domingo, 1 de abril de 2012

HATHOR: EL SONIDO DE LA MANO QUE PROTEGE (De "Lo invisible en la mitología"; Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XLVI).

Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Altarcillo Lar de un templete japonés, con la figura del dios sintoista del ojo que simula un corazón inverso (situado en Maebashi). Observemos que la representación de esta deidad que protege la vista no es la de un ojo -propiamente dicho- sino la del llamado "corazón ahigado". En nuestra entrada del pasado 13 de febrero explicábamos el origen de esta forma denominada "ahigado"; cuyo sentido era más bien la identificación de "ciertas" zonas del cuerpo humano con la fruta del higo (que se sabe se tiene como símbolo del sexo). Por tanto el diseño del clásico corazón de San Valentín no se parece tanto a la víscera humana como a otras partes más "eróticas" de la mujer (en especial "al final" de la espalda, o al pecho). En la mencionada entrada de LO INVISIBLE EN EL ARTE dedidada al 14 de febrero, entendíamos que el sentido sexual de aquel dibujo "en forma acorazanada" fue el que quizás identificó este símbolo con el amor. Aunque parece que aquel signo no solo se relaciona con lo erótico y la visión en el Mediteraneo, puesto que curiosamente en el sintoismo, la deidad que protege los ojos tiene esta representación. Una forma muy cercana a la que en Grecia se le dió a la semilla del "silfuim"; planta que desaparece en el siglo I d.C. y de la que se sabe era el afrodisiaco más importante de la Antigüedad. De tal manera, aquel "silfium" se usaba en todas las fiestas y en los himenos, con el fin de dar fortaleza y aumentar el deseo a los que asistían. Festividades en las que también se rogaba al dios de la vista (al falo del ojo) para no contraer enfermedades venéreas, que se sabía producían graves lesiones oculares. De ello, nos resulta "demasiado coincidente" que en Japón, tanto como en el Mediterraneo, para porteger la visión se adorase a una deidad tan relacionada con el sexo. Algo que -como hemos analizado y repetidamente explicado-, se explica porque en la antigüedad sabían que las enfermedades de esta transmisión, podían provocar la ceguera (tanto que hasta no hace mucho se identificaban los abusos sexuales con la pérdida de la vista).
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ABAJO: Amuleto con forma de hígado o víscera. Colgante en oro claramente usado como protector del Aojo y que se supone fenicio, aunque luce una estrella de David en su centro. Fechado en los siglos VII al V a.C., procede de Tharros (perteneciente al museo arqueológico de Calgiari, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En entradas anteriores ya hemos visto la relación de estos amuletos con el diseño de una víscera (que en nuestra opinión en este caso es un hígado), y que de seguro tenía un fin apotropáico. Como hemos explicado, el hígado se identificaba con la zona del cuerpo de donde manaba la sexualidad; una idea que hasta no hace mucho se mantuvo ya que palabras como líbido, "liver" o "leber" (que aluden al órgano generador y limpiador de la sangre) están relacionadas con el deseo y la lujuria. Voces que algunos consideran originadas desde el latín "líbero"; por ser el nombre que se daba a las costumbres relajadas en la Antigüedad (de donde nacerían palabras como libidinosis). Al margen de las etimologías, siguiendo en nuestros estudios lo que sí hemos descubierto es que este diseño que tanto se asemeja al del hígado también puede estar relacionado con formas muy cercanas a las del corazón ahigado (como a continuación vemos).


AL LADO: En nuestras investigaciones hemos podido encontrar que curiosamente el corazón ahigado es muy anterior a la fecha que se presume. Puesto que se dice, aparece por primera vez hacia el siglo VII a.C., como símbolo del Silfium y en zonas cercanas a Cyrene (colonia griega que exportaba esta planta afrodisiaca). Aunque podemos afirmar que el signo con el corazón en forma de higo, al menos nace en época del "Lineal A y B" cretense. Ello supone que este diseño a menos ya existía en el siglo XVIII a.C., siendo curiosamente una letra común y mantenida del silabario minoico. De tal manera, en la imagen -trazada por nuestra mano-, podemos leer como en el Lineal A y B este carácter del "corazón ahigado" tiene como valor fonético "TO", "TU" ; tanto como un igual signo en el pictográfico hitita (contemporáneo al minoico) tiene casi un igual significado: "ZO", "ZU". En nuestro opinión ambas formas se relacionan con uno más antiguo que sería el minoico pictográfico con valor "TA", cuyos orígenes se remontarían hasta el siglo XX a.C. y que curiosamente se representa con la forma de dos pechos de mujer (ver abajo).
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ABAJO: Signos del pictográfico cretense (cecanos al siglo XX a.C.) con el valor "TA" y que vemos tienen lineas muy cercanas a la del hígado y a la del corazón ahigado, aunque nacen de la simplificación de dos pechos femeninos. Dijimos que los que sucederían a esta "letra" que vemos abajo serían lo caracteres de "TO", "TU" (del Lineal A y B) y "ZO", "ZU" (en Hitita). No vamos a entrar en hipótesis sobre si este símbolo antiquísimo, es el que ha dado etimologia a todas las voces con significado similar -o relacionado- y que en nuestros dias se correspondería con palabras cercanas tales como: "Testa", o "teta". Pero lo que sí parece indiscutible es que este signo es el origen del que luego representan como un corazón ahigado en Creta y en Anatolia. Tanto como la otra forma que considerábamos la del hígado, se relaciona con aquella que observamos en esta sílaba minoica escrita en su tercer carácter y que vemos a la derecha en la imágen. Cuya manera de pintarla es exactamente igual al diseño que tiene el amuleto fenicio que arriba vemos. Talismanes de los que dijimos, se trataban de representaciones del hígado con finalidades de protección -sobre la salud, la sexualidad y la visión (ver dos entradas anteriores a la presente)-.


Habíamos terminado nuestra anterior entrada hablando del "patrocinio" que la diosa "Hathor" realizaba sobre los ciegos; aquellos que en su mayoría dedicaban en Egipto sus días a la profesión que esta diosa mas protegía: La música y la poesía. "Oficios" que en el Antiguo Nilo eran tan comunes e imprescindibles como lo pudiera ser hoy la hostelería y el transporte (rogando disculpas por la comparación). Puesto que no había reunión, funeral o celebración en el imperio de los faraones, en la que no estuvieran presentes los flautistas, arpistas, poetas, cantantes o las danzarinas. Y es que en este reino una de las formas que se tenía como medio seguro de comunicarse con los dioses eran las artes temporales; y entre aquellas, las del sonido que hacían acto de presencia en todo templo o festividad sacra (y profana).
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Esta, es una costumbre que se fue "disipando" en Occcidente, aún más cuando tras la conversión del Imperio Romano al Catolicismo, tan solo se permitió en las celebraciones el sonido de las músicas originarias del cristianismo; aquellas que no son otras más que las de la liturgia greco-judía. Debido a ello, únicamente se admitió en Misa la música coral de tipo judeo-cristiana, que era prácticamente igual en sus melodías y canto a las que en Anatolia y en Oriente Medio habían conformado los israelitas -desde más de un milenio atrás-. Algo que sucede porque la liturgia propiamente católica, desechaba la instrumentación en el templo, por considerarla muy judaizante y "poco ortodoxa" (nunca mejor dicho); prohibiendo expresamente el uso de todos aquellos instrumentos que utilizaban los israelitas en sus celebraciones (tales como las tubas, trompas, liras, panduras, crótalos y largo etcétera). Quedándose tan solo con las pocas canciones que pudieron mantener los huidos de Judá, tras la dispersión de Vespasiano y Tito. Tanto fue así, que tan solo se llega a admitir en la liturgia a comienzos de la Edad Media el órgano, como símbolo del poder romano sometido a la Iglesia. Debido a que este instrumento había sido el preferido por los emperadores y nobles latinos, que amenizaban sus fiestas y reuniones con conciertos de "arganum" (recuérdese el ejemplo de augustos como Nerón y otros amantes de este instrumento de válvulas y tubos, inventado en el Egipto Ptolémáico).
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Todo este "panorama" histórico que exponemos, llevó a que -al menos durante la Edad Media- la música instrumental permaneciera fuera de las iglesias y del ritual. Una carácterística tan propia del Catolicismo que cuando en el siglo XVI se separaron las Iglesias, los Reformistas (Protestantes) toman como bandera y estandarte la integración de orquestas y músicas ajenas al coro en la Misa -provocando ello el "Renacimiento" angloalemán, del cual surgen figuras tan fundamentales para la Historia como son Häendel o J.S.Bach-. Pero volviendo al tema que nos interesa, diremos que aquellos siglos en los que ni los instrumentos de viento, ni los de cuerda o percusión tuvieron parte en las celebraciones cristianas, provocó que los demonios (o malos espíritus) se tuvieran que ahuyentar del templo con sonidos muy "precarios". Nos referimos con ello al uso de la campanilla, el crótalo y el tambor (o percutores como las matracas y carracas), utilizados para "expulsar la presencia del demonio". Métodos disuasorios del maligno que contaba con miles de años de antigüedad y que de algún modo había sido sustituido desde el I milenio a.C. por tubas, trompetas, tambores y cuernos (o "shofars") -que ya en época romana eran el médio más común de ahuyentar al mal-. Pero, como decimos, tras prohibirse la entrada de instrumentos en el templo (con la conversión plena de Roma al catolicismo), en los oficios hubo de replantearse nuevas formas de espantar o ahuyentar al demonio, usando otros sonidos más simples y duros que el de la música.

AL LADO: Palillo -castañuela- hecho con marfíl de hipopótamo: Colmillo de este morador del Nilo, animal que se tenía como símbolo del demonio (procede de Abidos, y se fecha a mitad del Nuevo Reino. Pertenece al museo de El Cairo, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Como podemos observar, esta castañuela presenta talladas la Cabeza y la Mano de la diosa Hathor, que ya dijimos era la protectora de la danza y la música. En nuestra opinión es comprensible que los palillos y las baquetas de percusión se fabricaran en el Nilo con colmillos de hipopótamo, animal que se tenía dedicado a Seth (el demonio, identificado con Tifón por Plutarco y otros). Ello puede relacionase con el uso que se daba al hacerlos sonar, quizás intentando expulsar la presencia del maligno. Tanto es así, que Heródoto narra cómo en las procesiones egipcias, uno de los rasgos más característicos era el de que las mujeres y asistentes batieran las matracas y palillos, haciendo sonar miles de castañuelas; no solo para mostrar su alegría sinó para hacer huir a los demonios del lugar. En nuestra opinión, las matracas y carracas rituales del Cristianismo han tenido este origen y de algún modo un significado y un uso cercano. Tanto es así que sabemos se tocaron (y se hacen sonar) principlalmente en Viernes Santo, con el fin de espantar el mal de la Humanidad -tras haber muerto el Hijo de Dios-.
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ABAJO: Curioso amuleto en marfil, que en este caso tiene un sentido protector y era usado para los niños (Pertenece al Museo de El Cairo, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen; fechado en XII dinastía). Se relaciona seguro este talismán pon las baquetas de "Hathor", aunque parece tener más forma de falo y poder contener un mayor significado apotropaáico. Muy interesante son sus dibujos, entre los que encontramos el bactracio con un cuchillo en la mano. El análisis de figuras como esta y del mundo mitológico de Egipto nos lleva claramente a relacionar el totemismo con la mentalidad infantil y del hombre que depende de los animales. Tanto que añadimos para comprender lo que era la vida hace miles de años, que el gran éxito de Walt Disney precisamente reside en el conocimiento de que el niño (al igual como era el hombre antiguo) no distingue entre la realidad humana y la zoológica, englobando a todos en un mismo Mundo.
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Muy por el contrario, el adulto y en especial el que vive en las ciudades apartado de los animales, experimenta el hecho de sentirse superior y completamente ajeno a toda otra especie de la Naturaleza. Una sensación esta que no comparten aquellos cuya vida depende en gran parte de las bestias, del ganado o de la ayuda animal. Pensemos para comprender lo que decimos, cómo hubo de ser el "reino de la Naturaleza" durante el Neolítico o en la Edad del Bronce, tiempos en los que muchos dependían de vacas, ovejas, cerdos o gallinas (solo para su subsistencia). Al igual se ha de observar en estas sociedades totémicas, que incluso los militares y guerreros querían a sus perros o a sus caballos de lucha más que a los propios hombres; puesto que aquellos les acompañaban a batalla sin miedo ni duda, ayudando y dando generosamente la vida siempre fieles al amo. De cuanto exponemos, se deduce que para comprender religiones totémicas -como la egipcia-, hemos que plantearnos primero el uso y significado de cada animal adorado. Puesto que antes de juzgar si es comprensible o no la veneración de la serpiente, no podemos olvidar que quizás los labradores en la Antigüedad (siglos antes de que se hubiera domesticado el gato) conseguían comer y mantener sus silos protegidos gracias a las cobras y sierpes domésticas que en ellos habitaban -ofidios que echaban al grano para que lo guardara de roedores, normalmente tras quitarles el veneno o los colmillos-. Del mismo modo podremos entendender por qué desde que se domestica el gato, en Egipto se deja de adorar a la sierpe, mientras ese pequeño felino pasa a ser un animal sagrado (guardián de las cosechas). Tanto como muchos otros eran sagrados, por tener una utilidad en el desierto primordial; este es el caso del halcón (que representana a Horus, el hijo de Osiris), ya que no solo servía para cazar y hacerse con alimentos, sinó que también se usaba para capturar las palomas mensajeras "no deseadas" (único medio de comunicación militar y oficial existente en aquellos años).






Entre aquellos sonidos más primitivos de ahuyentar al mal se encuentra efectivamente la palmada; aunque esta no se ha conservado entre los ritos cristianos. De manera muy diferente, en Asia es muy común iniciar ceremonias con el choque de manos, algo que habla claramente de antigüedad de estas celebraciones y de que aquellos rituales son milenarios. Siendo normal ver -por ejemplo- en el sintoismo, como siempre se "espanta al mal" con un golpe de palmas que suelen abrir o cerrar cada rito. Aunque quizás esta forma tan "precaria" de sonido en el Mediterraneo y en Europa quedó sustituida por otras fórmulas más complejas de ahuyentar al mal, dejando el "palmeo" solo para celebraciones y fiestas. Pudiendo haberse dado el hecho de que aquella forma de música nacida de golpear las manos, terminó con un significado más unido a la fiesta y al baile; tanto, que hubo de terminar saliendo de los recintos sagrados. Algo que quizás se confirma con el hecho de que en todo el área de Asia Menor y del Mediterraneo, el baile y cante de "juerga" se suela acompañar fundamentalente con palmas. Palmoteos que entre nosotros son sinónimo de alegría y nunca de tristeza o rito; lo que pudo quitar el carácter religioso a este chocar de manos (que otras culturas aún conservan). La costumbre mencionada de cantar y bailar con palmas de forma muy alegre, es un hecho que fundamentalmente se produce el área de África, el Mediterráneo y en Oriente Medio; por lo que seguramente en otras zonas del Planeta la palmada quizás ha podido seguir conservando un significado místico, debido a que no se usó tanto para acompañar las celebraciones comunes y profanas.
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Evidentemente, los palillos o castañuelas de Hathor con forma de mano, son el sustitutivo o la prolongación de las "palmas" . De ello que se labraran o tallaran comunmente con esa figura; tanto si eran de marfil como de madera. De todo cuanto exponemos, nos hemos de plantear si aquella mano protectora de la diosa no tendrá su origen en el primer sonido ahuyentador del demonio, es decir: En la palmada. Puesto que si partimos de los rituales más antiguos, hemos de entender que todos ellos se iniciarían o cerraban con el golpear de manos, cuyo fin no es propiamente la veneración de un dios, sinó la expulsión del maligno (por medio de asustarle con el "claqueteo"). El origen de esta costumbre logicamente se remonta a los tiempos más remotos y a los instintos más precarios. Dado que el ser humano -desde la más lejana antigüedad-, al verse en una situación en la que teme lo desconocido, reacciona dando palmas o haciendo ruido. Algo que hemos vivido todos cuando sentimos que nos rodéan situaciones, animales o insectos extraños, y lo primero que hacemos es golpear la manos con golpes (o gritar) -hechos estos que corroborará cualquiera de cuantos nos lean, puesto que esa reacción es típicamente humana; ya que damos palmas fuertemente o gritos de advertecia, al sentirnos solos y amedrentados-. De tal manera es comprensible que la palmada se comprenda como un acto de ahuyentar el peligro; instinto que puede interpretarse como una acción de expulsar al maligno por los religiosos (y por quienes analizasen aquella reacción tan humana).
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Del hecho anteriormente descrito creemos que surge este rito religioso de golpear las manos como forma de espantar del mal, común a muchas culturas (sobre todo entre las asiáticas). Pese a que como decimos, apenas quedan vestigios de esta costumbre en los templos Occidentales o mediterraneos; algo que atribuimos a que las palmadas se asociaron ya desde tiempos muy antiguos en nuestars latitudes a la diversión, al baile y a las celebraciones -ajenas a lo sagrado-. De lo que el golpear las manos debió dejarse tan solo para las fiestas y la música de diversión; lo que ya en épocas egipcias vemos en los grabados y pinturas, donde los danzantes en "jolgorios" se acompañan de palmeros. Quizás de ello nació el hecho de que los palillos (castañuelas) de Hathor tengan esta forma de palmas, como sustitutivo de las manos y para poder ser usados como instrumento sacro, en vez de las manos. Puesto que es sabido que en las celebraciones de la diosa se hacía sonar principalmente el sistro (que dijimos era símbolo de esta deidad) al igual que esos palillos y que acutaban como ahuyentador de los males. De cuanto hasta ahora hemos expuesto, consideramos que el origen de aquella mano protectora que se representó en muchos de los talismanes a lo largo de toda la Hitoria (sobre todo en los apotropaicos); está en esa que dá la palmada para ahuyentar el mal. Algo tan sencillo y tan simple de comprender, que explicaría el origen de esos amuletos protectores -principalmente los usados contra el Mal de Ojo o el mal fario-). Talismanes que tendrían su razón de ser vinculada al golpear de manos para hacer huir algo no deseado.

AL LADO: Forma común de coger y tocar los palillos, que hasta la "invención" o difusión de las castañuelas comunes (en forma de castañas atadas por cuerdas), eran el medio más usado de "repiquetear". Su modo de tocar y sonido es prácticamente igual al de la castañuela, llegando a crear algunos matices muy diferentes y hasta más bellos a los que logran esas otras normales -las que van atadas y tienen forma cóncava-. Las baquetas de Hathor egipcias, que hemos ido viendo en imágenes anteriores, hubieron de tomarse y usarse de manera igual, tal como vemos fotografiados estos dos palillos antiguos (propiedad de la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, Valladolid; a la que agradecemos la demostración del toque con estas castañuelas y que nos permita divulgar su imagen).
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ABAJO: Es posible fabricar los "palillos" con cualquier objeto de forma alargada y que se ajuste a la mano. Incluso se pueden llegar a hacer sonar con tres baquetas a la vez, tal como vemos en la imágen. Foto en la que observamos unas "castañuelas" antiguas hechas con cantos rodados de rio (propiedad de la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, Valladolid; a la que agradecemos la demostración y que nos permita divulgar la imágen). No es extraño ver que aquellas piedras de rio se utililizaran para "repiquetear" haces siglos, habida cuenta de que por la tensión interior que tiene el canto rodado su sonido ha de ser muy cristalino. Algo muy similar debe suceder con el marfíl de hipopótamo, que no hemos podido experimentar acusticamente, pero cuya dureza debe ser muy semejante a la de una piedra de rio, provocando un ruido agudo y mucho más fuerte que el de dos simples maderas alargadas (por muy buena y tansa que fuera su rama o su tronco).




Tal como exponíamos, consideramos que el origen de aquellos talismanes con forma de mano se encuentra en la palmada ahuyentadora. Golpe que instintivamente el hombre produce cuando desea asustar o hacer huir algo que teme o alguien desconocido (temor que podemos interpretar como el mal). De lo que la Mano de Hathor protectora y apotripaica en verdad sería esta palma-castañuela; quizás como símbolo de lo que asusta al miedo. Significando en sí mismo la superación del temor y el maligno vencido; pero a la vez, la alegría como contraposición al mal -debido a que aquella que protegía con su palmada era la diosa de la música y la danza; que en definitiva, eran manifestaciones de la felicidad-. Algo que en nuestra cultura es fácil de comprender puesto que las castañuelas y la percusión, se asocian inmediatamente con la alegría. Una alegría que aún se expresa en muchos lugares del Sur de España vibrando los palillos, pero que también se da a entender con las palmas y con el repiqueteo de otros muchos intrumentos simples de percusion (entre los que destacan los crótalos y las campanas). Aunque previamente a entrar en este segundo tema, que hoy deseamos tratar por cuanto es comienzo de Semana Santa -tiempo en el que más se hacen aún sonar matracas, campanas y tambores (pese a que las matracas y las carracas prácticamente han quedado en desuso)-; deseamos dejar claro algunos conceptos sobre aquellas manos de Hathor usadas y esculpidas como baquetas musicales.
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En primer lugar el hecho común de que aquellas se fabricaran con colmillos de hipopótamo puede tener una razón cierta derivada de la tensión de este material (cuya dureza puede ser semejante a la de la piedra, produciendo un sonido cercano a la madera, pero mucho más brillante). Pese a ello, hay otro motivo por el que consideramos se hicieron de este marfil; un hecho que correspondería con su estructura y fabricación. Ya que cuantos hemos tenido colmillos de "hipo" en la mano, sabemos que estos son circulares, de unos tres a cuatro centímetros de diámetro (en el caso de animales adultos) y perfectamente curvos. Es decir, que conforman un tubo de marfil, similar a una vela de gran grosor, con una longitud de unos veinte centímetros, bastante curvada. Colmillo que si los partimos por la mitad, nos dará dos placas de marfil con las que ya tendríamos las castañuelas perfectamente construidas. No precisando el diente de hipopótamo más que ser cortado por su medio, para convertirse en los palillos (que luego labraron los egipcios con distintas figuras, entre las que destaca la cabeza de Hathor y la mano de esta diosa). Pero aún hay un hecho más curioso en referencia a este marfil y que pude comprobar de niño entre personas que conocían bien esta especie. Como lo era el de que los a hipopótamos viejos se les vacía progresivamente el interior del colmillo, hasta quedar aquellos casi huecos (por efecto de una osteoporosis). Debido a esto, el cortar dientes de este animal adulto por la mitad es muy fácil, tanto que es verdaderamente común en África partir en dos el cuerno de hipo y usarlo de adorno o para hacer música (en el modo de las mencionadas castañuelas y palillos que venimos estudiando, "intrumento" que se ha mantenido durante al menos cuatro milenios).
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Por su parte, que el hipopótamo fuera el animal consignado a Seth (el demonio) en Egipto, debía conferir un mayor poder ahuyentador del mal a estos colmillos. Ello, porque aquel marfil se vería siempre como un trofeo o un resto del maligno animal, que con toda certeza era uno de los más dañinos del Nilo -puesto que si el cocodrilo podía ser temido en las aguas, el hipopótamo lo sería igualmente en las cosechas; debiendo cuidarse bien los agricultores de Egipto de la aparición de estos depredadores en sus tierras-. Por todo cuanto explicamos, es muy de entender que aquellos palillos fabricados con marfil del animal de Seth, fueran tenidos por una "mano protectora" y en verdad ello pudo originar los múltiples talismanes en marfil y con forma de mano que posteriormente se usaron con fines apotropáicos -en Egipto o a lo largo de toda la Historia-.
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Finalemente añadiremos que se sabe (tal como muestran bajorrelieves y pinturas nilotas), como el primer uso que tuvieron las castañuelas, los palillos y la percusión, fue para ahuyentar animales no deseados de las tierras. Haciendo repicar placas, crótalos o tambores con el fin de echar de los campos y las cosechas a alimañas y aves que venían a comerlas. Por lo que muy común es la representación egipcia de cazadores persiguiendo pájaros o animales en el Nilo, mientras unos ojeadores les ayudan repiqueteando este tipo de palillos. Instrumentos con los que ciertamente puede hacerse un ruido ensordecedor y espantar a todo animal pertrechado en los campos (por muy peligroso que sea). De lo que consideramos que uno de los primeros usos que tuvieron estas placas o castañuelas hubo de ser el de ayudar a los cazadores a levantar las piezas, tanto como a los aricultores a espantar presencias no deseadas en sus tierras (algo que se interpreta claramente como ahuyentar el mal).

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Vitrinas del Museo Fundación Joaquín Díaz (a la que agradecemos nos permita divulgar la imágen), en la que se contienen varios palillos antiguos y algunos crótalos-sistros populares españoles. Al lado las diferentes versiones de este tipo de castañuelas donde arriba podemos ver los clásicos palillos y bajo estos unas tejoletas (que posiblemente se fabricaron de cerámica y en forma de tejas). Mas abajo y en la misma imágen, los cantos rodados que para un mismo uso se cogían en los ríos. Muy curiosa es la importancia de este instrumento hecho de dos o tres palos en todo el folk-loré español, donde se interpreta la música ayudado comunmente con aquellas castañuelas (que son en verdad las que marcan la síncopa y ritmo de las canciones). Cumpliendo un uso en las melodías populares españolas semejante a la batería en el "pop"; por lo que los palillos son indispensables en casi todo el cantar y las danzas de pueblo hispano. Aunque igualmente diremos que instrumentos de este tipo -junto a cornetas y tambores-, son los que también usaron desde tiempos inmemoriales los ojeadores en la cacería, para hacer huir al ave o la pieza de mayor. Todo lo que enlaza el sentido primigénio de los más antiguos instrumentos de música, que de seguro se crearon para ayudar al hombre en sus labores (entre las que como la más primitiva se halla la caza).
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ABAJO: Otra de las vitrinas de la Fundación Joaquín Díaz en Urueña, Valladolid (a la que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Se contienen en esta además de algunos palillos; a la derecha, un "sistro" popular que se denomina en Castilla "sonajas". Más adelante explicaremos la función y el sentido del sistro y la sonaja, que igualmente cumple un cometido relacionado con ahuyentar el mal. Aunque para terminar esta exposición sobre las castañuelas antiguas diremos que en casi todas las culturas se ha identificado el crótalo y aquellas, con la alegría y la danza. Tanto que es lo que en Andalucía dirían como un "quita-malages"; palabra que se relaciona plenamente con el maligno, ya que "el malage" no es otro que el ángel caido, el demonio, o el "mal Angel". Por cuanto nos será más que fácil entender cómo quitar el malage es lo mismo que hacer "juir" a Satán; habida cuenta que entre los pueblos antiguos la tristeza y la falta de alegría, se relacionan con el diablo.



Tal como decíamos, en estos días da comienzo la Semana Santa, periodo en el que más se hacen sonar los tambores, las trompetas y hasta las matracas y carracas. Algo que de algún modo hemos de relacionar con tradiciones del Mediterraneo arraigadas en la más lejana antigüedad. Evidentemente al hablar de ello, no nos referimos a la banda bien dirigida que acompaña al paso de nazarenos, con ritmo firme y macial -algo que nada tiene que ver con este sentido ahuyentador del mal del sonido que hoy tratamos-. Queriendo mencionar otros actos, ceremonias y costumbres religiosas españolas, tan antiguas como increiblemente llamativas. Entre ellas destacan las muy visitadas y aún celebradas tamborradas, como las exintentes en Hellín, en Calanda (tierra que vió nacer a artistas como Buñuel o Gaspar Sanz); o los tambores de Albarracín y Teruel -entre otros-. Ceremonias en la que un pueblo entero, cargado de devoción pasa horas golpeando los bombos y tambores, haciendo retumbar plazas y calles con su sonido durante las noches de Viernes Santo.
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Una curiosa costumbre que sin duda tiene como misión generar un éxtasis, centrado en el deseo de expulsar el mal de la Tierra. Un mal que se siente reina en el Mundo para los Cristianos durante los tres días que median entre la muerte de Jesùs y su resurección. Produciendo aquella situación de espera un temor, que desde los más remotos tiempos seguramente se combatía haciendo sonar con todas las fuerzas los tambores e instrumentos de percusión. Algo que hoy es solo patrimonio de algunos lugares de España en un vistoso ritual de tamborradas, que se complementa con otros como el "Merlú" de Zamora y cientos de manifestaciones de fervor en Semana Santa, que se expresan golpeando percusiones. Y que antaño era costumbre hacer tras la misa de Viernes Santo; cuando se apagaran todas las luces (no dejando vela encendida) para comenzar a producir un ruidoso estruendo provocado por diferentes instrumentos percusión. Lo más común era el uso de las matracas o carracas, que se golpeaban y hacían girar durante horas, hasta quedar agotado el que la tenía entre sus manos. Aunque también era lo común el uso de tambores y bombos, para expresar el duelo y el temor de aquella noche de Viernes Santo (en la que antiguamente en España no paraban de golpearse instrumentos que producían un tremendo estruendo), que cubría de dolor y duelo la oscuridad en la que quedaban las calles.

JUNTO Y BAJOS ESTAS LINEAS: Al lado, matracas y carracas de diferentes épocas. Vitrina de la Fundación Joaquín Díaz a la que agradecemos nos permita divulgar su imágen. Abajo, matraca del Museo Etnográfico de Castilla y Leon; una de la muchas que se usaron para golpear cada Viernes Santo durante las noches de fervor (foto tomada del catálogo libro, del Museo Etnográfico de Castilla y León al que agradecemos nos permita divulgar su imágen: ENSERES. Página 261)

















2 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo. Que otro nombre tienen las tablillas usadas en España ?

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  2. Gracias por sus palabras: Arriba pone los nombres que conozco de estas tablas de entrechoque: Tejoletas (si son de cerámica o piedra), castañuelas, palillos o tablillas.

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