Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.
AL LADO: Retrato al oleo de Richard Payne Knight realizado por Thomas Lawrence hacia 1810 -en propiedad, colección desconocida (probablemente cercana a Downton Castel, antigua mansión del retratado)-. Richard Payne, es un ejemplo claro del ilustrado inglés: Hombre de enorme cultura, amante de las artes y personaje de la política, influyó en el buen gusto de las élites europeas y promovió el estudio de la arqueología y la creación de colecciones abiertas al público. Hijo de un clérigo y perteneciente a una familia de gran preparación, gracias a su exquisita y cultivada educación hoy podemos en gran parte disfrutar de uno de los museos más maravillosos del Planeta: El British. Protector y benefactor de aquella institución a la que regaló casi la totalidad de su colección; tanto como infinidad de horas de estudio (esfuerzo, trabajo e influencias) para que llegara a culminar el proyecto de creación del museo. Fué también Richard Payne Knight un divertido teórico de la arqueología y el verdadero iniciador de los estudios "ilustrados" sobre el culto al falo y su relación con el Mal de Ojo.
AL LADO y ABAJO: Estado actual del Castillo de Downton, hogar y mansión de Richard Payne Knight, donde atesoró su maravillosa colección de arqueologúa, que finalmente donó al British Museum. En esta residencia que había comprado su familia casi cien años antes y que él recostruye con los más curiosos gustos de la época; Payne Knight también realizó diferentes "experimentos artísiticos" -entre otros de paisajismo (arte al que igualmente era aficionado)-. Esteta entre los más sofisticados y maravilloso hombre de Estado, que deseaba llevar la cultura y el refinamiento a todos; llegó a escribir este erudito inglés hasta un tratado sobre los sabores y su efecto sobre el espíritu. Bajo estas lineas: Grabado del castillo de Downton publicado por John Preston Neale, de mano de varios artistas; editado en los años 1812 y 1825, cuando aún vivía en esta mansión Knight (interesados ver: Antique prints Herefordshire)
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Otro grabado de Donwnton, este realizado por Alexander Francis Lydon y publicado en 1884 (Francis Orpen Morris's, A Series of Picturesque Views of Seats of the Noblemen & Gentlemen of Great Britain and Ireland Mounted...) -interesados ver: Antique prints Herefordshire- . Abajo: Retrato en mármol de Richard Payne Knight, obra de John Bacon (el jóven) y que conserva el British Museum en memoria de su benefactor -institución a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En la entrada de hoy trataremos sobre este autor, político y mecenas de las artes inglés; al que muchos denominan "diletante", aunque en verdad fué prototipo y producto del hombre culto en una de las más grandes civilizaciones y épocas que tuvo Europa (la inglesa del siglo XIX).
Continuamos nuestro estudio sobre el significado de las joyas, su simbolismo y los usos apotropáicos en la Antigüedad, comentando de nuevo algunos aspectos sobre la tesis doctoral que recientemente publicó la Universidad Complutense en 2010. Obra firmada por
Antón Alvar Nuño y titulada: "EL MAL DE OJO EN EL OCCIDENTE ROMANO....". Tal como expresábamos unas entradas antes de la presente y sin desear quitar mérito a tan extenso trabajo, habíamos echado en falta en todo aquel varias menciones a investigadores cruciales sobre ese tema de Aojo. Refieriéndonos sin duda y en primer lugar a
Richard Payne Kinght, al que
Alvar Nuño excluye (u olvida), quizás debido a la juventud del profesor de la Carlos III; puesto que hoy, los hombres del siglo XIX dejaron de ser ya un ejemplo que los mayores debieran enseñar como modelo a seguir a las nuevas generaciones... . De tal modo, en el capítulo de la mencionada tesis sobre los libros que trataron acerca del Mal de Ojo durante El siglo de las Luces. El mencionado autor nos presenta tan solo como iniciadores de los estudios, al movimiento italiano que escribió a fines del XVIII sobre esta extraña superchería (basada en la mirada). Destacando como primer ilustrado que la descubre, publicando un tratado del "mal de occhio" al estudioso Velleta;
escribiendo Alvar Nuño textualmente sobre ello:
"en 1787 se publica en Nápoles una pequeña obra de un tal Nicola Valletta, de no más de 100 páginas, titulada Cicalata sul fascino, volgarmente detto jettatura ". Tras ello la tesis d la que hablamos, expone que aquel autor es el verdadero "creador" de los nuevos estudios sobre el tema (denominado en Italia Jettatura), que tras La Ilustración toman un nuevo curso, aunando los cultos priápicos y los símbolos venéreos a los del Mal de Ojo.
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Finaliza
Alvar Nuño el mencionado capítulo entorno a los tratadistas del Aojo durante el siglo XVIII, citando otros nombres (todos italianos), diciendo textualmente:
"después de la publicación de la Cicalata, en el año 1788, salía a la luz otra obra escrita por Leonardo Marugi, también representante de la alta cultura napolitana (médico, matemático, editor de la obra de Locke...). No difiere mucho con respecto a la obra de su predecesor. (...) Otro ejemplo no menos burlesco es la obra de Antonio Schioppa, Antidoto al fascino detto volgarmente jettatura, publicado unos 40 años despues de la Cicalata de Valletta". Afirmando así definitivamente esta tesis recientemente publicada, que quienes inician un estudio "actualizado" sobre el Mal de Ojo fueron principalmente los ilustrados italianos y los personajes de los círculos aristocráticos cercanos a Nápoles. A quienes debemos las "nuevas teorías" sobre el Aojamiento desde el Mundo Antiguo durante el Siglo de las Luces, época en la que -como dijimos- unieron las supersticiones greco-romanas acerca del Mal Fario junto a los ritos de Príapo, del Falo o a las ceremonias dionisiacas.
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Sin ánimo de restar méritos a la extensa y documentada obra que comentamos de Alvar Nuño, hay que exponer en todo ello algo que consideramos crucial, tal como es la exención figura de
Richard Payne Knight. Hombre de Estado y de letras, diputado en la Cámara de los Comunes por del Partido Liberal; gran coleccionista, beneficiario y uno de los impulsores del mayor y mejor museo de arqueología del Mundo (el British). Quien desde al menos 1780 comenzó sus estudios sobre el culto al falo y su relación con el "mal de Occhio" - tal como entonces denominaban los ingleses al "Evil eye" (al menos quienes trabajaban en las antigüedades de Nápoles)-. La fecha anteriormene dada en la que inciaría Payne Kight sus investigaciones acerca del Mal de Ojo (1780) la conocemos gracias a una carta escrita por Sir William Hamilton -ministro del reino inglés- en la que este le expone diversas circunstancias sobre las piezas halladas en Isernia. Relatando en aquella los múltiples "fetiches" estatuas y amuletos con representaciones priápicas que van apareciendo entre las ruinas cercanas a la antigua ciudad de Cumas (misiva que se publica como prólogo del libro de Knight, con el fin de conocer el modo en que este autor fue generando sus teorías e investigaciones arqueológicas).
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Todo ello, nos lleva a deducir que antes de 1784 y previamente a ser elegido por segunda vez diputado, tenía
Richard Payne Kight terminada su obra titulada The Worship of Priapus (traducida al español como
El Culto a Príapo). Estudio que se sabe preparó durante sus repetidas visitas a Nápoles, donde investigaba sobre los importantísimos yacimientos italianos (entonces en excavación), que visitó continuadamente desde casi un decenio antes -cuando contaba con algo más de veinticinco años, debido a que nace en 1750-.
Finalmente, El Culto a Príapo será por primera vez impresa en 1776 y curiosamente desde 1777 en Italia se suceden numerosos estudios y trabajos de eruditos sobre el mismo tema (claramente inspirados en el anterior), entre los que destaca el antes mencionado de Nicola Valetta y que muchos consideran el primer análisis ilustrado sobre el Mal de Ojo.
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Por todo cuanto narramos, en ello deseamos destacar principalmente que el inciador de aquella "nueva idea" sobre el Aojo en el Siglo de las Luces hubo de ser este inglés, que amaba a Italia y a Roma casi tanto como a su tierra -lo cual ya era mucho, pues como ya sabemos, a su país donó una de las mayores colecciones de arqueología de propiedad privada habida en la Historia-. En lo que se refiere a sus investigaciones sobre los cultos fálicos y sus relación con el "Mal Fario", nos ha llegado la totalidad de la primera obra -ya mencionada:
The Worship of Priapus- pese a que su segunda parte, mucho más extensa e interesante sufrió la pérdida de varios capítulos y láminas. Este es el
"ENSAYO SOBRE EL CULTO DE LOS PODERES GENERADORES EN LA EDAD MEDIA", que como decimos sufrió "amputaciones" y hasta la destrucción de capítulos completos en su original. Ello, probablemente debido a que estos mencionados estudios sobre sexualidad y la religión le granjeó la enemistad del clero de su época. Tanto que fue denostado y muy vapuleado por aquellos que pertenecieron a la misma profesión que su padre (y gran parte de su familia). Pese a que se supone este como el "posible origen" de la pérdida o desaparición de parte de sus obras, no podemos aseverar que ello fuera así; de lo que lo único que puede asegurarse es que aquel ensayo sobre el culto a la sexualidad en la Edad Media está tristemente inclompleto (en sus láminas y en sus textos).
AL LADO: Dos higas que exhibía la exposición "EL CUERPO EN LA TRADICIÓN" de la Fundación Joaquín Díaz (Urueña) y que se contienen en la página 168 del libro de igual nombre (editado por la Fundación Joaquín Díaz, en Valladolid 2007). En la imágen superior podemos ver la mano tallada sobre azabache y con figuras solares y astrales que finalmente terminan como una cruz "patada" (cruces muy semejantes a las medievales de Órden y que termina sus extremos en formas abocinadas -patada-). La de abajo se trata de una higa muy tosca, hecha en hueso y que procede de Salamanca; siendo ambas probablemente de los siglos XVIII o XIX. Al ir a Urueña a ver aquella exposición -en el mes de Julio de 2007- comenté al director de la Fundación (Joaquín Díaz) la existencia de un estudio mío escrito hacia 1989 y que trataba sobre la higa en la Antigüedad. Trabajo que evidentemente realicé a la sombra -o bajo la inspiración- de los que en los años ochenta aparecieron; sobre todo siguiendo el ya mencionado y reeditado en 1980 de Payne Knight (El Culto a Príapo), junto al recientemente aparecido entonces de Catherine Johns (publicado por el British en 1982). Dos meses después de hablar con el director de la Fundación de Urueña decidieron que lo escrito por mí podría tener interés para ilustrar el libro de aquella exposición; algo que siempre agradeceré a Joaquín Diaz, pues de lo contrario el estudio estaría todavía en un cajón.
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ABAJO: Falo e higa en bronce de época romana perteneciente al Museo Arqueológico de León (al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Como narramos en el presente artículo, durante los años ochenta (hace ya unas tres décadas), tras la reedición de la obra de Payne Knight y la divulgación de los estudios de Catherine Johns por medio de British, pudimos estudiar y conocimos por primera vez -sin tapujos ni tabues- la Sociedad romana y sus rituales más extraños (por no decir obscenos). Debido a ello y viendo cuanto de divertido se escondía tras la arqueología al igual que conociendo lo absolutamente escandaloso que la vida cotidiana y muchos de los ritos o fiestas religiosas de Grecia y Roma contenían. Los jóvenes -que en esos días teníamos apenas veinte años- nos aficionamos aún más a la Historia (por lo "lúdico" e "interesante" de su estudio así orientado). Pudiera decirse que fue por aquel entonces cuando en parte, la arqueología superó la fase "freudiana" llamada "anal", para pasar al mundo o "etapa oral". Todo ello dicho en un tono irónico y referido a que en esos años ochenta y por primera vez en la Hitoria, las universidades, los museos y simposiums; exponían, trataban y hablaban abiertamenete de temas que hasta entonces habían permanecido prohibidos. Cuanto narramos generó una "gran afición" al mundo romano... . Quizás de un modo similar a lo que consiguió y obró Don Camilo José Cela con su Diccionario Secreto; que no solo llegó a divertirnos, sino que además logró acercarnos a todos a la lectura de diccionarios -hasta incluso aficionarnos a algo tan teóricamente aburrido como es (en principio) la filología-.
Continuando con
Knight y para terminar expondremos que aquel es el ejemplo del hombre ilustrado de las élites inglesas. Algo que casi no se ha podido dar en nuestro país desde el siglo XVI debido a la ferrea censura sufrida después. Porque para que las clases altas se conviertan en élites y no en grupos oligárquicos, se precisa fundamentalmente que sean muy cultas. Cultura que ha de adquirirse por medio de una educación amplia, abierta y liberal, carente de censuras ni prejuicios.
Haciéndose imprescindible para las clases más adineradas de los paises tener grandes conocimientos, puesto que de lo contrario, al verse "amenazados" por los que desde situaciones más humildes "ascienden socialmente" (al se más inteligentes o preparados); estos pronto formarán grupos de presión oligárquicos con tendencias autoritarias para impedir la permeabilidad social. Generándose entonces una Sociedad impermeable en su cúspide, que es como un cartucho de dinamita cargado y puesto al Sol (dónde la única forma de parar las guerras se logra por medio de autócratas). Siendo en nuestra opinión el único remedio para no llegar a estas situaciones -ni Sociedades Cerradas- educar unas clases altas cultísimas, muy preparadas y dedicadas a las artes y la diletancia (como surgieron en el Renacimiento o la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX). Ello con el fin de que el mundo interior de los que las componen les permita y obligue dejar paso al que merece estar por encima de aquellos (por méritos y por inteligencia). Sabiendo estos -gracias a sus conocimientos-, quienes valen más y careciendo de dudas si llega la hora de ocupar un lugar diferente al privilegiado en el que nacieron (dándo así paso a nuevas gentes y nuevas generaciones).
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Tras esta disertación sobre la importancia del "diletante" entre las clases adineradas (algo que tristemente se ha perdido y que puede estar llevando a Mundo a un cierto "estado de inseguridad"), regresamos al protagonista de estas lineas, que era el autor de los primeros estudios ilustrados sobre el culto al falo:
Nunca sabremos si el bueno de Richard Payne Knight comenzó sus estudios sobre el Mal de Ojo habida cuenta de un defecto físico que claramente le aquejaba. Nos referimos al estrabismo que creemos le hace posar comunmente girado y que en casi todos sus retratos se puede observar -viéndose como en los lienzos mira de lado, intentado seguramente tapar algo que nos parece una acusada bizquera-. No nos extrañaría que así fuese y que ello desde niño le llevó a preocuparse por lo que se relacionaba con la falta de un ojo, la mala mirada y el poder de las pupilas (el Aojo).
Sea como fuere, en verdad debió pensar que aquellas investigaciones -que posiblemente inicia debido a su defecto físico-, también le llevaron a caer un "cierto Mal Fario" al granjearle la enemistad del clero (clase social de la que procedía). Y aunque parte de sus estudios se perdieron, el hecho cierto es que Payne es el primero que relaciona los cultos priápicos con el Mal de Ojo, uniendo a su vez todo ello con los ritos de fertilidad que hasta la Edad Media (e incluso hasta sus días) se conservaban.
Actuando bajo el análisis de un verdadero etnógrafo y arqueólogo, que conjunta los conocimientos con los hallazgos y todo con una gran imaginación con la que logra combinar y relacionar algunos objetos y ritos muy antiguos y los que todavía pervivían en su época (siendo muy meritorio el análisis que realiza sobre los cultos de fertilidad y de adoración al falo durante la Edad Media).
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Nos referíamos a la posibilidad de que Payne Kinght se aficionara a investigar sobre el Mal de Ojo debido a un defecto en la vista, porque hecho cierto es que todos los que iniciamos un estudio de un modo vocacional, siempre escondemos una motivación muy personal para haberlo comenzado. En mi caso fueron múltiples las razones que me hicieron interesarme por el Mal de Ojo, pero sobre todo tres de ellas resultaron cruciales para despertar mi interés. La primera, era intentar saber hasta qué punto la envidia de los que a uno le rodean puede afectarnos psíquica y animicamente, llegando quizás hasta a destruirnos -tan solo debido a la actitud que aquellos de alrededor toman (sin precisar para conseguir dañarnos hacer nada más que eso: Envidiarnos)-. La segunda fue el hecho de encontrarme en Japón con esculturas y exvotos similares a los priápicos, estando aquellos aún entonces muy en uso entre los nippones (algo que ocurría hace casi treinta años, puesto que hoy ya no se ven tanto estas imágenes de grandes falos). Por último
mi interés sobre el Mal de Ojo se despertó especialmente al leer a Payne Knight hacia 1983 -cuado yo tenía unos veintidós años-
y ver que aquel hombre (dos siglos atrás) unía ya los amuletos de Extremo Oriente con los de Occidente, los de los zíngaros con los de Roma, tanto como los ritos de Grecia o los de Egipto, con los de Asia (muchos de los que había visto aún pervivían en ese Continente).
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Todo ello, unido a la "moda" que -como decimos- en los años ochenta surgió sobre el tema del Aojo y los cultos priápicos, me hizo adentrarme en ello a la edad de los veinte a los treinta años. Algo que especialmente sucedió cuando el British Museum -junto a diversas instituciones inglesas-, reeditaron aquel libro con el fin de celebrar el doscientos aniversario de la publicación de
"El Culto a Príapo"; divulgando por toda Europa la figura del benefactor del Museo Británico. Siendo estos "años ochenta" los mismos en los que
Catherine Johns escribió su famoso libro
"SEX OR SIMBOL?..." (que publicó en 1982 la fundación del museo londinense) y donde se recogió una gran documentación sobre los cultos sexuales, explicando sus razones y rituales. Evidentemente,
hoy este centenar de imágenes que recoge Catherine Johns en su obra poco o muy poco tendrían de novedosas -aunque hemos de decir que continúa reeditándose-. Pero entonces (hace tres décadas), aquello no solo era escandaloso y divertido, sinó que por primera vez explicaba lo que había sido gran parte de la religión greco-romana. Puesto que si de los cultos romanos y de Grecia excluimos los priápicos y dionisiacos (los de las bacantes, los de Hermes o incluso los referidos al Mal de Ojo); nada o muy poco de aquella extraña y orientalizante sociedad grecorromana podríamos entender.
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Así pués, gracias a la influencia de los estudios que divulgaron de Payne Knight y al posterior libro de Catherine Johns que editó el British, muchos jóvenes a los que nos divertía la arqueología nos interesamos aún más por el tema. Chicos que por lo curioso de todo ello, asistíamos en esos días con gran interés a las muchas exposiciones relacionadas con Knigth y su mundillo. Eventos que desde la publicación de su obra comenzaron a hacerse por toda Europa,
entendiéndose a través de ello cuánto de arqueología había hasta en las teorías de Freud (que contenía más secretos de Mundo Antiguo de lo que nadie pudiera imaginar). Tras lo que narramos, sucedió que muchos museos e instituciones comenzaron a dar a conocer una enorme cantidad de objetos en bronce y cerámica obscenos, que habían estado ocultos o si exponer (por cosiderarse inexplicables o simplemente "guarrerías").
La aparición de enseres novedosos y de teorías nuevas sobre aquellos, en ocasiones no solo provocaba la risa de quienes íbamos a verlos, sinó que a su vez nos hacía sentír una enorme extrañeza por el significado de muchas piezas que haste entonces estuvo por descifrar (esculturas, exvotos y objetos que increiblemente tenían a veces paralelismos muy similares en Asia). Tanto fue así que desde 1987 preparé un verdadero estudio sobre todo aquello relacionando el Mal de Ojo con la oftalmología y las enfermedades venéreas (que provocan graves afecciones oculares); trabajo que terminé uno o dos años después y que -como muchos otros de los que escribo-, quedó en un cajón guardado.
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No sería hasta casi veinte años después, cuando decidieron que aquello investigado por mí dos décadas antes podía ser útil. Algo que sucedió por casualidad un mes de julio de 2007, mientras visitaba
la exposición "EL CUERPO EN LA TRADICIÓN" en Urueña y hablando con Joaquín Díaz. Quien tras enseñarme una de las vitrinas donde se exhibían dos higas, escuchó la explicación que le daba yo sobre el uso y significado de esta mano cerrada sacando el dedo (relacionando el aojo con las oftalmias). Después de ello, le comenté que tenía guardado desde los años ochenta un estudio sobre el Mal de Ojo, por el que se interesó. Tanto fue así que me pidió se lo prepararse, dándole alguna forma relacionada con la exposición y que lo corrigiera y se lo hiciera llegar en un par de meses. A fines de septiembre de 2007 le hice entrega del mismo, estudio que publicó la
Fundación Joaquín Díaz en el libro EL CUERPO EN LA TRADICIÓN bajo el título "Higa, higo hígado y aojo: Magia religión y medicina".
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Cuanto antes íbamos relatando lo narrábamos habida cuenta de que nos había extrañado que el tan documentado
Alvar Nuño no hubiera incluido en su extensa tesis numerosos estudios sobre el Mal de Ojo, publicados en nuestras tierras en fechas muy cercanas -y anteriores- al suyo. Aunque evidentemente no nos parece raro que pueda excluir del mío (habida cuenta de que no se encuentra en la "órbita universitaria"); sí nos
llama poderosamente la atención que queden fuera de su tesis los de las cátedras de etnografía de Castilla y León (donde proliferan los análisis sobre el Aojo). Especialmente, que excluya del trabajo investigaciones sobre folklorismo referido a este tema como las de
Alonso Ponga (de la Universidad de Valladolid) o las de Juan Francisco Blanco (de Salamanca, cuyo libro "Brujería y otros oficios" dedica un capítulo entero al Mal de Ojo) -tanto como otro centenar de obras entre las que pueden destacar las de M.E. Rubio Gago o las de
F.C. Rual Alter-. Pareciendo igualmente extraño que cuando habla de los últimos estudios sobre el Mal de Ojo, tan solo mencione las publicaciones de un par de autores, en los últimos años en España (
Vazquez Hoys y del Hoyo Calleja; sobre los que más tarde hablaremos). Por todo ello, incluiremos en esta entrada la referencia al menos a dos importantes libros que tratan del Aojo y la sexualidad en la Antigüedad, que fueron publicados en los años precedentes muy cercanos a la redacción de la tesis que analizamos (que no se encuentran tampoco entre los de su bibliografía).
AL LADO: Portada del libro "LA IMAGEN DEL SEXO EN LA ANTIGÜEDAD" coordinado por Sebastián Celestino Pérez y editado por Tusquets en 2007. Con capítulos redactados por varios autores, trata los diferentes aspectos de la sexualidad en el Mundo Antiguo. Analizando en alguno de sus estudios la relación entre este y el Mal de Ojo, se refieren a este aspecto de "lo venéreo" el capítulo IX (de Carmen Sánchez: "Imagen del sexo en la Grecia Antigua); el X ("Restricciones sexuales en los cultos mistéricos" escrito por Jaime Alvar, Elena Muñiz y Teresa de la Vega); tanto como el XII ("Imágenes del sexo a través de Pompeya", redactado por Antonio Varrone).
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ABAJO: Otro de los ejemplares que trata sobre el interesante tema de la sexualidad en la Antigüedad; obra publicada en 1998 en Francia y que editó Akal en nuestro país en el 2003 (debida a los profesores Veyne, Lissarrage y Frontisi-Ducroux). En "LOS MISTERIOS DEL GINECEO" igualmente tratan sobre del Mal de Ojo y su relación con el sexo, el Capítulo I -de Paul Veyne (pag. 85 y ss.)-; tanto como en el III, escrito por Francoise Frontisi-Ducroux, intitulado "Sexo de la mirada".
Tras la extensa y dilatada disertación anterior, deseamos entrar un poco en el tema; analítica que realmente se relaciona con
la tesis que comentamos de Alvar Nuño, habida cuenta de que ella nos ha llevado hasta algunas obras que también desconocíamos. Estas son concretamente los trabajos ya referidos de Ana Ma. Vazquez Hoys y J. Calleja del Hoyo, quienes desde 1990 analizaron en diferentes estudios el Mal de Ojo, aunque lo orientaron principamnete hacia la figura de la Gorgona. Como decimos, desconocíamos la existencia de aquellos puesto que cuando estudiábamos este tema (en los años ochenta) aún no existían. Y aunque pudimos subsanar el hecho aposteriori (en el 2007), cuando me pidieron corregir y darle forma al trabajo redactado veinte años antes; en esos días no tuve tiempo de contrastarlo mucho ni de ver o estudiar si había nuevas publicaciones que tuvieran paralelismos con lo escrito por mí.
Siendo así y sin haber citado a Vazquez Hoys en mis referencias al Mal de Ojo, puede pensarse que he deseado ignorarla; más aún fundamentalmente porque con esta profesora tristemente tuve un desagradable "rifirrafe" a causa de que ella negaba Tartessos y hasta los Pueblos del Mar... (llegando a actuar yo de un modo un tanto incorrecto al intentar demostrar a una profesora su falta de conocimientos en el tema -algo por lo que que ya le pedí disculpas en su día-).
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Por cuanto decimos, al leer hace poco la tesis que remite los estudios de
Ana Ma. Vázquez Hoys y J. Calleja del Hoyo sobre la Gorgona y el Mal de Ojo, nos hemos dado cuenta como hay coincidencias entre estos y mi trabajo sobre el Aojo. Algo normal, puesto que al escribir de un mismo tema lógicamente han de existir múltiples aspectos que en común se traten.
Sea como fuere, nuestras fuentes y teorías -aún diciendo a veces lo mismo-, parecen ser muy diferentes; puesto que yo acudo y me refiero de continuo al mencionado libro de Payne Knight, tanto como a los de Catherine Johns (que Vazquez Hoys y Calleja del Hoyo apenas mencionan ni citan). De ello, cuanto he desarrollado desde datos arqueológicos sobre el Mal de Ojo para comenzar, se basó y están referidos a los estudios del inglés -que hace doscientos años escribió sobre el culto a Príapo y los ritos de la Edad Media-; tanto como muchos otros partieron de los que se hallaban en los libros de Catherine Johns -en especial en "Sex or Simbol?..." (editado en 1982 por el British, como ya hemos repetido)-.
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En entradas posteriores trataremos acerca de los ensayos sobre la Gorgona y el Mal de Ojo, escritos por Vazquez Hoys y Calleja del Hoyo (publicados desde 1990); pero hoy queremos explicar lo que sobre el mismo tema hemos escrito. Para quienes puedan pensar que es un hecho "extraño" cómo sin conocer los estudios de Vázquez Hoys me he "aventurado" a estudiar la Gorgona y el Mal de ojo comparativamente. Diremos que este
es un tema que ya trató Richard Payne en su libro (hace más de doscientos años); tanto como Catherine Johns en 1982 dedicó un capítulo entero de "Sex or Simbol?..." a la fealdad y los rostros horribles (las márcaras de teatro y de Gorgoneias) que se usaban con cáracter apotropaico en la Antigüedad. Referido a ello, concretamente
dice Knight: "la Egida o Corazón de las víboras y la cabeza de Medusa son como lo hace observar el doctor Túkeley una variante griega para representar el disco alado unido a las serpientes (...) La rabia o violencia expresada por Medusa es el atributo destructor unido al generador, bajo la dirección de Minerva, la Sabiduría. Yo pienso que los anchos anillos a los que están atados las pequeñas figuritas de Príapo, significa lo mismo que el disco".
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Esa la última observación pretende unir no solo la sierpe al falo (como evidente sucedía en Grecia y Roma) sinó también las asas redondas y grandes con las que se colgaban los amuletos del pene erecto -la higa priápica de Mutunus Tutunus- a la cabeza de la Gorgona. Una Medusa que para el autor inglés se interpreta como el disco del Sol rodeado de sierpes, protector de los males del hombre y plenamente relacionado con las figuras de Príapo (luciendo el dios del sexo los falos serpentinos junto al vello puber; mientras Medusa porta sobre su cara las culebras de su terrible pelo).
La frase antes recogida de Kinght es de "El Culto a Príapo", en su traducción española (edición de 1980, Publicaciones Trescatorcesiete; página 81). Obra en la que igualmente podemos leer como
este autor relacionó el falo y al Aojo, junto a los poderes del Sol y de la luz asimilando estos a los cabellos rizados de la Gorgona (página 75). Libro e ideas en el que cual hemos inspirado parte de nuestros estudios sobre el Mal de Ojo y en el que entre otras cosas
podemos hallar también referencias a los ritos del falo y al Aojo en Japón y en Egipto (pag. 116
); o la descripción y explicación de Shela-Na-Gig como una "diosa" y "amuleto" sexual de caracter triangular, conformada por tres nudos (pags. de la 114 a la 119).
AL LADO:
Torso imperial romano con armadura hallado en el teatro de Mérida; propiedad del Museo Romano de esta ciudad, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen. Observemos en la parte alta de la coraza una Medusa repujada sobre el metal -o bien colgada como faleria o bulla-; llevando en el centro labrada una Minerva en actitud de lanzar. Ya dijimos que las falerias (phellerae) en un principio debieron ser discos de metal que se situaban sobre los petos de cuero, en épocas en las que aún no se podían proteger el cuerpo con corazas. Más tarde (en tiempos de Tarquino), tras la aparición de las cotas de malla y de las armaduras romanas metálicas, aquellos discos protectores que antes daban la suerte -al impedir que los atravesaran los venablos-, se convirtieron en medallas militares. Galardones "faleriae" que se colgaban a modo de insignias en el peto de la armadura. Igualmente de la bulla protectora común, apareció otra bulla militar, que también consistía en una condecoración bélica y se lucía pendida del pecho. La gran mayoría de estas medallas tenían además del carácter militar un sentido apotropaico, por lo que llevaban labradas la cabeza de Medusa (o en su caso la de Océanos, Júpiter y las de seres monstruosos y temidos).
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ABAJO: Frente del Museo Romano de Mérida donde se presentan tres paneles clípeos procedentes del Foro común (o provincial). Podemos ver en la imágen la representación y cómo se situaban las esculturas en ese Foro emeritense, sobre las cuales -tal como dicta la guia del Museo- estaban las figuras apotropáicas. Tres medallones que contenían las cabezas de los dioses temibles y que en este caso son de izquierda a derecha: Zeus Ammón, Medusa y Océanos. Rostros "horribles" cuyo sentido se relaciona claramente con el solar ahuyentador de males, como muy bien advertía ya Payne Knight en el siglo XVIII. Representaciones en discos con un dios que consideramos proceden de aquellos protectores que se situaban sobre las corazas (o petos), para evitar que los venablos las traspasaran -principalmente en épocas antiguas y cuando todavía eran de cuero-.
Pero continuemos con
nuestras aportaciones e intrepretaciones al tema de Medusa y el Mal de Ojo -que muy poco o nada tienen que ver con las muchas que hicieron Vázquez Hoys y Calleja del Hoyo-. En referencia a al tema, ya habíamos tratado algunos aspectos en una entrada de este blog, con fecha de 25 de septiembre 2011 y que podemos consultar en
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7-8.html . En ella exponíamos nuestra teoría acerca de que tales Medusas que colgaban los militares romanos a modo de medallas o falerias en sus corazas procedían del culto a la suerte en la guerra. Fortuna que todo soldado conocía, ya que de ella dependía en gran parte su vida; tanto que debieron llamar "phellerae" a esos protectores redondos que asían a sus petos porque dicha voz procede del griego "palos" (), cuya traducción es: "Suerte". Pero a su vez esta misma voz (palos) significa estaca o clavo, tanto como el verbo "palo" () se traduce por lanzar; todo lo que nos lleva a identificar el origen de la palabra "phalerae" con estos motivos y hechos bélicos: La suerte, la lanza y el lanzamiento de venablos.
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En la misma entrada continuábamos diciendo textualmente:
"Siendo idea nuestra, que la etimología de Faleria incluso procedería de "phale-ras", voz proviniente de "falo" (en latín); porque posiblemente comenzaron a denominarlas así dado que los militares romanos, además de reforzarse el cuerpo con esas placas de metal, colgaban también innumerables de amuletos en forma de sexo viril de sus uniforme (con en fin de evitar la mala suerte)". Continuando con una rectificación en la que avertíamos: "
Pese a que con los días hemos llegado a pensar que quizás no sea este un origen tan probable del nombre de "faleria"; creemos como cierto que las palabras "phallus", "phelerae" (en latín), están plenamente unidas a algunas que indican suerte, competición y lucha. Tanto que de este radical "phall" hemos heredado varios términos que en nuestras lenguas modernas se identifican con el "azar" y "la pugna". En castellano -por ejemplo- se llama "porra" en España, al lo que en Hispano América se denomina "polla", y que significa: Lotería, concurso o premio".
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Más tarde llegábamos a la conclusión de que la voz falo y "falleria" se relacionaban no solo con el griego "palos", puesto que ambos conceptos estaban en unidos mágicamente a través del mundo bélico. De tal manera atestiguábamos que:
"Ello se debe a una mentalidad común en el Mundo Antiguo, en la que se pretende dominar el destino por simpatía -entiéndase por "simpatía" en la magia o en la superstición: Realizar un acto o ritual semejante a otro sobrenatural sobre el que se desea influir-. Lo que se relaciona plenamente con el pensamiento del guerrero de hace dos o tres mil años; para quienes las armas se identificaban con el pene (voz que procede de "penetrar"). De tal modo, cuando se penetraba con aquellas el cuerpo del enemigo, la vida se modificaba y desaparecía. Siendo las lanzas, flechas o espadas lo que marcaba fin la existencia; algo muy similar a lo que ocurría con los falos, más en sentido contrario. Puesto que la penetración con el miembro viril, cambiaba la existencia, haciendo comenzar las vidas". Todo cuanto vamos recogiendo puede hacernos recordar o comprender de nuevo el sentido de estas falerias y sobre todo su relación con Medusa o los rostros horribles que debían preservar del Aojo. Mal fario que para el guerrero no era otro que el de verse atravesado por "el palo" (
que en los tiempos más remotos griegos significaba "lanza").
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Tras lo expuesto nos planteábamos que "
aquel palo era tenido por ´la suerte´. Debido a que en batalla, que se clavaran las lanzas o las flechas en el cuerpo del soldado, dependía solo de "los dioses". Algo que igualmente debe hacernos meditar sobre los "por qués" del nombre del proyectil de la honda, que se denominaba glande (en latín "glans") y que quizás se relaciona plenemente con esta creencia e imágen, por la que atravesar el cuerpo del enemigo con el arma, se identificaba con la penetración sexual. Hechos estos que explican el amuleto del falo como protector en la cultura latina, relacionado con las armas arrojadizas". No siendo una hipótesis extraña esta nuestra por la de que el origen de todos esos talismanes apotropaicos con nombres y símbolos tan sexuales; tuvieran su origen en costumbres y usos bélicos, en los que los soldados buscaban la suerte, relacionando el poder generador de la vida (la cópula penetrando con el falo) con el destructor de ella (la muerte, atravesados por un arma).
AL LADO: Glandes o proyectiles para honda en plomo (ibero-romanos), pertenecientes al Museo Cordoba (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen) y fechados en el siglo II a.C. -hallados en Albendin-. Observemos su similitud al glande masculino, pese a lo que el nombre nos llama poderosamente la atención considerando que pudiera significar "algo más". Relacionando quizás claramente el sexo y la generación de la vida con la muerte y la guerra: Eros y Tánatos unidos siempre en este tipo de simbología bélica.
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ABAJO: Portada del capítulo III de "Sex or simbol?..." de Catherine Johns. En esta podemos observar un enorme glande con ojos que a modo de serpiente actuaría en Roma como falo apotropaico. Evidentemente, la sierpe, el pene y la flecha o el venablo que ataca, debieron ser tres símbolos y signos unidos en sus conceptos para toda la casta militar en la Antigüedad. Tanto que gran parte de los talismanes y objetos protectores hacen referencia a ello (amuletos que serían usados en las batallas a modo de medallas o escapularios en nuestra cultura).
Pero
regresando a Medusa, expondremos brevemente lo que sobre aquella y su relación con el Aojo decíamos en nuestro trabajo "Higa, higo, hígado y aojo; magia religión y medicina" (página 85 y ss. del libro EL CUERPO EN LA TRADICIÓN). Comenzábamos en aquel capítulo aludiendo
las muchas interpretaciones que daba Govanni Bocaccio sobre la Gorgona en su maravillosa obra "GENEALOGÍA DE LOS DIOSES PAGANOS" (L. X, cap. 6, 10-27). Tras lo que relacionábamos el mito de la monstruosa diosa de pelo serpentino con el Catoblepas; terrible animal que según Plinio (His.Nat. VIII-34) habitaba en las aguas del Nilo y que sacaba de ellas sus ojos, pudiendo matar a todo aquel sobre el que fijara su mirada. Pupilas asesinas que sin duda aluden a la mortecina, terrible e hipnótica mirada de los reptiles; que en el caso del Catoblepas se referiría quizás a los cocodrilos del Nilo. Pero que igualmente pudiera relacionarse con los ojos de cualquier sierpe y hasta con los de la cobra escupidora, que insufla su veneno al que la ataca (llegando a acertar desde varios metros, provocando la ceguera con los ácidos que este mortífero escupitajo lleva).
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El caso de
Medusa, la reina de Occidente con pelo de sierpe hablábamos de que en nuestra opinión se trataba del recuerdo -o la figura- de las brujas y de las sociedades gobernadas por mujeres que los griegos sabían existían al Oeste del Mediterráneo. Desconociendo los historiadores modernos y cásicos si aquella Gorgona había que ubicarla en Sicilia o en Cerdeña (donde muchos la imaginaban),
finalmente parece que el lugar más acertado para situarla es el Estrecho de Gibraltar. De ello nuestra
etimología provenía de "gargareos" () cuyo significado es garganta, pudiendo aludir su voz a las dificultades para cruzar el tramo de mar que hay entre África y Europa en su extremo más corto. Gargantas muy temidas por todos los marineros en la Antigüedad y a las que hacen referencia algunos de sus mitos, como el de Caribidis y Escila, que relata las dificultades y remolinos existentes para navegar entre Sicilia y las islas del Sur de Italia (donde las corrientes hundían de común las naves helenas). De igual modo la epopeya del Argos narra de forma similar los temores y terrores para pasar el Bósforo; estrecho del que dicen unía de continuo sus rocas, chocando y apresando entre aquellas las naves (quizás aludiendo a los ataques que los habitantes de la antigua tróade llevarían a cabo sobre los barcos que no deseaban cruzaran "su" paso marino).
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Por todo cuanto vamos anotando, a nuestro juicio
la voz Gorgona nacería del "Estrecho" existente entre las Columnas de Heracles, cuya dificultad para navegarlo debía ser mucha (debido a las conocidas corrientes, pero a su vez por los ataques y abordajes de los fenicios y de los lugareños -iberos que cuidarían de sus costas celosamente y más aun antes de llegar a pactar para comerciar con los helenos o extranjeros-). Auque por su parte
la etimología de Medusa la comprendemos nacida desde las voces MEDO () = "reina, mandataria"; unida a DEUSA () = "diosa". Siendo nuestra interpretación que Medusa significa "REINA DIOSA", lo que aludiría seguramente a las sociedades mediterraneo occidentales de la época y en especial a la ibera, que se sabe en gran parte eran gobernadas por reinas (que seguramente fueran "Damas" como la de Elche). Viviendo muchos de los los iberos -tal como los antiguos textos manifiestan- en giniecocracia y temiendo terriblemente los griegos la brujería y las Sociedades organizadas por féminas,
aquellas reinas del Occidente serían diosas terribles y con gran poder, como la Medusa de Perseo -que habitaba junto al Atlántico y en el extremo del mar Mediterráneo-.
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Temores y horrores similares a los del héroe Perseo se narran en varios episodios antiguos helenos, entre los que destaca la Odisea; donde
Homero describe los males del lejano Oeste Mediterraneo, entre los que dicta terrible la existencia sobre sus aguas e islas, de reinos gobernados por brujas (Circe o Calipso). Esta última podemos asimilarla de algún modo a las Gorgonas, tanto que a mi juicio la etimología de la Maga Calipso y la del monte Cilpe es la misma. Así sabiendo que aquella hechicera embruja a Odiseo durante siete años y le obliga retenido a vivir junto a ella en su reino-isla de Ogigia (que se sitúa en el Estercho también). Serían la misma y homónima Calipso que el monte Calpe (o Cilpe), nombre entonces del Peñón de Gibraltar y que en mi opinión es el famoso lugar que habitaba la bruja con tan parecida denominación (pues Calpe, Cilpe y Calipso son casi iguales en su escritura).
De todo ello, las Gorgonas y Medusa no serían más que el temor de los griegos al lejano Oeste, pero sobre todo a la magia y al embrujamiento (algo que les aterrorizaba, tanto que los episodios más terribles de la Odisea mencionan a mujeres que atraen y hechizan a los compañeros de Ulises -Sirenas, Circes, Calipsos o magas). Aunque el hecho de que la mirada convirtiera en piedra a quienes cruzasen la vista con aquella diosa amedrentadora, consideramos que hace más bien referencia a los peligros del mar en el Estrecho. Concretamente a la posibilidad de encallar allí, en tierras próximas a Calpe (nombre antiguo de Gibraltar), donde la garganta del mar (la gorgorna) puede devorarte y convertirte en piedra al chocar seguramente con alguno de sus riscos.
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El resto de temores y
horrores que relacionaban el Occidente lejano con la tierra de mujeres horribles de pelo cargado de sierpes, hubo de deberse -como dijimos- a la posibilidad de ser abordado o hundido. Mal que acechaba a todo barco que se acercara por las rutas fenicias del metal (principalmente a los griegos, tan odiados entonces por los púnicos). Narrando probablemente el mito de Perseo que corta la cabeza de Medusa, el triunfo conseguido por los egeos o los micenios en nuestras tierras. La primera teoría sería considerar a Perseo un micenio y a Heracles (su descendiente) griego, aunque pueden ser ambos el mismo héroe de igual época y en diferentes ciclos. Por lo que no hay que descartar la idea de que Perseo simbolizase el triunfo heleno (posiblemente de los samios) llegados hacia el 650 a.C. a Tartessos , logrando abrir caminos comerciales entre Grecia y el Sur de España -aprovechando quizás la debilidad y la caida de Tiro y Sidón-. Por cuanto Perseo (como a hemos escrito en varias ocasiones) creemos que no es más que un igual mito al de Herakles, aunque en un ciclo anterior. Historia que narra cómo llega aquel héroe (personificación de los helenos) logrando "cortar la cabeza" (atravesar la garganta o el Estrecho) doblegando a las diosas reinas del Occidente. Todo lo que indicaría conquistas o fundaciones griegas en nuestras tierras -micenias o posteriores, de época griega; como Alonis o Hemeroskopion-. Todo ello sucedido "quizás" tras la desaparición del poder de Tiro y Sidón, "la cabeza" del mundo fenicio-tartessio entonces. Tras cercenar el cuello de las reinas terribles del Oeste, de la garganta "medusea" nace el primer rey meridional hispano de nombre griego (Crisaor, "el de la espada de oro" que en lengua helena se dice así=
w ) y que en toda regla parece el mismo que Arganthonio (el rey de la plata = ARGA - NTHONIOS). Junto a el nace Pegasos, el caballo alado; que simbolizaría las magníficas yeguadas del Suroeste peninsular tanto como los ejèrcitos de mercenarios que allí contrataban los colonizadores de nuestras tierras.
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Por último añadiremos que en las entradas pasadas (unos días atrás) ya hablábamos de la figura de Medusa sobre las corazas y los escudos, tal como Perseo la situó delante de la Egida de Atenea. Algo que relacionábamos con el deslumbramiento que podía producir el brillo de los escudos al reflejarse, quizás mientras se luchaba; lo que posiblemente se llamara el "fascino" (deslumbrar). Luz y reflejo que de seguro hacía que el enemigo quedara ciego por unos segundos, pudiendo quizás en estás décimas de segundo ganarse el "cuerpo a cuerpo". Aunque para ahondar en este tema se precisa ampliar el estudio y dedicar un análisis mayor a la figura de Medusa como diosa bélica. Algo que realizaremos en breve.