miércoles, 18 de marzo de 2015

EL ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del estudio de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres- (Capítulo 100 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo")

ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del en el que se contienen más de ciento cincuenta artículos que hasta ahora hemos "subido". VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/indice-de-articulos.html
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Dibujo mío, retrato del profesor y académico Martín Almagro-Gorbea, una de las mentes más prodigiosas hispanas en el terreno del Humanismo, la Historia y la Antigüedad. Perteneciente a una estirpe de historiadores y arqueólogos que son élite y modelo a seguir en nuestro país. Almagro Gorbea ha realizado algunos de los descubrimientos más importantes de fin de siglo, entre los que destacaremos en relación al presente artículo, los referidos a Pozo Moro (su carácter neohitita y su planta en forma de piel de toro). Por su parte, es hijo y continuador del profesor Martín Almagro Basch; quien encabezó el movimiento de investigadores que "transportó" la arqueólogía hacia "la modernidad". Variando fórmulas y teorías tan románticas como hipotéticas, por estudios científicos y técnicos. Una generación de verdaderos sabios -entre los que además de Almagro Basch, estaban entre otros: Blanco Freijéiro, Maluquer de Motes o García y Bellido-; quienes partiendo desde los conocimientos de personajes como Schulten, generaron un puente intelectual, aunando el siglo XIX con el XXI (en cuya labor la saga de "los Almagro" ha sido fundamental) .
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Me he permitido encabezar el presente artículo con un retrato a lápiz del profesor Almagro-Gorbea, descubridor de la forma "piel de toro" que guarda la planta en la tumba de Pozo Moro. Ilustrando con ello un nuevo artículo en el que intentaremos comprender más acerca del significado de aquellos altares con forma de cuero bovino, en los que oficiaban durante época y en edificios tartessios. Estudio que comenzaremos resumiendo y explicando lo que sobre de estas aras semejantes al pellejo de buey nos expone Martín Almagro Gorbea, en su trabajo intitulado: El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro (Ver cita 1). Quien junto a los profesores Alberto J. LORRIO, Alfredo MEDEROS y Mariano TORRES ORTIZ, analizan las características comunes, el simbolismo y el uso de estas aras; que proliferan por el Mediterraneo desde el segundo milenio a.C., a la Primera Edad del Hierro.
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ABAJO: También en otro dibujo mío, el Altar de El Carambolo en forma de pellejo, tal como lo publica (en fotografía de 2007) Jose Luis Escacena, con su señal de Aserah. Muy importante es la idea que sobre esta forma piel de toro defienden los profesores J.L. Escacena y Fernando Amores, quienes no ven relación plena entre el diseño de cuero (en aras y plantas de yacimientos tartessios) y los lingotes más antiguos -que tenían una misma forma-. Considerando más bien que en todo caso, los lingotes fueron los que imitarían al curtido; siedo aquellos talentos cúpreos llamados "pellejo de buey" (usados en el Egeo en Chipre o Cerdeña, desde el siglo XV y hasta XI a.C.), los que imitan ese lomo de toro (2) .
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Terminan los referidos profesores ESCACENA Y AMORES el texto que hemos recogido en anterior cita del siguiente modo: "Como mucho, entre estas joyas, los altares y los lingotes existe una relación de parentesco evolutivo basada en una plesiomorfía, es decir, en el hecho de compartir caracteres primitivos sustentados en una inspiración ancestral común". Considerando (no sin gran motivo) que el inicio y la fuente o modelo del diseño de lingote serían las pieles de bóvido. Idea que puede comprenderse y razonarse sobre el hecho de que los primeros y más sencillos medios de trueque hubieron de ser las "cabezas de ganado", e incluso los curtidos. De ello, no sería desacertado considerar que las piezas de metales se marcasen como "toros" o cueros, indicando un valor de referencia. Pudiendo afirmarse perfectamente que esos talentos con la forma del pellejo del bovino se cambiaban o tasaban finalmente por un número de cabezas, o de pieles predeterminadas (en cada transacción y conforme a la subida o depreciación de los metales).
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Pese a todo, en el planteamiento de Escacena y Amores queda una pregunta sin resolver, referente al origen de esta forma. Cuestión que podríamos exponer, preguntándonos si realmente el único antecesor de aquellos bloques de metal con forma de buey, fueron tan solo los referidos curtidos. Pues personalmente considero que esos lingotes que imitaban la piel del toro, también tienen su inspiración en las hachas bipenas (del Bronce); unas piezas metálicas que sin lugar a dudas debieron ser moneda de cambio durante el tiempo en que se utilizaron como armas o herramientas (en el segundo milenio a.C.). Todo lo que parece probado con los múltiples hallazgos en los que se han encontrado infinidad de estas, sin tocar o usar y guardadas a modo de "lingotes". Centenares de armas, que aparecen atesoradas y ciertamente escondidas como en un "banco" de metal, o en un arsenal; no solo con fines bélicos, sino a su vez por razones económicas.
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Por cuanto decimos, creo personalmente que los edificios, altares y joyas de Tartessos -y de otros lugares en los que observamos este mismo diseño-; además de la "piel del toro", también recordarían al hacha del Bronce (llamada en Creta Labrys). Formas y figuras que proliferan por nuestra Península durante la Primera Edad del Hierro, imitando sin duda al totem iberico (el bóvido) pero a su vez también a la herramienta fundamental -como arma y como valor mercantil-. Puesto que el metal por aquel entonces tenía un valor uso en referencia a la cabeza de ganado, pero también unido a la milicia y a su utilidad. Debido a lo que en tiempos de paz no se pagaba lo mismo por el bronce (con el que se fabricaban armas y luego corazas) que durante las guerras; valorándose menos en épocas bélicas, el oro o la plata. Por lo demás, sabemos que en el Mediterráneo era considerando el "bos bravo" -uro o toro salvaje- como el dios de la guerra (representación de Marte, común en la Península). No siendo extraño que en razón de ello, aquel animal fuera a la vez tenido como el símbolo de la metalurgia. Por lo que el hacha, el asta, la punta de flecha, venablo o arma; se comprenderían unidos con sentidos muy cercanos. Todo lo que explica claramente el culto al Labrys en Creta y el del toro, que se simbolizaba por esa bifaz cuyo diseño es tan parecido al del curtido. Y aunque la piel del Minotauro fuera la del hombre -pues se trataba de humano con cabeza de bos-, parece inevitable admitir la existencia entre los minóicos de la veneración hacia un modelo muy similar al del cuero -unido a las astas-. Algo que nos obligaría a identificar los cuernos del toro y su piel, con aquella forma de la bipenna (el Labrys, adorada en la estancia del palacio de Cnossos que tomaba el nombre de ese arma de doble filo).
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A) EL ALTAR EN FORMA DE PIEL DE TORO SEGÚN ALMAGRO, LORRIO, MEDEROS Y TORRES ORTIZ (introducción):
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Trataremos en este artículo principalmente sobre la obra mencionada al comienzo del artículo -ver cita (1) "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro" -. Estudio en cuyo comienzo leemos como los investigadores consideran que esos altares domésticos (llamados "Eschára" o bien "Ashera") tendrían su origen en el hogar -o el megarón- situados en la habitación principal del palacio. Posteriormente, aquel ara pasaría a relacionarse con el culto dinástico de los reyes y nobles; aunque al desacralizarse la monarquía en la Hélade, estos altares salieron de palacio y se incluyeron en los templos; asociándolos al banquete sagrado (unido a la cocina ritual y al sacrificio sobre el fuego). De tal modo los referidos profesores relacionan estos cultos antiquísimos griegos con el de Telepinu, del siguiente modo: "En el mito hitita de Telepinu, el hijo del Dios de la Tormenta que se convierte en un ´rey-dios`, archegéta o rey-fundador de la ciudad y del reino. En su palacio encendió el primer fuego de la ciudad, acto que constituyó su fundación ritual, tras la que dicho hogar pasó a ser el centro onfálico de la nueva ciudad. Este primer fuego se realizaba sobre la piel de un buey o toro sacrificado, extendida en el suelo, como primera eschára o altar, al ser allí donde se cocinó la carne del primer banquete sacrificial (...) Este hogar tenía también carácter ctónico, como bóthros que comunicaba con el mundo subterráneo y su fuego se apagaba al desaparecer Telepinu bajo tierra, mientras que volvía a arder al reaparecer el dios" (3) .
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Como podremos comprender o intuir, al leer las anteriores palabras; la asociación plena entre el altar griego -en forma de piel bovina- y el mundo hitita, se debe considerar en gran parte por influencia lidia (o frigia) en la Hélade. Todo lo que -sin duda- nos referiría una herencia neohitita plena en Grecia. Algo que a su vez se relaciona con descubrimiento del profesor Martín Almagro Gorbea, llevado a cabo en la tumba de Pozo Moro, donde encontraron igualmente en su planta este diseño taurodérmico. Hallazgo que se produce al comienzo de la excavación y cuando el investigador observa cómo el suelo guarda este diseño del curtido. Algo que sucede a mediados de los años setenta, poco después de que Kukahn y Blanco Freijeiro igualmente se habían percatado de la aparición de aquel modelo -piel de toro- en objetos de tipo tartessio. Observando que en la bandejita de La Joya (yacimiento onubense) se representaban multitud de cueros o de lingotes llamados "keftius" (cretenses). Unos pellejos que en el caso de la bandeja, yo no considero personalmente pieles popiamente taurinas (por su tamaño); sino que a mi juicio hemos de interpretarlos como curtidos de ovejas, tensadas sobre bastidores. Por todo lo cual creo que en esta pieza de la La Joya, se representa más bien una fiesta de la diosa Tanit, celebrada con esos panderos cuadrados o tambuoras hechas con las referidos cueros ovinos -instrumento musical común en todo el folcklore milenario del Norte de Árfica-.
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Sea como fuere, el hallazgo o "el error milagroso" de Kukahn y Blanco, que identificaba esos panderos de la bandeja, con los pectorales de El Carambolo (sin duda con forma de curtidos). Sirvió para que Almagro Gorbea viera inmediatamente este mismo diseño en la planta de Pozo Moro; todo lo que posteriormente obligaría a pensar que aquella linea de "lomo de buey" pudo tener mucha relación con las culturas de Anatolia. Sobre todo cuando se consideró a esta tumba sita en las cercanías de Chinchilla, de tipología, estilo y arquitectura neohitita -a la que llamaban quizás por su similitud con estilos sirios: El Pozo del Moro-. Un monumento que conforme la evidencia mostraba, hubo de llegar a construirse en nuestras tierras por obra de múltiples huidos en las diferentes invasiones que sufre Anatolia durante estos siglos del IX al VI a.C.. Momento en el que vive tremendas convulsiones la zona hoy correspondiente a Turquía; atacada primeramente por los fieros escitas, luego por los asirios, para ser finalmente destruida por los griegos. Repetidas invasiones que cayeron sobre este área central de la actual península turca, terminando por arrasar el último gran reino neohitita que pervivía (el de Gordión). Una nación conocida comunmente como Frigia, que fue refundada por el padre del famoso Midas (el monarca Gordión), aunque aquel "Nuevo Estado" hitita tan solo perduró por una generación. Ya que su sucesor, tan afamado por el oro y las riquezas; murió asesinado por los invasores (o bien -según la leyenda- tuvo que quitarse la vida por su propia mano para evitar caer en las del enemigo que conquistó todo su reino) (4) .
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ARRIBA, EN IMAGEN: Una de las vitrinas del recientemente inagurado M.A.N., al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto. En ella vemos "lingotes" de oro en forma de zarcillos -de la Edad del Bronce- y más abajo hachas planas de la misma época. Todo ello, a mi juicio, pudieron ser objetos de uso (joyas o armas) pero a su vez también un medio de cambio y trueque; tal como demuestra el perfecto estado en el que se encuentran las armas que no han sido usadas para luchar, laborar ni cortar. En la misma fotografía y de manera superpuesta hemos incluido una pieza del tesoro de Heredade -de finales del Bronce peninsular (fechado entre los siglos IX al VIII a.C.)-, en la que podemos apreciar claramente la forma del hacha doble o lingote (que tratamos). Diseño que se incluye como decoración en muchas de las piezas peninsulares de orfebrería del Bajo Bronce. Joyas datadas en épocas que aún se comercializaba el cobre en esos talentos "pellejo de buey", comunes al Egeo, Creta, Chipre y Cerdeña (usados al manos hasta el siglo XI a.C.).
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Por cuanto expresamos, los altares de fuego con forma de toro y los lingotes, hubieron de tener gran relación con esas hachas anteriores al Hierro. Puesto que en ellas y en su diseño puede explicarse el sentido místico o sagrado del crisol, donde se hallaba la creación de la pieza de metal. Un molde del que nacían las armas -troqueladas o fundidas- y cuyo nombre común es el de matriz. Habida cuenta que metalurgia y maternidad estaban identificadas desde sus orígenes y entre las tribus más ancestrales (tal como repetidamente expresa Micea Eliade, especialmente en Guerreros y Alquimistas). Siendo así, la fundición y el crisol tendría un sentido ctónico unido a ese altar con la forma de hacha; y de su fuego procedía el don divino que hacía nacer el metal, que protegía y otorgaba la prosperidad. Por todo cuanto expresamos también el totem de la guerra y de la economía (el toro); hubo de ser identificado con aquellas aras en las que se sacrificaban los bóvidos. Por cuanto no es de extrañar que esos altares hubieron de ser vistos como un crisol y un yunque -de metalurgio-, o como un lingote o un hacha. Pero a su vez, como el toro que allí se ofrecía; pues el bovino y el hacha, eran los bienes más preciados para la economía y en la guerra. 


ABAJO: Ara de época Heládico Inicial, tal como la recogen los profesores Almagro, Lorrio, Medero y Torres, en la obra que estudiamos: "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro". La imagen se corresponde con el "receptáculo central, en forma de piel de toro existente en Lerna" (publicado en foto por Caskey, 1990). Aunque a mi juicio, si lo observamos con más detenimiento, nos daremos cuenta de que su verdadera forma es más bien la de un "hacha" y no tanto la de un cuero bovino. Pues concretamente creo que se corresponde con la linea del vaciado para fundir armas; todo lo que me hace identificar este altar que recoge Almagro Gorbea, con un molde de bipenna o bien con el hacha doble y su crisol (tal como más adelante explicamos; principalmente al final del artículo donde veremos que aquellas aras simbolizan además del cuero, el mundo de la metalurgia -tan unido al de la ganadería en conceptos ctónicos y económicos-).
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En nuestra anterior cita (4) hemos recogido varios artículos -y sus enlaces-, incluidos en esta serie de trabajos que he llamado "LOS BUEYES DE GERIÓN EN EL TESORO DE EL CARAMBOLO". Estudios en los que brevemente exponíamos temas como la "Relación entre El Carambolo y el rey Midas". La "Simbología neohitita en las joyas; un tesoro de rasgos frigios que bien pudo ser hecho, o regalado a Arganthonio, por el rey Midas". "LOS SÍMBOLOS QUE CONTIENE EL COLLAR DE EL CARAMBOLO, LETRAS DEL SILABARIO NEOHITITA (LUWIO), PUDIENDO TRADUCIRSE COMO "dios y rey". Las "RELACIONES ENTRE EL MUNDO NEOHITITA (FRIGIO) Y TARTESSOS". "Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón". O bien las "CITAS HISTÓRICAS QUE MENCIONAN EL COMERCIO ENTRE MIDAS (REY DEL ORO NEOHITITA QUE GOBERNABA GORDION) Y TARTESSOS". Todo ello expresado brevemente en media docena de trabajos, que más tarde hemos ido desarollando en otras series, como los dedicados especificamente al "Frigianismo en la cultura ibérica"; en los que ya hemos tratado de manera más concreta sobre la unión entre el mundo peninsular prerromano y la Anatolia prehelena.
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Por ello comprendemos perfectamente que el profesor Almagro Gorbea considere una influencia plenamente hitita (o anatólica), el altar de fuego en forma de piel taurina; muy extendido por tierras "turdo-ibéricas". Aunque a nosotros -personalmente a mí-, me parezca este diseño "vacuno" más bien el de un ara de tipo mediterránea, común a todo el Bronce del Egeo y de Oriente Medio (muy frecuente en Creta y Anatolia). Una mesa que imitaba al totem, que más tarde sería exportada por los minoico-micénios al resto del Mediterráneo. Pese a que previamente fueron utilizadas mesas rituales semejantes en Egipto (milenios antes), tal como se usaron en Canaan -donde aparecen ese tipo de aras de sacrificio desde tiempos tan antiguos como en Anatolia-.
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Consecuentemente consideraríamos más bien el altar taurodérmico, como una mesa que recordaba al crisol o la fragua del metalurgio, en la que se hacían las armas. Hoguera comunmente alimentada por un gran fuelle fabricado con la piel del del bóvido, que relacionaba la escena de la fundición, con el toro; al ser este el totem de la guerra. Un animal que también era la víctima principal que se ofrecía sobre el fuego en los recintos sagrados -o en los banquetes principales-. Pues tal como podremos leer en los escritos que narran un holocausto en Grecia, en Egipto, en Canaan o en la misma Biblia; las grasas y los restos principales de aquel animal cornúpeta, solían ser expuestos sobre en estos altares, con el fin de que el fuego las consumiera y las elevara hacia el dios al que eran inmoladas. Por todo ello y siendo el buey la ofrenda más propiciatoria y la mayor de las expuestas en estos casos; en principio no es extraño que las aras tuvieran una forma semejante a la del totem que allí se sacrificaba (o se quemaba). Aunque a decir verdad, en zonas como Canaan o Egipto y hasta en Creta y Chipre (en el mundo monóico, el egipcio-micénico y el canaaneo); cuanto solían imitar esos altares, era los cuernos del buey, y no tanto la forma de su piel. Consistiendo una verdadera novedad esta aparecida en Tartessos, donde las aras contenían el diseño del cuero. Una costumbre que a juicio de los investigadores que citamos, puede provenir desde el recuerdo hitita de Telepinu, tal como nos explican en el texto que estamos estudiando; o bien de su influencia a través de los mencionados altares Heládicos.
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Consecuentemente, los partícipes del trabajo que analizamos, continuarán escribiendo sobre el diseño piel de bovino: "Sin embargo, nunca se ha llegado a abordar su significado. Inicialmente, fue considerado como un keftiu o lingote de cobre de tipo chipriota (..) pero posteriormente ha sido reinterpretado como una `piel de toro´ (...), interpretación ya generalmente aceptada, aunque hasta ahora nunca se ha llegado a conocer el significado que tendría y que explicaría su amplia generalización" (5) . Tras ello, los autores aprovechan para redactar y recoger una lista "ibérica" de monumentos, joyas y objetos que conservan esta forma; con el fin de evidenciar que su aparición no es casual y que prolifera en los ámbitos de Tartessos (o del Sur Peninsular, desde el siglo VII a.C.). Encabezando esta relación de formas pellejo de cuero con las frases: "En estos últimos años han suscitado un creciente interés los altares en forma de `piel de toro´, característicos de la cultura tartesia e ibérica. Estos altares fueron localizados en el palacio fortificado de Cancho Roano (Celestino, 1994 y 2001)". Después (como decimos), recopilan los más importantes casos aparecidos -o descubiertos- en los últimos tiempos (6). Recogiendo más de diez monumentos, entre los que nos destacan los de Coria del Rio, de los que escriben que tienen una "eschára" (o agujero con la función de libar) para introducir por este orificio probablemente la sangre, tal como parece también hay el de Cancho Roano (Zalamea, Badajoz) y en los altares de Málaga (7) .
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: En primer plano, la famosa Osa de Porcuna (Jaén) y al fondo el conocidísimo monumento de Pozo Moro -tal como se presentan actualmente en el MAN, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. Hemos querido recoger ambos "sepulcros" en una misma imagen porque contienen varias similitudes, aunque les separan diversos estilos y casi cinco siglos (puesto que la tumba de Porcuna es del I a.C., mientras el hallado en Chinchilla comienza a fecharse unos cuatrocientos años antes). Pese a todo, los rasgos comunes hacen pensar que la mencionada osa, pudiera tratarse más bien de un felino idealizado e influenciado por ideas funerarias neohititas, donde el león aparece como guardián del sepulcro comunmente. Algo que sucede claramente en el de Pozo Moro (rematado por leones casi iguales a los coetáneos de otras tumbas anatólicas). Aunque en el caso de Porcuna quizás el artista se ha decantado por costumbres más itálicas o etruscas (ya que se encuentra una cabeza cortada humana -de tipo celta-, bajo la pata del animal).
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Por cuanto decimos, el monumento de Pozo Moro, es de pleno influjo neohitita y a mi juicio se debe a frigios huidos hasta nuestras tierras en el momento en que Asiria (y posteriormente Grecia), destruyen el imperio de Midas. Con una virulencia tal, que arrasan practicamente toda Frigia por dos veces, castigando a la esclaviud o al exilio a sus habitantes. Quienes lógicamente se vieron en la obligación de huir por mar -antes que por una tierra facilmente cercada-; llegando de seguro así hasta las costas peninsulares. Un litoral donde los foceos (muy cercanos a los frigios y también atacados por Asiria) se habían asentado en colonias como Alonis, Hemeroskopion o Leukade. Puertos que distaban tan solo un par de jornadas hasta el lugar en que se halló el famoso monumento que vemos en la foto (en Chinchilla, Albacete).
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Además y en lo que se refiere al contacto entre Gordion y nuestras tierras; tal como ya expuse en diversas ocasiones, hay citas históricas en las que se afirma que su famoso rey (Midas) comerciaba el metal de Tartessos -concretamente el estaño del Atlántico-. Todo lo que parece coherente, puesto que si Frigia era famosísima como nación de metalurgia, sus habitantes tendrían que viajar en busca de la casiterita hasta los territorios más lejanos (ya que sin ella era imposible la fabricación del bronce). Un hecho que explicaría por qué en el momento de la huida de Anatolia, los súbditos de reinos como el de Midas (que marchaban de la destruida Gordión); llegaron hasta nuestras tierras, donde pudieron levantar cenotafios como el de Albacete. Todo lo que creemos hace pensar al profesor Almagro Gorbea que la forma "piel de toro" (que contiene entre otros Pozo Moro) es principalmente de influencia hitita.
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ABAJO: Dos imágenes con piezas muy diferentes, aunque ambas de la Edad del Bronce. Arriba y sobre la "A", vemos un molde de hachas hallado en un depósito muy cercano al lugar dónde se encontró el famoso de la Ria de Huelva. Abajo y marcado con la letra "B", podemos apreciar un hacha doble ritual minoica, hallada en el cementerio de Rethymnos y propiedad del Museo de Xania en Creta (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto). Hemos recogido estos objetos tan dispares para poder ver en ellos claramente como el diseño del ara griega en forma de "piel de toro" coincide muchísimo con el de estos crisoles o moldes (como el marcado con "A"), en los que fabricaban sus armas durante la Edad del Bronce (en especial los de hachas planas y bipennas). Asimismo, es igualmente fácil de observar que las bipennas (Labrys) tan sagradas en Creta y en el mundo minoico-micénico; se corresponden igualmente en linea y diseño a lo que llamamos lingotes o bien formas de piel de toro. Unos hechos que descubren más sobre el significado mistérico y acerca del simbolismo ctónico a estas figuras; ya que en ellas verían además del totem animal, el arma que les defendía (que también servía para sacrificar a la res inmolada) y a su vez, el lingote o el crisol que los fabricaba. Pudiendo consitituir este signo "piel de buey" un anagrama tan sacrosanto y venerado para aquellos pueblos que vivían del comercio del cobre (y de los metales), durante la Edad del Bronce. Como lo pudo ser el "pez" para los posteriores cristianos, o la pirámide entre los egipcios. 

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B) Telepinu y el sentido Ctónico del altar piel de buey:
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Continúan los autores de "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro" enfocando su estudio hacia la comprensión y el significado de este símbolo, escribiendo literalmente que: "la forma de `piel de toro´de los numerosos altares tartésicos extendidos desde Andalucía hasta Cataluña, (....) La clave para comprender el significado de esta forma debe radicar en su función ritual, pues el simbolismo originario de este elemento debe estar relacionado con las creencias míticas que han dado origen a esa forma tan peculiar" . Diferenciando posteriormente los modelos y objetos que existen en los campos de urnas (en el las zonas de influencia celtas), de los aparecidos en áreas tartessio-fenicias; al creer especialmente Sebastián Celestino Pérez que la función y significado en los dos ámbitos -territorios tan dispares-, debió ser muy distinta (8) . Pasando posteriormente a dictaminar una explicación simbólico religiosa de esos objetos y edificios con el diseño del cuero, en el que retrotraen sus orígenes hasta el mundo micénico, para (posteriormente) concluir que descienden de influencias anatólico-hititas. Así expresan literalmente que: "Dicho altar, generalmente circular como los altares micénicos, tenía carácter sacro y era símbolo de la unidad familiar y lugar de intermediación con los dioses (...) ya que estaba relacionado con los numenes de los antepasados familiares y con las deidades ctónicas (...), por lo que en él se libaba a los reyes en su ritual funerario. Este ritual es similar al del hogar doméstico del Pritaneo o casa del rey en Grecia, enraizado en la Tierra " .
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El referido estudio argumenta su teoría recogiendo textos que narran libaciones en altares semejantes, tal como -por ejemplo- el autor de la Odisea las describe: "El sacrificio en la eschára estaba asociado a libaciones (vertiendo, primero, una mezcla de leche con miel y después vino dulce, y finalmente agua pura, como narra Homero), y entre las que destacaba la de la sangre del animal sacrificado, normalmente cabeza abajo y sobre el agujero o bóthros abierto en tierra junto a dicho altar". Lo que -tal como decimos-, se narra en la Odisea, siendo este (a juicio de los investigadores) el uso que pudieron tener los altares tartessios de Zalamea de la Serena o del Sur; como "tradición mantenida en los casos ya citados de Cancho Roano, Castro Marín, o C/ Císter 3 de Málaga" (9) .
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Continúan los investigadores posteriormente con uno de los temas más interesantes acerca del significado de estas aras en forma de "res"; como lo es su sentido relacionado con el inframundo, los infiernos, los metales, las riquezas y el misterio de la germinación y la agricultura. Conceptos que "ritual y religiosamente" se denomina sentido "ctónico" y que en definitiva se puede resumir como el sentimiento de la muerte y del enterramiento, unido al de la plantación y germinación. Lo que culminará con la resurección del inhumado, del vegetal (o de los bienes), como regalo de los dioses. Algo que a su vez se identificaba con el misterio de las riquezas y sobre todo con el de las minas o de cuantos beneficios y animales nacían del interior de la tierra. Por todo ello, aquellas libaciones (de sangre, vino o perfumes) que se hacían llegar al interior y al subsuelo a través de altares grietas, cuevas u orificios -artificiales y naturales-. Se consideraban un "riego sagrado" propiciatorio y en favor de los dioses ctónicos (comunmente relacionados con Plutón-Hades o con Perséfone-Proserpina y su hija Kora- Creres). Escribiendo el estudio que resumimos como estos boquetes ("bothrós") de los emplazamientos rituales: "comunicaban con el mundo ctónico, pues servían para que llegara al héroe la sangre del sacrificio, de modo que el héroe pudiera saciarse con la sangre del animal sacrificado en su honor (...) rito denominado haimakouría (...), que, etimológicamente, significa `saciamiento de sangre´ (...) que aparece representado en el bronce arcaico ibérico de La Puerta de Segura, datado c. 490 a.C." (10) .
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Megarón o salón del trono de Cnossos, fechado en el Minoico Postpalacial -LMII (hacia el 1400 a.C.)- cercano ya a época micénica. En nuestra fotografía (que agradecemos nos permita divulgar el patronato Museo de Knossos, Creta), podremos ver claramente frente al "sillón pétreo" un ara de libaciones como las que describe y recogen los autores de la obra que analizamos. En este caso de Cnossos conserva exteriormente su forma redonda, pero donde -al parecer- se moldeaba su ceniza con la linea del "labrys" (hacha doble) o del cuero, tal como vimos en casos anteriores. Una imagen donde habíamos recogido el "receptáculo central, en forma de piel de toro existente en Lerna" (publicado en foto por Caskey, 1990); en el cual se podía ver como la parte media altar contenía claramente el diseño de un curtido o de un hacha (plana). Aunque las bipennas del mundo minóico no daban precisamente forma al ara; comunmente aparecen como instrumento de culto y como objeto para realizar el sacrificio (o bien pintadas sobre las tumbas y lugares sagrados). Un símbolo del doble filo que vemos repetido en toda la cultura cretense relacionado comunmente con recintos de culto al toro. Finalmente diremos para comprender la importancia de este signo en forma de hacha doble -cuero o lingote- que puede compararse en Creta, con lo que fue en Egipto la pirámide o el "ankh"; pero más aún con el bastón de mando (la maza y del flagelo), que está presente siempre entre los faraones.
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ABAJO: "Terraza" próxima a la "sala del hacha doble" en Cnossos (agradecemos a su patronato nos permita divulgar nuestras fotografías del palacio). Esta zona del "edificio real" minoico se encuentra -como decimos- muy próxima a la estancia que Evans bautizó como la del "Labrys" o bipenna, de donde tomó su nombre el Laberyntos (punto aproximado desde el que está tomada la imagen que vemos). En aquella habitación de la bifaz, Evans encontró infinidad de estatuillas votivas de diosas y sacerdotisas con las manos en posición semejante a las astas, presididas por unos grandes cuernos en alabastro o mármol. Diseño semejante a la cornamenta del toro que igualmente podemos apreciar decorando esta azotea; al final del palacio y en el extremo -actuando a modo de altar, o decoración con almenas hechas de astas-.
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La representación de esos altares rematados con dos astas es común en casi todas las épocas de Creta antigua. Tanto, que prácticamente no hay sarcófago (comunmente de cerámica) o fresco, en los que no se representen estos dos pitones del bovino. Tan repetidos en las pinturas minóicas, donde veremos oficiantes y oferentes que realizan sus ritos sobre aras con forma de grandes cornamentas. Por su parte, igualmente aparecen infinidad de decoraciones de azoteas y terrazas con este símbolo -como los de Cnossos-; sobresaliendo del templo o del palacio los enormes cuernos, quizás con el fin de identificar el edificio con la figura sagrada del bóvido. Todo lo que ciertamente podríamos relacionar con los altares en forma de cuero peninsulares; como residuo o recuerdo de una cultura milenaria heredada y unos ritos en parte semejantes (llevados a cabo en el esas aras del en forma de cuero, que estudiamos).
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La cita (10) que presentábamos en el anterior párrafo -previo a pies de foto- es de suma importancia ya que describe la mentalidad del culto ctónico. Ideas religiosas donde promulgaban -por ejemplo- que la sangre vertida sobre el suelo y las libaciones ofrecidas al interior, irrigaban sagradamente la tierra y suponían mucho más que un agua imprescindible para el cultivo. Tratándose de una sublimación de la lluvia, o de la fertilidad, a través de la cual se entendía que los dioses recibían su "merecido regalo" en el más allá (al igual los héroes; que en tantas ocasiones habían muerto y dejando su sangre y su carne para la tierra). Seres míticos que moraban en el Averno -o el mundo de los muertos-, que comunmente se situaba en el "Inter-nos"; el interior de nosotros o la bajo la tierra, donde se concebía el Hades. Por cuanto expongo, será fácil entender que aquellas libaciones vertidas en un boquete del ara, realizadas en una cueva, introducidas en una grieta natural -o bien volcadas sobre el terreno-; significaban una "llamada o petición de bienes" a los muertos. Unos antepasados que moraban en el Hades (el inframundo) desde donde podrían enviarnos las mayores riquezas: Los metales y minerales preciosos (que se hallaban en el interior de la tierra); junto a la germinación de grandes cosechas, que emergían de allí.
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Por todo cuanto exponemos, en los ritos ctónicos se relacionaban plenamente la muerte la tierra y la sangre, con el agua, la fertilidad, el enterramiento, la resurección o el fuego. Venerado en sacrificios sobre aras, en el suelo, o en vanos de piedras y en las cuevas. Bajo un concepto que unía el más allá con el mundo de la prosperidad, la opulencia, el nacimiento de vegetales o de animales. Todo lo que finalmente fue identificado con la metalurgia, la minería y la fragua (e incluso con el trabajo de los herreros y comerciantes del metal). Punto este útimo que constituía la clave de esos cultos procedentes del inframundo -de adoración a los muertos para que proporcionasen la prosperidad-. Por todo cuanto aquellos dioses ctónicos comenzaron siendo de carácter femenino, ya que al principio propiciaban la germinación, las buenas cosechas y la fertilidad del ganado. Aunque más tarde se pasaría a configurarles un rostro masculino, cuando lo ctónico se trasladó al mundo del subsuelo como adoración de los minerales (el oro, la plata o el cobre) y como veneración de los metalurgios, que lograban crear armas y herramientas.
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De tal manera, hemos de añadir que el mundo ctónico no solo se limitaba a libaciones o a la sangre del animal ofrecida por unas sacerdotisas a la tierra. Debido a que también estaría representado en los metales, pudiéndose comprender así el carácter sagrado del "hacha doble"; no solo como instrumento de sacrificio, sino también de adoración. Todo lo que hace entender un altar diseñado en forma de lingote, o de crisol (tal como vemos en las aras micénicas y en las posteriores de la Península que conservan una linea muy semejante). Ya que aquella bipenna simbolizaría tanto el arma de guerra (que portegía), como la herramienta de labor con la que se plantaban las cosechas y se trabajaba la tierra. Por todo lo que el lingote o el crisol, serían en verdad símbolos máximos del mundo ctónico -emblemas donde las riquezas se aunaban-. Siendo la fragua donde se manufacturaban los bienes y significando esa bifaz el arma creada con lo extraido de la tierra; convirtiendo aquellos minerales nacidos del subsuelo en algo tan valioso como la pieza de metal, el talento o la "moneda" de cambio. Unos bienes que eran el mayor regalo de Plutón-Hades, al cual pertenecía el inframundo de la minería y quien regalaba a los hombres el oro y la plata de sus yacimientos (al igual que su mujer -Proserpina o Perséfone- obsequiaba con la germinación y las cosechas a quienes también laboraban las entrañas del terreno).
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Por lo antes expuesto, si deseamos conocer más sobre el mundo ctónico que tanto se conectaba con el de estos altares (en forma de cuero), hemos de llegar al origen y los dioses de la metalurgia. Debiendo trasladarnos hasta las costumbres y mitos hititas (o neohititas), donde nos encontraremos con la diosa ctónica por antonomasia; quien era Kubaba, a la que milenios más tarde llamaron los romanos Cibeles (la Kybele griega). Deidad frigia, con un culto inicial muy marcado en Karkemish; capital de de los reinos neohititas que florecieron trás la caida de Hatti hacia el siglo XIV a.C.. Diosa que marca la civilización y el civismo (voz nacida de Cibeles), porque en era la dueña y señora del metal; aunque más bien habríamos de interpretarla inicialmente como el metal mismo. Es decir, simbolizando Kubaba el aerolito del cual extrajeron primeramente el hierro; un mineral que caido del cielo -a veces en bloques cúbicos y de allí su nombre-, llega a ser fundido y convertido en acero. El tesoro que hace nacer una nueva Edad, cuando precisamente en esta zona de Anatolia descubren el medio de calentar el mineral férreo al carbón y lo templan. Por todo lo cual, aquella diosa -Kybeles, Cibeles o Kubaba- era del color del meteorito (negra) y se concebía como la deidad que inicia la civilización (el nuevo mundo del Hierro). Un hecho que para muchos hace explicar el culto a las posteriores vírgenes negras que proliferan en zonas mineras -como la ibérica-, y que serían originariamente Cibeles cristianizadas.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: A la izquierda, fotografía en sepia antigua y tomada en el Museo de Ankara (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen) de una estela pocesional procedente de Karkemish. Fechada en el siglo IX a.C., representa a la diosa Kubaba en el trono del león (muy semejante al carro de Cibeles, también tirado por esos felinos) y tenía como uso como la protección de la muralla. Junto a esta foto y a la derecha, he situado los sellos del collar de El Carambolo, en los que a mi juicio se leen signos Luwios (neohititas), con las palabras "diosa Kuy" y "diosa Kuy", que identifico como "diosa Kuybaba" (la sílaba "BA" puede estar conenida en el diseño del sello, que se parece a la cazuela igual al ideograma de "BA, PA", en idioma Luwio). En la misma imagen y sobre mi traducción de los sellos neohititas de El Carambolo, he recogido las palabras de Ceram en su página 62 del divertodo libro "El misterio de los Hititas" ( C. W. Ceram, Madrid, 1981); donde podemos ver las primeras transcripciones de los investigadores que descubrieron el mundo Hitita. Entre ellas se destacan las interpretaciones iniciales como las que podemos leer, donde hallaron por primera vez escritas las palabras "dios" y "Kuybaba"; voces que coinciden con la doble "C" y los dos triángulos, de El Carambolo.
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ABAJO: Al lado derecho, estatua de la llamada "dama de Cehegín" actualmente en el Museo de Murcia. En mi opinión, esta escultura ibérica fechada hacia el siglo IV a.C., representa a la diosa Kuybaba (la Cibeles frigia); que se caracteriza fundamentalmente por su espejo, el gorro y el traje talar tipo neohitita. Atributos, que junto a su trono tirado por leones, hereda claramente Cibeles, deidad grecorromana que lleva igualmente túnica y luce una gran corona. Puesto que tal como decía en mis artículos sobre frigianismo en la cultura ibérica, personalmente creo que esta corona de Cibeles está heredada desde el tocado de Kubaba y de las deidedes hititas, que portan un "pilos" o gorro de tipo frigio-anatólico, con formas muy pronunciadas. Adornos en la cabeza, que en el caso de la neohitita Kubaba se ven como sombrero con los signos del Sol y de la Luna, similares a los símbolos tartéssios en forma de estrella crisantemo. Igualmente el de otras deidades que se le asimilaron (como Arinna) portaban un enorme tocado con forma de monte. Todos ellos sombreros rituales llamados "pileus" que guardaban esos diseños de colinas prominencias terrenales y que igualmente llevan muchas de las damas ibéricas. Esculturas prerromanas de la Peninsula en las que es muy común ver mujeres luciendo sombreros con formas iguales a las neohititas.
Sobre esta dama de Ceheguín, he vuelto a situar los signos luwios que recogía Ceram en "El misterio de los Hititas" (Madrid, 1981) y en el que -como dijimos- podemos ver las primeras transcripciones de los investigadores que descubrieron del mundo de Hatti. Entre ellas, escritas las palabras "dios" y "Kuybaba", a mi juicio tan semejantes a los signos de los sellos de El Carambolo, que podría completar el nombre considerando como ideograma la forma del colgante, que concide con la sílaba "BA" en luwio. Para consultar los artículos míos sobre Kuybaba y Cibeles, en el Frigianismo en la cultura ibérica ver: 97ª LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE PRIMERA: Posibles cultos a Cibeles en Tartessos. Pulsar sobre linea azul: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_26.html 98º LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA, EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE SEGUNDA: Cultos y ritos heredados desde Frigia. Pulsar sobre linea azul: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_28.html
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C) Kubaba, la diosa del metal frigio y el altar del fuego (¿con forma de crisol, de hacha o de piel vacuna?):
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Continuando con la obra que comentamos; los profesores Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres, explicarán poco después que aquellas aras helenas tenían su origen principal en el festín sagrado. Escribiendo: "En consecuencia, estos altares suponían la celebración de banquetes rituales de tradición ancestral, originados comunmente en el banquete sacrificial regio con sus comensales, como en la Ilíada narra (...) Entre estos banquetes destacaban los (...) funerarios celebrados en honor y conmemoración del rey o héroe difunto (...) de tradición ancestral constituía un elemento ideológico esencial para aglutinar la sociedad en torno a su Héroe Fundador o `Patrono´, hasta el punto de que se suponía que éste participaba en esos rituales de sacrificio y banquete de origen ancestral, que solían constituir la festividad principal de la polis, como ritual conmemorativo de sus funerales" (11) . Tras lo que siguen explicando que: "Este ambiente cultural refleja un mismo fondo mítico indoeuropeo relacionado con el hogar como centro cósmico. Dicho hogar ritual, de carácter sacro, poseía la virtud engendradora del calor del hogar doméstico, hecho de especial importancia ideológica, pues dicho hogar se suponía que había generado al antepasado heroico de la gens o grupo gentilicio, idea que se puede relacionar con la tradición mítica de héroes engendrados por un falo surgido del hogar doméstico personificado en ladivinidad del fuego. De este mitema existen numerosas versiones, como la conocida de Rómulo y Remo (Plut.,Rom.2), mito similar al de Servio Tullio, hijo de una sierva de Tarquinio Prisco fecundada por un falo (Vulcano) salido del hogar (...) (12) .
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Siendo importantísima la idea que expresa sobre este tema y acerca del significado del altar, que a mi juicio lo uniría plenamente con el crisol. También vemos que este ara ritual pertenece al mundo del "hogar doméstico" y de lo primordial en toda celebración; por lo que se relacionaría con el famoso fuego de las Vestales y con los cultos a la diosa del calor y del hogar (entendido como "lumbre"). Deidad denominada Hestia, que da nombre al estío por cuanto representa el calor; siendo esta diosa del fuego la que también nomina a He-fai-stos, como el Vulcanos griego, cuyo secreto se halla precisamente en las llamas. Una hoguera que en Roma debían mantener las vírgenes dedicadas a Vesta (Hestia) quienes la guardaban en su patio central, en donde se hallaba también el gran falo como símbolo masculino y ctónico del fuego. Pues como ya dijimos en muchos de nuestros trabajos (en especial el dedicado al Mal de Ojo, intitulado "Higo, higa hígado y aojo") (13) , el pene se consideraba unido a la luz, como idea de esperma del dios Sol, o del padre solar. Un progenitor que fecundaba a la Luna (madre) simbolizada en el agua; procediendo de aquel enlace entre las aguas y la luz: La vida. Por cuanto era absolutamente normal que en el patio de las Vestales se tuviera junto al fuego sagrado, el gran falo, símbolo de la fertilidad o de la procreación (pese al dogma y a la regla de vírginidad a la que sometían a las sacerdotisas allí recluidas).
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Pero más aún es comprensible que las adoradoras de Vesta (Hesta) fueran las cuidadoras del fuego sagrado, porque aquella llama simbolizaba a su vez el útero y el hogar. Un hogar identificado con la llama central de cada casa y a su vez con la luz del Sol; todo lo que obliga a pensar que ello pudo generar las teorías heliocéntricas que muchos filósofos de la escuela jónica ya sostenían en el siglo VI a.C.. Unos jonios que mantenían o enseñaban como verdadero, que nuestro hogar central era el Sol; un fuego igual a interior de cada casa, que se mantenía inmóvil en su mitad, mientras la Tierra (nosotros) girábamos entorno a él. Aunque deberíamos dejar a un lado estos hechos que la mayoría de los griegos consideraban heréticos y basarnos en lo que sí parece admitido por todos: La identificación entre útero, fuego, hogar y -por lo tanto- metal. Ello no solo porque el calor procedía de la atracción hacia aquel sexo de la mujer, sino porque además en el interior de la fémina, se halla la matriz; nombre que también se da a la pieza que forja y crea el nuevo metal. Todo lo que se explica bajo el concepto de que el fuego interno de la mujer, encendido por el contacto con el hombre, engendra al ser humano (de un modo semejante como el metalurgio funde sus objetos). Tanto es así, que el marido de Hestia, era Hefaistos -como dijimos- algo que nos explica directamente el mundo ctónico y el de la fragua plenamente unidos. Todo en "la casa" de Vulcanos, que precisamente es el volcán o la tierra que brama, que se mueve y que arde. Como reflejo del infierno, del Hades y del hogar de los muertos. Pero a su vez también como lugar del cual proceden las riquezas; pues las zonas y tierras volcánicas dan abundantes cosechas, tanto como es común encontrar en ellas ricos yacimientos de metal o mineral.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Torito en piedra caliza ibérico, del yacimiento de Écija, llamado "Cerro de las Balas" -agardecemos al Museo Arqueológico de Écija, que nos permita divulgar nuestra imagen-. La tipología que presenta este animal, esculpido con pliegues tallados en forma de picos o "palmeras", y sobre todo con sus ojos almendrados; delata a mi juicio una procedencia cretochipriota en su estilo. Un modo de esculpir -a mi entender- muy similar al que vemos en otros yacimientos ibéricos, como El Cerro de los Santos (en Yecla), muy cercano en distancia y formas también al de Pozo Moro -en Chinchilla-. La proliferación de esculturas prerromanas que representan toros, diseminadas por todo el territorio peninsular; demuestra que este animal no solo era el totem principal, sino que a su vez simbolizaba a uno de los dioses más importantes. Una deidad que conforme muchos investigadores opinan, era un tipo de Ares (Marte, señor de la guerra); pero que a mi juicio hemos de ver como un símbolo arraigado también a la economía, a la riqueza y a la prosperidad. Un dios ctónico personificado en el tóro, que simbolizaría la lucha y la fiereza (pues el bos bravo ataca y mata siendo herbívoro y solo por defenderse, tal como el hombre hace); pero que a su vez significaba la prosperidad, las riquezas y hasta los metales -que se valuaban en cabezas de ganado-.
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ABAJO: Famosa reconstrucción de un Kilis hallado en Medellín (de época tartessia, pocedente de tierras griegas). Representa a Zeus que sostiene sobre su mano lo que considero el símbolo de la luz o del rayo (y que más tarde sería la lanza de este dios). Este signo que reconozco como ctónico y que bien parece una salamandra; habríamos de interpretarlo -en mi opinión- como la chispa, la luz o el rayo (del fuego). Relacionándolo totalmente con el hacha doble cretense y con el tridente de Eil (el "il" canaaneo, que también porta dos haces de luz en cada mano, con forma de grandes tenedores difusos). Su origen probablemente esté en algún tipo de mechero (chisquero o ingenio para producir chispas) aunque también puede haber nacido desde objetos de uso para la lumbre (tenazas o badilas). Pese a todo, creo poder identificarlo más bien con ese hacha doble Labrys (que igualmente significaba la luz en Creta) y hasta con el símbolo ideograma "KO" de los idiomas cretochipriotas; lenguas que escriben en dibujos alfasilábicos, y cuyo signo semejante a un hacha doble equivale a "KO" o bien a "KA". Marca que identicamente guardan los alfasilabarios ibéricos y con semejantes valores. Algo que nos debe hacer reflexionar mucho sobre los orígenes de nuestra cultura, que sin duda alguna proceden del Egeo y más concretamente de Chipre, Creta y Anatolia.
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Una vez comprendido y visto el carácter ctónico de estos altares de libación sobre llamas (Asherah, ó Echára), donde se oficiaba el sacrificio y el banquete ritual; seguiremos con el estudio de los profesores Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres. Quienes partiendo desde el aspecto ctónico, dan una explicación mítica de las aras en forma de cuero, relacionada con el mundo neohitita. Escribiendo textualmente: "Este contexto ideológico permite abordar el significado de los altares en forma de ‘piel de toro’ tartesios e ibéricos a partir de la constatación de que todo rito tiene una obligada correspondencia en el plano mítico. Desde esta perspectiva, una posible clave puede ser el mito hitita de Telepinu, que reúne elementos orientales e indoeuropeos (...) Telepinu es un joven Héroe Civilizador, hijo del Dios de la Tormenta (...) vino enfurecido; con el relámpago iba tronando, desposado con Hatépinu, Diosa de las Aguas, hija del Dios del Océano (...) Telepinu como monarca pastor, se inicia en una paridera (...) y se convierte en un "rey-dios", Archegeta o rey-fundador de la ciudad y del reino, lo que evidencia su carácter heroico y divino. Como Héroe Fundador abre el surco primordial con el arado como Habis en el mito tartésico (Just. 44,4), institucionaliza el sacrificio, al reclamar su parte en el mismo y al libar con vino (....) va en busca del Sol subterráneo (....) por el camino del dios Sol subterráneo. Ha abierto el portero las siete puertas, ha retirado los siete cerrojos. Abajo, en la oscura tierra (…) Lo que (allí) entra, ya no sale más, lo que indica su carácter ctónico (....) comunica con el mundo subterráneo y es el primero que sale de él" (14) .
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El mito antes resumido, recoge las ideas fundacionales pincipales de muchas religiones indoeuropeas; esquemas míticos que vemos en historias como la de Rómulo y Remo (incluyendo el número siete, el arado, el surco, el Sol etc). Conteniendo los símbolos ctónicos del rey-agrario fundador, que labra la tierra de un mismo modo que fecundase a una mujer, pero que a su vez -en este caso- bajo aquel suelo trabajado encuentra el dios Astro. Siendo tantos los parecidos con las historias fundacionales itálicas, que hasta el nombre de Telepinu podemos asimilarlo al de Tarquino; monarca que se tiene como el primero de los romanos o bien el supuesto "abuelo-padre" de Rómulo y Remo (quienes habrían nacido de la fecundación por llamas introducidas en la vagina de su madre -la princesa, hija de Tarquino-). Sea como fuere, uno de los datos ctónicos más importantes que transmite el mito referido -en el párrafo anterior-, es que bajo el surco que abre en la tierra, Telepinu busca el Sol subterráneo. Lo que en principio se relaciona con la idea primitiva de una Tierra plana, bajo la que tras cada ocaso -durante la noche- daba la vuelta el astro rey. Navegando el Sol por debajo de nosotros, en el sentido contrario que llevaba durante el día; hasta alcanzar el lado opuesto, para salir en el amanecer por el Este.
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Evidentemente, ese podría ser el origen de libar y crear fuego en el suelo o en un altar semejante a una porción de tierra labrada (en pebeteros con formas rituales). Significado aquella ofrenda la búsqueda del Sol viajero bajo nosotros, en un intento por hallar en el interior de la Tierra a la estrella de la luz. Aunque en verdad creemos que más bien la leyenda de Telpinu nos habla de la minería y del mundo subterráneo, unido a las riquezas. Tanto que aquel mito (al igual que el de Rómulo y Remo) yo lo relacionaría perfectamente con el hallazgo de los metales, su fundición, la forja; e incluso con el mundo volcánico y con fenómenos telúricos relacionados con las termas o el magma. Puesto que no es extraño concebir que si la tierra "arde" (tal como pensarían al observar las grietas volcánicas o las zonas con emisión de gases y las aguas termales); este calor procederían del Sol que pasaba por las noches bajo nosotros. Pudiendo considerarse que mientras la gran estrella cruzaba debajo de la Tierra plana que habitaban; tomando el sentido contrario al del día, para salir cada mañana por el Este. Durante la noche -cuando el Sol estaba justo del "otro lado"- era el mejor momento para llegar a establecer un contacto con él, simplemente ahondando o excavando el terreno. Una idea que podría explicar antiguamente no solo los motivos del vulcanismo, sino incluso el origen de los metales (como el oro y la plata). Como procedentes de estos planetas que tan cerca pasaban girando bajo nosotros cuando invertían su camino -para diariamente aparecer de nuevo por el alba-. Siendo el oro trozos de Sol, la plata partes de la Luna, el hierro de Marte, el mercurio de Mercurio y etc.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: De nuevo, una comparación entre la Dama de Cehegín y la diosa Kubaba neohitita. Observemos en el primer cuadro, de la izquierda, a esta dedidad en un ortostato del Museo de Ankara (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen) fechado entre el 850 y el 750 a.C. y procedente también de la muralla de la ciudad de Karkemish. Vemos como Kubaba además de su gorro y túnica, porta en una mano el espejo y en la otra la granada, símbolo de esta diosa asimilada a la griega Perséfone. De un mismo modo y bajo la nuestra de Murcia (en la misma imagen), veremos otra Kubaba en una estela recortada neohitita, que igualmente sostiene estos atributos. Espejo que claramente lleva la de Cehegín en la mano izquierda, aunque no se puede ver bien si en la derecha, esta esculturita (actualmente del Museo de Murcia) también porta una granada -que en este caso asemeja esta fruta partida, o abierta-. Sea como fuere, parece indiscutible que la Dama de Cehegín sostiene un espejo y una fruta, luce traje talar y lleva un gorro de tipo frigio; todo lo que me obliga a aseverar que se trata de una representación de la Cibeles anatólica más antigua (llamada Kubaba, Kuybaba ó Kybaba). Diosa por antonomasia del mundo ctónico, y cuyo nombre también veo escrito en los signos de El Carambolo.
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ABAJO: Curiosa imagen que pudimos obtener en el Museo de Eritrea (Creta, al que agradecemos nos permita divulgarla). En ella vemos el frontal de un sarcófago de cerámica, fechado hacia el 1300 a.C. (postpalacial) y procedente de la necrópolis de Rethymnos. Un lado del la tumba minoica en que se observan claramente las figuras de un toro, sobre el que está la palma de flor de loto (egipciante) y abajo se encuentra el labrys ritual, junto a dos oficiantes. Personas que vemos están cumplimentando culto al gran hacha doble, con la que seguramente se trocearía el toro; simbolizando posiblemente esa palma de loto, la hoja de la bifaz que tras la muerte del buey, lo va a partir para ofrecerlo. La imagen (tristemente un tanto borrosa, debido a las condiciones lumínicas) no deja lugar a dudas del ritual y del caracter ctónico de lo que representa; mostrando el sacrificio del totem en favor del muerto -inhumado en el sarcófago que contiene esta pintura-. Todo lo que expresa ese sentido ctónico del toro, desde los tiempos más ancestrales y para las culturas marineras del metal (como lo fueron las cretochipriotas, la fenicia y la tartessia).
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D) EL Hogar del fuego, la tierra y el reino en las formas de escritura cretochipriota, luwias e ibéricas:
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Continuando con el estudio sobre Telepinu, comentan los profesores Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres, que sus celebraciones se relacionaban con el sacrificio de doce machos cabríos (seis blancos y otros tantos negros) "para afirmar la autoridad del rey y propiciar la fecundidad de la familia real" . Trás lo que siguen narrando como entre los hititas, el "hogar estaba ‘enraizado en el suelo’ y ocupaba un lugar esencial en el ritual regio hitita, pues `¡Los dioses se sitúan en el hogar!´ (…) Los dioses se sientan con los propietarios de la casa, el rey y la reina, las mujeres, y las esposas secundarias´ y bajo él, en su base, se disponía para la estabilidad del reino una piel de toro" . Para terminar diciéndonos que: "Esta referencia precisa a la ‘pìel de toro’ como base del hogar debe relacionarse con el mito del primer fuego de la ciudad, encendido en la casa del rey o en el pritaneo. En consecuencia, el hogar en forma de ‘piel de toro’ se relaciona con el mitema de la institución del sacrificio primordial (Almagro-Gorbea, 2002), que documenta el pasaje de la institucionalización del primer sacrificio por Gilgamesh tras matar al Toro Celeste, mitema que debía ser ampliamente conocido en la Antigüedad" (15) .
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Sin dudas acerca de la relación entre la muerte del toro celeste (de Gilgamesh) y los mitos que relacionan la tierra con ese bos. Expresaremos que la unión entre el bovino y el suelo para los pueblos indoeuropeos era de tal manera concebida, que veían la tierra como una diosa vaca. Tanto que los cabos sobre el mar, eran observados como cuernos; y el suelo, como la misma madre que nos entregaba el alimento más sagrado: La leche. Pensándose en la tierra como aquel totem vacuno, aún sagrado entre los indios y muy similar a la Nut de los egipcios; concibiendo el suelo cual una gran res que protegía y alimentaba a sus hijos -los hombres- y como la diosa amamantadora del Universo. Dicho esto y comprendida la unión entre bóvido y terreno que exponen en relación a Telepinu; Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres. Hemos de destacar también un hecho excepcional, como lo es que en lengua hitita y "luwia" (neohitita), la representación de las voces "casa", "tierra" y "reino" fuera precisamente la de un ideograma con "la piel de toro". Un símbolo "alfabético" semejante al pellejo, aunque en verdad al observarlo bien escrito, hemos de identificarlo más con la forma de lingote (tal como veremos en imágenes bajo estos párrafos).
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Pudiéramos preguntarnos por qué los hititas representaban la tierra, el terreno, el país -o incluso el reino-, con ese signo igual al del cuero de buey (o al talento cúpreo llamado "Keftiu"). Siendo quizás la respuesta más sencilla, pensar que en las casas, o en las tiendas de campaña, recuribrían el suelo con pieles de este tipo. Por lo que este modo de alfombrar, pudo dar como origen la identificación de terreno con una piel de toro. Un uso como "tepe" y sobre el suelo de los curtidos que ya en alguna ocasión ha destacado Dumecil; cuando narra como entre los escitas y para pedir justicia el agraviado sacrificaba un bovino. Luego, el hombre se maniataba y sentado en aquel pellejo, invitaba a los demás a acompañarle así; y sobre aquella piel celebraban el sacrificio del toro -para luego tomar venganza-. Pese a todo, hemos de considerar que otros orígenes pudo tener llegar a escribir "casa", o "tierra", con aquel símbolo igual a un lingote o un pelejo; puesto que el uso de pieles como alfombra, no parece suficiente razón.
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Así para encontrar mejores razones, habríamos de considerar que los caracteres luwios o neohititas no nacen por generación expontánea, ni menos en la soledad aislada de su historia. Debiendo tener muy en cuenta que este alfasilabario hitita se inicia a la vez que los de Creta (Lineales A y B). Unos pictogramas minóicos donde curiosamente vamos a hallar un símbolo semejante al del lingote, pero aquí convertido en el del hacha doble (ver imagen bajo estos párrafos). Una bifaz cuyo significado común, en el Lineal A y B, es el de la letra "A" (la inicial y primera). Todo lo que a mi modo de ver originaría la "A" ibérica, que igualmente parece un hacha (aunque en nuestro caso simple, no de dos caras). Lo que también manifestaría evidentes influencias entre el chiprominoico y el silabario chipriota, donde la letra primera (A) es un esquema del "labrys" o bifaz de Creta. Mientras que de manera semejante, los hititas y los luwios escribían la "A" también con un signo muy cercano: Un cuchillo, o un filo de hacha (ver lo que expresamos en el primer esquema de alfasilabarios comparados -imagen de abajo-). Por su parte, este signo semejante al labrys, en los alfabetos ibéricos (y tartessio) se corresponden comunmente con el sonido "KO". Siendo el signo de "KU" en alfasilabarios iberos del norte igual al luwio y exactamente los que lleva el tesoro de El Carambolo grabado (dos triángulos unidos); que yo interpreto como inicial de la diosa Ku-baba. Pese a que en idioma tartessio esta sílaba "KU" se escribe exactamente con la forma del labrys o del lingote.

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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Esquema realizado por mí, en el que hace años ya comparaba las escrituras ibéricas con la luwia, la hitita, las cretenses y las de Chipre. Siguiendo en parte las teorías iniciadas por Manuel Gómez-Moreno, continué profundizando en las similitudes acerca de los signos alfasilábicos de Iberia (incluidos los turdetanos) y sus orígenes cretochipriotas o luwios. Pudiendo llegar a demotrar que el ochenta por ciento de los símbolos de escritura que usaron los iberos eran de raiz egea (minoica) e hitita -antiquísimos-; a los que se sumaban algunos rasgos fenicios y griegos pertenecientes a la Edad del Hierro. En el cuadro menor -aumentado a nuestra derecha-, podremos ver las equivalencias del sonido "KO" y "KU" escritos entre los iberos. En el de al lado (a la izquierda) las mismas sílabas en idiomas hititas o cretochipriotas. Asimismo, es fácil comprender el origen de la letra "A" entre los minóicos; como un hacha doble, relacionada claramente con el símbolo del lingote o pellejo -como símbolo del cambio o comercio- . Un dibujo que derivaría hacia el de un hacha simple entre los iberos, quienes escribían esta misma letra inicial con este signo semejante a la bifaz. Pese a ello, entre los canaaneos la "A" se escribía como una cabeza de vaca, al invertir la letra, darle forma de "V", poniendo ojos y boca en su medio -dibujando una cara de toro, cuyos cuernos serían los picos de la "V"-.
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Cuanto he expresado en los párrafos anteriores, identifica claramente los alfasilabarios cretenses y luwios (en uso este último hasta la caida de Midas) con los ibéricos y el tartessio. Tal como los relaciona con los símbolos minóicos y los de Chipre (que sabemos pertenecen a una misma familia); un alfabeto cretochipriota que también fue utilizado hasta la invasión de esta última isla por los helenos, ya en epoca de Alejandro. Hechos que manifiestan como aquellos signos de escritura ibéricos o turdetanos, procederían de Anatolia, de Creta y de Chipre. Algo cronologicamente perfectamente admisible, puesto que estas civilizaciones (neohititas o cretochipriotas) escribieron con ellos al menos hasta un tiempo cercano al que aparecen en la Península ibérica (del siglo VI al IV a.C.). Pero volviendo al signo de lingote, que en luwio vimos significaba la "casa", "reino", "pais" o "tierra"; recordaremos que en sistemas minóicos este equivaldría al hacha doble cuyo valor era la "A" (en alfasilábiscos cretochipriotas). Una letra "A" que sabemos entre los canaaneos se interpretaba como la "cabeza de ganado"; lo que se situa el primer signo de la escritura, como el inicio del cambio o de la señal más antigua de trueque. Debido a que en idiomas protosinaicos la escribían al revés (de manera inversa y como una "V") situando unos ojos y una linea a su mitad -todo lo que hacía ver esta "A" invertida como la cara de una vaquita-. Un hecho que auna los conceptos de la primera letra entre los minóicos y los canaaneos en el segundo milenio a.C., dando unos el valor "hacha" o "lingote" (labrys) mientras para otros simbolizaba la cabeza de ganado.
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Cuanto vamos explicando, quizás nos hace comprender facilmente por qué la "A" entre los luwios y los antiguos hititas, se escribe como el filo del cuchillo o del hacha. A la vez que para ellos el signo con forma de cabeza de vaca se leer "hu" y casi igual a la "Ku", que en los idiomas ibéricos es una bifaz. Sonido "KU" que a su vez, en el luwio-hitita, vimos que eran dos triángulos -también cruzados-, pero esta vez hacia dentro. Algo que deja bien patente que los primeros signos alfasilábicos en estas lenguas son principalmente nacidos del trueque. Por ello si la "A" entre los canaaneos se pintaba como la "cabeza de ganado" y entre los minoicos era "bifaz" o "lingote". En el mundo hitita simbolizaba "el arma" o "filo"; pasando luego a comprenderse en los alfasilabarios ibéricos como un "hacha simple" (quizás por herencia dierecta de la "A" fenicia y griega más arcaicas -casi iguales todas-); siempre significando el valor inicial del mercado. Por lo que decimos, cuando vemos entre los hititas y luwios el símbolo "lingote" o "pellejo de buey" con el sentido de "casa", "tierra", "pais" o "reino" ; creo que el origen y significado de este signo, sería en sí mismo el del valor de la casa, del país o de la tierra. Tasadas en piezas de metal o en pellejos de buey; lo que probablemente refiera a la casa o al terreno como un valor máximo. Por lo demás, la identificación del pais como un cuero puede además contener una sublimación; pues ya expliqué que para los indoeuropeos la tierra era vista como una gran vaca que irrigaba con su leche los bienes emergentes del terreno y cuidaba a sus hijos -los hombres- con la lluvia, las cosechas y con lo que de ella nacía.

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Como expresamos, concibiendo los altares y las plantas de edificios con forma de piel de toro, como un símbolo y una herencia hitita en la Pénínsula. No es extraño que multiples aras y suelos (incluso tumbas) de nuestra protohistoria tengan este diseño; ya que en aquella cultura anatólica significaba la esencia del "hogar" y hasta "el país" (o la nación regia). Por todo ello, los pectorales de El Carambolo pudieron ser el símbolo del poder y del territorio que gobernaba aquel que lo luciera; a la vez que las aras con forma de piel de buey significarían "la tierra y la casa" de este totem. El altar de los monarcas del toro, el rey Geriones, famoso por sus vacadas de color rojizo; lo que sin lugar a dudas menciona al ganado retinto que puebla el Bajo Guadalquivir, pero a su vez sublimaría los lingotes del metal (rojizo). Consecuentemente, no es extraño que Estrabón en tres ocasiones repita que nuestra Península se asemeja a "un pellejo de buey", o bien que "Iberia se parece a una piel extendida en sentido de su longitud, de Occidente a Oriente y en el de su anchura" (16) . Algo que geográficamente no creemos sea tan exacto y que más bien corresponde a la identificación de nuestro litoral con un terreno riquísimo en ganado y en yacimientos de minerales (todo lo que se pudo sublimar en esa "piel de toro"). Aunque no hay que dejar de pensar que el texto de Estrabón se base en relatos que ya mencionen esta cultura del pellejo bovino, existente desde tiempos ancestrales en la Península.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: De nuevo, los dos pectorales de El Carambolo, que claramente se pueden identificar con el signo luwio de "casa", "tierra", "país" (como símbolo del lingote piel de buey). Bajo estos, he recogido algunos ideogramas completos hititas con su significado, tal como "PROËL" (Promotora Española lingüística) los incluye en su texto sobre pictográficos luwios. Agradeciendo a esta organización nos permita disponer de sus anotaciones, diremos que entre los signos que expresaban ideas más importantes estaban el de "casa" (lingote o cuero), tanto como el de dios (doble "C" invertida o "CD"). Ambos incuidos en El Carambolo, al igual que la marca "KU" hitita, que también escribían con el mismo signo los iberos del Norte.
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ABAJO: Finalmente y como ejemplo de otros pictogramas luwios, recogemos el sello de los reyes neohititas Shubiliuliuma y Tawannana, que en su mitad contiene claramente estos dos símbolos que aparecen en el tesoro de El Carambolo: El del lingote, con la traducción de "país" ; y el de la "CD" que se interpreta como "dios". Sobre ellos, he incluido algunas anotaciones mías tomadas cuando hace años comparaba las formas de el tesoro de El Carambolo y los pictogramas de escritura hitita.
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Terminaremos el artículo, con las últimas conclusiones que exponen entorno a estos altares en forma de pellejo, los profesores Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres. Quienes expresan el sentido del holocausto que ven en aquellos, escribiendo: "La esencia de este mito es que el héroe mata al animal enviado por la divinidad como castigo a los hombres, pero, tras liberar a éstos del Mal, como el animal es propiedad divina, en compensación el héroe entrega una parte de su carne a los dioses, mientras que el resto lo consumen los hombres, con lo que instituye la idea de sacrificio a la divinidad". Relacionando así la mitificación del primer fuego como instrumento para lograr cocinar la bestia y ser consumida por el hombre, a modo de rito ancestral en favor de los dioses. Añadiendo por ello que: "En este contexto, el mitema de Telepinu puede explicar el simbolismo de los hogares rituales aparecidos en ambientes regios desde el Heládico Inicial de forma circular con la `piel de toro´ en su interior, como el de Lerna, forma que hasta ahora se había considerado como una doble hacha (Caskey, 1990: 13, 15 fig. 4-5), y cuyo carácter ritual confirma que estos hogares, en ocasiones, aparecen asociados a un hoyo" (17).
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Terminando por mencionar los famosos dioses del lingote (encontrados en Enkomi), que los citados investigadores relacionan con las ideas antes expuestas, escribiendo: "También deben considerarse reflejo del mismo mito las esculturas chipriotas de bronce de una divinidad dispuesta sobre una piel de toro, hasta ahora erróneamente interpretadas como divinidades de la metalurgia, pues no parece tratarse de Nergal-Reshef sobre un lingote (...) sino de un dios sobre su altar" (18) . Aseverando que otras muchas representaciones en las que reyes o dioses aparecen junto estos pellejos de toro, tienen un valor semejante al descrito, al decirnos que: "Amenhotep II asaeteando una piel de toro en una escena de batalla, en la que, probablemente, símboliza el altar regio de la ciudad vencida (...) el mito de Telepinu, quien funda el hogar doméstico y el primer sacrificio sobre una ‘piel de toro’, con lo que se convierte en el Héroe Fundador y protector del reino y de sus fronteras, lo que representa una figura mítica similar a la griega del Héros Ktístes y a la de Teutates, ‘Padre del Pueblo’ entre los celtas. A través de estos mitos, la `piel de toro´ pasó a ser el símbolo del animal inmolado en el sacrificio fundacional, como indican las narraciones citadas que señalan cómo el fuego primordial se encendía sobre la piel del toro previamente sacrificado, lo que aseguraba la estabilidad del reino" (19) .
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Tal como en varias ocasiones hemos expresado, no vamos a contradecir las opiniones de tan acreditados autores; aunque sí podremos aseverar que las teorías arqueológicas se caracterizan por tener varias explicaciones (todas ellas perfectamente coherentes, aunque sean muy distintas). Por lo que sin tener que contrariar la visión que hacen acerca de los dioses de Enkomi -que para la gran mayoría han sido considerados "smith gods" (o dioses del metal, como o era Nergal y posteriormente Hefaistos)-. Considerando muy posible admitir la explicación del altar como cocina del sacrificio, en relación con el héroe fundador (que llega a humillar la nación contraria cuando la vence y la simboliza como un buey al que domina). Deseamos resaltar la frase en la que expresan como las aras más antiguas de Grecia ya tienen la forma de bifaz; narrando la existencia de "hogares rituales aparecidos en ambientes regios desde el Heládico Inicial de forma circular con la `piel de toro´ en su interior, como el de Lerna, forma que hasta ahora se había considerado como una doble hacha (Caskey, 1990: 13, 15 fig. 4-5)". Todo lo cual a mi juicio confirmaría claramente la identificación de aquellos altares con el crisol y con la "fábrica" de hachas; lo que a su vez indicaría la clara unión entre el cuero y el metal (ambos, valores mercantiles).
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Siendo de enorme importancia que ya en el Heládico Inicial veamos estas aras o Asheras; que pese a tener forma de círculo, en su interior llevan la marca del hacha. Algo que nos habla claramente del culto al metal y al toro, reconocidos como bienes de un mismo significado y que sin duda nos indica que ambos son conceptos unidos a la guerra, a la economía, a la fundición, al fuego y a la esencia del mantenimiento de la Sociedad. Unos grupos por entonces basados en el bronce y en el ganado, tanto como en la agricultura y en la navegación. Por cuanto los metales y las vacadas eran los bienes más preciados de los que un rey y un reino podía disponer. De lo que nada extraño tiene que los altares tuvieran forma de crisol, de hacha y de piel de toro; al ser aquellos los motores de la economía y de la prosperidad por entonces. Considerando personalmente que estas aras en forma de piel de buey, hablarían siempre del reino de los metales, del recuedo de Hefaistos (o a Hestia) y de la reverencia a Hades -dios de las riquezas-. Pero sobre todo, de cultos ctónicos, relacionados con la Cybeles frigia, esa Kubaba diosa de los metales y de la fundición; cuyo color negro nacía de estar idealizada en el aerolito, que caía a la Tierra portando el hierro como regalo de los dioses, hacia los hombres.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Famoso dios del lingote hallado en Enkomi, al que se refiere el estudio que hemos analizado (observemos de nuevo, el lingote piel de buey que tiene bajo sus pies) -copia tal como la muestra el Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-.
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ABAJO: Hachas de la Edad del Bronce y moldes para fundirlas, pertenecientes al MAN (tal como actualmente se muestran, agradecemos al Museo Arqueológico Nacional nos permita divulgar nuestra imagen).
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CITAS:
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(1): El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro. CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262
Martín ALMAGRO-GORBEA // Alberto J. LORRIO // Alfredo MEDEROS // Mariano TORRES ORTIZ
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(2): REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓNJOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO FERNANDO AMORES CARREDANO SPAL 20 (2011): 107-14 (118).
PAGINA 11: "Sin embargo, el análisis cladístico de ese símbolo y de sus réplicas en diversos tipos de elementos ha demostrado que se trata de un calco fiel de las pieles de toros, que se recortaban con esta forma en el proceso de curado (Escacena 2006: 131-132); y que, en todo caso, los lingotes también imitaban a las pieles. No hay por tanto una deuda directa en esta ocasión con el lingote de cobre chipriota. Como mucho, entre estas joyas, los altares y los lingotes existe una relación de parentesco evolutivo basada en una plesiomorfía, es decir, en el hecho de compartir caracteres primitivos sustentados en una inspiración ancestral común".
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(3): Op. cit (1) El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro.
"RESUMEN: La eschára o altar doméstico, que tiene su origen en el hogar doméstico, ocupaba el centro del megaron o habitación rectangular que constituía el elemento esencial del anaktoron o palacio heládico del rey o basiléus, relacionado con el culto dinástico a sus antepasados. Esta eschára pasó al interior de algunos templos al desacralizarse la monarquía, templos en los que suele aparecer asociada a un banco corrido que revela su origen en los banquetes regios del basiléus con sus clientes. En el mito hitita de Telepinu, el hijo del Dios de la Tormenta se convierte en un "rey-dios", archegéta o rey-fundador de la ciudad y del reino. En su palacio encendió el primer fuego de la ciudad, acto que constituyó su fundación ritual, tras la que dicho hogar pasó a ser el centro onfálico de la nueva ciudad. Este primer fuego se realizaba sobre la piel de un buey o toro sacrificado, extendida en el suelo, como primera eschára o altar, al ser allí donde se cocinó la carne del primer banquete sacrificial. En este primer banquete los dioses participan y se sentaban junto al rey y la reina, pues el bovido, perteneciente a los dioses, sólo podía ser comido por los hombres si entregaban una parte a los dioses, por medio del sacrificio primordial. Este hogar tenía también carácter ctónico, como bóthros que comunica con el mundo subterráneo y su fuego se apagaba al desaparecer Telepinu bajo tierra, mientras que volvía a arder al reaparer el dios".
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(4): Para cuantos deseen leer algunos de nuestros artículos donde exponemos el carácter neohitita del monumento de Pozo Moro y su relación con El Carambolo o el reino de Midas, ver entre otras entradas:
34ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VI: Análisis de los símbolos. Conclusiones: ¿Relación entre El Carambolo y el rey Midas?) .-COMENZAMOS A ESTUDIAR LA POSIBILIDAD DE QUE EL ORIGEN DEL DISEÑO EN EL TESORO DE EL CARAMBOLO SEA ANATOLIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-2.html
35ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VII: Algunas ideas y conclusiones ya apuntadas; orientaciones sobre el carácter ibérico y la herencía del Bajo Bronce; en las joyas de El Carambolo ). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_19.html
36ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGIA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte VIII: Simbología neohitita en las joyas; un tesoro de rasgos frigios que bien pudo ser hecho, o regalado a Arganthonio, por el rey Midas).-DESDE ESTA ENTRADA EXPONEMOS QUE EL DISEÑO DE EL TESORO DE EL CARAMBOLO PUEDE SER FRIGIO O NEOHITITA- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-9-8.html
37ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÏA: Los bueyes del rey Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte IX: Interpretación y traducción de los símbolos en las joyas). -DESCUBRIMOS QUE LOS SÍMBOLOS QUE CONTIENE EL COLLAR DE EL CARAMBOLO, SON LETRAS DEL SILABARIO NEOHITITA (LUWIO), PUDIENDO TRADUCIRSE COMO "dios y rey"-VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-7-9.html
38ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X: Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón -el monumento neohitita de Pozo Moro-). -RELACIONES ENTRE EL MUNDO NEOHITITA (FRIGIO) Y TARTESSOS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-9-y.html
39ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X : Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón. El monumento neohitita de Pozo Moro -Continuación-). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-8.html
40ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte XI: Arganthonios y Midas. ¿Era de origen escita el monarca del oro?.). -DE NUEVO, LA RELACIÓN ENTRE EL MUNDO ANATOLIO DEL SIGLO VIII AL VI A.C. Y EL SUDOESTE PENINSULAR- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_28.html
41ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XII: Midas. El rey de origen escita y los adoradores del oro que comerciaron con Tartessos.). - DESCUBRIMOS CITAS HISTÓRICAS QUE MENCIONAN EL COMERCIO ENTRE MIDAS (REY DEL ORO NEOHITITA QUE GOBERNABA GORDION) Y TARTESSOS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1.html
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(5): Op. cit (1) pag. 242 LITERAL: "Sin embargo, nunca se ha llegado a abordar su significado. Inicialmente, fue considerado como un keftiu o lingote de cobre de tipo chipriota (Celestino, 1994; Lagarce y Lagarce, 1997: 95), pero posteriormente ha sido reinterpretado como una "piel de toro" (Escacena e Izquierdo, 2000:21; Escacena, 2001: 87; Maier, 2003: 99; Marín Ceballos, 2006: 52; Celestino, 2008: 322; Gómez Peña, 2010: 140), interpretación ya generalmente aceptada, aunque hasta ahora nunca se ha llegado a conocer el significado que tendría y que explicaría su amplia generalización".
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(6): PAG 242 Op cita (1):
"En estos últimos años han suscitado un creciente interés los altares en forma de "piel de toro", característicos de la cultura tartesia e ibérica. Estos altares fueron localizados en el palacio fortificado de Cancho Roano (Celestino, 1994 y 2001) (fig. 1), pero ya anteriormente esa forma había sido identificada en el monumento funerario de Pozo Moro (Almagro-Gorbea, 1983: fig. 6, lám. 13). La misma forma ofrecen algunas joyas áureas (Carriazo, 1959, 1970 y 1973; Kukahn y Blanco, 1959; Nicolini, 1990) (fig. 2a) y algunas bandejas de bronce tartesias (Jiménez Ávila, 2002: lám. 23) (fig. 2b-c), lo que evidencia que es un elemento simbólico característico de la Península Ibérica (Bendala, 2000: 92-93; Escacena, 2001)" (...)
"con la peculiar forma de "piel de toro" han aparecido en
-Coria del Río (Escacena,2001)
-El Carambolo, en Sevilla (Fernández Flores y Rodríguez Azogue, 2005
-Cancho Roano (Celestino, 1994) y bajo el templo poliádico de Nertobriga, en Badajoz (L. -Berrocal, com. pers.), además de en Neves, Portugal (Maia, 1985-1986)
-Igualmente también se han identificado en el altar B de la excavación efectuada en C/ Císter 3 de Málaga (Arancibia y Escalante, 2006)
-el Cerro de la Mesa, Alcolea de Tajo, Toledo (Ortega y del Valle 2004)
-El Oral-IIIJ1, San Fulgencio (Abad y Sala, 1993)
-La Tallada, Caspe (Melguizo, 2005)
-en Alicante, Castellet de Banyoles, Tivissa, en Tarragona (Álvarez, 2008),
-El Vilars de Arbeca, en Lérida (Alonso 2005) y
-Turó de Ca n’Olivé, Cerdanyola del Vallès, Barcelona (Alonso 2005)
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(7): PAG 242 Op cita (1): "Coria, ofrecen en la esquina o junto al borde de la eschára un agujero con función de bóthros para las libaciones, probablemente de sangre (Almagro-Gorbea y Lorrio, 2011 también aparece en la fase A de Cancho Roano (Celestino, 2001: 28-29, 29 fig. 7, 32 fig. 8) y en el altar B de la C/ Císter 3 de Málaga (Arancibia y Escalante, 2006)"
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(8): PAG 245, Op cita (1):
"la clave para comprender la forma de "piel de toro" de los numerosos altares tartésicos extendidos desde Andalucía hasta Cataluña, así como de las sepulturas con planta de "piel de toro" y de las joyas y bandejas rituales que ofrecen esa misma forma simbólica. La clave para comprender el significado de esta forma debe radicar en su función ritual, pues el simbolismo originario de este elemento debe estar relacionado con las creencias míticas que han dado origen a esa forma tan peculiar"(....) En la Península Ibérica cabe diferenciar las eschárai u "hogares rituales" de tradición de los Campos de Urnas y las del ámbito tartesio-ibérico con la característica forma de `piel de toro´ (Celestino, 2008)".
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(9): PAG 249 Op cita (1):
"Dicho altar, generalmente circular como los altares micénicos, tenía carácter sacro y era símbolo de la unidad familiar y lugar de intermediación con los dioses (Archi, 1975: 87), ya que estaba relacionado con los numenes de los antepasados familiares y con las deidades ctónicas (Archi, 1975: 79), por lo que en él se libaba a los reyes en su ritual funerario. Este ritual es similar al del hogar doméstico del Pritaneo o casa del rey en Grecia, enraizado en la Tierra. El sacrificio en la eschára estaba asociado a libaciones (Hom., Od., X, 518-520: libaréis a todos los muertos vertiendo, primero, una mezcla de leche con miel y después vino dulce, y finalmente agua pura), entre las que destacaba la de la sangre del animal sacrificado, normalmente cabeza abajo y sobre el agujero o bóthros abierto en tierra junto a dicho altar (Rohde, 1993: IV, - 2, 262; IV, - 5, 273; Ekroth, 2002: 60 s.), tal como recoge Homero ( Od., X, 517-518: una fosa abrirás como un codo de ancha y en torno libaréis), tradición mantenida en los casos ya citados de Cancho Roano, Castro Marín, C/ Císter 3 de Málaga"
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(10): PAG 250 Op cita (1):
(estos altares) "comunicaban con el mundo ctónico, pues servía para que llegara al héroe la sangre del sacrificio, de modo que el héroe pudiera saciarse con la sangre del animal sacrificado en su honor (Pínd.,Olimp. I, 90; Plut., Aríst. 21) rito denominado haimakouría (Ekroth, 2000: 265), que, etimológicamente, significa "saciamiento de sangre". Este es el ritual que aparece representado en el bronce arcaico ibérico de La Puerta de Segura, datado c. 490 a.C."
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(11): PAG 251 Op cita (1).
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(12): PAG 252 Op cita (1).
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(13): Publicado por la Fundación Joaquín Díaz, Valladolid (del libro EL CUERPO EN LA TRADICIÓN), 2007.
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(14): PAG 253, Op cita (1).
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(15): Todas contiguas en párrafos y de la PAG 253, Op cita (1).
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(16): IBERIA, Estrabón (II, 1, 30 ; II, 5, 27 Y III, 1, 3)
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(17): PAG 254, Op cita (1).
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(18): Idem (17)
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(19): PAG 255, Op cita (1).

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