viernes, 17 de junio de 2011

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte V: Análisis de las formas y del trabajo en la orfebrería -comienzo en la interpretación de sus símbolos ornamentales-)


La entrada de hoy es especialmente gráfica, por cuanto para ir estudiando donde nos llevan las formas y el trabajo de joyería de El Carambolo, exige en primer lugar exponer una relación amplia de imágenes que lo expliquen. Pese a ello, previamente hemos de aclarar que el ajuar  que venimos estudiando (compuesto por veintiún piezas de oro tartéssico), tiene un carácter muy peculiar y diferente a otros objetos de orfebrería existentes. Tanto es así, que cuando utilizamos la palabra "orfebrería" (que se aplica comunmente a toda la joyería arqueológica y en especial a la fenicia), se entiende por ello Alhajas con una labor muy distinta a la de El Carambolo:  Joyas, en oro fino, con filigranas y granulados laboriosos y "ligeras". Muy por el contrario, lo hallado en Sevilla son piezas pesadas y compactas, de las que alguna llega a pesar más de medio kilo (en pureza de 24 kilates) y que  hemos podido valorar en mas de doce millones de euros de su época  -tomando para ello como referencia el coste de la vida entonces,  su manufacturación y el precio del metal en el siglo VII a.C.-.

Lo que vamos narrando, nos aparta bastante de la orfebrería puramente fenicia que pareció más bien realizarse para una clase media-alta y que basó su negocio y expansión fundamentalmente en los buenos artesanos y en la tremenda laboriosidad de su trabajo del oro (siendo esta más parecida al damasquinado, que a estas pesadas y compactas piezas de Sevilla). Como hemos dicho, el "toque" del taller joyero en Fenicia -desde los siglos XIV al VI a.C.-, es mucho más orientalizante y egipciante que el estilo de  El Carambolo. No solo en las figuras que los fenicios hacían en filigranas -que a veces recuerdan dioses babilonios o del Nilo-; sinó también en sus formas y finísimos granulados. Definición y carácter que incluye igualmente a la joyería de Cartago, que desde el siglo VI a.C. impregna y se expande por el sur peninsular ibérico. Por lo que si observamos estas piezas fenicio-cartaginesas (de cuidadas manos), junto a los "mazacotes" de El Carambolo; observaremos que el carácter y su manera de haberlos troquelado en ambos casos, es diametralmente diferente.

En el análisis de sus formas y de su carácter, podemos obtener los rasgos culturales del artesano y de quien diseña o encarga el tesoro. Para lo que cuenta muchísimo el tipo de taller y el estilo que  guardan, tanto como los símbolos y dibujos que le adornan. Pudiendo observarse en las joyas sevillanas la intención absoluta de querer impresionar o asustar al que las vea, por la abundancia de oro puro y el peso y "aparatosidad" de sus piezas. Siquiera el collar pudiera tenerse por un trabajo más o menos laborioso y de gran mérito, del tipo fenicio; mientras los brazaletes y los eslabones de las coronas, son casi un puro fundido (atendiendo más a crear un objeto impactante por su ostentosidad, que a realizar una labor de filigrana con el oro). De ello, que su tipología cuadre mucho con algunas joyas indoeuropeas, siendo sus grande pulseras de brazo,  un "tipo  de torques" casi de similitud celta. Un par de piezas de un peso superior a medio kilo de oro cada una, que se han de poner en los brazos y que nos indican casi un estado tribal del rey que la lucía (quien quizás hubiera de ponérselas siempre a torso descubierto  -o al menos con los brazos sin vestir-). Sea como fuere, el estilo es muy celtíbérico y se relaciona con todos los tipos de brazaletes y torques áureos, que desde el III milenio a.C. proliferaban en el litoral atlántico.

Pese a cuanto decimos, está claro que el trabajo de taller del Tesoro de El Carambolo es Mediterraneo y de gran influencia fenicia; aunque su carácter es el que apuntamos: Unas joyas de gran tamaño, de estilo ibero-atlántico y en forma muy indoeuropea. En el que sus pectorales de lingotes, son sin duda para demostrar seguramente que aquellos que los lucían, eran los grandes reyes de los metales preciosos. No pudiendo decirse que en las piezas de la corona ni en los mencionados brazaletes, haya más mérito de taller, que en muchas otras joyas ibéricas del III milenio a.C. (realizadas con "batido en frio" y casi sin utilización de medios técnicos para lograrlas; trabajando con una simple hoguera y azufres). Por cuanto decimos, consideramos que El Carambolo tiene un carácter muy indoeuropeo y occidental, aunque el análisis de sus formas y de su simbología nos lleva rápidamente hasta Creta, Chipre o Micenas (como hemos visto). Pero para la mejor comprensión de cuanto vamos explicando, iremos mostrándolo en imágenes:

JUNTO A ESTAS LINEAS: Los pectorales de El Carambolo. Uno grande que consideramos de hombre y adornado con rosetas y bolas (florres y círculos que definimos como símbolos solares). Junto al pectoral pequeño que tiene un asa y creemos que es de mujer (de la reina). Ello por contener semiesferas ahuecadas y vacias, que pueden recordarnos a la Luna -siempre representación sacra de la mujer; por ser "espejo" del Sol y tener ciclos de 28 dias-. Observemos que el centro de estos dos pectorales, se contiene la forma perfecta del hacha doble, típicamente cretenses (el Labrys que daba nombre al Palacio del rey Minos).

JUNTO A ESTA S LINEAS: Pectoral pequeño del tesoro de El Carambolo. Obsérvese su forma similar al hacha doble cretense. Por su decoración y tamaño creemos que se trataría de la pieza que luciría una mujer (la reina).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Detalle de uno de los brazaletes del tesoro. Observemos su decoración en forma de bolas semiesféricas y de "rosetas encapsuladas" (para nosotros: Flores y esferas solares). El carácter de este gran torques de brazo con más de medio kilo en oro, es muy alejado del refinamiento fenicio, que con cien gramos de metal precioso es capaz de hacer joyas plenas de filigranas, con dibujos, figuras y granulados muy complejos. Por el contrario, su peso, su estilo y su "moda" nos recuerda a la de los pueblos indoeuropeos; quienes gustaban aún en el siglo VII a.C.,  lucir joyas a modo tribal (especialmente los Celtas y Caucásicos). Consecuentemente, parecen estas piezas de El Carambolo más cercanas a las joyas de Anatolia, Creta o Chipre (e incluso Etruria), que a las de la refinada Fenicia. Civilización que al ser comerciante y viajera, no gustaba lucir grandes riquezas y era mucho más compleja en sus modas (que nunca se asemejarían en su ostentación a la de los celtas, o a la de los anatolios).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Grupo de Collares minóicos, anteriores al siglo XVI a.C. y propiedad del Museo Herácleion (al que agradecemos nos permita utilizar estas imágenes). Veamos como en esta orfebrería existe la roseta (tipo crisantemo, o rosa de ocho pétalos), que en este caso al haber sido de bronce se ha oxidado, quedando con un aspecto muy diferente que el resto de los avalorios del mismo collar. Igualmente entre otras cuentas, podemos observar piezas que claramente nos recuerdan hachas. Ello, porque en época minoica (hasta la Creta del siglo XVI a.C.),  y el la micénica (en Chipre, Creta, Anatolia y Grecia, hasta el siglo XI a.C.), se comerciaba con piezas de metal precioso en forma de pequeñas bipennas. Estas hachitas, procedentes de la bipenna sagrada (llamada Labrys que daba nombre al palacio de Cnossos), eran pequeños lingotes que antecedieron directamente al dinero. Obsérvese en todo cuanto venimos explicando, la unión de símbolos solares (las esferas, la roseta encapsulada etc), junto al lingote; algo común en Creta, Chipre, Micenas y en las joyas del Carambolo (aunque en estas últimas, haya una diferencia de al menos quinientos años, con las anteriores).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Piezas de Orfebrería del Museo Herácleion, al que agradecemos nos permita la divulgación de estas imágenes. Se trata primero de un Pato en oro decorado igualmente en granulado, fechado en el siglo XVI a.C. y procedente del Palacio de Cnossos. Bajo este, un león también áureo y de igual siglo, que fué hallado en Haghia Triada. Abajo del todo unas hachas votivas en oro, procedentes del santuario de Arcachori y fechadas en el siglo XVII a.C.. Observemos que los lingotes de oro, tienen claramente la forma de estas bipennas sagradas, que simbolizaban sin duda alguna la riqueza, el dinero y la pecunia (por lo que se identificaban en su forma igualmente, con pieles de toro  -de "pecus", animal de ganadería-). El tipo de trabajo que tienen algunas piezas del Carambolo, nos recuerda más a la joyería cretense, como este pato mazizo en oro y con decoración en granulado; al igual que los pectorales son exactos al hacha doble de Creta (tanto como al lingote Keftiu).

JUNTO A ESTAS LINEAS: De nuevo publicamos la imagen de ayer en la que vemos sobre la frente de un toro y entre las astas, un símbolo solar. Este grupo de esferas, se ha identificado por muchos como una "anagrama" del sol y sus giros, pero por otros se considera la representación de Las Pléyades. Ambos casos son posibles, aunque hay que recordar que el grupo de las Pléyades está en la Constelación del Taurus (el toro) y marca el Occidente. Siendo su astro guia la estrella Atlante: El padre de las Pléyades y de las Hiades. Grupo estelar que se consideraba el símbolo del Atlántico y por lo tanto de Iberia. De lo que las Pléyades se identificaban con las Hespérides, cuyo nombre significa "las de El Atardecer, Las occidentales" (del griego < = atardecer, occidente). Siendo a nuestro parecer esta voz de Hespéride (Occidente) la que dió lugar a Hispania e Iberia (que derivarían de palabras indoeuopeas cercanas a Hespenides o Iberide , muy próximas  a esa: ) . Por cuanto este grupo que aparece en la "frente del Taurus" bien puede identificarse con aquellas estrellas llamadas Pléyades o "Hesperides" (las que se decía habitaban en Tartessos), tanto como con el Planeta Hespero (Venus, Ishtar; que también se representaba por la estrella de ocho puntas en forma de flor).

JUNTO A ESTAS LINEAS Y SOBRE ELLAS: Dos de los símbolos pictográficos del Lineal A, cretense; uno con LA Rosa y otro con LAs Pléyades. Imagen original, procedente del Disco de Faistos, fechado hacia el 1800 a.C.. Se trata en primer lugar del símbolo que claramente es el del Sol y que se sitúa precisamente en el centro de la inscripción circular. La otra es una circunferencia con varias esferas que le rodean, que ya dijimos evoca estas estrellas del Occidente. Ambos símbolos, tan importantes en Creta como para incorporarlos a los pictograms de la primera escritura minoica, son muy similares a las decoraciones que tiene el Tesoro del Carambolo.

JUNTO A ESTAS LINEAS: El disco de Faistos, en su cara A (propiedad del Museo Herakleion al que agradecemos nos permita el uso de las imágenes). Observemos al aumentar su imagen, entre sus símbolos: Esa "roseta solar" y las Pléyades, antes indicadas. Pero además, otro de los pictogramas comunes en el Lineal A, es el lingote-piel de toro. Âlgo que puede verse claramente repetido si aumentamos totalmente  la imagen y vemos que está pleno de ese dibujo que es una piel de buey y que simula el lingote cupreo (Keftiu). Símbolo que sigloa más tarde (en el Lineal B, tras el XIV a.C.), se convierte claramente ya en una forma cercana al diseño del Talento, igual al que tienen los pectorales de El Carambolo. Por su parte, el centro del disco está culminado por una casilla que solo contiene este símbolo de la rosa solar. Debido a ello, consideramos que este pictograma final significaría claramente "sol". Además, el hecho de que el Disco de Faistos por un lado tenga 30 casillas (palabras) y por el otro 31; nos hizo afirmar que podía tratarse de un calendario. Algo que se demuestra quizás porque está "coronado" en su final, con un símbolo central en forma de rosa de ocho pétalos (el Sol, quizás). Su uso calendárico sería sencillo (como ya explicábamos): Contando los dias cada vez por un lado (un mes de 31 y uno de 30, normal en los calendarios lunisolares, en meses alternativos). Por todo ello, el significado de las palabras que contiene cada casilla o palabra, se relacionaría con el nombre de las jornadas. Así, contabilizando los dias una vez por cada cara del Disco, se conformarían mensualidades de 31+30 dias; que al completarse seis veces por cada lado, daría un año de 366 jornadas. Pero si se desea no incluir el símbolo central (esta roseta del Sol) se obtendrían anualidades comunes de 365 dias; a la vez que si se incluye esta "flor del Sol" del centro, saldría el año bisiesto, de 366 = (31 x 6 + 30 x 6).  Por cuanto decimos, creemos que este Disco es un calendario con los nombres de cada jornada y en su centro con un Sol, que sirve para el control de años bisiestos. Ello se reforzaría porque en las fechas cercanas al Disco de Faistos (siglo XVIII a.C.)los mesopotamios ya tenían calendarios lunisolares de una precisión absoluta, haciendo coincidir el astro rey con nuestro satélite en ciclos y anualidades del periodo Saros (diecinueve años). Por su parte, esa "rosa Solar" que tanto mencionamos, es el símbolo del Sol, entre los babilinios y los indoeuropeos de Anatolia. 


JUNTO A ESTAS LINEAS (de nuestra mano): Algunas formas que se contienen en la ornamentación del tesoro del Carambolo y su comparación con el Pictográfico Cretense en el tipo Lineal B (micenio). Esta es una escritura que pervive hasta los años de la fundación y expansión de Tartessos, tanto que alguno de sus símbolos se encuentran en la escritura ibérica. Por lo demás, entre los adornos que tiene el tesoro sevillano y este picto-silabario cretense hay algunas coincidencias; llamando mucho la atención de nuevo la "roseta solar" y el lingote (que existe como ideograma propio en el lineal B y con ese valor -palabra "Talento, Lingote"-). Para ver mejor, aumentar imagen pulsando sobre ella.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Pictosilabario cretense Lineal B. Para ver sus símbolos pulsar y aumentar imagen. Observemos la curiosidad ya dicha de que la palabra Lingote existe con un ideograma de igual valor y antes era una piel de buey. Por su parte, la roseta que en el Lineal A era una flor solar, en este se ha convertido en una circunferecia partida por una cruz.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Alfabetos, silabarios y pictogramas: Minoico, egipcio-egeo, Tartessio e Ibérico (interpretación de Gómez-Moreno).  Obsevemos la evolución cercana desde los alfasilabarios cretenses y egeos hasta el Tartessio e ibñerico. Ello nos enseña de donde proceden muchos de los rasgos culturales de la Península Ibérica (ya que sus colonizadores más antiguos en nuestra opinión, fueron los creto-micénicos).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Relación entre los símbolos de ornamentación del tesoro de El Carambolo y los alfasilabarios (o pictogramas): Minoico, egipcio-egeo, Tartessio e Ibérico. Observemos que la palabra o símbolo "lingote" se cambia por un pictograma que es un hacha doble; tanto como la roseta por una circunferencia con cruz dentro (símbolo claramente solar) y el "delta" significa "D". Por su parte la circunferencia con círculos dentro (que se identificaba con Pléyades) es el valor "Gu" o "ku".

Por cuanto hemos ido explicando y mostrando, consideramos que puede afirmarse que el tesoro de El Carambolo es de clara y gran influencia creto-chipriota (o micénica). Ello supondría reafirmar, que efectivamente se trata de unas joyas tartéssicas (aunque fueran fundidas en un taller oriental; porque siempre habrían sido encargadas conforme a diseños, gustos y modelos de Tartessos). Pero en todo ello, nunca hay que olvidar que entre los siglos VIII y el VI a.C.; Creta y Chipre estaban bajo la influencia cultural y comercial de Fenicia. Por lo que un objeto de similitud a los atlánticos y de gran carácter indoeuropeo, con tipología y simbología cretochipriota y muy influido por lo fenicio, es siempre: Un objeto Tartessio.

Para entender mejor por qué no puede decirse que el Tesoro del Caramobolo es "simplemente fenicio" (como hoy se afirma y admite) pondremos el siguiente ejemplo similar: Un capitel andalusí es una pieza altomedieval, de rasgos árabes, con influencias judeo-cristianas y visigodas, muy cercana a modelos sirios, pero más sencilla y parecida a las prerrománicas hispanas. Por cuanto podemos decir que claramente es de Alándalus: de lo contrario, si la clasificamos simplemente como "arte islámico", dejaríamos muy imprecisa su verdadera definición y filiación; sin concretar el carácter de objeto "colonial" nacido por la influencia de la culturas llegadas, unidas y mezcladas con las originarias de Alándalus. -Del mismo modo que Fenicia estaba en Oriente Medio, Cartago en la zona de Túnez y Tartessos (para el que se hizo el tesoro de El Carambolo) en el Bajo Guadalquivir- 



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Desde el pasado terremoto de Japón, guardaremos en cada entrada de nuestro blog, un recuerdo a los damnificados de este trágico suceso, tanto como para los afectados por el reciente seismo de Lorca. Solicitando ayuda para ellos, informamos de que hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF. Del mismo modo, les recordamos que una de las mejores maneras de ayudar a los afectados por catástrofes naturales, es consumir sus productos (recomendando la maquinaria y tecnología de Japón, que es inmejorable).  Muchas gracias a quienes así lo hagan.-









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