jueves, 7 de abril de 2011

LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Tercera parte)


SOBRE ESTAS LINEAS: Mapa del bajo Guadalquivir hacia él siglo I. Observemos que en este se ve como las Marismas, aún conservan parte del Lago Ligur, y que en su zona alta, contiene un islote: Promontorio que se marca como Híspalis. Junto a este punto, se encuentra: Itálica (Santiponce) y más al Este, Karmo (Carmona). En la desembocadura del Lago, observamos otra gran isla que se denomina Eboura, tal como los geógrafos antiguos enumeran y describen. Por su parte, en la ribera del -aún existente-  lago, están otras fundaciones prerromanas como Nabrissa (Lebrija) y Gadeirike (Cádiz). El mapa es una recosntrucción de la España (Iberia) en época de Estrabón; en el que nos llama la atención que ya se prescinda de situar Tartessos (como ciudad). Sinó simplemente, se escribe el nombre de Tartessós en sentido "provincial", como sinónimo de Turdetania (parte de la Bética).

Decíamos que las voces Iberia y España (Ebera-Hespera; e Hispania), a nuestro juicio nacen de la crasis en las palabras indoarianas SVAR + VARI. Siendo: "vari", agua; y significando "svar", Sol (en sánscrito y lenguas idoarianas). Svar-vari se traduciría por "Sol en el agua", o lo que es lo mismo: "atardecer, puesta de Sol y Occidente". Estas dos palabras indoarianas (Svar-Vari) terminan uniéndose en lenguas proto-indoeuropeas e indoeuropeas, con la crasis "SEVARI", que da origen a la voz griega: Hesperi, Hespero (que significa atardecer, occidente -y hasta Venus, como planeta vespertino-). Incluso esa última palabra  -"vespero. vespertino"-, tiene una misma raiz a las anteriores, naciendo de "hespero" y ella de "Servero" y "Sevari"; es decir: Sol en el agua (la Puesta del astro rey).

Como curiosidad arqueológica, decíamos de que los reyes de Tartessos -o del extremo occidente de Iberia (Geryón, Atlas etc)-, siempre están ligados a esta misma voz: "Sevari", Hesperi. Debido a que en toda leyenda les rodea algún personaje o lugar, con este nombre; como lo fué Cerbero (Servari), al igual que sus mujeres llamadas así en la mitología  clásica (Hespéris o Hespérides). Del mismo modo que a sus tierras, se le denominaba comunmente "El Jardín de las Hespérides", Hesperia etc. -lugares situados en los confines del mundo conocido, que todos suponían en las cercanía de Tartessos-.

Como ya hemos dicho y vemos en el mapa anterior (arriba), que el Lago Ligur tiene en su desembocadura del mar,  una gran Isla que era llamada por los geógrafos greco-romanos: Eboura. Nombre que en nuestra opinión es otra deformación de la voz antes citada: Héspera (transformada en "Espera" y de ella: Ebera-Evora-Ibera). Así dijimos que este radical, era el origen también de la palabra Iberia e Ibero y de cuantas ciudades, cordilleras o rios se llamaron de manera igual: Iber (de los iberos, como el mismo Ebro). Pues la palabra pronto se debió extender entre los griegos para denominar a toda la Península (suponemos que hacia el siglo IX a.C.).

De igual manera ya dijimos que en el mencionado mapa, al comienzo del Lago Ligur, se encuentra el islote que se llama Híspalis (la "Ispali", tartessia); cuyo nombre recordaremos que da origen a la palabra Hispania; y que, a su vez en nuestra teoría, afirmamos que procedía de la misma palabra Hesperia; que significa en griego, Occidente (Hesperia). Ello, en nuestra opinión hace mas o menos evidente que las fundaciones tartessias de las que hablamos (Ebuora e Ispali), son de colonizadores protoidoeuropeaos. Lo que nos lleva pensar que puedan tratarse de urbes creadas por las primeras migraciones de Pueblos del Mar, que se sabe, venidos desde Anatolia hasta el Sur de la Península hacia el siglo XII a.C. (justo cuando se inicia la cultura tartessia). Ya que el radical Hespero es muy claro y se da en otras fundaciones de estos pueblos proto-indoerupeos marineros, que huyen o emigran por fuerza y presión de los Hititas y "del hierro", llegando desde las costas de Anatolia (la actual Turquía) -lo que narramos lo coroboran diversos hallazgos cerámicos, que demuestran como desde el siglo XIII a.C. hubo contactos permanentes entre los pueblos prehelenos y el Bajo Guadalquivir-.

Por cuanto decimos y recogemos, si a la entrada desde el mar al Lago Ligur, se situaba la isla de Ebura, la leyenda griega que narra como los reyes de Tartessos estaban casados (o eran padres) de aquellas mujeres llamadas Hespérides, indica posiblemente el nombre de sus islas, tierras y lugares donde residían (Ebuora o Hispalis).  Pese a ello, algunos consideran que la isla de la desembocadura se llamó "Erythia". Situando esta Erytheia también en aquella que daba entrada al lago ligur, por su océano. El nombre de aquella isla procede del griego Erytos, que significa: La rojiza. Denominación que seguramente se debe a ser aquel promontorio el símbolo del atardecer y de color las puestas del Sol (o de Occidente que es lo mismo al Ocaso). Pese a que no hay que olvidar que Erythia o Erytheia, también tiene otras localizaciones y así  Hecateo tanto como otros, la confunden con Gades; habiendo incluso quienes la identifican con la Isla de Saltes (frente a Huelva) podía ser "Erythia" = "la roja" -como rojo es el cauce Tinto que allí desemboca; color debido a las minas, que desde el III milenio a.C. se explotaban y lavaban en este rio-.

Consecuentemente a lo que narramos, en este punto de la desembocadura del Guadalquivir se adoraba en tiempos prerromanos a la luz del Hespero (Vespero), habiendo un templo de la Luz Divina que llama Estrabón "recinto sagrado de veneración a Fósforos" (también llamado templete del Planeta Luxiferos; que no es otro más que Venus, en el atardecer). Ello explica el nombre de su lugar, como Ebuora, dado que a nuestro juicio dijimos que es una deformación de "Hésperia" o "Hesperio"; denominación que recibe este planeta Venus, en griego. Curiosamente, es este astro el que también se venera aún en nuestros días en Carmona; cuyo estandarte y escudo está presidido por "Luxiferus". Planeta que en la Antigüedad, era para los marineros el astro guía más importante, del atardecer y del amanecer; dado que al salir, indicaba el Este puro y al ponerese en el Ocaso, marcaba el Oeste (enseñando además la inminente llegada de la noche, que obligaba o "recomendaba" regresar a puerto). 

No sin razón creemos que este punto tan cercano a la antigua Ebuora aún se denomina "Sanlucar", rememorando la sacralización de esta Santa Luz que protegía y guiaba antaño a los hombres del mar. Del mismo modo, que el Santo Luxiferos que aún hoy marca y preside el escudo de Carmona, bien pudiera indicar que esta ciudad era el punto de inicio del Lago Ligur  -no debiendo nunca descartarse la idea de que esta ciudad pudo ser el mismo Tartessos (capital)-. Pese a que la isla primera del lago, era la de Ispali; lugar que además reinvindica el mismo nombre de "Hesperi", la mujer o hija de los reyes de Tartessos. Denominación que a su vez es la del atardecer y del mencionado planeta Venus (Luxiferos), tan amado por los marineros. Son hechos como estos, los que nos hacen suponer que en las llanuras del Guadalquivir, cercanas a la actual Sevilla (anterior Hispalis y primera "Hesperis" o Ispalis), pudo estar la capital -real- de Tartessos.




SOBRE ESTAS LINEAS: Mapa del Bajo Guadalquivir, con la localización de Tartessós, publicado por el genial arqueólogo Adolf Schulten (en su maravilloso libro: TARTESSÓS, escrito hacia 1920). Pese a la perfección de su estudio, carecía de los datos que hoy tenemos (logicamente) pues sus trabajos tienen casi cien años.  Debido a ello, Schulten supone que Sevilla no era de fundación tartessia, sinó muy posterior (cartago-romana). De tal manera, prescinde de ella en todo su estudio y "sitúa" la capital andaluza, ajena esta civilización -tanto como fuera del Lago Ligur, que hace llegar tan solo hasta Dos Hermanas, pese a saberse que sus aguas subían hasta la misma Carmona-. Por su parte el arqueólogo alemán, pone Hasta Regia (que normalmente hoy se localiza en las Mesas de Asta, cerca de Jerez), junto al cortijo de Evora, al Norte de Sanlucar. Tanto como Tartessos, lo sitúa en la playa de Matalascañas, en el llamado Cerro del Trigo  -donde ya dijimos no se halló más que un poblado  de pescadores romano-. Otras teorías, como las que ayer estudiábamos (de J.C. Alonso y etc), llevan un poco mas hacia el Oeste y dentro del mar (en linea recta), la situación de la ciudad. Frente al mismo lugar que marca Schuten, pero hundida bajo las aguas; debido a la rotura de falla y depósitos de salida del rio. Argumentando que Tartessos está bajo el Atlántico a unas millas de la costa,  tal como lo está el castillo de Arx Gerontis, en el islote de Salmedina (ver imagen ampliada junto a Sanlucar de Barrameda).

Los motivos que le llevaron al gran maestro Schulten a localizar en el Cerro del Trigo esta ciudad fueron en primer lugar, los datos tomados de los versos de Rufo Festo Avieno (que en la entreda anterior veíamos). Quien en su periplo "Oda Maritima" habla desde los versículos 248 al 290 de la localización de esda ciudad,  cercana a Gadir. A ello añade otros textos legendarios como la Teogonía de Hesiodo que describe Tartessos  (290 y ss) como la "tierra del crepúsculo vespertino", llamándola Erytheia (que vimos significaba "la rojiza"). Del mismo modo, Estrabón cita que Estesícoro comenta que Geryón, el rey de Tartessos, había nacido frente a Erytheia, junto a las fuentes del rio Tartessos, que arrastraban plata; y su ciudad, se encontraba en un islote entre las aguas de este rio. En base a estas citas y descripciones de Orae Maritimae, de Avieno; Schulten va localizando puntos, hasta llegar a la conclusión de que la zona donde está la ciudad perdida, es aquella que nos marca en la desembocadura.

Para razonarlo, pasa luego al análisis de la Geografía de Estrabón, llegando a la conclusión de que la fortaleza del rey tartessio, marcada como Arx Gerontis por "Strabo", es el banquillo de Salmedina; donde hay restos hundidos de un castillo bajo el mar; lugar en que posteriormente se situó Turris Caepionis (origen de Chipiona) -Estrabón pag. 140-. Igualmente, identificó Schulten La Atlántida de Platón, con el reino de Tartessos, llegando a creer firmamente, que en los Diálogos de este filósofo que nos hablan de esa civilización hundida, se daban  descripciones minuciosas sobre las costas de Tartessos. De tal manera, siguiendo el Kritias y el Timaios y lo que nos dice Platón sobre la ciudad que habitaron los atlantes, va midiendo distancias hasta imaginar que la urbe que desea identificar como Tartessos, estaba en esta desembocadura del Guadalquivir.

A todo ello, suma algunas descripciones de Homero en La Odisea, suponiendo Schulten, que también el reino de los feacios (Skiperia) era Tartessos. Ese país de los feacios era último lugar al que llega Ulises antes de regresar a Itaca. De joven estuvimos estudiando esta hipótesis y aunque nuestra admiración hacia este maestro alemán es mucha (casi tanta como nuestro amor a Tartessos), al leer con detenimiento La Odisea, pudimos cocluir que Skeria (o Skiperia), reino de Alcinoo, monarca de los feacios: Era Korfú y no Tartessos. Ello, no solo por la proximidad a Itaca (tal como relata la Odisea) sinó porque a la vez Homero explica que los feacios son los primeros de su civilización en rescatar y recoger a Ulises; escuchando atenamente su periplo y la naración de sus viajes (lo que hace suponer que era helenos, tanto como los que vivían en la zona más Occidental). Por lo demás, un estudio con la etmología de Skeria me hizo concluir que significa "zona de las sombras, de la noche"; lo que claramente y a mi juicio indica que los helenos denominaban así a la isla de Korfú, "el lugar donde comenzaba la noche" ( por ser esta la osla más al Oeste de las griegas).  Tanto como el gentilicio de sus habitates: "Feacios"; procede de la voz griega Kaia-Kienos. Cuya traducción creemos que es "huidos del fuego"; lo que  para nosotros indica claramente se tratarían estos de gentes venidas a Korfú (Skeria) tras el Tera-Santorino, desde las zonas de Creta (como se saben era muchos de los pobladores de las zonas más occidentales de la Hélade).

Por nuestra parte, no podemos aceptar la identificación de Tartessos con el reino de los feacios, ni pensar que realmente Platón describa minuciosamente la ciudad del Bajo Guadalquivir en sus Diálogos. Sin negar que La Atlántida, en gran parte, se refiere a Tartessos y a las culturas asentadas en el Sur de España, no creemos que la descripción que haga, pertenezca a la ciudad de Tartessos exactamente (sinó mas bien a un cúmulo de datos, entre los que están, seguramente muchas referencias al Bajo Guadalquivir). A ello, añadimos otras descripciones de geógrafos o escritores grecorromanos sobre Tartessos, que también estudia Schulten y que pueden hacer suponer que Tartessos fué Sevilla.

Citaremos así a autores como Aristófanes, que en sus Ranas -475-, sitúa a Tartessos en las proximidades del Lago del Infierno-). Algo quer concuerda con lo dicho en las entradas anteriores, cuando veíamos como ya habíamos encontrado concordancia entre la laguna del infierno y otro nombre dado al Ligur, denominado Aorno; cuya voz puede ser identificada con Averno (Infierno). De tal manera, esta "proximidad" al lago del Infierno que menciona Aristófanes, nos lleva a pensar más en una ciudad como Carmona o Sevilla, próxima al lago y no tanto en una urbe situada en su desembocadura  (propiamente dicha).

Por su parte, Eforo (v. 161) da una cita de Escimos, quien dice que para llegar hasta Tartessos desde las Columnas de Hércules, hacen falta un día hasta Gades y otro más de navegación, hasta la ciudad turdetana. -Concretamente habla de 900 estadios que suponen unas 93 millas náuticas y más de 165 kilómetros-. Como sabemos que Las Columnas, es el Estrecho de Gibraltar; ha de suponerse que Tartessos se sitúa bastante más al Norte que Gades. Incluso, si abrimos el mapa y medimos, veremos que desde El Estrecho hasta la desembocadura del Guadalquivir, no hay mas de cien kilómetros (menos de 60 millas). Solo si intentáramos llegar hasta Sevilla en barco de vela tardaríamos esos dos dias de los que nos habla, habiendo desde LAs Columnas unos 900 estadios -165 kilómetros- (pues de lo contrario, entre Gadir y Sanlucar hay apenas unas horas de navegación y del Estrecho a Gadir una media jornada). Referente a ello y a las citas que da Posidonio sobre Tartessos (que recoge Estrabón, pag. 174), nos narra Schulten ( Tartessos, pag.258):

"Posidonio, que paso un mes entero en la cercana Gades y navegó por el Betis, por lo menos hasta Ilipa (Alcalá del Rio), cerca de Sevilla, pudo facilmente informarse acerca de Tartessos. Para ello se valió de Asclépiades de Myrlea, que vivió durante largo tiempo en La Turdatania (Bética) (..). La noticia de Posidonio de que Tartessos se hallara entre los brazos del rio, coincide absolutamente con el Periplo (se refiere a Oda Marítima), con la única diferencia de que Posidonio conocía solo dos brazos del rio y el Periplo, tres. En los cuatrocientos años transcurridos entre el Periplo y Posidonio, había desaparecido un brazo del rio".  Añade Schulten  -valiéndose de otras fuentes clásicas-  que entre ambos brazos de la boca del Guadalquivir-Ligur, había cien Estadios (unos dieciocho kilómetros); dejando allí una isla de esta extensión, donde supone el genio alemán,  estuvo la capital de Tartessos.

Por su parte, hemos deseado tomar esta cita de Posidonio, que hace referencia a como el sabio griego,  buscando Tartessos desde Gadir, navega Lago Ligur arriba, hasta llegar a Ilipa (Alcalá del rio)... . Ello deja qué pensar, sobre si el lugar marcado para esa ciudad, es este o cercano a Ispal; ya que no se explica por qué termina en este embarcadero, dado que la navegación en aquella época, permitía llegar hasta Lora y Castro del Rio (en Córdoba y a cientos de kilómetros de la desembocadura, tanto como de Ilipa). Aunque también muestra que el Lago Ligur, terminaba entonces en esta población; lo que hace evidente que la desembocadura del rio Betis (en dicho lago) estaba en donde actualmente se situa Sevilla. Teniendo en cuenta que en las fuentes clásicas se narra siempre cómo el rio  Tartessos tenía sus bocas en las murallas de esta capital de igual nombre, arrastrando en sus aguas, metales preciosos. Nuestra hipótesis de que la capital de Tartessos fuera la misma que la de la actual de Andalucía, creemos, ha de tenerse en cuenta. Máxime cuando habla Pausanias de que la ciudad estaba entre los dos brazos del (Betis - Guadalquivir), lo que hace evidente que es una isla, similar a La Cartuja, tal como la que se describe en Hispalis, en el siglo I a.C. (ver mapa primero de la presente entrada). -De manera parecida, PLutarco en Sertorio (8), habla de que el Betis desemboca en dos brazos; tanto como Claudio Ptolomeo (Am. 2,4,4) habla de "dos bocas del rio Betis".

En base a los datos que hemos recogido, Adolf Schulten estuvo excavando entre 1923 y 1926, en el Cerro del Trigo (frente a Sanlucar, tal como el mapa que recogemos marca). EN un comienzo, las prospeciones fueron pagadas de su bolsillo, pero por suerte desde el año 23 al 26, el dueño del Coto de Doñana (el duque de Tarifa) decidó pagar todas las excavaciones y facilitó su palacio de Marismilla y de Da. Ana, para que el arqueólogo alemán viviera (poniendo servicio y caballos a su disposición, para que nada faltara a los jefes de la expedición). Tristemente, pese al mecenazgo, tras años de excavacions en el lugar marcado, apenas se encontró nada, a excepción de un poblado de pescadores y un anillo griego del que recogemos su dibujo:









EN LA IMAGEN SUPERIOR: Dibujo de Juan Carlos Alonso (publicado en su libro Tartessos, ocaso de un dia una noche); representa a Adolf Schulten y el anillo encontrado en El Cerro del Trigo.  

DEBAJO DEL ANTERIOR DIBUJO La transcripción y traducción al griego que el arqueólolo alemán dió al anillo hallado por él en el lugar que considaraba estaba Tartessos. Considerando Schulten que pone: O-FIN-EPSON-EPSE-EN.  Lo que significaría: "Que sea feliz el que lo posea".


EN LA IMAGEN INFERIOR: "Lo nvisible en la palabra"     Para terminar, desearíamos pedir perdón y rogar disculpas al maestro de maestros, Adolf Schulten, por haber contradecido sus teorías. Añadiendo que lo hicimos, primero, gracias a lo que con sus escritos aprendimos; y sobre todo, con el mayor de los respetos. Pero como ya hemos comenzado a llevar la contraria al genio alemán, hoy vamos a ir mas lejos: Atreviéndonos hasta a intentar una nueva lectura de su anillo. Y, como estamos tratando de lo invisible en la palabra, proponermos un juego con el anillo de Schulten. Este es el siguiente: Dado que se trata de un aro labrado, puede suponerse que es para imprimir (sobre cera o molde). De lo que quizás su lectura deba ser y hacerse a la inversa (como si se tratara de un anillo-sello). De este hecho, hemos invertido las letras por ver si algún curioso lector se atreviera a traducirlo, con los carácteres puestos en espéculum (al revés). Si hubiera alguno que lo leyera, encantados estamos de comentar sus pareceres. De no haber nadie que dira lectura al anillo con forma inversa, en unos dias presentaremos nuestra hipótesis.    

   




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