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CAPÍTULO IV DE: "MUNDO NEOHITITA, CANAANEO Y EGEO EN EL CARAMBOLO".
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SOBRE ESTAS LINEAS: Iniciamos este artículo resumiendo algunas ideas expuestas en los anteriores. Consecuentemente, volvemos a dibujar el modo en que luciría las joyas de El Carambolo "el rey", o el sumo sacerdote (habida cuenta que consideramos hay dos ajuares, uno femenino -o de soberana- y este otro compuesto de corona, brazales y pectoral). El boceto un tanto torpe, es de mi mano -a lápiz-, e inspirado en el perfil de una escultura rupestre existente de Darío El Grande (hacia el siglo VI a.C.). Sobre la cabeza del monarca, he pintado cuatro de las ocho placas del tesoro sevillano que considero pertenecientes a una diadema, o corona masculina, decorada con crisantemos (al frente llevaría engarzados los eslabones grandes y detrás los menores). En su pecho he colgado el pectoral que catalogo como de hombre, que se corresponde con el de mayor volumen y peso, labrado con los mismos signos que los brazaletes (en forma de "crisantemos-rosetas" y a mi juicio como símbolos solares).
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Sobre los biceps, he dibujado estos enormes torques que claramente son una joya masculina, puesto que no se corresponden en peso y diámetro a lo que una mujer pudiera lucir en sus brazos. Todo lo que determina qué la piezas del ajuar con ornamentos iguales a los brazales son de un mismo "juego" -y, por lo tanto, de hombre-. Lo que explicaría el mayor tamaño de las placas y pectoral decorado igual; en comparación al segundo "lote de joyas". Tanto como las rosetas encapsuladas o crisantemos que adornan las más grandes que he catalogo como masculinas. Ya que este "círculo con una margarita" en su interior era un símbolo que en Oriente Medio y en Mesopotamia se identificaba con el astro rey y por lo tanto con "el padre" o el soberano (tal como muestran las pulseras de monarcas asirios).
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ABAJO: Broche del Efod sagrado hebreo (cardiofilax de sumo clérigo), perteneciente al Sacerdote Supremo del Templo de Salomón, tal como lo recogía una enciclopedia inglesa de mediados del siglo XIX (grabado retocado y coloreado por mí). Este pectoral ritual, era comunmente denominado "de las doce gemas y colgante de Aarón o bien "Racional" y "Real del Juicio" (en arameo: "Urim - Tummim"). En diversos estudios hemos planteado el paralelismo existente entre el significado y uso esta joya del rabí máximo en la religión judía, y las que llevarían en su pecho los monarcas o sacerdotes oficiantes del templo o ciudad cercana a El Carambolo. En nuestros numerosos artículos hemos tratado sobre este tema, por lo que recomendamos consultar a los interesados que no hayan leido nuestras opiniones, los links que bajo el presente párrafo incluimos. Su consideración como posibles Efods, la habíamos tratado desde los años ochenta con diferentes expertos; una idea que leimos repetidas veces (principalmente en las publicaciones de Juan Antonio García Castro; por entonces director de la revista Arqueología), donde se afirmaba en varios artículos que los referidos pectorales tuvieron quizás un paralelismo con el "Real del Juicio" -broche "Racional" del Templo de Salomón-.
PARA LOS INTERESADOS EN EL TEMA, VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/11/el-carambolo-sus-colgantes-efods.html
y sobre el significado de los pectorales en la Antigüedad:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-e-r.html
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1.html
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6.html
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6_19.html
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.1.- ANTES DE COMENZAR: Resumen y conclusiones a los artículos anteriores:
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Iniciamos la presenta entrada resumiendo y comentando algunas conclusiones de las que preceden a esta, porque la densidad de redacción en las anteriores intervenciones quizás han impedido leer o entender bien lo que de ellas se determinaba. Unos artículos que nos hemos visto obligados a redactar de ese modo tan "expandido" y poco "accesible", porque cuando se realizan afirmaciones nuevas sobre un tema, si no se puede demostrar todo lo que se dice, al menos sí se deben mostrar los motivos que justifiquen teorías tan diferentes. Debido a ello, los tres artículos anteriores fueron de una tremenda densidad (matemática o técnica) y estaban estructurados en gran parte tan solo como tablas correlativas; con el motivo de demostrar claramente lo que se mantenía como nuevas hipótesis. Por lo que es muy posible, que muchos de los interesados no pudieran siquiera seguirlas o leerlas bien. Siendo así, pasamos a resumir lo que en aquellas exponíamos ampliamente, de forma muy oscura y poco legible -al acompañarlas de enormes relaciones numéricas y de cálculos; imprescindibles para demostrar lo que se afirma, pero muy poco accesibles (al menos para mostrar y divulgar lo que se desea dar a entender)-.
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Consecuentemente, en ellos habíamos concluido que el ponderal a través del cual se había fabricado el ajuar de El Carambolo -enteramente-, era exacto e igual al que tenían los tesoros atlánticos (un peso que se logró descrifrar gracias a los estudios nacidos en los últimos veinte años). Esta "base" que se corresponde a su vez con el "siclo-oro" fenicio, tuvo un valor de unos 7,5 gramos. Todo lo que fuimos justificando porque con este peso se pueden ponderar todas las piezas del Tesoro de El Carambolo, tanto como las diferencias en gramos existentes entre unas joyas y otras. Siendo así, el método a través del cual lo deduje fue simplemente obtener un común denominador entre lo que pesaba cada objeto del tesoro y los gramos que les separaban. A través de lo que llegamos a deducir que su fracción común era el valor antiguo llamado "siclo-oro" de Fenicia, algo menor que el Siklo común (conocido vulgarmente como Shekel monetario).
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Un ponderal, que -como ya hemos dicho- recientemente ha sido descubierto fue en el que se hicieron también los tesoros atlánticos -como el de Caldas-. Por lo demás, pudimos relacionar claramente este peso de 7,5 gramos llamado Siklo-Oro púnico, con una unidad común para valorar metales del Antiguo Egipto (existente al menos desde el Reino Nuevo y usado en Fenicia desde el siglo XI a.C.). Peso-oro que a mi juicio es de origen nilota al proceder de la cubicación del Codo Real faraónico, del que por su parte descendía el Codo Sagrado hebreo (que se considera llegó desde el Nilo a Palestina en tiempos de Moises y que se correspondía con unos 52,498 centímetros -aproximadamente-) (1) . Todo ello nos llevaba a concluir no solo que el tesoro de El Carambolo se fabricó en base a "siclos-oro" de 7,5 gramos, sinó que además podían obtenerse determinadas conclusiones derivadas de sus pesos y medidas (2).
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Diversas eran las conclusiones numéricas que se obtenían en relación a sus pesos en siclos; aunque dichas afirmaciones no son probadas, sino probables; habida cuenta que no se puede afirmar con certeza absoluta que su ponderal fuera este o bien un derivado del Siklo (como pudiera resultar el "doble-shekel" de unos 15 gramos, o de otra fracción semejante y proporcional de esos 7,5 grms.). Siendo así, tan solo nos queda pasar a hipotetizar sobre el significado numerológico de sus adornos, que sí son evidentes. De ellos obteníamos los siguientes principios: Primero, el valor indudable del 4 entre los tratessios, cifra que aparece repetidamente en las coronas y en casi todos en los ornamentos del tesoro. En segundo lugar, la sacralización del número 13 y del 12 (también incuidos de común en los adornos de orfebrería), tanto como del 9 y del 10 (3) . Cantidades que aparecen repetidamente en toda la decoración de las joyas, que a mi juicio tendrían un valor calendárico y planetario. Todo lo que interpreté del siguiente modo:
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El 4, era comunmente la base métrica en los sistemas de ponderación de la antigüedad (formados de 4 en 4 dedos); es un número plenamente solar unido a los puntos cardinales y los bisiestos (4) . Relacionábamos esta cifra y los adornos aparecidos en las coronas o pectorales (los múltiplos de 4), con ciclos lunisolares y estelares, como el Gran Sar y el Sar; al observar que las bolas horadadas que adornan las placas de la "corona femenina" son un total de 352 (11 x 4 en cada eslabon de diadema, de lo que habiendo ocho placas son: 8x44=352). Esta cifra no es casual, porque es igual a la mitad de las esferas completas que adornan las placas consideradas por mí de la corona masculina (que tiene 704). El número 352 (y su duplo 704) por lo tanto había de ser sagrado en Tartessos; resultando primeramente planetario ya que si lo sumamos a la cifra de crisantemos que ornamentan cada placa -que son 13- concuerda con los días del año (venusino, de Sirio o solar sin bisiestos; puesto que 352+13=365) (5) .
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Por su parte el 352 es muy cercano a todos los ciclos lunisolares y de mareas, que se comprenden entre 354, 364 y 365 días. Pero a su vez si contamos el total de bolas horadadas que hay en el tesoro (que son las 352 de las placas que catalogo como la corona femenina, más las 9 que ornamentan el pectoral menor -o de mujer-); nos resulta igual al número de años del Gran Sar: 361 anualidades en las que coinciden el Sol y la Luna plenamente (para comprender mejor las relaciones calendáricas de los adnos del tesoro, rogamos consultar abajo las citas en las que extraemos frases de los anteriores artículos).
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SOBRE ESTAS LINEAS: Hace muchos años (a comienzos de los ochenta), propusimos varias formas para llevar los pectorales de El Carambolo a Rafael Grijalba, mientras este realizaba los figurines para mi ballet a guitarra Tartessos -con música y argumento compuestos por mí-. Fué entonces cuando juzgué por primera vez que se trataba de dos ajuares semejantes y que seguramente el menor de ellos -con piezas de menos peso y tamaño- era de un príncipe o de una princesa. De un modo semejante al que presento arriba, lo dibujamos en los figurines; pero con el paso de los años fui comprendiendo que había varios puntos que matizar:
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En primer lugar, que los brazaletes fueran claramente masculinos (por su diámetro y peso), obligaba a pensar que todas las piezas con igual decoración lo eran. De tal modo coincidía la teoría con el hecho de que el pectoral más pesado y grande fuera el que tiene los mismos ornamentos que los referidos torques (explicando todo ello, que eran aderezos masculinos). También el mismo hecho justificaba por qué las placas que presentaban idénticas decoraciones eran mayores; todo lo que me hizo pensar definitivamente que pudieran tratarse de eslabones para ensamblar una corona (o diadema) de hombre. Consecuentemente, ello además explicaría por qué todas las piezas con un tipo de símbolos, tenían una diferencia de peso y tamaño de un 25% más (aprox) con las otras casi iguales del tesoro (y decoradas de modo diferente). Distancia que se correspondería con el tamaño de un hombre y el de una mujer. Cuanto expreso, lo fuimos entendiendo durante años y nos ha hecho finalmente suponer que se trata de dos ajuares, uno de hombre (con las placas grandes, el pectoral y los brazaletes decorados con crisantemos); y otro de mujer: Compuesto por las ocho placas pequeñas y el collar, además del pectoral pequeño que contiene una anilla (probablemente para ajustarlo al traje o al cinturón -tal como podemos ver en este dibujo publicado por mí hace años).
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ABAJO: Colgante de oro en forma discoidal hallado en Peña Roja, Campo del Turia (Liria; Valencia) procedente de la Contestania ibérica y fechado en el siglo IV a.C. -tal como lo exhibe el Museo Arqueológico de Valencia, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Como podemos observar, esta arracada lleva una cadenita igual a la del collar de El Carambolo (denominadas Lop-in-Lop) realizada por trenzado en metal puro. Además en su centro aparece igualmente un "crisantemo" o roseta, muy semejante a las del tesoro sevillano, cuya simbología a mi juicio es claramente solar. Por su parte, se decora alrededor con rostros -cabezas humanas-, todo lo que la identifica con los ornamentos apotropaicos de las falerias célticas y en especial con las del Norte de Italia. Habida cuenta que para los celtas, la cabeza humana ejercía un poder protector y combatía los malos espíritus.
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Este adorno en forma de disco y que quizás sublima a las falerias (protectores de las corazas), es de claro carácter mágico. Tiene un tamaño muy pequeño, tanto que se considera un pendiente; desconociendo yo -tristemente- sus medidas y pesos. Puesto que de saber el peso, y principalmente la longitud de su cadena, se podría comparar con las referidas del tesoro de El Carambolo (por ver si contienen patrones afines). Todo lo que proponemos como labor a seguir para quienes conozcan los pesos y medidas de las diferentes joyas peninsulares del final del bronce (como las del tesoro de Villena, que comparándolas en ponderación y tamaños, pueden darnos claramente su metrología).
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No menos curiosas eran las conclusiones que obteníamos al contabilizar otros adornos, considerando finalmente que las cifras que tienen siempre los crisantemos o rosetas (13 y 12) se referían a meses. En primer lugar, el 13 que adorna las placas de la corona masculina, quizás simbolizaba el mes o ciclo de mareas de 28 días, con las que pudieron medir horas y días en Tartessos (habida cuenta la importancia de estas en el Atlántico y sobre todo en la desembocadura del Lago Ligur). Esta ornamentación de los eslabones de diadema de hombre, decorada con 3 o 4 lineas de 13 crisantemos cada; se relacionaba a mi juicio con los adornos que también había en las placas de la corona de mujer. La de menor tamaño, que tiene lineas consecutivas de 14 y 15 o de 28, 29 y 30 semisferas. Bolitas de las que concluimos podía referirse a esos meses de mareas (de 28 días) o de Luna, que son de 29,53 días. Por ello, los calendarios lunisolares han de tener 30 y 29 jornadas alternativas, conformando un total de 12 meses; mientras los de mareas se basan en semanas de 7 jornadas divididas en 13 mensualidades de 28 días -números que curiosamente vemos en las decoraciones de las diademas o placas de El Carambolo -.
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Finalmente, las dos lineas de 12 crisantemos que el pectoral mayor lleva a cada lado en su frente, parece que sin dudas nos habla de 12 meses de Sol y 12 lunares. Meses de estos astros que concuerdan cada 19 años. De tal modo el número 19 se obtiene sumando los adornos centrales de los dos pectorales; ya que el mayor lleva 10 bolas y el pequeño 9. Además -como ya dijimos- si sumamos las esferas horadadas que ornamentan todo el ajuar de mujer (las que llevan las placas y el pectoral más pequeño) obtenemos un número igual a los años del ciclo Gran Sar (en el que Luna y Sol coinciden definitivamente). Ya que los eslabones de la diadema femenil portan 352 bolitas agujereadas, y que unidas a las 9 del pectoral, hacen 361 (6) . Por su parte, todas las esferas que tienen las placas mayores ya dijimos que suponían el doble de las habidas en las menores (704 bolitas = 352 x 2); una cifra que sumada a los adornos en forma de globo y centrales en los dos pectorales (19) se corresponde claramente al doble Gran Sar: 704 + 19 = 361 + 361 + 1.
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Nos llamaba además poderosamente la atención que el pectoral de hombre contenga los dos números sagrados para las grandes civilizaciones, iniciadoras de la astronomía y las matemáticas: El 12 y el 10. Cifras que fueron la base métrica y aritmética en Egipto (que contaba en sistema decimal) y en Mesopotamía (que usaba el duocecimal). Concluíamos al final de los resumidos artículos, una hipótesis sobre su posible ponderal metrológico, obtenido de un mismo modo. Comparado los diferentes tamaños de sus piezas; un sistema a través del que llegábamos a obtener un patrón que puede ser perfectamente igual a la medida de la cadena del collar: 56 centímetros. Un "codo tartessio" que equivaldría con algunas unidades métricas de Oriente Medio y sobre todo con las de Egipto e Israel. Ya que esos 56 centímetros multiplicados por 15/16 se transforman en el Codo Real del Nilo o el Codo Sagrado hebreo, que se corresponde con unos 52,498 ctms. (pues 56 · 15/16 = 52,5) (7) .
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Siendo así, esta deidad cretense que vemos en imagen es de seguro una Diktina-Britomartis, diva adorada en las cuevas minóicas en una forma muy cercana, como se veneró posteriormente a Artemisa: Cual diosa de los animales y de las fuerzas naturales, ofreciéndole hasta vidas humanas; cuidando de sus templos las más terribles fieras. Todo lo que explica la existencia en Creta de recintos sagrados dedicados al toro y sobre todo a la sierpe, que alimentaban y "domesticaban" estas secerdotisas de los animales, cuya función inicial debió ser domar o dominar a las bestias. Siendo así, se explica por qué la deidad que vemos en imagen lleva el amuleto "piel de toro" como un efod y colgado del cuello. Significando de seguro este poder que tenían sobre las fieras las sacerdotisas de El Laberinto, o de los templos en que se domaban animales salvajes (como sucedía entre las oficiantes de serpentarios). Unas "artes" que les concederían los bienes (materiales) ya que por aquel entonces la produción estaba basada en domesticar y criar bestias; fueran toros, caballos, ovejas, cabras, burros o culebras (muy útiles estas últimas para defender el grano de los roedores). Ello es en gran parte, lo que creo simbolizaría el pectoral sagrado que porta esta Britomartis-Diktina muy semejante a los del tesoro de El Carambolo; como atributo de la diosa de los animales y de los bienes ctónicos (que se medían en pieles o en pecunias -ganado-).
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ABAJO: Dama en piedra caliza hallada en El Cerro de Los Santos (Yecla); fechada hacia el siglo IV a.C. -pertenece a los fondos del Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Como podemos observar, esta figurita también luce en uno de sus collares un colgante muy similar al anterior y con el diseño de "piel de buey". Esas formas semejantes a los pectorales de El Carambolo, se dan repetidamente entre los adornos ibéricos, siendo muy común en los colgantes, remates y ornamentos celtibéricos (tal como ya expusimos en diversos artículos). La referida joya que vemos en imagen y con diseño de pellejo, aparece sobre una gran bulla que también porta en el cuello la dama; lo que sin duda nos habla de que estos abalorios tendrían u carácter apotropaico. Es decir, que tal como ya escribimos en su día, esos colgantes o adornos a modo de una piel de bovino, tendrían una relación con la protección al simbolizar "el cuero". La piel curtida con la que se hacian las corazas; armaduras de pecho, cuyo nombre se debe al pellejo con el que se fabricaban (en latín "cauri"). Pero a su vez, aquellos amuletos en diseño de "bóvido" también significarían los bienes y la pecunia, tanto como los metales, que se ponderaban en base a ellos (un oro, plata o cobre que ya sabemos se tasaban en razón a pieles o cabezas de ganado). Por todo cuanto nos será muy fácil entender por qué esta forma de amuleto, imitando al curtido, era un apotropaico para evitar los males (semejante a la "bulla"; abalorio este que simbolizaba el poder del ojo, de la mirada y por ende el del Sol y de los astros. Todos ellos esféricos, como esa joya bulla y con diseño de burbuja.
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2.- ALGUNAS DUDAS Y ESPECIFICACIONES ACERCA DEL TESORO:
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Tal como hemos expuesto en anteriores artículos, una de las más importantes dudas que aún quedan por determinar sobre el uso y utilización de las piezas del ajuar "carambolesco", concierne a la anilla que uno de los pectorales tiene en su parte inferior. Ello, junto con los "sellos" cascabeles que cuelgan del collar (uno de los cuales falta), son hechos extraños sobre los cuales todos los expertos han apuntado -sin lograr ponerse de acuerdo acerca de su significado y razones- (8). Personalmente, en lo que se refiere a la "asa" que cierra el pectoral menor -y que catalogo de mujer-, creo que serviría para ajustar este colgante al traje, o bien al cinturón de la que lo portase. Puesto que un broche con ese diseño y tamaño sobre el pecho femenino; tan solo atado por los lados (desde los pasadores), pudiera tener holguras pendiendo de manera antiestética, cayendo hacia abajo, por los laterales y desajustándose -sin estilizar las formas a embellecer-. Algo que no sucedería sobre el torax de un hombre, dado que al ser plano el pecho masculino, su sujección debió ser mucho más simple; sin tener que preocuparse de que el pectoral permeneciese perfectamente centrado (lo que explicaría que el colgante mayor carezca de este pasador o anilla).
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Otro tema que plantea numerosas dudas es el de los sellos-cascabeles del collar; cuyas inscripciones hemos dicho repetidamente que a mi juicio contienen ideogramas neohititas; significado aquellos signos: "Casa" o "tierra" -el que tiene forma de lingote o piel-; "dios" (el ideograma con las dos "C" confrontadas); "rey" -los signos triangulares verticales- y "diosa Kubaba" -los alfasilábicos con dos triángulos confrontados, girados- . A los interesados en esta cuestión, que no hayan leido mis referidos trabajos que analizan como neohititas los signos del collar, les recomenamos consulten nuestros artículos:
-LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE PRIMERA: Posibles cultos a Cibeles en Tartessos. ANÁLISIS DE LOS SELLOS DEL COLLAR DE EL CARAMBOLO, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE EN ESTE SE HALLA ESCRITA LAS PALABRAS NEOHITITAS DIOSA KU(baba) -Cibeles-.
Pulsar: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_26.html
-LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA, EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE SEGUNDA: Cultos y ritos heredados desde Frigia. LOS MISTERIOS DE ATTIS Y CIBELES Y SU RELACIÓN CON RELIGIONES EXPORTADAS AL OCCIDENTE, EL COLLAR DE EL CARAMBOLO Y SUS SELLOS. Pulsar: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_28.html
Tanto como otros artículos que le precedieron hace años, entre los que destaco: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-7-9.html
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Por su parte, la falta de uno de estos sellos del collar -que a mi entender son además idiófonos-; desde un "punto de vista policial" en la investigación, podría explicarse facilmente (dejando al margen las hipótesis arqueológicas). Al considerar que en el momento de esconder y abandonar el tesoro bajo el basurero del templo (sobre el cerro Carambolo), los reyes o sus propietarios -sacerdotes- arrancaron uno de estos emblemas. Seguramente para llevarlo consigo y poder identificarse como soberanos (o clérigos) de Tartessos, en el lugar al cual fueran a pedir refugio. Siendo muy sencillo cargar con aquel pequeño colgante de apenas unos centímetros de tamaño, mientras que huir con el tesoro entero, no solo delataría la importancia del que lo llevara consigo; sino que además podría facilitar que este que cayera en manos del enemigo (o de quien les obligaba a escapar y esconderlo). Partiendo de esta hipótesis, la razón para arrancar uno de esos casacabeles-sello, estaría en el poder identificarse en un futuro (con el fin de recuperarlo o de reestablecer el status social); y para darse a conocer como rey-sacerdote del Bajo Guadalquivir, cuando así lo necesitaran.
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Otro hecho extraño es el que se refiere a que estos "pseudosellos" estén vacíos, conteniendo "golpeadores", y siendo a mi juicio idiófonos. Casacabeles o sonajeros, que en casi todas las culturas antiguas fueron objetos apotropaicos. De ello que el instrumento de la diosa Isis fuera el sistro, con el que se pretendía ahuyentar a los malos espíritus batiéndolo y -de algún modo- imitando al sonido de la cobra cuando bufa. Siendo tanto el valor que se daba al sistro como ahuyentador del mal, que de él se dice descienden todas las campanillas que en los diferentes rituales religiosos posteriores se han hecho sonar en los templos (con el fin de expulsar el mal de los recintos sagrados). Idiófonos o simples instrumentos de percusión, que se expandieron entre la mayor parte de las culturas, como un medio de abatir el mal. Por lo que infinidad de ritos y religiones se sirven del cascabel o del sonajero y las campanillas, como medios de hacer huir al maligno. Acerca de lo que decimos, a los interesados les recomendamos consultar nuestros artículos:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/04/1-8.html
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/04/1-1.html
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SOBRE ESTAS LINEAS: Sistro egipcio, de Periodo Tardío (hacia el siglo VII a.C.) con la representación de Hathor en su medio y de una Isis-vaca coronada en el extremo superior. Observemos el parecido indudable de este objeto con la repetidamente mencionada Astarté de periodo Orientalizante tartessio -del bronce llamado Carriazo-. En lo que se refiere al sistro, se consagraba principalmente a los templos de Isis, quien conjuntamente con su deidad paralela Hathor, eran las patronas de la música y de la maternidad. Concretamente, esta última se tenía por la diosa de las artes temporales (principalmente de la danza y música), tanto como de la belleza y de la concepción de hijos. Semejante por lo tanto a una Ishtar o Astarté fenicia, Hathor reinaba en el panteón como una diva cercana a una Venus-madre, musa de las artes. De lo que le rendían honores a través del baile y del canto (o interpretando melodías en sus instrumentos), aunque sobre todo los egipcios utilizaban determinados instrumentos como ahuyentadores del mal y a los que le daban un valor mágico. Tanto que muchos de los objetos cotidianos fueron convertidos en idiófonos o cajas de percusión, con cuyos sonidos se pretedían lograr determinados objetivos.
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Este fue el caso de la Menat (o el collar de cuentas, principalmente femenino) que se hacía sonar por las concubinas y mujeres, a modo de unas maracas. Cantando acompañadas por aquel chasquido al que los egipcios consideraban el ritmo más erótico y sensual. Tanto era así, que los harenes interpretaban melodías a golpe de esas curiosas maracas, vibrando las mujeres sus collares, llamando con ellos la atención de los hombres, sobre la desnudez (habida cuenta que para el nilota, no tener la menat era signo de haberse quitado la ropa). Pese a ello, muchos consideran que la Menhat y su significado acústico, habría que relacionarlo más bien con el sistro y con los idiófonos ahuyentadores del mal; ello porque el son de las cuentas vibrando, de algún modo se parece al que hacen las sierpes al moverse (lo que en el Nilo era signo de elegancia y de buena suerte). Todo cuanto decimos, nos puede expresar lo que significaban los cascabeles y las maracas en la antigüedad, por lo que no es extraño que el collar de El Carambolo contuviera idiófonos en sus sellos, con funciones apotropáicas.
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ABAJO: Faleria en bronce del siglo III a.C. hallada en Manerbio, propiedad del Museo de arte romano de Brescia (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Estos discos cúpreos, comos es sobradamente sabido, fueron usados por los soldados para engarzarlos sobre la coraza con el fin de proteger puntos vitales (el corazón, hígado, boca del estómago etc). Su función era primordial para la defensa en una época temprana -y más tarde, entre quienes no podían recubrirse el peto enteramente de metal-. Afirmando los romanos que fueron inventadas por Tarquino (su primer monarca) y después instituidas como condecoraciones por los soberanos que le siguieron. Entre algunos ejércitos prerromanos o vinculados con los etruscos, las falerias fueron el método de protección principal, destacando sobre todo los uniformes samnitas, que portaban un peto conformado por estos discos de bronce (con los que salvaguardaban su pecho y espalda).
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En el caso de los iberos, aquellos iban cubiertos con un "umbo" central -o cazoleta mayor-, con la que protegían gran parte de su pecho. Siendo denominado por los griegos y romanos este escudo colgado del cuello, cardiofilax; aunque el verdadero cardiofilax fue el que más tarde incorporan al uniforme romano (añadiendo un "babero" de metal, que servía para cubrir la garganta y el torax del legionario). Pese a ello, el uso del un peto semejante al ibérico pervivió hasta épocas muy tardías entre los gladiadores, que preferían portar estas corazas más ligeras (quizás por ser más útiles en el cuerpo a cuerpo). El carácter apotropaico de aquellas falerias y escudillas de bronce lo podemos comprender en los motivos con los que se decoraban. Habiendo sido común entre los pueblos emparentados con los celtas, que pusieran cabezas cortadas en esos discos cuya función era evitar que las flechas y lanzas atravesaran el peto. Por cuanto decimos, nos será fácil comprender también que estas falerias (labradas con deidades o motivos apotropaicos), son muy semejantes a los cardiofilax del guerrero ibero. E igualmente, muy cercanos en su significado a los pectorales del tesoro de El Carambolo, que al tener forma de piel de buey en sí mismo a mi juicio, significarían el cuero (o la coraza protectora).
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Ya expusimos en diferentes artículos cómo el santuario sobre el Cerro Carambolo (a muy pocos kilómetros de la actual Sevilla), se considera por todos los expertos el "centro espiritual de Tartessos", o del Bajo Guadalquivir -tal como escriben Fernández Flores y Rodríguez Azogue (entre otros). Definiéndolo Ma. Luisa de La Bandera en palabras de los anteriores: de "un complejo religioso interpretado como posible santuario regional, el cual jugaría un importante papel desde los momentos iniciales de la fundación en virtud de su vinculación con la colonia Spal -HISPALIS-, que sería el enclave poblacional, y con otros centros: Ilipa (Alcalá del río), Caura (Coria del río) (9) . Pese a su manifiesta sacralidad y su inmejorable situación geográfica, la aparición del tesoro en lo alto de aquella colina, presentó desde sus primeros tiempos numerosas dudas; debido a que aquel era de difícil adscipción a las culturas hasta entonces conocidas, habida cuenta que no tenían paralelos absolutos en Fenicia, en Egipto, ni en Oriente Medio (y menos en Grecia).
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Por cuanto venimos resumiendo, podemos leer en de La Bandera, que Kukahn y Blanco Freijeiro (hace ya más de cuarenta años) relacionaban el tesoro con el arte Fenicio de Chipre y de algunos focos de Asia Menor. Aunque todos ellos daban (y dan) la razón a Carriazo, quien afirmaba que las joyas tenían un alto contenido indígena; por lo que en opinión se su descubridor, las joyas seguramente fueron elaboradas en un mismo taller o en un lugar próximo a El Carambolo (al no existir otros iguales o muy semejantes en la orfebrería coetánea del Mediterráneo)-. Considerando así de La Bandera y otros (Perea, Ambruster etc), que la teoría de Carriazo es admisible, tanto como hay dos grupos definidos en el ajuar. El primero debido a un orfebre fabricó las placas y el pectoral menor -que yo personalmente catalogo de femenino-; mientras otro taller trabajó las placas, los brazales y el colgante más grande -que en mi opinión considero de hombre-. Además, a juicio de la citada profesora, un tercero forjaría el collar; ya que esa pieza para de La Bandera es extraña o cuasi-ajena al tesoro. Aunque como hemos podido demostrar con mi estudio de las medidas y pesos de todas, la gargantilla se relaciona plenamente con los ponderales del resto de las piezas. Algo que obliga a deducir que está en consonancia metrológica con el resto de aquellas (lo que no indica que pudiera haber sido fabricado en otro taller, o momento -evidentemente-) (10) .
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.Por lo demás y tal como venimos explicando, los grupos de joyas a mi modo de ver se corresponderían con dos ajuares: Uno femenil -o de reina- mucho menor de tamaño (formado por los ocho eslabones de diadema y el pectoral pequeño) y al cual pertenecería el collar. Un hecho que afirmaba trás observar cómo la cadena de este es muy corta, por lo que colgada de un cuello masculino (quizás barbado) quedaría a modo de gargantilla y sin apenas verse -de lo que supuse, era de mujer-. Mientras el otro juego de piezas, sería masculino; estando formado por los eslabones y el pectoral mayor, junto a los brazaletes (que claramente son de hombre). De ello, las decoraciones con rosetas encapsuladas (que yo denomino crisantemos) son a mi juicio masculinas y no femeniles; tal como en varias ocasiones se ha identificado. Tanto que los profesores Escacena y Amores hablan de "su asociación a dos divinidades del panteón fenicio, por las rosetas con Astarté y por las esferas con el dios solar Baal" (11) . Lo que personalmente interpreto de un modo muy diferente e inverso y en base a que los brazales (sin duda de hombre) llevan esas rosetas, mientras el pectoral menor (seguramente femenino) contiene las esferas horadadas.
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ABAJO: Guerrero contestano que se muestra en el Museo arqueológico de Alcoy (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En su indumentaria se observan dos grandes protectores metálicos: Primero el cardiofilax (o escudilla del pecho) y junto a este, el "umbo" o disco central del escudo. Esas piezas semejantes a las falerias, pero de un tamaño mucho mayor, tenían como evidente función que las flechas y proyectiles no alcanzaran al soldado, de lo que en ocasiones se decoraban con figuras y totems divinos. Siendo común encontrar petos ibéricos con el lobo como figura central y labrada sobre la escudilla (tal como muestran algunas esculturas), con el fin lógico de que ese animal deificado actuara como defensor del pecho del guerrero. Otro de los totems conocidos de la guerra entre los iberos era el toro, por lo que nada extraño tiene que los pectorales de El Carambolo contengan el diseño de su piel; evidentemente también como signo apotropaico y de protección.
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3.- ANÁLISIS DEL TESORO, SIGUIENDO A Ma.L. DE LA BANDERA:
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Tras resumir diversos aspectos que personalmente hemos sugerido como ideas o innovaciones en referencia al ajuar "carambolesco", creo es de gran utilidad incluir algunas ideas que últimamente han ido apuntando los expertos. Profesores entre los que hemos elegido como "guía" una obra reciente de Ma. Luisa de La Bandera, al considerar que contiene las últimas teorías perfectamente referidas y resumidas (sobre el ajuar y sus influencias). Investigadora cuyas ideas y principios comparto en su gran mayoría, principalmente al ver que sus estudios y sus conclusiones resumen con gran criterio las anteriores y las coetáneas. Tan solo discriminando algunas "nuevas ideas" en las que no debiéramos confundirnos. Ello porque afirmar que Tartessos no existió, o que el tesoro sevillano es puramente fenicio (como recientemente se ha puesto "de moda" hacer); sería como expresar que Fenicia no tuvo presencia, ni importancia, en el Bajo Guadalquivir -o en El Carambolo-.
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Y aunque el mencionado ajuar sevillano no tiene paralelos plenos en Fenicia; no puede negarse la enorme influencia de aquella civilización en El Carambolo. Una colonización púnica que fue sin lugar a dudas, una de las más importantes en nuestros comienzos de El Hierro. Siendo la que quizás más aportó a los indígenas peninsulares, sobre todo para que naciera y se produjera lo que entendemos por Tartessos. Por ello, en mi opinión, los estudios de la profesora de La Bandera contienen ese equilibrio que se precisa para juzgar lo que "es del César y lo que es de Diós". Exponiendo claramente qué partes, motivos o señales autóctonas (indígenas) hay en los objetos y yacimientos tartessios; mientras a su vez expresa y recoge, cuánto de fenicio hay también en estos mismos (y uno de cuyos trabajos más recientes, pasamos a analizar trás el siguiente párrafo).
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De tal modo, en cuanto al significado del tesoro, de La Bandera no solo destaca el valor material de aquel, sino que también nos habla de los símbolos que se representan; lo cual expresa la presencia de un sacerdocio o de una monarquía plenamente organizada en El Carambolo. Acerca de los ornamentos del ajuar, a su juicio (siguiendo en parte a Escacena y Amores) son "semiesferas (dios solar), rosetas y flores de loto (divinidad femenina) y arcos imbricados (montaña sagrada)". Todo lo que representa "una fuerte carga religiosa en la orfebrería fenicia como ya hemos señalado en el análisis de los paralelos algunos de ellos relacionados con el dios solar Baal" (12) . Pese a ello y tal como he expuesto, a mi entender las rosetas serían los símbolos solares y las esferas los lunares -es decir, a la inversa y partiendo del hecho de que los brazaletes son de hombre-. Mientras las "montañas" y otros signos referidos por de La Bandera (que lleva el collar), considero que se trataría de ideogramas neohititas, cuyas traducciones son: "dios", "tierra", "rey" y "diosa Kubaba".
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SOBRE ESTAS LINEAS: Umbo en bronce para colocar sobre escudo celtibérico; propiedad del Museo Arqueológico Nacional (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Fechado en el sigo IV a.C. esta pieza defensiva nos muestra cuanto vamos explicando, tanto como su parecido con los cardiofilax y su conexión con las falerias (itálicas). Discos de metal cuyo valor además de militar, era mágico; habida cuenta que en ellos se confiaba la salvaguarda del soldado.
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ABAJO: Figura de guerrero en piedra caliza blanca, perteneciente al Museo arqueológico de Jaén (depósito de Linares, CÁSTULO; al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Representa un guerrero (llamado grande y procedente de Cerrillo Blanco), fechado a principios del siglo V en cuyo pecho lleva el cardiofilax. Igualmente luce dos enormes torques, casi de igual tamaño a los de El Carambolo. Por lo demás su llamativo casco, se puede comparar con una diadema -o corona- que conformaría con las placas del ajuar sevillano (tan solo dos o tres siglos anterior a esta escultura). En la imagen vemos así como el atalaje del soldado ibero era muy semejante a las piezas de El Carambolo, aunque como es común a toda milicia, la indumentaria del monarca (o del sacerdote) sublima las ropas de uso cotidiano idealizándolas y refinándolas. De tal modo, la armadura o la coraza, se suele sustituir por mantos y condecoraciones; el sable o armas, por un cetro o bastón de mando; y el yelmo o el casco, por una corona.
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Sigue de La Bandera en el libro que venimos comentando, con una afirmación interesante al referir el carácter que ella otorga al ajuar, por "su ocultación"; todo lo que cree que expresa no solo un gran valor, sino también un sentido pleno unido al poder (por cuanto se puede interpretar como un tesoro de "la corona" o del "templo supremo"; salvado antes que destruirlo o entregarlo). Debido a lo que comunmente se ha interpretado como un ajuar perteneciente a un sacerdote o reyezuelo; algo que para esta profesora indicaría un status pleno de dominio o culto establecido en el Bajo Guadalquivir. Pese a todo ello, nos refiere la existencia de una nueva idea acerca su uso (teoría que repetidamente ya hemos mencionado). Una forma reciente de concebir la utilización de las joyas -propuesta por los profesores Escacena y Amores-; quienes consideraron la posibilidad de que los pectorales fueran parte de de un juego de piezas, para lucir sobre la testa de dos bovinos llevados a sacrificio. Toros enjaezados a su vez con cintas de las que colgarían las placas (que yo considero de corona) y cuyo sacerdote -u oficiante que los llevaría a holocausto- luciría el collar y los pectorales (13) .
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Esta nueva idea, a mi juicio, aporta el principal valor de observar por primera vez que realmente estas piezas metálicas con forma de piel de toro -o de hacha doble- se ponían sobre las cabezas de los bueyes sagrados ibéricos. Sin poder saber ni concluirse realmente, que aquellas se colgaran de las testas bovinas antes de llevarlos a sacrificio. Aunque con toda seguridad ya sí podemos afirmar (tal como observan Escacena y Amores; junto a Fernández Florez y Belén -entre otros-), que en los templos de la Iberia Antigua decoraban las frentes de las esculturas taurinas de piedra, con estas piezas. Ya que en numerosas ocasiones, existe un vano con aquella forma entre cuerno y cuerno, donde de seguro se encajaba un trozo de metal con ese diseño -probablemente de bronce o de plata y que difícil es pensar que serían de oro (dado el valor de este metal)-.
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Frontiles, que seguramente no eran áureos, ni menos labrados en la forma que contienen los de El Carambolo (cuyo trabajo es de una delicadeza que hace impensable se puedan poner sobre la testa de un buey). Pero que verdaderamente lucirían muchos toros sagrados en la Iberia anterior a Cartago, como una forma clásica de enjaezamiento; para cuyos adornos curiosamente se recurría a esa linea tan cercana al "labrys cretense" (o al pectoral de El Carambolo). Acerca de ello, de La Bandera expresa que no se puede deducir realmente este uso -para holocausto de bóvidos-, ni otra utilización concreta del ajuar; habida cuenta que no lo permite su aparción descontextualizada de edificio y de otros objetos litúrgicos. Aunque a mi modo de ver, quizás existen evidentes paralelos entre los pectorales de El Carambolo y los efods judíos (como en numerosas ocasiones he afirmado); todo lo que debiera quizás orientarse en aquella dirección y no tanto en centrar su análisis en su forma de piel de buey.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Guardageliere (Chieti) estela antropomorfa con un guerrero, fechada en el siglo IV a.C. (propiedad del Museo de CHIETI, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observamos en esta escultura esquemática con un soldado de alto rango, como este lleva un cardiofilax y un collar muy semejantes a los que lucían los iberos. La "banda" con el umbo en su centro, manifiesta paralelos entre ese uniforme y los peninsulares coetáneos; aunque la aparición de un collar semejante los tartessios, igualmente nos hace dudar si el de El Carambolo sería de mujer o masculino. Pese a todo, al existir dos ajuares entre las joyas sevillanas y siendo uno mucho menor en su tamaño que el otro; todo ello me obliga a hipotetizar que hay un segundo juego de joyas femeniles, entre las cuales se encontraría el collar (siendo los brazaletes la pieza diferencial del ajuar de hombre).
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ABAJO: Riton en plata y oro con forma de toro, perteneciente al Museo Nacional Atenas (Al que agradecemos nos permita divulgar la imagen de tan importante pieza). Procedente de la tumba IV de Micenas; se fecha en periodo minoico post-palacial (hacia el siglo XII a.C.) y se relaciona con los cultos del toro y el minotauro de Creta. En su frente vemos el tan mencionado "crisantemo" o "roseta encapsulada", que aquí no deja dudas sobre su significado solar -habida cuenta que este bóvido salvaje era identificado con el astro rey-. Por lo demás, la decoración del buey fiero con una estrella o flor en la frente es común a la de algunas esculturas ibéricas; cuyos toros del siglo V al II a.C. tambien presentan estas rosas o margaritas entre las astas (por ejemplo, los existentes en el Museo de Jaén). Igualmente se identificaria este adorno de la testud, con el "labrys" o hacha doble que aparece en los toros prerromanos peninsulares. Principalmente entre los de la Contestania, un territorio que como es sabido se colonizó en gran parte por gentes llegadas desde el Egeo (tal como demuestra la existencia de un alfabeto greco-ibérico en este área del Levante hispano.
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Siguiendo con el análisis que realizamos, nos llama varias veces la atención esta profesora sobre el collar; que considera "oriental" y muy distinto al resto del ajuar (afirmando que tiene un carácter muy diferente a las otras joyas y que quizás fuera un elemento muy distintivo, que pudiera marcar un alto rango). Mientras, ve en los brazaletes una prenda de uso más personal (quizás no tan religiosa), relacionada sobre todo con la orfebrería peninsular y como objetos comunes a todo el área atlántica (donde proliferan los torques). Finalmente rechaza la idea de que fuera todo el tesoro para un solo sacerdote; o que se utilizase para poner los dos colgantes y las dieciseis placas sobre toros, mientras el oficiante del holocausto portaba los brazales y el collar. Habida cuenta el tremendo valor del conjunto; además de que a su juicio, ello no concuerda con las repersentaciones, ni con los aderezos comunes a los clérigos fenicios (o de la época) (14) .
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Sobre los pectorales, a los que de La Bandera comunmente denomina "colgantes", la profesora tras negar esa posibilidad de su uso en animales; expone que los considera para llevar en el torax: "porque su estructura permite colocarlos sobre el pecho, bien mediante cadenillas sujetas a las vestimentas o al cuerpo por un sistema de cordones". Una utilización como pectorales que "se ha criticado por haber empantanado durante años la interpretación funcional del tesoro" (añadiendo la profesora de La Bandera, que es una crítica que no acierta a entender) (15) .
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Por mi parte, tan solo añadir que si se investigara entorno a los significados del "Real del Juicio" o de los "ephods" y "delantales" de sacerdocio semitas; quizás se avanzaría mucho en la investigación de esa hipótesis como broches de pecho. Pese a ello, ya dijimos que el carácter de estos pectorales "carambolescos" -a mi entender- se relacionaría más con los cardiofilax y con las joyas apotropaicas del peto, cuyo significado entronca con las corazas y falerias. Por lo que para nada tiene que extrañarnos esa forma de cuero que contienen, habida cuenta que los petos se hacían precisamente con curtidos animales (sobre los que se ponían los discos del mágico metal, que protegía la vida de los guerreros). Por lo demás, sacerdotes y reyes llevaron desde los tiempos más antiguos esos "baberos" o collares como símbolos de poder; tanto es así que entre los pueblos indoeuropeos el torques sustituye a la corona (cumpliendo estos grandes collares, la misma función que las diademas y tocados en otras culturas).
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SOBRE ESTAS LINEAS: Figura en bronce de la llamada diosa de Caldevigo -Paleoveneciana siglo V a.C.- . Observemos en primer lugar el parecido de esta pequeña figurita con los exvotos ibéricos de la misma época, pero también el collar y el gorro, los torques y el traje, que esta esculturita votiva luce. En la que destaca el enorme babero "labrado" por diversos colgantes o por un solo "pectoral". Asimismo lleva unos gruesos brazaletes y un gran cinturón. Todo lo que se remata con unas calzas de gran tamaño y un traje abrigadísimo, tocado de un gran sombrero cerrado (mostrando quizás un atuendo para la nieve). Llamando la atención sobremanera la multitud de joyas que se han procurado representar en la figura votiva, en especial bajo la garganta.
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ABAJO: De nuevo, el importantísimo pectoral de oro de la tumba REGOLONI-GALASI, de Caere; fechado en el siglo VII a.C. y perteneciente al Museo Gregoriano del Vaticano (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este peto de oro ritual, muy semejante a los urritas coetáneos, contiene grabadas varias filas de figuras (cuyo valor sería apotropaico o sagrado). De tal modo, en él podemos encontrar en sus diferentes lineas: Un domador de caballos, unos danzantes, series de caballos alados, mujeres bailando y series de grifos alados. Todo lo que indica una relación mitológica con este peto, que seguramente pertenecería un rey o reina (como el que arrriba se destaca en la figura de Caldevigo). Hemos marcado en rojo y en la imagen, los motivos que estas filas de oro repujado contienen.
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Sobre las placas del tesoro de El Carambolo (a las que yo denomino eslabones, al considerarlas piezas de una corona) advierte de nuevo la profesora de La Bandera que tampoco las considera parte de un atalaje taurino. No solo por ser de oro y con un fino trabajo de orfebrería, sino también al observar que están hechas para ensamblarse en linea y sobre un tejido, tal como demuestran las fuertes marcas que han quedado sobre el metal, al haber sido cosidas de ese modo. Todo lo que a mi parecer permite considerar como más cierto, que se usaran sobre la cabeza, "atadas" en una cinta y ensambladas sobre una diadema; ya que de unirse así, fuertemente y sobre otro punto del cuerpo (en un cinturón o en banda sobre los brazos) estas se deformarían por efecto del movimiento y laa tirantez -habida cuenta que son de oro puro careciendo apenas de resistencia y dureza-. Advirtiendo por todo lo demás la mencionada profesora, que de seguro los toros y bóvidos al ser llevados a holocausto, eran revestidos con preciosas guirnaldas y trozos de metal (quizás muy parecidos, aunque no del valor que tienen las de El Carambolo). Considerando Ma. Luisa de La Bandera las referidas placas como un trabajo "local " o indigena" aunque con grandes influencias de Chipre y de Oriente Medio (concretamente relacionándolas con otras semejantes y de Urartu, fechadas hacia el siglo IX a.C.) (16) .
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En lo que se refiere al collar, llama la antención de la citada profesora el hecho ya referido del sello "perdido o suelto" (que no apareció en su excavación de hallazgo); aunque no menciona hipótesis alguna sobre su falta. Algo que yo considero motivado por la huida y ocultación; pues posiblemente quienes entierran el ajuar, se llevaron una marca o señal (el sello), para poder identificarse como señores del templo o de la ciudad -si así lo necesitaban-. Sobre este y sus colgantes de nuevo hemos de decir (al margen de las palabras de la profesora), que están marcados por las cifras 8 y 4; un número que veíamos dominaba en todo el ajuar; ya que ocho eran las piezas de cada conjunto de placas (uno compuesto por 4 grandes y 4 pequeñas y otras ocho decoradas en filas de 4 bolas). Aunque en lo que se refiere al origen de esta gargantilla, de La Bandera, la relaciona plenamente con talleres y estilos de Chipre del periodo geométrico y arcaico (entre los siglos IX al VII a.C.). Pese e ello, su cadenilla (denominada "lop-in-lop") nace de la orfebrería egipcia, existiendo ya este tipo de cuerdas de oro en el Nilo durante el Imperio Nuevo (hacia el 1500 a.C.). Desde donde ser exportaría esa técnica posteriormente a todo Oriente Medio, sus islas y al Egeo; llegando a Etruria hacia el siglo VII a.C. (siendo muy común su uso en los collares de Chipre y de Grecia entre el VII y VI a.C.).
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Considera Ma.Luisa de La Bandera los colgantes (cascabeles) de tipología fenicia; algo en lo que no puedo estar plenamente de acuerdo, ya que en mi opinión serían mucho más chipriotas y principalmente con rasgos e ideogramas neohititas. Pareciéndole el collar (conforme a aleaciones y diseño) una pieza mucho más unida al mundo púnico y muy cercana a los adornos y gargantillas de este tipo, aparecidos en el Sur de Italia y en áreas de influencia fenicia. Por lo que cree que esa gargantilla de El Carambolo, muy probablemente sea en algo ajena al resto de piezas del tesoro; tanto que la vincula más con talleres de Cádiz o del mundo fenicio. Aunque a mi parecer, los parelelos del collar están en Chipre y en Anatolia, siendo curioso que muchos de los ideogramas que aparecen en este, también pertenezcan al alfasilábico chipriota arcaico. Por todo lo cual lo considero personalmente una joya muy parecida a las cretochipriotas (tal como ya vió Juan de Mata Carriazo hace casi cincuanta años); aunque a mi modo de ver muy influida por el mundo neohitita o frigio (tanto que los símbolos que contiene, e mi opinión son ideogramas luwios) (17) .
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Finalmente es de destacar, en la obra que comentamos, algo que escribe de La Bandera sobre los torques, afirmando que: "Estas joyas tampoco tienen unos paralelos próximos y se consideran obra indígena evolucionada de otras formas anteriores del Bronce Final Atlántico, entre ellas los brazaletes de Estremoz, Guimarâes y Ébora (...), de los cuales repiten su estructura, pero con una tecnología y añadidos decorativos del Mediterráneo oriental" (18) . Un hecho de gran importancia, habida cuenta que tras analizar personalmente el ponderal en el que estaban fabricadas las piezas del tesoro sevillano, llegué a la conclusión de que estas se habían fundido con una medida igual a las que contienen los tesoros atlánticos. Es decir, con un peso común equivalente a 7,5 gramos (aproximado, con un tanto por ciento de error de +/- 1 %).
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Todo lo cual, si se hiciera de igual manera con otros ajuares, posibilitaría ir estudiando comparativamente uno por uno, el peso de cada joya del final del Bronce y comienzos del Hierro -de las muchísimas halladas en la Península (por ver cuantas de aquellas responden a este mismo patrón)-. Datos, que unidos a las medidas de las piezas (siempre que estén en buen estado y no se hayan deformado); nos llevaría a confirmar su metrología, deduciendo cuántas de aquellas, fueron hechas bajo un mismo valor económico. Es decir ponderadas en el "siclo-oro" fenicio, equivalente a unos 7,5 gramos y cuyo peso metrológico descendía del patrón egipcio nacido en el Reino Nuevo; una medida extendida por todo el Nilo y que era de 15 gramos, nacida de cubicar el Codo Real faraónico -de unos 52,498 centimetros y del cual desciendía el Codo Sagrado hebreo (que era exacto al anterior)-.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Dibujo mío con un detalle sobre el pecho de una dama chipriota; escultura femenina de Arsos (Chipre) fechada en su periodo Arcaico. Tal como muchos investigadores nos han hecho ver -entre ellos de La Bandera- destaca el paralelo del collar sevillano, con los colgantes y sellos que porta esta dama. Además, la figura lleva en sus manos un toro, todo lo que de nuevo la "acerca" al ajuar de El Carambolo, que como sabemos tiene unos pectorales cuyo diseño imitan la piel de bovino. Varios expertos han advertido desde décadas atrás acerca del parecido entre la gargantilla tartessia y las joyas que lleva esta dama chipriota que he dibujado; todo lo que confirmaría nuevamente que el collar de El Carambolo sería una joya femenil.
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ABAJO: Dama protochipriota del Museo de Estambul, fechada hacia 560 a.C. (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos en ella su parecido también con el mismo collar y la posible forma de lucir otras joyas de El Carambolo. Advirtiendo que sobre la cabeza de la dama, tiene un tocado rígido que seguramente iría envuelto o ensemblado en una corona diademada (muy semejante a la que pudo hacerse con los eslabones del tesoro que venimos estudiando). .
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CITAS: .(1): El Codo Real de Egipto, considerado "padre" o igual al Codo Sagrado Hebreo (con el que se construye el Templo de Salomón), era de 52,498 centímetros -aproximadamente; ya que en épocas más antiguas fue algo menor-. Por ello, su cubicación supone 52,4983 ; todo lo que es unos 144,6 litros (kilos). La división de ponderales en Egipto se hacía en razón al Ojo de Horus, cuya fracción menor era 64; siendo así una 64ª parte de 144.600 gramos = 2259,375 gramos (2,26 litros aproximadamente). El último valor de este ponderal usado para metales fue la 300 parte de esos 2259,375 gramos es decir: (2259,375 : 300) = 7,531 gramos, que es idéntico al Sekel monetario (siclo moderno de Fenicia). De la manera anteriormente expuesta creemos que nació claramente el "peso-oro" de Fenicia, que fue unos 7,5 gramos en épocas más antiguas, ya que el Codo Real de Egipto era también más corto. Por su parte, los púnicos seguramente utilizaban este ponderal importado desde el Nilo, ya que comerciaron durante siglos el imperio faarónico.
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(2): RECORDEMOS QUE SUS PESOS ERAN:Brazalete 1 (550) + Brazalete 2 (525) = .....1075 gramos
Pectoral 1 (245) + Pectoral 2 (200) = ........ 445 gramos
Placas 9x5 (378) + Placas 11 (773) = ....... 1150 (1151) gramos
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TOTAL:.................................................... 2670 (2671) gramos
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Collar ..................................................... 260 Gramos .
ASÍ, CORRIGIENDO AQUELLOS PESOS QUE RESULTABAN FRACCIONARIOS, QUEDAN:
PESOS EN SICLOS ENTEROS (quitando fracciones):
.- DOS BRAZALETES .............................. 1080 Gramos = 144 siclos 7,5 g.
- BRAZALETE MAYOR .......................... 555 Gramos = 74 siclos 7,5 g.
- BRAZALETE MENOR .......................... 525 Gramos = 70 siclos de 7,5 gr.
- DOS PECTORALES ............................. 450 Gramos = 58 siclos 7,5 g.
- PECTORAL MAYOR ............................. 240 Gramos = 32 siclos 7,5 g.
- PECTORAL MENOR ............................. 195 Gramos = 26 siclos 7,5 g.
-TODAS LAS PLACAS ........................... 1155 Gramos = 154 siclos 7,5 g.
-OCHO PLACAS 9X5 ............................. 375 Gramos = 50 siclos 7,5 g
-OCHO PLACAS DE 11 ......................... 780 Gramos = 104 siclos 7,5 g.
-TOTAL DEL TESORO NUEVAMENTE: 2670 Gramos = 356 siclos de 7,5
.POR SU PARTE, EL COLLAR 260 gramos Y QUE HABÍAMOS EXCLUIDO, POR LA PROBABILIDAD DE QUE NO ESTUVIERA PESADA SU CADENA. TIENE UN TOTAL DE 34+2/3 DE "SICLOS ORO FENICIOS". TODO LO QUE OBLIGA A REDONDEAR SU PESO ENTORNO A LOS 34 SICLOS O BIEN A LOS 35. Quedando así el total del tesoro entorno a los 390 Siclos Oro en la forma:
- BRAZALETE MAYOR .......................... 555 Gramos = 74 siclos 7,5 g.
- BRAZALETE MENOR .......................... 525 Gramos = 70 siclos de 7,5 g.
- PECTORAL MAYOR ............................. 240 Gramos = 32 siclos 7,5 g.
- PECTORAL MENOR ............................. 195 Gramos = 26 siclos 7,5
- OCHO PLACAS 9X5 ............................. 375 Gramos = 50 siclos 7,5 g
- OCHO PLACAS DE 11 ......................... 780 Gramos = 104 siclos 7,5 g.
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TOTAL: .......................... 2670 Gramos = 356 siclos de 7,5 g
.- EL COLLAR .......................................... 260 Gramos = 34 Siclos de 7,5
TOTAL CON EL COLLAR (aprox.).......... 2930 Gramos = 390 Siclos 7,5 g
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Por su parte, "el desglose" de las PLACAS de las coronas es:
- CUATRO PLACAS DE 11x4,25 ............ 330 Gramos = 44 Siclos 7,5 g
-CUATRO PLACAS DE 11x6 .................. 450 Gramos = 60 Siclos 7,5 g
-CADA PLACA FEMENINA 9x5 .............. 46,875 Gram = 6+1/4 Siclos 7,5
-CADA PLACA MASCULINA 11x4,25 ..... 82,5 Gramos = 11 Siclos 7,5 g.
-CADA PLACA MASCULINA 11x6 .......... 56,25 Gramos = 15 Siclos 7,5 g
.(3):SOBRE LAS REFERIDAS PLACAS O ESLABONES DE CORONAS ESCRIBÍAMOS: Acerca de la que considero femenina y que se compone de 8 de igual tamaño:
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"Conteniendo cada placa una fila horizontal de 4 y otra vertical de 11, lo que conforman 44 esferas horadadas por pieza. Así, sumando las decoraciones de las ocho placas, la cantidad total de estas bolas agujereadas que existen son 44 · 8 = 352. (...) Por lo demás, estas placas presentan otra decoración tienen un número concreto y forman normalmente en vertical 28 ó 29; y en horizontal 14 ó 15 (recomendamos verlas marcadas en negro sobre el segundo eslabón de abajo en la imagen superior). Siendo el 28 y el 14 los números de la Luna, por cuanto forman la semana del "mensis" de 28 días que se corresponde con el ciclo de las mareas y se ajusta bastante al lunisolar que como sabemos es de 29,53 jornadas".
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SOBRE LA CORONA COMPUESTA POR CUATRO DE UN TAMAÑO Y CUATRO DE OTRO DECÍAMOS: "Las ocho placas que considero masculinas, donde de nuevo vemos la primacía del 4; ya que estas son 8, compuestas por 4 pequeñas cada una de ellas lleva 13 rosetas o cristantemos. Estos ornamentos, que interpreto como símbolos solares, se encuentran en tres filas en las grandes y en dos en las pequeñas, sumando 39 en las primeras y 26 en las segundas; siendo un total de 260 crisantemos los que hay . Por su parte, las pequeñas lucen una fila horizontal de 8 bolas y las grandes de 12; teniendo todas 20 bolitas en la vertical. Siendo el total que llevan las placas mayores: Cuatro filas de 20 (80) y dos de 10 (20); 80+20 =100. Mientras las menores contienen tres filas de 20 (60) y dos de 8 (16); 60+16 = 76. Consecuentemente el número de bolitas que llevan las placas pequeñas sería 304 (76·4) y el el de las grandes 400 (100·4); conformando un total del 704 bolas en la corona y de 260 crisantemos -o rosetas-., sería igual a la mitad de bolitas que portan los eslabones que creo de la diadema del rey. ES DECIR: 704/2= 352.
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(4): Es muy común considerar que en la Antigüedad no conocían el año bisiesto, al no incluirlo en sus calendarios. Aunque el descubrimiento del bisiesto no precisaba de estudio cósmico alguno, bastando con medir las sombras del Sol sobre una gran piedra (monolito o natural) durante veinte años, para descubrir que el reflejo habia avanzado cinco días por lo que el ciclo solar era de 365 jornadas, al cual cada 4 años había que añadir una. El motivo por el cual en la remota Antigüedad no se consideraba el año solar importante y no basaban sus periodos en ciclos de 365,2422 días; era porque los calendarios servían para orientarse por los astros, de lo que debían medirse por ciclos lunisolares o bien venusinos y de Sirio (con el fin de poder estudiar la cúpula celeste, al conocer las fechas y sus coincidencias con la posición del astro rey). Siendo así, la regulación del año a través de sínodos lunares y sus coincidencias con los solares (como hacían en Mesopotamia), o en años de Sirio, que concordaba con el de Venus (tanto como con el solar cada 1460 sínodos); tienen una complejidad mucho mayor que la simple anualidad del Sol, tan solo útil para los agricultores (y permitiendo tan solo conocer las Estaciones).
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Como antes decíamos, en veinte años de mediciones de sombras sobre una piedra (marcando el lugar de la más larga y la más corta), veríamos que esta ya había avanzado 5 días. Si continuáramos observando de igual manera durante cien años, veríamos que en los últimos cuatro años no avanzaba esta un día más. Todo lo que escribo, puede demostrarnos que si un templo mide los reflejos solares durante tescientos o cuatrocientos años, concluirá pronto que en cada siglo hay que quitar un año bisiesto. Siendo una labor para la que no se precisan conocimientos astronómicos y que pueden realizar los más ignorantes, marcando simplemente las sombras. Aunque nos dará con gran precisión el valor del año solar, como: 365 + 24/100 días. Es decir: 365,24 dias, lo que es muy cercano al verdadero año sideral, que se cifra en 365,2422. La demostración del conocimiento de este medio de medir las sombras y calcular los años que refiero, se halla en el Concilio de Nicea (325 d.C.), cuando ya se habían percatado los clérigos allí reunidos que el año no encajaba con la luz; habida cuenta que el calendario de Julio César (Juliano) había incluido 25 bisiestos por cada siglo. Debido a ello, sobraban yá casi cuatro días en los tiempos del mencionado Concilio (que corrige el error de días, pero no el del calendario de Julio César). No será hasta la reforma del Papa Gregorio, cuando con el establecimiento del Año Gregoriano se subsane este fallo, restando un bisiesto por día, tras rectificar la fecha. Error por todos advertido, ya que por entonces el año llevaba un adelanto de luz con más de diez jornadas (es decir, que la noche más corta y larga del año no eran el 24 de diciembre y el 24 de junio, sino dos semanas antes) .
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(5): Escribíamos en el epígrafe:
."B) SIGNIFICADO DEL NÚMERO 4 EN EL CARAMBOLO:
.La primera conclusión que podemos obtener de las cifras antes expuestas es que el 4 era número sagrado entre los tartessios. LAS PLACAS PEQUEÑAS LLEVEN UN TOTAL DE 352 BOLAS HORADADAS Y LAS GRANDES JUSTAMENTE EL DOBLE (704 esferas). Todo lo que nos lleva a deducir que esos números (el 352 y el 704) eran cifras sagradas en Tartessos. CREEMOS QUE SE RELACIONA PLENAMENTE CON EL ADORNO MASCULINO EN FORMA DE ROSETA ENCAPSULADA -o crisantemo- QUE SIEMPRE APARECE EN LA CANTIDAD DE 13. YA QUE 13+352 = 365; CIFRA QUE COMO SABEMOS ES LA CANTIDAD DE DÍAS CORRESPONDIENTE A UN AÑO SOLAR (sin bisiestos) O BIEN AL AÑO DE SIRIO Y VENUS (que medía el calendario de Egipto).
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La corona menor (o femenina) igualmente está compuesta por ocho eslabones que se decoran cada uno con 44 esferas horadadas. Sabiendo que el total de bolitas agujereadas que lleva la diadema de reina es de 352 (y de bolas sin orificios que luce la del rey, es el doble -704-); visto que si a ellas sumamos el número de crisantemos que hay en cada pieza (13, 26 etc) nos dará anualidades del Sol o de Venus y Sirio (365; ó 730) .
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En Tartessos probablemente ponderasen de cuatro en cuatro (todo lo que vemos en los pesos y en los ornamentos de las piezas). Siendo por ejemplo las diferencias entre los dos brazaletes, 4 Siclos (ya que uno tendría 70 y el menor 74); o bien vemos este 4 reiteradamente en los 44 siclos que pesarían las placas pequeñas de hombre y en las 44 bolitas horadadas que lucen cada placa de mujer. Por lo demás, los 44 Siclos de las placas menores masculinas, unido a los 60 que pesarían las mayores; conforman 104 Siclos como total en la corona del rey. Todo lo que es igual al doble más cuatro de lo que tienen las placas de mujer (50 Siclos, que por dos y más cuatro son 104 -siendo esta la diferencia de pesos entre la diadema pequeña y la mayor-).
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Este modo de ponderar o medir de cuatro en cuatro, creemos que procedería de Canaan, y seguramente fue llevado a Iberia desde tierras cercanas a Fenicia. Aunque el origen de esta base 4 (que se mantuvo porteriormente en Grecia), de seguro estuvo en Egipto. Puesto que la manera de regular los Codos faraónicos -ya desde comienzos del III milenio a.C.- era en Palmos que tenían cuatro Dedos.Unos Codos que en el caso del Vulgar, tenía 24 Dedos (formados por 6 Palmos de 4 Dedos); mientras el Codo Sagrado -o Real- estaba formado por 28 Dedos (7 Palmos de 4 Dedos) (...) la importancia de cuanto exponemos se halla en el hecho de contar de 4 en 4; una forma de ponderar siclos y ornamentos que vemos en El Carambolo y que coincide con las fórmulas egipcias y hebreas (del II milenio a.C.). Igualmente es la que mantuvo la posterior Fenicia, e incluso coincide con la que permanece en Grecia; donde el Palaste (pallaste Palmo) se dividía en 4 Dáktilos (daktilous Dedos). Siendo a su vez 3 Palastes un Spithamu (dos cuartas); 4 Palastes el Pié.
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Sea como fuere, lo más importante es que vemos que el principio ponderal en todo el Mediterráneo parte del 4, del 6 y del 7 (números que vemos en El Carambolo); seguramente por infuencia egipcio-hebráica, nacida desde la primera fragmentación del Codo faraónico, formado por 6 ó 7 Palmos, de 4 Dedos. Aunque finalmente y en lo que se refiere al 4 hay que señalar que este es un número plenamente solar; no solo porque los puntos cardinales que su luz marca, sean cuatro (Norte, Sur, Este y Oeste). Sino sobre todo, porque desde la más remota antigüedad se supo que cada cuatro años había un día más en el periodo del ciclo del Sol. Algo para lo que bastaba medir las sombras de un monolito durante tan solo cuarenta años; sistema por el cual cualquiera -por muy ignorante que fuese- sabría que la luz había avanzado diez días en su jornada más corta (o más larga). Es decir, que cada cuatro años había que sumar un día más al conocido sínodo de 365 jornadas solares; todo lo que de un modo u otro, las sociedades antiguas iba regulando (en sus dificultosos y complejos calendarios)".
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(6): Escribíamos en el epígrafe:C) OTROS NÚMEROS SAGRADOS O MENSURABLES EN EL CARAMBOLO:
."Habíamos visto que prevalece en el peso y adornos del tesoro el 4, aunque también es muy llamativa la aparición continua del 6 y del 7. Unas cifras comunes en todos los sistemas métricos antiguos; más aún, entre los afines a Babilonia (que tenía base sexagesimal) y a los de Egipto -cuyos Codos se dividían en 6 ó 7 Palmos-. Pero continuemos con las cifras que nos quedan y que son las que adornan las placas que determinamos como masculinas, que llevan crisantemos -o "rosetas encapsuladas"- en un número de 13 en cada linea. Siendo el total de aquellas, 3 lineas en las placas menores (13x3 = 39) y 4 en las mayores (13x4 = 52). (...) Es decir LA CORONA DE HOMBRE VA ADORNADA CON 28 filas, de 13 rosetas; 12 líneas de crisantemos en las placas menores y 16 en las más grandes. Ya dijimos antes que este número 13 unido al de los adornos en forma de bolas que ornamentan las coronas (352 en el caso de la pequeña y 704 en el de la grande), concuerda siempre con el año solar; pues 352+13 = 365; o 704+13+13= 365+365. Una anualidad de 365 días que es la de Sirio o la que también contiene el planeta Venus, (...) el significado calendárico del número 13, unido al 28. Todo lo que se basa en que 13 meses de mareas de Luna, que tiene 28 días -este mes de mareas, conformó la semana semita de 7 días-. Así 13x28 son un año de Sirio o de Venus, menos 1 día (13x28 = 364). Ello es igual al año lunar más 10 días (354+10 = 364) y al año del Sol sin bisiestos (365), menos una jornada (...) la diferencia entre 8 años de mareas y 8 años de Sirio o 5 de Venus, son 8 días (todo lo que nos puede empezar a explicar de algún modo el significado de la corona de 8 eslabones y de todo el tesoro decorado y pesado en valores de 4). SIENDO LOS 8 ESLABONES QUIZAS EL SÍMBOLO DE LOS DÍAS Y DE LOS AÑOS SOLARES -O DE SIRIO-, MIENTRAS LA CORONA LLEVA 13 CRISANTEMOS EN 28 LINEAS, SIGNIFICANDO LOS 13 MESES DE 28 DÍAS. Ello obligaría a considerar un periodo de 2920 días como el sagrado en Tartessos, trás el que se introducirían dos días bisiestos y se conformaría así el calendario final; regulándose de este modo el Sol con Venus y Sirio.
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Por su parte esta pieza muestra claramente en su numerología las dos formas de contar en la Antigüedad; ya que mientras sus crisantemos son 12, en el centro de ambas lineas de 12 "rosetas" contiene otra con 10 bolas (que hemos marcado y numerado con una D verde). Pareciéndome este un hecho interesantísimo y que de seguro nos habla de las dos bases que existieron por entonces: La egipcia (decimal), frente a la semita o mesopotámica (duodecimal y sexagesimal). Finalmente añadiremos que sobre sus zonas laterales -los bordes-, el pectoral va ornamentado con 12 y 13 bolas en su parte alta.
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Pectoral menor que considero de mujer (...) estas esferas agujereadas igualmente en letras blancas y del 1 al 9; unas cifras que de nuevo nos hacen pensar que se trata de adornos lunares, puesto que el 3 y el 6 y el 9 son cantidades que han de relacionarse con este astro. Ello porque sus ciclos de luz son de 29,53 días, tanto como las mareas se regulan cada 28 jornadas; siendo el año lunar dividido por 9 = 39+1/3 (354:9 = 39,333...) y el año de mareas 9x(40+4/9) (364:9 = 40+4/9).
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Siendo así y tal como habiamos visto, la corona pequeña -o de mujer- lleva en cada eslabón 11 filas con 4 esferas agujereadas. De ello que cada placa contuviera 44 y como son 8 en total, la cifra final es de 352 bolitas vaciadas (un número que como dijimos, era muy cercano a los dias del año lunar -menos cuatro-). Pero si sumamos a esos adornos las nueve esferas horadadas iguales, que contiene el pectoral femenino en su centro; nos saldrá un total de 361. Cifra exacta al periodo del Gran Saros (19x19 años = 361). Siendo evidente que no puede tratarse de una casualidad que todos los adornos esféricos de las piezas que considero de mujer, sumen el mismo número de ornamentos que años tiene el ciclo del Gran Saros. Además, si tuviéramos dudas sobre el carácter lunisolar o lunar de esos adornos (...) también están decoradas con otros motivos en forma circular. Unos círculos de oro que en ocasiones hacen filas de 28 x 15 y en otras 29 x 15 (todo lo que conforma la cifra de días de meses y mareas lunares: 28, 29 y 30).
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Para continuar en el siguiente epígrafe añadiendo que:
.D) EL SAR, EL GRAN SAR Y LOS SÍNODOS LUNISOLARES SIMBOLIZADOS EN LOS NÚMEROS DEL TESORO:
"Por lo demás, y acerca del significado de cuantas rosetas -o crisantemos- luce el tesoro, ya vimos que el pectoral del hombre lleva dos filas de 12 (cuyo valor astronómico esta innegablemente unido a la Luna, el Sol y las mareas). Por lo que a mi juicio, su sentido es el de los doce de meses y las veinticuatro horas; indicando un día ó bien 24 mensualidades. Siguiendo con el análisis de los ornamentos, ya vimos que la cifra de bolitas horadadas con la que se decora la corona menor (o femenina) es de 352; una cantidad muy cercana a la de Siclos que contiene todo el tesoro; pues solo habría que sumarle 4 para igualarlo (...) Por lo demás, si aliteramos el número total de Siclos en el peso del tesoro, nos quedan 365 (en vez de 356), lo que es igual al sínodo anual de Sirio y del Sol (sin bisiestos y que se corresponde al 1,6 del ciclo de Venus). Pese a todo lo expresado, lo más llamativo ya se ha dicho en el pie de foto anterior, al ver claramente representados los números del Gran Sar y del Sar en los pectorales y las coronas de El Carambolo. Así, si sumamos los adornos centrales que llevan ambos pectorales (las bolas horadadas o enteras del centro), veremos que el femenino contenía 9 y el masculino 10; un total de 19 ornamentos, lo que es igual al ciclo del Sar -periodo que como sabemos es de 19 años solares y en los que se conjuntan ambos astros-.
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Del pectoral mayor (de hombre); que luce principalmente dos filas de doce crisantemos y que hablan claramente de 24 horas y 24 meses. Es decir: Del día, de las 12 mensualidades del Sol y las 12 mensualidades de la Luna; que se unen cada 19 años. Unos números que quedan patentes como reales y no casuales al observar que el total de esferas horadadas (femeninas) que hay en El Carambolo es de 361 -352 en las placas de la corona y 9 en el pectoral de mujer-. Total que como vimos, se corresponde con el famoso Gran Sar, ciclo conocido desde la más remota Mesopotamia (...) en el que el ambos astros se conjuncionan perfectamente, ya que en cada Saros de hay un pequeño desajuste. (...) Algo que se ratifica en el número total de esferas horadadas existentes en el tesoro , y que son justo el número de años del Gran Sar: 361.
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Además de cuanto vamos narrando, si volvemos a repasar la cifra de bolas pequeñas existentes en las placas masculinas, (...) el total es igual al doble de las esferas horadadas que contenía la corona femenina; es decir: 352x2 = 704. (...) uniendo todo ello al Gran Sar, que sabemos son 361 años y cuyo duplo suponen 722. Es decir: 704+18. (...) lo más importante es que este número 9 sumado al total de siclos que contiene el tesoro (sin el collar) nos vuelven a resultar los días del año solar sin bisiestos, o de Sirio y Venus (365 = 356+9).
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Finalmente, añadir de nuevo que el 13 (tenido como nefasto por los antiguos ya) aparece repetidamente en todo el tesoro y dos veces más en el pectoral mayor. Donde cada una de sus placas de diadema porta filas de 13 crisantemos. Todo lo que nos hace identificarlo con el 52 (13x4) y que es exactamente la mitad del peso en siclos de las placas de la corona, que contienen a mi juicio 104 (...) que en Tartessos también pudieron regularse por un calendario de mareas, compuesto por 13 meses de 28 días y dividido cada uno en 4 semanas. Todo lo que es perfectamente explicable ya que las pleamares en el lago Ligur (hoy marismas) debieron ser importantísimas, para embarcarse, para cosechar, recolectar o para pescar".
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(7): Dábamos como CONCLUSIÓN que:
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"El patrón hallado en El Carambolo, tiene tan solo equivalencias con el sistema egipcio y el hebreo (usado en Palestina hasta la llegada de Gracia= y el persa -de la época-. Convirtiéndose la longitud de la cadena (56 centímetros) en un Codo Real de Egipto o de Israel a través de multiplicarlo por 15/16. Por su parte, se tranforma en un Codo Real Persa si lo multiplicamos por 666/7; un curioso número que no solo llama la ateción por ser el típicamente babilónico (mencionado en La Biblia como "nefasto" o diabólico), sinó por concordar con el sistema métrico de Mesopotamia, porque su base metrolológica era ir multiplicando por 6 tres veces las medidas".
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(8): Sobre el tema, indica la profesora de La Bandera que aun viéndose como de la cadenilla falta un sellito, "no apareció ningún sello suelto; dos colgantes "piel de toro", y una de ellas con anilla en su lado menor; dos brazaletes cilíndricos; y dieciséis plaquetas rectangulares distribuidas por sus medidas en tres series"
pag 298 de: EL CARAMBOLO 50 AÑOS DE UN TESORO por M.ª Luisa de La Bandera Romero y Eduardo Ferrer Albelda Sevilla 2010; Cápitulo "El Tesoro de El Carambolo: Técnica, simbología y poder" (M.ª.L.de la Bandera Romero, B. Gómez Tubio, M.an Ontalba Salamanca, M.A. Respaldiza y I.Ortega Feliu).
.(9): OP. Cit (8) pagina 299: " los datos aportados por las más recientes investigaciones llevadas a cabo desde 2002 a 2005 (Fernández Flores y Rodríguez Azogue 2005a; 2005b; 2007) constatan en el lugar un complejo religioso interpretado como posible santuario regional, el cual jugaría un importante papel desde los momentos iniciales de la fundación en virtud de su vinculación con la colonia Spal, que sería el enclave poblacional, y con otros centros: Ilipa (Alcalá del río), Caura (Coria del río), cerro macareno o cerro de la cabeza (Fernández Flores y rodríguez Azogue 2007: 179)"
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(10): OP. Cit (8) pag: 302 "Y aunque se extraña de la presencia de granulado en los colgantes del collar, siguiendo a Kukhan y Blanco, relaciona algunas formas y elementos decorativos con otros del arte fenicio de Chipre y otros focos del Asia Menor (ibíd., 104). Finalmente insiste en la homogeneidad: "debieron ser elaborados al mismo tiempo, en el mismo lugar y en un mismo taller"" (Carriazo 1980: 222). - 303: "En su interpretación afirman que brazaletes, pectorales y placas forman un conjunto morfotécnico indígena que define por sí mismo un nuevo ámbito tecnológico tartésico (ibíd., 133), cuyas formas son autóctonas, sin paralelos en la orfebrería mediterránea, recurriendo a los paralelos ya presentados por Kukhan y Blanco, y Carriazo (ibíd.,134) para los pectorales" (...) "En cuanto a su elaboración, concluyen que participaron cuatro artesanos diferentes: el orfebre que fabricó las placas y el pectoral sencillo; el que fabricó las placas y el pectoral complejo el que elaboró los brazaletes; y un cuarto orfebre que fabricó el collar".
Acerca de los "grupos de joyas" que hay en el tesoro, escribe de La Bandera:- 303 y 304 "una continuidad de este trabajo, siguiendo la misma perspectiva tecnológica, ha sido el estudio que se hizo del tesoro de El Carambolo en el año 2000 con la técnica XrF (Ontalba et alii. 2002)".
-304 "En una contrastación de las unidades morfo-estilísticas con los procesos técnicos de elaboración (Perea y Armbruster 1998:131) y los datos emanados de la composición de los elementos del oro de las joyas, se determinan cuatro unidades morfotécnicas en el tesoro. Una unidad a la que corresponden al pectoral 2 y las ocho placas de polo rehundido, con unas mismas técnicas de elaboración y disposición de la decoración (semiesferas, circulillos, doble hilera de arcos), soldadas a la lámina de base (Fig. 1, grupo 1). El grupo 2, formado por los brazaletes, el pectoral 1 y las ocho placas (Fig.1), comparte la misma decoración de guirnaldas alternas de semiesferas separadas por tiras de cintillas con púas entre hilo, pero con procesos y técnicas de elaboración distintos, que determinan dos unidades técnicas: una con los dos brazaletes, de estructura fundida a la cera perdida" (...) " y otra con el pectoral 1 y las ocho placas, en los cuales las cápsulas están soldadas a la base laminar" (...) "Finalmente una tercera unidad corresponde al collar con los siete pseudo-sellos"
.(11):OP. Cit (8) dice de La Bandera en pag. 325: "Compartimos la interpretación de simbología religiosa que atribuyen a todas estas piezas y su asociación a dos divinidades del panteón fenicio, por las rosetas con Astarté y por las esferas con el dios solar Baal" (...) "Pero no estamos de acuerdo en admitir que estas piezas de oro fueran para un animal que se ofrece en holocausto a la divinidad."
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(12): OP. Cit (8) escribe de La Bandera en pag. - 321 y 322- "El adjetivo determinante de la clase de poder que representaba este tesoro se deriva en parte de los símbolos referentes a divinidades o conceptos ideológicos expresados en los elementos decorativos. En las joyas, los elementos de semiesferas (dios solar), rosetas y flores de loto (divinidad femenina) y arcos imbricados (montaña sagrada) representan una fuerte carga religiosa en la orfebrería fenicia como ya hemos señalado en el análisis de los paralelos algunos de ellos relacionados con el dios solar Baal (Amores y Escacena 2003: 1) y con la diosa Astarté (Belén y Escacena 2002: 174)."
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(13): OP. Cit (8) escribe de La Bandera en páginas: - 322 "por la naturaleza de la ocultación, la simbología de las joyas y del lugar dónde se enterró, expresa una clara simbología de poder (...) bajo el control del propio santuario y con orfebres a su servicio" (...) " otra cosa bien distinta es conocer cual era la función de las joyas de El Carambolo, y de nuevo, hoy como ayer, sigue siendo problemático. La función tradicional mantenida hasta la actualidad definió las joyas como aderezos personales complemento de la vestimenta y por tanto signo distintivo de clase o cargo (Carriazo 1973: fig. 88)" (...) "identificándolas con la figura de un sacerdote o reyezuelo (Almagro-Gorbea 199 : 58-59), siempre bajo la consideración del carácter indígena "(...) " en la última década se ha propuesto una nueva interpretación de su valor social (Caballos y Escacena 1992: ; Escacena 2002; Amores y Escacena 2003: 54),en función de las relaciones de las piezas colgantes de piel de toro con altares de templos y santuarios del Bajo Guadalquivir (Escacena 2000). Según esta nueva interpretación del significado y función de las joyas de El Carambolo, "el conjunto áureo es el ajuar litúrgico completo de las ceremonias en las que un toro y una vaca eran conducidos al altar para ofrecerlos en holocausto sagrado a Baal y Astarté respectivamente" (Amores y Escacena 2003, 56) . Los autores interpretan dos lotes, uno de adorno personal para un sacerdote compuesto por el collar de sellos y los dos brazaletes y otro lote de "atalaje" para los toros con los dos colgantes de piel de toro, que interpretan que son "frontiles" para la testuz, y las cuatro serie de cuatro plaqueta que irían cosidas en los extremos de bandas echada sobre el lomo del animal".
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(14): OP. Cit (8) escribe de La Bandera en páginas: -323: " Es cierto que al proceder el hallazgo de un complejo sacro resalta su componente sagrado, pero hay que ser cauto en magnificar el valor religioso y ritual de las mismas al no estar clara la forma de uso y de función de todas las joyas, las cuales podrían ser indistintas" (...) " Por ello a nuestro entender no hay datos científicos suficientes para afirmar que se puede "deducir de ellas mismas la importancia de los ritos sagrados de la comunidad extranjera como la del clero que intervenía en el culto" (Amores y Escacena 2003:64). " (...) "Por su estructura, parte de las joyas del tesoro tienen una morfología de clara interpretación funcional, como son el collar y los dos brazaletes, y por lo tanto sin otra posibilidad que usarlos como ajuar personal.Pero en nuestra propuesta seguimos manteniendo que el collar por su carga simbólica-religiosa, lica-religiosa, es distintivo de alto rango entre los responsables del templo, sea sacerdote o dignatario, y que, de haber formado parte de algún aderezo, las piezas no se salvaron. En cuanto a los brazaletes, su uso personal no es cuestionable por el momento pero de formar algún juego tendría que ser asociado al colgante de piel de toro y plaquetas con las mismas guirnaldasnaldas de esferas y cápsulas de rosetas, conjunto que además fue fabricado al mismo tiempo. No compartimos la asociación como un ajuar único del sacerdote que hace el sacrificio (Amores y Escacena 2003: 57), porque estas joyas no forman un conjunto, ni técnico ni estético, y además sus elaboraciones son en distintos momentos. El collar, en el caso de haber formado parte de un juego con brazaletes, éstos habrían sido de un estilo muy diferente, bien de espirales, bandas caladas o decoradas con granulado, formas muy conocidas en la orfebrería fenicia colonial, griega y etrusca de los siglos Viii y Vii a.C.".
- 323 y 324: " Además, no estamos de acuerdo con los paralelos que proponen para determinar el atuendo característico de estos sacerdotes, según ellos orientales (...) Por el contrario existen paralelos de las joyas y vestimentas de sacerdotes de sociedades orientales, y en reyes y animales sagrados "
.(15): OP. Cit (8), pags:- 324: " En el caso de los colgantes, cabe la posibilidad de interpretarlos como pectorales porque su estructura permite colocarlos sobre el pecho bien mediante cadenillas sujetas a las vestimentas o al cuerpo por un sistema de cordones"
-324 : "La primera interpretación de los colgantes de piel de toro como pectorales se ha criticado por haber empantanado durante años la interpretación funcional del tesoro (Amores y Escacena 2003: 49), crítica que no entendemos"
-325: "Compartimos la interpretación de simbología religiosa que atribuyen a todas estas piezas y su asociación a dos divinidades del panteón fenicio, por las rosetas con Astarté y por las esferas con el dios solar Baal" (...) "Pero no estamos de acuerdo en admitir que estas piezas de oro fueran para un animal que se ofrece en holocausto a la divinidad. "
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(16):OP. Cit (8), pags:-326: "En cuanto a la función de las placas en el atalaje, estamos en total desacuerdo por la misma razón de principio que en los colgantes, por ser de oro, y en segundo lugar porque se ignora totalmente su sistema de ensamblaje que es para colocarlas exentas, directamente sobre la zona de uso, atirantadas como indican las marcas, y no para coser a unas telas" (...) " Los rituales de la souvetaurilia romana, donde los toros lu-cían fajines y galones textiles, pero no joyas. Esto no implica que estemos plenamente de acuerdo con que en el santuario se celebrarían rituales de sacrificio de los toros engalanados con frontiles similares, con la forma de piel de toro, como los altares y como símbolo del dios solar, pero esos frontiles serían de bronce y no de oro" -314: Placas con semiesfera rehundida "Estas piezas se consideran de origen y producción local ya que no se conocen paralelos próximos. Por su sistema de ensamblaje de unas con otras mediante conductos múltiples trasversales (Fig. 5), tienen proximidad a la estructura morfo-técnica de unas cuentas de oro de menores dimensiones procedentes de la tumba XIIIC de Marlik, fechada por la orfebrería urartiana en los siglos X-IX a.C". (....) 315: " Tampoco se puede obviar, como paralelo a su estructura, las placas metálicas de cinturones, como los de origen chipriota, tipo que se reproduce en una escultura de barro de Ajia irini (Chipre) "
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(17):OP. Cit (8), pags:-pag 298: "apareció ningún sello suelto; dos colgantes "piel de toro",
-304 "En una contrastación de las unidades morfo-estilísticas con los procesos técnicos de elaboración (Perea y Armbruster 1998:131) los datos emanados de la composición de los elementos del oro de las joyas, se determinan cuatro unidades morfotécnicas (..) "Finalmente una tercera unidad corresponde al collar con los siete pseudo-sellos"
-310 " El formato del collar es característico del horizonte cultural oriental, pero sólo se puede relacionar con los representados en la plástica de terracotas chipriotas del periodo Geométrico (850-725 a.C.) al Arcaico (725-700 a.C.) en Kuklia-Palaiphos y Arsos (SCE, iii, pl. CCC, n. 3, 4) (Láms. 6 y 7); no obstante el tipo de collar de oro se registra en el círculo griego del Egeo, procedentes de Esmirna y de una tumba de Kyme (Eolia), que guardan la misma estructura de cadena con pasador y cadenillas con colgantes de flores o granadas (Marshall 1969: 1954 y 1955)"
-310 "En cambio las cadenillas, tipo loop-in-loop, tienen un gran desarrollo en la orfebrería griega, chipriota y etrusca durante los siglos Vii-Vi a.C. (Higgins 1991:14-15), y en la del noroeste de irán, de donde procede una interesante combinación de cadenillas con tubos y malla con elementos colgantes (Maxwell-Hyslop 1971:208, ). En Egipto este tipo de cordón metálico se registra en la joyeríaegipcia desde el imperio Nuevo (1550-1070 a.C.) (Gonzálvez 2005: 76)"
-310: "En cuanto a los colgantes pseudo-sellos, su tipología en oro son una derivación de los anillos giratorios con escarabeos de tradición fenicia, encontrándose algunos paralelos en la orfebrería oriental, en Zincirli (...) y en la orfebrería etrusca, en colgantes procedentes de Vulci, de cuerpo decorado con granulado (Becatti 1955: 178, n. 258), de Cumas y Canosa, todos fechados en el siglo Vii a.C."-317: "Por último, la unidad morfotécnica del collar y los colgantes pseudos-sellos se apartan notablemente de las anteriores. Las aleaciones tienen más alto porcentaje en Ag y están más relacionadas con la producción fenicia-púnica del taller de Cádiz" (...) " Sin embargo no presenta las características morfo-estilísticas de la producción del taller de Cádiz, ni de otras colonias del Mediterráneo "
-318: "Consideramos que el collar de El Carambolo pudiera ser una evolución de ese prototipo, conservando toda la tradición simbólica fenicia anterior; prototipo al que igualmente también podría deberse la forma de algunos otros collares como el de Kyme, que guardan cierta relación con el de El Carambolo",
.
(18): OP. Cit (8), pags: -313: "Brazaletes cilíndricos Estas joyas tampoco tienen unos paralelos próximos y se consideran obra indígena evolucionada de otras formas anteriores del Bronce Final Atlántico, entre ellas los brazaletes de Estremoz, Guimarâes y ébora (Bandera 1984: 3 5), de los cuales repiten su estructura, pero con una tecnología y añadidos decorativos del Mediterráneo oriental".
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