sábado, 7 de mayo de 2011

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: ¿La Lujuria, o La Peste... En la catedral de Huesca? (III)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Representación del Juicio Final en la iglesia de Santa María la Real de Sangüesa. En primer término observamos a quienes están siendo juzgados y van desnudos en una actitud un tanto "vergonzante". Mientras, tras aquellos, hay una mujer (que hemos de suponer, ya condenada); quien es  devorada por una gran culebra. Este templo navarro está pleno de alusiones a la serpiente y muy relacionado con escenas donde se representan lo que parecen Pitias o Erinias (féminas con cuerpo de culebra; dado que una de las iconografías de la Erinia, es la de mujer con patas de perro y el resto de ofidio).


Dejábamos el estudio en la entrada anterior, presentando de nuevo (y al final), una foto ampliada y detallada de la famosa escultura bajo la que todos los oscenses han de pasar, al acceder a la Catedral (por su puerta principal). Imagen que se dice LA Lujuria, que preside la zona baja del tímpano y que se sitúa a los pies de la Virgen María y entre los escudos de la ciudad juanto a los del reino Aragón. El lugar y la importancia de la iconografía que le rodea nos hizo sospechar que podía tratarse de una repersentación con un diferente carácter, ya que La Lujuria, por muy "importante" Pecado Capital que sea, no creemos que tenga tal relevancia ni la categoría como para representarse entre los blasones de Aragón. Menos aún en el siglo XV, cuando se realizó esta parte de la fachada catedralicia; en tiempos en los que  el puritanismo decimonónico, felizmente, no había llegado áun a nuestras tierras. De cuanto narramos, creimos desde un principio, que una imagen de ese tipo (como La Lujuria) no debiera presidir el acceso a tan importante templo, ni menos era aquel un lugar apropiado para ponerla (entre dos escudos con las barras de Aragón y en el lugar por donde todas la novias y autoridades salen). A menos, que la cuidad de Huesca tuviera una historia lujuriosa o una leyenda que relacionara la urbe, con algún milagro o una narración sacra entorno a este "pecado de la carne" (hechos estos que no se encuentran en la Historia oscense).

JUNTO A ESTAS LINEAS: Representación de Erinia o de Pitia en Santa María la Real de Sangüesa. Como decimos, esta imagen nace de la "generación de los daimones", surgidos de la tierra. Pues se dice que las Erinas surgieron de la tierra al caer sobre ella la sangre de Uranos, cuando Cronos le corta los testículos a su padre. Pese a ello, esta mujer mitad serpiente (muy relacionada con la mal llamada sirena, de cola de pez); es la viva imagen de la diosa Delfine, que guardaba el templo de Apolo en Delfos. Siendo aquella Delfina, el icono de sus sacerdotisas (las pitias); que como su nombre indica, eran medio sierpes (pitones) y por ello, adivinas (pitonisas). Puesto que la culebra se tenía en Grecia como animal sagrado capaz de pronosticar el futuro. Para ello, eran alimentadas con dulces de leche y miel, en los serpentarios, ritos que ya dijimos, realizaban sacerdotisas desnudas. Lo que (como hemos visto) relaciona plenamente a los ofidios sagrados, con las mujeres enseñando los pechos y con la lactancia de bestias dada por mujeres. Por lo demás y sobre los poderes telúricos de las sierpes, es sabido hoy que son capaces de percibir o pronosticar un terremoto con varias horas de antelación (alterándose su conducta antes de que se produzca el cataclismo, al igual que le ocurre a los gatos, quienes lo intuyen solo varios minutos antes).




De tal manera, ya expusimos como "aquella mujer" que allí, en Huesca, está  -sobre todo el que accede al templo- tiene más visos de relacionarse con la diosas telúricas, o con las Mater Nutrex- "Demonias o deidades" de la mitología antoigua, que tienen un sentido común con la lactancia, el nacimiento, la nutrición, la agricultura y la fecundidad (significado que permanece en la iconografía del gótico y del románico). Estas diosas de la antigüedad, vimos que se representaban con cultos y ritos unidos a las cuevas, entre los que destacaban los de las "vírgenes serpentarias". Mujeres o sacerdotisas que adoraban a la culebra como daimón (dios telúrico) y como dueña de la tierra (o de la cueva); para quienes en la maldad y la inteligencia de la sierpe, se esconde el bien y el mal de la vida. De tal manera, existió una religión durante la Edad del Bronce, dirigida por las diosas madres y sacerdotisas de la maternidad, en la que el dueño de la cueva era el dios culebra, que guardaba y era el genio y señor del interior de la tierra. Un "inter-nos terrae" (infer-nos, o infierno bajo nosotros), de donde procedían las riquezas. Bienes regalados por el "infernos" en forma de las semilla que allí entierran y brotan, dando la espiga y la cosecha. O una riqueza, nacida de los metales, que guarda y vomita la tierra   -preciosos como el oro y la plata; o útiles, como el bronce y el hierro-.



Y aquella que nos nutre y regala esos bienes y esas riquezas se consideraba por los antiguos como la "diosa madre nodriza", o Dea Nutrix, quien desde el interior de la tierra nos amamanta y nos lo regala todo: Comenzando por las aguas, que nacen de la Matrix (el manantial) y siguiendo por los vegetales que cultivamos. Al igual que era "dadora" y generadora de las riquezas de minas y de los yacimientos (en piedras, minerales, o metales). De ello, se pensaba, que aquellos cuantos morían, eran enviados a este inter-nos; donde, como la semilla plantada, germina. Así aquellos fallecidos, volvían a renacer al ser allí enterrados (renacimiento o resurección agraria, que parecía indiscutible -al menos desde el punto de vista de la Naturaleza cíclica y de su comportamiento-).



BAJO ESTAS LINEAS: Figura de una "mal llamada" Sirena, en la iglesia románica de Vecelay en Borgoña. Realmente, estas representaciones, debieran denominarse Nereidas o más bién una Pitia o una Delfine, pues tienen el cuerpo de pez y no de ave (las Sirenas, son medio mujeres y mitad pájaros, cuyo atractivo residía en atraer con sus cantos a los marineros). Estas Delfinas, representaban -entre otras cosas- la virginidad no sagrada y la maternidad virgen agraria; por lo que habría que relacionarlas con Kora y con Demeter. Por lo demás, su carencia de sexo, al ser su cuerpo medio de pez, las hace relacionarse con lo que en alquimia llaman "piedra de toque, o ácido sulfúrico". Siendo en la Baja Edad Media, el símbolo de la piedra o el ácido para descubrir la pureza del oro (como pura es la consideración de su virginidad).

Las adoraciones a esta Dea Nutrix, como dijimos, se llevaban a cabo en la forma de cultos telúricos entre cuyos símbolos y totems más detacados estuvo la espiral, la culebra y la mujer que amamanta y pare. Esta segunda  -la nodriza que asiste al parto-, fué representada por una diosa de carácter femenino y durísimo, llamada en Roma Lucina y en Grecia  = Eileidyua. En referencia a ella, hemos de matizar que su denominación significa Diosa de Eilei (Eilei diosa) y se relaciona plenamente con Eleuisis, procediendo su nombre del verbo heleno  , cuyo significado es el de "cerrar, contraerse, revolverse, apretar". Actos que nos recuerdan al parto en el que la madre se contrae, se revuelve, aprieta, e intenta abrir su interior, para dar la vida; pero también a los movimientos de la sierpe. Porque este hecho del alumbramiento, curiosamente se identificaba en la antigüedad con la serpiente; no solo porque aquella se parece al pene; sinó también porque los ofidios, para nutrirse, abren sus fauces y su cuerpo como una vagina, tragando a la víctima en forma de vaina; engulléndola de manera elástica, tras lo que regurgitan sus restos. Imagen que se asociaba a la de la madre pariendo, de lo que la patrona de las perturientas fué esta Lucina, que se representaba junto a culebras.

Y es que aunque el alumbramiento hoy sea un hecho cargado de felicidad y de bondad, hace miles de años era muy distinto. Porque una gran mayoría de las mujeres morían en el parto (así como los neonatos). Al igual, la carencia de drogas o medios de asistencia, hacían del nacimiento un suceso más trágico que feliz, y mas terrible que bello. Por lo que no es de extrañar que la diosa de los alumbramientos fuera una deidad telúrica y terrible, relacionada con la sierpe, debido a que la venida al Mundo en una gran mayoría de los casos suponía la muerte para la madre, o para el niño (cuando no lo era para ambos). De todo aquello, y del horrible dolor que sufría la parturienta, su deidad era un protector más cercano al mal que al bien; entendido como un daimón de ayuda, nacido de la tierra (la culebra, cuya facilidad para abrir sus fauces y tragar era admirada por toda madre que tuviera que dar a luz y conseguir que el nilño saliera de su interior). Por lo que la vagina femenil, se identificaba con el cuerpo del ofidio, pero también con esa cueva donde aquel daimón (sierpe) vivía. Así, como esa misma culebra era la personificación del propio neonato, que en el interior de la mujer sobrevivía e intentaba salir, provocando los espasmos (retorcimientos, contracciones, apreturas etc. En griego:
.

Habiendo entendido estos conceptos, podremos comprender como la Dea Nutrix (madre terrenal que nos nutre) se relacionaba tanto con el mal, pese a ser la nodriza que nos proporciona la vida. Así como sus misterios nacerían de los agrarios, encomendados a la diosa terrible Demeter, en el templo de Eleusis. Misterios que se llevaban a cabo en esa ciudad (sita junto a Atenas) por medio una profunda y dura iniciación de los asistentes, valiéndose de las drogas. De tal manera, los últimos estudios han determinado que el medio para oficiar en estas ceremonias del daimón Demeter en Eleusis, era valerse del "cornezuelo de centeno" (o de hongos fermentados), que actuaban de manera alucinógena a quienes se los suministraban. Así los paticipantes a la ceremonia de El Camino de Eleusis, donde se explicaban los secretos y los misterios agrarios, se les daban unas dosis de este cornezuelo, para que sufrieran alteraciones psíquicas, tuvierar visiones o se sintieran en el mismo Averno, cuando eran bajados a la cueva de la diosa Demeter (allí donde Kora, la madre virgen, aparecía con el hijo nacido bajo la tierra, quien era niño y culebra...).

Estos y otros "misterios", que se sucedían entre orgias, borracheras y bebidas combinadas con extracto de mandrágora (o con cornezuelo y setas alucinógenas), eran los que se enseñaban en Grecia y Roma en las ceremonias de inicianción telúricas (de la madre tierra). Siendo los mismos que de manera mas brutal, burda o básica, se mantuvieron en lo que luego se llamaron religiones paganas (en la Edad Media). De tal manera, tras la caida de Roma, en el pueblo y sobre todo en las zonas del campo o de montaña (pagos), quedó el recuerdo de estos rituales que para muchos eran de gran diversión y celebracion. Tanto que en parte, varias de las costumbres y de las fiestas de nuestras tierras (como el Carnaval), tienen su origen en los misterios que relatamos (de las iniciaciones agrarias, o pastoriles, en Grecia y Roma). En cuyas celebraciones más importantes siempre estaban los ritos de fertilidad, que se representaban con "ceremonias" de una sexualidad desatada y obscena. Siendo las "oficiantes" de tales fiestas paganas del sexo, las representantes de Venus y sus "sucedáneas", que incitaban a la orgia de lo que se denominaron ritos de "luparias" (prostitutas); pues en ellos, a veces, se llegaba a la licantropía (dando muerte durante la orgía a un ser humano, para devorarlo).

Por su parte, las participantes y sacerdotisas, de quedar encintas, entregaban a sus padres o a sus familias los hijos (o bien los vendían si eran esclavas) para convertirse en Nodrizas. Así, mientras el niño suyo se alimentaba con leche de cabra, la madre podía pasar a ocupar el puesto de ama en el hogar de un rico. Criando a un bebé que luego la trataría como de la familia, o como su segunda madre. Ya que sin duda lo era (su Mater Nutrix), quien a imagen y semajenza de la misma Loba del Capitolio, amamantaba al hijo ajeno -de ello, que a las prostitutas y nodrizas se les llamara "luparias"-. Así, por cuanto exponemos podemos entender que los ritos de amamantar y su iconografía son bien complejos y siempre muy relacionados con las deidades de la tierra y los daimones (con los infiernos de Demeter). De ello, que exista comunmente una unión, entre las mujeres de pechos descubiertos (como Dea Nutrix) y las serpinetes. Nodrizas que a veces dan de mamar de sus senos a ofidios, pero muchas otras a seres horrorosos (ranas,o sapos) o a sus padres y hasta a los dioses. Inversamente, los hijos abandonados por ellas, a veces mandados al sacrificio por su padre, son en ocasiones rescatados milagrosamente y criados por lobas, ciervas, osas y etc. Un ejemplo de estos bebés-dioses que sobreviven a estas circuntancias fueron: Rómulo y Remo (en el Lacio); Habis en Hispania (amamantado por la cierva). Y, hasta Moisés entre los judíos, quien igualmente es rescatado de las aguas del Nilo y criado por la hija del Faraón.

AL LADO DE ESTE PÁRRAFO: Imagen de La Envidia, conforme describe "Moralia Horatiana en 1635). Tomamos el grabado del libro de Jose Luis Morales, artículo "Envidia" del "Diccionario de Iconología y simbología", editado en Madrid en 1984 y que fué la primera publicación de mitología en la que colaboré. En esta imagen podemos observar claramente que la representación de la anciana andrajosa al lado de un perro, con cabellos que parecen sierpes y senos secos, es mucho más cercana en iconología a la de escultura de la Catedral de Huesca que estudiamos. Siendo una anciana siempre símbolo de males y maledicencias (no de placeres ni obscenidades) La Envidia, La Injuria o La Maledicencia, son figuras mucho mas cercanas en representación y expresión a esta escultura que hay en el tímpano de la catedral que otras con las que se identifica (como La Lujuria o El Adulterio). Pero, para su análisis, lo mejor es estudiar detalladamente la mujer que hay en el templo de Huesca.


BAJO  ESTAS LINEAS: Detalle de la cabeza de esta matrona que amamanta unas bestias en la Catedral de Huesca. Vemos, que tiene la cara deformada o vendada, incluso manchada de sangre, mientras se encuentra mirando de lado (como si escondiera su rostro a los que hay bajo ella y van entrando en el templo). Sus pelos son horribles y su aspecto deja ver que la piel parece que tuviera lepra o bubones (obsérvense los brazos, con algo que parecen trozos de piel caida, al igual que su cara vendada y deforme).







Sigamos con la diosa que habíamos mencionado: Lucina (la Ilitia en Grecia), patrona de los partos, cuyos santuarios se encontraban bajo tierra, o en cuevas, donde se adoraba comunmente a la serpiente. Pues es esta realmente la que origina toda la iconografía de la que hablamos, con madres amamantando raras bestias. Pero a la vez, de ella nace aquella Dea Nutrix, que se representa mitad fémina y mitad pez  -o sierpe-. Una diosa antiquísima, tanto que ya existe en el Minoico Medio con un nombre cercano al de Eleuysis (o Ilitia), llamándose a principios del II milenio a.C. en Creta: "E-re-y-ti-ja" (palabra que aparece escrita  en signos tipo Lineal B, al menos sobre el 1800 a.C.). Siendo aquella, la misma que vimos adorada como diosa de las culebras, y que en la entrada anterior recogíamos en dos fotos de estatuaria minoica, fechadas en igual época (con casi cuatro mil años de antigüedad).

El templo de esta deidad (Ereytiya), se encontraba en las cercanías de la capital cretense (Cnossos) en una cueva donde se dijo que nació, o vivió también, el Zeus Daimón. Siendo este uno del los Zeus más antiguos recordados por la mitología helena, del que se consideraba que en su infancia habitó en Creta, escondido en una caverna y con forma de sierpe. Igualmente, en esta cueva habría nacido  el primer "Dionisos", también de la familía daimón (con cuerpo de culebra) y por ello se veneraba aquella gruta donde los dioses vivieron, con el nombre de esa deidad protectora de los partos (Ereytiya en Cnossos, Ilitia en Grecia y Lucina en Roma). Habiendo de considerarse que el origen y el nombre de las Erinias (monstruos mitológicos, mitad mujer, mitad sierpe, y con garras de perro), estaría en esta diosa de los partos. Pues como ya hemos explicado, esas Erinias, eran genios del infierno, aunque bondadosos, pese a que se temía su cólera y sus ataques.

Siendo aquellas, una de las figuras más antiguas en el panteón heleno; pues nacidas de la sangre de Uranos (como ya dijimos), no obedecen a los dioses y hasta el mismo Zeus las teme y por lo que el dios, cumple su voluntad y no se enfrenta a las Erinias. Eran las protectoras del orden social y tenían derecho a castigar a quien lo mereciera; concibiéndose como las que hacen justicia en los Infiernos. Así aparecen en la mitología griega atormentando a los muertos y luego en las iconografías del gótico y el románico, como torturadoras de almas. De tal manera, es como las vemos en la iconografía medieval, del modo en que las presenta Virgilio, atormentando las ánimas con sus serpientes y sus látigos (
Virgilio: Églogas X, 18).

Para terminar lo que se refiere a esta diosa antiquísima cretense, que en Roma se le hizo madre de Cupido; diremos, que (curiosamente) una de las tres Hespérides es precisamente Eritia (Eurytia), mujer de casi igual nombre. Siendo a su vez la denominación de Eriteia (Euruteyia) como llamaban a la isla que estaba frente a Tartessos, en la desembocadura del Guadalquir. Situando algunos textos clásicos la capital de Tartessos en la isla de Eiryteia, que muchos traducen por "la isla rojiza" (por ser la del poniente o del atardecer). Siendo a nuestro juicio esta diosa de las sierpes (Ereytiya de Creta) la que daría nombre a la isla y a la Hespéride. Voz que heredaría  "la princesa tartessia" denominada igualmente: Eriteya. Considerando que ambas han de ser el recuerdo de una misma deidad y nacidas de una igual civilización (la de Cnossos), que adoraba a las culebras. Dejando en ello una evidencia de que el culto a los ofidios estaba establecido e importado, en el sur hispano (igualmente al del toro), traido por cretenses en tiempos del minoico.

AL LADO: Igualmente, detalle de los pechos de la mujer de la catedral de Huesca. Se observa que se trata de senos de vieja, muy secos y deformados, que para nada se corresponden con los atributos de la lujuria (siempre representada como una jóven de pecho turgente). Por lo demás, sus pezones son mordidos por dos animales que parecen ratas o bien Furias - es decir extrañas Erinias: mitad sierpes, mitad perros-.



CONCLUSONES A LA ICONOGRAFIA:

En base a lo que hemos estudiado, hemos visto que la escultura del tímpano de la catedral de Huesca, no representa a ninguna mujer lasciva, joven, ni menos a una obscena fémina desnuda. Sinó que su imagen es exactamente la de una mujer, de aspecto horrible y vestido andrajoso; con pies descalzos, traje con arapos, pechos secos y descubiertos, que muerden unas ratas (o Furias). Su piel parece dañada y con lepra o marcas, a la vez que su rostro está vendado y vuelto, teniendo manchas y un pelo tan asqueroso, que más bien parece el de un viejo, que el de una vieja. Con ello, de ser un pecado capital nunca sería el de La Lujuria, y tedríamos que orientarnos hacia la iconografía de la Avaricia, la Envidia, la Injuria o la Meledicencia (por ejemplo).

De tal manera ya hemos visto como se representa la Envidia, que Césare Ripa expresa textualmente como "Mujer delgada, vieja y fea, de lívido color. Ha de tener desnudo el pecho izquierdo, mordiéndole una sierpe allí donde se le enrosca. A su lado figurará una Hidra, sobre la que también apoya una mano" (T. I; pag. 341). Otra imagen es la de "Mujer vieja y mal vestida, con el traje de color de herrumbre. Ha de llevarse una mano a la boca, como hacen las desocupadas (...) aparecerá torciendo la vista y mirando de lado, poniéndose a su lado un delgado perro (...) animal envidiosísimo" (T. I; pag. 343). En estas descripciones de La Iconología de Ripa, podemos ver que es mucho mas cercana la descripción y los atributos de la dama de la catedral de Huesca a una alegoría de La Envidia.

Otra imagen cerana es la de la Calamidad y Miseria, que se describe por Ripa como: "Mujer enjuta y plagada de lepra, con algunos escasísimos harapos que le cubren las vergüenzas. A su lado, unos perrillos le lamerán las llagas, mientras la dama pone la mano pidiedo limosna" (T. I; pag. 158). Siendo igualmente muy parecida la iconografía de La Peste, que define el autor así: "Mujer vestida de color castaño oscuro que ha de tener un rostro horrible y mortecino, con frente vendada y brazos y piernas desnudos.  Su túnica ha de pintase abierta por los flancos (...) Además ha de vérsele los pechos sucísimos (...) colocándose a sus pies la figura de un lobo" (en una segunda iconografía habla de que ha de representarse con rostro espantoso y piel con humores y enferma) (T.II; pag. 205 y ss).

Por cuanto recogemos, consideramos que la mujer de la catedral de Huesca, se trata de una representación de La Calamidad y La miseria, tanto como de La Peste (iconografias que se relacionan, pues es evidente que La Peste es una gran calamidad). En todo ello, la aparición de lo que parecen ratas mordiendo los pechos expresa aún más el hecho de que se trata de la figura de La Peste Negra. Pues como varios diccionarios iconológicos explican, la rata es el símbolo de esta enfermedad (tal como recogen entre otros: Morales y Marín, obra citada, pag. 288; Krappe, "Le Genése des mythes", Paris 1952; pag 25). Habiendo sido la rata negra el animal que expandió La Peste, de igual nombre, parece cierto que esta escultura se trate de una alegoria de aquella terrible epidemia que asoló la Europa del siglo XIV.


CONCLUSIONES A LA IMAGEN DE LA ENTRADA DE LA CATEDRAL:

Como decimos, fué la llamada "rattus rattus" llegada desde la India (probablemente en barco), la que asoló Europa desde 1348, año en el que comienza La Peste en Italia. En esta misma fecha, llega a Aragón esta enfermedad que quizás vino al Mediterraneo por que los árabes en estos años, cerraron la Ruta de las Especias y los europeos se dispusieron a navegar directamente hasta Asia (esta es al menos nuestra teoría). Así, en barcos directamente llegados desde la India o el sur del copntinente asiático, vendría esta rata negra, que al tocar tierra en Italia y en las zonas de Europa, la asoló al infectarlas de Peste. Un hecho que se agravó por la falta de higinene en las ciudades de la Baja Edad Media, tanto como porque al ser nueva la epidemia, los europeos carecían de inmunidad alguna, muriendo en masa y llegando a perderse en algunas grandes urbes hasta dos tercios de su población (como en las del Norte de Italia).

En Aragón (tan unida a Nápoles) llegó la epidemia el mismo año y a Castilla meses después, con una virulencia que mató y desertizó zonas enteras, a la vez que llegó a tener entre sus víctimas a grandes nobles y hasta a los reyes (como Alfonso XI, de Castilla quien muere de Peste en 1350). La enfermedad se manifestaba en horas (apenas en dos días) y se contagiaba por aquella rata que para colmo habitaba y buscaba el techado (pues no gusta de vivir en campo libre, la rattus rattus). Aparecían en horas, bubones y pupas de un olor pestilente, con fiebres y llagas por todo el cuerpo, siendo la única solución que el cuerpo superase por sí mismo la enfermedad (con lo que el individuo que la pasaba se hacía inmune al horrible mal). Las únicas que no la sufrían -a mas de la rata que la trasmitía- eran las ovejas, a las que llamaban "las hermanas de la Peste"; aunque también la transmitían en sus lanas o en su contacto, ya que la epidemia era terriblemente contagiosa.

Por cuanto decimos, creemos que lo que muerde el pecho de la vieja de la caedral de Huesca son dos ratas negras (de la peste) de las que ya en 1350 se decía que eran las transmisoras del mal -tal como aparece en algunos tratados sobre esta enfermedad-. Otra hipótesis es que aquellas bestias que chupan los senos de la mujer decrépita, fueran "dos hermanas de la peste" o dos pequeños corderos representados como animales malignos (cuya apariencia y similitud también es posible). Pese a lo que más bien parecen ratas y nunca culebras (en todo caso Furias, que quizás deseen replejar el azote de La Peste). Por lo demás, le vestimenta y descripción cuadra perfectamente con la de esta Calamidad, teniendo el rostro deformado, el pelo horrible y la frente vendada; estando cargada de pupas y con unos pechos secos, viejos y descubiertos entre harapos.

De todo ello, creemos que la alegoría es la de LA PESTE, que debió ser además el motivo por el cual se pararon las obras de esta catedral, a mitad del siglo XIV. De tal forma y como esa enfermedad asoló las ciudades de Aragón, principalmente en  los años: 1348, 1362, 1371, 1381 y 1396. Parece normal, que pasada ya la epidemia y un año mas tarde (precisamente en 1397) se comenzaran de nuevo las obras de cosntrucción del mencionado templo, que habían sido abandonadas durante decenios. Así se sabe que en 1398 y tras poner una curiosísima "segunda primera" piedra de la catedral, volvieron a comenzar las obras, que duraron mas de cien años. En este tiempo y poco después se realizo la fachada de la que hablamos (hacia 1420), en la que sí comprendemos que se situara en su centro la efigie de La Peste a los pies de la Virgen, como mal vencido. Dado que en el primer cuarto de este siglo XV se había logrado superar por fin aquella terrible apidemia que asoló Europa.

Siendo seguramente la iconografía del tímpano de entrada la de:

LA PESTE VENCIDA POR LA VIRGEN MARÍA Y EL NIÑO. Junto a ellos, los tres Reyes Magos ( posiblemente a imagen de los monarcas de la época: Aragón, Castilla y de Navarra -de ello que se situén los escidos de la ciuudad y del reino bajo estos-). Del otro lado de la Virgen (a la derecha), Jesús junto a Maria Magdalena, en la famosa escena Nolli me tángere, que significa: NO ME TOQUES. Ello quizás en relación igualmente a La Peste, pues los enfermos de este mal no debían ser tocados, a menos de correr el grave riesgo de contagiarse.

EN LA FOTO DE ABAJO: El tímpano completo, con su iconografía ya interpretada, como la Victoria de la Virgen y la ciudad de Huesca, sobre La Peste.
-Desde el pasado terremoto de Japón, guardaremos en cada entrada de nuestro blog, un recuerdo a los damnificados de este trágico suceso; solicitando ayuda para ellos. Hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF. Del mismo modo, recuerden que una de las mejores maneras de ayudar a Japón, es consumir sus productos (en especial su maquinaria y tecnología, que es inmejorable).  Muchas gracias a quienes así lo hagan.

viernes, 6 de mayo de 2011

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFIA: "La Lujuria", en la catedral de Huesca (II)

(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Catedral de Huesca en su parte frontal; fachada que da a la plaza. Podemos observar en ella el tímpano de la entrada principal, donde se encuentra la escultura que estamos analizando. Como observamos, bajo ese icono tiene que pasar todo aquel que desee acceder a la catedral, desde su puerta primera. Pues aquella, se encuentra "presidiendo" el acceso al templo, estando situada justo debajo de la Virgen con Niño (como zapata o ménsula de esta, a los pies de María).
Terminábamos la parte primera de este estudio con las imágenes de un capitel de la iglesia de Lastra deTeza en Burgos, donde veíamos una mujer sobre la que se enroscaban dos grandes serpientes (esta imagen, del final de la ultima entrada, la repetimos a continuación). Encima de los mencionados ofidios, observábamos  -a la izquierda- un pájaro; que claramente era un Ibis (o una grulla); junto a lo que parecía una quimera: Un ave con cabeza de caballo, situada a la derecha. Evidentemente, pudiéramos pensar que se trata simplemente de una representación de "la mujer malvada" o de "la adúltera"  -tal como nos dicen-, rodeada por dos seres fantásticos . Pero antes de simplificar así la solución de la imagen, en el capitel de Teza, hemos de considerar y tener muy en cuenta que en esta época del románico, los monjes y los sacerdotes eran personas de una gran cultura. Máxime si nos referimos a la cultura iconográfica y mitológica, dado que en los claustros y "scriptoriums", realizaban a diario los clerigos las copias de libros y textos; en su gran mayoría religiosos - cristianos, o grecorromanos- donde se recogían toda la mitología y leyendas antiguas.








JUNTO A ESTAS LINEAS: REPRESENTACION CONSIDERADA "LA LUJURIA", EN LA IGLESIA BURGALESA DE TEZA


De ello, si reflexionamos sobre lo que figura en aquella escena de Lastra de Teza, donde una mujer es rodeada por serpientes que le maman los pechos; atendiendo a los autores clásicos, podemos llegar a conclusiones muy interesantes. Evidentemente, la fémina de la que hablamos, va tocada a modo medieval -con la cabeza cubierta-; pero el resto de la imagen del capitel concuerda con otras iconografías que se refieren a deidades y monstruos descritos en la Grecia antigua: Iliada (V, 714; VIII, 349; XI, 36) y en la  Odisea (XI, 623), en la Teogonía de Hesiodo (274 y ss), en Pindaro (Pit. XII y XIII) o en Apolonio de Rodas (Arg.1515) o por Diodoro Sículo (III, 54 y 55). De tal modo,, si pensamos que aquellos ofidios que rodean a la mujer son parte de ella misma y de su historia, podemos llegar a la conclusión cierta de que se trata de una representación "metamorfoseada" de La Gorgona (Medusa). Que curiosamente cubre la cabeza con moda del Medioevo, por lo que las serpientes salen de sus pechos (y no de los cabellos, como comunmente se dice).



La confirmación de que este capitel contiene una representación de la Gorgona se halla en el hecho de que sobre aquella se encuentra un caballo alado, que sin duda es Pegaso -al menos a nuestro juicio-. Y así, sabiendo que Pegaso nace cuando Perseo corta la cabeza de Medusa 
(Hesiodo Teog. 276; Estrabón VIII, 6, 21; Pausanias II, 2,5; Ovidio Met. IV, 784) ; podemos entender a qué se refiere la iconografía de esta piedra de Teza, que estudiamos. Máxime si sabemos que la Gorgona, tal como dice Diodoro Sículo (III, 54-55) era una reina del extremo Occidente que vivía en las inmediaciones del Océano. Tal identificación entre Medusa y las reinas de las zonas occidentales, cercanas al "fin del Mundo", fué admitida por la mitología clásica y de ello se consideró que aquella monstruosa deidad simbolizaba las zonas de nuestras tierras atlánticas; gobernadas entonces por mujeres y donde el acceso se hacía casi imposible en embarcaciones griegas (que naufragaban en el Océano, debido a la diferenia de oleaje con el Mediterraneo).



Esas, nuestras tierras occidentales, donde el Sol se ponía; se suponía a su vez, que era el lugar donde el Mundo acababa y donde comenzaba el infierno. Pues en un Mundo plano, que terminaba cerca de nuestras costas, las aguas del mar allí caían del "plato terrestre" (en el Oeste final), hacia el Averno; donde se juntaban con las aguas del cielo -con la lluvia-. De tal manera, al llegar los primeros griegos a nuestras tierras -sobre todo a las atlánticas-, vieron que en ellas reinaban mujeres (vivían en ginecocracia los iberos, tal como recogen los textos). Con lo que consideraron que allende "conmenzaba el infierno", existían unos monstruos, que gobernaban aquellas tierras del Occidente extremo; que vigilaban con sus terribles sortilegios femeninos. Lugres a los que dieron una fama de tener unos peligros terribles y ser dominados por mujeres sierpes. Mitos e historias que extendieron los helenos, con el fin principal de que no visitasen nuestras ricas costas otros comerciantes.



Aquellas reinas iberas, fueron identificadas con las Grayas y las Gorgonas (muy relacionadas entre ellas); que se consideraban las vigilantes y dominadoras del Atlántico.  Por lo que además, a ello se une le circunstancia, de que posiblemente en Iberia hubo adoradoras de la serpiente (como sucedía entre las civilizaciones de agricultores). Por lo que se consideró y se dijo, que esas reinas eran demonios con formas de culebras. El hecho que hace suponer que en nuestra tierra se adoró a la sierpe está en que uno de los nombres que se daba al Norte de la Península fué el de Ophiussa -lugar de culebras-. Por lo que de todo aquello (de las reinas y de los ofidios), se crearía esta leyenda-mito de las Gorgonas y de las Grayas, entre las que destacaba Medusa: La monarca occidental, con pelambrera de sierpes y mirada mortal.



Como decimoe, no debemos de olvidar nunca cuando mencionamos este mito de las Grayas y las Gorgonas, a las reinas ibéricas que conocieron y mencionan los griegos. Pero si vamos a hablar del Románico es obligado también recorcionar a Lupa Luparia, la que gobernaba la zona del Corcubión y Compostela, en la epoca en que llegó por mar el cuerpo del apóstol (para ser allí enterrado). De tal manera, el mismo relato de Santiago nos enseña que cuando arriba la barca que había traido el cadaver decapitado del Santo (desde las costas de Israel hasta las de La Coruña, por efecto de la corriente). En aquellas tierras aún paganas de la Galicia romana, gobernaba la reina Lupa Luparia; lo que muestra y demuestra (a nuestro entender) que en este lugar existía un culto o templo de Venus-Astarté. Diosa reina fenicia, extendida por toda la Península, en cuyos "sacros recintos" se practicaba la prostitución sagrada; de lo que aquella diosa llamada por los romanos "del Lupanar" (de la prostitución), simbolizaria esta reina Lupa que gobernaba el Corcubion a la llegada del cadaver del Santo. Deidad nacida de Astarté-Venus-Loba y que en mucho se asimilaba también con la misma que había amamantado a los fundadores de Roma (Rómulo y Remo). Quienes habían sido arrojados al Tiber y criados por la loba Capitolina.



Pero no nos adelantemos tanto a las conclusiones que podemos obtener de estas figuras de "las adúlteras" o de las representaciones que denominan: "La Lujuria". Pues para comprenderlas habremos de explicar paso a paso sus orígenes e interpretaciones. De tal manera, la que veíamos en el capitel de Burgos, en Teza, afirmamos y creemos que al margen de representar "el pecado carnal"; se puede denominar claramente como La Gorgona (Medusa). Tanto que dijimos como a su lado tiene a Pegaso, el caballo alado que nace igualmente en las tierras occidentales y atlánticas. Un mito que de seguro procede por saberse en la Antigüedad, que los equinos más veloces del Mediterraneo eran los del sur de Portugal
(para su comprensión, consultar mi obra "Higo, higa, higado y aojo" en El Cuerpo en La Tradición. Fundación Joaquín Diaz, 2007; donde explico que el mito de las yeguas fecundadas por el viento en El Algarve, que recogen varios autores clásicos, se relaciona con Pegaso, el caballo alado nacido de Medusa, la reina de Occidente) .Por lo demás, sobre la otra serpiente que rodea a esta mujer (monstruo del capitel de Teza), vemos una grulla. Algo que plenamente concuerda con la iconografía de la Muerte de Medusa. Ya que Las Grayas -las grullas, en griego- igualmente vivían en el extremo occidente y eran otras "reinas" terribles, que vigilaban el paso de los estrechos (posiblemente su mito, se refiere al de Gibraltar y sus dificultades para cruzarlo). Estas Grayas, estaban emparentadas con las Gorgonas y gracias a ellas, Perseo consigue conocer el camino para llegar hasta Medusa, a quien mata el héroe heleno, siguiendo los consejos de aquellas viejas monstruosas denominadas grullas ( otras monarcas del Oeste).



Así es sabido que para dar muerte a La Gorgona, cuyos ojos convertían en piedra a todo aquel que la mirase. Ideó Perseo poner frente a aquella un escudo, para que actuara de espejo y que con aquel reflejo, Medusa se petrificase a sí misma. Tras aquello, cortó la cabeza a la reina horrible, cuyos cabellos eran serpientes; momento en que el mito dice que nace Pegaso. Pero para comprender que la escena a la que nos referimos es exactamente esta que describe el capitel, observemos no solo a Pegaso con la Graya (grulla) y la diosa llena de sierpes. Sino, que además, con detenimiento, también veremos como Medusa a quien rodean las sierpes, lleva en el centro del cuerpo  un espejo-escudo, que sujeta y que de seguro es aquel con con cuyo reflejo quedó convertida en piedra... ¿En capitel?... 


Podemos hasta incluso preguntarnos si es ese el simbolismo de esta piedra tallada de Teza. Pues la riqueza iconográfica que contiene esta imagen que hemos descrito, es solo comparable con su significado histórico y mitológico. Todo ello, de seguro, porque la cultura de los monjes y sacerdotes en el románico era enorme; fundamentalmente en lo que se refería a mitos, mitología, religión e iconología (grecolatina y cristiana). Por otro lado; lo que parece claramente un espejo y que sujeta la dama en su vientre. Se relaciona con un "omphallos" (ombligo) y con la imagen del embarazo y el parto. Con la de las Pitias que guardaban el "pomphallos" y con el comienzo de Pegaso, nacido de la muerte de la madre, rodeada de sierpes.



Por cuanto decimos, aquella mujer que en principio nos pudo parecer una simple representación de la lujuria (la amamantadora de bestias), al menos en el capitel de la iglesia de Teza -en Burgos-, tiene una simbología y significado profundísimo y mucho más amplio que una simple "dama adúltera". Simbolismo sobre el que incluso, nos podríamos plantear de dónde procedería el recuerdo que aqui guardan. Al igual que sus ritos, o los de estas reinas y deidades tan monstruosas que a los griegos tanto amedrentaban y que situaban en zonas cercanas a nuestras tierras (Las Grayas, Las Gorgonas, Caribdis y Escyla etc). Unos ritos y unas serpientes que se conservaron en los principales mitos griegos y que al referirse a Occidente, por lo que es normal que los clérigos las representasen en las iglesias hispanas.



Aunque muy interesante sería también, intentar saber si en verdad hubo algún tiempo en el que reinas o sacerdotisas, fueron veneradas como diosas de las serpientes (sobre todo en nuestras tierras). Pues ello puede explicar el origen del mito y el temor de los helenos por aquellas religiones antiguas (u occidentales) que veneraban a las culebras y que pudieron encontrar al llegar a la Peninsula, como restos ancestrales de cultos antiquísimos. Para comprenderlo mejor brevemente estudiaremos lo que se llamaron en Creta Minóica, las señoras de las sierpes o las diosas de la culebra (por algunos confundidas con Britomartis). Pues en ellas puede haber una imagen relacionada sobre los cultos y ritos que permanecieron en Iberia y que luego encontrasen los griegos al llegar a nuestras tierras.



JUNTO A ESTAS LINEAS: Estatuilla minoica anterior al 1600 a.C., que es efigie de la famosa diosa o sacerdotisa de las serpientes, cretense. Veamos como el parecido con la representación de la lujuria de la que hablamos es mucho; tanto como el significado puede tener similitudes en su sentido sexual, relativo al ofidio. Estas estatuillas pertenecen a una época en la que las deidades aún eran daimones, o dioses que luego se llamaron demonios (nacidos en cuevas y con forma de culebra). Se trata de la Edad del Bronce, época en la que la serpiente era aún de gran utilidad para guardar los silos y el grano. Pese a ello, vemos como el gorro de esta sacerdotisa-diosa ya contiene en su parte alta un gato. Ello hace alusión clara a la aparición del gato doméstico que sustituiría en sus funciones como guardían de los roedores, a la culebra (tan adorada y cuidada, hasta que se domestica el felino).




BAJO A ESTAS LINEAS: Otra deidad de las llamadas diosa de las sierpes. Igualmente y como la de arriba, del Museo de Herakleion, fechable en época anterior al 1600 a.C.. Observemos que de manera exacta a las mujeres mordidas o amamantando ofidios, que representa el románico, van estas de Creta con el pecho descubierto. Ello porque existe una conocida unión entre lactancia y  la culebra de la que más tarde hablamos; debido a que a las sierpes les atrae sobremanera la leche (tanto que antiguamente, el medio más fácil para atraparlas era poniendo un cacillo  -para envenenarlas o para amaestrarlas con esa leche que se les daba-). Los orígenes de Iberia se relacionan culturalmente muchísimo con Creta, por lo que no es de extrañar que al igual que el toro fué totem de la isla del Egeo y de nuestras tierras, la culebra lo hubiese sido también aquí, durante la Edad del Bronce y a los comienzos del Hierro.

Una vez vistas estas figuritas que tanto se nos parecen a las que hemos presentado en los capiteles, parece que podemos entender de donde procede este icono que llaman "La Lujuria". Por lo que deseamos exponer -a grandes rasgos-, como era esta religión que aquellas mujeres cretenses profesaban y que tanto horror (seguramente) les producía a muchos de los griegos, ya en época clásica.  Pues es casi seguro que en Iberia existieran cultos muy parecidos, que quizás se mantuvieron hasta bien entrada La Edad Media (y de ello, posiblemente, que se recojan con tal profusión en los capiteles románicos y góticos escenas como estas). Para comprender lo que significaba esta religión de la culebra, quizás baste con leer lo que recoge R.W. Hutchinson sobre ese tema, en La Creta Prehistórica (Fondo de Cultura Económica. Mexico 1978. Cap. VIII; La religión minoica)  al escribir: "La serpiente doméstica que se alimentaba y reverenciaba como el genio doméstico o el angel guardian del hogar ", aunque es un rito que no se ha acabado en Grecia. Pues los campesinos aún liban leche, o ponen un cacito en las esquinas de la casa para aquella a la que llaman "nicocires"(señora) o "zópacas" (genio del hogar). El motivo de este cuidado hacia tan aberrante "mascota" nace del miedo a los ratones que en verdad transmiten malas enfermedades (no una simple picadura). Tanto como al terrible poder destructivo para el cereal, las semillas y las cosechas, que tienen los roedores. De tal manera, una civilización basada en el trigo (como fueron muchas de la antigüedad), parece lógico que se sirviera de sierpes relativamente venenosas para defender sus casas y cosechas (como la culebra bastarda -común- ibérica, cuya mordedura apenas produce más que malestar y fiebres).


De todo ello, parece lógico que se desarrollara una religión en la Edad del Bronce que adorase a los ofidios -sobre todo cuando el gato no estaba aún domesticado-. De hecho y consecuentemente con ello, en Egipto la sierpe era sagrada hasta que aparece el felino de casa, época en las que la diosa Mehent (la gran serpiente protectora) se sustituye por Mafdet, deidad con cabeza de gato que mata a los ratones -y a las culebras-. Pese a ello, la cobra siguió siendo adorada en Egipto siempre, pues parece que esta especie ofidia es bastante fácil de domesticar, conoce al amo y era usada para proteger templos o tesoros (a mas tumbas y de recintos sagrados). Consecuentemente, hubo una religión en la que aquellos dioses sierpes eran los dueños y señores del templo; ritos que llegaron en parte a la Grecia clásica en la forma del culto a la serpiente Pitón. Estando entre sus oficiantes las pitias (o pitonisas) y a la adivina Delfine (la culebra delfín, del templo de Apolo de Delfos). Aunque en época tardía y clásica, aquella Delfine se sustituyó por la forma de una mujer con medio cuerpo de delfín pez y no por la originaria, que era mitad culebra y mitad persona.


Consecuentemente, vemos como estos ritos de los que procede el Oráculo de Delfos, vienen directamente de aquellos anteriores cultos de Creta; nacidos en las épocas en las que estas diosas-sacerdotisas (que vemos arriba, con culebras), reinaban en el mundo religioso. Sobre ello, Joseph Campbell en Las Máscaras de Dios (Mit. Occidental; Cap. I "La desposada de la serpiente"; parte 2 "Zeus Meilichios") habla del templo de Apolo en Epiro con las siguientes palabras, recogiendo una cita de Elio (autor del siglo III d.C.):


Es un "bosquecillo dedicado al dios, con un cercado redondo en cuyo interior hay serpientes, seguramente que se interpretan como jugetes de la deidad (Apolo). Solo se les puede acercar la sacerdotisa virgen, quien desnuda lleva la comida hasta las sierpes. Las gentes de Epiro dicen que estas culebras  descienden directamente de la Pitón de Delfos. Y de ello, si cuando la sacerdotisa se acerca, las serpientes se muestran apacibles y comen venebolamente lo que les lleva, se dice que ello significa que habrá un año de abundancia y sin enfermedades. Pero si se asusta y no comen los dulces de miel que les regalan, ello augura lo contrario".


En las frases anteriores, comprendemos claramente lo que era el oráculo serpentario, tan comun en Grecia y tan arraigado y tan normal, que en casi todas las ciudades importantes había una pitia y templos de este tipo. Aunque eran recintos dedicados a los más antiguos dioses, llamados daimones y situados en los bosques, donde se realizaba el rito de regalar dulces de leche con miel a la culebra, exvotos llevados hasta la sierpa, para que se los entragase una sacerdotisa virgen (como las que vemos en las estatuillas). En el análisis de Joseph Campbell, aquellas deidades correspondían a dioses de la Noche de los Tiempos (la Prehistoria) y algunos de sus terribles ritos se conservaban. Esos horribles ritos consistían en inmolar seres vivos, que normalmente eran cerditos; anque se sabe que en otras ocasiones lo fueron, humanos....


Sobre estos rituales y lo que en esos templos sucediera, no nos puede caber la menor duda de que la adoración al ofidio podía tener consecuencias nefastas para las sacerdotisas que lo llevaban a cabo. De aquí, seguramente, el prestigio y el reinado de estas damas de las culebras en Creta y Grecia (donde eran las "amas de los oráculos" -las pitias, con nombre de serpientes-). Algo que quizás ocurría de manera parecida con el toro, del que vemos en los frescos minoicos como era igualmente reverenciado y toreado por sacedotisas (a "la landesa", con recortes y saltos). No dejando lugar a dudas de que aquellos ritos tendrían terribles consecuencias comunmente para las mujeres que los hacían, muriendo muchas de las oficiantes ante el dios toro, o ante las diosas sierpes.


Aunque aquello nos pueda parecer imposible que haya sucedido, máxime con un carácter sagrado y menos que se haya representado en los templos (como la dama con serpientes o los hombres con toros). Aún en nuestras tierras se ofician ceremonias muy relacionadas con una sacralización similar de uno de estos totems minoicos (y griegos). Ritos procedentes de reiligiones ancestrales y que increiblemente han pervivido hasta nuestros dias. Los referidos a la religión de las sierpes, han desaparecido y ello, seguramente por la sustitución del gato por culebra en la guardia de las cosechas y los silos. Pese a elló, en la época de Pausanias aún proliferaban los cultos al ofidio y este autor recoge en su "Descripción de Grecia" (20, 1-3) un santuario de las culebras, de origen cretense, situado en la Hélade. Narrando como visitó en la ciudad de Ilitia este templo-cueva, que estaba dedicado al "salvador de la urbe", donde las sierpes eran alimentadas por sacerdotisas vírgenes con agua cebada y miel. El mito que daba origen al santuario, narraba como una anciana, al ver que la ciudad estaba siendo atacada por enemigos, mientras llevaba a su nieto en brazos, lo dejó en el suelo por un momento. El niño se convirtió en ese momento en una gran culebra, defendiendo la ciudad y salvándola del asedio. Desde ese día se habia venerado allí a una gran serpiente, que se guardaba junto a la estatua de Perséfone y a la de Lucina (las diosas de la Tierra = Perséfone de los infiernos;  y la de los partos, que ayudaba a dar a luz = Lucina). Siendo ambas, Lucina y Perséfone las compañeras comunes de estos "daimones" o dioses culebras.


Sobre estos hechos nos podríamos extender muchísimo, partiendo ya de mitos como el de Erecteo y la fundación de Atenas. Debido a que este primer rey de la ciudad (Erecteo), que se conoce como el hombre que trajo el cereal hasta Grecia. Era hijo de Cecrops (en otros mitos padre) rey de Atica quien nació mitad hombre y mitad serpiente. De ellos (Cecrops y Erecteo) que se narran multiples historias relacionadas con su calidad de seres semi-serpentinos, habiendo sido conservados en cestas como culebras, al parirlos así sus madres (con cuerpo de víboras). De igual manera, el primer Zeus, el más antiguo, nacido en Creta era igualmente de la misma índole (mitad hombre mitad serpiente); tanto como el más antiguo mito de Dionisos,  le hace también originario de la isla de Minos, e igualmente venido al mundo con forma de culebra. Ello procede de la época en la que los dioses eran Daimones (tal como Campbell expresa) y curiosamente estas sierpes se alimentaban principalmente de leche y miel (lo que explica que las nodrizas de Zeus fueran Melisa y Amaltea -la cabra y la abeja-).

Una vez expuesta la importancia de esas diosas o sacerdotisas de las sierpes, regresamos de nuevo al Románico y sus representaciones. Pues tal como dice Maria Angeles Curros
("El Lenguaje de las Imágenes", Madrid 1991; pag. 83-87 y ss) , "El arte románico y su relación con religiones universales telúricas: Si queremos comprender las formas religiosas del románico no cabe la menor duda que tendremos que verlas en relación con otras religiones ancestrales". Para seguir exponiendo sobre las imágenes del románico en su capítulo "Religiones telúrico mistéricas: La Madre Tierra aparece con diversas adoraciones: Demeter, Isis, Cibeles etc. Su encarnación originaria fue la serpiente y más tarde la del dios que muere y renace". Expresando que estas Madres de la Naturaleza se contienen en casi todas las representaciones femeninas de la Antigüedad y en especial se expresan como matronas que amamantan. Siendo entre todas, la mas conocida, la del Ara Pacis; que está presidida por un ama que amamanta a dos niños.   

Continúa esta autora (Ma. Angeles Curros) exponiendo que "la matrona" en la estatuaria románica a veces amamanta sierpes, escena que ella interpreta como claro símbolo peyorativo, que deriva hacia el significado de "la lujuria" (como pecado terrible de la carne). Pese a que, cuando la misma matrona lleva niños, significa "la caridad" y cuando porta otros animales o personas chupando de sus senos, tiene muy distinto significado. Terminando la exposición con una aclaración en la que esta autora opina que la Virgen nada tiene en común con esta Madre Tierra, diciendo: "En Maria, no hay nada que ver con la diosa Tierra, ni con sus personificaciones evolucionadas". Así afirma que muy por el contrario, es esta la que lleva la sierpe a sus pies, que pisa, tal como El Antiguo Testamento enseña, dictando que entre ella y la culebra, habrá siempre odio: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo. Te pisará la cabeza, mientras tú acecharás su talón" (Génesis 3,13-16).

 
Pero regresemos a la figura que estábamos analizando, rifiréndonos a la que preside la entrada de la Catedral de Huesca. Así veremos de nuevo, la mencionada "dama mosntruosa" que llaman La Lujuria y que precisamente se sitúa bajo los pies de la Virgen y el Niño en la portada.

AL LADO: de este párrafo, observamos la portada de entrada al templo, en cuyo centro está precisamente aquella imagen tan extraña.




BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo otra foto de la escultura que preside la entrada de la Catedral de Huesca. Esta vez, tenemos una imagen aumentada, en la que observamos que no parecen ciertamente serpientes aquello que chupa los senos de la mujer. Dama decrépita, que figura con los pechos muy secos, medio andrajosa y con el rostro deformado (sin cara). Todo ello nos servirá para analizar con detenimiento el significado y simbología de esta curiosísima entrada a un templo tan importante como el de Huesca.

 



-Desde el pasado terremoto de Japón, dedicaremos  en cada entrada de nuestro blog un recuerdo a los damnificados por este trágico suceso; solicitando ayuda para ellos. Hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF (para enviar  dinero, objetos y hasta alimentos).  Del mismo modo, recuerden que una de las mejores maneras de ayudar a Japón, es consumir sus productos (en especial su maquinaria y tecnología, que es inmejorable). Muchas gracias a quienes así lo hagan.-

jueves, 5 de mayo de 2011

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: La Lujuria, en la Catedral de Huesca (I)


(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Tímpano de entrada a la Catedral de Huesca, presidido en su centro, por una Virgen María con Niño, sostenida sobre una zapata con una figura que se denomina -o entiende- como representación de "La lujuria". La escena se interpreta como el "castigo a la lujuria", al considerarse que María pisa aquella alegoría de lo obsceno. Podemos observar en las fotos, bajo La Virgen y en la ménsula debajo de sus pies, la mencionada escultura con una mujer desnuda, cuyos pechos están mordidos por dos animales (que comunmente se identifican con culebras, a las que sujeta y amamanta a modo de nodriza). Dicha representación se suele considerar en iconografía románica y gótica de  "la adúltera" o  "la lujuriosa".

Pese a ello, creemos que su origen y simbolismo es más profundo; ya que tal como los expertos opinan, las figuraciones e iconografías del Románico -que hereda el Gótico-, nacen de religiones ancestrales y antiquísimas. Ello, porque durante esta etapa del final de la Alta Edad Media, la Iglesia hubo de catequizar a un pueblo absolutamente paganizado, arraigado a costumbres y usos populares, anteriores al Cristianismo. Debido a que el Románico se desarrolla en plena época de Reconquista o de dominio árabe, por lo que su arquitectura y lugares sacros se elevaron en su mayor parte en zonas muy alejadas del las urbes (en pleno campo). Siendo la aldeas del norte de España y fundamentalmente sus montañas, donde se extiende y difunde este estilo. De ello, que sus iglesias se vieran en la necesidad de aceptar y asimilar  las costumbres de gentes paganas (del pago = campo) y representar en sus fachadas y en sus interiores, no solo las figuras bíblicas o religiosas, sinó también esculturas relativas a supersticiones, costumbres y creencias populares. Después, el Gótico, recogería esta imaginería "ancestral" o pagana, entre las que muchas de sus figuras son representaciones de seres mitológicos y de alegorías fantásticas,solo nacidas del pueblo.





BAJO ESTE PÁRRAFO: Detalle de la mujer amamantando bestias, que se identifican comunmente con serpientes, teniéndose así por la figura de La Lujuria. Pese a ello, si aumentamos las fotos veremos que dichos animales que cuelgan de los pechos de esta rara "matrona" parecen mas bien perrillos. Pues tienen dientes y patas. Desde este punto comenzamos nuestros análisis, iniciándolo centrado en la iconografia y las posibles repersentaciones de esta escultura, que se considera una mujer mordida por culebras en sus senos.


Muy importante, al comenzar nuestro estudio sería ver representaciones con significados iconográficos similares a la que nos interesa. Por ello, empezaremos por exponer brevemente lo que nos dice sobre figuras cercanas a ello Cesare Ripa, en su "Iconología" (Ed. Akal Madrid 2002). En este tratado, La Lujuria se describe como una mujer con pelos largos y rizados, casi desnuda y muy hermosa, que lleva en su mano una perdiz y se sienta sobre un cocodrilo; habida cuenta de que como describe Ripa, el cocodrilo es animal de un apetito carnal y sexual terrible (Tomo II, p.33). Una página después, en el mismo libro, veremos que en todo caso se puede representar La Lujuria de manera similar y sobre un carnero, pero que realmente en nada se parece a la imagen que arriba se contiene (la dama mordida por culebras).

Por su parte, El Adulterio, se simboliza como un goven regordete, ricamente vestido que con la mano derecha sujeta una serpiente y una murena, ambas entrelazadas; en su mano izquierda tendrá una alianza de oro partida (Tomo I, p.69). Por lo anterior, en lo único que se puede asemejar la iconografía clásica del adulterio a esta que hemos visto arriba, es en las dos culebras. Ello siempre que supusiéramos que en la imagen que hay bajo La Virgen en la fachada de la catedral de Huesca, amamanta a dos serpientes (pues tienen dientes y patas... ¿?). Todo ello, nos lleva a intentar buscar nuevas interpretaciones a la ménsula que estudiamos, para lo que sería de gran importancia tener en cuenta varios aspectos que Cesare Ripa en su obra ya citada, menciona.

En primer lugar, veremos otras figuras que también se sirven de serpientes o culebras, como símbolo de inteligencia (o hasta, de bondad), y que coinciden más con la iconografía definida en la mencionada estatua de la fachada. Entre las que se puede destacar la representación de La Concordia Militar; que es una mujer armada, quien sujeta entre sus manos varias serpientes. Siendo los reptiles la imagen de la sabiduría unida a la inteligencia y la fuerza de la milicia, que la dama controla (Tomo I, p.210). Por su parte, La Eternidad, también se representa como una mujer con ropa de matrona, quien con su mano derecha sujeta una gran culebra que se enrosca en sí misma, llegando a introducirse la cola, en la propia boca del reptil. Esta sierpe que se muerde "el rabo", es el símbolo de lo eterno, por cuanto significa el principio y el fin unidos (Tomo I, p.329).

Para observar la complejidad que puede suponer el análisis de lo que estudiamos, si consideramos que son culebras aquello que muerde los senos de la horrible dama en la fachada, seguiremos exponiendo que de ser La Herejía, se representaría como una vieja desnuda con los pechos caidos y con culebras en las manos; portando un libro en una de ellas, de donde han de nacer las sierpes (Tomo I, p. 464). Viendo facilmente que esta última imagen descrita, se acerca posiblemente mucho más a lo que parece representado en la Catedral de Huesca. Aunque incluso pudiera ser La Ingratitud, que se simboliza como una mujer vestida en tonos de herrumbre y que lleva una sierpe sobre su seno, a la que acaricia; tanto como una segunda representación de la misma, es la de una fémina revestida de plantas que sujeta dos culebras con sus manos; una de ella macho que mete su cabeza en la otra, que simboliza la hembra (Tomo I, p.525).

No deseándonos extender demasiado en iconografías similares a la que tratamos, simplemente diremos que la "Lamentación de los Bienes Ajenos", es una mujer vestida de negro, cuyo pecho izquierdo es mordido por una serpiente (II, 12). La Medicina, es una anciana con un bastón (caduceo) del que sale una culebra y lleva un gallo en otra mano (II, 48). La Prudencia, es una mujer que sujeta con una mano la cabeza de un muerto y con otra la de una serpiente (II, 237). La Salud, una fémina con una culebra en una mano y con un gallo en la otra (II, 291); y por último, La Sustancia, una matrona con los pechos llenos de leche, con los que alimenta y lleva espigas o uvas a sus lados (II, 351).

Visto lo anterior, comprenderemos que la identificación del icono que tratamos es algo difícil, máxime cuando hablamos de una representación gótica; época en la que es normal  salir  del contexto y figuración clásicas. Creando nuevas simbologías, complejas, nacidas de imágenes tomadas del románico (que representaba escenas paganas o imaginería popular y campestre, ajenas a la religión). Pero, antes de intentar buscar su significado, profundizaremos más en la imagen, basándonos en lo que los expertos aseguran que es, afirmando que se trata de "la dama lujuriosa" mordida en los pechos por dos sierpes. De tal manera, intentaremos encontrar serpientes y figuras parecidas a la que estudiamos en Huesca.

EN LA IMAGEN SOBRE  ESTAS LINEAS: Perros-culebras de la basilica de San Vicente de Ávila (Imagen tomada del libro "Bestiario románico en Castilla-León y Cantabria", de Jesús Herrero Marcos; Palencia 2006). El significado de este capitel es de difícil comprensión, aunque pudiera estar relacionado con el entorno, dado que en el cenotafio vemos el martirio de San Vicente y de sus hermanas, quienes tras haber sido muertos por un infiel (al huir de Evora, que se supone, Talavera); aquel que les había matado luego fue atacado por una gran culebra. La unión del perrillo con la sierpe en la imaginería románica se da, generando un animal fantástico muy relacionado con el "Ouroboros", la sierpe gigante que se muerde la cola y que en la mitología nórdica es el dragón que habita bajo la tierra. Pudiera darse el caso de que aquello que amamanta la dama de la Catedral de Huesca fuera un perro-culebra... Aunque no expresamos esta idea con pleno convencimiento

Por su parte, si la dama que estudiamos realmente estuviera mordida por dos culebras (o las amamantase); como ya hemos dicho, ello nos llevaría a incluirla entre la serie de figuras llamadas "La Adúltera" (en imagería románica). Pese a que, como vimos, no se corresponda con la iconografía clásica de La Lujuria, ni menos con la del Adulterio. Pero se tiene como cierto que estas mujeres representadas en las iglesias  -con sierpes que muerden sus senos-, son la lascivia o el pecado carnal. Pese a ello, querríamos presentar otras figuras en las que la víbora come la cara de la mujer, por mostrar que quizás no sea tan fácil argumentar que aquellas féminas que amamantan reptiles, representen tan solo a la lujuria.

SOBRE  ESTAS LINEAS: Imagen tomada del libro de Jesús Herrero Marcos (antes citado). Capitel de la iglesia de San Andrés de la ciudad de Ávila, en el que vemos claramente como unas grandes serpientes comen la cara de una persona, que está junto a otra -se observa un segundo rostro que parece de mujer, tras la sierpe de nuestra izquierda-. Al lado derecho, parece que se sitúa un león o un caballo, en la otra cara del capitel. A nuestro juicio, ello puede referirse a la escena de Laoconte, sacerdote de Troya; quien habiendo profanado el santuario teniendo relaciones sexuales con su mujer en el interior de este, fué castigado por los dioses, que les enviaron dos grandes ofidios, que devoraron a sus hijos (de lo que intentó inutilmente salvarles). Ello sucedió durante el asedio y la entrega del famoso Caballo de Troya, mientras le fué encargado a este sacerdote que inmolase un gran toro a los dioses (algo a lo que puede referirse el animal que hay junto a las personas devoradas por las culebras, que parece el Caballo de Troya o un Toro-León). Lo más importante de todo ello, es que aquí podríamos encontrar la relación mitológica e iconográfica, entre la lujuria y las serpientes comedoras de humanos. Habiendo sido Laoconte y sus hijos, atacados por las grandes sierpes debido a su lascivia,  tras unirse este con su mujer, en el interior del templo.
EN LA IMAGEN JUNTO A ESTAS LINEAS: Capitel de la Catedral de Santiago de Compostela con una mujer a la que dos ranas le chupan los pezones, mientras sujeta dos culebras. En la capital gallega llaman a aquellas representaciones "La adúltera", pese a lo que nosotros creemos que su simbollogía es más profunda y procede de ritos y mitos mas antiguos.

Visto un nexo que puede explicar la unión plena entre la mujer mordida por la sierpe y la imagen de "la lujuria", pasaremos a exponer que son muchas las estatuas conteniendo matronas amamantando sapos, reptiles y culebras,  a lo largo de todo el Camino de Santiago. En opinión del anteriormente mencionado, Jesus Herrero Marcos (estudioso del Románico, tanto como de su imaginería y simbología) esta mujer con culebras en sus pechos no es otra mas que "la imagen del pecado de la lujuria". Otros, quizás atendiendo más a cuanto de popular contiene el Románico, consideran que procede la escena de una leyenda que se repite entre los pastores del Norte de España. De tal manera, en internet podemos encontrar múltiples textos que hablan de esta narración que menciona el caso culebras que maman. Siendo interesante un blog llamado "elblogdeayoo.blogspot.com", que en su entrada intitulada "Culebras bebedoras de leche", nos comenta esta historia mantenida de padres a hijos, en la que se dice que las serpientes se introducen en los establos para chupar la leche a cabras, ovejas y a las vacas.

Él lo explica comentando que muy probablemente el cuento o la superstición nace de que al meterse las culebras a cazar ratones, entre las pajas de las que han de ser ordeñadas. Este ganado -ovino o bovino-, al ver la presencia de un reptil, queda con la leche cortada del susto y que quizás por ello se diga que la víbora le ha mamado, dejando vacía la ubre. Por su parte, un segundo tema más peculiar es aquella historia popular que narra como a los ofidios les gusta tanto la leche, que cuando una mujer está en lactancia, se acercan hasta ella mientras duerme para chuparle. Y que hasta incluso, mientras las madres dan de mamar al niño, viene la culebra y confunde a la matrona, poniendo la boca en lugar de la del bebé, al que para que no llore, mete la cola en su boquita (a modo de chupete). Historia que por muy real que nos digan que es, se debe a otros motivos, más bien relacionados con la simbología. Porque quizás nace igualmente del temor de las embarazadas y las  lactantes, hacia las culebras; sufriendo estas el mal llamado ofidiofobia, que consiste en que cualquier animal (e incluso objeto) que les recuerde a una sierpe, les produce vómitos, nauseas (tanto que solo pensar en serpientes, les corta la leche a las madres). Por lo demás, lo que sí es absolutamente cierto es que a las culebrillas les encanta la leche, y que por ello el medio más fácil de cazarlas en casa era el de poner cebos de esta envenenada, en cuencos escondidos.  

Siguiendo con portales de internet que nos hablan de esas conocidas leyendas sobre serpientes que maman, en el de "Celtiberia", existe un artículo intitulado "Leche y culebras", firmado por Llengreo;  que también expone interesantes leyendas. Entre ellas, la creencia asturiana de que si bebes demasiada leche, cuando te echas a dormir puede entrarte en el estómago y a través de la boca, una sierpe. Igualmente, narra como las culebrillas, antes de ir a chupar los pezonas hipnotizan al animal, a la madre, o al niño, para que duerman y poder succionar la leche. Narrando historias sobre El Cuélebre, de la mitología asturiana, serpiente alada que se cazaba con una gran olla de leche, que al ser calentada atraía a la culebra voladora, que allí caía. Este último relato, tan relacionado con aquellos otros que narraban como El Cuélebre se metía en los niños, tras lo que había que sacarlo con leche; cremos que quizás puede tener su fundamento en las Tenias Solitarias.

Pues de niño siempre oí contar como aún se "sacaban" las tenias, del interior del intestino, colocando un gran cazo de leche caliente junto al ano del que la sufría y esperando que "la culebra" saliera del cuerpo, que había invadido (a beber la leche). Narraban que el proceso era largo y sufrido, pues había que esperar a que el parásito saliera por completo y se intrudujera en el cazo de leche tibio colocado en el recto (ya que de tirar de ella, se rompía y quedaba dentro la cabeza, que seguiría viviendo y creciendo en el intestino afectado). Estas historias y el "amor" de las sierpes por la leche y los huevos, han podido generar estas leyendas, de las que quizás nacen las imágenes que recogemos.

Siguiendo con esta imagen de la sierpe, nunca debemos olvidar evidentemente que aquella es entre los judecristianos el totem del diablo. Por lo que ofidio y demonio son dos símbolos que van tan unidos como puedan serlo la cruz y el cristianismo. Ello, porque nuestra cultura nace principalmente de pueblos pastores, que odian a la víbora que puede matarles al ganado y a ellos (cortando la leche de las ovejas y vacas, simplemente con su presencia). Este odio se debe además al hecho de que cuando se conforma nuestra civilización, el gato ya estaba domesticado y la sierpe no se necesitaba para ahuyentar a ratas ni a roedores de los silos, o los pastos.  Puesto que ancestralmente la sierpe fuá adorada como animal de utilidad, ya que previamente a la "creación" del felino doméstico (por los egipcios), parece que el único animal que podía proteger los almacenes de grano y los sembrados, eran culebras. De lo que se usaban, semiamaestradas, para evitar así que los ratones -o los conejos- acabaran con las cosechas. Aunque el problema de aquellas culebras -por muy poco ofensivas que fueran- era que siempre atacaban y mordían, no pudiendo ser verdaderamente bien domesticadas (por lo que se debió recurrir al gato). Y aunque algunas contienen un poder venenoso terrible (principalmente las serpientes del desierto); otras, como las de zonas húmedas,  apenas tienen agresividad ni fuerza en sus colmillos que solo sirven para matar ratas y (a lo más) algún conejo. Siendo estas las que se usaban en los silos y que fueron adoradas como imágenes de diosas.

Por cuanto decimos, ya en la Edad de Hierro, cuando nace nuestra civilización, el gato doméstico se había dispersado por todo el área mediterranea, y la culebra era tenido port animal repulsivo, inútil y malvado. De ello que se identifique siempre con el demonio en nuestras culturas y que así, con este significadp, aparezca en cuantas imágenes de ofidios suele haber en las iglesias. Referente a ello, no hace mucho, Angel del Pozo, publicó en El Norte de Castilla una lista de templos que aún tenían pieles de grandes culebras disecadas. Comentando que algunas, habían sido traidas por los misioneros en los siglos XVII y XVIII, aunque en otros casos, las apariciones de reptiles extraños y enormes en los templos, estaban unidos a leyendas, que emparentaban estos monstruos con el dragón de San Jorge o con narraciones sobre la Biblia Adán y Eva, por ejemplo). Así comenta el autor, que en Santa María la Real de Nieva (Segovia) existe una tremenda boa disecada y llena de serrín colgada en sus paredes, con la que los sacerdotes ilustraban historias como las del Paraiso. Aunque otros contaban que aquella gran culebra había crecido en el monte y tal era su tamaño solo por haber sido alimentada con leche, por un pastor, al que luego atacó y que por ello la mataron y allí colocaron (para que nadie alimentara culebras con leche).

La misma historia, casi exacta, existe en la ermita de la Virgen del Cañizo, en Zamora; en cuyas paredes conservan también un ofidio relleno de paja, de dimensiones similares. Tanto como en Medina de Rioseco, donde se habla siempre del cocodrilo que asoló aquellas tierras y que ahora cuelga en la iglesia de Santa Maria. Algo muy similar a lo que pude ver hace años en la parroquia de San Gines en Madrid, que también guardaba caimanes disecados, de los que se decía habían sido mostrados en el siglo XVII para enseñar y probar ante los fieles la veracidad de la historia de San Jorge y el Dragón.

(continuará)


FOTO JUNTO A ESTE PÁRRAFO: Otro capitel del camino de Santiago. Esta vez de la iglesia de Teza, en Burgos, donde podemos ver dos grandes ofidios que rodean la figura de una mujer, a la que chupan los pechos. Su relación con el mito -o leyenda popular-  de las culebras bebedoras de leche, parece fundada. Aunque no hay que olvidar que realmente existe el tema de las tenias solitarias, tanto como el hecho de que a las serpientes verdaderamente les encanta la leche. Por lo que esta terrible imagen de la culebra mamando de la mujer, puede contener en el fondo una simbología antiquísima, relacionada tanto con la realidad zoológica del ofidio, asi como con la imagen del sexo. Ya que como bien es sabido, la culebra significa el pene para el inconsciente humano, lo que la identifica con el diablo, la tentación y la lujuria. Por su parte. obsevemos que sobre las serpientes hay un ave a la izquierda y un caballo alado (caballo con cuerpo de pajaro). En el siguiente capitulo del presente estudio, intentaremos descifrar estos simbolos tan complejos como interesantes.



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