lunes, 8 de julio de 2013

EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE PRIMERA: COLONIZACIÓN, DOMINACIÓN Y ACULTURACIÓN -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 14º (Parte LXXXIII de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-.

ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, anverso de una moneda de plata que pudiera parecernos helenística, pese a que se trata de un Shekel cartaginés, acuñado en Sicilia (entre los años 300 al 280 a.C.). La figura en efigie es un Herakles casi idéntico al que portan los dracmas griegos -y sus divisores- en época de Alejandro Magno, pese a lo que la numismática distigue que en verdad se trata de un Melkarte púnico idealizado como Hércules. De lo que si algún investigador asevera que la moneda en imagen es helena, los historiadores opinarían que catalogarla de ese modo es de un grave error; puesto que aunque contenga enormes influencias de Grecia, los objetos pertenecen a la cultura que los fabrica o que los construye -no a las civilizaciones que les prestan sus influjos-.
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Comenzamos el artículo de hoy mostrando dos fotografías de numismática púnica, con las que poder analizar un hecho paralelo que de continuo se produce en el estudio de los objetos tartessios. Enseres que se confunden con importanciones debido a que los hallazgos del Sur peninsular se parecen enormemente a los diseños orientales. Algo que lleva a algunos especialistas a considerarlos ajenos a las culturas autóctonas . Pese a lo que las piezas turdetanas pertencen en su gran mayoría la civilización de la tierra donde se descubrieron (como sucede en la gran mayoría de cuanto la arqueología encuentra). Una cultura tartessia perfectamente distinguible de aquellas otras llegadas desde el Levante Mediterráneo, pese a que fueran estas más antiguas y orientales las que desde comienzos del I milenio a.C. aculturasen nuestras tierras, llegando a crear los rasgos propios del iberismo (del pre-iberismo o del proto-iberismo).
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BAJO ESTAS LÍNEAS: Casos semejantes al que hemos visto en el Shekel siciliano anterior, podemos observarlos en casi toda la numismática púnica. Como ejemplo de ello traemos una imagen de esta otra moneda en plata acuñada en Cartago y con la efigie de una Tanit o bien una Kore en su anverso. Diosa que unos opinan se trata de una Ceres-Tanit cartahginesa, auque se clasifica como una efigie de la diosa griega Kore o Kora (la bella joven que da el nombre a Ceres y al cereal). De igual época al Shekel anterior (hacia el 300 a.C.), en ella se representa una diva ctónica plenamente helena y sin apenas relación conocida con la mitología fenicia, por influencia de la numismática griega. Una hija de Deméter, que simbolizaba la semilla y su germinación; cuya religión a mi juicio es de origen anatólico y egipciante -tal como hemos estudiado en otras entradas- (1) . La joven bella raptada por Hades y cuyo nombre de Kore (koure) evoca a la doncella del Egeo como símbolo de la beldad -una diva de algún modo equiparada a la Britomartis de Creta y en parte a la posterior Artemisa (cuyo origen sin duda pudo ser la Ashtarót hitita y la Astarté fenicia)-.
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Sea como fuere, es perfectamente plausible considerar que la moneda de Cartago en imagen (bajo estas lineas) es de gran influjo helenístico. Pese a lo que la Historia la reconoce tan solo como púnica. Algo muy similar a lo que sucede con los objetos de Tartessos, que se denominan orientalizantes al ser turdetanos, con claros rasgos del Levante mediterráneo. Pero de los que no podemos afirmar sean fenicios ni griegos; por el simple hecho que se parezcan a aquellos, sin ser siquiera exactamente iguales a los de Fenicia ni a los de Grecia (teniendo rasgos propios y una calidad muy distinta a cuantos se hacían en el otro lado del Mediterráneo).
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a) ACERCA DE LAS ARTES COLONIALES Y SOBRE LA DOMINACIÓN DE LA PENÍNSULA POR LOS PRIMEROS "ACULTURADORES":

. Plantaremos hoy uno de los temas sobre El Carambolo que más polémica están generando en nuestros días, siendo aquel el de las "revisiones" acerca de la atribución del ajuar al mundo tartessio (o más bien sería decir "al fenicio"). Unas correcciones y nuevas conclusiones que dieron comienzo aproximadamente ocho años atrás; cuando varios arqueólogos "retomaron" y pusieron en duda los estudios que la gran mayoría de los investigadores habían realizado acerca de El Carambolo. Llevándose a cabo unas nuevas prospecciones sobre el terreno del mismo cerro, lo que permitió reestudiarlo y comparar las primeras conclusiones; muchas de ellas procedentes de quienes "descubrieron" el tesoro (o los que primero lo analizan, hace ya más de cincuenta años). De tal manera y trás las últimas y recientes "nuevas catas", algunos expertos han querido ver en el santuario de El Carambolo un simple templo de fundación fenicia, dedicado a la adoración de Astarté. Catalogándolo como púnico y sin relación alguna con las culturas autóctonas, ni con el "mundo tartessio" -un Tartessos que por lo general ponen incluso en duda que existiera, aquellos que así opinan sobre el tesoro y acerca de las piezas propiamente turdetanas; a las que suelen describir como fenicias o griegas-.
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Consecuentemente y como explicamos, la conclusión final de muchos de los nuevos investigadores es afirmar que el ajuar -y el resto de los enseres allí hallados-, son de origen y manufacturación fenicias. Llegando a aseverar que las joyas son de fabricación ajena a la Península y sin relación alguna con el mundo ibero. Pensando muchos de los nuevos estudiosos, que se trataría de un conjunto importado desde Tiro o Sidón, para ser lucido por bueyes (enjaezando sus frentes). La base para realizar tales afirmaciones -tal como veremos en la segunda parte de este artículo- se halla principalmente en la aparición de una diosa Ishtar en el interior del santuario de El Carambolo, tanto como en la evidencia de que ese recinto fue reutilizado por los cartagineses y usado por los fenicios (llevando a cabo allí sus ritos).
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Todo cuanto hemos expuesto en el párrafo anterior, inicialmente pudiera parecernos un motivo más que suficiente para poder concluir que El Carambolo fue desde sus primeros tiempos un simple santuario púnico, ajeno al mundo indígena. Pese a lo que chocaríamos con un hecho histórico y real, como el de que en todo el arte colonial, es muy difícil poder distinguir la barrera de lo autóctono junto a lo importando. De tal manera, partiendo de que Fenicia mantuvo durante siglos colonias en las inmediaciones de El Carambolo, surge el problema de los influjos importados desde Oriente, frente a la civilización indígena que los admitió. Todo lo que puede hacernos imposible llegar a saber si un arte es o no realmente obra del "nuevo culturizador" o bien del "aculturado". Algo que es tanto como decir que sería imposible llegar a precisar si aquel santuario fue originariamente creado por los colonizadores, o bien sobre un templo y ritos indígenas, "rebautizados" o reorientados a las costumbres de quienes vinieron a asentarse junto a las tierras de Tartessos.
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Cuanto explicamos no lo escribimos por defender la existencia de una cultura autóctona del Bajo Guadalquivir, sino porque es un problema de tan difícil solución como el pretender descubrir de dónde proceden las creencias y las formas. Ya que si -por ejemplo- intentamos analizar los orígenes del ritualismo más antiguo en nuestro Continente (estudiando qué hay bajo las iglesias principales de Europa -o en el subsuelo de las Catedrales-); veremos que los templos y cultos importantes, comunmente esconden otros romanos o prerromanos (incluso hasta de la Edad del Bronce). De tal modo, el asunto así planteado se agrava más cuando tratemos de analizar el mismo tema desde el prisma del arte y los influjos coloniales. Dado que si aseverásemos que pertenece a "la polis" todo estilo importado a un lugar por la civilización dominante (o que la integra en su órbita); aquellos que son conquistados, absorbidos o invadidos por otros, dejarían de tener inmediatamente una cultura propia.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES:
Sobre estas líneas, arte de Biblos perteneciente al siglo XVIII a.C.; pectoral del rey Abi Chemu (propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En oro puro y de unos veinte centímetros de longitud, este collar es un claro ejemplo de una copia de los "aegys" del Nilo, pese a lo que se considera joyería de Biblos. Una catalogación que se debe no solo a haber sido hallado en esta ciudad satétite de los faraones (sita en Oriente Medio), sino porque su calidad y estilo es un poco diferente e inferior a la común de los pectorales de Egipto (fabricados en época coetánea y para darles un uso idéntico al que imitaron los bibliotas). Por cuanto decimos, los objetos que se descubren en yacimientos de ciudades que como Biblos estaban plenamente influidas y dominadas por los faraones; no son catalogados de arte egipcio, sino como pertenecientes a la cultura que los creó. De cuanto hemos de plantearnos por qué "ese empeño de muchos" por clasificar todo hallazgo tartessio como púnico... .
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ABAJO: La famosa esfinge en marfil (de Nimrud), perteneciente al siglo VII a.C. y propiedad del British Museum -al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En ella observamos un objeto claramente egipciante, pese a que nadie duda de que se trata de una obra fenicia. De un modo igual, aquellos enseres que se descubren en Tiro o de Sidón -por muy egipciantes que nos parezcan-, tan solo se pueden considerar egipcios aunque sean fidedignamente iguales a los del Nilo y no existan paralelos entre algunos hallados en Oriente Medio. Consecuentemente y ante cualquier descubrimiento en esas tierras, por muy idéntico que sea en su tipología al faraónico; de haber otros objetos semejantes encontrados en los puertos de Fenicia, atomáticamente este pasa a considerarse arte púnico (egipciante). A continuación exponemos los motivos que llevan a esa catalogación, debido a que si clasificamos "como importada" toda pieza que en estilo se parece a otra anterior perteneciente a la civilización que influye o invade un área. Esas zonas absorbidas o adheridas en un momento de la Historia (por Sociedades más fuertes), nunca tendrían una cultura ni entidad propia.
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Los hechos antes referidos suceden de un modo tan real que con ello nos explicamos por qué las Sociedades han avanzado o se han modificado; lo que comunmente se debe a la expansión ejercida sobre otras, o al influjo recibido desde extraños que en un momento les dominan (por alianzas de adhesión, o bien por efecto de la sumisión a grupos muy diferentes y ajenos). De tal manera, las civilizaciones cuando colonizan o se unen a otras, pueden influir de forma radical sobre aquellas más débiles, tanto como recibir corrientes culturales procedentes del lugar que logran dominar. Debido a lo que "los absorbidos" por una Sociedad más fuerte, pese a cambiar en gran parte su cultura y sus hábitos; a su vez envían influencias a sus dominadores -tanto como suelen terminar creando unos nuevos tipos, con rasgos y formas propias-. Dando todo ello como resultado a unas artes autóctonas y bien distintas a las de la "polis" que les ha integrado en su órbita. Artes y fórmulas que se denominan "coloniales" y que se expandieron por todos los imperios, en unos estilos que en su gran mayoría se diferencian perfectamente de aquellos otros que son tenidos como los originarios y originales de "la polis" (importados desde el lugar que conquista).
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De cuanto decimos, en mi opinión es un error clasificar el Periodo Orientalizante de Tartessos como arte fenicio (o heleno) del mismo modo que sería una equivocación considerar las piezas fenicias como "arte egipcio". Algo que comprenderemos facilmente con un ejemplo de tipo colonial más reciente; puesto que no podemos clasificar como "español" (o portugués) a toda manifestación creada en Iberoamérica durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Basándonos en el hecho irrefutable de que durante esta época, gran parte de Suramérica estuvo dominada por los españoles -o bien por los portugueses-. Tanto que perdieron prácticamente sus lenguas y culturas autóctonas, pasando a tomar las costumbres y a hablar como en Europa, olvidando casi plenamente a las civilizaciones precolombinas.
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Pese a ello, si alguien afirmase que cuanto se hizo durante el periodo colonial mexicano, es arte español; se vería inmerso en un grave problema de clasificacion. No solo porque resultaría un desagravio hacia la Historia de aquel pais centroamericano, sinó porque además existe una serie de rasgos y peculiaridades que muestran muchas diferencias entre el los objetos realizados en España y los que se hicieron durante esas épocas, en los distintos dominios de ultramar. Unos rasgos que realmente en muchos casos alejan sobremanera del modelo incial a las artes hispanoamericanas. Tanto, que sería absurdo confundir un cuadro de escuela cuzqueña con aquellos sevillanos en los que se inspiraron los pintores de Perú; al igual que resultaría absurdo considerar la imaginería (la pintura o la orfebrería) iberoamericanas, arte plenamente español y portugués.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas lineas, cuadro realizado por mí para "Textos ibéricos", donde se recogen los signos alfabéticos más arcaicos del griego, tanto como algunos de los más primitivos caracteres fenicios. Sabemos que fueron las gentes de Fenicia quienes "inventan" el alfabeto desde formas protosináicas, que a su vez descendían de signos en su gran mayoría procedentes de ideogramas egipcios (cuyo significado fue ya el de "letras", no jeroglíficos que simbolizaban palabras). En el gráfico y a nuestra izquierda están los alfabetos de Ahiram y Mesa, antecesores directos de los muy posteriores signarios griegos. En el centro, sus correspondencias y paralelos en los albasilábicos ibéricos, tanto como en el grecoibérico. Como sabemos, este último fue el único alfabético que se usó en la Península para recoger idioma ibero, habiendo sido utilizado principalmente en Contestania (actual Valencia); descendiendo de los signos jónicos más arcaicos -puesto que en el resto de la Península durante la etapa prerromana redactaban en caracteres silábicos, alternados con algunas "letras" (tal como vemos en el gráfico de comparación de signos, en imagen)-. Todo cuanto expresamos deja evidente que la colonización no llega ni siquiera a aportar las lenguas orientales a nuestra Península, sino que simplemente adoptan unas formas alfabéticas importandas, con las que escriben los iberos su idioma propio.
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BAJO ESTAS LINEAS: Alfasilábico tartessio (o del Sudoeste). Como podemos observar, tan solo tiene unos pequeños rasgos coincidentes con formas de escritura fenicias o helenas. Unicamente las letras "A" (alfa), la "E" (épsilon), la "M" (mi), o la "R" (ro) se parecen a las púnicas o a las griegas, siendo el resto de caracteres cercanos y más semejantes a los alfasilabarios cretochipriotas -e incluso a los neohititas-. Este rasgo de escritura frigia en los alfasilábicos iberos es un dato más para evidenciar las influencias anatólicas en nuestras tierras y para poder afirmar que la colonización fenicia no dominó a los iberos, simplemente comerció e influyó en algunas de sus zonas.
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Además de lo ya expuesto, existen otros hechos históricos que nos impediría con mayores razones y más importantes motivos, clasificar como simplemente "fenicios" -o griegos- los enseres orientalizantes hallados en territorio de Tartessos (Turdetania). Puesto que como vemos, la colonización procedente de Fenicia no fue propiamente dominadora, sinó muy semejante a la griega. Es decir, basada en unos puertos o fundaciones mercantiles -ciertamente tempranas-, situados fundamentalmente con fines comerciales en las costas peninsulares. Enclaves que dejaron aquella aculturación púnica importada a través del intercambio, y no tanto como fruto de un poder ejercido sobre los indígenas. Algo que evidencia la Historia, puesto que hasta el dominio de Cartago en nuestras tierras, la influencia púnica no puede ser concebida como una colonización en la Península -propiamente dicha- . Sino ha de entenderse como una nueva civilización que llega a establecerse por medio de pactos con las gentes autóctonas, y a través de mercaderes quienes se preocupan de que otros no alcancen ni intervengan en sus rutas comerciales. Marinos fenicios que abren emporios en nuestras costas al menos desde el siglo VIII a.C.; quienes se supone procedían de las cercanías de Tiro y Sidón (aunque a mi juicio hubieron de venir también desde las ciudades fenicio-chipriotas, todo lo que explicaría el mundo cretochipriota existente entre los iberos).
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De tal manera, la Historia hace evidente que aquellos primeros colonizadores púnicos no dominaron las tierras del interior peninsular y ni siquiera pudieron controlar el litoral más al Norte de lo que fue la Turdetania. Algo que se demuestra por la existencia coetanea de varias colonias griegas situadas en las antiguas playas de Contestania (la actual costa de Alicante), e incluso de una base griega más al Sur y muy cercana Malaka (la ciudad-portuaria griega llamada Mainake). Por lo demás, se supone que el primer puerto heleno de la Península fue fundado por Rodhios hacia el siglo IX a.C., junto a la antigua Rodhetom (el cabo de Rosas). Como enclave antecesor de la ciudad de Ampurias, que fue el "emporio" griego que daba salida hacia Oriente a las mercancías peninsulares. Todo cuanto hace evidente que los fenicios hubieron de compartir con muchos otros el dominio de las costas y de las tierras ibéricas -no solo con los habitantes indígenas peninsulares, sino también con comerciantes como los griegos-.
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Consecuentemente y hasta las campañas de los Bárquidas (a fines del siglo III a.C.) en la Península Ibérica no puede hablarse de la presencia de colonizadores y tan solo podemos mencionar con anterioridad a "colonos" griegos y fenicios. Ya que es patente la falta de control sobre las gentes de Iberia por parte de aquellos que se establecieron antes de los cartagineses en esas ciudades portuarias. Hechos que vemos en historias como la convivencia de Ampurias junto Indiketes; dos ciudades "fronterizas" (una ibera y otra griega), separadas y unidas por una muralla. Más aún se hace evidente que por parte de los griegos, ni de los fenicios, hubo un gobierno -o dominio- sobre los indígenas peninsulares; debido a que no pudieron llegar a influir politicamente sobre las culturas autóctonas. Todo lo que se demuesta por ejemplo en la manera en que los iberos conservaron su lengua (o idiomas), desarrollando hasta su alfasilabario propio. Pues a excepción de algunos casos en Levante (donde crean un alfabeto grecoibérico), los habitantes de nuestras tierras recogieron su habla ibérica valiéndose de caracteres muy singulares (con rasgos diferentes a los de Fenicia y Grecia). Todo lo que pudimos probar al analizar cuando estudié lo signos alfasilábicos ibéricos, que en gran parte son de origen cretochipriota y por otra linea, egeos -tal como mostré en algunos estudios acerca de esta lengua, como por ejemplo los publicados recientemente en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS) (2) .
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Así pues, si los fenicios ni siquiera llegaron a imponer su lengua ni su escritura entre los habitantes de la Península, y los griegos apenas lograron entre los vecinos de sus puertos, que redactaran en alfabeto heleno arcaico el idioma ibero. La conclusión es fácil de obtener, debiendo afirmarse que no hubo una dominación de colonizadores en nuestras tierras hasta la llegada de los cartagineses, o más bien hasta la conquista de Roma. Siendo muy importante contemplar las dificultades que los romanos tuvieron para doblegar a los iberos y más aún para imponerles su cultura; una labor en la que tardan casi dos siglos. Todo cuanto puede hacernos comprender que existía una civilización peninsular autóctona muy arraigada, mucho más dura y difícil de colonizar de lo que podamos pensar, puesto que frente a los doscientos años de luchas ibero romanas, la Galia fue conquistada por Julio César en apenas un decenio.
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Pese a no poderse admitir que los fenicios hubieran dominado a los turdetanos, sí hemos de considerar que aquellas colonizaciones más tempranas realizadas por tirios y sidonios, debieron importar gran parte de las influencias orientales. Unas "modas" llegadas desde Oriente Medio y del Egeo que generaron la etapa denominada "orientalizante", nacida gracias a esos mercaderes y a los influjos anatólicos y helenos. Todo cuanto sabemos se produce desde el momento de la llegada de púnicos, junto a la aparición de a gentes pioneras procedentes desde el mar Jónico o del Egeo. Lo que se debió posiblemente al crecimiento de Fenicia tras la caida de Micenas y el refugio que los antiguos micenios buscarían en Canaan y en otras tierras colindantes a ellos. Todo lo que culminaría (como hemos dicho) poco después del siglo IX a.C.; tayendo a nuestras costas los aires del oriente medieterráneo. Por cuanto en mi opinión, las piezas de esta época halladas en Tartessos no pueden clasificarse como bronces o joyas fenicias, sino como orientalizantes -tal como se hizo hasta hace bien poco- (máxime cuando carecen de paralelos iguales en Tiro o en Sidón).
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un zarcillo con la cruz egipcia de Isis; procedente de Cartago y fechado en los siglos VII- VI a.C. (propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como podemos observar, este pendiente contiene claramente la forma del ANK (o Akj, cruz ansada), símbolo de la vida y de la diosa Isis en Egipto desde las épocas más remotas. Pese a que la pieza está hecha de un modo igual o muy semejante a las joyas del Nilo, y aunque el Ank es uno de los más claros emblemas del reino faraónico (donde se usó al menos dos mil años antes a que fuera creado este zarcillo). Nadie niega que el pendiente que vemos sea un objeto fenicio, pues los símbolos, modas y modelos se heredan de unas culturas a otras.
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Siendo así, hemos de reflexionar sobre el modo de catalogar los hallazgos ibéricos, centrándonos más en el lugar en que fueron encontrados que en el estilo o similitudes que guardan. Dado que cuando un objeto se parece a otro anterior, no significa necesariamente que ambos pertenecen a una misma civilización, sino simplemente que una cultura sigue a otra, estéticamente hablando -para comprenderlo bastará con pensar que el arte románico y el renacentista son imitaciones del romano, del cual se separan decenas de siglos y muy distintas situaciones históricas- . De cuanto expongo, ante los hallazgos en la Península de enseres similares a los de Oriente Medio, no debemos clasificarlos como "importados"; a menos que pueda comprobarse un paralelismo exacto con otros del lugar al que se pretende su procedencia. Pero sobre todo habrá de demostrarse una incapacidad para haber creado o fabricado en nuestras tierras esas piezas semejantes a las orientales.
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De tal modo y en el caso que nos concierne -que es el de El Carambolo-, al no haber precedentes de joyas iguales orientales y al estar probado que desde el siglo XII a.C. en la Península se dió una orfebrería de altísima calidad (nos referimos a los torques, brazaletes y anillos del área atlántica). Podemos concluir que no es admisible pensar que esos ajuares tartéssicos fueran importados hasta el Bajo Guadalquivir, ya que pudieron fundirlas orfebres peninsulares. Además, de haber sido traidas desde el otro lado del Mediterráneo, se habrían hallado piezas iguales en el lugar de procedencia -o al menos muy semejantes-. Aunque muy por el contrario, el conjunto áureo de El Carambolo, carece de parangón en fenicia, aunque tiene enormes parecidos con el resto de la orfebrería peninsular coetánea y posterior -principalmente con las joyas que lucen las esculturas de damas- . Incluso contiene lazos de unión con trabajos en oro peninsulares mucho más antiguos; como es el caso de los torques y brazaletes del área atlántica (tal como hemos estudiado en la entarda anterior).
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ABAJO: Otro ejemplo de arte fenicio es este brazalete con escarabeo alado y lotos, procedente de Tharros y fechado entre los siglos VII al VI a.C. (en propiedad del Museo Nacional de Cagliari, al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Como podemos ver, se trata de una representación plenamente egipciante y de una joya que bien pudiera haberse hecho en el Nilo. Pese a lo que por su calidad, su filigrana en granulado y su lugar de procedencia; no deja lugar a dudas de que se trata de orfebrería púnica. Ello precisamente porque es una mezcla de estilos y formas, donde el dibujo egipcio del escarabeo se representa de un modo simplificado. Todo lo que en esa técnica tan orientalizante del granulado, delataría que es una obra de orfebre fenicio. Aunque mejor sería decir que es un objeto seguramente fabricado en el propio Tharros, habida cuenta que en Italia y en esos años, el trabajo del oro etrusco era prácticamente igual al que vemos en imagen (por influencia fenicia sin lugar a dudas). Siendo así, este sería un caso de joyería púnica, fabricada en tierras en las que también se crean objetos por orfebres griegos arcaicos, e incluso por los etruscos. Todo lo que añadimos para aseverar que definir el tesoro de El Carambolo como un ajuar fenicio, a mi juicio sería semejante a clasificar este brazalete como una pieza egipciante, de Magna Grecia o bien etrusca.
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b) SOBRE LA COLONIZACIÓN FENICIA:
Para resumir -de algún modo- la expansión de los fenicios por el Mediterráneo, tanto como la llegada de los púnicos a las costas ibéricas, vamos a fundamentarnos en un artículo liberado en la red. Trabajo escrito por Sonia Barja, quien en unas breves lineas ha podido recoger los textos históricos que hablan de aquellas singladuras y primeras colonias orientales (3) . Pese a ello, antes de entrar en el tema, expondremos algunos conceptos que personalmente creo fundamentales, para comprender el establecimiento de los fenicios en nuestro litoral Sur. Diciendo primeramente que entorno a al la fecha de aparición de aquellos pioneros -venidos de Tiro o Sidón-, hay más leyenda que realidad. Puesto que pese a afirmarse que Cádiz fue fundada por ellos sobre el 1100 a.C., en verdad no hay vestigios arqueológicos que documenten asentamientos peninsulares de aquellos, anteriores al final del siglo IX y comienzos del VIII a.C.. Pese a todo y como veremos, los expertos en el tema consideran que existió una pre-colonización consistente en "visitas continuadas" por parte de púnicos que finalmente asentaron sus puertos en Iberia.
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De lo antes dicho, ha de deducirse que durante las últimas centurias del II milenio a.C. (entorno al 1000 a.C.), llegarían barcos de Fenicia con el fin tan solo de comerciar en nuestras costas. Logrando dos o tres siglos después, que les permitieran fundar enclaves, gracias a la confianza obtenida a través del mercadeo con los indígenas. Iniciando su andadura en puertos que no solo fueron puntos de trueque y de comercio, sino que además se convierten en verdaderas fábricas. Unas industrias como las de sal, de salazón pescado y de preparados de otros alimentos -entre los que se encontraba el aceite de oliva, cuyas primeras almazaras instalaron aquellos pioneros llegados de Oriente Medio-. Por cuanto decimos, es menester pensar que las gentes autóctonas les permiten establecerse en sus costas, principalmente con el fin de poder cambiar el oro, la plata y el cobre de Iberia, por alimentos (salazones de pescado, salsas como el garum, aceites de oliva y etc). Algo que en muy poco tiempo iniciaría un comercio que también importaría productos de Oriente Medio; habida cuenta que los barcos cargados con metales peninsulares (que partían desde las colonias de nuestro litoral), regresarían desde Fenicia con tejidos, objetos y todo tipo de enseres.
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De cómo se inició esa colonización y la expansión de los púnicos por el Mediterráneo, da buena cuenta Sonia Barja en el referido artículo; donde en primer lugar podemos explicarnos por qué la diferenciación entre el Mundo Heleno y el fenicio es algo que dificilmente distinguible hasta bien entrado el siglo VII a.C.. Ello, porque previamente a este tiempo, ni los griegos tenían ese concepto de unión y de civilización homogénea (distinta a la púnica); ni los fenicios eran tan diferentes a aquellos pueblos prehelenos. Gentes que no parece les recibieran mal en sus costas del Egeo y del Már Jónico, sobre todo cuando les defendían de invasiones de nuevos pueblos venidos de Anatolia. Por todo cuanto unas culturas y otras se mezclaron entre los siglos XI al VIII a.C.; desde la caida de Micenas, hasta el nacimiento del mundo griego (tanto que Oriente Medio fue el principal refugio de los micénios, entre los que se hallaban los filisteos y otros huidos desde Creta). Dándose tal "mezcolanza" entre púnicos, canaaneos y prehelenos, que el alfabeto griego es una simple imitación de los alefatos "inventados" y usados en Fenicia desde el siglo XIV a.C.. Todo cuanto hace entender por qué Diodoro explica como una de las rutas fenicias más importantes llevaba hacia Tasos y pasaba por Rodas; donde -según este autor (V, 58, 2)-, también existieron establecimientos púnicos, cuya fundación él atribuye a Cadmo (4) .
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Por su parte, en el sur del Egeo estos venidos de Tiro y Sidón, fundaron en Melos una ciudad homónima y también se instalaron en Tera (según Esteban de Bizancio, Her. IV, 147). Siendo Heródoto (I, 105) quien atribuye a los fenicios la fundación del santuario de Citera en aquella ciudad junto a Creta; un templo que según Pausanias (III, 23, 1) era el santuario es el más antiguo de Afrodita en Grecia (donde la diosa se presenta armada). Una diva que muy poco concuerda con la posterior diosa griega del amor, pero que armada (a modo de Minerva), sí nos parece una Astarté como divinidad del sexo, con quien habitualmente se identifica a Afrodita en las monedas de la Sexi fenicia en Hispania (5) . Acerca de estas bases en el mundo heleno de aquellos tirios y sidonios, Heródoto (II, 44; VI,47) y Pausanias (II, 25, 12) informan que los fenicios crearon el templo de Heracles en Tasos, tanto como hablan de su explotación de los yacimientos auríferos, situados entre Ainyra y Kinyra. Siendo así, podremos comprender por qué se hace muy dificil distinguir ambas culturas o civilizaciones en tiempos remotos; tanto que los dioses griegos en parte parecen de influencia púnica, a la vez que los fenicios debieron de haber sido ampliamente "abducidos" por las costumbres de aquellos que tanto visitaban (6) .
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En referencia a ello y como demostración de estos intercambios entre púnicos y helenos durante los tiempos más antiguos, Heródoto establece que la llegada de los fenicios a Tera se hizo ocho generaciones antes que la de los lacios (IV) (147). De lo que siguiendo a este autor, habrían venido a la isla unos doscientos cincuenta o trescientos años antes que los laconios y por lo tanto habría que fecharla en la primera mitad del siglo XI a.C. -o a finales del siglo XII- (7) . Dichas coincidencias en las rutas comerciales de los puertos griegos y púnicos, se vuelven a dar en las colonias occidentales, tal como informan las fuentes clásicas. Una convivencia que pone de manifiesto por ejemplo Tucídides (VI, 2, 6) quien describe como antes de la llegada de los griegos a Sicilia, en los cabos y en los islotes cercanos habitaban ya fenicios. Consecuentemente a ello, algunos lingüistas identifican como de origen semita topónimos tales como Tapso, Pajino, Tamaricio, Makara, Mazares etc . Todos ellos sitos en las costas meridionales y orientales de Sicilia, pudiendo haber sido visitados en época mucho más temprana por los fenicios que por helenos (tras observar el hallazgo de una estatuilla fenicia de los siglos XIV-XIII a. C. en el mar, cerca del litoral meridional de Sicilia) (8) .
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, unos colgantes con la figura de los dioses del Nilo: Sekmat, Amon-Ra y Horus (tomada desde una foto de J.A. García de Castro, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Viendo estas joyas con la efigie de los dioses faraónicos, bien pudiéramos clasificarlas como egipcias, aunque ello sería un grave error puesto que es orfebrería fenicia aparecida en la Península Ibérica. Sobre ello nos dirá Josep Padró en LOS AEGYTPTIACA PRERROMANOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA : "Estos objetos egiptizantes, muchas veces de manufactura peninsular, tienen la virtud de documentarnos el profundo impacto causado por el influjo egipcio entre las poblaciones autóctonas y coloniales del Mediterráneo occidental en tiempos prerromanos. Este influjo, visible como mínimo en el terreno religioso en lo que a Isis-Hathor y a Bes se refiere, debe poderse poner en relación con el auge de que gozaron las divinidades egipcias en la Hispania romana". Fórmulas y formas religiosas claramente importadas por los fenicios hasta nuestras tierras.
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ABAJO: Un colgante de oro, fechado en el siglo VI a.C, hallado en Cartago (perteneciente al Museo de Cartago, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En este podremos obervar igualmente los símbolos de Isis o de Hathor (el círculo lunar entre dos astas o el cuarto); pese a lo que nadie puede poner en duda que se trata de una joya fenicia. De ello se desprende que un préstamo cultural e incluso una colonización, nunca puede suponer la eliminación de la civilización que la recibe. Por lo que si catalogamos como objetos fenicios a cuantas piezas se han encontrado en nuestra Península, parecidas a las púnicas. Pudiéramos estar realizando algo parecido a clasificar de egipcios, a las piezas de Oriente Medio contienen influiencia de modas o religiones del Nilo. Algo que obligaría a negar su verdadera cultura y civilización al noventa por ciento de los objetos púnicos... .
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Siguiendo con la expansión de tirios y sidonios; parece ser que pocos años después de establecerse en Sicilia, se abrieron a la "conquista" de tierras hispanas y de África. Ello se cita en Estrabón (III, 2, 14; I, 2, 3), en Diodoro (V, 20; 35) y en Veleyo Patérculo (I, 2, 3-4), quienes ligan las fundaciones sicilianas a las de las costas ibéricas y las occidentales de África; afirmando que eran las tierras más al oeste de las colonizadas por Fenicios. "Unas colonias occidentales, cuyo centro más importante fue Gades, ciudad que según Estrabón (111, 5, 5) fue fundada después de dos tentativas desgraciadas, explicables posiblemente por la hostilidad de los aborígenes" (9) . Como dijimos, acerca de la fecha inicial de Gades hay varias leyendas, entre la que destaca la que da Pomponio Mela quien pretende que existía el templo gaditano desde los tiempos de la guerra de Troya. Datación muy lejana y antigua que también confirman Patérculo y Plinio el Viejo (10) . Por su parte, en el relato de Estrabón (III, 5, 5) sobre la fundación de Gades conforme a la orden de un oráculo de Melqart; vemos que aquellos templos antiguos poseían vastos conocimientos sobre el origen y la historia de sus santuarios (11) .
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Pese a lo afirmado por las fuentes clásicas, tal y como ya hemos dicho, la arqueología no ha encontrado restos fenicios anteriores a fines del siglo IX a.C. en las poblaciones del sur peninsular (aseverando los expertos que aquellos asentamientos no pueden en verdad remontarse más allá del 800 a.C.). En todo ello existe la teoría de que posiblemente el santuario de Melkarte en Gades fuera fundado antes que la ciudad; una hipótesis basada que la tradición que atribuye la creación de este templo de Cádiz a épocas de la guerra de Troya -es decir, entre el 1212 y el 1184 a. C-. Mientras que el comienzo de la ciudad se refiere iniciada en el año octogésimo después de la caída de Troya. De ese modo, Sonia Barja se pregunta: ¿Significa esto que el templo ha surgido realmente algunas décadas antes que la ciudad?. En principio es posible. Los templos pudieron ser bases de apoyo y puntos de referencia en el comercio marítimo, ellos daban una garantía de la protección divina, y, por tanto, una seguridad, aunque fuera ilusoria, a los mercaderes que llegaban". A cuanto añade la autora escribiendo que: "Es posible que en Tasos no hubiera núcleo urbano propiamente dicho, y que el propio templo explotara las minas de oro de la isla; pese a que Estrabón, (III, 5, 5) simultanea la fundación de la ciudad y del templo" (12) .
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Pasa finalmente el artículo que comentamos a unir la colonización fenicia con otras de la Península, como la focense llegada desde Massilia, base griega cuya fundación parece haberse realizado poco después del siglo VIII a.C. (13) . Colonos helenos que identificamos todos con el Heracles que vino hasta nuestras tierras para robar el ganado de Geriones (14) ; para hurtar las Manzanas de Oro de las Hespérides, tanto como para llegarse hasta el Hades y capturar al Cancerbero. Algo que -como venimos explicando-, da lugar a nuestra teoría por la que aquellos "bueyes de Gerión" que se lleva Herakles de Tartessos, en verdad serían el símbolo de los metales y las riquezas que los helenos lograron "hurtar" o distraer a los fenicios. Adquiriendo oro, plata y cobre procedente del Bajo Guadalquivir, a un precio que debió ser muy bajo por aquel entonces (de ello la idealización mítica en un robo de ganado). Todo lo que pudieron lograr los helenos durante la época de decadencia púnica, tras los asedios de Tiro y Sidón (que como repetidamente hemos explicado son coetáneos a la etapa de Kolaios -o de los Arganthonios-, desde el 670 al 531 a.C.). Por cuanto considero que aquellos Bueyes de Gerión eran los "ases", "pesos", lingotes o "talentos", que se grababan con la efigie y la forma del toro (o de su piel, como sucede en el Keftiu). Un símbolo que identificaría a los reyezuelos -o a los sumos sacerdotes- de Tartessos; quienes lo lucirían en el pecho, en la forma de un "ephod" con el diseño del lingote piel de buey (los pectorales del tesoro de El Carambolo).
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Acerca de las riquezas que los fenicios importaban desde aquellas tierras occidentales (de Tartessos); Diodoro (V, 35, 4) escribe los pingües beneficios que obtenían de estas navegaciones para adquirir la plata, que vendían después en Grecia, Asia y otros países. En relación con ello nos relata este autor que los fenicios quitaron las anclas de sus barcos y las sustituyeron por otras de plata. La misma anécdota se repite en el Pseudo-Aristóteles (de mir. ausc. 135) quien habla de un mismo hecho entre las potadas de los barcos que llegaban desde Occidente. Al igual que Diodoro (V, 35, 5) narra como después de estas navegaciones con las que tanto se enriquecieron, emprendieron los fenicios la construcción de diversas colonias. Todo cuanto a juicio de Sonia Barja: "aboga en favor de una fase de precolonización" (..) en esta etapa Tiro habría jugado un papel importante, mientras que Biblos debió ser el eslabón principal de las relaciones entre Fenicia y Egipto, durante los días en los que Tiro (junto a Ugarit) tomaba parte activa en el establecimiento de los contactos occidentales (15) .
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Finaliza Sonia Barja su estudio con la descripción de aquellos artículos que principalmente vendieron los fenicios, hablando de los conocidos amuletos, dijes utilitarios y cosas por el estilo . Ese es el típico comercio colonial, que establecerían los cartagineses muchos siglos después en las costas africanas (Her. IV,196). Refieriéndose en ello a lo que los griegos denominaban "quincallería" -ATHURMATA- con bastante desprecio y que consistía fundamentalmente en colgantes y adornos. Abalorios hechos en pasta vítrea, hueso, metal y hasta oro; la mayoría de ellos con diseño de tipo egipciante y a los que daban poderes mágicos. Destacando sobre todo su capacidad para combatir el aojo (mal fario); entre cuyos dijes más apotropáicos se hallaba el famoso "ojo azul". Un amuleto consistente en un iris azulado sobre fondo blanco, procedente del dios "Bes" egipcio-fenicio. Una deidad cuya fealdad y pupila de color marino protegía de la mala mirada. Abalorio que dió origen al actual apotropaico con igual diseño, usado en todo el mundo de influencia fenicia para evitar el mal de ojo.
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Tras cuanto hemos recogido, y sin negar que seguramente hubo una precolonización fenicia, muy anterior a la fundación de las ciudades púnicas en nuestras costas. Parece inevitable pensar que también hubo una precolonización egea, micénica (y hasta minóica...). Ello porque en los yacimientos del Bajo Guadalquivir han aparecido repetidamente restos de aquellas civilizaciones del Egeo o de Oriente Medio durante el Bronce. Enseres como por ejemplo fragmentos cerámicos del siglo XIII a.C. de tipo micénico, lo que hace patente las relaciones entre ambos puntos. No solo ello, sino que en mi opinión la aparición en nuestras tierras de culturas como la de Micenas -u otras colonizaciones venidas del Oriente Mediterráneo en el Bajo Bronce-, explicarían la fabulosa orfebrería del litoral atlántico, desarrollada entre los siglos XII al VIII a.C.. Unas labores magníficas en metales preciosos y cuyo área de expansión fundamentalmente cubre desde el Guadalquivir hasta Galicia. Extendiéndose por el Atlántico hacia la ruta del ámbar y llegando a las Islas Británicas; que es uno de los puntos más importantes de esta civilización de orfebres de la Edad del Bronce.
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Por todo cuanto decimos, creemos que además de la fenicia, también hubo una precolonización más antigua y llegada desde fines del II milenio a.C., procedente del Egeo, de Anatolia o de Creta y Chipre. Aculturación que fue dejando diferentes muestras de su grandeza en nuestras tierras, como por ejemplo el portentoso tesoro de Villena (Alicante). Un ajuar fechado entre los siglos XII al VIII a.C. (más concretamente hacia el 1000-900 a.C.), ocultado a mi juicio, en una ruta o camino que ya unía las fuentes del Guadalquivir con los puertos del Mediterráneo -la posterior Oretania (Jaén) con Contestania (Valencia)-. Consecuentemente, las joyas peninsulares de siglos posteriores -como las de El Carambolo-, creemos que en parte proceden de estas otras realizadas en el Bronce por esos primeros precolonizadores. Una orfebrería que se dió principalmente en el área atlántica entre los siglos XII al VIII a.C., y que posteriormente mezclada con la de Fenicia y la de Grecia (a su vez unida a la "halstáttica", recien llegada por entonces-); daría lugar a las joyas orientalizantes y a ajuares como el de El Carambolo. Un tesoro que evidentemente es de tipo fenicio; pero sobre todo es orfebrería peninsular, de influencias helenas y neohititas, con rasgos celtas.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Un Utjad (o Utchat) "ojo de Horus" procedente de Cartago y fechado en el siglo V a.C. (propiedad del Museo de Cartago, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como podemos ver, esta pieza es idéntica a otras fabricadas en Egipto y tan solo se cataloga como fenicia por haber sido hallada en Cartago, ya que de haberse encontrado en el Nilo se consideraría egipcia. Ello nos debe hacer pensar en el significado de las culturas, que aunque hereden las formas y los símbolos, no por ello puede decirse que no existen o sean la misma que le ha "prestado" aquellos. Puesto que de clasificarse así los objetos, debería catalogarse como "arte romano" al Románico y al Renacimiento... .
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ABAJO: Otro Utchad (ojo de Horus) procedente de Tharros, fechado en el siglo VI a.C y propiedad del Museo Nazionale de Sanna -al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes-. Como podemos ver, es exactamente igual a los amuletos del mismo tipo egipcios, y se trata de lo que los griegos denominaban "quincallería" (Athurmata). Abalorios con los que los fenicios inundaban el mercado, tanto que para los helenos se trataba de un medio de timar a las gentes, puesto que en ocasiones les vieron cambiar pepitas de oro y plata por estos dijes en pasta vítrea. Ello porque los púnicos concedían dones sobrenaturales a esos abalorios y colgantes; una costumbre que se mantuvo hasta no hace tanto en todo el mundo árabe -y en parte de la cuenca mediterránea-. Siendo principalmente España una de las zonas donde las mujeres y hombres concedían un valor muy especial a los amuletos y dijes, tanto que no podían salir a la calle sin ellos (sintiéndose desprotegidos). Entre estos abalorios aún usados en nuestras tierras, muchos contienen iguales formas a los de Fenicia y fueron conservados con idéntico sentido por las gentes cercanas en La Ruta de la Plata. Quienes los portaban en todas las ocasiones como apotropáicos; llegando las mujeres a no atreverse a salir de sus casas sin lucir sus pendientes o sus collares, para resguardarse fundamentalmente del mal de ojo.
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CITAS:
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(1) Para todos los interesados en el significado de Kore y de Britomartis, tanto como en los orígenes de sus religiones mistéricas, recomendamos consultar los sigueinets artículos nuestros pulsando sobre la linea azul:
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88ª BRITOMARTIS DE CRETA Y LOS GENIOS INICIÁTICOS DEL METAL: DÁCTILOS O DIKTEOS; CORIBANTES, CABIROS Y CURETAS. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVIII). TRATA SOBRE LOS DIVOS TELÚRICOS Y SU RELACIÓN CON LAS CULTURAS METALURGIAS, EN ESPECIAL CON LA CRETOCHIPRIOTA Y SU INFLUJO SOBRE LA DE TARTESSOS (analiza el mito de Gárgoris y Habis) http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/07/1-0-8-0-8-0-9-9-0-9.html
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89ª LAS CAVERNAS DE CRETA, SUS SACERDOTISAS Y EL NACIMIENTO DE CULTOS A LA NATURALEZA DEL METAL (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LIX). CONTINÚA SOBRE LOS CULTOS TELÚRICOS HABIDOS EN LAS CAVERNAS MINÓICAS Y EXPONE LA IDEA DE QUE HAY UNA GRUTA SAGRADA AÚN POR DESCUBRIR, CERCA DE CHANIA. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/07/blog-post.html
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90ª SOBRE RITOS Y CULTOS ANCESTRALES CELEBRADOS EN LAS SAGRADAS GRUTAS DEL EGEO (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LX). EXPONE UNA PLENA LA SIMILITUD DE RITUALES ENTRE LOS GRIEGOS TELÚRICO Y LOS DE CRETA, FRIGIA Y EGIPTO; CIVILIZACIONES DE LAS QUE LA HÉLADE HEREDA SU SENTIDO RELIGIOSO. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/08/sobre-ritos-y-cultos-ancestrales.html

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91ª "LOS MISTERIOS", ORÍGENES Y SIGNIFICADOS (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXI). NARRA EL POSIBLE ORIGEN DE LOS MISTERIOS GRIEGOS DESDE EGIPTO, TRATANDO DE LOS DE ISIS Y DE FIGURAS RELACIONADAS POSIBLEMENTE CON ELLOS, COMO MOISÉS Y EL SACRIFICIO DE INOCENTES. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/08/blog-post.html
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92ª LOS MISTERIOS DE ELEUSIS: SU RITUAL (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXII). HABLA DE LOS RITOS QUE SE SEGUÍAN EN ORÁCULOS Y CELEBRACIONES MISTÉRICAS GRIEGAS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html
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(2): SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN, por Angel Gómez-Morán. Ver entre otras entradas:
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20ª- Capítulo Anexo: ORÍGENES DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO (alfabetos y letras en alfasilábicos). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-9.html
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21ª- Capítulo Anexo -continuación-: SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO (Análisis de los caracteres: "Letras" alfabéticas). http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/blog-post.html
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22ª- Capítulo Anexo (continuación I). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis de los caracteres silábicos http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-5.html
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23ª- Capítulo Anexo (continuación II). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis de los caracteres silábicos. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-8-9-9.html
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24ª- Capítulo Anexo (continuación III). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis comparativo de las vocales y consonantes -por silabarios y por alfabetos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-0-9-9-8-9-9-0-8.html
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25ª- Capítulo Anexo (continuación IV). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Resumen de las entradas anteriores y primeras conclusiones. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/capitulo-anexo-continuacion-iv-signos.html
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26ª- Capítulo Anexo (continuación V). CONCLUSIONES Y DISERTACIÓN SOBRE EL ORIGEN DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBERO -alfabéticos y alfasilábicos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/1-9-9-8-9-0.html
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(3): SONIA BARJA YÁÑEZ: LA PRIMERA ETAPA DE LA COLONIZACIÓN FENICIA  - ver en : ARQUEOLOGOS.mht / Red española de Historia y Arqueología. FUENTE DEL TEXTO RSUMIDO :Espacio. Tiempo y Forma. Serie II. H.ªAntigua, t. 8. 1995. págs. 61-83; basado en la obra "Primera etapa de la colonización fenicia" Yu B. TsiRKiM(Centro de estudios históricos de Leningrado)
http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/la-primera-etapa-de-la-colonizaci-n-fenicia
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(4): Citas tomadas op. (3): Los historiadores rodios hablan del jefe de los fenicios de esta isla llamado Falas (Ath. VIII, 360 e)
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(5): Ver (3). F.G. Movers señalaba aún que Rodas, Tera, Melos y Citera están situadas en la ruta hacia el Oeste de los fenicios y eran parada de aquellos. Hay quienes opinan que convivieron con los karios e incluso que fueron quienes les echan de las costas de anatolia. Se puede estimar diferentemente esta noticia y tratar de establecer su base histórica (si existe); pero está claro que la noticia sobre la expulsión de los carios no se puede atribuir a los fenicios; es imposible también afirmar la simultaneidad de la estancia de unos y otros en las islas.
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(6): Van Berchem supuso que los fenicios habían llegado a Tasos a través de Cos, Eritras y Lemnos. Esta hipótesis se confirma por el carácter y dirección de las relaciones comerciales del Tasos prehelénico, particularmente con Lemnos, lugar de mercado fenicio según Homero (IL. XXIII, 745). -ver cita (3)-
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(7): Heródoto, que en este caso se apoya en la tradición del país establece la llegada de los fenicios a Tera ocho generaciones antes que la de los lacios (IV) (147). La duración de una generación en Heródoto bascula entre treinta y cuarenta años, pero, en general, tres generaciones comprenden cerca de cien años. Así pues, los fenicios, según este autor, han llegado entre doscientos cuarenta y trescientos veinte años antes que los laconios. Los laconios emigraron a Tera, según parece, a comienzos del siglo VIII a. C. ; por eso la llegada de los fenicios hay que atribuirla a la primera mitad del siglo XI o a finales del siglo XII a. C.Marinatos atribuye la conquista laconia de Tera a un tiempo no anterior al 700 a. C, pero también fecha la llegada de los fenicios a finales de la época micénica o en los inicios de la protogeométrica .Tucídides (VI, 112) pone en boca de los mellos la afirmación que su comunidad existía desde hacia setecientos años. -ver cita (3)-
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(8): Idem cita (3).
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9): Tal vez entre las dos tentativas fallidas de instalarse en Hispania se establecieron los tirios en Lixus, en la costa africana y en todo caso, Plinio (XIX, 53) dice que el santuario lixita de Hércules, el Melqart fenicio era mas antiguo que el gaditano. -vide cita (3)- .
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(10): Conforme dice Patérculo, Gades había sido fundado por la flota tiria, que entonces era la más poderosa en el mundo, ochenta años después de la caída de Troya, es decir en el 1105 a. C. Estas fechas se confirman por fuentes Independientes. Patérculo menciona que Utica fue fundada un poco más tarde que Gades (I, 2, 4), y Plinio (XVI, 216) señala que el templo uticense fundado a la vez que la ciudad tenía mil ciento setenta y ocho años de existencia. -ver cita (3)- . Tomado literalmente desde cita (3): "Naturalis Historia fue terminada en el 77 d. C. ; se ignora cuando fue escrito este fragmento, pero, en cualquier caso, esta noticia data la fundación de la ciudad y del templo a finales del siglo XII a. C. Citando unas «Historias fenicias» el Pseudo-Aristóteles (de mirab. ausc. 134) dice que Utica fue construida doscientos ochenta y siete años antes que Cartago. Aceptando las fechas diferentes de la fundación de Cartago, resulta para Utica el 1112, el 1110 o el 1104 a. C, lo que se corresponde con las fechas de Plinio y Veleyo Patérculo. De esta manera, todos los indicios cronológicos, independientes unos de otros, que se cruzan y que no están ligados a la mitología, nos dan unas fechas próximas, que entran en el último cuarto del siglo XII, o tal vez, en el primer cuarto del siglo XI a. C; configurando un cuadro no contradictorio de la colonización fenicia temprana". Al final del mismo artículo, habla de los mismos hechos y circunstancias en estos términos: Refiriéndose a la fundación de Utica, Justino (XVIII, 4, 2) señala dos causas: el exceso de habitantes en Tiro y la necesidad de enviar a la juventud a una colonia. Un envío de los elementos excedentes e inquietos sería inútil, si se tratase de factoría provisional, cuyos habitantes debieran volver. Las tentativas repetidas de fundar Gades (Estrabón III, 5, 5) deben de testimoniar las relaciones complicadas con los indígenas . De suerte que la ciudad sólo pudo existir como punto estable. De esto da testimonio también su nombre Gadir («fortificación», «lugar cerrado»).
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(11): Igualmente desde (3): Heródoto (11, 44) transmite la noticia de los sacerdotes tirios de Heracles-Melqart, de que su templo había sido erigido dos mil trescientos años antes de la fundación de Tiro, es decir en el siglo XXVIII a. C.Heródoto afirma que los templos del Heracles tirio y tasio los ha visitado él mismo, de modo que su transmisión de la tradición del templo es inmediata. Tal vez se puede decir también algo similar sobre Mela, que había nacido en Tingentera, cerca de Gades. En ese tiempo el templo gaditano era muy conocido y visitado por muchos romanos, de modo que los relatos ligados a él podrían haber sido oídos por el futuro geógrafo en su infancia, aunque no queda excluido, claro está, que unas primeras impresiones hispanas pudiesen haber sido completadas por informaciones de otras fuentes, entre ellas el cartaginés Hannon (...) Es necesario observar que los templos de Melqart no fueron los únicos que fundaron los fenicios en las tierras de ultramar. En Citera fue el templo de Astarté, y según Plinio (XVI, 216), simultáneamente con Utica fue fundado
el templo de Apolo. Los investigadores identifican generalmente a Apolo con Reshef . La promoción de Reshef en vez de Melqart parece explicarse por las condiciones particulares de la fundación de Utica, donde conforme a la sentencia de los tirios, fue enviada la juventud (Ins. XVIII, 4, 2). Reshef, el dios guerrero concuerda enteramente con el papel de protector divino de un sector inquieto y dinámico de la población como lo es la juventud.
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(12): Idem, (3), donde sigue diciendo sobre la fecha de fundación de Gades: "La misma impresión causan las palabras de Diodoro (V, 20, 1). Se puede replicar que los fenicios vinieron muchas veces a Hispania, pero Estrabón reúne todo en tres viajes. No obstante, despierta dudas la fecha de Mela. Ante todo, esta fecha se opone a las restantes fechas tratadas antes. En lo que respecta a la metrópolis, estaba la tradición que atribuía la fundación de Tiro a los sidonios, quienes habrían escapado después de la destrucción de los ascalonitas, un año antes de la guerra de Troya (Just. XVIII, 3, 5) es decir en el 1195 a. C. Flavio Josefo {Ant. lud. VIII, 3, I) confirma esta tradición: Tiro fue fundada doscientos cuarenta años antes de la construcción del templo en Jerusalén por Salomón. Puesto que el templo fue construido en el año undécimo del reinado de Salomón (I Reg. VI, 1), si fechamos ese reinado en el 965 al 928 a. C., la fecha de la fundación de Tiro es el 1194 a. C. y si se aceptan otras fechas de los inicios del reinado de Salomón , tendremos, en cualquier caso el periodo comprendido entre el 1200 y e l 1114 a. C".
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(13): Idem (3) sobre la fundación de Massilia: Tenemos dos fechas de la fundación de Massalia por los foceos. Una la atribuye al tránsito entre de los siglos VIl y VI a. C, o los inicios del siglo VI a. C. (Arist. apud Harpocr., FHG II, fr. 238; Just. XLIII, 3. 4 4, 12; Liv. V, 34, 78; Ps. Scymn. 211-214; Euseb. Chron. 92-93 Schoene); otras a mediados o inicios de la segunda mitad del siglo VI a. C, entendiendo que los foceos escapaban del rey persa (Isócr. Archid 84; Paus. X, 8, 6; Sen. ad Helv. Vil, 8; Gel. X, 16, 4; Am. Marc. XV, 9, 7). Esta última tradición parece más difundida en la Grecia Balcánica. Con todo, ahora está probado que la variante de Aristóteles, Trogo y Timeo es la única correcta.
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(14): Idem (3) dice: Según Diodoro (IV, 17-18), al realizar su décima hazaña Heracles estaba al frente no sólo de un gran ejército sino también de la marina. La leyenda paralela, que se remonta al menos a Estesícoro y expone la versión antiquísima y precisamente griega de esta marcha, presenta a Heracles como héroe «de tierra»: no en vano para pasar a Eritia, Heracles amenazándolo con su arco, quitó a Helio la copa de oro.
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(15): Sigue diciendo -ver (3)-: "No sin razón en la tradición griega se atribuye insistentemente al tirio Cadmo la fundación de Tebas. Curcio Rufo (IV, 4, 20) llama incluso a Tebas colonia tiria, a la par de Gades y Cartago".

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