viernes, 8 de julio de 2011

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XV: El patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad)

Comenzamos hoy mencionando algo sobre Ugarit, ciudad de la que tanto hemos hablado en días anteriores. Aunque no tiene mucha relación con lo comentado, creemos que lo que a continuación exponemos, sí es de gran interés arqueológico. Pues decíamos en artículos previos, que uno de los lugares de los que consideramos procede una gran parte de nuestra cultura ibérica -entre los siglos XI al V a.C.-, fué dicha urbe de Ugarit (ciudad costera de la actual Siria, fronteriza y bajo el area cultural de Anatolia, tanto como a pocas horas de navegacíon del Egeo micénico -situada frente a la antigua capital de Chipre: Enkomi-). De la que través de internet, nos hemos podido enterar, se había transcrito una partitura del siglo XIV a.C. (época de esplendor de aquella urbe). Un cántico a la diosa de la fertilidad de su panteón y hallado en una tablilla cuneiforme, que han llegado a descifrar. No es la más antigua partitura encontrada, ni la más vierja de las transcritas -tal como comenta la noticia- (1); pero sí una de las de mayor antigüedad, y sobre todo, muy interesante para poder hacernos una idea de la música que pudo cantarse en los templos fenicios posteriores (y por lo tanto, ibéricos).

Importante es observar, al oir este himno Ugaritico del siglo XIV a.C., cuanto se parece su melodía a los cantos bizantinos, a los modos griegos, y por lo tanto: Al mozárabe y al Gregoriano. Y es que la historia de las formas artísticas no ha variado tanto (al menos en lo que respecta a las estéticas y al diseño, en el arte religioso). Consecuentemente, el Canon 28 del IV Concilio visigodo de Toledo -celebrado hace más de mil cuatrocientos años-, escribe que "las insignias episcopales son: Las vestiduras talares, los cálices, la patena, la Mitra, las sandalias, el pectoral y los guantes" ; enumerando igualmente como las insignias del obispo: "El anillo y el báculo") (2). Anillo, báculo, sandalias, pectoral, cáliz, vestiduras talares, mitra y patenas; que vemos ya en manos de los Sumos Sacerdotes egipcios, hace casi más de cinco mil años. Atributos que también fueron de los faraones y que igualmente conservaron los sacerdotes judíos, tanto como muchos monarcas y clérigos de los fenicios, pasando posteriormente a Anatolia (por influjo del mundo fenicio-arameo, o directamente del egipcio).

Esta última Península, fué donde seguramente, por llegar más tardíamente los atributos sagradados faraónicos o judío-arameos, se mantuvieron con mayor cuidado y cautela -como siempre ocurre con las costumbres importadas, que terminan conservadas con mayor pureza entre los que más recientemente las practican-. Así, el sacedocio y los monarcas hititas (tanto como los neohititas), lucíeron enormes mitras, pectorales, sellos y báculos de gran importancia y significado, hasta tiempos muy recientes (al menos hasta el siglo VII a.C.). Insignias y vestimentas muy similares a las que marca el Concilio de Toledo como episcopales y que siguen siendo las de los superiores de la Iglesia (citadas en el Canon 28 en Toledo). Atributos sagrados, que en su mayor parte fueron heredados desde Mundo Judio por Europa y del Egipcio -o del Judeo-Fenicio-, por Anatolia; Península que en tiempos anteriores a Amenofis III y IV ya vestía así a sus sacerdotes y reyes (recordemos que Akenathon -el reformador de la religión en la herejía de Amarna-, tanto como su padre, estaban casados con princesas de Mitanni; reino fronterizo con los Hititas).

JUNTO A ESTAS LÍNEAS: Rey asirio del Siglo VIII con moda aramea. Se trata del monarca Tiglatpileser III, pintado mientras imparte audiencia en un fresco del palacio de Tell Ahmar. Observemos como lleva todos los atributos que portaban los faraones y sus sacerdotes que son muchos de los símbolos de los sacerdotes y de los monarcas judios: El Báculo, la mitra, el sello real, el collar o pectoral, el traje talar, las sandalias sagradas y los guantes (que a veces se sustituyen por brazaletes). Finalmente fueron herederos de algunas de estas refinadísmas tradiciones en vestimenta, los obispos y cardenales de la Iglesia.

Cuanto vemos y exponemos, nos hace deducir que quizás en la música pudo suceder algo muy similar a lo que la tradición ha mantenido en las vestimentas sagradas. Así, quizás este himno de Ugarit tenga sus raices en el Nilo (venido desde Biblos) o en Meopotamia (llegando desde Canaan). Por todo cuanto decimos, no habría que desecharse un idea que nos brota, al observar como la música "ugaritica", se parece tanto al Canto Gregoriano (de la que le separan mas de dos mil años). Por lo que no es tan descabellado pensar que las formas y los modos en el arte religioso, poco cambiaron también en lo concerniente a las melodías. Así, quizás esta canción sagrada que abajo recogemos, pudo de ser muy similar a las que se entonaron en los templos de los faraones... . Cuanto argumentamos se demuestra, en que la liturgia judia y el canto de sinagoga están muy cerca de este himno de Ugarit, y a medio camino entre ese y la música Gregoriana. Puesto que de aquellos tonos del Templo de Salomón de Israel, proceden realmente nuestros cantos litúrgicos, del que nace el Bizantino (al mezclarse con los "modos" e instrumentos griegos). Todo lo que deja bien claro que el origen de nuestra civilización tiene un gran "onfalos", cuyo cordón umbilical nunca debiéramos cortar -al menos, si queremos comprenderla-. Un punto de inicio y nacimiento de Occidente, que se encuentra en la franja costera que va desde Costantinopla hasta Alejandría.
Para escuchar el Himno de Ugarit, consultar en portales:

http://www.goear.com/listen/041fe16/himno-a-nikkal-anonimo
http://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/himno-la-nikkal-la-canci-n-m-antigua-075055187.html
Tras la disertación anterior, pasaremos hoy a una explicación sobre el significado mágico de muchas joyas (tanto como del "valor oro-patrón" económico). Numerosas veces nos han preguntado por qué y cuando nació este "ponderal" o medida del dinero basado en el oro -principalmente, en Japón... Y es que los japoneses son muy curiosos e inteligentes-. Recordamos perfectamente, la primera vez que en me lo cuestionaron. Fuér en aquel país y nos supe durante unos segundos qué contestar. Nos quedamos parado y solo supe decirle al que lo preguntaba como el dinero se suponía que había nacido en Lidia en el siglo VII a.C. ( Lidia es hoy la zona central de Turquía -próxima a Ankara-, que antes de conquistarla los griegos, era Frigia, el reino de Midas). Pese a ello, tuve que comentar que los egipcios, mucho antes que los helenos y al menos desde comienzos del II milenio a.C., usaron unos aros de oro o plata para el trueque; que solían estar sellados y que manejaban y pesaban unos funcionarios encargados de esta labor (para que no hubiera fraudes).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Pectoral encontrado en la momia de Psusennes I (reinado en años 1039 - 991 a.C.); que se encuentra en el Museo Nacional de El Cairo -al que agradecemos nos deje difundir la imagen, para dar a conocer la importancia del significado de joyas como esta-. En nuestro artículo de hoy vamos a intentar internarnos de algún modo, en el concepto del significado místico del oro y la joyería en la antigüedad. Un sentido que se comprende plenamente al observar este colgante y darnos cuenta de que gracias a él y a lo incorruptible del oro, la figura de Psusennes I ha pervivido en la memoria, durante más de tres mil años (tal como el poseedor de aquel pectoral que vemos, habría deseado -pues con este fin, fué entre otros motivos por el que fue enterrado guardando aquella joya "protectora" en su pecho-).


Tras comentarle al curioso japonés que el dinero había nacido en Lidia, pero que los egipcios usaban antes algo muy similar, añadió el interesado textualmente: -"¿Y por qué de oro, o de plata; si son materiales inútiles?"-. Entonces saber qué contestarle, le respondí con toda seguridad lo primero que me vino a la mente, intentando mostrar que era algo aprendido y diciendo: -"¿Cómo que inútiles?. El oro es incorruptible e inalterable (sobre todo bajo tierra) y ello es lo que más deseaban los egipcios, para poder pasar a la Eternidad... ¿Tú crees que sin las máscaras de oro, hubiéramos podido conocer el rostro de Tutankhamón?-. Aquel japonés lo comprendió rápidamente. Pese a ello, yo todavía no lo he entendido de todo; y es que entre él y yo mediaba una civilización muy diferente: Aquella que sabe y conoce que "La Eternidad" puede estar en el Universo que vivimos... . Por ello, quizás en la matemática existe un símbolo que es el de "infinito", con el que podemos operar perfectamente (sabiendo un niño que: 1 elevado a infinito, o infinito elevado a cero; son indeterminados).
Pese a ello y pese a saber explicarlo, aún hago esfuerzos por entender la existencia de un "patrón oro"; y aunque en ocasiones alcanzo a comprenderlo, de continuo "se me escapa". Porque para poder entenderlo completamente creo que hemos de pensar cual japoneses, como si tuviéramos un concepto de cultura y de civismo similar al de aquellos egipcios. Pues solo así sería muy probable que inmediatamente entendiéramos por qué es el oro y no otro, el metal "patrón"; ya que transciende de algún modo "al infinito bajo tierra". Ideas muy sencillas para gentes de un mundo en el que lo espiritual y la materia viva están unidas, pero que al menos para mí resultan de una enorme complejidad cultural. Pese a ello, igualmente es un hecho que comprende de inmediato el pueblo judío; que de continuo se enfrenta a la Eternidad y a la permanencia en la Historia de su civilización. Razones por las que casi atávicamente conocen los motivos por los que este patrón oro, es el que mide la economía: Pues de algún modo es tasar el valor de algo basándose en lo inalterable, desde lo incomensurable y hasta comparándolo con lo incurrompible y eterno.
BAJO ESTAS LINEAS: Pequeñas hachas y herramientas que durante algún tiempo los arqueólogos pensaron que se trataba de juguetes para niños (o de objetos votivos de templos). Porque por su tamaño tan reducido, se hacía imposible que fueran de uso común. Hoy en día hay autores que (como en nuestra entrada anterior vimos) afirman se trata de pequeñas "monedas de la Edad del Bronce y principio del Hierro". Así a estas "moneditas" se les daba forma de herramientas, para otorgarles un valor de cambio. De algún modo eran un paso mucho más avanzado que el uso simple del lingote, para comerciar; dado que los Talentos (lingotes) solo permitían transacciones de gran valor y normalmente entre metalurgios o personas especializadas. No sirviendo los bloques de metal para trueques diarios o comunes (debido a su gran peso, sin poder ser facilmete medidos en su valor, o transportados). Muy por el contrario, estas hazuelas o hachitas tan pequeñas, tienen un orificio como asidero; lo que suponía que podían usarse de adorno y a la vez como "patrón" para el trueque. Algo muy similar a lo que continuaron haciendo cuando nacieron las monedas, en múltiples culturas populares, que incluyeron las moneditas en los aderezos y en los pañuelos de las damas (o en los botones y trajes populares). La imagen pertenece a objetos del bronce, del Museo Numantino de Soria; al que agradecemos no permita divulgar esta foto, para dar a comprender la importancia de estos pequeños artículos cúpreos.

Como decíamos anteriomente, para nosotros resulta realmente difícil la comprensión de estos patrones en metales nobles, quizás debido a que nuestras Sociedades europeas emergen de sistemas de utilidad (no de espiritualidad). Tanto, que en Occidente "valor" y "uso" son casi sinónimos. Siendo el tema sobre el "valor uso y cambio", un concepto que plantea El Capital, pero el que pocos acertamos a explicarnos. Así cuando llegábamos en clase de economía a los términos "uso y cambio", siempre nos los explicaban con un ejemplo poco inteligente pero que parecía cierto como es el del precio del agua en el desierto, frente al del líquido elemento junto a un rio... Algo que poco o nada explica; pues estos valores y conceptos normalmente son plenamente culturales y por ello, el precio a veces es ajeno al propio uso (atendiendo tan solo a lo que la Sociedad desee pagar por aquello). Puesto que en la tasación de un objeto o un trabajo, irán inmersos factores tan subjetivos y personales, como principios de civismo, de prestigio, religiosos, culturales y hasta de cariño. Un ejemplo de ello es el precio del oro, cuyo valor en una sociedad como la egipcia debió ser inimaginable; ya que vivían mirando a la muerte, para enterrarse embalsamados preservando en la tumba la existencia propia (hacia la Eternidad). Una religion y costumbres, en las que el uso de oro y la plata eran imprescindibles.
Muy distinta era entonces la vida en Europa, que vivía una Edad del Bronce; no tan oscura como muchos se empeñan en demostrar y donde parece que se vivió un absoluto materialismo, basado en la búsqueda y trabajo de los de metales. De tal manera y como consecuencia del pragmatismo de nuestras Sociedades Occidentales (desde su más tierna infancia: El eneolítico); en Europa parece que el ponderal o la medida para marcar los precios, fué el bronce. De este "patrón cobre y estaño" , ya hemos hablado sobradamente en anteriores artículos, pero su idea se resume en el hecho de una "sociedad mercantil" basada en cambios con un "patrón marcado" por la utilidad de los objetos a intercambiar (entre ellos y como fundamental: El hacha). Esta "medida" del "hacha sagrada", parece no fué solo de la Europa en la Edad de Bronce, sinó que también fue seguida por las culturas anatólicas (entre ellas la Cretense y la Hitita). Pero tuvo su parangón en Mesopotamia y el Sur del Mediterraneo -principalmente en El Nilo-. Puesto que mientras en el mundo Minoico o en el Hitita -tanto como en el del resto de Europa-, se adoraba a un Smiting God (dios herrero; tipo Vulcanos) simbolizado comunmente en el hacha doble o en el buey -como símbolo de la pecunia, del bienestar que proporcionaba el ganado y de la protección que otorgaban las armas de metal-. En Egipto, los dioses eran: Los astros y su "padre" el Sol (la Luz); tanto como las aguas y la madre fecundadora (La Tierra y el Nilo).
JUNTO A ESTAS LINEAS: Cobra alada hallada sobre el cuerpo momificado de Tutankhamón. Es uno de los múltiples pectorales que lucía el faraón en su pecho al ser depositado en su tumba; joyas cuyo significado religioso y de poder se relacionan con el culto a la muerte, a la protección del que lo lleva y a la transmisión del hombre momificado hacia la Eternidad. Guiando y vigilando al alma en su camino hacia el "más allá". Agradecemos al museo del El Cairo que nos permita divulgar la imagen.
Ello, porque estas otras civilizaciones no anatólicas (como la Mesopotámica y la Egipcia) estaban basadas fundamentalmente en la agricultura. Debido a lo que su economía partía de una necesaria sedentariedad en la población, tanto como del estudio de los astros y de los fenómenos meteorológicos; para poder sembrar en sus fechas, recolectar, o mejorar las cosechas. Todo aquello, hacía necesario la creación de un Estado estable y equilibrado, que guardara las tierras, fomentara el campesinado y los sistemas de cultivo con riegos compartidos, tanto como el mayor aprovechamiento del terreno. Por lo que los que dominaban el Estado agricultor hubieron de instruirse en astronomía, calendarios, obras públicas, botánica y posibles cambios del clima. Muy por el contrario, las otras culturas (de las que desciende Europa y cuya madre hubo de ser la Hitita, tanto como la Creta Minoica); basaron sus primeras economías en el ganado. Fueron pastores llegados desde el Valle Iranio o del Indo y ello les hizo tomar costumbres de pueblos nómadas. Terminando por construir un sistema de gran riqueza nacido de su capacidad emigración y nomadismo, lo que les hizo ricos en la búsqueda de los metales (por toda Europa). Unos hechos que darían lugar a una enorme aculturación de todo nuestro continente durante la Edad Bronce, y que culminaron con grandes y maravillosas civilizaciones, como: la Minóica, la micénica y la Hitita.
Por cuanto exponemos, es fácil entender por qué y como el patrón para ponderar dinero fué tan diferente en el Norte del Mediterraneo y en el Nilo o en Mesopotamia. Generándose ya en el II milenio a.C., un tipo de "moneda" en Egipto basada en aros de oro y plata, por el que medían el valor de todas las cosas. Mucho tendría que avanzar Europa para que aquel modo de conocer el precio de un objeto basado en un "peso-oro", estuviera implantado. Algo que no sería posible hasta época de los griegos, cuando se extendió la idea de acuñar la plata. Una "costumbre" que posiblemente heredaron los helenos de alguna forma desde rey Midas, ya que se atribuye a los lidios la invención de estas piezas de plata que llamaron Dracmas -nombre nacido del verbo griego "dragmeuo" (), cuyo significado inicial es "tomar por la mano", "liar", "hacer un manojo"-. Puesto que como dijimos, los lidios fueron los herederos y conquistadores del reino de Midas (Frigia) en el que seguro ya se comerciaba con los llamados "lingotes de torta" - las típicas "tortas" de metal, que se fundían dándoles la forma más simple y que vimos como se usaron a modo de monedas en algunas zonas mineras desde la más remota antigüedad- .
JUNTO A ESTAS LINEAS: Maravilloso pectoral de la momia de un faraón de estirpe neohitita: Shensoq I. Rey de la XXII Dinastía, originada de familias libio-invasoras, tras siglos de asedios y ataques por Los Pueblos del Mar a Egipto. Procede de generales-mercenarios, establecidos en El Nilo tras acuerdo entre los faraones y los invasores llegados por mar; que desde tiempos de Ramses III estaban acosando aquella nación. Este faraón pertenece a dinastías y gentes que pudieron llevar expediciones posteriores hasta nuestras tierras, cercanas a Tartessos (tanto es así que su nombre se encuentra en vasos y alabastrones reutilizados por los fenicios, en enterramientos de necrópolis púnicas en la zona de Málaga).
Conociendo ya la "utilidad sagrada" que tenía el oro para los egipcios, podremos saber también cual era el significado para ellos de la joyería. Un valor que no se correspondía con un precio y que no tenía gran relación con lo ostentoso o lo terrenal; sinó que muy por el contrario se acercaba mucho más a un sentido religioso y místico. Tanto fué así, que algunas piezas eran los verdaderos talismanes transportadores de poder y del medios de guiarse hacia los dioses en el camino de La Duat. Amuletos "medicinales", mágicos o religiosos, de los que nunca podía separarse el hombre. Puesto que en el Nilo se unieron el misterio de la palabra con el del propio símbolo para escribirla, y de ello una innumerable cantidad de piezas y objetos minúsculos pasaron a tener vida propia. Objetos usados por todos y que para los ricos se fabricaban en gemas, en oro y en forma de joyas, que actuaban como amuletos imprescindibles, comprendiendo el mundo de lo más sagrado. Así, desde el escarabajo, hasta el ojo de horus, pasando por el pilar o infinidad de talismanes, habían de estar en contacto con la piel y con el hombre (tanto en su vida como después de muerto y para curarle, guiarle o salvarle). Ello, porque aquellos objetos en forma de "ojo (Udjat), cruz ansada (Ank) o de alas de Horus, en sí mismos generaban el Mundo. Una civilización que nació quizás de la imaginación del Hombre, pero que en sí mima era "la verdad" de la inspiración divina en el Nilo. Cuyo resultado verdadero fué Egipto y con ello, el paso hacia la Eternidad (tal como deseban los egipcios).
En próximas entradas estudiaremos bajo estos prismas, el posible significado de El Tesoro de El Carambolo y de sus piezas.


(1) Ver como ejemplo los trabajos de Rafael Pérez Arroyo "LA MUSICA EN LA ERA DE LAS PIRÁMIDES" (Ed. Centro de estudios egipcios, Madrid 2001). Libro que contiene asimismo un CD explicativo - que se puede adquirir adjunto o por separado- sobre la música en el Antiguo Egipto. Consultar en esta obra: Capítulos: VII, pags 335 y ss. donde explica las danzas, música y el estado de la investigación sobre este aspecto de la cultura faraónica.


(2) "ANÁLISIS DE LAS ANTIGÜEDADES ECLESIÁSTICAS DE ESPAÑA" Fray Manuel de Villodas, Tomo III, pag 366. Segunda edición en Madrid 1802.

 



-Desde el pasado terremoto de Japón, guardaremos en cada entrada de nuestro blog, un recuerdo a los damnificados de este trágico suceso, tanto como para los afectados por el reciente seismo de Lorca. Solicitando ayuda para ellos, informamos de que hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF. Del mismo modo, les recordamos que una de las mejores maneras de ayudar a los afectados por catástrofes naturales, es consumir sus productos (recomendando la maquinaria y tecnología de Japón, que es inmejorable). Muchas gracias a quienes así lo hagan.-



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