Algunos de quienes nos leen (que no son muchos, pero "haberlos hailos" -tal como se dice de las meigas-), nos comentan que son a veces me "meto en jardines que -quizás- no vienen al caso"... . Posiblemente tengan razón, pero creemos que la arqueología y la Historia no puede ser tratada como una ciencia, sinó como un "humanismo". Consecuentemente, han de generar opiniones (muchas veces personales) y "directrices" para poder "asesorarse" a uno mismo; o bien generar datos que nos sirvan para comprender el mundo que nos rodea. De tal manera, creemos que la arqueología puede tener mucho que hablar, para responder a aquellas mil preguntas que este crisol cultural que se llama España significa.
Lo que narramos viene al caso, porque en nuestra anterior entrada hablábamos del significado de Nudo Gordiano y de los Reyes Católicos. Enlace de cuerdas que el padre de Midas hizo atando un arado con un yugo. Herramientas con las que había trabajado las tierras antes de llegar a rey y que una vez elevado al trono, dejó depositadas en el templo de la homónima capital que fundó (Gordión, a unos setenta kilómetros de la actual Ankara) . Dejando en el templo el arado y ese yugo con la más fuerte ataduras, al crear el padre de Midas su nueva disnastía. Tras lo que pronunció que afirmó que todo aquel que los desanudase, conseguiría de nuevo unir a Asia con Europa (refiriéndose a Mesopotamia con el mundo semita; frente al entonces "Nuevo Continente" que iba naciendo, poblado por indoeuropeos).
Contábamos también como llegó hasta este templo de Gordión Alejandro Magno cuando quiso avanzar sobre Persia, para conquistar Asia. Intentando desatar aquellas ligaduras, pero no pudiendo hacerlo sacó su espada y cortando la cuerda dijo su famoso: -"Tanto Monta"-. Señalando Alegrando el Grande que lo mismo era "cortar" que "abrir" el nudo. Frase que guarda un pleno sentido relacionado con un sistema de anexionarse Asia por medio de la espada y el ejército (tal como consiguió), olvidándose de conseguirlo por pactos -a lo que al parecer aludía la leyenda del yugo junto al arado y el deber de desanudarlos para conseguir poseer Oriente-.
En el Renacimiento, cuando se traducen y divulgan los textos griegos, nacieron grandes estudiosos de la mitología, a quienes los monarcas y los nobles les encargaron relacionar sus familias, sus estandartes, pendones, escudos y símbolos, con la religión grecorromana. Esta ciencia de las banderas y los escudos -llamada Vexilología-, en los siglos XV y XVI tuvo verdaderos genios y "ratones de biblioteca". Estudiosos quienes emparentaron las Casas Reales con las de los Dioses -llegando a conseguir entroncar a los Habsburgo con el mismo Hércules-. Creando un lenguage épico de objetos relacionados con mitos y leyendas, que figuraban en los escudos y estandartes, con una gran profundidad simbólica. Este -por ejemplo- fue el caso del Yugo y las Flechas, que se toma como las simples iniciales del Ysabel y Fernando, pero cuyo signigficado es profundísimo.
Triste es decirlo, pero es así; tanto como el hecho de que muchos de los "barros" que luego tuvimos, procedieron de estos "lodos"; que comenzaron por saltarse toda legislación, ley o fuero, con la disculpa de unir el territorio (que siempre había sido Hispania). Así, bajo el pretesto de la unificación y de la creación del Estado Moderno, se cometieron grandes abusos de poder (desde la Inquisición, hasta la supresión de centenares de fueros)... . Y es que al parecer siempre puede pasarnos lo mismo: Que bajo una gran idea, terminemos ocultando las mayores miserias. Algo que llevó a pronunciar la famosa frase: "Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre". De tal manera, la reunificación nacional de los Reyes Católicos, tal como la plantearon solo gobernada por ellos, quedó muy desarticulada y necesitada de un medio para mantener el orden. Para lo que eligieron un medio tan terrible y atrasado como El Santo Oficio (capaz de torturar y procesar a los Santos, por no adscribirse o sucumbir a los deseos del Poder).
Cuanto expresamos, los vemos en la intención de Isabel y Fernando por recoger como Lema las palabras pronunciadas por Alejandro al cortar el Nudo Gordiano y encaminarse hacia la guerra, para aplastar Persia y avanzar con su máquina bélica hacia la India. Pues en verdad, en la unión entre el Oriente y el Occidente Hispano (Castilla y Aragón) el gran perdedor de derechos y privilegios fué el reino aragonés, al que su rey Fernando sacrificó para conseguir por cualquier medio el mayor poder y territorio que nadie había tenido entonces (desde comienzos de la Edad Media). Con ello, creemos que podemos explicar un poco a quienes nos preguntan por qué nos "metemos en jardines ajenos"; explicándoles que el Jardín de la Historia, quizás pudiera hacernos comprender nuestra idiosincrasia. Puesto que -probablemente- si la reunificación de la Antigua Hispania (realizada en 1492), se hubiera hecho más lentamente y con más "medios" políticos y menos fuerzas militares. Es casi seguro que después no hubiera habido tantos problemas de separatismo, revoluciones y sublevaciones como han existido.
"Alzamientos contra el poder central" que comenzaron en 1521 con los Comuneros y que -por lo visto- aún no quieren terminar. Algo que parece ciertamente increible en un territorio siempre concebido como una unidad cultural. Ya que cuando llegaron los griegos -en el siglo VII a.C.- denominaron a toda nuestra Península: "Iberia". Concibiéndola como una "isla" separada por los Pirineos y con una misma población común (los íberos). Lo mismo sucedió con los romanos, que la concibieron unida y la llamaron Hispania; palabra que creemos es sinónimo de Iberia y de igual procedencia (del griego HESPERIA ). Al igual que siglos después de la caida del Imperio y tras llegar los godos, fue reunificada como reino con capital en Toledo.
Pese a ello, la última reunificación hecha por Isabel y Fernando parece que fue tan dura y rígida, que provocó continuas convulsiones intentando separarse unos y otros desde casi sus primeros años (algo que parece todavía estar "renqueando"). Tanto que a dia de hoy, los mas antiguos de los íberos y que se llaman vascos; aquellos que guardan la lengua que todos hablábamos antes de la llegada de los romanos, no quieren ni siquiera ser españoles. Y ello es tan triste para una civilización como la nuestra (que tiene sus orígenes en el mudo ibérico -que es el mismo que el hispánico-); como si el abuelo, o el más viejo de una familia, afirmara que no es pariente de nadie -siendo este precisamente nuestro patriarca o nuestro ancestro más antiguo-.
De su amor al oro y de la aparición en masa de estas tumbas en las cercanías de la actual Ankara entre los siglos VIII y VII a.C. -en los que reinaron Midas y su padre-. Hemos deducido que seguramente estos monarcas fueran de escitas y no neohititas, debido a que el mundo que les rodeaba no se relacionaba mucho con Hatti. Monarcas posiblemente elevados al trono por una aristocracia del mismo origen, que quizás se apoderó del poder tras luchar durante años para los frigios como mercenarios (acabando por ocupar los puestos más importantes del Estado). Así se entendería "el amor" y adoración al oro de Midas, un hecho que despertaba la envidia de cuantos les rodeaban. Del mismo modo, su origen escita se demuestra en que uno sus símbolos más importantes fuera el arado y el yugo; narrándose que el padre del propio Midas fué campesino antes que gobernante.
Este hecho, que pudo hacernos pensar que nos habla simplemente sobre una procedencia "campesina" del linaje de este rey, (como era el mundo escita); guarda en sí misma también una gran relación con los símbolos más sagrados de esta cultura de los Urales y de los Balcanes. De tal manera, Heródoto en su Libro Cuarto de los Nueve de la História, describe el origen de esta pueblo llamado escita, relacionando su mitología con la del oro y los aperos de labranza del siguiente modo:
En nuestra opinión, algunos de sus gerreros más fuertes creemos que se asientan como aristocracia entre los frigios, llegando a reinarles en el VII a.C. (en las figuras de Gordios y Midas). Consiguiendo unificar estos una gran liga de Ciudades-Estados neohititas, con un gobierno de gran prosperidad en la edad de Midas. Algo que debió levantar las envidias de los asirios, que les terminan subyugando en el 718 a.C.. Tanto como de las tribus bárbaras de los Balcanes, que posteriormente acaban destruyendo totalmente Frigia (en sucesivos ataques de los Cimmerios, hermanos de raza y de orígenes de los escitas). Pese a ello, narraban los escitas que su historia comenzaba hacia el 1500 a.C., cuando les gobernó este Targitao, tal como recoge Heródoto:
Pese a ello, aquellos atributos que a primera vista pueden parecer "sencillos", por tratarse de un arado o un yugo, tanto como una copa y el hacha, tienen una simbología religiosa complejísima. Sobre el hacha ya hemos hablado sobradamente y fácil es entender que significan la adoración a un dios llamado por los arqueólogos "simiting" (de Schmied = herrero); deidad de la guerra y de los metales, creador de las armas (un Vulcanos-Marte). La copa, evidentemente se relaciona con las libaciones y el culto, siendo un atributo en cierto modo próximo al cuerno de la abundancia o a los múltiples cálices y calderos mágicos curativos. Por último, los dos objetos propiamente escitas y extraños a todo culto cercano, son este del arado y el yugo. De los que creemos que además de simbolizar el trabajo de la tierra y seguramente también el matrimonio y la fecundación; significan a su vez el arco y la flecha de estos pueblos. Ello, porque los arcos escitas son muy especiales, teniendo verdadera forma de yugo; lo que podría hacer entender que el guerrero lanzando sus flechas contra el enemigo era un acto similar al del campesino arando la tierra, e incluso al del macho fecundando a las hembras.
Como hemos visto en la imagen superior, el yugo es casi igual de forma al arco escita. Este arma, era en los siglos VIII y VIIa.C. de gran perfección y dificultad en su manejo y fabricación; tanto que necesitaba de una anilla para su tensado y uso. Pese a lo que parece ser que era de mucha mayor preción y longitud que los anteriores. Por su apariencia pudiéra decirse que se trata de un diseño asiático (chino), algo que no debe extrañarnos puesto que los pueblos proto-escitas, estuvieron en las estepas durante siglos relacionándose con los Tártaros. Por su parecido con el yugo, creemos que la historia del templo de Gordion tiene un significado relacionado con este arco en diseño de doble curvatura, que quizás trajeron los escitas desde la propia China (y que en su recuerdo venerasen como la unión de Occidente y Oriente). Por su parte la cuerda que unía con el llamado "Nudo Gordiano" aquellos objetos tan extraños de culto, consideramos que se refiere a la cuerda del arco escita.
No es solo Heródoto quien nos transmite que este pueblo tenía su origen en un rey que se hizo con estos cuatro objetos de oro caidos del cielo (el yugo, el arado, la copa y el hacha). De la misma manera, Quinto Curcio, narra una historia casi igual comentando que cuando aquellos intentaron que Alejandro Magno no les atacara le advirtieron con las siguientes palabras :
"Debes saber que hemos recibido dones llegados del cielo: Un yugo para los bueyes, un arado, una lanza, una flecha y una copa. De ellos nos servimos con nuestros amigos y contra nuestros enemigos (...) a nuestros amigos les damos el fruto que la tierra nos procura con el trabajo de los bueyes; también con ellos, nos valemos de la copa para ofrecer libaciones de vino a los dioses; en cuanto a nuestros enemigos, les atacamos de lejos con la flecha y con la lanza cuando están cerca"
"Cuentan que Hércules al volver con los bueyes de Gerion llegó al país que habitan al presente los escitas, entonces despoblado. Los textos añaden además que Gerion moraba fuera del Ponto o Mediterráneo en una isla vecina a Gades, más allá de las columnas de Hércules, llamada por los griegos Erithrea, y situada en el Océano (este Océano empezando al Levante gira alrededor del continente; un hecho que narran sobre su imensidad, sin confirmarlo realmente con prueba alguna). Desde allá vino, pues, Hércules a la región llamada ahora Escitia, en donde como le cogiese un recio y frío temporal, cubrióse con su piel de león y se echó a dormir" (5). Al despertar vió como una mujer medio sierpe le había robado las yeguas, quien le exige que la deje encinta para devolvéselas. Así lo hizo y al marchar le dejó encargado que cuando sus hijos fueran hombres, hicera lo siguiente: "Cuando los veas ya de mayor edad, si quieres acertar, haz entonces lo que te voy a decir: ¿Ves ese arco y esa banda que ahí tengo? Aquel de los tres a quien entonces vieres apretar el arco así como yo hago ahora, y ceñirse la banda como ves que me la ciño, a este harás que se quede por morador del país; pero al que no fuere capaz de hacerlo, envíale fuera de él" (6). De los tres, fué el más pequeño el que consiguió ceñirse la banda y tensar el arco, así los dos mayores fueron expulsados de las tierras de los escitas (7).
En esta segunda versión del mito o la leyenda del origen de los escitas tenemos todos los elementos a los que aludimos: Heracles como deidad Smiting (Schmied, herrero), un dios de las armas que realiza la prueba del arco. Al igual que os bueyes de Gerión, relacionados de nuevo con el robo o adquisición de metales. Pues aunque la historia narra que Hércules viene desde tierras cercanas a Gadir y dando la vuelta al Mundo, llega hasta el Mar Negro, donde engendra a los tres escitas. Lo que realmente quiere enseñarnos el mito es que desde esta zona del Cáucaso también los griegos traían "bueyes" (pecunia = metales en lingote de forma piel de toro). Tanto como que el origen de estos pueblos allí asentados y que se llamaron escitas, está en estas gentes metalurgias asentadas en El Cáucaso. Tanto como la ruta de Hércules representa los viajes de los micenios (mediterraneos o pre-griegos) al Mar Negro a por los bueyes de Gerión (oro, plata y cobre). Unos singladuras en busca de metales que también se recuerdan en Jasón y los Argonautas, tomando el Vellocino (la piel) de Oro.
BAJO ESTAS LINEAS: Cinturón votivo o sagrado del Luristán, pero posiblemente escita, no cimmerio. Fechado en el siglo VIII a.C., representa escenas de sacrificio. Con toda seguridad estos cinturones rituales o funerarios tuvieron un sentido my relacionado con el que todos los escitas llevaban para poder abrocharse y montar durante dias a caballo; tanto como para cerrarse con fuerza, quitando el hambre. El cinturón entre los guereros de este pueblo eran símbolo de disciplinba y de dominio del caballo; relacionándose probablemente con la cincha que al equino se le cierra en el abdomen, para sostener la montura (colección particulas de Bruselas, a la que agradecemos nos permita la difsión de su imagen).
Lo más curioso del mito de Heracles en Escitia es el hecho de que la prueba que impone para dejar rey a alguno de sus hijos, consista en ceñirse el cinturón y tensar el arco. Deseando quizás hacernos ver que el hombre, el caballo y hasta el arco, son una misma cosa entre los escitas... . Ello quizás porque estos pastores del Cáucaso y las Estepas,vivían junto a sus caballos se alimentaban fundamentalmente de leche de yeguas (que tenían como su más preciado alimento, comiendo también su carne). Unidos al equino como todo tártaro, el cinturón sagrado probablemente les servía para no "desriñonarse"; aunque se decía que lo apretaban fuertemente para no deber ingerir alimentos durante dias y poder estar cabalgando sin sentir el hambre. De aquí y de las propiedades curativas de los corsés en cuero para los caballistas, proceden seguramente la gran cantidad de mitos relacionados con cinturones sagrados. Entre los que destaca el de Hipólita, que precisamente es el trabajo que Hércules realiza justo antes del robo de los Bueyes de Gerión. Labor que le es encargada al tebano por la hija de Euristeo (el rey que le ordena Los Trabajos a Heracles) quien pide al héroe que le consiga el Cinturón de Hipólita (la reina de las Amazonas), cuyo territorio se situaba cerca de Frigia, junto al Mar Negro (8).
En lo que se refiere a esos ceñidores -o cinturones- áureos y sagrados, parece que es un rito mantenido entre los pueblos matriarcales y las sacerdotisas guerreras (como las Amazonas, quienes representaban a etnias de las zonas del Mar Negro, que en tiempos de los griegos aún vivían en ese sistema femenil). Considerando que quizás se establece como una "moda" posterior para sujetar las túnicas de estas sacerdotisas, el ceñidor habría nacido del corsé de torso, absolutamente imprescindible para montar a caballo. Por lo que la prueba que Heracles pone a sus hijos para elegir rey entre el que mejor se ajuste el cinturón y más temple el arco, tiene que ver seguro con el espíritu de disciplina, guerra, fuerza y templanza del que los escitas presumían. Una prueba que sin duda se relaciona con el yugo-arco del padre de Midas y su cuerda anudada (el Nudo Gordiano).
Para finalizar, deseamos destacar que en nuestras tierras también se dan estos ceñidores o cinturones sagrados, que se dicen fueron de sacerdotisas y de pueblos matriarcales. Algo que era un hecho históricamente probado, pues a los autores clásicos les llamó mucho la atención que los íberos vivieran en Ginecocracia (bajo el gobierno de mujeres). Uno de los cinturones sacros más llamativos, es el aparecido en el Tesoro de la Aliseda (Cáceres), de tipo tartessio y periodo orientalizante. En el que según el profesor Blázquez se encuentra la lucha del dios mesopotamio Guilgamés, con el león (quien sin duda es un antecesor del Heracles en Namea).
BAJO ESTAS LINEAS: Cinturón, ceñidor sagrado; probablemente de mujer sacerdotisa (o de guerrero votivo) de tipo orientalizante. Obsérvese cierto parecido con el de Luristán del siglo VIII a.C. que recogíamos en la imagen anterior. -Agradecemos al Museo Arqueológico Nacional, que nos permita divulgar su imagen-
CITAS:
(2) Heródoto ; IV, 7
(3) PERSIA, Roman Ghirsman, Madrid 1964 (Aguilar) Pag. 128.
(4)
Quinto Curcio (VII, 8, 18-19)
(6) Heródoto, IV, 9
(7) Heródoto, IV, 10
(8) Sobre el Noveno Trabajo de Hércules, el robo del Cinturón de Hipólita: Justino II, 4 // Pindaro, Odas Nemeas, III, 38 y Fragmento 172 // Arriano, FRAGMENTO 58 // Cicerón, EN DEFENSA DE FLACO, 15 // Apolodoro, II, 5, 9 // Filócoro, citado por Plutarco, TESEO, 26 // Apolonio de Rodas, II, 990-2 // Higinio, FÁBULA 30 // Servio, sobre la Eneida a Virgilio, XI, 659 // Plutarco, Sobre los Rios, 14; CUESTIONES GRIEGAS, 45 // Diodoro Sículo III, 451 // Herótodo, IV, 110 y ss. // Estrabón XI, 51 y XII 3,4 // Justino, II, 4 // Homero, Iliada III, 189 // Heródoto, VII 72 y ss.
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