lunes, 24 de septiembre de 2012

LOS MISTERIOS ELEUSINOS: Métodos y significados de la iniciación (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIII).


A JOAQUÍN DIAZ, GRANDE DE LA ETNOGRAFÍA; QUE AMÓ, CUIDÓ Y HA MEJORADO A SU PUEBLO (Urueña, Castilla y León), TANTO O MÁS DE LO QUE PUDO HACER EL MISMO DEMÓFILO -Demófilo (el amante del pueblo): Antonio Machado padre, uno de los primeros estudiosos de las costumbres populares, al que tanto admiraba mi bisabuelo y a quien tuvo el honor de relevar en su trabajo-.

Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Comenzábamos nuestro anterior artículo hablando sobre la figura de este Jano Brifronte hallado hace algunos años en Pintia -Padilla de Duero- por los profesores Carlos Sanz Mínguez y Fernando Romero Carnicero (agradecemos a la Revista Vaccea y al Centro de estudios Federico Wattenberg, nos permitan divulgar la imagen de esta pieza en pasta vítrea fechada hacia el 75 a.C.). Llegando a la conclusión de que se trataba de un claro ejemplo de síncresis religiosa y también afirmando que el dios Jano como divinidad -en nuestra opinión- tenía su origen en el hacha doble sagrada. Bifaz que en la Creta minoica fue el símbolo máximo de adoración, venerada conforme la interpretamos por su relación con el fuego, la protección y la riqueza. Conceptos ligados a los metales que significaban por entonces: La defensa y el dinero (tanto como la luz y el calor, al ser trabajado el bronce a través del fuego y la inteligencia).
Ideas que concedieron unos cultos telúricos, agrarios y místicos a estas armas relacionadas con la Diosa Madre (Dea Mater = Deméter) y que en Creta se vinculaban solo a figuras de mujer; en la forma de deidades femeninas o de sus sacerdotisas. Pese a todo, el origen de este símbolo estuvo con seguridad en la minería y la metalurgia, habida cuenta que significaban el cobre o el estaño que proporcionaban la defensa, pero a su vez recordaban los martillos de mina -esenciales para el trabajo en galerías y la obtención de mineral-. De la importancia de estas Labrys minóicas y de su transformación a lo largo de los siglos, dedujimos que pudo nacer el dios romano Jano como una personificación de aquellas (de ello, que fuera "bifaz"). Deidad que de seguro mucho hubo de relacionarse con el llamado Júpiter Lápidus y que podríamos traducir desde el "latín" ancestral como: "La piedra, Padre de la Unión" (Iu-Pater, lapis). Forma de adoración a una de las más antiguas divinidades romanas que se representaba en una bipenna. Hacha pétrea sobre la que se juraban los cargos en El Capitolio; probablemente de época neolítica y conservada ancestralmente de forma hereditaria entre las familias más antiguas latinas (quizás desde tiempos en los que aún se usaban para las labores del campo o para la guerra).
Consecuentemente, ese Júpiter Lápidos que sin lugar a dudas es un hacha doble (o Labrys lítea) y que a mi modo de ver es el antecesor del bifaz Jano; igualmente consideramos se relacionaba plenamente con el Zeus Labraunda. Un Zeus de origen lidio-cretense, adorado entre los helenos, representado con el hacha doble en una de sus manos y una flor de loto en la otra (en lugar de su característico rayo). Ideas que nos introducen en el tema que en la presente entrada trataremos y que pretenderemos desarrollar con cierta erudición, para poder llegar a comprender lo que fueron los cultos ctónicos y su relación con la simbología de los orígenes de Eleusis -que como sabemos se esconden en los "Misterios" de Creta-.

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ABAJO: Entrada de una mina en la Antigüedad, tal como se reproduce en el Museo Arqueológico de Oviedo (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Observando esta fotografía nos será muy fácil comprender como aquellas galerías excavadas se identificaban con la entrada del infierno, o con las cavernas naturales donde habitaban los dioses. Cuevas que sabemos fueron utilizadas como viviendas en los tiempos más remotos, pero que más tarde se usaron como templos. Lugar de culto que se manifiesta en el Magdaleniense (pintando o grabando sus paredes con símbolos, figuras y animales), aunque su significado sagrado ha permanecido a lo largo de toda la Historia. Puesto que el uso más importante que siempre tuvieron las grutas fue el de refugio para la población, ocultándose en ellas los lugareños al verse asediados. Todo lo que concedió a las cuevas el carácter de emplazamiento venerado, vinculado comunemente a victorias o a guerras en las que aquellos refugios de la montaña tuvieron una importancia primordial.
Un similar uso hemos de suponer que igualmente debió darse a las minas, que a modo de catacumbas serían el mejor lugar para guarecerse o huir. Siendo en la Antigüedad casi indispensable situar las urbes o las grandes ciudades en un emplazamiento cercano a unas cuevas (artificiales o naturales), con el fin de poder ocultar allí a la población civil y salvarla de los asaltantes. Todo lo que identificaría claramente las cavernas o las grutas excavadas, con el bien y la protección. Un hecho que cobraría mayor sentido en la Edad de los Metales, época en que se precisó crear galerías artificiales y excavadas para obtenerlos. Todo lo que reafirmaría los cultos ancestrales de la cueva con el de la madre que protege; veneración que ya vimos en el Paleolítico y Neolítico, al identificar la gruta con el útero materno y el hogar. Generándose al menos desde la Edad del Bronce, ritos celebrados en cavernas que se definirían con un pleno sentido ctónico o telúrico, conectando los poderes de la Madre Tierra con los de la agricultura, las riquezas, el bien o el refugio.

Lo que unía -como hemos visto- la minería con el cultivo, tanto como los astros con el calendario agrario, a la vez que asimilaría el trabajo para la plantación con la obtención del metal en la tierra. Condediendo a muchos de los objetos imprescindibles para la minería, un sentido religioso que sincretizaba el bien con el mal, bajo la idea de que las armas servían tanto para matar como para proteger; para esclavizar y para gobernar; a la vez que podían usarse para liberar y para subyugar. Todo cuanto pudo representarse en el hacha de doble filo (bifaz) que en sí misma recuerda al martillo de minero. Mazas pétreas de gran tamaño con las que antiguamente los hombres que trabajaban los yacimientos, gopealdo el terreno para abrirlo y excavar galerías. Hechos que identificarían esas grandes armas de dos caras (o filos) con el mundo subterráneo y el poder de los metales. Símbolo que consideramos fue conformado en el Labrys de Creta, que luego paso a ser el hacha de los dioses del metal y hasta el martillo de Thor, cuyo sentido mistérico pudo ser similar al nuestra "maceta de cantero". Diseño de un mazo doble que increiblemente llegó hasta los tiempos modernos con un igual secretismo iniciático, relacionando el trabajo de la piedra (o de la mina) con las labores espirituales más complejas y duras.
  


 
 
En nuestros anteriores artículos hemos ido exponiendo y analizando aquello que pudieron ser los Misterios helenos -fundamentalmente los eleusinos-, tanto como algunos de sus orígenes y significados. Pese todo aún nos quedarán muchas dudas acerca de su hermetismo y el absoluto mantenimiento en secreto de sus ceremonias (sin revelar durante casi un milenio). Diez siglos, en los que de aquellas mistéricas religiones celebraron sus festivales y en los que apenas hubo unos pocos que pudieron desvelar algo sobre su contenido. Recordándose de ello, que tan solo hacia el año 415 a.C. un puñado de ricos atenienses quebrantaron la obligación de no hablar acerca de lo visto y oido en el interior del templo de Eleusis; llegando a transmitirlos e incluso a celebrarlos en sus domicilios. Hechos estos, que costaron la pena capital a los quebrantadores del "mistas" y la ruina a sus familias. Algo que nos obliga a plantearnos por qué y cómo hubo tal secretismo en los Misterios helenos; tanto que se llegaba a castigar con la muerte a quienes los que los descubrieran. Logrando mantenerlos "herméticos" desde el siglo VII a.C. -en que se tiene constancia que comenzaron-, hasta su erradicación (con la conversión al Cristianismo del Imperio, que prohibe la celebración de estos rituales).

Evidentemente todo ello constituye uno de los problemas sin resolver por la Historia, siendo un tema quizás similar al que plantean muchos de los conocimientos transmitidos secretamente, que no podían escribirse ni divulgarse (por ser "propiedad y patente" de un templo, de una casta o de un familia). Aunque en el caso de aquella sabiduría eneseñada a unos elegidos, cuya transmisión libre o redacción no se permitía, nos es muy fácil entender las razones de su secretismo: Pues la lógica explica que si a todos se hace partícipe de los Secretos de Estado, la Sociedad queda indefensa. Como ejemplo de ello en la Antigüedad, diremos que eran celosamente guardados: El modo de obtener las armas más perfectas o del lugar donde estaban los yacimientos del metal que las hacían. Evitándose dar a conocer las rutas comerciales o el modo de alcanzar las mejores minas, tanto como las fórmulas del la fragua y la forja. Ello porque de divulgarse libremente, la Sociedad quedaría en un evidente peligro. De tal manera, nos es sencillo comprender porqué en Egipto los conocimientos matemáticos y astronómicos eran el feudo de una casta (principalmente sacerdotal), no permitiendo escribirse gran parte de aquellos. Habida cuenta que el arte de guiarse por el desierto, de hallar allí agua, de interpretar y crear mapas o de encontrar las ciudades y lugares habitados en medio de las arenas; debía estar tan solo en manos de aquellos que no los vendieran o facilitaran al enemigo.

Pese lo que exponemos en el párrafo anterior, ello no resuelve ni explica el caso de los Misterios. Puesto que no es lo mismo prohibir la divulgación de los secretos de astronomía, con el fin de impedir que personas ajenas "al grupo" crucen por sí mismas el desierto (o que lleguen a nuestras poblaciones ciudadanos de paises enemigos). Que obligar a permanecer en silencio sobre lo que se hace en unas simples ceremonias religiosas en la que se pretendía contactar con los difuntos. Rituales a los que además asistía gran número de personas y que incluso se celebraban en "masa", siendo casi obligatorio ir a ellos para integrarse en la Sociedad (en la ateniense, entre otras). Por todo lo que en nuestro artículo de hoy nos plantaemos: Qué enseñanzas o vivencias tan místericas hubieron de divulgarse en el interior de templos -como el de Eleusis-. Y si pudieron aquellos festivales ser tan importantes o fundamentales para el grupo (las ciudades-estado helenas), como para llegar a castigar con la pena capital su revelación a ajenos.
Algo que para resolver o entender mejor, nos obliga a regresar de nuevo al libro repetidamente citado y que trata sobre los misterios eleusinos (EL CAMINO DE ELEUSIS) (1) . Estudio donde podemos hallar algunas claves que desvelen la importancia de lo que se celebraba en aquella galería excavada en forma de templo. Trabajo que mantiene la tesis de que los asistentes llegaban al éxtasis, al ingerir en los ritos mistéricos un bebedizo producido con cebada que contenía cornezuelo de cereal fermentado. Cornezuelo que se produce en la naturaleza, pero que también puede lograrse por efecto de "oxidación", llegando a generar el llamado "claviceps purpúrea" (muy común en el centeno). Unos "hongos" que nacen en la espiga de la cebada y de otros cereales -al humedecerlo-, que al ser ingeridos en una cantidad suficiente provocan alucinaciones o estados de exaltación. Siendo común su aparición en toda plantación y recolección de trigo, cebada o centeno, en las que no se cuide bien su secado (o no se discriminen las espigas "enfermas").

Debido a ello, es sobradamente conocido como hasta no hace mucho, la Órden monacal de San Antonio tenía por misión cuidar de quienes habían comido panes en mal estado durante un largo periodo de tiempo. Ingesta de harinas con cornezuelo que provocaba una enfermedad conocida como "fuegos de San Antón" (por aquellos mojes que la trataban) y que consistía en fiebres y dolencias permanentes. Ergotismo que por entonces era incurable y que llevaba a la mayoría de los afectados hasta muerte, tras unas terribles dolencias en las que el que la sufría sentía que le ardían partes del cuerpo -miembros que llegaban a secarse y desprenderse del tronco, por efecto del envenenamiento con aquel cornezuelo-. Hablando de esta enfermedad con uno de los mejores especialistas en etnografía (Joaquín Diaz), no solo me expuso el gran índice de intoxicación por ella que hubo en la España anterior al siglo XIX, sinó que fue explicándome muchos de los terribles síntomas que se producían. Temiéndose aquellos fuegos de San Antón de forma especial entre las clases más pobres, que los sufrían por no limpiar las espigas afectadas del cornezuelo (ya que hasta hace apenas ciento cincuenta años no fue descrito y determinado por la medicina su origen en ese claviceps) (2) .

Pero dejando al margen la enfermedad adquirida por la toma continuada de el cornezuelo, narra Ruck en el libro antes citado (ver 1) que este "enteógeno" era el que se administraba a la parturientas hasta el siglo XIX. Tanto que el tratado médico del doctor alemán Lonitzer habla en 1582 de que se suminstraba el "claviceps púpurea" a las mujeres que daban a luz, con el fin de provocarles el parto, reducir la hemorragia y evitar los dolores (3) . Un "hongo" o "droga" que la ciencia ha demostrado recientemente, sirve para reducir la hemorragia postparto y que sobre todo actúa como alucinógeno de ingerirse en una cantidad suficiente (4) . Todo lo que nos obliga a plantear, si tendrían un "segundo secreto" aquellos Misterios griegos, en los que miles de personas entraban en éxtasis tras haber bebido determinados "caldos" y llevar varios días en un templo bajo tierra.

Celebraciones herméticas que se basaron en unir los "brebajes" y sacrificios rituales, a semanas de vida iniciática encerrados en cuevas o galerías excavadas; donse se sometía al neófito a sesiones de baños frios y calientes, con saunas y aguas gélidas a la vez. Todo ello, "oficiado" en grutas o templos sin luz, iluminándose solo con velas y acompañádose el "festival" con músicas, cánticos, teatro de sombras, juegos fantasmagóricos y supuestas apariciones de las ánimas. Realizando los sacerdotes estos oráculos o misterios, durante semanas en las que apenas se comía, ni se podía ver la luz; obligando a los asistentes a realizar continuos sacrificios de animales, en los que la sangre de la víctima inmolada tenía una función iniciática fundamental. Haciendo creer al neófito que gracias aquel líquido derramado por la víctima propiciatoria, se lograba revivir a los muertos (sacrificando normalmente cerdos, ovinos o bovinos, a los que llamaban PHARMAKON, como si de un "medicamento" espiritual se tratara). Por todo lo que durante esas celebraciones, los fieles pensaban que entraban en el mismo infierno; lugar en el que serían capaces de contactar con los difuntos -a quienes la gran mayoría de los iniciados aseguraban haber visto, tras salir del mistérico trance-.

 
AL LADO: Pieza de bronce de un lampadario o quemaperfumes que el Museo Arqueológico de Sevilla describe como "de tipología Chipriota" (agradecemos a este museo, nos permita divulgar la imagen). De procedencia desconocida, se fecha en el siglo VII a.C. ; en el Periodo Orientalizante o Tartessio Algo que explica la tan acertada catalogación de "tipología chipriota"; pues la cultura turdetana nace fundamentalmente por influencia cretochipriota -al menos en mi opinión-.
Lo que decimos y referido a este bronce, puede comprobarse en los magníficos estudios de profesores como Javier Jiménez Ávila; uno de los mejores especialistas en toréutica occidental. Quien escribe que este tipo de remaches y adornos con forma de lo que denomina "gallolas engallonadas" son de influencia chipriota. Fabricándose casi de forma igual en aquella isla entre los siglos IX al VI a.C., que en el Tartessos del siglo VII y VI a.C.. Bronces con "gallolas" que se han hallado en los yacimientos de Tartessos y de Chipre, aunque también podemos encontrar ejemplares casi idénticos y de una misma época, en Cerdeña -al igual que en algunas zonas de Italia y de Grecia continental-.

En lo que se refiere al adorno representado, denominado gallolas engallonadas; creemos firmemente que se trata de la flor del opio. Decoración que ya hemos visto en varios objetos micénicos y en especial en la famosa "diosa de las adormideras" de Creta (consultar entradas previas a esta); tanto como en diversos vasos y cerámicas pertenecientas a culturas cercanas a la minóica. Todo lo que nos hace afirmar que aquellas que lucen las deidades -o sacerdotisas- cretenses, y las de estos bronces tartessios o chipriotas; son sublimaciones de esa planta con poderes narcóticos. Flores del cáñamo adoradas en la Antigüedad debido a sus propiedades como anestésico y enteógeno. Ya que por medio de su igesta o inhalación, podrían operar al enfermo o conseguir que superase grandes crisis de dolor, tanto como servirían para entrar en trance durante ciertas ceremonias.



En la presente entrada tratamos sobre estas plantas narcóticas y su veneración, a la vez que nos planteamos sus usos médicos. En referencia a Tartessos y ante este bronce (que seguramente es parte de un quemapefumes decorado con formas de adormidera); todo nos obliga a plantearnos que aquellos cultos de origen cretochipriota habían llegado a nuestras tierras en el siglo VII a.C.. Siendo practicados y bien conocios en la Turdetania, los rituales de iniciación ctónica de tipo minóica o lidia (tan similares a los de Eleusis). Religiones que hubieron de llegar y divulgarse gracias a los metalúrgios venidos del Egeo; quienes con toda seguridad traerían a Tartessos sus deidades y sus celebraciones. Por ser todo ello indispensable para crear una ciudadanía con valores afines, con la que lograr comerciar. Comprendiéndose así que aquellas religiones importadas desde el Egeo y Oriente Medio, hasta Occidente; sirvieron para llegar a civilizar y lograr en común una cultura, que les permitiera: Primero comerciar y luego establecerse.

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ABAJO: Extraña figura representada sobre una ménsula del claustro de la Catedral de Oviedo (a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen), En ella vemos un hombre semidesnudo, con las piernas abiertas y que sujeta un pez gigante. Curiosamente, observándolo detenidamente veremos que entre lo que parecen sus calzones, figura claramente esculpido el sexo con el pene erecto. Si preguntásemos a un especialista en iconografía sobre su significado, probablemente nos diría que se trata de una metáfora de "la lujuria", que en tiempos del románico y del gótico temprano se representaba como la persona unida a serpientes, bactracios y peces. El simbolismo de la sierpe relacionada con el falo nos es muy fácil comprederlo (tanto que la psicología "freudiana" así lo explica). De igual modo es sencillo entender que los excesos en lujuria se representaran como hombres y mujeres desnudos junto a sapos y lagartos; al considerar aquel comportamiento igual de indigno (o asqueroso) que el contacto corporal con un bactracio -o un reptil-. Por último, el pez se unía ancestralmente a los anteriores animales de simbología acuática y sexual; tanto que ya desde el Antiguo Egipto sus sacerdotes no comían pescado del Nilo, por haber engullido estos el pene del dios Osiris (concretamente el Oxirrinco).
Pese a ello, muchos otros expertos en iconografía podrían decirnos que el abajo representado es una figura mítica o más bien un Jonás, cargando con con el gran "ictio" que lo tragó. Escultura que nos "explicaría" cómo aquel lamentable trance de ser comido y devuelto en el mar, se debió a una culpa lujuriosa, y de allí su erección (aunque realmenete, Jonás fue "castigado" por no ir a Nínive y encaminarse hacia Tarshis). Por último una explicación más "mistica" buscaría argumenar que se trata de una representación calendárica de "Piscis"; mes zodiacal en el que acababa el año agrario y comenzaba la época de cosechar. Y la itifalia del que sujeta al "ictio" se debe a que durante aquel tiempo del pez (que hoy se corresponde con febrero-marzo) se celebraban las fiestas dedicadas a la fecundidad y al cultivo. Fechas que hoy se recuerdan tan solo en el Carnaval, pero que en época greco-romana comprendía los festivales más libidinosos y orgiásticos de cuantos había. Celebrándose esas bacanales en días cercanos a los Idus de Marzo; destacando entre sus fiestas por ejemplo, las Liberalias, el Páter Líbero o las Tesmoforias.

 
No quisiéramos dejar de exponer un posible último significado, que también nos viene a la mente (al ver esta esculturita del claustro principal de Oviedo). Ella es la posibilidad de que el pene levantado hubiera sido labrado porteriormente (como parece) y consistiera en un chiste o un chascarrillo, para ser enseñado como una adivinanza de las representaciones de la lujuria. Preguntando a quienes la observaran, el motivo de la itifalia y siendo su respuesta la de que el hombre está agarrando un "pezón" (un gran pez...) y de allí su erección. Ello, porque antiguamente la risa y la sonrisa servía para filosofar o pensar y no solo para divertir -como hoy en día sucede-. Siendo una verdadera tristeza y una gran pérdida cultural que el hecho de reir haya quedado tan solo como un mero acto de entretenimiento. Puesto que cientos -o miles- de años atrás, esa capacidad de hacer sonreir se identificaba con la transmisión de la felicidad junto a la cultura, y por ende con el mensaje del bien y de la sabiduría (aunque hoy tan solo se utilice para "pasar el rato").

Tristemente algo muy parecido le ha sucedido a la Música y las celebraciones de danza y "jolgorio", que antaño se utilizaban para alegrar, pero también con el fin de cultivar, hacer pensar y filosofar. Unos sonidos que en nuestros días han quedado tan solo como un "chunda-chunda" usado comunmente para "menear el esqueleto" (lo que tan solo ejercita el cuerpo, eliminando toda gimnasia mental, secreto o enigma, de este arte temporal). En el presente artículo, venimos tratando sobre "Los Misterios" eleusinos, entre lo que se hallaban algunos que descubrieron en su libro "EL CAMINO DE ELEUSIS" Gordon, Ruck y Hofmann. Quienes llegaron a la conclusión del uso de alucilógenos (bajo la disculpa de "fines misticos") en estas reuniones secretas, en las que los asistentes sufrían transformaciones y creían haber visitado el Más Allá.

Unos misterios y festivales que no difieren tanto de la forma moderna de diversión, en el que muchos utilizan alucinógenos para entretenerse cuando se hallan en un ambiente parecido al mistérico antiguo. En el que a través de luces y fuertes músicas (acompañadas de bailes rítmicos) logran lo que hace miles de años se consideraba un éxtasis. Aunque hoy se sabe que este es un proceso psicotrópico, totalmente artificial, ajeno a todo lo místico y sin ninguna relación con procesos intelectuales ni menos espirituales. Una "filfa" o un timo que pretende ser una evasión y tan solo constituye una cárcel de la que el hombre parece no poder (o no querer) salir.






 


 
 
Pero continuando con estas ceremonias helenas secretas, de origen micenio o lidio y de las que apenas conocemos lo que en ellas sucedía. Tan solo sabemos sobre aquellas lo que nos ha llegado a través de unos pocos himnos o cánticos (como el "Homérico a Deméter" -que nos ha proporcionado algunos datos sobre sus rituales-) y lo que la arqueología encontró. Oficios y celebraciones, que sobre todo gracias a las nuevas excavaciones, hemos podido ir ampliando y deduciendo. Resultando en todo ello de gran importancia, llegar explicar el "porqué" del sentido secreto y hasta divino de aquellos narcóticos que se suministraban y consumían en los Misterios (con o sin conocimiento de los asistentes). Razones que consideran muchos expertos en chamanismo y antiguas religiones, se debe a la necesidad de llevar al iniciado hasta el estado de trance, para provocarle una situación de insconsciencia psíquica en el cual pudiera contactar con su interior. Un éxtasis llamado "inter-nos" ("dentro de nos"), cuyo sentido se tenía realmente por el "infier-nos", habida cuenta que las voces que designan este mundo de la ánimas proceden de la etimología que significa simplemente "el interior nuestro". Un concepto de "averno" como "interior" al hombre y que nada tiene que ver con el infernal castigo de las almas en pena, que posteriormente el cristianismo explica. Ya que en la Antigüedad se consideraba que el Hades (o Averno ) era simplemente la morada de los muertos, a la que curiosamente podía accederse a través de interiorizar nuestro estado... . Como si el moderno psicoanálisis, o la auto-reflexión y el estudio de uno mismo, pudiera llegar a ser para los antiguos algo tan importante que le llegara a contactar con el Mas Allá, sacando al aire lo terrible, demoniaco e infernal que lleva el hombre en sus entrañas...

Debido a todo lo que el sacerdocio de Eleusis y su iniciación se relacionaba necesariamente con la ninfa Pharmaceia; cuyo nombre evoca el medicamento, pero sobre todo estaba relacionado con el sacrificio propiciatorio, que se denominaba de forma igual. Como si aquella inmolación fuera una medicina espiritual; "pharmacopea" que a su vez tuvo para los helenos un significado relacionado con las pócimas narcóticas -habida cuenta de que en la Antigüedad droga y farmacopea eran una misma palabra-. Acerca de ello Jose Alfredo González Celdrán en su interesante libro "HOMBRES DIOSES Y HONGOS" (5) relata el mito de Hércules y su bajada a los infiernos; explicando los motivos que tenía el héroe para iniciarse antes de encaminarse hacia Hades. Recogiendo que cuando Euristeo obliga a Herakles a atrapar al can Cerbero que guardaba la entrada del reino de los muertos, este tuvo que ir previamente a Eleusis (6) . Allí se llegó ante Eumolpo, al que se supone el creador o primer sacerdote de aquellos misterios eleusinos; y donde cree el autor del libro, que el héroe solicitó una droga al templo. Enteógeno que considera González Celdrán, se corresponde con el cornezuelo de cebada, que afirmaban Hofmann, Ruck y Gordon Wasson (en su libro ya citado) era suministrado como alucinógeno en las celebraciones de Eleusis.

Un brevaje que en griego se decía "kikeón" () cuyo nombre nos recuerda mucho a otras dos palabras helenas como son "kikus" () cuyo significado es "fuerza" y a "kikjano" (), que se traduce por "alcanzar". Por todo lo que nos parece -dado su origen y etimología-, que esta "mezcla" o "brevaje" llamada "kikeón" era -a mi entender- lo que podemos interpretar como una "poción mágica", o una droga que hacía invencible a los guerreros. Hecho este por el cual se explica -a mi modo de ver- que debiera ir Heracles a Eleusis a tomarla, antes de encaminarse hacia los infiernos. Ya hemos dicho que en opinión de los autores antes mencionados (J.A. González Cedrán, siguendo a Hofmann, Ruck y Gordon) aquel mistérico líquido que se ingería en las ceremonias de Deméter, fue principalmente cornezuelo de cereal -mezclado con agua de cebada y menta-. Algo en lo que en parte estoy de acuerdo, aunque esta conclusión no resuelve del todo el misterio; puesto que de nada sirve caer en el trance del "claviceps purpúrea" para realmente tener el poder de llegar a los infiernos y hacerse con el temidísimo Cancerbero. Un trabajo de enorme dificultad y útimo del tebano, ya que debe luchar contra aquel sin armas. Misión para la que Herakles se prepara en Eleusis; de lo que hemos de deducir en aquel templo se contenía el secreto de otros "productos farmacopeos" mucho más útiles para un guererro... (al menos, esta es mi teoría).

 
AL LADO: Quemaperfumes procedente de necrópolis de la Joya y perteneciente al Museo de Huelva -al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-, fechado en el siglo VII a.C. (tartessio) -para quienes "se oponen" a Tartesos (o Tartessos) y nos "les gusta" este nombre (que tristemente abundan) diremos que es "del Periodo turdetano Orientalizante" y que para el caso es lo mismo-. Lleva en su centro lo que comunmente se llama "gallolas" y que yo identifico con la flor del opio. Sin lugar a dudas y en mi opinión, este que vemos se trataría de un objeto usado para rituales ctónicos sirviendo como incensario. Celebraciones en las que probablemente se quemaran las hojas o resinas del cáñamo (similares a las aparecen en muchos de los santuarios griegos). No se han hallado estas bolas de ceniza de hachís -presentes en los oráculos helenos-, entre los templos y recintos sagrados tartessios; lo que hace deducir que no usaron de manera igual estas drogas, teniendo otros modos de "euforizar" sus celeraciones (quizás a través del humo de la flor de la adormidera o quemando el extracto de sus resinas).
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ABAJO: Jarra con las llamadas "gallolas engallonadas", procedente de necrópolis de la Joya y perteneciente al Museo de Huelva (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Se fecha en el siglo VII a.C. y es puramente tartessia (u orientalizante). Como decimos y en mi opinión, estos adornos son flores de adormideras; diseño que podemos comparar perfectamente con diosas del opio cretense o las jarras micénias donde se representa esta planta anestesiante. Ello implica que el utensilio sirvió o estaba ligado a los cultos ctónicos, de la madre tierra; pero sobre todo a los narcoticos como sistema de iniciación. Pues aúnque a Orfeo, a Baco y a Dionisos se les relaciona fundamentalmente con el vino; los cultos órficos, báquico-dionisiacos (y sobre todo los telúricos), se unían a unos estados de mayor insconsciencia, más propios de la ingesta de otros euforizantes o "medicamentos" (que sin lugar a duda eran drogas).


 
 
Referido a ello, la arqueología ha hallado en estos grandes santuarios mistéricos -como el de Efira- grandes bolas de cannabis quemado (principalmente hachís) (7) . Algo que ya sí nos explica un posible uso para la guerra de las drogas (como anestésico o euforizante). Tanto como se correspondería con las decoraciones que mencionábamos arriba, de los muchos quemaperfumes y en las diosas o cerámicas cretochipriotas (tanto como en Tartessos); donde vemos repetidamente representadas flores de adormideras. Unos adornos cuya forma recuerda totalmente al opio y que curiosamente desaparecen en época griega. Este es un hecho extraño y que posiblemente se deba a ya entre los helenos se escondiera el verdadero origen de aquellas secretas pócimas (que podían dar gran euforia a los soldados en batalla, ayudar a curar heridas o a no sentirlas).

Todo lo que personalmente me lleva a pensar que la droga femenina (usada para los partos), fuera el mencionado cornezuelo y que por ello se suministraba en los cultos de la diosa madre (Dea Mater = Deméter). Pese a lo que hubo de existir algunas otras pócimas mucho más útiles para los ejércitos; siendo aquellas también ocultadas al tenerse por verdaderos "secretos militares" (o de la ciudad-estado). Lo que narramos podría explicar la imposibilidad de asistir entre los extranjeros a los Grandes Misterios, habida cuenta que pudiera transcender a los ajenos al grupo la esencia de aquellos brebajes que hacían perder el miedo, tanto como la consciencia. Siendo mi teoría, que "el misterio" consistía en suministrar drogas al asistente, con o sin conocimiento de él y quienes por ello se dividirían en: Creyentes (aquellos que pensarían, habían contactado con el más allá) y "agnósticos" (los conocedores de que el éxtasis era debido a un alucinógeno, pero admitían toda la ceremonia debido a que era necesaria para la transformación social).

Ya que los rituales llevaban al grupo a un estado de hermanamiento y unión; cohesión que se basaba en que unos se mantenían fieles a sus creencias y otros al conocimiento sobre la verdad de aquellas. Latiendo en el fondo de todas estas extrañas celebraciones, el hecho de que gracias a aquellos "brevajes" e iniciaciones, se podían erradicar socialmente muchos de los miedos y de los dolores. Todo lo que verdaderamente era entonces importante y útil; ya que para combatir en la guerra era imprescindible no temerla. De lo que considero personalmente tuvieron muchos otros enteógenos, a más del mencionado cornezuelo; refiriéndonos -por ejemplo- a los opiáceos y analgésicos, que podían suministrarse antes de duros enfrentamientos, con el fin de "euforizar" al hoplita en las batallas. De igual modo, los soldados precisaban de brebajes o "kikeon", como medicamentos anestesiantes cuando caían heridos; pues de lo contrario un simple corte o flechazo, podía parar la actividad de cualquier guerrero.

De cuanto deducimos, los lampadarios y quemaperfumes que vemos decorados con flores de opio, pertenecen a civilizaciones ajenas a la griega (en su mayoría a las anteriores y predesesoras, como la micénica). Lo que nos hablarían de estos misterios ctónicos celebrados sin grandes secretos antes del helenismo. Unos ritos basados en las adormideras y sus poderes de anestesia, que en época minóica, o entre los cretochipriotas y tartessios, no tendrían reparo de representar abiertamente. Pero que después, los griegos ocultarían celosamente; seguramente al considerarlos secretos militares. Ya que por cuanto se lee y se deduce arqueológicamente, aquellas celebraciones mistéricas estaban basadas en extrañas pócimas, cuyo uso médico y para la guerra parece evidente. Unas serían derivados del cornezuelo (para las mujeres), pero las más contendrían alcaloides, opiaceos o anestesiantes, muy útiles para los guerreros (como los que se hallan en las excavaciones de los oráculos). Todo lo que permitiría el buen parto, no temer las enfermedades; tanto como entrar en batalla sin temor (y hasta con alegría).

 
AL LADO: Bronce sardo fechado en el siglo VII a.C., perteneciente a San Utrachi- S.Vero Mili (museo al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Se trata de un objeto decorativo de Cerdeña casi igual en época y forma al que veíamos más arriba -del Museo de Sevilla y catalogado como tartessio-. Sin lugar a dudas, este remate también pertenece a una pieza de lampadario o quemaperfumes. Lleva igualmente las tres "gallolas", que en mi opinión serían flores de adormidera, indicando que es un candelabro de uso para ceremoniales del tipo que estudiamos.
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ABAJO: Candelabro chipriota en marfil, hallado en Salamina y fechado en el siglo VIII a.C. (propiedad del Museo de Nikosia, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Se trata de una famosísima pieza, que se considera "madre" o idéntica a otras muchas halladas en Tartessos y en Cerdeña (tanto como en las zonas de infuencia cretochipriota de Italia y Grecia continental). Es un modelo repetido de manera muy similar por todo Chipre durante esta época, que también se fabricaba en bronce; lo que claramente indica el lugar de porcedencia de estos diseños que luego vemos en Tartessos, o en Italia y Cerdeña. Unos adornos que consideramos representan la adormidera y que de nuevo repetimos que para nosotros significarían un culto a esa flor narcótica. Reverencia o veneración que se pudo extender a través de estos pueblos herederos del minoico (los de Creta y Chipre de los siglos XI al VII a.C.), como adoración a un anestésico o euforizante, imprescindible en las intervenciones quirúrjicas, los partos y sobre todo, para la guerra.


 
 
Pero continuemos con lo referido en el libro de González Celdrán, quien manifestaba que Hércules había ido hasta Eleusis en busca de la droga o el medicamento que le lograse llevar hasta el infierno, con el fín de atrapar allí a Cerbero. En las citas (6) y (8) hemos recogido los textos que hablan de el héroe tebano en el templo junto a Atenas; fuentes en las que no se menciona nada de drogas y solo se dán los nombres de los sacerdotes, tanto como la iniciación llevada en el mencionado templo cercano a Atenas. Exponiendo particularmente Apolodoro que por su situación de extranjero, Hércules no pudo asistir a la ceremonia mistérica y se hubo de iniciar de modo individual (8) . De algún modo la segunda versión de Diodoro Sículo narra algo similar al hablar de que el sacerdote de Eleusis (que nombra como Museo, hijo de Orfeo), fue el que inicia a Herakles; dejando envidentemente claro que se trataba de un rito privado y no un misterio público. Ello quizás experse la idea de que a algunos guerreros no atenienses (al menos, los de gran importancia) les estaba reservado el privilegio de conocer los Misterios de forma individual y sin tener que asistir al culto general. Dándose a enteder que el sacerdote supremo, cumplía la función de iniciar o purificar a grandes generales o príncipes (bárbaros a la ciudad), de manera particular y siempre que aquellos lo necesitaran.

Sobre el nombre que los textos dan al clérigo supremo de Eleusis, llama la atención que Apolodoro mencione a Eumolpo, un hijo de Posidón (o de Museo) del que se dice fue rey de Tracia y que en el momento de la lucha entre atenienses y eleusinos, fue llamado por los de Eleusis para que les ayudara. Acudió en socorro de aquellos, pero murió en batalla contra los atenienses, capitaneados por Erecteo. Se le atribuyó instituir los misterios y a su hijo Cerix se le dió el cargo de Heraldo de Eleusis; siendo aquel el tronco común de la familia sacerdotal que desde sus comienzo hasta el fin del templo, lo gobernó (la de esos eumólpidas -que aseveraban ser descendientes de este-) (9) . Por lo demás, el nombre de aquel (eu-molpos ) significa "el del buen canto", "el de bella voz"; lo que indica que estos misterios se acompañaban con cánticos de voz que por sus características y lugar debemos asociar con el llamado "canto bizantino", de origen greco-judío (tan cercano al nuestro mozárabe, o al gregoriano). Llamando asimismo la atención en el texto que referimos, como destaca que gracias a la iniciación de Heracles, el héroe queda libre de haber causado el mal con la matanza de los Centauros. Lo que nos da idea de que aquellas ceremonias serían de carácter purificador, en las que el oficiante tenía poder de librar al neófito de cuantas penas o cargas hubieran merecido en su vida o en los terribles actos de la guerra.

De forma diferente a Apolodoro, Diodoro Sículo nombra como sacerdote de Eleusis a Museo (); quien sin lugar a dudas es el que aparece como padre de Eumolpo en muchos textos. Amigo o maestro de Orfeo -según unas tradiciones-; Musaio es en otras funtes hasta su hijo (o el de Eumolpo), quien en realidad no sería más que su réplica eleusina, considerándose a ambos -Orfeo y Museo- como una misma figura. Su nombre se relacionaría con las Musas y por sus hijos o familiares, vemos que todo lo eleuisino se refiere al canto y a la música (10) . Siendo Museo el gran místico de la poesía y la melodía, capaz de curar con su sonido y de adivinar gracias a su sensibilidad. Reflejando claramente el mito que lo relaciona con la creación de los misterios, cómo aquellos rituales de Eleusis estarían acompañados de grandes "orquestaciones" y ceremoniales cargados de melodías, sonidos (y hasta de fanfarrias tocadas en la cueva). Ello explicaría que entre algunos sacerdotes de los ritos ctónicos (como los de la Cibeles frigia, tan cercanos a estos de Deméter en Atenas) sus sacerdotes se castraran, entregando los testículos a la tierra -cual semillas-. Costumbre que tendría más un carácter "musical" que un sentido telúrico o de sacrificio, habida cuenta de que con esta "ceremonia" probablemente se formaran coros de "castrati" (algo que por muy horrible que nos pueda parecer, ha sido muy común en los coros y cantantes de Occidente -hasta hace apenas doscientos años-).

Por su parte, Robert Graves en LOS MITOS GRIEGOS (11) , recopila todas las fuentes y resume así la estancia de Heracles en Eleusis, tanto como su iniciación: "Solicitó que le permitiesen celebrar los misterios y llevar la corona de Mirto (12) (...) en la época de Heracles solo se admitía a los atenienses, por lo que Teseo sugirió que lo admitiese un cierto Plitio (...) cuando Heracles quedó purificado de la matanza de los centauros, porque nadie podía asistir a los Misterios con las manos manchadas de sangre, fue debiamente iniciado por Museo, el hijo de Orfeo y actuando Teseo como su padrino (13) . Pero Eumolpo, el fundador de los misterios mayores, había ordenado que no se admitiese a ningún extranjero y en consecuencia los eleusinos (...) establecieron los Misterios Menores, para favorecerle. Otros dicen que la misma Deméter le favoreció, instaurando con ese motivo los Misterios Menores para favorecerle" (a) (...) "Todos los años se celebran dos series de Misterios: Los Mayores en honor a Deméter y Core y los menores en honor a Core solamente. Los menores son el recuerdo del dramático destino de Dioniso, que realizaban los eleusinos en Agra, junto al rio Iliso. Los principales ritos son: El sacrificio de una cerda, que los iniciados lavan primeramente y su subsiguiente purificación por un sacerdote que lleva el nombre de Hidrano (14) (....) Luego tienen que esperar por lo menos un año antes de poder participar en los Misterios Mayores (...) y además deben jurar ante el mistagogo que guardarán secreto antes de ser preparados para ello. Miestras tanto se les niega la entrada al templo de Demeter" (b) (ver cita: 11) .
En todo este relato que venimos tratando existe un hecho de gran importancia y que ha pasado ciertamente desapercibido, consistente en que cuando atrapa Heracles a Cerbero, al traerlo junto a la cueva de Acone, el perro babea y ladra. Cayendo allí saliva de este mosntruo, de ella nacería el acónito; planta venenosa cuyo extracto era usado en las ceremonias de Hécate (15) . Explicando Robert Graves que aquel acónito fue un "veneno, paralizante; utilizado por las hechiceras para preparar un ungüento que les hacía volar, entumeciéndoles los pies y las manos, dando la sensaciòn de que se elevaban por encima del suelo" (16) . Evidentemente, el relato que expresa cómo el acónito nació de las babas de Cerbero, tiene más relación con el uso de este alcaloide como veneno que como alucinógeno. Puesto que es sabido que desde la más remota antigüedad, las puntas de flechas (sobre todo entre los bárbaros) se envenenaban bañándolas en su extracto. Tanto es así, que la común etimología de acónito es la que considera que procede de "dardo, flecha", que en griego se dice "acontion" ().

 
AL LADO: Portada del magnífico libro de Javier Jiménez Ávila, publicado por la Real Academia de la Historia: LA TORÉUTICA ORIENTALIZANTE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA. Donde el autor -uno de los mayores especialistas en Historia Antigua de la Turtetania-, analiza prácticamente todos los bronces de comienzos de la Edad de Hierro, hallados en la Península. Piezas cercanas en datación a este periodo llamado Orientalizante (o tartessio) y que los compara con otros similares existentes en el Egeo, Cerdeña, Italia o Grecia Continental. Menciona Javier Jiménez Ávila comunmente las "gallolas engallonadas", que son las bolas con formas de pétalos, de las que venimos hablando y que se observan bajo el pebetero de la foto de esta misma portada (justamente donde se halla el letrero de la Real Academia de la Historia). Siendo aquellos adornos, en mi opinión personal, decoraciones iguales a las que vemos en deidades y objetos micénicos y cretochipriotas, que representan adormideras. Atraviéndome a afirmar que este maravilloso quemaperfumes que presenta el libro en su primera página (denominado Timaterio de Villagarcía de la Torre, que se halla en el Museo de Badajoz), es sin duda alguna un incensiario para quemar este tipo de plantas narcóticas, utilizadas en las ceremonias telúricas o de Deméter (la Dea Mater) . Facilitamos algunos enlaces donde el lector podrá encontrar referencias y artículos de Javier Jiménez Ávila ( http://independent.academia.edu/JavierJIM%C3%89NEZ%C3%81VILA/Papers/1089229/Timiaterios_chipriotas_de_bronce._Centros_de_produccion_Occidentales ) . ( De los Bronces Tartésicos a la Toréutica Orientalizante. La broncística del Hierro Antiguo en el Mediodía peninsular Javier JIMÉNEZ ÁVILA )
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ABAJO:
Detalle de una crátera del llamado Pintor de las Hidrias, que representa a Heracles levando ante Euristeo al can-Cerbero (perteneciente al Museo del Louvre de París, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En esta preciosa escena vemos al guardián de los infiernos figurado como un perro de tres cabezas y con serpientes en su piel, apresado por el héroe tebano y quien lo lleva ante su primo, el rey que le encargó este último trabajo. Monarca que al ver al monstruo cercano se introdujo en una jarra (o tinaja) para protegerse. Tras ello, Heracles sin saber qué hacer, decide devolver a Cerbero a los infiernos, dándoselo de nuevo a su dueño Hades. Este mito que hemos recogido en algunas de sus fuentes, esconde muchos de los secretos iniciáticos griegos, que se relacionan sobre todo con la metalurgia y la guerra. No olvidemos que la morada del Cerbero, tanto como la entrada a los infiernos, se situaba en tierras del lejano Occidente y concretamente junto a Tartessos. Todo cuanto analizaremos y de lo que hablaremos en nuestras sucesivas entradas... . 
 

 
 
 
Siguiendo con el "acónito", nacido de Cerbero, diremos que aunque la llamada aconitina ingerida es muy tóxica (bastando un miligramo para matar a un ser humano de unos ochenta kilos), su uso tópico es recomendao para algunas enfermedades. Así y solo por vía externa actúa sobre las terminaciones nerviosas; generando una gran excitación con calor al principio y luego una parálisis, que llega al estado de anestesia. De tal manera, bien suministrado y en las dosis correspondiente con tratamientos adecuados, goza de un gran efecto como analgésico e incluso como antiinflamatorio -usándose en el caso de grandes hematomas, de reumatismo, de ciática o de problemas de cefaleas y del trigémino-. Por su parte el extracto de esta planta, en su estado puro es hipotensor, pero después de sometido al calor, es hipertensor. Todos estas facultades del acónito y el hecho referido de que fuera utilizado como pomada o brevaje en las ceremonias de Hécate, explican que se conocían sus propiedades. Dado que su uso tópico se relacionaba no solo con esta diosa de la brujería, sinó que también era conocido como remedio antiguo para evitar los dolores. Ello porque aquella crema que define Graves como "un ungüento que les hacía volar, entumeciéndoles los pies y las manos, dando la sensaciòn de que se elevaban por encima del suelo"; no era más que un analgésico potentísimo, que bien suministrado llegaba a anestesiar. Siendo tan usado el acónicto, que en China es fundamental en todas sus recetas médicas; algo que se comprende porque varias de sus subespecies tienen efecto antibacteriano y antiviral (además de actuar contra los tumores).
Por cuanto vamos expresando y al analizar los brebajes, pócimas, drogas, o el herbolário que pudo usarse en ceremonias de iniciación (como las de Eleusis); no nos cabe duda de que hay todavía muchos secretos sin desvelar. Misterios que sobre todo se refieren a la iniciación del soldado antes de partir para los infiernos, o hacia la guerra (como lo hicieron con Heracles). Puesto que aunque en nada podemos contadecir la teoría y tesis de EL CAMINO DE ELEUSIS, en la que presentaban al cornezuelo de cereal como enteógeno principal de aquellas celebraciones. Nos queda la duda de si este "parásito" de la espiga (usado como medicamento para las parturientas), tiene alguna utilidad en militar. Es decir, si el "claviceps purpúrea" pudo utilizarse como medicamento de los ejércitos antiguos; cuya farmacopea precisaba de drogas que fueran fundamentalmente, anestésicas, desinfectantes, analgésicas y -sobre todo- "euforizantes".

Pensaran algunos que nuestra teoría carece de base científica; ya que nada hace falta para motivar en la lucha a un soldado... . Pese a ello, es sobradamente conocido el uso de todo tipo de drogas y opiáceos en los momentos de la dura batalla; llegando a ser fundamental para la guerra, los anestesicos. Máxime en una época en la que el enfrentamiento solía hacerse en un cuerpo a cuerpo y el miedo podía dejar paralizado a chicos de corta edad, que de no ser "euforizados" seguramente huirían en sentido contrario al enemigo. De todo ello y sabiendo que hasta en las Guerras Mundiales del siglo XX, una gran baza militar consistía en suministrar centraminas y drogas entre la tropa; hemos de pensar que toda lucha encarnizada tristemente suele ir acompañada de alcohol y sobre todo, de "euforizantes" mayores.
Como expresamos, todo este terrible planteamiento de drogar (o "animar" con farmacopea) a los soldados -con o sin el conocimiento de aquellos-, puede resultar una hipótesis no probada. Pese a lo que sin ello no se puede explicar la existencia de los innumerables "kikeón" (pócimas de la fuerza) que hay en los mitos y leyendas antiguas, ni comprederse bien figuras como la del famoso Aquiles, quien bañado en el agua de la laguna Estigia tomó poderes sobrenaturales. Siendo numerosísimos los casos en los que héroes y guerreros helenos eran regalados o ungidos con la pócima de la victoria (entregada por magas, sacerdotes o incluso por los dioses); o con antídotos de la muerte y del veneno -como lo fueron las hojas del Baly o la hierba Moly-. Pese a ello, nada se habla de "euforizantes" y anestésicos en la Historia, aunque sin aquellas "drogas" es muy poco explicable cómo se llegaban a reclutar y a mover los ejércitos en la Antigüedad. Ya que no se trataba de una lucha a distancia en la que la pericia o la puntería contaba principalmente, sinó fueron enfrentamientos cuerpo a cuerpo, en los que la agresividad y el estar fuera de sí era imprescindible para el soldado. Todo lo que explica que con seguridad, además de las consabidas borracheras con las que algunos generales regalaban a la tropa (antes de entrar en batalla), los médicos o curanderos de los ejércitos pudieran añadir "eufotrizantes" en las bebidas (para evitar los dolores, y sobre todo para que aquellos hombres no se vinieran abajo en el momento del duro encuentro con el enemigo).

Cuanto decimos en el párrafo anterior, será una evidencia para cualquiera que haya estudiado técnicas militares; a la vez que igualmente comprenderá que los secretos del ejército nunca transcienden, siendo guardados con el mayor celo. Lo que explica que si entre los griegos existían unos "euforizantes" y anestésicos suficientemete potentes y tan bien manejados -como para poder obtener los éxitos de Alejandro-, se mantendrían siempre fuera del alcance de extraños. Aquel sería uno de los mayores secretos y mejor guardados, puesto que de ello dependía la victoria en la guerra y la seguridad de las Ciudades-Estado. Debido a cuanto decimos y sabiendo que en las celebraciones mistéricas se suministraban enteógenos, se puede comprender por qué quizás se obligaba en Grecia a no desvelar nada de lo visto en ellas (para que constituyeran un "secreto" común). Es decir, que aquello conformaba "el misterio" que simplemente consistía en dos opciones: O bien en creer que los sacerdotes lograban contactarnos con Más Allá, consiguiendo quitar todo estado de consciencia y de dolor. O bien en saber que todo ello era fruto del "kikeon", comprendiendo que por medio de las drogas se llegaba a un estado de euforia y tranquilidad por el que no debía temerse ni al parto, ni a los dolores y ni siquiera a las guerras. Siendo así tenidos los dioses Eros y Tánatos como principio activo de la cultura helena; una civilización que sin miedo a los dolores, se enfrentaría a las batallas y los amores, sin problema alguno.


 
AL LADO: Detalle de la diosa micenia de las adormideras, hallada en Gazi (Creta) y fechada en el 1200 a.C. -propiedad del Museo de Heraklion, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-. Observemos en la corona de esta sacerdotisa (o divinidad) la hilera de flores de opio perfectamente representadas, en un diseño que mucho nos recuerda a todas los demás adornos que hemos visto arriba. Sin lugar a duda y en mi teroía, esta escultura refiere el principio de los ritos ctónicos nacidos en Micenas y que fueron llevados siglos más tarde hasta Grecia. Diciéndo la leyenda que los de Eleusis fueron establecidos por una diosa madre (quizás Deméter a la que los minóicos llamaban Britomartis) o por una sacerdotisa venida desde Creta para este fin.
Por lo demás, esta figura que luce en su diadema lo que hoy entendemos como una droga, no debe ser interpretada como una divinidad que representa los ritos órficos, ni el estado de embriaguez. Ello, porque aquella flor del opio era fundamentalmente imprescindible para anestesiar y evitar los dolores (de los enfermos y sobre todo de los soldados). Es decir, que en mi opinión se trata de una deidad unida a la medicina y a la farmacopea, en sus cultos ctónicos que reverenciaban al nacimiento y a la muerte como una necesidad impuesta por la vida. Un necesario ciclo que obligaría al hombre a la fecundación o a la siembra (uniendo el sexo y la cópula, con la agricultura), tanto como a la recolección (representada en el fallecimiento). Todo lo que aunaba Eros y Tánatos bajo los conceptos de fertilidad, crecimiento y recolección; siendo la siega interpretada igual al sacrificio del animal (necesario para alimentar); tanto como a la muerte del soldado (necesaria para proteger a su grupo).

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ABAJO: Detalle de un jarro propiedad del Museo nacional de Atenas (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Se trata de una crátera de época minóica hallada en Milo (arte cicládico), y fechada hacia 1500 a.C.. En ella vemos claramente de nuevo las hojas de la adormidera representadas en una época en la que Micenas comenzaba a existir. Pese a que los objetos que contienen decoración con opio y sus flores son principalmente micenios (o cretochipriotas), creemos que el conocimiento de esta planta y de sus usos medicinales fue transmitido a Micenas, a través de la herencia de Egipto a sobre todo desde la Creta Minóica. Cultura esta última, antecesora de Micenas que entre los siglos XX y el XVII a.C. logró formar una magnífica civilización, que influyó en todo el Egeo y donde se experimentaría medicamente con estas plantas de propiedades anestesiantes.


 
 
Por cuanto explicamos, y sin desdecir la tesis de Hofmann, Ruck y Gordon en el mencionado libro -ni tampoco lo que expresa sobre el mismo tema González Celdrán-; creemos que sobre el tema que tratamos se deberían ampliar algunos conceptos. Ello, porque los Misterios (como celebraciones) se dividían principalmente en tres tipos: Teletai, Orgias y Mysteri -propiamente dichos-. Siendo el "teletai" un simple cumplimiento de rituales, tanto como la conocida "orgia", un transporte hacia el éxtasis de Dionisos. Mientras los "myteri" fueron ceremonias secretas donde lo fundamental consistía en no desvelar lo visto en ellas (de allí su nombre, que procede de la voz "cerrar la boca" -en griego-). Por lo que decimos, es sabido y explicable que para realizar los festivales de orgías, se buscaran drogas o sistemas de embriagarse a base euforizantes (siendo el más común y conocido, el vino de Dionisos-Baco). Pero en estas otras reuniones "místicas", cuyo secreto era común a todos los asistentes, tuvieron que existir otras drogas cuyo motivo era parte del enigma a eseñar. Unos principos más relacionados con la muerte y la resurección, que con el placer; debido a lo que las drogas en estos Misterios no tendrían sentido iniciático, si no fueron suministradas de forma inducida (o sin el consentimiento pleno del que las tomase) y solo para llevar al neófito hacia el trance. Tras ello, el asistente podía tomar dos opciones: Creer que había visitado los infiernos y hablado con las ánimas; o pensar que había sido todo fruto del poder y conocimientos de la Sociedad en la que vivía. Puesto que gracias a aquel estado de éxtasis que los concelebrantes sufrían, pronto comprenderían los sistemas en poder de su ciudad (en el caso de Eleusis, Atenas). No solo con la capacidad de alcanzar el más allá y el contacto con las almas, sinó para enseñar a sus súbditos por qué no debía temerse a la guerra, ni al dolor.

Este pudo ser -entonces- el secreto de Micenas, cuya fundación y nombre se dice se debe a los hongos, tal como explica el mismo Pausanias en su "Descripción de Grecia" (17) . Habida cuenta que en la tesis de todos cuantos han estudiado el tema (principalmente los mencionados antes: Ruck, Gordon, Hofmann, G.Celdrán y etc) es que aquellos hongos que dieron su denominación a Micenas, se deben relacionar con las setas de poderes alucinógenos. Hongos usados como enteógenos, que suponen se ingerían o mezclaban con otras bebidas, para llegar al éxtasis y celebrar determinadas ceremonias (principalmente de iniciación). Debido a ello, creen los autores antes citados, que así se entiende la leyenda de la fundación de Micenas, como un lugar donde se celebraban misterios a través de estas pócimas. Comprendiedo así lo que sobre ellas nos dice Pausanias, quien literalmente escribe que Perseo (tras regresar de Argos): "convencería a Megapentes de que intercambiaran sus reinos. Allí fue donde llegó y construyó Micenas, porque en esta tierra se le cayó la contera (punta de la funda) de su espada, considerando aquello un signo de los dioses para que allí fundara. Aunque también he escuchado sobre ello, que una vez estando sediento (Perseo) tomó unas setas del terreno. Bebió con gran alegría el agua que salía de ellas, por lo que la llamó Micenas" - se corresponde con el texto de la cita (17)-.

Para G.Celdrán, quien recoge tambien literalmente lo redactado por Pausanias (18), este fragmento se relacionaría con los cultos hacia la amanita muscaria; seta que desde los tiempos inmemoriales ha sido usada con fines enteógenos . Llegando a afirmar el autor que aquella amanita era en verdad gran parte de lo que se narraba sobre las "manzanas" de las Hespérides; conformando el poder de la muscaria y su búsqueda, el significado de esos legendarios frutos que debió robar Heracles, habida cuenta que la seta muscaria nace bajo los árboles (19) . Por su parte, los artífices de "El Camino de Eleusis" van más lejos y consideran que incluso la cabeza de la Gorgona era la representación del micelio muscario. Y de ello, que tal como expresa Apolodoro, Atenea da una hoz a Perseo para que este héroe cerecene la "geta" de Medusa. Herramienta que no es espada del guerero, sinó un "cuchillo de religión" y el símbolo de aquellos que recogían hierbas y hongos con poderes mágicos (20) . Por nuestra parte no podemos estar muy de acuerdo con las teorías presentadas, aunque sí es verdad que todos los elementos que han propuesto se relacionan plenamente: Heracles con Perseo, tanto como las "manzanas de oro", con la cabeza de la Gorgona. Al ser todas ellas (en mi opinión) parte de ciclos que se refieren a la búsqueda de los metales. Proeza que consistía en llegar hasta los confines de la Tierra (la Península Ibérica), traspasar las Colunmas (Gibraltar) y alcanzar las civilizaciones del Océano; logranso así comerciar los metales que entonces había en abundancia en las minas de cobre y estaño del Atlántico peninsular.

 
AL LADO: Detalle de una crátera que representa a Perseo camino de la Gorgona (en propiedad del Boston Fine Arts Museum, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En esta pintura fechada hacia siglo V a.C., observamos al héroe con la famosa hoz que ciertamente parece una herramienta de recolección de cereal, o para cortar ramas. Aunque estas hoces igualmente podemos identinficarlas con un arma de guerra (doru-drepanon = ), consistente en un asta de toro puesta sobre un mástil, que se usaba como guadaña durante los abordajes en el mar. Sea como fuere, la identificación "seta-hoz" no la creemos muy justificada, aunque sí entendemos que tratando de ver momentos iniciáticos relacionados con la amanita muscaria, en el relato de Perseo algunos autoires identifiquen su hoz con la recolección de la seta.
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ABAJO:
Parte de un bajorelieve de Medinat Habu, en el que se recogen las victorias de Ramsés III (agradecemos a las autoridades del templo situado junto a Valle de los Reyes, nos permitan divulgar la imágen). En la escena se representa a Amón Ra (con un arma en la mano) recibiendo los honores de Ramses III, que se dispone a ejecutar a extranjeros vencidos (al que no vemos y se encuentra al lado del dios). Aquí, podemos ver a Amón ofreciendo su espada al faraón y si la estudiamos detenidamente veremos la forma que tenían estas armas de bronce, a fines del II milenio a.C. (Medinet Habu se fecha hacia el 1170 a.C.). Observando que eran de una pieza, con el mango unido a la hoja y en forma de media luna. Diseño de la hoja de daga egipcia que de seguro procede de las hoces para la recogida de cereal y cuyo recuerdo seguramente inspiró el relato que narra como Atenea entregó una hoz a Perseo. Habida cuenta que el héroe era micenio, civilización que desaparece con la Edad del Bronce (hacia el siglo XII a.C., en el Egeo) y cuyos guerreros lucharon con este tipo de armas.
Ya que las espadas fabricadas en bronce, eran ciertamente más propensas a partirse con los golpes, por lo que probablemente al darles una curvatura descargarían tensión en los choques y sufrirían menos roturas. Otras muchas culturas han guerreado con armas (cortas o largas) en forma de hoz, entre las que destaca la ibérica, que usaba la falcata. Tanto como casi todos los pueblos del desierto, que han optado más por la daga y el alfanje, que por las hojas y empuñaduras rectas. Ello quizás se debe al modo de guerrear o a la posibilidad de que aquellos que usan estas espadas curvadas, en las horas que no se ejercitan como soldados, lo hicieran como agricultores. Adiestrando y tomando la fuerza del golpe de hoja, desde las hoces, machetes y guadañas; lo que quizás les lleve luego a un uso más cómodo en armas en curvatura.
  

 
 
Tal como en los pies de foto anteriores exponemos, en nuestra opinión, la hoz de Perseo nada tendría que ver con las setas, sinó con el propio origen micénico del héroe. Dado que Micenas nace y muere en plena Edad del Bronce, periodo en el cual las armas -en una gran mayoría- tenían formas "falcadas" (curvadas), tal como se recoge en el mismo mito de Cronos, que castra con una hoz a su padre -Uranos-. Pese a ello, el mito de la creación de Micenas, está indiscutiblemente unido a las setas, ya que Apolodoro explica que la nueva civilización se llamó así (), porque allí encontró su fundador unos hongos (en griego "mykes" = ) o bien porque allí se le cayó a Perseo la vaina de la espada (concretamente "la contera", que se dice igualmente "mykes" = ). Ambas leyendas citadas como origen de la voz Micenas, nos llevan a pensar que aquellas setas tendrían un sentido o relación muy estrecho con los estuches de armas y con las espadas, puesto que "contera" y "hongo" en idioma heleno son una misma palabra... .

De cuanto exponemos, nos surge una idea que enlazaría con los hechos antes explicados, por los cuales aquellos alucinógenos o drogas (usadas por los griegos en las ceremonias y seguramente en la guerra) tendrían un sentido iniciático relacionado con el arma. Ello, porque si Micenas se llamó así, aseverándose que fue creada en honor de las setas que allí nacían, evidentemente la historia se refiere a las del tipo amanita muscaria, cuyo uso entre los guerreros está documentado, debido a que sus poderes como droga son muy potentes (tal como Ruck, Gordon, Hofmann y G.Celdrán defienden). Pero en todo ello nos quedaría resolver el porqué de la importancia de aquellos hongos alucinógenos, cuyo uso pudo ser militar y no tanto como una forma de evadirse (tal como comunmente se piensa). Puesto que la función de estas setas, podía ser similar a la de la vaina o contera de una espada (llamada igualmente ). Es decir, que al igual que la funda del arma, los hongos sirvieran de algún modo para impedir que la hoja nos cortase o para evitar el daño, protegiendo al que la lleva allí envainada. De lo que pudiéramos deducir que el modo iniciático en Micenas (y luego en Grecia) para lograr que los soldados perdieran el miedo a la guerra, pudo ser el de ofrecereles este caldo (quizás de amanita muscaria, en forma de un kikeon) y tras ello abrir un arma e ir cortándoles, para que así experimentaran que no sentían dolor. Tras ello, sin darles la fórmula de la "pocima sagrada", aquellos guerreros sabrían que no estaban abandonados a su suerte cuando debían enfrentarse al enemigo.

La teoría propia que arriba exponemos, explicaría la relación de estas dos voces griegas iguales ("mykes"), y que significan tanto "hongo" como "contera" o "vaina de espada". Debido a que gracias a los hongos, a los claviceps púrpura o bien a las adormideras, aquellos sacerdotes o magos micenios, conseguían que sus soldados fueran con la mayor furia y con mucha seguridad a la batalla (quizás haciendo huir al enemigo, tan solo con la forma de avanzar o por la apariencia de locura que les profesaba su estado de "euforia"). Una exaltación bien provocada por amanitas o bien por otros medios, que con toda seguridad pudo dar el nombre de Micenas a una civilización cuyos ejércitos se basaron en la fuerza que esa "poción mágica" les ofrecía. Del mismo modo, partiendo de esta idea también se entiende porqué Heracles fue hasta Eleusis para iniciarse, antes de partir para los infiernos y luchar contra el Cancerbero. Ya que en aquel templo le darían el brevaje () para hacerle inmune a los dolores y del que se obtenía el conocimiento para llegar hasta el reino de Hades. Un infierno que -como dijimos- se identificaba con el "inter-nos" y que para nada debiera extrañarnos fuera en el que vivían aquellos soldados o guerreros que por exceso de tomas de el "elixir de la fuerza" hubieran quedado "enganchados" a aquellas drogas.
Habida cuenta que la identificación del reino de los muertos con el de los que están en un estado de trance, conseguido a través de una pócima -a mi modo de ver-, quizás habla mucho de la drogadicción o alcoholismo que posiblemente sufrían estos que desde jóvenes vivían en las guerras (obligados a abusar de opiáceos, hongos u otros medios de combatir el miedo y los dolores). Algo que es indudable en figuras como la de Alejandro Magno, del que se dice murió de alcoholismo a muy temprana edad; pese a que el vino no mata del modo que su biografía nos narra. De lo que habríamos de pensar que en aquellos caldos, se echaba el llamado "euforizante", del que muchas fuentes hablan (entre ellas la Odisea de Homero). Unas drogas que controlaba el que iba sirviendo las copas en toda reunión o simposium, persona que no bebía y cuyo cometido era mezclar lo que los asistentes iban consumiendo. Ya que los vinos apenas se ingerían en estado puro (algo considerado bárbaro o escita) y se les añadía una gran parte de agua, unida a diversas espécias. Aderezos que sabemos conformaban una bebida similar al vermouth (con canela, miel, menta y etc), pero cuyos componentes no se narran exactamente en ningún recetario -algo extraño, pues multitud de fórmulas de la cocina helena han llegado hasta nuestros días-.

 
AL LADO: Hoz y podón de hierro, procedentes de Coca, fechados hacia siglo III a.C. (del yacimiento ibero romano de Cauca, piezas del Museo Arqueológico de Segovia, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En este observamos lo que es la hoz de segador y a su lado un podón o cuchillo de ramas; hozuela que se usaba para ramonear, quitar los muérdagos y para funciones de limpieza similares. Siendo esta pequeña la que se podía utilizar para tomar ciertas setas o parásitos de los árboles. Incluso los famosos muérdagos que los druidas cortaban en ciertas ocasiones con hoz de oro y sobre dos toros blancos. Ceremonias y rituales, tras las que los sacerdotes o magos de la Antigüedad preparaban ciertos brevajes, de los que sin duda alguna, muchos tenían como misión conceder poderes sobrehumanos a sus soldados. Siendo para ello indispensable la mezcla en el "blechon o kikeon" de plantas o setas con poderes farmacológicos muy potentes.
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ABAJO:
Escena recogida en la tapa de un vaso cerámico que representa la Muerte de Príamo y Astaniax (pieza del Museo Nacional de Nápoles, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En ella vemos el típico escudo de hoplita con el "Gorgoneo" en su frente. Cabeza que se decía era de la Medusa, cuyo rostro de una tremenda fealdad expresaba el deseo de asustar al enemigo con el fin de proteger al que lo llevaba. Como hemos dicho, este Gorgoneo tiene su etimología en la "garganta", ya que así se denominaba al griterío y alboroto que los soldados griegos proferían antes de enfrentarse al enemigo. Seguramente con el fin de asustarles, comenzaban a dar terribles sonidos guturales (gorgóneos), semejantes a los que se producían al morir, en un ritual muy parecido al que otros muchos pueblos guerreros siguieron y con igual intención intimidatoria (como actualmente se conserva en la Hakka neozelandesa).
Ceremonial que consideramos muy unido en la Hélade, a la posible ingensta anterior de un "kikeón" o poción mágica. Brevaje que seguramente llevaba alcohol (como se suele dar a todo soldado antes de combatir), pero que en el caso heleno pudo estar mezclado con otras sustancias. Considerando como hipótesis para comprender todo lo que significaba el "gorgoneo" y su sentido bélico-potector, que estuviera apoyado por verdaderos alucinógenos o bien con anestésicos, que hicieran al hoplita de algún modo, inmune al dolor (pero sobre todo, inerte al temor). Un miedo que podía ser superado con algún eufórizante, que hiciera que aquellos soldados helenos realizaran estos ritos de "Gorgoneo", con bailes, gritos y movimientos muy violentos, provocando el pánico de quienes los vieran fuera de sí. Todo ello une el concepto de la Gorgona (Medusa) al de la protección y del brevaje, como ayuda indispensable para el soldado. De tal manera, ya hemos explicado ampliamente que esta cabeza de Medusa simbolizaba fundamentalmente el cobre y el bronce con el que se recubrían escudos y armaduras (metales que servían para protegerse y que eran obtenidos en tierras atlánticas de Iberia). Por todo lo que llega a la conclusión de que el kikeón (pocíon mágica), el gorgoneo (como ceremonia apotropaica), y la cabeza de Gorgona, como símbolo del metal venido de Tartessos (el bronce que componía la egida o coraza); se relacionan plenamente. 
   

 
 
Algo muy similar al "kikeon" debió de ser el famoso "blechon" (), bebedizo que suministraban antes de entar en la cueva de Eleusis, después de que los asistentes al misterio hubieran bailado alrededor del pozo en el que comenzaba el reino de Hades. Allí y previamente a ingresar en la llamada cámara de iniciación (entrada del infierno), todos eran sentados e invitados a beber aquel brevaje, cuyo nombre recuerda al del poleo en griego. Ya que "blechon" (blejon) es como se denomina a esta planta de la menta, pero también a cualquier pócima medicinal; lo que nos indica que claramente los allí iniciados, tomaban algo que incluía componentes de farmacopea. Tras ello, se dirigían al interior de la caverna, donde se representaban los misterios de las ánimas, y donde los neófitos terminarían contactando con los difuntos. Sobre la extrañeza que pueden producirnos estos rituales, hemos de reflexionar acerca de las teorías filosóficas que conocemos. Pensamientos tan comunes y admitidos como el platónico de "la caverna donde vivimos encadenados y donde las sombras de aquello visto en la vida anterior -reflejado en las paredes de la gruta- van provocando el recuerdo, que es la idea" (principio filosófico que tanto éxito tuvo en el Renacimiento, llegando a promover el Neoplatonismo). Incluso debemos pensar la relación de Eleusis con los métodos pitagóricos, ya que sabemos cómo gran parte del platonismo no es más que un préstamo intelectual del pitagorismo -sinó sería mejor calificarlo en parte de "un pequeño robo intelectual" hecho por el aristócrata Platón, quien compró y copió los libros escritos por los alumnos de Pitágoras, a los que olvidó citar...-.

Ello, unido a que las teorías de Pitágoras sabemos que fueron aprendidas y tomadas de Egipto y Mesopotamia (donde el sabio vivió recluido en sus templos durante decenios), nos puede enseñar que algunos modos de iniciación -como los de Eleusis-, eran los más comunes rituales religiosos de la Antigüedad. Celebraciones que seguramente fueron iguales o muy parecidas a las que llevaban a cabo en el Mundo Minoico (que se tenía por el antecesor de aquellos Misterios) o en la Micenas de Perseo. Héroe que fundó una nueva civilización sobre aquella tierra donde cayó la funda de su espada, y donde encontró unos hongos que saciaron su sed. Extraña leyenda que si la explicamos en relación a la ayuda que para los guerreros pudieron ser aquellas setas o fármacos anestésicos (evitándoles dolores y terrores) puede que logremos entender. Ya que el mito, en sí mismo es absurdo, a menos que lo relacionemos con la fución primordial que la farmacopea hubo de tener en toda la estructura del ejército en las civilizaciónes antiguas.

Por lo demás, aquellas setas que se denominan "mykes" en griego (igual que la vaina de espada), tienen un nombre cuya voz se relaciona enormemente con la palabra que indica en idioma heleno "el mugido". Debido a que el verbo "mugir" es "mukaomai" () y su sustantivo "mukethmos" (), cuya traducción es exactamente "mugido". Pero a su vez "bleche" (bleje = ), tan cercano al bebedizo "blechon" significa en idioma de Homero "balar" y "dar vagidos", tanto como el verbo "blejodon" () es "estar tonto", "atontado"; origen de la expresión "beodo". Lo que podría relacionar la ingesta de setas (alucinógenas) o de bebedizos, con el sonido que provoca el toro o el carnero antes de atacar; todo lo que se identificaría con el ritual "gorgoneante" del que soldado previo a la lucha, que mugiría para asustar al enemigo o para demostrar de su estado de euforia. Lo que pudiera unir aquellos "kikeones" (o brevajes que concedían poderes), claramente con los ritos previos a las batallas y con los de los misterios y orgías. Pues no hay que olvidar hasta que el nombre de Príapo significa: "El que brama" ("bryobios" -del griego  = "rugir, "bramar", "gritar de dolor"- ). Contactando seguramente estos Misterios helenos a la población civil con el Gorgoneo; entendiendo el ceremonial que como ya sabemos realizaban antes de entrar en batalla los soldados griegos, quienes comenzaban a proferir gritos y sonidos terribles guturales, con el fin de asustar al enemigo. Costumbre que si unimos a la posible ingesta anterior de un antídoto del dolor -o bien de un euforizante-, hace comprender por qué podía producir terror en el enemigo, observando fuera de sí a los hombres a quienes debían enfrentarse (sin saber el grado de inmunidad al dolor o a la realidad que estos tenían, tras tomar su pócima).

Por cuanto explicamos y exponemos, creemos firmemente que esos Misterios (como los de Eleusis) se enseñaban los poderes de aquellas mezclas que la farmacopea griega poseía. Ofreciendo al asistente unos "blechon" o bebedizos a traves de los cuales llegaría al éxtasis; por medio del cual podía pensar que había contactado con el Mas Allá (si era creyente). O si en nada creía, conocería el neófito que a través de estos "kikeon" le sería posible enfrentarse a cualquier situación. Comprendiendo así los hombres que no debían temer por enrolarse en los ejércitos, ni las mujeres tener miedo al dolor del parto o compadecerse por los soldados que eran enviados a la guerra (tras comprobar en estas ceremonias mistéricas que iban al parto o a la lucha, bajo los efectos de verdaderos anestésicos). Unos brevajes y pócimas absolutamente secretos, cuyas fórmulas no podían caer en manos de los enemigos, por lo que se hace comprensible que estuvieran en Atenas y durante al menos un milenio, en poder de una sola familia. Los "eumolpos", sacerdotes de Eleuisis que se decían descendiente del rey de Tracia del mismo nombre, llegados a esta ciudad en época de la fundación de Atenas. Todo lo que concuerda con hechos históricos como el de que los tracios (que eran griegos bárbaros), abusaban de las amanitas muscarias y de otros dopantes antes de guerrear -como lo pudo ser el cornezuelo de centeno-. Pero de todo ello y de mucho más, continuaremos hablando en nuestras siguientes entradas...

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BAJO ESTAS LINEAS: Vaina de una espada ibera, hallada en la necrópolis de La Osera fechada hacia el siglo III a.C. (damasquinado reconstuido en el M.A.N. por M. E. Cabré; a quienes agradecemos nos permitan divulgar la imagen). Este diseño era el común para toda funda de espada celtibérica y en él se observa en su contera (punta de vaina) una forma muy cercana al labrys -o hacha doble-. Todo lo que nos deja inmersos en el pensamiento de si aquellas formas semejantes a los pectorales del tesoro de El Carambolo, tendrían también para los celtíberos un carácter apotropaico. De todo ello y de mucho más, hablaremos en nuestra próxima entrada....

 
 
 
 
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CITAS:

(1)
: EL CAMINO DE ELEUSIS, de Gordon Wasson, Hofmann y C.A.P.Ruck. Fondo de Cultura Económica, México 1985.

(2): Charlando hace algún tiempo con Joaquín Díaz (
http://www.funjdiaz.net/index.cfm ) sobre los famosos misterios griegos y la posibilidad de que en ellos se ingiriese cornezuelo de centeno -tal como mantienen los autores en Op. cit. (1), pag. 38.-. Este especialista en etnografía me habló extensamente acerca de la enfermedad llamada Fuegos de San Antón, y de sus consecuencias. Tanto como de lo extendida que estaba en algunas zonas de España esta intoxicación hasta el siglo XIX (en que fue descubierto que lo producía el mencionado parásito de la espiga del cereal: Claviceps purpúrea). El hecho cierto es que comentando sobre aquello, pudimos llegar a la conclusión de que si los helenos utilizaban el cornezuelo de centeno como medicamento (o droga) es muy posible que conocieran que el origen del ergotismo estuviera en el "hongo" de la cebada o del trigo. Ello porque siempre habría gentes que cometieran excesos con aquel bebedizo hecho con cereales (aguas de cebada fermentadas) y que al parecer se ingería en Los Misterios. Por lo cual es de suponer, que en los casi más de mil años de existencia de Eleusis, muy pronto pudieron comprobar que las cosecuencias de ingerir aquel parásito de las espigas en exceso, sería contraer el ergotismo. Hecho este al que quizás se deba que no aparezcan datos en la Antigüedad de lo que más tarde llamamos "fuegos de San Antón".
(3): Op. cit. (1), pag. 39

(4):
El cornezuelo como "claviceps purpurea" es un alucinógeno de poderes terribles; tanto que es uno de los componenetes principales de la peligrosísima droga LSD, cuyo creador fue el químico Hofmann, uno de los que redactaron el libro antes citado.

(5):
HOMBRES DIOSES Y HONGOS Jose Alfredo González Cedrán, Madrid 2002 (Edaf)

(6):
El mencionado libro de González Cebrián, en su página 131 expone que Apolodoro (II, 5, 12), relata cómo Heracles va hasta Eleusis para iniciarse antes de encaminarse hasta el Hades. Comentando más tarde la droga que el texto clásico dice le suminiatra Eumolpo.

En realidad dicho texto de Pseudo-Apolodoro (Biblioteca) donde comienza diciendo un poco antes (II, 1, 22), que el decimosegundo Trabajo del héroe fue este de Cerberos y más tarde (II,1,25), que en el infierno y en busca del monstruoso "can" que lo guardaba fué a hablar con su dueño (Plutón) para asesorarse; dios de los infiernos que le dijo se lo entregaría si le hacía frente solo con la piel de león y la coraza.

Posteriormente (en II, 5, 12) relata Apolodoro que aquel tebano antes de ir al Averno, se dirigió hacia Eleusis donde pidió a Eumolpo (el sacerdote de este templo) que le iniciara. Pero como no era posible porque no cumplía los requisitos, rogó que su que le admitieran como hijo adoptivo de Pylius y así fuera iniciado (recordemos que para la participación en Los Misterios Mayores era imprescindible la ciudadanía ateniense). Pese a ello, no pudo asistir a la celebración por la negativa de muchos al haber matado a los Centauros, motivo por el cual Eumolpo lo inició de manera individual. De allí fue hasta Laconia para introducirse en el infierno y nada más entrar vió a Medusa, por lo que sacó su espada y la atravesó (más aquella imágen era solo un fantasma, ya que la Gorgona había muerto a manos de Perseo). Tras ello encontró a Teseo y a Piritoo, junto a Perséfone, pues ambos amigos habían bajado hasta allí en busca de Perséfone y Hades los retenía en este lugar. Teseo y Piritoo estrecharon las manos del héroe y le pidieron que les ayudara a escapar de allí, de tal modo los llevó hasta la roca de Ascálafo que él mismo había apartado, gran piedra que había puesto Deméter sobre este para que nunca saliera del infierno. Debido a que cuando aquel Ascálafo acompañaba a Cora (Perséfone) dijo a Hades que su mujer había comido los granos de granada; por lo que fue obligada a permanecer al menos seis meses en el Averno. Y mientras desde ese punto Heracles había logrado sacar a Teseo, se produjo un terremoto, por lo que aquel tesalio salió por sí solo huyendo. Dejó atrás al amigo Piritoo, de lo que todos entendieron que el amigo del tesalio debía permanecer en el infierno y allí fue dejado. También Ascalafos que creyó liberarse al caer su piedra y perdese en el citado terremoto, pero se vió convertido el lechuza por Deméter, de lo que nunca pudo ya abandonar el reino de la "noche". Después, intentó Heracles producir la resurección entre los difuntos, por medio de la sangre de animales derramada en el intrerior de la tierra y con ello dar algo de vida a los muertos; ofreciendo libaciones de los rebaños del propio Hades. Aunque el pastor del rey de los infiernos se opuso, por lo que Heracles le partió varias costillas y de no haber intervenido Perséfone le habría dado muerte allí. Tras ello, llegó hasta este esposo de Perséfone y rey del Averno al que pidió llevarse a Cerbero, a lo que Hades accedió si se enfrentaba a él y lo dominaba solo protegido con la piel de león y con su coraza. Así lucho contre el terrible monstruo y aunque su rabo con forma de sierpe (o escorpión) le mordiera varias veces; cogido por el cuello lo atrapó, llevándolo hasta el exterior. Al salir con Cerbero preso en sus brazos, le observó Euristeo y el monarca que le había encargado este terrible y último trabajo sintió tal pavor que se escondió. No sabiendo qué hacer con aquel "can" guardián de los infiernos, regresó al interior de la tierra y allí devolvió a Hades su Cerbero (hasta aquí lo que narra Apolodoro, II, 5).

Una historia muy semejante -aunque mucho más concisa- nos narra Diodoro Sículo en Biblioteca de la Hist. (IV, 25, 1) -ver cita (8)- cuando se refiere a la bajada de Heracles al Infierno. Explicando que Euristeo le encarga el "trabajo" de sacar a la luz y llevarle a Cerbero. Así se dirigió hasta Atenas para participar en los Misterios donde fue iniciado por MUSAIOS, hijo de Orfeo y sacerdote del templo por entonces. El resto, narra de forma breve su bajada al Hades, la liberación de Piritoo (o Teseo) y la captura de Carbero sin armas, al que saca del modo ya descrito.

(7): En nuestra anterior entrada explicábamos ampliamente "los misterios" de Efira, santuario excavado entre los años setenta y ochenta por el profesor griego Sotiris Dakaris y dónde este arqueólogo halló montañas de hachís quemado. Algo que le obligó a deducir que los consultantes de aquel templo (tanto como sus sacerdotes) eran "regalados" e "iniciados" a través de esta droga, con la que seguramente llegaban a un "extasis" que consideraban enteógeno. Voz esta última creada recientemente por los autores del libro EL CAMINO DE ELEUSIS, y que procede de de "en teo genos", cuyo significado es "nacer en dios" o "que dios nace de uno mismo"; palabra con la que quisieron explicar estos rituales de iniciación y sus procesos, realizados por medio de las drogas en la antigua Grecia. Misterios en los que la "bajada al infierno" o el contacto con el mundo de los muertos, se pretendería lograr por medio de un estado de inconsciencia (como sucede en muchas técnicas chamánicas). De lo que el mencionado "enteogenismo" en sí mismo sería la falsa sensación de haber alcanzado el "Mas Allá" por medio de un éxtasis logrado con drogas. Brevaje "magico" cuyo contenido alucinojeno muchos desconocerían; e incluso algunos asistentes creerían que nada le habían suminsitrado, al poder realizar los ritos quemando hojas de narcóticos.

(8):
Resumidamente lo que narran al respecto los textos clásicos que tratan sobre Heracles en Eleuisis es lo siguiente -ya recogido en (7), ver la mencionada cita- :

Diodoro Sículo en Biblioteca de la Hist.
(IV, 25, 1) cuando se refiere a la bajada de Heracles al Infierno, dice que Euristeo le encarga el "trabajo" de sacar a la luz y llevarle a Cerbero. Así se dirigió el héroe hasta Atenas para participar en los Misterios donde fue iniciado por MUSAIOS, hijo de Orfeo y sacerdote del templo de Eleusis por entonces.
Apolodoro, en Biblioteca (en II, 5, 12), narra que aquel tebano antes de ir al Averno, se dirigió hacia Eleusis donde pidió a Eumolpo (el sacerdote de este templo) que le iniciara. Pero como no era posible porque no cumplía los requisitos, rogó que su que le admitieran como hijo adoptivo de Pylius y así fuera iniciado (recordemos que para la participación en Los Misterios Mayores era imprescindible la ciudadanía ateniense). Pese a ello, no pudo asistir a la celebración por la negativa de muchos y por haber matado a los Centauros, motivo por el cual Eumolpo lo inició de manera individual. Ceremonia en la que le purificó por haber matado a aquellos centauros.
(9): Sobre Eumolpo: Apolodoro, cita ya dada /// Pausanias, I, 38, 2 y II, 14, 3 /// Higinio, Fábula 157, 273 .

(10): Museo: Estrabón, X, 3, 17 /// Heródoto II, 53 /// Servio a Virgilio en Eneida, VI, 667 /// Diodoro Sículo; Vi, 25 /// Pausanias; I, 14, 3 y 22, 7 ; IV, 1, 5 ; X, 5 al 11 (entre otros)

(11):
Robert Graves, LOS MITOS GRIEGOS, 139 (Duodécimo trabajo), a, b y c.

(12): Homero;
Odisea XI, 624, Apolodoro II, 5, 12.

(13): Heródoto
VIII, 65 //// Apolodoro cita anterior /// Plutarco, Teseo, 30 y 33 /// Diodoro Sículo, IV, 25

(14): Aristófanes, Escoliástica sobre Pluto, 85; y Paz 368 /// Esteban de Bizancio, sub Agra, //// Plutarco, Demetrio 26, y Focion 28 /// Aristófanes, Arcanianos, 703 /// Varro, Sobre cuestiones del Campo, II, 4 /// Hesiquio, sub Hidrano /// Polieno, V, 17

(15): Robert Graves,
LOS MITOS GRIEGOS; 139, h; citando a Ovidio, Metamorfosis VII, 409 /// Sobre las Geórgicas de Virgilio; de German. Cesar; II, 152 /// Pausanias, III, 25, 4 y IX, 34, 4

(16):
Op. Cit. 139, 5

(17):
Pausanias, Descripción de Grecia, II, 16, 2 y 3.

(18):
HOMBRES DIOSES Y HONGOS Jose Alfredo González Cedrán, Madrid 2002, pag 268 toma el texto en una versión muy próxima a la traducción inglesa de Pausanias, que manejamos.

(19):
Op.Cit (18) pag 267.

(20):
Ruck, EL CAMINO DE ELEUSIS (pag 206); citando a Apolodoro (II, 4, 2)















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