ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del en el que se contienen más de ciento cincuenta artículos que hasta ahora hemos "subido". VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
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POR LA EXTENSIÓN DE ESTE ARTÍCULO, SE HA DIVIDIDO EN DOS PARTES, SIENDO ESTA LA PRIMERA. LA CONTINUACIÓN PODREMOS ENCONTRARLA EN: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Altar de la ciudad de Beersebá (Tell Beer-Sheva) del Museo de Jerusalén (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este modelo de ara hebráica -con cuernos y monolítico-, fue encontrado y observado por primera vez hace apenas unos decenios, en las excavaciones de famosa urbe de Beersebá; llevadas a cabo por el profesor Yohantán Aharoni. La datación de la pieza fue evideciada por Aharoni y es anterior -o muy cercana- al año 800 a.C.; todo lo que hace suponer que desde este tiempo, los judíos ya oficiaban sus holocaustos sobre mesas pétreas así dispuestas (con esquinas-cuernos de pétreos y con gran tamaño). Siendo obligado pensar, que anteriormente los altares hebreos fueron similares a este, aunque más bien de tierra y arcilla (tal como manda El Antiguo Testamento). Por lo que considero personalmente esta tipología de ara, una reintepretación del que mandó Yahveh construir con simples piedras o arena. Imitando en este caso el incensiario de los perfumes judío, de un modo ciclópeo y usándolo para inmolar animales. Ofreciéndolos de forma semejante al que quemaban el incienso; cuyo pebetero El Antiguo Testamento sí ordena expresamente que debe conservar esta forma de mesa con astas. Un ara llamada "altar de los cuernos" y que sabemos deriva desde influencias de otras religiones muy anteriores (canaaneas, más seguramente micénicas y hasta incluso la egipcia y la mesopotamia; donde proliferaban estas mesas ssagradas con esquinas a modo de pitones).
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Estos altares ciclópeos judios -como el que vemos en imagen-, se utilizaban para sacrificios principales llevados a cabo con animales mayores -"korbán" de bovinos, ovinos etc-. Los cuernos de la mesa sagrada simbolizan la presencia de Dios y al margen de su uso ritual, si en momentos ajenos a la ceremonia, una persona los tomaba por sus manos; se le consideraba protegido recibiendo el asilo del templo. La importancia de aquel símbolo con forma de astas era tal, que si el ara perdía alguna de aquellas esquinas semejantes a pitones, ya se tenía por un altar profanado y desde ese momento carecía de valor religioso. Debido a ello, es común encontrarlos partidos y rotos, en los yacimientos; pero sobre todo, con las "cornucopias" laterales completamente destruidas. Algo que nos indica habrían caido en manos de enemigos, quienes los habían desacralizado de ese modo para impedir que fueran adorados como símbolos que concedían asilo a quien se aferraba a ellos.
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El valor del altar debido a la existencia o no de aquellas esquinas (que simbolizarían las astas del cornúpeta), creemos que contiene un significado unido al poder y la eugenesia del toro. Totem de la fertilidad y de la fuerza, del vigor y del trabajo; animal que en su estado salvaje (sin dominar) era concebido como paradigma del soldado y de la guerra -ya que ataca cuando observa extraños y de un modo semejante al hombre, para defender el territorio o al grupo (pues nunca se alimenta de sus presas)-. Lo que -a mi juicio- nos obliga entender la idealización del comportamiento del bovino, como origen de aquellos rituales en los que jugaban un papel imprescindible las astas de su altar. El toro como ejemplo de sacrificio, de trabajo, de vigor y de fiereza. Habida cuenta que para los judíos más antiguos el buey era su bestia más útil y hasta el modo de medir sus riqueza (valorada en cabezas de este ganado); usados principalmente para trabajar el campo, o de tiro en los transportes.
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Tanto era el valor dado al buey, que las vacadas debían descansar durante el Sabath (al igual que las personas); y el primer ternero parido por una becerra, tenía que ser llevado obligatoriamente al templo, con el fin de ser sacrificado. Inmolación del primogénito del bovino, que comprendía la "pirámide" del ritual de "rescate"; ceremonia por la cual se ofrecían solo animales en los templos judíos y no se sacrificarían humanos jamás (como se ordena en el "pacto de Abraham", tras "el rescate" de Isaac). Puesto que el resto de religiones de la Edad del Hierro (coetáneas a la de Israel), realizaban comunmente inmolaciones de humanos, y como "cumbre" de sus ofrendas al dios; sacrificando hombres (inocentes y hasta niños) en forma de los máximos dones regalados al templo. De manera contaria, manda el código mosaico ofrecer en holocausto mayor y máximo, al novillo; en rituales que debían de hacerse sobre el altar (del holocausto), perfectamente determinado en sus materiales y en sus formas.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Detalle de un precioso cuadro de Lucas Jordán, donde se representa al rey David ofreciendo un buey, sobre el altar sagrado y en presecia del profeta Gad (agradecemos a sus propietarios -Coll & Cortés-, nos permitan divulgar la fotografía del lienzo, que actualmente puede verse en Madrid, en el Centro Colón, con motivo de la exposición A SU IMAGEN). Como podemos comprobar, los cultos y rituales de los que hablamos, no son tan lejanos, ni menos tan ajenos a nuestra civilización. Primeramente, por una directa herencia judaica; que nos ha transmitido referencias y ritos (como los de sus aras, en forma de cuernos). En segudo término, debido a una atávica historia peninsular unida a Oriente Medio y a Grecia; que nos han dejado como costumbre los sacrificios de vacunos (tan relacionados con los holocaustos de los que hablamos). Puesto que las fiestas patronales de casi todos los pueblos y ciudades españolas; se celebran con ritos muy cercanos a los descritos en la remota antigüedad y en los que comunmente se inmolan, corren o se sacrifican, reses. Ceremonias que antes se llevaban a cabo dentro de los templos, pero que desde la cristianización se realizan frente a las iglesias (o en sus puertas). Donde casi todos santos patrones han de actuar como protectores y ayudar a los mozos, para que durante esas fiestas no sufran percances con el ganado (en su mayor parte, bravo).
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Estas costumbres que describimos, nos acercan mucho en el tiempo y en el espacio el altar de los toros tartessio -y a la mesa de cuernos judía-. Tanto como nos recuerdan que la inmolación de reses (hoy celebrada como fiesta) era unos de los rituales más sagrados, ya desde la Edad del Bronce. Igualmente, podemos observar una relación de lo descrito sobre el ara de astas judía, con las costumbres del derecho de justicia en nuestro país. Donde la protección también se obtenía simplemente agarrándose una pieza -u objeto- al que se le reconocía este poder. Asilo que entre los israelitas se otorgaba al que se aferraba a uno de estos cuernos del altar (lo que delata que no era necesario entrar en el templo para recibir la ayuda de los sacerdotes; una medida tomada seguramente porque el recinto sagrado no estaba siempre abierto). Método comparable a fórmulas españolas para concederlo y que pervivieron hasta no hace tanto. Entre las que destacaba la de colgar una cadena -o un cordón-, en las entradas de algunas casas señoriales. Adorno del cual, si se aferraba a él un perseguido por la justicia, recibía esta misma protección y sin necesitar tampoco entrar en el edificio -siendo el dueño de la casa, quien decidía sobre el procedimiento a seguir contra quien en su fachada pedía asilo-. Tanto es así, que en muchos de los palacetes señoriales castellanos, se labran esos cordones o cadenas ya en piedra, manifestando de ese modo un derecho consuetudinario e inalterable de la casa (que tuviera en sus paredes aquellos símbolos). Quizás con el fin de que no sucediera como con el altar de cuernos, que perdía sus poderes al romperse alguna de sus esquinas. Por lo que, seguramente, los nobles castellanos esculpieron de manera indestructible, estas cuerdas o cadenas; para conservar aquellas prerrogativas -que normalmente habían sido otorgadas por un rey (o príncipe) por haber dormido (o habitado) en aquella casa-.
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ABAJO: Otro dibujito mío en el que vemos a dos supuestos reyes-sacerdotes de Tartessos, oficiando sobre el altar de Coria del Rio (con forma "piel de buey"). En imagen y en primer lugar -a nuestra derecha- tenemos al supuesto monarca (o sumo sacerdote) tartessio, ataviado como un Baal fenicio y portando las piezas del tesoro de El Carambolo (destacadas en amarillo): Pectoral, dos brazaletes y placas de la corona. Además va cubierto con los atributos del dios de la tormenta, según un modelo hallado en Ras Shamara: Gorro faraónico de cuernos, lanza-rama del rayo, maza y armas cortas, lucidas a modo itifálico. En mitad de los dos personajes, he pintado el altar de Coria del Rio, con su linea de pellejo bovino y en cuyo centro están cremando ofrendas. Por su parte, a la derecha aparece la reina o sacerdotisa, vestida como una Astarté (Astaroth neohitita), llevando en sus manos el vaso de oficio e igualmente portando las joyas de El Carambolo: Placas de la corona (más pequeñas), gargantilla y pectoral menor.
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Tras leer el modo de ofrendar en holocausto sobre el altar judío de cuernos -tal como muestra y enseña La Biblia-, podemos entender cuanto en común debieron tener los ritos de Tartessos con aquellos otros seguidos en Oriente Medio. Especialmente en los Canaán y entre los judíos; habida cuenta que Israel se distinguió como civilización heredera directa de Micenas (además de ser el mundo mosaico descendiente de Egipto, Mesopotamia y de los canaáneos, más antiguos). De tal manera, aquel lugar del Creciente Fértil, en los años en que se originaba Israel; fue uno de los grandes refugios para los habitantes que huían de la quebrantada Micenas. Cultura heredera de la minoica y de la hitita, asentada durante siglos como navegantes y comerciantes en las costas de Oriente Medio, las Islas Griegas, Creta y Chipre. Una civilización que fue finalmente destruida por los hombres del Hierro -tras las llamadas "invasiones dorias"-; quienes hacia el siglo X a.C. acaban con todo vestigio de ese mundo cretochipriota y anatólico, que había dominado el Norte del Mediteráneo Oriental durante prácticamene toda la Edad del Bronce (1) .
.De tal manera, no será tan extraño ver unos rituales semejantes en Tartessos y entre los judíos, puesto que -como decimos-, muchos de los llamados "Pueblos del Mar" y gran parte de los cretenses que fueron asediados por los dorios, terminan asentándose en las costas del actual Israel. Lo que explica asimismo, porque las cerámicas israelitas de los siglos XI al IX a.C. son tan similares a las micénicas, o por qué algunos cultos plenamente anatólicos y cretenses (como el altar de cuernos) quedan en uso entre los judíos. Rituales de tipo neohitita o minóicos, que considero personalmente muy relacionados con aquellos que nos narra La Biblia. Principalmente en pasajes donde vemos a los israelitas en momentos en que involucionan hacia religiones más primitivas, conservando o reavivando cultos ancestrales semejantes a los de Creta o el mundo Hitita. Algo que ocurre en El Éxodo, en el conocido pasaje del Becerro de Oro; donde se recoge como los judíos -al quedarse solos, dirigidos por Aarón y viendo que Moisés no baja del Sinaí-, comienzan a adorar un nuevo dios en forma de toro (hecho con el oro fundido de todos ellos) (2) . Un buey que muchos han identificado con los cultos a Apis, aunque más bien hemos de relacionarlo con los rituales anatólicos y micénicos del toro; religiones donde este totem era el dios, que representaba hasta al mismo rey (tal como sucedía en Creta o en el mundo de Hatti). -A los interesados en conocer más sobre el origen y la herencia micénica entre los judíos, les aconsejamos leer un artículo nuestro, pulsando la linea de enlace: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_19.html
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A) EL ALTAR EN FORMA DE PIEL, COMO RECUERDO DE TOTEM SACRIFICADO:.
Comenzaremos este nuevo artículo con una de las últimas frases que contiene el trabajo que fuimos analizando durante la entrada pasada. Una obra acerca de estos altares ibéricos con forma de cuero bovino, redactada por los profesores: ALMAGRO-GORBEA, LORRIO, MEDEROS y TORRES ORTIZ. Donde estos investigadores concluían que en su opinión la apariencia de aquellas aras -tan semejantes a la piel del toro-, procedería de un hecho tan primordial como el mito del primer monarca proclamado cuando mata al monstruo astado y por ser los bóvidos el animal de inmolación más común o propiciatorio. Escribiendo al terminar el trabajo, los referidos autores, que: "Este mitema de la piel de toro y el sacrificio primordial también pudiera explicar el significado de los llamados ´morillos rituales` (...) tradición que se ha relacionado con los ´Cuernos del Altar` que de forma reiterada cita la Biblia" (3) .
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Los razonamientos que aquí nos presentan Almagro, Mederos, Lorrio y Torres, no dejan lugar a dudas, ni podemos discutirlos. Pues el mito del rey fundador que mata al toro es una leyenda primigenia, que aparece desde Gilgamesh a Heracles y de Teseo al sacrificio de Apis. Por su parte, la plesimorfía del altar parecido al curtido (tan reclamada por los profesores Escacena y Amores), hubo de originarse en gran parte, debido la forma del totem allí sacrificado. Ideas que no permiten rebartirse, aunque sí necesitan de "una gran ampliación de conceptos", pues deja enormes lagunas acerca de varias preguntas. Entre las que quedaría por responder: ¿Por qué tan solo se da esta forma de piel, en los altares peninsulares y no aparece en Oriente Medio?. Ya que el mito del rey fundador es de origen Oriental, al igual que lo es la costumbre de sacrificar reses sobre una mesa.
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De tal manera y aún entendiendo que las aras tartessias tienen aquel diseño en recuerdo de los reyes-dioses que mataban toros y en favor del animal inmolado. Nos quedaría por resolver las razones por las que en Oriente Medio no existen altares con esta imagen tan semejante al curtido (propiamente dicho). Pues no hay planteamiento arqueológico, que pueda explicar los motivos por los cuales, al otro lado del Mediterráneo no existen modelos antiguos, semejantes a los ibéricos. Ello, partiendo de que los templos y objetos con los que oficiaban nuestros colonos, serían (sobre todo) similares a los fenicios -y por lo tanto, parecidos a los judíos-. De lo que hemos de considerar que las mesas sagradas importadas por estos colonizadores, tendrían (en todo caso) astas o cuernos bovinos a cada lado (como las hebreas). Porque parece evidente que las religiones ibéricas (durante la Primera Edad del Hierro), tuvieron que imitar gran parte del mundo sagrado que trajeron estos "visitantes" llegados por mar. Ello obliga a pensar que nuestros ritos serían comunes y hasta copiados desde esas creencias orientales -más aún en Tartessos, cuya cultura hemos de considerarla importada desde Fenicia, de Canaán, del mundo chetochipriota y de la Anatolia coetánea (entre los siglos VIII a. V a.C.)-.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Lingote llamado "de rama" en cobre, en la forma que los anglosajones denominan "oxhide" (o piel de toro). El que vemos es parte de un pecio hallado en las costas de Turquía, hace unos cincuenta años -propiedad del Museo de Ankara, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Fue este uno de los muchos naufragios milenarios descubiertos al extenderse el deporte de buceo con bombonas (hacia 1955) y trás lo que encontraron centenares de esos "talentos" cúpreos en forma de pellejo. La mayoría de los hallados se tienen como de origen chipriota (más probable), aunque también se pueden suponer sardos y cretenses; fechándose hacia el siglo XIII a.C.. En lo que se refiere al que vemos, en su mismo barco -hundido- se encontraban enormes cantidades de casiterita (estaño más puro) imprescindible por entonces para fabricar el bronce; metal que apenas existía en el Mediterráneo (4) . Por ello, ya durante el segundo milenio se vieron obligados a realizar singladuras de altísimo riesgo y largos viajes hasta llegar a yacimientos de casiterita. Estaño que por entonces tan solo se encontraba en abundancia, en la Península Ibérica (principalmente en la zona de Galicia) y un poco más al Norte -en las Islas Británicas, que consideran muchos eran las Kassiterides-.
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Otras minas de estaño en estado puro, se hallaban en el final del Mar Negro (en las montañas de La Cólquida, el Cáucaso) y en el centro de África -hasta donde se supone llegaban los egipcios-. Pero alcanzar la casiterita y el cobre del Mar Negro tenía como enorme problema, el de cruzar el Bósforo; lo que suponía que aquellos pueblos que dominasen este paso, controlaban en gran parte este metal (el bronce). Ello explica relatos y guerras como la de Troya, situada en el primer promontorio hacia el Mar Negro; una ciudad que cae precisamente al iniciarse la Edad del Hierro (leyenda que a mi juicio explica como tras descubrir las nuevas armas férreas, ya no era necesario dominar este lugar de paso, para obtener metal y poder). Por lo tanto, durante la Edad del Bronce, al estar cerrado por los duros hititas el Bósforo; a los egeos (minoicos y chipriotas) en incluso a los egipcios, solo les quedaba descubrir y aprovechar las riquezas metalíferas de la Península Ibérica. Yacimientos de nuestras tierras que hacia el 1800 a.C. ya viven una gran afluencia de colonos orientales, en búsqueda de nuestros tesoros.
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Siendo así, no es de extrañar que (vía Cerdeña) vinieran anualmente centenares de barcos procedentes de Creta, Chipre o de Oriente Medio; buscando nuestro cobre y el estaño, que tanto abundaba en todo el litoral atlántico. Todo ello generó una primera colonización, promotora de algunas conocidísmas construcciónes, descendientes de los megalitos (y de corredor); o de culturas como Los Millares, El Argar y Valencina de la Concepción. Pero a su vez, generaría unas rutas comerciales que usarían durante siglos, siendo este el motivo de la continua aparición de cretochipriotas en la Península. Singladuras de comercio que siempre debían mantenerse en secreto, ya que de divulgarse la procedencia del metal, cualquier pueblo rival podría llegar hasta sus minas. Debido a ello se comprende por qué los lingotes de rama con esta forma no se fundieron jamás en nuestras tierras y principalmente eran fabricados en Cerdeña, en Chipre y Creta. Lo que implicaría -simplemente- que se intentó ocultar el lugar de procedencia y el origen de las abundantes minas. Evitando así -de seguro- que naves de camino o regreso a la Península, fueran apresadas por enemigos y se descubriese el origen ibérico del cobre o del estaño (al reconocerse en "talentos" semejantes al curtido). De ello, parece lógico pensar que fundieron comunmente estos lingotes de cobre en Cerdeña o Chipre; para simular que la materia prima tan solo procedía de allí. Aún siendo imposible, pues las minas de Sierra Ixili apenas producían esas grandes cantidades que necesitaría el comercio en la época; mientars que los yacimientos cúpreos que dieron nombre a su isla (Chipre) estaban ya acabados prácticamente a comienzos de ese segundo milenio.
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ARRIBA: Otro dibujo mío. En este caso traemos de nuevo como ejemplo, el capitel del Cortijo del Ahorcado (hallado en Baeza, y fechado en los siglos V al III a.C. -el original se halla en el MAN, patio central-). He marcado en amarillo los Labrys o bipennas que contiene como adornos esta zapata o cimacio de columna, y que curiosamente luce hasta rasgos minoicos (aunque entre la piedra que vemos y los templos cretenses haya unos mil años de distancia histórica). En su diseño, lleva unos signos en forma de "O" con un punto interior, que como hemos dicho en anteriores artículos (ver imagen siguiente), se pueden traducir desde idiomas neohititas. Significando en caracteres luwios "el Sol" este círculo con un punto, y pronunciándose en estas lenguas: "SU". Por su parte, el símbolo del "lingote" o "bifaz" (que vemos repetido de manera ritual), en escritura pictográfica neohitita igualmente significa: "Casa", "tierra" y hasta "pais" (entendiéndose como "casa real" o "nación"). Por todo cuanto la traducción de los signos del capitel del Cortijo del ahorcado, desde idioma neohitita (usado al menos hasta el siglo VI a.C. en Anatolia) sería la de "Casa del Sol" , bien "Tierra (reino) del Sol".
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El modelo de labrys o bipena que la adorna, parece haber sido adaptado a la cultura ibérica y se relaciona de algún modo con diseños antiquísimos peninsulares, entre los que se destacan los ídolos "oculados" (figuritas con ojos, que debieron ser apotropaicos o amuletos con significado de la Luna y el Sol). Del mismo modo, entre esos amuletos " con ojos" y este capitel hay miles de años de distancia; algo que tampoco debe extrañarnos, pues esos diseños "oculados" -que tanto abundan por toda la Península durante el cuarto milenio a.C.-, eran también de influencia oriental. Encontrándolos muy parecidos en Mesopotamia y en Anatolia; quizás con igual significado (apotropaico, y seguramente contra el mal de ojo). Ya que a mi juicio su sentido debió estar ligado al Sol (padre) y a la Luna (madre). Este último satélite, cada unos veintiocho días (29,53 para ser exactos) perdía "el ojo" celeste (la luz), todo lo que se relacionaría con los periodos de fertilidad femenina y con la maternidad.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Arriba, he recogido una imagen compuesta. En la parte superior vemos los signos Luwios iguales a los que luce el capitel del Cortijo del Ahorcado, cuyo significado son claramente "casa del sol" o "tierra (reino) del Sol". Bajo estos, he superpuesto unos ídolos oculados, con forma de columna; que en este caso se exponen en una vitrina del Museo Arqueológico de Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgar la imagen- y proceden de Valencina de la Concepción (fechándose hacia el tercer milenio a.C.) . Curiosamente, en Mesopotamia y parte de Oriente Medio existen idolillos muy semejantes (también con ojos), que se interpretan igualmente como apotropaicos y relacionados con el Sol. Observemos el parecido del Labrys que luce el capitel del Cortijo del Ahorcado, con estos modelos de decoraciones peninsulares ancestrales. Ya que pese a que les separen miles de años; los que esculpieron el capitel pudieron conocer este tipo de ídolos apotropaicos (usados desde épocas muy remotas en nuestras tierras). Dando quizás por ello ese diseño "oculado" a los labrys (o bipennas, piel de buey) con la que decoraron ese capitel.
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Por lo demás, tal como Ruano Ruiz y Lucas Pellicer comentaban ya hace unos veinticinco años, este "cimacio" y su columna se parecen extrañamente a los estilos egeos y más concretamente al minoico. Todo lo que expresaban con las siguientes palabras: "la Cara A (...) sendos apéndices cuadrangulares con dos lados cóncavos (el diseño se asemeja al denominado de `piel de buey´ o `doble hacha´)" (...) Sus "Columnas rematadas en un tipo de ´capitel de zapata` muy próximo al que estudiamos debieron utilizarse con cierta frecuencia desde el Minóico Medio. No se conocen ejemplares auténticos sino versiones que atestiguan esta función de sostén empleando, quizá, elementos de madera: en el llamado `Vaso de los Boxeadores´ de Hagia Triada, Creta (...) se reproduce este modelo de columna muy semejante a la del Cortijo del Ahorcado" . Para finalizar añaden que: "Otro documento a recordar es una terracota de Cnossos que muestra una columna con un ´capitel` semejante sobre el que se representaron las cabezas de los troncos de madera " (5) .
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BAJO ESTAS LÍNEAS, imagen de una de las zonas exteriores cecanas al megarón de la reina de Cnossos, próximo asimismo de la sala de los Labrys (de las bipennas o Laberinto de Cnossos). Veamos como curiosamente el tipo de arquitectura coincide en mucho con la estética del capitel y columna del Cortijo del Ahorcado (aunque les separen casi mil años) -agradecemos al patronato Palacio de Cnossos, nos permita divulgar nuestras imágenes-.
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.B) SOBRE LA INEXISTENCIA DE ARAS PIEL DE BUEY, EN LAS ZONAS DE LAS QUE PROCEDEN:
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Por todo lo expuesto en párrafos anteriores, parecería evidente que los altares peninsulares tendrían que ser igualmente un reflejo de aquellos que les anteceden, hallados en el otro lado del Mediterráneo. Pero no es así, pues como hemos visto en Tartessos y en gran parte de la Iberia protohistórica aparece la figura sagrada en forma `piel de toro´, como símbolo propio y totalmente ajeno al mundo fenicio. Por lo que -de algún modo- no se explica la inexistencia en Oriente Medio o en el Egeo, de algún ara (o aschera) de sacrificio con esta linea del curtido. Mientras esta forma abunda en la Península (en los suelos, tumbas, joyas o mesas). Por lo que decimos, se podría concluir que si al "otro lado del Mediterráneo" (desde Anatolia a Egipto), no se ha hallado ningún altar semejante a estos ibéricos que estudiamos -imitando al cuero-. Ello significaría que la forma de estas es propia y que como mesa sagrada, solo se desarrollaron en nuestras tierras.
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Pese a todo y aunque no se encuentre este diseño imitando al curtido en los objetos ceremoniales de Oriente Medio, Anatolia o Grecia; en verdad y a mi juicio, los altares de los que hablamos procederían de influencias neohititas y cretochipriotas, culturas donde esta ´piel de buey` es más que común. Tanto que no solo es un signo de escritura, como repetidamente hemos dicho, significando entre los minóicos y chipriotas la letra "A" (y para los luwios el ideograma de "casa"). Sino que es el símbolo más sagrado de la religión cretense, donde adoraba al Labrys o la bipenna; con un diseño y sentido que pudo confundirse o identificarse igualmente con una piel de toro (o el lingote). Puesto que en los ritos ctónicos minoicos, aquel que mataba al morlaco feroz de Minos (quien vencía en el Laberyntos al Minotauro,en el salón del Labrys ) era el que obtendría la victoria sobre el reino de Cnossos -el hacha doble o la llave del Laberinto-.
Unos .Cultos ctónicos, cuyo significado repetidamente he analizado y descrito en numerosos artículos y libros míos, donde siempre narramos como ese Laberinto sublimaba el camino buscando los metales y por lo tanto, hacia el lugar de donde procedía "el arma sagrada". La "Bipenna" que coronaba el centro de aquella estancia de Cnossos, como herramienta a la que se rendía culto, significando la prosperidadad, la protección y el valor en la guerra (en plena Edad del Bronce). Hacha doble cuyo rito y veneración estaban unidos a la victoria sobre el toro (animal que se encomendaba a Posidón y se identificaba con las olas). Todo lo que describiría claramente el camino o la ruta de los navegantes minoicos hacia los metales (a los yacimientos lejanos). Singladuras buscando el bronce, entre las que destacaban aquellas que lograron realizar hasta las riquísimas minas de cobre, estaño, oro y plata del remoto Occidente mediterráneo -la Península Ibérica-. Por cuanto el hacha se relacionaría totalmente con el lingote -de donde se obtenía, en su fundido-; tanto como la piel del buey sería la forma dada para este talento, que marcaba el valor económico de la época. Mitos, costumbres y símbolos que llegarían a nuestra Península finalmente (entre los siglos IX al V a.C.) importados principalmente desde las costas de Ugarit y de Chipre. Quizás traidos muchos de ellos por gentes del mundo fenicio; debido a que en esta época de Tartessos, Chipre ya estaba bajo la influencia y la protección de Tiro y Sidón.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Nuevamente, tumbas minóicas procedentes de la necrópolis de Rethymnos (postpalacial, hacia el siglo XVI a.C.), expuestas en Eritrea -agradecemos al museo de esta ciudad, nos permita divulgar nuestras imágenes-. Observemos en primer término el sarcófago que luce dos toros (uno retinto y otro negro) sobre lineas abstractas en forma de astas, que simulan los altares de cuernos en los que eran inmolados. El dibujo supone o figura como se ofrendarían los dos morlacos (que parecen realmente salvajes); un ritual que debemos suponer en favor del difunto. La forma y los adornos que rodean a las reses dejan ver claramente que son mesas, en cuyos extremos se hallaban cuernos (muy semejantes a las que manda La Biblia repetidamente hacer; concretamente primero a Moises, en Éxodo 37).
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El motivo de esta similitud de rituales y de altares entre los minóicos y los judíos, se debe -a mi juicio- a que los cretenses se refugiaron por dos veces, en la zona y costas de Israel. Lo que sucedería en sus dos principales huidas: Primero como minóicos, tras el 1650 a.C. con el dasastre del Tera-Santorino, cuando se ven obligados a dejar Creta por el terremoto-volcán. Y luego como micenios; unos tres siglos después, con la llegada de las invasiones dorías (hacia el XI a.C.). Todo lo que parece una hipótesis perfectamente mantenible; pues durante el siglo XVII a.C., las zonas menos dañadas por el desastre del Tera se hallaban a partir en este área de la actual Israel. Además, el asentamiento de gentes huidas del volcán en esta zona de Canaán, pudo obligar a los antecesores de los hebreos a marchar hacia Egipto (tal como narra el Antiguo Testamento). Finalmente, durante los siglos XII y XI a.C. se formaba el reino de Israel, entre cuyos habitantes se incorporan al menos dos tribus de origen micénico (principalmente la de Golán).
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ABAJO: FOTOCOMPOSICIÓN REALIZADA POR MÍ SOBRE EL MEGARÓN DE CNOSSOS. En la imagen, vemos el salón del trono del palacio de Minos, en el cual he superpuesto dos detalles: En su medio, el ara con forma de Labrys de Lerna (sustituyendo al aschera circular que tiene) y al fondo y superpuesto, el fresco de uno de los frontales del sepulcro de Hagia Triada (postpalacial comienzos de siglo XIV a.C.). En la escena sobre la pared, se representan sacerdotisas venerando el hacha bifaz, en una recreación que he realizado para mostrar como pudo ser una ofrenda frente al rey de Cnossos. Observemos en ella dos Labrys (bipennas dobles) sobre las columnas, entre las que cuelga un caldero ritual, al que se acercan las oficiantes (para libar o volcar en él sus ofrendas). Por su parte, en el centro del Megarón he sustituido un altar en forma circular simple que tiene el de Cnossos, por el del palacio de Lerna, con fondo en forma de Labrys -agradecemos al Patronato Palacio de Cnossos y al Museo de Heraklion, nos permita divulgar nuestras imágenes-.
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C) SOBRE EL ORIGEN DE ARAS PIEL DE BUEY, POSIBLEMENTE IMPORTADAS DESDE TIERRAS DE CANAÁN:
.Como en los párrafos anteriores a las fotos exponíamos; personalmente creo que estos altares tartessios en forma de cuero, descienden de un diseño minóico. Símbolo sacrosanto para Creta, desarrollado durante la época de los palacios (entre los siglos XVII al XV a.C.) y que fue extendido durante el periodo postpalacial hacia Anatolia y Chipre (desde el XIV al XII a.C.). Una forma nacida primero del "hacha plana" de la Edad del Bronce y que terminaría transformada en la bipenna, como objeto de adoración (el Labrys). Diseño que pasó finalmente a identificarse con el lingote; dando una forma parecida a las piezas de cobre fundidas, que comerciaban los chipriotas, creto-egeos y anatolios, durante los siglos XIII al X a.C.. Talentos de unos veinte a treinta kilos de metal, en los que imitaban de la piel del toro (aunque su forma inicial debió ser la bifaz); por ser la cabeza de ganado y el cuero curtido, los objetos en los que se medía la economía de entonces. Pudiéndose valorar de ese modo, a cuantas reses o pieles, correspondía cada pieza o talento; sustituyendo estos lingotes a las hachas -con las que se debió comerciar hasta entonces, usándolas prácticamente como moneda de cambio-.
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Consecuentemente, aunque no sabemos de qué forma llegó hasta nuestras tierras ese dibujo sagrado para los cretochipriotas (de hacha o curtido); es evidente que fue conservado en Iberia con una simbología y valor semejante. Todo lo que se debe seguramente a la venida hasta nuestras tierras gentes huidas desde Creta, Chipre y Ugarit -o de las proximidades de Fenicia-. Pero sobre todo, la razón de la importancia que los iberos pudieron dar a este símbolo (tanto como para mantenerlo y con semejante significado) nace por la similitud entre el mundo minoico y el peninsular. Unas civilizaciones -la de Creta y la de Iberia- basadas en la navegación, en la metalurgia y en el toro -como totem de la defensa y de la economía; como animal bravo y fiero-. Todo lo que se ve descrito en la mitología e historia minoica tanto como en la penísular (celtíbera, tartessia o lusitana...); donde por doquier aparecen leyendas y motivos de adoración a bovino. Hechos que se acompañan en el caso hispano prerromano, por infinidad de esculturas representando toritos, que no son vacas ni becerros, sino morlacos "bien enteros". Unas reses protohistóricas de Iberia, que nos recuerdan relatos como el del Toro de Creta -de Hércules-; leyenda que está totalmente inspirada a la micénica del Minotauro, pero recogida siglos después y encarnada ya en un héroe griego (como lo era el tebano Heracles).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Torito ibérico de Écija (hallado en el llamado Cerro de las Balas; propiedad del Museo Arqueológico de Écija, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Como podemos observar, no se trata de ningún buey, ni menos de una vaca; sino que esta escultura corresponde a un buen morlaco. Algo que todos los "mozos" aficionados a los toros saben en España, ya que ninguno se atreve a acercarse mucho a un animal cuyas "turmas" cuelguen como las que tenemos en imagen; pues ello indica que se trata de un toro y no de un novillo. Lo que quienes han estudiado el mundo del toro saben, siendo reconocido que el tamaño de los testículos marca la edad y la bravura (su peligrosidad); motivo por el cual en este que vemos en escultura se han tallado de manera similar a "un higo". Fruto que simbolizaba la fertilidad y la suerte, relacionado con la feminidad y con la eugenesia. Por su parte, en el pasado artículo veíamos como la cara y cuello de este toro de Écija, están escuplidas con técnicas cercanas a los trabajos que se hacían en Chipre (también en piedra caliza y unos siglos antes). Tallando en forma de cortina las arrugas del bóvido y los ojos a modo de almendras.
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ABAJO: Vista posterior de los llamados Toros de Guisando (en venta Juradera, El Tiemblo; Avila). En la foto podemos apreciar como estas esculturas colosales vettonas, muestran bovidos enteros y no castrados; todo lo que hace suponer que se trata de ganado bravo (o bien silvestre, quizás del tipo avileño y que en su gran mayoría embiste -más aún antes de ser descastado y bien separado en razas; como se hizo trás el siglo XVIII-).
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Por todo cuanto expreso, creemos que los altares tartessios que imitan al cuero, procederían desde la forma del Labrys y en relación con el culto al toro, al metal, al curtido y al lingote. Un hecho primigenio que hemos podido ver en el altar de Lerna, "achera" que guarda un diseño igual al crisol de fundir hachas, tan similar al cuero bovino (ver imagen sobre estos párrafos). Aunque la linea sagrada de estas aras peninsulares que semejan el lomo de "bos", procede particularmente y en mi opinión, de la unión entre esa bipenna y el recuerdo al altar de cuernos (una mesa ritual con astas, existente en Creta y en Mesopotamia, pero que proliferaba entre los judíos en tiempos de Tartessos). Un tipo de mesa y de "caja recubiera" para cremar, con pitones en los lados; modelo de altarl que en un principio era ya usada por cannaneos, minóicos y micénicos (e igualmente utilizada por los hititas y mesopotamios). Pero que -como sabemos- era ya patrimonio de los judíos y de algunos pueblos de Canaán, en tiempos de Tartessos (entre el VIII y el V a.C.).
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Es en este momento es cuando vemos en nuestras tierras una proliferación de mesas sagradas semejantes a las de holocausto hebreas y que reconozco como una imitación de esas aras con astas, pero interpretadas en la forma del cueros -o de Labrys-. Un tiempo que comienza precisamente cuando Asiria está sembrando la destrucción por todo Oriente Medio. Realizando invasiones, asedios e incursiones que terminan por hacer caer a Tiro y Sidón, tanto como por derrotar a Israel, llevando al cautiverio en Babilonia a la mayoría de sus habitantes. Momento histórico en el que hemos de pensar que los fenicios y hebreos que pudieran, huirían por mar de esta devastación asiria. Pues por entonces, las guerras contra Israel comenzadas en el 722 a.C. y fueron terribles; culminando con la invasión de Nabucodonosor (quien llega a destruir el Templo en el 586 a.C., esclavizando a su población). De tal modo es obligado considerar que en estos siglos (del VIII al VI a.C.) muchos fenicios y judíos pudieron embarcarse en "Naves de Tarshish", huyendo del horror, para llegar hasta nuestras tierras. Un lugar muy lejano, donde lograrían vivir sin ser subyugados o eliminados, y donde posiblemente impusieron algunas de sus costumbres.
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Debiendo considerarse como perfectamente posible el establecimiento de comunidades israelitas (junto a las fenicias) en la Península durante este tiempo que decimos; al menos hasta que en el 536 a.C. pudieron regresar a su tierra. Debido a que trás el 537 a.C. Israel y sus habitantes fueron liberados por Ciro, quien tras vencer a los asirios, devuelve su patria a los hebreos. Un momento en el que también hemos de considerar que muchos de los fenicios pudieron reestablecerse en sus zonas de origen, aunque siempre bajo el dominio aqueménide. Pues desde que Ciro vence a los babilonios, las ciudades de Tiro y Sidón pasaron a pagarle tributo; habida cuenta que anteriormente habían llegado a un acuerdo "amistoso" semejante con los asirios. Unos hechos históricos de enorme importancia y que debieron fraguar las migraciones hacia nuestras tierras, sobre todo cuando desde el 672 hasta el 668 a.C. Esarhadón y Asurbanipal asedian terriblemente a Fenicia (sin lograr del todo doblegarla). Todo lo que se repite unos cien años después, siendo Nabucodonosor quien vuelve a cercar duramente las capitales púnicas y aunque sin lograr vencerlas del todo, somete a Tiro y a Sidón a pagarle tributo en el 574 a.C. (diez años después de haber destruido Israel y esclavizado a sus habitantes)-.
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.SOBRE ESTAS LÍNEAS: Altar del incienso grabado de "An Illustrated History of the Holy Bible", publicado por Henry Bill (1871) en la W. Struse Collection. En el grabado se representa el altar del incienso, tal como lo manda contruir Yahvé y sobre el que oficia el Sumo Sacerdote de Salomón, al que vemos con el Efod y el pectoral de Aarón (adorno en el pecho que relaciono plenamente con los colgantes de El Carambolo). Como podremos leer en La Biblia -en las citas que recogemos en (6)-; el del incienso se trata igualmente de un altar con cuernos, fabricado con madera de acacia y recubierto de metales preciosos (de un Codo por un Codo de ancho y de dos Codos de alto -recordemos que 1 Codo sagrado de Israel, se corresponde con el Codo Real egipcio, en tiempos de Akhenatón = 525 centímetros aproximadamente-).
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Sobre este ara manda Yahvé quemar incienso al atardecer y al anochecer, no pudiendo libarse otra ofrenda; pero ordenando que los cuernos sí fueran purificados anualmente con una limpieza hecha con sangre (de carnero y buey). Lo que recoge el Éxodo con las palabras: "Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová". Explicando con mayor exactitud el Levítico: "Entonces saldrá al altar que está delante del Señor y hará expiación por él, y tomará de la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío y la pondrá en los cuernos del altar por todos los lados. Y con su dedo rociará sobre él de la sangre siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las impurezas de los Israelitas" (7).
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ABAJO: Dibujo mío en el que vemos al dios Elell, identificado con el Enlil mesopotámico, deidad del Cielo y de la tierra hitita. Este, procede claramente del "Eil" sumerio, dios del firmamento y principalmente de la tormenta, por lo que en ocasiones se identifica con el Teshub llamado entre los hititas Tarhunt (que portaba el hacha doble). Eran divinidades en su mayoría adoradas en relación con los cambios climatológicos y los fenómenos celestes (la tormenta, la luz, el rayo etc) y solían figurarse en la forma de un toro, o bien eran venerados sobre un carro tirado por bovinos. Su culto se remonta al cuarto milenio a.C. entre los sumerios y donde las representaciones de aquel que llamaban "Enlil" eran la de un ser mitad hombre y mitad bóvido. Todo lo que se relacionaría con el Minotauro, sino fuera porque en el caso de Enlil, su morfología es la de un "bos" con cabeza de hombre (y no a la inversa).
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En algunos de nuestros artículos hemos tratado en profundidad acerca de estos divos (comunmente alados) con cuerpo de toro y testa humana, que aparecen en la Mesopotamia del tercer milenio a.C. como deidades protectoras del ganado y la fertilidad. Tanto es así, que entre los persas, aquellos seres -medio hombres, mitad vacunos y con alas- se situaban en las murallas, para que protegieran las ciudades; siguiendo así el culto a Enlil y denominando Lamash (o bien Ankal) a aquellos bienechores androtauros. Ciclos como los de Gilgamesh y Enkidu, se relacionan todo ello y hasta con los mitos importados milenios después al Mediterráneo, en los que -por ejemplo- Heracles termina venciendo al toro con cabeza humana (llamado Aqueloo). Quimeras e historias que igualmente existieron en nuestras tierras; donde se acuñan monedas con esta imagen del hombre toro o donde aparecen estatuas como la Bicha de Balazote (8).
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Siendo común en casi todas religiones y culturas antiguas del Mediterráneo y Oriente Medio, que el dios de la tormenta y del cielo se identificase con el novillo; al ser totem de la fuerza y de la bravura. Con aquellos toros llevaron a cabo dos modos de sacrificio (fundamentales): Uno de tipo guerrero y plenamente cruento, descendiente de las religiones de la Edad del Bronce, en el que el "oficiante" había de luchar contra la bestia para matarla o dominarla y tras ello ofrecerla al dios o al rey. El segundo (extendido durante la Edad del Hierro), suponía que el hombre ya no tenía que poner en peligro su vida para regalar ese tributo al dios. Permitiéndole dar la ofrenda al templo (un choto o buey manso) donde los sacerdotes procedían a inmolarlo, repartiendo posteriormente sus vísceras y carnes -en un banquete o cremación divina-.
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Este segundo tipo de oficio, marca como principio tan solo entregar una parte de nuestra labor o trabajo y no la sangre ni la vida del ser humano (siquiera ponerla en peligro). Consistiendo en ello gran parte de la "reforma" que realizarían los rituales mosáicos; que se enfrentaban a los ancestrales cultos en los que se expiaba el mal ofreciendo a humanos o bien obligándoles a ponerse en peligro (ante fieras, frente a fenómenos naturales o en lugares y situaciones donde era díficil sobrevivir). Frente a estos sacrificios comunes a la Edad del Bronce y en los que el hombre era entregado a la serpiente, al león (y más comunmente al toro bravo). Llegarían los impuestos por la rama abrahámica de religiones (culminada en la de Moisés) que ordenaba matar al primer choto nacido de becerra, como ceremonia de rescate. Pago tras la que el primogénito de una familia quedaba liberado de los ritos de muerte y tan solo atado al templo en calidad de levita (como primer hijo, cuya vida nunca debía ofrecerse a Dios sinó ser "contabilizada" en el templo -tal como el Sacrificio de Isaac les enseñó-).
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D) SOBRE EL USO Y SIMBOLOGÍA DEL CURTIDO
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Quizás pensemos que el cuero o los curtidos no pudieron tener tanto valor como para convertirse en un producto básico, con el cual regular el precio medio del mercado. Aunque para comprenderlo hemos de pensar en un mundo como el de la Edad de los Metales, en el que todo se fabricaba con maderas y cerámica; con huesos, pieles y bronce (posteriormente, con hierro). Por lo que para marcar unas estimaciones primeras de cambio, debieron de hacerlo por comparación desde un objeto de difícil manufacturación, pero de enorme utilidad; un enser imprescindible de fabricar, pero ajeno a la artesanía (propiamente dicha). Siendo así lo más indicado para usar era el cuero, como patrón de cambio; debido a que la cerámica y la madera estaban al alcance de todos (sin poder consistir en un "valor base", perteneciendo al mundo de la artesanía casera, de fácil producción).
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La hipótesis que presentamos es la más simple, ya que las pieles curtidas eran en verdad el principio del escalafón de mercado industrial (sin poderle faltar a casi nadie). Pues con este material se hacían desde los zapatos a las vainas de armas (los herrajes, monturas, trinchas y cinchas), y hasta prácticamente todos los objetos de uso cotidiano -la mayoría de los que hoy en día vemos en plástico-. Siendo así, no nos debe extrañar que el cuero fuera el valor inicial desde el que se marcó el de la cabeza de ganado (correspondiendo en cada momento el precio del animal vivo a un número de pieles). Algo que finalmente se completaría con un cambio de estas reses y cueros, por cobre, oro o plata; fijándose una estimación de animales o curtidos, en base a cada peso de metal. Todo lo que dependería de la riqueza y del momento en cada Sociedad o grupo; donde se valoraría mucho más el oro y menos el ganado o el cuero, si las gentes eran ricas y ociosas. Mientras, por el contrario, donde la pobreza asolara a sus habitantes, tan solo se apreciaría la carne y las pieles de los animales, considerando tan solo el metal útil para hacer armas y defenderse.
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Todo lo que hemos explicado en el párrafo anterior, otorgaría unos precios al oro, la plata o el cobre; que se valuaban conforme la economía de cada lugar y tasados pricipalmente en cabezas de ganado -y en relación al cuero-. Siendo esta la hipótesis más simple de como nació y se mantuvo el mercado antes de la creación de la moneda. Resolviendo además esta teoría la unión de conceptos que hubo en esas épocas, entre el hacha doble (de metal) y la piel del animal. Porque el cuero y la bipenna (que se parecen en sus diseños), se tasarían durante la Edad del Bronce bajo unos mismos baremos mercantiles (pevios a la aparición de la Moneda). Algo que hemos visto claramente en nuestros estudios, pues las hachas debieron ser -en sí mismas- las primeras monedas que existieron, o las primeras piezas de metal con las que se comerció (lo que llevaría a valorarlas en cabezas de ganado y en pellejos curtidos). Armas que -quizás por motivos de seguridad- más tarde se sustiruirían por lingotes; entre los que destacaron aquellos de cobre que imitaban una piel de buey. Talentos cúpreos que en un principio (en la Creta minóica palacial) eran semejantes a la gran bifaz y que en etapa micénica transforman su linea identificándose más con cueros. Todo o que indica que el mercado de metal dejaría en esta etapa de tener un carácter puramente militar, para pasar contener un sentido pecuniario (de pecunia = dinero = economía = pecus = ganado).
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Lingotes en forma de pata de animal de Shandong (China), una "acuñación" del metal que estuvo en circulación hasta el siglo XX -tal como las muestra el MAN, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Estas "monedas" en forma de pezuña de vaca o de casco de caballo, se estandarizaron por todo Asía; siendo comunes en gran parte de China, Korea, Mongolia (incluso en el Japón). Su significado claramente marcaba un número de animales (cabezas de ganado o bien equestres) a cambio de la pieza o peso del metal. Al parecer, la institucionalización de este modelo de "lingote-patita", como medio de equivalencia se lleva a cabo en la China de nuestro siglo IX, aunque estuvieron en uso hasta mediados del XX (apenas hace unos sesenta años). Como podemos observar, su paralelismo con los talentos en forma de piel de buey es inmediato; tanto como lo sería el significado de estas "patitas" de ganado y el cuero (talento "oxhide"), con el método común de medir las riquezas.
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ABAJO: Moneda siciliana de etapa cartaginesa, que muestra un "cuero" en su reverso. Tal como decíamos, es muy común poder confundir estos diseños parecidos al pellejo de buey (y los lingotes del mismo tipo), con instrumentos musicales; porque una gran parte de los intrumentos antiguos se fabricaban con cuero -para que tuvieran resonancia-. Debido a ello, en artículos previos presenté como habíamos deducido que la bandeja de La Joya no contenía propiamente lingotes en sus dibujos, sino "tamburas" -o panderos cuadrados-, que se fabricaban tensando el cuero (ovino) sobre un bastidor. Evidentemente, el aspecto de esos panderos era igual al del lingote, aunque en La Joya, los vemos en manos de sacerdotisas -que los blanden y golpean, haciendo sonar flautas y crótalos-. Todo lo hace pensar que lo allí representado son instrumentos musicales. Igualmente sucede con esta imagen del reverso de moneda, que comunmente se ha pensado era un lingote "oxhide". Aunque si la observamos bien se trata de una "pandura" o guitarríta de dos cuerdas, construida igualmente sobre un cuero tansado. Donde un mástil, con dos clavijas delata claramente que lo que vemos en la acuñación; que no es el recuerdo del lingote cretochipriota, sino smplemente un instrumento musical (de semejante forma al "Keftiu", por estar fabricado con piel).
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Añadiremos algunos conceptos, para comprender plenamente por qué debemos considerar que el cuero hubo de estar en la base de la pirámide industrial y el oro en la cúspide de la económica. Pudiendo tasarse el metal el pieles o cabezas de ganado, desde el momento en que se institucionaliza un intercambio basado en estos valores. Para explicarlo resumidamente bastará indicar que un mercado regular (sin modificaciones, ni engaños en el trueque) se inicia marcando unos precios con una base estandarizada. Evitando primero las estafas a través de un control acordado entre las personas que comercian; intemediación o juicios normalmente llevada a cabo en la Antigüedad por sacerdotes (quienes guardaban en sus templos las medidas, los pesos y las bases metrológicas; sabiendo determinar también la pureza de metales).
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De tal modo, una vez establecido un "peso" con coeficiente de cambio (equivalencias exactas a otros) comienza por iniciarse la cadena alimenticia de "trueque". Poniendo precio y peso a las carnes más baratas (avícolas), que se equipararían a otras más caras (de ovino) y a su vez, a las mas apreciadas (la de bovino). De un mismo modo y en paralelo, se crea la pirámide de alimentos vegetales, en base a pesos y necesidades del producto (pan, verduras, frutas y etc). Todo lo que en un momento determinado exige la utilización de un valor "comodín", algo semejante a una moneda y que en muchos casos fueron piezas de metal, abalorios e incluso semillas (como las de chocolate).
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Aquí se llegaría al punto de determinar ya el precio abstracto de los objetos, e incluso de las tierras y viviendas. Por lo que el siguiente paso es introducir como medida estandarizada las cabezas de ganado (de mayor a menor tamaño) y sobre todo, de los cueros y curtidos -relacionando su precios con el de las reses-. Siendo así, una porción de tierra cultivable podría cambiarse por un centenar de vacas; o una vivienda comprarse por un rebaño de ovejas. Aunque, si queremos comerciar de un modo rápido y sobre todo con gentes de otras tribus -de ciudades distantes o de lugares lejanos-, ya tendremos la obligación de marcar un valor "comodín" e inalterable, perfectamente transportable, con cambio y uso equivalente en todo lugar. En ello, las joyas o abalorios, sustituirían a los cueros o pieles como primer objeto perfectamente y exportable, pero dificialmente valuable y equivalente. Por lo que, durante la Edad del Bronce, sería el "comodín" de mayor equivalencia y de mejor tasación aquel que se hiciera con piezas iguales y enseres del mismo tamaño, fabricados de este metal (cobre o bronce). Siendo el mejor valuable en principio, un simple hacha.
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De ello, los últimos precios a acordar y los primeros en la cadena de cambio; serían el del peso del cobre, estaño, plata y oro. Valores que se equipararían del ganado y al curtido; por lo que en cada caso -lugar y época-, se establecía una tasación a cada pieza y pureza de metal. Objetos que una vez fundidos en Talentos, Minas o medidas (de cobre y estaño), que se equipararían con el oro y la plata -usada por reyes y nobles en sus tumbas o en sus joyas-. Todo lo que increiblemente se podría tasar a su vez correspondiendo con un número de bueyes o de curtidos bovinos; e incluso, se equivalían con el precio de las tierras, las siembras, el ganado; o con cualquier mercancía (que sucesivamente se incorporan en la cadena de precios de mercado). Por todo ello, aunque la base inicial de cambio debió ser el curtido o la cabeza de ganado; asimismo el valor "comodín" (igual de útil en todas partes) estuvo en una media común del bronce: El hacha. Bipenna sagrada que se convierte poco a poco en un lingote estandarizado; por cuanto los talentos que en un principio imitaban al hacha plana (las bifaces, usadas en etapas antiquísimas como "moneda"), pero finalmente fueron identificados con pieles o bueyes.
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Todo ello, nos lleva a deducir que el primer comercio (durante el tercer y segundo milenio a.C.) se hizo en las bases que determinamos: Trocando hachas por cueros y piezas de bronce por cabezas de ganado. Aunque en esta etapa también entrarían los objetos bellos y de adorno como valor de cambio; teniendo el oro, el ámbar y la plata un lugar en cada mercado y en cada momento. Basado en un sistema que posiblitaba también valorar casas o tierras; principalmente tasadas en bienes "superiores", como el ganado y las bifaces (e incluso en piezas de oro y ámbar). Al igual que iniciar un mercado "externo" antiquísimo, en el que la medida fuera este hacha y su relación de precio con el buey (o las pieles curtidas). Historia del mercado que nunca olvidaron los que controlaban la economía antigua; debido a lo que gran cantidad de monedas se acuñaron con la efigie del toro (o del buey), del mismo modo que los talentos o minas tenían ese bóvido como marca. Algo que llega hasta en época romana, donde un solidum (de oro) se tasaba en un buey; considerándose este el salario medio -el de un soldado legionario-, que en la Iberia prerromana se correspondía a treinta y ocho denarios de plata. Un mismo territorio que aún cobraba tributos en forma de cueros curtidos, como señala Diodoro, cuando narra como hubieron de pagar con trescientas pieles de buey las ciudades de Numancia y Termancia, en el año 140 a.C. (9) .
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BAJO ESTAS LÍNEAS: Ajuar encontrado en Arroyo Culebro (Leganés, Madrid), fechado entre el 750 y el 450 a.C.; que comprende dos recipientes de cerámica y veintidós pulseras-lingote de bronce -propiedad del Museo de Alcalá de Henares, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. El hallazgo es de gran importancia para cuanto venimos exponiedo, pues hemos de considerar que estos brazaletes no son propiamente adornos del difunto; sino lingotes u objetos de prestigio, cuyo significado se relacionaría con el valor del metal en su época. La forma dada de pulseras al lingote, permitiría viajar con ellos y transpotarlos facilmente; vendiéndolos o cambiándolos, cuando así lo necesitase quien los llevara (hombre o mujer). Siendo de algún modo un "modo" la moneda de fines de la Edad del Bronce ibérico, (aunque el hallazgo se fecha a comienzos del Hierro Peninsular, todavía quedaban siglos para la aparición de acuñaciones en nuestras tierras; por lo que hemos de considerarlos vinculados a una etapa con modelos de la Edad del Bronce)
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ESTE ARTÍCULO CONTINÚA EN UNA SEGUNDA PARTE, SI NO LA TIENE BAJO ELLA, PULSE EL SIGUIENTE ENLACE PARA ENCONTRARLA: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
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CITAS:
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(1): A los interesados en conocer más sobre el origen y la herencia micénica entre los judíos, les aconsejamos leer nuestra entrada: LOS HEREDEROS DE MICENAS: Su establecimiento en Israel y su relación con Tartessos (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXVII). HABLA ACERCA DE DÓNDE FUERON LOS PUEBLOS QUE CONFORMARON MICENAS, TANTO COMO DEL ORIGEN Y LUGAR EN EL QUE SE ESTABLECIERON MUCHOS DE LOS LLAMADOS "DEL MAR": LAS COSTAS DEL ACTUAL ISRAEL http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_19.html
(2): El Becerro de Oro: Éxodo 32:4-8
(3): Textualmente los referidos autores escriben: "Este mitema de la piel de toro y el sacrificio primordial también pudiera explicar el significado de los llamados ‘morillos rituales’, Mondidolen o Mondhörner del Bronce Final, que ofrecen forma de ´cuernos` más que de ´crecientes lunares`, aunque se discute su significado concreto, tradición que se ha relacionado con los ´Cuernos del Altar` que de forma reiterada cita la Biblia (Loré, 2004: 51) y que, indirectamente, pudiera estar relacionada con el mito de Telepinu y el ‘Toro Celeste’ del mito de Gilgamesh" PAG 257 de "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro". CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262
(4): La aleación perfecta para obtener un bronce tenso que no se partiera con el choque de espadas, parace que era de un 82% de cobre y un 8% de casiterita. Esta fórmula ya se encuentra en el armamento de la Edad del Bronce, principalmente entre los pueblos más avanzados; Egipcios, Mesopotémicos, e incluso cretenses y micenios. El problema, tras el hallazgo de aquella aleación perfecta, era conseguir el estaño, que se había agotado en el Mediterráneo ya a comienzos del segundo milenio a.C..
(5): Comentábamos en anteriores estudios que M. ROSARIO LUCAS PELLICER y ENCARNACIÓN RUANO RUIZ, en 1988 realizaron un interesante estudio acerca de la aparición del Labrys (o la figura de bipenna) en la etapa prerromana peninsular. Acerca del capitel que tratamos escribían en su trabajo "El Cortijo del Ahorcado (Baeza, Jaén) estudio de los restos arquitectónicos de época ibérica" -M. ROSARIO LUCAS PELLICER ENCARNACIÓN RUANO RUIZ en Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, H.Antigua; t. I 1988 págs. 79 a103- .
Texto (sic):"García y Bellido en su monografía La Arquitectura entre los Iberos (1945, págs. 93-96), repite sucintamente los datos proporcionados por Mélida y denomina ´cúbico` al capitel encajado en la columna (el exhi bido en la sala)" pag 80. Sobre los capiteles: "la Cara (a), Limitan los flancos dos líneas paralelas, a modo de columnillas abultadas, prolongadas en los extremos por sendos apén dices cuadrangulares con dos lados cóncavos (el diseño se asemeja al denominado de `piel de buey´ o `doble hacha´). pag 84 . Acerca de las columnas que los sujetan y el recinto del Cortijo del Ahorcado, que: "Columnas rematadas en un tipo de ´capitel de zapata` muy próximo al que estudiamos debieron utilizarse con cierta frecuencia desde el Minóico Medio. No se conocen ejemplares auténticos sino versiones que atestiguan esta función de sostén empleando, quizá, elementos de madera: en el llamado `Vaso de los Boxeadores´ de Hagia Triada, Creta (Handbuch der Architektur, Band I cit. en D. S. Robertson, 1981, pág. 43, fig. 7) se reproduce este modelo de columna muy semejante a la del Cortijo del Ahorcado pag 88. Relacionándolo con el mundo minoico añaden que: "Otro documento a recordar es una terracota de Cnossos que muestra una columna con un ´capitel` semejante sobre el que se representaron las cabezas de los troncos de madera (A. Beltrán, 1949, fig. 162, 11, III)". pag 88
(6): El altar del incienso en La Biblia: Se refieren al altar en citas de: EZEQUIEL 43,16,20 y 43,13,17. JUDIT, 9,8; SAMUEL, 16 1 y 10 1; JOEL, 2, 1; AMOS, 3, 6; ZACARÍAS 9,14 .
Siendo muy especial la descripción que da en Éxodo (37, 25-28): // 30 Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás. // 2 Su longitud será de un codo, y su anchura de un codo; será cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. // 3 Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro. // 4 Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado. // 5 Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro. // 6 Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo. // 7 Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. // 8 Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Yahveh por vuestras generaciones. // 9 No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación. // 10 Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Yahveh.
(7): Levítico 16:18-20
(8): PARA AMPLIAR CONOCIMIENTOS, PUEDEN CONSULTAR NUESTROS ARTÍCULOS: /// 107º EL HOMBRE-TORO DIOS DE LA FERTILIDAD Y ORIGEN DE LA MONARQUÍA -de "el frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 9º (Parte LXXVIII de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. SE TRATA DE LAS REPRESENTACIONES MESOPOTÁMICAS DEL TORO ANDROCÉFALO COMO PROTECTOR Y A SU VEZ DE FIGURAS SEMEJANTES QUE HAY EN OBJETOS TARTESSICOS (TANTO COMO DEL ORIGEN DE LA MONARQUÍA EN BASE AL PENSAMIENTO GANADERO). http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/1-0-1-0-1-0-1-0-1-0-1-0.html /// 108 º El TORO, DIOS FLUVIAL DE LA FERTILIDAD (desde Apis, a los bueyes de Gerión) -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 10º (Parte LXXIX de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. DONDE HABLAMOS DE APIS COMO ORIGEN DEL SÍMBOLO DEL BUEY DIOS DEL RIO, Y SU RELACIÓN CON LAS RIQUEZAS, TANTO COMO AQUELLA CON LOS TOROS DE GERIÓN. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/05/el-toro-dios-fluvial-de-la-fertilidad.html /// 109, 110 y 111: Son tres entradas dedicadas al análisis histórico, simbólico y geográfico de la BICHA DE BALAZOTE de las cuales la preimera es la última en prelación es decir: /// 1ª-LA BICHA DE BALAZOTE (del Tammud babilónico al Aqueloo griego) -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 11º (Parte LXXX de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. DONDE SE HABLA DE AQUELOO Y SUS MITOS CERCANOS, RELACIONADOS CON LOS DEL TAMMUD BABILÓNICO. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/06/la-bicha-de-balazote-del-tammud_2204.html /// 2ª- LA BICHA DE BALAZOTE (del Tammud babilónico al Aqueloo griego) CONTINUACIÓN 1º -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 11º (Parte LXXX de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. EN ESTA SE TRATA DEL TORO ANDROCÉFALO COMO SÍMBOLO DE FERTILIDAD EN CRETA, CHIPRE Y GRECIA. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/06/la-bicha-de-balazote-del-tammud_8.html /// 3ª- LA BICHA DE BALAZOTE (del Tammud babilónico al Aqueloo griego) CONTINUACIÓN 2ª -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 11º (Parte LXXX de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. EN ELLA HABLAMOS DEL TORO ANDROCÉFALO EN LA ITALIA ETRUSCA, EN CERDEÑA Y EN LA PENÍNSULA IBÉRICA; TRAS LO QUE TRATAMOS SOBRE LA BICHA DE BALAZOTE. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/06/la-bicha-de-balazote-del-tammud.html
(9): Diodoro; Biblioteca Historia; 33,16.
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