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El artículo se desarrolla en el texto escrito en negro; se acompaña de imágenes con un amplio comentario explicativo (en rojo y cuya finalidad es razonar las ideas). Ambos podrán leerse completos; pero si desea hacerlo entre líneas, bastara con seguir la negrilla o las letras rojas destacadas.
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INTRODUCCIÓN:
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IMAGEN, ARRIBA: Dibujo mío de una supuesta ceremonia sobre el Cerro de San Juan, en Coria del Río (Sevilla) donde se sitúa la antigua Caura y en el lugar en que algunos suponen estuvo el Mons Casius. Allí fueron encontrados dos de los altares "piel de toro" -taurodérmicos- que los profesores J.L. Escacena y F. Amores excavaron; algunas de cuyas conclusiones estudiaremos en el presente articulo. He dibujado la escena que arriba vemos, imaginando este montículo -llamado hoy San Juan- como un punto de vigía sagrado para los tartessios. En ella tenemos una sacerdotisa (supuestamente Hesperis, vestida como dama ibera), que oficia ataviada con las joyas de El Carambolo: Gargantilla de sellos, el pectoral más pequeño (con asa ó colgador), tanto como las ocho placas de oro más ligeras -cosidas a modo de corona o diadema-. Le acompaña en este oficio realizado sobre uno de los altares de Coria del Rio, un hombre. Rey sacerdote, que representaría a Geriones y que he figurado con moda asiria, como un Enlill (el dios del cielo, representado como un toro). Luciendo igualmente las piezas de El Carambolo masculinas, que a mi juicio son: Los dos brazaletes, el pectoral más pesado y las ocho placas mayores -sobre la cabeza-. Acerca de estos "eslabones", recomendamos leer la cita (1) donde expongo la hipótesis más simple, tras haber demostrado Ma.Luisa de La Bandera que habían sido cosidos.
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IMAGEN, ABAJO: Cuadro compuesto por cuatro fotografías y que comprende a la izquierda los dos altares hallados en Coria del Rio; mientras a la derecha podemos ver los pectorales del tesoro de El Carambolo. Obsérvese el parecido de unos y otros, tanto que un ara contiene el mismo asa que lleva el pectoral de filigranas (obsérvese en la parte superior de la foto). Pues el tirador central de la joya se asemeja muchísimo a la misma forma que existe en el altar plano, que contiene un saliente parecido a un colgador. Finalmente, vemos como asimismo este pectoral de filigranas y asa, tiene menos relieve que el adornado con esferas, sin apenas oquedad en su centro.
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Todo lo que decimos asemeja enormemente el diseño de los dos broches con el de los altares de Coria: Uno plano y con tirador, mientras el otro es cóncavo y sin saliente. Como ya sabemos, este pectoral menor de El Carambolo, hecho con filigranas y pasador; es el que considero de mujer por lo que quizás el ara similar pudiera ser también para cultos femeninos (por lo que carecía de un vano donde contener la sangre, posiblemente al no ser para ritos cruentos) -ver (2)- . Por su parte, las dos figuras que tenemos abajo en imagen (colgante y mesa ritual cóncava) contienen también muchísimas similitudes. Ya que la zona media del broche se encuentra como hueca o en forma clara de hacha doble (al ser mucho más prominentes estas decoraciones con bolas y que considero masculinas -solares- en de ajuar). Además, ambos carecen de asa o de "jalador" en su medio; unos hechos que me hacen formular la hipótesis de que quizás tuvieran los altares y las joyas unos usos semejantes.
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Los primeros y con tirador, serían el pectoral femenino y un ara para inmolaciones de una diosa (Ishtar, por ejemplo). Su pasador se debería a la dificultad mayor de asir sobre el pecho femenino el broche; mientras el diseño plano de la mesa ritual (tal como hemos dicho) se explicaría al celebrarse sobre ella sacrificios incruentos -por lo que carecería de vano interior para recoger las libaciones de sangre-. Aunque como observaron Escacena e Izquierdo, también aquel saliente en mitad del ara puede corresponder a la parte del cuello en un cuero, simulando el trozo de cabeza de animal que queda en los curtidos. Por lo que tanto el asa de la joya como la prominencia de la mesa ritual quizás nos hablan de que sus figuras y diseño se corresponden con el de una piel.
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El segundo, pectoral sería masculino al estar decorado de manera más exagerada (con esferas típicamente solares), siendo mayor y más pesado que el antes descrito. Igual en su diseño a la mesa ritual con vano, podemos suponer que ese altar cóncavo de Coria, se usaría para ofrendas a un dios (un Bal o Enlill) adorado principalmente con sacrificios de reses -de ello recipiente para contener las sangres-. Tanto como considerar que este ara y su pectoral semejante, solamente simbolizarían la forma del labrys o la bipenna (y en su caso del lingote cretochipriota); diseño que se conservó como modelo apotropaico entre los íberos.
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.EN IMAGEN, BAJO ESTAS LINEAS: Dibujito mio con un hipotético "Sumo sacerdote del templo de El Carambolo". Luciendo las joyas de esta ajuar, ataviado con un imaginario efod (mandil semita), sobre este luce el cardiofilax o pectoral (protector típicamente ibérico). Asimismo lleva los brazaletes y las placas de corona (todo decorado con esferas masculinas). Se encuentra oficiando frente a la ashera o altar -de suelo-, hallado en El Carambolo y que también tiene diseño "piel de toro". Ara sobre la arena, que los profesores Escacena y Esteban concluyeron, estaba orientada hacia los puntos cardinales.
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Continuando con los altares y su paralelismo con los cardiofilax; finalmente aclaramos que trás la observación de sus parecidos, deducíamos que uno pudo ser para inmolaciones femeniles y otro para deidades de hombre. El hecho de concluir que uno de los pectorales y una parte del ajuar de joyas era femenil, se debía a su menor tamaño y al ser menos pesadas -como explicamos repetidamente en anteriores artículos-. Todas las consideradas de mujer, tendrían una decoración igual (en filigranas), siendo más ligeras y llevando los eslabones o el colgante más pequeños. Así dividíamos el ajuar de El Carambolo en dos juegos (uno de hombre y otro para mujer), ya que se observaba una diferencia de tamaño y pesos de un 25% aproximadamente entre joyas casi iguales (8+8 placas y 2 pectorales). Al ser esa la escala diferencial común en tallas entre las prendas de uno y otro sexo; veíamos masculinas todas las piezas decoradas con bolas y que son casi una cuarta parte mayores que las otras (tamaño perfectamente ajustable al volumen y altura entre una mujer y un hombre). Clasificando el pectoral y eslaboles de sacerdote o rey, aquellos más pesados y que tienen un trabajo en oro a modo "charro"; mientras serían de sacerdotisa o reina, las placas y el colgante más ligeros y trabajados con filigranas (el del asa).
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Todo ello se ratificaba por el hecho de que los brazaletes (evidentemente masculinos) estaban decorados como el pectoral mayor y los eslabones de más peso. Mientras existía una tercera pieza que apenas puede ser lucida por un hombre y que sería el complemento femenino de aquellos brazales. Hablamos del collar, cuya corta cadena pendería como una gargantilla en el cuello masculino y apenas se vería si estaba barbado el que lo portaba -quedando a la altura del bajo cuello-. Aunque esta cadenilla con sellos, contiene el tamaño común de las femeninas cuando cuelgan sobre el pecho (56 centímetros). Por lo que definíamos "masculinos" los brazales, las placas y el pectoral decorados con esferas (solares). Mientras la parte del ajuar que correspondería a mujer o reina eran: El collar, junto al colgante y eslabones más pequeños y trabajados en filigrana (de simbología más cercana a la lunar).
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Como conclusión final a todo lo dicho añadiremos que debido a que estos pectorales y altares imitaban al cuero (o al lingote cúpreo). Muy probablemente el que contiene un asa, puede representar con este tirador, la cabeza del animal -habiendo observado ya los profesores Escacena e Izquierdo esta circunstancia, aunque solo referida al ara-. Siendo aquella pieza usada como colgador, la zona correspondiente al cuello del animal, que todo curtido contiene. Por lo que podríamos lanzar la hipótesis de que esta joya y ese altar (con "cuello") quizás tan solo simbolizaban el curtido o la piel del cuadrúpedo. Mientras el pectoral masculino y la otra mesa ritual (sin prominencias) imitan mucho más al diseño del labrys (bifaz) o al del lingote. Siendo así y observando que además el altar "sin asa" contiene un vano central, considero que el colgante y ara que carecen de tirador (o cabeza) pudieron estar dedicados al culto ctónico del crisol. Siendo una imitación del hacha doble o del molde para fabricar armas, tanto como recordarían el famoso lingote keftiu -talento de la civilización cretochipriota (cultura que dio origen a Tartessos)-.
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A) LOS ALTARES DE CORIA DEL RIO, EL SIGNIFICADO DEL TORO Y DE SUS ASTAS, COMO SÍMBOLO DE GUIA :
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Tras exponer anteriormente y sobre imágenes, nuestra propia teoría en la que considero uno de los altares de Coria del Rio (al igual que el pectoral con un asa) para culto y uso femenino; representando solo el curtido. Mientras el otro tendría utilización y veneración masculina; simbolizando el labrys o los metales -del mismo modo que el pectoral parecido, con el diseño de la bifaz o el lingote-. Diremos que creo posible considerar la mesa ritual de Coria del Rio con forma plana y semejando la piel de toro con cuello ("de tirador"), solo utilizada para ofrendas a una diosa -con inmolaciones menores y de carácter vegetal-. Pudiendo pensar que la otra fuera un altar para Baal -o el señor Enlill-; donde se sacrificaría fundamentalmente ganado en favor de un dios de los metales (celebrando sobre él cultos ctónicos de "smith gods" -o dioses herreros- ya que el uso de un arma sería imprescindible para inmolar las reses ofrecidas).
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Tras esta primera exposición, pasamos a analizar algunas conclusiones propias, aunque comenzaremos y finalizaremos el artículo con algunas de las que nos presentan en sus obras los profesores: Escacena, Izquierdo, Belén, Amores y Orozco (descubridores de los referidos altares en El Carambolo y en Coria del Rio). Principalmente las que nos faltaban por analizar más en profundidad; datos que uniremos a las aportaciones que otros autores ofrecen acerca de las referidas mesas rituales (de las que venimos hablado en diversos artículos anteriores nuestros). Siendo así, comenzaremos por el comentario sobre Escacena e Izquierdo que recoge Jorge Maier Allende; quien refiere una cita de estos profesores, escibiendo lo siguiente al definir uno de los altares: "Se trata de una pieza exenta, construida con barros de distintos colores en el centro del tabernáculo más antiguo detectado hasta ahora en el santuario III, que corresponde al edificio que funcionaba durante el siglo VII a. C. Su forma rectangular, con los lados cóncavos y apéndices desarrollados en las esquinas, se ha creído tradicionalmente la imitación de los lingotes de bronce mediterráneos de origen chipriota. Pero el ejemplar de Caura y otras evidencias parecidas contradicen esta interpretación y demuestran en cambio que en estos altares se intentó imitar directa y estrechamente una piel de toro, con la que se ha relacionado de hecho también los lingotes. Así, lingotes, altares, piezas de orfebrería, exvotos, elementos decorativos, etc., seguidores de dicho modelo, derivarían genéticamente en paralelo, de la piel del animal y representarían en parte la carga simbólica de aquella" (3) .
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Queda bastante claro por lo antes recogido, como los profesores Escacena e Izquierdo consideran que los altares tartessios no imitaban al lingote chipriota (tal como estudia Maier Allende); sino que simplemente semejarían el cuero del bovino. Imagen y diseño del curtido dada a una mesa ritual por simple pleximorfía, o imitación de la forma; al ser esta la figura del dios y del totem sagrado (sobre ellas sacrificado). Una idea plena de razón, pues bien es sabido que en Creta, o en Chipre, las aras de este mismo tipo se representan simplemente con los cuernos. Es decir, que aquellos altares con astas cretochipriotas equivaldrían a lo que aquí se hizo con la forma de curtidos; un hecho que a juicio de investigadores como Escacena y otros, tan solo se debería a que el animal adorado e inmolado, era principalmente un bóvido. Pero todo ello, aún siendo absoluta y rigurosamente cierto, no contempla el segundo estado religioso, que es la sublimanción o el simbolismo (a través del cual comunmente se iniciaba al creyente y al sacerdocio...) . Por lo cual, concediendo la razón más absoluta a Escacena e Izquierdo; deberíamos dar un paso más, para intentar compreder del todo que pudieron significar estos altares. Aras cuyo diseño guarda quizás un enigma semejante al de las iglesias cristianas; construidas con planta en forma de cruz, pero que además contienen misterios de orientación, tamaño, forma o luces (al margen del simple plano en cruz latina).
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Algo similar -precisamente- analizábamos hace más o menos un año en el trabajo de los profesores Escacena y Esteban, donde estos investigadores, tomando las coordenadas de los edificios y templos de Tartessos, encontraron una orientación hacia el grado 55º (considerando ellos que miraban hacia Venus en su orto final, sito al lado opuesto -a 180º grados del 55º-). Aunque personalmente concluía en mi artículo, que la posición del cielo hace unos 2700 años era muy diferente, tanto que habría de pensarse, tenía unos 10º grados distintos en su oblicuidad elíptica. De lo que suponíamos (a título personal), que la verdadera orientación de esos edificios sería de 45º de entonces -hoy percibida como 55 grados-; lo que resulta una alineación lunisolar; aunque sobre todo concluíamos que mirarían hacia las estrellas circumpolares (las que no desaparecen en el firmamento) (2) . Igual orientación observaron en altares como el de El Carambolo (cuyas coordenadas podían medirse), advirtiendo que estas asheras rituales no se debían considerar simples aras. Sino mejor sería tenerlas por mesas rituales hechas por obra y mano de gentes cultas, desde el punto de vista astronómico; tal y como necesitan ser todos los pueblos marineros.
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Cuanto arriba he recogido, tiene por motivo expresar que de igual modo en que Escacena y Esteban se preocuparon por medir los edificios tartéssicos y las orientaciones de algunos de sus altares (los que no habían cambiado de posición). Quizás los investigadores nos hemos olvidado considerar si muchos de los cuernos de la consagración cretochipriotas no serían además de altares, relojes o miras astronómicas. Necesitando realizarse un estudio semejante al de Escacena y Esteban, esta vez en Creta o en Chipre; en el que se amplie y explique el uso de las astas minoicas, su consecución en las entradas a los edificios y su situación en las azoteas. Considerándose que algunos de estos símbolos tauromorfos, fueron también gnomons -además de alegorías y decoraciones que ensalzaban al totem sagrado-. Una utilización de los cuernos de la consagración que permitiría a los cretochipriotas comprobar las fechas y horas (durante la noche o el día) con gran facilidad -sirviéndose de las enormes astas como puntos de referencia para medir coordenadas-. Porque al tener esta forma y contener un enorme tamaño, permitirían observaciones de gran precisión. Un estudio de la bóveda celeste muy detallado y que es imprescindible en culturas marineras (como la de Creta o Chipre); pues para los navegantes la orientación en el mar es tan necesaria, como lo puede ser el calor y el abrigo, entre las civilizaciones del Norte de Europa.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: De nuevo recojo unas fotos del palacio de Cnossos en Creta -agradecemos al patronato Museo de Herakion y de Knossos, nos permitan divulgar nuestras imágenes-. En ellas podemos ver los cuernos de la consagración sobre este edificio, situados en lo que sería la azotea y mirado claramente hacia un punto que bien parece la salida del Sol. Tristemente no tuvimos tiempo para observar ni medir las coordenadas de este lugar interesantísimo (ya que la salida del Sol se produce mucho antes de que el recinto del palacio de Cnossos se abra). Aunque por intuición creemos se sitúa mirando al amanecer hacia el Solsticio de verano -al Este puro el 23 de junio (+/- grados de variación por precesión equinoccial en ferefencia al año 1400 a.C.)-.
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Tal como decimos, estas astas que proliferan entre los minóicos y micenios cretochipriotas, no solo servirían de adorno o de lugares para adorar al dios toro; sino sobre todo para orientarse y estudiar las horas. Debido a ello, el cuerno tendría un sentido unido al cabo; ya que la Tierra se comprendía por las civilizaciones indoarianas, como una gran madre vaca cuyos pitones se suponían las montañas. Entre los indoeuropeos navegantes esas astas sagradas de la madre tierra, estaban en los cabos. Pues los montes y los promontorios les permitían viajar siempre que no los perdieran de vista. Singladuras para cuya orientación era imprescindible ir de "cabotaje" , vigilando las puntas de tierra (sin perder los cabos, para no quedar sin rumbo). Por cuanto las astas del toro significaban los puntos de referencia o las miras, en las cuales había que fijarse para poder cruzar los mares sin perderse.
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Todo ello hizo de montes como el Ida (en Creta) uno de los más importantes santuarios minóicos; tanto como convirtió en recintos sagrados las cuevas de esos altos picos. A ser lugares de refugio y vigía entre los marineros; destacando en Creta la caverna del Ida, o bien la más famosa "Zeus Antros" (sita en la cordillrera de Agia Nikolaus); gruta donde se supone nació -o fue refugiado- el dios que luego gobernaría en el Olimpo. Para finalizar el comentario sobre esta imagen, añadiremos que es muy llamativo que los altares de astas y los cuernos de la consagración siempre se unan al aceite de oliva (observemos las tinajas tan próximas a esta decoración en Cnossos). Todo lo que se explica como narrábamos en el artículo anterior, donde comentábamos que autores como Hitchcock o Gitín (especialistas en estas aras con cuernos) determinan que existe un culto sobre estos altarcillos con astas y que aparece comunmente unido al aceite de oliva (en Creta, Chipre o Canaán). Algo que se considera un rito de veneración a la prosperidad, ya que el aceite era uno de los grandes negocios minoico-canaaneos. Personalmente creo que este culto además se une a la luz de las lámparas (que pudieron tener esta forma de astas) y a la necesidad de viajar y exportar los aceites; lo que llevaría a identificarlo con los dioses de la orientación (presididos por las puntas o cabos).
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SOBRE ESTÓS PÁRRAFOS: Fotografía del Cabo de Roca, punto más Occidental de Europa; tal como muestran las coordenadas que recogemos (cuadrado enmarcado en la foto que señala 9º 30´ Oeste). Cantado por Camoes con las palabras "aquí donde la tierra acaba y el mar comienza" era el lugar buscado por muchas de las culturas más antiguas, quizás en su intento por "ver dónde caía, o se escondía" el dios Sol. Comunmente se ha considerado Finisterre (en La Coruña) este punto final del Mundo conocido; aunque en la Antigüedad grecolatina era el Cabo de Sagres el que se tuvo como la última tierra. Situado también en Portugal (a 8°59′40″ Oeste) tiene un error de unos minutos sobre el Cabo de Roca -exactamente 30´ 20", lo que es igual a 59.260 metros-; ello nos debe hacer reflexionar del modo en que el hombre antiguo conocía perfectamente el grado, midiendo con enorme exactitud la latitud y longitud. Pues de otro modo, no hubieran podido conocer con tanta precisión donde terminaba la tierra en Europa. Algo que aseveramos, porque el único método para dictaminar que cabo de Sagres (o de San Vicente), es el punto más Occidental, se basa en mediciones astrales; debido a que no hay modo de compararlo del modo físico. Aunque su error durante la Antigüedad fue mínimo, ya que se es de unos sesenta kilómetros (treinta millas y veinte segundos), considerándose por Estrabón y otros, la punta más extrema entre las de Europa y Africa -aunque es la tercera más al Oeste, tras el de Roca y Finisterre (que está a 9º 16´ 20" Oeste)-.
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Pero lo más llamativo es saber que este Cabo de Sagres, era adorado por los íberos ya desde tiempos inmemoriales. Tal como relata Estrabón que nos dice literalmente: "Se parece -Iberia- a una piel tendida de su longitud de Oeste a Este y de modo que la parte frontal mire al Oriente (...) en cuanto a su lado tercero y occidental, se extiende en sentido paralelo al Pyréne desde el Cabo de Hieron, hasta el Cabo de los artabroi" cita (5) . Refiriéndose curiosamente a la piel de toro con la que se conocía la forma geográfica de la Península, donde destaca el geógrafo como el punto más al Oeste se hallaba en el llamado por nosotros Cabo de San Vicente (al final del Algarve). Mencionando que desde aquí y a modo de un curtido, las costas ibéricas llegaban a lo que sería la otra "pata" en el cuero, que sitúa concretamente en el de Finisterre y denominándolo Cabo de los artabros (pueblo asentado en la actual A´Coruña). Un Finisterre que está justo en mitad de distancia al Oeste entre el de Roca y el de Sagres; mirando a Occidente pero a unos 30 kilómetros más o menos, de cada uno de los cabos portugueses.
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IMAGEN, ABAJO: Reloj Solar hallado en Bolonia (Baelo Claudia, Cádiz) propiedad del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Este tipo de gnomons estaban inspirados desde los cuadrantes persas (en forma de semiesfera cóncava); sirven para leer la hora solar y para conocer otras posiciones astrales -durante la noche, bastando argentarlos para realizar profundos estudios de la bóveda nocturna-. Su situación en tierras muy occidentales sería útil a los romanos para tomar nota sobre longitudes y planetas; un tema en el que estaban interesados todos los hombres de la Antigüedad (desde los guerreros a los marineros, viandantes y comerciantes). Bajo este reloj he situado la máxima de Einstein, quien temía el día en que la tecnología superase la interacción humana; porque entonces nacerían generaciones de idiotas (algo que tristemente ya nos sucedió con la brújula y el reloj durante el Renacimiento, y actualmente con la música -donde la electrónica ha superado al hombre-).
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Continuando con Estrabón, como dijimos, los datos que aporta son batante exactos, pues las mediciones presentarían una simple diferencia de minutos entre Roca y Sagres; contemplando Finisterre como otro de los puntos finales de la Tierra. Además, habla del modo en que los moradores de Iberia adoraban este cabo sagrado, considerándolo inhabitable porque hasta allí venían a posarse los espíritus. Lo que hace ver que se trataría de la entrada al Hades griego; las puertas del Averno, donde fue mandado Heracles a luchar contra el Cancerbero. Siendo estas las palabras con las que describe Estrabón el extremo último de Europa:
. "el Hierón Akrotérion, es este el punto más occidental no solo de Europe sino también de todas las tierras habitadas" (añadiendo que este cabo de San Vicente -Hierón Akrotérion- era el lugar más al Oeste de Europa y Árica; algo que demuestra haber realizado exploraciones y tomar mediciones, no solo en las costas europeas). Continúa su Geografía expresando: "no hay allí ningún templo de Heracles, como falsamente afirmaba Ephoros, ni ningún altar dedicado a él ni a dios alguno. Sino solo piedras espacidas por doquier en grupos de tres o cuatro. Las cuales y según la antigua costumbre, son volteadas por los que visitan el lugar y después, tras ofrecer una libación, las reintegran a su postura primera. Y no está permitido hacer sacrificio alguno, ni aún pernoctar allí durante la noche, pues dicen que en aquellas horas ocupan el lugar los dioses. Los que van a visitarlo, pasan la noche en una aldea cercana y luego, durante el día, entran allí llevando consigo agua (pues el lugar no la tiene)" cita (6) . Estas útimas palabras del sabio geógrafo griego manifiestan claramente que los iberos lo conocían como el lugar más occidental (final de la Tierra), por lo que hasta allí celebraban peregrinaciones, al considerar que al cabo venían las ánimas a dormir. Una mitología que en gran parte debió "heredar Galicia" tras la invasión árabe o al separarse Portugal de España; donde pasaron a narrar los cuentos sobre entradas al infierno o de procesiones con espíritus (como La Santa Compaña).
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Por lo demás, el rito que describe de voltear las piedras es puramente canaaneo, y muy semejante a los que podemos observar en Megido durante en las primeras poblaciones de Canaán (entre el 2000 y el 1300 a.C.). Donde los betilos -llamados por ellos MSHB- se adoraban en su forma original pétrea, sin poderse labrar y sin apenas tocarlos. Siendo venerados simplemente elevando los más altos (cónicos) sobre el suelo; que a modo de un menhir pequeño se colocaban marcando campos, en las entradas de lugares sacros o demarcando terrenos (en las cuatro esquinas de una zona sagrada). Asimismo, la ceremonia de libación que nos describe Estrabón, es muy semejante a las que hacían los canaaneos sobre esas piedras; vertiendo aguas o limpiándolas con aceite, sin precisar de rituales más complejos, ni menos llevarse o tallar señal alguna sobre los pedernales adorados.
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IMAGEN, ABAJO: Dolmen de Pêra do Moço, en Guarda (Portugal); fechado en el III milenio a.C.. Entre sus paredes me he fotografiado con el fin de proporcionar dimensiones (esperando entiendan que su nombre es Pêra do Moço -"mozo" con cedilla-). Creemos que se hace imprescindible estudiar las coordenadas geodésicas y de orientacion astral de los megalitos portugueses. Pues nos podrían dar solución y respuesta de por qué se construyeron y de qué manera los hombres desde la más remota Antigüedad pudieron conocer datos como el referido antes por Estrabón: Que el Cabo de Sagres era el más occidental de Europa y África (o que España tenía forma de "piel de toro").
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B) ALTARES PIEL DE TORO EN LA PENÍNSULA DEL TORO:
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Retomamos la cita de Escacena e Izquierdo, en la frase (de Jorge Maier) que habíamos recogido antes de comentar las imágenes -epígrafe anterior, en letra negra-. Pues consideramos que estos altares tartessios en forma "piel de toro", además de representar al totem-dios, tuvieron un significado muy ligado con el simbolismo astral (incluso con la orientación y la guía en el mar). Algo que nos atrevemos a decir, porque la Constelación del Toro era la que se unía a las tierras ibéricas; significando el Oeste puro, al aparecer por el punto cardinal que marcaba la ruta hacia la Península (observada desde Oriente Medio, Egipto o Grecia). Una casa celeste denominada Taurus, cuyas agrupaciones más famosas son las Pléyades y las Híades. Narrando el mito como las primeras eran las siete hijas de Atlas (rey del Occidente) y de Pléyone (la reina navegante). Llamadas: Maya, Electra, Alcyone, Celaeno, Asterope, Taigete y Mérope-; recuerda la mitología que por su belleza fueron perseguidas por Oríón, convirtiéndolas Zeus en siete palomas, para que "el cazador" no las molestase (7).
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Como decíamos, la identificación de la constelación del Toro con las tierras de Iberia era inmediata, no solo porque aquellas fueron hijas de Atlante (el rey de los territorios cercanos a Gadir o al Atlas africano). Sino porque nacían en el horizonte, indicando nuestra situación y la época en que ya se podía navegar (a comienzos de mayo). Escondiéndose Taurus en noviembre; momento del año en que debían dejar de salir al mar lejano los marineros. De ello su nombre -Pléyades- del griego "pléo" (navegar), aunque también hay quienes afirman que su denominación se debió a la transformación en palomas; ave que en el idioma heleno se dice "peleia" -así era como las llamaba Píndaro: Peléiades- (8). Ante lo que hemos de matizar que navegación y palomas, bajo mi teoría, se unen en un mismo concepto porque en la antigüedad tenían como costumbre llevar aves en los barcos. Principalmente córvidos amaestrados, o palomas mensajeras; que se soltaban en caso de perderse. Marcando el rumbo gracias a esos pájaros, que tras ser puestos en libertad tomaban la dirección de vuelta al lugar de origen apenas en unos metros (o bien nos indican la situación de línea de costa; alzándose y volando hacia ella).
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IMAGEN, ARRIBA: Fotografía compuesta, donde vemos a la izquierda un dibujo de algunas de las piezas encontradas en Costitx (Mallorca) y fechados a comienzos de la Edad del Hierro (entre los siglos XI al VII a.C.) -hemos realizado el diseño, desde una lámina de la Revista Arqueológica Luliana, publicada en 1895 con el artículo intitulado "Los toros de Costitx-. Siendo conocidísimos los famosos bóvidos de bronce, no lo es tanto el hecho de que en algunos de sus cuernos llevasen palomas (colgadas con clavos, tal como se muestra en el dibujo). Por su parte, en el yacimiento se hallaron multitud de estas aves; algunas sobre las astas y otras simplemente votivas. Su uso y veneración lo explicamos del modo ya referido; creyendo que el cuerno era la punta de tierra; faro o cabo que actuaba de guía, tal como lo hacía el cuervo o la paloma. A la derecha y en la foto compuesta, podremos ver el uso dado históricamente a las astas como recipientes, todo lo que completaría su identificación con la abundancia o la prosperidad (utilizados como tarros para aceites y especias) -tal como se muestra en la vitrina del Museo de Ávila, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Bajo ella, una parte de un sepulcro minoico de Xania (Creta, hacia el 1400 a.C.); véase en este los cuernos de la consagración y en su mitad el Labrys o hacha doble.
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IMAGEN, ABAJO: Fotografía compuesta. A nuestra derecha un torito de Costitx y uno de los cuernos con palomas o aves, tal como los muestra el M.A.N. al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes. A la izquierda: De nuevo, escena de adoración del sepulcro de Hagia Triada (hacia 1300 a.C. minoico postpalacial). Sobre este y marcados con números en el fresco: 1- Cuervo o ave sagrada sobre el Labrys. // 2- Poste con el Labrys o hacha doble. // 3- Altar de cuernos. // 4- Olivo.
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Por cuanto hemos relatado, se comprende la sacralización de estas aves y su simbolismo en la religión cretense, donde por doquier podemos ver como se adoraba a la paloma (o al cuervo). Todo lo que en mi opinión se relaciona con lo que narra La Biblia, cuando describe como Noé soltaba aves, lanzando finalmente un cuervo que vuelve con la rama de olivo (que le indica cuando había tierra). Esta argucia para orientarse en las aguas, tanto como la aparición nuevamente del olivo unido a la navegación, nos muestran los rasgos micénicos que conservaban los pueblos canaaneos (israelitas, filisteos y fenicios -entre otros-, herederos de Micenas). Quienes según vemos en La Biblia, navegaban con este sistema que denominé "ornitonáutia" en mi libro sobre el Juego de la Oca (9) . Una costumbre heredada de Creta o del mundo Egeo durante la Edad del Bronce; debido a que entre los canaaneos se hallaban muchos de los cretochipriotas huidos a tierras de Palestina. Micenios que escaparon de las invasiones dorias y que desde el siglo XI a.C. se establecen en la misma tierra que los fenicios y judíos.
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Ello explicaría que muchas de las costumbres minóicas o Egeas, milenarias (religiosas, migratorias, expedicionarias o marinas); se hubieran mantenido entre las gentes de Canaán, y principalmente entre los fenicios. Tanto como parte de sus cultos o leyendas, entre las que estaría la referida de Noé mandando el cuervo para comprobar la situación de tierra desde un barco. Por lo demás, la rama del olivo que trae el cuervo al Arca, igualmente indica cultos o referencias al mundo cretense. Pues como vimos, entre los minóicos la orientación, las astas y los altares de cuernos; se relacionaban siempre con las almazaras y la adoración a estos árboles del aceite.
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Continuando con las Pléyades -palomas o navegadoras- y con su significado unido al mar y al Tauro -el toro, totem y símbolo de Poseidón-. Vimos como el mito narra que eran hijas de Pléyone (la reina pelasga) y de Atlas (monarca atlántico del extremo occidente) (10) ; teniendo como hermanas a las Híades. Grupo de estrellas también pertenecientes al Taurus y así llamadas porque aparecían o desaparecían en épocas de lluvia: En mayo o noviembre (y cuyo nombre procede del griego "hios" -de donde nace nuestra voz llorar, que se identifica con llover-) (11). Marcando de este modo la constelación del Toro los calendarios de navegación; porque cuando la veían en el cielo (de mayo a noviembre), se podían realizar viajes de "altura". Todo lo que explica que el Taurus, las palomas (Pléyades) y Tartessos tuviera un significado muy unido. Tanto como el cuerno, las aves y la guía en el mar. Ya que en sí mismo, simbolizaban la guía, los cabos, la orientación y las miras (para calcular las horas y observar los cielos).
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IMAGEN, ARRIBA: Dibujo mío del monte llamado Puig Campana, situado en Finestrat, junto a Benidorm. En este lugar me aficioné a la arqueología desde niño, mientras pasaba algunos de los días más felices de mi infancia. Por entonces se consideraba que la ciudad griega de Alonis estaba en la Cala de Finestrat, a muy pocos metros de la playa de Benidorm. Sobre un poblado ibérico que fue destruido hace unos cuatro años (al ampliar un centro comercial); aunque actualmente se sitúa unos kilómetros más al Sur -en Villajoyosa-. Además, desde niño siempre me planteé que dada la perfección en cuadrado de aquel "diente" o "tajo" central que tiene el Pico Campana, su formación podía no ser totalmente natural. Por ello subí hasta su cima -con más 1400 metros y junto al mar-, donde pude comprobar que una de las paredes parece vertedero de rocas, semejando un gigantesco boquete hecho por la mano del hombre.
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Con el tiempo fuí considerando cómo pudo hacerse un monumento megalítico de estas características y de ese tamaño, hasta encontrar una explicación. Pues si originalmente la montaña ya tenía una hendidura profunda en su cima, bastaría situar un fuego en aquella y el poder del calor iría destruyendo poco a poco la zona de piedra sobre la que hiciéramos hogueras -fogatas que además actuarían como faro sobre el Mediterráneo- . Para darle la forma perfecta al "corte", no haría falta más que calentar la roca y luego echar agua sobre aquella (que la agrietaría); todo lo que además posibilita extraer los minerales de la montaña -cal, metales etc-. Siendo así perfectamente posible crear este "meridiano" sobre el pico más alto junto la costa de toda nuestra geografía. Además, es este un tipo de trabajo común, realizado por gentes prerromanas peninsulares sobre las cimas de las montañas calcáreas. Un hecho que mucho más tarde vi repetido en las Villuercas (Cáceres); donde al parecer los iberos y tartessios obtenían metales con este método, creando grandes grutas y boquetes en las montañas de roca. Pensando que pudo ser un "omphalos" de época prehelena, calculado por gentes venidas del Egeo; he dibujado un templo en el lado izquierdo: El templo del "fin del mundo" antiguo; justo donde está el pueblo de Finestrat.
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IMAGEN, ABAJO: Monte llamado Peña Amarilla, en el Puerto de San Vicente, paso entre Toledo y Cáceres. Este pico es el que considera Schulten el refugio de Viriato -cita (12)- llamado por los historiadores Mons Venero o Monte de Afrodita, seguramente por la forma de la montaña y la cueva; que de algún modo recuerda a una entrada a un útero. Se encuentra en un lugar escarpado, habitado desde tiempos ancestrales, que fue refugio de tartessios, quizás por su enorme riqueza en minerales (ya que está junto a minas de estaño -como las de Logrosán- y de oro como las de La Nava de Ricomalillo). Se sabe que los habitantes de la zona desde tiempos inmemoriales, fueron excavando grutas en estas montañas haciendo fuegos y echándo agua a la roca, para obtener así sus minerales. Por lo que estas caverminas (como se llaman sus grutas y agujeros artificiales) tienen unas características muy similares a la formación del Puig Campana, en las que aprovechando un desgaste natural se producen formas artificiales (trabajando con agua y hogueras la piedra para convertirla en cantera o yacimiento de metal y minerales).
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Centrándonos de nuevo en la de Finestrat, pude comprobar que este Pico Campana se hallaba precisamente a la misma longitud que el monte más venerado de Grecia: El Parnassos, cuyos orígenes sagrados se remontan a la etapa del Bronce (al menos a comienzos del segundo milenio a.C.). Siendo las coordenadas del Puig Campana 38°35′50″ Norte; mientras el Parnassos está a 38°32′09″ Norte; con una variación de unos tres minutos más al Sur para el monte nuestro. Todo lo que supone aproximadamente tres millas de diferencia (unos 5,5 kilómetros); un hecho que unido a que ambas son las montañas más altas junto al mar de su geografía en miles de kilómetros de costa, nos hace deducir por qué pudieron venerarse: Como faro y punto de vigía. Así se sacralizó el Parnassos, "Omphalos" o centro del Mundo egeo, cuya adoración sabemos se produce en etapa micénica o bien minoica (de ello su nombre con topónimo eteocretense, terminado en "essos" como Cnossos o Tartessos). Siendo este el momento en el que el monte Ida y otros tantos de Creta fueron también venerados por su poder de altura y de vigilancia, haciéndolos lugares de peregrinación.
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Pese a ello, este Puig Campana junto a Benidorm se tiene como un simple accidente geográfico "horadado de manera natural"; algo que no atiendo a comprender ya que en sus faldas se hallaba la famosa Alonis. Por lo demás, no sabemos si el nombre de Hemero-Skopion dado a la antigua Denia por los griegos, pudiera originarse desde este observatorio del Campana. Un punto de vigía que se alza 1400 metros sobre el mar y apenas a unos kilómetros de la costa, desde donde se divisarían las islas Baleares en invierno o en días de claridad. Dándose además la casualidad de que el "tajo de su cima" (meridiano, hendidura), mira exactamente en dirección a Formentera (de la que dista unos 140 kmts.), pues la visión plena y en cuadrado se encuentra observado desde el "Rincón de Loix" -junto a Sierra Helada en Benidorm y referencia hacia Baleares-.
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A todo ello se añade los diferentes topónimos que le rodean, entre los que se distingue el de Sierra Aitana, estribaciones a las que pertenece el Pico Campana. Siendo "Atana" precisamente la diva monóica precursora de Atenea, venerada como "la señora de Cnossos" y cuyo culto se relacionaba con el olivo. Diosa virgen de los cretenses, por muchos confundida con Britomartis pero en verdad Atana, era diosa del aceite y de las fundadoras de Atenas (las hijas del Erectéion y Atenea). Una diva cuyo nombre en radicales proto-indoeuropeos significa "La Madre" (Aita-na; Ma-aita, Mutter; M-ater; M-other...). Siguiendo con los topónimos que rodean al Puig Campana, el pueblo junto a Sierra Helada (desde donde se divisa perfectamente el "tajo" de la montaña) se llama Altea -otra de las diosas griegas marinas-; todo lo que corrobora la antiquísima procedencia de sus nombres de lugar, que se completan la extraña denominación de Finestrat (cuya traducción es Finisterre). Algo que nos hace suponer que este elevadísimo monte se pudo tener por un fin del mundo -para los griegos quizás-; o que allí iban en peregrinaciones a realizar ritos ctónicos y relacionados con la muerte (semejantes a los del Parnassos y de Eleuisis).
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Junto a cuanto hemos señalado, además están las evidencias de colonizaciones antiquísimas debidas al magífico varaero que eran los kilómetros de las playas de Benidorm y la cerrada cala de Finestrat. Algo que pudo convertir a este Puig Campana en una de las zonas más pobladas en etapas prerromanas y más misteriosos de nuestro litoral (sobre el que nada conozco se ha investigado). Creyendo personalmente que el tajo de su montaña se trata de una mira astronómica hecha por el hombre sobre una rotura natural, al ser usada por las noches como faro (durante siglos, lo que pudo causar el desgaste). Un "observatorio del cielo" que quizás dió origen al nombre de Hemera-Skopion con el que luego los griegos conocieron la actual Denia. Pico Campana del fin del mundo que sería sagrado no solo por su altura junto al mar, sino además por estar en paralelo con el Parnassos. Alineación que se descubre con un método tan sencillo como clavar una vara en la tierra y medir la sombra mayor, en un igual día. Un método tan simple, pero con el que puede localizarse lo que modernamente afirman es tan difícil (la "longitud" en paralelo). Bastando medir la sombra máxima, en una misma fecha; deduciendo que si es igual de larga en ambos lugares(proporcionalmente al tamaño de la vara), el punto se encuentra en linea de paralelo exacta.
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IMAGEN, ABAJO: Famoso monte de Alicante situado en Busot y llamado Cabezón del Oro, donde se encuentra otro de los misterios que desde niño intuía (del que tampoco he conocido investigación arqueológica alguna). Hablamos de las Cuevas de Canelobre y de su monte horadado que da nombre a las grutas (del "canal-sobre"). Cavernas situadas también en un pico con un extraño "desgaste" en su cima, de gran altura y junto al mar (con algo más de 1200 metros y a unos quince kilómetros de la costa). Asimismo la denominación del monte como "cabezo de oro", se refiere claramente al metal precioso que antaño abundaba en España -existiendo minas en zonas tan cercanas como Villena-.
Pese a ello, hay quienes consideran que se llama así porque en sus inmediaciones tiene fuentes termales (las famosas "aguas de Busot"), considerando que el radical "Ur" correspondería al "ibero" agua (procedente desde igual voz euskera). Sea como fuere, un hecho indiscutible es que los puntos geográficos en los que había fuentes medicinales, fueron venerados entre los iberos levantinos. Siendo ejemplo claro de ello los santuarios del Cerro de los Santos (en Yecla) o bien el cerro de Mula (en Murcia). Algunos de ellos, muy próximos a Alicante y en lo que denominamos "La Ruta Herackleia"; el camino de los griegos para llegar desde sus colonias, hasta el Guadalquivir, con el fin de comerciar los metales de Tartessos -Ruta de Hércules para cuyo estudio recomendamos ver nuestro artículo cita (13) -. Por lo demás, estas montañas de Sierra Aitana, están plenas de manantiales de inmejorable calidad (procedentes de cuevas interiores de los picos) y así son conocidas las aguas de Finestrat tanto como las de Polop. Cuya fuente de los doscientos caños nunca cesa; tanto que en el siglo XVIII y produciéndose una sequía terrible, tuvieron que llevar agua desde Sierra Aitana hasta Cuenca y Guadalajara (bebiendo la de Polop los ciudadanos de Sigüenza).
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Pero además, la magia cubre esta montaña que extrañamente está perfectamente horadada y del otro lado -de la foto superior-, contiene la entrada a una de las cuevas mayores de Europa. Nos referimos a las citadas de Canelobre, cavernas cuyo enorme tamaño tristemente hizo que fueran usadas como hangares, para construir aviones durante la Guerra Civil. Todo lo que llevaría a borrar cualquier rastro arqueológico de sus primeros moradores y a dejar sin huellas el pasado de esta caverna, con una gigantesca sala central (llamada de las catedrales). Claustro interior que mide noventa metros de altura y para cuya utilización como fábrica se abrió una nueva entrada, destruyendo el modo natural de acceder a ellas. Pese a todo, estamos seguros de que fue una caverna venerada en la Antigüedad y que debido a esto sobre aquellas se sitúa una roca horadada perfectamente y orientada hacia el cielo (de Norte a Sur y tal como vemos). Agujero encima de las grutas, que no considero simple desgaste natural, sino también obra megalítica realizada aprovechando una posible brecha ya abierta por formación meteórica.
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No conozco estudio alguno, ni mención acerca de la posibilidad de que esta cueva fuera semejante a las de Creta (un antros de veneración telúrica). Ni menos he podido hacerme con un trabajo en que se analicen las coordenadas de este "butrón" en su cima, que a todas luces parece obra perfeccionada por el hombre. Pues aunque no negamos que en principio pudo existir allí una rotura -abierta por meteorización-, considero que la perfecta circularidad que tiene, se debería a obra en tiempos del megalitismo (o un tanto posteriores). Creyendo personalmente sería hecha por colonos llegados desde Creta o Anatolia, unidos a los indígenas peninsulares (aún megalitistas). Por lo que este agujero y el "tajo" del Puig Campana, podríamos fecharlos hacia mediados del segundo milenio a.C. Siendo el modo de cavarlos -a mi juicio- semejante al utilizado en la zona del Puerto de San Vicente ya explicada (donde se supone se escondía Viriato); cuyas montañas están plenas de vanos y agujeros gigantescos realizados por el hombre (con el fin de extraer calcios y minerales o de para excavar extrañas grutas).
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IMAGEN, ABAJO: Otro dibujo mío del altar con cuernos hallado en Megido del Museo Rockefeller de Jerusalén (fechado entre el siglo XI y el IX a.C.). Semejante a otros muchos encontrados en ciudades de Canaán (principalmente en Tel Miqne y en Tell Beersheva), estas mesitas-pebeteros con astas se consideran de procedencia sirio-chipriota y más concretamente, heredados desde el mundo minóico. Descendiendo de los altares con cuernos existentes ya en el tercer milenio a.C. en Creta y que también proliferaron en Chipre desde el 1600 al 600 a.C.. Comunménte se hallan unidos al culto del aceite de oliva, lo que como dijimos, podemos interpretar desde dos puntos de vista:
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El primero -y a juicio mío-, porque quizás estas aras semejantes a la que vemos, fueron utilizadas como lámparas; poniendo en su centro oleo y quemándolo con unas mechas que emergieran desde sus cuernos. Usándolos de una forma parecida a la Menorah o candelabro judío (que en España vemos en forma de candiles o candeleros, con modelos protohistóricos que permanecieron hasta la llegada de la electricidad). En segundo lugar -ya expresado por Hitchock y otros-, desde la veneración a una deidad de la prosperidad económica, pues no hay que olvidar que el aceite -a más de ser alimento, medicina y sistema de encender lámparas- era uno de los mayores negocios en Creta y Chipre (durante el segundo milenio a.C.). Industria heredada siglos después en Siria y en algunas ciudades de Palestina, como Ekron; que desde el siglo X al VII gozaron con el privilegio de poseer centenares de almazaras que abastecían incluso a Asiria (fabricas de aceite donde habitualmente se encuentran estos altarcillos).
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Por cuanto decimos, considero que la unión entre esas aras de cuernos y el aceite, está en el concepto de "luz" simbolizado en las astas; al quemar en ellos óleo (usándolos como lámparas votivas). Pero también en el proceso de industria y comercio de los derivados del olivo; que obligaban a una exportación organizada, e incluso a depender de una marina mercante que lo distribuyera. Porque las astas y las puntas se identificaban con los promontorios y con los cabos; y los cabos con los faros (encendidos a modo de cuernos por las noches). Faros que eran imprescindibles para la navegación; navegación que se realizaba con miras semejantes a cuernos o bien de cabotaje, siendo necesaria una distribución por mar, para hacer llegar desde Creta ese aceite regalado por la diosa madre (Atana o Atenea). Oleo principal, que era alimento, medicina y luz.
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IMAGEN, ABAJO: Lámina del libro de Evans, transformada por mí (figura 11, pag 117 de "Mycenaean Tree and Pillar Cult; and Its Mediterranean Relations" ed. 1901). Contiene un altarcillo de cuernos cretense, sobre una moneda; observemos el parecido con los canaaneos y con las aras sirias o chipriotas (tal como defendió Gómez Peña, quien afirma que los altares tartessios en "piel de toro" son de este origen siriochipriota).
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C) EL TORO COMO TOTEM CTÓNICO MARINO:
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En el epígrafe anterior hemos explicado ampliamente el significado de los cuernos y del toro (símbolo de Poseidón) como totem marino, unido a la guía y a las travesías por barco. Tanto, que sus pitones están relacionados etimológicamente con los cabos; llamados "puntas", "astas" o "cuernas" (como sucede en Coruña). Sacralizando los marineros, los promontorios que más se adentraban al mar -o los más altos-, en los que solían encender hogueras nocturnas con el fin de guiar a los barcos, o realizar señales conocidas a las embarcaciones amigas. Sistema de "faros" que también se usaban para defenderse, capturando a las naves enemigas con argucias que hasta no hace tanto existían. Un ardid consistente en pasear por la costa una vaca con una antorcha colocada en su frente, durante las noches de bonanza. El cabeceo del animal, hacía que los navegantes ajenos al lugar (al observarla desde el mar) confundieran aquella mecha oscilante, con la luz de una embarcación en la lejanía. De tal manera, pensando que se hallaban muy lejos de la costa (o bien deseando abordar esa "nave", simulada) se acercaban hacia donde paseaban a la res, a modo de cimbel. Así, los marineros extraños, desconociendo el terreno tanto como la argucia, solían embarrancar o chocar contra los arrecifes; donde podían ser abordados por los lugareños (que así vigilaban durante las noches de navegación, evitando la llegada de intrusos). C) EL TORO COMO TOTEM CTÓNICO MARINO:
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Todo ello nos hace entender la unión del toro con las aguas y por qué hasta en los mascarones de proa, se colocaban esculturas de bóvidos, identificando al barco con un astado. Y es que no podremos olvidar que la misma Europa fue secuestrada por un toro que a modo de una nave la lleva hasta Creta; un rapto y un astado del que nos dice Graves: "Euristeo ordenó a Heracles, para su séptimo trabajo, que capturara al Toro de Creta; pero se discute mucho si era el toro enviado por Zeus y que transportó a Europa a través del mar en Creta; o el que Minos dejó de sacrificar a Posidón y engendró al Minotauro con Pasífae; res que en esa época hacía estragos en Creta" (14) . Narrando en su epígrafe "Europa y Cadmo" (15), la historia que resumimos del siguiente modo: Agenor hijo de Libia -África- y Posidón, vivió en tierras del faraón y se fue a vivir a Canaán. Allí (en Biblos o en Fenicia) tuvo una hija llamada Europa -que simboliza nuestro Continente- de la que se enamora Zeus, quien disfrazado como un toro blanco, la rapta cuando ella se sube en sus lomos jugando. Por su parte el padre Agenor -a mi juicio- debemos interpretar que personifica a los marineros originarios del Nilo y que trabajaban para Egipto (posiblemente gentes ligadas a Biblos).
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Interpreto la anterior narración nacida desde el modo de colonizar que se sabe tenían en la Antigüedad; entre cuyos sistemas, el mejor consistía en tomar jóvenes (adolescentes) en las playas y en lugares donde deseaban imponer su cultura. Niños que vieran de buena hechura, salud y presencia (principalmente mujeres), a quienes secuestraban mientras jugaban en las costas, para llevarlos a Oriente Medio o a Egipto. Allí se les educaba con todo lujo y junto a los más adinerados, e incluso llegaban a casarse con lugareños. Todo ello con el fin de que, una vez dominado el idioma y estando totalmente arraigados a la nueva civilización que les raptó, regresaran a su tierra de origen. Lugar donde volvían a contactar con sus familiares; siendo este el modo más fácil de lograr no solo intérpretes, sino también quienes colonizaran territorios totalmente aculturados, sin precisar intervención militar (método que debieron de usar cretochipriotas y cannaaneos, para hacerse con colonias durante el segundo milenio a.C.). Por su parte y volviendo al mito de Europa, comunmente los autores consideran que Agenor era rey de Tiro (capital Fenicia) y allí en sus playas fue donde Zeus -que personifica los helenos- rapta a la hija del monarca. Quizás queriendo mostrar esta leyenda la Thalasocracia griega y la decadencia del mundo fenicio, que apenas logra fundar colonias en Europa desde épocas en las que los griegos tuvieron una gran flota (extendida principalmente por Magna Grecia).
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Entre los hijos de Europa y Zeus, estaban los tres jueces del infierno y reyes minóicos: Minos, Sarpedón y Radamantis. Uno moreno, otro rubio y el último pelirrojo, indicando las tres civilizaciones (camítica, semítica y jafética) que se mezclaban en tierras cretenses. Una cultura minóica que nos presentan de origen "europeo" y que realmente era anatólica y protoindoeuropea. Pues finalmente se casa Europa con el rey de Creta (Asterión) quien adopta a los vástagos de su mujer, convirtiéndose luego aquel toro que había traido a la esposa hasta la isla, en la constelación del Tauro (16) . Bóvido, que como los caballos se llevaban en los mascarones de los barcos y que identificaban las naves con estos bueyes navegantes, o con equinos del mar (tal como sucede en la Iliada, donde por "caballo de madera" hay que leer "barco"). Para finalizar diremos que la narración de Europa (hija del rey de Tiro) describe de modo simbólico la primacía de las naves cretenses sobre las de Biblos, ya que parece cierto que quienes navegaron por toda Europa del Sur, colonizándola durante el segundo milenio a.C., fueron los cretochipriotas y no tanto los bibliotas.
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La anterior leyenda recoge de algún modo hasta donde llegaban las naves de Minos, en periodo de su padre, el rey Asterio (a quien hemos de interpretar en etapa previa a la micenia -antes del postpalacial, circa 1300 a.C.-). Así mismo narra los medios de defensa utilizando animales, típicos de la Edad del Bronce y relacionados con lo que venimos estudiando. Destacando en primer lugar, el morlaco, como era el Minotauro o el feroz toro de Creta que mata Heracles. Bóvidos salvajes que de seguro usaban para criar en las zonas de costa, con el fin de que nigún extranjero, ni desconocido desembarcase. Un modo de defenderse con toros que está documentado entre los iberos, y se recoge por dos veces en historia de Anibal: Durante la muerte de su padre (Amilkar) atacado por los reyes iberos con manadas de toros con fuego; y cuando se ve rodeado en las Horcas Caudinas, llamando Anibal a sus mercenarios iberos para que lanzaran reses con fuego sobre las tropas romanas (logrando salir de aquella garganta gracias a este ardid) (17). Un sistema de hacer frente a los ejércitos cuya última noticia histórica está en el siglo XVI y en las Islas Terceras del Atlántico; cuando Felipe II quiere tomar el mando de este archipélago y sus habitantes se niegan. Siendo imposible desembarcar en ellas a las tropas españolas, porque los "terceiros" arrojaban manadas de toros bravos sobre sus alabarderos.
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SOBRE ESTE PÁRRAFO: Foto compuesta: Al lado derecho, estatua del Rapto de Europa en el extremo Este de Creta (Agia Nikolaus) puerto orientado hacia Asia Menor y donde se supone llega la hija de Agenor sobre el toro Zeus. En el lado izquierdo de la imagen, fotografía mía mientras tomaba documentación en el Museo de Heraklion (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Me encuentro frente a una vitrina que contiene figuras cerámicas postpalaciales (entre el 1300 al 1100 a.C.), procedentes de Cnossos, conocidas como las sacerdotisas con diadema -de cuernos-. Una de ellas, coronada con astas y aves sagradas, mientras la otra luce tres flores de adormidera (al su lado, apenas se aprecia el famoso carro tirado por toros, de igual procedencia y cercana fecha).
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Estas estatuillas fueron halladas en el palacio de Cnossos, en la llamada sala del Labrys (donde igualmente había un gran altar con cuernos de piedra caliza) y sin lugar a duda manifiestan cultos ctónicos. Rituales entre los que se hallan los llamados por los romanos "de tipo frigio"; porque que más tarde se atribuirían a Cibeles, la Kubaba hitita que era adorada en ceremonias donde se llegaba al éxtasis utilizando drogas y enteógenos. Celebraciones muy semejantes a las de Eleuisis, o del Parnassos; presididas por mujeres y comunmente por sacerdotes auto-emasculados (cuya castración la realizaban ellos mismos y en público, al ingresar como autoridades del templo, junto a las sacerdotisas). Cultos de gran dureza y comunmente relacionados con la metalurgia o la germinación, ya que en fundamento solía basarse en los misterios del interior de la tierra: La resurección desde la semilla, la generación de los minerales, el crisol metalúrgico, el fuego y la prosperidad -a los interesados en el tema recomendamos leer nuestros artículo recogidos en cita (18) -.
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ABAJO: Las ceremonias ctónicas, solían ser presididas por grandes sacrificios humanos o por proezas realizadas por sus sacerdotes e iniciados (siendo conocidas las procesiones de Cibeles -los misterios de Attis-, en las que los oficiantes cortaban sus propios testículos o los fieles pedían al sacerdote que les amputasen miembros -incluso que les dieran muerte-). Entre ellos, en Creta destacaban los ritos del toro, en los que se ofrecía la vida como protección del grupo -arriesgándola o entregándola, quienes luchaban contra aquella fiera-. Morlaco que entre los minóicos era "toreado" por sacedotisas (principalmente), todo lo que muestra estos rituales ctónicos presididos por la mujer y que relacionaban la vida y su inicio -el embarazo y el parto- con el valor, la superación del dolor y del miedo. Algo que hace comprender la aparición del cornezuelo de centeno, entre los enteógenos usados en ceremonias como las de Deméter griega (Britomartis cretense). Al ser una droga que asimismo se suministraba a las parturientas para que soportasen los dolores -costumbre médica, que permaneció hasta la aparición de la farmacopea moderna, ya que en el siglo XIX continuaban administrando el cornezuelo a las embarazadas-.
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Por lo demás, la lucha o toreo debía estar también relacionada con el modo de defender las costas; lo que explicaría que hombres y mujeres participasen en lo que hoy se denomina "encierros" o "recortes" (con el fin de poder controlar los toros en caso de que desembarcasen enemigos en su isla). Existiendo finalmente el toro de fuego como recurso más duro y que seguramente se usaba en el interior de las ciudades, si el enemigo pasaba las murallas. Algo que debía hacerse embolando, y poniendo teas sobre las reses, tal como recuerda la historia de Anibal o las fiestas populares hispanas (toros embolados con antorchas que también vemos en la estatuaria antigua). Unos ritos y sistemas de defensa, que nos pueden hacer comprender mucho sobre los cultos del toro unidos al fuego, las antorchas y a los aceites. En la imagen abajo, vemos uno de los famosos "Rithon" con la cabeza del res (claramente brava), minóico y hallado en los alrededores de Cnossos (de periodo palacial; circ. siglo XVII a.C.) -propiedad del Museo de Heraklion, al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
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D) CULTOS CTÓNICOS EN ALTARES CON FORMA DE TORO:
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Vamos comprendiendo, por cuanto expongo, la unión del toro con el mar, de donde quizás proceda una de las aficiones más arraigadas en la costa levantina, como son sus "bous" (palabra griega y no romance para denominar a toro). Identificación del buey y las olas que le hacía el totem de Poseidón, dios al que se ofrecían estas reses para obtener su protección, pidiendo por un viaje seguro y esculpiendo su figura sobre los mascarones -ya que si sus cuernos se entendían como cabos, los golpes de mar y las olas, se interpretaban como los embistes del morlaco-. Aunque asimismo, esas astas estaban unidas al aceite de oliva, porque en el interior de aquellas se conservaban oleos y las especies (a modo de envase). El llamado oro líquido por Homero, que era el extracto procedente de la aceituna y que hizo perder el patrocinio de Atenas a Poseidón. Ya que los fundadores de la capital griega eligieron como diosa principal a Atenea cuando esta les regaló el olivo (frente al dios de los mares que traía como ofrenda el caballo). Cuanto muestra que los helenos del Ática, preferían ya una economía basada en el cultivo y en el óleo, antes que la fundamentada principalmente en el comercio marítimo (simbolizada esta última en la leyenda del caballo de Poseidon -el barco, o equino de madera-).
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Siendo a su vez el buey imprescindible para el mantenimiento de la agricultura por entonces, como animal de tiro. Era el bovino el pilar fundamental de la economía del campo y de cultivo (agropecuaria), puesto que el caballo fue entonces un medio de transporte, caro y fundamentalmente militar. De cuanto el toro y el aceite, fueron las bases de la economía antigua mediterránea, ya que -como venimos repitiendo- el bóvido entregaba además de su leche y su carne, su trabajo de tiro, e incluso el cuero (imprescindible en una época en la que cuanto hoy vemos fabricado en plástico, se hacía con curtidos o en cerámica). De ello, la prosperidad, la riqueza y el metal se medían en cabezas de ganado; que conformaban "la pecunia" (dinero) de "pecus" (animal), voces de las que incluso procede el "pecado" -palabra latina "peccatum" (delito, falta), con origen muy incierto y que a mi juicio debe ser identificaba con quienes deseaban tener muchos rebaños o cargarse de pecunia (19) -
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Cuanto hemos expuesto ampliamente en los epígrafes anteriores, lo hicimos con el fin de llegar a enteder los cultos ctónicos del toro, entre los que destacan aquellos recordados en la Creta de Minos. Pero que igualmente entre los hititas se llevaron a cabo en el nombre de Teshub (su dios de la tormenta) y que para los canaaneos era Eil (Enlill). Ceremonias de adoración y lucha contra el bóvido que los posteriores griegos realizaban en memoria de Heracles y Poseidón. Habiendo sido especialmente venerado el dios toro del cielo allí donde la climatología era terriblemente dura; en áreas en las que se producían fuertes tempestades, o entre los pueblos marineros (cuyas vidas dependían de las tormentas y del buen tiempo). Identificando aquellos adoradores del dios celeste -encarnado en el uro-: El trueno, con el bramido del morlaco; tanto como sus astas con los relámpagos, siendo los pitones el símbolo de la luz y del fuego (del rayo).
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Un carácter ctónico del bóvido bravo que heredan prácticamente todas las culturas de Asia Menor, Mesopotamia, Anatolia, Creta y Chipre; rasgo que se acrecienta cuando los toros bravos se usaron en Mesopotamia y en Anatolia para defender los rebaños (principalmente de los leones). Aunque en las islas y zonas costeras tuvieron aún mayor importancia estos uros fieros, porque debieron utilizarse para evitar el desembarco de extraños, manteniéndolos en las cercanías de las playas. Un método de defensa muy eficaz durante la Edad del Bronce y hasta la aparición de los grandes ejércitos -o las armadas potentes, uniformadas con hierro-. Algo que explicaría por qué las ciudades minóicas carecen de murallas. Una manera de luchar y hechos que identificaron definitivamente los toros con los dioses protectores y de la guerra: El Minotauro de Cnossos, pero también Enkidu entre los hititas y sumerios. Generando una unión entre el bos y Ares, que haría sublimar el morlaco hasta el punto de que numerosos pueblos ponían cuernos en sus cascos, para resaltar el carácter bravo de sus guerreros (como sucede en Tartessos). Costumbes del toro y el dios de la guerra que incluso vemos en representaciones romanas, donde Marte es figurado como un bóvido con grandes astas.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Foto compuesta: A la izquierda un molde de hachas de la Edad del Bronce procedente de la Ria de Huelva (circa 1200 a.C. -Museo de Sevilla al que agradecemos nos permita divulgarlo-). A la derecha, detalle del torito de Villajoyosa (Alonis) -actualmente en el Museo de Alicante al que igualmente agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Observemos la testud del buey donde vemos la marca del labrys, o de la bifaz; que a juicio de autores como Escacena e Izquierdo ser trataría tan solo del símbolo del cuero. Sin negar nosotros que este signo se relaciona con el curtido, lo asociaríamos más a formas asociadas con el crisol y el metal. Ello no solo por su parecido de diseño (ya que tiene claramente la forma de un hacha doble) sino sobre todo por el lugar donde aparece. Pues se encuentra en el punto débil del astado, lo que podemos denominar el "talón de Aquiles" del toro, ya que en esta zona de la frente, es donde han de "encunarse" quienes quieran hacerse con la fiera. Lugar donde suelen tener marcas los bóvidos; conocida por todos los expertos en tauromaquia como "el encune", ya que entre cuerno y cuerno se puede el hombre zafar de los pitones; entrar a matar (incluso sin muleta) o bien asirse a la cornamenta y colgarse de ella, apoyado sobre la frente del animal.
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Como decimos, esa parte central de la cabeza del morlaco es sobradamente estudiada por los portugueses, cuyos forçados practican aún el arte que los griegos llamaban "tauro-kathapsia"; en lo que eran especialistas los tesalios y consistente en atrapar e inmovilizar al bos (sin darle muerte). Una técnica en la que "encunarse" entre los pitones es fundamental, para luego volcar a la bestia en el suelo; todo lo que muestra que este tipo de prácticas en Portugal procede de "dar caza" a ganado salvaje, con el fin de marcarlos y castrarlos. Un trabajo ganadero en el que es imprescindible siempre asirse a las astas (poniéndolas bajo las axilas), apretar el pecho contra la "cuna" o frente del bóvido (impidiendo que nos empuje y golpée); para lo que solo hace falta voluntad, valor y llevar un buen "refajo" a la cintura, con cinchas que nos protejan las costillas.
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Una lámina del libro de Evans antes mencionado -cita (20) -, retocada y coloreada por mí. En esta vemos en su centro un altar de cuernos, con un hacha doble encima y a los lados dos cabezas de toro que asimismo portan el Labrys sobre sus cuernas. Figuras de un vaso cerámico de periodo micénio (de Salamina), donde se observa claramente la unión entre el altar de cuernos de la consagración, el hacha doble y las astas del toro. Todo lo que se debe a un tipo de culto ctónico nacido por la adoración al la bifaz como arma semejante a los pitones (con dos puntas) y al buey como símbolo de la prosperidad (por cuanto ese animal aporta a la Sociedad). Hechos que asimilaban el toro con el metal, fuente por entonces de todo progreso y de la riqueza. Por lo demás, la veneración al morlaco como dios de la guerra, igualmente identificaba el hacha doble con el totem bélico, ya que el toro (hervíboro) lucha como el hombre, por defender su territorio; sin atacar a sus presas para comerlas -como suelen hacer el resto de los animales-. De ello, no es extraño que el culto al toro se una al de la guerra, la prosperidad y las armas; a los rituales de riqueza, metal, minería, vida y muerte). Todo lo que lógicamente terminarían siendo celebraciones ctónicas a cargo de sacerdotisas.
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Continuando con el carácter ctónico del toro bravo, fijémonos de nuevo en la imagen compuesta de arriba y en el símbolo que contiene su "encune" (esta interesante escultura hallada en las inmediaciones del Puig Campana -en Alonis-). Torito de Villajoyosa cuya marca en la testuz es según Escacena e Izquierdo la del cuero; pero que más parece la de un molde de hacha y nos recuerda mucho al talento antiguo cretochirpiota. Siendo concretamente muy semejante al crisol, lo que tiene plena lógica ya que la frente del toro es el ariete del animal y con lo que se defiende (tal como el molde del forjador es la matriz de las armas). Pese a ello, en este punto intermedio de la frente el hombre puede tener un refugio; precisamente en el lugar donde el bos de Alonis -y otros- contienen esa marca, quizás enseñando donde está el "talón de Aquiles" del bóvido.
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Nos hemos referido al "talón de Aquiles" por ser el punto flaco de un ser invencible, ya que este pequeño espacio entre los dos pitones, es tan extraño como aquel talón del guerrero aqueo. Pues a juicio de los expertos, cuanto la Iliada refiere del baño de Aquiles -cogido por un pié-, sería la sublimación de la diferente dureza entre las armas de bronce y las de hierro (cambio que se produce precisamente en tiempos de la guerra troyana). Unas lanzas y espadas fundidas en bronce, que se partían frente a las usadas por los nuevos Hombres del Hierro; lo que a mi juicio generaría la crisis de Troya, ciudad que ya no era necesaria como punto estratégico para pasar el Bósforo y llegar hasta las minas de cobre y estaño del Mar Negro (la Cólquida o Cáucaso).
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Contienda, en la que se relata como Aquiles (héroe homónimo de los Aqueos -griegos más antiguos-), era un hombre armado con bronce, pues tenía el mismo punto de debilidad que las figuras de ese metal; esculturas a las que se hacía un vano en el talón para realizar su vaciado. Dejando salir el aire por el agujero junto a los pies, mientras se volcaba sobre su molde el metal incandescente (que iba llenándolo desde la parte más alta a la baja). Debido a ello, el punto débil de las figuras broncíneas fundidas, era el talón; por el cual a veces partían al mínimo golpe. Enseñándonos Homero con la leyenda de Aquiles, el cambio de Era metalúrgica y explicando como por muy bien cubiertos que fueran los hombres equipados con bronce, muy poco podían hacer ya frente al Hierro. Todo lo que implica que el "flechazo" en el talón que mata a este héroe, quizás escenifique de manera sublimada la vulnerabilidad de las corazas de la Edad del Bronce, que serían fácilmente atravesadas por puntas de hierro.
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Siendo así, comprenderemos el sentido ctónico de la historia de Aquiles, relacionado con la minería y el Crisol; tanto como pudo ser el punto débil del "encune", situado en la frente del torito. Ya que si un hombre se aferra a los cuernos y es capaz de aguantar entre ellos, apoyado sobre la testuz; antes o después logra agotar y tender a la bestia (bastando para ello tan solo la ayuda de dos o tres más personas, que por la fuerza terminan de volcarlo -tal como hacen los forçados-). Por cuanto creemos, esta marca de la frente, es una señal ctónica relacionada con las armas y la lucha, con significado semejante al de los altares "piel de toro" y rememorando en este caso a los crisoles (no tanto al cuero, cuyo diseño, hemos visto lleva un asa o un adorno en forma de cabeza). Siendo a mi juicio, muchas de las aras antiguas el recuerdo de los moldes y fraguas en que fabricaban estas hachas de la Edad del Bronce -altares tartessios, griegos o egeos, que simbolizarían el crisol metalúrgico-. Pues como hemos repetido: La prosperidad, el dinero, la riqueza, el metal y el toro; eran una misma cosa. Significando por ello la expresión "tener muchos rebaños", lo mismo que hoy puede ser "poseer muchas tierras" o "infinidad de propiedades inmobiliarias".
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Foto compuesta. A la izquierda, el ara del Megarón del Palacio de Lerna; una ashera con forma clara de hacha doble o de molde de bifaz de la Edad del Bronce (imagen trabajada y transformada desde una original publicada por Almagro Gorbéa y otros -ver cita 22-). A su lado uno de los pocos moldes de lingotes cretochipriotas hallados; se trata de una piedra con la forma labrada para fundir estas piezas de unos treinta kilos de cobre, que comercializaban los egeos y sardos -principalmente durante los siglos XIV al XII-. El modelo es imagen retocada y trabajada por nosotros, desde una original que publica Gómez Peña en su estudio "Así en Oriente como en Occidente..."; donde analiza el origen sirio y chipriota de los altares "piel de toro" -ver cita (21) -. A continuación hablamos de las dos piezas en imágen; sobre el curioso altar de Lerna, en forma de "labrys" y acerca de este molde o crisol para realizar lingotes de rama cretochipriotas, hallado en Siria.
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Fotografía montada por mí, en donde vemos el crisol y fuelle de una fragua (tan parecido a los altares de tartessos). Sobre este (en un recuadro en blanco y negro) uno de los toros micénicos. Plaquita de oro, con la figurita del bóvido y el labrys sobre la cabeza, de las que se han encontrado muchísimas en Creta. Teniendo el tamaño aproximado de una moneda, son de muy poco grosor (apenas pesan un gramo); debido a lo que su uso debió ser el de chapitas votivas para algún templo de veneración al hacha doble y al morlaco. Por lo demás, he querido situar esta figura sobre el crisol, para que comprendamos el simbolismo ctónico de aquellas fraguas, donde se fabricaban las armas en la antigüedad; cuyo soplido del fuelle y golpes de herrero, se identificarían con la bravura del fiero astado (con cuernos como dos lanzas). Unas fundiciones que por entonces se correspondían con la tecnología más puntera, atendiendo a los proyectos más avanzados y pioneros (como fue el de llegar hasta las minas del Sur de Iberia, en busca del estaño y del cobre -que en el Mediterráneo apenas existía, desde comienzos del segundo milenio a.C.-).
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E) ALTARES CON FORMA CRISOL, BIFAZ O LINGOTE: LA ASHERA DE LERNA.
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Habiendo comprendido como uno de los principales símbolos de la prosperidad durante la Edad del Bronce, fue la bipenna (usada como dinero o piezas de trueque). Siendo otros de los grandes referentes, con igual simbología: El crisol (creador de las armas) y el bóvido (pilar de la economía agropecuaria). No será extraño pensar que estos conceptos se aunasen en formas y veneraciones comunes, donde el crisol se identificase con el toro, tanto como el bos aparecerá junto a hachas. Porque las bifaces significaban el beneficio del metal (o su uso en la guerra y el comercio) junto a la protección; todo ello gracias al trabajo del fuego en la fundición. Razones por las que nos encontraremos en las civilizaciones herederas de las metalúrgicas, con toros degollados utilizando hachas, o bien sacrificados sobre altares semejantes al bóvido. Tanto como con aras o "asheras" en la forma del crisol, bifaz, molde metalúrgico, o imitando cuernos.
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Sobradamente hemos tratado ya acerca de los altares con astas de la consagración, aunque nos ha quedado por estudiar algunos puntos sobre aquellas otras aras semejantes a moldes o hachas dobles; entre las que destaca la del megarón de Lerna. Por ello, hemos vuelto a recoger una imagen retocada, del mencionado ashera del salón principal del palacio donde Heracles fue mandado a matar la Hidra. Un lugar cuyos orígenes se remontan a la Edad del Bronce; aunque el altar, por su apariencia creemos debe datarse en etapa micénica (hacia el 1200 a.C.). Ara de Lerna cuya remotísima antigüedad afirma Martín Almagro Gorbea (junto a otros) en su trabajo acerca de "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro" (22) . Ashera central del palacio de una extraña ciudad "maldita" por la mitología; que narra como hubo de ir Heracles para acabar con su famosa Hidra (en el segundo Trabajo). Monstruo y lugar de Lerna que Robert Graves describe del siguiente modo:
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" Lerna se halla junto al mar, a unos ocho kilómetros de la ciudad de Argos. Al oeste se alza el monte Pontino, con su bosque sagrado de plátanos que se extiende hasta el mar (...) Todos los años se realizan en Lerna ritos nocturnos secretos en honor de Dioniso, quien descendió al Tártaro en este lugar cuando fue en busca de Sémele; y no lejos de allí se celebran los misterios de la Deméter lernea en un recinto que señala el lugar donde Hades y Perséfone descendieron también al Tártaro (...) Este distrito fértil y sagrado estuvo en un tiempo aterrorizado por la Hidra, que tenía su guarida bajo un plátano en la fuente séptuple del río Amimona (...) -recientemente el emperador Nerón trató de sondearlo y fracaso-, tumba de muchos viajeros incautos (...) La Hidra tenía un cuerpo prodigioso parecido al del perro, y ocho o nueve cabezas serpentinas, una de ellas inmortal; pero algunos le atribuyen cincuenta, o un centenar, o inclusive diez mil cabezas. De todos modos era tan venenosa que su solo aliento, o el olor de su rastro, podía destruir la vida (...) Heracles le aplastó furiosamente la concha y gritó pidiendo la ayuda de Yolao. Yolao incendió una parte del bosque y luego, para impedir que brotaran nuevas cabezas a la Hidra, chamuscó sus raíces con ramas ardientes y así contuvo el flujo de la sangre (...) Utilizando una espada, o una cimitarra de oro, Heracles cortó la cabeza inmortal, parte de la cual era de oro, y la enterró, todavía silbante, bajo una pesada roca junto al camino que conducía a Elco. Le sacó las entrañas al cadáver y empapó sus flechas en la bilis" (23) .
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Por su parte la ciudad de Lerna era lugar maldito donde la mitología recoge que a ella acudían los asesinos a purificarse. Un hecho que unido al acceso y entrada del infierno sito en este punto; nos indica la existencia de un "omphalos" daimónico en ese lugar -de reunión para adoración a dioses del averno-. Asimismo, varias leyendas recuerdan que se enterraban las cabezas cortadas de reyes en las cercanías de Lerna, con el fin de evitar invasiones -ver cita (24) -. Todo lo que creemos muestran claramente la existencia de rituales ctónicos de gran dureza en los misterios allí celebrados, que asimismo mencionan los autores antiguos, recordando que: "Todos los años se realizan en Lerna ritos nocturnos secretos en honor de Dioniso, quien descendió al Tártaro en este lugar (...) no lejos de allí se celebran los misterios de la Deméter lernea en un recinto (...) donde Hades y Perséfone descendieron también al Tártaro". Unas palabras que demuestran como esta ciudad era de uno de los santuarios de adoración a los daimones más importantes, donde debieron pervivir los ritos de veneración a la serpiente (muy semejantes a los de Creta). Cultos minóicos y micénicos ancestrales, donde se ofrecían humanos a los dioses de la noche, en templos sin apenas construcción, sobre la propia naturaleza y en favor de las fuerzas naturales.
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IMAGEN, ARRIBA: De nuevo un lingote minóico procedente de Hagia Triada, fechado hacia el 1400 a.C. (propiedad del Museo de Heraklio al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Como podemos observar, su linea es casi igual que la del hacha doble y muy semejante al del interior del ara de Lerna.
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IMAGEN, ABAJO: Dos carteles taurinos; arriba de recortadores con toros de fuego y abajo de forçados portugueses. Un juego con el toro muy semejante al que vemos en estas fotos, era realizado ya hace tresmil quinientos años por los cretenses, entre cuyas sacerdotisas destacaban las saltadoras (recortadoras) de morlacos y las domesticadoras (encantadoras) de serpientes. Ambas labores han continuado hasta nuestros días y a mi juicio se han mantenido vivas porque han sido útiles socialmente. Primeramente, el uso de los toros bravos como medio defensivo, técnica de ataque que llegó a usarse en España hasta el siglo XVII. Tanto que se utilizaba el astado en las maestranzas, para educar a los caballos en la guerra y para entrenarse con ellos en la monta y doma (lo que dió origen al toreo moderno, desde las reglas que van imponiendo en estas maestranzas de caballería). En segundo lugar, los encantadores de serpientes eran hombres y mujeres que se dejaban picar desde jóvenes por aquellas, sufriendo las primeras mordeduras cuando la sierpe ya había expulsado la mayor parte del veneno en otras anteriores. Trás ello, iban aumentando la dosis y superado los traumas de inyectarse o beber ese veneno, sabiendo que en años su sangre contenía el suero curativo. Ello hacía que pudieran sanar las picaduras (de alacranes o de culebras), simplemente danzando y dando a beber su sudor al que había sido atacado por aquellas, ya que sus flujos contenían suero contra el veneno de estos animales con los que convivían.
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Por cuanto decimos, las evidencias llevan a concluir que en Lerna se conservaban costumbres antiquísimas, llegadas desde Creta durante la Edad del Bronce (etapa de fundación del palacio); en las que mujeres actuaban como oficiantes en los cultos ctónicos. Celebrando misterios que pudieron consistir en arrojar humanos a los cenotes o pozos de Lerna; dando así lugar al mito de la famosa Hidra (de hidros, agua), cuyo aliento apestaba y envenenaba. Leyenda que a juicio de Graves, estaba basada en los problemas de agua de aquella ciudad antigua; algo que explica en razón de manantiales descontrolados que surtían por doquier en la zona (25) . Otros autores evemeristas hablan de que en Lerna existía un pantano de aguas estancadas, que de no limpiarse envenenaba al resto de los pozos y su dragado era una labor hercúlea (25b). Pese a ello -a mi juicio- la Hidra creemos refiere el culto del llamado Zeus Meilichios; un tipo de Cronos Melkarte figurado en una enorme sierpe como dios de la tempestad, a la que se ofrecían tifonios e incluso seres humanos en los tiempos más remotos. Rituales que posteriormente se sustituyen creando serpentarios con pequeñas culebras a las que regalaban bollos hechos con miel y leche (de allí su nombre final, Meil-Likios = miel con leche). Santuarios de la sierpe extendidos por toda Grecia, que atendían sacerdotisas quienes desnudas entregaban a los ofidios estos dulces; mientras los oferentes leían el porvenir y su futuro en el modo de engullirlos (siendo síntoma de mala suerte cuando la culebra no comía).
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El origen de este primer culto a Meilichios basado en la adoración a un gran ofidio, parece fenicio; quizás de ello su nombre tan cernano a Melkarte, que luego derivaría a la forma helena semejante a miel con leche. Creyéndose que en tiempos muy remotos, en los puertos y ciudades helenas de tradición púnica, se tenía uno de estos Cronos figurados en una gran boa, o sierpe de enorme tamaño. Animal que simulaba el "dragón de las aguas" y al que principalmente se entregaban cochinillos con el fin de evitar las tempestades; inmolaciones que en caso de grandes catástrofes podían ser humanas (sacrificios que se denominaban de "tifonios", al intentar evitar los tifones -como repetidamente hemos narrado-). Pese a ello, la naturaleza religiosa de estas costumbres nos recuerdan tremendamente a Creta y a sus celebraciones; en las que se ofrecían humanos a las bestias y fieras, entre los que destacaba el toro y la serpiente. Por todo cuanto decimos, los rituales y misterios de Lerna creemos que se deberían relacionar claramente con los minóicos y ello explicaría por qué el altar de su megarón contiene la forma del Labrys. El hacha que también presidía el palacio de Cnossos, cuyas sacerdotisas jugaban con los ofidios y morlacos, en estas celebraciones de las que han llegado hasta nuestros días, el "toreo" y los encantadores de sierpes.
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Profundizando en el sentido ctónico del Laberinto y del toro, tanto como en el del hacha doble (en el centro de la sala); creemos que su iconografía se explicaría del modo que vengo repitiendo en mis estudios (26) : Simbolizando el Laberinto, el camino hasta las minas de metal (27), mientras el toro significaría el peligro del mar; y el hacha, la prosperidad o el bien a alcanzar (el estaño y el cobre). Siendo igual el sentido de este Labrys que presidía el centro del palacio de Cnossos, al del Vellocino de oro. Toisón que no se trataba solo de un cordero, sino un "melos", voz cuyo significado en griego es "manzana" (y por lo tanto manzana de oro). Un "vellón" (prendido del árbol) que en sí mismo significaba el dinero; tanto como para darse este nombre a las monedas. Piel de ovino y curtido, que se figuran y representan en los altares tartessios. Cuero o vellón de oro que llevó a Jasón hasta la Colquida, cuyo mito se repite casi igual en Heracles -con formas un tanto distintas-. Héroe que llega al Atlántico a robar las manzanas de oro (el "melos" aúreo) y hasta Tartesos para llevarse los bueyes de Gerión.
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Frutas y vacadas turdetanas que simbolizaban el vellón (el dinero o el lingote); tal como lo era el Vellocino de la Cólquida en el otro extremo del Mundo. Conceptos que se subliman -a mi juicio- en los altares de Coria del Rio o de El Carambolo, tanto como en las joyas de este último yacimiento, que contiene pectorales en forma de vellocino de oro (de lingote áureo imitando la piel de las reses). Siendo así y habiendo comprendido que el mito de Jasón es un ciclo igual al de Hércules, aunque el tebano en sus últimos trabajos robó toros rojizos y manzanas áureas. Interpretando que este hurto de las manzanas y de los bueyes de Gerión, simbolizaría la compra de oro, plata, estaño y cobre a precios irrisorios por parte de los griegos establecidos en las primeras colonias peninsulares (Alonis, Leukade, Hemeroskopion etc). Entenderemos que ambas leyendas son paralelas, aunque la de Jasón narra la búsqueda de esos metales en la Cólquida (el Cáucaso así llamado por "kalkos", en griego "cobre"). Por todo ello, los "melos" de oro (las manzanas áureas) y las vacadas de Geriones serían lo mismo que aquel vellocino. Algo que nos puede hacer comprender porque los colgantes o pectorales de El Carambolo bien parezcan dos "toisones", para que los lucieran en el pecho los sacerdotes o reyes tartessios (con un fin apotropaico y muy semejantes al sentido que tuvo el Toisón de Oro, que igualmente contenía un poder protector).
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IMAGEN, ARRIBA: Sobre la vitrina donde se observa la réplica del tesoro de El Carambolo en el Museo de Sevilla; hemos situado un lingote y el altar de EL Cara,bolo. A nuestra derecha: Arriba un lingote sardo de Sierra Ixili, con el que podemos observar el asombroso parecido entre este y el pectoral, junto a la semejanza con una piel. Todo lo que nos recuerda claramente a un "vellocino"; cordero que en griego de denomina "melos" al igual que las manzanas. Por ello y como hemos dicho, el mito de las manzanas áureas de las Hespérides, tiene el mismo sentido y origen al de Jasón (significando el viaje hasta el fin del Mundo para lograr los metales). Uno hacia la Cólquida -el Mar Negro y el Cáucaso- y otro hacia Iberia. Aunque un mismo símbolo se contendría en la leyenda de los bueyes del rey Gerión; bueyes, vellocino o manzanas de las Hespèrides representadas en esos pectorales que en imagen vemos. Abajo y a la derecha, en un cuadrado destacado en verde; el ashera o altar de El Carambolo con la misma forma de piel, vellocino, hacha o lingote.
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IMAGEN, ABAJO: Foto compuesta: En la parte superior la figura 55, retocada y trabajada por mí, del libro ya citado de Evans (pag 185). Representa una ceremonia sobre un altar de cuernos oficiada por tres sacerdotisas cretenses. Pertenece a un anillo de etapa micenia (hacia el siglo XII a.C.). Abajo, el famoso altar de Lerna, dibujado por mí. Veamos claramente su forma interior que es un molde de hacha o bien un crisol.
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F) OPINIÓN DE LOS MÁS IMPORTANTES INVESTIGADORES:
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Comenzaremos por recordar como los profesores Izquierdo y Escacena lograron demostrar que los altares de Coria del Río fundamentalmente imitaban la piel del toro, incluso en su color (28) . Refiriéndonos al tono de las vacadas del Bajo Guadalquivir, que son retintas o bien "rojas", tal como define la mitología los bueyes de Geriones. Unas reses que sin lugar a duda se recordarían en estos altares tartessios, en sus joyas y en sus metales, como fuente de riqueza y progreso. Aunque regresando a Escacena e Izquierdo, recogeremos lo que escriben acerca de esta forma "piel de toro": "Sin embargo, el análisis cladístico de ese símbolo y de sus réplicas en diversos tipos de elementos ha demostrado que se trata de un calco fiel de las pieles de toros, que se recortaban con esta forma en el proceso de curado (Escacena 2006: 131-132); y que, en todo caso, los lingotes también imitaban a las pieles. No hay por tanto una deuda directa en esta ocasión con el lingote de cobre chipriota. Como mucho, entre estas joyas, los altares y los lingotes existe una relación de parentesco evolutivo". Ante lo que me atrevo añadir que -como decimos-, nunca negaríamos que el símbolo es el de una piel de res (bovina u ovina); pues en verdad se trata de la forma de un vellocino de oro o de los toros de Geriones. Pero asimismo, el símbolo que esconden es el del metal y de ello el parecido de aquellos altares con los crisoles o los lingotes en forma de cuero.
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Por su parte, los profesores Escacena, Fernández Florez y Rodriguez Azogue; hablan del altar de El Carambolo, en estos términos: "representa una modalidad extremadamente esquemática del mismo símbolo. (...) En ella se representa un pellejo de grandes proporciones que sirve de montura de caballería (1) (...) Básicamente, la forma y los colores del altar de Caura señalan cómo se curaban las pieles entonces: regularizados los contornos y reservada un área central que conservaba el pelo de la bestia, se procedía luego a rasurar la periferia, que mostraba así tono pajizo (2) (....) "El de Coria del Río no obedece a un capricho estético de quien lo levantó sino a un prototipo mental impuesto por el dogma y/o por el objeto copiado. En este caso se trataría del prototipo más realista por su extremado parecido formal y cromático con las pieles auténticas" (30) .
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Las anteriores palabras no se opondrían a la idea de que también simbolicen crisoles o lingotes; ya que como decimos esos Bueyes de Geriones -Manzanas de Hespérides o Vellocinos de Oro-, serían sublimados en altares con este diseño (como el del pectoral). Línea con un significado ctónico claro, relacionado con la riqueza, el metal y con el vellón (tal como se decía en la antiguedad); ya que las pieles significaban igualmente riqueza y abundancia. Aunque la importancia de la pieles y su relación con el mundo metalúrgio parte desde su necesario uso en la forja y en el proceso de obtención de los minerales. Fundición y minas en las que el peto de cuero era imprescindible; tanto que actualmente los herreros se cubren todavía con uno de esos grandes mandiles (comunmente hechos con una piel entera de vacuno). Identificándose así el mundo de la forja con los mandilones de curtido; de un modo tal, que de verse alguien cubierto con uno de aquellos petos, siempre entendemos que se trata de una persona que trabaja el metal. Todo lo que aúna la piel y el crisol o la forja, hermanados durante milenios; ya que no hubo fundidor, herrero o minero, que no se valiera de estos pellejos para protegerse. De ello el sentido apotropaico de esta forma semejante al curtido, como protector; habida cuenta que aquello que mejor cubría y guardaba el cuerpo (o la cabeza), era el cuero.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Busto de Carlos V, desde un vaciado de Pompeo Leoni, reaprovechado por el platero Majadas (a fines del siglo XIX). En el pecho del emperador podremos ver el Toisón, que he destacado con un círculo. Bajo este, he situado -fotomontado- el pectoral del Tesoro de El Carambolo, para comprender el parecido simbólico y estético de ambas joyas (Agradecemos al Museo de Santa Cruz de Toledo nos permita divulgar la imagen obtenida en su exposición dedicada a la Moda del siglo XVI).
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Exterior de una tienda de curtidos en Salamanca, en cuya parte superior podemos ver esta marca muy semejante a los pectorales y a los altares tartessios. Observemos sin embargo como esa figura del cuero contiene el resto del cuello, en la zona alta central; parecida al asa que lleva el pectoral que considero femenino y uno de los altares (que también catalogo como de culto a una diosa). Ello haría pensar que entre las formas tartessias existen dos símbolos y no solo uno: El del cuero (con su marca de cuello) y el del lingote o Labrys (semejante a la bifaz y sin asa central). En el centro de la imagen y en la puerta, he situado la fotografía de un herrero trabajando (con su peto de cuero, sin el cual parece imposible poder acercarse y laborar en la forja).
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Otro de los autores que ha publicado numerosos estudios sobre los altares "piel de toro" fue Álvaro Gómez Peña, donde podemos leer: "nos proponemos, en primer lugar, demostrar el origen siriochipriota de los altares taurodérmicos de la protohistoria de la Península Ibérica" (...) "demostrar que los tradicionalmente denominados lingotes chipriotas, siriochipriotas para nosotros, no son el motivo que imitan los altares taurodérmicos" (...) "sino que ambas ramas son el resultado de un mismo tronco común: la piel de toro trabajada y; por último, recalcar el carácter identitario fenopúnico de los altares taurodérmicos fechables en el Hierro II que han aparecido por toda la costa peninsular ibérica" (31) .
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Todo lo que significaría que los altares tartessios para Gómez Peña, no imitan al lingote, sino al cuero; del mismo modo que hicieron siglos antes los referidos talentos de cobre cretochipriotas, semejando al curtido. Una idea que contiene la paradoja de que tanto los lingotes como los altares, serían para este autor de origen siriochipriota. Por cuanto, dos objetos casi iguales (en su forma), y de misma procedencia, conteniendo un símbolo idéntico; no podemos aceptar -en principio- que carezcan de relación alguna. Siendo así, se nos hace muy difícil considerar que entre las aras tartessias y los talentos de Chipre y Siria no exista nexo alguno; si los altares y los lingotes nacen del área siriochipriota y con apenas unos siglos de diferencia.
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Quizás por cuanto expresamos, el mismo autor en otro de sus estudios escribe ideas que no se corresponden exactamente con las anteriores conclusiones, exponiendo: "Nos encontramos para el caso de los altares taurodérmicos con el mismo problema que con el concepto orientalizante. ¿Son los altares una creación ex novo basada en los "lingotes chipriotas" pero propia de la cultura tartésica o por el contrario ya existían sus precedentes en el Mediterráneo oriental?. La investigación centrada en el ámbito protohistórico de la península ibérica ha venido en los últimos años incrementando en los estudios el protagonismo de los elementos taurodérmicos aparecidos en España y Portugal".
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Escribiendo con claridad en la misma obra un poco después: "La hipótesis que ve en los altares el reflejo directo de la piel de un bóvido surgió tras las intervenciones arqueológicas en el santuario protohistórico de Caura (Coria del Río, Sevilla), en el que se excavaron dos aras interpretadas como el trasunto de una piel de toro tanto por sus características formales, como por las cromáticas y las simbólicas. Para sus autores, no sólo estos datos refuerzan dicha idea, sino la propia presencia de un receptáculo en uno de sus extremos que representa el cuello del animal (....) Poniendo en práctica dicha metodología, hemos trabajado la idea ya apuntada por J. L. Escacena de que varios cilindros-sellos ugaríticos y chipriotas del II milenio a. C. muestran representaciones cultuales de altares taurodérmicos rodeados de todo un conjunto de objetos y símbolos que tienen coherencia como partes de un contexto ritual. Así, aparecen representados en ellos altares, asherah , máscaras sacerdotales, marcas esquemáticas de fuego, cabras para el sacrificio junto a sus verdugos y representaciones astrales y anicónicas de las divinidades" (32) .
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Unas últimas frases que hacen obvio como los altares de este tipo existían ya en Chipre y Ugarit en el segundo milenio, donde convivían con los lingotes; todo lo que obliga suponer que ambas formas iguales (el talento de cobre y el ara en forma de buey) contendrían una misma significación religiosa y un nexo. No pudiendo afirmarse que son simples "imitaciones" del cuero, pues aunque pueda decirse que el altar semejaba la forma de la víctima allí inmolada; ello no explica por qué los lingotes tuvieron un mismo diseño. Ya que nada hace entender en principio la unión entre la piel del toro y el cobre (aunque curiosamente los altares con esta forma son casi iguales a los moldes para esos talentos cúpreos).
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Por su parte, Gómez Peña, también narra como a fines de los años cincuenta se hallaron dos enormes pecios en las costas de Turquía cargados de lingotes piel de toro (considerados de origen chipriota). Y el modo en que poco después -hacia 1963-, apareció en famoso smiting god elevado sobre una "mina cúprea" (el famoso dios del lingote de Enkomi) (33) . Identificando este autor el yacimiento de Enkomi como un santuario de adoración al metal y al toro; todo lo que concuerda con las teorías que exponemos, proponiendo nosotros que cuero, cuerna y metal son conceptos unidos. Ideas que parten de principios ctónicos, claramente se representados en lugares como Enkomi, donde el dios del lingote fue hallado junto a bucráneos, a restos de forja y a piezas metálicas con esa forma del "mina" chipriota.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Dibujo mío en recreación de una supuesta ceremonia en el Cerro de San Juan de Coria del Rio. A la derecha, el sumo soberano (o sacerdote) oficiando como Baal portando las joyas del Tesoro de El Carambolo (pectoral, corona y brazaletes). A la derecha la sacerdotisa vestida como Ishtar y llevando las joyas femeniles del ajuar (gargantilla, corona y pectoral menor). En medio dos altares; en primer término el molde ugarítico que menciona Gómez Peña (ver imagen más arriba del original). Tras este, uno de los altares de Coria del Rio, el que tiene forma de cuero (con cuello o asa). Obsérvese el parecido entre el molde de lingotes y los altares tartessios.
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Además considera Gómez Peña, que dichos lingotes son de origen sirio, por cuanto los ve en las tumbas egipcias, y pintados en los frescos del Nilo, donde se recoge a personajes con vestimentas de Siria portando esas ofrendas al faraón (34) . Aunque quizás no tenga muy en cuenta que en Creta ya existian talentos con estas mismas formas -o muy parecidas- desde el siglo XVI a.C. (tal como podemos ver en imágenes superiores y en el Museo de Heraklion). Reafirmando Gómez Peña el origen sirio de los talentos en forma piel de toro al escribir "la estrecha conexión entre estos lingotes y el mundo sirio es tal que hasta la fecha el único molde para este tipo de lingotes ha sido hallado en Ugarit (...). Pero a pesar de este paralelismo, es imposible negar la relación existente con la isla de Chipre" (35) . Una estrecha relación que se genera en el hecho de que en verdad su origen es cretense y como tal los heredan los chipriotas, isla y lugar de refugio común para los minóicos (primero al entrar los micenios en el reino de Cnossos y más tarde, al ser invadida Creta por los dorios). Pero además, la circunstancia de que no se hayan hallado otros moldes de este tipo de lingotes, se debe fundamentalmente a que el cobre se funde con técnicas que no dejan "modelo": La cera perdida, la escayola, o bien las arenas. Tres métodos comunes de crear figuras en bronce y cobre, que tras acabar el trabajo, destruyen el "molde" (de arena, escayola o de cera).
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Finalmente añadiremos que el mismo autor se pregunta si son lingotes votivos o altares portátiles, respondiendo: "tanto si se tratase de lo primero como de lo segundo, ambas posibilidades podrían aunarse bajo un mismo denominador común, la de la piel de toro que simbolizaría la muerte de la divinidad y la resurrección de la misma, de ahí el carácter votivo de ciertos lingotes. Por tanto, estas representaciones en bases de quemaperfumes procedentes de Chipre y las relaciones que aquí anotamos entre los cráneos de Enkomi y los cilindros sellos vienen a sumarse a las referencias realizadas anteriormente en nuestro estudio acerca de las imágenes aparecidas sobre estos elementos taurodérmicos" (36) .
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Por cuanto expresamos, trás ver como hasta el alfabeto turdetano guarda signos y rasgos plenamente chipriotas; parece más lógico considerar que el origen de dichos altares y de sus formas están en el mundo cretochipriota. Siendo su antecedente más antiguo las famosas aras con cuernos de la consagración, existentes desde principios del segundo milenio en Creta y que pasan a Chipre hacia el siglo XVI a.C.. Desde esta isla, debido a migraciones y éxodos, se extendieron ese tipo de altares con cuernos hacia Siria; donde pudieron ir derivando en otras formas, aunque realmente se conservo esta tipología cretense (al igual que sucedió en Canaán, donde también se dan las mesas rituales con astas en sus esquinas). Siendo muy particulares entre todos los altares que asemejan al toro, los de tipo tartessio y que precisamente imitan al lingote "piel de buey"; todo lo que nos hace recordar al crisol y a las formas del bóvido (unidas). Tanto que podríamos decir que los altares peninsulares pudieron inspirarse en moldes para fundir talentos, como el que Gómez Peña recoge en su obra citada, hallado en Ugarit.
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Para conocer la utilidad del toro como arma y el uso de este animal en la guerra, bastaría con ver al pastor en la plaza, manejando los bravos junto a los cabestros (simplemente con silbidos). Dirigiendo la manada de morlacos hacia donde desea solo con unas señales y algunos sonidos que va haciendo a los mansos (quienes obedecen arrastrando a los fieros hacia donde quieren). Ello, traducido a una batalla supondría poder lanzar contra el enemigo una manada de toros bravos; lo que sin lugar a dudas en la Edad del Bronce y antes de la formación de grandes ejércitos bien cubiertos por armaduras de hierro, debió ser un método infalible de defensa y ataque (más aún en las costas). Un hecho que concedería al toro el carácter de totem bélico por antonomasia, unido al dios de la guerra y a las armas; todo lo que le identificaría con la metalurgia. De allí que los cultos de toro se unieran a los de la forja y la minería, tanto como Marte o Ares fueran representados en la figura de un astado, por muchos pueblos antiguos.
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Llegamos ya a la parte final de este artículo, donde terminamos con las opiniones de una gran experta en el mundo taurino (Cristina Delgado Linacero), quien ha escrito dos obras de meritoria importancia acerca del toro en la Antigüedad. Conteniendo en una de ellas un capítulo entero intitulado "Los cuernos de la consagración", donde nos hablará ampliamente del tema que venimos tratando. Expresando que estos altares con cuernos comienzan en el periodo Minoico Medio II, creyendo la autora que no estuvieron asociados a ninguna divinidad concreta, y que más se hicieron para ser divisados desde las cornisas (ya que se emplazaron sobre muros y altares, se usaron para ornamentar sarcófagos) (37). Pese a ello, ya hemos visto como a mi juicio, estos cuernos de Creta representarían miras y observatorios celestes, además de simbolizar los cabos y la guia en el mar (todo lo que sacralizaría las astas, a más de en su uso bélico).
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Asimismo describe los diferentes altares y sus formas de recoger las sangres, al libar sobre aquellos. Citando la mesa ritual de Portugal en Panoias, común a los cretenses o los micenios; y como ejemplo de sacrificios semejantes en los que se ungía el ara con sangre, tras el holocausto. Siendo estos sacrificios de bóvidos, los que promovieron que gran cantidad de objetos de libación (principalmente en el Egeo) adoptasen la efigie de un toro. Mencionando el famoso vaso cerámico de Kumasa (38) que recogemos mas abajo en imagen y del que contiene un mango para situar sobre aquel, un hacha doble. Jarro fechado a comienzos del segundo milenio (entre el 2000 y el 1900 a.C.) en el que a mi juicio vemos como tres hombres realizan una taurokathapsia -atrapar al toro-; siendo la postura representada verdaderamente muy semejante a la que siguen los forçados: "Encunándose" uno en el centro -entre los pitones- y agarrando los otros dos a la fiera por las astas (aunque aquí, el bóvido aparece gigante).
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Acerca del sacrificio cruento del toro en Creta, nos dice Cristina Delgado que se ha atestiguado su existencia en los principales templos de los milenios III y II a.C.. Recintos sagrados situados en las grutas de Psicro, Petsofa, Amnisco, o Palecastro; donde existen evidencias de estas inmolaciones vacunas, siendo hallados allí restos oseos carbonizados. Mencionando varios sellos que los describen y en los que vemos sobre el altar a estos toritos. Destacando entre todos, los frescos de Hagia Triada, en los que el animal ocupa la escena central y yace sobre una mesa con las patas colgando mientras su sangre la recogen en una sítula. Añadiendo un dato curiosísimo como es que "La forma de acabar con la víctima era por un golpe de puñal asestado en la nuca, o por degüello"; todo lo que significa acabar con la vida del astado apuntillándole, tal como se hace hoy en día en las plazas de toros. Una costumbre a mi juicio que nace del toro bravo, al que es imprescindible dar puntilla, sin poderse rematar de otro modo (ya que podría herir al que lo intenta, con un simple derrote -aunque esté tumbado y moribundo-) (39) .
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Fotografía de una famosa cueva de tracia llamada Womb, donde se supone realizaban cultos de fertilidad o ctónicos. Su apariencia semejando a un útero es asombrosa y nos hace conocer por qué en el interior de estas cavernas se llevaban a cabo rituales femeninos, fundamentalmente durante la Edad del Bronce (heredados desde la de Piedra). Celebraciones, que en algunos casos pervivieron en el pueblo y fueron seguidos por mujeres que se consideraban curanderas o adivinas; meigas o brujas, que se reunían igualmente siglos después en el interior de aquellas grutas para realizar ceremonias ancestrales y en las que igualmente se consumían enteógenos o alucinógenos.
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Siendo común el uso de cornezuelo de centeno bebido para crear un éxtasis entre los asistentes, o la utilización de mandrágora en limaduras servida en tomas alcohólicas, para provocar histeria o llegar a la bacanal. Junto a ello, un conjunto de amanitas y setas alucinógenas, eran consumidas (entre las que destacaba la muscaria); e incluso untaban la piel de las mujeres con estramonio, beleño o belladona; poniéndolo -al parecer- sobre un palo en el que frotaban sus nalgas y sus axilas los asistentes, provocando así el "vuelo de brujas" (sensaciones sexuales, debidas al contacto directo de las zonas erógenas y las mencionadas drogas). Cultos y ritos descendientes directos de las más ancestrales y arraigadas celebraciones ctónicas de la Edad del Bronce.
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Siendo realmente interesante el hecho que destaca Delgado Linacero, mencionando que los primeros lugares donde se atestiguan estos ritos de sacrificio del toro fueran cuevas. Todo lo que nos acerca al mitraismo (aún dos mil años antes de su existencia), a los cultos frigios y al significado ctónico de sus celebraciones. Puesto que como hemos descrito, el sentimiento ctónico parte del culto a las entrañas de la tierra; y -por ende- a la matriz femenina (origen de la vida). Un aparato reproductor de las mujeres que en griego se denominaba "delfi" (como el delfín y como el templo de Apolo) y cuyos rituales de iniciación se asociaban con el placer -del la bacanal- y con la fertilidad a través de siembra -o de la cópula-. Pero más tarde con dolor -del parto-, la muerte y con el origen o significado de la vida. Celebraciones practicadas en santuarios tan importantes como el de Eleuisis (junto a atenas); pero que siglos o milenios antes se habían enseñado en los de Creta y Biblos. Misterios de Isis, de Britomartis o de Deméter en lo que se usaban enteógenos, generando entre los asistentes un éxtasis, donde deberían creer haber bajado al Hades y hablado con los muertos. Entrada a los infiernos que se realizaba comunménte en el interior de cuevas, en cuyos misterios se vivían escenas de pánico, junto a momentos de fascinación y gloria (sirviéndose de luces y medios mecánicos; mientras suministraban a los asistentes alucinógenos que les hicieran creer habían llegado al más allá).
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Unos cultos que en sus momentos más arcaicos (como en Creta) se acompañaban con la adoración a animales de gran peligro, tales como la sierpe o el toro. Totems de la muerte al que se entregaba un inocente, aunque algunas religiones de la Edad de Bronce permitirían la intervención del héroe que salvara al niño o a la doncella, ofrecidos a la fiera. Héroes que rescataban al inocente, enfrentándose al totem en una lucha que comunménte debía ser sin armas (condición indispensable para realizar la terrible prueba). Así debía actuar quien deseara emular a Heracles, a Perseo o a los semidioses; tal como lo hacen aún los forçados y los toreros; o como realizaban las saltadoras de toros y encantadoras de sierpes de Creta. Comprendiendo con aquellas pruebas, la demostración del progreso gracias a la superioridad del humano, el dominio de la Naturaleza y el progreso (basado en la doma y domesticación de animales). Ceremonias que solían ofrecerse a una deidad Señor o Señora de los animales, cuyo nombre en Creta parece fue Britomartis, que entre los griegos era Artemisa y que en Anatolia fue Kubaba (la posterior Cibeles, que unció dos leones a su carro, como símbolo del dominio de las fieras).
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Deidades que asimismo eran las de la minería y del metal, por cuanto su culto se realizaba en las cuevas y porque su veneración era la de la madre (la dueña de la caverna, del útero terrestre). Ya que quien salvaba al inocente de las garras de la bestia, debió ser cosiderado como una nueva madre del rescatado; trás enfrentarse al totem, para recuperar al "pharmakós" ofrecido a un daimón (demonio de la gruta, o de la entrada a los infiernos). Todo cuanto narramos, además se unía con los "misterios" del interior de la tierra, entre cuyas peores manifestaciones estaban los movimientos telúricos y los volcanes. Terremotos inexplicables que se pretendían calmar ofreciendo sacrificios, y que se veían comunmente antecedidos por fumarolas en los cráteres y con fenómenos de fuego procedentes la tierra. Hechos que les unieron plenamente con el mundo de la minería y la metalurgia; tanto, que aquellos minerales que fluían del interior de la tierra, se consideraban regalo de Hades y de Hefáistos (Vulcano). Quienes movían o calentaba el inter-nos (interior-nuestro o infierno) y de cuyo fuego surgían las riquezas, tal como germinaban las plantas al semillar dentro de las arenas. Fertilización del terreno, que se interpretaba unida a la de los metales por medio de fuegos, terremotos, cavernas, humos y misterios. Todo ello conceptualmente asociado al mundo ctónico y de la mujer. Quienes a juicio de Mircea Eliade (40) iniciaron el metal, al considerar este autor que fueron las madres o las féminas quienes descubren este uso de los minerales, mientras cocinaban (o a la vez que cocían vasijas en los hornos). Todo lo que identificaría el mundo femenino al de la metalurgia, hasta el extremo de llamar matriz al molde donde se hacía la pieza fundida.
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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Vaso de libaciones con taurokathapsia o ritual de atrapar al toro; fechado en el 2000-1900 a.C. y procedente de Koumasa (Mesara) -agradecemos al Museo de Heraklion nos permita divulgar nuestra imagen-. Como podemos observar, en la escena de este objeto cerámico de hace cuatro mil años, se representan tres forçados intentando vencer al toro. Uno de ellos se "encuna" entre los pitones, mientras los otros dos le ayudan a tumbar al astado.
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CONCLUSIÓN:
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Tras el larguísimo repaso anterior a los diferentes conceptos, usos y significados que pudo tener el curtido (o la piel de toro). Podemos llegar a la conclusión que el cuero y del vellón se hicieron inseparables con el sentido del dinero, la minería y la metalurgia. Por todo cuanto se hace casi imposible distinguir y diferenciar el simbolismo del metal, con el del lingote o el del pellejo de buey y la lana. Habida cuenta que en la Antigüedad debieron de ser conceptos tan unidos como hoy puedan serlo dinero, tarjeta de crédito, plástico y petróleo. Aunque en el caso de Tartessos (concretamente en El Carambolo y en Coria del Rio) creo personalmente que aparecen las dos formas diferenciadas: Por un lado la del cuero, representada en el altar y en el pectoral con un asa (o tirador). Y por otro; la del lingote, crisol o hacha doble, figuradas en el pectoral masculino y en el altar cóncavo con cabida para libaciones. Pudiendo llegarse a la conclusión de que ambos símbolos estaban unidos plenamente; aunque el del curtido sería femenino y de veneración a una diosa, mientras el que simula el hacha pertenecería al culto masculino y a un Baal.
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BAJO ESTÓS PÁRRAFOS: Patio del Museo de Santa Cruz de Toledo (al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes). En la fotografía, mi mujer y a su lado, un Vellocino de Oro; escultura en granito procedente de algún escudo toledano, del cual se desprendió. Como podremos observar, el Toisón es igualmente una simple piel de ovino (aunque no de vacuno, como representan los altares tartessios). Pese a ello, representa una de las más distinguidas condecoraciones, porque desde la remota antigüedad la piel era el atribuito que marcaba el dinero. Por esta razón el nombre dado a la pieza de metal que se acuñaba como moneda, era el de "vellòn"; voz procendente de igual término latino y que significa "vello", "piel", "toisón". Pellejos y lanas que darían origen a los términos modernos de "Bullíon" y "Bellion" y que en inglés y francés -respectivamente- señalan al lingote de oro y plata pura.
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Lo anteriormente dicho, nos muestra que la piel (en este caso del cordero) era lo que definía o marcaba la pecunia, de allí la denominación "animal" del dinero. Algo que se expresa en el mito del Vellocino de Oro, indicando que Jasón fue a la Cólquida por metales y concretamente por aquel que se figuraba en un cordero áureo. Toisón que la leyenda narra colgado de un árbol, todo lo que no significa más que el error del narrador que no distinguió entre las áureas manzanas -en griego melos- y el "melos" de "lechazo" rubio y colgado de una rama. Debiendo habernos dicho que Jasón robaba "las manzanas" de oro de Medea, tal como Heracles hurtó las del Jardin de las Hespérides; o bien "los rubios rebaños" del rey de la Cólquida -del mismo modo que Hércules robó los de Geriones-. Confusiones de seguro debidas a los aedos, que conservaban las historias en su memoria y que incluso tuvo el gran Homero; quien debió haber rapsodiado "barco de madera" o "carro del mar", en lugar "caballo"; al referirse al regalo de Troya cargado de soldados (en la bodega de la nave).
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CITAS:
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(1): Si leemos los diferentes estudios que sobre estas placas ha realizado la profesora Ma.Luisa de La Bandera, podremos ver como describe claramente que las placas de oro de El Carambolo, han sido fuertemente cosidas. Observando que al enebrar con hilos -o pequeñas cuerdas- sus pasadores se han deformado al atarlos sobre una prenda (de vestimenta o cuero), dejando claras marcas de aquellas sujecciones. Algo que se evidencia simplemente con observar una fotografía de las placas originales, en su dorso; donde veremos la señal de estos hilillos o cuerdecitas, que los cosieron a una tela o al cuero. Por todo ello -reflexionándo-, la posibilidad más lógica es que se llevaran asidos en una diadema o tocado para la cabeza; pues en otro lugar del cuerpo podrían golpearse y deformarse facilmente. Ya que esas plaquitas tan ligeras como delicadas, puestas como cinturones, o sobre unas bandas de tela (que colgasen) siempre estarían a merced de cualquier golpe. Por ello y debido a su posible similitud y paralelo con las coronas aqueménides y asirias de la época (ver bajorrelieves de Ciro o de Nabucodonosor); creemos que la hipótesis más lógica es pensar que eran placas usadas en dos coronas o tocados. Las ocho decoradas con esferas sobre la cabeza de un hombre y las otras ocho (más ligeras y en filigranas) para mujer, sacerdotisa o reina.
(2): A quienes no conocen nuestras conclusiones para determinar finalmente que estos dos broches son pectorales y no otro tipo de joyas, les RECOMENDAMOS VER NUESTRO ARTÍCULO editado como el 120º en Tartessos y lo Invisible en el arte:
EL CARAMBOLO; SUS COLGANTES: ¿EFODS, KARDIOPHYLAX O FRONTILES? (Parte LXXXVIII de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. Planteamos que los pectorales del tesoro sean "Ephods" de tipo semita o bien cardiofilax ibéricos (sobre la posibilidad de que objetos semejantes se usaran en el enjaezamiento de toros). Llegando a la coclusión de que eran colgantes de pecho con valor ritual, cuyo sentido protector se asimilaba al de las falerias y los adornos apotropaicos de corazas. PARA LEERLO PULSAR SOBRE este enlace: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/11/el-carambolo-sus-colgantes-efods.html
(3): El Lingote de Rama, chipriota o de piel de toro; símbolo divino de la Antigua Iberia. Jorge Maier Allende En las actas del Congreso FIESTAS DE TOROS Y SOCIEDAD ; Sevilla 2003 (Pag 86 de este citando a Escacena e Izquierdo, 2001 : 132-133) .
(4): Artículo 119º del Blog: - EL CARAMBOLO, LOS SANTUARIOS Y LOS EDIFICIOS TARTÉSSICOS: Conclusiones a sus mediciones y coordenadas astrales (Parte LXXXVII: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/10/el-carambolo-los-santuarios-y-los.html
(5): Estrabón, IBERIA: I, 1; 3. (Fontes H.)
(6): Estrabón, IBERIA: I, 1; 4. (Fontes H.)
(7): Sobre Orión y el mito de las Pléyades ver: (Robert Graves Los mitos Griegos, I, página 160 y ss). Teón: Sobre Arato 638; Higinio: Astronomía poética II;34; Servio sobre la Eneida de Virgilio I; 539; Ovidio: Fasti 5.537 y ss.; Higinio: Astronomía poética II;34;Homero: Odisea XI; 310; Apolodoro: I.4; 3-4; Partenio: Fábulas amorosas 20; Luciano: Sobre el Salón 28.
ACERCA DE LA UNIÓN ENTRE TARTESSOS Y LAS PLÉYADES DICE GRAVES:
"De la sangre de Geriones nació un árbol que, en la época en que salen las Pléyades, da frutas sin hueso parecidas a cerezas" (Graves L.M.G. II página 92). O BIEN COMENTA QUE: "Atlante era padre de las Pléyades, las Híades y las Hespérides y ha sostenido el Cielo desde entonces, salvo en una ocasión, cuando Heracles le sustituyó temporalmente en esa tarea. Algunos dicen que Perseo petrificó a Atlante convirtiéndolo en el monte Atlas" (Robert Graves Los mitos Griegos, I, página 160). Todo lo que identifica la zona tartessia con esta constelación.
(8): "El nombre de las Pléyades, de la raíz plei, «navegar». se refiere a su aparición en la estación en que se acerca el buen tiempo para navegar. Pero la forma Peleiades de Píndaro, que significa «bandada de palomas», era quizá la original, puesto que las Híades son cochinillos. Parece ser que una séptima estrella del grupo se extinguió hacia el final del segundo milenio" (Robert Graves Los mitos Griegos, I, página 171); la última frase referiría el poco brillo de Mérope.
(9): Juego de Oca "EL JUEGO DE LA OCA Y SU TOTEM ÁNADE" Fundación Joaquín Díaz, Valladolid 2007.
(10): Robert Graves, describe de este modo a Atlas o Atlante (conforme recoge de las fuentes mitológicas): "El gigantesco Atlante, el mayor de los hermanos, conocía todas las profundidades del mar; gobernaba en un reino con una costa escarpada, mayor que Asia y África juntas. Esta tierra llamada Atlántida se hallaba más allá de las Columnas de Heracles y una cadena de islas productoras de frutos la separaba de un continente más lejano no relacionado con los nuestros" (...) "Atlante era padre de las Pléyades, las Híades y las Hespérides y ha sostenido el Cielo desde entonces, salvo en una ocasión, cuando Heracles le sustituyó temporalmente en esa tarea. Algunos dicen que Perseo petrificó a Atlante" (Los mitos Griegos, I, página 159). "Los mitógrafos posteriores interpretaban a Atlante como una simple personificación del monte Atlas en el noroeste de África, cuya cumbre parecía sostener el firmamento, pero para Homero las columnas en que soportaba el firmamento se hallaban lejos en el océano Atlántico"
(11): "Las Híades ("hacedorasde lluvia"), a cargo de las cuales quedó Dioniso, se las llamó "las altas", "las cojas", "las apasionadas", "las rugientes" y "las furiosas"; para describir sus ceremonias. Hesíodo (citado por Teón: Sobre Arato 171) registra los nombres anteriores de las Híades como Fésile (¿"luz filtrada"?)" (Los mitos Griegos, I, página 117).
(12): Adolf Schulten "Viriato", Boletín de la Biblioteca Menendez y Pelayo II Nº 3, 4, 5 y 6; 1920. Pág, 143 del Boletin 3.
(13): "LA VIA HERAKLEIA, CAMINO DEL FRIGIANISMO Y DE LA HELENIZACIÓN" -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 12º (Parte LXXXI de: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. TRATA SOBRE LAS COLONIAS GRIEGAS DE LA COSTA Y SU CAMINO HACIA LAS FUENTES DEL GUADALQUIVIR POR LOS DIVERSOS LUGARES DONDE HUBO MÚLTIPLES HALLAZGOS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/06/la-via-herakeia-camino-del-frigianismo.html
(14): (Los mitos Griegos, II, página 83).
(15): (Los mitos Griegos, I, páginas 217 y ss.).
(16): FUENTES SOBRE EUROPA hija de Agenor: Teofrasto: Historia de las plantas I.9.5; Higinio: Fábulas 178 y 19 Apolodoro: III.1.I; Pausanias: V.25.7; Apolonio de Rodas:II.178. Ovidio: Fastos, V, 603 y Metamorfosis II.836 y ss,; Hom. Iliada XVI, 321; Platón, Timeo 24 e; Diodoro Sículo, IV, 60 3 ,y, V, 78, 1 ; Plinio, Historia Nat. XII, 5.
(17): ACERCA DE LOS TOROS USADOS COMO DEFENSA EN LA ANTIGÜEDAD, RECOMIENDO CONSULTAR NUESTRO ARTÍCULO 103: EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte quinta: El toro bravo en la Antigüedad; guardián y arma de guerra (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXXIV). NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE HECHO. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
(18): Sobre los cultos ctónicos recomendamos leer nuestros artículos siguientes y en especial el 93 y 94: LOS MISTERIOS ELEUSINOS y DEL FARMAKÓS Y DEL FARMAKON.
91ª "LOS MISTERIOS", ORÍGENES Y SIGNIFICADOS (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXI). NARRA EL POSIBLE ORIGEN DE LOS MISTERIOS GRIEGOS DESDE EGIPTO, TRATANDO DE LOS DE ISIS Y DE FIGURAS RELACIONADAS POSIBLEMENTE CON ELLOS, COMO MOISÉS Y EL SACRIFICIO DE INOCENTES. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/08/blog-post.html
92ª LOS MISTERIOS DE ELEUSIS: SU RITUAL (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXII). HABLA DE LOS RITOS QUE SE SEGUÍAN EN ORÁCULOS Y CELEBRACIONES MISTÉRICAS GRIEGAS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html
93ª LOS MISTERIOS ELEUSINOS: Métodos y significados de la iniciación (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIII). SOBRE EL POSIBLE USO DE LO QUE PENSAMOS ERAN ENTEÓGENOS, UTILIZADOS COMO DROGAS MÉDICAS, ANESTÉSICOS O EUFORIZANTES (PARA LA GUERRA); ENSEÑANDO A LOS INICIADOS LA EXISTENCIA DE ELLOS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post_24.html
94ª DEL FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte primera-: Sobre los fármacos "sagrados" (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIV). DONDE TRATAMOS SOBRE LOS FÁRMACOS USADOS EN CEREMONIAS RELIGIOSAS EN LA ANTIGÜEDAD Y SUS POSIBLES UTILIZACIONES EN TARTESSOS: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html
95ª DEL FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte segunda-: Sobre el "farmacós" o la inmolación humana (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXVI). ANALIZA LOS SACRIFICIOS HUMANOS EN LAS CEREMONIAS RELIGIOSAS, Y SUS SUSTITUCIÓN POR LA DE ANIMALES ENTRE PUEBLOS ABRAHÁMICOS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/del-farmacos-y-del-farmacon-parte.html (19): "Pecado" procede de voz latina igual (peccatum), que en esta lengua significaba "falta, delito" creyendo los etimógocos que es una contracción de "pedico" = "tropezar". Sin haber acuerdo en ello, hay quienes piensan incluso que este "pedico", que originaría "peccatum" al no existir en forma latina, debemos interpretarlo como el "paedico" que significa "sodomizar", todo lo que resulta absurdo, ya que la forma normal de referir a "dar por detrás" en latín es "paedicare" que puestos a generar etimologías, podemos verle parecido hasta con predicar... . Considerando más lógica mi teoría, en la que entiendo que "peccatum" procede de querer tener todos los "pecus" (hacerse con animales ajenos, robar ganado o comprarlo barato = tomar pecus = Pecca tum).
(20): Figura 3, pag 125 de "Mycenaean Tree and Pillar Cult; and Its Mediterranean Relations" (ed. 1901).
(21): "Así en Oriente como en Occidente: El Origen Oriental de los Altares taurodérmicos de la Península ibérica" por Álvaro Gómez Peña SPAL 19 (2010): 129-148
(22): El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro. CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262 // Martín ALMAGRO-GORBEA // Alberto J. LORRIO // Alfredo MEDEROS // Mariano TORRES ORTIZ
(23): ROBERT GRAVES: (Los mitos Griegos, II, página 74).
(24): "En Amimone dio a luz Equidna bajo un sicómoro a la monstruosa Hidra. Vivía en las cercanías del lago de Lerna, al que acuden los asesinos para purificarse, y de ahí viene el proverbio: ´Una Lerna de males` (Graves L.M.G. I pag 225)
"Las cabezas de los hombres asesinados fueron enterradas en Lerna y a sus cuerpos se le rindieron honores fúnebres bajo las murallas de Argos; pero, aunque Atenea y Hermes purificaron a las Danaides en el lago lerneano con permiso de Zeus, los Jueces de los Muertos las condenaron a la tarea interminable de transportar agua en cántaros perforados como cedazos" (Graves L.M.G. I pag 226)
Egipto y Dánao parecen haber sido títulos primitivos de los coreyes de Argos; y como era una costumbre muy difundida enterrar la cabeza del rey sagrado en los accesos de una ciudad, y protegerla así contra la invasión, las supuestas cabezas de los hijos de Egipto enterradas en Lerna eran probablemente las de sucesivos reyes sagrados " (Graves L.M.G. I pag 229)
(25): "Según el evemerístico Servio (sobre la Eneida de Virgilio vi.287), la Hidra era un manantial de ríos subterráneos que solían irrumpir al exterior e inundar el territorio" (Graves LMG II pag 78)
ACERCA DEL SANTUARIO DE DEMÉTER JUNTO A ARGOS DENOMINADO EL DELTA NOS DICE MIRCEA ELIADE: "análogo simbolismo se asignaba al triángulo. Pausa-nias (II, 21, i) habla de un lugar de Argos que se llamaba delta y que estaba considerado como el santuario de Deméter. Fick y Eisler han interpretado el triángulo (delta) en el sentido de «vulva»: la interpretación es válida a condición de conservar a este término su valor primario de "matriz" y "fuente". Es sabido que la delta simbolizaba para los griegos a la mujer; los pitagóricos consideraban al triángulo como arché geneseoas a causa de su forma perfecta, pero también porque representaba al arquetipo de la fecundación universal. En la India también hallamos un simbolismo semejante para el triángulo. Quedémonos por el momento con esto: si las fuentes, las galerías de las minas y las cavernas son asimiladas a la vagina de la Madre Tierra, todo cuanto yace en su "vientre" está aún vivo, bien que en estado de gestación. O dicho de otro modo: los minerales extraídos de las minas son, en cierto modo, embriones: crecen lentamente, con un ritmo temporal distinto al de los animales y vegetales, pero crecen, "maduran" en las tinieblas telúricas. Su extracción del seno de la tierra es, por tanto, una operación practicada antes de término. Si se les dejase tiempo para desarrollarse (al ritmo geológico), los minerales se harían perfectos, serían metales «maduros». Pronto ofreceremos ejemplos concretos de esta concepción embriológica de los minerales. Pero desde ahora podemos medir la responsabilidad de los mineros y metalúrgicos al
intervenir en el oscuro proceso del crecimiento mineral". MIRCEA ELIADE HERREROS Y ALQUIMISTAS Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1974 (PAG 19)
(25b): SOBRE LA HIDRA DE LERNA, FUENTES CLÁSICAS: Apolodoro, lib II, 5,2 // Servio a Virgilio en Eneida VI,287 // Teogonía de Hesiodo, 313 y ss // Eurípides, Heracles Fur. 419 y ss // Eneida de Virgilio VI, 803 y VIII, 299 // Ovidio, Met. IX, 69 // Diodoro Sículo IV, 11, 5 // Pausanias, II,37,4 y V,10,9 //
(26): Acerca del sentido de la mujer en los ritos de luz y de piedra, unidos al metal nos dice MIRCEA ELIADE: "los lugares donde se hallaban creíase que habían sido castigados por el rayo . El rayo es el arma del Dios del cielo. Cuando este último fue destronado por el Dios de la tormenta, el rayo se convirtió en signo de la hierogamia entre el Dios del huracán y la diosa Tierra. Así se explica el gran número de hachas dobles halladas en las simas y en las cavernas de Creta. Como los meteoritos y los rayos, estas hachas «hendían» la tierra o, dicho con otras palabras, simbolizaban la unión entre el cielo y la tierra. Delfos, la más célebre de las simas de la Grecia antigua, debía su nombre a esta imagen mítica: delphi significa efectivamente el órgano generador femenino. Como más adelante se verá, otros muchos símbolos y apelativos asimilaban la tierra a una mujer". MIRCEA ELIADE HERREROS Y ALQUIMISTAS Madrid, 1974 (PAG 9)
(27): Acerca de la mujer y su unión fisionómica al mundo de la metalurgía y de las cavernas nos dirá Mircea Eliade. "en relación directa con este simbolismo sexual, habremos de recordar las múltiples imágenes del Vientre de la Tierra, de la mina asimilada al útero y de los minerales emparejados con los embriones, imágenes todas que confieren una significación obstétrica y ginecológica a los rituales que acompañan los trabajos de las minas y la metalurgia" (Idem cita 26, pag, 15). "Recordemos que las grutas y cavernas eran asimiladas también a la matriz de la Madre Tierra. El papel ritual de las cavernas, probado en la prehistoria, podría interpretarse igualmente como un retorno místico al seno de la "Madre", lo que explicaría tanto las sepulturas en las cavernas como los ritos de iniciación verificados en estos mismos lugares" (Idem cita 26, pag, 19).
(28): J.L. Escacena y R. Izquierdo de Montes: ALTARES PARA BAAL.. "Arys, III (2000) 11-40) (PAG 46)
(29): JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO; ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES Y ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE; en "SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO" (página 11). Continúan diciendo los referidos autores en su siguiente página: "en el Cerro de San Juan, cabezo identificado con la antigua Caura (Coria del Río), han desenterrado un templo contemporáneo del que hubo en el Carambolo. (...) Se documentó bien un altar del Santuario III, datado en el siglo VII a.C. en primera instancia (Escacena e Izquierdo 2001). (...) El conjunto, compuesto por las fases A (antigua) y B (reciente), permite reconstruir con pulcritud cómo se trabajaban los cueros en la época, y demuestra por tanto que ese altar y otros elementos parecidos, entre ellos los `pectorales´ del Carambolo, imitan precisamente ese elemento animal, la piel de un bóvido". (...) "(cita 5: 5. Los "cuernos del altar" podrían ser sus esquinas, es decir, los extremos de la piel alusivos a las patas del animal en el caso de las aras taurodérmicas)".
(30): Op.Citada (29) pag 13 y 14; se incluyen dos citas de otros autores que hemos recogido en la forma:
(1): (Parrot 1970: fig. 65)
(2): (Chapa y Mayoral 2007: 76-78)
(31): Pag 129 de: Así en Oriente como en Occidente: El Origen Oriental de los Altares taurodérmicos de la Península ibérica por Álvaro Gómez Peña SPAL 19 (2010): 129-148
(32): Pag 743 y 744 de: HISTORIA, IDENTIDAD Y ALTERIDAD ACTAS DEL III CONGRESO INTERDISCIPLINAR DE JÓVENES HISTORIADORES Salamanca • 2012 UNA MIRADA HISTORIOGRÁFICA A LA IDENTIDAD DELOS ALTARES TAURODÉRMICOS DE LA PROTOHISTORIA PENINSULAR IBÉRICA ALVARO GÓMEZ PEÑA
(33): Pag 131 de: Así en Oriente como en Occidente: El Origen Oriental de los Altares taurodérmicos de la Península ibérica por Álvaro Gómez Peña SPAL 19 (2010): 129-148
(34): "otro dato que nos habla en favor de la estrecha relación entre los lingotes taurodérmicos y el mundo sirio es la serie de representaciones en tumbas egipcias desde el siglo XV hasta el XII a. C., apareciendo siempre portadores de clara vestimenta siria llevando sobre sus hombros lingotes taurodérmicos como tributo al difunto. El caso más citado en la bibliografía al uso sobre este tema es el de la tumba de Rekhmiré, precisamente por su carácter excepcional al aparecer representados en sus paredes portadores egeos" (pag 134 Op. cita 33) -figura 9 del libro citado--
(35): Op, Cita, (33) (pag135)
(36): Op, Cita, (33) (pag138)
(37): EL TORO EN EL MEDITERRÁNEO; Cristina Delgado Linacero; Madrid 1996, Univ. Autónoma. Capítulo V (Los cuernos de la consagración).
(38): Idem cita (37), pag 206
(39): Idem cita (37), pag 237 y 238
(40): MIRCEA ELIADE HERREROS Y ALQUIMISTAS Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1974 (PAG 16)
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