de estas "piedras del rayo"-. Todo ello conformaría la mitología que rodeó a Odín y a Thor (con su matillo), pero igualmente a Hefaistos y al Labrys de Creta. Deidades del metal antiquísimas de donde creemos fue originada Cibeles, como diosa del mineral y de la protección; nacida desde estas maternidades (como la referida Hebet) y desde la bifaz pétrea , tan cercana al hacha doble Minoica, que se unían al concepto del lingote (imprescindible para crear las armas que daban la seguridad y el poder). ABAJO: Curioso ejemplar de bifaz en fibrolita a la que se atribuían poderes mágicos en la Antigüedad -y hasta no hace mucho-, que puede verse expuesto en el Museo Provincial (arqueológico) de Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar la imágen-. Observemos este hacha de grandes dimensiones (unos treinta centímetros) que no fue utilizada en su época, ya que carece de marcas o golpes. Por estar fabricada en piedra no muy resistente, ha de suponerse tuvo originariamente también un carácter votivo. De ello que posiblemente aquel que hace cientos de años la encontró y guardó como un amuleto contra el rayo, la hallara en un lugar semisagrado (necrópolis neolítica o bajo algún santuario antiquísimo). Lo que concedería un carácter más que especial a esta bella bifaz, que tenían como mágicas aquellos que por entonces desconocían la Historia (sin saber que en los más remotos tiempos estos objetos eran usados como hachas o martillos -de mina-).
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Por su parte, este mito -tan difícil de comprender- es completado por el relato de Diodoro Sículo (III, 58, 4), quien relata que tambien hubo contacto carnal entre Cibeles y Attis afirmando que ella queda embarazada de su hijo. Lo que sucede en la boda del mismo Attis cuando se caso con la hija de Midas (Io) y donde el propio Agdistis (su abuelo) comenzó a tener un irrefrenable deseo, tanto como todos los varones presentes en la fiesta -quienes comienzan a tener impulsos imparables sexuales, enajenándose-. En pleno éxtasis, Attis se cercena los genitales con un pino -que por ello se convierte en el árbol de ese dios-. Por su parte, Midas (el suegro) arrebatado por el mismo impulso erótico hace lo mismo, emasculando su sexo y la novia igualmente enajenada se amputa los pechos (naciendo las flores de violeta de su sangre). Mueren todos y entonces Agdistis pide a Zeus que devuelva la vida a Attis, quien queda incorrupto en su tumba de Pesinunte -según recoge Pausanias (I, 4, 5)- donde le crecerá el cabello y aún moverá el meñique en su sepulcro. Según el texto de Arnobio, es Cibeles quien recoge el sexo cercenado de Atis y lo lava, antes de darle sepultura. (6)
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El terrible y complejo mito de Cibeles y su hijo Attis que hemos leido, se completa con diversos pasajes de textos clásicos. Fuentes antiguas que pretenden de algún modo explicarlo o de simplificarlo, ya que aquellos cultos de origen frigio parecen incomprensibles en su esencia y espíritu. Creencias que a todos se nos hacen por su contenido, absolutamente ininteligibles y por lo curioso de sus leyendas, inexplicables en su sentido místico. De tal manera, Heródoto (I, 34-43 ) Pausanias (VII, 17, 9); creen que Attis murió por el ataque de un jabalí enviado por Zeus; aunque en opinión de Jaime Alvar esta versión de Heródoto y Pausanias, tan distinta a la original, se trata de una leyenda muy contaminada por la de Adonis (en la que el hijo de Cibeles se tendría como aquel otro dios oriental de la belleza) (7) . Algo muy semejante es lo que sucede a Ovidio (en Fastos IV, 223) que ofrece la idea de que Attis era simplemente un pastor frigio que rompe el voto de castidad ofrecido a la Gran Madre. Así Atis -hombre- se dispondrá a contraer nupcias con Ion, la hija del rey Midas de Pesinunte; motivo por el que su madre-abuelo Cibeles-Agdistis actua como amante abandonada (que se vengará del aquel) (8) . Pese a las múltiples versiones que los autores romanos dieron, la verdadera creencia frigia era que ese hijo de Cibeles moría por autocastración (de lo que sus sacerdotes debian someterse a ese terrible rito -comunmente de manera pública y durante las fiestas de aquella diosa-. Preciosa escultura en mármol que se cataloga como la diosa Fortuna; propiedad del Museo Arqueológoco de Sevilla (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen): De época de Adriano y procedente de Itálica (fechada hacia el 130 d.C.) hemos de plantearnos si realmente se trata de una Tiche griega o de una Cibeles romana. Ello porque la diosa de la Fortuna de Roma no va coronada con esta diadema en la que figura la muralla de la ciudad, sinó que simplemente va tocada con un sombrero (e incluso calva si es la "ocasión" de la fortuna -tal como dice el refrán-). Debido a lo que consideramos que la escultura en imágen, está fechada ya en época muy tardía como para ser una deidad helena y ha de considerarse una Cibeles. Diosa que lucía en su cabeza el muro de la urbe, seguramente como símbolo de la protección y del civismo (manifestando que tras aquella muralla se hallaba el mundo de Cibeles: El cívico).
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Por su parte, personalmente creo que esta corona de Cibeles está heredada desde el tocado de Kubaba y de las deidedes hititas, que portan un "pilos" o gorro de tipo frigio-anatólico, con formas muy pronunciadas. Adornos en la cabeza, que en el caso de la neohitita Kubaba vimos (y veremos en fotos más abajo), era ese sombrero con los signos del Sol y de la Luna, similares a los signos tartéssios. Igualmente el de otras deidades que se le asimilaron (como Arinna) fue un enorme tocado con forma de monte. Sombreros llamados "pileus" que guardaban esos diseños de colinas prominencias terrenales que igualmente llevan muchas de las damas ibéricas. Esculturas prerromanas de la Peninsula en las que es muy común ver mujeres luciendo sombreros con formas iguales a las neohititas -ver la imágen más abajo, sobre Arinna y un exvoto de Depeñaperros-. ABAJO: De nuevo otra fotografía de El Tesoro de EL Carambolo (réplica tal como la expone el Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Observemos detalle al aumentar en el que veremos las marcas del collar con los signos hititas "dios" "KU" (Kubaba) y en otros sellos las flores (que parecen lotos idealizados egipciantes, o bien vegetales con propiedades farmacológicas). Por su parte, los dos pectorales en forma de lingotes, igualmente se identificarían con esta deidad hitita de los metales. Finalmente los adornos que luce el ajuar (esferas "lunares" o estrellas solares en forma de margarita -roseta encapsulada-), son idénticos a los del gorro de Kubaba (ver imagen última de entrada anterior o bien la de esa deidad, más abajo).
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En la obra que seguimos, Jaime Alvar expone varios aspectos sobre los posibles significados de estos dioses, tratando acerca de las interpretaciones que los autores antiguos daban de su mito. Relatando por ejemplo como Juliano (Or. V, 165) explica que Cibeles era: "La progenitora de los dioses es la diosa creadora de la vida (tsogonos), por ello se denomina `Madre´; en cambio Atis (es) el artesano (demiourgos) de lo que se crea y de lo que se destruye, de ahí su relato de su hallazgo junto al rio Galo, pues el Galo representa la Via Láctea" (9) . Una Dea Mater que en este aspecto hemos de identificar más con la Deméter (Dea Meter) griega, que con la deidad Rea; personificación helena de la Tierra a la que se asimilaba aquella Cibeles. Lo que decimos lo ratifica el mismo Diodoro Sículo (I, 25 y I, 96,5) quien añadía que esta deidad cercana a la diosa suprema de Egipto era como la Madre de los griegos, recogiendo Alvar sobre ello: "A su vez Isis se identifica con Deméter por lo que el tratado de Plutarco es en sí mismo una justificación del parentesco entre los misterios egipcios y los eleusinos" (10) . Por su parte, acerca del significado de este mito Attis-Cibeles parece que todos están y estuvieron de acuerdo en destacar su imposibilidad de ser comprendido, tanto como en la falta de datos sobre sus orígenes. Por lo que Pausanias (VII, 17, 9) reconoce que era casi imposible obtener información en el templo inicial de Atis y Magna Mater, en el propio Dyme (ciudad Acaya); puesto que sus orígenes frigios eran confusos y más que difíciles de ver (11) .
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En lo que se refiere al nombre de Attis, Pilar González Serrano presenta una tería propia e interesante que a continuación recogemos: "Etimológicamente, Attis () es nombre de origen anatolico, cuya raíz se encuentra en nombres tan conocidos como el de Atalo. Significa padre, como el vocablo hitita "attas" y el palaico’, "papas", también aplicado a Zeus con quien se le confundía en Frigia y Bitinia’. En griego, en vocativo masculino, significa papá o padrecito, lo que resulta muy significativo. Por otro lado, anteriormente citados los dioses que le eran afines, dioses de la vegetación asiáticos que morían y resucitaban al compás del rotar de las estaciones, sólo falta para completar sus antecedentes hacer alusión al mito del dios hurrita Kumarbi, el antecesor del Crono griego. Este dios destronó a su padre Anu, dios de origen sumerio y de un mordisco le arrancó los genitales" (12). Dejaremos a un lado la parte final en la que González Serrano trata sobre la castración de Kumarbi (el Cronos griego) y de la que más tarde trataremos. Centrándonos ahora en lo que se refiere a la etimología de Attis que esta autora da y en la que estamos de acuerdo.
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Evidentemente parece que no tiene discusión su origen desde el radical protoindoeuropeo "ATI"; que como Max Müller ya definiera -hace unos cién años-, fue la procedencia de múltiples palabras indoeuropeas que significaron progenitor(a). Una raiz "ATH" que produjo los términos: P-adre, M-adre, F-ather, P-ater, M-ater, Aita etc.. De lo que la transcripción de Attis como "padre" nos parece muy adecuada, aunque yo me atrevería a ir más lejos al relacionarlo con la voz "Hades", nombre del dios de los infiernos entre los griegos. Una deidad que se tenía como progenitor común a todos (llamado en Roma Dis Pater) y que por lo tanto unía el concepto de un pater ancestral, al de los difuntos precesores que vivían en el Infierno (interior de la tierra). Un hecho lógico que partía de considerar enterrados a los antepasados comunes, muertos que habitaban bajo nuestro Mundo. Por lo que este Attis, yo lo consideraría más bien un "Hades" del inter-nos (interior de nosotros). Lo que se descubre -o intuye- en el hecho de que su madre sea la tierra (Rea o Cibeles), tanto como en su nacimiento, exposición, castración y muerte. Todo un relato que solo puede comprenderse desde los dioses infernales, relacionados con los cultos a las profundidades, al dolor, al miedo o al terror. En definitiva al mundo de lo que hoy consideraríamos demoniaco, pero que antaño se denominaban "dioses daimones" (fuerzas negativas de la Naturaleza -como la tempestad- a las que se adoraba con ritos de sangre para aplacar su ira).
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Por lo que si identificamos a Attis con Hades, nos daríamos cuenta que este es hijo de Cronos y Rea: El tiempo y la tierra; donde evidentemente germinan o nacen los vegetales y los minerales (las riquezas, cuyo dueño y señor era aquel dueño de los infiernos). De ello que los rituales de castración y amputación que se asignaban a los cultos de Attis, de seguro se relacionaron con un concepto que equiparaba al hombre con el vegetal. Plantas o árboles que han de ser podados y que gracias a su siega o a sus frutos arrancados de la rama, nos alimentan. Trabajos que se realizaban por medio de hoces, podones y objetos cortantes, todos ellos fabricados con metales (obtenidos bajo tierra). Todo lo que se pudo identificar con la emasculación y cercenación de miembros humanos, que se realizasen como ofrendas a las deidades de la minería y la agricultura. Hechos estos que explicarían los terribles rituales llevados a cabo en el templo de Ku-baba, Kybele o de la Cibeles latina. Algo que el mismo Fírmico Materno, ratifica al escribir que las fiestas de Attis eran consideradas como una acción de gracias a las cosechas, donde ese dios simbolizaba el trigo y su castigo sanguinario aplicado a sus fieles o sacerdotes, era similar al que hace la siega en los campos (13) .Bajorrelieve procedente de la ciudad de Karkemish, fechado en el siglo IX a.C. y perteneciente a la Entrada Procesional del templo -propiedad del Museo Arqueológico de Ankara, al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes-. Observamos en la escena una procesión de mujeres adoradoras de la diosa patrona de aquella ciudad: Kubaba. Su forma de vestir es muy similar a la de la diosa, y llevan en sus manos espigas, junto a lo que parece una gran "porra" y quizás represente un saquito repleto de semillas. Sea como fuere, ambas ofrendas se identifican con las de Deméter, aunque en este caso una parece que es mucho más fálica y de apariencia claramente sexual; mientras las espigas no sabemos si a su vez son un pequeño "cilicio". Látigo o castigo para usar en propia carne, quizás así llamado por provenir de esta zona de Anatolia -Cilicia, tan cercana a Karkemish- al ser usado en todas las ceremonias de estos dioses frigios (Attis y Cibeles). Por lo demás, su vestimenta es muy semejante a la de las damas ibéricas, concretamente a las esculturas aparecidas en zonas de reconocida influencia neohitita (Elche o Pozomoro). Todo lo que nos llevaría a pensar que quizás aquellas damas como las del Cerro de los Santos -de Elche, de Guardamar y largo etcétera- puedan ser en origen sacerdotisas o representaciones de una Cibeles ibérica (la Kubaba inscrita en el tesoro de El Carambolo).
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ABAJO: Una de las múltiples "damas" de El Cerro de los Santos (yacimiento sito en Montealegre del Castillo, junto a Yecla -Albacete-) -agradecemos al Museo Arqueológico Nacional, nos permita divulgar la imagen-. En este antiguo santuario ibérico (cuyas "tristes" excavaciones terminaron con el expolio y engaño a personas de la calidad humana e intelectual de Juan de Dios de Rada), se hallaron multitud de esculturas ibéricas -fechadas entre los siglos V al II a.C.-. Muy cercano a Elche y a Chinchilla del Monta Aragón -población esta última que contenía la tumba neohitita de Pozo Moro- a mi juicio es El Cerro de los Santos un claro ejemplo de estatuaria también influenciada por el mundo Frigio. Tanto que no debiera extrañarnos pensar que fué un santuario de Kubaba; más al ver la gran cantidad de damas aparecidas allí. Un innumerable plantel de mujeres vestidas con modas y modos que nos recuerdan plenamente al anatolio (sin peplos ni paños sueltos), entre cuyas característica se halla la de los gorros con formas extrañas. Sombreros que se identificaban entre los frigios con los dioses de las montañas (de allí su forma) y concretamente con Arinna -la esposa de Teshub-, que luego fue asimilada a Kubaba. Veamos en la dama de la imágen este tocado a modo neohitita que luce y que tanto se parece a los "pilos" de Arinna; por su parte, el vestido y joyas es muy similar al de las diosas frigias.
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a) El gorro frigio:
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Las imágenes de este dios tenían una característica casi igual a las de Mitra, llevando ambos el típico gorro de marinero cilíceo, que tal como Alvar explica, en el caso de Attis era un regalo de su madre Cibeles, tras enamorarse de él. De tal manera y citando a Juliano (Or. V, 165) escribe: "La Madre se enamora de Atis y le otorga los poderes uranios lo que se simboliza en el gorro frigio (pilos)" (14) . Un tocado de Anatolia que en el caso de Attis va adornado de estrellas, simbolizando que el cielo cubierto de astros está sobre el dios; representación del cosmos de Cibeles que vemos en varias de sus estatuas junto al Universo. Gorro de aquel hijo de Rea triunfante, que a veces se sustituye al representarse también como "Sol invicto" con la corona de rayos saliendo de su cabeza, semidesnudo y mostrando el púbis castrado -sin sexo-. Aunque la verdadera imágen de Attis es aquella en que le vemos con el "pilos" ().
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El tocado que vemos en imágen más abajo, es una extraña montera de origen anatolio y de uso entre los marineros, que pasó a ser utilizado en Roma por los esclavos liberados. Un curioso gorro que siempre ha conservado una simbología unida a momentos de revolución y sangre, tanto que fue el signo de la Francia de fines del siglo XVIII, en donde sus campesinos figuran con aquel "pilos" (o pileus) -similar al casco frigio que recogemos bajo estas lineas y que guarda esa forma de barretina-. Con el que también cubrían la cabeza los que mataron a cuchillo a Julio César, quizás como símbolo de la liberación que suponía la muerte de aquel que les dominaba. Por su parte, el tocado "pilos" se dice que es el origen de los múltiples gorros o monteras que se dan entre las gentes del campo del Sur de Francia y Norte de España, lo que no debiera extrañarnos dados los principios culturales de aquellas zonas. Una Marsella o Cataluña, donde se usa aún la barretina y que nació en gran parte gracias a la colonización de los griegos (rodhios o foceos), cuyas tripulaciones -se sabe- estaban compuestas por marineros ciliceos (de las costas del Sur de la actual Turquía).
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Todo lo que nos lleva a deducir que quizás este "pilos" como sombrero de los frigios huidos, era símbolo de aquellos expulsados de sus tierras -señalando a personas apátridas, fuera de sus hogares o en una "situación errante"-. Gentes en este caso procedente de una de las culturas más antiguas de Anatolia, que desde el siglo VI a.C. tuvieron que refugiarse en los barcos y en colonias de los griegos; huyendo a zonas lejanas del Mediterráneo (como las costas occidentales de la actual Italia, Sur de Francia y del litoral ibérico). Unos frigios sin tierras que curiosamente conservaron y exportaron sus cultos o religiones, allí donde llegaron. Creencias que al ser las de un pueblo que tras su éxodo hubo de vivir en "semilibertad" de la piratería, el comercio o del mar; de seguro se fueron transformando hasta cobrar un tono de gran crueldad y espectacularidad en sus rituales -y que seguramente en su lugar de origen, no fueron tan duras ni cruentas-. Por todo lo que el gorro frigio que lucía Mitra o Attis fue igualmente el símbolo del liberto, lo que nos explica mucho sobre el significado de aquellos dioses. Deidades que muy probablemente se identificaran con las de personas cuya vida había sido dura y hasta terrible, pero que estaban dispuestos a comenzar de nuevo; a iniciarse en una nueva situación y difundir los misterios de la existencia. Aquellos que se identificaban con los frigios y entendían unas religiones con cultos tan duros como el deber matar al toro, que en el caso de Mitra significaba enfrentarse con los mayores peligros (acabando con el demonio de las oscuridades, el astado). O de autocastrarse y dar su vida, para conservar el culto y la veneración hacia la madre -en el de Attis-.
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Por su parte, en el caso de ese hijo de Cibeles al que esta diosa enamorada le cubre con su "pilos" -en el cual se hallaba el firmamento de la noche-; considero personalmente que el gorro representa el estudio y dominio de las estrellas. Unos conocimientos que precisan todos los marinos para guiarse y de los que seguramente estos frigios -que vivían en barcos- debían de ser muy doctos. Desde luego, mucho más que un romano común -por muy culto que fuera-, cuya vida estaba "solucionada" y guiada por tierra, con la red de caminos señalados y bien marcados en las calzadas. De lo que aquella astronomía que todo piloto de barco había de estudiar y dominar, de seguro también era usada por las gentes de frigia como medios mánticos o de augur (algo común entre los que conocían la bóveda celeste, que identificaban el futuro con la travesía y la guía a través de los astros). Por cuanto creo que el famoso gorro de mago que se representa como un capirote de tipo frigio, cargado de estrellas, tiene su origen en ese "pilos". Algo que incluso lo vemos en las primeras representaciones de los Reyes Magos de Oriente, existiendo un mosaico bizantino en Rávena -fechado en el siglo VI d.C.- en el que figuran a Melchor, Gaspar y Baltasar con el gorro frigio de Attis (15) . ABAJO: Dibujo realizado por mi mano de un bajorrelieve neohitita que contiene la figura del dios de la tormenta: Teshub. Esta deidad que cabalga en un carro tirado por bueyes, originariamente era marido de Arinna, pero más tarde pasó a serlo de Kubaba, cuando esta diosa fue asimilada a la adorada en el santuario homónimo de la montaña (llamado Arinna); sustituyendo allí su culto en esa nueva deidad de la naturaleza y de los minerales -a la que los griegos llamaron Kybeles-. En el dibujo se observan y he querido destacar varios rasgos curiosos de este Teshub, cuya escultura original data del siglo IX a.C.: En primer lugar que porta como arma una hoz; un tipo de espadas muy antiguas y características de la época del bronce, pero que algunas culturas conservaron durante el Hierro. Ese fue el caso de los iberos, que igualmente estaban armados con la "falcata" (hozada), machete-espada de gran efectividad y que de seguro en manos de cerealistas y de gentes que trabajaban el campo con aquellas, debía ser infalible en el golpe. De tal manera llama la atención observar a este Teshub con ese tipo de "daga", también atributo de Cronos (quien castra a su padre con una hoz).
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Igualmente lleva el divo gran un "pilos" alto o capirote que se tuvo por el símbolo de la montaña; tocado típico de los dioses hititas y neohititas y de donde se supone nace la mitra y el gorro frigio. Por lo demás, el carro tiene como timón o guia una paloma, lo que claramente habla del uso de estas aves mensajeras para guiarse o comunicarse, durante las travesias (algo común, habida cuenta que la paloma es capaz de retornar tras varios miles de kilómetros, orientándose hacia el lugar al que ha de volver, a los pocos metros después de ser soltada). Delante, arrastran el carro dos toros que van embridados y que lucen como adorno el símbolo solar de la roseta encapsulada (que ya advertimos era el motivo principal de adorno en el Tesoro de El Carambolo y el signo sel Sol en el silabario hitita). Finalmente, sobre todo el conjunto, la marca de "dios Teshub" que consiste en el jeroglífico del trueno (semejante a una cuerna o a dos turmas de toro) y encima de aquel, el ideograma hitita de "dios" (dos "C" contrapuestas, que son iguales a las del Tesoro de El Carambolo).
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Esta diosa Cibeles, se representaba en ocasiones junto a su hijo querido, al que comunmente lleva sentado en su "cuádriga" (biga) arrastrada por dos leones, en los que se figura a los impíos Hipómenes y Atalanta. Amantes que fueron transformados en felinos por Zeus, al haber saciado su amor en un templo suyo; tras lo que la diva los ató en su vehículo al compadecerse de aquellos, entregando las riendas a Attis (16) (quien así, sentado sobre la biga representa la alegría y al iniciado). Todo lo que se explica a su vez cosmogónicamente desde la figuración del rotar del Universo, guiado por aquellas dos ruedas o "carros" (las Osas Mayor y Menor); vehículo de las estrellas y del Cosmos, que domina Attis (el frigio marino conocedor del camino y de los astros). Por su parte, Jaime Alvar escribe acerca de las representaciones "verdaderas" y originales de aquella diva de la maternidad:
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"La imagen de la diosa que se traslada a Roma parece haber sido una piedra meteórica sin rasgos antropomorfos y en la que supuestamente reside la divinidad. Estas manifestaciones llamadas betilos suelen ser negras por su origen estratosférico, y su forma redondeada estimula su asociación con el miembro viril y con la fertilidad. Con frecuencia la actividad cultural va haciéndole desaparecer su inquietante morfología, de modo que se talla para otorgarle rasgos antropomorfos, al tiempo que se ritualiza su ropaje y ornamentación, dando lugar finalmente a las estatuas convencionales" (17).En la anterior descripciòn de la verdadera imágen de Cibeles y de sus orígenes como un betilo caido del cielo, Jaime Alvar ya expone claramente los dos rasgos que considero fundamentales en la morfología, atributos y significado de la diosa: Primero su carácter aerolítico, lo que en mi opinión obliga a pensar que se trata de un culto relacionado con los metales, a los que se adoraba en la forma de meteoritos -pues como repetidamente hemos dicho y siguiendo a M.Eliade, desde aquellos comenzó la forja y fundición de minerales-. En segundo lugar, su diseño y simbología asociados con el sexo o el pene; algo que en opinión de Alvar se debería a la morfología de los betilos venidos desde la estratosfera, pero que yo asocio más bién a la categoría de diva ctónica en el caso de Cibeles. Dedidades del inframundo y de la tierra (como lo era Rea-Kybele) que emergen desde las cuevas, en cuyas paredes existen estas piedras fálicas (las estalagmitas), regalando los vegetales y los metales. Unos minerales que se asociaban en su fundición y trabajo, a la concepción en una matriz femenina, tanto que de hecho aún se denomina "matriz" al lugar en que se forjan. Pero que a su vez, en el aerolito, se subliman como la preñez; ya que al poner al fuego el meteorito observaremos como este se parte, dejando ver en su interior lo que parece una piedra fecundada. Todo lo que convierte en mi opinión a Cibeles (en su origen, Kubaba) en la diosa del metal, de la rica veta, de la mina que nos da los bienes; lo que explica fuera adorada en un betilo oscuro y venido desde los cielos.
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Cuanto narramos ya nos explicaría el origen de Attis desde una piedra que engendró a su abuelo y de la tierra donde se emasculó su "padre-abuelo". Pues tal como antes hemos explicado, aquel dios vino al mundo desde Agdistis, un nacido de la roca en la que Zeus tuvo una polución al observar la belleza femenina. Pedrusco que quedó preñado del semen allí dejado por el dios del Olimpo, engedrando al bisexual Agdistis que debido a su libidinoso comportamiento fue castrado por Dionisos. Quien para auto-emascularle le emborracha y le ata al sexo sus piernas, de lo que al despertarse en su embriaguez aquel se corta el pene y testículos con la soga atada a ellos, manchando con su sangre el lugar. Tierra y restos de Agdistis de los que nace un almendro (o una granada), árbol de cuyos frutos come Nana (Cibeles) quien así queda fecundada; viniendo por ello al mundo Attis, al que abandona la madre en un bosque, al no desearlo.
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Finalmente, la belleza de aquel que fuera salvado y cuidado por un macho de cabra desde su infancia, atrae a todos; tanto que Agdistis (su padre-abuelo) lo desea, al igual que su progenitora, Cibeles -por lo que hace promesa de castidad de por vida-. Pero un día Attis, decide romper el voto y se casa con Ión (la hija del rey Midas de Frigia), en cuya boda y debido a observar tanta belleza todos tienen grandes deseos libidinosos. Siendo así y rechazando el sentimiento que allí surge, primero se castra a sí mismo Attis, golpeándose contra un pino. Tras ello hace lo mismo su suegro (Midas), para finalmente cortarse sus pechos y morir igualmente la esposa (Ión) -tragedia en la que todos fallecen y de cuya sangre decían, nacieron las flores de la violeta-.Pintada por mí: Interpretación que antes dábamos a los sellos de El Carambolo, sin habernos dado cuenta entonces de que aquel que continene dos triángulos confrontados en horizontal (no en vertical) está dedicado a la diosa Kubaba. No significando este caracter "rey" sinó "KU"; siendo aquella la inicial de la diosa KU-baba, que a mi parecer y junto a los ideogramas de "dios" (dos "C") claramente indican que el sello puede estar dedicado a esta deidad neohitita. Donde pondría por dos veces "diosa KU" "diosa KU". Por lo demás, en el resto de sellos podríamos seguir leyendo los signos tal como ya dijimos desde signarios y símbolos neohititas (o frigios), tanto como hay dos tipos de flores: Una que parece la del silfium (con forma de corazones) y otra que bien puede ser la belladona -o el estramonio-.
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Evidentemente, estos mitos no tendrían más que un significado relacionado con la locura; si no intuyéramos en aquellos los ritos más antiguos que identificaban la metalurgia con la fecundación. Al imaginarse antiguamente que la tierra se preñaba de los minerales gracias a trozos de planetas que en ella caían -cual semillas- y que eran los meteoritos. Lo que nos hace pensar que la polución de los dioses sobre rocas o montañas a las que fecundan, puede relatar -o ser una sublimación- del hallazgo de minas o yacimientos, que contenían en el interior de sus guijarros cobre, oro o plata. Ello explica que el nombre del padre de Attis fuera el mismo que el del monte donde se situaba su santuario (Agdo); sublimando así el uso y los beneficios de la minería. Metales que hicieron salir al hombre de las cavernas y de la Edad de Piedra, logrando civilizarles. Todo lo que se consiguió de un modo muy similar a como se halló la cerámica y se lograría la cocina en recipientes y fuera de las brasas: Por medio de la intuición e inteligencia femenina. Mujeres que primero cocieron el barro junto a sus comidas y que hacia el IV milenio a.C. ya habían aprendido a calentar en sus hornos minerales para extraer desde aquellos los metales. Unos metales que fundidos podían ser identificados con el esperma de los dioses, que otorgaban a la humanidad múltiples beneficios y dones.
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Sobre y el significado de aquella piedra sagrada en que se simbolizaba a la diosa; tanto como de su traslado hasta Roma, donde se consiguieron imporner los cultos de Attis-Cibeles; la misma profesora González Serrano escribe: "La génesis de mito de Agdistis, el doble andrógino de Cibeles, la eviración y muerte del exangúe Attis, etc. se fraguó más tarde, en el propio Pesinunte, el santuario nacido al abrigo del monte Agdo, lugar de custodia de la célebre Piedra Negra, encamación de la diosa y objeto de piadosas negociaciones. Así, en época helenística, como inquieta viajera, por intereses políticos, se trasladaría primero a Pérgamo y más tarde a Roma. Hay que recordar que en Pesinunte también se veneraba la tumba del joven dios, cubierta siempre por las moradas violetas, las flores tempranas con las que la tierra dió respuesta al recibir su sangre. En este caso, la ubicación del santo sepulcro del dios no era negociable." (19) . Exponiendo la investigadora que en su opinión, los cultos originales no parecen haber sido aquellos cuya principal celebración consistió en la eviración de fieles y sacerdotes en el santuario (autocastración pública ). Sinó que cree aquello fue paulatínamente transformándose en un "cruento espectáculo" que se conformó como ese ritual final, en Pesinunte; donde se decía estaba la tumba de Attis y donde se guardaba la piedra sagrada de Cibeles.
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Evidentemente, nada hay que dudar acerca del "éxito" que en "estrambótica" Sociedad romana pudieron tener aquellos cultos, que se basaban en automutilarse y castrarse de propia mano -o en rogar al sacerdote de Cibeles que intercediera, haciéndolo para aquellos que no conseguían lograr "el Cielo" ablándose miembros sin una ayuda-. Pero acerca del significado de esa roca de la cual nace Agdistis, relacionándola con la piedra de Cibeles (Kubaba). Creemos que además de sublimar la extracción y el hallazgo de minerales, también puede referirse a las formas más antiguas de llevar a cabo estas terribles ceremonias. Siendo aquellas las de autocastrarse sin precisar de ayuda ni cuchillo, atándose el sexo el inmolado a una gran roca, que este mismo empujaría al vacío, para que en su caida le arrancara los genitales -de veras sentimos tener que describir tan desagradables rituales, pero el estudio precisa un análisis profundo de esas celebraciones-. Siendo ello lo que parece describir el mito de Agdistis, cuando habla de como Dionisos lo emborracha y ata su sexo a los pies, con los cuales el pobre libidinoso se autocastra al despertarse y moverse.
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Todo lo que en mi opinión considero también pudo referirse a un ritual antiguo, como resultado de la imposición de una pena judicial. A través de la cual, ciertos hombres en la Antigua Anatolia fueran emborrachados y castigados de ese modo (quizás acusados de violación o de estupro, tal como se desprende del motivo que hizo emascular a Agdistis). Una "costumbre" que pudo trasladarse a los templos de la "diosa madre" hitita (Arinna, luego Kubaba), aunque -como decimos- inicialmente fuera un castigo aplicado a violadores o libidinosos. Terminándose de imponer como un rito de inmolación a la deidad de lo más femenino (la madre), a quien se ofrecieran los genitales de los violadores. Diva que como maternidad y diosa de la tierra era identificada con la dueña del metal, por lo que quizás la castración sin precisar de cuchillo, tuvo mucho que ver en todo este proceso de construcción y desarrollo de aquellos horribles cultos (lo que además explicaría la narración del mito en el que Attis se mutila con un pino el sexo y su padre-abuelo fue castrado con una soga).
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Relacionamos la emasculación sin cuchillo y la adoración a las armas, con estas castraciones hechas sin necesidad de corte; porque como podemos ver, en lengua hitita (y luwia) la diosa Kubaba se escribía con dos triángulos. Signo que ya dijimos define un "cubo" o el metal en rama (dos puntas o un cuadrado); pero que asímismo es igual al filo de las armas (lanza, flecha o cuchillo) con las que se sacrificaba, se trabajaba o se luchaba. Todo lo que explicaría que siendo aquella diosa la que donaba los metales a los hombres, las castraciones impuestas como pena, inicialmente se realizasen del modo más doloroso y sin cuchillo; en la forma que el mito de Agdistis relata, atando el sexo y arrancándolo (tras haber emborrachado -o drogado- al que se obligaba a prescindir de sus genitales, por estar acusado de crimen libidinoso). Unas desagradables ideas que confirmarían el origen de esos rituales desde los del metal y desde la inmolación a la diosa del sexo de hombres penados a la castración. Que finalmente derivarían hasta los extraños cultos de Cibeles, que tomaron otro significado y rumbo (muy distinto). Para cuyo estudio, en el siguiente epígrafe pasamos a las ceremonias de Attis-Cibeles en Roma, intentando descubrir más sobre esta diosa que creemos también fue venerada en la Península Ibérica, en época prerromana (con el nombre de "KU", de Kubosh o Kuboth). Ortostato procedente de Karkemish y perteneciente a la portada procesional de la diosa Kubaba fechado en el siglo IX a.C. (propiedad del Museo Arqueológico de Ankara, estatua de 90 ctmts en basato). En la imagen vemos representada a Kubaba sobre trono del león sujetando en la mano sus dos atributos: El espejo y un fruto o flor (que muchos han identificado con la granada -o bien con un sello cilíndrico-). Lo que porta en sus manos esta antecesora de Cibeles, en mi opinión es: Primeramente el espejo, significando su categoría de diosa de la noche (Selene) o la Luna; una luz lunisolar que era el reflejo de la del padre y que como tal se representa en la mayoría de las culturas por el espejo.
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En segundo lugar, lo que lleva en la otra y que a algunos parece una granada, por su tamaño y por tener tallo, evidentemente se trata de una adormidera. Ello explica el secreto de sus cultos y la base de sus rituales, que se realizarían tal como narra el mito de Asdigtis, bajo los efectos de narcóticos. Ya que en griego embriagarse y drogarse era una misma palabra, habida cuenta de que como hemos estudiado en las entradas anteriores en los vinos solían poner "euforizantes" a los que Homero llama "anetésico" (20) . Por todo cuanto se entiende que bajo los efectos de alucinógenos o de los opiáceos, pudieran lograr sus sacerdotes autocastrarse o mutilar a sus propios miembros (al inhalar o aspirar sus aceites, resinas o saumerios, obtenidos desde la flor que esta diosa porta en sus manos). De todo ello y de nuestra teoría que supone que estos fieles de Kubaba (luego Cibeles) realizaban bajo los efectos de la adormidera las automutilaciones, emasculaciones y múltiples "ofrendas de sangre" en sus templos, hablamos a continuación.
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Como detalle añadiremos que en opinión propia, la postura que guarda la diosa en este bajorrelieve parece mostrar los tres grandes planetas: El Sol (lejano) y que sería la adormidera; frente a aquel, la Luna -simbolizado en el espejo-. Finalmente La Tierra, que sería la misma Kubaba. Esta cosmogonía que vemos en los tres elementos que componen la escena explicaría como aquella diosa se identificaría con la Tierra (mientras los astros que la circundan, se sublimarían en el espejo y la flor -o el sello- de adormidera). Todo lo que nos llevaría a entender por qué los griegos -quienes conocieron bien sus cultos en frigia- identificaron a Kybeles con Rea (la tierra) y no con Demeter (la gran madre) como hicieron los romanos.
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Para el análisis de las celebraciones que se realizaban en honor de estos dioses, continuaremos los trabajos de los profesores ya citados (principalmente los de Jaime Alvar). Dividiendo nuestro estudio en una primera parte, en la que veremos los ritos de sangre y -tas ello- en una segunda, en la que expondremos las celebraciones y fiestas que entorno a Cibeles se realizaban.
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a) La autocastraciòn (teoría propia sobre sus posibles significados):
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Comenzamos este desagradable epígrafe no sin antes volver a pedir disculpas al lector, pues sabemos lo poco grato que puede resultar tener que entrar en menudencias acerca de un tema tan "doloroso" (nunca mejor dicho...). Pero en verdad si no estudiamos la Historia tal como era, podemos quedarnos en pensamientos o imágenes idílicas, por las cuales soñemos que aquella Roma Imperial era una gran civilización y que todas las que se le opusieron, no fueron más que un detritus que no comprendía la grandeza de la cultura latina. Evidentemente, no cabe la menor duda de que Roma tuvo grandes méritos; entre ellos ser la "madre de Europa"; lo que logra fundamentalmenre por haber sido hija de Grecia y del Egeo, tanto como nieta de Egipto, del mundo Hitita y del Oriente Medio (antiguo y lejano)... . Pese a todo -en mi opinión- entre las virtudes del latino no estaba la mística ni la espiritualidad religiosa, quizás por herencia etrusca quienes les enseñaron a vaticinar el futuro, destripando humanos... Aunque posiblemente la falta de misticismo del romano estuviera motivada por la propia estructura de su Estado, basado en los éxitos y en la ambición de expansión; tanto que las más grandes civilizaciones pueden llegar a convertirse en ínfimos residuos de cultura y espiritualidad -si tan solo buscan éxitos militares y materiales-. Dicho esto, y sin desear quitar méritos a la Roma -que los tuvo-; entraremos en uno de los aspectos más oscuros de su Historia, como lo fue su sentimiento religioso (al menos hasta que fue colonizada y convetida por un pueblo de mayor cultura y espiritualidad, como lo era el judío).
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Empezaremos resumiendo lo que recoge el profesor Alvar sobre las emasculaciones de Attis, para luego analizar qué pudo ser y significar esta horrible costumbre. De tal manera nos dice -citanto a Ovidio en Fastos (IV, 179; 372)- que en las fiestas de Cibeles del mes de abril, los más devotos seguidores se castraban; siendo este un hecho que interesaba tremendamente a los romanos para explicarse el significado de los misterios frigios. Como ya dijimos, Fírmico Materno, explicaba todo ello entendiendo que las fiestas de Attis eran consideradas como una acción de gracias a las cosechas; en las que el dios y sus seguidores se identificaban con el trigo. Por ello el castigo que se realizaban a sí mismos -o unos a otros- era similar al que hace el segador en los campos (21) . Debido a sus ritos de sangre, los sacerdotes obligatoriamente eran eunucos y estaban regidos por los superiores (de mayor rango) que carecían de pene y testículos, llamados galli (galos). Nombre que consideran procede de ese grupo celta de la actual Francia y que se asentó también en Frigia (conforme relata Plinio en Historia Natural XI, 262). Aunque existían otros tipos de castrados, quienes eran los que los habían aplastado sus testículos, o los que los habían quitado por ablación; unos al cortárselos y los primeros al golpeárselos con piedras. "Segundo grado" de sacerdotes o de fieles más devotos, que conservaban el pene y tenían erecciones -pudiendo participar en las orgías- (22).
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Llegados a este punto hacemos un alto, aunque solo sea para "relajarnos" y exponer que la imágen de Attis era esta del "Galo"; comunmente representado semidesnudo y enseñando el sexo que no tenía, similar a un pubis femenino. Ello, al parecer confería a esos "galli" (sacerdotes de Cibeles) una categoría de hombre-mujer, siendo considerados por los fieles en estado de santidad al haberse amputado ellos mismos el pene y los testículos -que entregaban como ofrenda a la diosa madre-. Acerca del nombre de "galo" dado a los oficiantes de Attis, y que Plinio afirma procedía del pueblo celta que habitaba la actual Francia, que había invadido en un momento Frigia. No podemos admitirlo, pues evidentemente es verdad que hubo una incursión de los galos en la zona de Grecia, pero muy posterior al comienzo de los cultos de Cibeles (Kubaba) e incluso a la salida de los frigios de sus tierras (expulsión que como sabemos se fecha a mediados del siglo Vi a.C.). Por todo ello, no creo posible lo que relatan los historiadores romanos, quienes afirman como los galos invadieron Anatolia, para instaurar allí esa religión. Pues ello tuvo suceder antes del siglo XII a.C. y cuando se inican los cultos de Kubaba; un tiempo en que los Celtas ni siquiera habían llegado a la Galia.
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Pensamos que más bien su nombre procede del rio que cruzaba las llanuras de esta parte central de Anatolia, llamado por algunos Sangario o bien Gallo (Sakariya o Sarkaya). En la cita (23) recogemos lo que acertadamente opina sobre la invasión y el origen de Frigia la profesora González Serrano, quien expresa que estos eran una de las múltiples migraciones llegadas a la actual Turquía tras la guerra de Troya y con la aparición de los indoeuropeos en la zona (bajando por el Danubio). De todo lo expuesto, creemos que estos sacerdotes a los que denominaban "Galos" probablemente fueron así llamados por el río que había en las proximidades del santuario de Kubaba. Aunque yo más bien me inclinaría a pensar que su denominación se debe a la gran influencia Karia que tuvieron indoeuropeos que invadieron hacia el 1200 a.C. esta zona de Anatolia (que los griegos llamaron Lidia, que antes se dijo Frigia y que comprendía el centro y la mayor parte de la hoy Turquía).
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Unos Carios que quizás la historia ha olvidado al mencionar los cultos de Cibeles, pero que se trataba de uno de los Pueblos de Mar más fieros y terribles, que siempre dominaron las costas de Anatolia. Gentes quizás de origen minoico-egeo y asentados junto a Frigia (en el litoral llamado Cilicia); fueron desde el siglo XVIII a.C. mercenarios y valiosos guerreros para los reyes hititas, los de Mitani y los de Egipto. Militares que enseñaron a los griegos a adornar sus cabezas con penachos de plumas y atacaban profiriendo gritos, por lo que parece ser les llamaron karios como a los gallos (del griego "" que significa "con cara cubierta", "cabeza adornada"). Etimología de este nombre que así la explica Heródoto aunque otros opinan que se denominaban karios por ser adoradores de la diosa de la muerte (del griego "" = "lo nefasto", "la Parca"). Siendo esta mi teoría sobre el origen del nombre "gallo" dado a los oficiantes máximos del templo de Cibeles, quienes originariamente pudieron proceder de estos fieros carios, quienes destacaban por su tremendo valor. De lo que no sería raro suponer que los cultos de Kubaba llegaran desde Caria hasta Frigia y que de ello se llamaran "Galli" a sus sacerdotes. Locos y tortuosos oficiantes que carecían de pene y testículos, debido a una mutilación hecha por su propia mano. Siendo opinión de algunos que se denominaban así, por haber sido tratados como los gallos capones (castrados).
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Siguiendo con lo que expresaba anteriormente el profesor Alvar, efectivamente parece que había otros dos tipos de eunucos del recinto sagrado, siendo aquellos los que se emasculaban por aplastamiento los testículos y los que se los cercenaban. Sabiéndose que estos últimos trás el trance de su "iniciación", podían tener erecciones (siempre era un consuelo...). A lo que añadimos que ello sucedería siempre que superaran el "postoperatorio" de aquella terrible inmolación, ya que es de suponer que una gran cantidad de los sometidos a estos sacrificios morirían -por infecciones, hemorragias o simplemente ante el dolor y la situación dificilmente salvable con los medios higiénicos y médicos de la época-. Sobre estos increibles rituales sagrados (si se pueden definir así) llega a deescribir Plutarco (Nicias XIII, 4) como se castraba un hombre con una piedra aplastándose sus propios genitales y ante el altar de los doce dioses de Atenas (en el año 415 a.C.) -de lo que se deduce que hubo antes dolor más inhumano, que pillarse... con la tapa de un piano...-. Una costumbre que al parecer era totalmente importada desde Frigia, pero que tampoco debió ser tan ajena a algunos de los templos de la Hélade -pues emasculado había de estar, por ejemplo, el Sumo Sacerdote de Artemis en Éfeso- (sin comentarios...).ABAJO: Figura en bronce, procedente de Alaca-Hoyuk que representa a una diosa sedente y fechada hacia el siglo XIII a.C. (pertenece al Museo Arqueológico de Ankara, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Deidad que identifico -personalmente- con Arinna, la esposa de Teshub, caracterizada por el gran gorro que significaba el monte (de igual nombre) en el que era adorada la diosa del amanecer hitita. Como podemos ver, se parece mucho en su forma y representación a las damas y figuras votivas ibéricas. Un arte ibero que se sabe altamente influido en algunas zonas por los frigios (neohititas seguramente llegados a nuestras costas hacia el siglo VII a.C. huyendo de las diversas invasiones de su tierra).
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Sobre su barbarie expresan todos los autores que las celebraciones de Cibeles eran en principio tan ajenas a Roma que Dionisio de Halicarnaso (Antigüedades Romanas, II, 19, 5) dice que nadie nacido latino podía vestirse como sus sacerdotes, ni participar en su extraña procesión frigia (a consecuecia de un decreto senatorial). LLegando el culto a Cibeles a proscribirse o perseguirse, pese a que más tarde pudieron interesarse y participar en él muchos ciudadanos romanos. Debiéndose su introducción pronta en Roma a que los primeros sacerdotes (castrados) vinieron de Frigia y aunque sus extrañas costumbres en un principio se prohibieron y chocaron, después se permitieron y aplaudieron (hasta que en época del cristianismo se hubieron de erradicar, al considerarlas lógicamente inhumanas). LLamando especialmente la atención la "ceremonia de sangre", que se celebraba el dia de nuestro 24 de abril, tras lo que vestían al emasculado con ropas de mujer. Mientras unas sacerdotisas entregaban sus genitales a la diosa Cibeles, depositándolos en un lugar sagrado (26) .
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Acerca de la explicación posible al motivo de aquella autocastración Lucrecio en Sobre la Naturaleza de las Cosas (III, 614-617) dice que aquellos que han sido malvados con la divinidad de la Madre y han sido ingratos con sus progenitores, son indignos de tener prole viva; por lo que se autoemasculan. Otros como Jámblico (en "Sobre los Misterios"; III, 10) y Juliano (en "Or".; V, 179), afirmaban que en ese momento algunos de los que se habían castrado o se habían infligido los mayores dolores, llegaban a la sabiduría suprema (27) . Sobre todo ello, personalmente creo que estos terribles ritos tienen sus orígenes en otros más antiguos y anatólicos de sacrificios de humanos inocentes. Sustituidos por la inmolación voluntaria de un tercero, o la del sacerdote que debía llevar a cabo el rito (no hiriendo al que solía ser un niño). Ello es teoría propia, más no hay que olvidar que los cultos a los que nos referimos proceden del Sur de Frigia (la antigua Mitani, el mundo hurrita y el hitita), donde fue común la entrega de un hijo o de inocentes para sacrificarlos en efigie y en sustitución del Baal (monarca, noble o señor de la ciudad).
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De tal manera, si pensamos que en vez de inmolar al hijo llevado al altar (un primogénito, como solía ser), o de amputar una zona del cuerpo al inocente allí ofrecido. El sacerdote volvía el cuchillo hacia sí mismo, cortando la parte más dolorosa de su cuerpo, en vez de actuar sobre la víctima -comunmente un infante-. Comprenderíamos el por qué de estos extraños cultos, que de otro modo se nos hacen inexplicables.Tras la hipótesis planteada, suponiendo que en aquellas sociedades anatólicas que practicaban el sacrificio humano, hubo quienes así lo erradicaron; podremos entender la fuerza moral y la superioridad del clero de un templo, en el que prefirieran castrarse antes que matar a los inocentes que les llevaban a inmolar.
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Siendo fácil así de comprender los orígenes y significados del culto a Cibeles (Kubaba), por medio del cual debieron ganar una enorme autoridad los que se emasculaban con ese fin. Tanta como para poder considerarse el dueño o "propietario" de aquellos que habían salvado por este medio. Debido a lo que quizás aquel amputado, podía verse como "nueva madre" del que salvaba (ya que había sufrido tanto o más que una parturienta, al cercenarse su sexo). Por lo que sería natural considerar a esos sacerdotes así evirados "madres" Kubabas (Gran Madre) de aquellos rescatados del sacrificio en el templo. Dado que si interpretamos a esta diosa como la personificación de los metales; el oficiante lograba ser la nueva "progenitora" del rescatado, gracias a haberle salvado del cuchillo (o del metal). Un culto terrible, en una sociedad horrible, como hubo de ser la del II milenio a.C.; en plena eclosión del Hierro y durante la expansión de los indoeuropeos sobre las zonas hasta entonces civilizadas por las Culturas del Bronce.
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Una teoría propia con la que podemos comprender lo que nos dicen sobre sus ritos al describir Prudencio las celebraciones en el templo cibelino del siguiente modo: "La mano del impio es entregada rápidamente a la mutiliación porque cree que el dolor de la herida le conquista el cielo. Este ofrece la mutilación de sus genitales (...) decide hacerse medio hombre arrancado de sus ingles el don vergonzoso para la diosa; después de arrancase la fuente de virilidad, se bebe Cibeles la sangre palpitante" (28) . Para terminar este duro epígrafe, diremos que en teoría propia aquellos ritos pudieron tener gran éxito en Roma por un motivo muy semejante a como quizás se iniciaron en Anatolia: Para la sustitución del sacrificio de inocentes. Algo que se comprendería, pensando que al introducirse los cultos de Cibeles entre los latinos, quizás se lograse erradicar muchas otras ceremonias en las que se mataba ritualmente al "farmakós". Una persona elegida entre los ciudadadnos (por sorteo o al no ser admitida por el grupo), y que comunmente se martirizaba o asesinaba ritualmente -principalmente en los templos de Artemisa y de culto solar-.
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De ello, quizás con la introducción y admisión de estas salvajes fiestas de la Madre Cibeles, muchos ciudadanos sedientos de macabros espectáculos, se trasladaban a ver las auto-emasculaciones de los galli, admitiendo con ello que se abolieran otras "fiestas de sangre" (celebraciones que desde la más remota antigüedad se llevaban a cabo en las ciudades o templos grecorromanos). "Sacrificos sagrados" de inocentes, que posiblemente pasan a ser en gran parte sustituidos por aquellos en que los asistentes se ofrecían voluntariamente a Cibeles, para ser cercenados o mutilados. Todo un mundo de horror que en mi opinión personal procede del culto a los "farmakón" o a las pociones alucinógenas a través de las que los griegos y romanos -entre otros- entablaban contacto con los dioses (ver cita 20). Brebajes, bebedizos y sahumerios, preparados en los templos, usando opiáceos, cornezuelo de centeno o setas muscarias. Kikeón que erradicaría el dolor de los sacrificados, quienes quizás por exceso de consumo de drogas vivieron en plena locura, o necesitaban ir al recinto sagrado y a sus celebraciones a tomar sus "dosis" periódicamente. Un razonamiento que puede demostrarse en las esculturas de Kubaba, diosa que aparece con la adormidera en la mano y cuyas sacerdotisas portan un ramilete de cereal demasiado grande. Espigas que por su tamaño llaman la atención y nos pueden indicar que se hallan infectadas de ergot (cornezuelo de cebada, centeno o trigo, que lavado en agua produce un bebedizo alucinógeno).
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Seguiremos resumiendo ya de un modo más general lo que aquellas fiestas fueron en Roma; festivales que daban comienzo en nuestro mes de marzo y en honor a Attis. Celebraciones que se llevaban a cabo del 15 al 27 de ese mes y entre cuyos ritos destacaba el del dia 24, llamado "de sangre", donde se hacían las emasculaciones. Mientras, durante el resto de jornadas se representaba fundamentalmente el mito de este hijo de Cibeles, con diferentes procesiones y actos (todos bastante exaltados, por no decir de enajenación generalizada). Aunque el peor era el denominado Dies Sanguis (24), que sucedía tras el 23 que era el Saliar y en de los sacerdotes de Marte bailaban las famosas "saliares", acompañados de címbalos e intrumentos de viendos. Desfile y danzas que se consideran muy relacionados con los rituales de los Curetas o los Coribantes (que ya hemos estudiado extensamente en nuestras entradas anteriores).
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Tras aquel, se iniciaba el mencionado Dies Sanguis con la autoflajelación del sumo sacerdote, junto a todos los fieles, acompañada de los címbalos y la danza frenética de los galos. El resto de devotos que llevaban días alimentados de forma indebida, imitaban a sus sacerdotes y entraban en éxtasis, debido al ayuno y sobre todo a un estado que en mi opinión se debía a haber ingerido pócimas o bebedizos preparados para ese fin. El cortejo, tal como decíamos era como de Coribantes, escoltaban a la diosa Cibeles, enajenados por la música y aturdidos por los gritos. Con cuchillos comenzaban a abrirse heridas por todo el cuerpo, dejado correr su sangre, mientras todos se golpeaban. Regando posteriormente con aquella que brotaba sus cuerpos, el árbol sagrado y el altar de la Magna Mater, en signo de su devoción; allí en el mismo lugar algunos se autocastraban, tal como Prudencio narra en (Perist. X, 1061 y ss) (29).
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Trascurrida aquella horrible jornada llegaba el 25 de marzo, llamado el día de la hilaria o de la felicidad. En el que se celebraba que tras el sacrificio de Attis, se restauraba la bondad en el Mundo. Dos días después, el 27 se llevaba a la diosa Cibeles en efigie, a lavar al arroyo del Almo; tras limpiarla bien (tanto como a todos los utensilios usados en sus ceremonias), se devolvía al templo garantizando la fertilidad de los campos y una gran cosecha. Finalmente el 4 de abril, se conmemoraba la llegada a la ciudad de la diosa cibeles en la piedra negra que la simbolizaba (bloque que venía desde el famoso santuario de Pesinunte, donde se hallaba la tumba del dios). Fiesta que se denominaba Ludi Megalenses, en la que se recordaba el acuerdo entre Roma y aquella ciudad de Pesinute, por la cual habían cedido el depósito de la piedra sagrada que representaba a la Magna Mater, al santuario de aquella diva que se situaba en pleno centro del Capitolio.
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Finalmente, nos queda por incluir otra de las formas de veneración a Cibeles, que fue introduciéndose entre los latinos que aceptaron estas religiones frigias. Ello era el llamado "taurobolio", o muerte de un toro, con el que parece fueron paulatinamente sustituyendo los baños de sangre procedente de las amputaciones y castraciones humanas (cambiándolas por sanguinas de bóvidos). Siendo aquella una celebración colectiva en la que se bañaba literalmente al sacerdote o al neófito, al que se situaba en una estrado, bajo el astado que se inmolaba (dejando que sobre aquel cayera toda la sangre). Pese a ello, algunos autores citan como durante esas "taurobolias" increiblemente se ofrecían a sacrificio humanos, como si fueran aquellos toros. Tal como Prudencio en Peristéphanon (X, 1006-1050) las describe, narrando que se creaba un estrado agujereado, sobre el que se realizaba la inmolación. El fin que aquella madera plena de boquetes tenía, era que al matar el toro cayera en forma de lluvia y sobre los que estaban debajo, toda la sangre (quien solía ser uns sacerdote que había de salir completamente cubierto por esta).
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Cuanto hemos ido relatando fueron unos ritos frigios que definitivamente serían abolidos con la llegada del cristianismo. Nueva religión que tan solo permitió que quedaran algunas de estas costumbres, que aún no siendo "muy estéticas", sí eran éticas. Siendo aquellas que se incorporaron a las celebraciones de los cristianos, la autoflajelación y -en nuestras tierras- el taurobolio. Al menos en en mi opinión esta es el origen de muchas fiestas de nuestro país, donde creemos que la tauromaquia, los encierros y las corridas de toros que se celebran en las fiestas patronales, son la forma en que llegaron hasta nosotros los ritos de estas religiones frigias (desde el mitraismo y a de la muerte ritual del astado en el templo de Attis). Todo lo que estudiaremos en una próxima entrada, analizando su relación con los bueyes de Gerión, en el Tesoro de El Carambolo.
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BAJO ESTAS LINEAS: Dibujo hecho por mí de la diosa Cibeles en su escultura de Madrid. Ciudad en la que nací y monumento que de niño veía a diario; sin conocer que algún día comprendería muchas cosas sobre aquella deidad romana y de origen frigio, que creo haber hallado en Tartessos y en el mundo ibérico. LOS MISTERIOS Religiones "orientales" en el Imperio Romano; Jaime Alvar (Crítica; Bacelona 2001)
a)-"La Cibeles, Nuestra Señora de Madrid", Premio Antonio Maura 1987 Investigación Científica Ayuntamiento de Madrid, Madrid, 1990
c)-"La génesis de los dioses frigios: Cibeles y Attis" Actas del I Simposio Nacional de Ciencias de las Religiones, en Revista de Ciencias de las Religiones, nº 0 (1995)
Para quienes deseén ampliar datos sobre La Piedra del Rayo, les recomendamos estos artículos nuestros (pusar sobre la linea azul):
-62ª- Dioses del comercio y la prosperidad, venidos del cielo. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIII). -PROCEDENCIA DIVINA DE LOS METALES Y SENTIDO SAGRADO DE LAS JOYAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html
"La génesis de los dioses frigios: Cibeles y Attis" Actas del I Simposio Nacional de Ciencias de las Religiones, en Revista de Ciencias de las Religiones, nº 0 (1995) (página 111)
Escribo Melchor, Gaspar y Baltasar; pese a que en el siglo VI aún no se había dado nombre ni descrito a los reyes magos llegados de Oriente y citados por la Epifanía. Unos adoradores del Niño de los que definitivamente decide eran tres y denomina como: Melchor (Melkarte, el semita) Gaspar (Japeto, el jafético) y Baltasar (Baal tazar -quien cuida al señor- el camíta), San Beda el Verenerable.
Hipómenes y Atalanta, convertidos en leones y atados al carro de Cibeles: Ovidio Metamorfosis (X, 560) /// Apolodoro, Biblioteca Hist. (III, 9, 2) /// Higinio (Fábula 185).
Acerca del origen de los Frigios y del rio que circunda la zona escribe PILAR GONZÁLEZ SERRANO: "En la antiguedad se denominó Frigia a una extensa región de la península anatólica atravesada por el valle del rio Sangario (Gallo, Sakariya o Sarkaya). Debió su nombre al de sus invasores, los frigios, de estirpe indoeuropea, emparentados con tracios e ilirios, quienes, procedentes de los Balcanes, atravesaron el Estrecho de los Dardanelos, poco después del 1200 a.C., ocupando parte de Asia Menor." Op. cit.: (pag. 106) de: "La génesis de los dioses frigios: Cibeles y Attis" Actas del I Simposio Nacional de Ciencias de las Religiones, en Revista de Ciencias de las Religiones, nº 0.)
Sobre el lugar en el que se depositaban los testículos o el sexo completo del emasculado, Jaime Alvar (junto a otros historiadores) considera que se situaba precisamente bajo la Iglesia Mayor del actual San Pedro de Roma -Op.Cit. (1) pag 196 y 197- . Un grabado de aquel templete de Cibeles, sito en el Capitolo romano, podemos verlo en la página 197 del libro que repetidamente citamos de ese autor (LOS MISTERIOS). Evidentemente el cambio hacia de cultos y ritos en los que la ofrenda del pan y el vino sustituyen a tan terrible e inexplicable inmolación (de los genitales), hace comprender por qué el Cristianismo hubo de imponerse frente a otras celebraciones de tal salvajismo y locura -como las de Cibeles y otras tantas que se practicaban hace dos mil años-.