viernes, 15 de diciembre de 2017

Orfebrería peninsular en la Edad de Bronce; comentario a los textos de Marisa Ruiz-Gálvez y de Perea con Armbruster en "La precolonización a debate" (parte cuarta) -Capítulo 120 de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo"-.

ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general, que contiene los más de ciento sesenta artículos que hasta ahora hemos editado en "Tartessos y lo invisible en el arte". PARA LLEGAR A ELLOS, hacer clik sobre:
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Los capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido en rojo y cuya finalidad es razonar ideas). Si desea leer el artículo entre líneas, bastará con seguir la negrilla y las letras rojas destacadas.
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EN IMAGEN, AL LADO: Bajorrelieve del templo de Hatsepsut (en Deir El-Bahari), donde figura una ofrenda de riquezas portada desde del Reino de Punt (lugar donde los egipcios realizaban expediciones para buscar oro). Se observa en la escena un mensajero que presenta piezas de metal precioso con forma de torques, brazales o anillos -agradecemos a la institución TEMPLE OF HATSEPSUT, DEIR_EL_BARI nos permita divulgar nuestra imagen-.
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BAJO ESTAS LINEAS: Fresco de la Tumba de Nebaum (Tebas Nº 181), fechada en el siglo XVI a.C., representando una pesada de metales preciosos. Como es sabido, la moneda no existió hasta las primeras acuñaciones helenas de Lidia -del siglo VII a.C.-; por lo que el comercio se realizaba en trueque o en base a intercambio de piezas de oro, plata, cobre y etc.. Para este segundo fin existían funcionarios (dependientes comúnmente de templos) que realizaban la tasación de los metales, la valuación de su pureza y finalmente su pesada certificada. Con este proceso y procedimiento, comerciaron durante el tercer y segundo milenio a.C.; usando oro y plata al que daban forma de anillos o brazales y de hachas si se trataba de cobre o bronce. De este modo, en el Egipto Antiguo -hasta la aparición de la moneda troquelada-, el oro se fundía en anillos utilizados como “monetal” de cambio. Piezas redondas de metal noble como las que aparecen en el fresco (abajo) y que vemos en un lado de la balanza, frente a una pesa colgada en el otro, con un valor pecuniario en forma de “pecus” (representando “cabezas de ganado” para tasar el precio de los brazales en oro). El patrón metrológico de esas anillas áureas fue llamado “Shaty”, y se correspondía con 7,5 gramos oro (aprox) desde el Imperio Nuevo. Su fracción mayor era el Debén, que se valoraba en doce Shatys y pesaba unos 90 gramos. A mi juicio, los posteriores nombres de Siklo y Shekel, procederían de esta palabra egipcia (shaty), que marcaba la unidad de medida de los metales nobles y que se acerca mucho al valor del siklo filiseteo (pym) y al fenicio; ponderales púnicos y de Israel que también pesaban unos 7,5 gramos.
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AL LADO: Otro bajorrelieve perteneciente al templo de Hatsepsut (en Deir El-Bahari), en el que vemos una procesión cuyos oferentes portan ramas de olivo, abanicos, bumerangs y hachas planas (montadas en sus mangos). Sobre la fotografía, he marcado estos objetos sacros que luce cada personaje, entre los que destacan esas bipennas planas, que se corresponden con las que hallamos en nuestras tierras durante la misma época (en la Edad del Bronce Medio peninsular; aunque en el bajorrelieve las hachas aparecen con empuñadura) -agradecemos a la institución TEMPLE OF HATSEPSUT, DEIR_EL_BARI nos permita divulgar nuestra imagen-.
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ABAJO: Fotografía de una vitrina del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En ella se exhiben diversos enseres del Bronce Medio peninsular, coetáneos a las imágenes de Egipto que hemos comentado anteriormente. En primer término, observamos espirales y pulseras fechadas hacia el 1400 a.C., halladas en Mengíbar (Jaén). Estos muelles-anillos, o brazales fabricados en oro puro; se supone eran objetos de prestigio y decorativos, a la vez que piezas premonetales. Considerando los más destacados investigadores (como Perea y Armbruster) que servían para realizar trueques o como “banco” de ahorro en la Edad del Bronce -tanto como para colgarlas del cuerpo a modo de collares o zarcillos-. Otros objetos que se supone fueron utilizados de forma parecida a “monedas” durante los milenis II y III a.C., son las hachas de bronce (semejantes a las que vemos en imagen). Bifaces que han aparecido en nuestra Península en un sinfín de depósitos; algunos con piezas tan inusuales que obligan pensar, servían como “piezas de cambio” y no como armas o herramientas. Todo lo que se corroboraría en los numerosos hallazgos atlánticos con miles de estas bipennas; haciendo suponer que las ocultaciones fueron almacenes de “dinero” -dedicadas al comercio y no como utensilios-. En imagen -abajo- vemos algunas de estas hachas planas fechadas hacia el Bronce Medio (circa. 1800 a.C.); con unos modelos que resultan iguales a los que pueden observarse en los frescos y dibujos egipcios de misma época.
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En este cuarto artículo continuamos nuestro comentario y resumen del libro que estudiamos desde las tres entradas anteriores. Ampliando el análisis y exposición de opiniones sobre este monográfico titulado:Contacto cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XII-VIII ane) La precolonización a debate"-. Publicación del CSIC, en la que participaron los mejores especialistas en colonización y precolonización de la Península Ibérica; donde cada autor aporta una separata sobre el tema. En nuestros tres artículos anteriores habíamos visto los trabajos de los profesores: Escacena Carrasco, Torres Ortiz, López Castro y José Clemente Martín de la Cruz. En el de hoy estudiamos la colaboración de la profesora Marisa Ruíz-Gálvez Priego, junto al capítulo redactado por las profesoras Alicia Perea y Bárbara Armbruster -en común-. Comenzaremos por la separata presentada por las dos últimas y que precisamente cierra el monográfico sobre "LA PRECOLONIZACIÓN A DEBATE"; pues con este capítulo de Perea y Armbruster podremos obtener una visión general y muy amplia -sobre el tema-. Posteriormente analizaremos el trabajo de Ruiz-Gálvez, para poder llegar a un enfoque más particular acerca de los ponderales y medidas del oro (que desarrollaremos ampliamente al final del artículo).
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A)- TRADICIÓN, CAMBIO Y RUPTURA GENERACIONAL. LA PRODUCCIÓN ORFEBRE DE LA FACHADA ATLÁNTICA DURANTE LA TRANSICIÓN BRONCE-HIERRO DE LA PENINSULA IBÉRICA (Resumen del texto de Alicia Perea y Barbara Armbruster) (1) :
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El estudio se inicia con las piezas áureas del Bronce Antiguo y Medio (circa 2200 al 1500 a.C.), cuando comienzan a crearse en la Península diademas, cintillas y cintas de oro. Una época en cuya etapa final (Bronce Bajo, Cogotas I -aprox. 1400 a.C.-) ya podremos encontrar empuñaduras de espadas y cuchillos fabricados en “oro repujado”. Puños a mi juicio hechos al modo en que se repuja el estaño -en láminas golpeadas en frio que luego se labran- y cuyo ejemplo más significativo es la famosa espada de Guadalajara (ver imagen abajo) (1a) . Continúan las autoras explicando que el procedimiento de “cera perdida” no fue el sistema inicial de trabajar el oro, durante esta fase de Antiguo y Bronce Medio atlántico. Ya que -como sabemos- los objetos áureos se elaboraban primero martillando en frío el mineral, para conseguir placas que se adherían como láminas en un proceso de baja temperatura (sin uso apenas del fuego y solo batiéndolas). Acerca de la aparición de la “cera perdida” para trabajar el oro, creen Perea y Armbruster que procedería del Mediterráneo y que su comienzo ha de datarse en una fecha cada vez más temprana, conforme avanza en nuestros días el estudio de la arqueo-metalografía.
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En referencia a ello, consideran las investigadoras que una de estas primeras piezas fabricadas a la “cera perdida” en nuestras tierras sería el tesoro de Caldas de Reyes (Pontevedra) -famoso depósito de As Silgadas que debió tener 30 kilos de oro, del que se hallaron la mitad-. Tesoro con enormes paralelos con el mundo Campaniforme peninsular; un estilo y cultura también llamada de Ciempozuelos, que -como sabemos desaparece- entorno al 1800/1600 a.C.. Este hecho y los diseños de sus joyas semejantes a los enseres hallados en el mundo dolménico, llevó inicialmente a fechar la ocultación de Caldas de Reyes entre el 2200 y el 1600 a.C.. Aunque actualmente no se data con anterioridad al siglo XIV a.C.; momento en que podríamos considerar comienza la técnica de cera perdida en el oro peninsular (una innovación que asimismo significaría el contacto entre los orfebres Mediterráneos y los del Atlántico) (1b) .
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En el siguiente epígrafe Perea y Armbruster tratan acerca de las cadenas y espirales en oro del Bronce; su filiación, razón y datación. Anillas, collares y brazales de oro, sobre los que ya hemos hablado en los comentarios de imágenes; mencionando que comúnmente se consideran piezas de prestigio y de comercio -lingotes premonetales y adornos-. Añadiendo acerca de ellos las investigadoras una interesante idea, como lo es afirmar que la aparición de esos anillos premonetales: “no debe extrañarnos puesto que se ha defendido la existencia de patrones metrológicos de origen mediterráneo oriental en la Península Ibérica durante el Bronce Final” (citando a Ruiz-Gálvez y a Eduardo Galán, como expertos que defienden esta teoría, que más tarde estudiaremos). Siguen exponiendo las Perea y Armbruster, que el lugar más común en hallazgos de esas espirales y anillos es la cuenca del Sado y la del Guadiana (1c) . Aunque a estas palabras hemos de añadir que también han aparecido en otras zonas (como Jaén ó Ciudad Real). Pero sobre todo me atrevería a afirmar que -a mi juicio- cuando hablamos de estas joyas premonetales peninsulares con forma de anillas; habríamos de pensar siempre en el “shaty” egipcio (que dio origen a los siklos y al shekel). Un patrón-oro que se “acuñaba” en el Nilo desde fines del cuarto milenio a.C.; en base a un peso aproximado de 7,5 gramos. Dando forma anular a esos “Shatys” para transportarlos o guardarlos con facilidad, pero -sobre todo- para que así tuvieran un aspecto y diseño formalizado; haciendo patente que su metal se había pesado, medido y fundido, con arreglo a un taller o templo autorizado.
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JUNTO Y SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, empuñadura de la espada de Guadalajara, que antes mencionábamos (del Bronce Medio) -tal como la expone el Museo Arqueológico Nacional al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
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Al lado, torques de Sintra -propiedad del British Museum al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Su forma extravagante, tal como la denominan Perea y Armbruster; se debería a la mezcla de estilos motivada por la aparición de colonos en nuestras tierras desde el siglo X a.C. -como más adelante estudiamos-. Su especial tipología, se acerca mucho a la de otros tesoros atlánticos (como la pulsera de Cantonha); aunque en este caso su gran peso -de unos 1256,5 gramos- deja patente la riqueza de la orfebrería peninsular durante estos siglos. Más adelante analizamos igualmente su valor y peso, comparativamente con otros ponderales peninsulares y con los coetáneos usados en el Mediterráneo.
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ABAJO: Vitrina del MAN con cintillas, diademas y cintas de oro del primer Bronce. Unos párrafos antes mencionábamos estas piezas realizadas en batido frío durante el Bronce Antiguo-Medio (entre el 2200 y el 1800 a.C.). En su mayoría pertenecen a la Cultura de El Argar; como es la diadema que ampliamos en detalle a nuestra derecha -argárica y procedente del Estrecho de la Encarnación, Caravaca; Murcia-
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Continúan Perea y Armbruster exponiendo que durante la segunda etapa de la orfebrería peninsular del Bronce -tras el siglo XIII a.C.- hay dos zonas bien diferenciadas, por su estilo y modo de trabajo en el metal. La primera se trata de la que fabricó piezas como el brazal de Estremoz y los de Villena; que utilizó principalmente en fundido con cera perdida, logrando decoraciones de orfebre piramidales, con puntas semejantes a clavos (jugando con ornamentos a modo de “panal”). El otro área sería la que realizó orfebrería del tipo Sagrajas y Berzocana, cuyos torques son tubulares, rígidos, circulares y con decoración esquemática (trabajando con moldes de arcilla abiertos; simplemente realizando decoraciones incisivas -dibujos con lineas ralladas a cincel-).
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Ambas zonas se mezclarán geográficamente, pues el área Berzocana-Sagrajas se extiende entre Cáceres-Badajoz-Alentejo-Salamanca; mientras la de Villena-Estremoz cubre desde los llanos de Alicante y Albacete, hasta Évora (Portugal) (1d) . Aunque el método de trabajo de sus talleres es muy diferente; considerándose que el de Sagrajas/Berzocana sería más antiguo -primitivo-; descendiendo directamente de los orfebres del Bronce Atlántico (creando ejemplares de torques y brazaletes sencillos, en forma de barra circular). La otra técnica de joyería, del tipo Villena/Estremoz, sería de ascendencia mediterránea según Perea y Armbruster y fabricó pulseras profusamente adornadas. Sobre ellas me atrevería a expresar que quizás la técnica procedió del Egeo, llegando de Asia Menor y más concretamente desde técnicas cretochipriotas o mesopotámicas (donde la orfebrería del oro a cera perdida llegó a ser un verdadero arte -tal como demuestran las piezas minóicas, las escitas y las sumerias-). Pudiendo pensarse con la aparición de los moldes de cera, en la llegada de orfebres orientales mediterráneos venidos desde Creta o Chipre a fines del segundo milenio a.C.; transportando los secretos de joyería desde su zona o de las costas de Ugarit -incluso del mismo Egipto-.
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Siguiendo con la obra de Perea y Armbruster, exponen en su siguiente epígrafe el modo en que tras el siglo VIII a.C. comenzarían a llegar a la Península los primeros “visitantes del Hierro”; que ya importarían las técnicas de orfebrería típicamente orientales. Formas de trabajar el oro comunes al Egeo o al mundo fenicio de la Edad del Hierro; que consistían en el granulado, la filigrana y la soldadura. Técnicas que comienzan a proliferar en una “nueva” joyería de nuestras tierras (iniciada tras el siglo VII a.C.). Momento de contacto entre los talleres de mediterráneos y los peninsulares que conservaban aún métodos antiguos del Bronce Atlántico; todo lo que terminaría por generar piezas “monstruo”. Tal como las autoras referidas definen los objetos de extraño diseño y que presentan la mezcla de estilos, creando modelos raros y exagerados durante esa etapa de transición (como los es el torques de Sintra o el brazalete de Catonha -ver imágenes bajo y sobre este epígrafe) (1e) .
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SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, el tesoro de Valdeobispo (siglos X al VIII a.C.), tal como lo expone el Museo Provincial de Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Es de tipología Berzocana/Sagreras, consistiendo en simples torques tubulares.
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Al lado: “Candelabro” de tipo Lebrija hallado en El Coronil, de orfebrería tartessia y fechado hacia el siglo VII a.C. -tal como lo expone el Museo Arqueológico Nacional al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Hablaremos de esta pieza a continuación; pues se trata de un objeto de síncresis durante el periodo orientalizante; entre las técnicas antiguas del Bronce Atlántico y las nuevas formas llegadas del Mediterráneo durante el Primer Hierro.
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ARRIBA: El tesoro de Caldas de reyes, tal como lo mostraba hace años la REVISTA ARQUEOLOGÍA; en la “carátula” de un magnífico monográfico titulado: EL ORO EN LA ESPAÑA PRERROMANA (agradecemos a su director entonces, Prof. Fernández de Castro, nos permita divulgar esta preciosa imagen que fue portada de su revista). Este conjunto es considerado por Perea y Armbruster el primer ajuar con objetos trabajados a la cera perdida. Creyendo las investigadoras que sus piezas pueden fecharse previamente al siglo XIII a.C.; debido a que sus cuencos, brazales y hasta el peine, son de tipo campaniforme (con conexiones en el mundo dolménico). De este modo, hemos de considerar al tesoro de Caldas el antecesor técnico de la forma en que se trabajó más tarde el oro en la Península: Fabricando piezas a la cera perdida y ya de influencia mediterránea; como las halladas en los tesoros de Villena/Estremoz.
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AL LADO: Brazal de Estremoz (Portugal) -tal como lo expone el Museo Arqueológico Nacional al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Fechado entre el 1200 y el 800 a.C.; es ejemplo del trabajo a cera perdida de oro durante la Edad del Bronce peninsular, desarrollando la tipología por ello denominada: Estremoz/Villena. Observemos en detalle la enorme diferencia entre este estilo de orfebrería (cargada de ornamentos, obtenidos a molde) y la más sencilla de tipo Sagrajas/Berzocana, que fabrica torques tubulares a los que se añadían decoraciones incisas -tal como podemos ver en la imagen superior, en las piezas del Tesoro de Valdeobispo; o en los posteriores ajuares cacereños, como los de Berzocana-.
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Finalmente las autoras del trabajo que analizamos, expresan cuál fue el resultado de aquel contacto entre la orfebrería del Atlántico y las nuevas formas llegadas de Oriente Medio, durante la Primera Edad del Hierro. Cuya síncresis final ven en los casos de los candeleros de Lebrija y en el ajuar de El Carambolo. Explicando que el paso entre ambas etapas se hallaría claramente expresado en los “betilos” de Lebrija, datables entre los siglos VII al VI a.C.. -de los que se encontraron otros ejemplares semejantes en El Coronil,y que podemos ver en una imagen más arriba-. Exponiendo Perea y Armbruster que la forma de trabajo y aleación de estos candeleros es igual a la que usó la orfebrería del tipo Villena y Estremoz (circa. siglos XI al IX a.C.); estando solo fundidos a la cera perdida y sin otra técnica importada. Pese a ello, su utilización se corresponde con modelos fenicios, lo que hace de estos “timyaterios” un ejemplo de síncresis. Tal como expresan sobre esas piezas de Lebrija y de El Coronil las autoras, al escribir: “el tipo de aleación con el que se fabricaron es característica de la producción orfebre del Bronce final, por ejemplo la de los depósitos de Abía de la Obispalía, la de Villena o la de los brazaletes de Estremoz y Aljustrel; un oro que se distingue claramente del empleado en la producción de época orientalizante como Trayamar, Carambolo, Aliseda. Creemos que los betilos fueron fabricados por artesanos indígenas, con tecnología atlántica, por encargo o como regalo para santuarios de culto fenicio” (1f) .
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Para terminar esta interesante separata, las investigadoras citarán el Tesoro de El Carambolo, como ejemplo de paso entre la orfebrería fenicio-mediterránea y la atlántica. Exponiendo que ese ajuar, además contiene un collar de tipo cretochipriota y que muchas de sus piezas están ya fabricadas por el método de soldaduras y granulados, típicamente orientales. Aunque en las joyas de El Carambolo se perciben también técnicas heredadas desde la orfebrería del bronce atlántico, como es la aparición de decoraciones con placas a la cera perdida y en forma triangular. Ornamentación que se relaciona plenamente con las formas de trabajo de Villena/Estremoz y que también vimos era la que contenían los candeleros de Lebrija. Escribiendo además sobre todo ello Perea y Armbruster: “La evidencia demuestra que en la fabricación de El Carambolo intervinieron dos talleres, o al menos dos artesanos con formación técnica de distinto origen, entre los que no se produjo una transmisión tecnológica a pesar de que estaban realizando el mismo encargo. (...) El Carambolo y Lebrija no marcan el principio de la orfebrería tartésica, sino el final de una larga e importantísima etapa en la historia de la tecnología de la Edad del Bronce” (1g) . Magníficas palabras a las que no deseamos añadir nada; debido a su enorme importancia y a su gran acierto como verdad histórica y arqueológica.
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ARRIBA: Mapa trazado por mí, con los yacimientos de metal durante la Antigüedad. Como podemos observar, por entonces las zonas más ricas en oro y plata eran la Península y las Islas Británicas, junto a las costas de Francia. Asimismo, no había prácticamente yacimientos de estaño en todo el Mediterráneo; por lo que cretenses, chipriotas, egeos, anatolios, sirios o egipcios, deberían navegar hasta nuestras tierras para lograr materias para el bronce (un metal imprescindible desde el 2500 al 1100 a.C. -hasta la expansión del hierro-). En el margen de la derecha del mapa, he incluido unas anotaciones sobre lo que se tardaría llegar hasta Gades, partiendo desde determinados puertos y en un barco lento del segundo milenio a. C. (a una velocidad constante de cuatro nudos; navegando 96 millas día -unos 178 kmts-). También hemos escrito las jornadas necesarias para ir desde Gades hasta las Islas Británicas; costeando el litoral peninsular en la famosa ruta de los metales (las Kassiterides). El análisis del siguiente capítulo, comenta el estudio de la profesora Ruiz-Gálvez; que trata sobre la aparición de colonos en nuestras costas a fines del Bronce y de la posible constancia de ello en la permanencia de patrones metrológicos importados por aquellos primeros “visitantes”. Quienes habrían traído hasta Iberia no solo el método de trabajar los metales, sino también sus patrones de peso (ponderales que habrían permanecido en la Península, pudiendo estudiarse en las joyas que llegaron hasta nuestros días).
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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: En imagen, al lado: Detalle de una marina pintada por Boidin en 1850 (propiedad del Museo Thyssen de Madrid, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Se puede observar de nuevo que los barcos a mediados del siglo XIX, eran prácticamente iguales a los que fabricaban siglos atrás; incluso o a los de Roma, Grecia y Fenicia. Pero nada hace pensar que las embarcaciones de la Edad del Bronce tuvieran que ser muy diferentes a las helenas y a las fenicias; tanto es así que en los bajorrelieves egipcios podremos ver naves de treinta o cuarenta metros de eslora, con las que los súbditos del faraón se encaminaban por el Mar Rojo hacia “Punt” (las cercanías de la actual Somalia). 
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AL LADO: Maqueta del cañonero Albay (1870-1886) tal como la exhibe el Museo Naval de Madrid -al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Si observamos su construcción nos daremos cuenta que no tiene grandes diferencias con los barcos grecorromanos, en los que navegaban el Mediterráneo hace veinte o veinticinco siglos. La embarcación que vemos en foto, pertenece a una época en que todavía las naves se fabricaban enteramente de madera y tan solo se distingue de las más antiguas, en los cañones o en algunos avances que las galeras romanas o las trirremes fenicias y griegas no tenían.
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B) - ESCRITURA, CONTABILIDAD Y CONCIENCIA PROPIA, EXPERIMENTADO POR MUNDOS DISTANTES. PROCESOS DE IDENTIDAD Y COMERCIO DE MERCADERES LIBRES EN LA TRANSICIÓN DE LA EDAD DE BRONCE - EDAD DE HIERRO (resumen del texto de M. Ruiz-Gálvez Priego) (2) :
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Como decíamos en el comentario de imágenes anteriores: El estudio de la profesora Ruiz-Gálvez trata sobre la aparición de colonos en nuestras costas a fines del Bronce y de la posible constancia de ello en la permanencia de patrones metrológicos importados por aquellos “visitantes”. Quienes habrían traído hasta Iberia no solo el método de trabajar los metales, sino también sus patrones de peso (ponderales que habrían permanecido en la Península, pudiendo llegar a comprobarse en las joyas que han llegado hasta nosotros). Este artículo original de Marisa Ruiz-Gálvez redactado en inglés, se intitula: WRITING, COUNTING, SELF-AWARENESS, EXPERIENCING DISTANT WORLDS. IDENTITY PROCESSES AND FREE-LANCE TRADE IN THE BRONZE AGE/IRON AGE TRANSITION. Su extenso título lo he recogido en traducción personal al español, para facilitar la comprensión de cuanto exponemos. Del mismo modo (traduciéndolo) analizaremos esta separata de Marisa Ruiz-Gálvez, que comienza explicando la relación entre escritura y contabilidad; mencionando primero las formas alfabéticas y su unión con la escritura matemática y de mercado. Para exponer esta idea nos remite las famosas tablillas del pecio de Uluburún, del que ya hemos tratado extensamente en nuestro artículo "PROCEDENCIA, DESCUBRIMIENTO Y VALOR DE LOS TALENTOS OXHIDE -PIEL DE BUEY" (3) -estudio mío, cuyo enlace proporcionamos en la cita anterior y que recomendamos a los interesados en este hallazgo-. Donde veremos como en el interior de la nave hundida cerca de Uluburún, se descubrieron centenares de lingotes piel de buey (de cobre y estaño) -en la costa sur de Turquía, cerca de la isla de Kios-. Barco de unos quince metros de eslora que se sumergió hacia el 1300 a.C. en una singladura que se supone recorría un trayecto comercial entre El Egeo, Creta, Chipre, las costas de Oriente Medio y algún puerto en la desembocadura del Nilo. Todo lo que demostrarían las diferentes mercancías que portaba (procedentes de aquellos lugares); junto a las mencionadas tablillas -en las que estarían escritos los resúmenes de carga, la bitácora y la relación de objetos que transportaba-.
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Tras hablar extensamente sobre el valor de los signos escritos en la Edad del Bronce y de su uso comercial; Ruiz-Gálvez pasa a un apartado dedicado a los pesos en el que nos dirá: ”Sin embargo, cuando podemos asociar estos bienes orientales; ideas o técnicas previas al establecimiento de colonias con un sistema de peso particular, lo que implica una ruta comercial dominante. Los valores resultan ser siempre del shéquel sirio de 9, 3 g. (4a) o el microasiato de 11,75 g. – shekel minorasiático- (4b). En vez de otros pesos (como podríamos haber esperado), como los los de Eubea de 8,72 g. -statera-, documentado por primera vez en Pithekoussai (4c) ; o también el fenicio de 7,9 g (shekel phoenik). Un sekel presenciado en el sitio fenicio de Cerro del Villar, así como en el palacio tartésico de Cancho Roano (4c) ; (4) . Continúa la autora refiriendo lo siguiente acerca de los ponderales: “Los pesos correspondían a cuatro estándares diferentes: el egipcio 94 g. (d-b-n), el shekel Eblítico o Fenicio 7,5 g. ; el shekel 8,4 g. mesopotámico y el 10,7 g. sirio. Son exactamente el mismo tipo de peso encontrado en el naufragio Uluburun (5a), (...) Un caso similar sería la tumba en Tell Jerishe, donde un comerciante fue enterrado con dos cazos de balanza y cuatro piedras de peso de 4,8 g a 46,59 g que combinan con la unidad siria, así como con cerámica LCIIB-C (5) .
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SOBRE ESTOS PÁRRAFOS: Dibujo mío de una trirreme griega del siglo VI a.C.. Con una fila doble de veinticinco remeros (cincuenta por cada lado) y más de treinta metros de eslora, lograría alcanzar velocidades constantes de quince nudos. Su mascarón de proa muestra el método bélico de embestir, para abordar y hundir naves enemigas -tal como también hacían los buques de nuestra armada en el siglo XVI-. Su capacidad de cabotaje y sus condiciones marineras, muy poco las distingue de las que navegaron el Mediterráneo hasta el siglo XIX.
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Imagen, al lado: Grabado con la galera capitana de la escuadra turca en la batalla de Lepanto (1571); junto a ella, una fragata también otomana. Como se observa, la nave del almirante turco Ali Baccha, es casi igual a las que utilizaban los helenos dos mil años antes.
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Fotografía, al lado: Maqueta de una galeota cristiana de la armada que dirigía D.Juan de Austria ese año de 1571, en Lepanto -tal como se mostraba en el Museo de Santa Cruz de Toledo, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. Los barcos que fabricó la liga cristiana para esta batalla contra los turcos, superaron el tamaño común de las que se utilizaban en otras confrontaciones. Destacando entre ellas la nave capitana, que tenía unos sesenta metros de eslora y era llamada La Real (al ir dirigida por Juan de Austria). Las fragatas, galeras y galeotas de los cristianos medían unos cuarenta metros y tenían unos treinta remeros por cada borda; siendo muy parecidas a las triremes grecorromanas. Tal como podemos apreciar en esta maqueta fotografiada; cuya única diferencia con los barcos de guerra helenos o latinos, era la disposición de cañones. Fue solo en el segundo tercio del siglo XIX cuando se incorporó al casco de los barcos láminas de acero, para blindarlos y protegerlos de los cañonazos. Momento en que la técnica naval evoluciona realmente, hasta crear los acorazados; cuando pueden ayudarse de propulsión a vapor que permitiera el arrastre de naves muy pesadas, recubiertas y blindadas.
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Continúa la profesora Ruiz-Gálvez con un epígrafe dedicado a:NORMAS DE PESO COMO PRUEBA DE RUTAS COMERCIALES"; donde escribe: Según Aubet (2000: 79-80) en el siglo XI antes de Cristo, Tiro ya había comenzado su expansión comercial, reemplazando a Ugarit como el puerto principal en el Levante. Probablemente todo fue así, pero está lejos de ser cierto que tenía el monopolio del comercio en el Mediterráneo, ya que otros sistemas de pesos como los estándares sirios y microasiáticos parecen haber sido ámpliamente utilizados” (5b) (...) “Larnaud (Jura, Francia), Caix (Somme, Francia), Schiers (Suiza) y Dragomelj (Eslovenia), identificaron un peso promedio de 475 g que, en su opinión, puede ser un múltiplo de un cierto shekel chipriota de 9 g (Petruso 1984). ), muy probablemente el shekel de 9.3 g de Siria. Sin embargo, como escribí en otro estudio (Ruiz-Gálvez 2003: 155), la unidad para estos lingotes era de 5,8 g, es decir, un medio shekel microasiático, también registrado en un tipo de lenticular (...) En todos ellos los pesos tienden a agruparse alrededor de 5,5 / 5,8 g. y sus múltiplos (...) Lassen (2000: 235) relacionó una unidad de 5,5 g con los pocos pesos conocidos del período micénico (es decir, el peso en plomo de Micenas de 1089,5 g, el segundo de piedra con un peso de 1120 g; los ocho pesos de piedra de Phokis con un peso de 545 g y 560 g, y dos más de Tiryns y Magoula de 541,4 g y 560 g, respectivamente). Una vez más, estamos tratando aquí con el medio shekel minor-asiático, lo que indicaría su fuerte presencia en el Egeo incluso antes del colapso de los palacios micénicos. (…) Un segundo sistema de peso, registrado esta vez en la Península Ibérica, es el shekel sirio de 9,3 g. Me parece interesante observar que el shekel sirio era la unidad más común en el Levante, Chipre y Ugarit hasta el final de la Edad del Bronce. Se encontró También en portugal durante el Bronce final” (5c) .
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Terminará escribiendo la prof. Ruiz-Gálvez: “Algunos estándares de peso ampliamente registrados en el este y en el Mediterráneo Central y Occidental, que no son ni de la estátera Eubea, ni del shekel fenicio; nos ayudarán a seguir este comercio anterior a los fenicios y a los griegos (…) esas poblaciones tomaron un papel activo en este tipo de comercio. Esto ayudaría a explicar la llegada temprana a los confines del Mediterráneo occidental de hierro, loza o ámbar, junto con algunos estándares de peso mediterráneos también como el desarrollo precoz de la secuencia de organizaciones Tartessias. Todo dentro de un clima de flujo continuo de comercio, con mercaderes e información a través del Mediterráneo, con aparición del preciso patrón sistemático de los fenicios en sus colonias en el oeste (se refiere al Shekel que aparece en Gadir, Malaka etc)” (5d) .
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Arriba, dos juegos de pesas y dos platillos de balanza, halladas en Cancho Roano, Zalamea de la Serena -tal como los muestra el Museo Arqueológico de Badajoz, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra fotografía-. Hemos de fechar estos utensilios muy cercanos al siglo V a.C., tal como se datan la mayor parte de los restos hallados en el yacimiento. A continuación trataremos ámpliamente sobre estos pesos y sus valores.
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JUNTO ESTAS LINEAS: Ballestilla y cuadrantes más simples utilizados para orientarse, logrando medir longitud y latitud (incluso tras la aparición de la brújula). La alidada que vemos en foto a nuestra derecha, era la más común hasta bien entrado el siglo XVII y se denominaba Báculo de Jacob (debido a que su uso se explicó en el libro de Jakob Koebel, publicado en en 1581). Sabemos que era muy semejante a los métodos que utilizarían los egipcios y los mesopotamios para orientarse al navegar por el desierto (guiados comúnmente por sus astrónomos-sacerdotes). De este modelo de ballestilla -a mi juicio- derivarían algunas formas sagradas del Nilo y de Mesopotamia; como la cruz ansada (Ank de Isis), las estelas discoideas mazdeistas y las varas de mando de tiempos de Gudea. Pues como podemos ver en los grabados -junto a la alidada- se usaban para medir distancias, calcular alturas y orientarse por los astros. Siendo el método más sencillo el “báculo” de cuerdas con forma de cruz y miras (sobre las que es muy sencillo observar longitudes y grados).
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A ello hemos de añadir una idea que comúnmente defiendo y expongo; considerando que hemos de suponer que desde la más remota antigüedad conocían la esfericidad de la tierra, tanto como el grado. Ello, porque la forma esférica del planeta es una evidencia que a simple vista se observa en el desierto o en el mar (desde la cima de un monte). Pero principalmente porque ignorando que la Tierra es redonda y sin conocer aproximadamente su tamaño, es imposible orientarse por los astros (menos aún en el desierto). Todo cuanto expresamos se hace evidente en culturas como la egipcia y la mesopotamia, cuyos edificios y cultos desde comienzos del III milenio a.C. estaban ya dedicados a la observación de la cúpula celeste (tal como también se usaban los cromlechs megalíticos y los templos de Malta, en los milenios V y IV a.C.). Por lo demás, para conocer el tamaño del globo terráqueo bastará con medir el cambio de sombra, en linea recta, durante una misma fecha. Pudiendo deducirse con una simple regla de grados, que cada 111 kilómetros la sombra cambia un grado (aproximadamente). Bastando luego multiplicar esa distancia por 360º, para hallar el perímetro de la Tierra, que resultaría así: 111.000 mts. x 360 = 39.960.000 metros.
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Todo cuanto he expuesto como técnica de medición del Planeta se realizaría simplemente con dos mástiles dispuestos en linea recta y una regla de cálculo de grados. Estos semicírculos para medir la circunferencia sabemos que existieron en Egipto y Mesopotamia a fines del IV milenio a.C.; momento en que hay constancia, habían dividido el círculo en los 360º que todavía hoy manejamos. Además, es manifiestamente conocido que tanto en el Nilo, como en tierras del Tigris y Eúfrates, triangulaban y reagrupaban sus cultivos anualmente; todo lo que hacía posible seguir una linea recta en el terreno recta con absoluta facilidad. Pudiéndose haber medido la circunferencia de la Tierra ya durante el IV milenio; o a todo lo más en tiempos de Saqqara (hacia el 2700 a.C.). Momento histórico en que se establece el patrón oficial sagrado del Codo Real y Codo Vulgar; desde el cual nace todo el resto de ponderales y pesos faraónicos que se mantuvieron durante milenios como inalterables. De igual manera sucedería en Mesopotamia ya en época de Gudea; cuyo Codo equivale prácticamente a medio metro, todo lo que manifiesta que es una media geodésica. Siendo exactamente de 49,5 ctms., ese Codo de Lagash; calculado con exactitud en la "Vara" bajo la estatua de Gudea rey, del museo del Louvre (esculpida hacia el 2170 aC.). -En imagen, abajo: Estatua del rey Gudea en el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra fotografía-.
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1) INTRODUCCIÓN AL COMENTARIO NUESTRO SOBRE EL CAPÍTULO DE LA PROF. RUIZ-GÁLVEZ:
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Antes de comenzar con el análisis sobre pesos y medidas que la profesora Ruiz-Gálvez menciona en la separata que analizamos; añadiré algunas teorías personales surgidas de investigaciones nuestras, acerca de la metrología en el mundo antiguo. Una idea que en principio surge y procede dese las que ya intuía Newton y que compartieron todos los ilustrados; quienes pensaron que los egipcios y mesopotamios conocían perfectamente el tamaño de la Tierra (teniendo basada toda su metrología en base al Arco del Meridiano). Algo que para Newton era fundamental con el fin de valorar el peso relativo de nuestro Planeta y calcular así la función gravitacional -la atracción, en base a la aceleración de 9,8 mts. por segundo-. Asimismo, el conocimiento del perímetro terrestre era también imprescindible para crear el nuevo sistema de pesos y medidas durante la Revolución Francesa -sistema métrico decimal-; por cuanto aquellos ilustrados igualmente recurrieron a los restos arqueológicos y formas de medir entre las civilizaciones antiguas. Suponiendo los ilustrados del siglo XVIII -con gran fundamento-, que tanto los egipcios como los mesopotamios, habían podido valuar el grado terrestre a la perfección; tal como luego lo hicieron sus herederos los árabes (entre ellos Al-Fra-Gano). Debido a la climatología de la zona y a las extensas llanuras existentes en el Nilo o en el Golfo Pérsico. Dado a que algunos tramos del rio de Egipto se desarrollan prácticamente en linea recta y de Sur a Norte; al igual que el Golfo de Arabia es un mar interior que se mantiene centenares de kilómetros en esa orientación y con una profundidad regular menor a cuatro metros. Todo lo que posibilitaría el estudio perfecto de la geodesia, simplemente usando mástiles y analizando las sombras máximas en un mismo día. Comprobado pronto que aquellas sombras varían un grado cada ciento once kilómetros (aproximadamente), deduciendo pronto que la medida de Meridiano es 360ºx111 kmts. (unos 40.000 kilómetros). Lo que en Codos de Gudea venían a ser 80.000 y en Codos Reales Egipcios 75.600; todo lo que daría un perímetro del Globo terráqueo de 39.690 kilómetros -para los interesados en la relación entre geodesia y metrología recomendamos ver nuestra cita final de este artículo (40) -.
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De este cálculo geodésico nacerían todos los sistemas ponderales; simplemente cubicando el codo y pesándolo (lleno de agua). Ello fue lo que se hizo en el siglo XVIII con el métrico-decimal, imitando las formas metrológicas antiguas; para abandonar las incómodas varas, pies, brazas, arrobas, fanegas e infinidad de medidas que existían en Europa -pudiendo comerciar así en base a un sistema común-. Por su parte el estudio de la medida del grado era tan sencillo de realizar en el desierto, como imprescindible para todos lo que quisieran viajar guiados por los astros. Pues sin conocer la esfericidad de la tierra y la medida aproximada del orbe, es imposible orientarse. Pese a ello, para una sencilla formación de los pilotos de caravanas y barcos en la Antigüedad, bastaría con enseñarles a seguir “lineas de sombra”. Lo que es igual a guiarse conforme a longitudes de Este a Oeste y luego de Norte a Sur (localizando latitud y longitud en relación a una altura de sombra o de astros). Sin necesitar que esos guías conocieran la esfericidad del Globo y menos su tamaño; bastando con enseñarles las coordenadas y la medida de sombra al punto de destino, para que ellos localizaran un lugar en el desierto o en el mar (con referencia al Sol, a la altura de estrellas y a la fecha). Mostrándoles que por ejemplo, si hemos de ir a Giza y sabiendo que sus sombra en equinoccios y solsticios es de 30º; significa que ese punto está en el Grado 30 (latitud a la que se ubican exactamente las pirámides). Así para llegar a Giza hay que viajar hacia un lugar en que la sombra durante el día de equinoccio marque 30º; pero que a su vez tenga 0,25 grados más o menos, según avanza o se retrase un día, desde la fecha de equinoccio. Por lo que si queremos llegar el 1 de Octubre a Giza, habremos de buscar un lugar donde la sombra marque ese día 27,5º; hallando así la latitud y cuya longitud podría calcularse durante el viaje soltando palomas mensajeras (que se orientan a los pocos metros de ser lanzadas).
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Por todo cuanto expreso, creo se hace evidente que durante la antigüedad conocieran con bastante exactitud el tamaño del grado y que se guiaban en razón a ello. Lo que además explica los sistema de metrologías heredadas y correlativas; desde los más remotos tiempos y hasta Roma (pues en los casos de grandes civilizaciones, sus patrones eran divisores del Meridiano). Algo que incluso explica por qué en Egipto se modifica el Codo Real, cuando trasladan su capital al Sur durante el Imperio Nuevo. Momento en que regulan de nuevo el Codo, que había impuesto Imhotep hacia el 2650 a.C. como patrón sagrado; pese a estar prohibido cambiar aquella medida. Pues durante la XVIII dinastía alargan el Codo Real desde los 52,3 ctms. que tuvo en época de Saqqara, hasta los 52,5 ctms.. Dándole un nuevo valor y mayor, a mi juicio debido a que en Luxor (donde situaron la nueva capital) el meridiano mide algo más por grado, que en Saqqara -en razón al achatamiento que nuestro planeta sufre en el Ecuador-. Siendo ello una demostración evidente de que el patrón “Codo” nacía de cálculos geodésicos; cuya función primera procedía de la necesidad de orientarse al viajar y para estudiar o calcular la cúpula celeste (observada desde la Tierra). Así, por cuanto he razonado en diversos artículos y por lo ya explicado; creemos que los valores de ponderales y medidas del Mundo Antiguo fueron correlativos con el meridiano, pero también entre las distintas metrologías de diferentes culturas (para permitir el cambio y el intercambio). Estando basados en esos sistemas metrológicos iniciales -mantenidos desde Mesoptamia y Egipto-, donde era evidente que habían calculado durante milenios el perímetro de la Tierra con el fin de estudiar los astros. Para comprobar cuanto explico, recomendamos ver cita (6) . Asimismo, los interesados en el tema pueden consultar nuestros artículos recogidos en cita (7) .
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SOBRE Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Arriba, correlación de los ponderales en la antigüedad, conforme a pesos coincidentes en Mesopotamia y Egipto. Como pudimos ver y comprobar en mis diferentes estudios, todos tendrían coeficiente de paso (para cambiar unos por otros). Abajo: Demostración de los sencillos métodos que deben usarse para medir el grado y las sombras en el desierto. Logrando conocer las latitudes con enorme facilidad, simplemente estudiando la altura de las estrellas o de las sombras (en una misma fecha).
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2) COMENTARIO AL CAPÍTULO DE LA PROF. RUIZ-GÁLVEZ:
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Cuanto expone Marisa Ruiz-Gálvez en la separata que analizamos, vendría a concluir que estudiando los pesos y ponderales, podríamos dilucidar la venida de determinados pueblos hasta nuestras costas. Observando simplemente los patrones y medidas que usaron en la Península durante aquel tiempo previo a la Edad del Hierro -plena-. Siguiendo su lógica -que parece indiscutible-, con este método sería tan fácil encontrar quienes nos colonizaron antes de los griegos y fenicios; como observar dónde llegó el imperio británico, estudiando aquellos países que todavía contienen una metrología expresada en libras, pies o millas. Asimismo, la profesora Ruiz-Gálvez, considera más que probada la aparición de ponderales en la Península muy anteriores a los propiamente helenos y al shekel fenicio. Todo lo que demostraría la llegada a las costas ibéricas de navegantes venidos principalmente de Asia Menor (durante el Bajo Bronce -entre el 1200 y el 800 a.C.-). Unas ideas que corroboramos y que hemos ido probando al analizar los diferentes pesos de la joyería peninsular. Ya que -por fortuna- el oro y la plata apenas varían ni se desgastan durante milenios, pudiéndose estudiar perfectamente los patrones originales desde joyas hechas en metal noble. Algo que no sucede con las pesas de bronce y de piedra halladas en yacimientos; que con el paso del tiempo sufren desgastes, erosiones u oxidación.
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Pese a todo, esta teoría contiene un problema, como es la necesidad de considerar que muchos de los pesos durante la Antigüedad, eran correlativos (al menos, a mi entender). Teniendo lo que se denominaba “coeficiente de paso” y que hoy llamaríamos “cociente de cambio”; tanto, que en la Biblia se menciona cual era este paso entre el siklo judío (shekel) y el siklo filisteo (llamado Pym). Que se cambiaba en razón de 3 a 2 (3 shekel de Israel por 2 Pym); cuanto les da un valor correlativo de 3/2, por lo que sabiendo que el shekel judío pesaba 11,37 gramos, se puede afirmar que el filisteo era de 7,58 g. (un siklo que nos acerca muchísimo a los valores de la misma moneda en Fenicia y sobre todo al Shaty de Egipto, que sabemos era de 7,5 gramos, pero que aumenta después del siglo X a.C.). Acerca de todo ello ya hemos tratado en infinidad de artículos míos, entre los que desearía destacar uno intitulado METROLOGÍA Y PONDERALES EN LA IBERIA PRERROMANA (Sobre los estudios de Mora Serrano y de Ma.Paz García-Bellido) en en que expongo algunas ideas que considero importantes y que recojo tras las siguientes imágenes.
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AL LADO: De nuevo una fotografía ya divulgada por mí, de una Mina con inscripción y nombre del rey Akadio Shu-Shin, monarca sumerio de fines del siglo XXI a.C.. Fabricada en diorita, procede de Telloh (antiguo Girsu) y es propiedad del Museo del Louvre -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Su peso es de 2520 gr. teniendo inscrito que corresponde a "5 Mana" (cinco minas), lo que nos llevaría a una Mina de 504 gramos. Ello cuadra con las varas Mesopotámicas, que medían medio metro (aproximadamente), por lo que cubicándolas y llenas de agua, pesarían unas 50 minas grandes, como la que vemos en imagen (unos 125 kilos = 50x50x50 ctms cúbicos). Este ponderal que se utilizó durante milenios entre el Tigris y el Eúfrates, confirmaría un valor del siklo de 8,34 gramos, ya que contenía 60 siklos cada Mina normal (de 504 g.) y 300 siklos la Gran Mina de la foto (de 2520 g.). Asimismo, podremos comprobar que este ponderal procede directamente también del Codo de Gudea, cubicando la medida y dividiendo su resultado por el peso del siklo. Lo que es equivalente cuando observamos que 14820 siklos de 8,333... g., se corresponden con el peso líquido de 49,8 ctms. al cubo. Es decir, cincuenta centímetros cúbicos de agua, divididos por 60 = 8,3333... gramos = Siklo de Gudea (Gin). Cuanto expreso, lejos de ser ajeno a nuestra cultura lo podremos ver en el Tesoro de Villena; cuyo ponderal principal es de 16,8 gramos, habiéndose encontrado lingotes con ese peso (relativo a dos Gin = 8,4 g x 2). Tanto como veremos ese ponderal en muchas de las joyas del Bronce al Hierro (valuadas con respecto a ese Gin de 8,4 gramos).
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JUNTO A ESTE PÁRRAFO: Pesos que aporta Ma.Paz García y Bellido, procedentes del ajuar de La Pinilla, yacimiento tardopúnico del siglo III a.C., en el cual aparecieron numerosos ponderales. Citando la profesora: "dos pesas de ca. 11 g. y otras dos de ca. 14,5 g que se combinan con una mayor de 36,8 g y una menor de 7,3 g." . Explicando que la última se correspondería con el valor claro del Shekel, tras lo que continúa Bartolomé Mora textualmente: "No obstante, los estudios sobre la metrología ibérica de Contestania, ampliada a otros yacimientos de la región levantina como el Puntal del Llops (Olocau, Valencia) apuntan, como se ha comentado más arriba, a la existencia de un patrón de origen púnico basado, en este caso, en una unidad teórica de 7,2 g cuyo apogeo se sitúa en el siglo III a. C.; esto es, muy próximo al adoptado por la moneda de plata hispano-cartaginesa y, también, al que se deduce de la pesa menor de La Pinilla" (8) .
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a) Visión de Jiménez Ávila sobre Cancho Roano y del problema de los ponderales en la Iberia Antigua según Mora Serrano:
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Acerca de las pesas halladas en Cancho Roano, el Profesor Javier Jiménez Dávila escribe en su separata "MATERIALES PROTOHISTÓRICOS DE «EL TURUÑUELO» -épigrafe sobre el PONDERAL- (9) :
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"Otras de las piezas abundantes entre los bronces de Cancho Roano son los ponderales o pesas (...) Una pieza de estas características se halló también entre los escombros de El Turuñuelo. Se trata de una típica pesa discoidal con perforación circular central y sección exagonal (...) más interesante que su coincidencia formal con la serie de pesas extraídas en las excavaciones de Zalamea es la equivalencia de sus valores pues con sus 31,14 gramos de peso el ponderal del Turuñuelo se sitúa cómodamente dentro del intervalo admitido para la unidad de Cancho Roano (...) En un entorno más amplio se han detectado pesas de bronce en los yacimientos de Ébora (Sevilla) y el Castañuelo (Huelva), ya referidas por Maluquer y en Riotinto (Huelva), Castulo, (Jaén) y otros enclaves (...) Las pesas del Museo de Sevilla reseñadas por Maluquer parecen proceder de las excavaciones de Carriazo en el Cortijo de Ébora aunque hay cierta confusión en torno a un posible origen en el Carambolo 2. Sus pesos de 29,92 y 58,45 están bastante próximos al sistema de relaciones de Cancho Roano-El Turuñuelo (...) La pesa de El Castañuelo (...) de finales del siglo V a principios del IV a.C (...) su estado actual pesa 85,8 g., magnitud que no se halla alejada del triplo de la pesa 1 de Ébora pero que hay que considerar con toda la prudencia (...) Los ejemplares de Riotinto pesan 13,28 g., 19,19 g., 22,50 g. y 18,93 g. (...) magnitudes las alejan de la pesa del Turuñuelo y del sistema de Cancho Roano (...) la oscilación de las tres últimas en torno a los 20 g. La mitad oriental de Andalucía ha sido mucho menos prolífica en hallazgos de este tipo. De Villacarrillo (Jaén) proceden dos (...) nunca conoceremos sus pesos (...) sabemos que un ponderal discoidal de sección exagonal procedente de las inmediaciones de Castulo pesa 15 g., aproximadamente la mitad de la unidad de Cancho Roano Turuñuelo. Más hacia el norte están los juegos murcianos de El Cigarralejo y el Cabecico del Tesoro relacionables con ejemplares aislados de Covalta y La Bastida que por su forma, relación, peso y asociaciones se alejan considerablemente de los ponderales del Guadiana.
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El esquema general que se puede desligar de esta serie de medidas:
-1° Representado únicamente por las pesas de Riotinto, con una cronología en función de su contexto de en tomo al siglo VII a. C. (...) pesas de en torno a 20 g. sin que quepa precisar si se trata de unidades, múltiplos o divisores.
-2° Representado por los ejemplares de Cancho Roano, El Turuñuelo, Castulo, y muy probablemente los de Ébora y Villacarrillo. Este sistema tiene una unidad de en torno a 31 g. y se agrupa en múltiplos de 2, 3, 4, 5 Y 10 unidades así como en divisores de 1/2 y 1/4 (...) este sistema que debió extenderse por los valles del Guadiana y del Guadalquivir desde el siglo VI, cronología del tesoro de Ébora, hasta finales del siglo V, fecha de los ejemplares de Cancho Roano.
-3° Representado por los conjuntos levantinos del Cigarralejo y el Cabecico y por los ejemplares de Covalta y La Bastida con pesas mínimas (....) a 2 g. y máximos de unos 200 g.. Se extendería por la zona ocupada por las provincias de Murcia y Valencia (y, presumiblemente Alicante) durante el siglo IV.
Si la presencia de estos tres sistemas responde a condicionantes geográficos o cronológicos es algo que sólo futuros hallazgos podrán determinar con mayor exactitud. En principio la coexistencia de los sistemas 1° Y 2° en Andalucía Occidental en épocas distintas parece avalar la sustitución del uno por el otro, pero el 2° y el 3°, los más precisamente documentados, no se solapan ni en el espacio ni en el tiempo por lo que es difícil establecer su relación".(9)
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Por su parte, recordemos que Mora Serrano nos decía exactamante acerca de estos pesos del yacimiento tartessio de Extremadura: "los ponderales del asentamiento orientalizante de Cancho Roano (Badajoz) el más antiguo y documentado testimonio de un complejo sistema metrológico que podría haber servido de base al grueso de los sistemas ponderales, incluidos los monetarios, de buena parte del sur peninsular (...) entre los diferentes pesos extremeños, resulta muy sugerente la reducción metrológica propuesta, basada en la identificación del shekel fenicio de 9,4 g -que se correspondería aquí con los 9,12 g.- que se repite en dos de los sistemas propuestos (CR-3 y 4). Sus valores superiores, con 32-36 g y 146 g, marcados con círculos e indicando por tanto su posición respecto a la unidad de pesada en sus respectivos juegos ponderales, han sido relacionados, junto al múltiplo de ca. 304-310 g con la regularidad metrológica que presentan los conocidos torques y joyas meseteñas del noroeste hispano. Su frecuente hallazgo formando parte de importantes ocultamientos meseteños como el de Padilla de Duero (Valladolid) plantea aquí la existencia de erarios públicos que, como bien se conoce, sólo en parte y en momentos ya avanzados se convertirán en moneda".
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"El razonable acople de este estándar con el shekel encuentra importantes matizaciones, según se considere el cartaginés de 7,60 g (del que serían 5/8), el Bárquida de 7,20 g (con una equivalencia de 2/3) , o como recientemente se ha propuesto del fenicio de 9,4 g (por tanto hemishekel). Sin embargo, la principal virtud de estas interpretaciones es su explícita relación con el sistema monetario fenicio-cartaginés ya defendida por Zobel en el siglo XIX" (…) "Junto a las puntuales o en todo caso escasas emisiones Bárquidas de electro y oro, son las de plata articuladas en una amplia gama de valores desde el trishekel al cuarto de shekel las principales amonedaciones del bando cartaginés puestas en circulación en Iberia. Su metrología no es, sin embargo, la utilizada en la metrópoli basada en un shekel de 7,60 g, sino aquella otra de 7,20 g, cuyo origen incierto ha intentado ser explicado como resultado de la elevada calidad de la plata ibérica (10) .
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AL LADO: Diferentes cuadrantes del siglo XVIII, de procedencia inglesa -tal como los muestra el Museo Naval, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En la parte superior de la foto, ballestilla utilizada en el siglo XVIII para navegar; su procedimiento para la lectura de los astros lo hemos explicado repetidamente: Consiste en una alidada que lleva cruces sobre un madero central (que va graduado). Para medir la altura de una estrella se extienden los travesaños y se toma como orientación el horizonte (punto sobre tierra “plana”). Luego se apunta con los extremos de las traviesas y sus miras hacia el astro que queremos leer, siendo así fácil lograr saber sus grados y su relación con otros puntos de referencia señalados en el segundo mástil. El otro cuadrante, a la derecha y en la parte superior de la imagen; es el llamado “de dos sectores”, mucho más simple que la ballestilla (también menos exacta). Su funcionamiento se basa en aplicar el compás que tiene al final y situarlo en sección opuesta entre dos estrellas; pudiendo leer la diferencia entre ambas. Finalmente, abajo vemos el cuadrante más sencillo y que es solo un compás o una media circunferencia graduada. Se colgará de él unas pesas, para ponerlo recto conforme linea de horizonte; después simplemente se mide la altura de la estrella (como pudiera hacerse abriendo un compás y leyendo los grados de apertura).
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AL LADO Y ABAJO: Junto estas lineas una “corredera” del siglo XVIII. Abajo, foto de unos relojes de arena, llamados también “ampollas” -tal como los muestra el Museo Naval, al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. La “corredera y la ampolla se usaron hasta el siglo XIX para calcular la “longitud”, ya que la latitud se conocía por la altura de sombras o de los astros. Sin embargo la distancia recorrida de Este a Oeste, era difícil de conocer a menos que se llevase un reloj muy exacto a bordo; así que normalmente se valoraba con el promedio de velocidad, obteniendo así las millas navegadas. El método más común para hallar esa longitud avanzada, era soltar la “corredera”; consistente en una tablita atada a un cabo, que se lanzaba por popa y se dejaba correr el tiempo que marcaba la ampolla o la clepsidra. La ampolla es el reloj de arena (típico del siglo XVII y XVIII) aunque antes se llevaba una tinaja-clepsidra con un agujero inferior, para usarla como cronómetro. Con ese fin, se quitaba el tapón de la tinaja a la vez que se soltaba la corredera por popa y cuando el agua del cántaro cesaba de caer, también se paraba la cuerda de corredera. En ese momento se recogía el cabo atado a la tablilla y se iban contando los nudos o medidas que la cuerda había avanzado; hasta conocer el total de “nudos”, pudiendo calcular así la velocidad a la que iba la nave (de ello la valuación de las millas en “nudos”). Cada vez que el viento cambiaba, se volvía a hacer el experimento, para saber aproximadamente los “nudos de corredera” a los que se viajaba y lograr el promedio, pudiendo calcular con ello la longitud a la que estábamos.
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Como podremos ver, estos métodos de leer los astros y de navegar son tan sencillos como rudimentarios y primitivos; habiendo sido usados desde los tiempos más remotos. Todos ellos son de una enorme sencillez, aunque para viajar y orientarse (en mar o en el desierto) precisan de un dato fundamental como es conocer la latitud a la que nos encontramos (midiendo las sombras o los astros). Para lo que es imprescindible saber que la Tierra es esférica y su tamaño aproximado, para calcular el lugar dónde nos situamos en ella; pues de lo contrario será imposible leer los astros (que cambian en razón a nuestra latitud; un hecho que se observa simplemente viajando de Norte a Sur unos cientos de kilómetros -viendo claramente que se modifican las sombras y la altura de los astros-).
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b) El problema de Cancho Roano y del mundo menor-asiático en los ponderales peninsulares:
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Sobre este yacimiento tartessio, en el epígrafe anterior vimos cómo escribía Mora Serrano que era: "el más antiguo y documentado testimonio de un complejo sistema metrológico que podría haber servido de base al grueso de los sistemas ponderales (...) y resulta muy sugerente la reducción metrológica propuesta, basada en la identificación del shekel fenicio de 9,4 g ". Prosigue el autor mencionando que además existen valores de 32 y 36 gramos, junto a otro de 146 g., que han sido relacionadas con pesos y joyas meseteñas como las de Padilla de Duero, cuyos tamaños oscilan en fracciones cercanas o divisibles por 310 gramos. Datos a los que hemos de añadir que 146 g. es exactamente 20 veces 7,3 gramos (20 Siklos Púnicos); de lo que aquel valor cercano a 300 g. y que ve común en la joyería meseteña, sería equivalente a unos 40 Shekel fenicios de 7,27 gramos. Todo lo que en mi juicio hablaría de que las piezas de Padilla de Duero (Pintia) y algunas de Cancho Roano, están relacionados con patrones fenicios; siendo correlativas al Shekel de 7,27 g. (que por 40 es 145,4 g.; la mitad aproximada de 300 gramos)
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Acerca del mismo yacimiento, la profesora Ma.Paz García-Bellido expone en su obra LOS SISTEMAS PONDERALES EN EL MUNDOPÚNICO DE IBERIA E IBIZA; que en Cancho Roano existe una base fenicia, relativa a lo que llama "Siklo Sirio" de 9,4 gramos (11). Más adelante volveremos sobre este peso que indistintamente juzgan de 9,1 y 9,4 g., denominándolo Shekel de Siria y que consideran de origen egipcio. Pues siguiendo con el referido trabajo, la profesora escribe literalmente sobre las "fusayolas" halladas en tierras de Badajoz: "de finales del s. IV, son las 25 pesas que se han encontrado en las excavaciones de Cancho Roano, de las que ya me ocupé por extenso y cuyo estudio me permitió identificar aquí en España por primera vez el shekel sirio (microasiático) de 9’4 g.. A pesar de que este valor aparecía marcado con cuatro puntos como un divisor de la unidad de c. 37 g, marcada con 1 punto de la que el yacimiento había proporcionado numerosos ejemplares " (12) .

No entraremos en este momento a discutir sobre la razón del peso 9,4 gramos que claramente parece una fracción de la Mina de Ugarit (que yo considero igual a la Mina de Ebla del siglo XVII a.C.) y cuyo peso era de 470 gramos, que divididos por 50 son exactamente 9,4 gramos. Siendo además el origen del Shekel PYM (filisteo) que pesaba 7,58 g. , ya que (7,58 g. · 5/4) = 9,475 g.. Siendo igualmente la Mina de Ugarit o Mina de Ebla, relativa al siklo de Babilonia, que pesaba 6,72 gramos; lo que prácticamente se corresponde con 470 g. divididos por 70. Aunque destacaremos que Ma. Paz García-Bellido, no menciona que el peso hallado en Cancho roano de 9,1 gramos, es relativo al Deben de la época (Ptolemaica); pues se trataría de un décimo de Deben egipcio tardío que valía 91 gramos (o bien de 12/10 de Sekel, de 7,58 g.). Por lo demás, añadiremos de nuevo que el valor 37 es el correspondiente a algo "muy cercano" a 5 Siklos de 7,3 a 7,5 g.; ya que 5 multiplicado por 7,4 g., es 37. Todo lo que puede hacernos ver de dónde proceden estas fusayolas tan cercanas a 37 g. y que se repiten en Cancho Roano (correspondiendo probablemente a 5 Siklos fenicios).
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Por lo demás, tras haberlos estudiado, creo personalmente que en este juego de ponderales existen al menos tres sistemas (sino hay cuatro):
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1º-Primeramente fusayolas con relación al siklo de Fenicia simplificado en un valor cercano a 7,3 gramos. Del cual surgen las que valen 146 g. (20 siklos) ; 73 g. (10 siklos) ; 36,5 g. (5 siklos) ; 18,5 g. (2,5 siklos) ; 9,1 g. (5/4 siklo) y 365 g. (50 siklos o Mina fenicia). Teniendo como característica propia y que marca la metrología de la Península durante época prerromana, la existencia de un valor cercano a los 365 gramos, que es igual al de las "tortas lingote" de Galicia y el mismo que hemos dado al centésimo de Bat judío, de donde procedía la Mina Fenicia (al igual que un tipo de Mana babilonio) (13).
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2º-En segundo lugar las que están medidas en Dracmas de unos 4,56 gramos y que son las que contienen: 146 g. (32 Dracmas); 73 g. 36,5 (32 Dracmas): 18,25 g. (4 Dracmas); 9,125 (2 Dracmas); 355,5 (78 Dracmas) 365 (80 Dracmas) (14) .
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3º-En tercer lugar las pesas medidas en Uncias celtibéricas, cuyo valor real estimado es de 15,48 gramos, pero que en Cancho Roano hemos de simplificarlo a 15,5 g.. Siendo las fusayolas que contienen este sistema uncial peninsular: 7,75 g. (1/2 uncia); 15,5 g. (1 uncia); 31 g. (2 uncias); 62 g. (4 uncias); 93 g. (6 uncias); 108,5 g. (7 uncias); 128 g. (8 uncias); 155 g. (10 uncias); 310 (20 uncias) (15) .
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4º.-En cuarto lugar, también existen correspondencias con un Hemishekel común a las acuñaciones peninsulares fenicias -especialmente en las de Ibiza-. Ponderal que pesa aproximadamente unos 3 gramos (concretamente 2,958 g.) y que aparece en las fusayolas: 142 g. (48 Hemnisekel); 71 g. (24 Hemishekel); 35,5 g. (12 Hemisekel); 17,75 g. (6 Hemishekel); 8,875 g. (4 Hemishekel). Siendo este valor igual al Shekel dividido por 2,5 = 2,958 g. ; pero tomando el Siklo Fenicio como 7,27 g. se correspondería a 2,908 gr. (16) .
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Todo cuanto hemos recogido expresaría la proliferación de sistemas metrológicos en tiempos de Cancho Roano; algo que mostraría la necesidad de tener diferentes ponderales durante el periodo tartessio, para poder tratar y cambiar con muy distintos colonos y vecinos (iberos, celtíberos, galáicos, fenicios o griegos).
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ARRIBA Y AL LADO: Sobre estas lineas: Las fusayolas que componen el "juego de pesas" halladas en Cancho Roano, fechadas hacia el siglo V a.C. (son un total de 25 pesas). Bajo estas hemos colocado los valores tal como los entiende la profesora Mª Paz García-Bellido, en los que vemos en primer lugar el de 7,75 gramos y tras este, un desarrollo que dependería partiendo desde la base de este inicial. Ello cuadraría a mi juicio con el sistema de ponderación de las monedas de bronce ibéricas, cuyo patrón es la "uncia" de 15,48 gramos que viene a ser el doble de 7,75 g. -ya que (15,48 : 2) = 7,74 -. Al lado: las correspondencias de sus valores en Siklos Fenicios y Dracmas (simplificados sus valores a 7,3 g. y 4,56 g. respectivamente).
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AL LADO: Valores de las pesas de Cancho Roano, desde un Shekel de 7,27 gramos. De nuevo, una relación de valores del Siklo fenicio, tal como lo considero. Repetidamente hemos explicado que lo estimo en 7,2772 gramos desde la deducción de su peso obtenida de la cubicación del Pié hitito-eubeo de 29,7 ctms. (o por comparación del Shaty, del Pym o del Siklo Babilonio); valor que coincide plenamente con el que le dió el profesor Hildebrant en 1993, que lo tasó exactamente en 7,28 gramos; tras la ponderación de infinidad de monedas -en el mejor estado- y obteniendo sus promedios.
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AL LADO: Equivalencia de los pesos de Cancho Roano en Uncias celtibéricas de 15,48 g. y su valor relativo en hemishekel de tipo fenicio peninsular (próximo a los 2,95 gramos). En este caso, la tasación de una parte de los ponderales de Cancho Roano correspondería con aquellos que los tartessios utilizaron en etapa celtibérica para acuñar sus ases. Con una base en la úncia de 15,48 gramos, cuyo duplo es 30,96 g. (prácticamente 31 g). Pese a lo que parece que en el juego de ponderales también existen valores referidos a los pesos fenicios, cuya base era el Shekel (de 7,27 g.); puesto que vemos tasaciones de 9,1 g. ó de 36,5 g., lo que a mi juicio se corresponde con 5/4 ó bien 5 Shekel de 7,27 g. - ya que (7,27g · 5/4) = 9,0875 g.; a la vez que (7,27g · 5) = 36,35 g.- . Por su parte las correspondencias de estas fusayolas con el Dracma de 4,58 g. y con el Siklo Fenicio -simplificado a 7,3 g.-, son evidentes.
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Continuando con los estudios de la prof. Mª Paz García-Bellido, sobre la existencia de dos graduaciones distintas, pero comunes a toda la Península en etapa prerromana, escribe: "El valor griego se eligiría dentro del sistema de la dracma focea, lo que me parece muy acertado, pero el cartaginés procedería para Alexandropoulos del patrón que importan en Iberia los Barcas, monedas de 7’60 g., reducidas en la Península a 7’20 g, por la gran calidad de nuestra plata y entonces, para Alexandropoulos (1987, 12), las monedas de Gades corresponderían a 2/3 de 7’20 y las de Emporion y Rhode corresponderían a los 5/4 de la dracma massaliota" (17). Ya hemos visto como igualmente citaba que "Fontenla Ballesta al editarlos supone que éste es el pie al que se acoplan las monedas de plata de los Barcas como ya vio Villaronga", tenían según los autores una diferencia (de unos 7,2 gramos a los 7,6 g.) debido a la mejor calidad de plata ibérica. Un motivo que a mi juicio se ha de atribuir a que unos corresponden a un Siklo antiguo fenicio, igual al Pym (siklo filisteo) de origen micenio y que proceden del Shaty de 7,58 gramos (simplificado comúnmente como 7,6 g.). Al igual que los otros -de un valor más cercano a los 7,2 g.-; serían propiamente Shekel fenicios, denominados "Púnicos de Plata" y que Hidebrant tasó en el año 1993 en 7,28 gramos; y que a nosotros nos han resultado de 7,2772 g. (por comparación y cubicación con los sistemas métricos).
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Siguiendo con cuanto la prof. Mª Paz García-Bellido ha escrito acerca de los ponderales de Cancho Roano, les recomendamos las publicaciones que citamos en (18). Siendo de especial importancia el cuadro que presenta en la página Pag. 94 del estudio LOS PRIMEROS TESTIMONIOS METROLÓGICOS Y MONETALES DE FENICIOS Y GRIEGOS EN EL SUR PENINSULAR (19). Tabla que recogemos en la cita anterior y que hemos reproducido en las imágenes precedentes que contenían las fusayolas de este yacimiento. Deseando destacar que es de una enorme importancia la catalogación que ha realizado la mencionada profesora (recopilando de la manera que vemos las graduaciones de peso); todo lo que me ha llevado a concluir que estas fusayolas se hallaban al menos ponderadas en tres sistemas: Uncial celtibérico; Siklos fenicios y semi-siklos -de tipo peninsular- (20) y Dracmas antiguos. Añadiendo junto a esas tablas las relaciones que yo considero entre el los de Cancho Roano y otros pesos coetáneos.
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Previamente a entrar en el último tema que trataremos sobre las valoraciones ponderales de Ugarit y Asia Menor; resumiré algunas de las muchas ideas importantes que expone la profesora García y Bellido acerca de otro yacimiento famoso por sus pesas. En este caso se trata del murciano sito en La Pinilla (del que hemos hablado en el anterior epígrafe, mientras comentábamos algunas obras del profesor Mora Serrano). Escribiendo textualmente que: "Sus pesos de 7’3; 10’9; 14’6 y 36’8 g., y desde luego su morfología, parecen corresponder a un sistema fenicio-cartaginés de unidad 7’3 al que se habría acoplado la amonedación bárquida en Iberia. Es importante señalar que la unidad lleva incisa en la cara superior una marca que el editor no ha interpretado pero que podría leerse como el numeral 20, bien atestiguado en otros ponderales que publica J. Elayi. Si la lectura es correcta habríamos de transcribirla como marca indicativa de los 20 gerah (agorot) que tiene el shekel, cada uno con un valor de 0’36 g que es exactamente lo que comprobamos en los divisores hispano-cartagineses de Ilici?" (21). ,
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Para finalizar, tal como venimos exponiendo, queda por tratar el tema de la mina que llaman ugarítica (de unos 470 gramos); ponderal hallado en estas zonas al Sur de Anatolia y que apareció en forma de toritos de piedra. Según diversos autores, desde este peso nacerían dos posibles siklos y que yo creo son los siguientes: Primero, como una 40ª parte de 470 g., un ponderal de 11,75 gramos (al que denominan Siklo Minorasiático). El segundo originado de dividir la Mina en 50, lo que daría un Siklo de 9,4 gramos (que encontramos hasta en Cancho Roano). Pese a todo, para conocer la importancia metrológica de tal Mina que llaman de Ugarit (donde fue hallada) y que yo relaciono con las de Ebla; basta fraccionarla en 70, para hallar muy pronto que en su base se halla el Siklo Menor babilonio, de unos 6,7 gramos (que multiplicado por 70 nos daría 469 g.) (22). Ello muestra a mi juicio la raigambre claramente eblita de esta Mina de 470 gramos; usada en un Estado "dependiente" de Mesopotamia fundado al Sur-Oeste de la actual Turquía y donde más tarde surgió Mitani, cuyas costumbres y escritura eran las mismas prácticamente a las babilonias.
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Acerca de este lingote de unos 470 gramos de peso y de sus derivados, nos dirá Paz García-Bellido que: "El patrón principal por su gran extensión territorial y por su impacto en oriente y en occidente es el del shekel de 9’4 g de origen egipcio, ya atestiguado en la dinastía XVIII, y el mejor constatado en toda Siria –por lo que hoy le hemos dado su nombre: “shekel sirio”. Sus valores tienen la mayor frecuencia en 9’4 g, en 45 g que sería un quíntuplo, en 91 g que sería un décuplo y en 180 g veinte veces más" (...). Para continuar exponiendo que "La entrada del patrón fenicio de 9’4 g en Gades. La aceptación del patrón ponderal fenicio de 9’4 g en la zona tartésica hubo de ocurrir desde la misma fecha de la fundación de Gades y debió de entrar con todos los otros elementos cultura" (23). Unas palabras muy similares a las que en anterior cita recogemos escritas por el prof. de Bartolomé Mora Serrano; aunque García-Bellido además considera tanta la importancia de este siklo de 9,4 g., que lo cree relacionado con muchos de los pesos tenidos por griegos, tal como atestigua en las siguientes afirmaciones: "Los 4’70 g han sido clasificados como dracmas hasta el año 1988 y con esta terminología vemos descritas todas las monedas de la ceca". (...) "La similitud de peso entre las dracmas de Emporion y Rode, también de 4’7 g, y las de Gades había llamado la atención a los primeros numísmatas ofreciendo diferentes propuestas hasta que Guadán (1969, 19s.) decidió caracterizarlo como ´sistema ibérico`, y Richard y Villaronga en 1973 como `patrón hispánico´" (24).
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Acerca de los pesos en la Edad del Bronce final peninsular, a mi juicio la mayor información se halla en la orfebrería de aquella época; pues el oro apenas se oxida ni se modifica, al igual que la plata no cambia ni pierde su estado inicial. En mis estudios he comparado repetidamente los pesos de las piezas de unos mismos tesoros (comparándolos), logrando saber así sus patrones. Este método lo considero el más científico para conocer la metrología prerromana peninsular; del mismo modo que si midiéramos las paredes de un edificio, para localizar el patrón en que fue construido (localizando así el tamaño del metro o de otro patrón utilizado). A continuación, en nuestro artículo veremos algunos tesoros estudiados por mí y los ponderales que surgen desde ellos. En imagen arriba; réplica del Tesoro de Villena y al lado, el torques del tesoro de Sagrajas (ambos del Bronce Bajo, fechados entre el siglo XII y el IX a.C.) -agradecemos al Museo Arqueológico Nacional nos permita divulgar nuestras imágenes-.
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En referencia al origen de aquellos ponderales y de las Minas de Ugarit (que oscilaban entorno a los 470 gramos), ya habíamos hablado en otros estudios -tal como podremos ver en cita (25)-. Pese a ello, su origen eblita quedó más que claro cuando analicé el trabajo de los profesores E. Ascalone junto a L. Peyronel (de la Università di Roma“La Sapienza") TWO WEIGHTS FROM TEMPLE iN ATTELL MARDIKH-EBLA, SYRIA: A LINK BETWEEN METROLOGY AND CULTICACTIVITIES IN THE SECOND MILLENNIUM BC? (26). En este mostrábamos el hallazgo de dos ponderales en la capital de Ebla (Mardikh), fechados antes del siglo XVII a.C.; uno de 6,8 gramos y el otro de 15,6 g. y que parecían ser subdivisores claros de la posterior Mina Ugarítica. Ello porque (6,8g · 70) son 476 gramos al igual que (15,6g · 30) equivalen a 468 gramos.
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Por lo demás y concediendo "cierto margen de error" a ambas pesas que contienen más de tresmil quinientos años, se obtiene la conclusión de que han de ser subdivisores de una misma Mina, que -por exceso o por falta- habría de pesar (+/- 0,1 de gramo). Tras esta observación, hallando una media puede suponerse como valores más aproximados: 6,73 g. para el menor y 15,7 g. para el peso grande. Coincidiendo ambos en la Mina eblita que sería más o menos igual a 471,1 gramos y procedente de la metrología Babilonia. Tanto que el Siklo eblita del que hablamos (6,8 gramos) es el mismo que el Siklo Menor babilonio que finalmente hemos tasado en 6,72 g. -cuya Mina de 70 siklos es la antes expuesta-, mientras su multiplicación por 60 daba otra Mina de 336,5 g. (conocida comunente como Babilonia, recogida entre otros por Fernando Bodega Barahona en "Sistema hebreo de pesos" -ver cita 34-).
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Todo lo anteriormente expuesto no solo nos lleva hacia un sistema donde aparece un ponderal eblita descendiente o concordante con el babilonio, sinó hacia el origen de aquellos que denominan Siklos Sirios y que claramente proceden de la metrología mesopotamia -eblitas o ugaríticos-. Puesto que el Shekel de 9,4 sería tan solo la 50ª parte de aquella mina de Ugarit o de Ebla -correspondiente a 7/5 de la Babilonia; es decir a (336,5g · 1,4) = 471 gramos-. Al igual que la misma Mina dividida por 40 ya dijimos que daba el Siklo denominado Minorasiático y que en este caso valdría aprox. 11,77 gramos. Unos ponderales que -por su antigüedad-, no creemos puedan ser los mismos que utilizaban los iberos unos quince siglos después. Aunque -sin duda alguna- sí fueron el origen de los nacidos en Edad del Hierro, que en su mayoría proceden de la metrología babilonia o bien de la Egipcia tardía. Todo lo que se conforma con un Shaty (o el Pym) de 7,58 gramos y un Siklo púnico de plata con 7,27 gramos. Dos pesos que darían en Hemishekel los valores de 9,4 g. y 9,1 g. -al ser (5/4 . 7,27g) = 9,0875 g.-; y (1,5 · 7,58g) = 9,475- . Aunque realmente 9,1 se acerca mucho más al valor de la décima parte del Deben egipcio de etapa tardía, que sabemos pesaba unos 91 gramos, ya que estaba compuesto por 12 Shatys de algo más de 7,58 g.. Siendo este el valor de 9,1 gramos, igualmente 12/10 del Pym filisteo o del Shaty egipcio en la Edad de Hierro (27).
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JUNTO ESTAS LINEAS: Dos minas mesopotámicas. A la izquierda gran pesa o Mina de tiempos de Darío I (hacia el 500 a.C.) cuyo peso es prácticamente cinco kilos y se dividía en 60 Karsa, ó 600 siklos babilónicos. A su lado, una mina sumeria del 1300 a.C. con un valor casi igual. Ambas de piedra, vienen a pesar unos cinco kilos (la primera 4904 gramos y la segunda 4998 gramos). Ello indica que el siklo era de unos 8,3 gramos. Ya en la etapa de Gudea (a fines del IIII milenio) el siklo de Lagash equivalía a 8,3 gramos y podría cambiarse con los shatys egipcios de igual época en razón 10/9; pues como vimos 8,3 x 9 = 7,47 (pues antes del Imperio Nuevo el Codo Real de Egipto era de un tamaño menor, por lo que el Shaty se correspondía con ese peso cercano a 7,47 gramos; con un DEBEN de unos 896,5 g.). La famosísima pesa de Dario I, pertenece al Museo de la Universidad de Chicago (Instituto Oriental) y fue hallada en Persépolis. Se fecha en las proximidades del 500 a.C. unos veinte años después de que este rey aqueménide unificara los sistemas de escritura y de medidas. Como podremos observar en la imagen, el ponderal está quebrado y con roturas; todo lo que le debió quitar los 99,5 gramos que le faltan para llegar a completar los 5004 g. que debía pesar 60 Kârsa (tal como marcan las inscripciones de esta piedra y que en otros estudios ya hemos analizado). Pues el Kârsa equivalió a 10 Gin y 10 siklos babilonios antiguos; de lo que su aproximación más exacta es 83,4 gramos. Estos ponderales persas procedían de los mesopotámicos, y hacia el año 521 a.C. Dario I los rectifica, equiparando los sistemas antiguos con los de su tiempo. Generando este peso básico llamado Kârsa, que es la sexta parte de la Mana (mina que sabemos pesaba medio kilo aproximadamente). Por su parte, este monarca crea al Daraíkos, como moneda de oro; que pesaba lo mismo que el siklo-oro más antiguo y común de Mesopotamia (una décima parte del "kârsa" = 8,34 gramos = 1 Gin = 1 siklo sumerio ó acadio).
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Como vemos, esos “siklos minorasiáticos” a los que se refería la profesora Ruiz-Gálvez en la separata que analizamos; tendrían a mi juicio origen eblita o bien babilónico, siendo todos relativos a los ponderales de Mesopotamia. Metrología que como ya dije, partía desde la cubicación de una Vara o Codo de Gudea, muy cercano a 50 centímetros y que se había mantenido con un valor casi igual hasta los tiempos de Sargón. Todo lo que significa 50 centímetros al cúbicos (llenos de agua); 500 gramos de base ponderal, que divididos por 60 es 8,333... gramos y que cuadran con los pesos que darán las Minas Mesopotámicas desde época de Gudea a la de Sargón. Cuya equivalencia aproximada es de medio kilo y de fracciones relativas a cinco kilos (tal como podemos ver en imágen abajo); compuestas inicialmente por 60 siklos de unos 8,34 gramos. De donde surge el Siklo y el Gin Mesopotámico, que equivale a su vez con el Shaty egipcio en razón a 10/9 (10 Shatys egipcios de 7,5 gramos = 9 Siklos mesopotámicos de 8,34 g.). Habiendo a su vez un siklo nuevo de Babilonia, equivalente a 5/4 del Gin; con un peso de 6,72 gramos (igual a 8,4 gr. multiplicados por 4/5). Siklo nuevo de Babilonia que si lo multiplicamos por 9/8 nos resultará el Siklo PYM (filisteo), teniendo por ello unos coeficientes de paso de 8/9 y 4/5. Por todo ello, para obtener una igual correspondencia en oro o plata, tendríamos que cambiar 9 siklos nuevos babilonios de 6,72 gramos, por 8 Pym (filisteos); o bien 5 Siklos nuevos babilonios por 4 siklos (Gin) antiguos -ya que 6,72 x 9/8 = 7,56 (pym); a la vez que 6,72 x 5/4 = 8,4 (gin)-.
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Acerca de los pesos y sus equivalencias, recordaremos algunas palabras que nos decía la profesora Ruiz-Gálvez en el estudio que analizamos, cuando escribe: "En todos ellos los pesos tienden a agruparse alrededor de 5,5 / 5,8 g. y sus múltiplos (...) relaciono una unidad de 5,5 g con los pocos pesos conocidos del período micénico (es decir, el peso en plomo de Micenas de 1089,5 g, el segundo de piedra con un peso de 1120 g; los ocho pesos de piedra de Phokis con un peso de 545 g y 560 g, y dos más de Tiryns y Magoula de 541,4 g y 560 g, respectivamente). Una vez más, estamos tratando aquí con el medio shekel minor-asiático, lo que indicaría su fuerte presencia en el Egeo incluso antes del colapso de los palacios micénicos” (idem cita 5c). Pero en verdad, si reflexionamos sobre las equivalencias entre ponderales, veríamos como esos pesos micénicos que expresa Ruiz-Gálvez encajan con los valores egipcios y mesopotámicos que hemos expresado. Pues las minas de 545 y 560 gramos; tanto como las de 1089,5 y 1120 gr. (cuyos promedios respectivos serían 550 y 1100 gramos) son ponderales que más bien parecen aproximarse a valores nacidos desde patrones cercanos al medio metro. Ya que tal como expreso, entre los 545 y 560 gramos, habríamos de valorar su promedio en unos 550 gramos; al igual que sucede con los 1089,5 y 1120 grms. y cuyo peso medio quedaría entorno a los 1100 gramos. De ello, lograríamos deducir un valor unitario y promediado para todos estos pesos que aquí recoge Ruiz-Galvez en 550 gr. y en su duplo (1100 gramos); siendo derivados de una medida relativa a los 5,5 ó bien a 11 centímetros -de cuya cubicación en agua se obtendría ese peso de 550 y de 1100 gramos (puesto que en números primos el cubo de 550, se expresa como 11x11x11x5x5x5)-. Y por cuanto expongo, dichos ponderales obligan a deducir que Codo correspondiente a ese peso cercano a 550 gramos sería de 55 centímetros.
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Como vemos, la relación entre cubicación y medida es imprescindible para entender el origen de cada metrología. Siendo así, esos pesos que expresa la profesora Ruiz-Gálvez se corresponden con una cubicación cercana a la del Codo Real de Egipto. Correspondiendo quizás con 6 DEBEN y con 12 DEBEN faraónicos, que como sabemos eran 90 gramos-metal (que multiplicados por seis resultan 540 gramos y por doce, 1080 g). Aunque estos pesos que cita la profesora Ruiz-Gálvez, cifrando las medidas egeas durante etapa micénica entorno a 545-560 gr. y en 1089,5-1120 gramos. Parece que tendrían una metrología propia, partiendo desde el Patrón que ya hemos mencionado, relativo a 550 gramos y que procedería de un Codo de 55 centímetros. Lo que es exactamente igual al Codo Persa Real (con una cubicación de 166375 ctms.). Consecuentemente, los patrones egeos mencionados por Ruiz-Gálvez, se corresponderían con los posterioress Karsa de Darío I y con valores aqueménides -entre otros de Mesopotamia-. Por lo que hemos de pensar en su posible origen Sumerio o de Lagash; tanto que 66 siklos de Gudea (Gin) se corresponden con este peso de 550 gramos (550 : 66 = 8,34). Siendo relativa la metrología del Egeo micénico con la de Sumer y Lagash, tal como sucedería con la posterior de Grecia, cuyos pesos y medidas se correspondían con las de Babilonia.
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Cuanto antes hemos expresado no es un estudio ajeno al mundo peninsular del Bronce; pues se relaciona plenamente con el Ponderal y lingote de Villena/C. Redondo. Un peso ya comentado en otros de mis trabajos y que veremos más adelante en profundidad; donde se hace evidente la existencia de lingotes y piezas de esos tesoros en relación a un peso de 16,8 gramos (con tortas-lingote y joyas que tienen 16,8 g y 166,8 gr.). Todo lo que me llevó a concluir que se trataba de una metrología babilónica, procedente desde el Gin (siklo antiguo) de 8,4 gramos, que multiplicado por dos, resulta 16,8 g.. Aunque asimismo, desde este ponderal de Villena se obtienen 5 siklos modernos babilonios (divisores del karsa etc.; ya que 16,68 x 2/5= 6,72 g.). Pero además, si multiplicamos este ponderal del tesoro de Villena por 33 o por 66 obtendremos los valores antes mencionados por Ruiz- Gálvez, como micenios y cercanos a 550 y 1100 gramos también correlativos con la metrología babilónica, que como ya dijimos tenía un Codo Real de 550 centímetros (pues 16,8 g x 33 y 16,8 g x 66 son 554,4 gramos y 1108,8 gramos ).
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Todo ello haría comprender un sistema micénico particular, con concordancias en la metrología de Mesopotamia y en la peninsular ibérica; pero que debería tener subdivisores propios. Así, partiendo desde una “mina” micenia de 554,4 gramos y una doble mina de 1108,8 g., se llegaría al Talento de 50 minas (27,720 kilos) y al Gran-Talento de 60 minas (33,264 kilos), valores que coinciden con lo que pesaban los lingotes “oxhide” de la época. De ello además, podríamos calcular un subdivisor de la “mina micenia” fraccionándola en 60 partes, obteniendo un siklo de 9,24 gramos (9,24 x 60 = 554,4); que encaja con aquellos que Ruiz-Gálvez y otros mencionan en el Egeo durante esta etapa. Asimismo, si subdividimos esta mina de 554,4 g. por 50; daría un “siklo-mayor” de 11,088 gramos, que de nuevo coincide con cuanto los expertos mencionan acerca de los valores de esos patrones micénicos.
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BAJO ESTAS LINEAS: Brazalete de La Alcudia (Ciudad Real); fechado en el Bronce Medio Final -Tal como lo muestra el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. A continuación vamos a estudiar los pesos de la joyería peninsular durante el Bronce Medio y Bajo, con el fin de intentar hallar su relación con diferentes patrones de Oriente Medio, Egipto y Mesopotamia.
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3) JOYERÍA Y METROLOGÍA:
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a) - El problema de los ponderales en relación a una medida sagrada:
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En numerosos artículos anteriores hemos tratado acerca de la metrología y los ponderales de la Antigüedad. Siendo este que leemos la continuación de otros muchos que le preceden en los que pretendíamos estudiar los tesoros peninsulares, sus pesos y valores. Intentando con nuestra investigación, seguir de alguna forma la magnífica labor realizada por expertos como Ruiz-Gálvez, Eduardo Galán, Pérez Outeriño, Ladra Fernándes, Villaronga, Mora Serrano, Paz García-Bellido y Delibes (entre otros). Tras las referidas entradas en las que habíamos estudiado la metrología de tesoros como El Carambolo o el de Villena, me centré posteriormente hacia ensayos algo distintos. Escribí varios artículos en un intento personal por establecer (o llegar a comprender) las pautas y reglas más comunes en los sistemas metrológicos, durante la Edad del Bronce y la del Hierro -ver cita-. Tras este paréntesis de unas siete entradas, donde tratábamos sobre Ponderales en el Mundo Antiguo; mi intención fue proseguir con una misma idea. Es decir, poder aplicar estos valores comunes de pesos y medidas, a la orfebrería de nuestra tierras -anterior a la llegada de Roma-.
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De tal manera, tras los numerosos estudios redactados por mí, creo que he logrado concretar y determinar algunos parámetros comunes, que pudieron regir de manera uniforme la metrología antigua. Unos patrones que en mi opinión, partirían desde dos modelos ancestrales y universales, mantenidos durante más de veinticinco siglos -desde el tercer milenio a.C. y hasta Roma (al menos)-. Siendo estas medidas primeras dos longitudes bien definidas y conocidas por la Historia: Primeramente el Codo Sagrado egipcio; implantado en tiempos de Imnhotep -hacia el siglo XXVIII a.C.- de unos 523,6 mm. de tamaño. Un Codo faraónico usado hasta la llegada de Julio César al Nilo, y que en unos tres mil años apenas se modifica al ser una proporción sagrada y que solo se amplía durante el Imperio Nuevo hasta los 525 milímetros, llegando a ser algo mayor en época tardía. Codo Real egipcio que a su vez daría origen a los sistemas de pesos y medidas de Oriente Medio y de Canaan, en la Edad del Bronce. Por su parte, el segundo patrón universal del que nacerían el resto de las metrologías antiguas, sería el Codo Sumerio impuesto definitivamente por Gudea (en el siglo XXII a.C.) con un valor de unos 498 mm. (medio metro casi exacto). Medida de la cual surge el posterior Codo Babilonio de 495 mm., que pervivió en época persa y hasta otras muy posteriores; habiendo sido la base de gran parte de los sistemas de pesos y longitudes de la Edad del Hierro.
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Ambos Codos (el del Nilo y el de Mesopotamia) que estuvieron en uso al menos veinticinco siglo -prácticamente sin variaciones-, a mi juicio fueron mantenidos como sagrados e invariables, al constituir un patrón geodésico imprescindible para guiarse por los astros. Ya que considero habrían sido hallados e impuestos como medida sacra, tras la deducción del tamaño del Meridiano. Todo lo que como hemos dicho, en el desierto se logra sin aplicar métodos trigonométricos; simplemente midiendo las sombras y calculando con ellas el tamaño del Grado (o del perímetro terrestre). Es decir, que creo firmemente que esos Codos eran longitudes de procedencia geodésica, halladas en los tiempos en que egipcios y mesopotamios construyeron sus Zigurats y sus Pirámides. Momento en que lógicamente hubieron de percibir la esfericidad de la Tierra, por observación; simplemente viendo el agua en las inundaciones del Nilo o las del Golfó Pérsico, desde lo alto de sus colosales edificios escalonados y piramidales. Pudiéndose comprobar fácilmente la redondez del Planeta al analizar un mismo día del año la sombra y su variación, si se mide en Asuán o en Giza; tanto como en la desembocadura del Tigris y al final del Golfo Arábigo. Por cuanto no nos debe extrañar que el Grado -que mide unos 111 kilómetros-, se corresponda prácticamente con 210.000 Codos egipcios (de aprox. 525 mm.) y con 220.000 Codos de Gudea (de unos 498 mm.).
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ARRIBA: Caricatura mía del profesor Germán Delibes; quien ha publicado diversos estudios sobre ponderales y metrología en el mundo antiguo. Hace unos meses pude conocerle personalmente y quedé muy impresionado por su humildad y el modo en que expone sus conocimientos durante sus conferencias. Tras verle una tarde en pleno agosto, entusiasmando a todo el pueblo de Simancas (Valladolid), explicándoles el mundo dolménico; para animarles a que conservaran un túmulo que se halla en las proximidades de esa población. Transmitiéndoles su sabiduría y humanismo con tanta humildad como cariño; dispensando un trato tan agradable como educado a todo aquel que se le acercaba para preguntar o comentarle ideas.
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AL LADO: De nuevo una imagen de tesoro datado en el Bronce Medio y procedente de Mengibar (Jaen) o de Extremadura -tal como los muestra en la actualidad el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgarla-. A mi juicio aquellos nudos y aretes de oro, que vemos preparados para ser trabajados en un taller de orfebre, o bien para servir de moneda comercial Hacksilber (plata picada); deben estar ponderados en unos pesos muy concretos y exactos -debido al enorme valor del oro en esta época-.
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Todo lo que hemos dicho acerca de las medidas de Gudea y las faraónicas, no solo significaría que el Codo fuera sagrado por derivar de las longitudes tomadas en las sombras a una igual fecha; sinó que lo fue porque conociendo este hecho y manejando aquel tamaño, los egipcios y los mesopotamios podrían orientarse en el desierto. Un hecho que nos enseña y explica para qué sirvieron principalmente los obeliscos, los zigurats y las pirámides; que tan afanadamente construyeron durante el tercer milenio estas civilizaciones -desde que se inicia con fuerza su poder y su cultura-. Edificios o monumentos que a mi juicio se levantaron originariamente con el fin de medir exactamente las sombras y con ello, las horas y el Meridiano; al igual que para estudiar el calendario y los astros. Con la finalidad principal de dominar la cúpula celeste y las fechas; pero sobre todo para comprender y situarse en Latitud y Longitud. Logrando utilizar un "Codo geodésico" para medir y calcular distancias para no perderse en el desierto. Sirviéndose así de una Ciencia secreta e inexplicable que dominarían los sacerdotes y magos (guías-astrónomos); quienes por su valía y conocimientos pasaron pronto a ser la élite social -convirtiendo luego su sabiduría científica en magia o en astrología y religión, dominando estos sacerdotes astrónomos sus civilizaciones durante milenios-.
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En lo que se refiere al por qué se mantuvo en la religión y entre la sabiduría popular antigua, la creencia de una Tierra plana (sin cuestionar siquiera otra forma del planeta). Añadiremos que múltiples leyendas y mitologías sumerias y egipcias refieren o aluden a su redondez; incluso existen historias que la conciben como semiesférica y cargada a lomos de elefantes. Pese a todo, parece bien cierto que el secretismo y la ocultación del conocimiento no fue un mal que llegó a erradicarse tras la Ilustración, ni menos en el siglo XIX. Pues en lo que se refiere a los secretos de la física o a la astronomía actual, parece evidente que desde hace ya casi un siglo están en manos de las agencias espaciales (absolutamente ligadas al mundo militar) y fuera del alcance del pueblo -entre otros motivos, porque pueden utilizarlos "para fines propios"-.
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Las medidas antes mencionadas (faraónicas o de Lagash) a su vez generaron un sistema de pesos que se calculaba de forma proporcional y desde la cubicación de la longitud patrón -tal como se "copió" en la Revolución Francesa al instituir el “metro”-. Naciendo de este modo unos ponderales como los de Gudea cuya evolución y resultados explicamos de nuevo en cita (28) . Finalmente, vimos como al llegar el Hierro se imponen otro tipo de metrologías, precisándose en este tiempo de un ajuste o estructuración (quizás por haber aumentado sobremanera el Codo egipcio). Puesto que tras el Reino Nuevo el Codo Sagrado se reforma hasta superar los 526 mm., probablemente tras nuevas mediciones de sombras y al observar que aún las estimaciones del Meridiano hasta ahora hechas, eran todavía cortas (tal como sucede). Por su parte, durante el mismo tiempo se extiende el uso en Anatolia y en Oriente Medio de los Codos Persas, originarios de Babilonia (uno Vulgar de 495 y otro Real o Mayor, de 550 mm.) y que dan lugar a nuevos pesos. Este era resumidamente el "estado de la metrología" durante el primer milenio a.C., momento en que el Shaty pesaría tal como dijimos entorno a los 7,58 gramos y naciendo -a mi juicio- desde este ponderal nilota, un Siklo igual y llamado filisteo (o Pym). Peso que además de atribuirle personalmente un origen egipcio, pienso que fue extendido por el mundo cretochipriota y el micenio.
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Todos estos pesos se corresponden con los valores que la arqueología de nuestros días otorga a estos ponderales de metal precioso; aunque de manera más simplificada. Considerando los arqueólogos actualmente el Shekel judío como 11,4 g. y por lo tanto valorando al Pym en 7,6 g.. Mientras el Siklo de plata Fenicio se escribe 7,3 g. y el Babilonio como 6,72. Por su parte el Debén egipcio se estima en 91 gramos, de lo que su doceava parte llamada Shaty sería 7,583 g.; mientras el Dracma y el Denario antiguos suelen escribirse como 4,55 gramos. Todo lo que cuadraría con un Bat (o piscina) israelita de 36,4 litros y su centésima parte de 364 gramos (29) .
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JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Pesa en diorita de unos 174 gramos, y cuya inscripción contiene un número 10 junto a la leyenda "SACERDOTE DIEDES GRAN LECTOR DE ANUBIS". Comunmente no se entienede a qué ponderal corresponde, ni menos ese numeral diez, quizás indicando 1/10 de un valor establecido. Pese a ello, en mi opinión se trataría de 24 Shatys que como sabemos durante el Imperio Antiguo pesaban unos 7,436 gramos. Por lo que 2 "Deben" eran por entonces 178,5 gramos, una cantidad muy semejante al peso esta diorita (que ha podido perder dos o tres gramos con el paso del tiempo, por golpes o desgastes). Para realizar este tipo de pesas en piedra, bastaría con tomar un mineral duro, que en su estado natural tuviera un tamaño aproximado al valor del ponderal que quisiéramos fabricar. Tras ello, se le daría una determinada forma (de animal) o se le pondría una inscripción; posteriormente, habría que ir limando su parte baja (con un simple torno, y creando a su vez la base) hasta llegar así a alcanzar el valor exacto en peso. Un trabajo que podría realizar cualquier persona, ya que es tan solo cuestión de paciencia -bastando tener una balanza muy exacta, algo que sabemos abundaba en Egipto y en Mesopotamia-.
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En lo que se refiere a la equiparación y tasación exacta de pesos, en mi opinión seguramente se hacía con medidas de agua, puestas sobre los platillos de la balanza. Todo lo que permitiría equilibrarlas por gotas, llegando a una perfección que como sabemos, se medía en Mesopotamia al menos la sesentava parte del siklo de Gudea, llamado Gin (8,333.... gr. : 60 = 0,13888.... gramos). Lo que seguramente se lograba por un procedimiento de añadir gotas de agua sobre balanzas, consiguiendo así ponderales en piedra inferiores al gramo y exactos, de los que al menos se ha hallado uno correspondiente a 1/30 del siklo gudea (gin) con un valor de 0,28 gramos. Pesos que con toda seguridad se necesitarían para metales preciosos (vendidos en pan o polvillo de oro y plata) o para especias como el azafrán.
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b) - Ponderales peninsulares y las “tortas lingote”:
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Previamente a entrar en este epígrafe, recomendaríamos la lectura de nuestra cita (30) , en la que pueden ampliar las nociones sobre metrología durante la Antigüedad. Pues continuaremos comentando un estudio de los profesores Galán y Ruiz-Gálvez, donde observan como patrón usado en la Península, un peso cercano a 36,5 y a los 3,65 gramos. Todo lo que para ellos sería la décima o la centésima parte de los 365 gramos estimados como valor de las "tortas" de metal precioso aparecidas en Galicia. A mi juicio, aquel ponderal usado en época prerromana en nuestras tierras con forma de “tortas” en oro y plata de 365 g.; sería un descendiente directo del Bat judío, en el que coinciden todos los de sistemas del primer milenio a.C.. Aunque sobre este tema escriben los referidos autores literalmente: "La media de peso para los tres conjuntillos es 3,65 grs y coincide con la del tesoro de denarios ibéricos de Salamanca publicados por García y Bellido (31).
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Llegado a este punto, veríamos que es exacta y conforme a ciencia la valoración expresada por mí sobre los "lingotes-torta" gallegos, considerándolos 50 Siklos púnicos de Cartago, de 7,2772... gramos (coincidiendo en el peso del siklo con el de Hildebrant). Pues tal como Ruiz-Gálvez y Galán refieren, esos lingotes se relacionarían con medio siklo de Cartago. Así y siendo 50 siklos cartagineses lo mismo que la mitad de uno multiplicado por cien, es absolutamente exacta la unión que Ruiz-Gálvez y E. Galán establecen entre las "tortas-lingote" y medio siklo fenicio de Hildebrant (siklo de Cartago con 7,27 gramos). Considerando yo -personalmente- que aquellas tortas de Galicia de unos 365 gramos, son en realidad una Mina de Cartago (de 50 Siklos cartagineses o tardíos) y también la centésima parte del Bat judío (de unos 36,4 litros), habiendo de valorarlas más exactamente en 363,862 g..
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Por su parte, la Mina (m-n-a) entre los griegos, era tasada en cien Dracmas, y valía comunmente 454,8276... gramos -aunque siglos más tarde aparece un Dracma más ligero-. Por todo ello, las referidas tortas-lingote de unos 365 gramos igualmente equivalían a 80 Dracmas, ó bien a 80 Denarios primitivos (Denarios del siglo III a.C., cuyo peso fue el mismo al de la moneda griega). Comprendiéndose así por qué aparece continuadamente un peso tan cercano a los 365 gramos, en toda la orfebrería peninsular durante la Edad del Bronce y del Hierro -tal como refieren Ruiz-Ruano y E.Gálvez-. Ya que como dije, equivaldrían a 50 Siklos de Cartago (Mina cartaginesa), con un Shekel tal como Glotz y Hildebrant tasaron y que oscilarían entre los 7,25 y los 7,3 gr. -ver cita (32) -. Todo lo cual indicaría que aquellas "tortas-lingote" pudieron coincidir en tiempo con los siglos en que expediciones como las de de Hannon y Himilcón, navegaban por el Atlántico en busca de las Cassitérides (33) . Aunque su cronología no quedaría del todo clara, ya que estas piezas en forma de torta y cuyo peso promedial lo hemos estimado en 363,86 gramos; se corresponderían a su vez con 32 Shekel judíos, con 48 siklos filisteos y hasta con 54 siklos de Babilonia. Lo cual plantea grandes dudas acerca de su datación o filiación; pese a ello, la hipótesis más lógica es considerarlas Minas púnicas, de 50 siklos y seguramente muy cercanas al siglo V a.C..
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La permanencia inalterable de valores en patrones a lo largo de la Historia, fue tal, que bastará con señalar que el Shaty del siglo XX a.C. valía 7,5 gramos, y que medio Deben = 6 Shatys, eran hace cuatro mil años 45 g.. Cantidad que prácticamente se corresponde a diez Dracmas o a diez Denarios del siglo III a.C. (que pesarían exactamente 45,48276 gramos). De igual modo, 450 gramos eran 60 Shatys del tercer milenio a.C., y equivalían a 54 Gin de Gudea del siglo XX a.C. -que como sabemos pesaban 8,333... g.-; pero también a 27 Kârsa persas, vigentes desde el 521 a.C. en adelante. Aunque también hubo cambios, pues hacia mediados del segundo milenio el Codo Real Egipcio varío en su tamaño, ampliándose hasta 52,5 centímetros -durante la XVIII dinastía-. y desde el siglo X a.C. se generaría un Shaty de unos 7,58 gramos, nacido de un Codo Real de 52,6 ctms. Del cual -a mi juicio- procedería el Siklo filisteo (o Pym), idéntico al Shaty tardío (de 7,58 g) que se correspondía con el Siklo hebreo en razón de 3/2 (es decir 3 pesos filisteos por 2 de Israel). Por todo lo que podemos calcular igualmente el Shekel judio exactamente en 11,37 gramos.
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SOBRE Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Arriba, foto del llamado depósito de Driebes (tal como lo exhibe el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nustra imagen).Consiste en material amortizado con unos trece kilos de plata “carpetana” y fue hallado en Driebes -Guadalajara-; estando fechado a fines del siglo IV a.C.. Contiene las referidas tortas-lingote, con un peso cercano a los 365 gramos (tan comunes en las ocultaciones castreñas). Al lado, Torques de Ribadeo fechado en igual época. En nuestros comentarios acerca de la metrología peninsular prerromana, hemos citado repetidas veces a Pérez Outeriño y a Ladra Fernandes; quienes se han preocupado extensamente por el estudio de estos ponderales en la cultura castreña.
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Repetidamente dijimos que la observación de Ruiz-Gálvez y Galán afirmando que las Tortas Gallegas (de unos 365 gramos) se correspondían con medio Siklo Fenicio; constituía una realidad. Aunque tristemente quizás estos autores no repararon en un hecho más sencillo; como es que aquel valor no fuera la mitad de un Shekel multiplicado por cien, sino simplemente 50 Siklos Púnicos. Un valor que se corresponde con la "Mina" (igual a 50 o bien a 60 siklos). Todo lo que a mi juicio deja como evidencia clara que aquellas tortas-lingotes serían Minas de 50 Shekel cartagineses de 7,27 gramos = 363,8 g. (aún siendo 7,3 g. el peso en que comúnmente se cifra este ponderal también llamado Siklo púnico de plata o de Cartago). Una última aclaración tras la que creemos ya podemos tasar y describir los ponderales peninsulares, en razón a su época y procedencia:
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PATRONES DE LA EDAD DEL BRONCE, MANTENIDOS DURANTE EL HIERRO:
a)-El Shaty antiguo egipcio de 7,5 g.
b)-El Siklo Babilonio Gudea de 8,33.. gramos (simplificado en 8,34 g).
c)-El Doble-siklo Babilonio (ponderal de Villena) 16,8 gramos.
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PATRONES DE LA EDAD DE HIERRO:
Mina de la Edad del Hierro (lingotes-torta gallega) 363,862 g. = 1/100 bat judío (36,38 litros) = 32 Siklos de santuario israelitas (11,37 g.) = 50 Siklos fenicios (de plata púnicos 7,277 g.) = 80 Dracmas y 80 Denarios antiguos (4,548 g.)= 48 siklos filisteos y Shaty modernos (7,58) = 54 siklos Babilonios modernos (6,738 g.).
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PATRONES específicos de la Edad del Hierro (coincidentes en esta Mina de unos 364 gramos):
a)-El Siklo Pym (filisteo) y Shaty egipcio del primer milenio a.C., 7,58 g.
b)-El Siklo Fenicio, llamado Púnico de plata o Shekel de Cartago de 7,27 gramos.
c)-El Siklo Babilonio moderno, de 6,73 gramos.
d) El Dracma y Denario antiguo de 4,548 gramos.
e) El Siklo israelita de 11,37 gramos.
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¿PESOS PROPIAMENTE PENINSULARES?:
-La úncia celtibérica de 15,48 gramos.
-La Media-Uncia está estimada por los investigadores exactamente en 7,74 g..
-Doble úncia de Cancho Roano: 31 gramos (30,96, dos úncias)
-Lingote de Villena (16,8 gramos) equivale a dos siklos mesopotámicos de 8,4 gramos (34) .
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SOBRE Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Arriba, balanza de precisión hallada en Arcóbriga (Monreal del Monte Ariza, Zaragoza) y fechada hacia el siglo III a.C. -tal como la exhibe el Museo Arqueológico nacional al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
Al lado: Brazalete de Cantonha de Guimaraes, perteneciente al Museo Nacional Arqueológico y Etnográfico de Lisboa -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Se trata de una "pieza monstruo" tal como las definen Perea y Armbruster; al ser joyas fabricadas durante una transición motivada por el contacto entre gentes venidas del Mediterráneo e indígenas peninsulares. Momento de influencias que obligaría a una mezcla de estilos y que finalmente diseñó joyas "monstuo", como esta de Cantonha. Fechada hacia el 800 a.C., contiene una decoración semejante a la de otras piezas de misma época, halladas en zonas de Extremadura o del Atlántico. Nos referimos a tesoros como los de Valdeobispo, Sagrajas, Berzocana, Herdade do Alamo, o el de Senhora da Guía (que hemos visto unos párrafos arriba). Todos ellos presentan lineas incisas sobre el oro, con formas triangulares, romboides o cuadrangulares. Dibujos que se aproximan mucho a la que llevan las cerámicas del final del Bronce en el Bajo Guadalquivir y principalmente las de piezas de barro que "acompañaban" al tesoro de El Carambolo. Todo lo que mostraría que ese ajuar tartessio, hallado en las proximidades de Sevilla, pudo ser cercano en fechas a tesoros como el que vemos en imagen. Aunque su tipología fuera muy distinta, habida cuenta que El Carambolo más bien parece una orfebrería de influencia creto-chipriota y neohitita (al menos a mi juicio y siguiendo el criterio de profesores como Juan de Mata Carriazo, Gómez-Moreno, García y Bellido o Maluquer de Motes -entre otros-).
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c) – Análisis de diferentes tesoros y piezas de orfebre de Iberia (comprobación y comparacíon metrológica):
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1- Tesoro de El Carambolo:
Comenzamos por este ajuar, fechado hacia el siglo VII-VI a.C., cuya importancia reside en su indudable procedencia tartessia, pudiendo constituir sus pesos una clave entre los valores de la Edad del Bronce y los ponderales de la etapa del Primer Hierro. En nuestra cita (35) hemos recogido el sistema de estudio usado para clasificar los distintos pesos de las joyas; marcando asimismo las diferencias que hay entre unas piezas y otras. Todo lo que nos daría las referencias de escala; es decir: Los intervalos en gramos existentes en distintas combinaciones de un mismo sistema ponderal. Siendo este el resultado de comparar los distintos valores entre cada una de sus joyas. Partiendo de un estudio del tesoro en que excluimos el collar y su cadena (al no ser piezas fundidas, que se puedan ajustar a troquel exacto). El resto de enseres del ajuar pesan:
-EXCLUIMOS 260 gramos de sellos del collar y unos 20 gramos de su cadena (280 gramos total)-.
-Brazalete 1 (550) + Brazalete 2 (525) = .....1075 gramos
-Pectoral 1 (245) + Pectoral 2 (200) = ........ 445 gramos
-Placas 9x5 (378) + Placas 11 (773) = ....... 1151 gramos
TOTAL:....................................................... 2671 (2670)
CONSECUENTEMENTE, LAS DIFERENCIAS MÍNIMAS PRINCIPALES ENTRE TODAS LAS PIEZAS (EN ORDEN) SON EN GRAMOS: 0,5 // 0,75 // 1 // 1, 25 // 1,5 // 1,75 // 2 // 2,25 // 2, 50 // 2,25 // 3 // 3,25 // 3,5 // 3,75 // 4 // 4,25 // 4,75 // 5, 5 // 5,75 // 6,75 // 6,25 // 6,5 // 7 // 7,25 // 7,5 // 7,75 // 8 // 8,5.
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TODO LO QUE NOS LLEVA A CONCLUIR QUE:
- EL PATRÓN ES MENSURABLE EN FRACCIONES HASTA DE: 0,25 GRAMOS
- SU FORMA PUEDE ACERCARSE A LA DEL Shaty EGIPCIO: 7,50 GRAMOS.
PARTIENDO DE ESTA PREMISA Y SI MENSURAMOS EL TESORO DE EL CARAMBOLO BAJO UN PATRÓN DE 7,5 GRAMOS, resultan los valores que hemos anotado en cita (35) .
Por lo demás y como añadimos al final del presente estudio; vimos que Perea y Armbruster observaron que sus piezas fueron trabajadas con dos tipos de técnicas: La común entre los indígenas peninsulares del Bronce Atlántico (añadiendo placas a la cera perdida) y la importada por los colonos del Mediterráneo. Ello, unido a su tasación en Shatys egipcios, muestra que se trata de un ajuar de un periodo de transición o sincrético. Donde se aunaban los conocimientos llegados durante la Edad del Hierro a nuestras tierras, junto a los pesos y formas de trabajo de la Edad del Bronce. Finalmente, añadiremos que los candelabros de Lebrija están perfectamente proporcionados en pesos y valores con el tesoro de El Carambolo; con el que también comparte el trabajo a la cera perdida.
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2- Tesoros de Villena y Cabezo Redondo:
Dediqué hace años un extenso estudio a ambos hallazgos, en el que tras comparar unas joyas junto a otras, observamos la existencia de una pieza en forma de lingote y que marca el valor 16,8 gramos. Un ponderal que predomina en este ajuar, que sin duda es mucho más antiguo que el de El Carambolo y que puede remontarse hasta el siglo XII a.C.. Habiendo sido encontrado en Villena; una población que hubo de ser camino entre el Mediterráneo y las minas de oro y plata del centro peninsular (las del Guadalquivir y Sierra Morena). Conteniendo el tesoro de Villena en sus diseños rasgos campaniformes -en los “frascos” de plata y oro- mientras sus pulseras y cuencos se relacionan plenamente con la orfebrería atlántica a la cera perdida (concretamente con los llamados Extremoz/V.). Todo ello ha llevado a pensar que su datación alanzaría el siglo XII a.C.; aunque hay autores que no suben su antigüedad más allá del IX a.C..
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De tal manera y tras observar que el ponderal más importante de los tesoros de Villena y Cabezo Redondo está marcado por la existencia de un lingote que pesa 16,8 gramos y que coincide con dos Gin de Mesopotamia (de 8,4 gramos). Todo ello nos lleva hacia una evidente coincidencia con los sistemas metrológicos orientales y a averiguar los "posibles valores" de correspondencia entre ese lingote hallado en Cabezo Redondo y la metrología de Oriente Medio, o de Egipto y Babiliona. Pues desde 16,8 gramos, podemos pasar al sistema Babilónico y Ugarítico (sabiendo que la mina de Ugarit equivalía 70/50 de la mesopotámica moderna); al ser (16,8 : 5) · 2 = 6,72 gramos; peso que se corresponde a un siklo de Babilonia, pero que multiplicado por setenta era la Mina de Ugarit. A su vez, el siklo antiguo de Messopotamia (Sumer y Gudea), vimos que era 8,333333333... (8,4 gramos); lo que significa la mitad de 16,8 gramos (8,4 x 2 = 16,8). Por su parte, el siklo moderno babilonio pesaba 6,72 gramos y era igual a 16,8 g. multipliado por 2/5 (es decir, que dos lingotes de Villena equivaldrían a cinco siklos menores babilonios). Además, este ponderal-lingote 16,8 g. multiplicado por 15/14; sería igual a 18 gramos. Un peso que equivaldría exactamente a la quinta parte del Deben egipcio, patrón de metales del Nilo que como sabemos se correspondería con 90 gramos en el segundo milenio a.C. -valuando así el Deben hacia el año 1300 a.C., momento en el que del Codo Real faraónico ha de calcularse cercano a los 52,42 centímetros de longitud-.
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Sabiendo que hacia el 1300 a.C., 12 "Shatys" de 7,5 gramos era un Deben-Oro de 90 g.; también podemos encajar perfectamente el ponderal hallado en Cabezo Redondo con estos patrones egipcios. Ya que para calcular su equivalencia bastara con multiplicar por 75 los Lingotes de Villena y por 14 los Debenes -correspondiendo su cambio a 75 lingotes Villena por cada 14 Debenes del Nilo-; o lo que es lo mismo: Que 56 Shatys de Oro (siklos oro faraónicos de 7,5 g.), se corresponden con 25 "piezas" de Cabezo Redondo (de 16,8 g). Es de destacar que a su vez los 7,5 gramos que valía el Shaty o anillo de Egipto -llamado por los fenicios Siklo Oro-, es también la medida que usaron en los tesoros atlánticos, tanto como en El Carambolo (tal como creemos haber podido demostrar) (36) .
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JUNTO Y SOBRE ESTOS PÁRRAFOS: Dos fotografías del tesoro de El Carambolo en reproducción -tal como lo exhibe el Museo Arqueológico Nacional al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Arriba, vemos los dos portentosos brazaletes, claramente masculinos y cuyos pesos son 525 y 550 gramos. Todo lo que nos habla de una ponderación muy cercana a la métrico decimal, como lo era la de Egipto y Mesopotamia, que también partían desde patrones geodésicos. Concretamente la de El Carambolo parece estar plenamente ligada a la del Shaty o anillo egipcio de 7,5 gramos, cuyo primer divisor era el Debén de 12 Shatys (90 gramos). Unos pesos que sin duda coinciden con los que usó el orfebre para fabricar las piezas de ese tesoro. Al lado, en imagen: Los galápagos o colgantes del mismo ajuar y a su derecha las placas, de las que actualmente casi nadie duda eran para fabricar coronas con esos eslabones cosidos. La observación de dos tamaños distintos en iguales piezas, que además van decoradas con dos tipos de motivos diferentes; me hacen deducir que se trata de un ajuar para dos personas. Seguramente un hombre y una mujer. Luciendo el príncipe los brazales, el galápago grande y los eslabones mayores; mientras ella llevaría los eslabones menores como diadema, el colgante más pequeño como cardiofilax y el collar (que no incluimos en estas fotos).
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3- Los candelabros de Lebrija, su peso:
Estas piezas a juicio de algunos investigadores como Perea y Armbruster, estarían muy unidos en época y estilos al tesoro de Villena, tanto como a la orfebrería atlántica desarrollada a fines de El Bronce. Fueron trabajados a la "cera perdida" y de un modo igual a las piezas de Villena y otras fechadas previamente al siglo IX a.C.; aunque estos candelabros lebrijanos han de datarse después del siglo VII a.C. -en un momeno de contacto entre los indígenas peninsulares y los fenicios-. Siendo así no nos ha de extrañar que los "thymateria" de Lebrija pudieran compartir patrones de pesos y medidas con Villena y con El Carambolo. Aunque en el caso de estos candeleros es difícil saber lo que cada uno pesaba, porque presentan roturas (y además uno de ellos parece inacabado). Por lo que el peso promedial que se calcula sobre cinco de ellos (que comparten altura y formas) es de 1309 gramos. Lo que correspondería casi a 175 Siklos Oro de 7,5 gramos (ya que 175 · 7,5 g. = 1312,5 g.). Todo lo cual sería suponiendo un error mínimo (3,5 gramos) sobre el promedio estimado en cada uno de los candelabros, que miden 70 centímetros. Estimación admisible en una piezas de este tamaño y antigüedad, que como Perea y Armbruster destacan, pudieran haber perdido peso (por desgaste, golpes o la roturas que presentan). Siendo así podemos partir desde el primer principio, considerando que cinco de los seis caldeleros -iguales- pesaban promerdialmente 175 Siklos Oro; estando medidos con un patrón exacto al usado en El Carambolo o al que tiene tesoro de Caldas -y a otros muchos ajuares atlánticos-. Tras lo expuesto, pasamos a deducir que además cuatro de los cinco candelabros iguales, se corresponderían con 700 siklos; y ello significa que pesarían exactamente lo mismo que diez brazaletes (menores) de El Carambolo.
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De todo lo antes expuesto, podemos concluir que -a su vez- las piezas de Lebrija están perfectamente proporcionadas en peso con las de El Carambolo. Lo que deja evidente el uso de un patrón común, ya que es imposible que todas las joyas de El Carambolo puedan proporcionarse con la ponderación de las de Lebrija, de manera casual. Pues, como hemos visto, el candelero equivale a 2 + 14/50 del brazalete mayor (de 550 gramos) y a 2,5 partes del menor; de lo que sucesivamente podemos ir viendo como el ajuar sevillano está hecho en iguales pesos y en proporcinadas divisiones, relativas con los candelabros de Lebrija (un hecho que obliga a pensar en identicos patrones). Pero a su vez, estos quemaperfumes tienen mucha relación con el Lingote aparecido en Cabezo Redondo, que recordemos era de unos 16,8 gramos. Pues el lingote allí hallado tenía 16,744 g., que multiplicados por 78, nos da 1306 g.; lo que es practicamente el peso promedial de los quemaperfumes. Por todo cuanto decimos, los candelabros de Lebrija parecen haber estado fabricados en ambos ponderales; equivaliendo exactamente en peso a la medida del Lingote de Cabezo Redondo y a la vez en concordancia con el Siklo Oro de 7,5 gramos. Todo lo que -repetimos- es matemáticamente imposible tomar como casual, pues es verdaderamente difícil calcular siquiera el momento en que ambos ponderales se unen. Siendo el peso de las piezas lebrijanas seguramente un valor cercano a los 1310 g., que es justo el peso en que ambos patrones se unen (el ponderal de Villena de 16,8 gramos -igual a dos siklos mesopotámicos-, con el Shaty egipcio de unos 7,5 g) (37) .
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SOBRE Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos fotografías tomadas también en el Museo Arqueológico Nacional -al que agradecemos nos permita divulgarlas-. Arriba, detalle de la reproducción del tesoro de Villena, tal como se expone en sus vitrinas. Al lado, los famosos cuencos de Axtroki (fechados hacia el siglo IX a.C.) y a su lado la pulsera de Estremoz (igual en tipología y datación a las de Villena). Si observamos el ajuar de Villena, veremos en sus frascos esos rasgos campaniformes de los que hablábamos. Pero asimismo otros cuencos son iguales a los hallados en otras muchas ocultaciones atlánticas fechadas al Final del Bronce (como las de Axtroki). Además, las pulseras de Villena son iguales a las que repetidamente se han encontrado en el Sur de Portugal o en Extremadura -también del Bajo Bronce-. Todo lo que indicaría que este conjunto hallado en Villena y en Cabezo Redondo, probablemente fue ocultado durante su transporte desde tierrras atlánticas o mientras trabajaban junto al Mediterráneo esas joyas, fabricadas con técnicas y metales nobles procedentes de minas cercanas al Oeste peninsular (al Alentejo o al Guadalquivir). Por su parte, la forma de fundir las piezas a la cera perdida se considera una importación mediterránea llevada durante el Final del Bronce hasta el Atlántico. Debido a ello, este estilo de joyas denominado Villena/Estremoz, pueden datarse en fechas más tardías y considerarse menos autóctonos que los torques rígidos y tubulares del tipo Sagragas/Berzocana. Es de destacar, que tal como vimos, los candelabros de Lebrija están igualmente trabajados a la cera perdida, aunque se fechan en una etapa muy posterior a las piezas de Villena/Estremoz (en época tartessia, circa VII a.C.).
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4) Los candelabros de Lebrija, su longitud:
Llegamos finalmente a este punto, antes mencionado, cuando comentábamos que cinco de estos "thymateria" estaban mensurados de forma muy cercana a las piezas de El Carambolo. Las medidas exactas de cinco de estos candeleros son las siguientes -según Perea y Ambruster-: Tres de ellos tienen exactamente 700 milímetros; un cuarto, 702 mm.; otro 705 y un sexto distinto, de 650 mm.. Variación de cinco centímetros del último, que Perea y Armbruster consideran se debe a un defecto en su fabricación, al contener algunas faltas o fallos (por lo que no puede ser estudiado como ejemplo). Varios de ellos también presentan roturas, lo que les ha podido hacer perder peso, pero no altura; pues tan solo uno difiere en su tamaño, pudiendo considerarse que el resto mide exactamente setenta centímetros. Como hemos dicho, estos 700 mm. son prácticamente una vez y un cuarto, la cadena del tesoro de El Carambolo. Pues la medida de esa cinta de oro que sujeta la gargantilla es de 56 centímetros; que multipicada por 1,25 supone 70 ctms. (tamaño exacto de los "Thymateria" de Lebrija). Todo lo que además deja ver una diferencia entre ambas longitudes de unos 140 milímetros -entre de la longitud de la cadena y la altura de esos cinco candelabros-.
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De lo expuesto, podríamos suponer como un subdivisor métrico esta fracción de unos 14 centímetros; que constituye la distancia mencionada entre ambos tamaños. Siendo así y sabiendo que en la Antigüedad la fracción menor era el Dedo, de unos 1,8 centímetros; podríamos deducir que seguramente esa diferencia de la que hablamos entre los candelabros y la cadena de El Carambolo, pudo ser "una palma" -parte fraccionada del Codo o Pié que solía contener 8 Dedos-. De lo que este Dedo en un hipotético patrón existente en a las piezas de Lebrija y las de El Carambolo, se correspondería en 1/8 de 140 milímetros (14/8 centímetros); es decir, a 17,5 milímetros. Dedo desde el cual he supuesto una escala hipotética de valores; medidas que se podrían suponerse como patrones pre-ibéricos anteriores al hierro (o de comienzos de la Edad de Hierro peninsular). La confirmación de que este Dedo de 1,75 ctms., es el tamaño común más probable usado en patrones de joyería atlántica de la época; se corrobora en el mencionado trabajo de Perea y Armbruster. En el cual citan un "nuevo" candelero -prácticamente igual a los de Lebrija-, de procedencia desconocida y propiedad del MAN (ver imagen al comienzo de este artículo-. Exponiendo en este estudio que aquel último "thymateria" del mismo tipo que los lebrijanos, mide exactamente 473 milímetros. Todo lo que supondría 27 Dedos de 17,5 mm. (practicamente exactos); ya que 1,75 ctms por 27 son 47,25 (lo que nada dista con los 47,3 que dan como altura los autores que descubren y estudian la pieza del MAN). Por su parte, la diferencia entre este "nuevo candelero" y los de Lebrija sería de 22,75 ctms., lo que supondría 13 Dedos menor (pues 13 · 1,75 = 22,75 ctms).
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Siendo así, las medidas que proponemos como patrón para esta época son (de manera resumida):
Dedo = 1,75 centímetros
Palmo de 8 Dedos = 14 centímetros.
Pié de 18 Dedos = 31,5 centímetros.
Codo de 24 Dedos = 42 centímetros (38)
Acerca de la cubicación de este ponderal, creo se corresponde prácticamente a las cubicaciones desde el sistema egipcio (o hebreo) partiendo de un Codo de 52,5 centímetros -que era igual al usado en Israel desde el siglo X y en la época del Bajo Bronce en Iberia (correspondiendo al de Egipto en el II milenio a.C.)-. Ya que 30 Dedos de 17,5 mm. -como los que pueden deducirse de Lebrija o de El Carambolo-, se corresponderían a un Codo hebreo o egipcio (de 525 mm.).
Finalmente sobre el patrón Braza igual a la cadena del Collar de El Carambolo, tan solo añadiremos que 56 centímetros cúbicos (56·56·56); se corresponden a 175616 gramos (175,616 K.) encajan con los pesos elegidos, habida cuenta que es divisible entre 16,8 gramos. Aunque más sencillo sería explicarlo diciendo que partiendo desde un peso de 56 gramos, al multiplicarlo por una vez y media resulta 84 gramos (igual a 10 Gin de Gudea). Por lo que el peso 5,6 g. habría de considerarse un poderal posible en Tartessos y del que surgiría un siklo de 11,2 g. (ya que 5,6 x 15 = 100 Gin de 8,4 g.).
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ARRIBA: Algunos de los llamados “candelabros” de Lebrija, tal como los exhibe el Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Perea y Ambruster explican que se trata de piezas de absoluta transición entre las culturas indígenas peninsulares del Bronce atlántico y los fenicios llegados hacia el siglo IX-VIII a.C.. Por cuanto la técnica con la que fueron hechos estos candeleros (y sus paralelos de El Coronil) es igual a la que usaron para fabricar los torques y brazaletes de Villena, Cabezo Redondo, Estremoz y etc. Piezas que se fechan entre los siglos XII al X a.C. y cuya técnica de labor orfebre es la del molde a cera perdida. Unos candeleros que además comparten totalmente el tipo de aleación de oro también con esas piezas de Villena-Estremoz (siendo diferente la pureza y mezcla aúrea que usaban ya en El Carambolo y en los tesoros más tardíos). Pese a ello, se fechan hacia el siglo VII a.C. considerándose Thymaerios para templos fenicios.
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AL LADO: El “collar” del Tesoro de El Carambolo, tal como los exhibe el Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En varios de nuestros estudios he considerado que se trata de una pieza neohitita, por cuanto -a mi juicio- en sus sellos vemos marcas escritas en alfasilabario luwio, como las de “dios” y la “diosa Kubaba” (palabras que en lengua neohitita se representan como dos “C” cruzadas y dos tríangulos opuestos, tal como podemos ver en la imagen).
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ABAJO: CUADRO PRIMERO DEL ESTUDIO DE LOS PROFESORES GALÁN Y RUIZ-GÁLVEZ, CON LOS PESOS DE LAS JOYAS, QUE NOS VAN A SERVIR PARA ANALIZAR DE NUEVO LOS TESOROS PENINSULARES.
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d) – Continuación del Análisis de tesoros y piezas de orfebre del bronce Bajo (conforme datos de peso obtenidos desde los trabajos de los profesores Galán y Ruiz-Gálvez):
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1) - CUADRO PRIMERO DE GALAN Y RUIZ-GÁLVEZ en "DIVISA, DINERO Y MONEDA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LOS PATRONES METROLÓGICOS PREHISTÓRICOS PENINSULARES" (39) :
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-Al estudiar la RELACIÓN PRIMERA (ver imagen arriba), en su lista de pesos observamos inicialmente cuatro joyas de 45 gramos y una de 46 (muy cercana en); de lo que deduzco que se trata de un ponderal común, muy usado y correspondiente a 6 Shatys (6 · 7,5 g. = 45 g.; medio DEBEN egipcio). Desde este patrón Shaty a mi entender procedería el ponderal común que Ruiz-Gálvez y E.Galán observan en los tesoros peninsulares, de 4,5 gramos y que se corresponde con el Shaty como 3/5 de 7,5 gramos (o bien 6/10 de este siklo-oro; un peso profusamente utilizado en la Península, al menos hasta el dominio fenicio-cartaginés) -Es decir (3/5 · 7,5) = (7,5 · 6/10) = 4,5 gramos-.
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-Consecuentemente, para estudiarlos mejor, en la imagen primera hemos marcado con un cuadrado rojo, los valores cercanos al Shaty al igual que los relacionados con el Gin o Siklo Persa de 8,333... g. (pues como sabemos 10 Shatys de 7,5 equivalían a 9 Siklos persas o Gin). Siendo los más destacados:
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Coles de Samuel (Soure).....................---------......................................45gr.
Deilao.......................................................50........................................ 45 gr.
Deiláo (Braganza)................................... 52........................................ 45gr.
Deiláo (Braganza).................................... 53........................................45 gr.
Sansueña (Zamora)................................. 1.......................................... 46 gr.
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-A ello hay que sumar otros, como aquellos que corresponden a la mitad de 45 gramos como es el de 22,6 g. (marcado en imagen y sañalando con un círculo el de 24 g.; pudiendo tratarse de 3,2 o bien 3,5 Shatys).
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Padilla de Abajo (Burgos)..........731581P.áDfS............ 22.6 gr .............................2
Ins. Valencia de D. Juan.........................8 ......................24 gr............................... 2
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-El resto de los pesos que aparecen desde el valor de 46 gramos en adelante en la Tabla Primera, en gran parte son fraccionarios ó múltiplos de 45 -y de su mitad (22,5)- . Pues divididos por 22,5 o por 45 presentan una periódica de resto y equivalencia justa.
DE LO QUE SE DEDUCE QUE EL PONDERAL COMÚN ES UN DIVISOR DE 22,5 (igual a tres Shatys de 7,5 gramos). POR LO QUE PUEDEN SER SUS PATRONES MÁS GENERALES LAS FRACCIONES DE ESE SHATY.
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AL LADO: Brazales del tesoro de Sagrajas tal como los exhibe el Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). El collar torques lo hemos incluido en otra imagen anterior. En este caso, las piezas son las que Galán y Ruiz-Gálvez numeran como Sagrajas 1, 2,3,4,5.
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ABAJO: CUADRO SEGUNDO DEL ESTUDIO DE LOS PROFESORES GALÁN Y RUIZ-GÁLVEZ, CON LOS PESOS DE LAS JOYAS.
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2) COMENTARIO A LA TABLA SEGUNDA DE GALÁN Y RUIZ-GÁLVEZ (1 GENERAL):
Se trata de una relación de valores de orfebrería del tipo Sagrajas/Berzocana (de fines de la Edad del Bronce a inicios del Hierro).
Numeramos las marcas hechas sobre la tabla (VER):
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1-Comienza el listado con una joya cuyo peso es múltiplo de 45 y de 22,5 g.; se trata de Telloes, que pesa 60 gramos; o lo que es lo mismo a 45 · (1+1/3) y todo lo que es igual a 8 Shatys de 7,5 g. (8 · 7,5 = 60). En imagen Marcado en Rojo:
TeIlóes (flosiro).................. brazalete......................................... 60.0 gr.
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2-Poco después vienen otros dos que pesan practicamente el doble del anterior (60 g.) y se corresponden casi a 16 Shatys, valiendo unos 120 gramos. Son los marcados en Verde en la Imagen:
Bodonal 3 (Badajoz)........... brazalete ........................................119,0 gr.
Sagrajas 4 (Badajoz).......... brazalele .........................................120,8 gr.
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3-Le sigue a este en misma proporción otro que pesa 120+7,5 gramos aproximadamente (exactamente 127,9 con un error de 0,2 g; lo que supondría 17 Shatys). Es el marcado con Azul en Imagen:
Bonaval (Lisboa).................brazalete............................................127,9 g.
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4-El siguiente creo que si estuviera exactamente ponderado (quizás tenga desgastes) habría de pesar 142,5 g.; ya que este valor es = 127,5 +7,5 +7,5 gramos; o bien 19 Shaty. Pese a ello, lo hemos marcado en redondo como muy aproximado y es MARCA ROJA REDONDA:
Solosancho (Mita)...............ajorca ..............................................142 g.
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5-La falta de aproximación del siguiente es algo mayor ya que habría de pesar 142,5+7,5+7,5 = 157,5 gramos y en verdad vale 158,2 g.. Con un error de 0,7 gramos sobre lo que debía ponderarse exactamente si fuera dos Shaty mayor que el anterior, correspondiendo a 21 Shaty. Lo he marcado igualmente con un CIRCULO ROJO es:
Bodonal 1 (Badajoz)............brazalete ..........................................158,2 g
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6-Le sigue en el listado Sagrajas 3, que debía pesar 157,5+7,5 = 165 gramos, si fueran 22 Shatys (de 7,5 g.); pero en su defecto tiene 167,3 g. Todo lo que hace suponer le sobran 2,3 gramos, una cantidad muy cercana a los 2,25 g. que habíamos marcado como 45/20 = 0,3 Shaty. Es decir, que probablemente su peso fuera 165 + 2,25 gramos, lo que corresponde a 22,3 Shatys = (22 · 7,5) + 2,25 = 165,25. Todo lo que nos lleva a mercarlo de nuevo, esta vez con CIRCULO AZUL por aproximación más lejana ya que tiene un defecto de 2,3 gramos sobre el valor que debiera tener.
Sagrajas 3 (Badajoz)...........brazalete ...........................................167,3 g
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7-Por su parte el brazalete de Monroy pesa casi lo mismo que el pectoral menor de El Carambolo, lo que viene a ser 200 gramos; un valor que corresponde a 26 + 2/3 Shaty y a 24 Gin. Algo que relaciona plenamente esta pieza con las del Tesoro de El Carambolo y con las de Berzocana, habida cuenta que la diferencia de entre los dos torques de Berzocana es también de 200 gramos -ver más abajo-. Lo hemos Marcado con CUADRADO NEGRO en la Imagen):
Monroy (Cáceres) ..............brazatele ............................................199.2 gr.
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8-El siguiente relacionado con la serie es el de Valdeobispo 1, que practicamente pesa 202,5 gramos y estaría en funcion de la serie de pesos que antes veíamos partiendo desde 165+7,5+7,5+7,5+7,5+75 hasta llegar a estos 202,5 g. Valdría así 27 Shatys, con un error de 0,72 g, por lo que lo marcamos en CIRCULO ROJO
Valdeobispo 1(Cáceres) .......brazalete............................................201,78 gr
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EL CARAMBOLO -En esta lista habríamos de incluir también los pectorales de El Carambolo, cuya ponderación es de 200 y 245 gramos. El primero ya vimos que se relacionaba con el brazal de Monroy -o la diferencia de gramos entre los de Berzocana-. Mientras el segundo de 245 se correspondería a 200 + 7,5 + 7,5 + 7,5 + 7,5 + 7,5 + 7,5 = 245. Es decir que es igual al pectoral menor más 6 Shatys (ó más 45 gramos); peso que como vimos era un modelo que se repite en estos valores de la Edad del Bronce.
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9-Les sigue en la misma serie (datado en época algo posterior, pero apenas sin error de valor), el torques de Valdeobispo; que pesa 375,75 gramos. A mi juicio, debiera tener 375 g. para ser exacto, lo que es igual a 50 Shatys o bien a {202,5+ (7,5 · 23)} g.. Lo destacamos con CIRCULO ROJO EN IMAGEN.
Valdeobispo.........................torques..............................................375,75 gr
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10-Lo mismo sucede en el siguiente caso, que contiene un error tan solo de un gramo. Se trata del torques de Almoster; que pesa 381,5 cuando debía ser 382,5 gr. equivaliendo así a 51 Shaty (algo que es igual al peso del anterior torques de Valdeobispo, más un Shaty -375+7,5 = 382,5-). Por ello también lo marco con Círculo Rojo.
Almoster (Leira) ...................torques..............................................381,5 gr
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-En esta serie también aparecerían los pesos y proporciones de El Carambolo cuyo brazalete menor pesa 525 gramos y es igual a 382,5 + (7,5 · 19). SIENDO MUY DESTACABLE ESTE HECHO, YA QUE VEMOS COMO EN LA MISMA LISTA PODRÍAN IR ENCAJANDO PERFECTAMENTE LOS PESOS Y PROPORCIONES DE EL CARAMBOLO.
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11-Más tarde en el listado de Ruiz-Gávez y de Galán observamos el torques de Serraes de Coimbra, que está perfectamente proporcionado con las diferencias de peso entre los brazaletes de EL CARAMBOLO. Ello porque este de Coimbra pesa 575 gramos y los brazales del tesoro tartessio 525 y 550 g, de lo que su siguiente progresión sería aumentar 25 gramos. Lo que a su vez nos llevaría a valorar de este de Coimbra en 76+2/3 Shaty o en 69 Gin exactos. Por lo que lo marcamos con círculo amarillo.
Serrases (Coimbra).............. torques .............................................575 gr
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12-El siguiente en la lista, sería el de Baioes 1 (Senhora da Guía), que pesa practicamente 575+7,5 gramos = 582,5; con un defecto de 0,5 ya que su valor es de 583 (todo lo que viene a equivaler a 77+2/3 Shaty). Por ello lo marcamos con Circulo Rojo en Imagen. Pese a ello, si fueran 78 Shatys pesaría 575 g.
Baiòes 1 (Viseu)................... torques ..............................................583. gr
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13-Lo mismo sucede con el contiguo en el mismo listado (también de Senhora da Guia, Baióes), que si tuviera 590 g. sería exactamente igual al anterior, más un Shaty (575 + 7,5). De ello si fuera 80 Shatys pesaría 592,5 g.. Aunque contiene un error de 1 gramo para ser exacto tal como vemos en Imagen marcado con Círculo Rojo:
Baiòes 2 (Viseu) ...................torques ..............................................591gr.
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14-Los que le siguen ya son la evidencia que el ponderal usado depende de un valor nacido desde el Shaty 7,5 g. -o bien del Gin de 8,33... g.-. Siendo estos los de Berzocana, cuyo torques menor pesa exactamente 750 gramos (lo que es igual a 100 Shatys de Egipto de 7,5 gramos o 90 Gin exactos). Mientras el segundo vale 950 g. que se corresponde a 126+2/3 Shaty, tanto como a 144 Gin exactos. Los hemos señalado con una marca fuerte en NARANJA en la Imagen, ya que son claves para la demostración de cuanto decimos.
Berzocana 2 (Cáceres).......... torques .......................................... 750 gr.
Berzocana 1 (Cáceres) ..........torques ...........................................950 g.
Ambas piezas están proporcionadas con El Carambolo y con otras muchas de pesos relativos a ellas. Tanto que la diferencia entre estos dos torques es la misma que el peso del pectoral menor de EL CARAMBOLO = 200 g.. Doscientos gramos que son 24 Gin, pero a su vez 26 + 2/3 Shaty; y estos 26,666... Shaty (iguales a 200 g.) se relacionan plenamente con el segundo torques mayor cuyo peso es de es de 126,666... Shatys. Estando los de Berzocana perfectamente relacionados con una infinidad de tesoros del misma época o zona y que se pesan en base a 25 gramos (2,5 g = 1/3 Shaty). Sobre todo, con los de El Carambolo, ya que el pectoral menor de este tesoro sevillano unido al brazalete mayor pesaría lo mismo que el torques menor hallado en las Villuercas.
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Es decir:
-Pectoral menor Carambolo (200 gramos) + Brazal mayor EL Carambolo (550 gramos) = TORQUES MENOR DE BERZOCANA = 750 gramos.
-Pectoral menor Carambolo (200 gramos) + Pectoral menor Carambolo (200 gramos) + Brazal mayor (550 gramos) = TORQUES MAYOR DE BERZOCANA = 950 gramos.
Por lo demás, la importancia de Berzocana reside en que también se puede medir en Gin de Gudea correspondiendo a 90 Gin el collar menor y 114 Gin el mayor. Pues el Gin -trasladado a Siklo Persa en el siglo VI a.C.- valió 8,3333... gramos; de lo que 90 GIN = 750 gramos y 114 GIN 950 g.
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15-La siguiente pieza de la Tabla que analizamos, hace evidente el ponderal usado en estos tesoros como relativo al Shaty egipcio. Es el torques de Penela. Pesa exactamente mil gramos más que el collar mayor de Berzocana. Esta pieza en Shatys son exactamente 260, ya que 260·7,5 gramos se corresponden a 1950. Es un collar igualmente proporcionado con El Carambolo, tanto que las ocho placas de este tesoro sevillano valen 1150 gramos, lo que unido a cuatro veces el peso de su pectoral menor (200 x 4) hacen 1950 gramos. Lo hemos marcado en imagen con un cuadrado Rojo debido a la importancia también de esta pieza.
Este torques asimismo puede medirse exactamente en Gin de Gudea, que como sabemos es de 8,333... gramos; siendo 234 GIN (8,333 · 234 = 1950).
Penela (Coimbra) ...................torques .......................................1950.gr.
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16-Llegamos al penúltimo SAGRAJAS, cuyo caso es singular porque pesa casi exactamente lo mismo que cada uno de los quema perfumes de Lebrija. Ya que el promedio en que se calcula el valor de cinco de los seis candelabros lebrijanos (que apenas tienen una variación de milímetros en sus medidas), es de unos 2003 gramos. Así lo marcamos con Cuadrado Azul en imagen, relacionado con el peso de los candeleros de Lebrija que viene a ser unos 267 Shaty (267 · 7,5 = 2002,5 g) y a 240,5 Gin (240,5 · 8,333 = 2004,16 g).
Sagrajas (Badajoz)................. torques ..................................2004.6 gr.
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17-Por último, vemos otro collar cuyas proporciones encajan perfectamente con los pesos de El Carambolo y de otros tantos en base a estas medidas ya citadas y muy repetidas. Aunque el caso de Portel (Evora) que se correspondería con 306+2/3 de Shaty; es tiene otra vez la característica de poderse valorar en GIN de Gudea, correspondiendo a 276 GIN (ya que 276 · 8,333... = 2300 gramos). Con Cuadrado ROJO en imagen.
Portel (Evora)......................... torques ........................................ 2300 gr .
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ARRIBA: Recipiente de bronce que contenía los torques de Berzocana en el momento de su hallazgo (tal como podemos verlo en el MAN, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Esta pátera es de origen y tipología chipriota, datada hacia el siglo XI a.C.; todo lo que mostraría las influencias del tesoro y el origen de los orfebres -o de quienes mantenían contacto con estas zonas peninsulares de gran riqueza minera-. Pues no podemos olvidar que Berzocana se encuentra muy cerca de Logrosán y de numerosas minas muy ricas en casiterita, imprescindible para alear bronce.
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BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Los dos collares en reproducción, tal como los exhibe el museo de Berzocana, Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En las fotografías podemos observar su técnica de fabricación, que nada tiene que ver con piezas como las pulseras de Estremoz o de Villena; que como vimos estaban fundidas a la cera perdida. Por el contrario, estos torques como los de Berzocana tienen una técnica muy rudimentaria, habiendo sido hechos sobre moldes abiertos con los que lograban dar forma tubular al oro; para ser luego decorados con incisiones sobre la pieza terminada. Su estética se acerca a las decorativas de tribus primitivas; quizás por la enorme antigüedad que tienen. Siendo claramente objetos de la orfebrería atlántica; ensayados, inventados y fabricados por los habitantes peninsulares desde los tiempor dolménicos (así como de las islas Británicas y de las costas francesas, que compartieron este tipo de joyería).
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3) CONCLUSIONES A LA TABLA SEGUNDA DE GALÁN Y RUIZ-GÁLVEZ:
PRIMERAMENTE RECOGEMOS LOS PESOS INTERPRETADOS YA EN SHATY O GIN:
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TeIlóes (flosiro).......... 60.0 gr............. 8 Shaty (60) y 7+1/5 Gin de Gudea // 7,75 M.Uncia
Sagrajas 4 (Badajoz)...120,8 gr .........16 Shaty (120) // 14+1/2 Gin de Gudea (120,83..).
Monroy (Cáceres) .............199,2 gr ......... 26+1/2 Shaty (198,75) // 24 Gin Gudea (200)
Valdeobispo 1(Cáceres) ...201,78 gr ..... 27 Shaty (202,5) // 30 Siklos Babilonia (201,9)
// 24+1/5 Gin Gudea (201,666...) // 26 M.Uncia (201,26)
Serrases (Coimbra).............575 gr ....... 76+3/5 Shaty (574,5) // 69 Gin Gudea (575)
// 79 Siklos Púnicos (574,883)
Berzocana 2 (Cáceres)...... 750 gr ......... 100 Shaty (750) // 90 Gin de Gudea
Berzocana 1 (Cáceres) ........950 g.............. 126+3/5 Shaty (949,5) // 114 Gin Gudea (950)
Sintra (Lisboa)........................1256,5 gr ....... 167+1/2 Shaty (1256,25) // 187 Siklos Babilonia (1256,64)
// 150+3/4 Gin Gudea 1256,25
Penela (Coimbra) ...................1950 gr........ 260 Shaty (1950) // 234 Gin Gudea (1950)
Sagrajas (Badajoz)............ ....2004,6 gr ....... 267+1/4 Shaty (2004,375) // 240+1/2 Gin Gudea (2004,166...)
Portel (Evora)....................... 2300 gr ........... 306+3/5 Shaty (2299,5) // 276 Gin Gudea (2300)
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a) -El tesoro de Sagrajas los brazaletes (Badajoz) tienen los siguientes valores: 185,65 g.; 192,2 g.; 167,3 g.; 120,8 gr; 110,45 gr. para los brazales; y el torques pesa 2004,6 gr.. Considerando que el ponderal más común en la época era el Shaty de 7,5 g. se pueden establecer unos valores redondeados bastante correlativos. En las equivalencias nos quedará un margen de error dependiente de una fracción cercana a 1/3 de Shaty = 2,5 gramos (ó bien de 2/3 = 5 g. y de 1/4 = 1,875 g). Es decir, que en los tres primeros casos (y en el quinto) la diferencia se subsanaría añadiendo o restando 1/3 o 1/4 de Shaty; mientras en el cuarto, el resultado es prácticamente exacto (con 0,8 g. de fallo). Por último, el peso del torques mayor deja un error de unos 2/3 de Sahty -5 gramos, más o menos- :
1º)- 25 Shaty = 187,5 g. (error 1,85 g. = 1/5 Shaty aprox)
2º)- 26 Shaty = 195 g (error 2,8 g. = 1/3 Shaty aprox)
3º)- 22 Shaty = 165 g. (error 2,3 g. = 1/3 Shaty aprox)
4º)- 16 Shaty = 120 g. (error 0.8 g.; prácticamente exacto)
5º)- 15 Shaty = 112,5 g. (error 2,05 = 1/3 Shaty aprox)
6º)- 268 Shaty = 2010 g. (error 5,4 g = 2/3 Shaty aprox)
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b) - Bodonal de la Sierra: Por su parte, el tesoro de Bodonal de la Sierra (también Badajoz) presenta los siguientes valores en sus tres brazales: 158,2 g. ; 122,2 g .; 119 gr.. Que traducidos a Shaty serían:
1º)- 21 Shaty = 157,5 g. (error 0,7 gr.; prácticamente exacto)
2º)- 16 Shaty = 122,2 g. (error 2,2 g. = 1/3 Shaty aprox)
3º-) 16 Shaty = 119 g. (error 1 g.; prácticamente exacto).
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c) -Valdeobispo: Continuando con el siguiente tesoro del listado, llegaremos al de Valdeobispo, un ajuar hallado hace unos treinta años en la provincia de Cáceres y en tierras muy próximas a las que vieron nacer a Gabriel y Galán. Cuyos valores son: Cuatro brazaletes de 205,32 gr.; 201,78 gr.; 198,8 gr. ; 193,17 gr.; y un torques de 375,75 gr.. Todo lo que reducido a Shatys supone:
1º)- 27 Shaty = 202,5 g (error 2,82 g. = 1/3 Shaty aprox)
2º)- 27 Shaty = 202,5 g. (error 0,72 g.; practicamente exacto)
3º)- 27 Shaty = 202,5 g. (error 3,7 g = 1/2 de Shaty casi exacto)
4º)- 50 Shaty = 375 g (error 0,5 g; practicamente exacto)
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En este caso nos encontramos con tres brazaletes que tienen aproximadamente el mismo número del Shaty (27); aunque el primero para ser más precisos contendría 27+1/3 (202,5 g. + 2,5 g. = 205) y el tercero 27+1/2 Shaty (202,5 + 3,75 = 206,25). Llamando poderosamente la atención cómo se ajusta el torques al patrón de 7,5 gramos, ya que pesa casi exactamente 50 Shaty. Por lo demas la diferencia entre el torques y los brazaletes es de unos 23 Shaty (172,5 g).
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d) -Berzocana: Seguimos con otro tesoro cacereño, en este caso el hallado en Berzocana, preciosa localidad de las Villuercas sita junto a la maravillosa Guadalupe y muy próxima a Solana de Cabaña (población donde se descubrió la famosa estela tartessia con guerrero, de carro y escudo -y cuyo alcalde, Gregorio, trabaja a destajo por promocionar su municipio como zona de turismo arqueológico-). Siendo los valores que presenta Berzocana sobradamente conocidos, por cuanto los he repetido hasta la infinidad en mis estudios: 750 gramos para el torques pequeño y 950 del collar rígido mayor. Todo lo que supone en Shatys:
1º)- 100 Shaty = 750 gramos (exacto)
2º)- 126 Shaty = 945 gramos (error 5 g. = 2/3 de Shaty)
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Por lo que estos dos torques pesan en este patrón egipcio, 100 Shaty y 126+2/3 (126,6666.... ) -el mayor-; siendo también mensurables en Gin o siklos persas, ya que equivaldrían a 90 Gin (750 g) y de 114 Gin (950 g.). Por su parte, la diferencia entre ambos de 200 gramos se cifra en Shaty como 26+2/3 (26,6666 Shaty), un valor que se relaciona con los 126+2/3 que pesa el mayor.
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e) -Baioes: Finalmente llegamos a un tesoro portugués, como es el de Baioes (hallado en el Alto de Senhora da Gúia, de Viseu), que está compuesto por tres torques: Uno mediano, de 385,3 gr.; y dos grandes, de 583 gr. y de 591gr. (respectivamente). Lo que traducido a Sahtys es
1º)- 51 Shaty = 382,5 g. (error 2,8 g = 1/3 Shaty)
2º)- 78 Shaty = 585 g. (error 2 gr. = 1/4 de Shaty)
3º)- 79 Shaty = 592,5 g. (error 1,5 gr. = 1/5 de Shaty)
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SOBRE Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Tesoro de Bodonal de la Sierra (jerez de los Caballeros,hacia el siglo XIII a.C. (tal como podemos verlo en el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En los estudios de Galán y Ruiz-Gávez tan solo teníamos los valores de los brazales de este ajuar, que observamos en el lado izquierdo de la foto; unos torques que pesaban 21 y 16 Shatys respectivamente (con bastante extactitud). El resto de piezas -que se consideran incompletas- tienen en algunos casos la apariencia de ponderales; sobre todo aquellos que asemejan “cucuruchos” y de los que hemos encontrado valores bastante ajustados a pesos antiguos. Así pues, en la imagen de abajo hemos tomado una a una cada pieza del tesoro, marcando los gramos que tienen (junto a sus fotos numeradas). De esta forma podremos analizar por completo este tesoro de Bodonal de la Sierra cuya apariencia es la de un conjuntos de pesas, guardadas junto a unos torques no terminados y a piezas de oro inacabadas.
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4) - TESOROS QUE NO INCLUYEN RUIZ-GÁLVEZ Y GALÁN EN EL ESTUDIO QUE ANALIZAMOS:
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Este otro listado, es una relación en la que hemos recogido algunas piezas que Galán y Ruiz-Gálvez no incluyeron en su estudio (como las de Alcudia, Bélmez, Bodonal entero etc.).
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a) BODONAL DE LA SIERRA (completo): En la imagen superior podremos ver los pesos de todas las piezas de esta ocultación; como comprobaremos, varias parecen pesas que a mi juicio se ajustan a ponderales de Egipto, Mesopoamia y Babilonia. De tal manera a continuación damos sus valores y su relación posible con medidas como el Shaty, el Gin o el Siklo de Babilonia. Para comprobar cada pieza, podremos consultar foto superior, donde he numerado todos los objetos de este ajuar:
PIEZAS NUMERADAS EN IMAGEN:
1º - 75,5 gramos (10 Shaty más 5 g.)
2º - 73,15 gramos (10 Shaty menos 1,85 g.)
3º - 73,05 gramos (10 Shaty menos 1,97 g.)
4º - 72,8 gramos (10 Shaty menos 2,2g.)
5º – 72,4 gramos (10 Shaty menos 2,6 g.)
6º – 71,6 gramos (10 Shaty menos 3,4g.)
7º – 71,7 gramos (10 Shaty menos 3,3 g.)
8º - 84,45 gramos (10 GIN de 8,4 g. siklo Babilonia)
9º - 84,65 gramos (10 GIN de 8,4 g. siklo Babilonia)
10º-69,8 gramos (10 Siklo vulgar babilonio de 6,72 g., menos 2,6)
11º-69,4 gramos (10 Siklo vulgar babilonio de 6,72 g;. menos 3,2 gramos)
12º-158,2 gramos (21 Shatys casi exactos; 21x7,5=157,)
13º-122,53 gramos (16 Shaty; 16x7,5=120)
14º-118,98 gramos (16 Shatys; 16x7,5=120)
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COMENTARIO AL TESORO DE BODONAL DE LA SIERRA:
Resulta indiscutible que este ajuar presenta piezas cortadas y fundidas de manera estudiada; y aunque algunas parecen material de trabajo o trozos de oro para fundir, las demás no pueden tratarse de simples tortas amortizadas, pues presentan aspecto de joya terminada o de pesa. Me refiero concretamente a las once con forma de “cucuruho” o de “trompeta” y que precisamente guardan unos pesos relativos a ponderales antiguos.
Así vemos en el listado anterior, cómo desde la primera a la séptima, encajan todas bien con el Shaty egipcio de 7,5 gramos:
1º - 75,5 gramos (10 Shaty más 5 g.)
2º - 73,15 gramos (10 Shaty menos 1,85 g.)
3º - 73,05 gramos (10 Shaty menos 1,97 g.)
4º – 72,8 gramos (10 Shaty menos 2,2g.)
5º - 72, 4 gramos (10 Shaty menos 2,6 g.)
6º – 71,6 gramos (10 Shaty menos 3,4g.)
7º – 71,7 gramos (10 Shaty menos 3,3 g.)
Por su parte, la octava y novena pesan practitcamente diez Gin de Mesopotamia (que serían 84 gramos exactamente):
8º - 84,45 gramos (10 GIN de 8,4 g. siklo Babilonia)
9º - 84,65 gramos (10 GIN de 8,4 g. siklo Babilonia)
Para terminar, nos encontramos con la décima y undécima, que igualmente se ajustan diez Siklos de Babilonia de 6,72 gramos (pesando casi 67,2 g).
10º-69,8 gramos (10 Siklo vulgar babilonio de 6,72 g., menos 2,6)
11º-69,4 gramos (10 Siklo vulgar babilonio de 6,72 g;. menos 3,2 gramos)
Finalmente, los tras brazales se ajustan al Shaty, tal como ya vimos:
12º-158,2 gramos (21 Shatys casi exactos; 21x7,5=157,)
13º-122,53 gramos (16 Shaty; 16x7,5=120)
14º-118,98 gramos (16 Shatys; 16x7,5=120)
Además hay cinco piezas más (numeradas como 15, 16, 17, 18, 19) que serían materiales de trabajo, sin corte ajustado ni peso a valorar.
Todo cuanto hemos expuesto hace evidente que la mayoría de estas piezas del tesoro de Bodonal están pesadas y medidas conforme al Shaty, al Gin y al Siklo babilonio; coincidiendo siempre en su valor diez (10shaty, 10gin, 10siklos). Estos tres ponderales del ajuar de Bodonal, son los que en su época (siglo XIII a.C.) utilizaban las zonas que más oro consumían:
-El Shaty egipcio (piezas 1, 2, ,3, 4, 5, 6, 7) y (12, 13, 14)
-El Gin de Mesopotamia (piezas 8 y 9)
-El Siklo de Babilonia (piezas 10 y 11)
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ABAJO: Cuadro mío con las joyas que a continuación vamos a estudiar.
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b) ALCUDIA, brazalete: (ver imagen anterior) de 346,2 gr.; prácticamente se corresponde a 46+1/5 de Shaty. También hemos medido esta pulsera en el ponderal de 4,5 gramos y nos resulta aprox. 77 - ya que (77 · 4,5) = 346,5 g.-. Aunque realmente mejor habría de tasarse en 46 Shatys (345 gramos) con un error de 1,2 g.
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c) TORQUES ROMBOIDAL DEL BÉLMEZ: (imagen con sus valores) En opinión de algunos investigadores está deformado con el fin de darle uso como un brazal; aunque quizás habríamos de pensar que más bien se redujo en su diámetro, para utilizarse como un ponderal o pesa. Su valor es de 184 gramos, lo que mucho le acerca a 22 Gin (183,3.. g) y a 24,5 Shaty (183,75) o bien a 49 pesos de 4,5 gramos.
Aunque lo más curioso es que sus 184 gramos prácticamente suponen 25 Siklos Fenicios (valorados en unos 7,3 g) y a 24 Pym (Siklos filisteos o Shaty tardíos) de 7,58 gramos. Todo lo que concuerda con la tasación del amasijo de oro, hallado junto a este brazal (ver abajo), que tiene casi 76 gramos o lo que es lo mismo: 10 Pym.
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d) AMASIJO DE BÉLMEZ: (ver en la imagen anterior, al lado de datos) Se trata sin duda alguna de un peso-oro cuyo valor es casi exacto a 10 Shatys tardíos, o Siklos filisteos. El amasijo pesa 76 gramos y de nuevo se ajusta a los valores que vimos en Bodonal, como diez Shatys. Aunque en este caso parece que el patrón puede ser más alto y referirse al Siklo filisteo (pym) que normalmente se escribe como 7,6 gramos, pero cuya tasación yo estimo en algo menos (concretamente en 7,58 g). Por su parte y como hemos dicho, el torques romboidal hallado junto a este amasijo se correspondería también con el peso de 24 Shatys tardíos o siklos filisteos (7,6 · 24 = 182,4 g).
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ABAJO: Amasijo y torques de Bélmez (Córdoba) -tal como los exhibe Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen.
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e) BRAZALETE DE ESTREMOZ. (en imágenes superiores) Pesa exactamente 978,5 gramos, se corresponde con: 130,5 Shaty (975 g) y 118 Gin (975 g) . Por su parte, tendría relación con ponderales de la Edad del Hierro, aunque su datación es muy anterior a la llegada de este metal a nuestras tierras. Correspondiendo más o menos con 134 Shekel Fenicios (975,14 g); con 126 M.Uncias (975,36 g); con 215 Dracmas (977,8 g); con 129 Siklos Pym (977,82) y con 86 Siklos Judios (977,82 g.). Por cuanto decimos, creo que su ponderación más justa sería considerarlo medido en Gin (118 siklos de Gudea o babilonios viejos), tanto como en Shaty (130,5 Shaty); una estimación que lo llevaría a pesar algo menos: Unos 975 gramos.
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f) MEDIO BRAZALETE del MAN: (procedencia colección Olivar; en imagen abajo) Pesa 94,72 gramos. Se trata de una joya del tipo Villena, pero cortada o rectificada tras su fabricación. Por ello, en mi opinión pudo ser una pulsera hecha en tiempos del Bronce, que tras amortizarse fue partida y limada para utilizarse como un ponderal en un taller de orfebrería. Pues la creación pesas hechas en joyas la podemos ver testificada en Cabezo Redondo y en Villena, donde se reconoce la existencia de un taller de orfebre que usaba algunos de estos objetos como pesas. Algo perfectamente comprensible dado que el corte y el limado en el oro es francamente fácil de realizar; además, tras ello esta pesa no sufre modificaciones por oxidación, de lo que una antigua joya, cortada y perfectamente limada, pudo ser un método fácil para guardar los patrones justos.
Esta media-pulsera se corresponde a 12+2/3 Shaty (que serían 95 g) y a 11+1/3 Gin (que valdrían 94,4... g), tanto como a 12 M.Uncias (que pesarían 92,89 g). Aunque a lo que verdaderamente se ajustan sus 94,72 g., es a 13 Siklos Fenicios (94,6 g), a 12.5 Siklos Pym (94,75 g) y a 14 Siklos babilonios (94,22 g). Por todo lo que considero se trata de un ponderal cortado y preparado en la Edad del Hierro sobre una pulsera mucho más antigua, para medir a la vez Siklos Fenicios con otros sistemas (Siklos Filisteos, junto a Siklos Babilonios, al menos).
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ABAJO: Medio brazalete (cortado) del tipo Estremoz-Villena, propiedad del MAN -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Decíamos antes sobre ella que pesaba 94,72 gramos. Se trata de una joya del tipo Villena, pero cortada o rectificada tras su fabricación. Por ello, en mi opinión pudo ser de una pulsera hecha en tiempos del Bronce, que tras amortizarse fue partida y limada para utilizarse como un ponderal en un taller de orfebrería. Pues la creación pesas hechas en joyas la podemos ver testificada en Cabezo Redondo y en Villena, donde se reconoce la existencia de un taller de orfebre que usaba algunos de estos objetos como pesas. Observemos en detalle la enorme diferencia entre este estilo de orfebrería (cargada de ornamentos hechos a molde de cera); frente a la más sencilla, del tipo Sagrajas/Berzocana, que fabrica torques tubulares a los que se añadían decoraciones incisas -tal como podemos ver en la imagen superior, en piezas como las de Berzocana oValdeobispo-.
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g) ALISEDA BRAZALETE PRIMERO: Pesa 56,02 gramos: Se corresponde a 7,5 Shaty (56,25 g) y a 6,75 Gin (56,25 g); aunque también podría tratarse de 7+1/3 M.Uncias (56,76 g.). Su peso es prácticamente igual al brazalete segundo del mismo yacimiento que más abajo estudiamos, que tiene un valor de 56,29 gramo lo que prácticamente deja claro que se trataría de 7,5 Shaty o bien 6,75 Gin
h) Aliseda Brazalete segundo de 56,29 gramos: Pesa casi igual que el anterior (con una imperceptible diferencia de 0.27 g); los considero iguales y ambos equivalentes a 7,5 Shaty (56,25 g) o bien 6,75 Gin (56,25 g) -pues su equivalencia con 7+1/3 M.Uncias (56,76 g) creo que es puramente casual-.
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i) TORQUES DE PORTEL: Pesa 2100 gramos; lo que son 280 Shaty (exactos) ó bien 252 Gin (también exactos). Pues su coincidencia con 277 Siklos Fenicios (2015,78 g) creo que es puramente casual. Pese a ello, al ser un valor dado por Perea y Armbruster en la obra referida arriba (en cuadro de imagen), quizás esté redondeada en peso y debiera estudiarse en relación a su ponderación exacta.
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j) TORQUES DE PENELA: Pesa 1800 gramos. De nuevo se trata de 240 Shaty (exactos) o bien de 216 Gin (exactos). Coincide con 232,5 M Uncias (1799,78 g), aunque pudiera ser una simple casualidad. Pese a ello, al ser un valor dado por Perea y Armbruster, quizás esté redondeado y debiera estudiarse en relación a su ponderación más exacta.
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k) TORQUES DEL ÁLAMO 1º (Beja): Pesa 171 gramos. No coincide demasiado aunque en el caso del Shaty sería 22+4/5 (exactos = 22,8 · 7,5 g). Igualmente se ajusta de algún modo a 20,5 Gin (que serían 170,8 g) y a 23,5 Siklos Fenicios (171,01 g) o bien a 15 Siklos judíos (170,55 g). A mi juicio parece de nuevo medido en Shaty y en Gin; aunque bien pudiera ser un peso ajustado entre Siklos Gin y Siklos Fenicios: 22,5 Gin = 23,5 S.Fenicios.
l) TORQUES DEL ÁLAMO (Beja 2º): Pesa 732 gramos. Este se corresponde prácticamente con 98 Shaty (735 g) o bien con 88 Gin (733,33...g). También equivale más o menos a 94,5 M.Uncias (731,5 g), o a 100,5 Siklos Fenicios (731,3586), tanto como 96,5 Siklos Pym (731,47) y a 161 Dracmas (732,22 g). Ciertamente lo que más parece es un ponderal de ajuste entre Siklos Fenicios y Siklos persas o Gin, correspondiendo prácticamente a 100 Siklos Fenicios (7,277 · 100; más o menos 730 gramos) que vienen a ser 88 Gin (733,333... g).
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ABAJO: Vitrina con diversos tesoros de la Edad del Bronce tal como los muestra el Museo Arqueológico Nacional -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Hemos marcado en primer término Sagrajas (su torques de cuello y cinco brazales). Detrás, los dos torques collar de Berzocana; más al fondo los cuencos de Axtroki y al final el brazalete de Estremoz -entre los cuencos y la pulsera de Estremoz, vemos la hallada en la Alcudia-.
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5) - CONCLUSIONES A LOS TESOROS ANALIZADOS:
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La orfebrería peninsular más antigua parece estar medida en ponderales como el Shaty (7,5 g), el Gin (8,4 g.) y el Siklo babilónico (6,72 g.). En numerosas ocasiones con proporciones relativas a veinte o diez veces (75 g. ; 84 g. ; 67,2 g. -respectivamente-); aunque en otros ajuares -como los de Villena-; hallamos un lingote y medida común de 16,8 gramos que equivaldría a 2 Gin (de 8,4 g.). En estos valores podemos considerar se habrían medido las piezas de orfebrería durante el Bronce Bajo. Aunque posteriormente surgen nuevos ponderales, entre los que destaca el que veremos repartido por la Cordillera Cantábrica, como un tipo de lingote -tortas de plata-, cuyo peso dijimos equivale a unos 365 gramos y que yo identifico con el BAT judío o con la MINA de Cartago (Mina de cincuenta siklos plata 7,3 gramos). Por otro lado, tras la venida de los colonos durante el final del Bronce, parece que se extienden por nuestras tierras otros valores metrológicos de esa época (como el Siklo micenio, el Siklo fenicio, el Shekel pym filisteo etc); todo lo que lleva a reflexionar sobre datación y metrología. Pues hay algunos ponderales que comienzan a predominar en nuestras tierras desde el siglo IX a.C. y de los que más tarde veremos sus equivalencias griegas o romanas (igualmente extendidos por toda Iberia, aunque ya en la Segunda Edad de Hierro). Los ultimos hechos que refiero, complican el estudio de los pesos en la Edad Antigua peninsular, aunque creemos que convierten su análisis en plenamente demostrable (desde el punto de vista científico). Ya que podríamos realizar una relación plenamente razonada, con un listado de pesos y épocas a las que pertenecen las piezas.
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Por cuanto expongo, son muchas las metrologías peninsulares que hemos ido estudiado; debido a lo que vamos a resumir algunos aspectos analizados (siguiendo el orden en que los fuimos explicándolos): Tratando primero acerca de los pesos de Cancho Roano, tartessios y anteriores al siglo IV a.C.. Yacimiento donde vimos fusayolas relacionadas al siklo de Fenicia, simplificadas en un valor cercano a 7,3 gramos. Un Siklo que multiplicado por 50 nos daría la Mina de 365 gramos; un peso que marca la metrología de la Península durante época prerromana y que es el valor de las "tortas lingote" de Galicia y el mismo que hemos considerado un centésimo de Bat judío (de donde procedía la Mina Fenicia, al igual que un tipo de Mána babilonio). Además, en Cancho Roano encontramos otras pesas medidas en Dracmas, sobre facciones de unos 4,56 gramos; junto a ponderales regulados en Uncias celtibéricas (cuya tasación real estimada es de 15,48 gramos, pero que hemos de simplificado a 15,5 g.). Existiendo allí también correspondencias con un Hemishekel común a las acuñaciones peninsulares fenicias -especialmente en las de Ibiza- y que pesa aproximadamente 3 gramos.
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Todo lo antes expuesto nos habla de que en Cancho Roano -y por ende, en el mundo tartessio- existían varios sistemas alternativos de pesar; quizás atendiendo a los diferentes vecinos y colonos con los que tenían contacto (celtíberos, iberos, fenicios o griegos). Asimismo, en los tesoros tartessios que hemos estudiado, se ha visto ese aspecto sincrético del mundo orientalizante turdetano. Observando que el trabajo del oro todavía lo realizaban de forma similar al que se utilizaba en la orfebrería de tipo Villena/Estremoz (a cera perdida). Usando diseños y técnicas puramente atlánticas, pero fabricados para los fenicios -tal como vimos en los candeleros de Lebrija-. Algo parecido sucedía con el tesoro de El Carambolo; cuyo trabajo es en gran parte orientalizante (con filigrana, granulado y soldadura), pero se remata con piezas terminadas a cera perdida -al modo puramente atlántico-. Ello, unido a que los pesos de las piezas tartessias se miden en Gin o en Shatys y no tanto en siklos (fenicios, cartagineses etc.). Todo lleva a pensar que los orfebres de Tartessos eran todavía indígenas; turdetanos que se irían adaptando a los nuevos tiempos y a los nuevos clientes (colonos). Pese a todo, los rasgos neohititas que yo personalmente aprecio en piezas como las de El carambolo (concretamente en el collar y los colgantes), obligan a deducir en precolonizadores llegados desde Chipre y de Anatolia, antes del siglo XI a.C.
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ABAJO: Diversos objetos de oro (arracadas, zarcillos y pendientes) hallados en Cancho Roano tal como los muestra el Museo Arqueológico de Badajoz -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Desconocemos sus pesos, por lo que no hemos podido valorarlos, por si estuvieran relacionados con los ponderales hallados en este yacimiento tartessio.
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Continuando con los estudios de Ruiz-Gálvez y otros investigadores; estos presentan como un hecho firme la presencia en la Península de un valor descendiente del lingote llamado micénico. Una mina de 470 gramos y que se ajusta a lo que yo denomino Mina de Ugarit (de igual peso). Desde ella, afirman estos expertos que nacería un Siklo minor-asiáico de unos 11,75 gramos (el dividir aquella Mina en 40); pero asimismo también procedería de ella otro Siklo micenio, con valor cercano a 9,4 gramos (obtenido al fraccionar 470 en 50 partes). En mis artículos repetidamente expresé que -a mi juicio- este lingote procedería directamente de las Minas eblitas que prácticamente se valúan en 470 gramos y que coinciden con pesos de Mesopotamia. Tanto que si dividimos esa Mina de Ebla en 70 partes obtendremos el siklo babilonio, de 6,72 gramos. Todo lo que se comprende perfectamente, ya que la ciudad de Ebla era una colonia y puerto de Mesopotamia, que fue destruida en el terremoto del Tera-Santorino (hacia el 1680 a.C.). Con la visión que expongo, creo que comprendemos mejor el origen y correlación de los ponderales o metrología durante la antigüedad más remota; todo ello asentado en el comercio de los metales y su ponderación (un mercado fundamental durante la Edad del Bronce; donde no sobreviviría cualquier pueblo que no valuara perfectamente el estaño y el cobre -tanto como la plata y el oro-).
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Ante todo lo expuesto, nos parece indiscutible que la metrológia de Gudea (Lagash) y la de Egipto, fueran paralelas desde el tercer milenio a.C.. Creando unos sistemas muy perfectos que hubieron de ser heredados y conservados por los pueblos que les sucedieron. Así los babilonios y los asirios o aqueménides, usaron medidas y pesos correlativos con los de Gudea; del mismo modo que en el Nilo siempre se utilizó la metrología impuesta desde Saqqara (hacia el 2650 a.C.; aunque realizando leves modificaciones). Todos estos sistemas de medir y pesar (muy complejos y sofisticados) fueron heredados por el resto de pueblos que suceden a Mesopotamia y a Egipto; en especial por los hebreos, los fenicios, por los helenos y los romanos. Quienes los readaptan con fórmulas propias, pero con igual base y correlativas en el cambio. Naciendo así desde el Gin y desde el Shaty egipcio; el Siklo de Babilonia, el Karsha, los Siklos filisteos, el Siklo micénio, el Shekel judío, el Siklo fenicio, el cartaginés, el Dracma y el Denario. Todos ellos -a mi juicio-, procedentes de una medida sagrada relativa al Meridiano y que servía para navegar o cruzar el desierto valiéndose de los astros (pues de no utilizar un patrón geodésico, les sería imposible orientarse) (40) .
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De tal manera, regresando a la Edad del Bronce Bajo y al inicio de Hierro; veremos que en nuestra Península primeramente nos encontraremos piezas de oro tasadas con ponderales relacionados con los de Egipto y Mesopotamia (de los siglos XIII al IX a.C.). Pasando más tarde a aparecer otros sistemas metrológicos, relacionados con el mundo fenicio o con el Dracma griego. Ponderales púnicos y helenos que se van extendiendo conforme avanzamos en la Edad de Hierro, hasta llegar al siglo V a.C.. Pudiendo determinarse distintas etapas, en las que pervivieron en nuestras tierras las siguientes metrologías:
Durante la Edad del Bronce y mantenidos hasta el Hierro: El Shaty antiguo egipcio de 7,5 g.. El Siklo Babilonio Gudea de 8,33.. gramos (simplificado en 8,34 g). El Doble-siklo Babilonio (ponderal de Villena) 16,8 gramos.
Durante la Edad del Primer Hierro y hasta la llegada de los Cartagineses: Mina de la Edad del Hierro (lingotes-torta gallega) 363,862 g. = 1/100 bat judío (36,38 litros) = 32 Siklos de santuario israelitas (11,37 g.) = 50 Siklos fenicios (de plata púnicos 7,277 g.) = 80 Dracmas y 80 Denarios antiguos (4,548 g.)= 48 siklos filisteos y Shaty modernos (7,58) = 54 siklos Babilonios modernos (6,738 g.).
Existiendo además, unos patrones coincientess con todos ellos y específicos de la Edad del Hierro (correlativos a esta Mina de unos 364 gramos): El Siklo Pym (filisteo) y Shaty egipcio del primer milenio a.C., 7,58 g. . El Siklo Fenicio, llamado Púnico de plata o Shekel de Cartago de 7,27 gramos. El Siklo Babilonio moderno, de 6,73 gramos. El Dracma y Denario antiguo de 4,548 gramos. El Siklo (shekel) israelita de 11,37 gramos.
El brazal de La Alcudia, fechado en épocas más tempranas y muy anteriores al Hierro, solo se podría medir en Shaty (o bien en el ponderal de 4,5 gramos). Muy por en contrario, las piezas de Bélmez que parecen más recientes, quizás son objetos de un taller de orfebre y creemos que estarían medidos en Shaty Tardío (de mayor peso), o Siklos Filisteos de unos 7,6 gramos (valor que taso más exactamente en 7,58 g). Siendo ambos quizás ponderales de esta unidad, ya que el amasijo de oro pesa 76 gramos (7,6 · 10) y el brazalete 184 (7,6 · 24).
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Por todo cuanto decimos, considero medidas en Shaty de 7,5 g. y en Gin de 8,4 g. la gran mayoría de las piezas del Bajo Bronce peninsular, e incluso muchas joyas del Hierro inicial. Tal como sucede con Lebrija y El Carambolo, donde el patrón observado es igual a los del Bronce (un Shaty de 7,5 gramos y a su vez un Gin de 8,333 g.); siendo los mismos que continene los tesoros de Berzocana, La Alcudia, Estremoz, La Aliseda, Portel y Penela. Por su parte, en casos como el de Bélmez se observa la posibilidad de un taller de orfebre con ponderales relativos a un peso muy cercano al Shaty Tardío o Siklo Pym de 7,6 gramos (tal como sucede con la pulsera cortada del MAN; cuyos ponderales y uso parecen similares a los de Bélmez). Finalmente parece también indicutible que muchas de las joyas del Bronce-Hierro pueden ajustarse a varias metrologías (la egipcia y la mesopotámica, la fenicia etc); tal como sucede con las piezas de El Álamo, que pueden pesarse tanto a Gin, como a los Siklos Fenicios. Todo cuanto expresa una convivencia durante los siglos XIII al VIII a.C.; plena de transición e influencias atlánticas junto a otras venidas desde el Mediterraneo, importadas por pre-colonos.
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ABAJO: Dos objetos de oro del Bronce Antiguo -circa 2000 a.C.- (anillo del dolmen Matal Casare, Lena-Quirós y dos discos oro) -tal como los muestra el Museo Arqueológico de Oviedo, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Desconocemos sus pesos, por lo que no hemos podido valorarlos.
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CITAS:
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