lunes, 28 de mayo de 2012

EL PODER DE LA MIRADA Y SU RELACIÓN CON LAS ARMAS EN LA ANTIGÜEDAD: Medusa y Perseo, introducción al estudio de sus virtudes "apotropaicas" (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LII).


Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

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IMÁGENES BAJO ESTAS LINEAS Y A LOS LADOS:

En primer término, a la izquierda la portada del libro "EL CUERPO EN LA TRADICIÓN" (publicado por Fundación Joaquín Díaz, Valladolid 2007) en el que se editó mi trabajo preparado durante los años ochenta sobre el Mal de Ojo ("Higa, higo, hígado y aojo: Magia, religión y medicina"). Abajo y a los lados, las dos obras desde cuya documentación y aportaciones partimos, para realizar nuestros estudios en los años ochenta sobre el tema:

ABAJO al lado: Portada del libro de Richard Payne Knight, reeditado en español en 1980, EL CULTO A PRÍAPO...

Finalmente,  en último término: Portada de la publicación de Catherine Johns "SEX OR SIMBOL?...".


Al lado: Libro que comprende el estudio que escribí sobre el Mal de Ojo veinte años atrás y que corregí hace unos cinco, cuando me dijeron que les interesaba publicarlo; editándose finalmente en el 2007 y en el libro que vemos  (bajo el título "Higa, higo, hígado y aojo: Magia, religión y medicina"). En este, pretendí demostrar que el más antiguo origen de aquella superstición sobre el Aojo partía de las enfermedades venéreas, debido a que estas producían a su vez graves oftalmias -entre las que destacaba la Clamidiosis (el famoso tracoma del Nilo)-. Males endémicos en civilizaciones como las "antiguas de los desiertos", debido a la falta de salubridad del medio en la época, a las condiciones ambientales, a la carencia de aguas y a la superpoblación de sus ciudades. Algo motivado a su vez y en gran parte, por la necesidad de establecerse y habitar en zonas muy reducidas, debiendo vivir todos en las cercanías de los rios y pozos (compartiendo millones de personas unas mismas tierras y aguas, donde en ocasiones se vertían o mezclaban hasta residuos fecales comunes).

El hecho cierto es que la salubridad parece especialmente dura en el desierto y más aún en épocas como las faraónicas ,donde la densidad de población en la franja del Nilo se supone superaba la actual del Benelux (una de las zonas más superpobladas del Mundo hoy).  Todo lo que pudo generar un enorme caldo de cultivo bacteriano de lo que seguramente se produjeron endemias muy particulares. Consecuentemente, la ceguera "contagiada" parece que afectaba a un gran porcentaje de la población egipcia antigua. Aunque este fue un mal que no se superó hasta la aparición de la penicilina, tanto que la Chlamydia Tracomatis (bacteria que produce el tracoma, enfermedad que se llama también "oftalmia egipcia") permaneció sin curación hasta la llegada de la medicina moderna. Dolencias que comunmente llegaban a producir la invidencia y que en ocasiones se contraían por contagio, aunque su empeoramiento o su "más difícil" remedio también se debió al exceso de luz y a las tormentas de arena. Pese a ello, las clamidiosis comunmente se transmitían por vía venérea, produciendo gonorreas, blenorreas y el mencionado tracoma (aunque de todos es sabido que en una situación donde la higiene es deficiente y el agua escasea, estas bacterias pueden contagiarse simplemente por contacto cutáneo o a través de las ropas).





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Siendo así, formulamos nuestra teoría sobre el origen del Mal de Ojo en Egipto Antiguo en los milenios III y II a.C., nacido del temor a esas enfermedades contagiadas normalmente por transmisión sexual. Lo que pudo provocar hace miles de años la identificación de las cegueras y dolencias oculares, con lo venéreo; explicando todo ello que se valieran de amuletos con forma de pene y ojos, para intentar curar aquel terrible mal endémico en el Nilo. Por su parte, en el mismo libro mencionado (
arriba fotografiado) expusimos que en una segunda etapa (a fines del II milenio y a comienzos del primero a.C.), esta superstición pudo variar. Algo que se produciría cuando imperan las culturas del Mediterráneo, durante los siglos en los que la religión y las costumbres faraónicas se heredan por los fenicios e israelitas, quienes las transmiten a los griegos -que le dieron otro carácter-. Relacionándose entonces esa fatalidad no solo con el sexo y la visión, sinó sobre todo con la envidia; pensando que era la pupila del que la sentía lo que contagiaba o impregnaba al observado, produciéndole en daño. Siendo principalmente en La Hélade donde se teme de forma horrible este mal de la mirada, del que también nos hablan los judíos y que vemos combatido por talismanes fenicios.
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Lo antes dicho, nos obliga a pensar que israelitas y púnicos habían mantenido estas supersticiones nacidas de la magia egipcia en el III milenio a.C.; pero que las supercherías al tomar contacto con el mundo griego tuvieron un nuevo carácter. Pues en la Hélade, además de existir unos cultos de fertilidad y sexo similares a los de Egipto, adorándose al pene y a la vulva como dadores de la buena cosecha y relacionando el "ojo" de la tierra (el sembrado) y la pupila de la vida (la vajina) con los de visión. Se generaliza una segunda creencia del Mal Ojo muy temida basada en la observación del ruin, motivada posiblemente por el mal ambiente social en que a veces se vivía , puesto que allí se permitía la libre denuncia (sin pruebas). Siendo un hecho cierto que la calumnia apenas tuvo castigo entre los griegos y que pese a demostrarse la falsedad de lo denunciado, la autoridad no penalizaba al falsario. Este hecho produjo unos verdaderos profesionales de la denuncia, quienes vivían de extorsionar y a los que se denominaba "sicophantas". Ello debido a que la acusación más común contra el rico era la de exportar -o vender- ilegalmente higos; ya que el higo (en griego "sico"), estaba regulado en su comercialización, prohibiendo hacerlo a extranjeros (existiendo fuertes multas o pena de cárcel de no realizarse con autorización de la Ciudad-Estado).



Todo ello, unido a que la vulva femenina tiene "cierta similitud" con este fruto "prohibido", creemos que generó a comienzos del I milenio a.C. la identificación entre la envidia, el Aojo, el sexo y "aquel". Un higo que ya era símbolo venéreo en épocas muy antiguas,tanto que con sus hojas Adan y Eva ocultaron sus vergüenzas (tras "pecar"), haciéndose un taparrabos "paradisiaco". Ramas del higo cuyo significado también debiéramos relacionar con la maldición que Jesús profiere contra el sicomoro estéril; ya que curiosamente en hebreo la palabra "higuera" es igual a la que define "realizar el coito". Dándose además otras muchas coincidencias que identificaban esta fruta con el mundo sexual; entre la que destaca que en Grecia "pepino" se pronunciaba de un modo casi igual a "higo" (siko); usándose desde aquel entonces y desde el origen de nuestra cultura las ordinarias expresiónes de "pepino e higo" (que a todos tanto nos divierte) para referirse a las "zonas bajas y nobles..." de hombres y mujeres. Finalmente, la creencia de que la sexualidad procedía del hígado (la líbido, cuyo nombre nace de este órgano en lenguas anglosajonas); provocaría la unión definitiva entre el higo y el sexo. Tanto que el medio y remedio más antiguo para la cura y mejora del hígado se basaba en comer o purgarse diariamente con higos, de donde pensaban surgía la fuerza de ese órgano. Habiendo sido tanta su unión, que el fruto dió nombre a esta parte del cuerpo humano llamada hígado, por creerse que estaba absolutamente relacionada con el sexo y con la higuera.

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Por cuanto exponemos y uniendo lo explicado con el hecho de que las denuncias de los envidiosos y extorsionadores griegos comunmente versaban sobre exportación y ventas fraudulentas de higos. Comprendermos como todo ello hizo finalmente que se identificaran unas y otras cosas:
En primer lugar, las ruinas, las malas cosechas y en definitiva lo estéril y hambruno, con el "sicofantas"; calumniadores tan sumamente dañinos que eran capaces de hundir la vida de cualquiera solo por envidia, sin obtener siquiera beneficios -pese a que existieron verdaderos profesionales del chantage que llegaron a ricos en La Hélade extorsionando a poderosos-. En segundo lugar, las enfermedades venéreas, el tracoma y las cegueras, igualmente identificados con males procedentes de una mala fertilidad y contraidos por contagio a través del "ojo sexual". En base a cuanto hemos resumido de nuestro libro antes referido ("Higo, higa, hígado y aojo..."), explicábamos en aquel que mucho de lo que se denominó como Males del Ojo, tuvo como origen primigenio  (a nuestro juicio)  las cegueras debidas a enfermedades de transmisión sexual. Dolencias que probablemente también se consideraron contraidas -o debidas en gran parte- a malvados y viciosos, quienes infectaban con su suciedad a personas jóvenes y sanas. Todo lo que al final se traspoló a las malas cosechas, por identificación de una infertilidad o de un vicio en el sexo, que simbolizaba una semilla o plantación defectuosa. Habiendo llegado a creerse posteriormente que ello era un mal transmitido por las miradas del envidioso cuya pupila era capaz de dañar; algo que quizás también nace a razón de cuantos destrozan cosechas y cultivos tan solo por hacer daño y al no poder robarlos antes de que florezcan.

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Finalmente, la identificación entre belleza deseada y sexo obligado o forzado (por viejos y gentes de malas costumbres); generaría esa otra creencia que consideraba a la simple mirada del que quería algo y no podría conseguirlo, como un peligro que llegaba dañarlo o destruirlo -en especial si eran dones personales o riquezas meritorias-.
Por cuanto decimos, se relacionaron pronto en Grecia y Roma los patronos del dinero y de las buenas cosechas (dioses cuidadores de la fertilidad, que se representaban en formas de falos y vulvas), con los ahuyentadores de la envidia y este Aojo. Así, en la Hélade y el Lacio se transformaron los talismanes apotropaicos y comenzaron a pretender hacer huir al acomplejado o al ruin, por medio de exhibir penes y figuras obscenas (invocando la fecundidad y rechazando lo impotente). Supersticiones heredadas de Fenicia y de Egipto, aunque en el Nilo habían tenido un carácter un tanto diferente. Puesto que en las tierras faraónicas el medio común de ahuyentar al que deseaba la belleza sin poder conseguirla, (dañándola con su presencia o su envidia), era a través de amuletos de la fealdad, que representaban ojos y manos. Siendo el protector de Hathor, la diosa de las artes, de lo bello y lo sublime; el horrible Bes, monstruoso enano que figuraba de seguro el propio sexo masculino, haciendo marchar al Aojador con su aspecto asqueroso.



De cuanto exponemos, nació el amuleto apotropaico en el que figura el dios feo que protege; un semi-demonio de cara o aspecto horrible, pero que consigue diseminar la mirada de quienes pueden observarnos (quienes por desear tanto lo que tenemos, llegan a dañarlo). Consecuentemente, en Egipto y desde al menos el III milenio a.C., era el enano Bes al que se encomendaban esa misión de apartar la vista de aquellos que pudieran ver con "Mal Ojo" a los demás. Aunque posteriormente, en Fenicia y en Grecia, esta deidad benefactora prototipo de fealdad se sustituyó por otra figura similar en su aspecto, pero muy diferente en sus atributos y significado. Ella fue la Gorgona o Medusa, que en principio de figuró como una mujer gorda y deforme, cuya cabeza se colgaba de los pendientes y joyas -como talismán-, o se esculpía en los lugares funerarios, con el fin de ahuyentar a los demonios. Aunque aquel rostro de la Gorgona no constituyó tanto un talismán, ya que fundamentalmente fue trasformándose y usándose como protector en la guerra; labrando los soldados a Medusa en las armaduras y escudos, o colgando de sus bullas y condecoraciones militares aquella cabeza femenina terrible (con el fin de que ahuyentara al enemigo o a sus venablos).






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Regresando al tema de los inicios sobre los estudiosos acerca de todo ello, el primero que creemos menciona la relación entre Medusa y el Mal de Ojo fué Richard Payne Knight; quien como dijimos, a fines del siglo XVIII ya habla del simbolismo paralelo entre la cabeza de la Gorgona y los ritos priápicos. Y de un modo semejante, a comiezos de los años ochenta, Catehrine Johns expuso claramente las unión existente entre la fealdad de las máscaras y de las caras "gorgoneias", con los efectos apotropaicos. Partiendo de estas ideas, realicé algunas valoraciones muy personales acerca del simbolismo de Bes, de las Gorgonas y en especial sobre el significado de Medusa y la mirada aojadora; ideas que expuse en los distintos escritos que he publicado sobre esta superstición. Varios autores se han referido igualmente a ello, destacando en España los estudios de Ana Ma. Vazquez Hoys y J. del Hoyo Calleja, editados en la década de los noventa. Obras que tristemente desconocía hasta hace unos días, pero con las que casualmente dimos al leer la reciente tesis de Alvar Nuño sobre el Mal de Ojo en la Antigüedad. El "hallazgo" de estos trabajos de Vazquez Hoys y de del Hoyo Calleja, nos obliga a analizarlos, puesto que al nos haberlos incluido cuando corregí y pubiqué mi estudio sobre el Aojo (cinco años atrás; ni tampoco en cuantos artículos sobre el tema posteriormente he escrito), pudiera parecer que deseamos ignorarlos.
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No siendo ello nuestra intención, comenzamos las siguientes entradas cuya temática versará de lo escrito sobre Medusa y el Mal de Ojo, analizando las obras de los autores anteriormente referidos (comparándolas en ocasiones con las teorías propias -muy distintas a las de ellos, como veremos-). Desconocemos la extensión que necesitaremos para el estudio comparativo, pero en cada artículo que presentemos intentaremos exponer las ideas propias y recoger posteriormente las de otros; con el fin de avanzar algo más en el análisis del significado apotropaico de las joyas en la antigüedad (en especial de las pectorales).




AL LADO: Cabeza de Medusa, representada en un camafeo del siglo II a.C.(pieza expuesta en el Museo Nacional de Nápoles al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Ya habíamos utilizado esta fotografía tan significativa que hemos querido volver a traer hoy hasta nuestras lineas, porque en verdad en ella se advierte el hecho que Payne Knight afirmaba cuando escribía que el disco solar se relacionaba plenamente con la Gorgona. Algo que vemos en el plato de la fotografía del que no se sabe muy bien si es un Sol (Helios) o una Medusa; hecho este que según el investigador inglés procedía del carácter benefactor y apotropaico de la figura medúsea.
ABAJO: Amuletos romanos hallados en Mérida, que presenta una vitrina del Museo Provincial de Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. En estos podemos ver entre otros, los típicos penes fabricados en bronce que se usaban como talismanes, siendo el que está en la parte superior izquierda simplemente una placa con dos miembros viriles erectos que se "enfrentan". Bajo este se encuentra la común -entonces- "Higa-falo" hecha en forma de creciente, que en el extremo izquierdo lleva la mano cerrada en forma de "figa", en el derecho el pene y en el centro contiene el sexo masculino en estado de reposo. Sobre ello, curiosamente aparece una cara que sin lugar a dudas se trata de un Príapo; figura que Payne Knight menciona, como coronado por un disco (o asa), que el autor inglés relacionaba con el Sol. Por último a la izquierda de lo descrito, observamos dos amuletos en forma de venera o concha con una figura de cara cargada de fealdad y que sin lugar a dudas se trata para nosotros de la efigie de un Bes o de Baubo. Esta última es una deidad relacionada con el parto y con la brujería, muy venerada en el famoso templo de Eleuisis y que simbolizaba concretamente la entrada de la vagina. Desconocemos si otros autores han comentado anteriormente que este tipo de talismanes romanos, en forma de concha (nunca mejor dicho) representan a la diosa Baubo; o bien se tratan de un símbolo deificado y apotropaico de la vulva -muy usado entre las parturientas-. Estando a su vez ello relacionado con la cara de la Gorgona, que como muchos expertos afirman, su fealdad y aspecto se relaciona con la entrada de la vagina.



Comenzaremos de nuevo con las palabras de Richard Payne, con las que este autor comentaba un hecho sobre el culto al falo en la antigua Roma que nos pareció muy llamativo; tanto que hemos deseado encontrarlo confirmado o comprobado en la iconografía latina. Ello era cuando escribía:
"la Egida o Corazón de las víboras y la cabeza de Medusa son como lo hace observar el doctor Túkeley una variante griega para representar el disco alado unido a las serpientes (...) La rabia o violencia expresada por Medusa es el atributo destructor unido al generador, bajo la dirección de Minerva, la Sabiduría. Yo pienso que los anchos anillos a los que están atados las pequeñas figuritas de Príapo, significa lo mismo que el disco". La anterior frase podemos contrastarla con las imágenes que antes hemos recogido, en las que vemos primeramente una Medusa representada como disco solar, cuyas serpientes parece que decoran los rizos de sus cabellos. Iconografía cuya intención es sin duda alguna relacionar claramente cabello y serpiente, atributos que sobradamente sabemos tienen un enorme carácter sexual.
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Si hubiéramos de exponer una lista de figuras mitológicas o históricas en las que el cabello fuera símbolo de su sexualidad (viril o femenil), tendríamos que citar a cientos o miles de seres; a veces mitológicos, otras legendarios y algunas históricos. Pese a ello y en referencia al pelo y la hombría, baste recordar la fuerza de Sansón o la masculinidad de los guerreros, algo que en casi todas las culturas se expresa por medio de este atributo -a veces dejándolo crecer (como es el caso de los Sijs o de los toreros hispanos) y en otras ocasiones tonsurándolo, como sucedía entre los samurais y diversos pueblos milenarios-. Por su parte, en la mujer antigua ese cabello largo y rizado (tal como lo lucían las griegas) era atributo de una enorme sexualidad; tanto que es común entre las más bellas verlo bien suelto y peinado en trenzas o coletas -lo que quizás nos recuerde a sierpes-, mientras el de las matronas y personas mayores solía estar recogido o cortado (algo que sucede incluso hoy en día). Por cuanto decimos, la identificación que Payne Knight realiza entre el disco solar protector, enmarcado por los rayos y la cara de la Gorgona rodeada de rizos y sierpes es del todo cierta. Algo que nos debe llevar a pensar que posiblemente el origen de estos rostros redondos apotropaicos no esté tanto en horribles monstruos, sinó en simples discos solares protectores. De lo que nos atrevemos a deducir que quizas todo proceda de las placas en formas circulares, rodeadas de rayos, que era común pusieran sobre las armaduras los soldados (especialmente en la zona del pecho) y a las que en Roma se llamaban falerias.
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Tal como decimos, acerca de lo que pudo originar las "gorgonas profitácticas" y de adorno militar, lo más simple es pensar que nacieron debido a que las corazas más antiguas comunmente estaban "remachadas" con disquetes metálicos, cuya función era impedir que las flechas (y hasta las lanzas) traspasaran el peto. Redondeles que dijimos los romanos llamaban falerias, pero que se usaron desde tiempos muy remotos haciéndose en un principio con cobre (aunque posteriormente y tras la Edad del Hierro, usaron metales más duros). Decorándolas ya desde la Edad del Bronce comunmente con círculos concéntricos y lineas que irradiaban los rayos, a modo o imitación del Astro Rey rodeado de su luz solar. De aquella figura del Sol creemos que pudo nacer la de la Gorgona, que por ser más bella e imaginativa pudo quizás sustituir a los dibujos de circunferencias con lineas que aparecen en las armaduras muy anteriores. De lo que la idea de Payne Knight cuando afirma una relación plena entre el disco solar y la cabeza "gorgoneia" no es nada extraña. Es más, a mí personalmente, su teoría me ha llevado a creer que el verdadero origen de aquella mujer de rostro redondo y pelos serpentinos usada sobre el armamento, no es otro más que la sustitución de una figura solar masculina -remachada en los refuerzos metálicos circulares-, cambiada por esta bella diosa de carácter puramente femenino (pero con iguales atributos profilácticos).
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La anterior reflexión nos puede llevar a afirmar que la Medusa sobre el escudo de la patrona de la gran Polis Griega (Atenas), significaría y mostraría de nuevo el triunfo de las diosas madres sobre el dios padre. Ya que Atenea fue elegida como principal deidad, tras vencer en su "candidatura" a Posidón; dios del Mar quien hasta violó a Medusa dentro del templo de la Minerva griega (horrible hecho por el que cayó sobre la Gorgona la maldición de ver su cabeza rodeada de sierpes y tener una mirada petrificante). Pese a ello, aquella que había profanado involuntariamente el templo de Atenea y a todos convertía en piedra con sus ojos, un día fue vencida por Perseo, quien le cercenó la cabeza para ponerla sobre el escudo de la diosa patrona. Egida que sin lugar a dudas habla de la sustitución de ritos paternos y solares en la religión helena, por otros femeninos y de la madre. Mencionando todo ello el recuerdo de aquellas religiones mantenidas en la Hélade y anteriores a las de los pueblos indoeuropeos (creencias y ritos de la Edad del Bronce) en los que la mujer cumplía una función primordial. Celebraciones en donde la sierpe domesticada por sacerdotisas tenía un importantísimo papel, de lo que la aparición de la cabeza gorgoneia rememora seguramente los tiempos de esas "deidades daimones", donde se adoraba a dragones, monstruos y reptiles humanoides -lo que se observa en las religiones "del Bronce", como lo eran las de Egipto o Creta, tanto como en los cultos de Oriente Medio y Mesopotamia anteriores al I milenio a.C.-.
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De tal modo, parece que una gran parte de estas creencias mediterráneas nacidas en el III milienio a.C. y mantenidas hasta la expansión de las gentes del Hierro (bien entrado el siglo X a.C.), tuvieron un fuerte arraigo en Grecia. Tanto como para haber pervivido, eligiendo como patrona una diosa guerrera y no a un dios; deidad femenina del bien, de la protección y de la sabiduría; que se hace llamar "pallas" -por cuanto aquello significa la lanza-. Pallas Atenea, cuyo nombre recuerda sin duda a "palaio" () que significa "luchar"; o bien a "pallo" () que ya dijimos era "blandir, agitar, lanzar"; tanto como a "palos" (), cuya traducción es "estaca, palo, lanza y suerte" -términos que tanto se parecen a la voz "falo"-. Palabras todas cercanas a la lucha, a la masculinidad y a la guerra, de las que hacíamos derivar el posterior término romano de "faleria" (phellerae), que ya sobradamente sabemos son esos discos protectores que servían para evitar "con suerte", los venablos lanzados por el enemigo en batalla y que finalmente se esculpieron con la gorgoneia... .
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Algo que se conseguía neutralizar poniendo la cabeza de la mujer terrible cargada de sierpes, que de seguro había sustituido la figura del Sol en escudos y armaduras, al considerarse aquella figura más apotropaica. Ello debido en nuestra opinión a un componente de magia femenina y de brujería, a la que se encomendarían los soldados antiguos en batalla. Nacido todo ello de la confianza en los hechizos y las iniciaciones que desde la más remota antigüedad realizaban las mujeres en las islas griegas y egeas. Lo que muy posiblemente se relacionaría con sortilegios de serpientes, pero sobre todo con alucinógenos y con la diosa de la adormidera (adorada ya en Creta desde el III milenio a.C.). Tanto con las setas "mágicas" y el cornezuelo de centeno, que en templos como el de Eleuisis suministraban las sacerdotisas a los asistentes (para "elevarles" hacia el más allá). Formas de anestesia nacidas de la adormidera y terribles drogas alucinógenas que de seguro se convirtieron en "prácticas de apoyo" militar, para aumentar el valor y llevar a los soldados a luchar con más fuerza y sin temor (y quizás, sin mucho dolor).

AL LADO: Perseo mata a Medusa ayudado por Atenea y guiado con el reflejo de su escudo. Grabado del precioso libro "El templo de las Musas" (publicado por primera vez en Amsterdam 1655), en edición de Ma.Luisa Roquero -Madrid 1990-. En el dibujo podemos observar que la identificación entre Perseo y Heracles es absoluta; tanta que al bajarse el héroe en el território de los confines del Mundo (lo que se supone era reino de Tartessos) se encuentra frente a los atributos de los trés últimos trabajos del tebano. De tal manera, a la derecha podemos ver todos los símbolos de estos trabajos de Hércules: Los bueyes del rey Gerión, y sobre este -en el árbol- el dragón Ladón (que bien pudiera ser el Cancerbero) cuidando de las manzanas de las Hespérides. Como hombres cultos que eran quienes diseñaron este grabado, identificaron a su vez a Perseo con Jasón y así representaron las manzanas por un carnero -de oro- sobre un árbol (igual al vellocino). Ello porque en griego "oveja" y "manzana" se dice "melon" (), de lo que la manzana de oro y el vellocino de oro tiene un mismo significado (algo que supieron bien quienes dibujaron la imagen que analizamos). Una interpretación de estos mitos unificados debido a la gran cultura mitológica que en el siglo XVII había, gracias a la que supieron que los ciclos de Perseo y Heracles eran iguales, tanto como ambos se identificaban con el de Jasón, el héroe que llegó hasta la Cólquida en la búsqueda del carnero de oro. Un cordero áureo que simbolizaba lo mismo que las manzanas de oro de las Hespérides: Los talentos o lingotes de metales preciosos que había en la Cólquida (Cáucaso) y en Iberia (Tartessos); lingotes que se fundían como ya vimos en forma de piel de toro, lo que les pudo dar ese nombre de "vellocino de oro", pieles áureas o cabezas de ganado de metal precioso. Talentos de oro, "manzanas áureas" o "vellocinos de metal preciado", de cuyo recuerdo y leyenda creemos que nacen los pectorales del tesoro de El Carambolo, que guardan precisamente esta forma: La del "keftiu" o lingote antiguo.
ABAJO: Cabeza de Gorgona en cerámica, fechada sobre el 480 a.C., procedente de Siracusa -pieza perteneciente a al Museo Arqueológico Nacional de Siracusa, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Esta cabeza de Medusa decoraba un techo funerario, puesto que como ya dijimos entre las funciones más comunes de uso en la imagen gorgonea era hacerlo con fines bélicos y funerarios (no tanto como un talismán apotropaico). Pese a ello, es posible que los amuletos de bronce hechos en aros con forma de conchas (que anteriormente vimos) sean igualmente cabezas de esta diosa.


Tras haber expuesto y razonado cómo -en nuestra opinión- la imagen de Medusa sobre el escudo de Atenea es claramente "el reflejo" de la manutención (o sustitución) de los ritos y dioses femeninos de la guerra, nacidos y procedentes de las religiones con raices en la Edad del Bronce (las micenias y las minoicas, que dieron origen a Grecia). Creemos que con el fin de comprender plenamente el uso profiláctico de la cabeza de la Gorgona, será muy importante recordar un breve análisis ya escrito por nosotros, sobre el significado de su mito. Una leyenda de la que ya habíamos hablado en nuestras entradas que sobre el Ayuntamiento de Tarazona redactábamos (un año atrás y en el presente blog), donde expusimos algunas teorías acerca de esta mitología occidental. (VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/05/1_30.html) .
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De tal manera decíamos que el "primer héroe heleno (micenio -mejor sería decir-) que llega hasta nuestras tierras fué Perseo. A este se le considera el "antepasado directo de Hércules", tanto en el sentido simbólico de su leyenda, como en el familiar (el abuelo de Heracles era Perses y el padre de este, es Perseo). Aquel "bisabuelo" del tebano fué también mandado al extremo Occidente del Mediterraneo (nuestras tierras), para regresar a Grecia con la cabeza de La Gorgona (Medusa). Así, ha de trasladarse más allá del Estrecho de Gibraltar (que luego serían Las Columnas de su descendiente, Hércules); allende vivían todos los monstruos marinos" (...) "Aludiendo tanto a las dificultades para cruzar las aguas del Atlántico, como a los habitantes de Iberia y los que con ellos tenían establecido comercio; quienes atacaban las naves de los visitantes con el fin de que nadie llegara a sus costas, ni "abriera" el rico mercado de metales peninsular. Así, monstruosos y terribles seres habitaban tras El Estrecho y horribles eran considerados los reyes y las reinas de las tierras occidentales (las nuestras). Habiendo entre ellos monarcas de tres cabezas (como el posterior Geriones), viviendo allí el dios de los infiernos (Hades) o reinando aquí horribles mujeres (tales como Las Grayas o La Gorgona -Medusa-)".
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Continuábamos exponiendo que: "Con el fin de ´establecerse` en el Occidente y acabar con aquellas dinastías monstruosas (como la de la reina Gorgona), envían a Perseo desde Grecia (Anatolia, más concretamente -ya que su nombre tiene connotaciones con Persia-). Quien debía matar a Medusa sin ser mirado por aquella. Puesto que esta, tenía el poder de convertir en piedra a todo con quien cruzase la vista. Sabido es que hasta nuestras tierras llegó Perseo y poniendo su escudo como espejo, consiguió llegar hasta La Gorgona guiándose por su reflejo; tras lo que pudo cercenarle la cabeza sin tener que mirarla. De la sangre de su cuello -o de aquel cadaver (según las versiones)-, nacieron Pegaso (el caballo alado) y Crisaor (el primer monarca de Iberia). Tras ello recogío la cabeza cortada de Medusa y llegó cerca del palacio de Atlante -en el Atlántico- quien al no darle su hospitalidad, fué convertido en piedra al enseñarle el héroe el rostro de la Gorgona que llevaba guardado en su zurrón. (Heródoto, IX Lib. Historia, Lib. VII, 61 // Pusanias II, 25,7 // Estrabón, Geografía, VIII, 6,11 // Píndaro, Odas píticas, X, 31 // Teogonía de Hesiodo, 276 y ss // Apolonio de Rodas, Argonáutica IV, 1091 // Apolodoro, II, 4,2 // Silio Itálico, I, 660 y ss //Iliada XIV,319 // Ovidio, Metamorfosis, IV, 617 // Higinio, Fábula 63 // Servio a Virgilio, Sobre la Eneida, VII, 372 y 410; VIII, 345 // Plinio, Historia Natural III; 56 // Eurípides, Electra 459 y ss)".
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Tras lo dicho antes, interpretábamos la Gorgona como "la garganta" del Estrecho de Gibraltar (tal como ya hemos explicado) cargada de peligros, a la vez que llegábamos a considerar el tema del espejo relacionado quizás con algún tipo precario de cuadrante o astrolabio para conseguir guiarse en el mar y llegar hasta el Occidente remoto (desde Grecia). Después de esta reflexión seguíamos exponiendo literalmente: "Por su parte, en su significado histórico, creemos poder explicar que `el corte de la cabeza´, se refiere a que los micenios establecen un contacto en nuestras tierras, generando ´una nueva monarquía`, o un sistema social de poder que les seguía; derrotando las antiguas tribus (que hasta su llegada dominarían el Sur Peninsular). Tanto como alude a los medios técnicos y de guerra, por los que los helenos consiguen vencer ´los poderes internos´ que entonces hubiera en Iberia (reyezuelos y tribus que desde El Argar -1700 a.C.- comerciaban sus metales con algunos pioneros que desde oriente se acercaban). De cuanto exponemos, a Perseo lo debemos interpretar como los primeros micenios, venidos desde Anatolia (fronterizos a Persia) y llegados hasta tierras atlánticas del sur de la peninsular para establecer comercio y aportar la primera aculturación de esta zona. Algo de lo que hay testimonio arqueológico, al menos desde el siglo XIV a.C. -veáse el kilis de Mérida, y largo etcétera de objetos micénicos hallados en el Bajo Guadalquivir-".
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Añadiendo sobre el tema del escudo y el espejo esta curiosa apreciación: "Del mismo modo, aquel Atlante petrificado por el rostro de Medusa (del que nos habla el mito), sin duda alguna alude no solo al monte Atlas, del que se diría, fué un dios castigado a soportar la bóveda celeste. Sinó a los conocimientos geográficos de los helenos, sabiendo que el promontorio final del extermo occidente eran esas montañas del Atlas... . Igualmente creemos que también se refiere al medio por el cual los micenios (Perseo) navegaban y llegaban "al Océanos", atravesando el Estrecho en el siglo XIV a.C.. De tal manera, al leer el mito del escudo y la mirada de Medusa, ya hemos dicho como creemos que todo ello nos recuerda quizás que sus marineros se orientasen valiéndose de espejos para estudiar el cielo. Puesto que la leyenda narra como Atlas fué el inventor de la Astronomía, lo que relaciona el monte final del Mundo (conocido) y el estudio de los astros y de la geografía (imprescindibles para la orientación en el desierto y la mar). Idea "del espejo y la astronomía", que puede entenderse por un hecho que repetidamente hemos expuesto, como era el medio más sencillo para estudiar el Cosmos, en la Antigüedad: Trazando en los estanques (oasis) unas coordenadas con cuerdas dispuesta en damero sobre el agua, donde noche tras noche se debería observar el cambio de las estrellas. Con ello, en apenas unos años y pasando a mapa aquellas posiciones obtenidas en el reflejo de las aguas, podríamos guiarnos con gran precisión en el desierto y en los mares".
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Seguía la entrada comentando algunos puntos que recogemos por su interés como son estos: "Para finalizar el mito de Perseo y su relación con Heracles, recordaremos como este viaja igual que el bisnieto hasta los confines del Mundo (conocido) y lucha contra sus terribles reyes a los que vence; llevando a Grecia de regreso, el maravilloso presente de su cabeza, para los monarcas micenios. Pero además, al cortar la cabeza de la Gorgona, nacen de su cuerpo: Pegaso y Crisaor. Siendo el uno, el caballo alado y el segundo, el primer gobernante de Iberia conocido por la mitología griega. En cuanto al "equino con alas", fácil es de entender su significado sabiéndose que los caballos Ibéricos se tenían por los más rápidos del Mediterraneo. Concretamente los textos clásicos se refieren a los nacidos en las cercanías del "Hieron Akroteión"; es decir: En el Algarve y sur de Portugal (donde los griegos y romanos aseguraban que las yeguas eran fecundadas por el viento) (sobre este tema, recomendamos el artículo de la profesora Alicia Ma. Cantó, "Las yeguas fecundadas por el viento". Ed. Historia de Iberia 01; Madrid 2005, que narra como Homero, Lactancio, Plinio el Viejo y hasta San Agustín, explican que los caballos del sur hispano eran tenidos por los más veloces y sus eran yeguas fecundadas por Céfiro-Eolo).
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Sobre el significado del segundo personaje, nacido del cuello de la Gorgona (Crisaor) ello es de suma importancia para lo que tratamos, puesto que su nombre deriva de las voces griegas crus-aoros , cuya traducción es: "Espada de oro". Narrando concretamente el mito que surge del cuerpo de Medusa, hecho ya hombre y con una espada en la mano. Teniéndose por el primer rey de Iberia que la mitología menciona y al cual "no quiso contrariar Perseo" (textualmente mencionado así en las fuentes). Por lo que hemos de deducir que la leyenda nos habla del poder que los reyes ibéricos tuvieron tras la llegada de los micenios y al abrir comercio con aquellos. Estableciéndose entonces algún sistema de monarquia basada en el tremendo potencial en minas de bronce y metales preciosos penínsular. Tanto como en la ´alianza` que Perseo (los micenios) establecen con los habitantes del sur prehispano. Por lo que, cuanto analizamos nos hace comprender que el mito de la Gorgona nos relata como, tras conseguir los micenios pasar el Estrecho y llegar a tierras atlánticas (cortar la cabeza de la Gorgona), establecen un mercado permanente con aquellos iberos y surge un sistema nuevo de gobierno en esas zonas meridionales nuestras (algo que hemos dicho, la arqueología manifiesta que ocurre hacia el siglo XIV a.C.).


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De la riqueza en metales que nuestro país tenía entonces, nada tenemos que hablar, pues es sobradamente conocida. Tanto, que Schulten en su libro Hispania, comienza su capítulo dedicado a la minería en la Península Ibérica con la palabras: "Como nigún otro país, era España rico en metales...". Tras ello enumera este tremendo potencial en minas de oro, plata, bronce y mercurio; que en la Antigüedad hispana era el mayor de todas las tierras del Mediterraneo juntas ( Hispania, Adolf Schulten; ed. Renacimiento, Madrid 2004, pag. 116 y ss.). Siendo aquello en lo que estriba la misión verdadera que a Perseo le "encargan", consistente en pactar con los iberos e imponer allí una dinastía amiga (la de Crisaor que nace al llegar el héroe griego). Unos reyes de los metales con los que los micenios comerciarían de continuo, y a quienes les comprarían sus espadas de valor incalculable (Crisaor = "el de la espada de oro"); tanto como caballos de una velocidad desconocida en todo el Mediterraneo (Pegaso). Siendo esta dinastía que comienza a nacer con la aparición de los micenios en el Sur Penínsular, la "pretartessia"; quienes luego tras la venida de los Jonios en el siglo VII a.C., se llamarían de un modo muy parecido a Crisaor: Arganthonios (cuyo significado es "El rey de la plata", muy cercano al de "espada de oro").
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Terminando con las siguientes frases: "De todo ello, y de la colonización y dominio de los griegos en estas zonas ibéricas o de la Cólquida, ricas en minas -donde sus habitantes hubieron de ser feroces como guerreros y como personas-; es de lo que nos hablan los mitos de Perseo, Jasón y Heracles. Siendo el de Jasón, en el que quizás más claramente vemos la alusión a la conquista de los metales por los micenios". Ideas y teorías propias que hemos recordado brevemente y tras ya estamos en condiciones de entrar en profundidad en el anáilisis del simbolismo y propiedades apotropaicas de la Gorgona.
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BAJO ESTAS LINEAS: Arte corintio, obra perteneciente al Museo de Corfú (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Frontal del templo de Artemis fechado hacia el 590 a.C.; representa a la Gorgona de un modo arcaico, mienstras a su lado nacen el caballo alado Pegaso y Crisaor, el primer monarca de Iberia (conocido por los griegos).












jueves, 24 de mayo de 2012

EL PODER DE LA MIRADA Y SU RELACIÓN CON EL ARMAMENTO EN LA ANTIGÜEDAD -colgantes y abalorios que evitaban los venablos- (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LI).


Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Retrato al oleo de Richard Payne Knight realizado por Thomas Lawrence hacia 1810 -en propiedad, colección desconocida (probablemente cercana a Downton Castel, antigua mansión del retratado)-. Richard Payne, es un ejemplo claro del ilustrado inglés: Hombre de enorme cultura, amante de las artes y personaje de la política, influyó en el buen gusto de las élites europeas y promovió el estudio de la arqueología y la creación de colecciones abiertas al público. Hijo de un clérigo y perteneciente a una familia de gran preparación, gracias a su exquisita y cultivada educación hoy podemos en gran parte disfrutar de uno de los museos más maravillosos del Planeta: El British. Protector y benefactor de aquella institución a la que regaló casi la totalidad de su colección; tanto como infinidad de horas de estudio (esfuerzo, trabajo e influencias) para que llegara a culminar el proyecto de creación del museo. Fué también Richard Payne Knight un divertido teórico de la arqueología y el verdadero iniciador de los estudios "ilustrados" sobre el culto al falo y su relación con el Mal de Ojo.


AL LADO y ABAJO: Estado actual del Castillo de Downton, hogar y mansión de Richard Payne Knight, donde atesoró su maravillosa colección de arqueologúa, que finalmente donó al British Museum. En esta residencia que había comprado su familia casi cien años antes y que él recostruye con los más curiosos gustos de la época; Payne Knight también realizó diferentes "experimentos artísiticos" -entre otros de paisajismo (arte al que igualmente era aficionado)-. Esteta entre los más sofisticados y maravilloso hombre de Estado, que deseaba llevar la cultura y el refinamiento a todos; llegó a escribir este erudito inglés hasta un tratado sobre los sabores y su efecto sobre el espíritu. Bajo estas lineas: Grabado del castillo de Downton publicado por John Preston Neale, de mano de varios artistas; editado en los años 1812 y 1825, cuando aún vivía en esta mansión Knight (interesados ver: Antique prints Herefordshire)




JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Otro grabado de Donwnton, este realizado por Alexander Francis Lydon y publicado en 1884 (Francis Orpen Morris's, A Series of Picturesque Views of Seats of the Noblemen & Gentlemen of Great Britain and Ireland Mounted...) -interesados ver: Antique prints Herefordshire- . Abajo: Retrato en mármol de Richard Payne Knight, obra de John Bacon (el jóven) y que conserva el British Museum en memoria de su benefactor -institución a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En la entrada de hoy trataremos sobre este autor, político y mecenas de las artes inglés; al que muchos denominan "diletante", aunque en verdad fué prototipo y producto del hombre culto en una de las más grandes civilizaciones y épocas que tuvo Europa (la inglesa del siglo XIX). 




Continuamos nuestro estudio sobre el significado de las joyas, su simbolismo y los usos apotropáicos en la Antigüedad, comentando de nuevo algunos aspectos sobre la tesis doctoral que recientemente publicó la Universidad Complutense en 2010. Obra firmada por Antón Alvar Nuño y titulada: "EL MAL DE OJO EN EL OCCIDENTE ROMANO....". Tal como expresábamos unas entradas antes de la presente y sin desear quitar mérito a tan extenso trabajo, habíamos echado en falta en todo aquel varias menciones a investigadores cruciales sobre ese tema de Aojo. Refieriéndonos sin duda y en primer lugar a Richard Payne Kinght, al que Alvar Nuño excluye (u olvida), quizás debido a la juventud del profesor de la Carlos III; puesto que hoy, los hombres del siglo XIX dejaron de ser ya un ejemplo que los mayores debieran enseñar como modelo a seguir a las nuevas generaciones... . De tal modo, en el capítulo de la mencionada tesis sobre los libros que trataron acerca del Mal de Ojo durante El siglo de las Luces. El mencionado autor nos presenta tan solo como iniciadores de los estudios, al movimiento italiano que escribió a fines del XVIII sobre esta extraña superchería (basada en la mirada). Destacando como primer ilustrado que la descubre, publicando un tratado del "mal de occhio" al estudioso Velleta; escribiendo Alvar Nuño textualmente sobre ello: "en 1787 se publica en Nápoles una pequeña obra de un tal Nicola Valletta, de no más de 100 páginas, titulada Cicalata sul fascino, volgarmente detto jettatura ". Tras ello la tesis d la que hablamos, expone que aquel autor es el verdadero "creador" de los nuevos estudios sobre el tema (denominado en Italia Jettatura), que tras La Ilustración toman un nuevo curso, aunando los cultos priápicos y los símbolos venéreos a los del Mal de Ojo.
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Finaliza Alvar Nuño el mencionado capítulo entorno a los tratadistas del Aojo durante el siglo XVIII, citando otros nombres (todos italianos), diciendo textualmente: "después de la publicación de la Cicalata, en el año 1788, salía a la luz otra obra escrita por Leonardo Marugi, también representante de la alta cultura napolitana (médico, matemático, editor de la obra de Locke...). No difiere mucho con respecto a la obra de su predecesor. (...) Otro ejemplo no menos burlesco es la obra de Antonio Schioppa, Antidoto al fascino detto volgarmente jettatura, publicado unos 40 años despues de la Cicalata de Valletta". Afirmando así definitivamente esta tesis recientemente publicada, que quienes inician un estudio "actualizado" sobre el Mal de Ojo fueron principalmente los ilustrados italianos y los personajes de los círculos aristocráticos cercanos a Nápoles. A quienes debemos las "nuevas teorías" sobre el Aojamiento desde el Mundo Antiguo durante el Siglo de las Luces, época en la que -como dijimos- unieron las supersticiones greco-romanas acerca del Mal Fario junto a los ritos de Príapo, del Falo o a las ceremonias dionisiacas.
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Sin ánimo de restar méritos a la extensa y documentada obra que comentamos de Alvar Nuño, hay que exponer en todo ello algo que consideramos crucial, tal como es la exención figura de Richard Payne Knight. Hombre de Estado y de letras, diputado en la Cámara de los Comunes por del Partido Liberal; gran coleccionista, beneficiario y uno de los impulsores del mayor y mejor museo de arqueología del Mundo (el British). Quien desde al menos 1780 comenzó sus estudios sobre el culto al falo y su relación con el "mal de Occhio" - tal como entonces denominaban los ingleses al "Evil eye" (al menos quienes trabajaban en las antigüedades de Nápoles)-. La fecha anteriormene dada en la que inciaría Payne Kight sus investigaciones acerca del Mal de Ojo (1780) la conocemos gracias a una carta escrita por Sir William Hamilton -ministro del reino inglés- en la que este le expone diversas circunstancias sobre las piezas halladas en Isernia. Relatando en aquella los múltiples "fetiches" estatuas y amuletos con representaciones priápicas que van apareciendo entre las ruinas cercanas a la antigua ciudad de Cumas (misiva que se publica como prólogo del libro de Knight, con el fin de conocer el modo en que este autor fue generando sus teorías e investigaciones arqueológicas).
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Todo ello, nos lleva a deducir que antes de 1784 y previamente a ser elegido por segunda vez diputado, tenía Richard Payne Kight terminada su obra titulada  The Worship of Priapus (traducida al español como El Culto a Príapo). Estudio que se sabe preparó durante sus repetidas visitas a Nápoles, donde investigaba sobre los importantísimos yacimientos italianos (entonces en excavación), que visitó continuadamente desde casi un decenio antes -cuando contaba con algo más de veinticinco años, debido a que nace en 1750-. Finalmente, El Culto a Príapo será por primera vez impresa en 1776 y curiosamente desde 1777 en Italia se suceden numerosos estudios y trabajos de eruditos sobre el mismo tema (claramente inspirados en el anterior), entre los que destaca el antes mencionado de Nicola Valetta y que muchos consideran el primer análisis ilustrado sobre el Mal de Ojo.
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Por todo cuanto narramos, en ello deseamos destacar principalmente que el inciador de aquella "nueva idea" sobre el Aojo en el Siglo de las Luces hubo de ser este inglés, que amaba a Italia y a Roma casi tanto como a su tierra -lo cual ya era mucho, pues como ya sabemos, a su país donó una de las mayores colecciones de arqueología de propiedad privada habida en la Historia-. En lo que se refiere a sus investigaciones sobre los cultos fálicos y sus relación con el "Mal Fario", nos ha llegado la totalidad de la primera obra -ya mencionada: The Worship of Priapus- pese a que su segunda parte, mucho más extensa e interesante sufrió la pérdida de varios capítulos y láminas. Este es el "ENSAYO SOBRE EL CULTO DE LOS PODERES GENERADORES EN LA EDAD MEDIA", que como decimos sufrió "amputaciones" y hasta la destrucción de capítulos completos en su original. Ello, probablemente debido a que estos mencionados estudios sobre sexualidad y la religión le granjeó la enemistad del clero de su época. Tanto que fue denostado y muy vapuleado por aquellos que pertenecieron a la misma profesión que su padre (y gran parte de su familia). Pese a que se supone este como el "posible origen" de la pérdida o desaparición de parte de sus obras, no podemos aseverar que ello fuera así; de lo que lo único que puede asegurarse es que aquel ensayo sobre el culto a la sexualidad en la Edad Media está tristemente inclompleto (en sus láminas y en sus textos).


AL LADO: Dos higas que exhibía la exposición "EL CUERPO EN LA TRADICIÓN" de la Fundación Joaquín Díaz (Urueña) y que se contienen en la página 168 del libro de igual nombre (editado por la Fundación Joaquín Díaz, en Valladolid 2007). En la imágen superior podemos ver la mano tallada sobre azabache y con figuras solares y astrales que finalmente terminan como una cruz "patada" (cruces muy semejantes a las medievales de Órden y que termina sus extremos en formas abocinadas -patada-). La de abajo se trata de una higa muy tosca, hecha en hueso y que procede de Salamanca; siendo ambas probablemente de los siglos XVIII o XIX. Al ir a Urueña a ver aquella exposición -en el mes de Julio de 2007- comenté al director de la Fundación (Joaquín Díaz) la existencia de un estudio mío escrito hacia 1989 y que trataba sobre la higa en la Antigüedad. Trabajo que evidentemente realicé a la sombra -o bajo la inspiración- de los que en los años ochenta aparecieron; sobre todo siguiendo el ya mencionado y reeditado en 1980 de Payne Knight (El Culto a Príapo), junto al recientemente aparecido entonces de Catherine Johns (publicado por el British en 1982). Dos meses después de hablar con el director de la Fundación de Urueña decidieron que lo escrito por mí podría tener interés para ilustrar el libro de aquella exposición; algo que siempre agradeceré a Joaquín Diaz, pues de lo contrario el estudio estaría todavía en un cajón.
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ABAJO: Falo e higa en bronce de época romana perteneciente al Museo Arqueológico de León (al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Como narramos en el presente artículo, durante los años ochenta (hace ya unas tres décadas), tras la reedición de la obra de Payne Knight y la divulgación de los estudios de Catherine Johns por medio de British, pudimos estudiar y conocimos por primera vez -sin tapujos ni tabues- la Sociedad romana y sus rituales más extraños (por no decir obscenos). Debido a ello y viendo cuanto de divertido se escondía tras la arqueología al igual que conociendo lo absolutamente escandaloso que la vida cotidiana y muchos de los ritos o fiestas religiosas de Grecia y Roma contenían. Los jóvenes -que en esos días teníamos apenas veinte años- nos aficionamos aún más a la Historia (por lo "lúdico" e "interesante" de su estudio así orientado). Pudiera decirse que fue por aquel entonces cuando en parte, la arqueología superó la fase "freudiana" llamada "anal", para pasar al mundo o "etapa oral". Todo ello dicho en un tono irónico y referido a que en esos años ochenta y por primera vez en la Hitoria, las universidades, los museos y simposiums; exponían, trataban y hablaban abiertamenete de temas que hasta entonces habían permanecido prohibidos. Cuanto narramos generó una "gran afición" al mundo romano... . Quizás de un modo similar a lo que consiguió y obró Don Camilo José Cela con su Diccionario Secreto; que no solo llegó a divertirnos, sino que además logró acercarnos a todos a la lectura de diccionarios -hasta incluso aficionarnos a algo tan teóricamente aburrido como es (en principio) la filología-.


Continuando con Knight y para terminar expondremos que aquel es el ejemplo del hombre ilustrado de las élites inglesas. Algo que casi no se ha podido dar en nuestro país desde el siglo XVI debido a la ferrea censura sufrida después. Porque para que las clases altas se conviertan en élites y no en grupos oligárquicos, se precisa fundamentalmente que sean muy cultas. Cultura que ha de adquirirse por medio de una educación amplia, abierta y liberal, carente de censuras ni prejuicios. Haciéndose imprescindible para las clases más adineradas de los paises tener grandes conocimientos, puesto que de lo contrario, al verse "amenazados" por los que desde situaciones más humildes "ascienden socialmente" (al se más inteligentes o preparados); estos pronto formarán grupos de presión oligárquicos con tendencias autoritarias para impedir la permeabilidad social. Generándose entonces una Sociedad impermeable en su cúspide, que es como un cartucho de dinamita cargado y puesto al Sol (dónde la única forma de parar las guerras se logra por medio de autócratas). Siendo en nuestra opinión el único remedio para no llegar a estas situaciones -ni Sociedades Cerradas- educar unas clases altas cultísimas, muy preparadas y dedicadas a las artes y la diletancia (como surgieron en el Renacimiento o la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX). Ello con el fin de que el mundo interior de los que las componen les permita y obligue dejar paso al que merece estar por encima de aquellos (por méritos y por inteligencia). Sabiendo estos -gracias a sus conocimientos-, quienes valen más y careciendo de dudas si llega la hora de ocupar un lugar diferente al privilegiado en el que nacieron (dándo así paso a nuevas gentes y nuevas generaciones).
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Tras esta disertación sobre la importancia del "diletante" entre las clases adineradas (algo que tristemente se ha perdido y que puede estar llevando a Mundo a un cierto "estado de inseguridad"), regresamos al protagonista de estas lineas, que era el autor de los primeros estudios ilustrados sobre el culto al falo: Nunca sabremos si el bueno de Richard Payne Knight comenzó sus estudios sobre el Mal de Ojo habida cuenta de un defecto físico que claramente le aquejaba. Nos referimos al estrabismo que creemos le hace posar comunmente girado y que en casi todos sus retratos se puede observar -viéndose como en los lienzos mira de lado, intentado seguramente tapar algo que nos parece una acusada bizquera-. No nos extrañaría que así fuese y que ello desde niño le llevó a preocuparse por lo que se relacionaba con la falta de un ojo, la mala mirada y el poder de las pupilas (el Aojo). Sea como fuere, en verdad debió pensar que aquellas investigaciones -que posiblemente inicia debido a su defecto físico-, también le llevaron a caer un "cierto Mal Fario" al granjearle la enemistad del clero (clase social de la que procedía). Y aunque parte de sus estudios se perdieron, el hecho cierto es que Payne es el primero que relaciona los cultos priápicos con el Mal de Ojo, uniendo a su vez todo ello con los ritos de fertilidad que hasta la Edad Media (e incluso hasta sus días) se conservaban. Actuando bajo el análisis de un verdadero etnógrafo y arqueólogo, que conjunta los conocimientos con los hallazgos y todo con una gran imaginación con la que logra combinar y relacionar algunos objetos y ritos muy antiguos y los que todavía pervivían en su época (siendo muy meritorio el análisis que realiza sobre los cultos de fertilidad y de adoración al falo durante la Edad Media).
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Nos referíamos a la posibilidad de que Payne Kinght se aficionara a investigar sobre el Mal de Ojo debido a un defecto en la vista, porque hecho cierto es que todos los que iniciamos un estudio de un modo vocacional, siempre escondemos una motivación muy personal para haberlo comenzado. En mi caso fueron múltiples las razones que me hicieron interesarme por el Mal de Ojo, pero sobre todo tres de ellas resultaron cruciales para despertar mi interés. La primera, era intentar saber hasta qué punto la envidia de los que a uno le rodean puede afectarnos psíquica y animicamente, llegando quizás hasta a destruirnos  -tan solo debido a la actitud que aquellos de alrededor toman (sin precisar para conseguir dañarnos hacer nada más que eso: Envidiarnos)-. La segunda fue el hecho de encontrarme en Japón con esculturas y exvotos similares a los priápicos, estando aquellos aún entonces muy en uso entre los nippones (algo que ocurría hace casi treinta años, puesto que hoy ya no se ven tanto estas imágenes de grandes falos). Por último mi interés sobre el Mal de Ojo se despertó especialmente al leer a Payne Knight hacia 1983 -cuado yo tenía unos veintidós años- y ver que aquel hombre (dos siglos atrás) unía ya los amuletos de Extremo Oriente con los de Occidente, los de los zíngaros con los de Roma, tanto como los ritos de Grecia o los de Egipto, con los de Asia (muchos de los que había visto aún pervivían en ese Continente).
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Todo ello, unido a la "moda" que -como decimos- en los años ochenta surgió sobre el tema del Aojo y los cultos priápicos, me hizo adentrarme en ello a la edad de los veinte a los treinta años. Algo que especialmente sucedió cuando el British Museum -junto a diversas instituciones inglesas-, reeditaron aquel libro con el fin de celebrar el doscientos aniversario de la publicación de "El Culto a Príapo"; divulgando por toda Europa la figura del benefactor del Museo Británico. Siendo estos "años ochenta" los mismos en los que Catherine Johns escribió su famoso libro "SEX OR SIMBOL?..." (que publicó en 1982 la fundación del museo londinense) y donde se recogió una gran documentación sobre los cultos sexuales, explicando sus razones y rituales. Evidentemente, hoy este centenar de imágenes que recoge Catherine Johns en su obra poco o muy poco tendrían de novedosas -aunque hemos de decir que continúa reeditándose-. Pero entonces (hace tres décadas), aquello no solo era escandaloso y divertido, sinó que por primera vez explicaba lo que había sido gran parte de la religión greco-romana. Puesto que si de los cultos romanos y de Grecia excluimos los priápicos y dionisiacos (los de las bacantes, los de Hermes o incluso los referidos al Mal de Ojo); nada o muy poco de aquella extraña y orientalizante sociedad grecorromana podríamos entender.
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Así pués, gracias a la influencia de los estudios que divulgaron de Payne Knight y al posterior libro de Catherine Johns que editó el British, muchos jóvenes a los que nos divertía la arqueología nos interesamos aún más por el tema. Chicos que por lo curioso de todo ello, asistíamos en esos días con gran interés a las muchas exposiciones relacionadas con Knigth y su mundillo. Eventos que desde la publicación de su obra comenzaron a hacerse por toda Europa, entendiéndose a través de ello cuánto de arqueología había hasta en las teorías de Freud (que contenía más secretos de Mundo Antiguo de lo que nadie pudiera imaginar). Tras lo que narramos, sucedió que muchos museos e instituciones comenzaron a dar a conocer una enorme cantidad de objetos en bronce y cerámica obscenos, que habían estado ocultos o si exponer (por cosiderarse inexplicables o simplemente "guarrerías"). La aparición de enseres novedosos y de teorías nuevas sobre aquellos, en ocasiones no solo provocaba la risa de quienes íbamos a verlos, sinó que a su vez nos hacía sentír una enorme extrañeza por el significado de muchas piezas que haste entonces estuvo por descifrar (esculturas, exvotos y objetos que increiblemente tenían a veces paralelismos muy similares en Asia). Tanto fue así que desde 1987 preparé un verdadero estudio sobre todo aquello relacionando el Mal de Ojo con la oftalmología y las enfermedades venéreas (que provocan graves afecciones oculares); trabajo que terminé uno o dos años después y que -como muchos otros de los que escribo-, quedó en un cajón guardado.
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No sería hasta casi veinte años después, cuando decidieron que aquello investigado por mí dos décadas antes podía ser útil. Algo que sucedió por casualidad un mes de julio de 2007, mientras visitaba la exposición "EL CUERPO EN LA TRADICIÓN" en Urueña y hablando con Joaquín Díaz. Quien tras enseñarme una de las vitrinas donde se exhibían dos higas, escuchó la explicación que le daba yo sobre el uso y significado de esta mano cerrada sacando el dedo (relacionando el aojo con las oftalmias). Después de ello, le comenté que tenía guardado desde los años ochenta un estudio sobre el Mal de Ojo, por el que se interesó. Tanto fue así que me pidió se lo prepararse, dándole alguna forma relacionada con la exposición y que lo corrigiera y se lo hiciera llegar en un par de meses. A fines de septiembre de 2007 le hice entrega del mismo, estudio que publicó la Fundación Joaquín Díaz en el libro EL CUERPO EN LA TRADICIÓN bajo el título "Higa, higo hígado y aojo: Magia religión y medicina".
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Cuanto antes íbamos relatando lo narrábamos habida cuenta de que nos había extrañado que el tan documentado Alvar Nuño no hubiera incluido en su extensa tesis numerosos estudios sobre el Mal de Ojo, publicados en nuestras tierras en fechas muy cercanas -y anteriores- al suyo. Aunque evidentemente no nos parece raro que pueda excluir del mío (habida cuenta de que no se encuentra en la "órbita universitaria"); sí nos llama poderosamente la atención que queden fuera de su tesis los de las cátedras de etnografía de Castilla y León (donde proliferan los análisis sobre el Aojo). Especialmente, que excluya del trabajo investigaciones sobre folklorismo referido a este tema como las de Alonso Ponga (de la Universidad de Valladolid) o las de Juan Francisco Blanco (de Salamanca, cuyo libro "Brujería y otros oficios" dedica un capítulo entero al Mal de Ojo) -tanto como otro centenar de obras entre las que pueden destacar las de M.E. Rubio Gago o las de F.C. Rual Alter-. Pareciendo igualmente extraño que cuando habla de los últimos estudios sobre el Mal de Ojo, tan solo mencione las publicaciones de un par de autores, en los últimos años en España (Vazquez Hoys y del Hoyo Calleja; sobre los que más tarde hablaremos). Por todo ello, incluiremos en esta entrada la referencia al menos a dos importantes libros que tratan del Aojo y la sexualidad en la Antigüedad, que fueron publicados en los años precedentes muy cercanos a la redacción de la tesis que analizamos (que no se encuentran tampoco entre los de su bibliografía).


AL LADO: Portada del libro "LA IMAGEN DEL SEXO EN LA ANTIGÜEDAD" coordinado por Sebastián Celestino Pérez y editado por Tusquets en 2007. Con capítulos redactados por varios autores, trata los diferentes aspectos de la sexualidad en el Mundo Antiguo. Analizando en alguno de sus estudios la relación entre este y el Mal de Ojo, se refieren a este aspecto de "lo venéreo" el capítulo IX (de Carmen Sánchez: "Imagen del sexo en la Grecia Antigua); el X ("Restricciones sexuales en los cultos mistéricos" escrito por Jaime Alvar, Elena Muñiz y Teresa de la Vega); tanto como el XII ("Imágenes del sexo a través de Pompeya", redactado por Antonio Varrone).
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ABAJO: Otro de los ejemplares que trata sobre el interesante tema de la sexualidad en la Antigüedad; obra publicada en 1998 en Francia y que editó Akal en nuestro país en el 2003 (debida a los profesores Veyne, Lissarrage y Frontisi-Ducroux). En "LOS MISTERIOS DEL GINECEO" igualmente tratan sobre del Mal de Ojo y su relación con el sexo, el Capítulo I -de Paul Veyne (pag. 85 y ss.)-; tanto como en el III, escrito por Francoise Frontisi-Ducroux, intitulado "Sexo de la mirada".
 


Tras la extensa y dilatada disertación anterior, deseamos entrar un poco en el tema; analítica que realmente se relaciona con la tesis que comentamos de Alvar Nuño, habida cuenta de que ella nos ha llevado hasta algunas obras que también desconocíamos. Estas son concretamente los trabajos ya referidos de Ana Ma. Vazquez Hoys y J. Calleja del Hoyo, quienes desde 1990 analizaron en diferentes estudios el Mal de Ojo, aunque lo orientaron principamnete hacia la figura de la Gorgona. Como decimos, desconocíamos la existencia de aquellos puesto que cuando estudiábamos este tema (en los años ochenta) aún no existían. Y aunque pudimos subsanar el hecho  aposteriori (en el 2007), cuando me pidieron corregir y darle forma al trabajo redactado veinte años antes; en esos días no tuve tiempo de contrastarlo mucho ni de ver o estudiar si había nuevas publicaciones que tuvieran paralelismos con lo escrito por mí. Siendo así y sin haber citado a Vazquez Hoys en mis referencias al Mal de Ojo, puede pensarse que he deseado ignorarla; más aún fundamentalmente porque con esta profesora tristemente tuve un desagradable "rifirrafe" a causa de que ella negaba Tartessos y hasta los Pueblos del Mar... (llegando a actuar yo de un modo un tanto incorrecto al intentar demostrar a una profesora su falta de conocimientos en el tema -algo por lo que que ya le pedí disculpas en su día-).
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Por cuanto decimos, al leer hace poco la tesis que remite los estudios de Ana Ma. Vázquez Hoys y J. Calleja del Hoyo sobre la Gorgona y el Mal de Ojo, nos hemos dado cuenta como hay coincidencias entre estos y mi trabajo sobre el Aojo. Algo normal, puesto que al escribir de un mismo tema lógicamente han de existir múltiples aspectos que en común se traten. Sea como fuere, nuestras fuentes y teorías -aún diciendo a veces lo mismo-, parecen ser muy diferentes; puesto que yo acudo y me refiero de continuo al mencionado libro de Payne Knight, tanto como a los de Catherine Johns (que Vazquez Hoys y Calleja del Hoyo apenas mencionan ni citan). De ello, cuanto he desarrollado desde datos arqueológicos sobre el Mal de Ojo para comenzar, se basó y están referidos a los estudios del inglés -que hace doscientos años escribió sobre el culto a Príapo y los ritos de la Edad Media-; tanto como muchos otros partieron de los que se hallaban en los libros de Catherine Johns  -en especial en "Sex or Simbol?..." (editado en 1982 por el British, como ya hemos repetido)-.
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En entradas posteriores trataremos acerca de los ensayos sobre la Gorgona y el Mal de Ojo, escritos por Vazquez Hoys y Calleja del Hoyo (publicados desde 1990); pero hoy queremos explicar lo que sobre el mismo tema hemos escrito. Para quienes puedan pensar que es un hecho "extraño" cómo sin conocer los estudios de Vázquez Hoys me he "aventurado" a estudiar la Gorgona y el Mal de ojo comparativamente. Diremos que este es un tema que ya trató Richard Payne en su libro (hace más de doscientos años); tanto como Catherine Johns en 1982 dedicó un capítulo entero de "Sex or Simbol?..." a la fealdad y los rostros horribles (las márcaras de teatro y de Gorgoneias) que se usaban con cáracter apotropaico en la Antigüedad. Referido a ello, concretamente dice Knight: "la Egida o Corazón de las víboras y la cabeza de Medusa son como lo hace observar el doctor Túkeley una variante griega para representar el disco alado unido a las serpientes (...) La rabia o violencia expresada por Medusa es el atributo destructor unido al generador, bajo la dirección de Minerva, la Sabiduría. Yo pienso que los anchos anillos a los que están atados las pequeñas figuritas de Príapo, significa lo mismo que el disco".
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Esa la última observación pretende unir no solo la sierpe al falo (como evidente sucedía en Grecia y Roma) sinó también las asas redondas y grandes con las que se colgaban los amuletos del pene erecto -la higa priápica de Mutunus Tutunus- a la cabeza de la Gorgona. Una Medusa que para el autor inglés se interpreta como el disco del Sol rodeado de sierpes, protector de los males del hombre y plenamente relacionado con las figuras de Príapo (luciendo el dios del sexo los falos serpentinos junto al vello puber; mientras Medusa porta sobre su cara las culebras de su terrible pelo). La frase antes recogida de Kinght es de "El Culto a Príapo", en su traducción española (edición de 1980, Publicaciones Trescatorcesiete; página 81). Obra en la que igualmente podemos leer como este autor relacionó el falo y al Aojo, junto a los poderes del Sol y de la luz asimilando estos a los cabellos rizados de la Gorgona (página 75). Libro e ideas en el que cual hemos inspirado parte de nuestros estudios sobre el Mal de Ojo y en el que entre otras cosas podemos hallar también referencias a los ritos del falo y al Aojo en Japón y en Egipto (pag. 116); o la descripción y explicación de Shela-Na-Gig como una "diosa" y "amuleto" sexual de caracter triangular, conformada por tres nudos (pags. de la 114 a la 119).

AL LADO:
Torso imperial romano con armadura hallado en el teatro de Mérida; propiedad del Museo Romano de esta ciudad, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen. Observemos en la parte alta de la coraza una Medusa repujada sobre el metal -o bien colgada como faleria o bulla-; llevando en el centro labrada una Minerva en actitud de lanzar. Ya dijimos que las falerias (phellerae) en un principio debieron ser discos de metal que se situaban sobre los petos de cuero, en épocas en las que aún no se podían proteger el cuerpo con corazas. Más tarde (en tiempos de Tarquino), tras la aparición de las cotas de malla y de las armaduras romanas metálicas, aquellos discos protectores que antes daban la suerte -al impedir que los atravesaran los venablos-, se convirtieron en medallas militares. Galardones "faleriae" que se colgaban a modo de insignias en el peto de la armadura. Igualmente de la bulla protectora común, apareció otra bulla militar, que también consistía en una condecoración bélica y se lucía pendida del pecho. La gran mayoría de estas medallas tenían además del carácter militar un sentido apotropaico, por lo que llevaban labradas la cabeza de Medusa (o en su caso la de Océanos, Júpiter y las de seres monstruosos y temidos).
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ABAJO: Frente del Museo Romano de Mérida donde se presentan tres paneles clípeos procedentes del Foro común (o provincial). Podemos ver en la imágen la representación y cómo se situaban las esculturas en ese Foro emeritense, sobre las cuales -tal como dicta la guia del Museo- estaban las figuras apotropáicas. Tres medallones que contenían las cabezas de los dioses temibles y que en este caso son de izquierda a derecha: Zeus Ammón, Medusa y Océanos. Rostros "horribles" cuyo sentido se relaciona claramente con el solar ahuyentador de males, como muy bien advertía ya Payne Knight en el siglo XVIII. Representaciones en discos con un dios que consideramos proceden de aquellos protectores que se situaban sobre las corazas (o petos), para evitar que los venablos las traspasaran -principalmente en épocas antiguas y cuando todavía eran de cuero-.


Pero continuemos con nuestras aportaciones e intrepretaciones al tema de Medusa y el Mal de Ojo -que muy poco o nada tienen que ver con las muchas que hicieron Vázquez Hoys y Calleja del Hoyo-. En referencia a al tema, ya habíamos tratado algunos aspectos en una entrada de este blog, con fecha de 25 de septiembre 2011 y que podemos consultar en
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7-8.html . En ella exponíamos nuestra teoría acerca de que tales Medusas que colgaban los militares romanos a modo de medallas o falerias en sus corazas procedían del culto a la suerte en la guerra. Fortuna que todo soldado conocía, ya que de ella dependía en gran parte su vida; tanto que debieron llamar "phellerae" a esos protectores redondos que asían a sus petos porque dicha voz procede del griego "palos" (), cuya traducción es: "Suerte". Pero a su vez esta misma voz (palos) significa estaca o clavo, tanto como el verbo "palo" () se traduce por lanzar; todo lo que nos lleva a identificar el origen de la palabra "phalerae" con estos motivos y hechos bélicos: La suerte, la lanza y el lanzamiento de venablos.
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En la misma entrada continuábamos diciendo textualmente: "Siendo idea nuestra, que la etimología de Faleria incluso procedería de "phale-ras", voz proviniente de "falo" (en latín); porque posiblemente comenzaron a denominarlas así dado que los militares romanos, además de reforzarse el cuerpo con esas placas de metal, colgaban también innumerables de amuletos en forma de sexo viril de sus uniforme (con en fin de evitar la mala suerte)". Continuando con una rectificación en la que avertíamos: "Pese a que con los días hemos llegado a pensar que quizás no sea este un origen tan probable del nombre de "faleria"; creemos como cierto que las palabras "phallus", "phelerae" (en latín), están plenamente unidas a algunas que indican suerte, competición y lucha. Tanto que de este radical "phall" hemos heredado varios términos que en nuestras lenguas modernas se identifican con el "azar" y "la pugna". En castellano -por ejemplo- se llama "porra" en España, al lo que en Hispano América se denomina "polla", y que significa: Lotería, concurso o premio".
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Más tarde llegábamos a la conclusión de que la voz falo y "falleria" se relacionaban no solo con el griego "palos", puesto que ambos conceptos estaban en unidos mágicamente a través del mundo bélico. De tal manera atestiguábamos que: "Ello se debe a una mentalidad común en el Mundo Antiguo, en la que se pretende dominar el destino por simpatía -entiéndase por "simpatía" en la magia o en la superstición: Realizar un acto o ritual semejante a otro sobrenatural sobre el que se desea influir-. Lo que se relaciona plenamente con el pensamiento del guerrero de hace dos o tres mil años; para quienes las armas se identificaban con el pene (voz que procede de "penetrar"). De tal modo, cuando se penetraba con aquellas el cuerpo del enemigo, la vida se modificaba y desaparecía. Siendo las lanzas, flechas o espadas lo que marcaba fin la existencia; algo muy similar a lo que ocurría con los falos, más en sentido contrario. Puesto que la penetración con el miembro viril, cambiaba la existencia, haciendo comenzar las vidas". Todo cuanto vamos recogiendo puede hacernos recordar o comprender de nuevo el sentido de estas falerias y sobre todo su relación con Medusa o los rostros horribles que debían preservar del Aojo. Mal fario que para el guerrero no era otro que el de verse atravesado por "el palo" (que en los tiempos más remotos griegos significaba "lanza").
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Tras lo expuesto nos planteábamos que "aquel palo era tenido por ´la suerte´. Debido a que en batalla, que se clavaran las lanzas o las flechas en el cuerpo del soldado, dependía solo de "los dioses". Algo que igualmente debe hacernos meditar sobre los "por qués" del nombre del proyectil de la honda, que se denominaba glande (en latín "glans") y que quizás se relaciona plenemente con esta creencia e imágen, por la que atravesar el cuerpo del enemigo con el arma, se identificaba con la penetración sexual. Hechos estos que explican el amuleto del falo como protector en la cultura latina, relacionado con las armas arrojadizas". No siendo una hipótesis extraña esta nuestra por la de que el origen de todos esos talismanes apotropaicos con nombres y símbolos tan sexuales; tuvieran su origen en costumbres y usos bélicos, en los que los soldados buscaban la suerte, relacionando el poder generador de la vida (la cópula penetrando con el falo) con el destructor de ella (la muerte, atravesados por un arma).

AL LADO: Glandes o proyectiles para honda en plomo (ibero-romanos), pertenecientes al Museo Cordoba (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen) y fechados en el siglo II a.C. -hallados en Albendin-. Observemos su similitud al glande masculino, pese a lo que el nombre nos llama poderosamente la atención considerando que pudiera significar "algo más". Relacionando quizás claramente el sexo y la generación de la vida con la muerte y la guerra: Eros y Tánatos unidos siempre en este tipo de simbología bélica.
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ABAJO: Portada del capítulo III de "Sex or simbol?..." de Catherine Johns. En esta podemos observar un enorme glande con ojos que a modo de serpiente actuaría en Roma como falo apotropaico. Evidentemente, la sierpe, el pene y la flecha o el venablo que ataca, debieron ser tres símbolos y signos unidos en sus conceptos para toda la casta militar en la Antigüedad. Tanto que gran parte de los talismanes y objetos protectores hacen referencia a ello (amuletos que serían usados en las batallas a modo de medallas o escapularios en nuestra cultura).





Pero regresando a Medusa, expondremos brevemente lo que sobre aquella y su relación con el Aojo decíamos en nuestro trabajo "Higa, higo, hígado y aojo; magia religión y medicina" (página 85 y ss. del libro EL CUERPO EN LA TRADICIÓN). Comenzábamos en aquel capítulo aludiendo las muchas interpretaciones que daba Govanni Bocaccio sobre la Gorgona en su maravillosa obra "GENEALOGÍA DE LOS DIOSES PAGANOS" (L. X, cap. 6, 10-27). Tras lo que relacionábamos el mito de la monstruosa diosa de pelo serpentino con el Catoblepas; terrible animal que según Plinio (His.Nat. VIII-34) habitaba en las aguas del Nilo y que sacaba de ellas sus ojos, pudiendo matar a todo aquel sobre el que fijara su mirada. Pupilas asesinas que sin duda aluden a la mortecina, terrible e hipnótica mirada de los reptiles; que en el caso del Catoblepas se referiría quizás a los cocodrilos del Nilo. Pero que igualmente pudiera relacionarse con los ojos de cualquier sierpe y hasta con los de la cobra escupidora, que insufla su veneno al que la ataca (llegando a acertar desde varios metros, provocando la ceguera con los ácidos que este mortífero escupitajo lleva).

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El caso de Medusa, la reina de Occidente con pelo de sierpe hablábamos de que en nuestra opinión se trataba del recuerdo -o la figura- de las brujas y de las sociedades gobernadas por mujeres que los griegos sabían existían al Oeste del Mediterráneo. Desconociendo los historiadores modernos y cásicos si aquella Gorgona había que ubicarla en Sicilia o en Cerdeña (donde muchos la imaginaban), finalmente parece que el lugar más acertado para situarla es el Estrecho de Gibraltar. De ello nuestra etimología provenía de "gargareos" () cuyo significado es garganta, pudiendo aludir su voz a las dificultades para cruzar el tramo de mar que hay entre África y Europa en su extremo más corto. Gargantas muy temidas por todos los marineros en la Antigüedad y a las que hacen referencia algunos de sus mitos, como el de Caribidis y Escila, que relata las dificultades y remolinos existentes para navegar entre Sicilia y las islas del Sur de Italia (donde las corrientes hundían de común las naves helenas). De igual modo la epopeya del Argos narra de forma similar los temores y terrores para pasar el Bósforo; estrecho del que dicen unía de continuo sus rocas, chocando y apresando entre aquellas las naves (quizás aludiendo a los ataques que los habitantes de la antigua tróade llevarían a cabo sobre los barcos que no deseaban cruzaran "su" paso marino).

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Por todo cuanto vamos anotando, a nuestro juicio la voz Gorgona nacería del "Estrecho" existente entre las Columnas de Heracles, cuya dificultad para navegarlo debía ser mucha (debido a las conocidas corrientes, pero a su vez por los ataques y abordajes de los fenicios y de los lugareños -iberos que cuidarían de sus costas celosamente y más aun antes de llegar a pactar para comerciar con los helenos o extranjeros-). Auque por su parte la etimología de Medusa la comprendemos nacida desde las voces MEDO () = "reina, mandataria"; unida a DEUSA () = "diosa". Siendo nuestra interpretación que Medusa significa "REINA DIOSA", lo que aludiría seguramente a las sociedades mediterraneo occidentales de la época y en especial a la ibera, que se sabe en gran parte eran gobernadas por reinas (que seguramente fueran "Damas" como la de Elche). Viviendo muchos de los los iberos -tal como los antiguos textos manifiestan- en giniecocracia y temiendo terriblemente los griegos la brujería y las Sociedades organizadas por féminas, aquellas reinas del Occidente serían diosas terribles y con gran poder, como la Medusa de Perseo -que habitaba junto al Atlántico y en el extremo del mar Mediterráneo-.

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Temores y horrores similares a los del héroe Perseo se narran en varios episodios antiguos helenos, entre los que destaca la Odisea; donde Homero describe los males del lejano Oeste Mediterraneo, entre los que dicta terrible la existencia sobre sus aguas e islas, de reinos gobernados por brujas (Circe o Calipso). Esta última podemos asimilarla de algún modo a las Gorgonas, tanto que a mi juicio la etimología de la Maga Calipso y la del monte Cilpe es la misma. Así sabiendo que aquella hechicera embruja a Odiseo durante siete años y le obliga retenido a vivir junto a ella en su reino-isla de Ogigia (que se sitúa en el Estercho también). Serían la misma y homónima Calipso que el monte Calpe (o Cilpe), nombre entonces del Peñón de Gibraltar y que en mi opinión es el famoso lugar que habitaba la bruja con tan parecida denominación (pues Calpe, Cilpe y Calipso son casi iguales en su escritura). De todo ello, las Gorgonas y Medusa no serían más que el temor de los griegos al lejano Oeste, pero sobre todo a la magia y al embrujamiento (algo que les aterrorizaba, tanto que los episodios más terribles de la Odisea mencionan a mujeres que atraen y hechizan a los compañeros de Ulises -Sirenas, Circes, Calipsos o magas). Aunque el hecho de que la mirada convirtiera en piedra a quienes cruzasen la vista con aquella diosa amedrentadora, consideramos que hace más bien referencia a los peligros del mar en el Estrecho. Concretamente a la posibilidad de encallar allí, en tierras próximas a Calpe (nombre antiguo de Gibraltar), donde la garganta del mar (la gorgorna) puede devorarte y convertirte en piedra al chocar seguramente con alguno de sus riscos.

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El resto de temores y horrores que relacionaban el Occidente lejano con la tierra de mujeres horribles de pelo cargado de sierpes, hubo de deberse -como dijimos- a la posibilidad de ser abordado o hundido. Mal que acechaba a todo barco que se acercara por las rutas fenicias del metal (principalmente a los griegos, tan odiados entonces por los púnicos). Narrando probablemente el mito de Perseo que corta la cabeza de Medusa, el triunfo conseguido por los egeos o los micenios en nuestras tierras. La primera teoría sería considerar a Perseo un micenio y a Heracles (su descendiente) griego, aunque pueden ser ambos el mismo héroe de igual época y en diferentes ciclos. Por lo que no hay que descartar la idea de que Perseo simbolizase el triunfo heleno (posiblemente de los samios) llegados hacia el 650 a.C. a Tartessos , logrando abrir caminos comerciales entre Grecia y el Sur de España -aprovechando quizás la debilidad y la caida de Tiro y Sidón-. Por cuanto Perseo (como a hemos escrito en varias ocasiones) creemos que no es más que un igual mito al  de Herakles, aunque en un ciclo anterior. Historia que narra cómo llega aquel héroe (personificación de los helenos)  logrando "cortar la cabeza" (atravesar la garganta o el Estrecho) doblegando a las diosas reinas del Occidente. Todo lo que indicaría conquistas o fundaciones griegas en nuestras tierras -micenias o posteriores, de época griega; como Alonis o Hemeroskopion-. Todo ello sucedido "quizás" tras la desaparición del poder de Tiro y Sidón, "la cabeza" del mundo fenicio-tartessio entonces. Tras cercenar el cuello de las reinas terribles del Oeste, de la garganta "medusea" nace el primer rey meridional hispano de nombre griego (Crisaor, "el de la espada de oro" que en lengua helena se dice así= w ) y que en toda regla parece el mismo que Arganthonio (el rey de la plata = ARGA - NTHONIOS). Junto a el nace Pegasos, el caballo alado; que simbolizaría las magníficas yeguadas del Suroeste peninsular tanto como los ejèrcitos de mercenarios que allí contrataban los colonizadores de nuestras tierras.

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Por último añadiremos que en las entradas pasadas (unos días atrás) ya hablábamos de la figura de Medusa sobre las corazas y los escudos, tal como Perseo la situó delante de la Egida de Atenea. Algo que relacionábamos con el deslumbramiento que podía producir el brillo de los escudos al reflejarse, quizás mientras se luchaba; lo que posiblemente se llamara el "fascino" (deslumbrar). Luz y reflejo que de seguro hacía que el enemigo quedara ciego por unos segundos, pudiendo quizás en estás décimas de segundo ganarse el "cuerpo a cuerpo". Aunque para ahondar en este tema se precisa ampliar el estudio y dedicar un análisis mayor a la figura de Medusa como diosa bélica. Algo que realizaremos en breve.