lunes, 4 de julio de 2011

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero)

En la entrada de hoy, volveremos a exponer y ampliar conceptos sobre el significado del pectoral y los lingotes "piel de buey", pero esta vez en relación con el rey Midas y los orígenes del dinero.  Algo que puede parecernos extraño, pero sabido es que dice la Historia como los primeros en acuñar moneda fueron los lidios. Quienes no son otros más que los herederos del reino de Midas, puesto que Frigia se convierte en Lidia a fines del siglo VII a.C., cuando estos griegos la conquistan y se la arrebatan de las manos a los bárbaros cimmerios, cambiando su capital de Gordion (cerca de Ankara) a Sardes (la ciudad del dinero). Y aunque no lo creamos, todo ello tiene mucho que ver con nuestras culturas ibéricas (1); puesto que en aquellos siglos  -y desde el III milenio a.C.-, la Península fue el lugar con mayor riqueza de metales, entre los más próximo al Mediterraneo. Para el análisis de nuestra entrada de hoy vamos a ayudarnos ( de manera más o menos continuada) con un gran trabajo monográfico de apenas 35 páginas, pero en el que se recoge todo cuanto de impotarte puede haber en el mundo metalúrgico Occidental, en relación con los lingotes y su posible valor monetario desde la Edad del Bronce (2). Nos referimos al estudio del profesor Gómez Ramos -de la Autónoma de Madrid-, quien en el texto que mencionamos realiza un resumen y una magnífica exposición sobre el valor y uso de los lingotes en la Antigüedad (de Iberia y de la minas de la Europa Occidental y del Norte).

Habíamos visto ya como los pectorales del Tesoro de El Carambolo se relacionaban con el Talento Creto Chipriota; lingote de cobre cuyo peso fué cercano a los veintitrés kilos y que se "acuñaron" entre los siglos XVI al X a.C. Estos talentos con forma de "piel de toro" , a los que llamábamos "los bueyes de Gerión", por considerar que Heracles vino a nuestra Península a "robar" sus metales -entiéndase a llevar hasta Grecia esos lingotes, "evitando controles" fenicios-. Nunca se acuñaron en Iberia y los más modernos y próximos que se han encontrado a nuestras costas han sido los hallados en Cerdeña, procedentes de yacimientos datados en el siglo X a.C.. Pese a ello, hay un dato muy curioso que hemos descubierto y que sí puede unir la Península Ibérica con los lingotes "piel de buey" (en tiempos posteriores al siglo IX a.C.). Este es, el de que -curiosamente- en el único lugar del Mediterraneo en el que hasta ahora se ha hallado un molde para la fabricación de los "Talentos Keftius" con forma bovina es precisamante en la ciudad de Ugarit.

Esta urbe del Norte de Siria -que hoy es Ras Shamra-, antaño fué un emporio cultural y comercial inigualable, durante siglos. Puerto de Ugarit, del que ya hemos hablado repetidamente, debido a que era la frontera -o unión- entre las muchas culturas que se dieron en Asia Menor: La anatólica y la cretense, proto-indoeuropeas, junto a las "mas indoeuropeas" de Micenas y Chipre (isla que solo dista unos dos días de navegación hasta aquella ciudad hoy siria). Igualmente, Ugarit, era paso y hasta parte del origen de las civilizaciónes arameas, fenicias y canaaneas, que se extendidan desde Biblos y Fenicia, por todo Oriente Medio, llegando a Mesopotamia por el Este y a Egipto en su zona Sur.

JUNTO A ESTAS LINEAS: De nuevo otro lingote (Talento de cobre) del tipo Keftiu (piel de buey), que hemos encontrado en Wikipedia, a la que agradecemos su divulgación de la imagen, dejando libres los derechos de reproducción en su página: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Copper_Ingot_Crete.jpg . Este Keftiu, curiosamente guarda ya unas proporciones y formas mucho más parecidas a las del hacha doble -el Labrys sagrado minoico-; tanto como a las plantas y altares de edificios sagrados ibéricos. En el estudio del que hoy escogemos algunos fragmentos, el profesor Gómez Ramos expone la teoría de que seguramente estas grandes piezas cretenses de unos 23 kilos, fueron el primer "dinero" existente en el Mediterraneo, como ponderal de metal para poder comerciarlo por Oriente, durante el II milenio a.C.. Igualmente, mantiene que varios investigadores (ya desde principios del siglo XX), afirmaban que el diseño más básico y primordial del dinero se creó el la forma de hachas, o de instrumental bélico de pequeñas dimensiones, que durante la Edad del Bronce fue solo fabricado para el trueque y no para su uso común (armas o herramientas muy pequeñas, utilizadas como valor de intercambio). 
La ciudad de Ugarit, es donde se ha encontrado el único molde de crisol para fabricar lingotes keftiu (piel de toro) datado en el siglo X a.C.; que como diimos era la frontera entre los reinos neohititas, los arameos, las ciudades fenicias y las islas de Chipre, o del Egeo. Unos hechos y situación geográfica que nos pueden explicar los "por qués de la venida" hasta nuestra Iberia del culto hacia el Talento con forma de buey, como símbolo sacro-monetario (o de los metales). Modelo simplificado del pellejo de un bóvido que aparece entre los íbero-tartessios asociado con diseños reverenciales durante los siglo VII al IV a.C. (aproximadamente). Pero estas formas de piel de toro, ya dijimos que descendían de piezas de cobre fundidas en la Creta Minoica desde el siglo XVI a.C., y que en Chipre habían dejado de utilizarse en los últimos siglos del II milenio a.C.. Permaneciendo en uso como "medida de metal", principalmente en Cerdeña y en Ugarit hasta los siglos X a.C., asociándose al significado de la pecunia, del bien y del metal "protector" que proporcionaba las herramientas (los utensilios y las armas). Por todo ello, no vino directamente desde Creta, ni de la isla de Chipre en tiempos tan lejanos; sinó que mucho después la desaparición de lingote y cuando se extendido el culto a su icono, como imagen de la "prosperidad y del dios de los metales", sería traido por los neohititas y sus "vecinos" llegados hasta nuestras costas.

Así fué como llegó hasta nosotros hacia el siglo VIII a.C.; seguramente transmitido por ciudadanos de Ugarít, de Chipre o de tierras cercanas a ellas.  Por lo que en nuestros edificios ibéricos, en muchos de sus altares o en múltiples de sus formas artísticas y artesanales, durante los siglos porteriores a la venida de anatolios y egeos, se recordó y veneraba a ese Talento de piel del toro (que en nuestro trabajo llamamos: "Bueyes de Gerión"...). Tanto como para que el propio pectoral del Tesoro de El Carambolo, tuviera esta imagen. Pero, iniciaremos las nuevas ideas que trae al dia de hoy esta entrada comentando en parte el trabajo del profesor Gómez Ramos (2); resumiendo algunas de las conclusiones que nos plantea (que en verdad, algunas son muy interesantes):

Al inicio nos explica -como ya dijimos-, que a juicio de muchos investigadores, los primeros lingotes o medidas de metal nacidas para el intercambio (no para su uso), fueron hachitas bipennas de pequeño tamaño. Explicando que estas se distinguen perfectamente de las que fueron fundidas para utilizarse como armamento o herramientas. Al ser mucho más ligeras y apenas poderse "enmangar"; teniendo un orificio en su centro para ser colgadas o asidas por este, a través de una cuerda. "Bipennas comerciales" cuya antigüedad se remonta al III y principios del II milenio a.C. (3). Ello, a nuestro juicio (no al del profesor Gómez Ramos), nos habla claramente de comunicaciones y transacciones en el Mediterraneo y en la Europa de El Bronce. Haciendo patente que cinco mil años atrás, cuando pensábamos que existió una absoluta oscuridad y una falta de contacto entre todos los puntos de nuestro Continente; quizás hubo mucho más intercambio y movimiento entre sus habitantes, de lo que pudiéramos pensar (incluso bastante mayor al habido posteriormente, en la Primera Edad del Hierro).

Este hecho se relaciona con un estudio muy reciente que conocimos en Japón, que viene al caso comentar. Aquel trataba sobre la fabricación y distribución de armas de piedra en la isla: Lascas, puntas de flecha y hachas pétreas, anteriores al periodo Jomo japonés. Habiendo llegado actualmente a la conclusión los arqueólogos nippones, de que aquellos utensilios líticos de hace miles de años, se fabricaban en serie y en cantera; trabajándose casi a modo industrial (al menos en grupos de artesanos). Posteriormente, las hachas y puntas pétreas se distribuían por medio de comerciantes o trocadores desde el Norte hasta el Sur de Japón y de un modo bastante organizado. Algún lector podrá argumentar que ello sucedía en el "pais del Sol naciente" porque aquellos "ya eran pre-japoneses"... Evidentemente; pues ya se sabe como trabajan los nippones (aunque fueran anteriores al periodo Jomo...). Pese a lo que podemos decir que en Europa también había pre-alemanes y pre-ingleses, que compartían hachas y puntas de flechas cortadas y talladas en canteras con minerales que solo se dan en algunas islas del Egeo -de igual modo que muchas de las piezas liteas que se hallan en yacimientos del Japón, pertenecen a canteras que se sitúan a centenares de kilómetros, apareciendo a veces miles de ellas en una misma zona o poblado, situado en el lado opuesto del país-.

Por lo que a nuestro juicio y volviendo a la Edad del Bronce europea, habríamos de suponer que quizás aún antes de que se fundieran estas pequeñas bipennas en el III milenio a.C. para usarse como "moneda" (lingotes de trueque). Previamente a ellas, quizás el primer dinero  -propiamente dicho- que se usó, fueron flechas, lascas, hachas o puntas de lanzas, talladas en piedras con un valor muy superior a las comunes. Armas en piedra y votivas, especiales por la resistencia de su mineral, por su belleza o en su trabajo. Siendo quizás este el origen del valor comercial de las gemas, de las que sí hemos visto muchas pequeñas armas talladas en el neolítico europeo, americano y asiático (cuchillos, flechas y bifaces hechas en obsidiana, jades, cristales y hasta piedras preciosas). De ello, con toda seguridad, la importancia del hacha de piedra "fundacional" entre algunos pueblos; entre las que se puede destacar el ejemplo del Júpiter Lápidus (bifaz lítica, que se guardaba en el Capitolio romano -segúramente símbolo del rayo, como el martillo de Thor o Tesub-; y piedra bajo la que se juraba en última instancia).


JUNTO A ESTAS LINEAS: Bipennas centro europeas, del III milenio a.C. cuyo tamaño nos hace pensar que fueron usadas como monedas. Mas abajo, hachas comunes de Talón de la Edad del Bronce, que pudieron ser usadas como armas y como piezas de cambio; bastando establecerse un ponderal y una prueba de resistencia del bronce, para poder comerciar con estas "monedas".
AL LADO: Hachas de la Edad de Bronce, que quiza fueron usadas como ponderal en uno de los sistemas "numismáticos" más antiguo de la Historia.

Continuando con el estudio del Profesor Gómez Ramos, este nos dice que además de estas hachitas-moneda que aparecen desde comienzos del Bronce en Centro Europa; también se dan otras formas de lingotes. Entre ellos se usaron unas barras comunes para fabricar "torques giratorios" (brazaletes o collares enrollados). Varas que parecen haber sido igualmente utilizados como objeto de intercambio en estas épocas tan lejanas (hace más de cuatro mil años). Barritas de metales preciosos preparadas para hacer joyas que nos recuerdan mucho al "obolo" griego, que se uso casi dos mil años después a estos. Ambos eran igualmente de piezas de bronce (inicialmente en forma de "palitos"), y en el caso del óbolo su estimación suponía un sexto de Dracma y se dividia en ocho Cobres, llamados Chalkoi -recordemos que el Dracma era unos 4,3 gramos de plata, para comprender el gran valor del cobre en la Antigüedad-. Otros múltiples diseños tuvieron los objetos en bronce que sirvieron para el trueque, entre los que Pablo Gómez Ramos menciona como principales unas placas romboidales. Pero por lo común, tal como explica el profesor de la autónoma, los lingotes europeos y fundamentalmente los ibéricos, terminaron tomando la forma de "torta" (o masa de harina). Un diseño que claramente, nada significa en sí mismo, algo extraño en las monedas que siempre suelen guardar un gran valor simbólico (como la piel de toro, las figuras de totems o los rostros de dioses y reyes). Siendo aquellas "tortas" lingotes nacidos simplemente de la propia comodidad al hacer una "plasta" de metal para guardarlo. Pese a lo que no debemos de olvidar que este es el origen de la porterior moneda, que ya tiene esta forma de "torta", seguramente por ser la más cómoda y controlable -sobre todo para acuñarse de un golpe perfectamente visible y que esta "impronta" dada en su ceca impidiera que fuera limada o mutilada por sus extremos (para lo que en siglos modernos se le añadieron las rallas de "filete")-.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Labrys cretense del siglo XVI a.C.; posiblemente se trata de un objeto votivo para ser adorado en un templo. La religión minóica reverenciaba a estas hachas dobles, que daban nombre al palacio real de Cnossos (Laberintos). Su culto lo entendemos en nuestra teoría como el de los metales y de las bipennas, en la adoración a un dios herrero (Smiting god -de schmied: metalurgio-). Un tipo de Vulcanos-Hefaistos, más cercano a las deidades semíticas, "emparentado" con Baal (el "señor" de los anatolios y mesopotamios). En la leyenda de Creta se narra como en el centro del Laberintos se hallaba el Labrys (esta bipenna); custodiada por el Minotauro (bóvido con cuerpo de hombre). Cada ocho años -ciclos solares de bisiestos, o de periodos lunisolares en Saros-, entregaban un número de doncellas y mozos que se introducían en el laberinto, para que el hombre con cabeza de toro los matase con el fin de que nadie alcanzara esa sagrada Labrys. Pese a ello, Ariadna, hija del rey de Creta, se enamora de Teseo y le descubre el secreto para conocer el camino de El Laberinto, con lo que el héroe tesalio mata al Minotauro, salvando así la vida y la de los suyos (derrotando a Minos, padre de Ariadna, al alcanzar la bipenna sagrada).

En nuestra teoría, este camino y ese rito tauro-mágico (y tauromáquico) dentro del palacio de Cnossos, simbolizaba las singladuras de los cretenses durante la Edad del Bronce en la ruta de los metales; para llegar a alcanzar las bipennas de cobre y estaño. Viajes en búsqueda de metales en los que quizás cada ciclo de ocho años, se enviaban a nuevos expedicionarios a abrir y descubrir rutas desconocidas. Creemos que este ritual de inmolación de jóvenes se hacía en memoria de aquellos expedicionarios enviados por metal; o bien para pedir a los dioses protección en el inicio de aquellas singladuras en barco buscando minas y riquezas. Viajes cargados de penalidades que comenzaban en el "Laberinrto marino" para conseguir ir y volver hasta los lugares ricos en cobre y estaño (el Cáucaso, los Balcanes o el Atlántico). Donde los peligros mayores eran las feroces gentes que custodiaban las minas; pueblos muy guerreros y duros como los del Norte de España, que no se dejaban dominar ni influir por extranjeros. Ello es lo que interpretamos que simbolizaba el Minotauro, tanto como el recorrido en el Laberintos para llegar sorteando a la betia hasta aquellas hachas (el sagrado Labrys que presidía el centro del panteón minoico). Un rito que se confundió hacia el siglo XVI a.C. tras la caida del imperio de Minos, seguramente con el lingote cretense en forma de piel de toro (creado en estos siglos) y que se unió ya con La Pecunia, como sentido del ganado (manso). Mientras la fuente verdadera de las riquezas en Creta era el peligro allende los mares; peligros y horrores simbolizados en el Minotauro -el toro bravo-, animal símbolo del mar (nacido y dedicado a Poseidón) que había de "quebrarse" y torearse -tal como vemos a las sacerdotisas minoicas haciendo-. Así, todo aquello, creemos que es lo que recuerda en gran parte el Décimo Trabajo de Hércules: El robo de los bueyes de Gerión... el robo de los lingotes de Iberia en forma de bóvido.... 

Pero volviendo y continuando con la relación entre Creta y Tartessos (o el mundo ibérico); con gran sensatez el profesor Gómez Ramos, duda de que pueda haber un nexo de unión entre estos ritos del laberinto de los que hablamos, las hachas dobles de la Edad del Bronce, los lingotes cretenses y las formas iguales que aparecen como sagradas en la Iberia de los siglos VII al IV a.C.. A primera vista, tiene más que razones para dudar de ello, puesto que entre el lingote de Creta, el Laberintos, el fin del minoico y la reaparición de este diseño en forma de piel de buey en nuestras tierras, hay más de mil años -ya que el imperio de Minos se destruye en el 1580 a.C.- . Pero su compañero de Facultad, también erudito (y gran arqueólogo; el profesor Bendala) nos da la clave de todo ello. Algo que se entiende perfectamente cuando leemos las teorías de Manuel Bendala que afirman -siguiendo a Blázquez y a Almagro Basch (entre otros)-, como el arte ibérico es hijo directo del neohitita. ¿Y....?. ¿Ello qué supone? (podríamos plantearnos). Pues supone la explicación de todo cuanto venimos diciendo; puesto que si el arte y la cultura ibéricas descienden directamente de muchas de que quedaron o sobrevivieron en Anatolia entre los siglos XVI al VII a.C.. Ello hace evidente que pudo llegar todo el Mundo Minoico hasta nosotros, ya que tras la destrucción de Creta, ocurrida en el 1580 a.C., con la erupción del volcán Tera, los huidos de la isla se refugiaron principalmente en Chipre (Chipro-micenos), en las costas de Siria e Israel (Filisteos), en el Egeo (Micenios) y en la actual Turquía (Luwios y quizás algunos Pueblos del Mar). Conservándose en el mundo hitita y neohitita hasta la lengua y escritura cretense, tanto como muchas de sus costumbres y ritos. Lo que de seguro trajo el Keftiu y el toro sagrado y tantos ritos y costumbres cretominoicas hasta nuestras tierras prehispanas. Ocurrido principalmente con la llegada a nuestras costas de los frigios, de los neohititas y de gentes de Urartu (y Chipre), expulsadas de Anatolia desde el 718 al 612 a.C., debido a la presión de los Asirios, a la posterior devastación de los Cimmerios; y la siguiente conquista por los Persas de todo Oriente Medio (ocurrida desde comienzos del siglo IV a.C.).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Dibujado de nuestra mano y bajo la idea que tenemos sobre las joyas. Arganthonios y la reina de Tartessos luciendo el tesoro de El Carambolo en el estilo y moda neohitita (o asiria) del siglo VII a.C. Las coronas son típicamente asirio-neohititas, dándose este tipo de coronas o cabezas tocadas con eslabones de oro, en aquella zona entre los siglos X al VI a.C.. Los pectorales eran comunes y obligados en su uso entre los pueblos arameos, de Oriente Medio y entre los monarcas neohititas. Al igual que los lucían los nobles y reyes escitas de este séptimo siglo a.C. (significando el poder espiritual). Los brazaletes, son comunes en la moda real neohitita y asiria (tanto como el collar con sellos o gemas para mujer, muy normal entre los arameos, los egipcios y los fenicios).

 
Más tarde, en el mismo trabajo que venimos comentando, el profesor Gómez Ramos expone y plantea sobre mapa los yacimientos donde se han encontrado lingotes en la Península Ibérica. Comentando que nunca se ha hallado uno del tipo "piel de buey" en nuestras tierras (6) (Ver también mapa adjunto al final de la entrada). Algo lógico puesto que como más abajo decimos, estos Talentos con forma de bóvido fueron creados por los cretochipriotas para comerciar sus metales en el Mediterraneo Oriente, entre los siglos XVI al X a.C.; nunca para venderlos en el lugar de donde adquirían el cobre (como era España). Por ello, tampoco se han encontrado estos keftius ni en los Balcanes, ni en el Cáucaso; anque es evidente que los cretenses y los chipriotas fueron a esas minas desde comienzos del III milenio a.C., hasta fines del II a.C.. Muy por el contrario, los talentos "piel de toro" se hallan en los pecios y lugares cercanos a las rutas comerciales cretochipriotas; puesto que solo se pudieron conservar sin ser fundidos al perderse; cuando los barcos naufragaban o si el metal no se usaba ni vendía para el fin por el que había sido así fundido (fabricar objetos de bronce).

Pese a todo, el mismo profesor sí tiene unas muy interesantes palabras al hablar del origen del dinero desde estos lingotes o desde las hachas dobles; párrafos que recogemos en nuestra cita (7). Tras leerla no nos queda la menor duda de que el dinero tuvo su origen primero en estas bifaces (Labrys) con las que comerciaron durante la Edad del Bronce, tomándolas como patrón monetal. Posteriormente -durante el primer Hierro- parece que la tasación llegó a una gran crisis de ponderación o de valores, debido a la entrada del nuevo metal cuyo precio correlativo con el del cobre y estaño, debió costar mucho ser ajustado; por motivo de desconocerse la dificultad de su trabajo y la abundancia de minas de hierro. Finalmente, hacia el siglo XI-VIII a.C., se van confirmando y comprendiendo los diferentes valores de cada metal cin rlación al nuevo hierro; confirmando pesos y purezas de los lingotes en cada yacimiento (haciendo las famosas tortas de metal). Diciéndonos la Historia que poco después serán los lidios quienes inventan hacia el siglo VII a.C. la moneda -según afirma Heródoto (8)- . Aunque el historiador griego les atribuye no solo la invención de la moneda, sino también la de la taberna donde se tomaba vino y otras tantas cosas más; tan antiguas como la propia civilización. Ello quizás debido a que Heródoto nació cerca de Lidia (el Oeste de la actual Turquía) y seguramente debido a ello les supone una gran cantidad de ideas e inventos a sus "paisanos"....

A estas últimas palabras de Heródoto solo queremos añadir que los lidios, fueron los herederos -o los conquistadores- del reino de Midas: Frigia; quienes la llamaron lidia y situaron su capital en Sardes. Se les tiene por los continuadores culturales de la obra del rey Midas (tanto en su riqueza como en muchas de sus costumbres); por lo que la invención del dinero creemos que puede relacionarse más bien con una tradición basada en el peso de los lingotes, que ya los frigios y los neohititas usaban como patrón (al igual que los cretochipriotas, o los de Ugarit). Nos interesaría sobremanera encontrar un estudio sobre las ponderaciones de metal en la Frigia de los siglos VIII a.VI a.C. (antes de la llegada de los lidios). Ello para conocer si las medidas que estos griegos lidios usaron como moneda, parten desde pesos de talentos o de lingotes neohititas (frigios). Aunque dicho sea de paso, el Talento griego, tan solo se diferencia del cretense en un 10%, siendo el primero de unos 26 kilos de peso y el segundo (el de forma de piel de toro), unos 23 kilogramos. De lo que si sabemos que el Dracma nace de la división de este lingote en 6000 partes y es igual a 43 gramos de plata. Por lo que en una medida semejante, la pieza monetaria de plata que hubieran podido usar en el mundo neohitita, en Ugarit o en Chipre; y en relación a un Talento patrón de piel de toro de 23 kilos sería de un peso muy cercano al Dracma: Unos 39 gramos (23:6000 = 38,333). Para terminar, solo añadiremos que en antiguo Egipto, al menos desde comienzos del II milenio a.C., existía un dinero acuñado en anillos o argollas de oro y plata. Este era medido por los pesadores oficiales; oficio en ocasiones adscrito a templos, o de lo contrario, siempre bajo la tutela de funcionarios estatales que con rigor pesaban las piezas de oro y plata. De ellos, tanto como del rey Midas, más abajo recogemos imágenes interesantes.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Reconstrucción de la lamada "tumba del rey Midas" en un túmulo hallado hace unos cincuenta años en las cercanías de Gordíon (a unos setenta kilómetros de Ankara). En verdad, ya hemos dicho que los restos óseos encontrados son los de un hombre de unos sesenta años muerto hacia el 750 a.C. (diez años antes de que Midas reinara). Por su parte, el ajuar carece de objetos de gran riqueza ni de armas, lo que nos hace pensar que más bien pudiera tratarse de un sacerdote -o noble no muy rico-, contemporáneo a Gordios (el padre de Midas).

ABAJO: Los pesadores de dinero en Egipto, tomados de un bajorrelieve de una tumba, tal como los muestra el libro: "Los egipcios...."  de J.Gardnes Wilkinson. (9). En la escena vemos a los pesadores o ponderadores oficiales llamados Kabbaneh; poniendo en sus balanzas aros de oro y plata (II milenio a.C.). Estos tenían la categoría de Notarios y de contables-escribas; estando comunmente ligados a algún templo.


BAJO ESTAS LINEAS: Mapa que el profesor Pablo Gómez Ramos recoge en la obra que hemos ido comentando en el que vemos los diferentes yacimientos en los que han sido hallados lingotes. Como él bien dice y afirma en todo el territorio peninsular nunca se ha encontrado un lingote de tipo Keftiu. Algo absolutamente lógico a nuestro parecer, puesto que aquellos se fundían o acuñaban durante los siglos XVI al X a.C. para comerciar en el Oriente Mediterraneo (no con los íberos a los que se les compraba precisamente la materia prima). Pese a ello, el hacha doble, el símbolo del keftiu y el Labrys como digura sagrada (incluso como logograma y pictograma) se mantuvo entre los hititas y neohititas. Quienes siglos después lo traerían a la Península Ibérica; al llegar hasta nuestras tierras hacia el siglo XI al VIII a.C. (primeramente para comerciar metal y poco después huyendo de las catástrofes e invasiones ocurridas Asia Menor)

CITAS:


(1) Hablamos en plural refiriéndonos a "culturas ibéricas" debido a que la Península (desde sus más remotos inicios), fué una amalgama de civilizaciones y pueblos; algo que le dió una homogeneidad y un carácter propio ya en su lejana antigüedad. Tanto, que la Península siempre fué vista por cuantos la visitaron (griegos, fenicios, o romanos) como "una isla" o una tierra (unida plenamente en su concepto). Algo que se demuestra en como "unos" la denominaron Iberia, los siguentes, Sapan; y los de Roma, Hispania. Tan solo diferenciando a veces Lusitania del resto de la Península (claramente por una influencia mucho mayor de cuturas atlánticas y - posteriormente- celtas en esta franja Oeste). Por ello, muy importante es saber que la mezcla de pueblos y gentes que desde sus inicios que hubo en nuestras tierras, fué tal; que para los arqueólogos es a veces imposible distinguir a qué cultura, religión, civilización, o colonos, pertenece un yacimiento. Incluso en las necrópolis, en ocasiones múltiples, en un mismo espacio se mezcan decenas de cultos y de formas sepurcrales. Ello, porque desde el inicio, nuestra Península (Iberia, que es lo mismo que Hispania), siempre fué un "puerto de todos" y lugar de encuentro, comercio y lucha, también para todos. Creyendo que solo es comparable el caso de Turquía con en nuestro, Península en la que también se unen o hacen puente tres continentes; siendo esta una amalgama de cientos de pueblos, pero cuya esencia de unión precisamente es esta continua y multicultural mezcla (que se ha producido durante milenios y precisamente cesó justo en el mismo siglo: El XV). 

(2) TIPOLOGÍA DE LINGOTES DE METAL Y SU HALLAZGO EN LOS DEPÓSITOS DEL BRONCE FINAL DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

PABLO GÓMEZ RAMOS (U.A.M.)


Editado por: CuPAUAM. 20. 1993. pp. 73-105

(3) Pablo Gómez Ramos. Op. Cit. pag. 74: "Según los datos que sobre ellos aportan investigadores extranjeros los primeros lingotes de la Edad del Bronce (Bronce Antiguo) documentados en Francia, Alemania y Suiza son los lingotes bipenneo con forma de hachas dobles (Briard, 1976, 238). Son piezas de cobre, con impurezas frecuentes de arsénico, antimonio, plata o níquel, las cuales confirman su antigüedad. Todos ellos aparecen perforados en el centro con un pequeño orificio, suficiente para el paso de una cuerda, pero demasiado reducido para ser utilizado en el enmangue, lo que los descarta como útiles o instrumentos de trabajo (Dechelette, 1928, tomo II, 404-405)".

(4) Op.Cit (2), Pag 75: "También pertenecientes al Bronce Antiguo, se han señalado como posibles lingotes algunas hachas de cobre y asimismo algunos lingotes-torques, con enrollamientos finales. Hallados sobre todo en Alemania, se denominan lingotes-barra o "rippenbarreri' (Briard, 1976, 238; Mohen, 1992, 117-118). En el Bronce Final y derivados de los lingotes bipenne, aparecen los lingotes "saumon", localizados en depósitos tanto del Bronce Final I como del Bronce Final 111. Presentan forma romboidal con perforación central y tienen un peso aproximado entre 2 y 4 Kg. (Mohen, 1992, 118). Del Bronce Final 11 y correspondientes al grupo de Saint-Denis-de-Pile; son los lingotes en forma de barras de sección plano-convexa con un alto contenido en estaño (Briard, 1976, 240). No obstante, el tipo de lingote más frecuente durante el Bronce Final, en concreto Bronce Final III, son las tortas de fundición, mencionadas comúnmente en la bibliografía como lingotes plano-convexos, en relación a su forma obtenida en el fondo del horno de fundición. Suelen ser de cobre casi puro y con un peso por término medio para las mayores piezas, en torno a los 4 Kg. (Tylecote, 1987,18). Aunque existen algunos hallazgos del Bronce Medio, su gran desarrollo se producirá durante el período último de la Edad del Bronce. No obstante, estos lingotes no son exclusivos ni de Europa Occidental, ni tampoco del Bronce Final. Así, lingotes circulares plano-convexos eran fabricados en los hornos de Timna, Palestina (siglo XI1 a.C.)y en todo el Mediterráneo oriental (Tylecote, 1962; Mohen, 1992). Los pecios anatolios de Gelidonya y Ulu Burun, así como algunos hallazgos en la costa norte de Israel son también representativos a este respecto. A su vez, los lingotes plano-convexos son el tipo de productos de fundición de mayor desarrollo temporal. Hay tortas de metal en contextos de la Edad del Hierro, pero también en época romana, medieval e incluso moderna (Craddock y Hook, 1987)". 

(5) Op.Cit. de Gómez Ramos, Pablo (Pags 75 y76).


Página 75:  "Sin embargo, el modelo de lingote más difundido, debido a un mayor número de estudios, es el lingote de piel de buey, "ox-hide" en la terminología inglesa. Generalmente de cobre y ampliamente presente en el Egeo, Egipto y zona sirio-palestina, no ha sido hallado hasta el momento en Europa Occidental, con la única excepción de Cerdeña y algunos otros restos encontrados en Sicilia, Lipari y sur de Italia".

Página 76 :  "Además de su constatación física, en el Mediterráneo Oriental aparecen numerosos ejemplos de lingotes de piel de buey, tortas y barras de metal, figurados en frescos y citados en textos de época egipcia. También figuran en algunas esculturas procedentes, principalmente, de la isla de Chipre. En la Península Ibérica, según M. Bendala (1977), es probable que un lingote de piel de buey esté representado en la estela de Setefilla (Lora del Río, Sevilla). Aunque no es este lugar para precisar el significado de la representación de esta estela debemos señalar sin embargo, que la inexistencia de lingotes de piel de buey en Occidente (con la salvedad anteriormente citada) así como la diferencia de varios siglos entre las producciones finales de estas piezas y la cronología de la estela, son dos importantes hándicaps para aceptar esta interpretación. No obstante, la morfología de los pectorales de El Carambolo e incluso las referencias a los suelos de guijarros que adoptan esta forma y que se documentan en la base de los monumentos turriformes del área ibérica, parecen apuntar hacia una pervivencia de ideas que puede ir más allá de la propia fabricación de estos lingotes".


(6)  Recogemos a continuación las palabras que el profesor Gómez Ramos escribe sobre las zonas de minería en la Península:

Página 90:   "Con la única excepción del depósito de La Sabina, hallado en Formentera, isla que carece tanto de cobre como de estaño, el resto de los depósitos con lingotes plano-convexos pertenecientes al Bronce Final, aparecen en zonas especialmente ricas en la antigüedad en recursos mineros, por ejemplo, el Noroeste peninsular. Los territorios del norte de Portugal y Galicia, y de las actuales provincias de Asturias o León, son zonas que formaron durante toda la Edad del Bronce uno de los tres focos metalúrgicos principales de la Península Ibérica junto con los del Suroeste y el Sureste peninsular (Rauret, 1976, 15). La relación entre productos de fundición y minerales necesarios para crearlos, encuentra su constatación, 90 como sería de esperar, en las zonas con mayor abundancia en minerales".

Página 91:  "Los minerales concretos para la aleación del bronce, tienen su mayor abundancia en el cuadrante noroccidental peninsular. El cobre está presente en las minas de Galicia y de la Cordillera Cantábrica, algunas de ellas como El Aramo o las minas de Milagro, ambas en Asturias, ofrecen testimonios de haber sido explotadas ya desde el III Milenio a.C. . En relación al estaño, los yacimientos más beneficiados en la antigüedad por su potencialidad minera se encontraban en Galicia (con excepción de Lugo), norte de Portugal, Cantabria y las actuales provincias de Salamanca y Zamora. La posterior presencia de tortas de fundición en poblados del Hierro I y en zonas de poca importancia minera, especialmente en estaño, como por ejemplo, el Noreste peninsular, evidencia cambios económicos y sociales, con la proliferación de fundidores cerca de las zonas de consumo, pero lejos de los centros de producción y obtención de materias primas."

Página 96:   "No olvidamos sin embargo, que el hierro no desplazó desde el principio al bronce, siendo precisamente en este momento cuando la metalurgia del cobre-estaño alcance su máximo desarrollo (Rovira, 1993). La distensión en el monopolio del bronce, en un momento en el que ya existían metales alternativos, junto con el progreso de mejores técnicas de fundición y hornos más desarrollados, influirían poderosamente en el nuevo auge del trabajo del bronce, utilizado a partir de ahora para la fabricación de adornos, menaje, estatuaria, etc.Otra diferencia importante entre ambos períodos es la dicotomía que presentan en el análisis de las piezas los lingotes plano-convexos del Bronce Final con respecto a los de principios del Hierro. En efecto, mientras que los primeros son generalmente de cobre casi puro, los hallados en poblados del Hierro I son de bronce. Ello es lógico —de ser correctos los análisis— si se tiene en cuenta que los lingotes de la Edad del Hierro eran productos ya terminados. No era posible alear el cobre de los lingotes con estaño, entre otras cosas porque en las zonas a las que se destinaban —valle del  Ebro  carecían de este último"

(7) Desde la página 98 (y siguientes), comenta el profesor Gómez Ramos el origen del dinero "nacido" desde estos lingotes de minería en unas palabras muy interesantes que desamos destacar:

(PAG.98)  3.2. Lingotes ¿elementos monetales?

Al final del trabajo retomamos de nuevo la pregunta inicial. Es factible, y así está comprobado en las civilizaciones de la cuenca oriental del Mediterráneo, pensar en la existencia de objetos que sirvieran para equiponderar mercancías distintas en una tradición premonetaria compleja y dilatada y cuyos antecedentes históricos conocemos mal. La presencia de lingotes de fundición en múltiples depósitos, pecios y hábitats, en un momento en el que aún no se ha creado la moneda y donde los intercambios se basaban en gran medida en el trueque, induce a creer en la posibilidad de sí estas piezas, tuvieron o no una posible función de dinero, en concreto, valor de referencia y/o cambio en las transacciones del Bronce Final desarrolladas con anterioridad a la llegada de los colonizadores fenicios y griegos.


Antecedentes

A principios de este siglo, autores como Taramelli (1921) y E. Birocchi (1934), conjeturaron con esta hipótesis para los lingotes aparecidos en los depósitos sardos. Taramelli apuntó la idea, en base a la variabilidad de pesos y tamaños, que los lingotes del depósito de Monte-Sa-Idda (Cagliari) pudieran haber representado una escala de pesos y valores , empleados en estos primitivos intercambios comerciales (Taramelli, 1921, col. 66). Por su parte, E. Birocchi se expresaba en relación al valor monetario de las hachas y lingotes, (...) sin embargo, también reconocía no haber encontrado (...)  (Lo Schiavo, 1985, 306, 315). Esta consideración se asentaba en una falta de estudios, tanto de pesos, medidas, análisis de metales, contextos arqueológicos, cronologías, etc. necesarios para poder establecer cualquier tipo de resolución en este sentido. Después de casi un siglo, las investigaciones siguen teniendo lagunas, lo que imposibilita, por tanto, aportar conclusiones definitivas, teniendo que partir de momento, sólo de datos indirectos..

(PAG. 100):"En el caso de las hachas, la supuesta función monetaria, ha sido indicada desde hace tiempo por numerosos prehistoriadores, al observarse el elevado número de hallazgos en proporción con las demás piezas del Bronce Final, e incluso por la presencia de tamaños estándar, grandes, medianos y pequeños que parecen confirmar un punto de vista monetario con la utilización de múltiplos y submúltiplos. Actualmente González Prats (1985, 1990-91) aboga por la existencia de un patrón monetal en el Sudeste peninsular basado en lingotes (hachas-monedas) que se produjo por la influencia y el comercio generado con la llegada de los fenicios. Referente a las tortas de metal, también Balmuth (1971) se decantaba por considerar estas piezas como pertenecientes a un sistema de pago introducido por los semitas con anterioridad a la invención de la moneda en Lidia"


(PAG 101):"El problema por dilucidar, en el supuesto de que los lingotes-torta del Bronce Final fueran elementos de cambio, sería averiguar el patrón o patrones en torno a los cuales pudieron haberse articulado pesos y valores. En cuanto a su posible valor de referencia, si bien es algo plausible, es de difícil comprobación, ya que no existe tradición histórica, ni literaria alguna que lo pruebe. La aparición de marcas o señales podría ser indicativa del uso de estas piezas como elementos referenciales. Así, y en un trabajo publicado también en este mismo volumen, hemos llamado la atención sobre unos dibujos marcados en los lingotes del pecio de Rochelongue (Lucas y Gómez Ramos, 1993)".


(8) Heródoto I, 94: "Los lidios se gobiernan por unas leyes muy parecidas a las de los griegos, a excepción de la costumbre que hemos referido hablando de sus hijas. Ellos fueron, al menos que sepamos, los primeros que acuñaron para el uso público la moneda de oro y plata, los primeros que tuvieron tabernas de vino" 

(9) LOS EGIPCIOS, SU VIDA Y SUS COSTUMBRES, Garder Wilkinsom;
pags 171 170 Tomo II (Madrid. Edimat 2002)


-Desde el pasado terremoto de Japón, guardaremos en cada entrada de nuestro blog, un recuerdo a los damnificados de este trágico suceso, tanto como para los afectados por el reciente seismo de Lorca. Solicitando ayuda para ellos, informamos de que hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF. Del mismo modo, les recordamos que una de las mejores maneras de ayudar a los afectados por catástrofes naturales, es consumir sus productos (recomendando la maquinaria y tecnología de Japón, que es inmejorable).  Muchas gracias a quienes así lo hagan.-














2 comentarios:

  1. Magnífico trabajo Sr. Angel, lo pondré de referencia en la nueva entrada, que estoy preparando. En ella hago referencia de forma lateral,al comercio Atlántico Mediterráneo, clave para el desarrollo de las culturas del bronce en Galicia, del desarrollo del mundo de los Petroglifos, y conformador del mundo Castreño. Cada vez se ve más claro que la clave de la metalurgia y los metales puede estar detrás de la formación de un mundo atlántico intercomunicado. Base también para comprender el surgiemiento del arte de los petroglifos Atlánticos en Galicia, dónde se puede vislumbrar de forma indirecta esos mundos Atlánticos(islas Británicas) y Mediterráneos tamizados por la visión Indígena, suministradora del estaño. El Hecho de que su máxima concentración se de en el litoral para mí tienen que ver con los contactos marinos y la influencia de esos pueblos mediterráneos, es probable que sin ellos no se hubiese producido tales manifestaciones, e incluso no hubiese brotado el fenómeno Castreño. Decían de él las fuentes romanas,( Plinio...) que muchos grupos eran descendientes de los griegos¡¡¡, especialmente los que vivían en la costa Bracarense(rias Baixas), rompiendo los esquemas a los arqueólogos gallegos, pero detrás de esa afirmación estoy convencido que se esconde una realidad que tiene que ver con los contactos comerciales basados en el cobre y el Estaño. El trabajo de A. Marroñeros sobre la cuestión del estaño e interpretación de los grabados es un camino que considero muy acertado, aunque no comparta algunos aspectos de sus hipótesis un tanto forzadas, pero sí que en lo sustancial presenta una explicación coherente que nos lleva a lo mismo, metales y metalurgia, navegación y mediterráneo-Átlántico. Enhorabuena por su blog y por su artículo. Saludos de Gustavo desde Masquepetroglifos.blogspot.com

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  2. Muy Sr. mío: Agradezco muchísimo sus palabras. Cuando era jóven y quise ser profesor de Historia del derecho preparé una tesina (paper de unos 200 páginas) sobre el mundo atlántico y su relación con el Mediterráneo. Lo abandoné, al igual que mi vocación jurñidica porque me lo encontré casi íntegramente publicado por otra persona. Pese a ello, ahora (después de treinta años) tengo tiempo y datos para volver a reiniciarlo y recomponerlo (ya con fundamentos históricos y gran ampliación de datos). Algún dia escribiremos sobre ello. Pues evidentemente, hay un problema que no se ha resuelto en el final del Bronce y es el hecho sabido de que hacia el 1500 a.C. se fueron agotando las explotaciones de cobre y sobre todo las de estaño en el Mediterráneo. Tras ello, el único camino fácil hacia el plomo-casitérido era la ruta de las kasitérides (Gibraltar-Atlántica-Cantábrico)... . Pues el otro lugar con esas minas era el Cáucaso, que para alcanzarlo se debía pasar por el Bósforo (de aquí seguro la guerra de Troya, que cambió la Era). Un saludo fuerte y estamos en contacto. Leeré sin falta sus trabajos.

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