CONTINUACIÓN DEL ARTÍCULO ANTERIOR:
Decíamos en nuestra anterior entrada que el profesor Blázquez, había tomado una valiente postura entorno a la datación y análisis del famoso sepulcro de Pozo Moro. Ello, quizás, porque incluso antes de su descubrimiento ya Jose María Blázquez apuntaba y teorizaba hacia el posible origen neohitita de toda la escultuta zoomorfa ibérica (1). No era el primero en decirlo (evidentemente), pero quizás sí el primero que tuvo la certeza para poder afirmarlo. Pese a que la plena conexión Mediterranea entre su Este (hoy Turquía) y el Oeste (España) ya fué mencionada por el ilustre maestro Juan José Mélida a fines del siglo XIX (hace más de ciento treinta años). Quien clasificaba el arte ibérico por tipos debido su influencia; distinguiendo entre: Griega, Fenicia y Chipriota-Anatólica. Eran estos años -los de Juan José Mélida- en los que siquiera se sabía que existió una cultura llamada Hitita (ni menos la neohitita), que fue descubierta entre los decenios de 1928 a1948. Pese a lo que ni aún sabiéndose prácticamente nada sobre el reino de Midas, ni siquiera del imperio de Minos (o incluso Micenas), ya la intuición de los arqueólogos apuntaba claramente hacia el luigar de procedencia de los objetos y reliquias ibéricas (Anatolia, Siria y el Egeo). Algo que igualmente de manera intuitiva también conocía otro ilustre maestro: Antonio García y Bellido. Quien en 1931 ya formuló la teoría de que Oriente Medio, Mesopotamia y Anatolia eran el origen de gran parte de nuestro arte más antiguo (en especial de los toros y los leones ibéricos)(2). -Ello, pese a ser aún años en que estaban descubriendo el mundo Hitita y las civilizaciones "puente" entre Mesopotamia y el Mediterraneo-.
De tal manera, en la época en la que Schulten publica por primera vez su "Tartessos" (año 1921) muy poco era valor que daban entonces a pueblos pertenecientes a la zona hitita o neohitita (civilizaciones "inexistentes" entonces). Tanto que el propio genio alemán, solo cita una vez a Midas en su libro y -además- de manera muy despectiva. Negando el hecho que parece constatarse históricamente por el cual se atribuía a este rey haber sido el primero en traer estaño (desde Tartessos) . El empeño de Schulten por negar la relación entre el Bajo Guadalquivir y Midas parece que procede de que por aquel entonces tan solo se contemplaba la historia desde el prisma heleno; atribuyéndose unicamente a los griegos la colonización de Occidente (con la salvedad de la Gadir y algunas ciudades fenicias del litoral andaluz que evidentemente eran de origen púnico). Por ello, cuando Schulten encuentra una cita en la que se menciona a Midacrito como el primer hombre que comerció con el estaño (plomo blanco), en lugar de considerar que se trata de Midas-rey-frigio; tal como lo interpretaron la mayoría de los historiadores hasta su época. Niega "la mayor", afirmando que seguramente en el texto clásico hay una errata y se trata de un griego que se llamaría Midécrito. Por lo demás, Schulten también concluye sobre ello que este Midécrito fué el primero que comerció el estaño tartessio y que de seguro era un griego, ya que el nombre Midócrito existe en el area helena. -Nosotros; pidiendo disculpas por corregir a tan sabio e ilustre genio, querríamos añadir que ni hemos encontrado el nombre de Midócrito entre los comunes griegos, tanto como nos extraña que un desconocido sea citado de este modo (pareciendo más adecuado mencionar a Midas, rey comerciante de metales)-.
Pese a ello y al empeño del alemán por desvincular a los frigios con Tartessos, no es solo Plinio quien habla del plomo que importaba el rey Midas. Así, Higinio escribía en sus Fábulas sobre el mismo tema la siguiente frase: "Midas rex, Cibeles Filius, Phyrx plumbum album et nigrus primus invenit" (6). Lo que significa -más o menos, porque el latín no es nuestro "fuerte"-: "Midas, rey hijo de Cibeles, de Frigia, quien alcanzó (encontró, logró) primero el plomo negro y el estaño" (7). En la palabra "invenit" subyace el hecho de la dificultad de "alcanzar" "lograr" el estaño, lo que creemos sugiere el comercio que abre Midas con tierras muy lejanas; entendiéndose la "obtención" o el "logro" de este metal, como algo dificil. Algo que unido a la frase anteriormente citada de Plinio el Viejo, ya deja una clara evidencia de que tal como la gran mayoría de los arqueólogos hasta Schuten afirmaban; Este rey comerciaba los metales de cassiterita occidentales: Un estaño que en el Mediterraneo escaseaba, por lo que hubieron de ir a buscarlos a tierras del Atlántico -en zonas cercanas a Galicia y a las islas Británicas-, donde había en gran abundancia.
Por cuanto exponemos muy posiblemente, si Schulten hubiera conocido la civilización Hitita y neohitita ("inexistente" en los dias en los que escribió su libro), las concluisones que hubiera escrito hubieran sido muy diferentes. Del mismo modo, nuevos hechos encontrados por la Historia y la arqueología moderna, nos relatan que entre los años 690 y el 610 a. C., el reino de Midas fué totalmente destruido y arrasado por los cimmerios. Gentes feroces llegadas del Cáucaso (o de zonas tracias) quienes quemaron las ciudades frigia. Cimerianos que sometieron a Anatolia a ochenta años de terror con encarnizadas luchas, obligándoles a huir para no ser vendidos como esclavos. Algo que puede sugerirnos que el Periodo Orientalizante de Tartessos quizás naciera con la llegada de estos primeros huidos desde Anatolia, a los que luego se debieron de unir quienes también tuvieron que marchar desde Oriente Medio a tierras lejanas, tras la expansión de Babilonia y el aplastamiento de toda la franja de Caanán hasta el Bósforo.
De tal manera, creemos que si el gran maestro alemán hubiese conocido estos hechos históricos, se hubiera planteado que posiblemente las primeras migraciones de grandes metalurgios llegados a nuestras tierras, vinieron de esas zonas de Anatolia y en esos años. Huyendo primero, del terrible vandalismo cimmerio y después de la caida de Asiria y la posterior invasión por los Persas -de Anatolia y todo Oriente Medio-. De igual modo, si Schulten hubiera sabido que los frigios y quienes habitaban la actual Turquía durante esos siglos del XII al VII a.C., no eran helenos, sinó neohititas; es decir protoindoeropeos posiblemente venidos desde los Balcanes. Culturas que habían heredado desde los años de Troya (cercanos al 1200 a.C.) un imperio fundado por gentes llegadas del los Valles Indoarianos hasta las cercanías del Mediterraneo, casi mil años antes. Conociendo también que aquellas gentes que conquistaron las proximidades de Troya y su Península (principalmente, los frigios), no eran aqueos-helenos, ni menos tenían costumbres tan indoeuropeas. Por lo que siendo su lengua del indo, la habían heredado de los anteriores dueños de Anatolia, al igual que gran parte de su civilización, que en mucho se asemejaba a la de los asirios. Si en los años de Schulten se hubiera podido saber todo esto, aquel genio alemán, seguramente hubiese cambiado las palabras "Tirsenos, Turta o prehelenos", por: Frigios y súbditos de Midas (para indicar las migraciones de los primeros metalurgios a nuestras tierras). Pues con los datos antes apuntados sobre los Estados Neohititas, Schulten hubiera podido resolver el misterio de unir la fuentes clásicas griegas, con el hecho de que gran parte del arte y objetos que aparecen en la Península Ibérica (pertenecientes a siglos anteriores a Cartago), son de procedencia o apariencia semi-asática -con una semejanza mayor a las culturas de Oriente Medio, que a las propiamente mediterraneas-. Algo que es quizás el gran problema -o el misterio- de arqueología ibérica, en la que múltiples veces vamos "chocando" con hipótesis que intentan afirmar como esta fusión de estilos "semitico-fenicios" y "heleno-anatólicos", se fraguó en nuestras tierras, hasta dar como fruto el arte ibérico. Algo que consideramos que no es así y que muy por el contrario, aquellos objetos que encontramos, ya fueron importados o creados en Iberia con un estilo definido durante siglos: El de Oriente Medio y Anatolia de fines del II milenio a.C. Por ello, consecuentemente existen otros muy semejantes o casi iguales en Asia Menor y Oriente Medio, pero que les preceden a veces en siglos (o incluso en miles de años, como sucede con la Bicha de Balazote, cuyos paralelos están en la Mesopotamia del III milenio a.C.).
Por cuanto venimos explicando, en "lo ibérico" vemos claramente los rasgos de artes de sumerias, asirias o Fenicias, unidas a las Hititas y de Grecia (o de otras zonas cercanas a la actual Turquía). Algo que no se genera al coincidir en nuestros territorios los fenicios con los griegos o los anatolios; ni los egeos con los cartagineses -y otros pueblos que llegan desde el final del Bronce hasta Roma-. Sinó que en Anatolia o en Fenicia, ya existían estas mismas formas y estilos de arte nacidos de la mezcla de culturas que allí se producen de modo continuado durante milenios. Fusión de civilizaciones que dió como fruto las cerámicas, esculturas, joyas o arquitecturas ibéricas, de las que muchas veces no se sabe bien si son mesopotámicas, púnicas, indoeuropeas o helenas. Pues sus estilos y hasta los dioses representados coinciden solo con la "mezcolanza" cultural que solo existía fundamentalmente en las zonas fronterizas entre Anatolia, Mesopotamia y Siria.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Cuatro escenas que recoge André Parrot en su libro ASUR (Madrir 1974, pag.90), en las que podemos ver bajorrelieves asirios del siglo IX-VIII a-C.; montados a modo de friso orostatos. En la primera, un arquero (en el Museo del Louvre); la segunda un león (que está en el Museo de Alepo); la tercera un genio alado (en el Louvre) y en la última una escena de muerte o sacrificio humano se encuentra en el museo Walters Art Gallery de Baltimore. (entidades a las que agradecemos nos permitan divulgar las imágenes para darlas a conocer). Observemos el parecido de estos bajorrelieves asirios de comienzos del I milenio a.C., con los que tiene la tumba de Pozo Moro.Finalmente, continuando con la presencia de arte neohitita en el mundo ibérico, además del mencionado profesor Blázquez, otros "grandes" de la arqueología también afirmaron que origen de la estatuaria ibera zoomorfa estaba en esas culturas anatólicas. Entre los primeros que lo hicieron se encuentran dos grandes maestros de la Historía y dos grandes personas: Juan Maluquer de Motes (8) y Martín Almagro Basch. Este último, es el padre del famoso catedrático (Martín Almagro Gorbea), que excavó la tumba de Pozo Moro y la "reconstruyó" tal como hoy la vemos en el Museo Arqueológico Nacional. Las conclusiones que Almagro Gorbea y la gran mayoría de sus seguidores determinan sobre la époc del monumento, fueron obtenidas (o deducidas) en virtud de los ajuares que hallaron en la necrópolis y en los alrededores, e interior de la tumba. Pese a ello, algunos autores de gran importancia, consideran que nada tienen que ver en fechas aquellos restos con la tumba. De al manera, Blázquez afirma que la necrópolis más cercana al sepulcro y ni siquiera los restos hallados en el interior de este, son coetáneos a él. (9). Pese a que en virtud de los ajuares y restos encontrados determinaron que la datación más antigua que podía darse a la parte turriforme era el 500 a.C.. Por todo elo, se dedujo también que su construcción se debió a fenicios venidos de Siria a fines del siglo VI, quienes traerían las modas arquitectónicas de Oriente Medio (sobre todo de la fronteriza Anatolia).
La teoría en principio parece indiscutible por cuanto se afianza en los ajuares que rodeaban al sepulcro de albaceteño. Por lo demás, como paralelos y antecedentes más directos se mencionan los dos cenotafios turriformes de Amrit, que en entradas anteriores ya hemos publicado. Tumbas fenicias del siglo V a.C. y en forma de torre, pero que a nuestro entender muy poco se parecen (o casi nada) a la de Pozo Moro -a excepción del hecho de ser torreones y de conservar una de ellas leones en las esquinas. Nos referimos al sepulcro de Amrit la cuadrangular, debido a que la otra tumba -redonda y terminada en cúpula- verdaderamente en nada se asemeja a la de Chinchilla del Monte Aragón. Pero el hecho que quizás más nos puede hacer dudar sobre el origen paralelo de los cenotafios de Amrit y el de Albacete, está en la cronología; debido a que "choca" con la desaparición de Fenicia en "caida de Tiro y Sidón", tanto como con la desaparición de Asiria. Algo que se produce desde que el imperio babilónico comienza a cercar a Asur (en el siglo VII a.C.) y que culmina con la conquista de la capital asiria por los babilonios en el 612 a.C.. Tras ello, avanzó Nabucodonosor hacia Oriente Medio y en el 587 a.C. había ocupado la mayor parte del territorio de Israel-Judea (sometiendo a cautiverio a los hebreos), poniendo en esos años cerco a Fenicia. Tras trece años de resistencia, sucumben al cerco las capitales de los púnicos (Tiro y Sidón), que en el 573 a.C. fueron sometidas (abdicando su rey).
Tras la caida de Oriente Medio en manos babilonias, el contacto entre Fenicia y la Península Ibérica se considera que se perdió en gran parte, sabiéndose que muchos de los habitantes de Tiro y Sidón hubieron de huir a las "colonias" púnicas (principalmente a las de Chipre y Creta, tanto como a Cartago y a las ciudades ibero-fenicias). Debido a ello, después del 573 a.C., la preponderancia económica comienza a ser solo de los cartagineses, quienes poco a poco van ocupando los puestos de importancia en el comercio y "relegando" a los antiguos fenicios de Tiro y Sidón, hacia las zonas más pobres (o a un segundo plano comercial). De este modo, en el año 509 a.C., realizan un tratado con Roma para que los del Lacio tanto como ninguno de sus aliados (los griegos) puedan navegar tras las Columnas de Hércules -el Estrecho de Gibraltar-. Quedando desde entonces Cartago como único "dueño y señor" de las rutas de los metales atlánticos -desde el 509 y hasta las Guerras Púnicas-. Por ello durante el siglo V a.C., en el que fechan comunmente la Tumba de Pozo Moro, ya el dominio de los cartagineses es pleno, careciéndose de gran contacto con Oriente Medio. por lo demás, tal como los vetigios de guerras marcan, parece que se producen "grandes conflictos" con los antiguos poseedores del mercado y de los metales ibéricos (con los fenicios de Tiro y Sidón afincados en las costas ibéricas y con los tartessios). Consecuentemente, se piensa que los cartagineses destruyen Tartessos (sus urbes o infrestructuras), a la vez que Gadir, junto a otros puertos fenicioibéricos antiguos. Ciudades que seguramente seguían "fieles" a los habitantes de Tiro y Sidón, quienes se habrían refugiado en masa en las costas ibéricas, tras la caida de sus capitales en Oriente Medio (intentando generar en Iberia una "nueva Fenicia").
Por cuanto decimos, resulta un poco difícil considerar que la tumba de Pozo Moro estuviera construida por gentes venidas desde la zona de Amrit (o de Fenicia) a principios del siglo V a.C.. Ello, porque en estos años aquella franja de Canaan había sufrido la invasión de Babilonia casi cien años antes, y Fenicia "practicamente no existía", tanto que su flota trabajaba para el imperio persa. Ello implica pensar que pocos o muy pocos contactos habría en el siglo V entre Fenicia y la Península Ibérica. Puesto que el tratado Roma-Cartago impedía el simple hecho de que una nave no cartaginesa atracase o tocara tierra del litoral ibérico; permitiendo solo en el caso de naufragio pedir ayuda y repostar durante un día, tras lo que habían de volver a hacerse a la mar, so pena de ser hechos presos los tripulantes e incautado el barco. Por todo ello, entre Cartago y Fenicia en el siglo V a.C. -cuando se fecha Pozo Moro por la mayoría de los arqueólogos-, ya lo único que había eran tratos políticos acordados entre los dueños de Canaan (Babilonia) y los cartagineses -fundamentalmente con la intención de impedir que la flota griega prosperase (aliándose para luchar contra los jonios)-. Por lo que consideramos que las tumbas de Amrit muy probablemente no sean ningún antecesor de la de Albacete. Además, por la fecha en las que en Amrit fueron construidas, parece que se trata de un modelo importado hasta esta ciudad por los asirios (no por los neohititas). De tal modo, las connotaciones frigias o hititas que muchos ven en ellas, solo se deberían a la proximidad existente entre esta ciudad (Amrit) y la que fuera primera urbe comercial del propio rey Midas: Ugarit. Siendo aquella franja de Ugarit, una zona semito-indoeuropea, donde en su historia y desde la misma creación de su alfabeto (en la composición de formas desde el pictográfico hasta el cuneiforme inicial), podemos afirmar que se unían todas las civilizaciones nacidas en Mesopotamia, Anatolia, el Mediterraneo y el Sinaí. Y de tal manera, consideramos las torres de Amrit, en algo similares a la de Pozo Moro, por el hecho de que en esta parte del Norte de Fenicia, se combinaban y unían casi todas las culturas existentes en la Antigüedad.
Pero regresemos a la Tumba de Pozo Moro y a su datación, que para muchos es más que dudosa, pues consideran que el ajuar y el enterrado en su interior, no se corresponde con el inhumado primero en ella (aquel para el que se hizo la tumba). Algo que puede realmente explicarse en el hecho de que exista una necrópolis ibérica en los alrededores del monumento que contiene enterramientos cuyas èpocas van desde este siglo V a.C., hasta el V d. C.. Mil años de necrópolis que hacen dudar muy mucho que Pozo Moro pueda fechase solo por los ajuares que se han encontrado en ella. De lo que para algunos arqueólogos la verdadera datación del sepulcro central se debe hacer conforme al estilo del monumento y no a través de los restos oseos encontrados en él -partiendo del hecho de que este lugar a sido utilizado y reutilizado por infinidad de generaciones y múltiples culturas- (10). Verdaderamente en todo ello hay algo de muy cierto, pues hemos de reflexionar que en estos mil años de uso de este lugar como "cementerio" y junto a es extraña torre de Chinchilla, fueron allí enterrados: Fenicios, iberos, cartagineses, romanos y tardorromanos. Culturas y civilizaciones tan dispares que nos invitan a plantearnos si aquel no habrá sido un emplazamiento tomado como "lugar santo" desde que se construyó la torre, donde quizás se enterró un extranjero; quien pocos decenios despúes sería "expulsado de su tumba" por un rey ibero, para reutilizar el lugar como necrópolis ibérica. Así y solo así, puede encajar y entenderse la diferencia de datación y el anacronismo que existe entre las esculturas neohititas de su fachada y la época del ajuar que se halló en su interior. Ajuar que por otro lado es de cremación, tipicamente ibérico, y por lo tanto, completamente ajeno a este tipo de enterramientos. Algo que obliga a pensar que se trata de un cenotafio reutilizado por un reyezuelo ibero en el siglo V a.C., cuyo modo funerario es el común de cualquier tumba ibérica. Pero esta idea no es de nosotros, sinó que el profesor Jose María Blázquez afirmaría lo mismo hace ya muchos años, tanto como el profesor Bendala se expresaba en el 2000 en estos términos, sobre "el problema de Pozo Moro y su ajuar" : Nada que añadir a tan ilustre académico, y solo pedirle disculpas por haberle escrito un dia muy enfadado tras haber leido un artículo de él en el que afirmaba que el Tesoro del Carambolo era fenicio y de poca calidad en su trabajo. Sintiendo mucho no haberme podido contener en mi enfado, tras el que le envié al profesor Blázquez unas desagradables palabras a la Revista Arqueología, defendiendo El Caramobolo y a Tartessos y comentando varios aspectos sobre este (entre los que destacaba el hecho de que las joyas eran a mi parecer neohititas). Por lo demás, el hecho de que haya añadido las palabras del profesor Almagro Basch para rebatir una teoría de su hijo, resulta una argucia bastante inteligente, pese a lo que tristemente parece que no ha conseguido convencer "ni con esas" a D.Martín Almagro Gorbea de que la tumba sea anterior al 500 a.C. y neohitita (no fenicia) ... -qué le vamos a hacer, otra vez será; pero por intentarlo que no quede-. Finalmente, diremos que Blázquez en las sucesivas interpretaciones que ha dado sobre los ortostatos (bajorrelieves neohititas hechos en placas) representados en Pozo Moro, siempre ha hallado en ellos deidades del mundo anatólico-sumerio. De tal manera en 1983 manifestaba que: En la Península Ibérica "El mito de Gilgamés está representado en dos documentos diferentes: Primero en el cinturón del tesoro de la Aliseda (Cáceres), fabricado hacia el 600 a.C.. Segundo en los relieves de Pozo Moro" (14). Aunque el profesor Almagro Gorbea considera que probablemente la deidad que allí figura pudo ser un tipo de Baal, cercano a Moloch fenicio, o un Cronos semítico, cercano a Kumarbi (15). Muchas otras interpretaciones se han encontrado en estos bajorrelieves, pero en todas ellas siempre se habla de deidades de Asia Menor y Oriente Medio. De tal manera, uno de los que más han estudiado la iconografía de Pozo Moro considera que en esta se presenta el mito y la leyenda del dios Nergal (16). Nosotros, nos atrevemos a dar otra interpretación, que con humildad exponemos, pues no sabemos si ya ha sido dicha. Ella es la de que creemos que las escenas que contienene los grabados en ortostatos de las fachadas de la tumba, recogen el mito de la lucha entre el dios Taru y la Serpiente-Dragón Illuyanka. El mito fundamental de la religión hitita en el que Taru es vencido por el terrible dragón y tras ello el vicotorioso reptil se dirige al palacio de aquel donde le espera la reina Inhara. Aquella, recibe a Illuyanka con un gran banquete en el que invita a todos los que han ganado a Taru, quienes una vez agotados por las viandas, bebidas y ofrendas de festín caen rendidos. Tras ello, son atados por Inhara, quien deja al dragón y los suyos al Sol y a la intemperie para que mueran de calor; liberando a Taru. Finalmente, tan solo añadiremos que en todo el entramado que hemos ido creando por el cual creemos poder justificar que el tesoro de El Carambolo es neohitita (tanto como la tumba de Pozo Moro parece ser que lo es). Y que por ellos ambas piezas de la arqueología, seguramente se deben a la influencia de los frigios en nuestras tierras. Pudiendo ser las joyas tartessias un "regalo" o una "ofrenda" del rey Midas a Arganthonio; tanto como el sepulcro de Albacete, el enterramiento de un rey descendiente de Midas (del propio Midas o de un noble cercano). En todo ello, aún queda un "cabo suelto" y un hecho sin explicar: Ello es el de que existe ya en las cercanías de Ankara una tumba que dicen es la de Midas, al igual que hay hecho arqueológico que puede negarlo al saberse que los frigios se enterraban en túmulos (y no en sepulcros turriformes)... . Pero para explicar todo ello se precisa de otras entradas y artículos que iran llegando (muchas gracias por leernos). Citas: (2) Op. Cit. (1) pag 345, narra Blázquez como ayer recogíamos, que García y Bellido decía textualmente que la Bicha de Balazote era: "hija de helenos, nieta de fenicos y bisnieta de Mesopotamios". Pese a ello, esta frase está escrita en 1931, cuando aún el mundo neohitita permanecía desconocido y se pensaba que en Anatolia antes de la cultura griega apenas habían existido grandes civilizaciones. Desde 1928 en que se demuestra que el mundo de Hatti fué un gran imperio que tiene su inicio hacia el 1800 a.C., cayendo en manos de los Pueblos del Mar hacia el 1200 a.C., quienes generaron una "liga" neohitita. Nación y cultura prehelena, protoinderuopea y que daría origen a gran parte de las costumbres, artes e incluso idiomas del MAditerraneo europeo. Ello, porque Hatti (los hititas) fueron los herederos más directos del Mundo Minoico y el puente entre una Europa "naciente" y una Mesopotamia cercana al imperio Persa (Aquemenida). (3) Ver TARTESSOS de Adolf Schulten (Austral, Madrid 1972) . Capítulos referentes a la fundación y colonización de nuestra Península. "Capitulo I: Los viajes más antiguos de España" (en que menciona a los cretenses, pags. 18 y ss.). "Capiítulo II: Tartessos fundación de los Tirsenos" (Fundación de los Tisenos y pueblos del Asia como Carios, Misios, Elimos etc . Pags. 33 y ss. 41 y ss.). "Capítulo IV: Tartessos y los fenicios" (pags. de la 60 a la 80). "Capítulo V: Tartessos y los focenses" (pag. 80 y ss). "Capítulo VI: Los viajes de los focenses reflejados en la literatura griega" (Pags. 95 a la 122). En todos ellos, habla de los helenos como fuente de colonización de la Península ibérica. Algo que tiene un profundo problema ya que da Schulten como fecha de fundación o principio de Tartessos épocas cercanas al 1150 a.C.; un tiempo en que los helenos prácticamente no existían (ni como pueblo unificado, ni como cultura colonizadora). Siendo aún estos los años de la última Micenas, en la que reinaban los aqueos que habían luchado unidos en Troya; pero a la que le seguiria la Revolución Doria (llegada y dominio de los Dorios de las zonas micénicas). Tras lo que sí se generaría la Hélade (como concepto y cultura más o menos unificada). Unos hechos en los que no podemos remontarnos más allá de los siglos X al IX, a.C.. (4) Cita HISTORIA NATURAL; Plinio "el Viejo" (Gayo P. Segundo): 7, 197. (5) En su cita -1- de la página 83 (Op. cit. 3), Schulten rebate la posible teoría de que Midas hubiera podido ser el primero en importar hasta Grecia plomo (estaño) desde Tartessos. Exponiendo que es errónea la interpretación que así hacen y la afirmacíon en este sentido de: Kirchner en PROSOP. ATTICA (s.V); Bechtel en GRIECHISCHE PERSOSSENAMEN ( I, 1 ); Knaak en HERMES (1881, 587) y Salomón Reinach en L´ANTHROPOLOGIE y en CULTES MYTHES ETS RELIGIONS (III,29). Afuirmando el alemán que Midas no pudo ser el primero y que aquella frase solo contiene el nombre de un marinero, que había de llamarse Midocritus y no Midácritus. Corrigiendo hasta el taxto de Plinio, pues consideraba que Midas no pudo haber tenido contacto con Tartessos (seguramente por desconocerse entonces el significado y la importancia de los neohititas y sobre todo, del reino de Midas). (6) Higinio, Fábula 274. La cita Schulen tambien para rebatir la idea de que Midas pudiera comerciar con Tartessos, exponiendo que a su parecer nada hay que tener de cierto en estos que nos afirman que Midas comerciaba con plomo (estaño y "negro). Algo que unido a la frase de Plinio deja en evidencia que el rey de Frigia importaba estaño y plomo de las Cassitérides -islas del Atlántico-, via Tartessos (pese a la negativa que -sin argumentos- presenta Schulten). (7) Una frase muy similar también se encuentra en Casiodoro, (Var. 3, 31) tal como también Schulten destaca (op. Cit. 83, cita 1). (8) TARTESSOS Juan Maluquer de Motes. Barcelona 1975 (destino). Sobre los hititas y su influjo en las migraciones hacia Tartessos ver páginas 33 y 34. 60 y 61. (9) Obras como "LA NECROPOLIS IBERICA DE POZO MORO" de Laura Alcalá-Zamora (Real Academia de la Historia 2003), son un ejemplo de lo que explicamos en el que se determina que la torre de Pozo Moro no es anterior al siglo V a.C. y su costrucción se debe con seguridad a gentes llegadas de Fenicia que traen las corrientes que en Anatolia hubo unos doscientos años antes. Esta tesis es la más difundida y parte principalmente de profesor Almagro Gorbea, quien en obras como "SANTUARIOS URBANOS EN EL MUNDO IBÉRICO" (Real Academia de la Historia, Madrid 1999; pags. 39 y 140), expone como esos edificios turriformes construidos entre el siglo V y el III a.C., fueron traidos por los fenicios desde Siria primero (y luego de Cartago), donde existió un gran influjo del mundo neohitita. (10) Sobre las teorías que hablan de Pozo Moro como una tumba iberofenicia de los siglos V al Iv a.C., proponemos la siguientev bibliografía: MARTIN ALMAGRO GORBEA:
"Es un monumento orientalizante, más concretamente equiparable al propio de los Estados neohititas o luwioarameos que se desarrollaron en el Norte de Siria en los primeros siglos del primer milenio de nuestra era" (...) "Es problemática la fecha exacta de su realización, porque se halló asociado a un ajuar funerario de hacia el 500 a.C., pero su estilo pertenece a una tradición bastante más antigua, ajena ya a las imperantes en el Mediterraneo en general y en el Mundo propiamente ibérico por esas fechas, de modo que creo que se trata de un monumento más antiguo reutilizado o reconstruido, de lo que existen algunos indicios" (11).
Entorno a este problema de la datación y de las diferencias existentes entre quienes afirman que se trata de una tumba fenicia posterior al 500 a.C. y quienes la consideran neohitita y anterior al siglo V, hay un hecho protagonizado por el profesor Blázquez con bastante gracia (o picardía), cuando recoge en uno de sus libros sobre religiones ibéricas unas palabras sobre Pozo Moro escritas por el gran Almagro Basch (padre del profesor Almagro Gorbea, que excavó el sepulcro y le otorga fecha y época púnica). Estas son concretamente las siguientes: Afirma Martín Almagro Basch que "Nada griego hay allí como fuente de inspiración, ni la temática, ni la técnica, ni la estética. Es al Asia Menor, al arte neohitita donde debemos mirar para interpretarlo correctamente" (12). Evidentemente, tras aquello, ya apoya y fundamenta su teoría en la que con rotundidad afirma que el ajuar interior no es coetáneo a los ortostatos y que "la cronología que se puede deducir de los relieves de Pozo Moro está entorno al 700 a.C." (13). Seguidamente habla en la misma obra el profesor Blazquez de las tumbas de Ciro II y de la de Amrit, afirmando que son similares, pero muy posteriores.
(1) Ayer dábamos la referencia de un trabajo publicado por Jose María Blazquez en 1974, cuando Pozo Moro era prácticamente desconocida (estaba sin excavar) intitulado "EL ARTE NEOHITITA Y LOS ORÍGENES DE LA ESCULTURA ANIMALÍSTICA IBÉRICA Y TURDETANA" -Revista de arte Goya, número 120; 1974. Pags. 344/350-.
«Pozo Moro 25 años después», REIb II, págs. 31-63, Madrid 2000 // "Pozo Moro y la formación de la cultura ibérica". Saguntum, 13. Valencia 1978 ; pp. 227-246. // "El monumento de Alcoy. Aportación preliminar a la arquitectura funeraria ibérica". Trabajos de Prehistoria, 39. Madrid 1982 ; pp. 161-210.// "Pozo Moro y el influjo fenicio en el periodo orientalizante de la Península Ibérica". Rivista di Studi Fenici X. Roma 1982 ; pp. 231-272. // "Arquitectura y sociedad en la cultura ibérica". Architecture et société. De l’Archaïsme grec à la fin de la République romaine. Actes du Colloque, Rome, 1980. Roma 1983 pp. 387-414. // "Pozo Moro. El monumento orientalizante, su contexto socio-cultural y sus paralelos en la arquitectura funeraria ibérica". Madrider Mitteilungen, 24. Madrid 1983 ; pp. 177-293. // "Las necrópolis ibéricas en su contexto mediterráneo". En Blánquez, J. y Antona, V. (Eds.) Congreso de (12) Jose MAría Blázquez: PRIMITIVAS RELIGIONES IBÉRICAS, TOMO II (pag, 26), Madrid 1983 (Cristiandad) (13) J.M. Blázquez. Op. Cit. pag 35. (14) J.M. Blázquez. Op. Cit. pag. 24. (15) Martín Almagro Gorbea: RITOS Y CULTOS FUNERARIOS EN EL MUNDO IBÉRICO. Anales de la Prehistoria y Arqueología. 9-10 ; pag 107-133 (Madrid 1993) (16) Fernando López Pardo: NERGAL Y LA DEIDAD DEL FRISO DEL BANQUETE INFERNAL DE POZO MORO, (en la Red PDF)
Archivo Español de Arqueología 2009, 82, págs. 31-68
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