La presente entrada es continuación de la anterior; es recomendable leer previamente la que antecede, para poder comprender perfectamente esta.
BAJO ESTAS LINEAS:
Charro de principios del siglo XX; observemos que sus botones son del tipo que en otras entradas hemos analizado, como iguales a modelos de joyería tartéssica, etrusca y -sobre todo- fecnicia. Además, este en su cuello lleva un amuleto contra el Mal de Ojo: Lo que hemos llamado "Bolla" (heredera de la "bulla" latina, que servía en Roma para evitar el Aojo, tanto como en Salamanca se usaba para combatir igual mal y del que a continuacón tratamos) -Foto tomada de la página web del joyero salmantino Luis Méndez, quien continúa en su taller heredado de su familia, con la tradición milenaria que la Ruta de la Plata le transmitió (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen)-.
En el artículo de hoy vamos a tratar sobre el origen y significado de esos amuletos y orfebrería que durante milenios han colgado y lucido hombres y mujeres, con el fin de evitar el tan temido Mal de Ojo. Siendo el Norte de la Ruta de la Plata (concretamente en su tramo desde la Sierra de Gata hasta Astorga) uno de las zonas de España donde hasta época más tardía se conservaron esos anillos, collares, botones, dijes y pendientes, que protegían del Aojo. Tanto es así, que no solo el traje regional de Salamanca, Zamora y zonas de Cáceres, lleva mútiples talismanes (de este tipo). Sinó que además, hasta día de hoy ello y "gracias" al temor o prevención contra el Aojo; se ha conseguido que se conservara la joyería y sus formas ancestrales milenarias, en aquellos lugares. Consecuentemente, en esta parte del Camino de la Plata, aún podemos encontrar orfebres y joyeros que trabajen modelos y diseños, cuyos orígenes tienen mas de cuatro mil años. Todos ellos conservados en la tradición popular y cuya antigüedad no se llegó a conocer hasta los hallazgos arqueológicos del siglo XX. Viéndose hace muy poco que los pendientes, collares, dijes o botones que lucían charros, cacereños, maragatos y zamoranos; eran casi iguales a los de los fenicios, romanos, o griegos.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Hoy nos planteamos la absoluta necesidad que hubo hasta no hace mucho de llevar talismanes contra el Mal de Ojo, al cual tantos temían. Ello, porque aquel hechizo procedía de las religiones más fuertes que hubo la Antigüedad europea: Las del culto al sexo. De ello, estudiaremos por qué y cómo llegaron a ser tan importantes los ritos de sexualidad y fertilidad en las creencias europeas. Tanto que la Iglesia hubo de sincretizarlos y mantenerlos vivos hasta practicamente el Concilio de Trento. Aunque ya sabemos que "estas síncresis" tan forzadas se producen siempre y cuando no se puede hacer prescindir de cultos y costumbres muy antiguas, al pueblo. Tras lo que, observando que no existe manera de cambiar su ancestral comportamiento, el clero decidía "bautizar" esos ritos tan viejos y arraigados. Como dato y ejemplo para que podamos hacernos una idea y conocer lo que son "estas síncresis" cristianas, vamos a exponer un caso (que hemos vivido muchos). Este fue el famoso "San José Obrero"; "creado" a mediados del siglo XX, con el fin de "dar una equivalencia" al Primero de Mayo. Fiesta que así pasó de pagana a religiosa, seguramente sincretizada al comprender que si no se declaraba un festivo muy importante en España, este día del Trabajo, podía haber grandes conflictos. El "remedio inventado" fué aquel Santo que unía lo "cristiano con lo laboralista" y con ello celebraban una fiesta que de no guardarse, generaría problemas sociales.
Algo muy similar debió ocurrir hace unos mil quinientos años, con los ritos priápicos y de fertilidad, que comprendían las religiones paganas de adoración al sexo. Cuando la gran mayoría del Imperio se convirtió al cristianismo, pero no pudo quitar las costumbres relacionadas con las creencias agrarias. Estas, que comunmente eran totalmente ajenos a la nueva religión romana -llegando a ser obscenos y hasta de un horrible gusto en sus representaciones y fiestas-; poblaron las celebraciones y las costumbres de toda Europa (hasta la Edad Moderna). Siendo sus dedidades y ritos tan populares, que la Iglesia hubo de incorporar a su estatuaria, capiteles, canecillos y esculturas de hombres y mujeres desnudos, copulando, enseñando el sexo (o hasta en actitud de aberrantes posturas lascivas).
EN LA FOTO DE NUESTRO LADO (arriba), vemos la portada del magnífico libro de Jesús Herrero Marcos, en el que trata sobre La Lujuria en las religiones y en El Románico. Comenzando su autor el tema, desde la época de las cavernas, pasando luego por las grandes civilizaciones de la Antigüedad (principalmente Egipto) y llegando a Grecia y Roma. Desde donde arranca para explicar la manutención de determinados cultos de Príapo, Afrodita, Herma, Mutunus etc., en toda Europa (principalmente hasta la época del Románico).
EN LA IMAJEN BAJO ESTAS LINEAS: Retablo renacentista de la iglesia de Pampliega. Es quizás uno de los últimos ejemplos en los que se "autoriza" (o muestra) el desnudo en España y en una altar, de manera tan destacada. Puesto que tras la llegada del Barroco, ya es difícil volver a ver "erotismo" en el arte hispano y menos aún en el interior de una Iglesia (recordemos que la Venus del Espejo se pinta por Velázquez en Italia -seguramente- y que aún Goya fue procesado por la Inquisición, ya a comienzos del siglo XIX, debido a la Maja desnuda). Muy por el contrario observemos este maravilloso retablo de Pampliega (del gran escultor flamenco Domingo de Amberes), en el que bajo el Calvario, se encuentra una virgen y sus lados Adán y Eva, sin ropas; que tan solo se tapan el sexo con las manos. Siendo muy llamativo que se dé esta estatuaria precisamente en Pampliega; un lugar marcadamente religioso en la Edad Media. Tanto, que cuando tonsuran al rey godo Wamba y este ha de dejar de reinar (por haberle sido cortado el pelo -en su embriaguez- y verse vestido de fraile). Se refugia tan religioso monarca godo en este pueblo con nombre que mucho nos recuerda a Pompeya -aunque hay quienes hacen derivar su etimología desde los "pliegos de lana" y de pieles, que allí vendían y fabricaban-
Muchas veces nos hemos preguntado sobre el tremendo arraigo que habrían tenido los cultos priápicos y orgiásticos en la Antigüedad. Tanto como para haberse mantenido vivos en el pueblo durante toda la Edad Media. Decimos, más; incluso habiendo sido seguidos hasta bien entrado el Renacimiento por las gentes comunes; ritos que tan solo pudieron ser totalmente abolidos en épocas cercanas a Trento. Ello significa que esas costumbres priápicas, permanecieron vivas en la religiosidad europea al menos durante tres mil años -que es casi lo mismo que decir, que surgen cuando Europa comienza a "existir", para dejar de celebrarse con la creación de los Estados y en la Edad Moderna-. De tal manera, pudiéramos plantearnos si religiosidad popular y Antigüedad, va unidas al priapismo; tanto como si medievo es sinónimo de manutención de esos cultos al sexo (lo que por cuanto "nos dice" la Historia, parece indiscultible, ya que parece que fué el Nuevo Estado del siglo XVI, el que consigue erradicarlo). Algo que muestra como la Historia de Europa estuvo poblada en gran parte por aquellos ritos que luego y tras el siglo XVI, se consideraron akelarres o misas de brujas. Pese a lo que fueron las más antiguas religiones del Mediterraneo, ya que tenemos una primera constancia de la práctica de religiones órficas, dionisiacas o de Afrodita; precisamente cuando nacen las Civilizaciones Europeas (Minoica, Micenia, y luego las del Hierro). Pero lo más curioso, es que aunque fueron prohibidas ya desde Teodosio y perseguidas teóricamente por las autoridades eclesiásticas romanas; podemos aún observar, en las iglesias y templos hasta bien entrado el Medievo, similares escenas y esculturas obscenas a las que hubo en la más remota antigüedad.
Por todo ello, siempre nos hemos preguntado cuán importante debió ser -al manos hasta la Edad Media-, esa religión que unía el placer -y el sexo-, con lo divino. Llegando a la conclusión de que hubo de significar mucho para la Europa Antigua; aún más que cualquier otro símbolo o deidad heredada de Grecia y Roma. Algo que puede verse en como aquellas celebraciones de hombres y mujeres desnudos (fiestas de borrachos y rijosos, que luego se llamaron akelarres), debieron de ser muy seguidas y celebradas hasta al menos el siglo XIV; tanto que aparecen en la estatuaria cristiana. De lo que se deduce que esos cultos priápicos, se permitieron durante las fiestas patronales medievales; quizás con el fin de controlarlos y sincretizandos -ocultadas bajo otros nombres, o aspectos-. Unos ritos que hubieron de significar tanto hasta aquellos años en los que se erradicaron, como para los íberos lo fue el toro (por ejemplo). Totem que no puede faltar aún nuestros días en toda fiesta patronal de España; como símbolo del guerrero y del valor (del dios Marte, ibérico), que en la más remota antigüedad feu el astado bravo.
De tal manera, observando cuantos canecillos, esculturas y capiteles de iglesias románicas -hasta góticas-, representan figuras copulando, enseñando el sexo o en las más aberrantes posturas; nos hemos preguntado qué llevaría a sincretizar estos cultos en esos años, a la iglesia cristiana. Algo que se comprende quizás porque de no aceptarlos, o de no hacer la vista gorda (los clérigos), se realizarían aquellas celebraciones a escondidas, en los montes y en las cuevas -lugares de donde realmente procedían, puesto que realmente son ritos de religiones neolíticas y ancestrales-. Siendo siempre mucho mejor que aquellas procesiones de Príapo más antiguo que al parecer se celebraban con las estalagmitas y en las cavernas; o las fiestas dionisiacas, donde todos se embriagaban de manera "tóxica". Al igual que los ritos órficos del comienzo y fin de la labranza, en los que mujeres y hombres adoraban a la fertilidad, copulando, para recibir buenas cosechas. Todos ellos, fueran realizados en el exterior de los templos, pero bajo la vigilancia de la Iglesia, quizás para poder regular de algún modo su desmesura (al igual que pasa hoy con diversas romerías y otras fiestas).
De tal manera, se entiende cómo en el exterior de tantos templos cercanos a iglesias rupestres y de montaña, junto a ermitas excavadas en la roca y principalmente al Sur de Cantabria o Norte de Palencia. En los valles de esos territorios reconquistados, se comenzaran a elevar iglesias románicas, en las que curiosamente observamos estas figuras obscenas (principalmente esculpidas en su exterior). Las que -a nuestro enteder-, nos hablan de cómo en esas épocas mdievales se "trajeron" los cultos paganos hasta los templos cristianos. Algo de lo que ha quedado aún mucho y que podemos ver cada fin de año agrario, en el Carnaval; que se corresponde en fechas con las fiestas de Liberalia romanas, donde se divertían de manera desmesurada y obscena. Siendo más que probable que en aquellos años del medievo, trajeran esos cultos paganos (de las cuevas y la fertilidad) hasta los lugares cristianos, para ir regulándolos. De los que aún se conservan las esculturas en sus iglesias románicas. Del mismo modo que hoy en las romerías y fiestas patronales, existen multiplicidad de ancestrales ritos sincretizados; en los que participa no solo el vino y el baile, sinó por ejemplo el juego con todo tipo de animales (toros, cerdos, cabras, gallinas, patos, équidos y largo etcétera, con los que se realizan las mas curiosas costumbres). De lo que allí donde existen esos templos románicos cargados de figuras obscenas, es muy probable que antes de existir esa iglesia, se celebrasen ritos y fiestas de fertilidad (que fueron los "restos" de aquellas religiones órficas, de Venus y de Baco, que antaño poblaron Europa).
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, canecillo de la iglesia de Tozalmoro (Soria) en el que vemos un personaje -que para algunos es un clérigo- en actitud obscena y con el pene erecto. Bajo este párrafo, otras dos ménsulas, esta vez de la famosa iglesia de Cervatos (Palencia), que está plena de figuras como esta: Mujeres y hombres fornicando o enseñando el sexo. La explicación para algunos investigadores es muy distinta a la nuestra; pero a nuestro parecer, creemos que ello responde solo al arraigo que tuvieron las religiones órficas en toda Europa. Tanto que, posiblemente no pudiendo la Iglesia impedir esas "romerias" y fiestas dionisiacas (donde los asistentes se emborracharan y se divertieran llegando a fornicar en público). Seguramente las sincretizaron, dando cierta permisibilidad, para luego irlas dirigiendo hacia unos ritos menos obscenos. Hasta llegar a prohibirlas y perseguirlas, después del Medievo, con la llegada del Estado Moderno; al que para nada interesaba el paganismo, sinó que muy por el contrario, pretendía incorporar a toda la población bajo el mando de un solo Poder. -(fotos tomadas del libro anteriormente citado de Jesús Herrero Marcos)-
BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS
: La teoría que exponemos puede explicarnos -quizás- por qué en las representaciones más tardías, ya los personajes que enseñan el sexo -o muestran estas actitudes obscenas, en las esculturas de las iglesias-, son representados como demonios. No siendo así en aquellas figuras que fueron anteriores al siglo XIII; donde los lascivos comunmente aparecen como simples exhibicionistas, contorsionistas, o gentes del pueblo (en actitud hasta divertida). Como ejemplo de cuanto exponemos, ilustramos con dos imágenes nuestra hipótesis (igualmente tomadas del libro de Jesús Herrero). EN LA PRIMERA, A NUESTRO LADO, vemos un capitel perteneciente a San Isidoro de León, en el que se muestra una mujer en actitud libidinosa, quien es rodeada por dos cornudos con zarpas (similares a la que ella lleva en sus manos). Ello, al igual que la postura, cara y pelo de la exhibicionista, dejan ver y entender perfectamente que se trata de una bruja (o harpía) junto a dos "cornúpetas" (o brujos). Identificando ya en esa época a estas personas que se unen para celebrar ritos y fiestas desnudos; con el mal, lo infernal (y los akelarres).
Abajo, muy por el contrario, la mujer que enseña el sexo y de manera mucho más descarada, en un capitel de la iglesia de Cervatos (muy anterior al de la imagen superior -en época-); tiene tan solo el apecto de una aldeana, o una contorsionista. Llamando a muchos la atención que lleve "toca" en el pelo, a la vez que está completamente desnuda y enseñando el sexo. Lo que ha hecho pensar que podía incluso tratarse de una religiosa en esta actitud. Por ello y debido a que el pelo con tocado significaba elegancia y protocolo, no sería tan extraño que representase a alguien del clero, puesto que en infinidad de canecillos y capiteles del siglo XII, se contienen frailes copulando (o itifálicos).
Dejando aparte este aspecto y regresando a lo que comentábamos: No nos cabe la menor duda de que aquella no se representa como un ser malévolo, para advertir del pecado (tal como sucedía en la anterior, que tenía aspecto de infernal). Sinó más bien como alguien divertido, curioso o iniciático; cuyo significado en verdad, de seguro se nos escapa. Pudiendo tratarse sin duda de la famosísima figura llamada en las Islas Británicas, SHELAH-NA-GIG. Que se traduce como "Julia la Prostituta" y que se esculpía en casi todas las entradas de las iglesias irlandesas, hasta el siglo XIII. Ello porque esa "dama" de piernas y sexo abierto, era la benefactora y la gran protectora del pueblo contra el Mal de Ojo; que se representaba como una mujer que enseñaba obscenamente la vulva. También se esculpía aquella imagen de Shelah, simplemente con la figura de una vagina femenina, que se esquematizaba o realizaba detalladamente en piedra; colocada con fines benéficos en las entradas de lugar sagrado, para cuidar el Aojo (fundamentalmente en los accesos a los templos). Aunque como aquellas iglesias y monasterios eran cristianos, en el siglo XVIII y XIX, se mandaron destruir la gran mayoría de estas estatuas de Shelah-Na-Gig, pese a lo que infinidad de ellas quedan aún en Irlanda e Inglaterra. Siendo a nuestro parecer esta figura que abajo vemos, una de aquellas representaciones de la que en España se llama "Julia la Prostituta" -y que hemos dicho, servía para luchar contra el Mal de Ojo-. Lo que puede explicarse porque se encuentra en Cervatos (al Norte de Palencia), que se trata de uno de los inicios del Camino de Santiago Inglés, que desembarcaba en los puertos de Cantabria y baja a encontrarse con La Ruta Jacobea francesa.
El primer edicto que emite la Iglesia prohibiendo usar el falo y la vulva en ceremonias religiosas cristianas (como talismán ddel Aojo), es de 1247; pese a que los canteros continuaron esculpiendo penes, sexos y personajes en actitudes obscenas, en las muchas de las iglesias románicas que entonces seguían alzando. Tanto que siglo y medio después y en Tours, vuelven a reiterar los Cardenales en un Estatuto Sínodial del año 1396, que no deben magnificarse ni menos esculpirse falos ni vaginas en las iglesias; menos para ser adorados como benefactores contra el Hechizo del Ojo. Lo cual ya sí, comenzó a producir el cese de la imaginería priápica cristiana, siendo en estas épocas, cuando comienzan ya a repersentarse las mujeres y hombres desnudos en las iglesias -copulando o enseñando el sexo-, pero solo como demonios (o en el Infierno). Pudiendo decirse que claramente es tras aquel edicto de 1396 cuando se inicia una etapa en el Cristianismo, en la que el pecado y el sexo se aunan; siendo consideradas ya como brujas (prostitutas o marginadas) aquellas -y aquellos- que ceebrasen estas reuniones obscenas y priápicas -principalmente durante los Carnavales, en recuerdo como hemos dicho, de las famosas Liberalias romanas-. Tanto, que pécora y ramera se identificaron, por cuanto el pecado en Cuaresma (tras aquellas libertinos Carnavales), era doblemente mal visto. Especialmente en los dias de los "Ramos" (del Domingo al Lunes de Resurección), de donde viene la palabra "ramera", por ser aquellas expulsadas de las ciudades durante esos dias-.
Tras aquello y posiblemente con el azote de la peste; que se expande desde 1347, cercenando la población de algunas zonas de Europa en más de un tercio. Posiblementemente pudo identificarse aquella plaga trasnmitida por las ratas -que se tenía como castigo divino-, con los excesos de "la carne". Todo lo que puede explicar que desde el siglo XV comiencen a desaparecer de la estatuaria de los templos critianos, los sexos y las gentes obscenas allí antes representadas. Pese a lo que aquellas costumbres que se relacionaban con el Mál de Ojo, continuaron practicándose. Aunque, ya sus amuletos fueron cambiando y disimulándose, para que no tuivieran el aspecto de un falo, ni menos de una vagina. De ello, el que más se extendió como talismán usado contra el Aojo desde esta época, fué la llamada Higa. De la que sabemos, es una mano con el puño cerrado, que saca entre los dedos el pulgar, simulando la entrada de la vagina (Figa= Sexo de la mujer, del bajolatín (Ficus)-Figo= Higo); pero que desde el siglo XVI, para nada se explicaba como algo relacionado con el sexo, sinó como un talismán contra las miradas malditas.
En breves palabras y en los párrafos anteriores, hemos resumido el paso desde los cultos priápicos, en los que se adoraba en Gracia y Roma al falo y a la vulva (como protectores del aojo). Su manutención en los templos, tan arraigada hasta el siglo XV; tras los que van sustituyéndose sus cultos y talismanes por otros más disimulados. Transformación de aquellos penes y figas benefactores, en otros símbolos que (insinuando aquello), ya no eran tan obscenos, y en los que prácticamente no se percibía su verdadero significado anterior. Pese a que tal como narramos, aunque en el siglo XIV se prohibieron los amuletos del pene, la vulva y las esculturas lascivas; el temor al Mal de Ojo de la poblacíon no cesó. Ni menos aminoró tras el edicto de Tours; de lo que simplemente se pasó a usar contra aquellos males otros amuletos, que quizás por ser más disimulados proliferaron aún más. Talismanes que pasaron a ser fundamentalmente colgantes con las formas de cuernecitos (sustituyendo a los falos); garras (que simbolizaban la higa-vulva) y la Higa (que fué el único que se mantuvo igual a como era en época romana) . Proliferando desde entonces otros amuletos, como aquellos con forma de burbuja que se denominaron bullas ("bollas" -boya-, o bolas), y que eran talismanes fundamentalmente para niños -sobre cuyo significado trataremos más adelante-. Siendo estos las clasicas "avellanas", "pelotas de metal", cascabeles o simplemente burbujas de plata, que igualmente servían para ahuyentar el Aojo y que se llevan por decenas en los colgantes de los trajes de las carereñas, salmantinas, zamoranas y leonesas.
BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS:
Al lado collar maragato del siglo XIX, publicado por Carlos Piñel en su libro: LA BELLEZA QUE PROTEGE (1). Observemos los amuletos contra el Mal de Ojo que penden, junto a las medallas religiosas. Bolas que se denominan vulgarmente "avellanas" -y que en este caso son de plata dorada en filigrana-. Talismanes que son las que hemos denominado "BOLLAS", puesto que descienden directamente de la "bulla" (burbuja) romana, de la que ya hablaremos. Aunque sobre aquellas Bullas latinas, diremos para que se comprenda su importancia (y nuestra afirmación sobre que anteceden a las "avellanas mágicas" -en plata y oro-), que era el primer amuleto que se colgaba al recien nacido; junto a un falo -que también se le hacía pender del cuello del bebé-. Siendo solo "obligado" que se le pusiera al neonato latino, un collarcito con una burbuja de metal (normalmente plata) que se consideraba, le protegía durante toda su infancia.
La costumbre era ancestral y hemos podido documentarla en el Egipto de hace cuatro mil años, donde también como conducta de "proteción" contra el Aojo era común que todo recién nacido, tenía que llevar un amuleto en forma de corazón (pudiendo ir desnudos los nilos, más nunca sin su amuleto al cuello). Por su parte, en Roma, aquella Bulla se convirtió en el símbolo social de la niñez, tanto que cuando se llegaba a la madurez, el adolescente se quitaba el colgante, del que ya no necesitaba sus poderes. Ello, hizo identificarse plenamente estas piezas redondas con el sexo; puesto que cuando el joven se desprendía de ellas era en la edad nubil, en la que comenzaba a tener sus primeros amores. De aquellas "bullas" romanas y egipcias, imprescindibles en el niño como amuletos de portección contra el Mal de Ojo; consideramos que proceden estas "avellanas" de la joyería mágica española -a las que hemos llamado "Bollas"-.
BAJO ESTE PÁRRAFO: Varios amuletos pertenecientes al Museo Etnográfico de Castilla y León, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen (2). Son todos ellos contra el Mal de Ojo, pero ya pertenecen a los que en su forma fálica (o de vulva) se ha disimulado. En el Primero -a nuestra izquierda arriba-, podemos ver lo que llamamos una "bolla" ("bulla" de plata), que se remata con un ágata; piedra que claramente simboliza el ojo. Aludiendo a la tan temida "pupila azul", que se representa en toda pulsera contra el aojo de tracición anatolia: Griegas, Turcas o Sirias. Ello, porque se dice que aquellos temían la mirada de los bárbaros (como llamaban a pueblos feroces que les invadían por el Norte -tales como el Escita o el Celta-). La tradición de la pulsera o el colgante con la pupila azul se extendió posteriormente por toda la zona de ámbito e influencia fenicia, donde igualmente tenían como deidad protectora del Aojo, estas bolas en blanco cristalinas y con el círculo en azul en su centro (existiendo aún este amuleto además de en Grecia y Turquía; en Siria y todo el Norte de África, hasta Marruecos).
El segundo de la imagen (arriba izquierda) es la Higa de coral, que imita al puño cerrado del que sale el dedo a modo de vulva (de la que ya hemos hablado en entradas anteriores -ver artículo que precede, en lo que se refiere al cuadro de la niña infanta María Ana de Austria-). Siguen a este, una colección de cuernecitos de los siglos XVII al XVIII, de cuyo funcionamiento y función como talismanes ya hablaremos; pero de los que diremos que sustituyen al falo (que sabemos se prohibe desde 1396, en su uso como amuleto protector). Más adelante, en la entrada de hoy, recogeremos algunas imágenes de los falos que pendían de todo niño o ciudadano romano para protegerles. Con la imagen de ellos, comprederemos que su relación es muy cercana a esos cuernecitos que los aldeanos, gentes de dinero y reyes, se colgaban hasta no hace mucho para evitar el hechizo del Ojo. Finalmente, entre los talismanes de la imagen, existe una curiosísima Higa, que pertenece al mundo sincrético, aunque personalmente hemos de decir que nos resulta bastante desagradable. Teniendo en su dedo medio un crucifijo, y asi uniendo la figura de Cristo a las virtudes mágicas de la Higa (como protectora).
En todo cuanto hemos ido explicando, nos surge la pregunta sobré el "por qué" y "cómo" pudieron tener tanta fuerza estas religiones y rituales del culto priápico, llegando a creer en el Mal de Ojo y en el falo y la vagina como sus protectores, practicamente la mayoría de las personas (incluso hasta épocas muy recientes). La respuesta viene muy pronto, si estudiamos el verdadero significado en Grecia y Roma de los dioses del falo y de la fertilidad. LLegando a la conclusión de que la veneración a aquellos que se representaban en formas sexuales, surge debido a que eran los que entregaban la felicidad. Ello, porque las deidades antiguas tenían dos tipologías: Una de carácter agrario; y otras, del tipo guerreo. Ello hacía que el comportamiento de los dioses se basara en dos conductas: Guerrear y matar; o bien fornicar (sembrar) y reproducirse. Naciendo de aqui el tan "trillado tema" de "Eros y Tánatos... . Lo que significaba que el panteón grecorromano se dividía fundamentalmente en dos clases de mitologías: Las que narraban cómo habían luchado sus dioses (venciendo, perdiendo o matado); frente a las que mostraban con quién y cómo habían copulado aquellas deidades y héroes (para generarse unos a otros). La consecuencia inmediata a lo que vamos explicando es que había fundamentalmente dos tipos de celebraciones o ritos religiosos -entre las muchas festividades, fiestas y reuniones sacras-: Los cultos masculinos; de guerra, enfrentamiento y muerte. Frente a los femeninos: De fertilidad, bondad, sexo, reproducción y placer. Pese a ello, ambos (Eros y Tánatos) se entremezclaban en sus creencias y el amor se unía a la lucha, tanto como la guerra o la muerte a lo romántico; haciendo nacer un panteón complejo en su diversidad y diversificación. Aunque muy sencillo en sus funciones y significados.
La última frase la hemos expresado en relación a lo que realmente eran los principios de la religión grecorromana: Unos agrarios (o campesinos) y otros sociales (o civiles). Existiendo diosas y dioses que habían de ser adorados por aquellos dos motivos: Unos por entregar o dar la fertilidad a las cosechas y a los animales, generando así las riquezas (del campo, de las que luego nacían los demás bienes). Otros, por habernos civilizado gracias al ejército, al gobierno y a su fuerza; aunando bajo un poder a pueblos, tierras y gentes, que trabajaban por una civilización y por unas ideas. En lo que se refiere a los primeros (de los cultos de fertilidad), en su gran mayoría eran de origen femenino; dado que la agricultura "como se sabe", es innata en la mujer (mientras que al parecer -y tristemente para nosotros-, la guerra y la agresividad, es atávica en los hombres). De ello y de su tipología femenil, nace la identificación entre agricultura, plantación, cultivo y recolección, con el embarazo y la gestación de la vida. Al igual que de un mismo origen procede el concepto de "semillar y preñar" al ganado, para luego aprovechar las crias (su cosecha). De tal manera, la pecunia que ya hemos visto es de donde procede el concepto del dinero, es de este origen: Del "pecus", animal en latín; pero cuyo significado monetario es el de "rebaño" (en la ganadería y explotación). Por lo que la pecunia -el dinero o las riquezas (que antes se medían en cabezas de animales)-, procedía de estos dos actos agropecuarios: La fecundación de las hembras y la siembra y recolección de los frutos (de la cosecha y del ganado).
Entendidas ambas cosas como muy cercanas: La preñez de la tierra y la de las vacas (o las ovejas). Se consideraba que las riquezas y el bien procedían de las mismas deidades, quienes entregaban la pecunia y los frutos. Con lo que esta pequeña explicación sobre el origen de los cultos agrarios y pecuarios, nos ha conducido a identificar los misterios (o religiones) de la siembra, con los ritos del sexo; para que las hembras fueran fecundadas. Hasta aquí ya comprendemos cómo la copulación y el embarazo, al igual que la germinación de lo plantado, eran tan fundamentales en la Antigüedad, como para adorarse. Tanto, que los cultos y celebraciones más importantes se solían realizar para que hubiera buena cosecha; tanto como para que el ganado creciera y se multiplicara prósperamente. De tal manera, debido a que la mitología es el modo poético de representar la realidad y la Historia, por medio de una alegoría personalizada en un héroe (o en un dios). La personificación de aquellos fenómenos que representaban la buena cosecha, la fertilidad del ganado y las riquezas de la tierra, se simbolizaban en seres, animales o dioses que lucían una gran vulva (o un gran pene). Este era el caso de Herma, quien dió origen a Hermes, el dios de las riquezas y del comercio heleno; tanto como de Perséfone o de Afrodita, diosas que gracias a su atractivo físico o su poder engrendrador, conseguían el milagro de la germinación o de la reproducción y el placer.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado portada de la segunda edición de la magnífica obra sobre sexo y religión en la Antigüedad escrita por la profesora inglesa Catherine Johns, del British Museum (
Sex or symbol: erotic images of Greece and Rome) . Este fué uno de los primeros tratados sobre religiones priápicas y de adoración al falo, tras la obra de Payne; mecenas y creador del Museo Británico, quien en el siglo XVIII escribió su famoso libro "EL CULTO A PRÍAPO". Tras Richard Payne, mucho se tardó en volver a estudiar en profundidad los interesantes ritos de fertilidad religiosos del Mundo Antiguo, que se conservaron hasta nuestro siglo XV y de los que aún quedan reminiscencias como el hechizo que venimos estudiando (llamado Mal de Ojo).
Quizás los complejos occidentales sobre el sexo han primado sobre lo que debiera ser investigación y se han apartado estos estudios de las religines priápicas, hacia un camino de lo cómico o lo casual; pensando que se trata de investigación "poco seria" y sobre el mundo privado de Grecia o Roma. Tanto es así, que teniendo una interesante portada en su primera edición el libro de Catherine Johns (Sex or symbol: erotic images of Greece and Rome); debió parecer a alguien obscena y por ello en la siguiente reimpresión, han puesto la presente carátula del vaso aúreo (que vemos y que nada expresa sobre el tema que trata). Puesto que en su edición príncipe, tenía la figura pintada de una cerámica griega, en la que una mujer sembraba la tierra, mientras le crecían grandes penes erectos... . Ello, pese a resultar muy ordinario y divertido, expresa realmente lo que eran las religiones agrarias; en las que se concibe el sexo de la mujer como la tierra, el pene del hombre, como el arado, y el semen cual la semilla (tal como indica su nombre). De tal manera, nos será bien fácil entender por qué un falo o una higa significaba prosperidad, felicidad, riqueza y bien (bienes, riquezas, prosperidad o felicidad que procedían de la fecundidad del campo, del ganado y de la población, para que crecieran las Sociedades).
BAJO ESTAS LINEAS: El llamado Mercurio Polifálico de Pompeya. Se trata de una escultura que repersenta al dios que da nombre al comercio (mercado) y que se personificaba en el metal con el que se trabajaba el oro: El Mercurio (imprescindible para dar pureza y limpiar los metales nobles -en especial el oro-, al que deshace y convierte en 24 kilates, solo por su contacto). Lleva por ello el dios una bolsa, que significa el dinero y luce sobre su cabeza penes erectos (como símbolo de la fertilidad y las riquezas). El antecesor griego de este dios del miércoles y del mercado, era Hermes; al que igualmente se le comenzó representando en origen por una piedra con un gran falo en su centro (llamadas Herma); pedestales que se colocaban en los campos para que hubiera grandes cosechas. Tras ello, paso a ser Hermes la deidad de las riquezas (agrarias) y con ello el dios del comercio (que se identificó luego en Roma con el Metal que trabajaba el patrón oro: Mercurio).
Por cuanto hemos expuesto, ya es nos fácil comprender como Hermes-Mercurio, el dios del comercio y de la riqueza, fue representado en Pompeya pleno de falos en la cabeza; cuyo símbolo no es otro más que el de la fecundidad y las riquezas. Penes erectos que por otro lado pueden recordarnos enormemente a los cuernos; ello debido a que igualmente el cuerno era tenido por imagen del dinero, ya que significaba la pecunia (el ganado, que se medía en cabezas y se contaba por cuernas). De lo que cultos como el del cuerno de la abundancia, que a veces tantos problemas plantéa en su explicación, también observamos que es fácil de entender. Máxime cuando el asta o el cuerno era el símbolo de la masculinidad y de la virilidad (por su parecido con las armas, pero sobre todo porque originariamente y hasta la expansión completa del Hierro -hacia el siglo VIII a.-, los campesinos solían labrar con una dura asta). Por lo que ese cuerno que se ponía en el extremo del arado es el verdero origen del de la abundancia, tanto como un símbolo muy cercano al del pene erecto, que traía la fecundidad (las riquezas y el bien, que combatía la mala suerte: El Aojo). De tal manera sabiendo que el arado era entendido como un pene, la semilla como el semén y la tierra como el útero materno. Entenderemos por qué un falo erecto, o una vagina, eran los atributos de la felicidad, la prosperidad y de la riqueza. Significando todo aquello lo contrario del mal: La esterilidad, la impotencia, l pobreza, la infelicidad, el mal, la pena... . Y por ende: El Aojo.
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al lado, pequeños penes colgantes en bronce; de apenas unos centímetros y del siglo II, que se fabricaban en Roma para evitar el Mal de Ojo en los niños (a los que se les colgaban estas "bonitas joyas") -propiedad del Museo Arqueológico de Córdoba al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Abajo, la misma versión del amuleto contra el Aojo, pero esta vez en tamaño grande y del siglo I (propiedad del Museo Arqueológico de Jaén, al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Como podemos observar en la foto bajo estas lineas, el talismán lleva en su centro un sexo masculino completo (en estado de "reposo"...). Mientras a la Derecha ya observamos el falo completamente erecto, que en forma de media luna se une con un brazo (a nuestra izquierda) que lleva la famosa Higa, como símbolo de la Vulva. Era este que abajo vemos, uno de los amuletos más normales en la Roma Antigua; tanto que podemos decir, colgaba en cualquier entrada de casa -alcoba o dormitorio-. Su finalidad era la de proteger y traer el bien, evitando el llamado "Fascinus" (hechizo por el ojo o la mirada del envidioso).
Y para aquellos que hayan quedado plenos de dudas sobre lo que arriba hemos explicado y expuesto les haremos una pregunta final de reflexión: ¿HAN PENSADO ALGUNOS DE UDES., PARA QUÉ SIRVEN LOS CALENDARIOS DE MUJERES DESNUDAS TAN OBSCENOS, QUE EN TANTOS LUGARES DE TRABAJO Y EN VEHÍCULOS DEDICADOS AL TRANSPORTE, SE LUCEN...?. ¿SERÁ PARA COMBATIR ESTE FASCINUS -O MAL DE OJO-?. No lo sabemos, más este hecho tan curioso es verdaderamente muy de destacar....
CITAS:
(1) LA BELLEZA QUE PROTEGE; Carlos Piñel. Zamora 1998 (Pag. 26).
(2) FOTO tomada de la página 208 del Libro ENSERES. Exposición del Museo Etnográfico de Castilla y León comisariada por Carlos Piñel y Joaquín Díaz. (Zamora, 2003)
Estimado sr. Ángel:
ResponderEliminarMi nombre es David Madrazo. Hace aproximadamente un año que estamos siguiendo sus publicaciones sobre el manuscrito de Mota del Marqués y sus leyendas. Me ha alegrado enormemente ver su nuevo blog dedicado a ello y me ha brindado nuevas esperanzas de poder contactar con usted más directamente, dado que el hilo de la asociación ya los habíamos dejado, rogando su contacto.
si le ruego me envía un email a redaccion@gaipo.es , le explicaré mis motivos hacia ello.
Le doy las gracias por su atención, esperando le llegue este mensaje.
Hola Ángel, enhorabuena y gracias por el blog, tiene entradas muy interesantes y "fascinantes" como este tema de los amuletos. Solo comentar que este ultimo amuleto con higa a izquierda y falo en la derecha pero en la parte central en mi modesta opinión sospecho desde hace tiempo que se trata de una rotunda vulva femenina símbolo de fecundidad,felicidad, prosperidad y de la riqueza, con un clítoris exagerado con una especie de priapismo feminil ... es una duda existencial que me corroe tiempo ha, despues de haber visto bastantes amuletos triples de este tipo.
ResponderEliminarun cordial saludo