sábado, 30 de junio de 2012

BRITOMARTIS DE CRETA, DIOSA PROTECTORA; ANTECESORA DE MEDUSA. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVII).


Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Interior del arqueológico de Chania ( -en español Canea de Creta-) al que agradecemos nos permita divulgar la imágen de su precioso museo, que se ubica en  una iglesia del casco antiguo de la urbe. En esta ciudad nació Britomartis; diciéndose que fue en las cercanías del edificio en la foto -muy próximo al puerto-; donde se encontraba uno de los templos principales de esta diosa cuyo gran centro sagrado estaba en las montañas, a pocos kilómetros de allí (conforme narran los autores clásicos). Hemos de pensar que la relevancia de Chania (Canea) en su veneración a Britomartis, se debiera no solo a ser un importante baluarte defensivo y comercial, sinó también a situarse junto a pronunciados acantilados que rodean toda su bahía (denominada costa de Soudá), cuya riqueza en fauna y flora es prodigiosa. Pues como hemos dicho, el culto de aquella diosa se basaba en la sublimación de la Naturaleza, los animales y los metales. Con una leyenda que narraba cómo la ninfa prefirió saltar al mar -desde las montañas- antes que romper su castidad y caer en manos del rey cretense (Minos). De tal manera, el mito de Britomartis enseñaba que tras huir la doncella del monarca (escondiéndose en los bosques y montes de Creta durante nueve meses ), fué descubierta; tomando la decisión de tirarse desde un cortado para permanecer casta, al no desear sucumbir a los deseos de Minos. Pero al arrojarse al vacío cayó sobre la red de unos pescadores, quienes la rescataron sana y salva; trás lo que fue transportada y refugiada en Egina, donde se transformó en diosa por haber logrado conservar con tal proeza su virginidad.
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ABAJO: Acantilados de las costas de Aptami junto a Chania (Canea de Creta), donde algunos creyeron se situaba el salto de Britomartis. Pese a ello, el mito dice claramente que aquella ninfa se arrojó al mar desde los montes Dikteos, que se hallan en el lado opuesto de la isla (a unos ciento cincuenta kilómetros de distancia de este punto). La confusión del lugar legendario desde el cual saltó la doncella muy probablemente surge al decirnos su mito que huyó y se refugió en los bosques de las prominentes montañas de la cordillera de Canea (Chania). Picos antes denominados de Cidonia y hoy llamados de Lefka; que contiene algunas de las cumbres más altas de la isla (como el Paknes y el Kastro con más de 2400 y 2200 metros). -PARA MÁS INFORMACIÓN, VER LOS MAPAS QUE MÁS ABAJO PUBLICAMOS-. Aunque los textos antiguos mencionan que aquella Britomartis encontró refugio durante nueve meses en esta zona Oeste de Creta -junto a Chania o Canea-, cuya vegetación y montes la hacen en ocasiones inexpugnable (conteniendo cimas con nieves semiperpetuas). Tras lo que fue hasta la cordillera situada en el lado opuesto de la isla y desde la que finalmente saltó al mar hacia la red que la llevó hasta Egina... .


Continuamos hoy con nuestra exposición sobre los orígenes y significado de la diosa apotropaica por antonomasia: Medusa -que con su mirada mataba y petrificaba-. Pero siguiendo en esta ocasión nuestro estudio, analizando aquellas deidades o mitos que la precedieron; tales como lo fueron las Señoras de las Fieras -Potnias Theron-; entre las que como vimos destacaba Britomartis (la diosa cretense de los animales). De tal manera, ya dijimos que esta Artemisa minoica se acompañaba en sus representaciones y en sus ritos, de animales muy relacionados con los que lucía o  se rodeaba La Gorgona (como las sierpes que vemos en las esculturas de las oficiantes o de la propia ninfa cretense, quienes las llevan entre sus brazos y en las coronas).
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Pero los atributos y rasgos de Britomartis, al igual que los de aquellas domadoras de fieras minoicas (Señoras de los Animales, similares y antecesoras de Medusa), tenían un halo nefasto o siniestro, muy cercano a la brujería -tal como sucedía con la diosa Hécate, tán próxima a ellas-. Concediéndose a todas estas divinidades poderes terribles, lo que les daría una imágen que las acercaba a la hechiceras más peligrosas. Por todo cuanto narramos y por todo lo que unía y compartían Artemisa, Hécate o Medusa. Su magia y tétricos poderes suponían en gran parte el recuerdo de antiguas religiones y mitos más antiguos, entre los que destacaban los cretenses en los que las mujeres oficiaban ritos neolíticos (comunmente ofreciendo vidas y normalmente "jugando" con los daimones o animales de gran peligro, como la sierpe y el toro).
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Unos cultos de la Edad del Bronce, procedentes de épocas y civilizaciones que les eran tan ajenas a los helenos, como lejanas y horribles. Griegos que rememoraban los rituales y costumbres minoicas con más temor que amor y con mayor cautela que veracidad. Narrando en sus mitos e Historias una realidad que en ocasiones estaba muy deformada y condicionada. Al haber sido la Hélade Clásica, una sociedad nacida de la patriarcal y en gran parte ajena a los cultos primitivos de la diosa madre. Por lo que tomaban la mayoría de estas religiones ancestrales procedentes de civilizaciones más antiguas (o antecesoras), como creencias sobre la "oscuridad" y la muerte. Practicándo sus veneraciónes con mucha cautela y basante temor. Algo que realmente se manifestaba en cómo nunca los griegos otorgaron una gran confianza a las sacerdotisas ni a los fieles y oficiantes de aquellos ritos preolímpicos; quienes les provocaban más miedo que respeto.
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Pese a ello, diosas como Artemisa y Deméter o Perséfone, tuvieron un papel preponderante en la Mitología helena; aunque siempre guardando un cierto carácter de deidades "bárbaras", lo que les concedía un toque de "siniestras y ajenas" al mundo clásico. Algo que las convertía -en cierto modo- en divinidades incomprensibles o en generadoras de rituales y conceptos religiosos, cuyo sentido a veces los griegos no acertaban a discernir (ni en su origen, ni menos en su significado). Este era el caso de la "Diana cazadora" de Creta, denominada Britomartis y representada comunmente como una Potnia Therón (junto a animales, que sujeta o amaestra). Una ninfa reverenciada en Grecia con el nombre de Diktina -tanto como en su isla de origen-, donde se le rendía culto al menos desde el siglo XX a.C. como Señora de la Naturaleza. Adoración que si lugar a dudas fué el principio de la posterior Artemisa helena (1), compartiendo igualmente una gran parte de los atributos y poderes con Hécate (2) .
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Su historia ya analizada por nosotros en la anterior entrada, la narran varios autores, contándonos que aquella hija de Zeus fue perseguida por el rey de Creta; escondiéndose durante nueve meses en los montes y bosques de la isla. Finalmente, para no ser tomada por el monarca decidió saltar al mar desde las montañas que se llamaron de Dikte -cuyo significado es red-, por haberse salvado al caer la doncella sobre el aparejo que unos pescadores tendían bajo aquel lugar desde el que se arrojó al vacio. Ello le dió el epíteto de Diktina (la red), sobrenombre común con el que era conocida en toda Grecia y Creta, Britomartis (3) . Por su parte, algunos como Diodoro Sículo afirman que tal diosa nació en la mencionada ciudad cretense de Canea (Chania=), habiendo sido sus padres Zeus y Carme (la señora de las cosechas, hermana de Eobulos, e hija de Deméter). Quienes engendraron a esta "Dama de los Animales", de la que también se dice que posteriormente era llamada Diktina por ser la inventora las redes (de pesca y de caza); pasando aquella tanto tiempo junto a Artemisa en la ciudad de Gortina, que ambas llegaron a ser confundidas (4) .
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Cuanto antes hemos resumido se completa con el testimonio de algunos autores clásicos, quienes tras recoger de un modo casi igual la leyenda narrada; añaden que por haber saltado y desaparecido en el mar (o al ser llevada a Egina, para ser convertida en diosa), Britomartis también fue titulada como Afaia. Nombre de Aphea que afirman procedía del griego "afanea" (), cuyo significado es el de "invisible" (5) . Aunque personalmente pienso que este epíteto prodece de "afaireo" (), cuya traducción es "sustraer" o "robar" y también "botín" y "captura". Ello a mi parecer porque la ninfa Britomartis protegía a los cazadores y sobre todo a los pescadores, a la vez que tenía un sentido unificado a "expolio", tanto que seguramente era la patrona de los piratas (no olvidemos que antiguamente fue común que los barcos de pesca, actuaran como corsarios, atacando y hundiendo naves extranjeras o ajenas a su Ciudad o Estado).
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Por ello, pese a que Pausanias aclara y escribe que los cretenses la adoraban como Diktina y los Egeos como Aphaia (la invisible) (6) , otros autores le dan también a Britomartis el epíteto de "Lafria", que significa la "que expolia". Voz que en mi opinión procede del griego "lafuron" (), que significa "despojo", "botín", "presa" y que creo hace referencia posiblemente a un culto a esta diosa muy relacionado con el Hermes más antiguo (patrón de los ladrones, comerciantes, viajantes y estafadores...). Por ser este el que protegía en el viaje y el comercio, guardando la mercancía; pero también el divo de los piratas y quien ayudaba a los salteadores y ladrones. Un dato de gran importancia para comprender que la deidad Britomartis se relacionaba y era antecesora de los Mercurios más antiguos; dios del mercado que ya vimos nace en Grecia en época muy tardía (sobre el siglo VIII a.C.), heredando los atributos de otras divinidades de la prosperidad y la fertilidad. Adorado en la figura de los postes y montones de piedras que se situaban en los cruces de caminos en ocasiones con sentido ritual, pero a veces solo para no perderse. Mojones que se denominaban Herma -de donde toma su nombre Hermes- y que mucho tenían que ver con las primeras representaciones de Britomartis, de las que ya dijimos eran un tosco "xoana" (escultura de madera cilíndrica y con sentido fálico, seguramente nacidas en cultos hacia esta diosa venerada entre las estalagmitas o estalactitas de las cavernas sagradas de Creta) (6-b: "Cita sobre entradas").

AL LADO: Lugar de la isla de Elounda, donde se hallaba la ciudad de fundación minoica, Oulus y la griega de Phokas (a una y otra orilla de aquel islote). Al fondo, en la foto vemos los montes Dikteos y la sombra de las costas de Agia Nikolaus, actualmente la gran capital de la bahía. Ciudad que apenas dista unos siete kilómetros de las ruinas de otra urbe griega denominada Lato (forma doria del nombre de Leto, esposa de Zeus y madre de Britomartis). Agia Nikolaus (San Nicolás) era el puerto de aquella Lato, polis que se sabe era de fundación doria (posterior al siglo XI a.C.), , mucho más tardía que el mito y lugares de Britomartis. Anque se extiende y halla en las colinas de Lasiti también llamadas Dikteas, camino de la cueva de Zeus; de lo que se deduce hubo de ser un lugar sagrado y muy relacionado con la Ninfa. Por lo que el nombre de la ciudad y del monte sobre el que se levanta, nos recuerda al de la progenitora de Britomartis (Leto, divinidad que parió a Apolo y Artemisa) e indica su unión a los cultos y mitos de aquella doncella a la que denominaron igualmente "la red". Montañas a las que indistintamente se dice Dikteas o de Lasiti; voces que también nos indican cómo la cordillera pude ser la personificación de la madre de la ninfa. Debido a que Leto y Lato, pronunciadas en dialectos griegos, pudo derivar hasta "Lasto" o "Lasiti".
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ABAJO:
Vista de los picos de Canea (Chania, en Creta), con la iglesia y villa de Agios Nikitas en primer término. En esos Montes Lektaon es donde narra la historia que tuvo su mayor santuario Britomartis; siendo a nuestro juicio muy probable que los lugares de peregrinaje y los templos que proliferan hoy en esas inmediaciones tan cercanas a la población de Vamos (), tengan su origen sagrado en aquella veneración a la mencionada diosa cretense. No debiéndonos extrañar que la reverencia a este emplazamiento, donde se situaron varios monasterios ortodoxos; se debiera a la herencia de su sacralización hace cuatro mil años, en el culto a Britomartis. Al ser estas las montañas donde se supone huyó la ninfa durante nueve meses, para ocultarse del rey de Creta.




AL LADO: Mapa de Creta de 1688, editado como cartel por el patronato de turismo de Vamos () a cuya oficina agradecemos nos haya facilitado el presente grabado veneciano del siglo XVII (en especial a la Srta. Klio). En este, podemos observar la isla tal como la concocían los italianos en aquella época, teniendo la gran particularidad de presentar los nombres de las antiguas poblaciones y de los lugares. Situándolos donde por aquel entonces se consideraba se encontraban determinadas ruinas y restos de la Antigüedad. De tal manera y si lo ampliamos, veremos cómo en el lado NorOeste de la isla (bajo las letras que inscriben sobre el mar CRETIUM MARE, NUNC MARE) se halla Cidonia. Allí, en la costa y en la desembocadura del rio se encuentra la ciudad que recoge y confunde con la de Chania, donde pone "Minoa Polichnia" (que corresponde realmente a la Polirrenia minóica, que se situaría mucho más al Oeste). Habiendo invertido los carteles y estando Polirrenia donde pone Cidonia; mientras la actual Chania ( , Canea en español) se halla donde marca la Polichnia Minóica, junto a la bahía de Souda.
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Siguiendo la cordillera bajo aquella urbe, hacia el interior y al lado del rio, se halla el cartel de "Diktinae Templum" (a la derecha y bajo las montañas). Marcando el lugar exacto donde se consideraba estuvo el templo más importante de Britomartis de toda Creta antigua, situado en esas estribaciones de la provincia de Cidonia. Por lo demás y en diferentes imágenes posteriores veremos y analizaremos más sobre este interesante mapa, que describe los lugares sagrados y antiguos del archipiélago (en especial los dedicados a esta Diktina ).
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ABAJO: Fotografía tomada desde la población de Bamos () que recoge el lugar exacto anterior marcado como TEMPLO DE DIKTINA por la imágen superior (siguiendo las coordenadas y menciones de los autores clásicos principales). Sitio privilegiado y cuyas montañas Cidonias se levantan a pocos kilómetros del mar, alcanzando cimas como la el Pacnes, de 2452 metros de altura. Sus nieves son semiperpetuas (la foto corresponde a meses de verano) y la flora y fauna del lugar es prodigiosa, contando con el desfiladero-cañon de mayor longitud de Europa. Por su parte, la cercanía al Mediterráneo de sus picos, hace que navegando o desde la costa, se observen estas moles montañosas como colosos. Algo que atemorizaría a todo extraño e imaginamos fue la mayor defensa de Creta; ya que muy difícil debió resultar en la Antigüedad conquistar una isla tan extensa, rodeada de cordilleras y cuyas fértiles llanuras se sitúan su mayoría en el interior. Arropadas por cimas de gran altura, que actúan como una muralla montañosa protegiendo y cerrando el paso por todo su archipiélago.
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Este debió ser uno de los motivos que hizo de la diosa de la Montaña (Britomartis) la deidad más venerada entre los minoícos; habida cuenta de que esos picos permitirían no solo la vigilancia, sinó además la huida y lucha a los cretenses en caso de invasión. Por lo demás, las cordilleras de la isla están plenas de flora y fauna, destacando la riqueza forestal y agrícola que producen (siendo riquísimas en agua que envían desde sus cimas -diez meses nevadas- a la gran mayoría del área costera). Viendo estas imágenes no es difícil entender porqué la divinidad del monte (junto al cielo) era la más importante del Egeo. Deidad que en principio fue esta Diktea (Señora de los Animales) pero que más tarde y al llegar el patriarcado (con la Edad del Hierro), se sustituyó por Zeus -nacido en los montes Dikteos y luego rey del Olimpo, quien vigilaba Atenas desde su alto urbano: Akrópolis-.










Sobre el culto y templos de la "Dama de la Fieras" que estudiamos, muy importantes son los datos que nos presentará Estrabón (7) ; quien tras haber dicho que se llamaba Diktea, comenta que este nombre le fue impuesto por los cidonios (que sabemos son los habitantes de la acutal Chania=Canea donde nació la diosa). Siendo este geógrafo griego, el que dice que en la mencionada cordillera de Cidonia, se hallaba el templo de mayor culto a Britomartis; aunque aclara que aquellos picos eran los que él llama Tytiros (y actualmente se denominan Lektaon -recogidos en la foto superior-). Explicando Estrabón que las citadas cimas de Cidonia, en verdad no se correspondían con las montañas Dikteas, que se encuentran en el otro lado de la isla. Terminando con la afirmación de que en esos otros picos Dikteos es desde donde se arroja Britomartis, estándo en el Este de Creta (aunque los confunden los cidonios con los suyos propios, pese a que se sabe la ninfa no saltó desde esas colinas a las que llama Tytiros -hoy Lektaon-). Continúa narrando Strabo que aquellos lugares de los Tytiros, se hallaban los Polirrenios (de la Polichnia antes vista), quienes adoraban a Britomartis en el templo mayor de esta deidad existente, que fue construido en los límites fronterizos de Chania (Canea) y en la ciudad de Liktos (8) -todo que para nosotros sin lugar a dudas se identifica con lo antes visto en imágenes; que se corresponde con las faldas de los montes Lektaon; situándose el templo de Diktea muy probablemente en un emplazamiento cercano a Agia Nikitas, aunque más al NorOeste (justo el punto que recogemos en las diversas fotos que en este artículo comentamos)-.
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Además de otras menciones a Britomartis citadas por los clásicos, quienes comentan con asombro y descripción detallada los lugares donde se adoraba en Grecia a esta diosa (9). Es de destacar algunos de los datos que debemos a Pausanias, quien relata cómo en Creta, entre los dos "xoana" más antiguos hechos por Dédalos, se encontraba el de Diktea, en la ciudad de Oulos (que ya sabemos se halló frente a las playas de la actual Eluonda -ver fotos-) (10) . Estas dos últimas referencias son fundamentales y más adelante las estudiaremos en su relación con Hermes y otros dioses. Puesto que cuanto vamos conociendo nos explica ya el origen del culto de esta diosa, tan relacionado con la montaña y los mares, pero a su vez con el metal y el trabajo. Al ser aquella una benefactora de la pesca y de la caza, pero sobre todo una deidad relacionada con la fertilidad; todo lo que haría identificar a la ninfa con la bahía riquísima de la antigua Oulos, (hoy Eluonda, junto a Agia Kilolaus). Tanto como se entiende con ello la cercanía de los ritos de Britomartis a los de Hermes, lo que explica su carácter benefactor relacionado con la economía, algo que se expresa en la veneración de la diva unida a la del Labrys (hacha doble que simbolizaba el metal, las armas y el progreso). Al igual que su representación en un "xoana" o cipo muy simple de madera (con reminiscencias de las estatuas en forma de falo que simbolizaban la buena cosecha) (11) .
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Finalmente sobre lo que nos dicen los clásicos de aquella ninfa, añadiremos una extraña historia narrada por Filostrato en su "Vida de Apolonio de Tiana" (12); quien cuenta cómo aquel santón y filósofo fue hasta Creta (donde se cree que murió). Allí se acercó una noche cerrada hasta el templo de Diktina, recinto que guardaban perros fieros; pero al aproximarse hasta los canes conocidos por su agresividad, aquellos dejaron de ladrar y se aproximaron a Apolonio de forma amigable y cariñosa. Tan extrañados quedaron los encargados del templo -quienes temían tanto a los perros que a pesar de conocerlos no se atrevían a darles el trato ni a aproximarse a ellos, como lo hizo Apolonio-, que creyeron que el filósofo pitagórico los había drogado o hechizado. De tal modo ordenaron apresarle, pero curiosamente las cadenas que le pusieron se abrieron; tras lo que el santón volvió a acercarse al lugar de Diktina, cuyas puertas entonces se abrieron solas permitiéndole la entrada a ese emplazamiento sagrado de Britomartis. Llegando así Apolonio hasta el interior de su recinto, donde estaba un coro de virgenes cantando un himno celestial.

AL LADO: "Lago" o albufera marina de Eluonda. En la imágen podemos ver al fondo este pequeño pueblo que desciende del antiguo Oulos y sobre él, el último pico de los montes Dikteos: El Lasiti de Eluonda de unos 760 metros de altura y junto al mar. Tras ese punto y siguiendo en linea recta a unos cinco kilómetros -del otro lado de la montaña- se encuentra Driros población donde se hallaron algunas de las esculturas en bronce más importantes de Grecia. Nos refererimos a la llamada Triada de Driros, un conjunto de piezas vaciadas de las que hablaremos en otras entradas; que demuestran la importancia sagrada del promontorio que observamos en la foto donde se hallaba un lugar importantísimo de Britomartis. Por su parte y siguiendo en recto por esta cordillera, a unos setenta kilómetros, se halla el monte donde la leyenda afirma que nació Zeus. En la cueva denominada hoy Antro Dikteo (en el pueblo de Psijro), que dedicaba su culto al dios del Olimpo quien en un principio también se llamó "dios de las redes" (Zeus Dikteo, como las estribaciones montañosas). Caverna que fue excavada por varios arqueólogos (entre ellos Arthur Evans a fines del siglo XIX), quienes descubrieron que inicialmente fué una gruta donde se reverenciaba a la diosa madre, aunque al llegar los dorios y a fines del periodo minóico (hacia el siglo XI a.C.), cambió su religión por la de este Zeus Dikteo, cuyo mito narra que allí nació y que posteriormente fué escondido en otra gruta sagrada de la isla, para que su padre Cronos no lo devorase -en el monte más alto y central de toda Creta (el Ida)-.
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ABAJO:
Vista general de la bahía donde se hallaba Oulus; actualmente su población se llama Eluonda. Al frente en la foto, observamos "la isla", que era el lugar donde se ubicaba aquella urbe en la que se adoró con veneración a Britomartis. Esta ciudad embarcadero hoy perdida, se encontraba justo en la zona central de la imagen, en el pequeño tramo que une la islita y la tierra. Allí y en el medio (donde se enlaza el islote a Eluonda por un puentecito y se aprecian dos partes de terreno) se levantó la mencionada Oulos, hoy desaparecida casi en su totalidad bajo las aguas. Las excavaciones llevadas a cabo en el siglo XIX por la "escuela italiana" dieron como fruto el hallazgo de gran parte de sus ruinas y la confirmación de su orígen minoico (al menos hacia el siglo XV a.C.). Posteriormente, en 1960 el profesor Nikolau Platonos descubrió su gran templo, junto a otros numerosos hallazgos de importancia.
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Observemos en la fotografía cómo esta bahía conforma una gran albufera cerrada, que en su lado interno -el de Eluonda- es de poca profundidad. En ella claramente se pudo pescar con facilidad, tanta como para quizás lograr hacerlo con la mano o por medio de cercados y muretes levantados en piedra y maderas. Un sistema milenario denominado almadraba, que prececedió a las redes y que se sabe era el medio más antiguo de pescar. Siendo nuestra teoría propia que el culto a Britomartis como señora de las redes y la montaña, quizás nace en esta zona de Creta, donde gracias al cierre y formas de la cordillera, no se precisaba de ayuda alguna para conseguir peces. Bastando con levantar un muro en el agua y esperar la subida de la marea, para luego cerrarlo y tomar de allí las capturas. Algo que pudo originar la adoración a una señora de los animales, o a una patrona de la pesca, en un lugar que "regalaba" los peces o que facilitaba enormemente capturarlos. Como dato que puede corroborar cuanto decimos, añadiremos que actualmete en el emplazamiento de la hundida Oulus se hallan las salinas de la ciudad; sobre metros de muretes que claramente nos recuerdan a almadrabas (cercados que antiguamente pudieron tener este uso de redes naturales).










Antes de entrar en profundidad sobre el análisis y significado de la diosa de las redes y de la pesca (Diktea), desearíamos tratar acerca de historia anteriormente descrita; en la que se narraba como el "santón" (o filósofo) pitagórico Apolonio de Tiana obró ciertos milagros en su templo. Recinto sagrado que como narra Filostrato se cuidaba con perros, lo cual nos proporciona determinados datos, que no solo relacionan a Britomartis (Diktea) con Artemisa, sinó que explicarían la aparición de algunos tipos y figuras mitológicas de origen cretense en la Historia (hasta hoy apenas tratados en relación a la diosa de los animales). Nos referimos a los Telquines, daimones procedentes de Creta, inventores de la metalurgia y que poblaron Rodas (entre otras islas del Egeo) quienes tenían cabeza de perro. Brujos que participaron en el inicio de los tiempos, tanto que forjaron la hoz de Cronos y el arpón tridente de Posidón. Metalurgios de los que la mitología habla denominándolos "difamadores"; por ser esta una palabra que al parecer en griego se dice de forma similar a "teljines" (), pese a lo que ya dijimos que para nosotros el nombre de aquellos más nos parece derivar de las voces "tele"+"kines", que significarían "movimiento a distancia". Recordando su nombre las virtudes y prodigios que obraban, logrando los terremotos y los cambios meteorológicos -Concretamente consideramos que su denominación viene de "teleo" () y "kines" (), cuyo significado sería el de "los que realizan el movimiento"; en el sentido de magos o de gentes relacionadas con los seismos y cambios meteorológicos-.
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De tal modo, su leyenda recoge que estos a quienes se les denomina "sabuesos de Artemisa", fueron los primeros pobladores de Creta y Rodas, tanto como los inventores de la metalurgia. Sus orígenes están llenos de extraños hechos que les llevan a ser considerados demonios, tanto que Zeus decide castigarlos, para lo que envía un terrible diluvio que hunde sus islas y carga de nubes negras el cielo y de azufre el aire (13) . La anterior descripción de cataclismo sin duda alguna creemos que responde a lo que sufrió el Imperio Minoico en su destrucción: La explosión del Tera-Santorino. Isla situada a unas cincuenta millas al Norte de Creta y que sobre el año 1650 a.C. "nació" como volcán, llevando al caos a toda la parte oriental mediterránea. Un desastre que al parecer fué varias veces superior a la erupción del Krakatoa y que extendería una noche de cenizas durante meses -o quizás más de un año- por toda la zona egea. Área del Tera, que fue devastada primero por la explosión del volcán y tras ello, por el maremoto que arrasó las islas colindantes. Después se sabe que vendría la lluvia de meteoros disparados por el cráter (que incendiarían y dañarían el entorno), para finalmente generar una nube de cenizas con gases, que contaminaría la zona e impediría siquiera tener verano durante meses, o el cultivo normal de cosechas durante algunos años en sus proximidades (a causa de las lavas y dela falta de luz).
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Estos hechos que acabaron con la Creta Minoica y con el Imperio de Minos hacia el 1650 a.C., creemos que son los que describe el recuerdo de los Telquines; a quienes se tiene por los primeros moradores de Creta, Chipre y Rodas, siendo los iniciadores del metal y unos magos con terribles poderes. Su aspecto con cabeza de perro, mucho nos recuerda a lo que narra el relato antes mencionado de Filostrato -en la vida de Apolonio de Tiana-; en el que cuenta que el templo de Britomartis de Creta estaba vigilado por canes. De un igual modo los Telquines pueden habernos descrito perfectamente los ceremoniales sagrados de los sacerdotes de Díktina, con sus extraños ritos como diosa de los animales. Cultos en los que se rendía pleitesía a las fuerzas de la naturaleza, siendo oficiados principalmente por sacerdotisas enmascaradas en ocasiones con caretas zoomorfas. Por todo cuanto la relación entre Britomartis y los Telquines nos resulta a nosotros plena, tanto que ya dijimos como a estos se les denominaba "los sabuesos de Artemis", considerando Robert Graves (14) que eran a su vez "emanaciones de la diosa Luna Danae".

AL LADO: Vista de la Bahía de Agia Nikolaus (en español San Nicolás de Creta). En la foto podemos observar al fondo la ciudad con su puerto (donde algunos consideran llegó Europa cuando fue raptada por el toro, llevándola hasta Creta). Al fondo en la imagen, de nuevo los montes Dikteos; mientras a la derecha de Agia Nikolaus, se halla el camino hacia Lato. Las ruinas de la antigua ciudad perdida doria, situada a unos siete kilómetros en el interior y que lleva el nombre de la madre de Britomartis: Leto (Lato, en dialecto dorio).

ABAJO: Otra fotografía reciente de lo que queda de la ciudad de Oulos (en gran parte bajo las aguas) que se levanta en un pico final de los Dicteos, junto al mar. Es este el lugar exacto donde en mi opiniòn debiéramos situar el llamado "salto de Britomartis"; pues como ya dijimos en la imagen anterior (donde igualmente veíamos este monte), la sacralización de esa colina se demuestra por los importantes hallazgos habidos en sus faldas. Ya que del lado opuesto al que vemos y a unos cinco kilómetros de la costa, se encontraba un templo que guardaba la llamada Triada de Driros. Conjunto escultórico del siglo VII a.C. encontrado en esa población (Driros), compuesto por tres piezas, que representan a Britomartis y su "familia" (Leto y quizás Apolo). Esculturas que  se consideran los modelos "vaciados" más antiguos de toda Grecia. Todo lo que demuestra el culto a esta diosa en la colina, tanto como la condición sagrada de la montaña que vemos.
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Cuanto vamos analizando, concuerda con mi teoría de que esa Diktina "Señora de los Animales" pudo ser venerada como deidad de las almadrabas en la bahia de Eluonda (junto las faldas de esta cordillera "redil"). Ello, porque como sabemos, estos montes Dikteos se traducen del griego por "las redes" y en efecto actuan como si fueran redes de pesca, cerrando una albufera y creando una bahía cercada por sus colinas. Cordillera que genera un "Mar Menor" en cuyo fondo bastaría con poner pequeños muretes para conseguir grandes capturas de peces. En nuestra Península Ibérica se sabe que este sistema de pesca -que aún se lleva a cabo en ciertas zonas del Soroeste-, cuenta con construcciónes que tienen más de tres mil años de antigüedad (en especial en las costas de Cádiz y Huelva, donde sus almadrabas son milenarias). Un arte en la pesca que curiosamente se practicó desde tiempos inmemoriales; precisamente en los mismos lugares donde llegaron los primeros metalurgios a nuestra tierra, venidos desde el oriente mediterráneo (hace ya casi cinco mil años y en busca de nuestro estaño y cobre).





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En nada nos debiera extrañar que esta cultura del metal cretense que se desarrolló en el Bronce dominando el Egeo y que construía almadrabas (entre las albuferas). Fuera la misma que se instaló en las costas cercanas a las minas de Rio Tinto y en las desembocaduras fluviales ibéricas (plenas de oro y plata por entonces, como las del Darro o del Guadalquivir). Gentes que vinieron a explotar nuestros yacimientos desde el III milenio a.C. y que igualmente importarían otras técnicas y formas de vida (entre ellas seguramente las almadrabas, que se saben milenarias en el Sur Peninsular). Siendo esta diosa Britomartis la que se adoraba como señora de las redes (Diktea); cuya forma de capturar peces pudo perfectamente relacionarse con esta cordillera que formaba grandes albuferas. Así, adorada como diosa de la montaña, Britomartis era patrona de la caza, la pesca y diosa de los animales; aunque también del metal. Algo que se comprende por ser el bronce (o el hierro) imprescindible para cazar y pescar, pero sobre todo para navegar y hacer barcos. Todo lo que constituía la fuente industrial y económica de la que nació el reino de Minos y la cultura cretochipriota (que se cimentaba en la navegación, para la que es fundamental la metalurgia). Una civilización basada en el bronce, lo que se simbolizada en el hacha doble, junto a la cual se representaba comunmente a esta señora de la montaña: Britomartis.



Por su parte y continuando con los Telquines, su número de nueve los relaciona con tres triadas (3 x 3), lo que vuelve a llevarnos a las religiones cretenses -en parte, de gran influencia egipcia- y a rituales del mar (habida cuenta que los moradores de la Barca de Ra eran igualmente nueve). Siendo también de gran importancia el dato que nos aporta Graves sobre el significado de su nombre, relacionado Telquines con Tirrenios. Considerando este investigador y escritor, que aquellos monstruos que eran una combinación de pez con perro y mujer, tenían relación con los mascarones de proa tirrenios, en cuyos barcos figuraba este tipo de quimeras (o engendros antropomorfos, mitad pez y culebras, con cabeza de can). Escribiendo textualmente sobre aquellas Telquines que pertenecían "a un primitivo pueblo matriarcal de Grecia, Creta, Lidia y las Islas Egeas, al que persiguieron los patriarcales helenos invasores; absolviéndolos y obligándolos a emigrar hacia el Oeste"; tras haber mencionado que estos son el posible origen de los Tirrenios o Tirsenios (ver 14) (a lo que añadiremos que estos son quienes entre otros mundos, iniciaron el etrusco y seguramente el tartessio).
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El mismo autor, en otra parte de su estudio las identifica con las adoradoras de la Luna, escribiendo: "Las tres Danaides conocidas también como las Telquines o magas, que dieron nombre a las principales islas de Rodas, eran la triple diosa lunar Danae" (15) -a lo que habría que añadir que tal unión de nuevo nos lleva hasta Artemisa, a Hécate y Britomartis, todas divinidades lunares-. Siendo por lo demás esos Telquines, seres mitad pez y cola serpiente, con cuerpo mujer y cabeza de perro; algo que nos recuerda mucho a los cultos de Artemisa-Britomartis. Estando su leyenda muy unida a los comienzos de la metalurgia, e incluso a la de la Atlántida. De tal manera, se piensa que su mito describe una civilización perdida y de grandes habilidades con el cobre y que vivió en el Egeo durante la Edad del Bronce. Expulsadas más tarde de esta zona por los dioses (entiéndase por las inclemencias o los cataclismos) en tiempos cercanos a la aparición de los griegos (hacia el siglo XI a.C.). Todo que perfectamente se corresponde con la civilización minoica, destruida por el volcán Tera-Santorino (tanto como con su heredera la micénica, que pervive hasta el siglo XI a.C. en el Egeo).
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Hemos de unir a los datos anteriormente comentados, el lugar de origen de los Telquines, que era Creta -según la mayoría de autores clásicos-. Tanto como su labor de expansíón, fundación y conquistas, que se debió a sus habilidades con el metal (y a la magia). Generando con sus prodigios que nunca revelaban, las primeras estatuas de los dioses, al igual que múltiples ingenios y armas -lo que les concedió gran fuerza-. Un poder que comienza en el referido archipiélago minóico y siguió hacia la de Chipre, desde donde pasan a Rodas, tanto como a otras islas del Egeo; conquistando finalmente parte Lidia, de Anatolia y algunas zonas de Grecia Continental. Un relato que como decimos se corresponde perfectamente con lo que realizaron los minoicos, desde los siglos XX al XVII a.C., y después los micénicos del XVI al XI a.C.. Por lo demás y como dato curiosísimo, hemos visto que las primeras y más antiguas estatuas de bronce vaciado fueron halladas en Driros, población que está a muy pocos kilómetros de Eluonda - en la ladera opuesta del monte fotografiado en imágenes superiores (ver pié de fotos)-. Ello hace suponer que la técnica del bronce en Creta era la más avanzada del Mediterráneo (algo que demuestra toda su toréutica) y de nuevo encaja con la descripción mítica de las Telquines.
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Por su parte, los atributos y aspecto de esas Telquines se corresponden en gran parte los de las Gorgonas, no solo por su número de tres y su cuerpo serpentiforme -con rostro horrible, o canino-, sinó también porque igualmente eran capaces de matar con la mirada. E incluso, tal como venimos explicando, se relacionarían plenamente con el significado que damos a Medusa; mito que consideramos como símbolo y sublimación de los metales (en especial del bronce, que se usaba para hacer corazas, en las que se esculpían estas cabezas gorgoneas). Ello porque el sentido mítico de la Gorgona -para mí- comenzaría precisamente desde unas leyendas nacidas en etapa micenia, con el fin de idealizar la obtención, el trabajo y el uso del cobre (como protector en la guerra). Algo que uniría la historia de la Gorgona con la de los Telquines, quienes fueron los primeros metalúrgicos y creadores de esas armas; tanto como los que expandieron este saber por el Mediterráneo. Daimones que muchos equiparan con los Curetas, iniciales moradores de Creta y quienes igualmente inventaron las armas y escudos de metal.
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Dicha identicación entre Telquines (los Dáctilos o Coribantes), y los Curetas que criaron a Zeus en el monte Ida de Creta, ya la menciona Estrabón (16). Siendo en mi forma de comprender el mito (tal como muchos consideran) aquellos "dioses curetes"  igualmente la mitificación de los minóicos; civilización cretense desaparecida con el Tera que se sabe expande el bronce por el Mediterráneo. Por su parte y en lo que se refiere a la unión entre Creta y Cureta, hasta el propio nombre de "Curete" se correspondería con el de la isla. Ya que Creta y Chipre, en mi teoría son voces que nacen del indoeuropeo "urre", cuya traducción es "rojizo". Términos que darían como resultado las palabras "cupre", "cobre" o "cooper"; tanto como las propias de Creta, Chipre y Cureta, que solo significarían -en mi opinión-: Cobre (Bronce).
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Regresando a los Telquines, Según Ovidio (17), Zeus no los perdonó al haber manipulado los fenómenos atmosféricos, por lo que inundó Rodas y los destruyó convirtiéndoles en rocas. Aunque otras fuentes advierten de que pudieron huir de sus islas antes de que estas fueran aniquiladas, al haberles advertido Artemisa. La narración anterior de nuevo ratifica lo que en mi opinión simbolizan las mencionadas Telquines: El recuerdo mítico de la civilizaciòn minoica y su sacerdocio de Britomartis; cultura destruida hacia el 1650 a.C. por el Tera. Significando el hecho recogido por el que Artemisa les advierte (logrando huir de la isla antes de ser aniquilada), que posiblemente, por medio de la lectura de fenómenos atmosféricos -o del comportamiento de los animales-, sus sacerdotes de esta Diktina lograron que una parte de los habitantes de Creta se marcharan de la isla antes de que fuera completamente arrasada por el volcán (hechos que ratifica la arqueología que da muestras de la huida de los residentes en los palacios minoicos en estos momentos del siglo XVII a.C.; tras los que aquellos edificios fueron en gran parte incendiados y sepultados por cenizas candentes del Tera).
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AL LADO: Detalle aumentado del mapa anterior (lado Este de Creta), en grabado del siglo XVII que nos ha facilitado la Oficina de Turismo de Vamos () a la que agradecemos su atención -en especial a Miss Klio-. En este plano de 1688 que invitamos a observar con detenimiento, podemos observar la bahía de Agia Nikolaus y Eluonda, dibujada tal como la entendían los venecianos hace más de trescientos años . Ampliemos la imagen y veamos el golfo que denomina de Chersonesos y que aparece en el centro. Esta zona es de la que hablamos en nuestros comentarios anteriores (hoy llamado de Merambellou) y donde se hallan las poblaciones de Agia Nikolaus o Eluonda, que venimos estudiando. El mapa, equivocadamente sitúa la ciudad perdida de Olous (marcada con una isla en azul) en el extremo derecho del cabo -al Este del golfo, donde hoy está Moni Feneromenis-. Aunque la arqueología moderna ha demostrado que Olous se hallaba en el lado opuesto (punto que encontraremos a la izquierda de la bahía y en donde se escribe la letra "CH" de "Chersonesos").
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Por su parte, la actual Agia Nikolaus es marcada en el plano con una pequeña edificación al Oeste del Golfo (que significa "población") y a su lado un poco más al Sur, sitúa EL LABERINTO DE CRETA. Este punto que podemos ver claramente con la marca "Labyrinthus", es donde en realidad se halla la ciudad doria de Lato (que dijimos se llama Leto, por la madre de Britomartis -Artemisa-). Urbe helena y no minoica (como las de los Laberintos) cuyo puerto era Agia Nikolaus, desde el que se iniciaba el camino hacia la zona sagrada de Creta: La gruta de Zeus en los Montes Dikteos. Así en este mapa, a la izquierda de aquel Laberinto, se halla dibujada la mencionada cordillera Diktea en cuyo centro podemos ver los nombres de Piranto (Pyrantus) y Gortina. Este último punto es el que en mi opinión es actualmente Agius Georginas, palabra que recuerda a la anterior aunque no se corresponde con la ciudad que menciona. Puesto que Gortina, sabemos gracias a la arqueología moderna que está mucho más al Oeste, cercana a Faistos y bajo la actual Agii Deka (donde se hallan las ruinas de esta ciudad fundada en el II milenio a.C. por micenios y que fuera capital de Creta en periodos como el romano).
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Más lo importante del plano que venimos comentando es que sitúa Gortina precisamente donde se halla la gruta de Zeus. Caverna en la cual el mito dice que nació el rey del Olimpo, en plenos montes de Lasiti (junto a Lato) y donde en la más remota antigüedad se veneraba a un dios padre bajo el nombre de "el de las redes" (). Aunque tal como los arqueólogos han confirmado, parece que en un principio el culto rendido en esa gruta fue el de una diosa madre (al menos hasta fines del II milenio a.C.). Deidad que mucho concuerda con Dikte (Britomartis) y que podría explicar por qué situaban los venecianos en el siglo XVII la ciudad de Gortina en ese lugar, junto a la caverna de Zeus. Habida cuenta de que el mito narraba que la ninfa Dikte había amado y vivido a Artemisa en Gortina, antes de ser perseguida por Minos. Todo lo que les haría creer que la diosa habitó junto gruta que su padre y en los montes que llevaban su nombre; por lo que seguramente en ese lugar marcaron la mencionada ciudad que fue capital de Creta y donde vivió Britomartis.
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ABAJO: Tímpano o escudo-gong ritual hallado dentro de la cueva del Ida, montaña donde fué escondido Zeus para no ser hallado por su padre (Cronos), tras nacer en la gruta de los picos Dikteos. Es una pieza creto-orientalizante, de bronce y fechada en el siglo VIII a.C. (propiedad del Museo Heracleion, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Se trata de un "tambor" o escudo procesional de gran influencia asiria, en el que se representa la escena de Zeus y los Curetas -correspondiendo iconográficamente con la mitología anatólica o mesopotámica, en la que el dios figura sobre un toro y luchando contra un león, mientras sus protectores son "demonios" alados-.
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Pertenece esta pieza al último periodo en el que existieron cultos en la caverna del Monte Ida (el más alto de Creta); gruta que ya era sagrada al menos en el Neolítico y que durante la época minoica fue usada como centro de devoción a una diosa madre (seguramente la posterior Britomartis). Como era común, tras la llegada de los helenos a Creta, cambió la veneración de las deidades desde el antiguo culto a la maternidad, hacia el del padre del Olimpo. Un Zeus que narra el mito fue ocultado en la caverna de este monte (el más alto de Creta), donde se halló el tímpano de bronce que vemos. Lugar donde también recoge la leyenda que los Curetas continuadamente realizaban ruidos con sus armas, entrechocando sus escudos, saltando y danzando con fuerza; para evitar así que Cronos oyera el llanto de su hijo y lo descubriera. Tal como sabemos, estos Curetas que fueron las los cuidadores de la infancia de Zeus, se identifican con los Telquines, quienes a nuestro juicio simbolizan o recuerdan mitologicamente las oficiantes o sacerdotisas de Britomartis.



Para terminar esta primera parte acerca de Britomartis añadiremos como decíamos en el pie de foto, que las Telquines son consideradas por varios investigadores de mitología unos mismos "daimones" que los Curetas (con los que compartían varias atribuciones y hasta el dón del sortilegio, la profecía y la magia). Curetas también llamados Coribantes; cuyo número variaba y que igualmente poblaron el reino de Minos en épocas acestrales. Del mismo modo, ambas figuras mitológicas tenían un carácter relacionado con la metalurgia. Lo que en los Curetas no solo se manifestaba en las armas y escudos de cobre (que fabricaban y llevaban, chocándolos, para ocultar a Zeus con su ruido); sinó que además aquellos eran hijos de Calcis -o Combe-. Diosa esta del cobre (en griego "kalkos" = ) y quien inventó las armas de bronce. Aunque sobre la relación entre Britomartis y los Curetas, tanto como de sus cultos y su significado unido al de otras deidades como Medusa, continuaremos hablando en nuestro próximo artículo.
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CITAS:




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(1):
Britomartis identificada con Artemisa en: Eurípides; Hipólito 145; Ifigenia en Táuride 126 y 127 // Diodoro Sículo Biblioteca de la Historia; V.76 // Como hija de Leto, antecesora de Artemis aparece entre otros en: Calímaco; Hymno a Diana 189 // Pausanias; II, 30 - 3 // Aristófanes Las Ranas 1402 y 1358. Hablando indistintamente de Artemisa, Diktina y Britomartis entre otros: Aristófanes, Las Avispas, 367 ss y en Las ranas, 1358 y ss // Apuleiyo, El Asno de Oro, 11. 5 y ss.
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(2): Britomartis, identificada con Hécate en: Eurípides, Hipólito 141
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(3):
Relato recogido entre otros por: Servio; A Eneida, III, 171. // Calímaco; Himno III a Artemisa; 188 ss; quien a su vez añade que la llamaron Diktina entre los Cidonios (zona de la actual provincia-ciudad de Canea = Chania) // Diodoro Sículo; Bibli. de la H. V.76; da el mimo origen a la denominación de Diktina (ninfa de la Red) y a los montes de igual nombre como veremos en siguiente cita // De forma casi igual habla de ello Estrabón, afirmando que los Cidonios (caneos)
fueron los que la denominarion Diktina: Geografía, X. 4. 12 //
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(4): Diodoro Sículo, Biblioteca de la Historia; V. 76. 3. // como hemos visto antes algo muy similar dice Estrabón (Geog. X, 4.12) relatando que el nombre de Dictina le fué puesto en la ciudad de Cidonia (hoy Chania) // Igualmente menciona este nombre de Diktina Virgilio; Ciris, 305.
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(5): Pausanias, Descripción de Grecia; II. 20. 3 // Antonino Liberalis menciona estos mismos hechos, tanto como menciona que la estatua de Britomartis (como Afaea) estaba en el templo de Artemis, en Aegina donde la denominaban "la invisible". Antoninus Liberalis; Metamorfosis; 40.
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(6): Pausanias, Descripción de Grecia II. 30. 3
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(6-b: Cita sobre entradas):
SOBRE EL TEMA DE HERMES Y SUS PRIMERAS REPRESENTACIONES VER ENTRADAS DE ESTE BLOG PULSANDO LUNEA AZUL:
62ª- Dioses del comercio y la prosperidad, venidos del cielo. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIII). -PROCEDENCIA DIVINA DE LOS METALES Y SENTIDO SAGRADO DE LAS JOYAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-6.html

63ª- Mercurio dios del comercio y la prosperidad. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXIV). -LOS DIOSES QUE ENVÍAN EL ORO Y LA PROSPERIDAD, RELACIÓN DE LA JOYERÍA CON LOS ASTROS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/01/1-9.html
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(7): Estrabón; Geografía, X. 4. 12
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(8): Estrabón; Geografía, X. 4. 13
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(9): Pausanias, Descripción de Grecia II. 30. 3; tanto como Antoninus Liberalis, en Metamorfosis 40; hablan del templo de Britomartis en Aegina, llamando a la diosa "Aphea". Igualmente Pausanias, Op. Cit. III. 14. 2; menciona el templo de Britomartis en Esparta diciendo que denominan a esta Artemisa cretense "LA SEÑORA DEL LAGO" (Limnaia".
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(10): Pausanias Descripción de Grecia; IX. 39. 3
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(11): Otra de las identificaciones que no debemos olvidar es la de Britomartis con la Luna. Ello hasta el punto de que Robert Graves se expresa así en LOS MITOS GRIEGOS (89, 2) : "La diosa Luna era llamada Britomartis en la parte Oriental de Creta". Importante afirmación que nos lleva a deducir no solo el posible origen de aquel culto al satélite de la Tierra, como figura de diosa marina protectora de la pesca. Sinó al hecho de que su veneración quizás naciera en esta zona plenamente del Egeo, más próxima a Anatolia y a Oriente Medio. Lo que explicaría no solo que aquella Britomartis era una forma de Isis, unida a la Señora de los Animales; sino que además llega hasta Creta por influencia de Oriente Medio, teniendo por ello su origen en el lado Este de la Isla.
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(12): Filostrato; VIDA DE APOLONIO DE TIANA VIII, 30.
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(13): Sobre los hechos relatados, recogemos las siguientes fuentes históricas donde se narran: Ovidio, Metamorfosis; VIII, 365 y ss // Servio, "Sobre la Eneida de Virgilio"; IV, 377 // Diodoro Sículo III, 55, 2-3.
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(14): Robert Graves, LOS MITOS GRIEGOS (54, 1)
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(15): Robert Graves, LOS MITOS GRIEGOS (60, 2)
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(16): Estrabón. XIV, 601.
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(17): Ovidio, Metamorfosis VII, 367












lunes, 25 de junio de 2012

ORÍGENES DE MEDUSA -en autores españoles que trataron sobre sus poderes apotropaicos y en nuestra teoría propia-. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVI).


Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Figura de Atenea en bronce, representada con égida-capa de serpientes y casco (faltan armas); procede de Magna Grecia y se fecha hacia el 550 a.C. (en Col. part. Suiza a la que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Su efigie corresponde en parte con lo que algunos autores -como Vasos Karageorgis- afirman es el origen de la Gorgona. Nacida desde formas cercanas a las Ateneas Potnia Tehron, o las "señoras de los animales", cuyo aspecto en mucho nos recuerda al de Medusa (con sierpes enredadas y una expresión guerrera). En la presente entrada trataremos sobre el origen del rostro de Gorgone y su significado, relacionándola con otras deidades que le pudieron preceder.

ABAJO: Dos Gorgonas pintadas sobre un vaso cerámico de estilo proto-ático, fechado a mediados del siglo VIII a.C. (perteneciente al museo de Eleuisis, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Podemos observar en el diseño, cómo las protagonistas son representadas a modo de bailarinas, luciendo algo que parece una máscara de la cual surgen culebras. Muy semejante a la imágen anterior, estas dos Gorgonas nos hacen recordar posibles ritos de Selene (la Luna), en los que las sacerdotisas danzaban luciendo máscaras de rostros terribles, con el fin de invocar -o dominar- a los daimones de la noche (los dioses de la oscuridad, entre los que destacaba la serpiente). Si nos fijamos con detalle en la cerámica de la imagen, el cuadro parece representar una danza en la que sus protagonistas se cubren con una careta artificial, posiblemente aludiendo al mito de Perseo. Leyenda que pudo ponerse en escena en los templos, bastando quitar la máscara a la oficiante que hiciera de Medusa para culminar el fragmento en el que el héroe corta la cabeza de Gorgone -colgándola luego sobre la égida o del pecho de la que representase a Atenea-.
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De cuanto narramos seguramente se identificaron las caretas de teatro y danza con el rostro de Medusa; concediendo a las máscaras un poder apotropaico. Capacidad de ahuyentar los malos espíritus que con toda seguridad estaba muy relacionada con el hecho de cubrirnos con aquellas el rostro (o pintarlo). Para protegerlo tal como realizaban los soldados en batalla, quienes se maquillaban o portaban refuerzos faciales, con el fin de asustar y alejar al enemigo (con carrilleras y yelmos, o con la expresión de fealdad puesta sobre el rostro). Por lo demás, ciertas máscaras usadas para representaciones o ceremonias -como las que se lucen en la foto inferior-, creemos que eran comunes entre las sacerdotisas que no deseaban ser conocidas; tapado su cara y pudiendo así oficiar los más extraños o terribles rituales (referidos al sexo, la ofrenda de sacrificios crueles o a veneración de daimones y seres oscuros). Sobre ello dice Robert Graves citando a Pausanias (VIII, 15, 1) en LOS MITOS GRIEGOS (33, 2); que la paternidad de Pegaso a cargo de Poseidón y Gorgona recuerda a los helenos adoradores del dios del Mar. Quienes debían casarse con las sacerdotisas de la Luna, que llevaban las máscaras de Gorgona y se hacían cargo de los rituales de la lluvia y del culto al caballo sagrado. Máscaras de Demeter que también lucía el sacerdote de Selene al oficiar.





Continuamos la presente entrada comentando los últimos estudios sobre el Mal de Ojo editados en España, centrándonos hoy en los orígenes de Medusa, como diosa apotropaica. Trabajos que aun siendo ajenos a los nuestros, coinciden en su tema y en algunos planteamientos (habida cuenta que tratamos de mismos aspectos). Por lo que debemos analizarlos con el fin de recoger las diferentes teorías; entre otros motivos para para distinguirlas y diferenciarlas de las propias. Siendo así, habíamos dicho que los más importantes estudios acerca del Aojo, la fascinación y la Gorgona, que se habían realizado útimamente en nuestro país; estaban escritos desde hace unos veinte años por Vázquez Hoys junto a Calleja del Hoyo (1) y (2) . A la vez que en 2010, la Universidad Complutense había dado a conocer una tesis doctoral referida a ello y realizada por Alvar Nuño (3) .
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Siendo así, proseguimos con el análisis de las referidas publicaciones, exponiendo sus teorías y las diferencias con nuestras ideas. Explicando nuevamente que nuestros muy personales planteamientos pudieran resultaran extraños -o excesivamente imaginativos-; algo que sucede porque (como ya hemos dicho) no nos ajustamos plenamente a lo que la "teoría científica" admite y considera como "hechos total y absolutamente confirmados" . Todo lo que nos da "licencia" para exponer nuevas ideas e hipótesis que nacen de mi intuición, sin precisar demostrar punto por punto todos los pormenores de cuanto escribimos. Algo que -como ya expusimos-, nos obligará a permanecer un tanto ajenos al mundo universitario; aunque por otro lado nos permite realizar nuevas formulaciones y plantear ideas "ajenas" a la teoría común. Lo que quizás pueda abrir de algún modo nuevos caminos a la investigación.
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Tras la breve introducción anterior, seguiremos con el origen de la Gorgona y su relación con el Aojo; figura legendaria cuyo aspecto en opinión de algunos autores procede de Mesopotamia. Sobre ello, dicen Vázquez Hoys y Calleja del Hoyo que "se han descubierto antecedentes en el Próximo Oriente de las representaciones plásticas de la Gorgona y también en el mundo sumero-acadio, postulándose similitudes con la figura del dios Bes" (...) sobre todo, del demonio asirio Humbaba (...) mientras que Karageorgis se inclina por la afinidad entre la «Señora de las Fieras», la Pótnia Therón y la Gorgona" (4) . Algo más extensa es la descripción y relación que escribe Alvar Nuño acerca de este origen mesopotámico de Medusa, pese a que aclara cómo aunque los griegos adoptasen una firgura mitológica ajena (prodecente de Asiria en este caso), con toda seguridad le añadirían una leyenda y mitología muy diferente y propias (5) . Por su parte, el anterior autor afirma que hay un consenso generalizado por el que se acepta comunmente que la imagen "gorgoneia" es un préstamo asirio.
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Después de exponer cómo estos investigadores consideran como origen cierto de Medusa una diosa de la fealdad (o de la maldad), nacida entre el Tigris y el Éufrates; diremos que mi personal opinión no coincide mucho con las anteriores. Acercándome más a las teorías de Vasos Karageorgis quien sugiere que el modelo primigenio de la imagen "gorgoneida" está más asociada a deidades próximas a las Potnia Theron (Señoras de los Animales). Incluso, personalmente creemos que Medusa en sus inicios pudo verse muy unida a las sacerdotisas y diosas cretenses; concretamente a las de la caza y pesca, a las telúricas y del mar. Deidades cuyas oficiantes se representan en periodo minoico con estatuillas, luciendo hachas dobles y junto a totems -como las serpientes-. En anteriores entradas ya hemos comentado este hecho, debido al cual el antecedente más claro de la Gorgona debiéramos buscarlo en esas "Artemisas" del final de la Edad del Bronce, llamadas comunmente "señoras de los animales". Siendo el origen más problable en mi opinón las Potnia Theron de Creta, que lucen comunmente culebras en sus brazos. Cuyas imágenes tienen gran parecido con las de Medusa, lo que explica claramente la teoría antes mencionada de Vasos Karageorgis, quien considera a las Ateneas o Artemisas ("señora de los animales") el origen cierto de las Gorgonas. Idea que compartimos plenamente, aunque sobre aquella y sus posibles explicaciones, nos atreveremos a aventurarnos más a continuación y en la persente entrada.



AL LADO:
Artemisa-Britomartis representada en el anverso de una moneda acuñada hacia el 330 a.C. en la ciudad hoy hundida de Olous (Creta); urbe que dió origen a la actual población cretense de Eluounda y donde se reverenciaba a esta forma de "señora de los animales" (¿Vritomartis?) desde tiempos inmemoriales. La fundación de la perdida villa de Olous no se documenta más allá del periodo dorio (comienzos de la Edad del Hierro), aunque se sabe que en la zona se rendía culto a esa diosa telúrica y del mar (de la caza y la pesca), desde el Minoico más temprano. Algo que nos atrevemos a afirmar, debido a que la lleyenda narra cómo la diosa Britomartis se arroja al mar desde los montes Dikteos -en las proximidades de la actual Elounda- cordillera que vemos en la imagen bajo estas líneas. Pausanias y Estrabón confirman los hechos referidos, hablando de que el lugar desde el cual salta al mar Britomartis fueron estas costas en las inmediaciones de Elounda.
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ABAJO: Foto de las ruinas hundidas de la ciudad de Olous, donde existió el famoso culto y se sabe hubo uno de los templos principales de Britomartis. En la imagen podemos ver en primer término, algunas piedras y restos de muros que procederían en parte de la urbe desaparecida -y se aprovecharon modernamente para formar los compartimentos de las salinas de Elounda-. Al fondo, los montes cretenses Dicteos, donde el mito narra que nace Zeus y lugar desde el que salta al mar la ninfa Britomartis (al ser perseguida por Minos). Estas playas se encuentran en la bahía donde se halla el puerto cretense de Agia Nikolaus, costas en las que aún hoy se pueden observar los restos de varias ciudades hundidas. Junto a la cosrdillera donde narra la leyenda, vió por primera vez la luz el padre de los dioses griegos (Zeus), junto a gran parte de su estirpe más antigua. Destacando entre aquella, alguna de sus hijas más bellas quienes fueron ninfas -o diosas- en la Creta Minóica. Deidades que por su arcaico sentido se correspondían con las fuerzas naturales, con "totems daimónicos" sagrados, o con los ritos más ancestrales heredados del Neolítico. Entre los hijos de Zeus, uno de los más adorados durante el Periodo Minoico fue la "señora de las bestias", llamada Britomartis; ninfa representada junto a animales y atributos de la guerra (en especial con serpientes y hachas dobles).


Por cuanto decimos, Las Gorgonas y en especial Medusa son a mi juicio personal un recuerdo cierto y mantenido de la antigua Britomartis. Diosa que como sabemos era la hija cretense de Zeus y que más tarde se asimiló a la Artemisa griega (una forma de Diana cazadora). Pero para comprender el por qué de la afirmación que hemos hecho, comenzaremos desde el principio; siendo los inicios aquel tiempo en que la diosa Artemis no "había nacido" y era tan solo una matrona que figuraba junto a animales. Días aún de la Edad del Bronce (anteriores al siglo X a.C.), en los que esa deidad más tarde "cazadora", se llamó por muchos "Potnia Theron" -tal como la denomina Homero (6) -. Consecuentemente hemos de admitir que aquella Artemis nace como proyección de una de las divinidades más importantes del Bajo Neolítico. Diosa que en el Mediterráneo Oriental fue la "domesticadora" o "dominadora de las bestias". Mujer de edad, que figuraba representada comunmente entre fieros felinos, en medio de peligrosas sierpes, aves salvajes o rumiantes y caballos. Imaginada como una "madre" de la naturaleza, capaz de atrapar y domar a los animales; aunque sobre todo, de civilizar al hombre y poner a su servicio las bestias.
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Sobre los orígenes de aquel culto, no nos cabe la menor duda de que se relaciona plenamente con la utilidad y uso del animal durante aquella época en la que se llevó a cabo el amastramiento de cuantas especies conocemos como "familiares". De tal manera y atendiendo a estos hechos, podremos comprender muy bien el valor y significado de las religiones y cultos totémicos, que rinden homenaje a resto de seres que rodean al humano. Debido a que unos por su utilidad y otros por su peligrosidad o simbolismo, conforman el tejido "cultural" y hasta el "cívico" en el que la Sociedad Neolítica tenía que fraguar sus bases. Unos cimientos fundamentados en el uso y domesticación de cuanto nos rodea (fueran animales, vegetales y hasta hombres). Debido a que el motor de aquellos grupos líticos era la invención de nuevas técnicas de pesca y caza, pero sobre todo la incorporación de fórmulas agrarias y de ganadería. Todo lo que obligaba a amaestrar y ejercer dominio sobre las especies animales que les rodeaban -para que no provocaran la muerte al hombre o para que les sirvieran como rebaños, compañia o defensa-.
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Consecuentemente, el primer culto a la que luego se llamó Artemisa o Diana, hubo de ser el de las diosas más antiguas de la caza y de la doma de bestias. Una función de dominio sobre los animales, que como la agricultura, en sus orígenes posiblemente estuvo presidida por las mujeres; quienes probablemente pudieron idear o enseñar al hombre las fórmulas más inteligentes de caza y pesca (tanto como se sabe hicieron con el modo de siembra y recolección). Algo que afirmamos debido a que la mujer tiende más a la reflexión y a buscar caminos a través del pensamiento, no de la simple fuerza (lo que quizás proceda de su complexión menos corpulenta). Unos hechos que seguramente produjo que las féminas fueran las que organizasen e iniciaran el sistema de siembra y recolección (la agricultura). Tanto como aquellas madres que alimentaban entre los pechos a sus hijos, pudieron extender la idea del grupo familiar hasta un proceso similar de crianza de animales, iniciando así la ganadería. Fomentando la doma de bestias y aves, para conseguir tener grupos de aquellas especies salvajes amaestradas para beneficio propio -lo que más tarde se denominaría explotación pecuaria-.
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Pero, evidentemente parece que el proceso de domesticación de un animal (fuera perro, gallina o cerdo) tenía un "arte" y una "magia". Proceso que seguramente las mujeres conocían y realizaban en mejor manera que los hombres; quienes al ser cazadores y por instinto de "macho" carecían de la paciencia y el tiempo que se precisa para lograr el "engaño" de una especie (hasta que se logra que el humano la domine). Sobre el tema, los últimos estudios descubrieron no hace muchos años que en tan solo cinco generaciones cuidadas del zorro silvestre, pueden obtenerse animales caseros. Ello si se eligen para ser padres tan solo zorrillos cariñosos, inteligentes y que desde su nacimiento carezcan de agresividad. De tal manera, se ha demostrado que en unos pocos años, si se mezclan aquellos de cada camada que fueran los más listos y apegados al hombre; desde el "tatarabuelo al chozno" el cambio es tan radical, que el nacido de cuarta generación será un zorro casi doméstico (similar en su comportamiento al perro).
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Como hemos visto en el párrafo anterior, la genética cuenta enormemente en la domesticación de ciertas especies (que han de ser inteligentes y no agresivas para poder convivir con el humano). Algo que sobradamente conocerían las mujeres desde los tiempos más remotos; al igual que en España se sabe -donde nadie ignora que el simple cruce de un toro bravo con una vaca mansa produce ya un bovino "bravucón", incapaz de ser toreado (por carecer de "embiste y nobleza")-. En hechos como el descrito precisamente se basaron gran parte de las teorías de razas, tanto como las de hidalguía o blasonamiento de las familias y apellidos. Algo hartamente absurdo, puesto que aunque en los animales la genética condiciona y configura la mayor parte de su comportamiento e inteligencia. Sabido es que en la especie humana el gen es solo un pequeño porcentaje de lo que el hombre contiene. Siendo fundamental y mucho más importante la educación que recibe, el aporte cutural, la Sociedad que le rodea y sobre todo algo tan simple como la espiritualidad interior (lo que ya no se debe ni siquiera a factores ajenos, sociales, ni genéticos; sinó a virtudes personales). Pero sigamos con el tema que exponíamos, del cual hemos dado con una de las claves para entender por qué la Señora de los Animales solía ser una diosa principal en el Neolítico y la Edad del Bronce: Al ser la domesticadora de fieras.

AL LADO:
Escena funeraria representada en el VASO FRANÇOIS. Detalle su asa en el que vemos a Artemisa como Señora de los Animales; bajo esta, Ayax llevando a Aquiles muerto sobre sus hombros (cerámica perteneciente al Museo Arqueológico de Florencia, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Muy intereseante es la escena en la que tras la muerte del héroe de los aqueos, la diosa alada sujeta la pantera y el ciervo por el cuello. Su sentido iniciático enlaza con cultos anatólicos (no olvidemos que Troya se encuentra en esta península, hoy Turquía y que Artemis era partidaria de aquella ciudad); en los que el dominio o la caza de especies como el felino o el cervuno salvaje se integraban en la simbología más profunda acerca de los orígenes de la civilización. De tal manera, esta Artemisa alada mucho nos recuerda a las deidades sumerias o mesopotámicas y a las divinidades orientales de la Edad del Bronce. Dioses cuya fortaleza se expresaba por medio del dominio o la caza del animal salvaje, lo que se acentuaba con el aspecto cruel de la deidad.
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ABAJO: Curiosísima escena que se conserva en Munich (STAATLICHE ANTIKENSAMMLUNGEN, al cual agradecemos nos permita divulgar la imagen), hallada en Perusa y se trata de una placa bronce, que se supone un revestimiento carro -fechado hacia 530 a.C.-. De posible origen etrusco y de influencia griega, representa a una Gorgona como Señora de los Animales, que quizás fuera la diosa de Etruria Artemu (equiparada a Artemisa). En ella, la fea divinidad sujeta dos panteras con cada mano, mientras a su lado izquierdo (nuestra derecha) podemos ver una garza y otro ave, siendo rodeadas por una gran serpiente. Sin duda alguna se trata esta de una escena que se refiere al mito de Perseo, pero a su vez a la figura de Medusa como Artemisa; guardando el recuerdo de las religiones más antiguas nacidas del culto a la caza y a los animales. Creencias del Neolítico que se sabe subsistieron en la Edad del Bronce y generaron religiosidades como la egipcia, basada en el culto a animales (debido a la utilidad y simbología de cada especie).
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Habiendo sido las sacerdotisas del Neolítico y del Bronce, adoradoras y domesticadores o "domadoras" de especies tan peligrosas como el toro, los felinos o la serpiente. Sus dioses fueron principalmente animales cuyo dominio hubo de consistir una gran proeza (física, de inteligencia o de valor). El recuerdo de estos rituales Neolíticos, que se referían a la vida junto a seres salvajes y fieros a los que se daba caza o domesticaba, consideramos que producía un gran rechazo entre los helenos. Ello debido a que los griegos nacen ya en plena edad del Hierro, cuando las religiones eran patriarcales y sociales, ajenas al mundo de la domesticación y de la mujer (con ritos agrarios y de ganadería). Pudiendo parecerles aquellos cultos anteriores -tanto como sus sacerdotisas- ceremonias demoniacas oficiadas por "daimones"; seres terribles a los que héroes como Perseo debían eliminar.




De tal manera, sabiendo que el componenete genético es fundamental para coseguir la doma del animal salvaje (sirviéndose tan solo de aquellos que por su inteligencia o falta de agresividad, se adaptan al hombre). Entendemos por qué la Potnia Therón o "Señor de los Animales", era una diosa mujer -al sera aquellas quienes los dominaban y criaban inicialmente-. Algo que se basa en mi personal opinión, en los conocimientos innatos que la fémina tiene sobre genética y elección de padre; fórmulas que utilizarían en la mezcla de progenitores animales, hasta lograr especies perfectamente adaptadas al ser humano (llegándose a crear mascotas como el perro, que no pueden siquiera subsistir en la naturaleza sin ayuda del amo). De ello, debemos pensar que en el Neolítico el domesticador de animales como el asno (que lograba cargar con parte del trabajo); del perro (que nos cuidaba), o del buey y la oveja (que daban su carne); debieron ser considerados seres sagrados -no digamos ya quienes lograban amaestrar serpientes o combatir la mordedura de especies malignas, extrayendo sus venenos para hacerse inmunes y creando sistemas similares a los sueros-.
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Lo que exponemos se ratifica por el hecho de que durante esta Edad del Bronce se conocieron perfectamente las técnicas de amaestramiento, tanto que en esta etapa de la Humanidad se producen las domesticaciones más útiles para el hombre. Como ejemplo mencionaremos la del gato (ya comentada), que se lleva a cabo en Egipto con el fin de sustitiur a la sierpe en el cuidado de silos y del grano; al ser la culebra peligrosa e indomable. Tanto como la del caballo, que se amaestra para su monta en Anatolia, durante el IV milenio a.C. y cuyo uso fue fundamental durante toda la Historia de la Humanidad. Pese a ello, el factor más importante que haría respetar o adorar a quien ocupara el lugar del "señor o señora" de los animales en un grupo tribal, sería su capacidad para dominar o conocer las epecies salvajes. Hechos que aún pueden verse en los grupos neolíticos que perviven en zonas selváticas, entre los que el chamán o el mago como bien más preciado, conserva el conocimiento del uso y antídoto de las especies venenosas (vegetales y animales). De ello, que la confección de drogas y sueros curativos -valiéndose de plantas o glándulas zoológicas-, sea siempre una de las facultades más importantes del hechicero. Unos conocimientos que de seguro le confieren el rango de respeto que logra en su grupo, aunque a su vez le reviste de un toque siniestro y oscuro; por el cual aquel mago se sabe que conoce los procedimientos de sanar y de matar -Todo lo que se refiere en la leyenda de la propia Gorgona, cuya primera gota de sangre daba la vida, mientras la siguiente hacía morir-.
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De cuanto exponemos creemos que nació una de las diosas más importantes del Panteón griego, denominada Artemisa () cuya etimología consideramos que procede de la voz helena "artemes" () cuyo significado es "sano y salvo". Pero a su vez, esta Artemisa nos recuerda a otras palabras griegas como son "artamos" (), cuyo sentido es el de "carnicero" o "cocinero" y por derivación: "Asesino". Tanto como a "artane" (), que se traduce por "cuerda", "lazo" o "nudo corredizo"; y finalmente a "arotos" (), cuyo significado es "agrario", "labranza", "cultivo", "crianza", tanto como "prole " y "descendencia". Todo lo anterior nos lleva a deducir que aquella diosa de la protección (artemes), lo era por ser la madre de la caza y la cocina (artamos); labores para las que se necesitaba de artes como las cuerdas, trampas de nudos y los lazos (artane). Pero sobre todo era Artemisa la madre de la agricultura y la crianza, tanto como la de la prole o la descendencia (arotos) (7).
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Esta Señora de los Animales a la cual se consagraba principalmente el ciervo y el ciprés, era la patrona de la virginidad y de las enfermedades femeninas, tanto como de los partos; de los campos sin cultivar, de las tierras vírgenes, de los montes y fundamentalmente de la caza. Todo ello le llevó a ser identificada plenamente con la Luna (Selene), deidad de la que se hizo su representación, por lo que lucía un creciente en su cabeza. Lo que hizo considerar que la Artemis griega desciende de otras diosas muy anteriores, relacionándose con la Isis de Egipto o con la etrusca casi homónima (Artemu). Siendo una de sus antecesoras más claras la caria Hécate, deidad de las brujas y las moiras antiguas, a la que se le consagraba la perra negra y cuyo culto estaba pleno de rituales fantasmagóricos. Ello habida cuenta de que aquella era de origen anatolio y probablemente nacida de uno de los más fieros Pueblos del Mar (el cario).
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Diosa de la caza y de la guerra, el nombre de Hécate creemos que significa "la arquera" que en griego se dice "hecatos" (), siendo uno de los sobrenombres de Apolo -tanto como se relaciona con "hecatontos" (<) cuya traducción es "centuria", "compañía de soldados"-. Todo lo que ya nos lleva a relacionar esta diosa con la batalla, el dolor y el tan estudiado por nosotros Mal de Ojo. Debido a que como dijimos considerábamos aquel Mal Fario atribuido a la mirada, originado en gran parte por el del arquero, que manda el dolor al cerrar un ojo enviando el venablo hacia nosotros. Pese a lo dicho, la diosa Hécate era fundamentalmente una divinidad fenemina, dedicada a la noche y a la brujería, bajo cuyo culto se realizaron los más estrambóticos ritos de magia. De carácter tricéfalo, se la representaba como tres personas unidas a una triple cabeza (de perro, de serpiente y de león); algo que creemos se une plenamente con las Gorgonas que como sabemos igualmente eran tres horribles monstruos. Su función mágica se cumplia en los lugares desconocidos y por ello se le rendía culto en los campos abiertos y desconocidos, en la forma de un Xoana o Herma (pilar a modo de falo). Siendo también reverenciada en los caminos de tres cruces muy temidos por los griegos, donde se situaba a Hécate -llamada "de tres vías"-.
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Protectora de lo desconocido, guiaba en el viaje y en las exploraciones; como tal era diosa del camino hacia lo inesperado y por ello deidad de los muertos. Lo que hacía de Hécate la gran maga que debía temerse en todo lugar. Hechicera por antonomasia y por ello unida a los cultos de la Isis egipcia, fue una deidad micénica -ante todo-, pero tuvo en una antecesora minoica. Esta era la "diosa madre" de Creta y que sin duda se relacionaba plenamente con aquella maga Hécate, aunque la de Minos originó la figura de Artemisa (la cazadora helena). Aquella era la cretense Britomartis -de la que ya hemos hablado-, nacida del Zeus más antiguo (o jóven) y que puede considerarse claramente antecesora de Artemisa al ser una deidad dedicada a la virginidad de las tierras y a los cultivos naturales, tanto como a la caza y a la pesca -aunque sobre todo, a los animales-. De tal modo, esta "Potnia Theron" minoica que aparece comunmente con serpientes en los brazos, parece que nace al menos en el III milenio a.C. en la isla griega y se mantiene como señora de las cuevas, de la naturaleza y las montañas, hasta su sustitución por figuras similares entre los micenos y los helenos (las mencionadas Hécate o Artemisa, que llegan a Creta con el Hierro y después del siglo X a.C.).
 

AL LADO:
Figuras en barro minoicas, fechadas hacia el siglo XIV a.C., pertenecientes al Museo de Heracleion -actualmente en ampliación y al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Representan sacerdotisas o deidades que se consideran imágenes de oficiantes a Britomartis (o de la misma diosa cretense, señora de los animales y de la Naturaleza). Observemos en la imagen que una de ellas (la de la izquierda) tiene en sus brazos enrolladas sierpes, a la vez que su tocado está coronado de pequeñas culebrillas (o cabezas de reptiles que se asoman). La de su lado carece de ofidios en los brazos, aunque sí luce un gorro con iguales sierpes y coronado por un triángulo, lo que hace pensar en la relación de aquellas deidades cretenses con Hécate, la maga triangular; por lo que era denominada "trivia", "tricéfala" y "triforme" (de tres caminos, tres cabezas y tres cuerpos).
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ABAJO: Figurita de barro similar a las anteriores en época y lugar de hallazgo. También del Museo de Heracleión, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen en la que vemos una diosa -u oficiante de- Britomartis. Esta con los brazos levantados y en actitud oferente, luce una corona con el símbolo de los cuernecillos de altar, junto a las palomas o los córvidos sagrados de Creta. Dichos cuernos sabemos que nos remiten a Cnossos y al Laberinthos, donde se representan siempre junto al Labrys (o hacha doble que daba nombre al palacio de Minos). Igualmente, en el lugar sagrado y palacio de los reyes de Creta, se hallaban diferentes salas adornadas con los atributos que refieren a las defensas del toro; que a nuestro parecer se relacionan claramente con el hacha de doble filo, como arma del hombre (muy semejante en su utilidad a la cornamenta del bóvido). Por lo demás, la aparición de un córvido (quizás marino) o bien de una paloma la argumentamos desde hace tiempo como el culto de los marineros hacia las aves. Pájaros acuáticos o de tierra, que les servían para guiarse y hallar las rutas; tanto que se sabe una de las formas de orientarse en la Antigüedad era la de seguir a las aves o bien soltar palomas y cuervos, en caso de perderse en alta mar. Siguiendo el camino del vuelo, cuando aquellas suben hasta ver horizonte para ir hacia tierra; o bien tomando el rumbo del pájaro nada más salir este de la nave, habida cuenta de que la paloma se orienta en pocos metros hacia el lugar donde ha de volver.
 


Sobre la etimología de Britomartis hay un consenso que considera su significado el de "la virgen dulce"; procediendo esta traducción de voces cercanas griegas en dialecto cretoarcaico (). Pese a ello, no estamos de acuerdo con esta interpretación y realmente creo que el nombre de esa diosa nace de otras palabras helenas, que para mí tendrían un significado muy diferente. Habiendo de traducirse a nuestro juicio por "martir ensangrentada" o bien por "testigo de la fe mortal". Siendo así originado el nombre de Britomartis, desde los vocablos helenos: "Brotos" () cuya tradución seria "mortal" o "sangriento" unidos a "martis" (), que se ha de interpretar como "confesor de la fe" o bien "martir". No debiendo olvidarnos de que en griego "brijoamai" () significa "ahuyar", "dar gritos de dolor" o "bramar"; pudiendo haber producido esta voz -combinada con "martis"- una palabra similar a "brijomartis" (= brijoamai-martis); crasis que se puede entender como "bramido o grito del martir".
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Habíamos dicho ya en anteriores entradas que el nombre de Gorgona, muchos autores lo reconocen plenamente relacionado con la voces griegas cercanas a la palabra "gorgonear"; que se decía eran los gritos terribles que proferían los soldados antes de las batallas (con el fin de amedrentar al enemigo, al verse frente a aquel). Del mismo modo, el de Britomartis creemos que está unido a expresiones del horror y del sacrificio, lo que pudo generar el vocablo griego anteriormente estudiado y que significaba "gritar de dolor", "bramar" (brijoaimai).Y si dijimos que considerábamos como nuestra palabra española "garganta" procedía de las voces cercanas a Gorgona, ralacionadas con el grito y la gárgara; cuyo origen debíamos buscarlo en el término heleno "gargarós". De un igual modo, nuestra voz "bramido" de seguro procede del termino griego antes dicho, nacido de la raiz "briepyos" (), cuya traducción es: "Gritar con toda fuerza". Por cuanto decimos, nos será fácil entender que las palabras helenas relacionadas con el radical "broto" () signifiquen "mortal", "ensangrentado" o "funesto" y por lo tanto creamos a Britomartis una diosa unida al sacrificio cruento (no "la dulce virgen", como desde el dialecto de Creta traducen su nombre algunos autores).
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Además de toda esta etimología que une a Britomartis con martirios terribles (o funestos) cargados de sangre; habríamos de ver la relación que puede tener ello con otros términos cercanos, como lo son: "Brojos" y "broje". La primera () significa "cuerda", "lazo", "trampa" e incluso "soga de ahorcado" y curiosamente uniría el nombre de esta diosa cretense al de Artemisa, que ya dijimos también se relacionaba con las trampas y cuerdas (necesarias para la caza). Pero a su vez, todo ello tendría algún nexo con la palabra griega que indicaba "lluvia" () "broje"; quizás queriéndonos dar a entender que estos sacrificios sangrietos en honor de la diosa pudieron tener un sentido meteorológico, invocando el agua del cielo. Todo lo cual aglutinaría el nombre de Britomartis a los atributos y denominación de su deidades continuadoras (Artemisa o Hécate), quienes eran reverenciadas en cruentos ritos que exigían incluso sacrificios humanos; relacionadas con la magia, las cuerdas y la caza (tanto como fueron consideradas las diosas de la lluvia, del dolor, del parto y de la oscuridad).
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Por cuanto decimos, Britomartis no solo la entendemos como una Potnia Therón, dominadora de los animales; sinó que habría de ser a su vez comprendida por la dueña del cielo y de las alturas (principalmente de las noches y de las oscuridades de la tierra -de ello que se la relacionara con la cueva en la que Zeus nace-). Por ello y como deidad protectora de las zonas vírgenes e inexplorables, sería la patrona de las montañas y de sus cavernas, lo que la unía a los típicos ritos ancestrales neolíticos que se realizaban para los dioses siniestros, llamados por los griegos "daimones". Animales o divos maléficos, a los que se rendía culto en "templos" sin construcción, llevados a cabo en pleno bosque o en grutas cerradas, donde se practicaban los rituales más terribles, de los que se decía llegaban hasta el canibalismo realizado por las oficiantes (que incluso comían al infortunado inmolado, en crudo y a bocados). Estas ceremonias de éxtasis demoniaco (o dionisiaco), identificaban a las bacantes que las llevaban a cabo con los más terribles seres de la naturaleza, de lo que no nos debe extrañar que el recuerdo de ritos muy arcaicos -como los de Artemisa, Hécate o Britomartis-, sugieran figuras como las Gorgonas o Medusa (seres terribles, con serpientes en sus cabellos).
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Pero no solo aquellos cultos de la diosa minoica de los animales debieron ser horribles para quien era elegido como víctima, sino que seguramente las mismas sacerdotisas tenían que pasar diferentes ceremonias de iniciación que en muchas ocasiones les costaría la vida. De ello, su aparición tan común con serpientes enredadas en los brazos y en los pechos; o su figuración cual domadoras de animales tan peligrosos como la pantera y el toro. Tauromaquia que se refleja repetidamente en el arte minoico, pero sobre todo en los frescos de Cnossos; donde podemos ver cómo los ritos de esta Artemisa Potnia Theron de Creta (o Britomartis Señora de Animales), hubieron de ser arriesgadísimos para sus sacerdotisas. Puesto que en aquellos se observa a chicas semidesnudas saltando sobre un bovino que a todas luces ha de ser bravo, para poder tener una embestida suficiente con el fin de que las oficiantes pudieran impulsarse en la forma que lo hacen. De tal modo y como decimos, los ritos de la Señora de los Animales (Britomartis) no debieron ser fáciles ni carentes de dolor ni riesgo; algo que confirmaría la denominación de "martir sangrienta" o "sacrificio mortal" para aquella deidad del amaestramiento de fieras.

JUNTO ESTAS LINEAS:
Escena del Sarcófago de Agia Triada (junto a Festos, fechado hacia el 1300 a.C.) actualmente en el Museo de Heracleion, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen. En la imagen podemos ver a sacerdotisas oferentes, entre las que la de nuestra derecha dedica unos frutos y una jarra al Labrys; hacha doble sobre la que se posa al corvido o paloma de Creta. En el centro una mujer toca caramillos frente a una mesa ritual sobre la que está un toro y bajo la que se hallan dos cabras, dispuestas para sacrificio. Finalmente y tras ellas, una tercera sacerdotisa parece estar iniciando la ceremonia de entrega de los animales. Toda la escena indica que se rinde culto al gran hacha de doble filo que se halla pintada en el extremo a nuestro lado derecho, y sobre la que se posa un ave. Entendiéndose que aquellos animales y frutos son entregados en favor de estos dos símbolos sagrados: El Labrys y la paloma o córvido. Significando la primera -como hemos dicho- la abundancia, la riqueza, la protección del arma y la adoración al metal que genera la prosperidad y los beneficos. Mientras el ave sacra creemos que se relaciona con las navegaciones y la guía, teniendo además un sentido planetario y cercano al del Sol y las estrellas, de las que se servían para conocer las rutas y orientarse en la mar.
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BAJO ESTAS LINEAS: Famosísima escena de "tauromaquia" de Cnossos, en la que hombres y mujeres saltan el bovino. Procedente del palacio real de Minos, fechada con anterioridad al siglo XV a.C., se halla actualmente en el Museo de Heraclion (en reforma y al cual agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos cómo la primera mujer se "acuna" entre los pitones del toro en un modo muy semejante como lo hacen los "forçados" de Portugal. Ello posiblemente le facilitaría un impulso para saltar o salir despedida en el trance, mientras el "buey" embiste y cabecea. El segudo figurante de piel más oscura, parece que pudiera ser un hombre y efectúa un salto encima del astado, muy parecido a los que aún hacen los recortadores y saltadores llamados "landeses". Por último, la sacerdotisa de nuestra derecha parece estar viviendo de cerca la imágen y aplaudiendo la proeza, en la que una oficiante toma el toro por los cuernos, mientras el segundo salta sobre aquel. Escena que sin lugar a dudas nos recuerda al ciclo de Ariada y Teseo, en el cual el héroe de Tesalia vence al toro de Minos, gracias a la ayuda de su amada (quien le proporciona los secretos para combatir al monstruo cornúpeta del Laberinto). En nuestra opinión la imagen descrita se corresponde con los rituales de la Señora de los Animales y a las ofrendas que se hacían a las bestias y seres salvajes en recintos sagrados. Rituales de Artemisa y de los que sin duda alguna desciende nuestra tauromaquia, pero que en la Antigüedad tenían un sentido sagrado relacionado con el culto a la Naturaleza y a la domesticación de los seres: Hombres, animales o vegetales; quienes gracias a su amaestramiento o dominio, generaban la riqueza y la posibilidad de crear las Civilizaciónes (por entonces recién nacidas).
 


Continuando con los cultos a Artemisa en Creta, se admite ya por la ciencia que las representaciones de altares con cuernos, tanto como la aparición de la Bipenna junto a estas dos astas figuradas; se refieren a ritos de esa diosa de los animales, cuyo poder se unía al de la lucha y la defensa. Una deidad que se representaba asimismo en actitud de doma o caza de las fieras, pero fundamentalmente sobre la montaña o en los cielos, vigilante y dominadora en la Naturaleza. Sus cultos sangrientos que hemos mencionado no solo pueden suponerse observando cuadros tales como el antes descrito de la "tauromaquia" cretense; sinó que de ellos hay testimonio histórico. Siendo el más destacado el rito cruento de la Artemisa de Esparta (Artemis Ortia), en cuyo templo se veneraba a la diosa bajo el nombre de "Chalkiokos" () cuyo significado con toda seguridad remite al cobre y bronce (Kalkos en griego), aludiendo igualmente a las armas y a la diosa dadora de aquellos metales. Por lo demás la etimología de Ortia remite a la Aurora o el amanecer (Ortros en griego) y tanto es así que el epíteto que muchos autores le dedican a esta deidad es la "vespertina", refiriéndose sin duda alguna al planeta Venus en el amanecer (conocido entre los latinos como Luxíferus).
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Esta divinidad a la que sin duda se le rendía un culto luciferino (como su propio nombre indica: Planeta de la luz) se representaba como un "Xoanon" () que en principio fue una simple escultura en madera con forma de falo. Pieza que poco a poco se reemplazaría por la columna y finalmente sería esculpida en forma de una deidad. Pese a lo que todos los historiadores antiguos recordaban que tales "xoanas" originariamente eran un grosero y torpe zoquete en forma de pene. Por lo demás, aquel término pronunciado con "ji" () significa en griego "crisol de metal", todo lo que indica la unión de significados entre la matriz que funde y une el bronce o el hierro, con el sexo que da origen a la vida. Más en lo que se refiere al culto de Artemis Ortis en Esparta, aquel se comprendía claramente como una veneración al falo y a la fuerza del guerrero con sus armas. Tanto que la misma palabra griega "ortis" escrita con "theta" () significa "columna", "alto y erecto"; lo cual indica claramente la relación antes apuntada entre el pene idealizado como espada del soldado; armas que se habían de fabricar en el crisol, fundición que se denominaba igualmente como aquel "xoana" que guardaba forma de falo.
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Acerca de la mencionada deidad espartana, narra la leyenda que la escultura de Artemis Ortia, hacía perder el juicio a quienes la observaban, por lo que para apaciguar este trance en que la población enloquecía, se le hubo de ofrecer sacrificios humanos. Inmolaciones que se hacían por sorteo entre los ciudadanos de Eparta. Terrible rito que finalmente reemplazaron por una ceremonia de flagelación, en la que los mayores azotaban con furia a los efebos (tanto que podían llegar a causarles la muerte). Durante este rito denominado "diamastigosis", la sacerdotisa llevaba en la mano el "xoanon" o cilindro (falo) de madera, reprendiendo a todo aquel que no golpeara con fiereza a los jóvenes que luchaban por alcanzar y robar las ofrendas del altar. Haciéndose tan famosa la ceremonia de sangre antes descrita, que en época romana llegaban hasta Esparta ciudadanos de todo el Imperio para verla, habida cuenta que era normal, se llegara a dar muerte por latigazos a alguno de los efebos participantes.
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Como hemos visto, los cultos a Artemisa y sus variantes o antecesoras (Hécate y Britomartis) debieron de contener un alto sentido cruento. De lo que nuestra etimología de la diosa griega tomada desde "BRITO-MARTIS" y traducida como "martir de sangre", creemos se puede ajustar a su sentido ritual. Tanto como a esa adoración al sexo, al metal y a las fieras que se unía en ellos y que hubo de tener un origen y significado bélico y cruel. Algo que llevará a comprender el mito de aquella hija de Zeus nacida en Creta, cuya historia dice que era de belleza infinita, tanta que Minos se enamoró perdidamente de ella pero la ninfa queriendo permanecer virgen se escondió durante nueve meses en los montes Dikteos de la isla. Transcurrido este periodo, antes de entregarse a Minos, decidió saltar desde esas montañas al mar; donde fue rescatada y salvada por las redes de unos pescadores, quienes la condujeron hasta tierra. Tras ello, huyó de nuevo (a Aegina o a los bosques), donde los dioses le concedieron la inmortalidad por permanecer casta.
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La extraña leyenda de Britomartis, en mi opinión revela un ritual de iniciación cretense que se puede observar en otras islas del Egeo en épocas posteriores y que se refiere a la maternidad y el sacrificio de recién nacidos, relacionándolos con el concepto de virginidad. De tal modo, interpreto que la persecución de Minos para hacerse con la hija de Zeus significa o simboliza el intento de que aquella le sirviera a cambio de integrarla en los cultos del monarca de Creta (quien evidentemente practicaba por aquel entonces la imolación de inocentes o niños -recordemos como ejemplo, los jóvenes que entregaban al Minotauro del Laberinto-). No deseando aceptar la ninfa participar en dichas ceremonias cruentas, se esconde durante un periodo de nueve meses (que se corresponde con la duración de la gestación). Todo lo que da a entender que el rey la reclamaría para otras ceremonias consideradas de menor "crueldad" y consistentes en la llamada "exposición" o abandono del recién nacido. Una costumbre normal en el Mediterráneo, donde la familia que no deseaba o no podía mantener el hijo que le venía al Mundo, lo "exponía". Lo que significaba que dejaba abandonado al neonato en lugar sagrado (normalmente en los bosques), para que fuera recogido, o allí murirera.
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El salto al mar desde los acantilados de los montes Dikteos que lleva a cabo Britomartis, supone en mi opinión e interpretacióin del mito, claramente el ritual exigido a muchas madres y mujeres en Grecia. Por el cual para evitar que sus hijos fueran inmolados, les pedían que se arrojaran ellas al mar, dándose muerte del mismo modo a como lo hizo Safo (o Ino). Un tormento que se ha de suponer era aplicado a toda fémina que deseara suplir en sus funciones al hombre (como sucede en el caso de la poetisa) o por no obedecer al padre que envíaba a sacrificio a sus hijos (tal como narra la historia de Ino). De tal manera, el final feliz por el cual la ninfa cretense es recogida o cae sobre unas redes de pescador, indica una ceremonia existente, por la cual aquellas mujeres minoicas que preferían darse muerte a sí misma antes de matar a un inocente, eran recogidas por "una red salvadora" y pasaban a formar parte del culto de Britomartis. Ceremonias que tendrían este tipo de rituales de iniciación, en las que saltarían desde acantilados hasta el mar -o sobre redes-; tanto como otras ceremonias donde las sacerdotisas o novicias se ofrecían al toro sagrado, o a las serpientes luchando contra estas hasta conseguir dominarlas; antes de participar en la muerte del niño o del inocente.


AL LADO:
Los "xoana" () eran en principio burdas esculturas de madera que imitaban un falo. Inicialmente se hicieron en madera y en nuestra opinión tuvieron su origen sacro más remoto, en el falo de Osiris que como ya estudiamos era un pene realizado con rama de higuera egipcia (sicomoro). Sexo que talló la viuda Isis para autofecundarse y parir a Horus (el hijo póstumo del dios Sol del Nilo, concebido así tras la muerte de su progenitor). Mas tarde, estos "xoanas" fueron hechos con fines apotropaicos y se ponían como delimitadores en los campos, tanto como se usaban para pretender las buenas cosechas. El hecho cierto es que cruzar un campo donde hubiera marcas con estos mojones en forma fálica, suponía el peligro de que los dueños del lugar y de los cultivos, pudieran acabar con el extranjero o el extraño que allí merodease (costumbre normal por aquel entonces, con el fin de evitar incendios y desastres en los sembrados, producidos por ajenos a ellos). Todos estos factores concedieron a los "xoanas" y a las formas fálicas la facultad de protector apotropaico, tanto como poderes de fertilidad (habida cuanta de su forma). Por lo demás, estas figuras "sacras" que representaban a deidaes como Príapo, se usaban igualmente para cierto tipo de diosas como Artemis. Aunque en su significado descendían del "olisbos"; unos penes tallados en madera que las griegas usaban para bromear y "jugar". Algo que además de todo producía la risa y era motivo de chufla y broma entre la población; un hecho añadido que hacía suponer a estos "xoana" un poder ahuyentador del mal fario o de los malos espíritus. Todo lo que concedió a figuras como la que vemos el don de hacer huir al Aojador. Una costumbre que ha llegado hasta nuestros días, donde aún se fabrican en la zona abrebotellas como este que vemos en la imagen, para transmitir al bebedor la buena suerte del "xoana".
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ABAJO: Los rituales de la serpiente y el Labrys se repiten en la cultura cretochipriota desde el siglo XIX al IV a.C.. En la foto observanmos un guerrero intentando decapitar a una gran culebra con su hacha doble (cerámica de Chipre fechada hacia 670, que pertenece al Museo de Nicosia, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Estos cultos sin duda pertenecen al panteón de Artemisa (Britomartis en Creta) y en el caso de la imagen bajo estas lineas supondría una representación de un "señor de las bestias" como una forma de Heracles acabando con Hidras, o un Apolo matando a Pitón. Dioses y héroes que en principio tienen su origen en estos rituales de doma y dominio de fieras, con los que los soldados -o los iniciados en religión- durante la Edad del Bronce mostraban al pueblo su valor, sus poderes y dones.
 


Más continuando con la diosa de Creta y los ritos que hemos descrito, junto a la explicación que hemos dado sobre aquellas ceremonias, por las que una mujer se ofrecía a cambio del hijo (o del inocente). Todo ello obliga a pensar que las sacerdotisas y adoradoras de Britomartis podían ser las "dueñas espirituales" del Imperio de Minos, dado que su religión se realizaba por unas oficiantes a las que vemos cargadas de serpientes o luchando sobre los cuernos del toro (puesto que el vencedor del Minotauro era quien dominaba el Laberinto o palacio real). Por todo lo referido pudo decirse y considerarse que el primer dios griego (Zeus) fue salvado de las garras de su padre (Cronos), que deseaba devorarlo y llevado hasta la isla minoica. Donde lo ocultaron en la cueva los curetes, evitando así que su progenitor le diera muerte. Cultos de adoración que nos indican los anteriormente mencionados rituales de defensa del recién nacido; niños que en otros lugares serían comunmente expuestos o inmolados, pero en Creta pudieron ser salvados como Zeus (gracias a las oficiantes de Britomartis). Protegiéndoles en ceremonias donde las mujeres lo "hurtaban" y mantenían escondido del padre, para evitar su "exposición"; haciendo al niño rescatado partícipe del templo y de su culto. De tal modo, aquella Britomartis parece la protectora de esos infantes "expósitos", entre los que destaca el propio Zeus como primero, más ilustre y hasta padre de la ninfa que salta a los nueve meses de ser perseguida por el monarca de la isla (para conservar su castidad o para no matar).
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Cuantos conceptos vamos viendo relacionan los cultos del pene y de la virginidad, con los de la muerte y las armas; habiendo de figurarse que la mencionada castidad supone el hecho de no herir de sangre o producir la muerte del inocente con una daga, que simboliza el falo (y no tanto un concepto sexual). Por lo analizado, igualmente se entiende que los ritos de Atemisa, esta diosa cazadora y de los animales, fueran relativos a terribles ceremonias donde los oficiantes se jugaran la vida u ofrecieran la suya a cambio de la de otros (como sucedía en la Artemis Ortia de Esparta, donde se sorteaba la muerte). Cultos directamente descendientes de los cretenses, en los que se recordaría a un oficiante que salvaba o al que daba su vida por los demás (tal como se hizo en la antes mencionade Artemis Ortia espartana, donde el sacrificio humano, al parecer  era elegido voluntariamente). Todo lo que pudo mantanerse en la Hélade de un modo tan cercano a Creta, que en griego "artemon" () significa "vela", o "trinquete" de barco y "artemes" () "sano y salvo". Mientras "artesis" es "atavío" y "equipo"; palabra que se usaba especialmente para los enseres de pesca, a la vez que "artane" ya vimos que era "cuerda", "lazo" y "nudo corredizo". Cuerdas velas y atavios cuyo nombre es casi igual a Artemis y que recuerdan a los objetos que recogieron y rescatan a Britomartis, cuando salta desde la montaña "Diktea" quedando "sana y salva" (tal como significa "artemes") . Monte que a su vez se traduce por "la red" () y palabra que daba el sobrenombre a la ninfa Diktea Britomartis, de la que se decía fue la inventora de estos medios de pescar y cazar a través de redes; tanto como de las cuerdas y velas de las naves. Diosa con carácter apotropaico y cuyas representaciones protectoras debieron originar en mucho la figura y los poderes que posteriormente se atribuyeron a la Gorgona.
   
AL LADO:
Arte de Laconia (Magna Grecia), asa de una maravillosa crátera de bronce con Gorgona, fechada en el 535 a.C. (pieza del Museo de Châtillon-su-Seine, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Observemos como aquí Medusa tiene dos piernas que simulan cabezas de serpientes. Sobre el significado de todo ello y la exlicación que algunos autores dan, trataremos en futuras entradas.
ABAJO: La denominanada "Copa Laconia", en la que se halla  Aquiles acechante junto a la fuente de Troylo (vaso perteneciante al Museo del LOUVRE, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos al héroe aqueo enfrentándose a dos sierpes, mientras sostiene un escudo en el que vemos la cara de la Gorgona representada. Como dijimos, era normal llevar en el clípeo (egida hoplita) el rostro de Medusa pintado sobre aquel. Una cara y figura que confirman nuestra teoría por la cual hemos de interpretar que el mito de Gorgona nace de los metales que procedían de Occidente (de Iberia, concretamente). Un cobre y estaño con el que se fabricaba el bronce del que se recubrían los escudos y  petos. Todo lo que confería un poder apotropaico (contra la mala suerte) al soldado así armado o cubierto con aquel "don de la Medusa" que era este metal traido desde el extremo Oeste mediterráneo. Lo que narra sublimado, el mito de Perseo y en que parte de los ritos y diosas apotropaicas, como la que hemos visto en la presente entrada: Britomartis, la deidad protectora del reino de Minos.

 


CITAS:
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(1):
"La Gorgona y su triple poder mágico (Aproximación a la magia, la brujeríay la superstición. II)" de ANA MARÍA VÁZQUEZ HOYS y JAVIER DEL HOYO CALLEJA; Editada por Espacio, Tiempo y Forma, H. Antigua, t. 3, 1990, págs. 117-182.
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(2):
ACTAS DEL III CONGRESO DE ANTIGUO ORIENTE PRÓXIMO; HUELVA 2003, "La Gorgona Medusa, un posible mito tartésico"; también de Ana María Vázquez Hoys.
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(3): Antón Alvar Nuño tesis recientemente publicada por la Universidad Complutense: EL MAL DE OJO EN EL OCCIDENTE ROMANO: MATERIALES DE ITALIA, NORTE DE ÁFRICA, PENÍNSULA IBÉRICA Y GALIA. Madrid, 2010 ):



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(4):
Obra citada en (1), Vázquez y J. Calleja. DICEN TEXTUALMENTE EN PAG. 22: "Según Vernant, se han descubierto antecedentes en el Próximo Oriente de las representaciones plásticas de la Gorgona y también en el mundo sumero-acadio, postulándose similitudes con la figura del dios Bes (fig. 27) y, sobre todo, del demonio asirio Humbaba, tal como lo representa el arte asirio, mientras que Karageorgis se inclina por la afinidad entre la «Señora de las Fieras», la Pótnia Therón y la Gorgona (fig. 26). Por algunos de sus rasgos, la Gorgona aparece para Karageorgis como la cara oscura, el reverso siniestro de la Gran Diosa, cuya herencia ha sido asumida por Artemisa"
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(5): Por su parte, Antón Alvar Nuño dice sobre el mismo tema - en obra citada en (3), página 186: ORIGENES de MEDUSA: "Hay un consenso generalizado acerca del origen mesopotamico de la iconografia de Medusa. Segun W. Burkert, la imagen que se construye de Gorgona en la Grecia arcaica es un préstamo de la Lamashtu mesopotámica, parte de cuyas características –como el temor que hacia ella tenían las mujeres embarazadas, las parturientas y las madres– se encuentran tambien en Lamia. La iconografia mesopotamica de Lamashtu tiene en común con la de Medusa arcaica los pechos colgantes, la posición del cuerpo (con una pierna doblada) y algunos atavíos, como dos serpientes que sujeta con las manos, y otras bestias acompanando la composicion, como leones o un caballo (normalmente Pegaso en el caso de Medusa) (...) Sin embargo, advierte el historiador alemán, lo mas probable es que el mundo griego adaptara todas estas imagenes a sus propias tradiciones".




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(6): Homero, Iliada, XXI Ver. 470
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(7): Algunos consideran que el nombre Artemisa se relaciona con la palabra griega "Arctos" cuyo significado es el de "osa", creyendo que su etimología parte de la Osa Mayor y Menor (constelaciones Arctos) que el Guerrero Orion persigue y da caza. Por lo demás, parece más cierto que su verdadero sentido tengan más bien unión con las palabras que arriba mencionamos y se orienten hacia una deidad de la agricultura y la caza (las cuerdas y el arado, que en griego se dice "arotos"). Al parecer en algunas tablillas minoicas del Lineal B, anteriores al siglo XV a.C., se mencionaría ya la palabra "Artemisa".