jueves, 17 de noviembre de 2011

DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fertilidad; Min o Minu egipcio. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXX).

Esta entrada es continuación de las seis anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.


SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, el ANK (o Anjh) egipcio (exvoto propiedad del Museo Británico al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Esta era la cruz de vida y máximo atributo de la diosa Isis como madre, cuyo jeroglífico se traduce por: Vida. En un principio, durante mis estudios creimos que tal símbolo derivaba de las alidadas de cuerdas (medidores de grados para dirigirse y orientarse en el desierto), que como el famoso "bastón de Jackobson", tenían forma de cruceta y se regulaban por cuerdas. Pensando entonces que el Ank significaba en sí mismo el conocimiento y el manejo de cuadrantes, para poder orientarse por medio de la medición en el desierto. Más tarde he llegado a concluir que su principal sentido se relaciona más con el sexo y como tal, es es atributo de la diosa madre y de la fertilidad. Ello, unido a que en Egipto se denostaba lo ordinario -por lo que su arte y artesanía carecen practicamente de figuras y esculturas obscenas-; nos hace concluir que el Ank es el símbolo del sexo masculino -tal como Wallis Budge afirmaba ya hace cien años-. Una esquematización del pene en erección, con los testículos, que en la postura de ese Anjh (que observamos de lado), nos es fácil comprender.

ABAJO en la foto: Personaje itifálico representado en una escultura ibérica hallada en el Cerrillo Blanco (Porcuna); se data entorno al siglo V a.C. -pertenece al museo arqueológico de Jaén al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-. En este caso observamos una deidad claramente priápica y en actitud obscena, lo que significa que entre los iberos existió un igual culto al de los dioses agrarios mediterraneos. Antigua religión que unía la fertilidad de la tierra con la de los animales y por lo tanto, el cultivo con el sexo (y la procreación humana). En el artículo de hoy vamos a tratar sobre estos cultos que se mantuvieron al menos hasta bien entrada la Edad Media, ya que sus representaciones (como vimos) pueden observarse incluso en las fachadas de las iglesias románicas, donde hombres y mujeres esculidos exponen su sexo en actitud obsena, algo que significaba un ritual de protección -ver entradas anteriores del presente blog-.




Trataremos hoy de los dioses de la fertilidad mediterraneos, comenzando por quien puede ser el "padre" o "abuelo" de casi todos ellos: Min (o Minu) de Egipto. Se tiene este dios-faraón del Nilo como una de las deidades más antiguas del Antiguo reino, cuya representación es la de un hombre de piel oscura, con corona imperial, alas de halcón y flagelo. Atributos, todos ellos reales, pero también sexuales, pues la figura de Min es además itifálica y para colmo carente de un brazo (o con uno de ellos atado al cuerpo). Más tarde explicaremos el significado de esa imágen de un faraón de tez oscura, con el sexo erecto y manco; pero expondremos primeramente el origen de tan extraña divinidad, cuyo culto se refería a las siembras y a las buenas cosechas:


Creen los egiptólogos que este Minu es la personificación del primer faraón llamado Men (Min), cuya existecia histórica se testimoniaría hacia el 3150 a.C. y que se considera el unificador del Alto y el Bajo Egipto. Pese a ello, el dios de igual nombre se documenta mucho antes, y ya hacia el 3500 a.C. en el valle del Nilo existen evidencias de su adoración. Hecho por el que los expertos en esta civilización opinan que aquel es el recuerdo de las tribus o gentes nubias, que llegando del Sur hacia mediados del IV milenio, alcanzaron las tierras del Alto Egipto. Por ello se tiene al Min como una deidad originada en la zona de Nubia, por lo que se deduce que su representación sea la de un hombre de piel muy oscura. Ello, tanto como los atributos reales que porta, serían el recuerdo del mencionado primer faraón (Mene).


Por lo demás, la historia de esta deidad itifálica, narra que habiendo tenido que ir todos los hombres del Nilo a la guerra, se quedó este Minu en tierras egipcias cultivando las riberas. Un oráculo de advirtió de que todos los egipcios morirían en esta lucha y que debía preñar a cuantas más ciudadanas pudiera, para perpetuar la raza en el lugar (algo que parece hizo con gran efectividad). De ello que sea tenido por dios de la fertilidad y de las cosechas, siendo su rasgo el prominente pene erecto con el que siempre se le representa. Sigueindo con la historia, en lo que refiere a la falta de un brazo, unas versiones narran que no hubo de ir a batallas por carecer de este, siendo ejecutado al regresar sus compatriotas y ver la prole que había generado con sus mujeres. Aunque el mito más común es aquel que cuenta como el apéndice le fué cortado por sus compañeros, a su vuelta de la guerra y ver a todas sus mujeres preñadas -o con hijos del color de piel de Min-.


Posteriormente, aquellos niños que el oscurito y recio nubio generó, crecieron con mayor fuerza que el resto de los egipcios; por lo que les "plantaron cara", venciéndoles y llegando a reinar y gobernar en el Nilo. En definitiva, la historia que nos narra este dios Min no es otra que la de la llegada de los fuertes centroafricanos a Egipto, que en principio pudieron ser usados como esclavos (o sirvientes para la agricultura), pero que por su mayor fuerza física y resistencia, acabarían haciéndose con el reino. Incluso pordemos intuir que este momento en el que se sitúa la narración de Minu, fué a mediados del IV milenio a.C.; cuando tras llegar los nubios (venidos de tierras del Sur) al Bajo Egipto, se hicieron con el poder y unificaron los dos reinos llegando a crear el Imperio Antiguo (1).



BAJO Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Representaciones del dios Min. Al lado relieve de la capilla blanca de Sestrosis I, en Karnak (XII dinastía). Observemos cómo se ve claramente al aumentar la imagen, el pene erecto (circuncidado, lo que indica su rango de sacerdote-rey) y el flagelo que lleva en sus manos. Junto a este y tras él, el símbolo del Ank, del que ya hablaremos más adelante.
Abajo: El mismo dios representado en la capilla roja del Templo de Hastsepsut. De manera igual al bajorrelieve de arriba, se observa el Ank tras Min, que porta el flagelo y luce la corona real alada. Frente a este se encuentra el sacerdote-príncipe portando y libando ofrendas, en claro rito de fertilidad. Frente al pene erecto del dios, una leyenda en jeroglífico referente a ello.




Los atributos que tenía esta deidad fertilizadora de los campos del Nilo eran la lechuga y el pez. La primera como símbolo del frescor, la huerta y por tenerse la hoja de lechuga como afrodisiaco. El segundo, por ser el pez el totem de las aguas, representando las inundaciones y crecidas del caudal egipcio, que regaban de limo y de los mejores dones, las tierras limítrofes al rio del desierto. Teniendo una de las principales capillas de Min en Menfis, ya dijimos que consideran los egiptólogos como su significado está plenamente relacionado con la dominación de las gentes venidas del Sur (Nubia) hacia el 3500 a.C.; y que unos cuatrocientos años después, llegarían a gobernar Egipto, unificando el Bajo y Alto Imperio. De ello que su faraón homónimo instaurase la capital en ciudad de igual nombre (Men-fis), donde se adoraba al dios de piel oscura, quien por ello tuvo algun rechazo entre los "blancos y más antiguos" egipcios del Delta. De lo que se explica que el prejuicio de adorar a Min, proceda de las familias que se tenían por las más antiguas; tanto como por aquellos templos que consideraban un tanto "advenedizo" al rey-dios llegado desde Nubia y que lucía una tez tan morena (quien además tenía un culto arcaicamente agrario y obsceno).


Debido a ello y a los prejuicios raciales existentes en el Norte de Egipto, que consideraban la zona Sur más moderna (menos noble) y a los egipcios de tez oscura, como habitantes de "menor rango histórico". Contra este dios itifálico y oscuro hubo cierto rechazo, lo que se incrementaba en los momentos de enfrentamiento entre el Alto y el Bajo Egipto, situación que se producía muy a menudo y fundamentalmente en épocas de crisis y hambrunas. Momentos en los que los habitantes de la desembocadura deseaban marcar las pautas, destacando que eran ellos la cabeza del Imperio, tanto como aprovechar la mano de obra y esclavizar a gentes más próximas a Nubia.


Pese a ser Min el recuerdo de estas primeras dinastías tinitas, el dios representa fundamentalmente a la casta de agricultores y a las crecidas del Nilo, que cubrían de un denso y negro fértil limo las llanuras del desierto. Siendo aquel Minu con su falo erecto, la divinización del rio desbordándose, cuyas aguas procedían del mismo lugar que los nubios (del eje central de África). Por su parte, a más de ser un dios de la fertilidad lo era de la suerte, por cuanto no hubo de ir a la guerra y presagiaba la buena cosecha. teniéndose como una divinidad puramente sexual, que tuvo la fortuna de generar una gran prole, siendo conocido por su fortaleza y su gran fertilidad (atributos que se daba a los "más oscuros" de piel en el Antiguo Egipto). De tal manera, ha de suponerse que las mujeres "más blancas" y más débiles, pertenecientes a las familias más antiguas del Nilo, desearan mezclarse con hombres más fuertes y robustos, como lo eran los llegados desde el centro de África; de aquí los prejuicios y problemas raciales que quizás enfrentasen de común al Alto y al Bajo Egipto.


Por todo aquello, además se decía que el faraón (o el dios Minu) era el primer gran ingeniero, que canalizó las aguas del desierto, creó los estanques de barbecho, tanto como las presas y el sistema de compuertas para hacer navegable el Nilo y extender sus aguas por todas las llanuras. Su figura simboliza el mestizaje, aunque es la única representación verdaderamente obscena que existía en el panteón faraónico (que carecía de formas explícitas en figuras sexuales). Aunque como veremos se relaciona plenamente con el Osiris agrario, padre muerto y resucitado que simbolizaba la semilla que muere necesariamente, para germinar tras ser enterrado.


De tal manera, en el mito del dios Sol del Nilo hay un pasaje que se une plenamente con el de este Min itifálico. Ello sucede cuando tras ser asesinado Osiris por su hermano Seth, es descuartizado y los que ejecutan su crimen esparcen sus trozos por tierras de Egipto, tirando el pene cortado al rio Nilo. Isis -su viuda-, va recuperando uno por uno todos sus trozos, pero el sexo arrojado al agua es devorado por los peces, hecho este por el que no puede recuperarlo. De ello, Isis talla un pene igual, pero realizado en madera de sicomoro (higuera) y lo sitúa sobre el cadaver recompuesto del difunto Osiris, con quien de este modo engendra a Horus (hijo póstumo del dios). La escena de la "copulación" entre los dioses y la concepción (virginal evidentemente) del hijo Horus, nacido del muerto, se contiene en algunos papiros y bajorrelieves. En todos los que veremos como la diosa Isis se situa sobre el marido, con alas y portando el Ank en sus manos -símbolo del que ya dijimos que era una representación del pene-.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado el mito de la concepción de Horus. Isis, convertida en halcón se sitúa sobre su marido difunto (Osiris) y concibe por medio del Ank (aunque los textos narran que fue con un pene sagrado que la diosa había copiado en madera). De esta unión con la momia nacerá el hijo póstumo, Horus, que vengará la muerte de su padre. Observemos como Osiris se encuentra ya sobre el lecho de momificación (cama en forma de león), en posición de momificado y bajo él podemos ver los vasos canopes -donde habían de guardarse "las entrañas" del muerto-. Sobre aquel vuela Isis, que parece recoger la energía sexual del dios por medio de este símbolo llamado Ank (que significaba "vida" en idioma egipcio); cruz ansada que constituía el máximo atributo de la diosa, tanto como el símbolo de la fertildad, la vida y el nacimiento; en la religión faraónica.

Abajo: Observamos un dibujo del bajorrelieve del techo del templo de File. En este podemos ver a Osiris resucitado gracias a su hijo que porta el Ank. Normalmente los textos del Nilo narran que Horus resucita a su padre tocándolo con un Ojo suyo (el llamdo Utchat, ojo de Horus, que era el famoso amuleto contra el mal de ojo). Aunque en los bajorrelieves aparece igualmente llevando el hijo de Osiris un Ank, a través del que devuelve a la vida a su padre. Fijémonos como el dios Sol en su estado de muerte luce una tremenda itifalia (que tristemente han destruido, amputando el bajorrelieve, quizás debido a los complejos o tabues de épocas posteriores o recientes). De tal manera, en la primera "viñeta" vemos al dios tumbado, muerto y desnudo; preparado para ser momificado, aunque luce su pene erecto. En el segundo dibujo (a la derecha) ya está amortajado el dios e igualmente itifálico, mientras Horus procede a resucitarle con los dos Ank que lleva en sus garras de halcón. El significado aquí del pene erecto, relacionada con la resurección, nos lleva hasta figuras como la del mencionado dios Min y nos retrotrae a religiones en las que la agricultura se veía como una función copuladora. Es decir, cuando aún la mujer se tenía como la tierra y el acto de engendrar en ella, semejante al cultivo (en su significado y valor). Hechos estos que relacionan el dios agrícola del Nilo -Osiris, el Sol que da vida a la vegetación gracias a su fuerza generadora, que unida al agua hacen brotar la vida vegetal- con los más antiguos cultos de las civilizaciones.



Como dijimos, consideramos que en Egipto (cultura dominada por la estética femenina y de gran refinamiento) el falo no se representa; por lo que se sustituye con esa figura "muy semejante" -el Ank o cruz ansada que en la primera imagen al principio recogíamos-. Ello explicaría por qué la concepción de Horus, con una Isis portando un Ank, podemos relacionarla con un acto que en mucho nos habla de la semilla (o el grano), que nace y muere, para ser plantado y germinar de nuevo. De tal manera la consideración de egiptólogos tales como Wallis Budge o Gardner, que afirman como este Ank no es otra cosa más que el símbolo del pene -"dador de vida"-, habría quizás que matizarla. Hablando de que aunque en verdad se trate del miembro viril que Isis reconstruye al perderse el de su marido (tras ser troceado y repartido el cuerpo de Osiris por Egipto, tirando al rio el falo). Pero más bien hemos de interpretar el Ank como las herramientas de labor, pues en todo ello hay que tener muy en cuenta que este dios agrario hemos de intepretarlo (en un principio) como la imagen de la propia espiga; que al igual que Osiris, es troceada, secada y repartida por las tierras del Nilo. Así, entendiendo la momificación como un proceso semejante al de la trilla y conservación de las simientes, para sembrarlas en la siguiente temporada (y obtener la nueva cosecha). Quizás comprendamos mucho sobre el significado del mito de Osiris (incluso del de Min, que tiene grandes contomitancias).


Puesto que a nuestro juicio, aunque ambos dioses se representen con falos erectos, los hechos que nos relatan tratan de mostrar en un lenguage simbólico: El cultivo, labranza y la recolección (del cereal, fundamentalmente). De ello que compartamos la consideración de que el Ank pueda significar un pene; aunque a nuestro parecer sobre todo lo que esquematiza es: El plantador, el arado, o las herramientas para la siembra (la azada, por ejemplo). Ello, porque en los cultos agrarios, la fecundación animal es vista como las labores del campo, y de tal modo sembrar es un acto paralelo al de copular. De lo que puede suponerse como entre aquellos agricultores que mejor trabajasen el campo del Nilo, posiblemente se les concedieran más facilidades para tener mujer e hijos (no hay que olvidar que los sacerdotes repartían anualmente las tierras que tras la inundación roturaban y medían -pudiendo modificar lindes y asignaciones de terrenos-). De ello, si el pene es al arado -la azada, o el plantador- y este se simplifica en un Ank; sabiendo que la resurección se tiene por el nacimiento de la nueva cosecha. Se entenderá facilmente por qué en los dibujos que hemos visto anteriormente -cuando resucita el dios del Sol-, lleva el pene en erección y sobre aquel aparece Isis (o bien Horus), portando una cruz ansada en la mano. Simbolizando fundamentalmente la espiga que muere y se divide en granos, que daran nuevas vidas.


Al parecer, muy semejante en su valor simbólico debió de ser otro "objeto sagrado" que luce siempre Min: El falgelo. pues aunque el dios es representado comunmente junto al símbolo del Ank, aquel ha de portar comunmente y en la mano que le queda, un látigo de faraón (en actitud de golpear -véase imágenes de Min más arriba-). Herramienta que al parecer tiene un significado muy unido al del arado, por cuanto "abre surcos al utilizarse" -aunque el flagelo los deje sobre la piel y no en la tierra...-. De lo que siempre se ha considerado este atributo de Minu como un símbolo de fertilidad; que unido a su carácter agrario completa sus similitudes con Osiris. Teniendo ambos el pene erecto -aunque el dios Sol solo se represente así tras morir, configurarse y resucitar-; tanto como otros objetos reales (coronas, látigo y etc). De lo que no es de extrañar que Min y Osiris se tengan por las deificaciones más antiguas de los primeros faraones de Egipto, como padres de la agricultura. Que en el caso del dios que perdió el brazo sabemos nos habla del comienzo de la dinastía inicial, con capital en la ciudad de este dios-rey Men (Men-fis).


De cuanto vamos deduciendo y comentando, ya podemos conocer las particulares aproximacines entre el dios del Sol y el faraón flagelador, itifálico y manco; deidad de la fertilidad que se asimilaba a Príapo por los griegos. Aquel que no fue a la guerra y se quedó cultivando la tierra, tiempo en que dejó embarazadas a cuantas mujeres esperando a sus maridos, había en tierras del Nilo. Lo que le costaría la vida -o el brazo que le falta, según lasversiones mitológicas-. Ya que -como dijimos-, al regreso, los esposos que vieron a sus mujeres con prole de la raza de Minu (por doquier), decidieron matarle o amputarle el brazo. Hijos que en su segunda generación se sublevaron a los blancos (del Norte) y terminaron por unificar, dominando Egipto entero (como ya hemos narrado).


Un dios que se documenta en el 3500 a. C., pero cuyos cultos y formas han permanecido hasta nuestros dias. De tal manera, terminaremos diciendo que no solo Príapo se parecía a Min en su gran falo; sinó que el flagelo también era típicamente usado en los ritos de fertilidad grecorromanos. Consecuentemente era normal celebrar las fiestas priápicas con procesiones en las que los asistentes llevaban látigos, con los que golpeaban a las mujeres. Aquellas iban a estos rituales de flagelación, para hacerse más fértiles. Así sucedía en Roma en las Lupercales, procesionadas por jóvenes en taparrabos que simulando a Fauno, golpeaban con cintas de cuero a toda fémina que se cruzaba en el camino. Mientras las mujeres asistían en masa a estas fiestas, pues se suponía que ese flagelo Lupercal era de gran efecto fertilizador. Hechos y costumbres que han llegado hasta nuestros tiempos, en fiestas principalmente celebradas en el Carnaval, donde es normal que los mozos salgan disfrazados con sus látigos, para flagelar a la ciudadanía, y así concederles el don de la fecundidad (tanto como para potenciar su vigor sexual).


BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado, pintura sobre la tumba del valle de los reyes del Principe Ramses MONTU-HIR-KOPESH-EF, de la XX dinastía. El heredero al trono se halla libando ofrendas en un acto de fertilización de los campos. Obsérvese que el objeto del que salen las aguas es un Ank. Símbolo cuya traducción jeroglífica ya dijimos que era "Vida", pero cuyo significado entendemos que es un pene, como origen de la fecundación. Aumentemos esta curiosa imagen y veremos cómo en la zona superior del Ank tiene una apertura-corte, como si se tratase de un falo circundado. Por su parte, de aquel extremo semejante a un glande sale la cabeza de una serpiente, que a modo de grifo de fuente está regando la cosecha. Finalmente podremos ver sobre todo el Ank que sujeta el príncipe, un lago en donde nadan los patos. Pudiendo aludir quizás este esquemático estanque del Ank, a las fuentes del Nilo: Los lagos de Kenia, que de seguro conocieron los egipcios, quienes bajaban por oro hasta aquellas zonas de centro África. Siendo muy llamativa la posibilidad que apuntamos, en la que aquel "lago" que tiene el Ank en su parte alta, signifique igualmente un estanque, tanto como el semen masculino, de donde procede la fecundación.

Abajo: Pintura de la tumba de Menna, N. 69, de Tebas (hacia el 1395 a.C.); donde vemos como unas concubinas tocan el sistro. Este era el instrumento de Isis que no podía faltar en celebración alguna, ni en los templos de la diosa. Al igual que las campanitas de los templos más modernos (incluso las usadas hasta hace poco en misa), tenían por función ahuyentar malos espíritus. Ello porque se consideraba su sonido "sistreante" el de la cobra; tanto que su nombre procede de aquel tono que "onomatopéyicamente" le dió la denominación "sistr-sitr". Si observamos con detenimiento la forma que guardan estos instrumetos con crótalos, nos recordarán igualmente a la del Ank; pero a su vez veremos que también pudiera semejar una cabeza de culebra. Todo aquello relacionaría la cobra, cuyo sonido simulaba en del sistro, con el pene y con el guardián de Egipto. Quizás porque la gran cobra real Mehent (que se tenía por el rio Nilo deificado) era la madre protectora; que simbolizaba la antigua forma de cuidar los silos, siendo hecho por medio de serpientes que los agricultores introducían en los almacenes, para salvar el grano de los ataques de roedores. Por todo ello, aquel sonido del sistro debía recordar el de la culebra que vigilaba el granero, singificando a su vez el pene y el rio Nilo (generador de vida).



BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado, pintura de la XVIII dinastia, que representa una mujer (o Isis) con la menat en mano (pertenece a la tumba de Najit; Tebas Nº 52). En otras entradas del mes de junio ya habíamos hablado repetidamente del significado ritual y religioso de este "instrumento musical", cuyo origen está en el equilibrador de los collares.. Peso que se ponía en la espalda, para sujetar el gran collar, con el fin de que no cayera hacia delante. Esta pieza llamada menat (o menet), tenía normalmente el uso de un sistro, tocando música con ella las mujeres en ceremonias de fertilidad. Su utilización era como "matraca" o frotador, haciendo el ruido de una "maraca" con los abalorios que rodeaban al colgador. El movimiento de este suponía que la mujer estaba sin collar, con lo que se intuía su "plena desnudez", invitando al hombre al acto sexual. Celebrándose bailes en los que grupos de danzarinas, despojadas del collar y con los senos al aire, tocaban en un son que al parecer inducía al sexo (a la vez que recordaba el sonido de las cobras reales al moverse). En todo ello, observamos de nuevo la tan unida figura de la culebra, asimilada al pene y a la fecundación; algo que ya en el siglo XIX Sigmund Freud analizaría (2).

Abajo: Muñeca pintada, fechada hacia el 2000 a.C. que Procede de Tebas - tumba Assaif 816, Luxor- (propiedad del Metropolitan Museum, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Se considera esta pieza una simple muñeca de juego, aunque a nuestro juicio se trata de una muñeca-menat-ritual. Es decir, una muñeca que se podía usar para tocar el sistro (sonaja) en forma de menat, o maraca egipcia erótica. Ello no solo lo deducimos por su diseño (igual al estos colgantes de collar), sinó también por el pelo de la muñeca, que lleno de abalorios puede actuar de sonajero al moverse. De lo que nos atrevemos a decir que es una muñeca-menat o sonajero ritual erótico. Ello explicaría por qué lo que se supone un simple juguete de niñas (una muñeca), puede tener de manera tan ordinaria y explícita grabado el sexo (aumentemos la foto y veamos el triángulo pintado en la zona baja de la pieza, que es claramente el pubis de una mujer, con la entrada de vagina). La forma de estas menats igualmente recuerdan al Ank y sobre todo al pene, lo que nos lleva a concluir que se trataban de maracas para realizar bailes eróticos (o rituales) por sacerdotisas de Hathor, tal como demuestran los grabados de época. Danzas de incitación al sexo y sobre todo, de carácter y ritual fertilizador; muy relacionadas con el Ank y la fecundación, en los que los movimientos seguramente recordarían a la cobra real: Símbolo del agua y de la guardiana del grano.


Siguiendo con los ritos de fertilidad, habremos de cocluir repitiendo la idea de que el gran mal del agricultor era la esterilidad, o la falta de lluvia y Sol. Aquello se denominaba vulgarmente "mal de ojo", puesto que se identificaban las mucosas del cuerpo, con la humedad y por lo tanto la falta de riego -de agua, en los surcos de la tierra sembrados- procedía de que los dioses no envíaban sus dones húmedos. Algo semejante al momento en el que el ser humano observa la fealdad en el cuerpo ajeno; quedando yermo, sin poder procrear y más bien preso del asco (lo que identificaban con la esterilidad del campo). De ello, siendo el acto sexual tomado por algo igual a la siembra, las cosechas pobres vendrían por "males de los ojos". De los ojos de la cara, cuando alguinen no se veía atraidos debido a la fealdad, siéndole imposible procrear. O por los ojos del sexo, que se identificaban fundamentalmente con útero el femenino y que se hacía estéril igual que la tierra, por falta de "labor, calor y de riego". De tal modo, el dios de la agricultra era siempre el que evitaba este "mal de ojo", mal fario, o mala cosecha. Algo que en muchos casos se atribuía a la entrada de extraños en los terrenos, haciendo con su presencia y mirada caer en aojo a los cultivos. Creencias populares que ya estaban vigentes en Egipto hace cinco mil años, pero que en la España del siglo XX se documentan exactamente iguales -por los folkloristas y etnógrafos que estudiaron las costumbres de gentes del campo menos de cincuenta años atrás-.


Consecuentemente, este ahuyentador de la esterilidad de las cosechas se representaba como un gran falo, pene sagrado que simbolizaba la buena germinación. Miembro que por otra parte se tenía por benefactor y dador de la suerte y los dones de la naturaleza. De ello, que Min u Osiris (como dioses agrarios) se hubieran de representar así: Itifálicos y en actitud de hacer retroceder al mal de ojo o a la muerte; a la esterilidad, el aojo ( lo que como ya vimos, se identificaba con el sexo sin capacidad de procrear, el útero yermo o la tierra que por mucho que se labrase, nada diera). De ello, nos será fácil comprender de donde nace la figura del Príapo griego, protector de los campos y de los cultivos, representado como un hombre cuyo falo es deforme y de proporciones enormes. Deidad que otorga la suerte y que nace al parecer de este Min egipcio (al menos los griegos así lo consideraban y lo asimilaban a él). De cuyo culto nacieron los multiples falos que los grecorromanos lucían en sus vestiduras -o en sus colgantes-, para combatir el aojo.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Figura en bronce romana, fechada en el siglo I a.C, hallada en Tarraco (pertenece al museo de Tarragona, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Se trata de un Príapo que luce su enorme y deforme "atributo de la suerte". Era muy usual colocar estos Príapos en las casas de lenocinio romanas, pero no solo por lo explícito de la deidad, sino sobre todo porque actuaban como ahuyentadores del mal de ojo (del infortunio y de las enfermedades, fundamentalmente de las venereas, que atacan a la vista).
ABAJO: Procesión en Japón del festival de la fertilidad de año nuevo (llamado Hou-nen). En este se rinde culto al falo protector de las cosechas y se reverencia a un pene, en procesiones con gran jogorio (muy similar a las egipcias o a las que narran los historiadores antiguos de Grecia y Roma). El motivo de celebración es idéntico a nuestras fiestas de la cosecha (en el inicio del año natural, al comenzar las siembras en marzo); pudiendo asemejarse por fechas y tipo de ritos, a los Carnavales. Fiestas que quizás fueron las celebraciones que sobrevivieron entre las llevadas a cabo por los agricultores, con caracter de rituales fecundantes hace miles de años ( cuando se adoraba a la madre tierra -que era la mujer-, tanto como el arado y la semilla, se consideraban el falo y la simiente del hombre...).

(1) Para saber más sobre el dios y el faraón Min (Minu, Men, o Menes), aconsejamos cosultar las páginas que sobre ello la Asociación de Amigos de la Egiptología facilita abiertamente en Internet. Agradeciendo sumamente a esta Asociación que haya realizado la labor de "regalar" un verdadero caudal de datos y conocimientos en la red, que de modo abierto y gratuito ofrece (para todos); con libre acceso a conocimientos que contienen decenas de años de estudios y documentación.

(2) Sobre la menat, copnsultar esta entrada nuestra y la anterior a ella: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com/2011/07/1-y-7.html

























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